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Durante la perforación de un pozo petrolero a menudo se encuentran serias dificultades

técnicas siendo una de las más temidas, la penetración de zonas de presiones anormales,
las cuales tienen estadísticamente una asociación significativa con la acumulación de
hidrocarburos. Así, al encontrar un estrato que, de pruebas de tener petróleo o gas, el
perforador debe proceder cuidadosamente ya que este podría tener alta presión, y a
menos que se tomen precauciones hay peligro de un reventón, que puede venir
acompañado de un flujo incontrolado de petróleo y gas. Un pozo de alta presión fuera de
control puede ser extraordinariamente destructor. La expulsión violenta del fluido del pozo,
tal vez acompañada por flujos de arena, petróleo, y gas; algunas veces hace pedazos la
torre, ocasionalmente enterrando el equipo de perforación. Las herramientas de
perforación y, a veces aún las pesadas tuberías de perforación salen disparadas fuera del
pozo por las fuerz.as desarrolladas. El petróleo arrojado en chorro a gran altura al aire
libre es arrastrado por el viento y pulverizado sobre el terreno vecino, llevando la
destrucción a los árboles, siembras y construcciones vecinas, y como suele suceder, si se
genera alguna chispa todo lo que quede al alcance del petróleo se convertirá en una mole
de fuego (Foto 2). Todo esto algunas veces se presenta en un tiempo tan corto que son
una amenaza para la vida del personal de perforación del pozo. La calidad del programa
de perforación depende de que tan bien sean conocidas las presiones de formación. No
es suficiente crear un programa inflexible y pegarse a este rígidamente. Donde sea que
haya el riesgo de presiones anormales, el método de perforación debe consistir en una
evaluación continua de las presiones de formación tan precisamente como sea posible
para detectar tempranamente la presencia de sobrepresiones y adaptando el programa de
perforación adecuadamente para evitar los temidos reventones con la consecuente
pérdida en términos tanto humanos como :financieros. La presión de formación o también
llamada presión de poros es la presión ejercida por los fluidos contenidos en los espacios
porosos de una formación geológica y, puede ser normal o anormal. La presión de
formación es normal cuando es igual a la presión hidrostática ejercida por una columna
continua de agua estática medida desde la superficie hasta la profundidad en cuestión, y
es anormal cuando está por debajo o por encima de la presión hidrostática. Cuando la
presión anormal está por debajo de la presión hidrostática se le conoce como presión
subnormal, y cuando está por encima de la presión hidrostática se le conoce como
sobrepresión, la cual, durante la perforación de un pozo petrolero puede originar un
reventón, es decir, el flujo incontrolado de fluidos de formación hacia el hoyo del pozo si
ésta no es detectada y controlada a tiempo. Las presiones anormales son un fenómeno
mundial, la mayoría de las provincias petroleras presentan presiones anormales, pero su
distribución no sólo es vasta a escala geográfica sino también a escala vertical, pues,
aunque más comúnmente son encontradas en series sedimentarias recientes ya que se
encuentran en un estado geodinámico activo, éstas existen en formaciones con litologías
altamente variables en cualquier lugar entre el Pleistoceno y el Cambriano. De acuerdo a
una revisión de la literatura publicada sobre pres10nes anormales, el desequilibrio de
compactación y generación de hidrocarburos son las dos causas más comúnmente
citadas de presiones anormales en provincias petroleras. En secuencias deltaicas jóvenes
(terciario), el desequilibrio de compactación es la causa dominante de presiones
anormales. En rocas litificadas más viejas (pre- Terciario), la generación de hidrocarburos,
presurización acuatermal, y tectonismo son las más comúnmente citadas como las
causas de presiones anormales. Las presiones anormales se desarrollan cuando algunos
procesos afectan los componentes del sistema de esfuerzos del subsuelo, tal que los
fluidos de poros aceptan una mayor parte del esfuerzo de sobrecarga que se esperaba
(mayor que la presión hidrostática), y una barrera impermeable evita la migración de los
fluidos para estabiliz.ar las presiones. Existen diversos métodos para detectar la
presencia de presiones anormales durante la perforación de un pozo petrolero, los cuales
serán desarrollados y puestos en práctica en la presente Tesis con la presentación de un
caso de detección de sobrepresiones en el Oeste de Venezuela.

Yacimiento con presiones


anormales
enero 27, 2009

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Como es conocido, la presión es el motor impulsor de la producción y su


medición es esencial para optimizar la recuperación de hidrocarburos; por
lo tanto, todo fenómeno relacionado con ella, es de interés en el mundo
petrolero. Un fenómeno derivado de esta es el de los yacimientos
sobrepresionados o las presiones anormales en los yacimientos.

La identificación y estimación del perfil de presión, a lo largo del campo que


se desea perforar a través de un pozo, es una de las actividades claves a
ser realizada durante la fase de su diseño, ya que esto permite minimizar
los riesgos durante la perforación y definir las profundidades de
asentamiento de las tuberías de revestimiento, con un menor nivel de
incertidumbre, lo cual se traduce en ahorro de tiempo y dinero.

Los métodos para la estimación del perfil de presión, antes de la


perforación, son obtenidos por datos de registros geofísicos de pozos
perforados en las cercanías o de información sísmica, y su evaluación están
basados en la tasa de compactación de las arcillas. El nivel de
compactación de las arcillas tienen una respuesta específica sobre la
porosidad, resistividad, densidad y tiempo de tránsito (tiempo que tarda
una onda en atravesar un pie de la formación).

