GERD THEISSEN

DEFENSA DE UNA RELACIÓN RENOVADA

ENTRE EXÉGESISY HOMILÉTICA
Un nuevo "primado" del texto en la predicación

La exégesis y la homilética son como /os compañeros de una vieja

pareja en crisis conyugal... GerdTHEISSEN reprocha a la homilética el
no tener en cuenta los cambios epistemológicos y hermenéuticos que
se han dado en la exégesis. Se trata, en primer lugar, de reconocer el
pluralismo exegético y el hecho de que la exégesis no llega a estable-
cer un sentido del texto, sino que propone sentidos entre los que el
predicador ha de escoger. En segundo .lugar, el conjunto de textos
remite a una gramática de la fe bíblica que el autor propone en
quince temas. Esta clave de lectura debería ahorrar al predicador fa
esclavitud de la letra y favorecer su libertad creadora.
Plaidoyer pour une relation renouvel/ée entre exége~e et homiletique.
Un nouveau "primat" du texte dans la prédication. Etudes Théologi-
ques et Religieuses 75 (2000) 531-547.

Planteamiento y algunos pa- pauta del texto. ¿Quién puede te-

sos esperanzadores
En el protestantismo, la exé-
gesis y la homilética forman una
pareja sólida. Sin embargo, su re-
lación se parece, desde hace un
tiempo, a un matrimonio disloca-
do. ¿Qué problemas hay en el ori-
gen de estas dificultades? Son de
dos órdenes. Pero sus soluciones
se bloquean una a la otra.
Primer problema: la homilética
busca por todas partes una nueva
inspiración para la predicación: en
la retórica y en las ciencias de la
comunicación, en las letras y en la
estética, en la psicología y en 1~ so-
ciología. Pero ya casi no la busca
en su vieja compañera, la exége-
sis. Más aún, se da en la homilética
una rebelión contra la exégesis
que se parece a la rebelión de un
adolescente. Se rechaza que la
exégesis dicte al predicador la
ner la satisfacción de predicar así?
Las predicaciones en la forma de
un lenguaje autoritario son obso-
letas. Pero ¿es justo hacer respon-
sable a la exégesis de esta defor-
mación hacia el autoritarismo?
Segundo problema: al mismo
tiempo se levanta una contra-que-
ja: La homilética se siente arrin-
conada por la exégesis. La homi-
lética se queja de la exégesis, como
si ésta prefiriera mantenerse fue-
ra de la casa de la teología, y se
pusiera al lado de las ciencias his-
tóricas y de los archivos hacia las
que el relato bíblico es empujado.
Incluso algunas veces los exege-
tas, dan la impresión de que una
exégesis es tanto mejor y más
concluyente cuanto menos signi-
ficativos son sus resultados para
el mundo de hoy y para la teolo-
gía. En la experiencia de muchos
predicadores la exégesis aparece

184
como una montaña de hipótesis
bajo las que el texto desaparece.
La conexión de estos dos pro-
blemas conduce a una aporía. El
distanciamiento histórico puede
erosionar las pretensiones auto-
ritarias de ciertas explicaciones
bíblicas kerigmático-teológicas.Ya
que, cuando se sitúa el texto en
su contexto histórico, este texto
simplemente no puede proyectar-
se en la actualidad.A la inversa, se
puede acortar la distancia históri-
ca del texto mediante afirmacio-
nes kerigmático-teológicas. Pero
los dos problemas no se pueden
resolver a la vez. La homilética
debería reconocer que la exége-
sis ha cambiado tanto en los mé-
todos como en los presupuestos
teóricos y hermenéuticos. Por
desgracia para la homilética estos
cambios no se traducen en alien-
tos a la predicación.
Uno de los primeros puntos ·
que puede ayudar es constatar el
fin de una exégesis que sitúa en
lugar privilegiado la investigación
de los diferentes estados del tex-
to. Durante mucho tiempo ha pa-
recido que el orgullo de todo exe-
geta era descubrir los niveles del
texto hasta llegar a determinar a
qué fuente pertenece el v. 8ab
como distinto del v. 8ag. Hoy rei-
na un cierto consenso para afir-
mar que la tarea decisiva del exe-
geta es la interpretación del tex-
to tal como figura en el canon.
