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singapur

Desde 1979 el volumen de residuos se incrementó notablemente, por lo que el Gobierno de


Singapur decidió adoptar la técnica de incineración, para reducir en más del 90% el volumen de
éstas antes de que fueran desechados. Esta estrategia contribuyó a extender la vida útil de los
vertederos. Sin embargo, a fines de los ‘80, con el rápido crecimiento de los desechos, se previó
que para fines de siglo los vertederos agotarían su capacidad. Desde ese momento, luego de
considerar el espacio de tierra necesario en el continente y las experiencias de otros países con
problemas similares de escasez, se forjó la idea del vertido en alta mar.

APROBACIÓN DEL PROYECTO

A principios de la década del ‘90 se contrató a especialistas estadounidenses en medio ambiente,


para llevar a cabo un estudio de desarrollo para un emplazamiento offshore de eliminación de
residuos, en la isla Pulau Semakau. El análisis, se realizó sobre la viabilidad técnica y el diseño de
vertederos, el impacto ambiental, la planificación de las operaciones y la estimación de costos.
Además, se evaluó el impacto en cuatro grandes comunidades biológicas de los ecosistemas
costeros. Finalmente, se constató que, debido a la incorporación de medidas de control de la
contaminación en las fases de diseño y construcción, el desarrollo del proyecto tendría un impacto
mínimo sobre el ecosistema marino. Como consecuencia de estos resultados favorables, en junio
de 1994, el Gobierno aprobó el proyecto para llevar adelante la idea en 350 hectáreas en el mar, al
este de Pulau Semakau. Un año después, se adjudicaron los contratos a un grupo de de
contratistas locales. Y a ésta se sumó una estación marina de transferencia, una flota de
transporte marítimo y los equipos de vertido todo con un costo total de 610 millones de dólares.

CONSTRUCCIÓN

El vertedero de Semakau está situado ocho kilómetros al sur de la ciudad de Singapur y es el


primero que se realizó en alta mar. Fue creado mediante el cierre del espacio de mar entre
Semakau y la pequeña isla de Sakeng, con un perímetro total de siete kilómetros. La construcción
fue una proeza de ingeniería en vista de los retos de la ejecución de un vertedero realizado en
aguas profundas. Para superar los desafíos, los ingenieros tuvieron que idear soluciones eficientes
a fin de garantizar el mínimo impacto del vertedero sobre el entorno a los ecosistemas marinos.
Hubo más de 1.000 trabajadores en actividad y se prestó especial atención a la protección del
medio marino mediante la instalación de pantallas de sedimentos para prevenir su migración a las
zonas de desarrollo.

La isla Sakeng se amplió para la edificación de instalaciones auxiliares como el muelle, los
generadores, la planta de tratamiento de lixiviados y aguas residuales y, el edificio de la
administración y taller. La realización del muelle y la estación de transferencia sobre la base del
vertedero de residuos incluyó trabajos en aguas profundas. Se colocaron tapas como pilotes, vigas
prefabricadas y se ubicaron losas, todas elaboradas de hormigón en cubiertas. El apoyo del tejado
se levantó mediante la utilización de grúas flotantes. Con una sólida estructura, las barcazas
pudieron ser atracadas en condiciones de seguridad en el edificio para una eficaz operación de
transferencia de los residuos.

El perímetro de siete kilómetros fue revestido con una geomembrana impermeable y una capa de
arcilla marina, lo que garantizó que los residuos lixiviados permanezcan dentro de la zona de
vertedero y así mantener las aguas libres de contaminación. Se utilizaron 20 millones de metros
cúbicos de arena, 2,5 millones de de roca y dos millones de metros cuadrados de membrana
geofabricada.

CUIDADO AMBIENTAL

Con el fin de gestionar la operación de manera eficaz, el espacio de vertido al mar está dividido,
internamente, por muros de arena en dos mitades. La primera tiene 11 celdas de depósito
húmedo y la otra, cuando no esté en uso, estará conectado al mar abierto a través de tuberías de
concreto y la apertura de una brecha (de alrededor de 160 metros de ancho) en el extremo sur del
perímetro para mantener el agua de mar limpia. Antes de que el depósito entre en
funcionamiento, los tubos de hormigón se sellan y el agua de mar en el interior se bombea para
crear el espacio vacío cóncavo en el que los residuos se vierten.

