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Perspectivas Latinoamericanas
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discriminación, entre otros. El surgimiento de movimientos que han visibilizado la
condición de injusticia de las mujeres ha contribuido también a advertir el sufrimiento
de las niñas. Con todo, y en vista a su vinculación con los ejes de poder en nuestra
sociedad, la situación de los niños y niñas suele ser menospreciado como una
manera de ignorar lo que esta condición de sufrimiento significa para el resto de la
sociedad. Estamos hablando de condiciones estructurales de injusticia.
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Honestamente, hay materiales bíblicos y perspectivas ministeriales que son una abierta
violación a los derechos de la niñez. Se me viene a la mente, por ejemplo, un libro que
habla de mujeres en la Biblia llamándolas "princesas de la fe". En el libro se las ilustra con
cuerpos delgados, jovencitas, con rostros siguiendo los estereotipos de belleza que el
mercado propone y señalando de parte de ellas acciones circunscriptas a la colaboración a
un hombre, la delicadeza, la belleza, etc. Ese material es comercializado por una editorial y
cadena de librerías argentina que tiene una llegada masiva en ese país y en América
Latina.
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Véase, por ejemplo, Omar Cortes y Juan José Barreda Toscano, edits., Seamos como
niños. Pensar teológicamente desde la niñez latinoamericana, Buenos Aires, FTL-Kairós,
2006. Algunos aportes más recientes son el de Harold Segura, Teología con rostro de
niñez, Barcelona, CLIE, 2015; y Nicolás Panotto, De juegos que hablan de Dios. Hacia una
teología desde la niñez latinoamericana, World Vision - Sociedades Bíblicas Ecuador, Quito,
2016. Conozco una Tesis de Maestría que aborda puntualmente el tema de la hermenéutica
bíblica desde la niñez y lo hace compartiendo experiencias de trabajo, Mailé Vázquez Ávila,
La niñez como sujeto de lectura: un ejercicio hermenéutico sobre 2 Reyes 5, IU ISEDET,
Buenos Aires, 2016.
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Primera parte:
Los niños y las niñas presentados en las Escrituras
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Paul Ricoeur va a decir "las acciones significativas como texto" para referirse aquellas
memorias que fijamos, que reconstruimos y que interactúan en nuestras vidas dándole
sentido y organización a las mismas. Del texto a la acción. Ensayo de hermenéutica 2,
México, FCE, 2006, pp. 169-196.
5
J. Kristeva, "Práctica significante y modo de producción", en Travesía de los signos,
autores varios, Buenos Aires, La Aurora, 1985, pp. 13-26.
6
M. Foucault, El orden del discurso, Buenos Aires, Tusquets Editores, 2002, pp. 5-13.
7
Juan Luis Segundo, Liberación de la teología, Buenos Aires, Lohlé editores, 1980.
8
S. Croatto, Hermenéutica bíblica. Para una teoría de la lectura bíblica como producción de
sentido, Buenos Aires, La Aurora, 1984, p. 24.
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Por "concordismo" se entiende a la idea de aplicar enseñanzas de otros contextos a los
propios sin pasar, supuestamente, por el supuesto filtro de la interpretación. Se lee
haciendo concordar las enseñanzas al contexto actual "aplicando" las enseñanzas
directamente.
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instrumento ideologizado que legitima teológicamente prácticas establecidas.
Superar, ya sea la tan extendida "aplicación para hoy", como también, la mirada
simplista del "contexto", significa aproximarse al mundo del texto y afrontar los
desafíos y opciones que trae consigo la labor hermenéutica, discernir su reserva de
sentido,10 y en materia de fe, discernir lo que las Escrituras nos enseñan sobre la
niñez.
10
Croatto, Íbid., p. 28.
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Hay estudios sobre la niñez que cabe resaltar y que están abriendo camino a nuevos
estudios. Véanse los artículos de RIBLA vinculados a niñez, así como también las obras
conocidas de Marcia Bunge, edit., The Child in the Bible, Michigan, Eerdmans, 2006; Naomi
Steinberg, The World of the Child in the Hebrew Bible, Sheffield, Sheffield Phoenix Press,
2013; Erkki Koskenniemi, The Exposure of Infants among Jews and Christians in Antiquity,
Sheffield, Sheffield Phoenix Press, 2009; y varios artículos en la obra de C. Osiek y M.