Varios factores han conducido a
esta evolución. a) La lingüística ha
contribuido a establecer la prima-
cía de la sincronía sobre la diacro-
nía. El sentido de un texto se en-
cuentra en el cruce simultáneo de
elementos diferentes. b)La herme-
Defensa de una relación renovada entre exégesis y homilética
néutica ha desplazado su reflexión
del autor (y de su punto de vista)
al lector (y su interpretación). Un
lector siempre tiene algo que ver
con el texto y su estado final. e)
La historia de la recepción parte
siempre del texto er).su estado fi-
nal. Esta historia de l~. re~.:epción
ha mostrado que la ph:n:.alidad de
sentidos se contiene en el estado
final del texto. d) La crítica canóni-
ca (canonical criticism),descubre en
los textos y en la historia de su
composición una tendencia canó-
nica, que apunta hacia su estado
final. e) La última aportación es de
la historia de la redacción (Redaktio-
nsgeschichte) que estudia el traba~
jo redaccional del autor tanto en
lo que retiene como en lo que no
retiene, a partir de la tradición.
Hay tensiones detrás de estos
diferentes factores. De una parte
la mens auctoris (el espíritu del
autor) se halla fuertemente reJa~
tivizada, de forma que se puede
interpretar el texto como inde-
pendiente de las intenciones del
autor. Pero, por otra parte, esta
mens auctoris está sobrevalorada
a fin de fundar una exégesis del
estado final. En cualquier caso, la
tendencia a una exégesis del tex~
to en su estado final parece ser
una bendición para la homilética.
¿Por qué? En la liturgia y en la pre~
dicación los textos figuran en su
estado final. Estos son directamen~
te accesibles a los laicos. Con la
exégesis del estado final del tex-
to, la ciencia y la práctica de la Igle-
sia, en la liturgia, la meditación o
el catecismo, parten de nuevo del
mismo objeto, tienen el mismo
objeto como punto de mira de sus
preocupaciones.
185
 La exégesis del estado final del
texto ha conducido ciertamente
a una nueva proximidad entre la
exégesis y la homilética. Pero esto
no parece suficiente para una
comprensión mutua duradera. La
concentración exegética sobre el
estado final del texto ha reforza-
do la convicción de que el ochen-
ta por ciento de lo que producen
los exegetas no es utilizable en la
práctica. El sentido de un texto
está determinado por las relacio-
nes textuales puestas directamen-
te delante de nosotros.
PLURALISMO EXEGÉTICO
De la diversidad de referen-
cias a los pre-textos
Las· predicaciones son textos
sobre textos y metatextos y so-
bre textos primarios. Esto hace de
la predicación una realidad de se-
gunda mano. Sin embargo, hoy sa-
bemos, en base a los progresos
de la intertextualidad, que todo
texto tiene su referencia en otro
texto. Cada autor ha sido prime-
ro lector u oyente antes de ser
autor. Si todo texto tiene un tex-
to de referencia, la predicación no
es un caso aislado dentro del es-
tilo discursivo.
La investigación intertextual ha
insistido en el hecho de que un
texto no se relaciona de una for-
ma única a su texto de referencia.
La cita directa constituye un caso
límite. El comentario explícito de
una cita textual es otro caso, pero
hay más. La exégesis ha trabajado
particularmente la diversidad de
tipos de referencia al AT en los
textos neotestamentarios. Estas
186 Gerd Theissen
Pero hemos de ir más allá. No
puede haber predicación gozosa
si· los textos bíblicos no son to-
mados con seriedad en todos sus
aspectos, sin dejar de lado Jos as-
pectos históricos. Esta constata-
ción justifica la defensa de un nue-
vo primado del texto, también en
el caso de la homilética. Este nue-
vo primado se distingue del ante-
rior en el que el exegeta tenía el
papel de dictador y se libera, por
otra parte, de la contingencia de
un conocimiento exegético e his-
tórico que ha perdido su papel.
referencias no son solamente el
cumplimiento de las profecía~. El
NT utiliza sobre todo el lenguaje
de las oraciones, mandamientos y
relatos propios del AT. En compa-
ración con todo esto, la predica-
ción es muy uniforme en su ma-
nera de referirse al texto bíblico.
