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Transformaciones del Sistema Internacional

KISSINGER, H.: China. Barcelona, Icaria, 2012.

Lorena Oviedo Rodríguez

Máster en Estudios Internacionales

Curso 2012/2013

Universidad de Santiago de Compostela

1
Introducción

Se han hecho muchas críticas de China, de Henry Kissinger, tanto positivas como
negativas, desde su publicación. En The New York Times, Michiko Kakutani lo acusa de
promover el propio estilo de Realpolitik del autor, así como de suavizar el mandato de
Mao Zedong, ser demasiado complaciente con los líderes y las políticas chinas y de
haber sido, en realidad, más adulador con los líderes chinos de lo que admite ser.
Además, relaciona su gentileza en el trato con China a su presidencia en la Kissinger
Associates Inc., una empresa asesora con gran interés en tal país 1. En The Telegraph,
Jon Halliday2 se hace eco de la protesta ante la benevolencia con la que Kissinger trata a
Mao, al que denomina “filósofo”, si bien éste no se caracterizaba precisamente por
respetar los atributos de la filosofía (libertad de pensamiento y debate), y añade la
reticencia a reconocer la estrecha unión entre el comunismo chino y el soviético, por no
mencionar la deliberada ausencia de comentarios acerca de Pakistán y Corea del Norte3.
Por su parte, Jasper Becker 4 ataca incisivamente tanto al autor como a su obra en The
Guardian, inculpándolo de evadir la respuesta a la pregunta clave (“why and how did
President Richard Nixon decide that it was in America's interests to protect communist
China?”5), además de utilizar su narrativa para ensalzar su propio papel en las relaciones
sino-estadounidenses, aportar datos falsos y dulcificar la imagen de Mao. Por el
contrario, el análisis efectuado por Brantly Womack 6 en The Washington Post halaga la
empatía de Kissinger hacia el sujeto analizado, la sensatez de sus proposiciones, y la
sorprendente falta de errores factuales tratándose de un ámbito tan general 7. Otros
análisis, como el de Guo Du8, destacan que es refrescante leer a un autor que no se deja

1
KAKUTANI, M.: “An insider views China, past and future”, en: The New York Times, 9 de mayo de
2011. <http://www.nytimes.com/2011/05/10/books/on-china-by-henry-kissinger-
review.html?pagewanted=all&_r=0>
2
Autor, junto con su esposa Jung Chang, del libro Mao, the Unknown Story. Anchor, 2006.
3
HALLIDAY, J.: “On China by Henry Kissinger: review” en: The Telegraph, 3 de junio de 2011.
<http://www.telegraph.co.uk/culture/books/bookreviews/8552346/On-China-by-Henry-Kissinger-
review.html>
4
Autor de City of Heavenly Tranquillity: Beijing in the History of China. United States, Oxford
University Press, 2008.
5
BECKER, J.: “On China by Henry Kissinger – Review” en: The Guardian, 21 de mayo de 2011.
<http://www.guardian.co.uk/books/2011/may/21/on-china-henry-kissinger-review>
6
Autor de China Among Unequals: Asymmetric Foreign Relationships in Asia. World Scientific
Publishing Company, 2011. y de China’s Rise in Historical Perspective. Rowman & Littlefield
Publishers, 2010.
7
WOMACK, B.: “Henry Kissinger’s ‘On China’” en: The Washington Post, 3 de junio de 2011.
<http://articles.washingtonpost.com/2011-06-03/entertainment/35234062_1_chinese-diplomacy-china-
chinese-domestic-politics>
8
GUO, D.: “Kissinger’s ‘On China’ – not quite a book review” en: Hidden Harmonies China Blog, 23 de
marzo de 2013. <http://blog.hiddenharmonies.org/2013/03/kissingers-on-china-not-quite-a-book-review/>

2
amedrentar por los prejuicios occidentales respecto a China, y que efectúa un análisis
racional y humano a un país cuyos aspectos negativos se resaltan con frecuencia con
mayor ahínco por parte del mundo occidental. Asimismo, celebra que el estudio de Mao
Zedong sea “perceptive rather than selective”, y que el objeto de China sea el de “to
promote understanding rather than deepen suspicion”.

