Toda la

verdad
sobre el
bar
Hendayais
El mercenario argelino Mohamed
Khiar, de veintiocho años de edad, El puesto fronterizo en Irún que se saltaron los autores del atentado del Hendayais
y un delincuente corso, conocido en
los círculos del hampa por el
sobrenombre de Aldo, fueron las
dos personas que dispararon hace
poco más de cuatro años contra el
bar Hendayais en el sur de Francia,
causando la muerte de dos personas
e hiriendo a otras 10 más.
El atentado contra el bar
Hendayais, organizado
probablemente como represalia por
las actividades de ETA en España,
que en los últimos meses de 1980
provocó decenas de muertos en el
País Vasco, entre ellos las del
dirigente de la UCD Juan de Dios
Doval, provocó una de las
importantes crisis del último
Gobierno de Adolfo Suárez, que
meses después, el 23 de febrero de
1981, dejaba su puesto a Leopoldo
Calvo-Sotelo.
Algunos medios informativos han
asegurado que el tercer hombre que Gllbert Perret y el retrato robot de uno de los asesinos del bar Hendayais
tomó parte en el ametrallamiento
A historia del caso Hendayais, parte del rostro. El otro, algo más al­
L
del Hendayais, por el que en las
próximas semanas va a ser juzgado uno de los episodios más oscu­ to, lleva un chubasquero rojo y un
en San Sebastián el antiguo ros de la última etapa del Go­ pantalón vaquero.
responsable del Mando Unico bierno de Adolfo Suárez, empieza el 23 Eran las siete menos diez de la tar­
Antiterrorista Manuel Ballesteros, de noviembre de 1980. Ese dia, un co­ de. Paulette Mougabure, que en aque­
fue el ex miembro de la OAS che verde oscuro, marca Renault 18, se llos momentos se encontraba frente a
(Organización Armada Secreta) detiene en la calle Lafontaine, de la lo­ la puerta del bar Hendayais, recuerda
Gilbert Perret, estrechamente calidad fronteriza francesa de Bayona. que uno de los misteriosos visitantes,
De su interior descienden dos personas que tenía los cabellos muy oscuros, sa­
vinculado a las tramas negras que que, con paso firme, se dirigen al bar
actuaron durante la transición
có un arma automática y empezó a dis­
Hendayais. Un tercer individuo per­ parar, y que su acompañante extrajo
democrática en el País Vasco. Sin manece al volante con el coche en una metralleta, probablemente una
embargo, las fuentes informantes marcha. Marietta, y vació su cargador contra
de CAMBIOló sostienen que esta José Martin, camarero de un bar los indefensos clientes.
hipótesis no es cierta, porque cercano, ve a los recién llegados de es­ Jean Bautiste Mougabure, una de
Gilbert Perret fue visto en su paldas. Uno de ellos, de rasgos ñor las personas que luego resultarían he­
patisserie de Benicasim el día del africanos, viste un «canguro» azul y ridas, recuerda que dos o tres minutos
atentado. un jersey de cuello alto que le cubre antes de la masacre había visto entrar
62/C A M 8I016 N.* 700/29-4-85

El hotel-Bar Hendayais. donde se produjo el brutal atentado terrorista
en el establecimiento, donde en aque­
llos momentos había entre 30 y 40 per­
sonas, a un tipo con un «canguro»
azul, con una letra B impresa en el pe­
cho, que no consume nada y se mar­
L
cha.
Este individuo resultaría ser, más
tarde, uno de los autores del ametra-
llamiento. Durante décimas de segun­
do, varias ráfagas de metralleta acribi­
llaban, causándoles la muerte, a José
Cadmio y a Jean Pierre Haramendy y
herían a otras 10 personas, entre ellas
los refugiados vascos Manuel Sein
Echevarría y Juan José Iriarte, relacio­
nados por la Policía española con ETA
militar.
El ciudadano francés Bernard Arre-
N ." 7 0 0 29-4-85
che, que vive en la calle Lafontaine, a
escasos metros del bar Hendayais, oyó
los disparos. Según relata en un suma­
rio, instruido por el Juzgado de la
Gran Instancia de Bayona, alarmado,
abrió la ventana y vio cómo un Re­
nault verde oscuro se alejaba a toda ve­
locidad en dirección a la frontera con
España.
El coche, que resultó ser un Re­
nault 18 TS verde, habla sido robado
aquella misma mañana en Lemont (Gi-
rode) al ciudadano francés Daniel
Vinnsonneau y llevaba placas de iden­
tidad falsas (las 6876 MM-40) pertene­
cientes a un vehículo Simca de la zona
de Las Landas.
