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Cuerpo humano

El cuerpo humano está compuesto por la cabeza, el tronco, las extremidades


superiores (brazos) y las extremidades inferiores (piernas). En cuanto a sus
principales elementos químicos, puede destacarse al hidrógeno (63%) y al oxígeno
(25%).
Aunque todos los seres humanos cuentan con los mismos miembros, es interesante
resaltar que existen clasificaciones acerca de la forma de los cuerpos. Así, por
ejemplo, se habla de los cuerpos rectangulares que son aquellos que tienen un
tamaño de hombros idéntico al de la cintura, es decir, se trata de cuerpos rectos,
sin curvas.
De la misma forma están también los cuerpos de forma de guitarra que son aquellos
que se identifican por cinturas estrechas y hombros y caderas de idénticas medidas.
Tampoco nos podemos olvidar de los cuerpos de forma de pera, llamados así
porque, al igual que sucede con dicha fruta, tienen la parte superior menos ancha
que la parte inferior. Es decir, las mujeres que tienen el cuerpo de pera son aquellas
que poseen unas caderas muy anchas.
Sistema digestivo
El aparato digestivo está formado por el tracto gastrointestinal, también llamado
tracto digestivo, y el hígado, el páncreas y la vesícula biliar. El tracto gastrointestinal
es una serie de órganos huecos unidos en un tubo largo y retorcido que va desde
la boca hasta el ano. Los órganos huecos que componen el tracto gastrointestinal
son la boca, el esófago, el estómago, el intestino delgado, el intestino grueso y el
ano. El hígado, el páncreas y la vesícula biliar son los órganos sólidos del aparato
digestivo.
El intestino delgado tiene tres partes. La primera parte se llama duodeno. El yeyuno
está en el medio y el íleon está al final. El intestino grueso incluye el apéndice, el
ciego, el colon y el recto. El apéndice es una bolsita con forma de dedo unida al
ciego. El ciego es la primera parte del intestino grueso. El colon es el siguiente. El
recto es el final del intestino grueso.
Las bacterias en el tracto gastrointestinal, también llamadas flora intestinal o
microbiota, ayudan con la digestión. Partes de los sistemas nerviosos y circulatorios
también ayudan. Trabajando juntos, los nervios, las hormonas, las bacterias, la
sangre y los órganos del aparato digestivo digieren los alimentos y líquidos que una
persona come o bebe cada día.
Sistema respiratorio
El aparato respiratorio comienza en la nariz y la boca y continúa por las demás vías
respiratorias hasta los pulmones, donde se intercambia el oxígeno de la atmósfera
con el anhídrido carbónico de los tejidos del organismo. Los pulmones son los dos
órganos más grandes del aparato respiratorio; su forma es semejante a dos grandes
esponjas que ocupan la mayor parte de la cavidad torácica. El pulmón izquierdo es
ligeramente menor que el derecho porque comparte el espacio con el corazón, en
el lado izquierdo del tórax. Cada pulmón está dividido en secciones (lóbulos). El
pulmón derecho está compuesto por tres lóbulos y el izquierdo por dos.
El aire entra en el aparato respiratorio por la nariz y la boca y llega a la garganta
(faringe) para alcanzar la caja que produce la voz (laringe). La entrada de la laringe
está cubierta por un pequeño fragmento de tejido muscular (epiglotis) que se cierra
en el momento de la deglución, impidiendo así que el alimento se introduzca en las
vías respiratorias.
La tráquea es la más grande de las vías respiratorias; comienza en la laringe y
acaba bifurcándose en dos vías aéreas de menor calibre (bronquios) que conducen
a los pulmones. Los bronquios se dividen sucesivamente en gran número de vías
aéreas cada vez de menor tamaño (bronquiolos), siendo las ramas terminales más
finas. Esta parte del aparato respiratorio se conoce como árbol bronquial, por su
aspecto de árbol al revés.
Función de la respiración
La función principal del aparato respiratorio es conducir el oxígeno al interior de los
pulmones, transferirlo a la sangre y expulsar las sustancias de desecho, en forma
de anhídrido carbónico. El oxígeno inspirado penetra en los pulmones y alcanza los
alvéolos. El oxígeno pasa fácilmente a la sangre de los capilares a través de las
paredes alveolares, mientras que el anhídrido carbónico pasa desde la sangre al
interior de los alvéolos, siendo espirado por las fosas nasales y la boca.
