Síntesis argumental del Lazarillo de Tormes.

El protagonista de esta historia nació a orillas del río Tormes, afluente del Duero, un
río de España. Por eso su nombre, Lazarillo de Tormes, es un toponímico (responde al lugar
de origen). Su padre, Tomé González, fue apresado injustamente y murió, al poco tiempo,
cuando Lázaro era muy niño. Víctima de la miseria y la soledad, su madre, Antona Pérez,
se acercó a otro hombre, llamado Zaide, con quien vivió un tiempo de bienestar y tuvo un
hijito mulato. Pero la felicidad no duró demasiado. Zaide cometió un robo y fue
encarcelado. Sin poder afrontar la crianza de los dos niños, se vio en la obligación de tener
que entregar al mayor, o sea Lázaro, cuando este ya tenía unos ocho años y podía trabajar.
Así fue que lo mandó a servir a un ciego con el cual Lazarillo se enfrentaría a lo ingrato de
la vida y empezaría el triste deambular de su historia marcada por el hambre y la miseria.
Al tiempo huirá de este amo e irá a parar a lo de otro que resultaría ser más avaro y cruel
aún. A lo largo de toda la obra, Lazarillo vivirá bajo el amparo de distintos amos: un ciego,
un clérigo, un escudero, un fraile, un buldero, un capellán y un alguacil. Finalmente,
conocerá a un arcipreste que tenía una criada. Lázaro se casa con ella. La fama de esta
señorita no era muy buena pero a nuestro personaje no le importan las habladurías. Es
feliz junto a esta joven y ejerce, además, su oficio de pregonero de vinos. Por fin tiene un
trabajo digno. Es así que entonces, hacia el final de la historia, el protagonista encuentra
cierta estabilidad que si bien no es la felicidad completa es, al menos, muy parecida a ella:
tiene su mujer y su oficio. Atrás han quedado años de pasar hambre.

Este novela breve, escrita en una primera persona confesional y estructurada en siete
capítulos (llamados "tratados") es representativa del género picaresco. Muestra a un
antihéroe, un perdedor absoluto que debe batallar día a día, e incluso delinquir, para
sobrellevar la injusticia del mundo en el que le tocó nacer. El Lazarillo de Tormes fue
prohibida por la Inquisición ya que muestra también ciertos rasgos de hipocresía de la
Iglesia. Si bien la obra pertenece al período renacentista, la versión definitiva que hoy
conocemos fue recién editada en el siglo XX.