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Fenomenología: Esta palabra en su etimología proviene del griego “φαινομενον” (phainomenon) fenómeno y del sufijo

“logía” del griego “λογία” que indica estudio, tratado o ciencia. Estudio del fenómeno

De acuerdo con Zeballos (2009), la fenomenología es una corriente filosófica que basa su aproximación en el estudio
objetivo de fenómenos generalmente considerados subjetivos: la conciencia y las experiencias como los juicios,
percepciones y emociones.

La fenomenología, según el mismo autor, trata de entender la arquitectura a través de la percepción de los objetos o
fenómenos, y a pesar de ser una corriente relativamente reciente, utiliza criterios que han venido siendo usados desde
los albores de la historia de la arquitectura.
Mas plantea de igual forma que la fenomenología No es una corriente arquitectónica, es más bien una metodología, por
lo que ha sido usada para analizar y entender múltiples corrientes a través de la historia.

“El nacimiento de la Fenomenología, y del método fenomenológico en particular, se debe a la toma de conciencia
de la gran influencia que tienen en nuestra percepción las disposiciones y actitudes personales, las posiciones
teóricas y la tradición aceptada, así como al deseo de limitar convenientemente ese factor interno para dejar
hablar más y revelarse más la realidad de las cosas con sus características y componentes estructurales propios.
“ Parra (2005)

Urbano: Procede del latín urbānus, el adjetivo urbano hace referencia a aquello perteneciente a la ciudad, y significa
«aquel que habita en la ciudad».

Urbanización: Sus componentes léxicos son: urbe (ciudad), -izare (convertir en), más el sufijo -ción (acción y efecto

 Acción o efecto de urbanizar (acondicionar un espacio para la vida de ciudad, trazando calles, construyendo
edificios y acueducto, etc.) o de urbanizarse (adquirir hábitos de urbanidad o cortesía).
 Proceso de crecimiento y desarrollo de las ciudades.

Ciudad bajo concepción fenomenológica


La fenomenología puede ser utilizada también como método de estudio de la diversidad del fenómeno urbano y su
contacto con la sociedad, atendiendo a la dimensión praxiológica de esta vía reflexiva, es decir, el examen de acciones
diversas o de un conjunto de acciones, desde el punto de vista de su eficiencia.

El reconocido arquitecto y teórico Christian Norberg-Schulz criticó las falencias de la arquitectura moderna,
particularmente a nivel urbano, y anunció un nuevo enfoque hacia el problema del espacio arquitectónico, intentando
"desarrollar la idea de que el espacio arquitectónico puede ser entendido como una concretización de esquemas o
imágenes ambientales, que forman una parte necesaria de la orientación del hombre o 'estar en el mundo'".

En este sentido, Norberg-Schulz en su libro hacia una fenomenología de la arquitectura, centra el estudio y comprensión
del lugar desde la fenomenología. De esta manera busca explicar que es el lugar y como este se percibe de acuerdo a
las concepciones del estudio fenomenológico, donde las experiencias y percepciones personales y colectivas juegan un
papel primordial.

Es así que introduce los términos espacio (análisis a partir de la distribución tridimensional) y carácter (desde su
atmosfera, su percepción) para categorizar el lugar, siendo la materia, forma, textura, color y sustancia las que le otorgan
ese carácter al entorno. Planteando así que el que dos espacios tengan organización espacial similar no implica que
tengan el mismo carácter.

Concepciones de este tipo son planteadas también por autores de otras ramas de estudio, por ejemplo Immanuel Kant,
quien establece que el lugar caracterizaría aquellas formas espaciotemporales percibidas por medio de intuiciones
(categoriales), las cuales exceden la realidad material de la forma (territorio, ciudad, asentamiento), permitiendo la
inserción activa de las subjetividades que preexisten a dichas formas materiales (orden, leyes, estructuras, habitabilidad).
La diferencia con la ciencia moderna aquí es notable, ya que es posible advertir cómo las categorías de espacio y tiempo
son trascendentales, en el sentido de que son compartidas por todos de la misma manera en un plano subjetivo. Por esta
razón, en Kant, espacio y tiempo no son dimensiones objetivas de la realidad, sino formas a priori, esquemas mentales
que preexisten, condicionan y estructuran nuestra percepción del mundo externo.

