Sei sulla pagina 1di 9

EL BAÚL OCULTO

DE LAS ETIQUETAS
Como madres y padres muchas veces deseamos guardar recuerdos que amamos profundamente,
porque nos evocan experiencias o etapas vividas con nuestros hijos, las cuales tienen un especial
significado para nuestras vidas. Cualquier ocasión será un motivo especial, algunas son realmente
todo un acontecimiento,y esos pequeños detalles, como el primer mechón de su cabello, su primer
diente, su primer dibujo, la fotografía de su primer cumpleaños, su primer mameluco, su primera
carta a Santa Claus, su osito de peluche favorito, entre otros, son los que irán engrosando
la lista de tesoros que guardaremos en ese baúl especial de recuerdos.

Con el paso del tiempo, nuestra memoria no siempre recordará con total precisión todos esos
momentos, aún cuando estén guardados especialmente en la mente y el corazón, así que tener
recuerdos físicos atesorados, nos permitirá de forma más fácil perpetuar las sensaciones
y emociones experimentadas en cada acontecimiento.

Y así como vamos llenando ese baúl de cosas lindas, los niños también van atesorando en
su propio baúl, que no es visible ante nuestros ojos, uno que tiene capacidad y volumen
ilimitados, ese “baúl oculto de las etiquetas”, aquel que estará repleto de todas las
palabras que deterioran su autoestima, aquellas que sin mucho afecto, han sido manifestadas
por sus padres, hermanos, abuelos, tíos, primos, nanas, cuidadores, maestros, docentes, amigos,
compañeros e incluso desconocidos, esas palabras que les han sido “regaladas” a lo largo
de su corta infancia y que serán su mantra en el futuro.
RECORRIENDO EL MUNDO
DE LAS ETIQUETAS
El concepto de “etiquetas” se asocia a ese rótulo, señal, marca que está adherida a un objeto,
para facilitar su identificación ó clasificación, en ella podremos observar la descripción de su contenido,
información de los ingredientes o componentes, fecha de elaboración, de vencimiento, color, talla,
recomendaciones, entre otros aspectos, en fin, un sin número de atributos de un producto que
queremos comercializar y sobre el cual nos enfocamos para resaltar su imagen y mostrar los
grandes beneficios que le puede ofrecer al consumidor.

Sin embargo, hemos ido humanizado ese vocablo, asociándolo a costumbres, códigos sociales,
englobando en el concepto de “etiqueta” a las personas, que tienen ciertos tipos de
comportamientos que pueden ser socialmente aceptados o no.

Usualmente cuando utilizamos términos para describir esos comportamientos que desde nuestro
punto de vista no son aceptados, lo primero que viene a nuestra mente son palabras negativas, que
usamos particularmente para hacer énfasis en el Ser, en el niño, y no en el hacer, su
comportamiento, éste que es al final el que realmente nos causa molestia.

En determinados momentos usamos palabras positivas, con las que se elogia el comportamiento de
los niños, por el reconocimiento de algún logro, pero al igual que las negativas, hacen referencia al
ser y no al hacer, y son tan nocivas como las primeras.
ETIQUETAS NEGATIVAS
ETIQUETAS POSITIVAS
(¿CÓMO LAS USAMOS? - LA REALIDAD)
ERES... ¿QUÉ GENERAMOS
TERCO EN LOS NIÑOS CON
TONTO EL USO DE ETIQUETAS?
DESOBE
DIENTE Baja autoestima
MALO
Se afecta su
DESORDENADO
M PL I D O dignidad
INCU
TORPE Inseguridades

Asumen que son


ERES... así y nunca
ÚNICO podrán cambiar
K
UN CRAC
Poca resiliencia
BUENO
P E Ó N
CA M
OBEDIENTE
M E J OR
EL
APLICADO
NUESTRO LENGUAJE ES
UNA TOTAL DESCARGA ELÉCTRICA

El lenguaje que usamos para comunicarnos con nuestros hijos es como el líquido con el que regamos
una planta, si usamos agua limpia y pura, ayudamos a fortalecer sus raíces, si usamos agua turbia,
gaseosas, u otro tipo de líquido, esa planta se debilitará. Es decir, nuestro lenguaje puede fortalecer
o debilitar su autoestima, su carácter, su personalidad.

En momentos de verdad, de tensión, de estrés, tendemos a utilizar palabras que no estarían


concebidas dentro de ese lenguaje adecuado, y en medio de ese fenómeno de múltiples emociones
y sentimientos, nuestro cerebro reptil se activa, hablamos instintivamente, en piloto automático,
de manera impulsiva, en función de la rabia, la ira, la intolerancia.

