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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO DEL PERÚ

Facultad de Arquitectura

“RESEÑA DEL LIBRO”


COMPRENDER LA ARQUITECTURA
J. MUNTAÑOLA

Curso:

TEORÍA DE LA ARQUITECTURA

Docente:

SANTA MARÍA CHIMBOR Carlos Alberto

Alumno:

LIMAYMANTA NUÑEZ Roberto Carlos

HUANCAYO – PERÚ
2019
COMPRENDER LA ARQUITECTURA
Libro: Comprender la Arquitectura
Autor: Josep Muntañola
Editorial: Tide – Barcelona
Colección: Hay q saber

INTRODUCCIÓN:

El presente es un libro publicado en 1985 que forma parte de la colección “Hay que Saber”. Su

autor Josep Muntañola Thornberg (1940) es un arquitecto, teórico de la arquitectura, catedrático

de la Universidad Politécnica de Cataluña. Su obra publicada es amplia. Sus contribuciones a la

teoría arquitectónica incluyen la teoría de la génesis del lugar (topogénesis), así como las

investigaciones sobre el desarrollo en los niños de capacidades arquitectónicas.

El autor del libro “Comprender la Arquitectura”, divide su libro en tres partes, empezando por la

introducción con una pregunta polémica “¿Qué es la arquitectura?”, la cual usa los fundamentos

o dimensiones de Vitruvio como respuesta. La segunda parte analiza “Construir, habitar y

diseñar”, retóricamente similar a los fundamentos de Vitruvio. Y por último se refiere a como se

encuentra la arquitectura actualmente, sus tendencias, protagonistas y su relación con la educación

básica.

RESUMEN EXPOSITIVO:

“¿Qué es la arquitectura?.... Hoy sabemos mucho mejor qué es un átomo o una

cadena ADN que un sentimiento, un edificio o un pensamiento.” (pág. 9)

Josep Muntañola usa el planteamiento vitruviano de la arquitectura:

 Firmitas, la seguridad constructiva del edificio.

 Utlitas, el uso del edificio por la sociedad.

 Venustas, su belleza.
Y las moderniza usando el título de un artículo del filósofo alemán Heidegger “Pensar, construir

y habitar”, que opina que, al diseñar arquitectura, se debe pensar desde el habitar, y construir

desde el habitar. En otras palabras, hacer arquitectura se trata de construir, habitar y diseñar, las

cuales deben relacionares entre sí.

“La única forma de conseguir una arquitectura con “belleza” es, justamente, con

la influencia entre la utilidad del habitar, la firmeza de la construcción y la

conveniencia del diseño” (pág. 11)

La segunda parte, analiza los términos de construir, habitar y diseñar. Empezando por el

construir, no es nada difícil comprender que la arquitectura empieza con la construcción. J.

Muntañola afirma que en el mismo instante en que el hombre piensa en su vivienda, nace la

construcción y nace el diseño. Lo que variará son las formas de construir, y que Muntañola

menciona 2 razones:

 El progreso o nivel tecnológico de la sociedad que construye, ya que no todas las

sociedades poseen el mismo tipo de construcción.

 El cambio de las necesidades o usos del espacio según las culturas y las épocas.

“Ambas razones crecen con tanta solidez que es imposible separar una de otra ….

Nunca se habría llegado a comprender el sentido de tales construcciones sin tener

en cuenta la estrecha relación existente entre los descubrimientos tecnológicos y

los aspectos sociológicos … Las formas de construir tienen historia.” (pág. 14,15)

La casa de payés o masia en Barcelona es el resultado de siglos de vida catalana marcada por el

cultivo de tierra de acuerdo con una organización social determinada por unas leyes provenientes

de los romanos o más antiguas tal vez. Pero la revolución industrial, las nuevas formas de vida y

los nuevos sistemas de trabajo y de convivencia sociales han producido un gran cambio

principalmente en Europa, que aún afecta.

Muntañola indica que las formas de construcción modernas e industriales han producido formas

de vidas internacionales, que a veces son insensibles a las características climáticas de cada lugar,
y a menudo dan en resultados catastróficos. Sin embargo, es una conclusión precipitada retornar

a las formas de construcciones tradicionales en madera, piedra, ladrillo, etc., ya que “La historia

jamás anda en dirección opuesta a la del tiempo (pág. 16)”. Y si se quiere cambiar una sociedad,

es cuando entre el cambio tecnológico y cambio social se da de forma simultánea, (como la

revolución industrial).