Inicialmente, continuando con Norberg-Schulz, se creía que solo había una relación sujeto – objeto, pero el autor plantea
una relación bidireccional entre el hombre y el mundo. De este modo el hombre puede identificar el espacio desde lo
físico y lo emocional. Posteriormente, se identifica a sí mismo en el entorno, siendo el paisaje el lugar que lo define.

Norberg-schulz plantea de igual forma un concepto de morar, en el cual, cuando el hombre mora él está
simultáneamente localizado en un espacio y expuesto a un cierto carácter del ambiente. Las dos funciones psicológicas
involucradas pueden ser llamadas orientación e identificación. Para ganar una fundamentación existencial, el hombre
debe poder orientarse él mismo y debe saber dónde está. Pero además, debe identificarse él mismo con el medio, esto
es, debe conocer cómo él, es en un cierto lugar.

Al problema de la orientación mencionado anteriormente se le ha dado considerable importancia en los trabajos teóricos
más recientes de la planeación urbana y de la arquitectura. En esta ocasión referidos al trabajo de Kevin Lynch quien
plantea conceptos como nodo, senda y distrito que denotan la estructura espacial básica del objeto de la orientación
humana. La interrelación percibida entre estos elementos, constituye una “imagen del medio” un aspecto perceptual que
se limita a la función espacial de los elementos y que podría ser considerado subjetivo, pero que conforma uno de los
métodos de análisis urbanos más reconocidos en la actualidad y constituye una contribución esencial a la teoría del
lugar.

La diferencia con otros enfoques como el estructuralista radica en que el enfoque fenomenológico plantea que el lugar no
se puede reducir exclusivamente a sus relaciones o sus partes, pues perdería su sentido ya que cada acción demanda
un lugar particular para desarrollarse satisfactoriamente y por ende no se puede comprender el lugar únicamente por
medio de conceptos analíticos.

De esta forma se podría citar al autor Rauseo (2017) cuando señala que la ciudad es una obra (respuesta creativa) y
producto (material con valor de uso y cambio) de lo humano, por lo que el planteamiento de un análisis desde el punto de
vista de la percepción del hombre contribuiría bastante a la comprensión de los diferentes fenómenos que ocurren en la
ciudad.

Estos planteamientos son igualmente respaldados por Norberg-Schulz cuando menciona que las distintas maneras de
ver y percibir el mundo que existen gracias a la experiencia individual o colectiva del hombre en un lugar, contribuyen a
las concepciones generales que se tienen de un sitio dentro de las cuales el hombre se puede sentir identificado. Estas
concepciones son representadas de diversas maneras las cuales intentan dar a entender las diferentes sensaciones y
modos de vida que se producen en el sitio. Por ejemplo en las obras de Fernando Botero se ve la idiosincrasia de
Antioquia, mientras que en las de Alejandro Obregón se nota el carácter tropical del caribe. Convirtiendo así, de cierta
forma, un aspecto subjetivo e intangible como lo es la percepción, en un elemento primordial para la identificación y
comprensión de las dinámicas y respuestas que se dan en un lugar, como por ejemplo la ciudad.

Al hablar de fenomenología orientado al amplio entorno de la ciudad, el autor plantea también la importancia del espacio
y el carácter para la definición de límite. Para definir un límite se debe entender tanto el espacio como el carácter. Todo
espacio tiene límites, el cielo y la tierra, interior y exterior. No solo existen límites físicos sino que también los hay del tipo
perceptual. Por ejemplo, cuando cambiamos de barrio hay varias percepciones en lo que vemos y experimentamos que
nos da cuenta que estamos en un lugar con un genius loci diferente. Estos son límites no tangibles dados por el carácter
del lugar.

De igual manera, el planteamiento del concepto del genius loci como espíritu del lugar, es tomado por Norberg-Schulz
como elemento de gran importancia para la teoría del lugar y que a su vez es determinante para la comprensión del
funcionamiento de la ciudad. Es señalado por el mismo de la siguiente forma: “El genius loci de un asentamiento
urbano debe orientar al hombre e identificarlo con las raíces culturales del lugar”

El escritor británico Lawrence Durrell señala de igual forma que “El determinante de cualquier cultura es el espíritu del
lugar.”