Según la reconstrucción de los he­
chos, efectuada días más tarde por la
Policía francesa, en un domingo y a la
hora en que efectuó el atentado, cerca
de las siete de la tarde, el vehículo no
pudo tardar ni siquiera un minuto en
recorrer los 1.500 metros que separan
el bar Hendayais de la frontera fran-
co-española. Se salta los controles de
la Gendarmería, arrasa una valla me­
tálica y choca, finalmente, contra un
Renault 5, aparcado en suelo español.
NO de los La Guardia Civil rodea automática­
mente el vehículo a punta de pistola, y
miembros del en ese momento su conductor, un in­
GAL, Mohamed dividuo grueso, con gafas graduadas,
Khlar, se hacía pasar, que viste una chaqueta a cuadros, pi­
de entregarse al Cuerpo Superior de
hasta 1984, en CuIIera Policía.
(Valencia) por hijo de un Casi al mismo tiempo, la Policía de
Fronteras francesa pide que le sean en­
jeque árabe tregados los tres individuos que acaban
de saltarse el control. Entre los gendar­
mes, la Guardia Civil y la Policía es­
pañola se organiza, entonces, una tri­
fulca por ver quién se queda con los
C A M B I0 16/53
detenidos. Según consta en el sumario
abierto en la Audiencia Provincial de
San Sebastián, un gendarme advierte
al inspector de Policía español Diz
Torres, que se encuentra como funcio­
nario de incidencias de fronteras aquel
día, que las tres personas que acaban
de cruzar ilegalmente la frontera ha­
bían cometido, segundos antes, un ac­
to terrorista y que el R-18 en que via­
jaban era robado.
Paralelamente, los tres sorpresivos
visitantes aseguran a la Guardia Civil
que trabajan para el inspector de Po­
licía español Antonio González Pache­
co, alias «Billy el Niño», y que por nin­
gún concepto deben ser entregados a
las autoridades francesas. Los policías
llaman a la casa de Billy el Niño y no
le localizan. Entonces, uno de los rete­
nidos da el teléfono 232 26 60, corres­
pondiente a la Comisaría General de
Información y pide que se localice al
comisario Manuel Ballesteros, respon­
sable del Mando Unico para la Lucha
Contraterrorista.
En una jornada festiva, los inspec­
tores de Policía tardan algún tiempo en
hallar al comisario Ballesteros. Duran­
te ese periodo de tiempo, los tres mer­
cenarios piden a los policías españoles
que se apaguen las luces de la frontera
para impedir que los gendarmes fran-
te, cobra relieve días más tarde, cuan­
do la prensa airea la impunidad con
que se mueven los grupos parapolicia­
les en suelo francés, y el ministro de
Asuntos Exteriores galo llama a con­
EGUN fuentes
S
sultas al em bajador de España en
del GAL, los Francia para pedir explicaciones.
asesinos del bar delEnInterior este clima enrarecido, el ministro
español, Juan José Rosón,
Hendayais trabajanenvía paraal puesto fronterizo de Irún a Jo­
la Policía española sé Luis Fernández Dopico, secretario
general de la Dirección de Seguridad
desde 1978 del Estado, para que realice una inves­
tigación interna sobre el affaire.
Fernández Dopico, que más tarde
sería nombrado director general de la
Policía, se lleva, según inspectores de
ceses puedan identificarles. El inspec­ la Comisaría de Irún, los libros de te­
tor Diz Torres, hoy destinado en la lefonemas y de registro del puesto
frontera con Andorra, hace que las lla­ fronterizo y de la propia Comisaría,
madas telefónicas queden registradas donde constaban los nombres con que
en el libro de telefonemas de la Comi­ se identificaron los tres mercenarios.
saría de Irún. El ex director general de la Policía, hoy
Al final, pasadas las diez de la no­ jefe de seguridad de la Compañía Te­
che, los funcionarios de Policía de la lefónica Nacional de España, asegura
Comisaría de Irún logran hablar con el que no hubo manipulación en los li­
jefe del MULC, Manuel Ballesteros, bros, «ya que éstos tienen que perma­
quien da instrucciones concretas para necer en la dependencia policial hasta
que los tres intrusos sean trasladados que se archivan».
a Madrid sin ningún tipo de identifica­ En cualquier caso, los inspectores de
ción previa para ser puestos en li­ Policía destinados en la provincia de
bertad. San Sebastián recibieron instrucciones
El incidente de Hendaya, no obstan­ terminantes del Gobierno de «olvidar»
el incidente del bar Hendayais. Sin em­
bargo, varios días después de produ­
cirse el ametrallamiento, según consta
en el sumario abierto en el Juzgado de
la Gran Instancia de Bayona, un poli­
cía español le contaba a un «colega»
francés que los tres mercenarios eran
un árabe, de menos de veinticinco años
de edad, probablemente de nacionali­
dad argelina, un francés, relacionado
con el hampa de Burdeos, y un es­
pañol.