Sistema reproductor masculino
¿Qué es la reproducción?
La reproducción es el proceso mediante el cual los organismos crean nuevos
organismos como ellos mismos. Pero, aunque el sistema reproductor es
fundamental para mantener viva una especie, a diferencia de otros sistemas del
cuerpo, no es fundamental para mantener vivo a un individuo.
En el proceso de reproducción humana, participan dos tipos de células sexuales, o
gametos. El gameto masculino, o espermatozoide, y el gameto femenino, el óvulo
u ovocito, que se unen dentro del sistema reproductor femenino. Cuando el
espermatozoide fecunda (se une a) un óvulo, este óvulo fecundado se llama cigoto.
El cigoto atraviesa un proceso en el que se convierte en embrión y más adelante en
feto.
Los seres humanos, al igual que otros organismos, trasmitimos algunas de nuestras
características a la siguiente generación. Lo hacemos a través de los genes, los
portadores especiales de los rasgos humanos. Los genes que los padres transmiten
a sus hijos hacen que estos se parezcan a otros miembros de la familia, pero
también hacen que cada hijo sea único.
¿Qué es el sistema reproductor masculino?
Las personas de género masculino tienen unos órganos reproductores, o genitales,
que están tanto dentro como fuera de la pelvis. Los genitales masculinos incluyen:
los testículos
el sistema de conductos, que está formado por el epidídimo y el conducto deferente
las glándulas accesorias, que incluyen las vesículas seminales y la próstata
el pene.
Sistema reproductor femenino

La parte externa de los órganos reproductores femeninos se denomina vulva, que significa
"cubierta". La vulva, que está ubicada entre las piernas, cubre la abertura que conduce a la
vagina y a otros órganos reproductores ubicados dentro del cuerpo.
La zona carnosa ubicada justo por encima de la parte superior de la abertura vaginal recibe el
nombre de monte de Venus. La abertura vaginal está rodeada por dos pares de pliegues de piel
llamados labios. El clítoris, un pequeño órgano sensorial, está ubicado hacia la parte delantera
de la vulva, donde se unen los pliegues de los labios. Entre los labios, hay aberturas hacia
la uretra (el canal que transporta la orina desde la vejiga hacia la parte externa del cuerpo) y la
vagina. Cuando una niña alcanza la madurez sexual, los labios externos y el monte de Venus
se cubren con vello púbico.

Los órganos reproductores internos de la mujer son la vagina, el útero, las trompas de Falopio
y los ovarios.

La vagina es un tubo muscular hueco que se extiende desde la abertura vaginal hasta el útero.
Como posee paredes musculares, la vagina se puede expandir y contraer. Esta capacidad de
ensancharse o estrecharse permite que la vagina pueda albergar algo tan delgado como un
tampón o tan ancho como un bebé. Las paredes musculares de la vagina están recubiertas por
membranas mucosas, que la mantienen húmeda y protegida.
Ecología
La ecología es la especialidad científica centrada en el estudio y análisis del vínculo
que surge entre los seres vivos y el entorno que los rodea, entendido como la
combinación de los factores abióticos (entre los cuales se puede mencionar al clima
y a la geología) y los factores bióticos (organismos que comparten el hábitat). La
ecología analiza también la distribución y la cantidad de organismos vivos como
resultado de la citada relación.
La ecología es la rama de la biología que estudia las relaciones de los diferentes
seres vivos entre sí y con su entorno: «la biología de los ecosistemas» (Margalef,
1998, p. 2). Estudia cómo estas interacciones entre los organismos y su ambiente
afectan a propiedades como la distribución o la abundancia. En el ambiente se
incluyen las propiedades físicas y químicas que pueden ser descritas como la suma
de factores abióticos locales, como el clima y la geología, y los demás organismos
que comparten ese hábitat (factores bióticos). Los ecosistemas están compuestos
de partes que interactúan dinámicamente entre ellas junto con los organismos, las
comunidades que integran, y también los componentes no vivos de su entorno. Los
procesos del ecosistema, como la producción primaria, la pedogénesis, el ciclo de
nutrientes, y las diversas actividades de construcción del hábitat, regulan el flujo de
energía y materia a través de un entorno. Estos procesos se sustentan en los
organismos con rasgos específicos históricos de la vida, y la variedad de
organismos que se denominan biodiversidad. La visión integradora de la ecología
plantea el estudio científico de los procesos que influyen en la distribución y
abundancia de los organismos, así como las interacciones entre los organismos y
la transformación de los flujos de energía. La ecología es un campo interdisciplinario
que incluye a la biología y las ciencias de la Tierra.
