Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
INDICE
I. Introducción……………………………………………………………………..5
alternativa popularis…………………………………………………………..110
V. Conclusiones……………………………………………………………………113
VI. Bibliografía…………………………………………………………………….119
5
I. INTRODUCCIÓN.
los diferentes actos violentos que tuvieron lugar en las asambleas deliberativas
del periodo republicano, que ha sido interpretada como uno de los factores claves de la
crisis de esta etapa, tuvo una importante presencia en estos órganos deliberativos del
Estas asambleas públicas estaban destinadas a trasladar el debate político ante el pueblo,
que se reunía para escuchar a los magistrados y oradores. A lo largo de los años, la
es decir, quiénes eran las personas que habitualmente asistían a estas contiones y,
saber quiénes eran estas personas y los motivos que tenían para asistir a las asambleas y
Es un hecho innegable que la violencia esta inserta de forma general en todas las
cualquier tipo de conflicto, pues es parte natural de toda formación social, aunque con
manifestaciones diferentes según los contextos2. Por ello, para llevar a cabo un estudio
sobre la violencia en épocas pasadas, creemos que es necesaria una definición básica del
1
Debo mostrar mi más sincero agradecimiento al doctor A. Duplá Ansuategui por la constante entrega
2
Aróstegui 2010, 20
6
caracterizada por el uso de la fuerza que puede producir daño a terceros”3. Concretando
más en la línea de este trabajo, aportamos una definición del fenómeno de la violencia
que se genera siempre en relación a un conflicto (en caso contrario adquiere un carácter
pueden ser resueltos sin llegar al empleo de la violencia, pero esta no se da sin la
existencia de un conflicto que la genere, sea del tipo que sea. Además, debido a la época
instituciones o personal responsable del control del orden público, son tres aspectos
básicos que hay que tener siempre presentes a la hora de estudiar la violencia en la
3
Vaquero 2009, “La violencia premeditada: entre el horror, la banalidad y la purificación”, Pagina
Abierta 201, 57. Citado en DUPLÁ, A., 2011b. 352.
4
Aróstegui 2010, 23.
5
Aróstegui
2010, 24-25 y 30-31..
7
antigua Roma. El segundo es el aspecto que más contrasta con las concepción de la
violencia esta monopolizado por los Estados y sancionado moralmente como algo
negativo cuando se ejerce de forma privada en todos los casos posibles. Por el contrario,
la sociedad romana no veía como algo negativo, desde el punto de vista ético, el recurso
moral y legal contra el ladrón. Existía, además, aceptado y prescrito por la ley el
también colectiva, apelando a la ayuda de otros ciudadanos ante una situación que
participantes en los diferentes actos violentos, son dos temas que vienen tratándose
obligado iniciar este repaso historiográfico con la obra de Andrew Lintott “Violence in
Roma con la aparición de los trabajos de Wilfred Nippel y François Hinard, para
6
Duplá 2011b, 353-354; Lintott 1999,
52-66 y 22-34.
7
Lintott 1999.
8
de Perelli, quién compara la violencia política en Roma con las tácticas terroristas de la
La aparición de los estudios de historiadores como George Rudé y Charles Tilly sobre
los conflictos sociales y las revueltas populares en la Europa precapitalista10, en los que
aparecen los análisis realizados por Brunt, los cuales aportaron una nueva dimensión a
los estudios sobre el estrato social de los individuos participantes en los diferentes
altercados violentos11. En los últimos años del siglo pasado y en los inicios del actual,
Mitrou, Millar, Jehne, Brunt, De Martino, Pina Polo y Duplá tratan de arrojar luz sobre
existentes entre los sectores mas desfavorecidos de la población, sin la existencia de las
cuales escasa capacidad de movilización podrían haber tenido, aun contando con un
Respecto a los escritos producidos por los autores clásicos, los cuales son básicos pues
proporcionan toda la información sobre nuestro objeto de estudio. Varios de ellos, como
8
Nippel 1995; Hinard 1985.
9
Perelli 1981a; 1981b.
10
Tilly 2003; Rudé 1981; 2000.
11
Brunt 1973; 1981
12
Mouritsen 2001; Morstein-Marx 2004; Millar 2001; Jehne 2006; De Martino 1990; Pina Polo 1997;
1994. Duplá 2008a.
9
acontecimientos que nos han transmitido. Esto obliga a interpretar sus escritos,
base de que la información y los juicios de valor que proporcionan tienen un marcado
distanciamiento tanto espacial como temporal con los hechos que relatan, por tanto en
seguimos a Lintott cuando afirma que uno de los principales problemas de las fuentes
antiguas13, es que los episodios de violencia a pequeña escala en las asambleas serían
más comunes de lo que las fuentes nos transmiten, y que muchos de ellos no han
transcendencia histórica que implicaban altas dosis de violencia, como son las
diferentes guerras civiles, las tomas de Roma por parte de los imperatores o las luchas
de bandas dentro de la ciudad. Tanto los historiadores clásicos como los modernos,
República, se han centrado más en los “grandes acontecimientos” (las guerras, las
conquistas, las luchas por el poder etc.,) dando menos importancia a los pequeños
últimos años del siglo XX, como hemos visto, asistimos a la publicación de
13
Linttot 1999,
67.
10
años de la crisis.
Cabe señalar que el tema de la violencia durante la crisis de la República está siendo
estudiado desde perspectivas renovadoras en las últimas décadas, este trabajo pretende
inscribirse en esa nueva visión sobre la violencia política, en concreto cómo ese
fenómeno afectaba a las contiones durante la crisis. El objetivo de este trabajo es,
lugar realizar una relación de las condiciones políticas y sociales que llevaron, en la
de la violencia, para poder así analizar de forma mas completa el segundo punto de
crisis de la Republica. Para ello ha sido esencial el análisis de las fuentes clásicas y su
contrastación con los estudios históricos contemporáneos. Por último, tratamos de hacer
una breve descripción de cuales eran los diferentes mecanismos y argumentos que
14
Para el estudio de las contiones es imprescindible el trabajo del profesor Pina Polo, a partir de su
pionera monografía sobre el tema de 1989, Las contiones civiles y militares en Roma. Zaragoza,
Universidad de Zaragoza.
11
antigua Roma 15 , pues se trata del proceso de desintegración del sistema político
republicano, en un periodo que abarca desde finales del siglo II hasta la instauración del
Esta crisis del sistema político romano se manifestó en varios cambios relacionados
entre sí que afectaron a todos los campos de la sociedad romana. Entre otros, se han
señalado los siguientes como los más significativos16: el desarrollo de las grandes
la creciente dependencia establecida entre los veteranos de las legiones y sus generales,
de los grandes imperatores, cuyo poder se basaba, en gran parte, en ejércitos personales
últimos factores marcarán el camino a un sistema que de esta forma se deslizaba hacia
el poder unipersonal.
Se produce también en esta época una emigración desde el medio rural italiano a los
urbana, la cual veía empeorar sus condiciones de vida. En contraste con esto último
Mediterráneo, de la oligarquía senatorial y los miembros del orden ecuestre. Estos dos
Por último, y lo más relevante para nuestro trabajo, es preciso destacar la generalización
de la violencia como método político, que tuvo como máximo reflejo las diversas
contiendas civiles, pero que afectó a todo el sistema político republicano, en especial a
republicano, pero en los últimos años también ha sido vista no tanto como un causante,
de los tribunados de los hermanos Graco a finales del siglo II19, y experimentó un
aumento progresivo durante el último siglo republicano de tal manera que constituye un
violencia con fines políticos es la difícil situación social vivida en Roma. El aumento de
17
López Barja de Quiroga 2007, 45-49.
18
Perelli 1981a, 7.
19
Tiberio y Cayo Sempronio Graco fueron tribunos de a plebe en 133 y 122 respectivamente, ambos
fueron asesinados por los optimates. MRR I, 493 y 517.
13
romana, harán que los sectores más empobrecidos traten de conseguir un reparto más
del sistema político republicano a las nuevas condiciones sociales y políticas que trajo
Junto con esto hemos de resaltar un tercer factor, evidentemente relacionado con los
diferentes a los problemas existentes, pues sus intereses encontrados les llevan a
dio una creciente competencia en la lucha por acceder a las magistraturas superiores,
pudiesen conseguir sus objetivos personales (en particular el consulado) mediante los
Estos dos sectores que plantean soluciones distintas a los problemas del sistema
republicano romano son los conocidos como optimates o boni y populares. Se trata de
son ni pueden ser considerados como partidos políticos en el sentido moderno del
término, pues estos no aparecen hasta el siglo XVIII24. Tampoco puede interpretarse
esta confrontación política entre optimates y populares como una lucha de clases.
Aunque los optimates sí que puedan ser identificados con la oligarquía senatorial, por
miembros de esa clase senatorial, varios de ellos de ilustres familias. Además la base
social que apoyaba a esos dirigentes populares, aunque generalmente se asocia con la
plebe urbana y agraria, era cambiante y podía estar formada por miembros de diferentes
estratos sociales, como lo demuestra el hecho de que muchos senadores apoyaron a los
líderes populares, o que los equites se alineasen en ocasiones con las posturas
populares25.
Los optimates o boni (palabras latinas que significan “los mejores, los buenos”) eran
Senado por encima de las asambleas, esto es, que siempre debía acatarse la opinión del
Senado (que legalmente no era vinculante) y recurrir en la menor medida posible a las
República con sus propios intereses de clase y, por tanto, eran absolutamente contrarios
24
Lopez Barja de Quiroga 2007, 96; Brunt 1990, 35; Mouritsen 2001, 134-135; Pina Polo 1999, 79-89.
25
Perelli 1981a, 11-12.
15
a cualquier intento de reforma que entendían como una amenaza para el orden
establecido26.
Con el termino populares, también empleado para las medidas asociadas a este grupo,
conocemos una serie de líderes políticos, a partir de los Graco, que defendían la
perpetuación27.
violenta de los populares, quienes ven que la única forma de aprobar muchas de sus
violencia ha sido vista como uno de los rasgos principales del método de actuación
política popularis, hecho que contrasta fuertemente con los datos de que disponemos
sobre las numerosas acciones violentas llevadas a cabo por parte de los optimates. El
empleo de la fuerza como arma política por éstos últimos es uno de los aspectos básicos
26
Brunt 1990, 35; Dupla 1990, 254; López barja de Quiroga 2007, 88; Pina Polo 1999, 79-80.
27
Brunt 1990, 32; Duplá 1990, 253; López Barja de Quiroga 2007, 89; Pina Polo 1999, 81.
28
Lintott 1999, 69; Duplá 1990, 238.
16
esperada contra las reclamaciones y la violencia popularis, tendrán que recurrir también
a la fuerza para hacer prevalecer sus tesis políticas. Podemos ver cómo en el desarrollo
del enfrentamiento político en Roma en esta época, hasta la década de los cincuenta, los
cauces legales dentro del marco institucional. Solamente cuando, ante el férreo
obstruccionismo interpuesto por los optimates, la opción legal pierde su utilidad, ambos
grupos recurrirán a acciones violentas para apoyar o impedir las medidas que causan el
enfrentamiento29.
A pesar de que los optimates lograron imponer sus tesis en la mayor parte de las
favor de la influencia del elemento popular que creció fortísimamente durante el último
régimen mixto con gran predominio oligárquico. Aun así las momentáneas y
29
Perelli 1981a, 15; Duplá 1990, 235.
17
lucha política. Otro de los factores clave a la hora de explicar la desintegración del
realizar una breve tipología de las acciones violentas que se dieron durante estos años.
Uno de los tipos más comunes, y central en nuestro estudio, es el de los enfrentamientos
en el Foro y las diversas asambleas entre los distintos líderes y sus partidarios. Allí, ya
Roma para apoyar medidas que les eran favorables. Otra de las situaciones violentas
más comunes es la ocupación de lugares públicos, acción con larga tradición entre la
plebe romana, ya que recurrieron a estas ocupaciones de espacios públicos durante las
novedoso y que marcará fuertemente las décadas de los años 60 y 50, son los
senatorial más conservadora, como son el SCU y las declaraciones de hostes publicus.
violencia. Junto a estas medidas, tras la dictadura de Sila verán la luz varias leyes contra
30
López Barja de Quiroga 2007, 74; Pina Polo 1999, 83.
18
la violencia, siendo la primera la lex Plautia de vi del año 78. Estas leyes establecían un
tribunal permanente especial (quaestio de vi) para juzgar los delitos relacionados con
muestra el hecho de que la violencia siguió empleándose en la arena política, y que cada
violencia que tuvieron lugar en las diferentes contiones, pues muchos de los
lugar en estos órganos deliberativos (en estrecha conexión con los órganos legislativos,
existía una fuerza policial, o un órgano específico encargado del orden público, pues
modernas. Por tanto en Roma las “funciones policiales” no eran realizadas por una
orden público, aunque sus poderes en este ámbito tenían dos importantes limitaciones.
La primera es una limitación espacial, pues al igual que un imperator no podía cruzar el
31
Lintott 1999, 107-125; Duplá 2011b, 355-356.
32
Nippel 1984, 20; 1995, 2.
19
limitación impuesta por la propia ley, pues los magistrados, cuando trataban con
Por tanto, solo podían ejercer sus poderes coercitivos dentro de lo establecido por unos
limites legales, por ejemplo, en el caso de grandes multas y de castigos físicos y, sobre
mantenimiento del orden público, más bien existía una división de las funciones. Para el
mantenimiento del orden público, los magistrados superiores relegaban parte de sus
división de las tareas no de una clara división legal de las competencias, pues los
público. La coercitio era el derecho que todo magistrado poseía para ejercer la fuerza
contra un ciudadano romano, evidentemente dentro de lo permitido por la ley, sin iniciar
ningún tipo de procedimiento legal. Las diferentes acciones que un magistrado podía
grupos de escribas, lictores y pregoneros, integrados tanto por ciudadanos nacidos libres
como por libertos. De estos empleados al servicio de los magistrados y en relación con
33
Nippel 1995, 4; Lintott 1999, 91-92.
34
Nippel 1984, 21; 1995, 5.
20
las diversas tareas de mantenimiento del orden publico, únicamente los lictores podían
haber sido utilizados para funciones que supusiesen el empleo de la fuerza, siempre y
cuando el o los magistrados estuvieran presentes, pues no podían usar la fuerza sin las
orden público en el día a día de Roma estaba encargado a los aediles y los tresviri
capitales, a quienes varias de sus competencias les venían derivadas de las de los
magistrados superiores, mientras que otras las poseían estos magistrados en particular.
Funciones como pueden ser el control de los mercados en el caso de los aediles, y la
Existe una gran diferencia entre estas “actividades policiales” cotidianas y los
momentos de gran tensión política, en los que el Senado se enfrenta a lo que entendía
como rebeliones que atacaban la seguridad del Estado (seditio) . En estos contextos de
mucho mayor que el número de magistrados y sus subordinados con capacidad para
ciudadanos, para combatir una rebelión interna, es conocido como senatus consultum
instrumentalizada por el Senado, para acabar con situaciones que entendían como una
rebelión contra su autoridad, pero nos centraremos en este fenómeno más adelante37.
35
Nippel 1984, 22; 1995, 12-14.
36
Nippel 1995, 16; Lintott 1999, 92-107.
37
Nippel 1984, 25-26.
21
con violencia (vim vi repellere licet), que seguía vigente en la República tardía. Todo
ciudadano romano tenía, sancionado por ley, la capacidad para defender (y estar
preparado para ello) su vida y propiedades. Es por esto entendible que en momentos de
violencia apelando a esa defensa personal (que se convertía en colectiva en estos casos)
El mantenimiento del orden público en Roma, al menos en el día a día, y a pesar de las
esta forma solo conseguían victorias coyunturales, pues los sentimientos contrarios al
logró poner fin al problema de la violencia política, tampoco los nuevos procedimientos
creados durante la crisis de la República, como los ya mencionados SCU y leges de vi,
38
Nippel 1995, 35; Duplá 1990, 242.
22
era desarrollar un debate previo; por tanto, las contiones eran descritas como asambleas
apenas hayan recibido la atención que merecen hasta hace relativamente pocos años39.
comitium situado en las esquina noroeste del Foro, donde estaba la tribuna de los Rostra
Los Rostra se situaban frente a la Curia Hostilia, principal sede del Senado, y se cree
que el espacio circular del comitium entre la plataforma y la sede del Senado tenía una
suponía un 0.4 por ciento del total de ciudadanos romanos que, según el censo realizado
en los años 70-69, era de 910.000. Pero atendiendo a que muchos de los ciudadanos
tenían su residencia fuera de Roma, los diferentes cálculos arrojan una población
reunirse un 1.9 por ciento del total de los ciudadanos habitantes en Roma41.
praeco, que recorre la ciudad convocando a los ciudadanos), con el fin de hablar ante el
pueblo, pero en ellas no se realiza ninguna votación42. Vemos así una primera diferencia
con los comitia y los concilia plebis: en la contio no se decide nada, pues en ella no se
39
Pina Polo 1989, 1; Morstein-Marx 2004, 35.
40
Pina Polo 1997, 33; Morstein-Marx 2004, 57; Mouritsen 2001, 18.
41
Jehne 2006, 223-225.
42
Mouritsen 2001, 34; Morstein-Marx 2004, 34.
23
realiza votación alguna. Por otro lado, en los comitia y concilia plebis nunca se
votantes antes de que tuviesen lugar los comitia, por esto es necesario diferenciar entre
independientes, aunque los dos tipos están sujetos a las mismas reglas43.
siendo totalmente ilegal una contio convocada por cualquiera que no cumpla estas
número de las convocadas lo fueron por cónsules, pretores y tribunos de la plebe, siendo
escasas las convocadas por ediles, cuestores y censores. Los tribunos de la plebe
República, pero sobre todo durante la crisis tardorrepublicana. De hecho las contiones
suelen ser asociadas a los tribunos de la plebe y a la agitación popular, pues se conocen
casi el mismo número de contiones convocadas por tribunos de la plebe como la suma
de todas las convocadas por el resto de magistrados con capacidad para hacerlo.44
potestas pueden hacer uso de ese derecho, pero es ejercido jerárquicamente de arriba
hacia abajo, es decir, un cónsul puede apoderarse (avocare, ius avocandi) de la contio
43
Pina Polo 1989, 42; Mouritsen 2001, 52; Metaxaki-Mitrou 1985, 180.
44
Pina Polo 1989, 42-51.
24
que pretende celebrar cualquier otro magistrado inferior, y de esta forma pasar a ser el
presidente; algo similar puede realizar el pretor respecto a los magistrados inferiores a
él, pero nunca contra un cónsul. De esta forma, la potestas de un magistrado superior
hemos de señalar que el tribunado de la plebe no se veía afectado por este ius avocandi,
pues no podía ser esgrimido contra ellos. Por su parte, los tribunos de la plebe no tenían
el derecho de emplear la avocatio contra una asamblea convocada por cualquier otro
Una contio era una asamblea a la que, por ley, únicamente podían asistir los ciudadanos
romanos, sin hacer ninguna distinción entre patricios y plebeyos o de índole censitaria.
una concesión del magistrado. Las únicas restricciones a esta concesión de la palabra
Las contiones podían llevarse a cabo instantes después de su convocatoria, sin que
tenían las mismas limitaciones que los comitia: solo podían realizarse en las horas
diurnas, siendo el caso más habitual que cuando caía la noche tuvieran que ser disueltas,
interrumpido. Respecto a los días en que podían celebrarse las contiones, es necesario
45
Pina Polo 1989, 65-67.
