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CONSIDERACIONES SOBRE LA SELECCIÓN DE LA UBICACIÒN DEL

PUENTE
Cuando formalizamos el trazo preliminar de una ruta, debemos seleccionar como
ingenieros cuidadosamente el sitio de cruce de las corrientes fluviales, con objeto
de reducir al mínimo los costos de construcción, conservación y reposición de los
puentes.
Asimismo, deberá estudiarse el curso de los meandros, y en caso necesario,
rectificar el de la corriente mediante obras de encauzamiento u otras medidas que
pudieran reducir los problemas de erosión y posible pérdida de las estructuras.
Las cimentaciones de los puentes que se construyan transversalmente a un cauce
modificado, deberán proyectarse tomando en cuenta posible ensanchamientos o
una mayor profundidad de dicho cauce.
Si en un caso encontramos que existen grandes zonas inundables, se deberá
considerar la necesidad de construir terraplenes de acceso con pequeña altura
para facilitar el paso de avenidas extraordinarias sobre la rasante del camino y
evitar así la pérdida de las estructuras.
Si nos resulta necesaria la construcción de estructuras de desahogue, para
facilitar la infiltración natural de las aguas y reducir remansos, habrá que
seleccionar cuidadosamente tanto su ubicación como las dimensiones de las
mismas, a fin de evitar socavaciones perjudiciales y cambios en el cauce principal
del río.
PASOS SEGUROS PARA CONSTRUIR UN PUENTE
La construcción de puentes es considerada una actividad de alto riesgo, pues
estas obras de infraestructura por lo general se ejecutan en condiciones
geográficas complejas donde los ingenieros encargados de la construcción deben
desarrollar procesos que minimicen estas contingencias.

Para lograr este objetivo hay que tener en cuenta distintos factores desde la
concepción general del proyecto hasta su entrega. La etapa inicial estudia
alternativas de tipología de puentes con el fin de escoger la que mejor se adecue a
la topografía y además, usar sistemas constructivos seguros y confiables que
cumplan con los requerimientos.

En una segunda etapa, se desarrollan los diseños del puente que están
sustentados en estudios geotécnicos, hidráulicos y de diseño vial. De estos
estudios surgen las recomendaciones sobre el tipo de cimentación por diseñar,
niveles máximos de crecientes en la zona, alturas libres mínimas necesarias para
prevenir afectaciones por cauces de agua, y condiciones de alineamiento y
nivelación que debe cumplir el puente para prestar el servicio requerido durante su
operación.

En la siguiente fase se adelantan los diseños estructurales de los elementos de


cimentación (pilotes o zapatas) y los procedimientos de construcción para los
mismos. Los diseños estructurales comprenden el estudio de los elementos de
soporte como pilas o columnas de soporte, vigas, losa en puentes de tipología de
vigas y losas, o pilones o torres de apoyo, losa y el sistema de cables de
suspensión en el caso de un puente atirantado, y deben seguir las normas o
códigos de construcción.

En el caso de Colombia, actualmente se aplica la Norma Colombiana de Diseño


de Puentes – LRFD-CCP-14, en la que hay que especificar los materiales
adecuados para cada uno de los elementos, así como proporcionar las secciones
para garantizar la seguridad del sistema estructural y el cumplimiento de
condiciones de esfuerzos y deformaciones máximos permitidos, que garanticen la
seguridad, estabilidad y funcionalidad del puente.

El proceso de diseño está supervisado y revisado por una Interventoría, ejercida


por ingenieros con la experiencia y los conocimientos necesarios para poder
evaluar todos y cada uno de los aspectos tanto del cálculo geotécnico y estructural
de los componentes del puente, como de los procesos y equipos previstos durante
la construcción. La interventoría es responsable de emitir una aprobación antes de
iniciar la fase de construcción.

Debe anotarse que, para el caso de estructurales especiales, como puentes


suspendidos, atirantados como el caído en la vía Bogotá – Villavicencio, y otros
sistemas especiales, la norma no contempla de manera detallada todos los
requerimientos que se han de cumplir, por lo tanto, es deber de los ingenieros
encargados del diseño, recurrir a normas complementarias, material bibliográfico
sobre construcciones similares y a las condiciones básicas sobre la resistencia de
los materiales.

Simultáneamente, se diseñan los sistemas constructivos que incluyen elementos


de soporte temporal, empleando metodologías, equipos certificados y otras
garantías que cumplan con la seguridad del personal encargado de la
construcción.
Durante la etapa de construcción, se establecen condiciones de seguridad para
todo el personal vinculado al proceso, desde el uso de elementos y equipos como
arneses y líneas de vida, hasta los entrenamientos previos para ejecutar su
trabajo. Una vez finalizada esta etapa, se efectúa la prueba de carga de la
estructura que consiste en aplicar sobre el puente, mediante vehículos con cargas
debidamente controladas, condiciones similares a las establecidas en los diseños,
desde luego, sin llegar a cargas que puedan producir falla de algún elemento.
Estas cargas verifican las deformaciones en el sistema estructural y se comparan
con los valores teóricos determinados por los estudios estructurales.

Como puede verse, la seguridad en la construcción de un puente es un proceso


continuo que nunca termina desde su etapa de concepción hasta su cierre por
reemplazo o tiempo de vida. Su estricto cumplimiento hace que la obra cumple a
cabalidad un fin para la sociedad.

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