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SENTIDOS Y SIGNIFICADOS DEL TRABAJO: EXPLORANDO CONCEPTOS, VARIABLES Y ESTUDIOS

EMPÍRICOS BRASILEÑOS

RESUMEN: El artículo presenta una breve revisión de la literatura sobre sentidos y significados que
los trabajadores atribuyen a sus trabajos e identifica perspectivas teóricas que diferencian
sentidos y significados, en contrapartida a otras que los tratan como un único fenómeno. Es
posible demostrar que se trata de una temática todavía poco explotada y cuya la mayoría de los
estudios se basan en las investigaciones desarrolladas por el Significado del trabajo de trabajo
internacional ([MOW], 1987) y, más recientemente, por Morin (2001). Las variables adoptadas en
las investigaciones del fenómeno en Brasil se derivan, predominantemente, de los trabajos del
MOW y son la centralidad del trabajo, las normas sociales del trabajo y los resultados valorados
del trabajo. Se verifica la importancia de la multidisciplinaridad para la comprensión de la
asignación de sentidos y significados del trabajo por los sujetos dado que se trata de un constructo
psicológico multidimensional y dinámico, y que resulta de la interacción entre variables personales
y ambientales relacionadas al trabajo.

PALABRAS CLAVE: Asignar sentidos; asignar significados; trabajo.

El contexto del trabajo contemporáneo está articulado a una serie de cambios de las más diversas
órdenes. Aquellos cambios incluyen fenómenos tales como la globalización de los mercados, el
aumento de la competitividad entre países o empresas, la reestructuración productiva, las
innovaciones tecnológicas y / o socio-organizacionales, la flexibilización de las las relaciones de
trabajo, entre otras. Según algunos autores, como Offe (1989), el trabajo en el capitalismo perdió
su papel asociativo y la protección política, y, más racionalizado y precarizado, dejó de constituirse
en la categoría sociológica clave. Por otro lado, hay aquellos (Antunes, 1995, 2000; Harvey, 2000)
que reafirma la importancia del trabajo para la sociedad, aunque su concepción actual necesita ser
redimensionado. En medio de estos cuestionamientos se añaden algunos más: el significado y el
sentido del trabajo son sinónimos, es decir, tienen el mismo ¿objeto de estudio? ¿Cuáles son las
variables que vienen siendo privilegiadas en los estudios desarrollados en Brasil sobre significado y
los sentidos? Este artículo busca contribuir, de forma exploratoria, para la problematización
teórica de estos fenómenos.

Significado y sentidos del trabajo: identificando perspectivas y variables de estudio

El estudio de los significados y de los sentidos que los trabajadores atribuyen a sus trabajos puede
ser estudiado por diferentes disciplinas y con múltiples perspectivas teórico. Sin embargo, la
comprensión de lo que constituye el trabajo es un punto de partida fundamental. En la perspectiva
marxista el trabajo puede ser comprendido, de forma genérica, como una capacidad para
transformar la naturaleza para atender necesidades humanas (Marx, 1993).

Conforme define Codo (1997: 26) el trabajo presupone "... una relación de doble transformación
entre el proceso hombre y la naturaleza, generadora de significado. "Es por medio del trabajo que
el acto de dar significado a la naturaleza se concreta; de igual modo la relación sujeto «objeto (S«
O) es mediada por el significado. Para el autor, el significado, "... un signo que queda (signo-
ficare)" (Codo, 1997: 26), que trasciende, permanece más allá de la relación S «O y cuanto más
completo y complejo el circuito sujeto - trabajo - el significado más grande del placer en el trabajo.
En contrapartida, el rompimiento en el circuito de significados desde el punto de vista del
trabajador ocasiona sufrimiento, que puede comprometerse la salud mental.

La temática de los significados y sentidos del trabajo es investigada por diferentes autores sobre la
base de diversas los epistemólogos. Etimológicamente la palabra el sentido se origina del latín
sensus, que remite a la percepción, significado, sentimiento, o al verbo sentir: percibir, sentir y
saber (Harper, 2001). Se observa que puede ser adoptada como sinónimo de significado, 2 y su
origen remite, sobre todo, a la ocurrencia de procesos psicológicos básica. En consecuencia, parte
considerable de los estudios sobre los sentidos y los significados se están desarrollando por
psicólogos, pero también por sociólogos, administradores y profesionales de la comunicación
social. ¿Por lo tanto, los estudios sobre los sentidos objeto de la Psicología? ¿O de la Sociología del
Trabajo?