No obstante, e independientemente de la concordancia de las ideas del lector con


las del autor, un hecho es innegable: su calidad y su sencillez, que hacen que su
totalidad resulte de lectura fácil y entretenida, algo que no pasan por alto ni sus críticos
más severos. Si bien su estilo también es ameno en Diplomacia9, en China se advierte
una mayor madurez a la hora de expresar sus ideas, de una manera menos tajante y sin
poner tanto sus ideales por delante de su narración. Esto no quiere decir que la obra esté
exenta de ideología, pero en este caso está expresada de una manera muy sutil que
puede pasar inadvertida al lector, haciendo que disfrute de una narrativa aparentemente
objetiva y desinteresada. Kissinger busca —como acertadamente afirma Guo Du— la
comprensión de China por parte de la audiencia occidental, y proporciona un amplio
marco histórico que, al presentar los aspectos de su pasado, puede ayudarnos a
comprender sus decisiones presentes y futuras. Sin embargo, es vital poner de
manifiesto una serie de cuestiones que Kissinger no contempla en su obra —o lo hace,
pero de manera muy superficial— y que son profundamente relevantes a la hora de
analizar a China y su relación con Estados Unidos. Ésta es la tarea que se pretende
llevar a cabo a lo largo del presente ensayo.

África: el teatro de la competición estratégica sino-estadounidense.

«The trend is clear – Africa is becoming a theater for strategic competition


between the United States and China, as both countries seek to expand their
clout and secure access to resources.»10

Uno de los aspectos que más llaman la atención en China es, sin duda, la falta de
mención acerca de África. Si bien Kissinger sólo dedica los dos últimos capítulos de su
libro a los retos actuales en las relaciones entre Estados Unidos y China, la mención de
la rivalidad entre ambos en territorio africano tan sólo se menciona como dato

9
KISSINGER, H.: Diplomacia. Barcelona, Ediciones B, 2010.
10
AKULOV, A.: “Confronting China: US boosts Military Presence in Africa”, en: Global Research, 28
de marzo de 2013. <http://www.globalresearch.ca/confronting-china-us-boosts-military-presence-in-
africa/5328676>

3
anecdótico, cuando la situación es de vital importancia para anticipar los roces entre las
dos potencias.

La presencia de China en África se remonta a la década de 1950, cuando


construye la vía ferroviaria TAZARA entre Tanzania y Zambia en 1955, y reconoce la
independencia de Argelia en 1958, así como la legitimidad de otros movimientos
independentistas11. Tras la muerte de Mao, tal presencia perdió fuerza, para después
retomarla con el presidente Hu Jintao. Debido a su acuciante necesidad de materias
primas y recursos naturales, China se ha convertido en el segundo importador de
petróleo del mundo detrás de Estados Unidos, con un consumo diario estimado de 5’5
millones de barriles12, y la OPEP estima que puede llegar a ocupar el primer puesto para
el año 201413. Ello, unido a que se trata del mayor consumidor de energía del mundo,
hace que su interés por el continente africano no haga sino acrecentarse, y se ha
instalado ya en el primer puesto de la lista de países que comercian con África 14. Ahora
bien, su influencia no sólo se limita a la importación de crudo y materias primas, sino
que la exportación de productos chinos a África también juega un importante papel. Los
productos que se venden son a precios pensados para sociedades de renta per cápita muy
baja, y los comerciantes se han asegurado de llegar a zonas en las que el comercio
internacional era nulo, creando de tal manera nuevos nichos de mercado. No obstante, el
papel diferenciador de China en el continente frente a las demás potencias occidentales
establecidas —por las mismas razones— en el mismo, radica en su modelo de
desarrollo. Al contrario que muchos países occidentales, así como instituciones como el
Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, los préstamos concedidos por
China son bonificados y sin intereses (soft loans) y el país invierte grandes cantidades
en la construcción de infraestructuras (escuelas, hospitales, edificios estatales, etc.) y el
desarrollo del país, al tiempo que renuncia a desaprobar el tipo de gobierno de los
Estados en cuestión15. Esto hace que la colaboración con China resulte más atractiva

11
Para profundizar en las relaciones sino-africanas tras la descolonización, consultar a HONGMING, Z.:
La politique africaine de la Chine. Bordeaux, Centre d’Étude d’Afrique Noir (CEAN), 2000.
12
U.S. ENERGY INFORMATION ADMINISTRATION: China, en: eia.gov, 22 de abril de 2013.
<http://www.eia.gov/countries/cab.cfm?fips=CH>
13
LODER, A.: “China to surpass U.S. as World’s Top Crude Importer, OPEC says”, en: Bloomberg, 2 de
abril de 2013. <http://www.bloomberg.com/news/2013-04-02/china-to-surpass-u-s-as-world-s-top-crude-
importer-opec-says.html >
14
LAFARGUE, F.: “China’s Presence in Africa”, en: Revues.org, 18 de diciembre de 2006.
<http://chinaperspectives.revues.org/519>
15
VAN DIJK, MEINE PIETER (ED.): China’s presence in Africa. Amsterdam, Amsterdam University
Press, 2009.

