Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
LA PEDAGOGIA TRADICIONAL.
LA PEDAGOGIA NUEVA.
LA PEDAGOGIA TECNICISTA:
La pedagogía tecnicista inspirada en los principios de racionalidad, eficiencia y
productividad, propone el reordenamiento del proceso educativo de manera de
tornarlo objetivo y operacional.
Se busco planificar la educación de modo de dotarla de una organización racional
capaz de minimizar las interferencias subjetivas que pudieran poder en riesgo su
eficiencia. En la pedagogía tecnicista el elemento principal pasa a ser la
organización racional de los medios, ocupando profesor-alumno una posición
secundaria. La organización del proceso se convierte en la garantía de eficiencia,
compensando las deficiencias del profesor y maximizando los efectos de su
intervención. Es el proceso el que define lo que profesores y alumnos deben
hacer, así como cuándo y cómo lo harán.
Para la pedagogía tecnicista, el marginado será el incompetente o sea el
ineficiente e improductivo. La educación contribuirá a superar el problema de la
marginalidad en la medida que forme individuos eficientes, por lo tanto capaces
de contribuir al aumento de la productividad de la sociedad. Así estará cumpliendo
su función de igualación social. En este contexto teórico, la igualación social es
identificada con el equilibrio del sistema. La marginalidad, esto es la ineficiencia
y la improductividad se convierten en una amenaza contra la estabilidad del
sistema. La educación es un subsistema cuyo funcionamiento eficiente es esencial
para el equilibrio del sistema social del que participa. Para la pedagogía tecnicista
lo esencial es aprender a hacer.
La pedagogía tecnicista, al intentar transferir a la escuela la forma de
funcionamiento del sistema fabril, perdió de vista la especificidad de la
educación, ignorando que la articulación entre escuela y procesos productivos se
da de modo indirecto y a través de complejas mediaciones.
CUESTIONARIO GUIA:
1. Identificar cuáles son los dos grandes grupos en que pueden ser clasificadas las
Teorías Educativas y decir como conciben la sociedad, la función de educación y
la marginalidad.
2. Explicar cual es el criterio que adopta Saviani para denominar a las Teorías
Educativas en no-criticas y criticas-reproductivistas.
3. Indicar cuáles son las pedagogías que podemos clasificar dentro de las teorías no-
criticas.
4. De la pedagogía tradicional: identificar época y el principio que la sustentaba, la
función de la escuela, del docente y del alumno, como explica la marginalidad,
como se organiza la escuela.
5. De la pedagogía nueva identificar: la función de la escuela, como explica el
fenómeno de la marginalidad y cual es la respuesta a ella desde la escuela, cual
es el eje de la cuestión pedagógica, como se organiza la escuela, cual es la
función del docente y del alumno, por que dice Saviani que la llamada Escuela
Nueva no soluciono el problema de la marginalidad, sino que lo agravo.
6. De la pedagogía tecnicista, identificar de donde surge este modelo, la función del
docente y del alumno, la organización del proceso educativo. Como explica el
problema de la marginalidad y como se supera desde la educación. Que papel
juega la planificación y cual es la critica a esta pedagogía.
7. Clasificar las teorías que se pueden considerar dentro de las teorías crítico-
reproductivistas.
8. De la teoría del sistema de enseñanza como violencia simbólica, identificar
representantes; por que la denominación violencia simbólica, la función de la
escuela e interpretación de la marginalidad y de la educación.
9. De la teoría de la escuela como aparato ideológico del estado: identificar
representante, de donde deriva el concepto de aparato ideológico del estado, que
relación hay entre aparato ideológico del estado y aparato ideológico escolar,
como funciona en la escuela y como explica el fenómeno de la marginación.
10. De la teoría de la escuela dualista: identificar representantes, por que el nombre
de escuela dualista, doble función de la escuela, como explica la marginación.
Los supuestos y argumentos de las distintas teorías de la educación y de qué modos estos
entendían el problema de la marginalidad.
Las teorías no-críticas ven a la marginalidad como un accidente, una desviación dentro de
una sociedad armoniosa. Así, la pedagogía tradicional considera que la causa de la
marginalidad es la ignorancia, por lo tanto la educación corrige tal ignorancia. Para la
pedagogía nueva es el rechazo la causa de la marginalidad, de modo que la educación
debe ser capaz de integrar a los alumnos. Por último, la pedagogía tecnicista plantea que
se margina al incompetente, al que no se adapta al proceso educativo, suponiendo que de la
organización del proceso educativo depende la eficacia de la educación, y no tanto de los
agentes que participan en ella.
Como se aprecia en el párrafo anterior, hay ciertos supuestos respecto a cómo debiese
lograrse la superación de la marginalidad (o siendo más honestos y claros, la revolución).
Sin embargo, no creo poder desarrollarlos aquí, sino que me limitaré simplemente a
esbozarlos, aplicarlos al tema de la educación y argumentar la aplicación de dichos
supuestos (digo supuestos, porque todavía son sólo eso).