Históricamente los primeros estudios sobre el sentido del trabajo se atribuyen a Hackman y
Oldhan (1975), dos psicólogos que relacionaron la calidad de vida en trabajo al sentido del trabajo.
Según los autores, trabajo que tiene sentido es importante, útil y legítimo para el que lo realiza y
presenta tres características fundamentales: (a) la variedad de tareas que posibilita la utilización
de competencias diversas, de forma que el trabajador se identifique con la ejecución; (b) un
trabajo no alienante, donde el trabajador logra identificar todo el proceso - desde su concepción
hasta su finalización - y percibir su significado del trabajo, de modo que contribuya para el medio
ambiente social, la autonomía, la libertad y la independencia para determinar la forma en que
realizará sus tareas, lo que aumenta su sentimiento de responsabilidad en relación con ellas; y (c)
el retorno (retroalimentación) sobre su desempeño en las actividades realizadas, permitiendo al
individuo que haga los ajustes necesarios para mejorar su rendimiento.

Siguiendo la idea de Hackman y Oldhan (1975), Morin (1996) define el sentido del trabajo como
una estructura afectiva formada por tres componentes: el significado, la orientación y coherencia.
El significado se refiere a las representaciones que el sujeto tiene de su actividad, así como el valor
que le asigna. La orientación es su inclinación hacia el trabajo, lo que él busca y el que guía sus
acciones. Y a la coherencia es la armonía o el equilibrio que espera de su relación con el trabajo.

Entre 1981 y 1983 el equipo de investigación Significado del Laboratorio Internacional de Trabajo
(MOW) pasó a se destaca en la conducción de investigaciones con muestras representativas de
diferentes países (ocho), con miras a definir e identificar variables que expliquen los significados
que los sujetos atribuyen a su trabajo. A partir de los principales componentes del modelo
heurístico el equipo pasó a conceptuar el significado del trabajo como un constructo psicológico
multidimensional y dinámico, formado de la interacción entre variables personales y ambientales
e influido por las cambios en el individuo, a su alrededor o en el trabajo.

Los investigadores del MOW estructuraron los datos empíricos de las investigaciones en 12
factores, posteriormente agrupados en cuatro dimensiones principales: la centralidad del trabajo,
las normas sociales sobre el trabajo, los resultados valorizados del trabajo / metas del trabajo y la
identificación de las reglas del trabajo. Como la última dimensión presentó, estadísticamente,
poca consistencia interna fue excluida de la estructura general del constructo (MOW, 1987). las
tres dimensiones que permanecieron se definen a continuación.
Centralidad del trabajo

Se entiende como el grado de importancia que el trabajo tiene en la vida de una persona en un
determinado momento. Está formada por un constructo complejo compuesto por un componente
valorativo - la centralidad absoluta del trabajo -, que mide el valor asignado a éste dentro de la
vida de los sujetos (¿Cuál es la importancia del trabajo en la su vida?) e identifica en qué medida el
trabajo es central para la auto-imagen. El otro componente es la centralidad relativa del trabajo,
influenciada por los ciclos vitales del sujeto, y que mide la relación del trabajo con otros
momentos importantes en su vida.

Normas Sociales sobre el Trabajo

Remitir a las normas derivadas de valores morales relacionados con el trabajo, tales como la ética
del trabajo y la ética marxista, que actúan como antecedentes de los principios y conductas
sociales asociadas a las creencias sobre las obligaciones y los derechos del trabajador. Tales
normas funcionan como patrones sociales que balizan las evaluaciones individuales sobre las
recompensas obtenidas por el trabajo y consisten en una expresión general (percepción) de lo que
serían intercambios equitativos entre lo que el individuo recibe de la situación de trabajo y las
contribuciones que trae al proceso de trabajo. Estas no son estables y dependen de las
circunstancias circundantes, sufren influencias de variables socio-demográficas y personales. En el
estudio del grupo MOW, Estas normas se observaron en conjuntos antagónicos:

Deberes. Constituyen los patrones sociales sobre el trabajo considerados correctos por los
individuos en su relación con la sociedad. Un ejemplo es que todo individuo tiene deber de
contribuir al bien social por su trabajo; debe pensar en la mejor forma de hacerlo, etc.

Derechos. Se refieren a las obligaciones de la sociedad para el individuo. En esta dirección se tiene
que todo individuo tiene derecho a un trabajo interesante y significativo; el empleador debe
entrenar al trabajador cuando está desactualizado, y éste debe participar en las decisiones
relativas al trabajo

Resultados valorados del trabajo.

