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El Concilio Nacional de las Asambleas de Dios, Asociación Religiosa, es una iglesia evangélica,
que surgió a partir del movimiento pentecostal iniciado a finales del siglo XIX. Las Asambleas
de Dios tiene presencia en todo el país.
Actualmente cuenta con alrededor de 6,000 centros de predicación donde son ministrados
aproximadamente un millón de fieles. Esta tarea es llevada a cabo por cerca de 7,000 ministros
reconocidos al seno de la Iglesia y debidamente acreditados ante las autoridades en materia
de culto público.
La estructura eclesiástica nacional está presidida por una Directiva General (integrada por el
Superintendente General, Secretario General, Tesorero General y tres superintendentes
adjuntos para cada una de las zonas: Norte, Centro y Sur) y cuerpos de gobierno denominados
Presbiterios Ejecutivo y General, que representan a los 23 distritos en que la Iglesia nacional
está estructurada.
A nivel distrital la organización está dirigida por una Directiva de Distrito (Superintendente,
Secretario y Tesorero) y un cuerpo de gobierno llamado Presbiterio de Distrito. Además,
administrativamente están los presidentes de Sección, que imparten consejo y cuidado en su
respectiva Sección.
Las iglesias locales son pastoreadas por un ministro de las Asambleas de Dios, y su forma de
gobierno es eminentemente congregacional y representativo.
En un mundo cambiante que frecuentemente modifica sus divisas y valores, los principios
absolutos del evangelio permanecen firmes, dando una referencia constante del propósito
divino para la humanidad. Los cristianos tenemos en la Biblia precisamente la revelación de
Dios, dada a los santos hombres por inspiración del Espíritu Santo.
Por ello, las Asambleas de Dios la reconoce como autoridad única e infalible en cuanto a fe y
conducta. De esta divisa se deriva su Declaración de Fe, que consta de 16 puntos doctrinales,
de los cuales se ofrece la siguiente síntesis.
1. La inspiración de las Escrituras: Creemos que la Biblia es la palabra de Dios, nuestra única
regla infalible de fe y conducta, por haber sido inspirada por el Espíritu Santo.
2. El Dios único y verdadero: Creemos que hay un solo Dios verdadero, que se ha revelado
como el Creador de todas las cosas, y que existe eternamente. En la unidad esencial de Dios
hay distinción de personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Esta doctrina de un solo Dios
que subsiste eternamente en tres personas es llamada la Trinidad.
3. El hombre, su caída, redención y esperanza: Creemos que el hombre fue creado por Dios en
estado de inocencia, pero a consecuencia de la desobediencia adquirió una naturaleza
pecaminosa y quedó sujeto a la condenación eterna. Su única fuente de redención y esperanza
de vida eterna está en el sacrificio de Jesucristo en la cruz del Calvario y su resurrección de
entre los muertos.
7. La sanidad divina: Creemos en la sanidad divina, y ésta se recibe por fe con base en el
sacrificio expiatorio de Cristo.
8. La Iglesia: Creemos que la Iglesia es el cuerpo místico de Cristo; está compuesta por cada
creyente nacido del Espíritu cuyo nombre está escrito en el libro de la vida. Su propósito es
adorar a Dios, evangelizar al mundo, edificar a los fieles y llevar a cabo la obra social. En un
sentido amplio todo creyente es un ministro, llamado para servir, testificar, interceder y
contribuir, aunque también han sido provistos un llamamiento específico y un servicio
escrituralmente ordenado por Dios para los ministros de la Palabra.
11. La segunda venida de Cristo y el reino milenial: Creemos que la segunda venida de Cristo
en gloria será cuando el Señor regrese con sus santos a la tierra para establecer su reinado
físico y visible por mil años. Este reino milenial traerá paz universal y el cumplimiento de las
promesas hechas a Israel en el Antiguo Testamento.
12. El juicio final de los incrédulos: Creemos que el juicio final será para todos los impíos que
rehusaron aceptar a Jesucristo. Ellos, junto con Satanás y los ángeles caídos, serán arrojados al
lago de fuego donde estarán por la eternidad.
13. Los cielos nuevos y tierra nueva: Creemos que habrá cielos nuevos y tierra nueva, donde
morará la justicia. Allí vivirán todos los santos por la eternidad.
14. El bautismo en agua: Creemos en el bautismo en agua por inmersión, en el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Es un sacramento para la Iglesia, un testimonio público de
la fe del creyente que ha aceptado a Jesús como su Salvador.
15. La santa cena del Señor: Creemos que la santa cena es también un sacramento para la
Iglesia, del que participan los miembros de la congregación que ya fueron bautizados en agua,
como un símbolo de nuestra unión con Cristo, un recordatorio de su sufrimiento y muerte y un
anuncio de su inminente retorno.