Creo que el modo por el cual las clases/grupos dominados pueden dejar de ser dominados,
no es a través de la “toma del poder”, sino que a través de la modificación del modo en que
se estructuran las relaciones de poder en nuestra sociedad. En ese sentido, al aplicar dicho
modelo al tema de la educación, podría esbozar la siguiente tesis: La escuela es una
instancia de poder que no debe ser “tomada” por las clases dominadas, sino que debe ser
reemplazada por otra instancia que le compita o totalmente modificada en su estructura y
determinaciones, al punto que llamarle “escuela” sería impropio, o al menos, confuso”.
En resumen, me parece que la escuela más que ser utilizada como instrumento del
proletariado o de grupos marginados, debe ser reemplazada por otra instancia, a la que
podemos llamar o no “escuela” (en realidad el nombre que tenga esa nueva instancia poco
importa, pero por “escuela” normalmente se entiende el sistema educativo actual, y esta
nueva instancia será muy distinta a la actual, aunque también sea un sistema educativo).
Prefiero promover una instancia que compita con la escuela antes que promover destruir
(modificar totalmente) a la escuela, ya que considero a esta segunda opción como
irresponsable ya que ignora las condiciones actuales de la clase obrera, en el sentido que
evalúa muy apresuradamente los medios que esta clase puede usar para luchar contra la
clase dominante. Además, pese a que dicha opción llama a las clases dominadas a luchar
contra un instrumento de la clase dominante, puede significar perder la posibilidad de
desarrollar una cultura crítica crucial para su propia liberación (Donald, 1983 en Giroux,
1983).
Ya que me parece poco apropiado lanzar una tesis sin más, trataré de desarrollar o
argumentar dicha tesis, de un modo más acabado y elaborado. Para ello me será útil
analizar las críticas que hace el autor a la “educación compensatoria”.
Pero a todo eso, yo agregaría una crítica respecto a quienes normalmente impulsan dichos
proyectos compensatorios. Estos son, en su mayoría, programas estatales o
gubernamentales, es decir, llevados a cabo por el Estado o a través de él. Pero el Estado, al
igual que la escuela, es un aparato capitalista, un instrumento de la burguesía. Y si
entendemos que la “educación compensatoria” amplía los horizontes de la escuela, y que
esta es un aparato ideológico al servicio de los intereses de las clases dominantes, tenemos
por consecuencia que el Aparato Ideológico del Estado más efectivo (la escuela, según
Althusser) puede extender enormemente su campo de acción, es decir, puede inculcar la
ideología burguesa más allá de la escuela.
Creo necesario reforzar más mi idea. Anteriormente di las razones de porqué no proponía
como solución el destruir la escuela, pero no dije nada sobre las posibilidades de resistencia
al interior de la escuela. Evidentemente, posibilidades de resistencia las hay, el problema si
son suficientes o no. Al entender los mecanismos por los cuales las clases dominantes
ejercen su dominio, nos damos cuenta de que hasta las acciones de resistencia tienen un
carácter contradictorio. Y esto lo encontramos fuera y dentro de la escuela. El punto es
encontrar una instancia lo más libre posible del dominio de las lógicas capitalistas,
encontrar momentos no-reproductores (Giroux, 1983). Y es cuando pienso respecto a dicha
instancia que la escuela deviene no como un buen lugar. Para explicarme, me ayudaré del
concepto de Zona Temporalmente Autónoma (TAZ, en inglés) de Hakim Bey (1990).
Ahora bien, entender la posibilidad de una acción pedagógica fuera de la escuela es algo
complejo. Aquella posibilidad tendría que estar fuera de cualquier instancia que sea usada
como aparato del Estado o de las clases dominantes. Tendría que ver con “escuelas” no-
institucionalizadas. Sin embargo no podría ser sólo eso, ya que tampoco debe compartir el
tipo de relaciones que se dan en las escuelas institucionalizadas, como las que describen
Bourdieu y Passeron bajo el nombre de violencia simbólica. Estas escuelas no-
institucionalizadas no deben disimular las relaciones de fuerza material que estructuran la
sociedad, ya que dicha disimulación es la base sobre la que se sostienen legítimas las
formas de dominación. Además, como plantea Saviani, hay que lidiar con el hecho de que
han sido los métodos pedagógicos clásicos los que han tenido más éxito, no en el propósito
de superar la marginalidad, pero sí en el propósito de instruir, de transmitir los
conocimientos, aunque pongamos en duda su capacidad de producir conocimientos.
Entonces, cuando Saviani se pregunta “¿es posible articular la escuela con los intereses
dominados?”, yo diría que la pregunta debiera responder más a la necesidad de comprender
críticamente la educación, más que a la escuela institucionalizada. En esa dirección, cuando
el autor hace un llamado a entregar un arma de lucha –aunque de poder limitado- a los
educadores, debiese entenderse en primer lugar que los educadores son aquellos que educan
(como diría Marx, las acciones definen a los sujetos) sin importar donde educan. Esta arma
de lucha no debería estar en la escuela, ya que si se encuentra allí se va a ver enfrentada a la
maquina institucional que determina en gran medida –decir “sobredetermina” creo que es
mucho- a los actores sociales que pertenecen a ella. La influencia de la sociedad es muy
fuerte, por lo tanto dicha arma de lucha o de resistencia debiese estar justo allí donde
existan microsociedades que luchen y resistan, que sean autónomas, aunque sea sólo
temporalmente.
BIBLIOGRAFÍA