Son los valores relacionados con las finalidades que las actividades representan para la persona,
respondiendo a la indagación acerca de los motivos que la llevan a trabajar. Se compone de
variables que se refieren a valores distintos del trabajo y motivaciones del constructo del
significado del trabajo. Esta variable abarca el conjunto de productos básicos que los individuos
buscan en el trabajo, las funciones que cumple para ellos y las necesidades que les permiten
satisfacer (obtener prestigio y el retorno financiero, mantenerlos en actividad, a los contactos
sociales y al establecimiento de relaciones interpersonales; hacerlos sentirse útiles para la
sociedad; permitir su autorrealización). Los valores del trabajo diferencias y similitudes
transculturales relacionadas con la importancia atribuida a las facetas del trabajo.

A partir de este constructo, el sentido del trabajo es comprendido como un componente de la


realidad social construida y reproducida, que interactúa con diferentes variables personales y
sociales e influye en las acciones de las personas y naturaleza de la sociedad en un momento
histórico. los valores relacionados con el trabajo se establecen por intermedio de la educación en
la infancia y la adolescencia y tiene un efecto duradero en la personalidad de las personas, pero si
modifican y se adaptan en las diferentes etapas de la vida y en situaciones sociales distintas. El
sentido del trabajo influye las formas de actividad laboral, la flexibilidad y la productividad de los
trabajadores, pues afecta las creencias sobre lo que es legítimo y lo que se puede tolerar del
trabajo (MOW, 1987).

Antunes (2000) destaca la relación entre sentido y trabajo en la actual realidad social desde una
perspectiva sociológica. Según el autor, para que exista una vida llena de sentido fuera del trabajo,
es necesaria una vida dotada de sentido dentro del trabajo. No se puede compatibilizar el trabajo
asalariado, fetichizado y extrañado con satisfacción, realización y pertenencia que traen sentido a
la vida de los individuos. Una vida carente de sentido en trabajo es incompatible con una vida llena
de sentido fuera del trabajo.

Para que haya una vida dotada de sentido, es necesario que el individuo encuentre en la esfera del
trabajo el primero momento de realización. Si el trabajo es autodeterminado, autónomo y libre,
será también dotado de sentido al posibilitar el uso autónomo del tiempo libre que el ser social
necesita para humanizarse y emanciparse en su sentido más profundo. La búsqueda de una vida
dotada de sentido a desde el trabajo permite explorar las conexiones decisivas entre el trabajo y la
libertad (Antunes, 2000).

El trabajo es rico de sentido individual y social, es un medio de producción de la vida de cada uno
al proveer subsistencia, crear sentidos existenciales o contribuir en la estructuración de la
identidad y de la subjetividad. Se valoriza tanto por los defensores tradicionales del capitalismo y
los marxistas. Sin embargo, hay que identificar las diferencias presentes en este consenso. Para los
capitalistas, la valorización del trabajo ocurre a partir de la existencia de la propiedad privada y
obtención de excedente por medio de la plusvalía (el beneficio). Ya en el pensamiento marxista el
trabajo mercancía (Marx, 1993), defendido por los poseedores del capital, no tiene valor o sentido
para el trabajador que se ve impedido de ejercer su libertad y creatividad en el trabajo
desempeñando sus funciones con un sentimiento de extrañeza ante todo, es decir, enajenado. Así,
el sentido del trabajo, por su atribución psicológica y social, varía, en la medida en que se deriva
del proceso de asignación significados y se presenta asociado a las condiciones históricas de la
sociedad. Es un constructo siempre inacabado.

Investigaciones realizadas por el grupo MOW (1987) y por Morin (1996, 2001) demuestran que las
personas, en su mayoría, aunque tuvieran condiciones para vivir el resto de la vida cómodamente,
continuarían trabajando, pues el trabajo, además de ser una fuente de sustento, es un medio de
relacionarse con los demás, de sentirse como parte integrante de un grupo o de la sociedad, de
tener una ocupación, de tener un objetivo a ser alcanzado en la vida (Morin, 2001). Estos estudios
apuntan, además, que el trabajo puede representar tanto una condición de neutralidad como de
centralidad en la identidad personal de los trabajadores así como en la identificación con la
sociedad.

En Brasil, los resultados preliminares de las encuestas sobre el sentido del trabajo (Morin, Tonelli
& Pliopas, 2003; (En el caso de las mujeres). con gestores, alumnos de cursos de especialización en
São Paulo y Porto Alegre, demuestran que el trabajo sigue siendo esencial en la vida de las
personas y que estas buscan, al mismo tiempo, utilidad para sus actividades dentro de las
organizaciones y también para la sociedad. más allá de este modo, valores como variedad en la
naturaleza de las tareas, aprendizaje, autonomía, reconocimiento, así como la función de
garantizar la supervivencia y la seguridad son fundamentales para que el trabajo tenga sentido.

