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2.4 Obras de captación de aguas subterráneas.

¿Qué son las aguas subterráneas?

Las aguas subterráneas son aquellas formaciones de agua dulce situadas a nivel superficial
en la corteza terrestre. Suelen encontrarse en formaciones geológicas impermeables llamadas
acuíferos.

Surgen debido al filtrado de las precipitaciones de agua (ya sea en forma de lluvia o nieve) a
través de los poros del terreno. Pueden mantenerse ocultas durante millones de años y según
su profundidad será más sencillo localizarlas y acceder a ellas. Cabe resaltar la gran
importancia que tienen ya que un gran porcentaje de la población se abastece de ellas, además
son útiles para la industria y la agricultura, y tienen capacidad para poder albergar numerosas
formas de vida.

Actualmente, debido a la actividad del hombre se están sobreexplotando y contaminando, lo


que acarrea serios problemas para poblaciones que dependen de estas aguas.
El agua subterránea existe casi en cualquier parte por debajo de la superficie terrestre, la
exploración de la misma consiste básicamente en determinar en dónde se encuentra bajo las
condiciones que le permitan llegar rápidamente a los pozos a fin de poder ser utilizada en
forma económica. La manera práctica de hacer lo anterior incluye la aplicación de
conocimientos técnicos, experiencia en la perforación y sentido común. (Fig. 2.14
Identificación de las aguas subterráneas).

Un tercio de la población utiliza agua subterránea

El agua subterránea representa unas veinte veces más que el total de las aguas superficiales
de la tierra, de ahí la importancia de esta agua como reserva y como recurso de agua dulce.
Del total del agua dulce terrestre, el 21% es agua subterránea. Se aloja en los acuíferos bajo
la superficie de la Tierra.

El agua del subsuelo es un recurso importante y de este se abastece a una tercera parte de la
población mundial, pero de difícil gestión, por su sensibilidad a la contaminación y a la
sobreexplotación. El agua subterránea es parte de la precipitación que se filtra a través del
suelo hasta llegar al material rocoso que está saturado de agua. El agua subterránea se mueve
lentamente hacia los niveles bajos, generalmente en ángulos inclinados (debido a la
gravedad) y eventualmente llegan a los arroyos, los lagos y los océanos.
Es una creencia común que el agua subterránea llena cavidades y circula por galerías. Sin
embargo, no siempre es así, pues puede encontrarse ocupando los intersticios (poros y
grietas) del suelo, del sustrato rocoso o del sedimento sin consolidar, los cuales la contienen
como una esponja. La única excepción significativa la ofrecen las rocas solubles, como las
calizas y los yesos, susceptibles de sufrir el proceso llamado karstificación, en el que el agua
excava simas, cavernas y otras vías de circulación, modelo que más se ajusta a la creencia
popular.

Descripción: El agua subterránea representa unas veinte veces más que el total de las aguas
superficiales de la tierra

Contaminación del agua subterránea

El agua subterránea tiende a ser dulce y potable, pues la circulación subterránea tiende a
depurar el agua de partículas y microorganismos contaminantes. Sin embargo, en ocasiones
éstos llegan al acuífero por la actividad humana, como la construcción de fosas sépticas o la
agricultura. Por otro lado, la contaminación puede deberse a factores naturales, si los
acuíferos son demasiado ricos en sales disueltas o por la erosión natural de ciertas
formaciones rocosas.

La contaminación del agua subterránea puede permanecer por largos períodos de tiempo.
Esto se debe a la baja tasa de renovación y largo tiempo de residencia, ya que al agua
subterránea no se le puede aplicar fácilmente procesos artificiales de depuración como los
que se pueden aplicar a los depósitos superficiales, por su difícil acceso.

Entre las causas antropogénicas (originadas por los seres humanos), debidas a la
contaminación están la infiltración de nitratos y otros abonos químicos muy solubles usados
en la agricultura. Estos suelen ser una causa grave de contaminación de los suministros en
llanuras de elevada productividad agrícola y densa población.

Otras fuentes de contaminantes son las descargas de fábricas, el mal manejo de residuos
sólidos urbanos, los productos agrícolas y los químicos utilizados por las personas en sus
hogares y patios. Los contaminantes también pueden provenir de tanques de almacenamiento
de agua, pozos sépticos, lugares con desperdicios peligrosos y vertederos. Actualmente, los
contaminantes del agua subterránea que más preocupan son los compuestos orgánicos
industriales, como disolventes, pesticidas, pinturas, barnices, o los combustibles como la
gasolina.