MacDonald, con J. Tulloch, A Woman´s Place. House Churches in Earliest Christianity,
Minneapolis, Fortress Press, 1989; y más recientemente, Margaret MacDonald, The Power
of Children. The Construction of Christian Families in the Greco-Roman World, Texas,
Baylor University Press, 2014.
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El carácter narrativo, artístico y didáctico de la historia de Jonás es señalado por varios
investigadores que descartan su carácter histórico. P.e., N. Gottwald, The Hebrew Bible. A
Socio-Literary Introduction, Filadelfia, Fortress Press, 1985, p. 560; y más recientemente, W.
Brueggemann, An Introduction to the Old Testament, Londres, John Knox Press, 2003, p.
230.
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Lc 9:47; Jn 6:9; cf. Mt 14:21)? Recordemos que buena parte de los contenidos de
las Escrituras tuvieron una etapa oral en su composición y desarrollo antes de ser
puestas por escrito, y que aún después de ser escritas fueron transmitidas de forma
oral.13 El espacio donde tomaron forma estas narraciones fueron las asambleas
tribales, las reuniones familiares donde se recordaba el obrar de Dios y se difundía
la enseñanza de las tradiciones sagradas, el culto. Allí, y siguiendo la modalidad de
diálogo, los niños y niñas no fueron meros oyentes pasivos, sino que seguramente
fueron destinatarios de muchas composiciones (cf. Deut 1; Rom 16:),14 y aún, por
qué no decirlo, partícipes activos en la conformación de los estilos, contenidos y
perspectivas. Buscar en las Escrituras una composición por parte de niños y niñas,
o jovencitos, puede parecer una labor muy subjetiva, pero podemos usar las mismas
herramientas que se usan para otros casos, como por ejemplo, las mujeres como en
el caso del Cantar de los Cantares.15 Por otro lado, y en clave hermenéutica, ¿no
deberíamos de pensar en la interpretación de los textos dirigidos a ellos como
primeros o fundamentales destinatarios?
13
P.e., James Dunn, The Oral Gospel Tradition, Michigan, Eerdmans, 2013.
14
Las tradiciones orales no son estancas. En la interacción entre narrador/a y oyentes hay
una actualización de datos, énfasis, perspectivas que, si bien es cierto se cuidó de no
modificarse abrupta o grandemente en vista a la conservación de la tradición, sí sufrió
cambios producto de la interacción entre narradores, circunstancias y distinatarios. Cf. M.
Maciá, El bálsamo de la memoria. Un estudio sobre comunicación escrita, pp. 28-29. Con la
"escritura" hubo una clausura de sentido que se vuelve a abrir en la lectura-interpretación
del relato. ¿No deberíamos de estar abiertos a la vitalidad del texto también desde la lectura
de niños y niñas, o aún, desde la niñez?
15
Pablo Andiñach, Cantar de los cantares. Fuego y la ternura, Buenos Aires, Lumen, 2006.
Obsérvese el trabajo sobre autoras en los escritos del cristianismo primitivo de Kimberly Joy
Haines Eitzen, The Gendered Palimpsest. Women, Writing, and Representation in Early
Christianity, New York-Oxford, Oxford University Press, 2012; y especialmente el de Athalya
Brenner y Fokkelien van Dijk-Hemmes, On Gendering Texts. Female & Male Voices in the
Hebrew Bible, Leiden-New York-Köln, E. J. Brill, 1996.
16
Segundo, Liberación de la teología, pp. 11-45.
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sobre su opinión y oír hablar a quienes no se les permitió hablar es una manera de
imaginar relaciones más justas y creadoras de vida plena.