46
Pina Polo 1989, 70-75; Mouritsen 2001, 46.
25
realizar una distinción entre las autónomas y las que eran previas a comitia. Estas
últimas eran las que se celebraban inmediatamente antes de que en unos comicios se
votara una propuesta de ley (rogatio), y debían cumplir los mismos requisitos que los
comicios, pudiendo realizarse únicamente en los días habilitados para ello, marcados en
contio cuando terminaba de pronunciar su discurso, creía que el debate había finalizado,
Las contiones tienen gran importancia en el sistema político romano pues eran el
la multitud para recabar apoyos a sus políticas o para atacar a sus adversarios. En ese
popular que tuviesen sus políticas, pero también se convocaban para informar al pueblo
obtener publicidad y ganar popularidad ante el pueblo, por lo que generalmente son
principal órgano de su actuación política por ser en ellas donde se daba una conexión
información para el conjunto del pueblo, sino que permitían el contacto entre la clase
47
Pina Polo 1989, 81.
48
Pina Polo 1989, 81.
49
Pina Polo 1997, 11-12; Mouritsen 2001, 49; Metaxaki-Mitrou 1985, 187; Morstein-Marx 2004, 12.
26
constantemente el enlace entre ambas partes, insertando al ciudadano común que acudía
asistentes a las contiones, a pesar de que su papel fuese el de audiencia pasiva, tenían
diversas formas de demostrar su apoyo o rechazo a lo expuesto por los oradores como
Pero, por otro lado, ese lugar de enlace entre el pueblo y sus dirigentes también podía
servir para la manipulación de los primeros por los segundos mediante la oratoria, pues
citando textualmente a Morstein-Marx, “if the shouts in the contio and subsequent votes
in the comitia gave people their voice, members of the elite as orators, gave them the
words” 51 . Es por este motivo que la contio también ha sido vista en términos
próximas a una manifestación política partidista que a un debate público. Esta última
hipótesis viene dada por los importantes cambios sufridos por las contiones durante el
fin de la República, pues con la aparición de las propuestas y los líderes populares,
directamente involucrados en ella gracias a los políticos que pusieron sus demandas en
50
Pina Polo 1997, 21; Mouritsen 2001, 47; Morstein-Marx 2004, 280.
51
Morstein-Marx 2004, 280-281.
52
Metaxaki-Mitrou 1985, 186.
27
Este incremento del carácter partidista de las contiones, se traduce en una mayor tensión
política, algo que genera multitud de enfrentamientos. Por este motivo, el mayor
En las contiones legislativas la violencia se usaba con fines distintos, como para evitar
la aprobación de una ley o para forzar su aprobación contra la interposición del veto
Definir con seguridad quiénes eran los asistentes habituales a las asambleas durante la
crisis de la República, resulta una labor difícil que ha suscitado un intenso debate en el
que se han propuesto diferentes teorías. La conocida tesis de Ch. Meier, quien empleó el
termino de plebs contionalis, afirma que este grupo, perteneciente a la plebe urbana,
estaba formado por los artesanos y comerciantes modestos (opifices y tabernarii) que
tenían sus lugares de trabajo próximos al Foro, entre quienes habría muchos libertos que
podían gestionar su horario de trabajo libremente55. Sin embargo, esta hipótesis ha sido
parte de la plebe urbana, debido a una importante carencia de trabajo asalariado, vivían
53
Mouritsen 2001, 62; Morstein-Marx 2004, 52 y 62.
54
Lintott 1999, 69; Mouritsen 2001, 52-53.
55
1966. Res publica amissa. Citado en Mouritsen 2001, 39; Pina Polo 1997, 21. Millar 2001, 22-37;
Jehne 2006, 228.
28
les permitía participar en todas las asambleas, y también dominarlas frente a la plebe
agraria, la cual tenía mayores dificultades para asistir a las asambleas por no residir en
Roma56. Tanto esta idea como la de Meier han sido recientemente puestas en duda por
el profesor Henrik Mouritsen, quien ha señalado que los asistentes a las contiones en
Realmente, cómo afirma el profesor Millar es imposible conocer a ciencia cierta quién
acudía normalmente a las asambleas romanas58. Aun así estamos de acuerdo en que las
contiones pudieron estar dominadas por la plebe urbana, pues dada la inmediatez de la
incrementa sobre todo a partir de finales del siglo II con la aparición de las propuestas
populares, en especial por aquel sector que pudiese administrar su horario de trabajo y
realizase sus actividades en las proximidades del Foro60. Pero creemos que, en el caso
de los asistentes a las contiones, todas las propuestas son validas y no son excluyentes
caballeros), hasta los estratos más bajos de la plebe formados por ciudadanos sin
audiencias de las asambleas pudo ser altamente variable en función de los temas a tratar
y del magistrado convocante u orador principal, pues sería lógico pensar que quienes
56
Metaxaki-Mitrou 1985, 181-182.
57
Mouritsen 2001, 43.
58
Millar 2001, 35.
59
Jehne 2006, 222 y 225.
60
Q. Cic. Comm. Pet. 54.
61
Cic. Pro. Flacc. 57; Q. Cic. Comm. pet. 29.
29
acudían a uno contio fuesen personas que eran partidarias del magistrado o de sus
medidas, que pretendían mostrar su apoyo mediante su presencia62. Por otra parte es de
medidas, también acudirían a las contiones los detractores más activos de dichas
Una vez admitido que es la plebe urbana la que general y mayoritariamente asiste a las
contiones, es nuestra intención hacer un breve repaso de las condiciones en las que
vivía, cómo estas facilitaron su apoyo a políticos populares que trataron de mejorar su
situación, y cuáles fueron las diferentes formas de organización de la plebe para afrontar
todos los ciudadanos libres de Roma no pertenecientes a las clases superiores es, en
realidad, muy genérica, pues como ya hemos comentado esta plebe urbana era muy
siguiente capitulo, varios son los motivos que llevaron a la plebe urbana a apoyar las
diferentes reformas que les afectaban directamente, motivos que eran de un evidente
peso pues llegado el caso se empleó la violencia para su consecución, o para su defensa
gobierno más importante por su autoridad era el Senado, cámara formada por un grupo
de 300 miembros (600 tras Sila) de los que la mayoría eran miembros de las grandes
verdadero poder del populus y donde este expresaba su parecer, pero incluso en este
ámbito existían mecanismos para imponer, en la mayoría de las ocasiones, los deseos
del Senado. Tanto en los comitia centuriata por su organización censitaria, como en los
comitia tributa por la desigual distribución de los ciudadanos entre las tribus, los
miembros más ricos de la sociedad romana tenían mayor peso, aunque en los comicios
en sus reivindicaciones es, la propia ciudad de Roma, que alcanzó entonces unos niveles
atendiendo a diferentes datos que si conocemos, como son el número de personas que
se ha propuesto una cifra de entre 500.000 y 750.000 habitantes en los últimos años de
la República.
que tenían un oficio asalariado (eventuales sobre todo), pues únicamente les alcanzaba
para pagar el alquiler, y en ocasiones ni para eso. Por este motivo, entre otros, los
repartos de trigo llegaron a alcanzar a 320.000 individuos, que dependían del Estado
65
Brunt 1973, 89-93; Pina Polo 1999, 188; Beard y Crawford 1985, 50.51.
66
320.000, solo varones, hasta el año 46 cuando César lo redujo a más de la mitad.
31
las áreas más sucias y descuidadas, en pisos alquilados en altos edificios de viviendas
Además, eran frecuentes las inundaciones en las zonas más bajas y cercanas al Tiber, y
sobre todo los incendios que causaban grandes estragos al ser la madera el principal
reducido grupo de esclavos públicos, poco podían hacer contra un incendio de grandes
proporciones. Junto a los problemas para cubrir las necesidades alimenticias básicas,
que obligaban a muchos habitantes a depender de los repartos estatales, también existían
dificultades para acceder al agua potable, pues aunque Roma estuviese ampliamente
acceso a ella, por lo que Augusto, una vez en el poder, reparó acueductos y construyó
nuevos67.
Estos tres factores, que muestran la difícil situación de la plebe romana, fueron el caldo
que, a partir de finales del siglo II, ciertos políticos pertenecientes a la elite defendieran
política, generó una profunda hostilidad entre los miembros más conservadores de la
élite senatorial. Estos últimos, además de prestar poca atención a los problemas de los
tratase de aliviar la situación de una gran parte de los habitantes de Roma, entendían
que se trataba de una táctica que solo buscaba ganar apoyo popular, mediante la cual los
políticos populares pretendían hacerse con el poder por encima de sus iguales, y que
bajo esa táctica no había unas reivindicaciones y una actuación legitima de la parte más
desfavorecida de la población68.
67
Brunt 1973, 98-105.
68
Duplá 2008a, 106.
32
violencia en ellas también fue empleada por diferentes grupos, con notables diferencias
Se trata, más bien, de individuos que participaban en ella si sus intereses estaban en
juego, o para apoyar a un político al que seguían por ser sus clientes o por estar de
acuerdo con sus propuestas políticas. Era común que políticos importantes o envueltos
siervos, no solo como signo de su influencia, sino para asegurar su protección física69.
Esta práctica fue habitualmente usada por los optimates, como es el caso de Cicerón en
las elecciones consulares del año 63, cuando se rodeó de una escolta de ciudadanos
Por su parte, los diferentes grupos que, en diversas ocasiones, secundaron el uso de la
violencia por parte de los populares, eran muy variables pues no tenían todavía una
político reformista eran quienes estaban interesados en sus propuestas, por creer que
eran justas o por verse directamente afectados por ellas. En los diferentes episodios que
analizaremos en el próximo capítulo, podemos ver cómo los hermanos Graco contaron
con el apoyo de la plebe agraria y la urbana, pues la primera estaba interesada en la ley
ciudadano frente a los poderes coercitivos de los magistrados. Además tanto Tiberio
Saturnino por su parte, aprendió de los anteriores, y también se atrajo a la plebe urbana
mediante nuevos repartos de trigo. Pero su principal fuerza residía en los veteranos de
las legiones de Cayo Mario, quienes, gracias a una alianza entre ambos políticos,
deseados por Lucio Apuleyo Saturnino. El tribuno no solo contaba con el apoyo
brindado por Mario, sino que además estableció una estrecha colaboración con Cayo
Marco Livio Druso, quien en el año 91 trato de extender la ciudadanía romana a todos
los itálicos, como es evidente, contó con el apoyo de estos, y con la colaboración de
influyentes senadores. Publio Sulpicio Rufo, quien fue tribuno de la plebe en el año 88,
contaba con un grupo de 3000 hombres armados y otro de jóvenes equites a los que
los 3000 hombres que componían este grupo armado 74 . No obstante, siendo las
romanas y la concesión del mando de la guerra en Asia a Cayo Mario, es probable que
ese grupo armado estuviera compuesto por itálicos o por veteranos de las legiones de
Mario. Tampoco contamos con información para conocer los motivos que llevaron un
grupo de jóvenes equites a apoyar a un tribuno de la plebe, que, entre otras cosas,
pretendía distribuir a los nuevos ciudadanos itálicos entre todas las tribus, en lugar de
72
Cayo Mario vencedor contra el rey Numida Yugurta y contra los germanos, fue elegido cónsul siete
veces (107, 104-100 y 86). Lucio Apuleyo Saturnino fue un político popularis que ocupó tres veces el
tribunado a finales del siglo II y colaboró con Mario. Cayo Servilio Glaucia, colaborador de Saturnino
tribuno de la plebe en 101 y pretor en 100. MRR I, 550; 558; 562; 563; 570; 571; 574; 575; II, 1.
73
Plut. Sulla. 8.2.
74
Marco Livio Druso fue tribuno de la plebe en el año 91 y Publio Supicio Rufo ocupó el mismo cargo en
el año 88. MRR II, 21 y 41.
34
relegarlos a las cuatro urbanas, para de esta forma, darles verdadero poder en los
organizadas dirigidas por miembros del Senado, con la clara intención de influir en la
política mediante la fuerza, hecho que supondrá durante esos años un considerable
modo de bandas de mercenarios organizados realizaban las acciones violentas que sus
Pulcro a partir del año 58, pues consiguió organizar de forma estable a la plebe urbana
Una idea muy extendida sobre la capacidad organizativa de la plebe presenta a esta en
una más que evidente desventaja frente a la nobilitas, pues nada podían hacer sin el
liderazgo que les venía impuesto por la propia clase dominante. En los últimos años se
dentro del marco de varias organizaciones que, frente a una inmensa, populosa y
75
Perelli 1981a, 17; Lintott 1999, 75-76.
35
anónima ciudad, ofrecían en primer lugar una forma de inserción y organización social
península itálica, eran las tabernae. Se trata de tiendas de todo tipo de mercancías,
pequeños talleres, lugares en los que beber vino o tomar comida cocinada en la misma
importancia de las tabernae viene dada por ser los centros básicos de la sociabilidad
plebeya. Los miembros de la plebe que frecuentaban las tabernae y los dueños o
ocasiones de tensión política, las tabernae se cerraban para que, tanto trabajadores
como clientes, pudiesen acudir a las diferentes asambleas y votaciones para ejercer
presión77.
Junto a esta actividad socioeconómica de las tabernae, conocemos cómo la ley romana
permitía la libre asociación de hombres libres, siempre que tales asociaciones no fuesen
dañinas para la propia República. Una de estas asociaciones plebeyas son los collegia,
que podían ser de tres tipos, asociaciones de trabajadores de diferentes gremios (los más
locales (calles, barrios). Una de sus principales funciones era costear los funerales de los
miembros con escasos recursos, pues los collegia contaban con medios económicos
monárquica, que sufrieron diversos cambios con la evolución de la ciudad, sobre todo
76
Brunt 1973, 111; Duplá 2008a, 103.
77
Purcell 1992, 659-663; Duplá 2008a, 102.
36
a partir del año 58, tras legalizar Publio Clodio Pulcro los collegia mediante la asamblea
Según Cicerón los viejos colegios de barrio y los nuevos creados por Clodio, fueron
alianza establecida con el triunviro Cayo Julio César, Clodio, mediante la actividad de
independiente incluso en los años en que no ocupaba ninguna magistratura. Aun así, no
debemos olvidar la intensa actividad legislativa que realizó Clodio a favor de la plebe y
que las bandas armadas no tenían la tarea de promover acciones revolucionarias, más
bien de controlar en favor de su líder las sedes de la actividad política en Roma, apoyar
La principal y más directa fuente de información que poseemos sobre Clodio y sus
bandas es, paradójicamente, su principal enemigo Marco Tulio Cicerón82. Por este
el Arpinate habla de las bandas de Clodio, las describe formadas por esclavos,
78
Purcell 1992, 659-663; Lintott 1999, 80; Pina Polo 1999, 161; Nippel 1995, 72.
79
Cayo Julio César fue cónsul en el año 59 y posteriormente, tras la guerra civil, fue declarado dictador
vitalicio. MRR II, 187. Publio Clodio Pulcro fue tribuno de la plebe en el año 58. MRR II, 195.
80
Cic. De Domo. 5.13; Pro Sest. 15.34.
81
Brunt 1973, 111-112; Perelli 1981a, 17; Lintott 1999, 80.
82
Marco Tulio Cicerón fue cónsul en el año 63 durante la conjura de Catilina. MRR II, 165.
37
muchos libertos. Aun así, Cicerón no es capaz de ocultar que, entre los seguidores y los
miembros de las bandas de Clodio, había un gran número de ciudadanos libres. Son
varias las referencias al cierre de las tabernae por parte de artesanos y tenderos, que
tenido importantes motivos de queja por los que movilizarse, Clodio poco poder habría
de los clodianos fue confiada a los grupos de mercenarios y clientes organizados por
Tito Anio Milón86, que contaba con el apoyo de gran parte de los optimates y, en
particular, de Cicerón87. Los enfrentamientos entre estos dos políticos y sus bandas
armadas, durante la década de los 50, incrementaron el nivel de violencia hasta un punto
deficiencias del Estado romano para garantizar el orden público y acabar con la
violencia política.
83
Cic. De Domo. 21.54.
84
Cic. De Domo. 33.89.
85
Brunt 1973, 112-114.
86
Tito Anio Milón fue tribuno de la plebe en el año 57 y pretor en el 55. MRR II, 201 y 215.
87
Perelli 1981a, 17-18.
38
En este capítulo, el más importante y que da nombre a este trabajo, vamos a realizar un
análisis de los diferentes episodios violentos en las asambleas que nos han transmitido
las fuentes. La cantidad de información que nos transmiten las fuentes condiciona en
gran medida este apartado, pues sobre ciertos hechos son numerosos los historiadores y
escritores clásicos que hicieron una relación detallada, mientras que otros episodios que
mencionaremos a continuación son mencionados por las fuentes de forma breve y poco
detallada. Aun así haremos un breve resumen de los acontecimientos, trataremos de ver
las causas y los objetivos de esa violencia, quién era el responsable de su uso, en qué
hubo una reacción contraria, fuese violenta o no, legal o ilegal, por parte del Estado, la
Los años de actividad política de los hermanos Graco estuvieron marcados por una gran
tensión, debido a que las leyes que trataron de aprobar (varias en efecto fueron
aprobadas) fueron vistas por la oligarquía romana como un atentado contra sus intereses
violentas, varias de las cuales tuvieron lugar en diferentes asambleas. Por este motivo y
porque esta época ha sido considerada, incluso por los propios autores antiguos88, como
88
Ap. B.C. 1.17; Cic. De rep. 1.19.31; Plut. T. Gr. 20; Vel. Pat. 2. 3.3.
39
Tiberio Sempronio Graco, miembro de una ilustre familia romana, nieto de Escipión el
año 133. Utilizó esta magistratura para realizar importantes reformas en el sistema
romano, entre las que destaca una ley agraria que buscaba paliar el empobrecimiento de
las capas más bajas del campesinado, pues este fenómeno estaba generando una
reducirse el número de ciudadanos con la posesiones mínimas para poder formar parte
del ejercito. El hecho de que varias cláusulas de esta ley hacían referencia a la
ciudadanos que no la tuvieran, generó una dura oposición por parte de un amplio sector
de la oligarquía senatorial a la ley del tribuno, aunque sabemos que varios importantes
senadores, como Publio Licinio Craso, Apio Claudio o Publio Mucio Escevola
La votación de la ley agraria estuvo salpicada por varios incidentes, que contribuyeron a
aumentar la tensión y a endurecer la oposición de una buena parte del Senado. Plutarco
transmite que al llamar Tiberio al pueblo para votar su ley agraria, los ricos
(πλουσίίων. Plut. T. Gr. 11.4) arrancaron las urnas. Ante la confusión generada y los
superiores en número, el tribuno se dirigió al senado donde no obtuvo apoyos, por ser
los posesores de grandes propiedades de tierra mayoría en él90. Según Apiano lo que le
llevó a consultar al senado fue la oposición de otro de los tribunos de la plebe, Marco
89
Ungern-Sternberg 2004, 89-90; Konrad 2006, 167-168; Pina Polo 1999, 25 y ss; Stockton 1979, 27 y
ss.
