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PLANTEL CHALCO

LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA

ESTADÍSTICA II

“EL ACOSO SEXUAL COMO FACTOR DE DAÑO


PSICOLÓGICO EN ALUMNOS DE LA UNIVERSIDAD
INSURGENTES PLANTEL CHALCO”

ALUMNOS:

CRUZ ANGELES ANDREA FERNANDA

GONZÁLEZ CASTILLO WENDY LIZETH

GUZMÁN GARCÉS NAYELI

GRUPO: LPSMM4

DOCENTE: GABRIELA SÁNCHEZ MONDRAGÓN

CHALCO, ESTADO DE MÉXICO A 16 DE OCTUBRE DEL 2019.

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“EL ACOSO SEXUAL COMO FACTOR DE DAÑO PSICOLÓGICO EN ALUMNOS DE

LA UNIVERSIDAD INSURGENTES PLANTEL CHALCO”

VARIABLES

VARIABLE INDEPENDIENTE

Los tipos de acoso sexual sufrido por alumnos de la Universidad Insurgentes Plantel

Chalco.

VARIABLE DEPENDIENTE

Daño psicológico provocado por el acoso sexual en alumnos de la Universidad

Insurgentes Plantel Chalco.

RELACIÓN DE VARIABLES

La forma en que se produce el acoso sexual, de acuerdo con sus diferentes modalidades

tiene repercusiones distintas en las personas que lo sufren, siendo estas de

características psicológicas principalmente.

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INTRODUCCIÓN

La presente investigación va dirigida hacia los factores determinantes del acoso y sus

repercusiones a nivel psicológico en hombres y mujeres que han sido víctimas y/o

testigos de acontecimientos de esta naturaleza siendo estos posibles detonantes de

conductas de aislamiento para evitar la repetición de dichos eventos en un futuro; la

curiosidad de abordar este tema surge a partir de la observación directa ante sucesos

han tenido auge en los últimos meses a nivel social, así como en lo difundido por medio

de las redes sociales y medios tradicionales de información, notando así que el tema del

acoso genera gran controversia e incluso incentivaba a ciertas personas a fingir ataques;

por otro lado, este tema se encuentra inmerso en factores culturales que pueden dar pie

a que este tipo de eventos se susciten y sean justificados dentro de la sociedad, no

obstante, debido a los avances sociales, las normativas jurídicas que se relacionan con

este tipo de problemática y las opciones sociales de solución que existen relacionadas

con fundaciones especializadas o servicios psicológicos.

A partir de ello, se define el acoso como: “cualquier comportamiento —físico o verbal—

de naturaleza sexual que tenga el propósito o produzca el efecto de atentar contra la

dignidad de una persona; en particular, cuando se crea un entorno laboral intimidatorio,

degradante u ofensivo”, de acuerdo con la Guía para la intervención con hombres sobre

el acoso sexual en el trabajo y la masculinidad sexista, OIT en CNDH (2017)1 y se puede

clasificar en cuatro tipos:

1. Callejero ("Son prácticas de connotación sexual ejercidas por una persona

desconocida, en espacios públicos como la calle, el transporte o espacios

semi públicos (mall, universidad, plazas, etc.); que suelen generar malestar

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en la víctima. Estas acciones son unidireccionales, es decir, no son

consentidas por la víctima y quien acosa no tiene interés en entablar una

comunicación real con la persona agredida. (Arancibia, Buli, Bustamante,

Guerrero, Meniconi, Molina y Saavedra.. (2015)2;

2. Virtual (Un daño intencionado y repetido perpetrado a través de

ordenadores, teléfonos móviles y otros aparatos electrónicos. Puede tener

connotaciones sexuales a través de insultos con elevada carga sexual o de

la distribución de fotos y vídeos de sexualidad explícita con el fin de

avergonzar o causar angustia emocional a la víctima." (UNICEF, S/F)3;

3. Laboral (Ambiente laboral hostil: aquella conducta que crea un entorno

laboral intimidatorio, hostil o humillante para la persona que es objeto de

ella, según Acoso sexual en el trabajo y masculinidad, OIT, en CNDH

(2017)1y

4. Chantaje sexual (quid pro quo: (en latín: “algo a cambio de algo”), es el

que se produce verbal, no verbal o físico de naturaleza sexual u otro

comportamiento basado en el sexo, que afecta la dignidad de las personas,

el cual es no deseado, irrazonable y ofensivo para el destinatario; el

rechazo de una persona, o la sumisión a ella, siendo este comportamiento

utilizado, explícita o implícitamente, como el fundamento de una decisión

que afecta el trabajo de esa persona conforme con Acoso sexual en el

trabajo y masculinidad, OIT, en CNDH (2017)1,

A su vez, estas situaciones pueden provocar daños:

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Físicos y psíquicos: estrés, ansiedad, depresión, frustración, impotencia,

insomnio, fatiga, disminución de la autoestima, humillación, cambios en el

comportamiento, aislamiento, deterioro de las relaciones sociales, enfermedades

físicas y mentales, úlcera, suicidio, hábitos adictivos, entre otras. De acuerdo a la

relación en Género, salud y seguridad en el trabajo. El hostigamiento o acoso

sexual, OIT, en CNDH (2017)1 y

Social: aislamiento, deterioro de las relaciones sociales, sufrimiento de un

estereotipo negativo, ausentismo, despido en el trabajo, renuncia al trabajo, mal

desempeño y disminución de la productividad y discapacidad laboral, entre otras.

El hostigamiento o acoso sexual, OIT, en CNDH (2017)1

que se pueden presentar con en relación con la tipología del evento sufrido y así mismo,

de los mecanismos de afrontamiento que tiene la persona para seguir adelante con su

vida, es a raíz de ello que se toma en consideración el origen del machismo en dónde se

incorpora la teoría del desarrollo psicosexual de Sigmund Freud, la cual habla acerca de

lo que ocurre en la etapa fálica, en donde se desarrolla un complejo edípico, dicho con

otras palabras, enamoramiento hacia la madre y rivalidad hacia el padre, que es un

proceso normal que todos atraviesan, sin embargo, este conflicto debe ser llevado a

resolución ya que de no ser así en la vida adulto se presentan conflictos hacia las

relaciones de pareja, violencia, dependencia e incluso repercute en desarrollar

alcoholismo, donde se encuentra una persistente necesidad de dominar a la otra persona

y una aversión a relacionarse de manera sentimental y desarrollar compromisos. Es por

ello que “Los primeros conflictos se harán visibles en la adolescencia y se manifestarán

como una disociación de tendencias causadas por el temor reprimido al incesto: unas

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tiernas o sentimentales, por medio de las cuales el joven se sentirá atraído por mujeres

a las que respeta, pero que no provocan sus instintos sexuales, y otras, claramente

sexuales, dirigidas hacia mujeres que no ama y que incluso desprecia”. (Ontañon, 1994)4

Así mismo en los orígenes se retoman los fundamentos del feminismo, cómo ha

cambiado a lo largo del tiempo y de cierto modo del aprovechamiento de la mujer ante

dicha herramienta ante la sociedad en beneficio propio, aunado con el concepto

abordado por Bordeau de “Violencia simbólica” que juega un papel muy importante; esta

se define como "La que a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos

o signos transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las

relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad." (MJDH,

SF)5, lo que contrasta la idea presentada por Bordeau (2000)6 con respecto a la

supremacía del hombre en cuanto a niveles sociales y laborales refiere, dando pie a una

desvalorización del sexo femenino por parte del mismo y fortaleciendo la envidia del falo

propuesta en la Teoría Psicosexual propuesta por S. Freud; desde esta perspectiva, de

igual manera, define el término como una relación en la que todo poder de violencia

simbólica, o sea, todo poder que logra imponer significados e imponerlas como legítimas

disimulando las relaciones de fuerza en que se funda su propia fuerza, añade su fuerza

propia, es decir, propiamente simbólica, a esas relaciones de fuerza” (Bourdieu y

Passeron, 1996).7

Por otro lado, otra de las aproximaciones teóricas que permiten una mayor comprensión

de la misma es a través del aprendizaje social de Albert Bandura, que de acuerdo con

Sarramona en Navas y Sánchez, (2015)8, se define como “Un conjunto de hábitos y

actitudes que están vinculados con la vida de relación, es decir directa con otros, que

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han sido adquiridos básicamente por observación de los demás y se han materializado

mediante la ancestral técnica de la imitación” que en este caso, puede ejemplificarse a

través del aprendizaje que se tiene en la infancia con respecto al valor que se otorga a

las personas dependiendo de su sexo y posteriormente la repetición de patrones

conductuales, en este caso violentos contra aquellos individuos considerados

vulnerables, siendo válido siempre y cuando exista una vinculación afectiva con el sujeto

a imitar. A partir de ello, se ponen de manifiesto las clasificaciones que tiende a seguir

este tipo de aprendizaje:

1. Por instinto: Las acciones observadas despiertan un impulso instintivo por

copiarlas

2. Por el desarrollo: Los niños imitan las acciones que se ajustan a sus estructuras

cognitivas.

