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DELITOS CONTRA LA VIDA

Los delitos contra las personas, son aquellos delitos que se cometen contra la integridad
física de las personas, causando la muerte o lesiones, en sus distintos tipos agravados,
como el delito de homicidio agravado o asesinato o lesiones.
DELITOS CONTRA EL HONOR
Los delitos contra el honor: calumnia o injuria, son aquellos que mediante la expresión
proferida o realizada (calumnia o la injuria) se emiten opiniones para desacreditar la
honorabilidad de una persona.
En la idea de Honor, debemos distinguir dos aspectos. El primero es el sentimiento de la
propia dignidad moral, nacido de la conciencia de nuestras virtudes, de nuestros méritos,
de nuestro valor moral. El segundo está representado por la apreciación, estimación que
hacen las demás personas de nuestras cualidades morales, y de nuestro valor social. El
Honor en sentido estricto es la Buena Reputación
DELITOS CONTRA LA LIBERTAD E INDEMNIDAD DE LAS PERSONAS
Se entiende como libertad sexual aquella parte de la libertad referida al ejercicio de la
propia sexualidad.
Dicho concepto es plenamente aplicable a todas aquellas personas mayores de edad en
plenitud de sus facultades físicas o psíquicas, que les permitan discernir las
consecuencias de sus elecciones relacionadas con su propia sexualidad.
Para todos aquellos menores o incapaces, el Código Penal prevé el término “indemnidad
sexual”, entendida como la prohibición de practicar relaciones sexuales de cualquier tipo
con menores de trece años de edad, protegiendo con ello el desarrollo de su
personalidad, evitando, por tanto, alteraciones importantes vinculen su personalidad en el
futuro.
Por lo que respecta a incapaces, se entiende el concepto indemnidad sexual en el sentido
de evitar la suplantación de voluntades por parte de la víctima del delito.
Los delitos más comunes contra la libertad e indemnidad sexuales son la agresión sexual
(violación), el acoso y los abusos sexuales, encontrándonos igualmente figuras como el
exhibicionismo o el delito de prostitución.

DELITOS CONTRA EL PUDOR


El atentado contra el pudor es un delito de tipo sexual que protege el pudor de los
individuos y que se configura cuando una persona realiza actos de tipo sexual en el
cuerpo de otra, sin que ésta haya prestado su consentimiento para ello. Se distingue de la
violación según el caso, la legislación y las distintas épocas. Se distingue entre atentado
al pudor simple y atentado al pudor con violencia.
Para los códigos penales de Europa y América desde la antigüedad clásica hasta el siglo
XX, la sexualidad se dividía en lícita e ilícita. La ley definía como podían y debían los
individuos procurarse su placer sexual. El delito de violación sólo podía ser cometido por
un varón contra una mujer y consistía exclusivamente en el acto de penetración vaginal,
es decir, la introducción del miembro viril en las partes genitales de la mujer.
DELITOS CONTRA LA LIBERTAD Y SEGURIDAD DE LAS PERSONAS
Los delitos contra la libertad de la persona son aquellos que atentan tanto contra
la libertad física del individuo (libertad de movimientos) como los que lo hacen contra su
libertad de actuación.
Concepto sobre el Bien Jurídico: En los delitos que se encuentran en este Título. el bien
jurídico objeto de protección penal es la libertad, la seguridad de la persona, o ambos, Se
desarrollan aquí los artículos 3. 4. y 5. Constitucionales. E1 3. en cuanto el
Estado garantiza y protege la seguridad de la persona. El 4. en cuanto se refiere a
la igualdad de todos los seres en nuestro país y su libertad; y. el 50. en cuanto a que toda
persona tiene permitido hacer lo que la ley no le prohibe, consecuentemente no está
obligada a acatar órdenes que no estén basadas en ley. y es en consecuencia de la
obediencia basada en la ley que puede alegarse eventualmente la obediencia debida a
que hicimos alusión en nuestra parte general.
Delitos de Este Título: Contiene en el capítulo de los delitos Contra la Libertad Individual
específicos: el Plagio. el Sometimiento a servidumbre. las Detenciones Ilegales y la
Aprensión Ilegal; y en capítulos aparte. otros delitos contra la libertad y la seguridad como
el Allanamiento de Morada. las Sustracciones de Menores, las Coacciones y Amenazas,
la Violación y Revelación de Secretos y los Delitos contra la Libertad de Cultos y el
Sentimiento Religioso.
Concepto sobre los Delitos contra la Libertad Individual:
En general los delitos de este capítulo consisten en la privación ilegal de la libertad de las
personas. pues como indica Eugenio Florian, en sentido amplio, todos los delitos pueden
considerarse como lesivos de la libertad individual, porque en la mayoría de los delitos. la
contradicción de la voluntad de quien sufre el daño es elemento ya sea principal o
accesorio de los mismos. En lo referente a los delitos que atentan contra la libertad
individual, el hecho delictivo se da cuando la voluntad del individuo, es objeto de la lesión.
El bien jurídico objeto de la protección penal, se refiere al derecho a la independencia de
todo poder extraño sobre nuestra persona. derecho de determinación que no puede ser
agredido sin que se lesione el bien jurídico tutelado a que hicimos referencia.

