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TEORÍA DE WEBER:

El magnetismo según Max Weber se debe a imanes moleculares,


pues decía que un imán se puede partir indefinidamente y
cualquiera de las partes continua siendo un imán e incluso en tal
partición se puede llegar a la molécula del imán y ésta conserva
sus polos magnéticos, como característica fundamental de los
mismos.

Esta teoría establece también que el proceso de imantación de


cualquier material ferromagnético consiste en alinear los imanes
moleculares en filetes magnéticos, que antes de la imantación
tenían direcciones aleatorias cada uno. En los extremos de los
filetes se localizan los polos formados, tal como se muestra
enseguida
La teoría de Weber dice que un imán está formado por muchísimos "imanes moleculares"
ordenados de forma que todos ellos están apuntando en la misma dirección sumando así
sus fuerzas magnéticas respectivas y obteniéndose en conjunto un imán mucho más
potente. Para entenderlo mejor vamos a ir "marcha atrás".

Supongamos que tenemos una barra de hierro imantada con sus polos norte y sur
perfectamente definidos. Si la partimos por la mitad ¿que obtenemos?. Pues
obtenemos dos imanes con sus polos situados exactamente con la misma orientación que
los tenía el imán original. Si ahora hacemos lo mismo con los dos imanes obtenidos de la
división anterior, los cortamos por la mitad, nos encontraremos con cuatro imanes. Los
polos de estos cuatro imanes también tendrán exactamente la misma orientación que los
dos anteriores. Podemos continuar así y hacer la división cuantas veces queramos que en
todas las ocasiones la orientación de los imanes obtenidos al dividir el anterior
será idéntica a la del imán original. Pero estas divisiones no pueden prolongarse
indefinidamente.

Llegará un momento en que nos encontraremos que hemos llegado al límite y ya no


podremos seguir dividiendo puesto que lo que nos queda es UNA SOLA MOLÉCULA DEL
MATERIAL IMANTADO. Ese sería el imán más pequeño que se puede obtener, una sola
molécula que seguirá teniendo sus polos norte y sur orientados de idéntica forma a como
los tenía el imán original antes de comenzar nuestras divisiones. Según lo anterior, un imán
debe tener TODAS sus moléculas orientadas en el mismo sentido y cada una de ellas se
comporta como un imán microscópico con sus polos orientados en la misma dirección que
los del imán del que forma parte. Después de saber esto comprendemos perfectamente la
diferencia entre un cuerpo imantado y otro que no lo está; radica en la orientación de sus
moléculas.
.

Podemos decir que las moléculas de un trozo de hierro o acero sin propiedades magnéticas
originalmente tienen una estructura anárquica y desordenada, de modo que sus campos
magnéticos se anulan mutuamente. Cuando el mismo trozo de hierro es expuesto a un
campo magnético lo suficientemente fuerte, sus moléculas se ordenan y sus polos
adquieren la misma orientación apareciendo entonces el campo magnético, suma del
campo magnético de todos sus pequeños imanes moleculares. Este campo
magnético volverá a desaparecer en el momento en que sus moléculas vuelvan al desorden
y la anarquía. Esta es la diferencia entre los imanes temporales y los permanentes, la
facilidad con que los primeros pierden su ordenación molecular.

Los polos de un imán no se pueden separar, si dividimos un imán, en la fractura se formarán


dos nuevos polos opuestos, el imán más chico es un dipolo siempre.

Hoy se sabe que los electrones periféricos de los átomos rotan y generan un campo
magnético propio. Este campo puede estar compensado o no por el de otros electrones
cercanos, cuando no lo está, el átomo será magnético. Estos átomos tienden a unirse con
otros cercanos en la misma orientación magnética. Se llama dominio magnético a este
conjunto de dipolos atómicos permanentes orientados en la misma dirección. Estos
dominios están generalmente dispuestos de forma aleatoria y por lo tanto el cuerpo
resultante no es un imán, pero si se ordenan todos con sus polos iguales hacia el mismo
lado, el conjunto tendrá una polaridad marcada y será un imán. En el caso de los imanes
naturales como la magnetita, se entiende que estos dominios se fueron orientando según
el campo magnético terrestre mientras la lava volcánica originaria se iba solidificando. Los
materiales ferromagnéticos son los que presentan dominios magnéticos fáciles de ordenar
por acción de un campo externo y en esto consiste la imantación por inducción.

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