90
Plut. T. Gr. 11.4.
40
Octavio, quien mediante su veto impidió la votación de la ley91. Sea por una causa u
otra, tras el fracaso en el senado y resuelto a aprobar su ley, Tiberio decidió destituir de
destitución de Octavio, este último, según Apiano, abandonó la asamblea sin ser visto92,
pero Plutarco transmite que Tiberio ordenó a uno de sus libertos sacarlo de la asamblea
por la fuerza y que la multitud se lanzó sobre él (ὁ δὲ δῆµμος ἐφώώρµμησεν αὐτῷ. Plut.
T. Gr. 12.5), dejando ciego a un esclavo que le estaba protegiendo, aunque Octavio
Ante el temor de que los tribunos del año siguiente invalidaran sus reformas, Tiberio se
oposición ante este intento de reelección, no solo porque era algo contrario a la tradición
romana (mos maiorum), sino porque los antecedentes de su primer tribunado habían
generado una oposición mayor y más dura por parte de la oligarquía romana. La primera
convocatoria para las elecciones tuvo que ser pospuesta, pues al dimitir el presidente de
presidiría las elecciones en su lugar y, ante una nueva propuesta de votación sobre quién
seria el presidente, Tiberio pidió aplazar las elecciones a una próxima asamblea94.
En esta segunda ocasión Graco advirtió a sus seguidores de que estuviesen alerta a su
señal por si era necesario emplear la violencia, los reunió por la noche y ocuparon el
lugar donde se iba a desarrollar la votación, el Capitolio. Según nos transmite Apiano,
ante la obstrucción interpuesta por los ricos y el resto de los tribunos, Tiberio dio la
señal y al instante empezaron los enfrentamientos entre sus seguidores y sus detractores,
91
Ap. B.C. 1.12.
92
Ap. B.C. 1.12.
93
Plut. T. Gr. 12.5; 12.6.
94
Ap, B.C. 1.14.
41
llegando los primeros a arrebatar a los viatores sus bastones para agredir con ellos a sus
ἀνείργουσι τὸν ὄχλον. Plut. T. Gr. 19.1)95. Para Plutarco la violencia estalló cuando a
los miembros del Senado, que estaban reunidos mientras se desarrollaban esos
acontecimientos, acudieron encabezados por el cónsul del año 138 P. Cornelio Escipión
En la reacción violenta del Senado algunos autores vieron la primera formulación del
similares durante los últimos años de la República99. Además de este cuasi SCU, en el
año siguiente, el 132, se estableció una quaestio extraordinaria con el fin de realizar una
represión legal contra los principales partidarios de Graco que habían sobrevivido100. La
encabezada por Nasica, es de gran calado, pues en ambos casos se justifica el empleo de
políticos. Por un lado los de la plebe urbana y rural, el sector más desfavorecido de la
95
Ap, B.C. 1.15; Plut. T. Gr. 19.
96
Plut. T. Gr. 18.3.
97
MRR I, 483.
98
Ap, B.C. 1.16. Plut. T.Gr. 19.9; 19.10; Vel. Pat. 2.3.3; Flor. 2.2.7; Rhet ad Hernn. 4.55.65; Oros. 5.9.2-
3.
99
Duplá 1990, 76 y ss.
100
Plut. T. Gr. 22.4; Sal. B. Iug. 31.7.
42
sociedad romana que reivindicaba mejoras a su situación y, por otro, los intereses de la
cualquier cambio del sistema si suponía una merma de su poder político y económico.
Esta élite entendía que el interés del Estado iba de la mano de sus intereses de clase, y,
fue realmente resuelto, pues como sabemos los requisitos para el reclutamiento fueron
su general, aspecto este que se ha visto como uno de los factores determinantes en la
principal ejemplo de ello es su intento de utilizar el testamento del rey Atalo III de
Tiberio Graco.
Respecto a las motivaciones de Tiberio Graco para realizar sus reformas e incluso
101
Ungern-Sternberg 2004, 92; Konrad 2006, 170; Pina Polo 1999, 79.
102
Beard y Crawford 1985, 7.
103
Beard y Crawford 1985, 5.
104
Ungern-Sternberg 2004, 91; Pina Polo 1999, 31 y ss; Lintott 1999, 182; Duplá 1990, 71.
43
conseguir una amplia clientela que facilitaría hacer aprobar sus proyectos, los cuales
cliente motivaría que Graco recurriese a la violencia cuando entendió que los derechos
de sus clientes y los suyos propios, y por tanto su dignitas, estaban siendo violados105.
por Tiberio Graco, las cuales buscaban mejorar las difíciles condiciones de vida de la
mayor parte de la sociedad romana, y reformar las estructuras del Estado para adaptarse
estaba dispuesto a morir, defendiendo lo que creía que era lo más justo para la
La reacción popularis contra las medidas adoptadas por varios miembros del Senado
contra Tiberio Graco estuvo encabezada por su hermano, Cayo Sempronio Graco, quien
durante su primer tribunado en 123 aprobó varias leyes de diversa índole. Entre ellas
interesa resaltar la Lex Sempronia de capite civis romani106, la cual se enmarca en esa
reacción popularis contra las medidas que el Senado tomó contra Tiberio Graco,
entendidas como ilegales, pues pasaron por alto el derecho de todo ciudadano romano a
ser sometido a un juicio popular en casos de pena capital. Es evidente que se trata de
una ley que buscaba mejorar las garantías de los ciudadanos frente al poder coercitivo
de los magistrados y, por tanto, del Senado, y en relación a esto, trataba de evitar que se
105
Konrad 2006, 171; Ungern-Sternberg 2004, 9; Lintott 1999, 182.
106
Cic. Rab. Perd. 4.12.
44
igual que el de su hermano, por una tensa confrontación política que degeneró en
enfrentamientos violentos y en la muerte del político romano. En el año 121 tras perder
las elecciones para su tercer tribunado107, síntoma de una importante perdida de apoyo,
Rufo convocó una asamblea para discutir una propuesta de ley que él mismo había
presentado, por la cual se aboliría la ley gracana que sancionaba la creación de una
hombre llamado Antilo es acuchillado 109 (κεντούµενος. Plut. C. Gr. 13.4). Según
Plutarco este Antilo era uno de los lictores del cónsul Lucio Opimio, y es asesinado por
provocar con sus palabras y gestos a los partidarios de Graco; para Apiano es un simple
plebeyo que le pide a Cayo que mire por su patria, pero ante el gesto que el joven Graco
le dirige, unos de sus partidarios apuñaló a Antilo. Sea como fuere la asamblea se
disuelve y al día siguiente Opimio, tras los preparativos para un enfrentamiento armado
entre ambas facciones con uno de los hijos de Marco Fulvio Flaco112 como mensajero,
pero al no cumplir Graco y sus partidarios las exigencias senatoriales de deponer las
armados (entre los que se encontraban arqueros cretenses) de atacar a los partidarios de
107
Plut. C. Gr. 12.7.
108
Ap, B.C. 1.25; Oros. 5.12.5
109
Plut. C. Gr. 13.3; 13.4; Ap, B.C. 1.25; Oros. 5.12.5;
110
Plut. C. Gr. 14.3; Ap, B.C. 1.26; Cic. Phil. 8.4.14; de orat. 2.132; de domo. 38.102; Cés. B.C. 1.7.5.
111
Plut. C. Gr. 15; Ap, B.C. 1.26; Flor. 2.3.5.
112
Cónsul en el año 125, colaborador de Tiberio y miembro de la comisión creada para poner en práctica
la reforma agraria de éste. MRR I, 512.
45
derrota, ordena a un esclavo que le acompañaba que lo mate (interfectus est Gracchus et
M. Fulvius. Cic. Phil. 8.4.14 ). Su cabeza es llevada al cónsul Opimio, que había
De esta forma murió Cayo Graco, quien, al igual que su hermano, intentó poner remedio
a los que él creía eran los males de la República, siendo el principal de estos el
Cayo ante los hechos que llevaron a la muerte de su hermano y muchos de sus
amenaza del recurso a la violencia por parte de la oligarquía senatorial encabezada por
es claramente un incidente aislado, del que no se puede acusar a Cayo Graco (excepto
senatorial, pero únicamente cuando tuvo constancia de que ésta hacia lo mismo por su
parte. Pues al igual que sucedió con Tiberio y sus partidarios, la oligarquía senatorial
113
Plut. C. Gr. 16.4; Ap, B.C. 1.26.
114
Plut. C. Gr. 16.4; Ap, B.C. 1.26; Oros. 5.12.7; Cic. Phil. 8.4.14; Vel. Pat. 2.6.6; Sal. B. Iug. 31.7; 42.4.
115
Plut. C. Gr. 17.3; Ap, B.C. 1.26; Cic. de orat. 2.67; Vel. Pat. 2.6.5; Flor. 2.3.6.
116
Konrad 2006, 172; Lintott 1999,
183 y ss.
46
derechos básicos del ciudadano romano, y que además era utilizada con una
arbitrariedad partidista por un grupo de ciudadanos contra otros, con el fin de perpetuar
pretendían realizar mejoras de enorme trasfondo social en el sistema. Esta reacción por
parte de los llamados optimates, tiene su raíz en que las medidas que trataba de
implantar Cayo Graco (y su hermano Tiberio antes que él), que atacaban de forma
Estado romano. Dado que suponían una esperanza de mejora para la mayoría de la
sociedad romana en detrimento de los intereses de la clase dominante, tanto Cayo como
su hermano contaron con un gran apoyo que amenazaba con invertir los esquemas de
poder en Roma. Ante esta situación el Senado buscó una medida extraordinaria por la
considerados, en su opinión, peligrosos para el Estado. El triunfo del Senado ante Cayo
120 por los actos cometidos el año anterior119, fueron el claro ejemplo de que el éxito
117
Duplá 1990, 94 y ss.
118
Según Duplá 1990, 96., esta absolución se debería en mayor medida a presiones políticas que a
criterios estrictamente jurídicos.
119
Este juicio tiene una gran relevancia, pues demuestra que a pesar de la represión desencadenada contra
Cayo Graco, siguió existiendo una corriente política contraria a la de la clase dominante.
120 Lintott 1999,
184.
47
lograr una mayor igualdad social mediante un reparto más equitativo de los recursos y
de la riqueza que llegaba a Roma por medio de las conquistas, y por otro, a limitar los
poderes del Senado concediendo más relevancia a la asamblea popular, de forma que
poner fin al resentimiento existente en una buena parte de la ciudadanía romana, pues
como veremos pocos años después de la muerte de Cayo Graco el conflicto político
Los últimos años del siglo II en Roma estuvieron marcados por el liderazgo político y
militar de Cayo Mario, un miembro de una rica familia itálica sin antepasados
senadores, lo que conocemos como homo novus, Tras acceder al consulado en el año
defender Italia de las tribus germanas, misión que también realizó con éxito. Estos
consecutivas (algo sin precedentes en la historia de Roma), hasta el año 100. Uno de los
121
Nippel 1995, 63.
122
Duplá 1994, 144.
48
de las legiones romanas, pues por primera vez de forma regular se reclutó a ciudadanos
del estrato social más bajo de Roma, aquellos que no tenían posesiones y no podían
Mario logró que una vez acabado su servicio militar se le asignase a cada soldado una
parcela de tierra propiedad del Estado. Este importante cambio es visto como uno de los
factores que agravaron la crisis de la República, pues de esta manera se fomentaron las
clientelas militares, y con el tiempo las legiones se sintieron mas fidelizadas a sus
Para lograr el reparto de tierra a sus soldados licenciados, Mario estableció una alianza
política con el tribuno de la plebe del año 103 Lucio Apuleyo Saturnino, quien aprobó
colaboró con éste en otras cuestiones, a la vez que obtenía su apoyo (o su no oposición
en su papel de cónsul) para llevar a cabo diversas medidas de carácter social y para
limitar el poder del Senado como son las leges frumentariae y de maiestate124. Las
para hacer aprobar sus leyes, e incluso llegó a asesinar a varios candidatos contrarios,
crearon un clima de tensión que, al igual que en los casos de los hermanos Graco,
finalizó con una intervención violenta por parte del Senado en la que Saturnino y
Saturnino ocupaba por primera vez el cargo de tribuno de la plebe en el año 103, desde
esta posición presentó un proyecto de lex frumentaria por el cual reducir el precio del
123
Pina Polo 1999, 59
124
Pina Polo 1999, 72.
49
grano que el Estado distribuía entre la plebe. A pesar de que el Senado se manifestó en
contra de esta medida y que el resto de tribunos interpusieron su veto, Saturnino paso
por alto el veto decidido a realizar la votación. Por este motivo, Quinto Servilio
pontes (estructuras que hacían de pasillo para acudir a votar) y tirando las urnas (pontes
disturbat, cistas deicit, impedimento est quo setius feratur. Ad Herenn. 1.21. ), pues le
parecía una concesión que el erario público no podría soportar126. El único testimonio
que tenemos sobre este acontecimiento no especifica si hubo alguna reacción por parte
afirma que Cepión impidió la votación. Por tanto, y, ante la ausencia de información
que afirme lo contrario, la idea más extendida es que esta ley nunca llegó a aprobarse127.
En el año 101 durante las elecciones para el tribunado de la plebe del año 100,
Saturnino y su aliado el pretor Cayo Servilio Glaucia ordenaron a varios de sus hombres
el asesinato del tribuno de la plebe Nonio (occiso palam comitiis A. Ninnio conpetitore
tribunatus. Flor 2.4.1), según Apiano, por que éste último había sido elegido para el
Orosio trasmiten que es el propio Saturnino quien asesina (φόνος. Plut. Mar. 29) a
una forma u otra, vemos de nuevo cómo la violencia estalla en una asamblea y
condiciona el resultado de ésta, pero en esta ocasión, además de conseguir sus objetivos,
no se dieron acciones de represalia por parte del Senado, pues Mario en calidad de
cónsul y hombre fuerte en la ciudad protegía a sus dos aliados130, quienes desde el 103
125
Cónsul en el año 106. MRR I, 553.
126
Ad Herenn. 1.21.1.
127
Smith 1977, 151; Cavaggioni 1998, 26.
128
Ap. B.C. 1.28;
Flor. 2.4.1.
129
Plut. Mar. 29; Oros. 5.17.3; Flor. 2.4.
130
Lintott 1999.
185.
50
popular y al respaldo por parte del cónsul, Saturnino accedió al tribunado por segunda
vez, y no sufrió ningún tipo de represalia durante esos años, impunidad que le permitió
Como ya hemos mencionado, en el año 100 la tensión creada por la actividad política de
un senador con el que Glaucia rivalizaba en las elecciones al consulado. Ese año Mario
ocupaba el consulado por quinta vez consecutiva, Saturnino volvía a ejercer el cargo de
tribuno de la plebe y Glaucia era pretor. El tribuno propuso una ley agraria para repartir
entre los soldados de Mario la tierra que habían ocupado los germanos en el norte de
Italia, de la que habían sido expulsados por los legionarios de Mario, los futuros
beneficiarios de la ley131. Además la ley incluía una cláusula que obligaba a jurar a
plebe urbana romana y la venida de diferentes partes de Italia, pues la primera entendía
que la ley únicamente beneficiaba a los itálicos. Como varios tribunos intentaron
interponer su veto, Saturnino los desalojó mediante la fuerza, a lo que la plebe urbana
respondió atacando a los seguidores de Saturnino que habían acudido a Roma para
la plebe urbana, por lo que Saturnino pudo ver aprobada su ley agraria (οἱ πολιτικοὶ τά
131
Ap, B.C. 1.29.
132 Ap, B.C. 1.29; Plut. Mar. 29.
51
διέστησαν. οἱ δ᾽ αὖθις ὑπὸ τοῦ Ἀπουληίου συγκαλούµενοι µετὰ ξύλων καὶ οἵδε τοῖς
ἀστικοῖς ἐπῄεσαν καὶ βιασάµενοι τὸν νόµον ἐκύρωσαν. Ap. B.C. 1.30133. También en
esta ocasión la estrategia del tribuno volvió a funcionar y no solo vio logrado su
objetivo, pasando por encima del veto de los demás tribunos, sino que no sufrió ningún
Ese mismo año Glaucia presentó su candidatura al consulado siendo todavía pretor. En
el transcurso de las elecciones, habiendo sido ya elegido el cónsul mayor y dándose una
dura pugna entre Glaucia y Cayo Memio135, el primero y Saturnino enviaron a varios de
consulem faceret, C. Memmium competitorem interfeci iussit. Flor. 2.4.4)136. Este acto
motivó la reacción del Senado, secundado esta vez por Cayo Mario, quien no podría
proteger a sus violentos colaboradores por más tiempo. En general según las fuentes,
aunque con divergencias entre ellas, el senado decretó un SCU por el cual instó al
acaban entregándose bajo la protección de Mario que los encierra en la Curia, donde un
lanzándoles piedras desde el tejado del edificio137 (saxisque opertum in ipsa quoque
133
Ap, B.C. 1.30; Cic. pro Sest. 16;37
134
Smith 1977, 153; Cavaggioni 1998, 112 y ss.
135
Tribuno de la plebe en 111, muy activo contra el rey Númida Yugurta y contra los senadores
sobornados por éste. MRR I, 553.
136 Ap, B.C. 1.32; Flor. 2.4.4; Oros. 5.17.5; Cavaggioni 1998, 140-43.
137
Ap, B.C. 1.32; Flor. 2.4.5; 2.4.6; Oros. 5.17.6; 5.17.7; 5.17.8; 5.17.9; Plut. Mar. 30.4; 30.5;
Cavaggioni 1998, 144-56; Duplá 1990, 100 y ss.
52
Saturnino destacó como líder popular recuperando las propuestas políticas y sociales
que los Graco trataron de implantar antes que él, como son las leyes agrarias y
caso)138. Son varias las novedades en su actuación política respecto a los Graco; la
éste, que, junto con la creciente movilización de la plebe urbana, sirvieron como
Saturnino, es el empleo de la violencia como arma política, del que hizo un uso
Durante varios años empleó métodos violentos para interferir en el desarrollo de las
asambleas, presionó a otros tribunos para que retirasen su veto, incluso los expulsó
mediante la fuerza por negarse a hacerlo, se apoyó en los soldados de Mario como
Los años de actuación de Saturnino no pueden entenderse sin en el trasfondo del apoyo
que le brindaba Cayo Mario, quien necesitaba de un político reformista para cumplir las
promesas hechas a sus soldados veteranos. Por su parte Saturnino necesitaba del apoyo
de Mario no solo para llevar a cabo los planes concernientes a los repartos de tierras a
institucional y social que eran mal vistas por parte de la oligarquía senatorial. Esta
interesada colaboración llega a su fin en el año 100, cuando, tras el asesinato de Memio
y la declaración del SCU por parte del Senado, Mario tiene que elegir entre continuar
apoyando las posiciones más radicales de sus aliados populares, o colaborar con la
138
Cavaggioni 1998, 175.