Un guardia civil se iba de la lengua
días más tarde ante los gendarmes
franceses. Los tres mercenarios que
habían cruzado la frontera ilegalmen­
te el 23 de noviembre del 80 eran un ar­
gelino del Polisario, un francés que
ejercía como truhán en Burdeos y un
tercero que hablaba muy bien el es­
pañol.
A partir de entonces, una nube de
misterio rodea el caso Hendayais. El
ministro del Interior, Juan José Ro­
són, asegura en el Congreso de los Di­
putados que las tres personas que cru­
zan aquella noche bruscamente la
frontera franco-española son miem­
bros de un comando de información de
la Policía. Manuel Ballesteros, comisa­
rio general de Información, procesado
por la Audiencia de San Sebastián por
un supuesto delito de denegación de
Máxime Szorneck
auxilio a la justicia, afirma que eran
hombres del inspector Antonio Gonzá­
lez Pacheco, que estaban a las órdenes
de otro funcionario bajo su mando.
Sin embargo, cuatro años y medio
después del atentado, el equipo de in­
vestigación de CAMBIO 16, que ha es­
tudiado el caso durante tres meses y
que ha mantenido entrevistas con per­
sonas relacionadas con ETA, como el
abogado Miguel Castell, y que ha es­
tablecido contactos en Ginebra, Bur­
deos y Madrid con miembros del GAL
(Grupos Antiterroristas de Liberación)
y con los funcionarios de la Comisaría
General de Información de la Policía
española en Irún, San Sebastián y Ma­
drid y con fuentes judiciales francesas,
ha podido saber que los autores del
atentado pudieron ser el argelino Mo-
hamed Khiar, un individuo relaciona­
do con la mafia corsa, conocido por
Aldo, y una tercera persona, probable­
mente de habla española, sin iden­
tificar.
De estos tres individuos, la persona
más conocida por los servicios secretos
españoles y franceses es el argelino
Mohamed Khiar, alias «Memed», un
individuo de veintiocho años, a quien
ambas Policías relacionan con el Bata­
llón Vasco Español y el GAL desde co­
mienzos de 1978.
El segundo presunto integrante del
comando terrorista que atentó contra
los clientes del bar Hendayais seria, se­
gún las mismas fuentes, el corso Aldo,
cuya fotografía, según los expertos,
presenta significativas coincidencias
con el retrato robot elaborado por la
trfllüHf3*-----
Policía francesa en base a los testimo­
nios de los testigos de la masacre del
Hendayais.
Según el diario El País, la tercera
persona implicada en el atentado po­
dría ser el ex miembro de la OAS (Or­
ganización Armada Secreta) Gilbert
Perret, a quien en más de una ocasión
numerosas publicaciones españolas y
extranjeras han relacionado con el Ba­
tallón Vasco Español.
Las investigaciones llevadas a cabo
por CAMB1016 no han logrado deter­
minar la implicación de Gilbert Perret,
que actualmente se encuentra en pri­
sión en Valencia, acusado de provocar
un incendio en una fábrica de zapatos,
en el «caso del bar Hendayais».
Su hermano, Clement Perret, que en
la actualidad regenta el restaurante del
aeroclub de Castellón, desmiente la
presunta relación de su hermano con
el ametrallamiento.
Tampoco es probable la
tesis sostenida por Televisión
Española y otros medios de
comunicación de que el ter­
cer hombre que actuó contra
el bar Hendayais fuera el
miembro del GAL Jean
Pierre Chcrid. Según ha po­
dido verificar CAMBlOló,
Cherid participó el 15 de no­
viembre de 1980 en el atenta­
do realizado en Venezuela
contra Joaquín Echevarría y
su esposa, Esperanza Arana,
presuntos miembros de
ETA, y se encontraba en las
fechas del atentado contra el
Hendayais alojado en el ho­
tel Itá Enramada de Asun­
ción, Paraguay, en compañía
del miembro del BVE Carlos
Pereira.
Miembros del GAL con­
sultados por CAMBlOló aseguran que
el m ercenario argelino M ohamed
Khiar entró en contacto con los grupos
parapoliciales españoles en 1978, cuan­
do el comisario Roberto Conesa esta­
ba al frente de la Comisaría General de
Información. Khiar, a quien sus com­
pañeros de equipo califican como un
temerario que se paseaba por Burdeos
y Bayona encapuchado y con una me­
tralleta en la mano buscando etarras,
habría participado, a finales del mes de
junio de 1979, en el atentado que su­
frió en París el dirigente del GRAPO
Francisco Javier Martínez Eizaguirre,
que en aquellos momentos era el res­
ponsable del aparato internacional de
la extraña banda terrorista.
