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VIOLENCIA EN LA PAREJA

El proceso de salida y recuperación de una relación de violencia


Herman (2004) propone tres fases en este proceso:
- Primera fase: comprende la tarea de restablecer la seguridad atendiendo a
las necesidades básicas del cuerpo como el sueño, alimentación, activando
la red de apoyo y protegiéndose del agresor.
- Segunda fase: encontramos con objetivo contar la historia de la violencia,
dentro de límites soportables, de modo que la memoria del trauma se
integre a la vida de la mujer. Tras innumerables repeticiones de los
recuerdos, llega un punto en que la historia de violencia vivida no genera
emociones tan incomodas y pasa a ser una experiencia más.
- Tercer fase: una vez que la mujer entiende que fue víctima y cuáles fueron
los efectos de la victimización ya tiene el control para reconstruir una nueva
vida.
Martinez (2013) describe la salida de la violencia como un proceso de
emancipación en el cual es fundamental desterrar el sentimiento de miedo, que la
mayoría de las veces paraliza a las mujeres en contextos de violencia.
Considera que un punto de partida importante en este proceso es la toma de
conciencia, es decir, el proceso por el cual las mujeres se van dando cuenta de lo
que les está pasando y de lo que puede ocurrir en un futuro si no toman una
decisión.
En esta búsqueda de recuperación, aparece un proceso previo de conciencia
emancipadora indispensable para el acto decisorio que surge de dicho proceso.
Por otro lado, se da lugar al auto reconocimiento que implica recuperar el “yo”,
pensar en si mismas y redescubrirse como mujeres generando en las mismas el
sentirse plenas y con derecho a rehacer sus vidas, lo cual las prepara para la
emancipación y nuevos desafíos. En este sentido, la independencia económica es
vital para el proceso de recuperación, no solo porque la cuestión económica
genera autonomía, sino porque las hace sentir útiles y capaces de sobrellevar sus
vidas.
La recuperación es un proceso psicológico que requiere del rompimiento del
silencio de la victimización sufrida, el cuidado y la asistencia profesional
especializada. El proceso psicológico debe atender a preguntas, quien le cree a la
víctima, quien la acompaña, que vínculos son importantes para su recuperación.
La asistencia consiste en atenuar las reacciones de extrema angustia, miedos,
persecución, aislamiento, depresión, enfermedades psicosomáticas, sentimientos
de culpabilidad, ideas autodestructivas.
Factores que influyen en el proceso de salida y recuperación de la violencia:
- Factores de riesgo: “cualquier característica o cualidad de una persona,
comunidad o del entorno, que se sabe va unida a una elevada probabilidad
de dañar la salud”
 Internos (creencias/ emociones):
Las creencias de las mujeres ejercen un rol importante durante el
proceso de recuperación de la violencia en la pareja, ya que pueden
estar dificultando la permanencia en los servicios, la salida de la
relación o el aumento de recaídas.
Las creencias tienen que ver con las concepciones sobre la
naturaleza y el funcionamiento de los roles y comportamientos del
sexo masculino y femenino y sus relaciones de pareja, de familia,
creencias sobre la violencia, la religión, el amor y la naturaleza del
hombre y de la mujer que reflejan la conducta humana. Y la
recuperación se refiere a la desaparición completa de la relación
abusiva que vaya más allá de la reducción de la conducta violenta y
favorezca la reconstrucción de la vida personal y social que
contempla autonomía, independencia y bienestar.
Las creencias ejercen un papel importante ya que actúan como
obstaculizadoras o facilitadoras de la recuperación de la violencia
vivida.
En relación a las emociones, independientemente de cada caso,
luego de la ruptura comienza un duro proceso en el cual las mujeres
víctimas de violencia, no son conscientes del mismo. Este proceso
se enmarca dentro de un momento emocionalmente inestable, difuso
y, muchas veces, contradictorio.
Es un momento en el que algunas abandonan su domicilio o su
entorno más cercano. Aparece el sentimiento de desarraigo, implica
cambios, de vivienda, de entorno próximo y una necesidad inmediata
de encontrar un nuevo lugar o trabajo, un nuevo colegio para los
hijos. Estos cambios, pueden producir, por el contrario, que las
mujeres regresen al domicilio y por lo tanto a la situación de
violencia.

 Externos:
Una respuesta negativa de la red social, una intención institucional
inadecuada, la escasez de recursos materiales, la falta de atención y
cuidado hacia la solicitud de las mujeres que han vivenciado
violencia, pueden significar un riesgo de que las mismas sean re
victimizadas y retornen a la relación violenta.
Desde la OMS se ha realizado una clasificación de los factores de riesgo:
- Factores individuales:
 Antecedentes de violencia en la familia.
 Consumo de alcohol.
 Trastornos de la personalidad.
- Factores de la relación:
 Conflicto en la pareja.
- Factores comunitarios:
 Nivel socioeconómico (más desproporción).
- Factores sociales:
 Poder económico.
 Toma de decisiones.
 Trabajo.
 Roles de género.

- Factores protectores: “aspectos del entorno o competencias de las


personas que favorecen el desarrollo integral de individuos o grupos y
pueden en muchos casos, ayudar a transitar circunstancias desfavorables”.
Pueden detectarse recursos internos que refieren a atributos del sujeto
como ser: estrategias de afrontamiento “aquellos esfuerzos cognitivos y
conductuales para manejar el estrés que cambian a lo largo del tiempo y
dependen del contexto situacional donde tienen lugar”. Funciones de las
estrategias de afrontamiento: enfocada en el problema: consiste en alterar
la relación problemática entre el individuo y el entorno por medio de
cambios en sí mismo o en el ambiente, a fin de lidiar con problemas
específicos. Enfocada en la emoción: reside en modificar la relación
estresante con el entorno (vigilancia o evitación) y el significado sobre lo
que está pasando.

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