4
para muchos países que las alianzas occidentales. Es por ello que la presencia asiática
cada vez mayor en el continente se percibe como problemática por parte de Occidente,
que ha optado por dos técnicas de defensa contra ella: el desprestigio mediático y la
militarización de los países en los que se encuentran. El primer caso se ejemplifica con
el papel de diversos líderes, tales como Hillary Clinton16 o David Cameron17, que han
advertido personalmente a los países africanos del “nuevo colonialismo llevado a cabo
por la autoritaria China” en el continente, al mismo tiempo que se han difundido
ampliamente una serie de mitos relativos a la presencia asiática en África. Algunos
ejemplos son el acaparamiento de tierras africanas, el establecimiento de agricultura a
gran escala y la migración masiva de trabajadores chinos a África en lugar de contratar
a personal local, que han probado ser falsos o desmesuradamente exagerados por los
medios18. En segundo lugar, la militarización de África por parte de las potencias
occidentales se traduce en la actuación de AFRICOM (African Command), herramienta
militar de expansión de Estados Unidos en África, que actúa en colaboración con países
de la Unión Europea19. Este comando ha llevado a cabo, este mismo año, importantes
operaciones en África que han quedado eclipsadas mediáticamente por los ejercicios
con Corea del Sur: se trata, por ejemplo, del “Exercise Obangame Express 2013”, en
febrero, en el Golfo de Guinea 20, y “Operation Flintlock”, en marzo, en Mauritania 21.
Tales actividades no tienen otro objetivo que, en palabras de Andrei Akulov, «to push
China and other rivals, like Russia, for instance, out of the continent or at least to
cripple their access to the resources. The war on terror is a good disguise 22». Es
interesante resaltar el hecho de que la decisión de establecer AFRICOM llegase meses
después de la celebración del Fórum sobre la Cooperación China-África (FOCAC por

16
LEE, M.: “Hillary Clinton Warns Africa of ‘New Colonialism’”, en: The Huffington Post, 6 de
noviembre de 2011. <http://www.huffingtonpost.com/2011/06/11/hillary-clinton-africa-new-
colonialism_n_875318.html>
17
GROVES, J.: “Cameron warns Africans over the ‘Chinese Invasion’ as they pour billions into
continent”, en: Dailymail, 19 de Julio de 2011. <http://www.dailymail.co.uk/news/article-
2016677/Cameron-warns-Africans-Chinese-invasion-pour-billions-continent.html>
18
BRÄUTIGAM, D.: “Dispelling the myths of China’s presence in Africa”, en: This is Africa Online, 30
de agosto de 2012. < http://www.thisisafricaonline.com/Business/Dispelling-the-myths-of-China-s-
presence-in-Africa?ct=true > y en su blog personal dedicado al tema: China in Africa: The Real Story,
<http://www.chinaafricarealstory.com/>
19
Su declaración de intenciones es bastante reveladora. Disponible en “What We Do”, en: Africom.
<http://www.africom.mil/what-we-do>
20
Un punto de ambición geoestratégica de cada vez mayor relevancia. Para profundizar en esta
afirmación, acudir a: GIORGIS, D.: “Why we should be watching the Gulf of Guinea”, en: CNN News, 5
de marzo de 2013. <http://globalpublicsquare.blogs.cnn.com/2013/03/05/why-we-should-be-watching-
the-gulf-of-guinea/>
21
Los resultados de ambas operaciones están publicados en la web de Africom.
22
AKULOV, A.: Opus cit.

5
sus siglas en inglés) en la cumbre de Beijing de 2006, a la que acudieron 50 líderes
africanos y en la que China acordó un plan trienal de tres mil millones de dólares para
África en forma de préstamos preferenciales y ayudas, que en la actualidad se ha visto
aumentado hasta veinte mil millones en 201223.

