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Resumen
La historia es el tesoro de la humanidad y también su caja de Pandora; esta, -la historia- relató
que hace mucho tiempo, que en los inicios de occidente existió una civilización magistralmente
humana,la griega. Con la estela que nos ha dejado la historia de la civilización griega se afirma o se
niega, se justifica una que otra eventualidad posible. Se ha vuelto a Grecia con el fin de saber: qué es la
sociedad, sobretodo, occidental. La sociedad griega merece seguir siendo estudiada desde sus vicios y
virtudes como cuna, principio y fundamento del pensamiento occidental; su conocimiento, digámoslo
así, merece nuestra atención.
Ahora bien, Nietzsche hace una serie de comentarios sobre la historia que también merecen
nuestra atención, porque tiene tres formas de configurarla, lo que en sí mismo es un hecho novedoso.
Hay una historia que replica como único mandato los hechos memorables del pasado; hay otra
perspectiva que se devela como un modelo de creencia absoluta ,ya que, conserva y venera la historia y
sus aconteceres. La tercera y epicentro de este escrito genera una ruptura entre los anteriores
esquemas y parámetros: la liberadora. Es liberadora preciso porque se apoya en el olvido, esto, hace
que se le considere ahistórica; pero, según se promulga en la Segunda intempestiva, el individuo
necesita dosis iguales de lo ahistórico y lo histórico. Por ello, y utilizando como herramienta la tragedia
griega Antígona de Sófocles, como parte de la enseñanza en Grecia de la estirpe, se pretende
ejemplificar la afamada teoría nietzscheana y dar solución al problema de la utilidad de la historia para
la vida.
Introducción
La historia se escribe con el pensamiento Grosso de cada época y se advierten distintas formas
de concebirla. Nietzsche, filólogo y filósofo de la sospecha; en su texto “Sobre la utilidad y el perjuicio
de la historia para la vida. II intempestiva”, nos expone una configuración de la historia bajo la lógica de
una utilidad para la acción, una acción que marque los tiempos vividos del 'hombre', cómo él lo expone.
Ahora bien, la historia, lo menciona Nietzsche, puede ser asumida desde tres perspectivas, la primera:
como una apología a la memoria: una defensa de lo que merece ser recordado, así que, los sucesos
memorables del pasado cobran alta relevancia al convertirse en fin último, en ideal. En esta historia se
admira lo monumental del pasado con el ánimo de ser representado, encarnado.