Según contó a esta revista un anti­
guo miembro del GAL que ha estado
relacionado con Mohamed Khiar, el
pistolero de origen argelino comió
aquel dia en el mismo restaurante viet­
namita, situado en el distrito 11 de la
5B.CAMBICM6
capital francesa, en el que se encontra­
ba el activista del GRAPO en compa­
ñía de dos simpatizantes de la organi­
zación. «Tras el atentado —contaba en
aquella ocasión el diario abertzale
Egin, citando fuentes de la Policía
francesa—, los testigos oculares reco­
nocieron como autor de los hechos al
individuo de tez morena y aspecto me­
diterráneo que había estado comiendo
allí minutos antes.»
Ese mismo año, el 13 de septiembre,
el comando de Mohamed Khiar, alias
«Memed», era relacionado con el aten­
tado perpetrado en Biarritz contra el
activista de ETA Justo Elizaran Sara-
sola. «Memed escapó del lugar —cuen­
ta a CAMBlOló el ex miembro del
GAL Mikel— haciendo auto-stop y
alegando como excusa al camionero
que le recogió que se marchaba harto
de Euskadi norte, porque los franceses
eran todos unos racistas.»
O está
N
demostrado que
Gilbert Perret ni
Jean Pierre Cherid
intervinieran en la
masacre del «caso
Hendayais»
La Policía francesa, que tenía vigi­
lado al grupo de Khiar, a raíz de la de­
nuncia de una camarera que había en­
contrado armas en las habitaciones
que ocupaban los mercenarios en un
hotel de los Pirineos Atlánticos, detu­
vo al poco tiempo al judío Máxime
Szorneck, de cuarenta y dos años; al
marroquí nacionalizado francés Marc
Obadia y a Alexis Le-Rhun como sos­
pechosos del atentado contra Elizaran.
Todo este grupo, incluido Mohamed
Khiar. aparece vinculado, según que­
dó demostrado en el sumario abierto
en Bayona en relación con el «caso Eli­
zaran», con la Comisaría General de
Información de la Policía española y
con la banda de mercenarios que diri­
gía desde Benicasim (Castellón) el an­
tiguo miembro de la OAS Gilbert
Perret.
Tras el atentado contra el bar Hen­
dayais, en noviembre del 80, Moha­
med Khiar comienza a independizarse
del clan Perret y adquiere un aparta­
mento en la localidad valenciana de
Cullera, donde hasta el año pasado, en
que un reportaje de CAMBlOló le re­
laciona con el GAL, pasaba entre los
vecinos por ser el hijo de un jeque ára­
be que estudia en Barcelona, que se de­
dica a la dolce vita y que utiliza para
sus desplazamientos dos vehículos de
alta cilindrada, uno de ellos,
un Porsche azul, y el otro, un
Ferrari gris metalizado, am­
bos con matricula francesa,
acabada en 33, código perte­
neciente a la localidad fran­
cesa de Burdeos.
El argelino K hiar, tras
unos meses de inactividad,
reaparece como miembro del
GAL a finales de 1984, for­
mando parte del comando
que dirige el ex paracaidista
francés Jean Pierre Cherid
(ver C A M B lO ló número
651). Sin embargo, semanas
antes de que Cherid fuera
víctima de la trampa mortal
que tenía preparada contra
ETA, el grupo se disolvió.
C herid, según un tercer
miembro del GAL, Ies quería
robar dos millones por cada
uno de los etarras que iban a matar.
Khiar entró en contacto entonces
con el hampa de Burdeos y el 23 de
marzo de 1984 aparecía relacionado en
el atentado contra Javier Pérez de Are-
naza, supuesto miembro de ETA mili­
tar y cuñado del jefe de la banda terro­
rista Domingo lturbe Abasólo, «Txo-
min», quien perdió la vida en una es­
tación de servicio de Biarritz cuando
acababa de poner gasolina a su coche,
un C itroén D yane, matrícula
9738QH 64.
Días después, en Madrid, un guar­
dia civil vinculado al Gabinete de In­
formación y Operaciones Especiales
del Ministerio del Interior presumía
ante un grupo de amigos de haber pa­
gado en San Sebastián a Khiar seis mi­
llones de pesetas por «servicios de Es­
tado».
José Díaz Herrera
y Rafael Cid
N." 7 0 0 :>9 4 85