Componentes de ecosistema
Hay que insistir en que la vida humana se desarrolla en estrecha relación con la
naturaleza y que su funcionamiento nos afecta totalmente. Es un error considerar
que nuestros avances tecnológicos: coches, grandes casas, industria, etc. nos
permiten vivir al margen del resto de la biosfera y el estudio de los ecosistemas, de
su estructura y de su funcionamiento, nos demuestra la profundidad de estas
relaciones.
En la naturaleza los átomos están organizados en moléculas y estas en células.
Las células forman tejidos y estos órganos que se reúnen en sistemas, como el
digestivo o el circulatorio. Un organismo vivo está formado por varios sistemas
anatómico-fisiológicos íntimamente unidos entre sí.
Niveles de Organización de los Seres Vivos
La organización de la naturaleza en niveles superiores al de los organismos es la
que interesa a la ecología. Los organismos viven en poblaciones que se estructuran
en comunidades.
Concepto de Ecosistema: La biocenosis y el biotopo
Un ecosistema, es la unidad biológica funcional de la vida, y se entiende como un
sistema ecológico complejo que abarca la biocenosis, es decir el conjunto de
organismos vivos o elementos bióticos de un área determinada (plantas, animales,
hongos, bacterias, insectos, etc,) que interactúan entre sí mediante procesos como
la depredación, el parasitismo, la competencia y la simbiosis; al mismo tiempo, se
encuentran estrechamente enlazados con el biotopo, osea el medio ambiente físico
o elemento abiótico (las rocas, la tierra, los ríos, el clima) esto al desintegrarse y
volver a ser parte del ciclo de energía y de nutrientes, consistiendo entonces en
entidades materiales bióticas y abióticas integradas de forma armónica en un
espacio determinado.
Tipos de ecosistemas
1. Ecosistema marino
Se trata del mayor tipo de ecosistema, ya que cubre la mayor parte de la superficie
terrestre: el 70%, aproximadamente. A pesar de que grandes extensiones de los
diferentes océanos tienen poca concentración de vertebrados, el agua rica en
minerales que contiene bulle de vida por prácticamente todos lados.
Destacan los pastos marinos de algas, los arrecifes de coral y las fumarolas de las
grandes profundidades marinas.
2. Ecosistemas de agua dulce
Los lagos y los ríos también se basan en el agua, pero son ecosistemas muy
distintos a los de los mares y océanos.
A su vez, hay diferentes subtipos de ecosistemas de agua dulce: los sistemas
lénticos, los lóticos y los humedales. Los primeros están compuestos por lagos y
estanques, y en ellos el agua se mueve muy lentamente. Los segundos, en cambio,
están formados por ríos, en los que el agua se desliza con rapidez a causa de la
gravedad y el relieve del paisaje. En los humedales, los elementos del ecosistema
están saturados de agua.
3. Ecosistema desértico
Los desiertos se caracterizan por la bajísima frecuencia con la que hay
precipitaciones. Ni la fauna ni la flora es muy variada, ya que pocas formas de vida
grandes pueden subsistir en condiciones tan duras, y por eso alteraciones en una
especie produce efectos en cadena muy severos.
Los cactus y ciertos arbustos de hoja fina son plantas típicas de los desiertos,
mientras que los reptiles, algunas aves y mamíferos de talla mediana o pequeña
también pueden llegar a adaptarse bien al clima.
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4. Ecosistema montañoso
Los relieves muy pronunciados forman montañas y altiplanos cuya verticalidad
forma otra clase de ecosistema a causa de las condiciones climáticas y atmosféricas
características de estas áreas. En estas zonas la vida animal suele ser muy notoria
en zonas bajas y medias, aunque no en los picos escarpados.