139
Cavaggioni 1998, 177; Pina Polo 1999, 79.
140
Smith 1977, 153.
53
oligarquía para poner fin a los excesos y a la violencia de Saturnino141. Dos han sido
señalados como los motivos principales para que Mario rompiese su alianza con
primer lugar se trataría de una forma de congraciarse con el Senado, pues Mario no
quería acabar con el sistema de gobierno romano ni con la oligarquía senatorial, más
como una acción para frenar el creciente poder de Saturnino y Glaucia, que podía
rivalizar con el suyo propio, sobre todo si Glaucia llegaba a ocupar el cargo de
cónsul143.
Con Saturnino tenemos el primer ejemplo de un tribuno que tiene en la violencia una de
radicalización de las tácticas empleadas por el tribuno, motivará una vez más que el
SCU, para acabar con lo que se entiende como una amenaza al orden establecido144. Al
igual que ocurrió con los hermanos Graco, en ambos casos se justifica el empleo de la
republicana. Esta violenta represión llevada a cabo por el Senado en el año 100 no
consigue acabar con la corriente popularis, pues como veremos vuelve a resurgir con
de un tema particular, sino que cabe afirmar que se trata de una ideología política,
141
Duplá 1990, 98.
142
Duplá 1990, 105.
143
Cavaggioni 1998, 183.
144
Pina Polo 1999, 78.
54
cambiante pero permanente, sustentada por la realidad política, económica y social del
todos los habitantes de la península Itálica. Una vez concedida esta tras la guerra entre
Roma y los aliados itálicos (socii), la controversia estuvo marcada por cuál sería la
forma más adecuada de distribuir a los nuevos ciudadanos en las tribus romanas. De
A pesar de que fue a principios del siglo I cuando el debate en torno a los aliados (socii)
segunda mitad del siglo II. En el año 125 el cónsul M. Fulvio Flaco y en el 122 Cayo
Graco ya trataron de aprobar varias leyes para igualar el estatus jurídico y político de los
itálicos con los ciudadanos romanos146. Las demandas de los aliados de acceder a la
plena ciudadanía del Estado por el que luchaban continuaron, y, a finales de la década
de los 90 llegaron a plantearse el alzarse en armas contra Roma147, cosa que finalmente
145
Duplá 1990, 105.
146
Ap, B.C. 1.21; 1.34.
147
Brunt 1990, 101; Perelli1981b, 130
55
hicieron tras fracasar el intento de Marco Livio Druso, tribuno de la plebe en el que los
rival de Cayo Graco, trató de implantar una serie de reformas con diversos objetivos y
a todos los itálicos y, por otro, a arrebatar a los equites el poder sobre los tribunales de
justicia, creando 300 nuevos senadores seleccionados entre los miembros de los
Senado 148 . Además para ganarse el favor de la plebe urbana también propuso la
medidas de Druso y el apoyo que tuvo de importantes senadores como Lucio Licinio
Craso150, tanto los caballeros como los sectores más intransigentes de la oligarquía
consecuencia, hicieron todo lo posible por impedir su aprobación y más tarde para
anularlas151.
votación de las leyes propuestas por Druso, pues como el cónsul Lucio Marcio Filipo se
oponía a la aprobación de las leyes, uno de los viatores de Druso le cogió fuertemente
del cuello hasta que le brotó sangre por la boca y los ojos (Asus tamen abrogare legibus
cónsul Philippus, sed aprehensum faucibus viator non ante dimisit quam sanguis in os
et oculos redundaret. Flor. 2.5.8.) de esta forma cedió Filipo y las leyes fueron
148
Ap, B.C. 1.35.
149
Brunt 1973, 150.
150
Cónsul en el año 95. MRR II, 11.
151
Pina Polo 1999, 89.
56
aprobadas152. En septiembre de ese año moría Craso, y Druso perdía su principal y más
afectados por sus reformas153; poco después el cónsul Filipo sometió a votación la
derogación de las leyes de Druso, y estas fueron finalmente anuladas. A los pocos días
Druso fue asesinado en su casa y la guerra con los Aliados terminó por estallar154.
A pesar de que las reformas de Druso trataban de contentar a todos los sectores de
pesar de que ciertas de sus medidas estaban más cerca de la línea popularis, su
reformas en distintos ámbitos, para crear una situación de consenso que legitimase y
mantuviese el orden establecido dentro del Estado. Pero los intereses fuertemente
divididos de los sectores a los que buscaba contentar (senadores, caballeros, aliados y
plebe romana), acabaron poniendo en contra del tribuno a gran parte de los afectados
sus colegas tribunos no intentaron interponer el veto (al menos no tenemos noticias de
Filipo, miembro además colegio augural, quien trató de impedir la aprobación de las
leyes de Druso por ser contra auspicia156, algo que finalmente consiguió. De esta forma
la obstrucción religiosa pasó a ser uno de los mecanismos comúnmente empleados para
152
Flor. 2.5.8; Val. Max. 9.5.2
153
Brunt 1973, 151.
154
Flor. 2.5.9; Ap. B.C. 1.36; Oros. 5.18.7; Vel. Pat. 2.13; Cic. De Ofic. 2.24.64
155
Perelli 1981b, 128.
156
Cic. De leg. 2.12.31.
57
Respecto al suceso que relata únicamente Floro, que uno de los viatores de Druso agarra
por el cuello al cónsul Filipo por oponerse este a la aprobación de las reformas del
tribuno, no cabe analizar el episodio en profundidad dada la escasa información que nos
emplease la violencia como arma política, creemos que se trata de un incidente producto
Hybrida en el año 90, están en estrecha conexión con el tribunado de Druso. Según
informan Apiano y Valerio Máximo, Quinto Vario, a instancias de los equites, aprobó
una ley para juzgar a todos aquellos que hubieran apoyado a los itálicos en sus
reclamaciones sobre la ciudadanía158. Solo Apiano informa de cómo los caballeros que
apoyaban a Vario, ante los vetos interpuestos por el resto de tribunos, amenazaron a
estos con sus dagas desenvainadas para forzarles a retirar el veto (περιστάντες οἱ ἱππεῖς
σὺν ξιφιδίοις γυµνοῖς ἐκύρωσαν. Ap. B.C. 1.37) a la propuesta de Quinto Vario, algo
que finalmente consiguieron. Mediante esta ley los equites atacaron a los colaboradores
de Livio Druso, y a quienes al igual que éste habían intentado arrebatarles el control
sobre los tribunales. En todo caso no se trataría de un episodio más en la lucha entre
157
Smith 1977, 157.
158
Ap. B.C. 1.37; Val. Máx. 8.6.4.
58
identificar a los caballeros con la ideología optimate ya que en numerosas ocasiones sus
En el año 88 finaliza el Bellum Sociale no sin que antes el Senado aprobase la concesión
de la ciudadanía romana a todos los itálicos fieles a Roma, y a aquellos que depusieran
las armas a raíz del decreto senatorial160. Una de las consecuencias de la guerra es el
posicionamiento con los optimates, hechos que le harán llegar a ocupar el consulado en
el año 88. Como cónsul de ese año se le adjudicó un mando proconsular para luchar
contra el rey del Ponto Mitrídates VI, pero Cayo Mario, que ansiaba igualmente este
mando se alió con el tribuno de la plebe del 88, Publio Sulpicio Rufo, para que éste le
el tribuno presentó un proyecto de ley para repartir a los nuevos ciudadanos entre todas
las tribus romanas, pues al concedérseles la ciudadanía todos habían pasado a formar
parte de un número reducido de tribus con poco poder en las votaciones161, ya que el
protagonistas a Mario y Sila, y en la que este último por primera vez en la historia de
159
Wulf Alonso 2002, 68.
160
Konrad 2006, 178.
161
Konrad 2006, 179.
59
Aunque con ciertas divergencias, las fuentes relatan ampliamente los acontecimientos
rodeaba de un grupo de tres mil hombres armados, además de un grupo más reducido de
jóvenes equites adeptos a él, presentó un proyecto ley para arrebatar a Sila el mando de
la guerra contra Mitrídates del Ponto y entregarlo a Mario162. Por su parte, Apiano
menciona que la propuesta de ley no versaba sobre el mando de la guerra en Asia, sino
sobre la distribución de los nuevos ciudadanos itálicos entre todas las tribus romanas163.
Ya fuese por un proyecto de ley o por el otro (o por ambos incluso), la violencia vuelve
a estallar en una asamblea romana, y los cónsules Sila y Quinto Pompeyo Rufo declaran
ley o leyes 164 , y que se produjesen nuevos enfrentamientos violentos entre los
enfrentamiento del que los cónsules consiguieron escapar, pero no un hijo de Pompeyo
ἐπεσπάσαντο καὶ τοὺς ὑπάτους ἀντιλέγοντας ἠπείλουν κτενεῖν, µέχρι Ποµπήιος µὲν
λαθὼν διέφυγε, Σύλλας δ᾽ ὡς βουλευσόµενος ὑπεχώρει. κἀν τῷδε Ποµπηίου τὸν υἱόν,
(…) κτείνουσιν οἱ τοῦ Σουλπικίου στασιῶται. Ap. B.C. 1.56). Ante la difícil situación
Foro y según Plutarco una vez refugiado en su casa, y de esta manera Sulpicio puede
Sila se encontraba ya fuera de Roma cuando se aprobó la lex Sulpicia. Floro y Orosio
162
Plut. Sulla. 8.2; Vel. Pat. 2.18.5; Flor. 2.9.6.
163
Ap. B.C. 1.55.
164
Quinto Pompeyo Rufo cónsul junto a Sila en el año 88. MRR II, 39.
165
Plut. Sulla. 8.2; Ap. B.C. 1.56.
60
La reacción de Sila, nunca antes vista en la historia de Roma, fue acudir en busca del
ejercito que aguardaba a que lo condujese a Asia y sitiar la ciudad de Roma, donde se
encontró con una resistencia organizada por Mario y Sulpicio que poco pudo hacer
contra los legionarios de Sila, quien tomó la ciudad con facilidad167. Una vez se hace
con el poder, Sila mediante un decreto senatorial declara a Mario, Sulpicio y varios de
apresado y asesinado 168 . Además de anular las leyes de Sulpicio por haber sido
actividades de las asambleas y los tribunos; recortó las atribuciones y los poderes del
tribunado de la plebe; obligó a que cualquier propuesta que se fuese a llevar ante las
asambleas necesitase de un visto bueno previo del Senado, y que las votaciones pasasen
de los comicios por tribus a los centuriados, donde la oligarquía tenia mayor poder170.
alineación ideológica del tribuno con optimates y populares, cuestión esta de difícil
interpretación. Las primeras noticias que tenemos sobre Sulpicio nos lo presentan como
166
Vel. Pat. 2.18.4; Flor. 2.9.6; Oros. 5.19.4
167
Plut. Sulla. 9.1-7; Ap. B.C. 1.58; Vel. Pat. 2.19.1; Flor. 2.9.7; Oros. 5.19.4-5.19.5
168
Plut. Sulla. 10.1; Ap. B.C. 1.60; Vel. Pat. 2.19.2; Flor. 2.9.8; Oros. 5.19.4; Cic. Brut. 45.168; Val.
Máx. 3.8.5.
169
Cic. Phil. 8.2.7.
170
Ap. B.C. 1.59. Son reformas institucionales que anticipaban las que años más tarde el propio Sila
implantó durante su dictadura constituyente. Pina Polo 1999, 103.
61
reclamaciones de los itálicos (algo que ya había apoyado durante el tribunado de Druso,
sin ser ninguno de los dos políticos populares), sino porque materializa una alianza con
tribuno aliado para conseguir el mando de la guerra contra Mitrídates, y a cambio, dio a
Sulpicio su apoyo para que llevase a cabo sus reformas172. El tribuno se rodeó de un
cuerpo de tres mil hombres armados y de un grupo de jóvenes equites a los que, según
su uso deliberado para intervenir en las votaciones, Sulpicio asume las tácticas violentas
pues sí sus tácticas de presión violenta no surtían efecto y se daban luchas entre las
diferentes facciones, su posición de ventaja dentro de la ciudad, gracias a los tres mil
hombres armados a sus órdenes, estaba más que asegurada174. Respecto al episodio de
violencia comentado, ninguna de las fuentes nos dice cómo o quién inició la lucha, tan
solo que al presentar Sulpicio la propuesta de ley se produjo un enfrentamiento entre los
nuevos y los viejos ciudadanos, es decir los itálicos que recientemente habían recibido
contaban con dos cónsules favorables a sus posiciones. Dos son las hipótesis que
planteamos a este episodio: en primer lugar que los llamados viejos ciudadanos atacaran
a los seguidores de Sulpicio, para que éste no llegase a presentar el proyecto y que de
171
Cic. De Orat. 1.25.
172
Wulf Alonso 2002, 73; Perelli 1981b, 132; Duplá 1990, 107.
173
Wulf Alonso 2002, 71-72; Perelli 1981b, 131.
174
Smith 1977, 157.
62
enfrentamiento entre ambos grupos. Una segunda hipótesis es que fuesen los hombres
ideas es la acertada, pues las dos son posibles y faltan datos, pero en nuestro caso nos
inclinamos por la primera pues, ante los posibles intentos obstruccionistas de otros
iustitium, que intenta ser una alternativa de dudosa legalidad al veto y los auspicios,
eficacia se demuestra nula175. Otra novedad, consecuencia de los hechos antes relatados,
es la puesta en práctica de una nueva medida de excepción como son las declaraciones
de hostis publicus. Esta medida de dudosa legalidad, pretendía superar uno de los
puntos más controvertidos del SCU, el asesinato de ciudadanos sin un juicio previo,
En el terreno político, una de las medidas más significativas que toma Sila es la
limitación de los poderes de los tribunos de la plebe, los cuales no podrían presentar
proyectos de ley en asamblea sin antes contar con el visto bueno del Senado; además
privilegia el sistema de votación por centurias, pues con este sistema, la oligarquía tenia
más capacidad de hacer triunfar sus propuestas o impedir las que fuesen contrarias a sus
intereses177. Por último y no menos importante, vemos cómo los riesgos que implicaba
la reforma militar de Mario (un general que emplea las legiones para defender sus
intereses) terminan por materializarse, hasta el punto de atacar Roma con el objetivo de
tomada por diferentes generales romanos, como Sila, Mario y César. Además, estos
explicita) de introducir el ejercito en Roma como arma de disuasión política contra sus
enemigos.
Ese mismo año 88, viendo Sila asegurado su poder en Roma, ordena a su ejército que
abandone la ciudad, donde permanecía a sus ordenes como amenaza contra sus
enemigos políticos. Él aguardó hasta finales de año, cuando se celebraban las elecciones
y seguía existiendo un sentimiento de oposición a sus medidas (no solo entre la plebe,
contrarios a los deseos de Sila, uno de ellos, Lucio Cornelio Cinna, abiertamente
enfrentado a Sila.
Una vez investido con el consulado en el año 87, y habiendo partido Sila con su ejército
a Asia, Cinna retomó la propuesta de Sulpicio sobre la distribución de los itálicos en las
partidarios de cada uno, por un lado los itálicos que apoyaban a Cinna y, por otro, los
64
Al presentar Cinna su propuesta de ley para repartir a los nuevos ciudadanos itálicos en
todas las tribus romanas, acudió a la asamblea con sus partidarios armados, entre los
que había muchos itálicos venidos a Roma para apoyar el proyecto de ley179. Los
partidarios del cónsul Octavio hacen lo mismo, pero éste permanece en casa aguardando
Cuando le informan de que los partidarios de Cinna han atacado con sus dagas a los
tribunos que vetan la propuesta de ley, acude al Foro con los suyos y ataca a Cinna
asesinando a muchos de sus partidarios (sed vicentibus quibus pax et quies potior. Flor.
patria sua Cinna confugit ad partes. Flor. 2.9.10)180. Una vez fuera de Roma el Senado
le destituye de su cargo de cónsul, pero Cinna haciendo caso omiso, reúne un ejército y
se alía con Cayo Mario181, ambos atacan Roma y entran en ella tras un acuerdo con el
Senado182, para después desatar una dura represión contra los partidarios de Octavio y
Sila183.
lucha entre optimates y populares, y demuestra que a pesar de las represión llevada a
cabo por Sila contra sus enemigos políticos, la corriente popularis continuaba teniendo
fuerza en la política romana, pues las reclamaciones que la sustentaban seguían sin
178
Pina Polo 1999, 108 y ss.
179
Ap. B.C. 1.64;
Vel. Pat. 2.20.2.
180
Ap. B.C. 1.64; Cic. Phil. 8.2.7; Flor. 2.9.9-10; Plut. Mar. 41.2.
181
Sobre cómo Cinna reúne el ejercito; Ap. B.C. 1.65; Vel. Pat. 2.20.4; Plut. Mar. 41.5. Sobre alianza con
Mario; Ap. B.C. 1.67; Vel. Pat. 2.20.5; Flor. 2.9.10.
182
Ap. B.C. 1.71; Plut. Mar. 43.3; Vel. Pat. 2.21.6; Flor. 2.9.12.
183
Ap. B.C. 1.72; 1.73; 1.74; Plut. Mar. 44.1-10; Vel. Pat. 2.22.2-4; Flor. 2.9.13-17.
65
resolverse. Cinna se alinea con las posturas de los populares y termina aliándose con
Mario tras su huida de Roma, pero no puede ser identificado como un popularis radical
silano, pues no es uno de los dos candidatos que Sila había designado para ocupar el
nivel de violencia y confrontación política que se vive en Roma, inmersa en una guerra
civil, y permite ver que la violencia para condicionar las asambleas no es algo
Otro de los hechos que destacan en este episodio es la derogación, por parte del Senado,
del cargo de cónsul a Cinna una vez abandona Roma. Se trata de una innovación
contra el cónsul Cinna, pero realmente las fuentes no lo dejan claro y, por tanto, no se
La guerra civil significó un punto de inflexión en la política romana, en cuanto que puso
ejércitos con fines partidistas e intereses personales, hasta tal punto que el futuro
dictador Sila tomó por las armas la ciudad en dos ocasiones. Este último puso de
político personificado en las instituciones de la Urbe podía ser contestado con el poder
militar de las legiones186. Pero a pesar de imponerse por la fuerza tomando Roma en dos
luchando por ver satisfechas sus demandas, siendo la principal durante los años 70 la de
supervisión del Senado es la responsable de que hasta los años 60, una vez restituido
Sobre esta década existe una importante carencia de información, exceptuando los
hasta la década de los 50, en los que César comienza a ser protagonista principal de los
hechos. Sobre todo en lo que a los asuntos políticos se refiere, la información referente a
que Plutarco en las biografías de Lucio Licinio Luculo187 y Pompeyo Magno, se centra
sobre todo en las campañas dirigidas por ambos contra el rey Mitrídates del Ponto, y en
la campaña emprendida por Pompeyo contra los piratas en el Mediterráneo. Apiano, por
su parte, acaba el primer libro de su historia sobre las guerras civiles con el primer
relato de la conjuración de Catilina, haciendo una breve mención a las guerras contra
Mitrídates y los piratas. Aun así tenemos información sobre varios acontecimientos de
Cneo Pompeyo Magno. Siendo muy joven participó en la guerra civil bajo el mando de
padre, se hizo con el control de las legiones y las puso al servicio de Sila, y a pesar de
187
Lucio Licinio Luculo cónsul en el año 74, tras esto se encargo de la guerra contra Mitrídates del Ponto.
