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RESUMEN:
Por otra parte, hay unos cuantos tipos de edades. Las que nos interesan ahora mismo son
tres: la edad biológica, la edad social y la edad psicológica. Se acepta que el desarrollo
infantil es un proceso cuidadosamente programado genéticamente regulado y
unidireccional, mientras que el envejecimiento se conceptualiza como un deterioro
multidireccional, no programado y desordenado (Cape, 1982). Ese deterioro se produce
en todas las áreas del funcionamiento humano, desde la no regeneración de las células
epiteliales hasta el deterioro de las funciones cognitivas causado por el envejecimiento
de las neuronas cerebrales, pasando por el envejecimiento de los órganos. Esto es lo que
se entiende por edad biológica. También a lo largo de la vida se puede establecer otro
concepto, el de la edad social, indicando los roles y los hábitos sociales que desempeña
un individuo respecto a los demás miembros de una sociedad. Característicos de los
ancianos son el enviudar, el ser abuelo, el nido vacío, la llegada de la jubilación, entre
otros.
En función de estas tres edades, todos los ancianos son discapacitados, igual que lo
somos todos los humanos. No son un grupo homogéneo que manifieste todas las
discapacidades. Algunas pueden ser más o menos específicas de este grupo en función
del deterioro biológico, el cambio de roles o cambios psicológicos como consecuencia
directa del envejecimiento fisiológico, pero otras son comunes a otros grupos de edad.
Por lo tanto, no se puede establecer un retrato robot de «anciano discapacitado», aunque
se pueden encontrar grupos de ancianos discapacitados cualitativa y cuantitativamente
diferentes. Esto debe tener lógicamente suficientes repercusiones a nivel de intervención
psicológico-terapéutica como para tener siempre en mente la existencia de diferencias
individuales e idiosincrasias, sin buscar recetas para problemas concretos.
A las terapias conductuales subyace el supuesto de que todas las conductas humanas son
aprendidas y susceptibles de modificación, por lo que siempre que exista una causa
biológica responsable del problema, ha de actuarse desde la medicina y sólo desde el
punto de vista psicológico en aquellos casos donde sea necesario un nuevo aprendizaje,
bien para adquirir nuevos hábitos, o bien para eliminar los existentes que provocan
malestar a la persona. El principal inspirador de la terapia de conducta, en sus orígenes,
no la actual, B. F. Skinner, publicó a sus casi 80 años de edad, un libro (Skinner y
Vaughan, 1983) en el que utilizando las propias estrategias que había propuesto en
Walden Dos (Skinner, 1948), propone a sus posibles lectores ancianos una serie de
actividades que les pueden procurar un mayor disfrute de la vejez, teniendo siempre
como referencia la posibilidad de recibir un castigo o un premio.
Por su parte, las terapias de conducta cognitivas tienen como raíz común el considerar
que las emociones y la conducta son principalmente una función de cómo se construyen
los sucesos ambientales. La implicación terapéutica es la asunción de que se puede
lograr una mejora, al menos, en algunos problemas humanos, alterando directamente las
construcciones que tienen las personas de su mundo. El terapeuta intenta ayudar al
cliente para que sea consciente de las creencias, temas actuales, asuntos escondidos y
metas personales (estructuras cognitivas) que influyen en cómo valora y cómo procesa
los eventos. Como ejemplo de intervención con este tipo de terapias con ancianos,
Woods y Britton (1985) informan que la depresión es el principal trastorno para el cual
se han utilizado, pero no en todos los casos la terapia iba dirigida a solventar la
depresión, sino a eliminar algunas repercusiones cognitivas y/o conductuales de la
depresión, como por ejemplo, la reducción en los niveles de actividad, las dificultades
en la comunicación con los demás, deterioro en las tareas de autocuidado, etc. Y los
resultados parecen alentadores.
n % n % P
EDAD
MEDICACIÓN
ESTADO CIVIL
separado/divorciado 2 3.7
casado 23 42.6
GÉNERO
TABLA 2
ANALISIS INTERGRUPO EN LOS NIVELES PREVIOS DE HABILIDADES
INTERPERSONALES
x DT x DT P
Generación de
29.44 11.9 19.25 6.91 ***
alternativas
Atribución de
21.57 8.02 15.86 5.40 ***
causas
Previsión de
25.28 9.27 20.04 8.97 *
consecuencias
Asunción de
50.39 13.2 38.25 11.0 ***
perspectivas
NOTA: x = media; DT = desviación típica; (***) p <.001; (**) p <.01; (*) p <.05
Algunos resultados sobre valoración de la intervención: Tras el mes que duró la puesta
en práctica de los dos programas de entrenamiento (la asignación a uno u otro grupo de
los ancianos «discapacitados» fue aleatoria), se evaluó de nuevo a todos los ancianos
con las mismas pruebas. Tras la realización de los análisis correspondientes se observó
que en líneas generales ambos programas habían logrado resultados similares. Por ello,
aportamos los resultados conjuntos, dejando para más tarde la explicitación de la
valoración diferencial. En la parte superior de la tabla 3 ofrecemos las mejores
conseguidas por parte del grupo experimental tras el entrenamiento. Se observa, con
toda claridad, cómo experimentó una mejoría en todas las habilidades interpersonales.
