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Biomecánica 2019-2
Parálisis cerebral infantil (PCI)
Llamamos Parálisis Cerebral infantil (PCI) al trastorno permanente del movimiento y de la postura
(parálisis) que aparece en la infancia.
No se trata de una sola enfermedad, sino que el término parálisis cerebral infantil engloba una amplia
variedad de síndromes que producen una lesión permanente en el cerebro (cerebral) durante su
desarrollo (infantil).
La Parálisis Cerebral infantil nunca es debida a
problemas en los músculos o nervios periféricos.
La lesión es puntual, la causa que la origina sucede una
única vez y no se repite. Aunque no existe un tratamiento
curativo, la lesión tampoco empeora ni aparecen otras
nuevas por la misma causa en el futuro.
Por ejemplo, si afecta al brazo el bíceps suele estar en contracción continua mientras que el tríceps es
muy débil. Esto hace que el codo esté constantemente flexionado y le resulte difícil estirar el brazo.
Al no poder relajar los músculos afectados, cuando se mueven lo hacen de forma rígida y poco
armoniosa, como a trompicones.
Si intentamos mover sus músculos espásticos encontramos una enorme resistencia que de pronto
desaparece al final del movimiento. Cuanto más rápido movamos el miembro afectado, más evidente
será la resistencia. Para estirar estos músculos debemos hacer movimientos suaves y aplicar la fuerza
de forma continua.
Cuando exploramos los reflejos miotáticos (la maniobra de golpear con el martillito), estos aparecen
muy vivos y aumentados –hiperreflexia– y a menudo duran en el tiempo más de los esperado –clonus–
.
Todos estos síntomas indican que la lesión se encuentra en la motoneurona superior, es decir la que
lleva el impulso nervioso desde la corteza cerebral hasta la médula espinal.
Este movimiento involuntario puede ser intermitente, rápido y espasmódico –distonía– o lento,
continuo y más sinuoso –atetosis–.
Esta alteración del movimiento se corresponde con una lesión de los ganglios de la base, una zona de
paso obligatorio para todos los impulsos que proceden de la corteza cerebral antes de bajar hacia el
tronco del encéfalo.
Este tipo de parálisis cerebral varía mucho sus manifestaciones en el tiempo. Durante los dos primeros
años de vida el niño presenta un tono muy bajo, aparece como un niño blando; hacia los 2-3 años de
vida el tono se normaliza y aparece la ataxia. El niño se cae fácilmente y es torpe, necesita separa
mucho las piernas para caminar (si logran la marcha) y los movimientos finos son muy poco precisos y
torpes.
La aplicación de estas escalas requiere entrenamiento previo que cuesta tiempo y dinero. También es
costoso pasarlas en consulta ya que algunas pueden llevar más de una hora. En general este tipo de
escalas tienen más interés para la investigación que para el propio paciente y aunque pueden ser útiles
al inicio de la práctica clínica la verdad es que aportan poco al médico con experiencia.
En mi opinión lo más práctico es una clasificación rápida que tenga en cuenta cuales son las
limitaciones funcionales para cada paciente y en que circunstancias necesita ayuda y/o apoyos. En este
sentido el Sistema de Clasificación de la Función Motora Posturalme parece el más simple y práctico
además de ser el más utilizado universalmente.
Castro Roa Jonathan
Biomecánica 2019-2
La atención del niño con parálisis cerebral debe dirigirse a facilitar la máxima independencia e
integración social posible, mejorando su capacidad funcional del niño y evitando o tratando
precozmente las complicaciones.
El tratamiento debe ser específico para cada niño, teniendo en cuenta el tipo y extensión de la lesión
así como sus deficiencias y autonomía personal.
La base del tratamiento es siempre la fisioterapia, dirigida a mejorar la postura y la movilidad así
como a favorecer el crecimiento músculo-esquelético.
Cuando la fisioterapia no es suficiente, se complementa con aparatos de ortopedia como férulas,
caminadores o sillas de ruedas.
También pueden utilizarse fármacos para relajar la musculatura o disminuir el exceso de movimiento.
En este sentido son útiles el diazepam o baclofeno orales o las infiltraciones musculares con toxina
botulínica.
Especialmente importante es tratar y detectar posibles deficiencias sensoriales, una ceguera o sordera
desapercibidas retrasarán más el neuro desarrollo y empeorarán el pronóstico.
La neuro-pediatra es la pediatra especialista en parálisis cerebral, pero trabaja en equipo con otros
profesionales y en coordinación con pediatras de otros ámbitos y especialidades.
Bicliografia: https://neuropediatra.org/2015/03/04/tipos-de-paralisis-cerebral-infantil/
Revisado: Martes 02 Abril 2019.