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HORA SANTA POR LAS VOCACIONES SACERDOTALES

Monición Introductoria: Hemos respondido a la invitación que nos hace el Señor a estar con Él en
este tiempo del día, donde intentaremos hacer silencio, calmar inquietudes y preocupaciones para
que el corazón esté abierto y disponible a escuchar la voz de Dios. Hoy queremos escuchar la
petición que hace Jesús a sus discípulos: pedid al Dueño de la mies, al Señor de la Iglesia, que
mande obreros a su mies, apóstoles y ministros que se consagren totalmente a hacer presente su
Corazón de Buen Pastor en medio del mundo y de un modo especial a favor de los jóvenes.

Oremos todos juntos: Oh Dios,// que quisiste dar pastores a tu pueblo, // derrama sobre tu
Iglesia // el espíritu de piedad y fortaleza // que suscite dignos ministros de tu altar // y los haga
testigos valientes // y humildes de tu Evangelio //. AMÉN.

Oremos cantando: Espíritu Santo, ven

/ ESPÍRITU SANTO, VEN, VEN / (3)


EN EL NOMBRE DEL SEÑOR.

Acompáñame, ilumíname
toda mi vida.
Acompáñame, ilumíname
Espíritu Santo, ven, ven.
ESTRIBILLO.

Santifícame y transfórmame
toda mi vida.
Santifícame y transfórmame
Espíritu Santo, ven, ven.
ESTRIBILLO.

Liturgia de la Palabra Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Romanos (1, 1-7)

Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, escogido para anunciar el Evangelio de Dios.
Este Evangelio, prometido ya por sus profetas en las Escrituras santas, se refiere a su Hijo, nacido,
según la carne, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios, con pleno
poder por su resurrección de la muerte: Jesucristo, nuestro Señor. Por él hemos recibido este don
y esta misión: hacer que todos los gentiles respondan a la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos
estáis también vosotros, llamados por Cristo Jesús. A todos los de Roma, a quienes Dios ama y ha
llamado a formar parte de los santos, os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del
Señor Jesucristo. “Palabra de Dios.”

Reflexionemos sobre la lectura anterior y escuchemos las Palabras del Papa Francisco:

Poniendo el centro en las raíces, el Papa Francisco precisó que ellas son lo que nos sostiene a lo
largo del tiempo y de la historia para crecer hacia arriba y dar fruto. "Nuestras vocaciones - dijo-
tendrán siempre esa doble dimensión: raíces en la tierra y corazón en el cielo”. Y porque un árbol
que no tiene raíces se marchita, el Papa lo comparó con la vida espiritual: "da mucha pena ver
algún obispo, cura o monja marchito", pero "mucha más pena da cuando veo seminaristas
marchitos", agregó. "Esto es muy serio: la Iglesia es buena, es Madre, y si ven que no pueden, por
favor, hablen antes de tiempo, antes de que sea tarde. Antes que se den cuenta que ya no tienen
raíces y que se están marchitando... Aún hay tiempo para salvar, porque Jesús vino a eso, y si
llamó es para salvar".
De allí que el Papa destacara la importancia de la memoria de la vocación: “la memoria – dijo -
mira al pasado para encontrar la savia que ha irrigado durante siglos el corazón de los discípulos, y
así reconoce el paso de Dios por la vida de su pueblo”.
El Romano Pontífice se centra en la figura de Andrés, quien tras haber estado con Jesús, volvió a
casa de su hermano anunciándole que había encontrado al Mesías: “la noticia más grande que
podía darle- dijo el Santo Padre. Y lo condujo a Jesús”.
Así el Papa anunció que “la fe en Jesús se contagia”, que no puede confinarse ni encerrarse: los
discípulos recién llamados atraen a su vez a otros mediante su testimonio de fe, como Andrés que
comienza su apostolado por los más cercanos, por su hermano Simón, casi como algo natural,
irradiando alegría.
Pero hablando de la alegría el Papa fue aún más allá: porque la alegría abre a los demás, fue
asertivo al decir que “en el mundo fragmentado que nos toca vivir, que nos empuja a aislarnos,
somos desafiados a ser artífices y profetas de comunidad. Porque nadie se salva solo”.

Oremos cantando : Jesús es mi pastor, nada me faltará.

Oremos por las Vocaciones Sacerdotales

Señor Jesús, así como llamaste un día a los primeros discípulos para hacerles pescadores de
hombres, continúa también ahora haciendo resonar tu invitación: ¡Ven y sígueme!

Da a los jóvenes y a las jóvenes la gracia de responder prontamente a tu voz. Sostén en sus fatigas
apostólicas a nuestros obispos, sacerdotes y personas consagradas.

Da la perseverancia a nuestros seminaristas y a todos los que están realizando un ideal de vida
totalmente consagrada a tu servicio.

Suscita en nuestra comunidad el espíritu misionero. Manda, Señor, operarios a tu mies y no


permitas que la humanidad se pierda por falta de pastores, de misioneros, de personas entregadas
a la causa del Evangelio.

María, Madre de la Iglesia, modelo de toda vocación, ayúdanos a decir "sí" al Señor que nos llama
a colaborar en el designio divino de la salvación.

Amén.

Oremos cantando: Tu palabra me da vida.

Oremos todos juntos : Fieles al mandato del Señor, pidamos al Dueño de la mies que escuche
nuestras oraciones por las vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa en la Iglesia y digamos:
PADRE DE MISERICORDIA GUIA NUESTRO CAMINAR.

· Para que Cristo, que reunió a sus discípulos a su alrededor con el fin de asociarlos a su
predicación evangélica, suscite también en nuestros días servidores de su Evangelio. OREMOS

· Para que el Señor ilumine la mente de los jóvenes y les infunda fuerza, a fin de que sean
muchos los que se dediquen al ministerio y consagren su propia vida a hacerlo presente en
medio de los fieles. OREMOS

· Para que el Señor, que escogió un estilo de vida virginal y pobre, suscite en los jóvenes de
nuestras comunidades el deseo de consagrarse exclusivamente a su amor y al servicio de su
Iglesia. OREMOS

· Para que quienes han escuchado la llamada del Señor a la consagración religiosa o al ministerio
sacerdotal no se desanimen ante las tentaciones que puedan surgir a causa de la propia
debilidad o de las circunstancias que los rodean. OREMOS

· Virgen María, Madre de la Iglesia, modelo de toda vocación, ayúdanos a decir Sí, al Señor que
nos llama a cooperar en el plan divino de salvación. OREMOS

Señor Jesús, Concede perseverancia a todos aquellos que llevan hacia adelante los ideales de
una vida totalmente consagrada a Tu servicio. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
AMÉN.

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