“Resumiendo….construir es transformar el medio natural en un medio artificial

más adaptado a nuestras necesidades sociales. El progreso tecnológico, los nuevos

materiales, etc. Nos permiten decidir cómo deseamos vivir, sin depender totalmente

de una tradición, sino generando procesos de “des-adaptación” y “des-equilibro”

entre naturaleza y cultura, de los que debemos ser cada vez más conscientes, puesto

que no nos es posible establecer procesos en los que entre las formas de construir y

las formas de vivir se produzcan incompatibilidades radicales que pueden poner en

peligro la vida de los demás.” (pág. 18)

Este proceso nos lleva a analizar el habitar. Heidegger marca la pauta para la nueva definición del

habitar y la arquitectura…”Poéticamente, el hombre habita. (pág 48)”. Para saber cómo es una

persona, consiste en analizar cómo y dónde vive. Por consiguiente, para saber cómo es una

cultura, es preciso analizar el funcionamiento de sus ciudades, las fiestas, los rituales, el

transporte, etc. La forma de habitar o la forma de vivir refleja todas las características de una

cultura en un momento determinado. Y al referirnos a culturas tomadas globalmente, las

diferencias aparecerían más acusadas y más claras.

“Por esta razón, se han dado muchos intentos de analizar estas diferencias y de

hacer un tipo de “diccionario” de lugares culturales, o de espacios que responden

a las necesidades del hombre en el seno de una cultura determinada. Los intentos

de los arquitectos Ch. Alexander y K. Lynch, en Estados Unidos, son los más

conocidos, pero ha habido muchos más.” (pág. 49)


El entorno artificial tiene en cuenta unos rituales o usos que dan un determinado sentido al

espacio, pero ello no basta. K. Lynch no se limita a estudiar el comportamiento (o sea, el ritual)

de unos grupos sociales en el interior de una ciudad determinada, sino que pretender encontrar

unas características formales que asimilen y expresen este comportamiento.

“La forma de una ciudad responde a un ritual, pero asimismo a unas características

simbólicas de la forma, o, mejor dicho: la arquitectura empieza allí donde el uso

como ritual y el uso como capacidad de representación se unen.” (pág. 50)

Por habitar se entiende tanto como un uso (o ritual), como una significación simbólico-cultural,

es decir: el hombre no aísla el uso práctico de la significación “social” de este uso. Pues no es un

hecho fácil, y ciertos antropólogos han escrito muchas e interesantes páginas sobre las formas de

habitar y sus transformaciones. Muntañola afirma que la arquitectura moderna debería analizar

todas las formas de vida y todos los significados simbólicos de las formas físicas, es decir: ritual

y símbolos formalizados a efectos de enriquecer el entorno y evitar un empobrecimiento

progresivo de la capacidad sensible del cuerpo humano, ya que, en culturas actuales el entorno

tiene a especializarse peligrosamente tan sólo en la vista.

“Cada cultura tiene sus “lugares típicos” que representan sus costumbres más

enraizadas y esenciales. Si esos lugares son destruidos, las costumbres y, con ellas

parte de la cultura, desparecen.” (pág. 52)

Referente a la última dimensión: diseñar; indica que el diseño empieza cuando nos damos cuenta

de que cualquier forma de construir y/o habitar está siempre sujeta a la crítica, al cambio, al

perfeccionamiento. El arquitecto se especializa en el diseño a fin de aprender a prever y a controlar

las necesidades de la arquitectura y del urbanismo; no siempre lo hace, pero ésta es su tarea. Si

bien el diseño arquitectónico no es una ciencia, éste tiene aspectos que lo acercan tanto a las

ciencias como al arte. A fin de describir brevemente las características de este “arte- ciencia” de

diseñar, Muntañola escoge tres aspectos esenciales:

 Aspecto tipológico del diseño:


Se entiende por tipología a una agrupación espacial de elementos arquitectónicos

como columnas, pareces, ventanas, etc.; que se mantiene permanente en un contexto

histórico-geográfico determinado. Para la persona que diseña, las tipologías son

importantes, puesto que contribuyen a “conservar” la memoria de lo que es una

cultura y permiten empezar a diseñar desde una tradición y no desde cero. Las

tipologías nos enseñan que no todas las combinaciones de elementos arquitectónicos

son habitables. El origen de una tipología ni puede encontrarse en la técnica ni en las

costumbres sociales, sino siempre en la acción recíproca entre ambas. Rafael Moneo

dice “estudiar las tipologías es estudiar la arquitectura”.