En cuanto a los abonos químicos minerales, los nitratos son los que generan mayor
preocupación. Estos se originan de diferentes fuentes: la aplicación de fertilizantes, los pozos
sépticos que no están funcionando bien, las lagunas de retención de desperdicios sólidos no
impermeabilizadas por debajo y la infiltración de aguas residuales o tratadas.
Obras de captación para agua subterránea

Las aguas subterráneas constituyen importantes fuentes de abastecimiento de agua. Tienen,


como ya se ha mencionado en el capítulo 3, muchas ventajas. En general, el agua no requiere
un tratamiento complicado y las cantidades de agua disponible son más seguras. A veces, el
descenso de los niveles de agua en los pozos ha causado su abandono; pero en la actualidad,
los modernos métodos de investigación permitirán una aproximación muy segura de los
recursos de agua subterránea para una prolongada producción. Las posibles obras de
captación para este tipo de agua son:

a) Cajas de Manantial

b) Pozos

c) Galerías filtrantes

a) Manantiales

Los manantiales pueden ser de filtración, de fisura o tubulares según los intersticios de donde
proviene el agua y de gravedad o artesianos según su origen. Figura 6.1.

Figura 6.1. Caja de manantial. El detalle muestra la unión de la tubería con dos codos a 90°
con el fin de permitir que el filtro sea levantado sobre el nivel del agua para su limpieza.

La captación se puede hacer mediante cajas cerradas de concreto reforzado o mampostería


de piedra o tabique. El agua se debe extraer solamente con una tubería que atraviese la caja
y ésta lleva una tapa movible o registro; no se requiere ventilación. Se debe excavar lo
suficiente para encontrar las verdaderas salidas del agua, procurando que la entrada del agua
a la caja de captación se efectúe lo más profundo posible. Se le debe dotar a la caja de un
vertedor de demasías (Figura 6.2).

Figura 6.2. Tres manantiales protegidos conectados a una trampa de sedimentos.


Dependiendo de si el manantial es de ladera (filtración o tubular) o de piso (fisura), se le tiene
que proteger por medio de cunetas que intercepten los escurrimientos superficiales. Se
recomienda que estas cunetas se excaven a una distancia de 10 m de los manantiales.

b) Pozos
Un pozo es una perforación vertical, en general de forma cilíndrica y de diámetro mucho
menor que la profundidad. El agua penetra a lo largo de las paredes creando un flujo de tipo
radial. Se acostumbra clasificar a los pozos en "poco profundos o someros" y "profundos”.
Los pozos someros “excavados” son aquellos que permite su explotación del agua freática y
o subáleva, (Figura 6.3)

Figura 6.3.
Se construyen con picos y palas; tienen diámetros mínimos de 1.5 metros y no más de 15
metros de profundidad. Para permitir el paso del agua a través de las paredes del pozo se
dejan perforaciones de 25 mm de diámetro con espaciamiento entre 15 y 25 cm centro a
centro. Si las paredes del pozo son de mampostería de piedra o tabique, se dejan espacios sin
juntear en el estrato permeable para permitir el paso del agua. (Figura 6.4).

Figura 6.4. Pozos someros.


Los pozos poco profundos pueden también construirse por perforación o entubado. En la
Figura 6.5 se ilustra un pozo entubado, el que consiste en un tubo forrado, que tiene en su
extremo un taladro de diámetro ligeramente superior al del revestimiento. Encima del taladro
se disponen orificios, o una rejilla, a través de los cuales penetra el agua en el revestimiento.
La hinca se efectúa por medio de un mazo o por la caída de un peso. Los pozos entubados
tienen un diámetro de 25 a 75 mm y pueden emplearse sólo en terrenos que no estén muy
consolidados.

Figura 6.5. Pozo hincado o entubado.