Sin embargo, el grupo control no experimentó ningún cambio significativo en ninguna
de las variables medidas (nótese que el tamaño del grupo ha variado pues no todos los
ancianos del grupo control pudieron ser entrevistados en esta segunda ocasión por
diferentes motivos, incluyendo, lamentablemente, el óbito de alguno de ellos). Esto se
puede observar en la parte inferior de la tabla 3.
TABLA 3
Generación de
19.25 6.91 25.79 10.6 **
alternativas
Atribución de
15.86 5.39 19.86 9.92 *
causas
Previsión de
20.04 8.97 27.21 11.7 **
consecuencias
Asunción de
38.25 11.00 46.86 16.0 **
perspectivas
x DT x DT P
Generación de
26.93 13.4 26.61 10.04 ns
alternativas
Atribución de
20.86 8.41 20.00 6.56 ns
causas
Previsión de
24.05 10.2 23.39 7.54 ns
consecuencias
Asunción de
48.76 15.20 46.95 11.2 ns
perspectivas
NOTA: x = media; DT = desviación típica; (***) p <.001; (**) p <.01; (*) p <.05; ns = no
significativo.
FIGURA 1
EVOLUCIÓN DEL GRUPO EXPERIMENTAL
(DISCAPACITADO) CON RESPECTO AL CONTROL (NO
DISCAPACITADO)
(en las columnas aparecen las diferencias en puntuación entre
discapacitado menos no discapacitado)
Por lo tanto, desde aquí se pueden entresacar algunas conclusiones: (I) las habilidades
interpersonales son susceptibles de modificación mediante la puesta en práctica de
programas de entrenamiento cognitivos y conductual-cognitivos; (II) el mero paso del
tiempo no produce disminuciones ni aumentos en el desempeño de estas habilidades, lo
que confirma su calidad de dimensiones de consolidación intermedia; y (III) se puede
«normalizar» a los ancianos discapacitados a nivel de habilidades interpersonales.
FIGURA 2
EVOLUCIÓN DEL GRUPO DE CONTROL
(NO DISCAPACITADO)
HABILIDADES INTERPERSONALES (N=19)
CONCLUSIONES FINALES
Por lo que se refiere al segundo bloque de conclusiones, habría que animar a los
psicólogos, en primer lugar, preocupados por la gerontología, a desarrollar diferentes
intervenciones con ancianos dirigidas a problemas específicos y generales, a la vez que
a su diseminación a través de los medios que utiliza la comunidad científica y aplicada.
La práctica clínica no se restringe a la vida infantil y adulta. En segundo lugar,
recomendar una mayor colaboración entre los profesionales cuya actividad se enmarca
en la vejez de modo que las prescripciones facultativas, por ejemplo, se sigan por parte
de los ancianos, las relaciones interpersonales en el centro, sea de residencia o sea de
centro de día, sean más satisfactorias para todos, se complementen las intervenciones
médicas con cambio conductual y/o cognitivo adecuado por parte del anciano, etc., pero
todo ello, teniendo en consideración que el anciano es un ser humano diferente y
similar, con los mismos derechos y deberes que los adultos. Es decir, buscando una
adecuación al envejecimiento en términos de adaptación a los cambios fisiológicos y
psicológicos, para cada individuo concreto, aunque para ello se utilicen intervenciones
terapéuticas individuales o técnicas de terapia en grupo, buscando siempre la
funcionalidad, no la cronología.
BIBLIOGRAFIA
(Las gráficas a las que se hace mención en algunos apartados no se han configurado en
formato imagen debido a la extensión y a la dificultad de transformar los cuadros y gráficos sin
perjudicar a los contenidos y la idea original de la autora.
Rogamos nos disculpen aquellas personas que se vean afectadas por esta medida.
Remitimos a todos los interesados al Libro de Actas de las II Jornadas Científicas de
Investigación sobre personas con discapacidad. Dicho libro puede consultarse en el INICO.
No obstante, mediante el e-mail del Instituto: inico@gugu.usal.es podremos atender peticiones
concretas en la medida de lo posible.)