Lo que priva es la exégesis temá-
tica. Si sólo existe una forma de
relación al texto de referencia, que
es la Biblia, es casi como si no hu-
biera ninguna. En efecto, una ma-
nera única de referirse a un texto
se hace pronto más que fastidio-
sa. Defiendo, por el contrario, una
pluralidad de formas de referen-
cia y doy aquí sólo tres ejemplos:
- Es posible hacer deliberada-
mente variaciones sobre el texto,
explicar una parábola de una ma.:
nera novedosa dándole un final
inesperado: el hijo pródigo será
acogido por su madre, por ejem~
plo. O la parábola de la oveja per-
dida se convierte en parábola del
pastor perdido. Pero, para poder
realizar esto con respeto al sentí-
do del texto, es necesario cono-
cer las estructuras de la parábola.
Hay que hacer el análisis de las
parábolas, antes de convertirse en
narrador de parábolas.
- Los textos bíblicos se pue-
den también presentar en su ela-
boración. Pablo dicta a Tercio un
pasaje de su epístola a los Roma-
nos. Al mismo tiempo hace algu-
nas consideraciones intermedias
que Tercio no ha transcrito. Esta
manera de proceder presupone
también el conocimiento de las
condiciones de elaboración de la
carta a los Romanos, para poder
usar el texto y todas sus poten-
cialidades.
- Los textos bíblicos se pre-
sentan desde el ángulo de su re-
cepción. La carta a los Corintios
llegó a sus destinatarios. Los dis-
tintos grupos que constituyen la
comunidad discuten su interpre-
tación. Quien no sepa gran cosa
de la Iglesia de Corintio apenas
puede entrar en un juego de este
tipo con el texto.
Las alusiones son otra forma
de tratar el texto. los textos de-
jan espacio para ello. Pero cono-
cer este espacio supone conoci-
mientos histórico-críticos. Desde
el punto de vista de la investiga-
ción intertextual se trata de las re-
laciones de los pre-textos con los
textos. la Biblia está formada por
un continuo retomar textos an-
teriores. la predicación no es más
que la continuación actual de este
proceso. Quien, en nombre de la
homilética, desacredite el clásico
trabajo histórico-crítico de hacer
visibles los pre-textos (Yortexte)
no hace ningún servicio a la pre-
dicación.
Defensa de una relación renovada entre exégesis y homilética
Pluralidad de explicaciones
Otro problema, en la relación
entre exégesis y homilética, es el
dominio de la explicación en la
predicación. El punto de vista se-
gún el cual la exégesis puede sa-
car del texto estudia4o 4n skopos
determinado es ingenuo.l<?s tex-
tos son abiertos. Permiten una
multiplicidad de explicaciones,
pero no todas. Una exégesis sabia
puede abrir un abanico de expli-
caciones posibles.También puede
invalidar otras. Sin embargo no
está en condiciones de dar la úni-
ca santa ínterpretación.A este res-
pecto, numerosos exegetas han
tomado conciencia de un cambio.
Sólo puedo presentar aquí algu-
nos puntos para hacer compren-
der nuestra actitud más modesta
respecto del valor de los resulta-
dos exegéticos.
a) La hermenéutica de la his-
toria de la recepción del texto ha
tomado plena conciencia de que
todas las explicaciones están con-
dicionadas por precomprensiones
históricas. Sí el comprender resul-
ta una fusión en el horizonte en-
tre dos mundos, la explicación
verdadera y única no existe. Sólo
existe la acumulación histórica de
explicaciones.
b)EI diálogo ecuménico ha con-
ducido a reconfesionalizar la exé-
gesis. Cada confesión tiene bue-
nas razones para explicar los tex-
tos bíblicos de distintas maneras.
Con razón la serie de comenta-
rios "Evangelisch-katholischer Kom-
mentar" contiene la historia de la
recepción y de la explicación del
texto a fin de hacer históricamen-
te comprensibles las diferentes
187
explicaciones confesionales y su-
perar sus límites.
c)La historia de la investigación
tiene un montón de propuestas de
explicaciones. En más de doscien-
tos años de investigación históri-
co-crítica, ciertas explicaciones vuel-
ven regularmente a algunas varian-
tes. La intuición de que es conve-
niente que encuentren alguna justi-
ficación en el texto se impone.
No se debe esperar, por tanto,
de la exégesis explicaciones este-
reotipadas sino sólo proposicio-
nes. Esto da libertad al predicador.
Sin embargo existen diferentes
maneras de usar esta libertad. Es
ella la que permite exponer en una
predicación diferentes significados
del texto, con la ayuda de los siguien-
tes procedimientos narrativos.