Al uso de los pozos someros o poco profundos para suministros públicos pueden hacerse las
siguientes objeciones:
1. Dan un rendimiento incierto porque el nivel freático fluctúa con facilidad y
considerablemente.
2. La calidad sanitaria del agua es probable que sea deficiente. Por las razones anteriores, las
poblaciones que consumen agua subterránea disponen ordinariamente de pozos profundos.
Los pozos profundos tienen la ventaja de perforar capas acuíferas profundas y extensas,
circunstancias que evitan rápidas fluctuaciones en el nivel de la superficie piezométrica y dan
por resultado un rendimiento uniforme y considerable. El agua profunda es adecuada para
obtener una buena calidad sanitaria, a menos que esté contaminada por infiltraciones en la
capa acuífera, por cavernas o fisuras en las rocas que la recubren. Los inconvenientes son el
gran costo de los pozos y el hecho de que el largo recorrido subterráneo del agua puede dar
lugar a que disuelvan materias minerales que pueden hacerla dura, corrosiva o inadecuada.
En el “pozo ordinario o de capa libre”, el agua se eleva a la altura del material saturado que
le rodea, y no se halla sometida en el acuífero a otra presión más que la atmosférica. Un”
pozo artesiano” es aquel en que el gua se eleva por encima del nivel en que se encuentra el
acuífero, debido a la presión del agua aprisionada o bloqueada en el acuífero. (Figura 6.6).

Figura 6.6. Esquema de los pozos artesianos.


Figura 6.7 Algunos de los tipos de pozos. (a) Para terrenos no consolidados. (b)Como el tipo
(a), pero cementado para protección contra la contaminación. (c) Pozo en terreno consolidado
sustentado por roca agrietada. (d) Pozo artesiano, impide la pérdida de agua hacia el estrato
impermeable. De producirse erosión se necesitará revestimiento y filtro en el acuífero. El
tubo interior puede sustituirse si se corroe.
Haciendo referencia a la figura 6.7, los componentes de los pozos son:
a) Ademe del pozo.
Es una tubería, generalmente de acero, colocada con holgura dentro de la perforación. Este
componente proporciona una conexión directa entre la superficie y el acuífero, y sella el pozo
de las aguas indeseables superficiales o poco profundas; además, soporta las paredes del
agujero de perforación.
b) Cedazo, filtro o ademe ranurado.
El cedazo es un tubo ranurado colocado a continuación del ademe, que tiene las siguientes
funciones:
1. Estabilizar las paredes de la perforación.
2. Mantener la arena fuera del pozo.
3. Facilitar la entrada de agua al interior del pozo.
Si las ranuras o perforaciones del cedazo no son de la dimensión precisa para el acuífero, los
pozos bombearán arena. Los cedazos se fabrican en tubo de metales diferentes con protección
o sin ella, en aleaciones de plástico, concreto, asbesto-cemento o fibra de vidrio. Los más
económicos y comúnmente usados son los fabricados en tubo de acero con bajo contenido
de carbón. El cedazo del pozo es particularmente susceptible al ataque corrosivo y a la
incrustación por depósito de minerales, debido a la gran cantidad de área expuesta que
presenta al medio poroso donde se localiza, además de que el agua que lo atraviesa
constantemente, trae un suministro de sólidos disueltos que pueden reaccionar con el material
del cedazo o entre sí.
c) Empaque de grava.
Las funciones principales del empaque de grava son:
1. Estabilizar el acuífero y minimizar el bombeo de arena.
2. Permitir el uso del cedazo con la mayor área abierta posible.
3. Proporcionar una zona anular de alta permeabilidad, aumentando el radio efectivo del pozo
y su gasto de explotación.
d) Cimentación de bombas.
Las bombas montadas superficialmente se soportan mediante cimentaciones capaces de
resistir todas las cargas que obren sobre ellas. No se deben apoyar las bombas directamente
sobre el ademe del pozo.
Nociones de Geohidrología
Definiciones.
Un acuífero es un estrato del subsuelo que contiene volúmenes de agua dulce en cantidades
tales que su extracción constituye un aprovechamiento hidráulico.
Un acuífero confinado es aquel que está limitado superior e inferiormente por estratos
impermeables y que contiene agua a una presión mayor que la atmosférica. los estratos
impermeables ofrecen mucha resistencia al flujo del agua.
Un acuífero semiconfinado es aquel que está limitado por estratos menos permeables que
él, pero que puede recibir o ceder cantidades significativas de agua.
Un acuífero libre es aquel cuyo límite superior coincide con el nivel freático, esto es, la
superficie del agua que está a la presión atmosférica. la porosidad n, es un indicador del
volumen de vacíos de una roca. se define como:
siendo VV el volumen de vacíos y VT el volumen total de la roca. Algunos valores típicos se
dan en el Cuadro 6.1
Rendimiento específico es el porcentaje de agua que está libre para drenar del acuífero bajo
la influencia de la gravedad. El rendimiento específico no es igual a la porosidad debido que
las fuerzas de tensión superficial y molecular en los espacios abiertos mantienen algo de agua
disponible para desarrollo. Algunos valores promedio se muestran en el cuadro 6.1
El coeficiente de almacenamiento en un acuífero confinado S, es la cantidad de agua
liberada por una columna de área horizontal unitaria y de altura igual al espesor saturado del
acuífero, cuando la superficie piezométrica desciende una unidad. Los valores de S varían de
1x10-5 a 1x10-2 (adimensional).
Gradiente hidráulico es la pendiente de a la superficie piezométrica. La diferencia en
elevación de un punto a otro a lo largo del gradiente hidráulico es una medida de presión.
Esta diferencia de elevación es llamada “carga”.
La permeabilidad P, es una medida de la facilidad de movimiento del agua subterránea a
través de una roca. Esta propiedad depende de la porosidad y, principalmente, de la
interconexión de los intersticios. Sus dimensiones son [LT-1]. Algunos valores típicos se
muestran en el cuadro 6.1.
La transmisibilidad T, es la capacidad de un acuífero para transmitir el agua a través de
todo su espesor y es igual al producto del coeficiente de permeabilidad por el espesor saturado
del acuífero T = Pb [L2 T-1].