Cabe resaltar que, comúnmente, los conceptos de significado y sentido se tratan como sinónimos
en los trabajos y las investigaciones académicas. Para algunos autores (MOW, (1987) no habría
diferencia entre los dos conceptos. Sin embargo, a partir del modelo de Hackman y Oldhan (1975)
y de los trabajos de Morin (1996) se puede hacer una distinción entre ellos, distinción ésta que
será adoptada en este trabajo. Así, se entiende como significado del trabajo la representación
social que la tarea ejecutada tiene para el trabajador, sea individual (la identificación de su trabajo
en el resultado de la tarea), para el grupo (el sentimiento de pertenencia a una clase unida por la
ejecución de un mismo trabajo), o social (la sensación de realizar un trabajo que contribuya al
todo, a la sociedad). Como definidores del sentido del trabajo, los investigadores del MOW
identifican, además del significado - individual, colectivo y social del trabajo -, la utilidad de la
tarea ejecutada para la organización a la que se pertenece, la auto-realización y la satisfacción, el
sentimiento de desarrollo y evolución personal y profesional y la libertad y autonomía para la
ejecución de las tareas.

De la misma forma, estudios que tratan del sentido (Antunes, 2000; Bastos, Pino y Costa, 1995) y
del significado (MOW, 1987) del trabajo alrededor del mundo, con métodos y técnicas
diferenciadas de enfoque, aunque traen resultados que contribuyen a la discusión teórica sobre la
importancia del trabajo en la vida de los individuos, se trata de estos dos conceptos como
sinónimos, ora como conceptos diferentes. Este hecho puede dificultar la evolución de los
estudios sobre el tema, razón por la cual se ha buscado aquí definir los términos significado y
sentido.

Borges (1997) utiliza los conceptos y definiciones de significado del trabajo formuladas por el
grupo MOW (1987) y busca profundizar el análisis sobre la estructura factorial de las creencias
sobre el trabajo, haciendo una distinción entre los los atributos valorativos y descriptivos del
trabajo. Los atributos los valorativos se refieren a cómo el trabajo debe ser, que están
relacionados con los valores inherentes a él. Entre los atributos valorativos se destacan:

1. Exigencias sociales: la asignación del trabajo debe representar responsabilidad social.

2. Justicia en el trabajo: trabajo que proporciona protección al individuo, a través de la oferta de


asistencia en la forma de seguridad física, higiene y confort en el medio ambiente de trabajo, de la
garantía de derechos, igualdad de esfuerzos y proporcionalidad entre esfuerzo y recompensa,
acogida interpersonal de colegas y superiores y respeto con cada persona.

3. Esfuerzo corporal y deshumanización: el trabajo deriva de una carga que llevaría al desgaste
corporal.

4. Realización personal: se relaciona con el trabajo que proporciona placer por múltiples causas y
fuentes.

5. Supervivencia personal y familiar: permite garantizar el cumplimiento el sustento del individuo y


de sus familiares.
Los atributos descriptivos designan lo que el trabajo es concretamente, es decir, lo que él
representa mental o abstractamente para cada persona. Entre los atributos descriptivos se
identifican:

1. Éxito y realización personal: presenta el trabajo a partir de las ideas de crecimiento personal y
desafío intelectual.

2. Justicia del trabajo: muestra el trabajo representado en cuanto al respeto proporcionado en el


medio organizacional, por el cumplimiento de las obligaciones por parte de la organización.

3. Supervivencia personal y familiar, independencia económica: función social del trabajo en


relación con la familia y las garantías individuales de supervivencia y recompensa financiera.

4. Carga mental: describe el trabajo como esfuerzo mental, subordinación jerárquica, repetición,
ejecución y exigencia de ritmo.

El cuestionario desarrollado por el grupo MOW también sirvió de base para la investigación
conducida por (En el caso de las mujeres). El instrumento se aplicó a trabajadores de
organizaciones públicas y privadas en la región metropolitana de Salvador, Bahía y los resultados
coincidieron con los observados en el estudio original. Aunque algunas diferencias pueden
atribuirse a las especificidades culturales locales, todos los resultados encontrados paralelo en
alguno de los otros ocho países que participaron del estudio. Se acercan a Inglaterra en lo que se
refiere a la centralidad del trabajo y presentan similitudes con Holanda en cuanto a los productos
valorizados y normas sociales del trabajo.