3. Por condicionamiento: Las conductas se imitan y refuerzan por moldeamiento.

4. Conducta instrumental: La imitación de vuelve un impulso secundario, por

medio de refuerzo repetido de las repuestas que regulan las de los modelos la

imitación deduce los impulsos. (Navas y Sánchez, 2015)8

Es bien sabido que las conductas de acoso sexual son producidas mayoritariamente por

varones, quienes suelen realizarlas a partir de las tipologías del aprendizaje social; es

posible que en una sociedad como lo es la mexicana imperen el factor instintivo,

condicionante e instrumental, ya que la educación recibida en casa suele darse a través

de la desvalorización de la mujer y principalmente la búsqueda de una dominación sobre

ella debida a lo que Freud considera “la envidia del falo”, siendo este aprendizaje, la

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repetición de patrones que reflejan una fragilidad en la masculinidad del individuo y

favoreciendo la permanencia de dichas conductas a través de la conjugación de aspectos

de tipo medio-conducta-mente. Es decir, el medio favorece la repetición de dichas

conductas que se convierten en ideologías aceptadas que se apoya en lo expreso por

Bandura como un modelo de interpretación del aprendizaje que comparte principios del

conductismo (contigüidad, refuerzo directo, refuerzo vicario) y principios del cognitivismo

(consideración de factores personales, intenciones, actitudes, expectativas, y otros).

(Navas y Sánchez, 2015)8 esto puede ser aplicado a los diferentes tipos de acoso sexual,

de tal forma que, mientras la conducta pueda ser grata para el agresor, no lo será para

la contraparte poniendo así de manifiesta la repetición de patrones de conducta

aprendidos ya sea en el seno materno o en micro sociedades que cobran importancia

para el sujeto.

Si bien, la bibliografía disponible que se relaciona con la temática es abordada desde el

ámbito laboral, siendo posiblemente este tipo de acoso, junto a su modalidad callejera

los que presentan la mayor cantidad de casos y es que de acuerdo con lo planteado por

Palomino (2012)10 pese a la existencia de programas que permiten contrarrestar los

efectos provocados, existe una baja participación del agredido debido a que se considera

como una humillación, misma que se puede sustentar por lo expreso por Alcides y

Puentes (2010)9 con relación a las afectaciones a nivel psíquico del mismo; estas

características comunes son: inestabilidad emocional e impulsividad en la respuesta en

ocasiones llegando a hacer creer a la víctima ser la responsable de dichas acciones. La

relación autoestima-daños psicológicos se contraponen, debido a la naturaleza del

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acosador (persona con autoridad), haciendo que el acoso repercuta otras áreas de su

vida.

Por su parte, Palomino (2012)11 deja saber que no es una problemática exclusiva del

sector público y pese a la negligencia mostrada por los empresarios de sector privado,

es de las problemáticas que más efectos negativos tiene en el personal, por lo que las

actualizaciones en materia penal contemplan principalmente esta tipología de acoso

como elemento punible ya sea con sentencias que van desde los 3 días hasta los 53

meses, considerando el tipo de agravio; no obstante en materia de códigos penales se

hacen evidentes distintos fallos en relación con el esclarecimiento de lo que se puede

considerar “acoso u hostigamiento”, siendo las redacciones de algunos estados más

explícitas que otras en materia de establecer niveles de afección, características del

evento, relación entre la víctima y el acosador, etc.

En caso contrario el agresor se hace acreedor de una sanción pecuniaria que oscila entre

300 y 1000 salarios mínimos, de igual forma dependiendo de la situación en que se haya

involucrado, que podrían ser una forma de compensación para el agredido y aunado a

ello una forma para tomar conciencia al momento de verse envuelto en una similar

ocasión, de acuerdo con éste autor, resulta más conveniente aplicar este tipo de

sanciones en comparación con las sentencias, ya que estas implican gastos a nivel

público federal durante un determinado tiempo y no exime a los sujetos de reincidir.