El papel que juega África en las relaciones sino-estadounidenses es de vital


relevancia en la actualidad para comprender muchos de los acontecimientos presentes
en el continente y las fricciones entre las dos potencias. Como se ha visto, la presencia
de Estados Unidos y China en África se remonta a la época de Mao Zedong, y se ha
incrementado enormemente en las últimas décadas. Si bien es posible que Kissinger
pudiese no considerar el tema africano digno de excesiva atención, es necesario, como
mínimo, mencionar que es una esfera de competición geopolítica y geoestratégica entre
ambas potencias: no obstante, en 543 páginas sólo nombra a África una vez (p. 535), y
para desechar la probabilidad de que haya problemas de rivalidad colonial entre Estados
Unidos y China. Kissinger no debería pretender restar importancia a la competición
entre ambas potencias en la adquisición de recursos, ya que esa cuestión ha
desencadenado conflictos actuales tan importantes como la intervención (impulsada por
los medios) en Uganda, la intervención internacional en Libia y los sucesos actuales en
Siria e Irán, de futuro incierto. Ésta ha sido, en mi opinión, una importante omisión que
se echa en falta a la hora de analizar la China de nuestros días.

Corea del Norte y el medio ambiente

Otros temas que también son importantes a la hora de profundizar en las


relaciones sino-estadounidenses son, por ejemplo, la importancia pasada, presente y
futura de Corea del Norte en el panorama internacional y el dilema medioambiental que
acecha a China. La superficialidad con la que se tocan estos temas puede argüirse al
hecho de que Kissinger desarrolle más ampliamente los temas que le tocaron
personalmente, de ahí el extenso tratamiento de las relaciones diplomáticas entre China
y Estados Unidos desde la llegada al poder de Nixon en detrimento de los temas ya
mencionados. Sin embargo, se trata de cuestiones cuyo origen pasado explica su
creciente importancia actual, y a las que habría sido conveniente dedicar unas páginas.

La guerra de Corea en la década de 1950 explica muchos de los problemas que


hay en la actualidad con Corea del Norte. Si bien el núcleo duro de los mismos ha salido
23
Íbid.

6
a la luz (o, quizá, ha aparecido finalmente en los medios) al mismo tiempo o
posteriormente a la publicación de China, gran parte de los roces podían intuirse con
anterioridad. Con la desaparición de la Unión Soviética a finales del siglo pasado, Corea
del Norte comenzó a ser consciente de la amenaza nuclear que la rodeaba (Corea del
Sur, Estados Unidos, Guam) y que impedía su crecimiento económico, y de cómo otros
países tales como Yugoslavia o Iraq caían debido a su falta de poder nuclear 24. Ello,
unido a la devastación provocada por la guerra, el cerco militar y económico impuesto a
Corea del Norte que dificulta con creces su comercio exterior25, y a las maniobras
militares estadounidenses, no podían sino provocar un intento por parte de los
norcoreanos de hacerse con similar tecnología. Además, la estrategia provocadora del
país es ya harto conocida, y la histeria mediática no hace sino poner en bandeja la
intervención occidental en el país. Esta injerencia es animada sutilmente por Kissinger
como medio para llegar a una comunidad del Pacífico.

«Si Corea consigue mantener su capacidad nuclear debido a la incapacidad


de las partes negociadoras de llegar al fondo del problema, será más
probable la proliferación de armamento nuclear por todo el nordeste asiático
y por Oriente Próximo. ¿No habrá llegado el momento de dar el paso
siguiente y abordar la cuestión de la proliferación de Corea en el contexto de
un orden pacífico acordado para el nordeste asiático?» (pp. 540-541)

El tema de Corea del Norte es extenso y complicado. La guerra de Corea de


mediados del siglo pasado, si bien está adecuadamente relatada, alberga más
complicaciones estratégicas de las que se sacan a la luz. En todo caso, es importante
enfatizar que las relaciones entre China y Estados Unidos en lo que concierne a Corea
del Norte son vitales para comprender los futuros acontecimientos en este último país,
especialmente cuando en las últimas décadas China ha incrementado sus vínculos con
Corea del Sur en el ámbito comercial y político 26, lo que podría dar lugar a un giro de
los acontecimientos.