Investigaciones que Morin (2001) realizó con estudiantes de administración, administradores de


Francia y Quebec , señala cinco motivos para atribuir sentido al trabajo: para realizar y actualizar
sus competencias; para adquirir seguridad y ser autónomo; para relacionarse con los demás y
estar vinculados a grupos; para contribuir con la sociedad; para tener un sentido en la vida, lo que
incluye tener qué hacer y mantenerse ocupado. Al analizar cuáles son los factores de la
organización del trabajo que contribuirían a un trabajo con sentido, son destacados por los
estudiantes: buenas condiciones de trabajo (un trabajo que corresponda a las competencias del
trabajador, horario conveniente, bueno salario y preservación de buenas condiciones de salud);
oportunidad de aprendizaje y realización adecuada de la tarea; trabajo estimulante, variado y con
autonomía.

Entre los administradores de nivel medio y superior Francia y Quebec, hubo una gran convergencia
en las respuestas y se destacaron seis características principales de un trabajo que tiene sentido:

1. Ser hecho de manera eficiente y llevar a algo, es decir, que el trabajo esté organizado de
manera eficiente y tenga un resultado útil.

2. Ser satisfactorio en su realización, placer y satisfacción en la realización de las tareas, dando la


oportunidad de responder a desafíos y usar su potencial con autonomía.

3. Ser moralmente aceptable y hecho de manera socialmente responsable.

4. Ser fuente de experiencias de relaciones humanas satisfactorias, lo que incluye encontrar


personas de calidad, desarrollar lazos de afecto.
5. Garantizar la seguridad y posibilitar la autonomía. El trabajo está asociado a la noción de
empleo y de recibir un salario que permita la supervivencia, atienda a las necesidades básicas,
proporcionando seguridad e independencia.

6. También mantiene a las personas ocupadas. El trabajo ayuda a orientar el sentido del tiempo de
las personas, ocupa el tiempo de la vida, evita el vacío y la ansiedad. Aquellos las respuestas se
dirigen a una organización del trabajo que posibilite la realización de un trabajo que tenga sentido
para el sujeto que lo ejecute, que sea realizado de forma autónoma, permita desarrollar
competencias y conocer el desempeño, para poder también evaluar y hacer los ajustes necesarios
para mejorar la ejecución de las tareas.

El sentido del trabajo está fuertemente influenciado por la organización del trabajo, pues ésta es
capaz de alterar los comportamientos de los trabajadores de forma que paulatinamente pasan a
tener actitudes positivas hacia las funciones que ejecutan, con la organización y con ellos mismos
(Morin, 2001). La autora todavía resalta:

la organización del trabajo debe ofrecer a los trabajadores la posibilidad de realizar algo que tenga
el sentido, el practicar y desarrollar sus competencias, de desarrollar sus juicios y su libre albedrío,
de conocer la evolución de sus desempeños y de si (2001, p.9).

En una encuesta realizada por Oliveira et al. (2004) con estudiantes del curso de Especialización en
Gestión de Personas los autores identificaron que éstos comprenden el sentido del trabajo en tres
dimensiones: individual, organizacional y social. Estas dimensiones se componen de subcategorías
que se interrelacionan para formar uno concepto del trabajo. La Tabla 1 representa las principales
categorías identificadas.

En la dimensión individual, se destacó que un trabajo que tiene sentido puede ser identificado con
los valores las morales (éticos) de la persona, es placentero, posibilita la valorización, desarrollo y
crecimiento, la persona sabe con que el objetivo se está realizando y cree en eso que esta
haciendo. El factor financiero también se menciona, pero con menos énfasis, siendo considerado
sólo como complementario y no esencial para que el trabajo tenga sentido. El principal enfoque se
refiere a la libertad financiera. En cambio, un trabajo que va en contra los valores personales, que
no posibilita crecimiento, ni sea reconocido y valorado por las actividades que el individuo se
realiza en su empleo se considera un trabajo sin sentido.