MRR II, 100.
67
encomendó a Pompeyo la guerra en Hispania contra Quinto Sertorio, tarea que terminó
con éxito en el año 71 cuando regresa a Roma. Antes de regresar a la ciudad, participó
había encomendado a M. Licinio Craso188 y que éste ya casi había completado, por lo
A pesar de esa enemistad ambos fueron elegidos para el consulado del año 70. En el
caso de Pompeyo, al igual que los cargos que ya había desempeñado, en contra de la
tradición y de la ley, pues no reunía la edad necesaria ni había desempeñado las debidas
magistraturas del cursus honorum. Una de las medidas más destacadas implantadas por
los cónsules del año 70, fue la total restauración de los poderes tribunicios. Esta medida
que apenas contó con oposición, venia reclamándose desde la muerte del dictador y, ya
en el año 75 tuvo un importante antecedente. El cónsul de ese año, Cayo Aurelio Cota
eliminó la prohibición silana por la que cualquier ciudadano que desempeñase el cargo
de tribuno de la plebe quedaba inhabilitado para ejercer otra magistratura190. Por tanto
sector más conservador de la oligarquía, compuesto por otros senadores también muy
188
Marco Licinio Craso, futuro triunviro y colega de Pompeyo en sus dos primeros consulados (70 y 55).
MRR II, 126.
189
Leach 1978, 56-57.
190
Ungern-Sternberg 2004, 100;
Leach 1978, 59-60; Seager 1979, 18 y 23-24; Smith 1977, 159; Pina
Polo 1999, 145.
68
próximos a Sila, que durante los años 60 presentaron una férrea oposición a muchas de
una medida para repartir tierras entre los veteranos del cónsul Pompeyo, pero la ley no
fue aprobada, o si lo fue, sus opositores plantearon tantas dificultades (financieras sobre
todo) que no fue posible ponerla en práctica. Por este motivo tras desempeñar el
ciudad191.
grano a Roma se veía afectado, generando un gran descontento entre la plebe. Para
poner fin a este problema, en el año 67, el tribuno de la plebe Aulo Gabinio, bajo la
Mediterráneo192. No proponía a nadie en concreto para ejercer este mando, pero dada su
conocida relación con Pompeyo, era evidente que este último estaba detrás de la
propuesta de ley y que deseaba obtener dicho mando militar, con el que engrandecer
aun más su popularidad y poder. Por este motivo, la propuesta de ley recibió una dura
oposición por parte del ala más conservadora del Senado, personificada en el cónsul de
A principios del año 67, poco después de acceder al cargo de tribuno, Gabinio tras
presentar la propuesta ante el pueblo y obtener una reacción positiva, lleva el proyecto
191
Ungern-Sternberg 2004, 100-101;
Leach 1978, 63 y 69; Seager 1979, 27-28.
192
Plut. Pomp. 25.2-6.
193
Cayo Calpurnio Pisón, cónsul en el año 67. MRR II, 142.
69
Senado el cónsul Pisón amenaza a Pompeyo, y varios senadores atacan a Gabinio que
casi es asesinado. Cuando el tribuno sale del Senado y comunica lo ocurrido al pueblo
concentrado ante la sede senatorial, éste último empieza a atacar a los senadores con
piedras y está cerca de matar al cónsul Pisón (Πίσωνα δὲ τὸν Γάιον τὸν ὕπατον ῾ἐπὶ γὰρ
ἐκείνου τοῦ τε Ἀκιλίου ταῦτ᾽ ἐγίγνετὀ συλληφθέντα καὶ µέλλοντα καὶ ἀντὶ τῶν ἄλλων
otra asamblea y consigue aprobar la ley, tras superar la obstrucción del tribuno Trebelio
realizada en el 133 por Tiberio Graco contra el tribuno Octavio, Trebelio retira su veto
Pompeyo y se aumentan sus poderes y las fuerzas de las que dispondría para erradicar la
piratería del Mediterráneo197. Según Cicerón, la simple noticia de que Pompeyo se haría
cargo del mando contra los piratas, hizo que se redujese drásticamente el precio del
grano198.
asamblea, pues una vez que el tribuno que preside la asamblea obtiene una reacción
favorable del pueblo, acude al Senado a presentar la misma propuesta que ha realizado
ante el pueblo, para obtener su visto bueno. Es probable que se tratase de una contio
legislativa inmediata a una votación, y que Gabinio, una vez seguro del apoyo popular a
194
Plut. Pomp. 25.7-8; D. Cas. 36.23.4; Vel. Pat. 2.31.2-4.
195
Plut. Pomp. 25.9; D. Cas. 36.24.1-3
196
Plut. Pomp. 26.1; D. Cas. 36.30.1-2.
197
Plut. Pomp. 26.2-3.
198
Cic. Leg. Man. 44.
70
de sus precios, reacciona violentamente contra el Senado por atacar a Gabinio y por
Resulta difícil de integrar este episodio en de las luchas entre optimates y populares,
pues aunque el Senado en su mayoría estaba controlado por los miembros más
ellos, Pompeyo, también fue un acérrimo partidario del dictador. Pero Pompeyo, a
que le llevó a ser uno de los hombres más poderosos de Roma con tan solo 35 años y a
envidia y temor entre los miembros del Senado. Por tanto, este episodio ha de analizarse
más en clave personal que “partidista”, pues a pesar de que la ley para crear un mando
político, recurriendo a la táctica puesta en práctica ya por Cayo Mario, la alianza entre
199
Tatum 2006, 191-192; Leach 1978, 68-70.
71
enfrentamientos.
este hecho como una táctica de César con doble objetivo, por un lado ganarse el favor
popular, y por otro, el favor de Pompeyo. Tampoco hemos de olvidar que César conocía
de sobra la amenaza que suponían los piratas, pues el mismo fue capturado por un
grupo, y entendía que había que tomar medidas drásticas contra ellos en todo el
la mayoría senatorial, pero sin ser un aliado reconocido de Pompeyo, creaba así su
Al igual que ocurre con gran parte de los acontecimientos ocurridos entre los años 70 y
aprobación de una ley de este tribuno, y relatan cómo durante el proceso de debate se
dieron enfrentamientos violentos, teniendo de nuevo al cónsul Pisón como uno de los
protagonistas.
castigando esta práctica con duras penas201. El Senado, que no estaba de acuerdo con la
200
Canfora 2000, 9-14; Seager 1979, 27-28; Leach 1978, 67.
201
D. Cas. 36.38.4.
72
aplicación de unos castigos tan duros, pues afirmaba que con la moderación en las penas
sería más fácil conseguir delatores, pide a los cónsules que alteren la propuesta de
Cornelio antes de proceder a votarla 202 . Cayo Cornelio, irritado con esta táctica
senatorial, realiza una nueva propuesta de ley, mediante la cual impedir al senado
Senado incumplía esa obligación. En el debate de esta nueva propuesta, la ley es vetada
antes de que el escriba termine de leerla, pero Cornelio no respeta el veto y procede a
leer él mismo la propuesta204. Ante las fuertes quejas del cónsul Pisón, apoyado por un
fasces del cónsul e intentan descuartizarlo (gravi convicio a populo exceptus est; et cum
ille eos qui sibi intentabant manus prendi a lictore iussisset, fracti eius fasces sunt
lapidesque etiam ex ultima contione in consulem acti. Asc. 51.20) 205 . Cornelio
preocupado por la violencia, disuelve la asamblea206, pero aprobará más tarde la ley
añadiendo una clausula, por la cual los pretores al inicio de su cargo, tendrían que
no podrían alterar207.
legislación firme contra esta práctica. También es comprensible que los senadores
fuesen contrarios a las duras penas que imponía la primera ley de Cornelio, pues eran
ellos los que practicaban el soborno para acceder a las magistraturas y para influir en los
202
D. Cas. 36.38.5.
203
D. Cas. 36.39.2.
204
Asc. 51.15.
205
D. Cas. 36.39.3; Asc. 51.20.
206
D. Cas. 36.39.4.
207
D. Cas. 36.40.1-2.
208
Lintott 1990, 1-16. Artículo imprescindible sobre la práctica del soborno electoral en tiempos de
Cicerón.
73
llamamiento a los cónsules, para que utilicen su potestas avocandi con el fin de
propuesta de ley contra la piratería, sí que puede ser enmarcado en las luchas políticas
entre optimates y populares, pues lo que reclamaba Cornelio era el respeto al poder y
las prerrogativas del populus209. Tras más de una década de ausencia de actividad
tribunicia, Cornelio trata de afirmar los poderes del pueblo romano frente a la
llevaran a ser acusado de maiestas en el año 65, pero ante la violenta presencia de
partidarios del tribuno, y dado que el presidente del tribunal no se presentó, finalmente
no fue juzgado210.
En el año 66, mediante una propuesta de ley presentada en la asamblea popular por el
contra los reyes Mitrídates y Tigranes212, una táctica ya empleada por Mario contra Sila,
con las fatales consecuencias por todos conocidas. Pompeyo se hizo cargo de una
campaña ya casi terminada, y una vez que derrotó a ambos reyes, se dedicó a
diferentes pactos con reyes y ciudades, pues en la ley que le otorgó el mando de esta
año 63, y siendo cónsul Cicerón, estalló la famosa conjuración de Catilina, que
209
Smith 1977, 150.
210
Asc. 59-60.
211
MRR II, 153.
212
D. Cas. 36.42.4.
213
Tatum 2006, 192; Leach 1978, 75; Seager 1979, 40.
74
condicionó en gran medida la política en los años sucesivos. A finales de ese mismo año
fueron elegidos para el 62 Julio César como pretor y Quinto Cecilio Metelo Nepote
tribuno de la plebe, dándose una colaboración entre ambos durante el desempeño de sus
cargos. Una de las primeras medidas que propuso Nepote fue reclamar la vuelta de
Pompeyo de Asia para que acabase con la revuelta de Catilina, quien permanecía en
in absentia, siendo una nueva irregularidad en la carrera del picentino, mal vista desde
Metelo Nepote, que había sido uno de los legados de Pompeyo en la campaña de Asia,
fue licenciado por su general para poder presentarse al tribunado para el año 62214. A
principios de enero, una vez accedió al cargo, presentó la propuesta de ley antes
la plebe, el célebre Marco Porcio Catón215. Por su parte, Metelo contaba con el apoyo de
gran parte del pueblo, que confiaba en Pompeyo para realizar cualquier misión, y del
pretor César.
El día que se celebraba la votación, Metelo, acompañado por César ocupó el Foro con
hombres armados, entre los que, según Plutarco, había extranjeros gladiadores y
esclavos 216 ( Μετέλλῳ µὲν ὅπλα καὶ ξένοι καὶ µονοµάχοι καὶ θεράποντες ἐπὶ τὴν
ἀγορὰν τεταγµένοι παρῆσαν. Plut. Cat. Min. 27.1-2). A pesar de la presencia evidente
también es impedido por un tribuno partidario de Catón que le tapa la boca217. Estalla
(γενοµένου δὲ τούτου καὶ πάντων διασκεδασθέντων ὑποστάντα µόνον τὸν Κάτωνα καὶ
βαλλόµενον λίθοις καὶ ξύλοις ἄνωθεν οὐ περιεῖδε. Plut. Cat. Min. 28.2), que es llevado
dentro del templo frente al que se celebraba la asamblea218. Metelo gracias a sus
hombres armados y a la retirada de Catón, trata de aprobar la ley, pero Catón y los
suyos vuelven y atacan con renovadas fuerzas dispersando a Metelo y sus partidarios219
(οἱ δὲ ἐναντίοι ταχέως ἀναλαβόντες ἑαυτοὺς ἐκ τῆς τροπῆς ἐπῄεσαν αὖθις ἐµβοήσαντες
µέγα καὶ θαρραλέον, ὥστε τοῖς περὶ τὸν Μέτελλον ἐµπεσεῖν ταραχὴν καὶ δέος. Plut.
Cat. Min. 28.5). Tras el enfrentamiento, el Senado se reúne y declara un SCU además de
destituir a César y Metelo de sus cargos220. El segundo huye de Roma sin haber
aprobado su ley, y se dirige a Asia a encontrarse con Pompeyo221. César, por su parte,
sigue ejerciendo su cargo como si nada hubiese ocurrido. Cuando recibe noticias de que
le van a impedir continuar con sus funciones por la fuerza, se retira a su casa, pero las
cargo222.
Una vez más estamos ante un episodio de violencia, el protagonizado por Metelo
Nepote, que tiene sus raíces en las ansias de Pompeyo de adquirir más mandos militares
con los que obtener mayor poder y popularidad a la vez que reforzaba su posición frente
a los optimates. Al igual que en el caso de la ley contra la piratería propuesta por
217
Plut. Cat. Min. 28.1-2.
218
Plut. Cat. Min. 28.3.
219
Plut. Cat. Min. 28.5.
220
Plut. Cat. Min. 28.6.
221
Plut. Cat. Min. 29.1.
222
Suet. Caes. 16.1-2
76
Gabinio, este episodio ha de ser analizado más en clave personal que “partidista”, pues
a pesar de que la ley contaba con un amplio apoyo entre la plebe y la oposición
senatorial, destacan por encima de todo las ansias de Pompeyo de obtener un nuevo
puede interpretar como una ley reformista, más bien es la concesión de un mando
Italia223.
Esta ley para reclamar a Pompeyo, también puede ser entendida como una maniobra
para reforzar su posición de cara a su regreso, pues Pompeyo quería asegurarse de que
el Senado aprobaría sus pactos en Oriente. Los optimates habían conseguido imponerse
campaña contra Sertorio o la propuesta de Metelo Nepote. Por tanto al igual que sucedió
aprobar tanto sus disposiciones en Asia como un reparto de tierras a los veteranos de sus
tensión creada en Roma por su regreso, Pompeyo opta por licenciar a sus legiones al
regresar a Italia, como gesto de conciliación con el Senado225. Pero aun así seguirá
intentando que sus pactos en Asia sean sancionados por el Senado y que se apruebe un
reparto de tierras a sus legionarios, siendo este el tema central en la política romana
223
Pina Polo 1999, 160.
224
Tatum 2006, 197; Duplá 1990, 133;
Leach 1978, 110; Seager 1979, 69.
225
D. Cas. 37.20.6; Plut. Pomp. 43.3; Vel. Pat. 2.40.3
77
Pompeyo regresó a Italia finales del mismo año 62 y, como ya hemos dicho, procedió a
licenciar sus legiones y después se dirigió a Roma. Su actividad política tras su llegada
se centró en lograr que sus pactos en Asia fuesen sancionados por el Senado y que se
aprobase un reparto de tierras a sus legionarios, siendo estos los temas centrales en la
política romana durante los últimos años de la década de los 60. Tras varios años
por tanto, también su capacidad de forzar la aprobación en bloque de sus pactos en Asia
magistrados en los años 61 y 60, no fue capaz de lograr sus objetivos. En el año 61
contó con el apoyo del cónsul Marco Pupio Pisón y, para el 60, logró recurriendo al
soborno que, Lucio Afranio, su legado en diferentes campañas, fuese elegido cónsul a
pesar de ser un homo novus de escasa influencia y capacidad política. Junto a Afranio
en el consulado, Pompeyo contaba con un tribuno de la plebe, Lucio Flavio al que atrajo
para sus intereses, y quién presentó una ley agraria para repartir tierras entre los
la que Flavio propuso su lex agraria. Según el historiador griego, al presentar Flavio su
propuesta de ley, el otro cónsul del año 60, Quinto Cecilio Metelo Celer opuso una
226
Tatum 2006, 198; Leach 1978, 110 y 116; Seager 1979, 76. Marco Pupio Pisón Frugi cónsul en 61 y
Lucio Afranio en 60, Lucio Flavio tribuno de la plebe en 60. MRR II, 178, 182 y 184.
78
prisión del cónsul y, para asegurarse de que nadie trataba de rescatarlo, él mismo hizo
extralimitado, o para mejorar su imagen ante las filas optimates, ordeno a Flavio que
Pompeyo durante estos años, quién ni recurriendo a la fuerza conseguía ver aprobadas
sus disposiciones en Asia y el reparto de tierras a sus veteranos. A pesar de sus triunfos
contra los piratas y los reyes Mitrídates VI y Tigranes II en Asia, que le reportaron una
gran popularidad tanto entre la plebe como entre los equites, el ala más conservadora
del Senado presentó una dura y exitosa oposición contra las intenciones de Pompeyo.
joven Marco Porcio Catón, trataron de evitar a toda costa la aprobación de las
poderes y leyes que aumentasen tanto la popularidad como el poder del picentino. Esta
manifestó en la escasa efectividad que tuvieron sus distintos colaboradores, sobre todo a
la hora de promover las leyes dirigidas a repartir tierras entre sus veteranos y la
Es por este motivo que Pompeyo establece una colaboración con César, quién ya había
227
Metelo Celer, al igual que su hermano Metelo Nepote, había participado como legado de Pompeyo en
la campaña de Asia, pero cuando Pompeyo regresa de Asia y repudia a su esposa, hermana de ambos, los
hermanos Metelo abandonan el bando pompeyano y se convierten en firmes opositores de Pompeyo.
Quinto Cecilio Metelo Celer fue cónsul en el año 60. MRR II, 182.
228
D. Cas. 37.50.1-3; Cic. Att.1.18.6; 2.1.8.
229
Quinto Hortensio Hortalo y Quinto Lutacio Catulo fueron dos políticos conservadores, el primero
brillante orador fue cónsul en el año 69. Catulo fue cónsul en el año 78. MRR II, 131 y 85.
79
demostrado su apoyo a Pompeyo en varias ocasiones durante los años 60 y, tras regresar
consulado del año 59. En César Pompeyo tenía al candidato perfecto para apoyar sus
políticas: un hombre de una ilustrísima familia sin vínculos con Pompeyo, altamente
capacitado, brillante orador y con un gran apoyo popular. Como contrapartida, estas
militar tras su consulado. De esta forma, el propio Pompeyo, fue principal responsable
del fortalecimiento del que sería su gran rival años más tarde. Junto a Craso formaron el
conocido como Primer Triunvirato, la alianza política mediante la cual los tres pasaron
a dominar la política en Roma durante varios años y, que no fue un cargo legal como en
el caso del segundo triunvirato, sino una alianza privada y secreta con el objetivo de
conseguir beneficios mutuos230. Por tanto el año 59, año en el que César desempeña el
consulado, estuvo marcado por una política, por un lado dirigida a satisfacer las
ganándose aun más el favor popular y preparando el que sería su mando proconsular en
la Galia.