24
CORAZÓN RURAL, Á.: “Entrevista a Rafael Poch: China, aunque suene fuerte, es de los países mejor
gobernados del mundo”, en: Jot Down, abril de 2013. <http://www.jotdown.es/2013/04/rafael-poch-
china-aunque-suene-fuerte-es-de-los-mejores-paises-gobernados-del-mundo/>
25
ELICH, G.: “Un cerco sobre Corea del Norte”, en: Global Research, 5 de abril de 2013.
<http://www.globalresearch.ca/un-cerco-sobre-corea-del-norte/5329930>
26
En mayo de 2012, se creó un acuerdo comercial tripartito entre Japón, Corea del Sur y China. Éste no
es sino uno más de los acuerdos sino-surcoreanos, que ya son diez veces más cuantiosos que aquéllos con
Corea del Norte. INTERNATIONAL CENTER FOR TRADE AND SUSTAINABLE DEVELOPMENT:

7
En cuanto al tema medioambiental, es uno de los principales obstáculos ante los
que se encuentra China en la actualidad, que Kissinger no contempla apenas y al que
Spence27 quita hierro poniéndolo en comparación con el de países desarrollados y
señalando los planes para contrarrestarlo. La polución del aire28 y el agua29, la
desertificación30, la desecación de los glaciares del Himalaya y la creciente tasa de
mortandad en relación con el deterioro progresivo del medio ambiente han sido causa de
movimientos de protesta en China que exigen una solución31. No obstante, la política
china de crecimiento continuo hace que se reste importancia a este problema, que ya no
sólo afecta a su país sino al conjunto de la población global. A pesar de todo ello, es un
problema que exige la búsqueda de una respuesta inmediata, no sólo por lo que supone
por sí mismo, sino porque la propia obsesión por el crecimiento de China se verá
interrumpida de seguir la situación por el mismo cauce.

Conclusión

A pesar de las ideas expuestas con anterioridad, la maestría mostrada en la


elaboración de China es indiscutible. El mero hecho de proporcionar transcripciones y
relatos fidedignos acerca de las relaciones entre los distintos líderes políticos, que de
otra manera no habría manera de consultar, supone de por sí que China sea un
instrumento trascendental a la hora de analizar tales vínculos. Kissinger aporta la
inspiradora versión de una persona presente en los intercambios sino-estadounidenses
que, unida a su visión particular de las características personales de cada líder, suponen
una visión radicalmente distinta de aquélla ofrecida por los medios de comunicación.
Asimismo, la aportación de una perspectiva completa en todos los planos de la potencia
asiática no sólo se lleva a cabo con profesionalidad, sino también con una soltura que
hace que la lectura sea grata y ligera para todo tipo de público interesado en el tema. El
contenido tratado es muy amplio, abarcando desde los orígenes y valores ancestrales

“Hacia acuerdo comercial entre China, Japón y Corea del Sur”, en: ICTSD, mayo de 2012.
<http://ictsd.org/i/news/puentesquincenal/133686>
27
SPENCE, M.: La convergencia inevitable. Madrid, Taurus, 2012, pp. 271-287.
28
WONG, E.: “On a Scale of 0 to 500, Beijing’s Air Quality Tops ‘Crazy Bad’ at 755”, en: The New York
Times, 12 de enero de 2013. <http://www.nytimes.com/2013/01/13/science/earth/beijing-air-pollution-
off-the-charts.html?_r=0>
29
SPECTOR, D.: “If you think China’s air is bad, you should see the water”, en: Business Insider, 31 de
marzo de 2013. <http://www.businessinsider.com/china-water-pollution-2013-3?op=1 >
30
ÁLVAREZ TUDELA, R.: “Fighting desertification in China”, en: AlJazeera, 8 de diciembre de 2012.
<http://www.aljazeera.com/indepth/features/2012/12/2012126123056457256.html>
31
JIANQIANG, L.: “China’s new ‘middle class’ environmental protests”, en: China Dialogue, 2 de enero
de 2013. <http://www.chinadialogue.net/article/show/single/en/5561-China-s-new-middle-class-
environmental-protests>

8
chinos hasta los desafíos actuales a los que se enfrenta, haciendo que la comprensión del
lector acerca del país no se limite a simples datos fácticos, sino que se adentre en el
pensamiento oriental y vea con otros ojos sus decisiones. En la narrativa de Kissinger se
aprecia una madurez y una visión que distan de algunas afirmaciones categóricas que
caracterizaban a Diplomacia, haciendo que China tenga un tono más pacífico que hace
que la lectura transcurra con mayor placidez. En definitiva, China es un partícipe
relevante en la comprensión a todos los niveles del país, y un libro necesario en
cualquier biblioteca personal que se precie.

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