Así, continuando con las ideas de Norberg-Schulz se establece que la identidad del humano propone la identidad de un
lugar, considerando que tanto los hombres como los lugares tienen una identidad, el hombre solo podrá identificarlas al
entender la escala de su entorno. Esto se ejemplifica por medio de la comparación de dos ciudades; Bogotá es una
ciudad introvertida donde la arquitectura se resguarda del exterior considerado un poco hostil; mientras que Cartagena es
extrovertida, su arquitectura y ambiente se da hacia el exterior. Estas identidades se pueden dar a diferentes escalas, es
decir dentro de la misma ciudad, pueden haber distintos genius loci o espíritu del lugar, siendo cada uno de ellos un
factor importante a tomar en cuenta en los análisis de la ciudad como una totalidad.

ASPECTOS TOMADOS EN CUENTA POR LA FENOMENOLOGÍA de acuerdo a Norberg-Schulz:

LUGAR NATURAL

Morar en un lugar urbano es la acción de estar ubicado en el genius loci de la naturaleza y a su vez estar abierto al
genius loci del mundo artificial
Todo lugar se entiende por lo cualitativo y lo cuantitativo. La estructura es lo que compone el lugar físico como tal,
mientras que el significado viene siendo lo que el hombre interpreta del lugar. Norberg-Schulz paradójicamente critica los
métodos científicos pero a su momento usa un método científico para dar cuenta de lo que quiere decir.

El hombre occidental reconoce la naturaleza, la interpreta y la designa a través del lenguaje, pues una cosa es inerte
hasta que nos significa algo. Mediante los distintos métodos que se plantean para entender la naturaleza, se nos invita a
recordar que hacemos parte de una entidad viva. Adicionalmente, el autor sugiere que confiemos en nosotros mismos,
en lo que vemos, sentimos, escuchamos e intuimos.

La estructura de un lugar natural depende tanto del cielo como la tierra. Pero el análisis del mismo parte del paisaje, pues
es más estable. El paisaje es un terreno con lugares significativos y es la base para la construcción de los lugares
creados por el hombre.

La importancia que plantea el autor sobre el análisis y entendimiento de estos elementos radica en su concepción de
morar el cual no es simplemente una cuestión de habitar, sino de entender tanto los componentes macro como micro del
lugar.

LUGAR ARTIFICIAL

Para el hombre urbano moderno la familiaridad con el medio natural se reduce a relaciones fragmentarías que lo llevan a
tener más una identificación con las cosas artificiales hechas por el hombre, como son las calles y las casas que con los
planteamientos del lugar natural hechos anteriormente.

Teniendo como idea planteada por el autor que el ambiente de los artificial es una reflexión del hombre para entender el
ambiente natural y su situación existencial, resalta la importancia de la previa comprensión del lugar natural y sus
aproximaciones para la construcción y por ende, para la creación de ciudad. Plantea de igual forma que la primera forma
de construir consiste en concretar las fuerzas de la naturaleza y que la arquitectura sería establecida como nuestro
método de anclaje con la misma, siendo la estructura y el significado que el hombre le da a su creación, reflejos de su
entendimiento del lugar natural y la posición en la que el se visualiza en la misma.

Este tipo de experiencias con el medio que son obtenidas por el hombre a temprana edad y le permiten desarrollar un
esquema perceptual que le determina todas sus futuras experiencias. El esquema comprende estructuras universales
que definen la interrelación con los otros hombres, así como, otras localmente determinadas y culturalmente
condicionadas.

Al llevar al entendimiento fenomenológico el lugar artificial, se plantea que las relaciones tienen un rol fundamental en el
entendimiento de los espacios y los objetos, donde los espacios le dan carácter al lugar y el sentido de espacio vivido y la
relación entre objetos es donde se da la arquitectura.

El objetivo de cualquier asentamiento es reunir. Hay dos tipos de espacios artificiales, los primeros que están dados
gracias a lo natural y los segundos que los han determinado el hombre. Una finca, ejemplifica el primer tipo, su genius
loci depende de lo natural. Una ejemplificación del segundo estilo de lugar es la ciudad, esta es una relación entre varias
partes. En resumen, hay arquitectura que surge de lugar y arquitectura que crea lugar.