Y es aquí en ese preciso instante que llega la tormenta, sí esa de relámpago luminosos y truenos
estruendosos, pero al contrario de este fenómeno natural, en el que siempre será más rápida la
velocidad de la luz, momento en que visualizamos el relámpago, y posteriormente percibiremos la
velocidad del sonido, cuando escuchamos el trueno, en esas tormentas de emociones los adultos
soltamos cual descarga eléctrica nuestras palabras, esos truenos que salen estrepitosamente, y un
tiempo después observaremos la velocidad de la luz, esa que prende nuestro bombillo interior para
analizar qué y cómo lo dijimos. Luego llega la calma, aquella en la que todo queda en silencio, con
un sin sabor para los padres y un dolor en el alma para los niños.
Los adultos deberíamos actuar como una tormenta natural, activando primero nuestra luz interior,
para pensar en las palabras y el lenguaje que vamos a utilizar y luego si producir el sonido, palabras
que edifiquen y dignifiquen la autoestima de los niños.

¡ERES TONTO!

¡ERES TORPE!

¡ERES MALO!
CAMBIANDO LA FORMA
DE COMUNICARNOS
Evitar el uso de etiquetas en los niños no significa que los adultos no puedan expresar sus
emociones y sentimientos frente a un comportamiento inadecuado de los más pequeños, y ese
sólo se podrá determinar únicamente cuando tanto los niños como los adultos tengan
previamente establecidos acuerdos, limites o conductas que esperamos tenga
cada uno en determinados momentos o situaciones.

Es válido manifestar que nos sentimos molestos o tristes cuando los niños están incumpliendo
esos acuerdos y debemos referirnos al comportamiento, a esa conducta o acción que realizó el
niño y que como adulto no compartimos porque es contraria a esos límites pactados.

DECIR: EN LUGAR DE ERES:


“DEBES ESFORZARTE UN POCO MÁS” “TONTO - TORPE”
“DÉJAME EXPLICÁRTELO DE NUEVO” “TERCO”
“TE FELICITO POR TU ESFUERZO” “CAMPEÓN”
“SÉ QUE LA PRÓXIMA VEZ LO ORGANIZARÁS MEJOR” “DESORDENADO”
“GRACIAS POR SER PACIENTE” “DESOBEDIENTE”
“DIME QUÉ TE MOLESTA” “LLORÓN”
DECÁLOGO PARA EVITAR EL USO DE ETIQUETAS EN LOS NIÑOS
Se una tormenta natural, la velocidad de la luz es primero, piensa antes de hablar, y que tus
1 palabras sean truenos que empoderen.

2 Ponte en sus zapatos. Empatiza y conecta con sus sentimientos y emociones.


Expresa tus sentimientos y emociones. Haz referencia a lo que hizo y que te molesta no a lo que
3 tu hijo es, su ser, su esencia.

4 Recuérdale los acuerdos pactados. Explícale en qué momento tanto tu hijo como tu los incumple.
Elogia sus logros. Eso fortalecerá su autoestima y le enseñarás que son capaces de mejorar
5 constantemente.

6 Sé ejemplo. No utilices etiquetas para referirte a ti mism@, aunque tú no las utilices con tus hijos,
ellos entenderán que es normal decírselas para sí.
Evita presionarlos. Tu hijo tendrá muchas veces comportamientos inadecuados conforme a tus
7 expectativas.
Establezcan nuevas señales para comunicarse. Construyan conjuntamente códigos, señales, símbolos
8 que le permitan a su hijo expresar cómo se siente y a usted entender y comprender las emociones que
de allí se derivan.

9 Abrázalo y quédate en silencio. En ocasiones tu hijo sólo necesita eso… un gran abrazo.

10 Dile cuánto lo amas. Tus palabras de afecto son fundamentales, asegúrate que tu hijo no sienta que
un comportamiento inadecuado de su parte, conllevará a que se disminuya tu amor hacia él.
¡TE INVITO A PONER EN PRÁCTICA ESTE SENCILLO
DECÁLOGO Y A COMPARTIR EN NUESTRAS REDES TU
EXPERIENCIA AL PONERLO EN PRÁCTICA!

Maritza Niño
Educándonos con Amor
www.educandonosconamor.com

Educándonos con Amor @educándonos_con_amor @EducándonosAmor

Potrebbero piacerti anche