La década de los 50 es, sin duda alguna, una de las mejoras documentadas del periodo
230
Pina Polo 1999, 177; Leach 1978, 120-122; Seager 1979, 82; Perelli 1981b, 185.
80
República, hacen que estos años sean unos de los más estudiados en épocas posteriores.
Al igual que la época, el personaje vital que fue César ha sido ampliamente estudiado
La escena política en esta década estuvo dominada por el pacto realizado entre
Pompeyo, Craso y César, con el objetivo de apoyarse mutuamente para lograr sus
optimates, frente a una alianza que apuntaba de manera creciente hacia la solución
intensa labor legislativa, destinada a satisfacer las demandas de sus socios y a lograr
más apoyo popular. Para esto buscó ganarse el favor de la plebe con diferentes medidas,
mayoría de este sector de la población romana. Una de esas medidas fue la ley agraria,
con la que César cumplía dos objetivos a la vez. Por un lado satisfacía una de las
popularidad solucionando el problema de los ciudadanos sin tierra ni recursos, a los que
también estaba destinada la ley. Una vez más los optimates, contrarios a toda concesión
a Pompeyo y a todo cambio que atacase el orden establecido, ejercieron una dura
Sobre los episodios de violencia relacionados con la aprobación de esta ley contamos
231
Ungern-Sternberg 2004, 102; Pina Polo 1999, 171.
81
con amplia información, siendo Apiano quien transmite el relato más extenso y
detallado. Como es habitual, existen varias contradicciones entre las fuentes en varios
detalles, incluso el propio Plutarco, que menciona este episodio en cuatro de sus
biografías, aporta distintas versiones de este suceso. Por tanto vamos a tratar de realizar
un reconstrucción lo más acertada posible, señalando cuales son las diferentes versiones
Nada más acceder al cargo de cónsul, en enero del 59, César presentó su propuesta de
ley agraria. En primer lugar y, de acuerdo a la tradición, acudió ante el Senado en busca
de su visto bueno, pero se encontró con una dura oposición por parte de Catón y de su
colega en el consulado Marco Calpurnio Bíbulo232. Por este motivo lleva directamente
la propuesta ante el pueblo congregado en una contio en el Foro, donde había muchos
Bíbulo, con el fin de oponerse a la ley de César, acude al Foro donde se desarrollaba la
asamblea, acompañado por varios de sus partidarios y por Catón. Se produce un tumulto
en el que es atacado por seguidores armados de César, que rompen las fasces de los
lictores de Bíbulo, arrojan sobre éste un cesto con desperdicios y hieren a varios de sus
partidarios (lege autem agraria promulgata obnuntiantem collegam armis Foro expulit.
Suet. Caes. 20.1)234. Bibulo es conducido a un templo cercano por sus seguidores,
mientras que, según Apiano, Catón se queda e intenta hablar al pueblo, pero es
expulsado de la tribuna por los seguidores de César, aun así vuelve a intentarlo para ser
expulsado de nuevo235. Tras este episodio, Bíbulo se retira a su casa para observar los
signos en el cielo y emitir edictos desautorizando todas las acciones de César, quién,
232
Marco Calpurnio Bíbulo pretor y cónsul junto con César en los años 62 y 59. MRR II, 173 y 187.
233
Ap. B.C. 2.10; Plut. Caes. 14.3; Pomp. 47.5-7; D. Cas. 38.2.1-3; 38.3.1-3.
234
Suet. Caes. 20.1; Plut. Pomp. 48.1-3; Cat. Min. 32.1-4; D. Cas. 38.6.3.
235
Ap. B.C. 2.11.
82
tras aprobar su ley agraria, ejercerá de cónsul en solitario el resto del año236.
que presenta Bíbulo a las leyes de César. Apiano simplemente menciona que la
aparición del cónsul optimate en el Foro genero el ataque, mientras que Plutarco, en la
partidarios suyos, suponemos que con la intención de vetar la ley de César237. Por su
parte Suetonio y Dion Casio aluden a motivos religiosos. Según el primero de ellos,
Bíbulo recurrió a los augurios (obnuntiatio) para impedir la votación de la ley238. Dion
Casio, en cambio, afirma que Bibulo recurrió a la proclamación de varios días feriales
en los que no se podían realizar actos públicos (iustitium)239. Pero, finalmente, ninguna
de las tácticas mencionadas impidió que César aprobase su ley agraria. Los
acompañantes de Bíbulo en este episodio también varían según las diferentes versiones.
resto de autores y Plutarco, en las restantes biografías que comentan este episodio, no
mencionan nada de los acompañantes de Bíbulo. Por último, Plutarco presenta dos
comentan este episodio, excepto una, se señala que es César quien presenta la ley
agraria. En cambio, en la biografía sobre Marco Catón, Plutarco afirma que la ley es
presentada por varios tribunos de la plebe, a los que César da su apoyo241. A pesar de
planteados. En todo caso no queda claro qué método obstruccionista empleó Bíbulo
236
Ap. B.C. 2.12; D. Cas. 38.6.5; Suet. Caes. 20.2; Plut. Caes. 14.9.
237
Ap. B.C. 2.11; Plut. Pomp. 48.1-2.
238
Suet. Caes. 20.1
239
D. Cas. 38.6.1.
240
Plut. Pomp. 48.1; Luc. 42.6.
241
Plut. Cat. Min. 34.1.
83
En Julio César tenemos la figura de un autentico popularis, pues toda su carrera política
reclamaciones. Una vez ocupó el cargo de cónsul, César emprendió inmediatamente una
campaña de reformas de marcado carácter popular, como ejemplo la ley agraria, que no
solo estaba dirigida a los veteranos de Pompeyo, sino también a la empobrecida plebe
urbana y rural. Otra medida cesariana de marcado carácter popular fue la obligación de
publicar los edictos de todo lo dicho y acontecido tanto en el Senado como en las
establecida con Pompeyo y Craso, fue capaz de dominar la política en Roma durante
todo el año 59, dejando a los optimates en una posición desde la que poco podían hacer
contra el cónsul242.
Plutarco afirma que César, debido al número de leyes aprobadas y a que lo hizo en todas
las ocasiones mediante la asamblea de la plebe sin contar con el Senado, se comportó
tribunado243. No era muy común que un cónsul promoviera tantas medidas de carácter
popular contra el parecer del Senado, pero César, valiéndose de los poderes de su cargo
de cónsul, puso en práctica una nueva forma de actuación política popularis. Debido al
respaldo que le ofrecía su pacto con Pompeyo y Craso y su cargo como máxima
autoridad política romana, pudo emplear la fuerza como elemento persuasivo, mediante
242
Canfora 2000, 69-79; Seager 1979, 86; Duplá 2011c, 289-90.
243
Plut. Caes. 14.2; Pomp. 47.5.
84
el cual forzar la aprobación de sus leyes e impedir los intentos obstruccionistas que
pudiesen plantear los optimates a las mismas 244 . Además era complicada la
promulgación de un SCU por parte del Senado, pues no solo se encontraba dividido y
los optimates en inferioridad de condiciones ante César y sus socios, sino que éste
ocupaba el puesto de mayor autoridad política en Roma y contaba con un amplio apoyo
popular. Creemos que estos motivos son los que realmente frenaron a los optimates, por
porque era inviable para el Senado llamar al cónsul César para acabar con sí mismo. Al
igual que ocurrió en el caso del consulado de L. Cornelio Cinna, bien podría el Senado
haber promulgado un SCU contra uno de los cónsules apoyado en su colega, si hubiese
estado en condiciones de hacerlo debido a la débil situación del cónsul al que se dirigía
el SCU, pero César representa el ejemplo contrario a un cónsul con poca influencia o en
que su tenaz oposición era de carácter más bien simbólico. Ante el gran apoyo popular
enfrentamiento armado pues sabían de sus escasas posibilidades de vencer. Es por este
motivo por el que creemos que la obstrucción a las leyes de César fue de carácter
244
Canfora 2000, 87-92; Perelli 1981b, 186; Smith 1977, 164.
245
Canfora 2000, 96; Perelli 1981b, 187.
85
Tras haber cumplido con las condiciones impuestas por sus colegas en el Triunvirato y
haber logrado un gran apoyo popular con otras leyes aprobadas, César se dispuso a
rentabilizar su parte del trato alcanzado con Craso y Pompeyo. Como ya hemos dicho,
la contrapartida exigida por César a los dos triunviros era su apoyo en la consecución de
político, además de un gran apoyo popular, pero carecía de prestigio militar, al menos
comparable al del mismo Pompeyo, para poder ser uno de los más renombrados y
poderos políticos de su tiempo. Para ello, era necesario un mando militar prolongado en
el que demostrar sus cualidades y conseguir fidelizar a una gran masa militar, con la que
provincias de la Galia Cisalpina y Transalpina junto al Ilírico, pues en los últimos años
varias migraciones de pueblos galos habían provocado enfrentamientos con tribus galas
aliadas del Senado y el pueblo romanos. Una victoria contra estas tribus le acercaría en
el imaginario romano a su familiar Cayo Mario, el líder popular que frenó la entrada de
las tribus germánicas en la península Itálica, motivo por el que fue aclamado como
salvador y padre de la patria. Además contaba con un importante factor como era la
cercanía a Roma, pues cuando no se hallase en campaña en la Galia mas allá de los
Alpes, sobre todo durante el invierno, su proximidad con Roma le permitiría estar más y
mejor informado sobre la situación política en la ciudad y, por tanto, poder influir en
ella246.
En esta ocasión César, además de la presencia de hombres armados, se vale del tribuno
de la plebe Publio Vatinio, quien presentó en mayo una ley ante la asamblea de la plebe
246
Canfora 2000, 109-110.
86
para otorgar a César las provincias de la Galia Cisalpina y el Ilirico, por cinco años y
con tres legiones247. Como el Senado, en el año anterior al consulado de César, había
decretado que los dos cónsules del año 59, tras dejar sus cargos, en lugar de ser elegidos
Italia (una medida claramente dirigida contra César, para evitar que este ganara poder
militar), esta ley sobre la adjudicación de provincias a César contó con una decidida
oposición por parte de los optimates248. En concreto, Catón se opuso con su habitual
vehemencia y César reaccionó ordenando encarcelarlo para así poder aprobar su ley
(Κάτωνα µὲν οὖν ἐπιχειρήσαντα τούτοις ἀντιλέγειν ἀπῆγεν εἰς φυλακὴν ὁ Καῖσαρ. Plut.
Caes. 14.11) Como esperaba más resistencia por parte de Catón, ante la pasividad de
éste, César ordeno que lo liberaran tras haber aprobado la ley sobre sus provincias249. El
Senado concedió también la Galia Transalpina y una legión más, sabedor de que si no lo
sitúa en torno a la aprobación de la segunda ley agraria de César para repartir tierras de
situación de ventaja en la que se encontraba frente a los optimates, ni permitir que estos
emprendiesen acciones contra él o contra sus leyes. Para ello no solo contó con el apoyo
de sus dos aliados políticos Pompeyo y Craso, sino que además se asoció con Publio
Claudio Pulcro251. En el año 59, con la ayuda de los triunviros, consiguió convertirse en
plebeyo por adopción (transitio ad plebem), pasando a llamarse por el nombre por el
que había iniciado un motín de las tropas de Luculo contra éste durante la campaña de
Asia. Además protagonizó un escándalo con la mujer de César durante una celebración
religiosa en casa del Pontífice Máximo, pero de ello hablaremos más adelante.
Debido al apoyo popular y a las formas de organización de la plebe que desarrolló para
influir en la vida política romana (sobre todo a partir del año 58), Clodio se presentaba
propios fines. Al poco tiempo de acceder al cargo de tribuno, presentó varios paquetes
de medidas de marcado carácter popular, entre ellas una encaminada a atacar a Cicerón
romanos sin un juicio previo. De esta forma los triunviros atacaban al que era uno de los
por excelencia empleado por el Senado y Cicerón contra los catilinarios y otros lideres
A pesar de su colaboración con César y sus socios y de defender las políticas de estos
mucho menos en las de Pompeyo y Craso. Sus medidas para mejorar las condiciones de
252
Canfora 2000, 103-104.
88
vida de la plebe y el apoyo que obtenía por ello, junto con la adopción de la violencia
actividad política, actuando en ocasiones en contra de los intereses de sus aliados los
triunviros, actitud que en ocasiones llevó la relación con éstos a un punto cercano a la
ruptura. A pesar de esto, la colaboración fue evidente pues estaban unidos por la
Clodio, mediante el empleo de la violencia, la persona ideal elegida por los triunviros, o
tenemos gracias a su mayor enemigo, Cicerón. Por este motivo es necesario resaltar la
evidente falta de objetividad en la información aportada por Cicerón, sobre todo en sus
discursos. Las primeras noticias que tenemos sobre Publio Clodio lo presentan como un
época, pero perteneciente a una de las familias nobles más famosas y ricas de Roma, los
Claudios Pulcros. Una de las referencias más tempranas que tenemos sobre la vida de
Clodio la transmite Plutarco, quien cuenta cómo Clodio participó y tuvo un importante
papel en la campaña de Lúculo en Asia, pues era hermano de la mujer de este último.
a los soldados de Pompeyo, con la de las tropas de Lúculo. Finalmente Lúculo volvió a
retomar la autoridad sobre sus hombres y continuó con la guerra hasta que fue relevado
253
Canfora 2000, 104; Perelli 1981b, 191-192; Lintott 1999,
191-193.
89
por Pompeyo254.
De vuelta en Roma a finales de año 62, habiendo sido elegido para el cargo de cuestor,
político. En casa del Pontifice Máximo, cargo ya ocupado por César, se celebraba la
fiesta de la Bona Dea, una festividad religiosa de carácter anual y necesaria para la
salvaguarda del Estado. Esta festividad era de carácter femenino y sus ritos los llevaban
cuando los ritos sagrados se estaban realizando. Una vez dentro, fue descubierto y, de
esta forma, el escandalo de los ritos de la Bona Dea pasó a dominio público, dándose un
amplio debate y un juicio contra Clodio, quien, por primera vez empleó a partidarios
Tras el sacrilegio cometido, Clodio fue denunciado ante el Senado y, tras el debate en la
cámara, se presentó una propuesta para juzgarle mediante un tribunal especial, evitando
absuelto255. En contra de Clodio estaba la mayoría del Senado encabezado por Cicerón,
quien recibió el apoyo de Pompeyo y Craso, siendo el primero más cuidadoso y neutral
exagerada. Aun así, Clodio contaba con el apoyo de algunos importantes senadores,
entre ellos Cayo Escribonio Curión, cónsul en el año 76, y el cónsul de ese año, Cayo
254
Plut. Luc. 34.1-6.
255
Cic. Att. 1.13.3.
90
Calpurnio Pisón. Además un hijo de Curión, íntimo amigo de Clodio, organizó una
Cicerón afirma que, al realizar la propuesta para juzgar a Clodio mediante un tribunal
especial, los partidarios de éste ocuparon los pontes (los pasillos o corredores que
llevaban a los electores hasta las urnas), impidiendo la votación que tuvo que ser
causa se llevó a cabo en un juicio normal y gracias al apoyo de Craso y a los sobornos
efectuados por éste, Clodio fue absuelto del cargo de sacrilegio, pero ganó un gran
empleando la fuerza física para condicionar el desarrollo de una asamblea. Pero en este
caso y, a diferencia de la estrategia que desarrollará más tarde, ese grupo de partidarios
no está compuesto por miembros de la plebe urbana. Son jóvenes nobiles amigos de
Clodio quienes forman este grupo que, capitaneado por Curión (hijo de un senador de
acontecimientos que rodean el juicio de éste. Por tanto, en este momento de la recién
popularis, ni que contase con un amplio apoyo entre la plebe romana. No es de extrañar
pues Clodio no había ocupado todavía ningún cargo público desde el que poder
emprender una actividad legislativa a favor de la plebe, mediante la cual ganar apoyo
medidas reformistas.
Los hechos acontecidos tras el escándalo de la Bona Dea, supusieron el principio de una
profunda enemistad entre Clodio y Ciceron y la definitiva alineación del primero con las
ciceroniana lanzados contra Clodio, harán que éste último busque venganza más tarde.
Como ya hemos dicho, los triunviros, afectados también por la afilada lengua de
presentase al tribunado de la plebe con el fin de atacar a Cicerón desde esa posición.
Una vez elegido tribuno, nada más acceder a su cargo el 10 de diciembre del 59, con el
carácter popularis; la legalización de los collegia prohibidos por el Senado (lex Clodia
de collegiis), una lex frumentaria que hacia las distribuciones de grano totalmente
gratuitas, una ley para limitar el empleo de la obnuntiatio en las asambleas (lex Clodia
de agendo cum populo, lex Clodia de obnuntiatione) y, otra para limitar el poder de los
censores para expulsar a un ciudadano del censo (lex Clodia de censoria notione);
debían estar ambos censores de acuerdo y tendría que celebrarse un juicio ante el
pueblo, siendo éste último el único capacitado para tomar esa decisión 259. Según
Cicerón, estas y las posteriores leyes presentadas por Clodio durante su tribunado
Tras aprobar estas medidas y obtener con ellas un gran apoyo popular, en marzo del 58
259
Tatum 2006, 201; Seager 1979, 103; Perelli 1981b, 193-194.
260
Cic. De domo. 21.54.
92
Clodio propuso la aprobación de una lex de provocatione. Esta ley estaba en la línea de
la aprobada por Cayo Graco y buscaba reafirmar los derechos de los ciudadanos frente
Senado. Claramente esta ley estaba dirigida contra el SCU, la controvertida medida de
excepción por la que los derechos ciudadanos de aquellos que, según los optimates,
figuraba como objetivo una persona en concreto, aunque estuviese claro contra quien
partir Cicerón, Clodio presentó otra propuesta, esta vez sí dirigida exiliar a Cicerón por
la represión contra los catilinarios (lex de exilio Ciceronis), que fue igualmente
la ley dirigida contra él pues, ante las muestras de apoyo recibidas por Cicerón, Clodio
ataca con sus bandas matando a un gran número de personas para forzar la aprobación
de la ley (erat autem expulsus sine iudicio, vi, lapidibus, ferro servito denique
En los primeros meses del 58, el triunvirato permanecerá cohesionado y sin disensiones,
Clodio y los triunviros mediante su apoyo a Cicerón. Pero Clodio, tras lograr la victoria
sobre su principal rival, dirigirá sus ataques contra el hombre más poderoso en Roma,
261
Cic. De domo. 30.79; 42.110; Pro Sest. 24.53; 30.65.