Animales como los rebecos, los íbices y ciertos tipos de lobo, así como las aves
rapaces como los buitres y las águilas, suelen ser frecuentes en este hábitat. Por
otro lado, en zonas nevadas la biodiversidad se reduce, y las formas de vida deben
procurar camuflarse.
Ecosistema acuático
Los ecosistemas acuáticos son todos aquellos ecosistemas que tienen por biotopo
algún cuerpo de agua, como pueden ser: mares, océanos, ríos, lagos, pantanos,
arroyos y lagunas, entre otros. Los dos tipos más destacados son: los ecosistemas
marinos y los ecosistemas de agua dulce.1
El montante, variaciones y regularidad de las aguas de un río son de gran
importancia para las plantas, animales y personas que viven a lo largo de su curso.
La fauna de los ríos es de anfibios, peces y una variedad de invertebrados
acuáticos.
Los ríos y sus zonas de inundación sostienen diversos y valiosos ecosistemas, no
sólo por la cualidad del agua dulce para permitir la vida, sino también por las
numerosas plantas e insectos que mantiene y que forman la base de las cadenas
tróficas.
En el lecho de los mares, los peces se alimentan de plantas y los insectos son
comidos por las aves, anfibios, reptiles y mamíferos.
Flujos de energía en los ecosistemas
Para que un ecosistema pueda funcionar necesita de un aporte energético que llega
a la biosfera en forma principalmente de energía lumínica, la cual proviene del Sol
y a la que se le llama comúnmente flujo de energía (algunos sistemas marinos
excepcionales no obtienen energía del sol sino de [[Fuente hidrotermal|fuentes
únicas en el cama ]).
El flujo de energía (como la del sol) es aprovechado por los productores primarios
u organismos de compuestos orgánicos que, a su vez, utilizarán los consumidores
primarios o herbívoros, de los cuales se alimentarán los consumidores secundarios
o carnívoros.
De los cadáveres de todos los grupos, los descomponedores podrán obtener la
energía necesaria para lograr subsistir. De esta forma se obtendrá un flujo de
energía unidireccional en el cual la energía pasa de un nivel a otro en un solo sentido
y siempre con una pérdida en forma de calor.
Los bosques acumulan una gran cantidad de biomasa vertical, y muchos no son
capaces de acumularla a un ritmo elevado, ya que son bajamente productivos. Esos
niveles altos de producción de biomasa vertical representan grandes almacenes de
energía potencial que pueden ser convertidos en energía cinética bajo las
condiciones apropiadas. Dos de esas conversiones de gran importancia son los
incendios forestales y las caídas de árboles; ambas alteran radicalmente la biota y
el entorno físico cuando ocurren. Igualmente en los bosques de alta productividad,
el rápido crecimiento de los propios árboles induce cambios bióticos y ambientales,
aunque a un ritmo más lento y de menor intensidad que las disrupciones
relativamente abruptas como los incendios.
Recursos naturales
Los recursos naturales son elementos de la naturaleza que ayudan o contribuyen al
bienestar y desarrollo para los seres vivos en diferentes cosas, por ejemplo, los
árboles dan el oxígeno.1 Desde el punto de vista de la economía, los recursos
naturales son importantes para las sociedades humanas por construir a su bienestar
y a su desarrollo de manera directa.
Es todo aquel elemento, material o energético, que existe en estado natural y que
sirve para cubrir las necesidades biológicas (alimento, ropa, vivienda) para
desarrollar una actividad económica, o bien para satisfacer las demandas sociales
(artículos de consumo).
Económicamente se consideran recursos a todos aquellos medios que contribuyen
a la producción y distribución de los bienes y servicios usados por los seres
humanos. Los economistas entienden que varios tipos de recursos son escasos
frente a la amplitud y diversidad de los deseos humanos, que es como explican las
necesidades. Posteriormente, se define a la economía como la ciencia que estudia
las leyes que rigen la distribución de esos recursos entre los distintos fines posibles.
Bajo esta óptica, los recursos naturales se refieren a los factores de producción
proporcionados por la naturaleza sin modificación previa realizada por el hombre; y
se diferencian de los recursos culturales y humanos en que no son generados por
el hombre (como los bienes transformados, el trabajo o la tecnología). El uso de
cualquier recurso natural acarrea dos conceptos a tener en cuenta: la resistencia,
que debe vencerse para lograr la explotación, y la interdependencia.