En la dimensión organizacional, se señalan aspectos relacionados con la utilidad, la organización


del trabajo y las relaciones interpersonales en el ambiente de trabajo. Para un trabajo tener
sentido él debe alcanzar resultados, valor para la empresa o para el grupo: ser útil. En caso
contrario, improductivo, pérdida de tiempo y, por lo tanto, sin sentido. El trabajo que tiene
sentido permite que el trabajador tenga autonomía, pueda ejercer su creatividad y pensar. La
existencia de desafíos en la ejecución de la actividad es otro factor relevante. A partir del
momento en que la tarea se vuelve rutinaria, burocrática, operativa e incapaz de instigar a su
ejecutor, influye directamente en la definición de un trabajo que hace o deja de tener sentido para
el sujeto. Aún en la dimensión organizacional, un trabajo que tiene sentido es descrito como aquel
realizado en un ambiente agradable, donde las relaciones interpersonales son positivas, y
posibilita relaciones constructivas. El simple hecho de poder trabajar con personas, en medio de
ellas, confiere sentido al trabajo de los entrevistados. Sin embargo, a partir del momento en que la
persona no encuentra apoyo y respaldo de los pares, el trabajo se ve como sin sentido.

En la dimensión social, para que el trabajo tenga sentido, debe ser capaz de contribuir y ser útil
para la sociedad, comparándose con el aspecto de utilidad abordado en la dimensión organizativa.
Sin embargo, en esta dimensión, adquiere mayor amplitud: el trabajo contribuye no sólo para el
desarrollo del individuo, pero de la sociedad en general, lo que fue bastante resaltado por los
entrevistados, que sienten la necesidad de realizar una actividad que agregue valor tanto para
ellos como para la sociedad. En el momento en que el trabajo no contribuye, deja de traer
beneficios para alguien y / o para la sociedad, no hace sentido.

Estos resultados posibilitan definir que un trabajo con sentido puede ser influenciado por cuatro
variables subjetivas: (a) el significado del trabajo, entendido como la concepción de lo que es
trabajo para el individuo; (b) el valor (grado de importancia, centralidad) que el sujeto atribuye al
trabajo; (c) los valores éticos individuales; es de (razón) por el que trabaja. Y estos factores, a su
vez, son altamente influenciados por el medio en el que el individuo está inserto (culturales y
sociales). más allá de su contexto social y cultural influye su posición sobre el tema. En fin, se
entiende que un trabajo con sentido es aquel que realiza, satisface y estimula el sujeto a la
ejecución de sus tareas.

El conocimiento producido por Oliveira et al. (2004) se encuentra en las conclusiones de Morin
(2001) en Francia y en Quebec, al destacar que el trabajo que tiene sentido debe tener objetivos
claros y su resultado debe ser valorado por aquellos que lo realizan, además de posibilitar
autonomía en la administración de las actividades, favoreciendo a aquellos que lo ejecuten la
utilización de competencias propias para atender a los desafíos propuestos. De la misma forma,
debe realizarse dentro de las reglas del deber y del convivir en sociedad, siguiendo los valores
sociales y morales que la rigen. Sin embargo, debe tenerse en cuenta la importancia de las
condiciones de trabajo adecuadas, capaces de proporcionar al individuo ambiente en que pueda
ejercer autonomía y participación, lo que contribuirá, sin duda, para su desarrollo personal.

Dimensión Trabajo que tiene Trabajo que no tiene


sentido sentido
Dimensión individual Consistencia Permite la Entra en choque con
identificación con los los valores de la
valores de la persona persona
La persona cree en el La persona no cree en
trabajo que realiza el trabajo que realiza
alineación Por supuesto en La persona no sabe
cuanto a su objetivo. por qué
Se sabe por qué está lo está haciendo
siendo
realizado.

Valoración La persona se siente El individuo no es


valorada, es reconocido ni
reconocida a través valorado
del trabajo
placer El placer, la persona La persona no siente
le gusta hacer placer
en lo que hace
desarrollo Posibilita el desarrollo No permite el
y crecimiento desarrollo.
No añade nada a la
persona
independencia Garantiza retorno No citado
financiero y atiende
a las necesidades
básicas

Posibilita la libertad No citado


financiera
Dimensión utilidad Añadir valor y No agrega a la
organiacional contribuir empresa
con la empresa

Cumple las No alcanza los


expectativas de la resultados / objetivos
empresa esperado
Es improductivo

Organización del No es rutinario Es rutinario


trabajo Posibilita la Es preestablecido
autonomía
Permite pensar y Es solo operativo
crear
Es desafiante No desafía ni instiga
Relaciones Permite el contacto No hay respaldo o
interpersonales con personas apoyo de los colegas
Se desarrolla en un Se desarrolla en n
entorno agradable ambiente que no
cambia
Dimensión social utilidad Contribuye a alguien No agrega a otra
y / la sociedad persona ni para la
sociedad