No se conocen muchos textos en las que se vierta la voz de los niños. Uno lo
tenemos en 2 Reyes 5, la historia de sanidad obrada por el Eliseo a Naamán. Un
niña (heb. na´erah) hecha prisionera y esclavizada tiene un acto de valentía y de
grandeza en medio de la peor adversidad.17 Ante la lepra de su amo y esclavizador,
ella le sugiere a la esposa que lo lleve ante un profeta de Israel que sanaría al
general sirio. El análisis semiótico de la primera parte del relato nos presenta varias
oposiciones en el binomio niña-Naamán: mujer-hombre, niña-adulto, generosidad-
rapto, israelita-sirio, debilidad-poder, vulnerable-omnipotencia, esclava-amo, salud-
enfermedad, conocimiento-necedad, niña-niño. Las palabras que se ponen en labios
de la niña son: «Ojalá el amo fuera a ver al profeta que hay en Samaria, porque él lo
sanaría de su lepra.» En el texto queda claro que la niña a pesar del atropello que
sufre y de exposición a la vulnerabilidad, muestra su grandeza ante el general sirio
que, a pesar de su poder, no contaba con el Dios de Israel al que más tarde acudió
por una solución. En la última sección del relato se contraponen dos siervos
israelitas, la niña y Guiezi. Ella procede con liberalidad mientras Guiezi procede con
avaricia, ella sirve con humildad aportando un dato importante, y Guiezi guarda para
sí una paga por el obrar de Dios. Sin embargo, hay un final vinculado a la niña que
no relata. Guiezi es castigado por su mal proceder, pero no sabemos nada del futuro
de la niña. En este relato las perspectivas de género no pueden obviarse. El texto
utiliza una figura contemporánea socialmente insignificante, y evidencia la grandeza
de Dios sobre la incapacidad de personas poderosas y de gran honra. A nivel
hermenéutico debe decirse que son dos concepciones que juegan, la de la
vulnerabilidad e inferioridad de una niña, con su poder, lealtad y, finalmente,
superioridad a pesar de su condición de esclavitud.
Otra historia donde oímos la voz del niño es la del ofrecimiento de Isaac, el niño (o
muchacho, heb. na´ar) como sacrificio por parte de su padre Abraham (Gén 22). La
pregunta del niño es más que dramática: "...pero, ¿dónde está el cordero para el
holocausto?" (22:7). El silencio de Isaac en lo que sigue es desgarrador. Lo postran
en el altar, están a punto de degollarlo, pero el narrador no pone palabra alguna en
su boca. El relato parece querer asemejar a Isaac con un manso cordero. El niño
perspicaz que recién había advertido que algo raro estaba por suceder ahora es
silenciado y se somete a la voluntad del adulto, del padre que lo degollará.
17
Obsérvese el excelente estudio de Edesio Sánchez, "Una niña: Víctima y redentora en
medio de la violencia. Un análisis de 2 Reyes 5", en Materiales Bíblica Virtual, Niños/as y
niñez en la Biblia, Buenos Aires, 2014.
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No son muchos los testimonios como estos en las Escrituras. Las historias de niños
y niñas mencionados pero no se dice lo que opinaban mucho más extensas a la de
cualquier otro grupo social, aún a la de mujeres y extranjeros. ¿Qué pensó el niño
Ismael sobre su padre cuando lo desecha, lo deja huir cuando su madre huye, o es
postergado por el hijo de Sarah? Una vez crecido, ¿qué dijo Samuel sobre la
decisión de su madre de entregarlo como ofrenda a Dios y a gente totalmente
desconocida? (ver anexo: El llanto de Ana) ¿Y cómo se sintió la niña que Jesús
puso en medio de todos los discípulos para ser observada como ejemplo? ¿Con qué
objetivo aquel muchachito se acercó a Andrés para ofrecer sus cinco panes y dos
peces? Hay muchas escenas en las Escrituras donde se habla explícitamente de
niños y niñas, sin embargo, muy pocas veces se recrearon sus voces, sus visiones
de lo que vivían. ¿Por qué este silencio? ¿Qué deberá de hacer una hermenéutica
bíblica desde la niñez para recuperar sus historias y sus visiones de la vida? Una
alternativa está en la hermenéutica narrativa con la que se puede recrear sus voces,
imaginar sus vivencias y posibles opiniones explicitando su presencia a través del
habla, y reconociendo sus derechos al ser oídos. Esta metodología se ha
desarrollado mucho en la lectura popular de la Biblia en dramatizaciones, reescritura
de textos bíblicos, entre otros. El recurso a los estudios etno-históricos ha servido de
mucho para aproximar los horizontes del intérprete actual y del texto mismo.
CONTINUA...