¿CÓMO SUPERO MIS PROBLEMAS? 1 – 2). Este era un gran ejército de moabitas, amonitas y meunitas.
Ellos quieren
2 Crónicas 20:1-30
1era. Parte
INTRODUCCIÓN
RESPUESTAS DE DIOS A LAS DIFICULTADES DE LA VIDA; es la réplica a las
vivencias y situaciones que muchos de nosotros estamos enfrentando y que en más
de una ocasión salimos mal librados por no saber cómo enfrentarlas correctamente.
Hoy estaremos viendo el tema: ¿CÓMO SUPERO LOS PROBLEMAS DE LA VIDA?
A la luz de cómo Josafat, rey de Judá, superó los problemas que se le presentaron.
Josafat llegó a ser rey del reino del sur Judá, a la muerte de su padre el rey Asa. No
fue un mal rey. De él nos dice la Biblia que: “Jehová estuvo con Josafat, porque
anduvo en los primeros caminos de David su padre, y no buscó a los baales,
sino que buscó al Dios de su padre y anduvo en sus mandamientos…” (2 Cr.
17: 3-4).
Su más grande error fue haber hecho parentesco con el perverso rey Acab, rey de
Israel. Sin embargo, dispuso su corazón para buscar a Dios. Pero el buscar a Dios
no nos exime de la presencia de problemas en nuestra vida. Tres enemigos vinieron
a pelear contra Josafat: los MOABITAS, LOS AMONITAS y LOS MEUNITAS (un
copista volvió a escribir amonitas, pero eran los meunitas, descendientes de Maón,
un pueblo árabe del sur de mar Muerto). Tres enemigos. Numerosos todos.
Como Josafat, todos tenemos que hacer frente a batallas o problemas en algún
momento de nuestras vidas:
¿Cuál es el problema más grande que te cuesta superar?
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Gracias a Dios Josafat salió victorioso de sus enemigos y de esa victoria podemos
extraer algunos principios que nos ayudarán a nosotros a obtener nuestras victorias
sobre nuestros problemas. 5 principios a tomar en cuenta para superar nuestros
problemas:
1. IDENTIFIQUEMOS A NUESTROS ENEMIGOS (v.1-2)
“Pasadas estas cosas, aconteció que los hijos de Moab y de Amón, y con ellos
otros de los amonitas, vinieron contra Josafat a la guerra. Y acudieron algunos
y dieron aviso a Josafat, diciendo: Contra ti viene una gran multitud del otro
lado del mar y de Siria; y he aquí están en Hazezon-tamar, que es En-gadi” (vs.
invadir el reino de Judá. Al parecer lo agarra de sorpresa a Josafat, como muchas
cosas en la vida. No sabemos el motivo por el cual quieren invadir Judá. Venían del
otro lado del mar, del Mar Muerto y de Siria, naciones vecinas.
Hay que identificar a nuestros enemigos. A menudo pensamos que el enemigo es
nuestro hijo, es quien quiere quitarnos el trabajo, o es nuestro cónyuge o es alguien
que no está de acuerdo con nosotros. Pero la mayoría de las veces nuestro enemigo
no es la gente, aunque siempre habrá gente a la cual no le caemos bien.
El enemigo número uno es nuestra actitud o nuestra reacción. No es el problema
lo que nos trae derrota sino cómo enfrentamos ese problema. Enfrentamos mal. Mira
la primera reacción de Josafat: “Entonces él tuvo temor…” (vs. 3 a). Esta es una
reacción típica de todos nosotros. Cuando de un momento a otro nos enfrentamos a
un problema decimos: “¿Qué me va a suceder? ¡Tengo miedo!”.
Pero el temor es una reacción natural ante los problemas, no es malo en sí, el
problema radica cuando nos paraliza y no nos conduce a resolver el problema o nos
lleva al desaliento o nos hace enojarnos con Dios, entonces allí estamos dejando que
el temor nos controle y esté mal. Pero si usamos el temor para motivarnos a vencer
el problema, eso es correcto.
Pero el enemigo número dos es el enemigo de nuestras almas, el diablo: “Pues
no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores
malignos y autoridades del mundo invisible…” (Ef. 6: 12 NTV). El creyente debe
entender que tiene un enemigo terrible detrás de todo problema que intenta destruir
nuestra vida, nuestra familia, nuestro matrimonio. Tenemos que cambiar nuestra
perspectiva y no nuestros problemas. Antes de empezar a ganar en nuestras batallas
personales, debemos conocer bien a fondo a nuestro enemigo.
¿De qué manera nuestra actitud podría ser un tropiezo para la solución de
nuestros problemas?
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2. LLEVEMOS TODO PROBLEMA AL SEÑOR (v-3-4)
“Entonces él tuvo temor; y Josafat humilló su rostro para consultar a Jehová,
e hizo pregonar ayuno a todo Judá. Y se reunieron los de Judá para pedir
socorro a Jehová; y también de todas las ciudades de Judá vinieron a pedir
ayuda a Jehová” (vs. 3-4). Josafat tuvo miedo porque se enfrentaba a un problema
aparentemente desesperante. ¿Qué fue lo que hizo? Reconoció sus limitaciones y
buscó a Dios. Proclamó ayuno e hizo que todas las personas de Judá se reunieran
a buscar al Señor, y las personas de todas partes acudieron a buscar a Dios.
Tenemos que aprender a llevar todo problema al Señor, no se quede con el problema
usted, no trate de resolverlo sin la ayuda de Dios. Todo problema debe llevarnos
siempre a orar. La oración es la primera arma que debemos usar cuando nos

TEMA PARA CÉLULAS

enfrentemos a las batallas de la vida y no la última. Su problema no tendrá solución
hasta que lo lleve a Dios.
¿Cuándo fue la última vez que pasó un tiempo prudencial delante de Dios
contándole sus problemas?
___________________________________________________________________ LECCIÓN N° 01
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3. RECONOZCAMOS NUESTRAS LIMITACIONES (v.12)

Josafat clamó al Señor y entre las cosas que reconoció fue el poder de Dios: “Jehová
Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y tienes dominio sobre
todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que
no hay quien te resista? (vs. 6). Dios tú tienes todo el poder e inmediatamente dijo:
“¡Oh Dios nuestro! ¿no los juzgarás tú? Porque en nosotros no hay fuerza
contra tan grande multitud que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer,
y a ti volvemos nuestros ojos” (vs. 12). Rick Warren dice: “Solo hay una clase de
persona a la que Dios no ayuda, y esa es la que cree que no lo necesita”, y esto es
verdad.
Si tú crees que puedes resolver tus problemas por ti solo, no esperes ayuda de Dios.
Pero cuando admites tus limitaciones y pides ayuda, Dios comenzará a poner manos
a la obra. Josafat reconoció sus limitaciones y puso su mirada donde debía ponerla.
Nota: “¡Oh Dios nuestro!....no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros
ojos” (vs. 12 b).

CONCLUSIÓN
Cuando en la tierra las cosas se ponen difíciles es hora de poner nuestros ojos en el
cielo. Nunca pongas los ojos en el problema, te vas a asustar y te puede paralizar o
desanimar.
Tenemos que poner nuestra mirada en aquel que puede resolver nuestros
problemas: EL DIOS TODOPODEROSO. Pero llegar a mirar hacia arriba implica que
primero reconocemos nuestras limitaciones humanas. Iglesia Alianza Cristiana y Misionera – Los Olivos
Teléfono: 485-6215 Email:Iacym_losolivos@hotmail.com
OREMOS
Es un buen momento para contarle a Dios de tus problemas………Continuará…