Las formaciones de presión normal generalmente poseen una presión de


poro equivalente a la presión hidrostática del agua intersticial. En las
cuencas sedimentarias, el agua intersticial normalmente posee una
densidad de 1,073 kg/m3 [8.95 lbm/galón americano], lo que establece un
gradiente de presión normal de 0.465 lpc/pie [10.5 kPa/m]. La desviación
significativa con respecto a esta presión hidrostática normal se conoce
como presión anormal.

Las presiones superiores o inferiores al gradiente normal pueden ser


perjudiciales para el proceso de perforación.

La identificación de zonas de geopresión, se basa de información obtenida


de pozos perforados y de datos sísmicos, la cual requiere ser integrada
dentro de un modelo geológico coherente, ya que la misma se ve afectada
por elementos y procesos geológicos, siendo determinante en el diseño en
el pozo, especialmente en las profundidades de asentamientos de las
tuberías de revestimientos.
Inicialmente, los sedimentos (que posteriormente darán origen al petróleo)
depositados en las desembocaduras de los ríos, se encuentran en un estado
poco consolidado y no muy compactado, y en consecuencia poseen una
porosidad y una permeabilidad relativamente altas. Con el tiempo y la
compactación, conforme se deposita más sedimento, el agua connata
procedente de los ríos y que se encuentra presente en los poros, se mueve
con mayor dificultad y el contacto entre los granos soporta una carga
sedimentaria cada vez más grande, lo que origina una reducción en la
porosidad. Si existe un conducto para que el agua salga, se mantiene el
equilibrio en los espacios porosos.

A medida que el petróleo y el gas migran en dirección ascendente, quedan


entrampados habitualmente debajo de las capas de baja permeabilidad o
los sellos. Estos sellos pueden estar constituidos por diversos tipos de
rocas, incluyendo lutitas, lutitas calcáreas, areniscas bien cementadas,
ceniza volcánica litificada, anhidrita y sal.

La alta tasa de sedimentación en una cuenca es responsable de la


presencia de estas lutitas (y otros minerales) subcompactadas; en este
proceso de subcompactación, donde no se ha permitido el paso del flujo del
fluido hacia niveles superiores, el fluido atrapado en el espacio poroso,
soporta parte de la sobrecarga ejercida por los sedimentos mas recientes,
generando la sobrepresión o geopresión.

La zona de geopresión es afectada tanto en magnitud, posición y


configuración actual, por elementos o procesos geológicos, tanto
estratigráficos (cambio de facies) como estructurales (fallas).

Causas de la presión anormal: el origen de estas presiones no se conoce


en forma exhaustiva, el desarrollo de la presión anormal se atribuye
normalmente a los efectos de la compactación, la actividad diagenética, la
densidad diferencial y la migración de los fluidos. La presión anormal
implica el desarrollo tanto de acciones físicas como de acciones químicas en
el interior de la Tierra.
Las condiciones de presión subnormales se generan frecuentemente cuando
la cota de superficie de un pozo es mucho más elevada que la capa freática
del subsuelo o el nivel del mar.

Las presiones anormalmente bajas también se observan con frecuencia en


los yacimientos agotados. Se trata de yacimientos cuya presión original ha
sido reducida como resultado de la producción o de pérdidas. El fenómeno
de agotamiento no es inusual en los yacimientos maduros en los que se
han producido volúmenes significativos de petróleo y gas sin la
implementación de programas de inyección de agua o de mantenimiento de
la presión. Por el contrario, las presiones anormalmente altas son
características de la mayoría de las regiones productoras de petróleo. Las
sobrepresiones anormales siempre involucran una zona particular que se
sella o aisla. La magnitud de la sobrepresión depende de la estructura, el
ambiente sedimentario y los procesos y tasa de sedimentación.

Presión de Fractura

Es la presión a la cual se presenta falla mecánica de una formación,


originándose una pérdida de circulación. Estas presiones se pueden originar
por trabajar con lodos de alta densidad, cambios bruscos de presión al
meter T.P. (efecto del pistón), mantener demasiado tiempo cerrado el pozo
en caso de un brote con gas y mantener una presión arriba de la presión
máxima permisible en el control de un brote.

Las formaciones de edad geológica reciente de poca profundidad contienen


proporcionalmente más agua y son más porosas y por lo tanto son más
ligeras que las rocas más profundas y se fracturan a presiones más bajas
que las rocas más densas y más comprimidas que se encuentran a mayor
profundidad. Sin embargo, también, estas presiones aparecen en las
formaciones geológicas más viejas que se encuentran a mayor profundidad.

La pérdida de circulación es particularmente peligrosa cuando las


formaciones expuestas en un agujero contienen alta presión, porque un
brote del pozo ocurrirá casi con certeza cuando baje el nivel de lodo en el
pozo.

El gradiente de fractura aplicable al área de que se trate debe tenerse en


consideración cuando se trate de circular lodo pesado y llevar el control de
un brote.

Presión total de sobrecarga


Es la presión ejercida por el peso total de los materiales (sedimentos y
fluidos) sobrepuesto a una formación en particular a determinada
profundidad.

El gradiente de presión total de sobrecarga teórico, se toma como 0.231


kg/ cm2 /m (1.0 PSI / pie), ya que se ha calculado en términos de
promedio de las condiciones de las rocas, como en la porosidad, densidad
de los sedimentos y los fluidos contenidos. Generalmente, dicho gradiente
en un área determinada de perforación, es menor que el teórico.

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