Comprometiéndose con la conservación de la naturaleza y la protección del medio ambiente, se


plantaron un total de 400.000 árboles, en una superficie de 13,6 hectáreas, para sustituir a los
eliminados durante la construcción.

También, se levantó en la estación de transferencia marina un polígono industrial en la parte


occidental continental de Singapur. Posee un muelle, un edificio administrativo, talleres y otras
instalaciones auxiliares. Éste, se diseñó para recibir residuos de forma segura y eficiente.

La flota de transporte marítimo especializado y el equipo de los vertederos incluye: remolcadores,


barcazas, excavadoras, cargadoras sobre neumáticos, volquetes, compactadoras y bulldozers.

El proyecto se completó con éxito y en abril de 1999 la estación marina de transferencia inició su
operación de eliminación de residuos gestionados por la Agencia Nacional de Medio Ambiente de
Singapur (NEA).

FUNCIONAMIENTO DE LA PLANTA

En la actualidad, Semakau recibe aproximadamente 1.500 toneladas de cenizas de incineración de


residuos generados por la planta de energía y 500 de productos no incinerables cada día. El 85%
de estos últimos son los lodos y cenizas generadas por plantas de proceso, centrales eléctricas e
industriales. El resto, son desechos de construcción y demolición, escorias de cobre y diversos
productos incombustible. Todos son seleccionados, controlados y de ser necesario sometidos a
lixiviación, antes de poder ser eliminados.

La operación comienza en la estación marina de transferencia, donde los vehículos de recolección


llevan los residuos de las plantas de incineración. Lo primero que se realiza es el peso en básculas,
antes de proceder a la sala de recepción. En ésta, el material se descarga directamente en las
barcazas. Hay un total de 20 bahías de recepción que aseguran un rápido giro de los vehículos de
recolección de residuos.

La plataforma de depósito en el salón de recepción está diseñada para la sobrecarga de la barcaza


de modo que los residuos se ladeen en el centro. Las excavadoras se utilizan para difundir los
residuos en la barcaza y de esta manera, se garantiza la optimización de la carga.

Al final del día, la escotilla traspasa la carga de barcazas antes de que los remolcadores las
empujen a Semakau, ubicada a unos 30 kilómetros. La escotilla ayuda a prevenir que los residuos
sean soplados por el viento durante el viaje y caigan en el mar. La operación se lleva a cabo en la
noche para aprovechar al máximo el uso de buques de la marina.

CAPACIDAD

El viaje desde la estación marina de transferencia tarda aproximadamente tres horas. Cuando las
barcazas arriban a Semakau son aseguradas en el edificio adjunto de transferencia para la
operación de descarga. Las excavadoras, que son de gran tamaño e intercambiables, descargan
directamente en grandes volquetes de 35 toneladas de capacidad, y posteriormente son cargados
en camiones. Asimismo, a pleno funcionamiento el barco se puede vaciar en seis horas.

En el sitio de depósito, los residuos se descargan desde el camión y las topadoras lo compactan.
Cuando el recipiente se llena hasta el nivel del suelo, se aplica una capa de tierra de unos 20
centímetros de espesor y sobre ella se coloca césped y vegetación.

Durante la operación, es necesario que el vertedero esté limpio, libre de olor y el agua de sus
alrededores no sea contaminada. Como tal, el ecosistema marino y vertido de desechos en torno a
Semakau está muy bien conservado y protegido. Además, se realiza un gran esfuerzo para
embellecer y mejorar el medio ambiente mediante la plantación y jardinería.

ACTIVIDADES RECREATIVAS

En julio de 2005, el Dr. Yaacob Ibrahim, ministro de Medio Ambiente y Recursos Hídricos de
Singapur, inauguró oficialmente el vertedero de residuos de Semakau para actividades recreativas.
El Museo Raffles de Investigación de la Biodiversidad, la Sociedad de la Naturaleza y la Asociación
de Pesca Deportiva fueron invitados a la isla a realizar caminatas, observación de aves y pesca
deportiva, respectivamente.