DELITOS CONTRA EL ORDEN JURIDICO FAMILIAR Y CONTRA EL ESTADO CIVIL


Contiene este título: violencia doméstica, maltrato de niñez adolescente, el tráfico y la
identidad de personas menores de edad, la alteración del estado civil, la sustracción de
menores, sin consentimiento de la persona que tenga la tutela de los menores, delitos
contra la familia (matrimonios ilegales, el incumplimiento u obligación alimenticia y demás
deberes, a la patria potestad).
Dentro de esta figura coincidimos que tiene que ver con las condiciones y el estado civil.
Condición de violencia doméstica, tenemos que el mismo surge en la década ´60, donde
hay ciertos movimientos feministas. En la década ´70, cuando se crean centros de
asistencia víctima de violencia de la familia. Se trata de proteger a las mujeres y los niños.
En la década de los ´80, se da la Primera Conferencia Internacional de las Naciones
Unidas sobre la mujer maltratada y la violencia de la familia y en esta conferencia se
resalta, que la violencia familiar es problema de salud pública en la cual el Estado debe
considerar. En el año 1986, se establece que la violencia en la familia es una grave
violación en el derecho de la mujer.
En el año 1991, la función jurídica social de la mujer expresa, que es necesario crear
grupos internacionales que traten de dicho problema. Así en 1992, el Comité para la
eliminación y discriminación de la mujer exhorta al Estado de combatir dicho delito; en
1993, se utiliza en término de Violencia Interfamiliar, que posteriormente se le conoce la
violencia de género, la cual se trata las Naciones Unidas en 1995 en el congreso sobre la
mujer, celebrado en Pekín.
En 1994, La Organización de Estados Americanos aprueba la Convención
Interamericana, para prevenir y sancionar la violencia contra la mujer. En 1995, La
Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas mediante la Convención de
Belem do Pará carácter penal, civil, laboral y administrativa que sanciona la violencia
contra la mujer, incluyendo la violencia sexual de tráficos de mujeres tanto niños como de
adultos.

DELITOS CONTRA LA LIBERTAD DE CULTOS Y SENTIMIENTO RELIGIOSO


Así principia a tomar vida en la América colonizada el choque permanente entre la libertad
de expresión y la intolerancia de los poderes políticos y religiosos; intolerancia que
sobrevive, con distintos matices, hasta nuestros días (ya no de parte de la Iglesia), con
variadas diferencias. Una es que los delatores oficiales han sido sustituidos en muchos
casos por particulares que se arrogan el derecho de hacer denuncias en nombre de la
Iglesia o de los católicos, aunque ni la Iglesia ni nadie los autorice. Así que, para poner
coto a los cazadores de brujas y herejes, el poder político comenzó a emitir leyes que
establecen el derecho a defenderse de los modernos inquisidores. Y para ello creó los
delitos contra la libertad de cultos y los sentimientos religiosos legalmente tutelados.
“Quien interrumpa la celebración de una ceremonia religiosa o ejecute actos en
menosprecio o con ofensa del culto o de los objetos destinados al mismo, será
sancionado con prisión de un mes a un año”, dispone el artículo 224 de nuestro Código
Penal.
La jurisprudencia determina que para que ese delito se configure es necesario que entre
sus elementos esenciales estén los siguientes: a) que sea perpetrado en el interior del
templo o de otros lugares destinados al culto; b) que interrumpa una ceremonia religiosa;
c) que el acusado incurra en profanación, consistente en dañar objetos destinados al culto
o hacer mal uso de ellos (acción distinta a la profanación de tumbas), y d) que exista la
intención de ofender los sentimientos religiosos de los allí presentes.
Este análisis de los elementos típicos del delito puede ser útil para ver si se integran en el
comportamiento de las mujeres de la “procesión de la poderosa vulva” y si son aplicables,
además, al Procurador de los Derechos Humanos que estuvo, con intención o sin ella,
entre las manifestantes, en una vía pública, y no en el interior de la catedral.
“Típico”, es un término jurídico relativo a la “tipicidad”, es decir, la descripción hecha por el
legislador de una conducta subsumible en un tipo legal; y hay sentencias judiciales en las
que ha prevalecido la libertad de expresión sobre los intentos de restringir la libertad de
emisión del pensamiento, como sucede con mucha frecuencia en Guatemala. Ya
veremos.
La ley señala que estarán incurriendo en delitos contra la libertad de conciencia y
sentimientos religiosos aquellas personas que por medio de violencia, intimidación,
fuerza, o cualquier otro apremio ilegítimo:
Impidan a un miembro o miembros de una confesión religiosa practicar los actos propios
de las creencias que profesan, o asistir a los mismos.
Fuercen a otro u otros a practicar o concurrir a actos de culto o ritos, o a realizar actos
reveladores de profesar o no profesar una religión, o a mudar la que profesen.