 Aspecto retórico del diseño:

Puesto que no existen dos lugares iguales, ni dos monumentos históricos

equivalentes, es imposible encontrar tipologías válidas para todas las épocas y para

todo lugar. Los diseñadores transforman las tipologías para adaptarlas a las nuevas

necesidades y a las nuevas “modas”. Para transformar estas tipologías existen mil

estrategias retóricas de muy diversa naturaleza. Para hacer posible que las estrategias

retóricas ayuden a hacer posible el efecto deseado del edificio que se proyecta,

debemos tener en cuenta tres aspectos complementarios

a) Las estrategias retóricas quieren “convencer” al cliente de que el edificio es

adecuado.

b) Ayudar a “componer” el edificio, o el grupo de edificios.

c) Relacionar un edificio con los de su entorno y con el contexto físico

próximo.

 Aspecto poético del diseño

No todo el mundo diseña con la misma calidad poética. Hay quien tiene más

habilidad con el diseño que con la música, o al revés. Las obras arquitectónicas de
calidad poseen una estructura poética mejor elaborara que las demás. Esta estructura

poética fue analizada por el filósofo Aristóteles en la tragedia, pero comparando con

la buena arquitectura se deduce las siguientes características: la justa medida,

complejidades significativas, recobrar y transformar antiguas tipologías y

composiciones retóricas de antaño. La poética es siempre lo que da el nivel de

habilidad estética de un arquitecto, y su sensibilidad hacia el objeto que proyecta en

el seno de una sociedad.

La tercera parte se refiere a como se encuentra la arquitectura actualmente, sus tendencias,

protagonistas y su relación con la educación básica. J. Muntañola analiza dos grupos importantes

de tendencias post-modernos: los que quieren crear una arquitectura sin significados simbólicos

externos y los que buscan en la historia de la arquitectura significados simbólicos y rituales

aprovechables. El primer grupo está formado por los partidarios de una arquitectura “autónoma”

en el tiempo y en el espacio. Ello significa que las razones de uso o de forma de un edificio hay

q buscarlas en este edificio y no en edificios anteriores; con referencias históricas conceptuales,

pero sin referencias simbólicas. Algunos representantes son Peter Eisenman y Robert Venturi. El

otro grupo quiere recuperar el simbolismo de la arquitectura y el valor de las referencias históricas

directas. Pero hay que darse cuenta que la sutileza y de la complejidad de la arquitectura ante la

que cualquier clasificación resulta siempre poco atinada.

En el proceso de hacer arquitectura participamos todos. En este proceso de participación es muy

variable de una cultura a otra y de un momento histórico a otro; refleja muy exactamente la

sociedad en que vivimos. Aunque no es lo mismo una participación política que una participación

social, o que una participación física. Pero es muy cómodo hacer recaer toda la responsabilidad

sobre políticos, los arquitectos o los técnicos y de esta forma pensar que ya no hace falta

preocuparse ni responsabilizarse de nada.

La arquitectura no ha sido objeto de atención en la enseñanzas básicas y media, no ha sido así con

la literatura ni con el dibujo. J. Muntañola, con estudios efectuados con niños y adolescentes de
dos a quince años de edad, ha podido comprobar que nadie nace con capacidad mental de hacer

arquitectura, si bien todos podemos llegar a un grado de desarrollo muy útil si el medio que nos

rodea no es mínimamente favorable. Si bien construir, habitar y diseñar son actividades básicas

del ser humano, es bueno considerar que se incluyan en su proceso de aprendizaje.

COMENTARIO CRÍTICO:

A pesar de tener más de dos mil años, el planteamiento vitruviano sigue presente, el autor Josep

Muntañola con ayuda del texto del filósofo Heidegger, moderniza las dimensiones a construir,

habitar y diseñar. Cada uno explicado de forma sencilla y relacionado con la cultura. La obra fue

publicada en la década de los 90’s, así que en el ámbito que estudia las tendencias arquitectónicas

han variado en las últimas décadas, debido al avance tecnológico y los cambios de necesidades,

y en ciertos lugares tratando de buscar maximizar el espacio por la sobrepoblación, a veces

llegando a ser una arquitectura efímera. Pero a pesar de eso, las bases fundamentales del autor

para definir la arquitectura forman parte de todo diseño, siempre estuvo y estará. El autor trata de

convencer que la arquitectura es una necesidad de primer orden, y que es recomendable aceptar

sus propuestas de enseñanza arquitectónica en la enseñanza básica.

CONCLUSIONES:

La obra afirma que la arquitectura se base en construir, habitar y diseñar. Y que solo ha variado

por las diferentes épocas y/o culturas. Las cuales deben ser estudiadas y ser transformadas según

las tendencias, tomándolas como inspiración. El libro es útil por su explicación sencilla y

recomendaciones en el ámbito educativo.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

J. Muntañola (1985) Comprender la arquitectura.


Editorial Teide - Barcelona

Martin Heidegger (1951) Construir, habitar, pensar

Bruno Zevi, Arquitectura e Historiografía


Historia de la Arquitectura, Antología crítica

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