Recursos naturales no renovables
Se considera recurso no renovable a un recurso natural que no puede ser producido,
regenerado o reutilizado a una escala tal que pueda sostener su tasa de consumo.
Estos recursos frecuentemente existen en cantidades fijas o son consumidos mucho
más rápido de lo que la naturaleza puede recrearlos.
Se llama reservas a los contingentes de recursos que pueden ser extraídos con
provecho. El valor económico (monetario) depende de su escasez y demanda, y es
un tema que preocupa a la economía. Su utilidad como recursos depende de su
aplicabilidad, pero también del costo económico y del costo energético de su
localización y explotación. Por ejemplo, si para extraer el petróleo de un yacimiento
hay que invertir más energía que la que va a proporcionar, no puede considerarse
un recurso. Algunos de los recursos no renovables son: el petróleo, los minerales,
los metales, el gas natural y los depósitos de agua subterránea, (siempre que sean
acuíferos confinados sin recarga).
La contabilidad de las reservas produce muchas disputas, con las estimaciones más
optimistas por parte de las empresas, y las más pesimistas por parte de los grupos
ecologistas y los científicos académicos.
Recursos naturales renovables
Un recurso renovable es un recurso natural que se puede restaurar por procesos
naturales a una velocidad superior a la del consumo por los seres humanos. La
radiación solar, las mareas, el viento y la energía hidroeléctrica son recursos
perpetuos que no corren peligro de agotarse a largo plazo. Los recursos renovables
también incluyen materiales como madera, papel, cuero, etc. si son cosechados en
forma sostenible.
Algunos recursos renovables como la energía geotérmica, el agua dulce, madera y
biomasa deben ser manejados cuidadosamente para evitar exceder la capacidad
regeneradora mundial de los mismos. Es necesario estimar la capacidad de
garantizar el mantenimiento de tales recursos. En comparación con los
combustibles fósiles la energía que se obtiene de recursos renovables causa un
menor impacto en el medio ambiente.
Recursos naturales inagotables
Actualmente, la mayor parte de la energía que se consume proviene de recursos
fósiles, como el petróleo. La producción de energía a partir de los combustibles
fósiles tiene un fuerte impacto ambiental y no es sustentable en el tiempo. Los
recursos inagotables, como el sol y el viento, pueden ser una alternativa para
reemplazar gran parte de la energía que consumimos.
Los recursos naturales inagotables son aquellos que no se extinguen, terminan o
gastan con el uso ni con el paso del tiempo. Ejemplos de recursos naturales
inagotables son:
- Radiación Solar
- Viento
- Mareas
- Energía geotérmica (calor en el interior de la Tierra)
Actualmente, la economía depende de los combustibles fósiles, los cuales tienen
dos características negativas:
1- No son renovables, es decir que su cantidad disminuye a medida que se
consumen. Se terminarán.
2- Generan contaminación ambiental.
Astronomía
La astronomía (del latín astronomĭa, y este del griego ἀστρονομία)1 es la ciencia
que se ocupa del estudio de los cuerpos celestes del universo, incluidos los planetas
y sus satélites, los cometas y meteoroides, las estrellas y la materia interestelar, los
sistemas de materia oscura, gas y polvo llamados galaxias y los cúmulos de
galaxias; por lo que estudia sus movimientos y los fenómenos ligados a ellos. La
astronomía también abarca el estudio de la formación y el desarrollo del Universo
en su conjunto mediante la cosmología, y se relaciona con la física mediante la
astrofísica, la química mediante la astroquímica y la biología con la astrobiología.
Su registro y la investigación de su origen viene a partir de la información que llega
de ellos a través de la radiación electromagnética o de cualquier otro medio. La
mayoría de la información usada por los astrónomos es recogida por la observación
remota, aunque se ha conseguido reproducir, en algunos casos, en laboratorio, la
ejecución de fenómenos celestes, como, por ejemplo, la química molecular del
medio interestelar. Es una de las pocas ciencias en las que los aficionados aún
pueden desempeñar un papel activo, especialmente en el descubrimiento y
seguimiento de fenómenos como curvas de luz de estrellas variables,
descubrimiento de asteroides y cometas, etc.
El universo y su estructura
Las estructuras más distantes son las más grandes y antiguas. Se formaron cuando
el Universo aún era muy joven, y ayudan a conocer su evolución.