93
provincias orientales efectuada por Pompeyo pocos años atrás, que tanto esfuerzo le
Interesa resaltar aquí la propuesta de Clodio para anexionar Chipre al Estado romano,
ley que según podemos observar cumplió tres objetivos distintos, ejemplo de la agudeza
Egipto estaba destinada a sufragar los gastos de la lex frumentaria de Clodio, pero como
anexión de Chipre a Catón, quién tuvo que abandonar Roma para desarrollar su cargo.
Mediante esta táctica Clodio alejaba de Roma a uno de los principales lideres optimates,
en concreto al más intransigente y que con mayor fuerza se oponía habitualmente a las
propuestas populares; por tanto dejó a los optimates con las fuerzas todavía más
tendría que limitar sus ataques al tribuno y a sus leyes por ser él mismo participe de
ellas263.
Por este motivo y, viéndose solo ante los ataques de Clodio, ya que sus dos socios nada
hacían por contener al tribuno, Pompeyo, a finales del año 58 se dedicó a traer de vuelta
a Roma a Cicerón, el mayor enemigo de Clodio. Para esta labor contó con la
para el año 57, con el fin de promover una ley por la que se anulase el exilio de Cicerón.
Milón, para combatir las bandas armadas de Clodio formadas por la plebe urbana
262
Tatum 1999, 168; Seager 1979, 104-105.
263
Tatum 1999, 155-156; Perelli 1981b, 195; Seager 1979, 105.
94
partidaria del tribuno, organizó sus propias bandas con gladiadores y mercenarios,
luchadores profesionales a los que pagaba por sus servicios. Además Pompeyo movilizó
a gran parte de su clientela por toda Italia, para que acudiesen a Roma a presionar en los
Entre finales del año 58 y mediados del 57 se convocaron numerosas contiones en las
que se hablaba a favor de Cicerón y se reclamaba su regreso, siendo los tribunos Milón
y Sestio, entre otros, quiénes más activamente reclamaron la vuelta de Cicerón, gracias
al apoyo que les brindaba Pompeyo. Esta campaña emprendida por los dos tribunos en
favor del regreso del Arpinate, se topó con la oposición de Clodio, quién a pesar de no
ocupar ningún cargo público en el año 57 seguía teniendo un gran poder sobre la plebe,
y por consiguiente, capacidad para condicionar la política según sus intereses mediante
el empleo de la violencia. Hasta la aprobación en agosto del mismo año una ley que
mercenarios de Milón y Sestio y las bandas de Clodio, pues este último trató de
boicotear tanto las contiones en las que se hablaba a favor del regreso de Cicerón, como
En enero del 57, siendo ya Clodio un privatus, el senado emitió un decreto para la
aprobación de una ley que permitiese el retorno de Cicerón, pero un tribuno partidario
264
Tatum 2006, 202; Lintott 1999,
190.
265
Pina Polo 1999, 195-196; Lintott 1974,
62-63; Seager 1979, 108-109.
95
senatorial para el regreso de Cicerón, sus partidarios presentan una propuesta de ley con
ese propósito, presentada por el tribuno Quinto Fabricio el 23 de enero. Éste último
estaba preparado para impedir cualquier tipo de obstrucción legal que los partidarios de
Clodio pudiesen emplear contra su propuesta, dejando a Clodio una única opción para
violencia. Según Cicerón, Clodio para evitar la votación de la ley, había ocupado por la
noche el Foro con sus bandas (cum forum, comitium, curiam multa de nocte armatis
hominibus ac servis plerisque occupavissent. Cic. Pro Sest. 35.75), formadas por la
plebe urbana junto con un grupo de gladiadores, que habían sido alquilados por su
hermano el pretor Apio Claudio para unos juegos fúnebres. Por su parte, Fabricio
acompañado por Quinto Cicerón ocupa la tribuna de los rostra con la intención de
intervenir en el proceso de votación; ante esta iniciativa Clodio ordena atacar a Fabricio
provocando un gran matanza en la que el hermano del Arpinate estuvo cerca de morir
(manus adferunt, occidunt non nullos, vulnerant multos. Cic. Pro Sest. 35.75)267.
Milón, otro de los tribunos, ordena encarcelar a los gladiadores con la intención de
interrogarlos, pero el tribuno Serrano ordena su liberación268. Este episodio hizo que
principal enemigo de este último junto con Cicerón, factor que facilitó el surgimiento de
una fuerte amistad entre el Arpinate y Milón, que se tradujo en la colaboración entre
ambos para atacar a Clodio. Fue este enfrentamiento, en la asamblea sobre el retorno de
Cicerón, el que llevó a Milón y Sestio a formar sus bandas de mercenarios para
266
Cic. Red. Sen. 12; Sest. 34.74; Red. Quir. 12; Att. 4.2.4.
267
Clodio evita que se inicie la votación: Cic. Sest. 35.75; 36.78; Red. Sen. 3.7; 8.22; Plut. Cic. 33.4.
Clodio interrumpe la votación ya iniciada D. Cas. 39.7.2. Sí seguimos la primera interpretación podría
tratarse de una contio previa a la votación.
268
Cic. Sest. 39.85.
96
violencia política, pero que ahora pasa a justificarla si es contra otros grupos violentos
monopolio de la violencia en Roma y le colocó en una difícil situación, pues sus bandas
equipados gracias al dinero que Pompeyo, Cicerón y otros senadores opuestos a Clodio
aportaban. Los diversos enfrentamientos entre los grupos violentos elevaron el clima de
violencia, motivo por el que muchos optimates que habían aprobado los ataques de
Clodio a Pompeyo empiezan a alejarse del primero. Además, Pompeyo, molesto con
César y Craso por no intervenir para frenar a Clodio, hizo más evidente su apoyo a
Arpinate y a Milón en su lucha contra Clodio. Era evidente que el pacto entre Pompeyo,
A finales del año 57 la violencia de las bandas de Clodio y Milón tuvo lugar
principalmente en las elecciones para los ediles del año 56, a las que Clodio se
presentaba. Sin ninguna duda Clodio saldría elegido, pues su popularidad seguía siendo
notable, impidiendo así a Milón y sus partidarios iniciar un proceso judicial contra él
acusándolo por el empleo de la violencia. Por este motivo Milón procedió a ocupar el
269
Cic. Sest. 40.86; Mil. 14.38.
270
Tatum 1999, 180; Seager 1979, 112-113.
97
Campo de Marte donde tenían lugar las elecciones, anunciando que impediría la
realización de las elecciones empleando la obnuntiatio. Clodio atacó con sus bandas en
más de una ocasión pero ante la superioridad de los mercenarios de Milón tuvo que
meses, hasta que en enero del 56 tuvo que ceder, ya que al abandonar los magistrados
del 57 sus cargos y no habiéndose celebrado las elecciones para el 56, la ciudad se
que sus valedores optimates no podían alargar más tiempo. Finalmente Clodio fue
elegido edil a finales de enero del 56 e inmediatamente llevó a Milón a un juicio ante el
pueblo por haber empleado la violencia durante su tribunado. Milón, quién fue
finalmente absuelto, fue defendido entre otros por Cicerón, hablando también Pompeyo
en su favor272.
Luca con el fin de solucionar la situación en Roma. De esta reunión salió renovado el
pacto con Pompeyo y Craso, quiénes se presentarían al consulado para el año 55 con el
continuó alineado con los optimates apoyando a Milón, cejó en sus ataques a César. Por
otro lado, Clodio a pesar de seguir enfrentado a Milón y Cicerón, no solo finalizó sus
principal labor que desarrollo Clodio a favor de los triunviros fue, adoptando la táctica
271
Cic. Att. 4.4.3; Mil. 15.41.
272
Tatum 1999, 194-204; Seager 1979, 118-119; Perelli 1981a, 91-92 y 99.
273
Tatum 1999, 214-215; Lintott 1999,
198; Pina Polo 1999, 197-201; Seager 1979, 124-126; Perelli
1981b, 200.
98
empleada por Milón el año anterior y con la ayuda de Cayo Catón, un tribuno partidario
suyo, atrasar mediante la violencia las elecciones consulares hasta que se hizo necesaria
la designación de un interrex. Una vez que esto ocurrió, trató de evitar la votación de
los candidatos propuestos por el interrex hasta que fueron propuestos como candidatos
acudía a las elecciones en el Campo de Marte a principios del 55, suceso en el que
La violencia no solo afectó a las elecciones consulares sino que también condicionó las
varios partidarios suyos ocupando estas magistraturas, objetivo que se logró empleando
la violencia en las elecciones para que Publio Vatinio fuese elegido pretor en detrimento
de Catón, a quien se expulsó junto a sus seguidores del lugar de la votación. También se
encargándose los dos cónsules de legislar una prórroga del mando de César en la Galia.
Para facilitar el logro de estos objetivos, César envió a Roma multitud de legionarios de
permiso para que presionasen en las asambleas y se enfrentasen contra los optimates y
Catón, quién alargaba sus intervenciones con el fin de evitar que se disolviese la contio
274
Tatum 1999, 222-223; 2006, 203; Seager 1979, 128;
275
Ap. B.C. 2. 17; Plut. Cras 15.6; 35.2; Pom. 52.2; Cat. Min. 41.6; 41.7-8; D. Cas. 39.13.
276
Cayo Trebonio fue tribuno de la plebe en el año 55 con la ayuda de los triunviros. MRR II, 217.
277
Plut. Cat. Min. 42-43.5; Pomp. 51.5; 52.3-4.
99
Cat. Min. 43.3), creyendo que éste opondría una feroz resistencia. Pero, ante la actitud
pasiva del Uticense, Trebonio se arrepiente y ordena que lo dejen libre, evitándose ese
día la aprobación de la ley, que sería aprobada en los días siguientes otra vez
senador que habló en su contra, quién tuvo que abandonar el Foro con la cara
ensangrentada278.
año 55, sobre todo en los hechos referentes a la aprobación de los mandos proconsulares
de los tres triunviros. El profesor Tatum ha propuesto que, si bien Clodio estaría
realizando un viaje para recaudar fondos con los que financiar su campaña a la pretura y
participar activamente en los acontecimientos violentos del 55, siguiendo las pautas de
actuación que se habían marcado a Clodio en los acuerdos de Luca. Esto es posible
ejercían el control en su nombre sobre las bandas armadas teniendo como principal
objetivo apoyar las políticas de los triunviros. No parece descabellado pensar que las
operae clodianas siguieron cumpliendo con la tarea asignada por los triunviros a pesar
278
Plut. Cras. 15.7; 35.3; Pomp. 52.4; Cat. Min. 43.1-3; D. Cas. 39.33.1-4; 39.34.1-4.
279
Apio Claudio Pulcro, hermano de Clodio, ocupó el consulado en el año 54 siendo partidario de César y
de las actividades de su hermano. MRR II, 221.
100
de la ausencia de su líder280.
En los cinco últimos años de la década de los 50 la situación política en Roma estuvo
marcada por fuertes tensiones internas, que afectaron directamente a los procesos
electorales. Al igual que ocurrió en el año 55, debido a la violencia y los sobornos, las
elecciones para el año 53 se retrasaron tanto que los magistrados no entraron a ejercer
sus cargos hasta septiembre del mismo año 53, motivo por el que Clodio no pospuso su
candidatura a la pretura de ese año, para la que llevaba varios años preparándose.
Pompeyo, si bien permanecía fiel a la asociación con César, celoso del poder acumulado
por éste y para asegurar su posición vuelve a acercarse con cautela a los optimates,
principal vínculo entre ambos) y no aceptar Pompeyo otro matrimonio propuesto por
César. En segundo lugar, Craso murió en julio del 53 al ser derrotado su ejército por los
partos en la batalla de Carras. Los hechos acontecidos a principios del año 52, cuando
A finales del año 53 y principios del 52 se dieron numerosos enfrentamientos entre las
bandas de Clodio y los mercenarios de Milón, de nuevo en torno a las elecciones, que
elección, Clodio no pudo acceder al cargo pues en enero del 52, con los nuevos
magistrados aun sin elegir y Marco Emilio Lépido como interrex designado para
280
Tatum 1999, 224-225.
281
Tatum 1999, 231-240; Lintott 1999,
198-199;
Seager 1979, 132-141; Perelli 1981b, 201; 1981a, 103.
101
ambos grupos en el que Clodio fue herido y transportado por sus acompañantes a una
cuerpo de Clodio es llevado a Roma donde estallan los disturbios, la multitud ataca las
casas de Milón y del interrex Lepido, transportan el cuerpo de Clodio al Foro donde lo
plebe contra Milón, éste regresa a Roma y presenta su candidatura al consulado, aun así
los disturbios continúan y el senado declara el SCU llamando a Pompeyo a poner orden
da en una contio convocada por Marco Celio, tribuno de la plebe partidario de Milón
que invita a Milón a defenderse ante el pueblo. Marco Celio Rufo hizo comparecer en el
Foro a Milón ante una asamblea compuesta por hombres sobornados por este, frente a
quienes Milón se defendió por considerar que había acabado con la vida de un criminal.
por T. Munacio Planco, Q. Pompeyo Rufo y C. Salustio Crispo (el futuro historiador)
enfrentamiento con los partidarios de Milón, a los que los clodianos vencen
282
Marco Emilio Lepido, además de interrex en el año 52, fue pretor en el 49 tomando partido en la
guerra civil por César. MRR II, 257.
283
Ap. B.C. 2.21; Cic. Pro. Mil. 27 y ss; Plut. Cic. 35; Vel. Pat. 2.47.4. D. Cas. 40.48.
102
disturbari, cum audiretur silentio M. Caelius, tribunus plebis. Cic. Pro Mil. 33.91), por
lo que Milón y Celio tuvieron que huir disfrazados de esclavos para salvar la vida284.
Finalmente, en virtud del SCU aprobado por el Senado, Pompeyo aseguró la situación
Milón por el asesinato de Clodio, mediante la recién aprobada lex Pompeia de vi285. A
pesar de contar con Cicerón para su defensa y de que este elaboró un magnifico discurso
que pronuncio bajo la protección de los soldados de Pompeyo, Milón fue finalmente
optimates, quiénes quisieron impedir a César ser elegido cónsul in absentia (algo ya
pactado en Luca entre los triunviros) tras finalizar su campaña en la Galia. El desarrollo
escapa a los objetivos de este trabajo, pero tiene parte de sus causas en los hechos aquí
decisorios del aparato político romano, llevándolos a una situación de ineficacia que
Publio Clodio fue el político romano que mejor rendimiento supo sacar del empleo de la
violencia política, pues mediante el recurso permanente a hombres armados fue capaz
de prevenir cualquier tipo de oposición legal y religiosa, consiguiendo que sus leyes
ensombrecer la labor legislativa emprendida por Clodio; también hemos de señalar que,
políticos (objetivo que sí tenía la violencia optimate), más bien trataba de controlar la
284
Ap. B.C. 2.22; Cic. Pro. Mil. 33.91.
285
Ap. B.C. 2.23-24; Vel. Pat. 2.47.4. D. Cas. 40.49.5. Plut. Cic. 35.
286
Duplá 2010, 255-256 y 260-262.
103
actividad política, defendiendo sus medidas y atacando las de sus enemigos. El grado de
por los legisladores para impedir la obstrucción a sus medidas y forzar su aprobación, y
por el Senado cuando la obstrucción legal y religiosa no era suficiente para impedir la
Una vez hecha la relación y análisis de los episodios de violencia acontecidos en las
romanas.
las votaciones como las urnas y los pontes, las estructuras que servían de pasillo a los
ciudadanos hasta las urnas. En el año 133 cuando Tiberio Graco realiza su propuesta de
ley agraria, según Plutarco, los ciudadanos ricos rompieron las urnas para la posterior
votación. Otro ejemplo de este tipo de actos es el de Quinto Servilio Cepion en el año
103, quién rompió los pontes y las urnas con el objetivo de evitar la votación de la ley
frumentaria de Saturnino. Un caso también excepcional del que solo contamos con tres
ejemplos son los asesinatos en asambleas. Conocemos los de Antilo en el año 121,
asesinado a manos de los partidarios de Cayo de Graco y los de Nonio (101) y Memio
(100), ambos asesinados por ordenes de Saturnino. Un caso excepcional, del que solo
287
Smith 1977, 165.
104
plebe urbana y la agraria (entre la que había veteranos de Mario) por lex agraria de
Saturnino.
Uno de los tipos de actos violentos más comunes es la ocupación de lugares públicos en
Graco ocupó con hombres armados el Capitolio en el año 133 para forzar su reelección
al tribunado. En el año 62 Metelo Nepote y César ocupan el Foro con hombres armados
para aprobar una ley destinada a traer a Pompeyo de vuelta a Italia y nombrarlo cónsul
Clodio, capitaneados por su amigo Curión, ocupan los pontes para impedir la votación
por la que se establecería un juicio especial por los actos de Clodio durante la
celebración de la Bona Dea. Por último el tribuno de la plebe Fabricio en el año 57, con
el objetivo de aprobar su ley para traer a Cicerón del exilio, ocupó la tribuna de los
rostra mientras que Clodio con sus bandas hizo lo propio por la noche en el Foro.
entre Sulpicio y sus partidarios y Sila y los suyos por la anulación del iustitium que este
cónsules, como el ocurrido en el año 87 entre Octavio y Cinna junto a los seguidores de
ambos entorno a la propuesta de ley hecha por Cinna sobre la integración de los itálicos.
Clodio y sus bandas nos proporcionan varios ejemplos de este tipo de enfrentamientos
Cicerón; en el año 57 cuando tanto Clodio como Fabricio ocupan el Foro con sus
seguidores, el primero con la intención de evitar la propuesta de una ley para anular el
el año 52, tras el asesinato de Clodio, en una contio convocada por el tribuno Celio en la
que hablaba Milón se produjo un enfrentamiento entre estos y sus partidarios y varios
Otro tipo común de acto violento en las contiones son los ataques (más o menos
ejemplos de este tipo en el año 67, cuando Gabinio fue fuertemente golpeado en el
Senado por varios senadores, en el debate sobre su propuesta de una ley para erradicar
ocurrido, reaccionando inmediatamente la multitud que atacó a los senadores con palos
y piedras. En el año 67 la multitud ataca al cónsul Pisón (al que casi descuartizan) y a
otros senadores por oponerse a ley contra el soborno propuesta por Cayo Cornelio. En el
año 62 con Catilina sublevado en Etruria contra la República, una multitud atacó con
palos y piedras a Catón por impedir a Metelo Nepote leer ante el pueblo su propuesta de
año 59 durante el consulado de César, pues al proponer este su ley agraria y tratar
Bíbulo y Catón de impedirlo, la multitud ataca a ambos y los expulsa del Foro.
En último lugar observamos dos tipos de actos violentos: los enfrentamientos directos
medida. Del primer tipo conocemos cómo un asistente de Druso agarró al cónsul Filipo
por el cuello en plena contio y lo expulsó para facilitar la aprobación de la ley de Druso
sobre los itálicos. Metelo Nepote y Catón, durante los incidentes que rodearon la ley
para traer a Pompeyo de Asia con el fin de que se enfrentase a Catilina, forcejearon en
propuesta de ley para otorgar a César las Galias como provincias proconsulares, ordena
enviarlo a la cárcel; por último en el año 55, de nuevo Catón es mandado encarcelar por
el tribuno Trebonio, por oponerse aquel a la adjudicación de Siria y las Hispanias como
VIOLENCIA POLITICA.