Material acuífero Porosidad % Rendimiento específico % Permeabilidad %

No consolidado
Arcilla 55 3 1.2x10-6
Marga 35 5 6.4 x10-6
Arena fina 45 10 3.5 x10-5
Arena media 37 25 1.5 x10-4
Arena gruesa 30 25 6.9 x10-4
Arena y grava 20 16 6.1 x10-4
Grava 25 22 6.4 x10-3
Consolidado
Esquisto <5 3 1.2 x10-12
Granito <1 0 1.2 x10-10
Roca fracturada 5 2 5.8 x10-5

Hidráulica del agua subterránea.


Las investigaciones de Darcy indican que la velocidad de flujo en un medio poroso es
directamente proporcional a la pérdida de carga debida al gradiente hidráulico. Sus
conclusiones pueden expresarse por la ecuación 6.1.

en la cual V es la velocidad del agua, h la diferencia de cargas entre dos puntos separados
por una distancia igual a l, i es el gradiente hidráulico y K una constante que depende de las
características del acuífero y que debe determinarse experimentalmente para cada tipo de
material. Sin embargo, debe reconocerse que las fórmulas originadas por muchos
investigadores para la evaluación de K sólo son aplicables a arenas relativamente uniformes,
y no a los materiales que normalmente se encuentran en los acuíferos.
La permeabilidad, expresada por el coeficiente P, se ha determinado en el laboratorio para
varios materiales, pero la toma de muestras y la reproducción de las condiciones del terreno
lleva a grandes errores.
Al efectuarse la extracción del agua de un pozo con equipo de bombeo, ocurre un abatimiento
de la superficie libre del agua dentro del ademe, deteniéndose hasta que ocurra el equilibrio
con la aportación de los mantos acuíferos. En el subsuelo que rodea al pozo, debido al
escurrimiento del agua hacia el mismo se provoca una depresión cónica denominada "Cono
de Abatimiento", cuya influencia se deja sentir según el caudal extraído y la clase de material
que rodea al pozo (Figura 6.8).
Figura 6.8. Cono de abatimiento.
Thiem, un hidrólogo alemán que estudió la permeabilidad de los materiales, propuso una
determinación de la permeabilidad sobre el terreno. Consiste en perforar "pozos de
observación" en el cono de abatimiento de un pozo en explotación, observando los descensos
del cono por medio de sondeos dada, por la fórmula (6.2)

En la que P es el coeficiente de permeabilidad, Q es el gasto producido por el pozo de


explotación en m3 /min, r1 y r2 son las distancias a los pozos de observación, h1 y h2 son los
respectivos descensos y b es el espesor medio del acuífero, todo ello expresado en metros.
(Figura 6.9).

Figura 6.9
Alternativamente, la ecuación 6.2 puede escribirse como en la ecuación (6.3).

El valor de P así obtenido será aplicable a una gran parte del acuífero.

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