Para aumentar el atractivo, se llevó a cabo un plan de energía renovable que incluye un sistema de
turbina eólica y paneles solares, instalados con éxito en julio de 2006. El sistema aprovecha la
energía solar y eólica para generar electricidad limpia. El éxito de la instalación del sistema
muestra el compromiso de promover el uso de este tipo de energía renovable.

A través de las actividades educativas y recreativas, el público puede apreciar y entender el


manejo de los residuos en Singapur y la apremiante necesidad de la conservación de los recursos y
la minimización de los desechos. Esto, es, la importancia de esforzarse para lograr los objetivos de
vertido y Basura Cero, y así sostener la vida de Semakau durante el mayor tiempo posible.
EL FUTURO

Este mecanismo, por un lado, desempeña un papel clave en el mantenimiento de Singapur limpio,
pero Semakau también es una solución innovadora para la problemática de la escasez de tierra.
Sin embargo, para sostener estás características ambientalmente a largo plazo, se deben aplicar
todas las estrategias de forma agresiva para aumentar el reciclaje y reducir al mínimo la
generación de desechos. Esto es, tanto para ampliar al máximo las posibilidades de su vida útil,
como para reducir la necesidad de construir nuevas instalaciones de incineración o de otro tipo de
tratamiento. Para un país pequeño, con una superficie de sólo unos 700 kilómetros cuadrados,
lograr la sostenibilidad del manejo de residuos sólidos en la mayor brevedad posible, no es una
elección, sino el único camino a seguir para mantener la prosperidad del desarrollo económico y
para sobrevivir sin agotar a la madre tierra.

Singapur tiene una población de 5,3 millones, una alta densidad de población de 7.800 habitantes
por km2 y recursos naturales muy limitados, escenario que ha servido como incentivo para la
búsqueda de ideas que hagan más eficiente el manejo de los residuos. Los esfuerzos han dado
frutos y hoy cuenta con una de las tasas de reciclaje más altas del mundo -60%- y suma
constantemente nuevas iniciativas y políticas con miras a optimizar aún más el sistema.

Cuando se adoptó el Plan Verde 2012 (Singapore Green Plan) en el año 2006, el país comenzó una
estrategia de jerarquización de residuos para garantizar que los "no valorizables" (que no sean
reutilizables) se redujeran al mínimo absoluto y que el resto sea reciclado, especialmente en el
caso de los hogares.

Para ello, lo primero que se hizo fue llegar a un acuerdo voluntario con la industria de alimentos,
de bebidas y de embalaje para reducir la cantidad de envases generados, lo que sirvió como
primer paso para la creación del "Programa Nacional de Reciclaje", de carácter voluntario para
hogares y locales comerciales. Este consistía en la clasificación de la basura en bolsas y
contenedores que se recogen cada dos semanas.

Uno de los mayores problemas de las recolecciones quincenales de desechos reciclables por hogar
fue la predominancia de rascacielos en Singapur, lo que conllevó tiempo y el esfuerzo extra. Para
incentivar que los recolectores no dejaran edificios sin "reciclar", se comenzó a pagar por el
tonelaje de residuos recogidos y además se le entregó una pequeña comisión a los hogares.

En el caso de los desechos industriales y comerciales, hay una variedad de iniciativas de reciclaje
que han sido desarrollados por empresas locales, incluyendo el compostaje de residuos hortícolas.
Los residuos de madera además son triturados para hacer tableros que permiten alcanzar una tasa
de reciclado del 37%, y de un 12% en el caso de los plásticos.
Para retirar estos desechos, Singapur cuenta con 3 tipos de vehículos, cada uno de los cuales
necesita un permiso especial para circular:

Clase A: Los residuos inorgánicos (desechos de construcción, tierra, troncos de árboles, muebles
usados, electrodomésticos, cajas de madera, paletas y otros artículos voluminosos) y reciclables de
propiedades residenciales y otras instalaciones.