• Es posible poner en escena
diferentes intérpretes, a fin de
aprender el sentido de un pasaje
oscuro. Cada intérprete da su ilu-
minación. No tienen por qué ser
necesariamente teólogos. Y pue-
den venir de diferentes disciplinas:
un historiador de las religiones, un
jurista, un sociólogo.
• Igualmente es posible expo-
ner diferentes reacciones acerca
de un texto. Puede tratarse de
destinatarios del texto o de con-
temporáneos a los que se entre-
vista con la ayuda de una narra-
ción ficticia.
• También es plenamente po-
sible recoger diferentes artículos
de prensa que comentan un acon-
tecimiento bíblico
• Finalmente, es posible expo-
ner las fases d~ la propia aproxi-
mación al texto y cómo ha sido
comprendido, a lo largo del tiempo,
siempre de una manera nueva.
188 Gerd Theissen
Desde un punto de vista exe-
gético, no sólo es legítima esta plu-
ralidad de explicaciones, sino que
es particularmente apropiada. Los
textos bíblicos son textos abier-
tos. Esto vale no sólo para cada
uno de sus elementos, sino tam-
bién para los textos en su conjun-
to. Por lo que se refiere a los ele-
mentos del texto (sus palabras y
sus imágenes) hoy sabemos que
una palabra encuentra su signifi-
cado gracias a palabras de senti-
do parecido en un campo semán-
tico determinado. Una imagen
toma su sentido por su situación
en el conjunto del campo de la
imagen. Estos campos semánticos,
o de la imagen, sólo aparecen par-
cialmente en el texto. El conjunto
de numerosas analogías, sacadas
de textos históricamente vecinos,
permite precisar el sentido de tal
palabra o de tal imagen particular.
En la explicación de la parábola de
la semilla, por ejemplo, es necesa-
rio saber que las imágenes histó-
ricamente preexistentes engloban
para la semilla los significados si·
guientes: 1/ la semilla designa una
enseñanza, 2/ designa la humanidad
en su conjunto, 3/ designa sus ac-
ciones. Sólo una investigación his-
tórica de las imágenes puede hacer
patente enseguida que las dos ver-
siones alegóricas de la parábola en
el NT (Mt 4, 13-20 y Mt 13, 24-30)
no tienen precedentes de entender
la semilla y la recolección como re-
feridas a la comunidad. Aquí el NT
es innovador. La representación tra-
dicional de esta imagen permite
comprender la comunidad cristia-
na por el aspecto de la Palabra de
Dios, por el de las personas que
la componen, o a partir de sus ac-
dones. Según la parábola de la se- con la ayuda de unidades pre-re-
milla es posible explicar la comuni- daccionales. Los sucesores de la
dad como creatura verbi, como co- historia de las formas (la crítica
munión de los santos y como co- retórica) estudian cada texto en
munión diaconal y también enlazar su situación retórica. Comparada
estos tres aspectos. con la abundancia de formas bí-
Los textos en su conjunto y blicas, la predicación.moderna es
en sus componentes recogen una más bien pobre en es~ p~:.~nto de
pluralidad de sentidos.A través de vista. La Biblia contiene "mitos, no-
la lectura no nos es posible en- ticias, revisiones históricas, leyen-
tender los textos sin completar- das, poemas, sentencias sapiencia-
los un poco. Siempre tienen una les, oraciones, exhortaciones, pa-
zona de indeterminación que el labras proféticas, visiones, etc. La
lector ha de completar activamen- predicación moderna se limita, con
te. Lo mismo vale para la predica- frecuencia, a reflexiones inteligen-
ción. Siempre tiene como objeti- tes y exhortaciones. Podría apren-
vo la reformulación activa por par- der de la riqueza de los géneros
te de los oyentes. literarios bíblicos y ponerse al día
Una tal pluralidad de significa- con los géneros contemporáneos
dos es homiléticamente fecunda. de la comunicación diaria. Así
Los oyentes de una predicación como los profetas veterotesta-
llegan a ser entonces interiormen- mentarios utilizaron las formas de
te activos. Pueden apropiarse un su época, deberíamos hoy trans-
significado presentado o desarro- portar las formas contemporá-
llar el suyo propio. Se les da la li- . neas a nuestra predicación. Por
bertad para escoger el sentido. Los ejemplo: los humanos van en bus-
significados, a propósito de los ca del·amor por medio de peque-
cuales es posible tomar posición ños anuncios. ¿Por qué no utilizar
personalmente, tienen mayor po- pequeños anuncios en nuestras
der de suscitar la adhesión que los predicaciones? Los spots publici-
significados puestos sin alternati- tarios son un medio de expresar
va. Es muy importante subrayar los deseos humanos y exponer un
que la riqueza propia de'un texto estilo de vida. ¿Por qué no formu-
no se puede captar válidamente lar y comentar spots análogos para
sin un conocimiento histórico. Lo la Iglesia y el evangelio? Los s/o·
mismo vale para la pluralidad de gans electorales militan para un
formas y de imágenes. determinado partido ¿Por qué no
imitarlos para hacer campaña para
La pluralidad de formas y de nuestras propias ideas?