Desde una perspectiva social, se puede identificar el acoso a través de diversas formas,

en este caso se retoman el piropo y las connotaciones sociales mencionadas por Gaytán

(2007)10 quien menciona que “Generalmente se cree que el acoso sexual es realizado

sólo por personas de bajos recursos, o que se dedican a actividades que frecuentemente

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se relacionan con la vulgaridad o la apariencia sucia, como los mecánicos y los albañiles”

es un claro ejemplo de estereotipo hacia la imagen de una persona que practica el acoso,

pero a pesar de esta creencia, el acoso se hace presente en cualquier ámbito sin importar

origen ni estatus social, inclusive dentro del ámbito laboral con personas que poseen un

alto nivel de preparación intelectual.” Así mismo se ha estereotipado la idea de que el

sexo femenino es víctima exclusiva del acoso, sin embargo, se ha comprobado que

también está presente en el sexo masculino; el conflicto de esto radica en que no se le

presta gran atención e inclusive suele ser objeto de burla hacia la víctima, causado por

la imposición social de que el hombre debería ser el sexo fuerte y comportarse como tal.

“Las acciones que conforman el acoso sexual en lugares públicos se pueden agrupar en

cinco grandes tipos en el cuarto modelo paradigmático: el acoso expresivo, el verbal, el

físico, las persecuciones y el exhibicionismo”. Según esto, los tipos de acoso que suelen

tener menos importancia son las persecuciones y el exhibicionismo ya que no hay un

contacto dirigido sexualmente de manera directa. Sin embargo, el lugar en dónde se

presente la situación y los elementos que la acompañen definirán la gravedad del asunto.

La frecuencia y la normalidad con la cual se realiza el acoso, así como el silencio y la

tolerancia de la población hacia ella infiere a un importante problema social.

Finalmente, se considera al piropo como una de las formas de acoso con mayor

incidencia y que suele relacionarse al estereotipo de albañil mencionado por Gaytán

(2007)10; entonces, se conceptualiza al piropo como algo que “Se compone de lo

lingüístico y gestual que construye desde representaciones, significados sociales y

culturales que a su vez van creando imágenes, en este caso, de lo femenino y lo

masculino” Ramírez (2017). Es decir que para que el mensaje sea entendido debe de

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estar dentro de lo usado cotidianamente para comunicarse en sociedad, sin embargo,

este emplea un segundo significado encubierto, generalmente sexualizado. A pesar de

que es común encontrar quien realice en piropo en la vía pública no hay una explicación

como tal de lo que este representa. El piropo no únicamente se emite de forma normal,

sino que como toda comunicación hay gestualidad del emisor como miradas obscenas y

representaciones manuales, lo cual provoca mayor entendimiento del mensaje e

incomodidad hacia el receptor.

En esta forma de lenguaje el significado y el significante ya que culturalmente se entiende

mentalmente algo muy diferente a lo que sería si el mensaje se interpreta de manera

literal. “contiene todas las formas dialectales propias de una región o, para ser más

claros, de una cultura determinada”. Ramírez (2017). Por medio de esta se presentan

clasificaciones de la imagen de la sexualidad y el significado de esta, por lo que en cada

región se le dará el uso de diferentes palabras que, en otra región, ya que se

contextualiza la expresión del piropo. No es sencillo utilizar este tipo de lenguaje ya que

algunas personas lo emplean con mayor fluidez, sin embargo tampoco suele ser grato

para el receptor, por lo que al involucrar significados sexuales y al no haber un permiso

del otro, entran dentro de lo que es categorizado como acoso, y en mayor medida cuando

se presenta en la vía pública.

Es como consecuencia de ello que el objetivo de esta investigación consiste en analizar

cuáles son las características del daño psicológico producido por el acoso en estudiantes

de la Universidad Insurgentes Plantel Chalco, para conocer en qué medida estos

acontecimientos tanto directos como indirectos pueden influir en el individuo y generar

daño psicológico, identificando qué sensaciones suelen experimentarse con mayor

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frecuencia, la manera en que se actúa y a su vez comprobar o refutar la hipótesis:

Dependiendo de la situación de acoso sexual a la que se enfrente el individuo serán

repercusiones que este tendra en daño psicológico.

METODOLOGÍA

Participantes

En el estudio participan 60 estudiantes de la Universidad Insurgentes Plantel Chalco, de

ambos sexos, con edades comprendidas entre 18 y 50 años. La población es elegida de

manera aleatoria simple a través de una tómbola, obedeciendo así a la existencia de

participantes de cada carrera, tanto del turno matutino como del turno sabatino, teniendo

de referencia una métrica variada en resultados.