FORMULA UNA DEFINICION DE ESTO PORQUE NO HAY DOCTRINA

DELITOS CONTRA EL PATRIMONIO


Son delitos contra el patrimonio aquéllos destinados a menoscabar el activo de bienes
y derechos de un particular, persona jurídica o institución pública, con ánimo de lucro, ya
sea propio o en beneficio de un tercero.
Los delitos más comunes contra el patrimonio son el hurto, el robo, siendo éste una
modalidad agravada de aquél, la estafa, las defraudaciones, la apropiación indebida, el
alzamiento de bienes o los daños, ya sean éstos dolosos o los cometidos por imprudencia
grave.
A su vez, los delitos contra el orden socioeconómico, introducidos por el Código Penal de
1995, son aquéllos conocidos como “delitos de cuello blanco”, y son aquéllos cuyas
consecuencias lesionan intereses globales o colectivos de la vida económica de un
Estado y ente supranacional.
Los delitos más comunes contra el orden socioeconómico son los delitos contra la
propiedad intelectual e industrial, los delitos contra los criterios de fijación de precios de
libre mercado o los delitos contra la Hacienda Pública, entre otros.
Entre los derechos que integran el concepto jurídico penal de patrimonio podría decirse
que la propiedad es el de mayor rango.
El Derecho Romano tenía una concepción de la propiedad prácticamente ilimitada, pues ésta
llegaba, por arriba, "ad celos", y por abajo "ad inferos", y albergaba un derecho pleno que permitía
usarla, gozarla, aprovecharla, venderla, cederla, alquilarla, gravarla y donarla, esto es, todas las
facultades dispositivas posibles.
La declaración francesa de Derechos del Hombre (1789) la incluía como uno de los derechos
naturales, "inviolable y sagrado" de toda persona, inalienable e imprescriptible. Y la situaba al lado
de los otros derechos que gozaban de tal rango supremo: la libertad, la seguridad y la resistencia a
la opresión. Del mismo modo, el movimiento constitucionalista americano y europeo incluyó
siempre a la propiedad, en un lugar preferente.

DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD COLECTIVA


El legislador ha considerado que atentan contra la seguridad de toda la ciudadanía los llamados
delitos de riesgo catastrófico (relativos a la energía nuclear y a las radiaciones ionizantes, los
estragos, los riesgos provocados por explosivos), los delitos de incendios, los delitos contra la salud
pública (tráfico de drogas, etc.), y los delitos contra la seguridad vial. De entre todos ellos,
destacan con singular relieve los delitos vinculados al tráfico de sustancias estupefacientes en los
que la invocación a la vulneración de derechos fundamentales de los investigados como el secreto
de las comunicaciones o la inviolabilidad del domicilio pueden marcar la diferencia entre una
condena a muchos años de prisión y la absolución. Asimismo, respecto de los delitos contra la
seguridad vial (conducción bajo los efectos de bebidas alcohólicas, conducción sin permiso,
etc.) pese a estar castigados con penas menos graves, nos dicen las estadísticas que son los delitos
por los que más condenas se dictan en España (seguidos de hurtos, lesiones y robos), en cuyos
procedimientos, lejos de dejarnos llevar por la práctica habitual de abusar de las conformidades
(confesión de la culpabilidad bajo la condición de una rebaja sustancial de la pena solicitada), el
despacho ha obtenido algunas de las absoluciones más sonadas gracias a las audaces estrategias
de defensa planteadas.
TAMBIEN GENERA UNA DEFINICION D TODO ESTO
Conjunto de conductas penales que ponen en peligro las condiciones que permiten a una sociedad
considerarse segura frente a determinadas situaciones de riesgo.
El bien jurídico protegido en estos delitos es la seguridad colectiva, por lo que los ámbitos típicos
se refieren no al riesgo para individuos concretos, sino para la colectividad, y ello con
independencia de que la comisión del delito concreto puede o no crear peligro efectivo o bien sólo
para unos pocos.
Estos tipos penales intentan prevenir resultados lesivos para ciertos bienes jurídicos, resultados
que la estadística demuestra en un alto porcentaje que se ocasionan cuando se desarrolla la
conducta tipificada.
La nota diferenciadora de estos tipos penales es, pues, la ausencia de un resultado material de
lesión a un bien jurídico, y la existencia de un riesgo o contingencia inmediata de que se produzca
un mal. El auténtico objetivo de los tipos de peligro es la prevención de situaciones objetivamente
peligrosas. Unas veces el Código Penal exige que se dé la situación peligrosa para los bienes
jurídicos individuales (delitos de peligro concreto), otras veces sólo exige que se realice la
conducta prevista como peligrosa, aunque no se dé la situación de peligro (peligro en abstracto).

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