Jerarquía de estructuras
Estructuras menores: son los cuerpos celestes, como los planetas y las estrellas, y
las pequeñas agrupaciones, como nuestro Sistema Solar.
Galaxias: son estructuras intermedias. Agrupan familias de estrellas, gas, polvo y
materia oscura. Sólo en el universo visible hay más de 100.000 millones, y pueden
agrupar billones de estrellas. Muchas tienen un agujero negro en su centro. Nuestra
galaxia es la Vía Láctea.
Cúmulos de galaxias: son conjuntos de galaxias envueltos en gas caliente. Su
diámetro alcanza varios millones de años luz.
Cúmulo de galaxias
Las galaxias giran unas en torno a otras, unidas por la gravedad. A veces chocan o
se absorben unas a otras. La Vía Láctea pertenece a un cúmulo llamado Grupo
Local, formado por 25 galaxias.
Supercúmulos de galaxias: Son conjuntos de cúmulos de galaxias. Miden cientos
de millones de años luz. Forman grandes capas por todo el Universo visible. El
Grupo Local forma parte del Supercúmulo de Virgo.
Murallas: estas son las últimas estructuras descubiertas, las más antiguas y grandes
del Universo. Forman enormes franjas de supercúmulos de galaxias.
Elementos del sistema solar
El sistema solar es el sistema planetario en el que se encuentran la Tierra y otros
objetos astronómicos que giran directa o indirectamente en una órbita alrededor de
una única estrella conocida como el Sol.1
La estrella concentra el 99,75 % de la masa del sistema solar,234 y la mayor parte
de la masa restante se concentra en ocho planetas cuyas órbitas son prácticamente
circulares y transitan dentro de un disco casi llano llamado plano eclíptico.5 Los
cuatro planetas más cercanos, considerablemente más pequeños Mercurio, Venus,
Tierra y Marte, también conocidos como los planetas terrestres, están compuestos
principalmente por roca y metal.67 Mientras que los cuatro más alejados,
denominados gigantes gaseosos o «planetas jovianos», más masivos que los
terrestres, están compuestos de hielo y gases.
El Sol es el único cuerpo celeste del sistema solar que emite luz propia,9 debido a
la fusión termonuclear del hidrógeno y su transformación en helio en su núcleo.10
El sistema solar se formó hace unos 4600 millones de años111213 a partir del
colapso de una nube molecular. El material residual originó un disco circunestelar
protoplanetario en el que ocurrieron los procesos físicos que llevaron a la formación
de los planetas.9El sistema solar se ubica en la actualidad en la nube Interestelar
Local que se halla en la Burbuja Local del brazo de Orión, de la galaxia espiral Vía
Láctea, a unos 28 000 años luz del centro de esta.
Movimientos de los astros
Para un observador terrestre, las estrellas se muestran como si estuviesen situadas
sobre una esfera que rodease a la Tierra. El movimiento de rotación de la Tierra se
traduce en un movimiento aparente de 24 horas de duración, durante las cuales
todos los astros realizan un giro completo alrededor de un punto inmóvil que
llamamos Polo celeste, que es el punto intersección del eje de la Tierra con la esfera
celeste.
La traslación de la Tierra influye también en la posición aparente de las estrellas
respecto al horizonte. Su situación se repite cada noche del año en cada lugar, pero
no a la misma hora. Este fenómeno se puede expresar diciendo que el aspecto del
cielo es el mismo un día a cierta hora, que al día siguiente 4 minutos antes.
El movimiento aparente de las estrellas en torno al Polo se traduce en un giro de
radio muy grande para astros situados a gran distancia angular del Polo. El ángulo
formado por las direcciones que unen el punto de observación con el Polo celeste,
y el punto de observación con el astro, se denomina distancia polar del astro. Así,
para astros cuya distancia polar es pequeña, su radio de giro es pequeño, haciendo
pequeña la circunferencia que describen.
La altura del Polo celeste sobre el plano del horizonte, expresada en grados,
coincide con la latitud del lugar. De este modo, astros cuya distancia polar es igual
o menor que la latitud del punto de observación, completan su giro aparente en torno
al Polo celeste siempre por encima del horizonte. A estas estrellas se las llama
circumpolares.

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