Una vez analizada la relación de actos violentos en las contiones durante la crisis de la
legitimación de esta violencia, pues siendo su empleo en política hasta cierto punto
uso en diferentes momentos. En general, los argumentos esgrimidos por ambos grupos
para justificar la violencia política eran los mismo que les separaban ideológicamente y
que llevaron tanto a populares como a optimates a emplear la violencia contra los
adversarios políticos. Entendían los primeros que actuaban en beneficio del pueblo y de
acuerdo.
senatorial a los magistrados superiores para que tomasen las medidas que considerasen
amparados por la autoridad del Senado para reprimir los episodios violentos, pasando
Estado) y usurpaba de forma partidista unos poderes que no le pertenecían, con el fin
represivo288.
Junto con el SCU, a partir de los años 80 aparecen las declaraciones de hostis publicus,
enemigo del Estado y (supuestamente) perdía todos sus derechos como ciudadano, en
ciudadano sin un juicio previo. El termino hostis tenía una importante carga bélica,
siendo empleado para designar a los enemigos extranjeros, resaltaba el hecho de que el
ciudadano declarado hostis se había colocado a si mismo fuera de la comunidad por sus
actos cometidos contra la misma, y por tanto, ya no era participe de los mismos
las limitaciones legales que impedían en Roma las ejecuciones sumarias de ciudadanos.
288
Duplá 2011b, 356-357; 1990, 142-150.
289
Duplá 2015, 428-431; 1990, 155-161; Hidalgo de la Vega 1987, 80.
109
En primer lugar, el carácter político de estas medidas esta confirmado por los diferentes
procesos judiciales emprendidos desde las filas populares contra senadores optimates
contra el derecho de provocatio, la potestad tribunicia y las leyes de capiti civis gracana
y clodiana. Por último, es partidista pues siempre fue empleado por la facción optimate
Junto con este mecanismo represivo que legitima el empleo de la violencia política, el
esgrimido por ambas facciones con el fin de justificar sus actividades, y llegado el caso,
un culto político del que se hizo una utilización partidista, como elemento religioso
República, cuando en el año 121 el cónsul Opimio le dedicó un templo, tras encabezar
De domo sua quien, de forma mas clara y extensa, expone el concepto de la Concordia
según la concepción optimate, tratan de subvertir ese orden. Por tanto se contrapone a
290
Duplá 2015, 431-433; 2011b, 356-357; Hidalgo de la Vega 1987, 81; Nippel 1995, 60.
110
Libertas, el elemento religioso esgrimido por los populares para justificar sus
continuación 291 .En definitiva, los optimates recurrían a dos tipos de mecanismos
diferentes para justificar la violencia política. Por un lado están los mecanismos de
carácter legal, como son el SCU y las declaraciones de hostis publicus, y por otro, una
Los populares, quiénes defendían el poder del pueblo y las asambleas frente al Senado,
de la voluntad del populus y su Libertas, concepto político-religioso este último del que,
al igual que la Concordia, se hizo un uso partidista. Libertas en Roma era entendida
serie de derechos políticos y cívicos propios del ciudadano representados en este culto
Libertatis292.
Esta visión política de los populares chocaba frontalmente con los valores optimates
orden establecido y era contraria a privilegiar el poder del populus y las asambleas. Para
los populares no podía haber concordia sin solucionar los problemas sociales y políticos
que afectaban al Estado romano, por tanto fundaban sus reclamaciones de cambio en el
respeto al poder, los derechos y las prerrogativas legales del pueblo, que en numerosas
ocasiones eran usurpadas o ilegalmente suprimidas por el Senado. Por tanto, la corriente
291
Marco Simón y Pina Polo 2000, 265-269.
292
Arena 2012, 43; Ribas Alba 2009, 91; Marco Simón y Pina Polo 2000, 262.
111
optimate cuando estos entendían que la Concordia estaba en riesgo), pues permitían
actos contrarios a la ley, algo visto desde las filas populares como un ataque directo a la
el cargo religioso de quindecemvir sacris faciundis, fue el político popularis que más y
mejor supo explotar ese concepto religioso, sobre todo en su enfrentamiento político
con Cicerón, en el que ambos recurrieron a la religión para legitimar sus actos y atacar
devolución del solar de su casa, donde Clodio, tras derribarla, había instalado un
templete con una estatua dedicada a Libertas, conocemos el enfrentamiento que ambos
confirmado la ilegalidad de los actos cometidos por Cicerón y el Senado durante el SCU
emitido contra los catilinarios294. Clodio es el mejor ejemplo de cómo los populares
tenían una doble justificación a sus actos de violencia política, por un lado, la
justificación de carácter político que apelaba a los derechos y prerrogativas legales del
pueblo romano, y por otro, la justificación religiosa que personificaba estos valores y su
Como podemos ver, los mecanismos políticos y religiosos empleados por ambos grupos
para legitimar su recurso a la violencia tenían un doble objetivo, pues servían no solo
293
Arena 2012, 257; Marco Simón y Pina Polo 2000, 278-281; Nippel 1995, 56.
294
Marco Simón y Pina Polo 2000, 282-284.
112
V. CONCLUSIONES.
diferentes, son el mejor ejemplo de la existencia de un conflicto político entre estos dos
grupos que marcará el desarrollo de la crisis. Tanto los historiadores clásicos como los
modernos han señalado que, en los años que van desde el tribunado de Tiberio Graco al
establecimiento del Principado, tuvo lugar un conflicto político que marcó el desarrollo
cierto punto por la sociedad romana y que, el aumento de su empleo como arma para
dirimir los conflictos políticos influyó de tal manera en la crisis republicana que, la
concepción, interpreta la violencia cómo un factor que tiene su origen en una crisis
ese conflicto político y, por tanto, de la crisis. En nuestro caso, tras la realización de esta
investigación, nos inclinamos por la segunda opción, pues, si bien la sociedad romana
tenia una concepción muy distinta sobre la violencia a la existente hoy en día en las
sociedades occidentales, entendemos que su empleo como arma política tiene su raíz en
114
populares, podemos ver cómo las reclamaciones que generaban el conflicto tuvieron
matices diferentes a la largo del periodo de la crisis. En la segunda mitad del siglo II,
durante los años de actividad política de los hermanos Graco y de Saturnino, las
principales reclamaciones eran las leyes agrarias mediante las cuales repartir tierras a
crisis, pero podemos ver cómo durante las décadas de los años 90 y 80 tomó especial
de nuevos ciudadanos entre las tribus romanas, con las correspondientes consecuencias
electorales.
con los optimates, sin ser él un autentico popularis. Hemos analizado la violencia en
estos años en clave personalista. En buena medida el conflicto político en esos años gira
en torno a los intereses políticos de Pompeyo y a sus intentos de repartir tierras a sus
veteranos y, para que el Senado ratificase los pactos a los que llegó con reyes y ciudades
estado tras su campaña en Asia, algo que el Senado evitó durante toda la década de los
60 hasta que, en el año 59, gracias a la colaboración con Julio César, Pompeyo vio
logrados sus objetivos. En los años 50 se da una combinación entre las aspiraciones
políticas de los triunviros, basadas en sus intereses personales (nuevos mandos militares
115
para Pompeyo y Craso y prorroga del mando de César en la Galia) y la acción política
que afectó de forma directa a estos órganos deliberativos de la República. Cómo hemos
podido ver a lo largo del capítulo tercero la mayor parte de los episodios violentos
tuvieron lugar en contiones legislativas, esto es, las asambleas en las que se
presentaban las propuestas de leyes y eran debatidas por los magistrados ante el pueblo.
Es algo fácilmente comprensible, pues una buena parte del conflicto entre optimates y
populares viene dado por las leyes que estos últimos proponían para solucionar los
aprobación de una ley o para impedir que se realizase la votación. Otro aspecto vital es
que, en las contiones, a diferencia de las reuniones del Senado, se hablaba en el Foro
ante un pequeño porcentaje del total de la población que acudía a escuchar los debates,
tomando partido por los diferentes magistrados y sus propuestas y, por tanto, en los
Respecto a esto último, la identificación del estrato social al que pertenecían los
asistentes habituales a las contiones, han sido muchas las teorías propuestas. Tal y cómo
contiones pudo ser altamente heterogénea. Sí pensamos que, en particular desde finales
del siglo II, las contiones estuvieron dominadas por los grupos de la plebe urbana que
por su puesto, también por los miembros de la nobilitas, para quiénes la participación en
la vida pública era parte vital en su día a día. Aun así no hemos de olvidar que otros
grupos también acudían a las contiones cuando sus intereses estaban en juego o para
sus intereses. Que los llamados populares obtuviesen un amplio seguimiento entre la
plebe es síntoma de que entre las clases bajas existían unas reclamaciones de índole
social, económica y política que les llevaban a movilizarse y a dar su apoyo a los
políticos que buscaban poner remedio a esa situación, tratando de reformar diversos
aspectos del Estado Romano. Desde el momento en que la constitución romana solo
políticos, ni en las sociedades históricas ni en las actuales ni en las que estén por venir.
Aun así creemos necesario reconocer que, en situaciones en las que la mayoría de la
reclamaciones son rechazadas por una minoría que detenta el poder económico y
117
social o grupos dentro de ella, traten de forzar la consecución de sus objetivos por
consecuencias295.
En el caso que nos ocupa, la crisis de la República Romana, hemos de hacer una
diferenciación entre los motivos y los objetivos que optimates y populares esgrimían, a
la hora de recurrir a la violencia como arma política. Por un lado, están las
los derechos ciudadanos, que difícilmente pueden parecer injustas. Por otro, tenemos la
político y social del Estado por el Senado y sus miembros. Las reclamaciones populares
miembros. También, en lo que hace a las expresiones concretas de esa violencia, cabe
distinguir entre la violencia optimate que estaba dirigida a la eliminación física del
control de las sedes e instituciones políticas (salvo en los caso de Saturnino, Cinna y
Mario).
populares. Estos procedimientos de legitimación eran de dos tipos, por un lado, los
295
Algunos ejemplos de este tipo; la revolución francesa, la revolución bolchevique en Rusia, la
revolución iraní y los ejemplos más actuales de las diferentes “primaveras árabes”.
118
La violencia política durante la crisis de la República fue un fenómeno que, entre otros,
de la República.
119
VI. BIBLIOGRAFIA296.
ARENA, V., 2012 Libertas and the practice of politics in the late Roman Republic,
ARÓSTEGUI, J., 2010, “La violencia política y su dimensión histórica”, en Rivera, A., y
Carnicero, C., (eds.), Violencia política: historia, memoria y víctimas, Madrid: Maia,
17-48.
BEARD, M., CRAWFORD, M., 1985, Rome in the Late Republic: problems and
BROUGHTON, T.R.S., 1952, The Magistrates of the Roman Republic, I, Cleveland: The
_, 1953, The Magistrates of the Roman Republic, II, Cleveland: The American
BRUNT, P., 1974, Conflictos sociales en la República Romana, Buenos Aires: Eudeba.
_, 1981, “La plebe romana”, en Finley, M.I., (ed.), Estudios sobre historia antigua,
_, 1990, The Fall of the Roman Republic: and Related Essays, Oxford: Clarendon Press.
DE MARTINO, F., 1990, Storia della constituzione romana, Napoli: Jovene Editore.
296
Esta relación bibliográfica contiene la bibliografía citada en nota. En estas contribuciones se pueden
encontrar otras referencias previas o recientes que muestran la extensa bibliografía sobre el tema y los
debates historiográficos contemporáneos. Para las abreviaturas correspondientes a las publicaciones
periódicas de carácter nacional e internacional remitimos a los índices de L’Année Philologique.
120
_, 1994, “De los Gracos a César: política y violencia en la roma republicana”, Nova
López Barja de Quiroga et al. (eds.), Dialéctica histórica y compromiso social 1, 253-
274.
_, 2011c, “Cónsules populares”, en Beck, H., et alii (eds), Consuls and res publica:
Holding High Office in the Roman Republic. Cambridge: Cambridge University Press,
279-298.
_, 2015, “¿Peor que un esclavo? Hostis publicus en la época ciceroniana”, Atti del
Terror et pavor. Violenza , intimidazione, clandestinita nel mondo antico, Pisa: ETS,
289-300.
HINARD, F., 1985, Les proscritions de la Rome républicaine, Rome: Ecole Française de
Rome.
JEHNE, M., 2006, “Who atended to the roman assemblies? “, en Marco Simón, F., Pina
de Barcelona.
KONRAD, C.F., 2006, “From the Grachi to the First Civil War (133-70)”, en Rosenstein
N., & Morstein-Marx R., (eds.), A Companion to the roman republic. Malden MA-
MARCO SIMÓN F., Y PINA POLO F., 2000, “Concordia y Libertas como polos de
MEIER, C., 1966, Res publica amissa : eine Studie zu Verfassung und Geschichte der
METAXAKI-MITROU, F., 1985, “Violence in the Contio during the ciceronian age”, AC
54, 180-187.
MILLAR, F., 2001, The Crowd in the Late Republic, Michigan: University of Michigan
Press.
MORSTEIN-MARX, R., 2004, Mass oratory and political power in the late Roman
MOURITSEN, H., 2001, “Pleb” and politics in the late Roman Republic, Cambridge:
NIPPEL, W., 1984, “Policing Rome”, ((The Journal of Roman Studies )) JRS 74, 20-29.
PERELLI L., 1981a, Il terrorismo e lo estato nell I secolo a.C., Palermo: Palumbo.
_, 1981b, I populares dai Gracchi alla fine della republica, Torino: Giappichelli.
PINA POLO, F., 1989, Las contiones civiles y militares en Roma, Zaragoza: Universidad
de Zaragoza, Zaragoza.
PURCELL, N., 1992, “Rome and the plebs urbana”, en J.A. Crook, A Lintott, E. Rawson
(eds.), The Cambridge Ancient History. The last age of the Roman Republic 146-43
Una reflexión sobre los límites del poder político en Roma”, Foro: Revista de ciencias
SMITH, R.E., 1977, “The Use of Force in Passing Legislation in the Late Republic”,
TATUM, J., 1999, The patrician tribune: Publius Clodius Pulcher, Chapel Hill and
_, 2006, “The final crisis (69-44)”, en Rosenestein N., & Morstein-Marx R., (eds.), A
TILLY, CH., 2003, The politics of collective violence, Cambridge: Cambridge University
Press.
UNGERN-STERNBERG, J., 2004, “The Crisis of the Republic”, en Flower H.I., (ed.), The
Press.
WULFF ALONSO, F., 2002, Roma e Italia de la Guerra Social a la retirada de Sila (90-
Apiano 1.56: 59
B.C. 1.58: 60
1.12: 40 1.59: 60
1.14: 40 1.60: 60
1.15: 41 1.64: 64
1.16: 41 1.67: 64
1.17: 38 1.71: 64
1.21: 54 1.72: 64
1.28: 49 2.12: 82
1.29: 50 2.17: 98
1.35: 55 Asconio
1.36: 56 51.15: 72
1.37: 57 51.20: 72
1.55: 59 59: 73
297
La disponibilidad de diferentes ediciones críticas, con el texto original, en el caso de las fuentes
literarias nos permite remitir a la consulta de las siguientes ediciones: Bibliotheca Scriptorum Graecorum
et Romanorum Teubneriana, (Leipzig) (edición crítica sin traducción); Scriptorum Classicorum
Bibliotheca Oxoniensis, (Oxford) (edición crítica sin traducción); Collection G. Budé des Universités de
France, (París, Les Belles Lettres) (edición crítica, traducción al francés); The Loeb Classical Library,
(Londres-Cambridge) (edición crítica, traducción al inglés). En nuestro caso hemos empleado
principalmente la última de ellas.
125
60: 73 69: 29
César 44: 69
B.C. Phill.
45.168: 60 57:28
5.13: 36 14.38: 96
42.110: 92 24.49: 32
de leg. 26.52: 32
de off 4.12: 43
de orat 15.34: 36
1.25: 61 16.37: 51
2.67: 45 24.53: 92
2.132: 44 30.65: 92
de rep. 34.74: 95
1.19.31: 38 35.75: 95
39.85: 95 37.20.6: 76
40.86: 96 37.20.6: 76
12: 95 38.2.1-3: 81
3.7: 95 38.6.1: 82
8.22: 95 38.6.3: 81
12: 95 38.6.5: 82
1.13.3: 89 39.7.2: 95
1.14.5: 90 39.13.1: 98
1.18.6: 78 39.3.1-4: 99
2.1.8: 78 39.34.1-4: 99
36.23.4: 69 2.2.7: 41
36.24.1-3: 69 2.3.5: 44
36.30.1-2: 69 2.3.6: 45
36.38.5: 72 2.4.1: 49
36.39.2: 72 2.4.4: 51
36.39.3-4: 72 2.4.5: 51
36.40.1-2: 72 2.4.6: 51
36.42.4: 73 2.5.8: 56
2.9.7-8: 60 20.3: 74
2.9.9-10: 64 26.4: 74
2.9.12: 64 27.1-2: 74
2.9.13-17: 64 28.1-6: 75
Orosio 29.1: 75
5.9.2-3: 41 32.1-4:
5.12.5: 44 33.5: 86
5.12.7: 45 34.1: 83
5.17.3: 49 41.6: 98
5.17.5: 51 41.7-8: 98
5.17.6: 51 42-43: 98
5.17.7: 51 43.1-3: 99
5.17.8: 51 C. Gr.
5.17.9: 51 12.7: 44
5.18.7: 56 13.3: 44
2.19.4: 59 14.3: 44
2.19.4-5: 60 15.1: 44
Plutarco 16.4: 45
Caes. 17.3: 44
14.2: 83 Cic.
14.3: 81 33.4: 95
14.10: 86 Crass.
35.2: 98 10.1: 60
35.3: 99 T. Gr.
Mar. 11.4: 39
41.2: 64 12.6: 40
41.5: 64 18.3: 41
43.3: 64 19.1: 41
44.1-10: 64 19.9: 41
Luc. 19.10: 41
34.1-6: 90 20: 38
42.6: 82 22.4: 41
Pomp. Q. Cicerón.
25.7-9: 69 29: 28
26.1-3: 69 54: 29
48.4: 86 Salustio
51.5: 98 B. Iug.
52.2: 98 31.7:41, 45
Sulla Suetonio
9.1-7: 60 16.1-2: 75
129
20.1-2: 81, 82
22.1: 86
Valerio Máximo
3.8.5: 60
8.6.4: 57
9.5.2: 56
Veleyo Paterculo
2.3.3: 38, 41
2.6.5: 45
2.6.6: 45
2.13: 56
2.18.4: 59
2.18.5: 59
2.19.1-2: 60
2.20.2: 64
2.20.4: 64
2.20.5: 64
2.21.6: 64
2.22.2-4: 64
2.31.2-4: 69
2.40.3: 76
2.44.5: 86