imágenes Entre la abundancia de formas
de la Biblia, existen formas ele-
Los textos se nos presentan mentales de discurso que son tam-
con abundancia de formas y de bién fundamentales para la predi-
géneros. La historia clásica de las cación moderna. Los textos bíbli-
formas literarias (Formgeschichte) cos están, casi siempre, encuadra-
empezó por definir esta pluralidad dos en estructuras narrativas y

Defensa de una relación renovada entre exégesis y homilética 189

 utilizan, en sus pasajes decisivos,
un lenguaje metafórico. Es posible
deducir de ahí la siguiente regla
de oro homilética: ninguna predi-
cación sin elementos narrativos o
sin imágenes. Pero esta regla de
oro, aplicada de una manera me-
cánica, puede conducir a narracio-
nes o imágenes que no sirven para
el fin principal de la predicación. Por
otra parte, a veces el texto bíblico
contiene ya narraciones o imáge-
nes tan cautivadoras que no es ne-
cesario sobrecargar.En cambio, en
.otras ocasiones los elementos ima-
ginativos no resultan .evocadores y
tienen que ser trasladados a la
conCiencia de los oyentes para que
· resulten vivos a nivel retórico.
·. · · Quisil:!ra mostrar esto con la
ayuda del texto más abstracto del
NT: la Carta a los Romanos. Al
principio se encuentra la imagen
del rey que ha de venir, descen-
diente de David, destinado a ser
el Señor del .mundo (Rom 1, 3)
Esta imagen se convierte en la del
juez universal (cf Rom 1, 18- 3,
20). Finalmente se convierte en el
responsable del culto (Rom 3,25).
Después de esto cambia la metá-
fora, la del oikos, de la familia-dan,
toma el lugar de una metáfora
abiertamente política. La salvación
se presenta como la liberación de
los esclavos (Rom 6, 12ss.), como
las segundas nupcias de una mu-
jer (Rom 7, 1ss) y como la adop-
ción de un hijo (Rom 8, 14ss.) Su-
cesivamente son utilizados los tres
elementos relacionales de la anti-
. gua familia. El cambio de relación
expone claramente el centro del
mensaje paulino de una manera
imaginativa. La metáfora pública de
la justificación y la privada del
190 Gerd Theissen
amor se fusionan. A mi parecer
debemos, en nuestras predicacio-
nes, retnetaforizar siempre nues-
tros pensamientos abstractos, tal
como la exégesis tiene que reme-
tafo rizar los pensamientos abs-
tractos de Pablo. Está claro que
nunca podremos traducir las imá-
genes y las metáforas de una ma-
nera perfecta. Su sentido va más
allá de toda traducción posible.
Las imágenes son también con
frecuencia una ocasión para las
narraciones. Una vez que se ha
comprendido que, en la Carta a
los Romanos, el comportamiento
de Dios se presenta con las imá-
genes de rey, juez, responsable del
culto, y después como amo de
esclavos, esposo y padre, podemos
utilizar de forma variada, como
Jesús, las parábolas metafóricas.
Pero tenemos necesidad de cono-
cimientos históricos a fin de com-
prender ciertos puntos en su sen-
tido más crudo y llamativo. Sólo
un ejemplo: en Rom 6, 19 Pablo
afirma que hemos puesto nuestros
cuerpos como esclavos al servi-
cio de la impureza y de la injusti-
cia.A este respecto hay que saber
que el amo en la antigüedad ejer-
cía con toda naturalidad el dere-
cho de disponer sexualmente de
sus esclavos. Pablo puede así com-
parar la perdición con el sufri-
miento de aquella o aquel que en
una situación de dependencia es
abusado sexualmente. Para Pablo,
el pecador vive una situación de
envilecimiento traumatizante
como un niño violado. Sin la cien-
cia histórica, aquí respecto a la
metáfora de la esclavitud, el texto
resulta claramente menos vivo y
sería difícilmente transportable. En
una palabra: los conocimientos
históricos y el trabajo exegético
sobre el contexto real del texto
es indispensable.