Uno de los principales puntos destacados por Morin (2001) como por Oliveira et al. (2004) es que
el trabajo con sentido hace que el trabajador conozca más sobre su actividad y posibilita que la
organización alcance la eficacia sin la preocupación de constantes refuerzos al trabajador con
"programas motivacionales" para estimularlo a generar un mejor rendimiento. En realidad, el
sentido que las personas encuentran en su trabajo depende de factores tales como la autonomía,
el reconocimiento, el desarrollo y crecimiento, lo que no siempre las organizaciones ofrecen.
D'Acri (2003), en un estudio que realizó con los empleados de la industria textil de amianto en Río
de Janeiro, subrayó que, aunque esta actividad es extremadamente insalubre, los trabajadores
encuentran sentido en su trabajo. Con base en el habla de los trabajadores, incluso bajo malas
condiciones de trabajo, incluyendo el sufrimiento, el esfuerzo y dolor, existe la alegría de la
realización, de la creación de un hacer humano y del sentimiento de participación en el mundo. La
la autora afirma además que, incluso en un trabajo alienado, hay espacio para que el individuo
encuentre sentido en la ejecución de sus actividades. Los obreros se sienten importantes como
personas y por ayudar a la familia, a pesar de que muchos hacen referencia al trabajo sólo por el
aspecto económico. Otros, sin embargo, demostraron una acentuada preocupación por la
autonomía económica que influye la forma en que actúan en la construcción de la vida propia
familia. En lo que se refiere al sentido del trabajo, exaltaron experiencias con la realización de las
actividades; las formas como solucionaban las dudas o problemas; el fracaso con las tareas
prescritas, de las cuales no participado; la innovación y la creatividad para atender a la ejecución
del trabajo.

Para Dejours (1987), el trabajo necesita tener sentido para el propio sujeto, para sus pares y para
la sociedad. Según el autor, el sentido del trabajo está formado por dos componentes: el
contenido significativo en relación con el sujeto y el contenido significativo en relación al objeto.
Relativo al contenido significativo del trabajo en relación al sujeto el autor identifica las
dificultades prácticas de las las tareas, la significación de la tarea acabada en relación a una
profesión (noción que contiene al mismo tiempo la idea de evolución personal y de
perfeccionamiento) y la posición social implícitamente vinculada al puesto de trabajo
determinado. El sentido del trabajo, de esta forma, permite la construcción de la identidad
personal y social del trabajador por medio de las tareas que realiza, de su trabajo, permitiendo
que es capaz de identificarse con lo que realiza.

En cuanto al contenido significativo del trabajo en relación al objeto, Dejours (1992: 40) destaca:

... al mismo tiempo que la actividad de trabajo que comporta una significación narcisista, puede
soportar inversiones simbólicas y materiales destinados a otro, es decir, al objeto. La tarea puede
y que, además, transmite un mensaje simbólico a alguien, o contra alguien. La actividad del
trabajo, por los gestos que implica, por los instrumentos que que mueve, por el material tratado,
por la atmósfera en la que opera, transmite un cierto número de símbolos. La naturaleza y el
encadenamiento de estos símbolos dependen, al mismo tiempo, de la vida interior del sujeto, es
decir, de lo que él pone, de lo que introduce de sentido simbólico en lo que le rodea y en lo que él
hace.

De esta forma, separar contenidos significativos en relación al sujeto y al objeto es arbitrario, en la


medida en que las reglas de intercambio de inversiones no se dejan así aparte. De hecho, toda
actividad contiene los dos términos. La inversión en el individuo sólo puede renovarse gracias al la
inversión en el objeto y viceversa. La significación profunda del trabajo para cada individuo es
propia, siendo creada a partir de las técnicas particulares desarrolladas por cada sujeto (Dejours,
1987). La división del trabajo conduce a un no-sentido: la mayoría de los trabajadores pasa a
ignorar el sentido del trabajo y su tarea. La falta de sentido en la tarea individual y el
desconocimiento del sentido de la tarea colectiva adquieren su verdadera dimensión psicológica
en la división y separación de los hombres. En su opinión, concepción del choque entre un
individuo, dotado de una historia personalizada, y la organización del trabajo, portadora de un
carácter despersonalizante, emerge una vivencia y un sufrimiento. El sentido en el trabajo es
posible por medio de la transformación del sufrimiento – resultante de la división de las tareas por
la organización del trabajo – en placer por la utilización de las competencias y libertades
individuales. El placer en el trabajo es fundamental para el mantenimiento de la salud y de la
normalidad.