Instrumentos

Inventario Acoso sexual y sus detonantes (González y Saavedra, 2019). Inventario que

se encuentra integrado por cuatro secciones; la primera de ellas se encuentra integrada

por 30 reactivos de tipo Likert, posteriormente 13 reactivos de opción múltiple; luego 4

reactivos de preguntas abiertas y finalmente 3 reactivos de preguntas dicotómicas que

suman un total de 50 reactivos distribuidos en 7 factores tales como son acoso sexual,

machismo, empoderamiento femenino, acoso sexual callejera, acoso sexual virtual,

violencia simbólica y complejo de Edipo; cuya confiabilidad y validez corresponden a

.336.

Procedimiento.

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A partir de la selección de la prueba, se procede a elegir la muestra correspondiente al

turno matutino y al turno sabatino, comprendida por 30 personas cada turno; cada una

de estas muestras se distingue por el procedimiento a emplear, que consiste en

presentarse a la puerta de los distintos salones de la universidad para pedir a los

docentes la participación de tres a cuatro alumnos acorde con los números de su lista,

solicitando a los alumnos con número de lista 3, 8, 13 y 18. Posteriormente se lleva a los

participantes al aula de cómputo donde se encuentra abierto el formulario que contiene

la prueba, dándoles la instrucción general de la misma, que es “El siguiente cuestionario

tiene la finalidad de conocer su percepción con respecto a las diferentes características

que corresponden al tema del acoso, por lo que se pide absoluta sinceridad,

recordándole que la información aquí recabada será confidencial. Seleccione las

respuestas que más se adecúen a usted.”, dando a conocer que los reactivos del

inventario son obligatorios de responder. Los aplicadores esperarán a que los

participantes terminen de responder al inventario para finalmente llevarlos de vuelta a

sus respectivas aulas. A partir de esto se lleva a cabo la calificación del instrumento y la

clasificación de los resultados de acuerdo con los factores antes mencionados;

consecuentemente se hará un análisis de los resultados para determinar cuáles son los

factores con mayor grado de intervención en dichos casos.

El presente estudio es de tipo correlacional , debido a que se busca conocer cuáles son

las implicaciones psicológicas y la tipología que subyace a una situación de acoso,

haciendo que el diseño de esta sea por número de variables, utilizando así las distintas

modalidades que se presentan del acoso, considerándolo así en un nivel explicativo en

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el que posteriormente debe existir una manipulación del daño sufrido por los participantes

y dar un seguimiento de corte terapéutico.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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CENADEH.

2. Arancibia, J., Buli., Bustamante, C., Guerrero, M., Meniconi, C.,Molina y Saavedra

P. (2015). Acoso sexual callejero: Contexto y dimensiones. septiembre 25,2019,

de Observatorio contra el acoso callejero Chile Sitio web:https://www.ocac.cl/wp-

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3. UNICEF. (SF). Nueva era del bullying: Ciberacoso. septiembre 25,2019, de

UNICEF Sitio web:

https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/entrega4_aep_ciberacoso.p

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15-18.

5. Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. (SF). Violencia de género. septiembre

25,2019, de Ministerio de Justicia y Derechos Humanos Sitio web:

http://www.jus.gob.ar/areas-tematicas/violencia-de-genero/tipos-y-modalidades-

de-

violencia.aspx?fbclid=IwAR32WuU3ornINTjkuC5Yrdg0xXvtNNrIW4x8jY4eZKQ4

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6. Bordeau, P. (2000). La dominación masculina. Barcelona: Anagrama.

7. Bordeau, P y Passeron, JC. (1996) La reproducción, Elementos para una teoría

del sistema de enseñanza. Madrid: Editorial popular

8. Navas, E. & Sánchez, M. (2015). Acoso escolar: la vivencia narrada por las

víctimas de una institución de educación de media general privada en el 2014

(tesis de Licenciatura). Universidad de Carabobo, Bárbula, Venezuela.

9. Alcides, J y Puentes, A. (2010). Rasgos de personalidad y autoestima en víctimas

de acoso laboral. Diversitas- Perspectiva psicológica, 6, 51-64.

10. Gaytán, P. (2007). El acoso sexual en lugares públicos: un estudio desde la

Grounded Theory. El cotidiano, 22, 5-17.

11. Palomino, F. (2012). Acoso sexual en México: Análisis y propuestas. En-claves

del pensamiento, 6, 133-157.

12. Ramírez, E. (2017). El piropo como construcción de la imagen femenina y su

corporalidad. (tesis de Licenciatura). Universidad Autónoma del Estado de

México, Toluca, México.

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