Finalmente lo que se quiere mostrar con estos aspectos no es un cierto determinismo ambiental, sólo reconocemos el
factor del hombre, como una parte integral del medio ambiente

RESEÑA HISTÓRICA

De acuerdo con el autor Rauseo (2017), Venezuela pasó por 3 etapas en cuanto al sistema económico predominante, las
cuales fueron: feudalismo, precapitalismo y, finalmente, el capitalismo; significando este último la aparición de la
modernidad capitalista, teniendo como antecedente, tanto a las actividades preindustriales como a la cultura urbana, la
primera modernización hecha por el general Antonio Guzmán Blanco.

Teniendo como contexto histórico los inicios de la explotación petrolera y la rápida imposición del sistema capitalista en el
país en comparación a la evolución europea, se producen múltiples cambios drásticos en la sociedad venezolana, siendo
ahora el estado, las empresas petroleras extranjeras y algunos sectores medios de la población quienes conforman los
sectores dominantes de este nuevo sistema.

Diversos factores como la cultura de importación, producida como consecuencia de las importaciones de la actividad
petrolera, así como la creación del banco obrero, el aumento de la inversión pública y privada, la utilización de los medios
de comunicación en masa para la comercialización de urbanizaciones y las diferentes dinámicas socioeconómicas que
existen en los medios urbanos, produjeron un aumento de demanda que desencadenó en los diferentes fenómenos de
urbanización ocurridos en las ciudades venezolanas en el siglo XX, obteniendo como resultado la llamada modernización
capitalista.

En este sentido, Martín (2005) plantea:

“En la crisis de la economía agroexportadora y el aumento de la inversión pública, especialmente en el sector de la


construcción, se encuentra la trama de razones que explica el acelerado proceso de urbanización: proceso modernizador
dentro del cual conviven en la ciudad, el crecimiento sin control junto al desarrollo y la renovación, en medio de un
singular salto cuantitativo de población; masa humana, heterogénea en su origen y resultante de la mezcla o integración,
a veces traumática y convulsiva, de los inmigrantes extranjeros con los migrantes nacionales y los sectores, civiles y
militares, de la creciente clase media; ciudades que van a adoptar patrones de modernidad correlacionados con los
modos de vida adheridos a las nuevas tipologías edificatorias -edificios de oficinas, centro comerciales, quintas, edificios
de apartamentos- mientras que una parte cada vez mayor de la población incorporada a la ciudad se construye su propia
vivienda; ciudades, también, en las cuales la estructura vial traduce los énfasis en el transporte automotor privado cuyo
aumento requiere más vialidad en busca de mayor rapidez”

Como resultado de estos diferentes procesos, Venezuela forma parte de uno de los países más urbanizados según
Cepal (1998), mientras que Rangel (1970) señala que “La Venezuela que en 1920 contaba en sus ciudades con el 26,1
por ciento de su población, reunirá en ellas para 1950 el 53,8 por ciento de toda su masa demográfica”

Rauseo (2017) plantea a su vez una crítica a estos procesos, señalando que los diferentes agentes y actores dominantes
de la producción de ciudad analizaron muy poco los procesos de urbanización, obviando los fenómenos nuevos, dando
como resultado fallas en las respuestas dadas por la planificación urbana debido a la falta de atención social en los
procesos de urbanización.

Referido a la producción y transformación de las ciudades venezolanas durante el periodo de la modernidad del
siglo XX, el mismo autor (¿)señala que se generan diferentes fenómenos en base a las relaciones humanas
(físicos, sociales, económicos, políticos y culturales) considerando así que el estudio de la urbanización posee:
connotación física, social e integral.
Tomando en cuenta que los diferentes fenómenos socioeconómicos-físicos que conforman la cultura inherente a
su proceso de materialización y que a su vez llevan al proceso de urbanización, se plantea que estos definen de
igual forma la morfología de la ciudad. Resaltando así la importancia del análisis de la ciudad utilizando el
enfoque fenomenológico como metodología.

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