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Carrera: Derecho.
MATRICULA(A): 16-11391.
FECHA: 23-07-2019.
INTRUCCION:
Que la dignidad es una norma que establece un deber del abogado, es decir una
obligación moral. Atendiendo que el honor, es el sentimiento de
la dignidad personal por el cual el hombre se propone merecer la satisfacción de
su propia conciencia y hacerse acreedor a la estimación y al respeto de los
demás.
La actuación del abogado debe ser en línea recta, con cara al sol, es decir,
mantener su honor en alto y el de la profesión. En su vida profesional como en
su vida privada, debe abstenerse de toda conducta impropia, el como hombre
primero y luego como profesional.
El abogado tiene que ser un hombre de honor, por encima de todas las
adversidades y contrariedades, en ningún momento puede ni debe desacreditar
la profesión. El honor se basa en la rectitud moral. Muchas veces actuamos con
irresponsabilidad, porque juzgamos los actos de otro, los del amigo o lo de la
parte contraria. Esto es una falta de moral, que no puede desempeñarse con
autoridad. Primero tiene que presentarse a sí mismo, mirase en el espejo de la
vida o lanzar la primera piedra, antes que juzgar a los demás. Quien no tenga
honestidades en el manejo de las cosas públicas y privadas no puede ser probo
con las cosas propias. Sólon, aquel famoso orador griego, impuso a los demás
oradores que definieran causas ajenas, el requisito o condición de ser digno. Y
Bruyere, llego a escribir que nada menos que: ¨la vida del abogado debe ser, en
su género, un apostolado¨.
La vida del abogado no puede ser separada del ejercicio del profesional porque
esta es parte de la sociedad, vive en ella y trabaja por ella, no puede ser
compactible una depravación moral y un ejercicio honorable de la profesión. El
abogado de honor no debe aconsejar ni cometer actos dolosos, afirmar o negar
con falsedad, hacer citas inexactas, mutiladas o maliciosas, no engañar a sus
clientes, ni hacer componendas con los alguaciles o magistrados, ni nada que
estorbe el buen funcionamiento de la administración de justicia, ni engañar la
confianza pública y privada.
La lealtad, veracidad y buena fe: El profesional del derecho debe ser leal y veraz
y debe actuar de buena Fe, por tanto no aconsejará ningún acto fraudulento ni
hará en sus escritos citas Contrarias a la verdad. Para el profesional del derecho
estará siempre antes que su propio interés, la justicia de la tesis que defiende.
En su vida el profesional del derecho debe cuidar con todo esmero de su honor,
eludiendo cuanto pueda afectar su independencia económica, comprometer su
decoro o disminuir, aunque sea en mínima medida, la consideración general que
debe siempre merecer. Debe por tanto conducirse con el máximo de rigor moral.