Con todo, con la reevaluación
del trabajo histórico y exegético
¿no llegamos a un saber histórico
arbitrario sin que la más pequeña
LA GRAMATICA DE LA FE BIBLICA
La exégesis aspira a una visión
de conjunto del AT y NT. El cami-
no para esta síntesis, habitualmen-
te en la forma de una teología del
AT y NT, es largo. Pero la necesi-
dad de buscar este camino es in-
cuestionable. Me permito presen-
tar brevemente mi camino prefe-
rido, primero de forma imaginati-
va, después de forma discursiva.
El mundo de las imágenes y de
las narraciones del NT es como
una catedral semiótica que se ha
levantado utilizando: a) un relato
básico, en el centro del cual se
encuentra jesús; b) unos ritos en-
tre los que el bautismo y la santa
Cena son decisivos; y e) un ethos
por el que una vida entera llega a
ser un lenguaje religioso, lenguaje
de la alabanza y de la obediencia a
la voluntad del Padre. la construc-
ción de esta catedral se hace se-
gún unos pocos principios que se
pueden descubrir por medio de la
exégesis. Cada predicación es una
construcción suplementaria con la
ayuda de los mismos principios.
Para decirlo sin imágenes y con
otras palabras, la religión es un
lenguaje de signos que compren-
de diversos modos de expresión:
las narraciones, los ritos, las nor-
mas éticas y, a modo de corola-
rios, la arquitectura, la música, el
Defensa de una relacíón renovada entre exégesis y homilética
centella de estos textos pasados
ilumine nuestro hoy o haga reso·
nar de nuevo la Buena Noticia? A
este respecto quisiera mostrar, en
la segunda parte, que un trabajo.
lúcido sobre el NT puede indicar
el camino para superar esta arbi-
trariedad.
arte y la liturgia. la predicación es
sólo un modo de expresión. Con
todo, los textos canónicos de una
religión son textos a partir de los
cuales su lenguaje de signos pue-
de siempre ser reconstruido y en
el interior de ellos se encuentra
la norma para todas las otras for-
mas de expresión. Sin embargo el
ser humano dispone de numero-
sos lenguajes de signos. ¿Cuál es
la peculiaridad del lenguaje religio-
so de los signos?
Propongo la siguiente defini-
ción: Las religiones son sistemas his-
tóricos de signos. Gracias a ellos los
grupos humanos acceden a la con-
ciencia de alcanzar una cualidad de
vida ·en armonía con una realidad
última. Según esto, la religión bíbli-
ca es un sistema de signos espiri-
tuales, que apareció durante un
período de unos mil años, que da
a los judíos y a los cristianos la
conciencia de emprender un diá-
logo con el Dios único y alcanzar
una cualidad de vida. En este mar-
co, la predicación es una palabra
que, dentro de un culto, profiere
un representante de la comunidad
y que actualiza el lenguaje bíblico
de los signos mediante la explica-
ción de un texto bíblico, con la
esperanza de servir de mediador
en el diálogo por una cualidad de
191
vida con Dios.
Si el lenguaje bíblico es un len-
guaje de signos, entonces es posi-
ble descubrir una gramática, reglas
según las cuales los elementos
están relacionados entre ellos.
Cuando escuchamos narraciones
bíblicas, meditamos imágenes bí-
blicas, vivimos las liturgias y los
sacramentos, interiorizamos estas
reglas en nuestro inconsciente.Tal
como hemos aprendido las reglas
de nuestra lengua materna. El co-
nocimiento de las reglas nos hace
capaces de formular nuevos tex-
tos en esta lengua. ¿Cuáles son las
reglas de la gramática de la lengua
bíblica de los signos? La lista que
sigue es sólo un ensayo de las re-
glas de la gramática de la lengua
bíblica de los signos.
Para mí dos axiomas aparecen
claramente: 1) La fe monoteística
en un solo y único Dios y 2) La fe
redentora que, por jesús, presen-
ta a todos los hombres una aproxi-
mación positiva de este Dios. Es-
tas dos convicciones de base son
como meta-axiomas tras una gran
variedad de axiomas y motivos de
base que aparecen en la Biblia se-
gún diferentes temas, géneros y
tradiciones.