Clase B: Los residuos orgánicos (alimentos y otros residuos perecibles de instalaciones domésticas,
comerciales e industriales, mercados y centros de comida).

Clase C: lodos y grasas (lodos de plantas de tratamiento de agua, los interceptores de grasa,
letrinas de cierre hidráulico, plantas de tratamiento de aguas residuales, tanques sépticos y
residuos procedentes de instalaciones sanitarias en los buques y aeronaves).

Respecto a los residuos de la construcción y demolición (C & D) se estableció reciclar


principalmente materiales no incinerables y entregar a las empresas US$ 57 dólares por tonelada
de residuos eliminados, lo que se convirtió en un incentivo para que reducieran sus residuos a
través de mejores procesos de trabajo.

Para el 2006, la tasa global de reciclado de Singapur fue de 51%, que ascendió al 54% en 2007 y
actualmente ronda el 62%, lo que ha sido complementado con la eliminación de impuestos a los
vertederos y una serie de políticas públicas tendientes a educar a la población en el manejo de la
basura.

A incinerar se ha dicho

Singapur ha logrado poner en marcha un completo plan de incineración de residuos, gracias a la


construcción de seis modernas plantas especializadas. Actualmente el 57% de los desechos
provienen de los hogares y sólo el 43% de la industria y el comercio. Diversos estudios sostienen
que la quema de los residuos resulta conveniente, ya que la tecnología empleada permite que
tengan un muy bajo contenido de carbono.

Luego que los desechos se reducen al 10% de su volumen original, son transportados al vertedero
Semakau. Este el primer y único relleno sanitario costero del país, abarca un área total de 3,5
kilómetros cuadrados, tiene una capacidad de 63 millones de m³ y se encuentra totalmente
"forrado" y cuidadosamente diseñado, por lo que se espera que perdure hasta el 2045. La
transferencia se hace a través de la estación de transbordo marítimo Tuas que está integrada
además con el incinerador Sur Tuas.

En líneas generales, Singapur tiene un sistema de gestión de residuos envidiable. Sin embargo,
parece no haber descanso en los intentos por optimizarlo y subir las tasas de reciclaje:
recientemente el Gobierno anunció un castigo ejemplar para los ciudadanos que tiren basura en la
calle -lo más común es arrojar cigarros-, consistente en obligar a los sorprendidos en esta acción a
trabajar como basureros en zonas concurridas vistiendo un traje naranja fluor, tras una tercera
advertencia infructuosa.

Las multas para quienes infrinjan la disposición pueden llegar a las US$3.500 y todas ellas se
enmarcan en una nueva ofensiva gubernamental "contra la suciedad" que incluye patrullas
policiales en los puntos donde suele haber más desechos orgánicos y la instalación de
contenedores nuevos y más grandes.

"El año 2008 intentamos incorporar una legislación que abordara esta materia, considerando que
el reciclaje ya se incorpora dentro de los procesos industriales e, incluso, se ha ido considerando
crecientemente en lo que se refiere a residuos de carácter doméstico. Por ejemplo, el 60 u 80 por
ciento de los residuos de los hogares que hoy se botan corresponden a materia orgánica que
perfectamente se puede reciclar y convertir en tierra de hoja, humus, que tiene un alto valor. Lo
mismo sucede con los vidrios, metales, cartones, papeles y plásticos. Dicho asunto obedece más
bien a una política que requiere fomento y por esto valoro lo que ha hecho Singapur, ya que se ha
preocupado de fomentar el reciclaje, y no ha dejado cabos sueltos ya que además ha
concientizado a la población para que no bote basura en las calles, y al mismo tiempo ha invertido
fuertemente en infraestructura", declaró el senador Antonio Horvath.

El parlamentario añadió que "la creación de un Plan Verde es imprescindible para que en Chile el
crecimiento sea sustentable, ya que la toma de conciencia no solo debe ser por parte de los
ciudadanos, sino que también de las empresas, y para eso debe existir, tal como en Singapur, toda
una estrategia encaminada al mejor manejo de nuestros residuos", concluyó.

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