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El día de muertos es una celebración en todo México, sin embargo cada estado
tiene formas distintas de hacerlo. Si bien es cierto que ante la globalización hemos
tomado otras costumbres como el Halloween también es cierto que se busca
continuar con nuestras tradiciones para lo cual muchas escuelas hacen concurso
de ofrendas, calaveritas y catrinas.
EL DÍA DE LA OFRENDA
Primero se coloca un petate y encima se coloca el coxal que son hojas secas de
pino (Pinus pseudostrobus), el aile (Alnus acuminata) que sirve como protección.
Luego se forman los ramos de flores de cempasúchil que cada ramo significa el
cuerpo de un difunto. Se hacen ramos grandes para los adultos y ramos pequeños
para los niños difuntos. Algunas familias también usan una flor llamada yoloquilte
(Piqueria Trinervia) que puede ser blanca o morada.
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Cuando ya se va a colocar los ramos, primero se coloca un imagen religiosa entre
medio de los ramos. Una característica importante en nuestra familia es que la
ofrenda se divide en dos; del lado derecho se colocan los difuntos familiares de mi
padre y del lado izquierdo los de mi madre.
A cada ramo se le coloca una vela, un pan de muerto; el pan que se coloca tiene
forma humana, en la comunidad le llaman monos; una pieza de cada fruta; lo más
común son manzanas, guayabas, naranjas, mandarinas, plátanos, ciruelas,
mísperos; las bebidas como pulque, atole, agua y los alimentos preferidos por los
difuntos como arroz, mole, tortillas, salsa de molcajete, chayotes y vainas de frijol.
Después de que ya hayan colocado todas las cosas, se bendicen con agua
bendita y se somerean con el copal; se dejan un rato y después se enciende todas
las velas, al momento de prenderla se pronuncia el nombre de cada difunto, para
que de esta forma, el alma del difunto no se desvié y encuentre el camino
correcto. Y luego se hace una oración o un rosario junto con toda la familia.
Al día siguiente se consumen los alimentos con toda la familia para compartir los
panes con el café o atole, que ya fueron probados por los espíritus de los difuntos.
Cabe mencionar que el sabor de las frutas es distinto de aquella que no estuvo en
la ofrenda, la creencia es que el sabor cambia porque ya lo probaron los difuntos
sin embargo se debe a la mezcla de olores de la cera de las veladoras, el copal,
las flores y las mismas frutas; más no se espante el nuevo sabor es muy
agradable.
El día 2 de noviembre la familia se dirige al panteón para limpiar las tumbas de sus
familiares muertos y se pone la corona que en ocasiones compran el mismo el día.
En otras regiones es común ver que colocan altares, pero en la región mazahua
no, pues en el tiempo de nuestros antepasados no tenían mesas y por eso de
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hace en el piso. También se puede observar que otras ofrendas ponen la corona
junto a la ofrenda, pero en nuestra familia no es así pues ésta se coloca en la
tumba el día 2 de noviembre.
El agua: Representa la fuente de la vida, se ofrece a las ánimas para que mitiguen
o sacien su sed después de su largo recorrido y también para que se fortalezcan a
su regreso.
Las flores de cempasúchil: por lo general recuerdan el alma del difunto, ya que
es la tradicional flor de muertos, su color es amarillo o anaranjado, se dice que
representa la fuerza de la luz del sol y de la vida.
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Imágenes religiosas: puede ser desde un cristo hasta de algún santo de la
devoción tanto del difunto como de la familia. Se colocan para que sirvan como
medio de interrelación entre muertos y vivos, ya que en la ofrenda son sinónimo
de las buenas relaciones sociales. Además, simbolizan la paz en el hogar y la
firme aceptación de compartir los alimentos.
Comida: Con los alimentos se trata de agradar el difunto compartiendo los que
más le gustaban y ser gratos a su buena voluntad. El mole con pollo o guajolote,
es el platillo favorito y se acostumbra poner un chiquigüite o tortillero. Los
alimentos preferidos por los difuntos son: tamales de ceniza, frijoles, salsa del
molcajete, vainas de frijol chamacuero (Phaseolus coccineus) y los quelites.
Cigarrillos: Solo para las almas adultas. Recuerda los grandes acontecimientos
agradables durante su vida.
Las frutas naturales y las frutas en dulce: Son la ofrenda que nos brinda la
naturaleza. Generalmente son frutas de la temporada como plátanos, naranjas,
cañas de azúcar, mandarinas, manzanas, ciruelas, guayabas, zapote negro,
mísperos, chayotes, calabaza en dulce, chilacayote en dulce (conservas). Son una
manera de enriquecer el disfrute de las ánimas que vienen a saborear de los
“olores” de las mismas. Porque se dice que es a través de los aromas que
despiden tanto las frutas como la demás comida que ellas se alimentan.
A continuación se presenta unas fotografías de las ofrendas.
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