/. El tema de fa creación. Todo
lo que existe es como creado de
la nada. En todo momento, el po-
der creador ex nihilo está actuan-
do. Interviene en el curso de la
historia y se manifiesta por la re-
surrección de Jesús.
2. El tema de la sabiduría. El
mundo ha sido ct:eado por la sa-
biduría de Dios. Esta aparece en
sus estructuras imprevisibles y en
su belleza. Pero con frecuencia se
disimula en sus contrarios - lle-
192 Gerd Theíssen
gando a la "locura" de la cruz, don-
de se esconde de manera radical.
3. El tema del milagro.Todos los
acontecimientos pueden dar lug~r
a sorprendentes cambios de situa-
ción; nada está determinado de
una manera absoluta. jesús posee
este poder prodigioso.
4. El tema de la esperanza. Una
esperanza atraviesa la historia,
culminando en la espera de un
mundo nuevo que ya ha comen-
zado en el seno del antiguo. En
adelante el hombre es ciudadano
de dos mundos: retenido en el
antiguo y comprometido con el
nuevo que Jesús ha inaugurado.
S. El tema de la conversión. El in-
dividuo tiene la posibilidad de cam-
biar fundamentalmente. El hombre
debe cambiar para estar de acuer-
do con la voluntad de Dios. Puede
empezar una nueva vida cuando se
deja ~rucificar con Cristo y entra
con El en la vida nueva.
6. El tema de/ éxodo. No sólo
los individuos cambian por la lla-
mada de Dios, sino también gru-
pos enteros: la familia deAbraham
deja Mesopotamia, Israel sale de
Egipto, los exiliados regresan de
Babilonia, y la comunidad cristia-
na camina hacia un mundo nuevo.
7. El tema de la fe. Dios se nos
revela gracias a seres humanos a
los que hacemos confianza y no
en primer lugar gracias a estruc-
turas tangibles, instituciones o
ideas. En el centro de todos estos
seres humanos, por los que Dios
nos habla, está Jesús de Nazaret.
8. El tema de la encarnación.
Dios está realmente presente al
lado del hombre y en el mundo. El
está en Cristo, en la Palabra, en el
sacramento y, por su Espíritu, en
cada uno de los creyentes. La en-
carnación, en Cristo, da a esta
proximidad de Dios una certeza
definitiva.
9. El tema de la substitución. No
se vive sin poner la vida en favor
de los otros. O es una vida que
sufre porque otra vida se desarro-
lla a sus expensas, o es una vida
que ha elegido conscientemente
ser para los demás. Cristo nos
muestra el segundo término de la
alternativa.
1O. El tema del cambio de posi-
ción. El primero será el último y el
último será el primero. De esta for-
ma se han de comportar los cris-
tianos en la comunidad. En Cristo:
el juez se somete al juicio; el sacer-
dote se convierte en víctima; el Se-
ñor del universo en esclavo.
JI. El tema de/ ágape. El amor
hace un prójimo de todo ser hu-
mano: búsqueda del que se ha ale-
jado de la comunidad, acogida he-
cha al extranjero, amor a un ene-
migo que nos odia.También Cris-
to es el modelo perfecto: amó
hasta dar la vida por los que eran
los Henemigos" de Dios.
12. El tema del abajamiento
voluntario. El sufrimiento libremen-
te aceptado o consentido como
testimonio de la verdad.Ya sea por
una ascesis, o tomando un rol
accesorio y menospreciado, o in-
cluso por el martirio. De estos
seres, pretendidamente "inferio-
res", emana una fuerza capaz de
obrar conversiones.
1.1. El tema del juicio. Toda for-
ma de vida está sujeta a procesos
de selección.Todo hombre, como
persona, tiene una actividad mo-
ral. Será juzgado por lo que habrá
hecho. La norma del juicio y el juez,
Defensa de una relación renovada entre exégesis y homllética
es Jesús.
14. El tema de la distancia. Nin-
guna vida es plenamente confor-
me a la realidad última que la ha
creado y que la mantiene. En el .
hombre se hace consciente la dis-
tancia entre él y D.tos; la experien-
cia de la falta y del.~frJmiento la
radicalíza. En Cristo; Dios mismo
sufre esta distancia, desvela su
extensión y la sobrepasa.