Con base en la revisión de la literatura identificada constatase que incluso habiendo varios
estudios diferentes sobre los sentidos y los significados, hay algo en común entre ellos: Estos son
producidos por los sujetos a partir de sus experiencias en la realidad (Tolfo, Coutinho, Almeida,
Baasch & Cugnier, 2005). Los significados se construyen colectivamente en un determinado
contexto histórico, económico y social concreto, mientras que los sentidos son caracterizados por
ser una producción personal en función de la aprehensión individual de los significados colectivos,
en las experiencias de la vida cotidiana. Siendo que estas transformaciones que los sentidos y
significados sufren, son construidas por a través de una relación dialéctica con la realidad.

Consideraciones finales

El trabajo, abstracto y concreto, y los cambios por las que viene pasando ha sido objeto de interés
y de investigaciones por parte de diversos estudiosos. El cuestionamiento en cuanto a la relevancia
social y científica de estudiar los sentidos y los significados que los trabajadores atribuyen a su
trabajo acción de transformar la naturaleza fue lo que orientó el interés en redacción de este
artículo. ¿Cuáles son las principales contribuciones que permiten caracterizar el fenómeno? ¿Y
cómo los los estudios actuales de investigadores brasileños abordan pregunta?

Con base en la revisión de la literatura quedó demostrado que hay autores que tratan del
significado del trabajo (MOW, (1987) o como parte del mismo constructo (Borges, 1997, 1999a,
1999b), en contrapartida a otros que privilegian los sentidos (Antunes, 2000, Morin, 2001).
Identificandose que a pesar de utilizar diferentes términos, muchas veces los mismos autores
adoptan las mismas variables de estudio. Con el fin de contribuir a una mayor claridad en la
definición de los términos, las autoras adoptaron el concepto que relaciona la concepción de
significado al entendimiento social de lo que es trabajo, mientras que el sentido es representativo
de una dimensión más personal (Basso, 1998). Como se trata de un constructo multidimensional,
el entendimiento aquí es que hay una inequívoca interdependencia entre ambos.

En lo que se refiere a las variables que se adoptan para el estudio del fenómeno, se constata que
predomina en la literatura nacional la adopción de aquellas identificadas por el Grupo MOW
(1987). Se trata de tres variables que son: centralidad del trabajo, normas sociales sobre el trabajo
y resultados valorados del trabajo. La primera remite al grado de importancia del trabajo en
determinado momento vida de la persona; las normas sociales se refieren a los aspectos éticos,
recompensas y derechos y obligaciones relacionados al trabajo; y los resultados valorados
permiten investigar los motivos que la llevan a trabajar. La mayoría de los estudios identificados
sobre el tema adopta estas variables como base para la formulación de sus instrumentos de
(Borges, 1997; Morin et al., 2003; Oliveira et al. (2004).

Autores como Berger y Luckmann (2004) identifican la existencia de una crisis de sentido en la
modernidad, derivada, de modo especial, de los cambios en los roles de las instituciones que eran
definidoras de la tetitura social (Iglesia, escuela, familia). Sin embargo, los resultados de las
encuestas brasileñas (o aquellas extranjeras que sirvieron de base para las nacionales),
demuestran que el trabajo sigue siendo central, desde el punto de vista sociológico y psicológico,
para los trabajadores. Esta centralidad fue identificada tanto entre trabajadores que desarrollan
actividades más (Morin et al., 2003, Oliveira et al., 2004), como entre aquellos sujetos a
actividades insalubres (D'Acri, 2003).

Sobre la base de lo expuesto, se constata que el trabajo puede estar asociado a significados de
tortura y sufrimiento. Pero la capacidad de transformar la naturaleza también es generadora de
significados (Codo, 1997) como justicia, posibilidad de seguridad y de autonomía, de auto-
desarrollo, de relaciones satisfactorias, entre muchos otros (Morin, 2001). Un trabajo al que se
asignan significados y sentidos positivos ciertamente sucede los intentos gerencialistas de
"motivar" a los trabajadores.

Si el hombre reconoce el trabajo solamente como algo obligatorio y necesario para la


supervivencia y las adquisiciones de percibir ese mismo trabajo como la categoría integradora, por
la que puede crear y reconocerse en cuanto el individuo y el ser social. El hombre, alienado, se
vuelve sólo un productor y consumidor de capital, dejando de buscar su identidad en las
actividades que realiza. Déjalo entonces, de atribuir significados y sentidos positivos a su hacer. Se
concluye, entonces, que el fenómeno de atribuir sentidos y significados al trabajo necesita ser
estudiado en una. perspectiva multidisciplinar, pues se trata de un constructo psicológico
multidimensional y dinámico, y que resulta de la interacción entre variables personales y sociales
relacionadas al trabajo.

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