15. El tema de la justiffcación. La
legitimación del hecho de existir
no tiene más fundamento que la
misma vida. Esta legitimación es
una creación ex nihilo que el ser
humano sólo puede acoger con
actitud receptiva. El fundamento
de la justificación es el nuevo acto
creador de Dios en Cristo.
El conocimiento de estos axio-
mas, con frecuencia implícitos,
permite a la predicación una liber-
tad respecto a la letra del texto
bíblico. Ya que es en estos axio-
mas y motivos de base donde se
encuentra "el Espíritu" de la Bi-
blia. Las predicaciones bíblicas han
de seguir la gramática interna de
los textos sin por ello repetir la
letra. Quien realmente ha integra-
do esta gramática puede: a) Variar
los textos bíblicos, modificarlos, dis-
tanciarse, jugar con ellos usando los
axiomas que se han construido en
la Bíblia,según un largo proceso.b)
Utilizar textos de fuera de la Biblia.
Los de la rica colección rabínica y
también de otras. religiones, que
sean compatibles con la Biblia. e)
Puede (y a veces debe) predicar
contra el texto bíblico. Ya que no
todos los textos bíblicos expresan
las normas usadas por la Biblia en
su conjunto (todas las iglesias pre-
dican contra Heb 6, 4 ss.)
193
 La exégesis y la homilética han
llegado a ser una vieja pareja. Los
dos compañeros se han alejado
mucho uno del otro sin dialogar
sobre este alejamiento. Es posible
una vida en común.A poco que la
exégesis cese de comportarse
como un patriarca autoritario. Y
que la homilética renuncie a sus
frecuentes actuaciones al margen
de la exégesis. Porque, incluso en
esta nueva relación, habrá siem-
pre un primado del texto, lo que
no quiere decir un primado de la
exégesis. El texto bíblico es más
rico en posibilidades y más abier-
to de lo que sugiere una falsa ima-
gen de la exégesis tradicional. La
exégesis tiene el deber de hacer
patente esta riqueza interior del
texto. En relación a la homilética,
la exégesis tiene el deber de abrir
el texto como punto de partida
para una nueva creatividad textual.
Un estrecho lazo con la homiléti-
ca podría además preservar la
exégesis de una sequedad esco-
lástica y conferir a sus métodos
una mayor dignidad canónica.
Los dos compañeros deben
luchar, con un mismo esfuerzo,
contra un peligro. Los predicado-
res reciben de todas partes canti-
dad de consejos. Cuanto más avan-
za la Iglesia en terrenos baldíos,
tanto más la predicación, como
expresión esencial de la vida de la
Iglesia, se encuentra expuesta a un
fuego de la crítica. Y aumenta la
cantidad de consejos que quieren
colmar el déficit de la predicación.
Es verdad que el predicador se ha
librado del dictado de la exégesis
y del texto. Pero todavía está bajo
Tradujo y condensó: CARLES PORTABELLA
194 Gerd Theissen
el dictado de las ciencias de la co-
municación y de la retórica. Éstas
pueden ser interesantes en sí mis-
mas, pero también pueden ahogar
al predicador bajo las normas de
una perfección inaccesible. Cuan-
do el predicador tiene la sensa-
ción de que, haga lo que haga, se
equivoca, sólo le quedan dos so-
luciones: la depresión homilética
o la emancipación de toda homi-
lética. Sin ninguna duda la emanci-
pación de toda homilética sería
aún la mejor solución. Las faltas
profesionales del predicador le
serán perdonadas, con tal de que
conserve y haga la prueba creíble
de su entusiasmo por predicar. Por
esto, reforzar la motivación para
predicar es mucho más importan-
te que mejorar las técnicas. La cri-
sis de motivación para predicar se
convierte rápidamente en una c::ri-
sis de identidad eclesial o cristia-
na. La exégesis puede mantener
esta motivación si permite acre-
centar el amor al texto bíblico. La
teología, en conjunto, puede ayu-
dar a esta finalidad, en cuanto for-
mula las razones de ser cristiano
en una sociedad en la que el obje-
tivo subyacente consiste en ama-
sar la mayor riqueza posible y uti-
lizar esta riqueza para disfrutar lo
más intensamente que pueda. La
predicación proyecta un destello
de eternidad en la vida de los hom-
bres. Nos recuerda que tenemos
responsabilidades éticas, en todos
los ámbitos de la vida y que el re-
conocimiento y el gozo pueden
penetrar todos nuestros actos, en
la medida en que Dios está pre-
sente por medio de su Palabra.