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Cuento

En un pueblito muy lejano vivía una maestra llamada Susy que siempre estaba muy interesada en
su clase, se esforzaba por buscar nuevos métodos de aprendizaje para sus estudiantes pues
sabía que unos entendían por el método visual, otros por el método pragmático, auditivo,
reflexivo, teórico y activista; sin embargo, aquella maestra se interesaba más por una
estudiante llamada Juanita, quien no lograba tener un buen desempeño académico, pues sus
calificaciones siempre eran bajas pese al esfuerzo que esta hiciera. A aquella maestra le causaba
curiosidad el por qué Juanita siempre llegaba a su clase triste e intentaba hablar con ella, pero
Juanita siempre estaba a la defensiva con la maestra pues nunca quería hablar y la gran parte de
su tiempo la pasaba solitaria.
Intrigándose aquella maestra por su alumna decidió ir a hablar por su propia cuenta con los
padres de ella después de clase, pero cuando la maestra llegó, quedó muy sorprendida por ver la
falta de interés del padre y se preguntaba ¿dónde estaría la madre de Juanita?
El padre mandó a seguir a la maestra con un tono de voz fuerte, preguntándole que quería y
refutándole que le estaba interrumpiendo su programa de futbol, Susy intentó hablar con él sobre
Juanita y le intentó explicar sobre su bajo rendimiento, pero era tan mala la actitud del padre que
a ella no le quedó más que irse.
Al día siguiente Juanita llegó a la escuela llorando y se encerró en uno de los baños, Susy
preocupada salió tras ella, pero Juanita solo lloraba; extrañada la maestra le preguntó qué había
pasado, pero Juanita no paraba de llorar. Entonces, Susy decidió darle un abrazo y fue ahí, en ese
momento, donde se dio cuenta que tenía un leve morado cerca de su cuello y le preguntó:
- ¿Juanita te lastiman en casa?
Juanita desbordada en llanto le contó a su maestra que su padre la golpeaba, pues tenía
problemas de alcohol y su madre había muerto cuando ella era muy pequeña.
Conmovida Susy, decidió dar aviso a las autoridades pues Juanita no debería vivir con un padre
que la trataba de esa manera; cuando en ese preciso momento cruzó por su mente que ella solo
contaba con su padre; aunque este tuviera un problema con el licor; entonces, decidió ser más
solidaria y empezó a buscar la forma de ayudarlos a ambos pues solo se tenían el uno al otro y
Susy no quería separarlos. La maestra le prometió a Juanita que la ayudaría a seguir adelante y
trataría de buscar ayuda para que su padre superara esta enfermedad. Mientras la maestra
buscaba más ayuda, las cosas en casa de Juanita empeoraban, su padre dejó de trabajar y se
entregó completamente al alcohol; entonces, la niña tuvo que dejar de ir a su escuela.
Cuando la maestra se enteró, sintió una gran tristeza en su corazón y se sentía impotente pues por
un lado quería que el padre de Juanita estuviera preso; por otro lado, quería ayudarlos para que
fueran la familia que solían ser antes de que su padre cayera en esta terrible adicción al trago.
Parte del apoyo que brindó la maestra Susy a Juanita fue principalmente ayudarla a salir adelante
en el estudio; pues sabía que su estudiante quería salir adelante porque tenía un gran proyecto de
vida; porque ya sentía que el padre de la pequeña niña no tenía remedio alguno; y así fue, murió
sometido al alcohol.
Cuando murió el padre de Juanita, la maestra solicitó la custodia de la niña y al conseguirlo la
llevó a su casa, donde empezó a llenar todos aquellos vacíos y carencias que la niña tenía, así
que empezó a formar a Juanita en el aprendizaje autónomo para que desarrollara la
autodisciplina, el autocontrol, la autodeterminación, la autoevaluación y la
autorregulación; la meta de la maestra se fijaba en que aquella niña cumpliera su sueño de ser
docente y de tal manera ella podría con su estudio independiente aprender a su estilo y ritmo
deseado porque le costaba aprender en un aula normal y no se relacionaba bien con sus
compañeros. La maestra Susy había sido educada en la UNAD, por eso estaba llena de grandes
valores, principalmente el de la solidaridad extendida hacia sus semejantes, en este caso hacia
sus estudiantes. Ella sentía que con este valor tan importante podría formar a sus estudiantes y
sería capaz de generar una cultura de paz, lucharía en aquel pueblo contra la pobreza y las
desigualdades; porque sabía que con la educación las condiciones de vida de aquellos pequeños a
futuro serían mejor. Reconocía que muchos de sus estudiantes tenían excelentes habilidades de
pensamiento para aprender como las de percibir, observar, interpretar, analizar, asociar,
clasificar, deducir, sintetizar, expresar los conocimientos adquiridos; por esto, tenía que
aprovechar al máximo estas virtudes. Al pasar el tiempo todos los niños sentían placer por estar
en clase con la maestra Susy al punto de que aprendieron muchas cosas y ni cuenta se daban de
que ya estaban próximos a graduarse y dar el siguiente paso para ir a la Universidad.
Al llegar el feliz día de la graduación muchos de los estudiantes, incluyendo Juanita, sentían
temor pues no sabían que iría a pasar luego de graduarse por lo que no contaba con los recursos
económicos para solventar los gastos de la universidad, los muchachos tendrían que dedicarse a
trabajar para aportar con los gastos económicos de sus hogares. Afortunadamente, y ellos no
sabían, el presidente reconocía la extrema pobreza que había en su país, así que sabía que la
principal herramienta para exterminarla sería a través de la educación, pero como la gran
mayoría de los estudiantes de su país vivían en zonas lejanas y aisladas, se les dificultaría
presencialmente asistir a una institución educativa de la ciudad, así que promovió becas para
estudiar a distancia. Al conocer esta gran propuesta, la maestra Susy solicita una reunión con el
presidente, pues conocía que en Colombia había una Universidad exitosa y que en su formación
pedagógica habilitaba el estudio a través de plataformas virtuales, con la que podía hacer los
convenios; su cita fue concebida y la maestra Susy le contó esto al señor presidente, quién
inmediatamente, en aras del progreso de su país tomó cartas en el asunto y gestionó recursos para
que todos pudieran tener educación con equidad por medio de la Universidad a distancia.
La maestra presurosa y feliz quería darles a sus estudiantes, en especial a Juanita, aquella
espléndida noticia, así que tomó el primer bus de salida para su pueblo. Al llegar allí, los reunió a
todos e hizo una fiesta, pues no era de menos dejar pasar esta gran oportunidad que el gobierno
ofrecía; podrían cumplir sus sueños y así ayudar a sus familias a salir de la extrema pobreza en la
que se encontraban. Juanita emocionada por este gran logro que la maestra Susy había
conseguido, prometió en aquella fiesta seguir su legado e infundir como base en la solidaridad
valores tan importantes como la superación, la cooperación, la integración, la autoconfianza,
la aceptación, la responsabilidad, en fin; todas aquellas cosas que para ella y sus compañeros
de clase fueron fundamentales en su proceso de formación académica.
Finalmente, Juanita y sus compañeros se graduaron con esfuerzo y dedicación de su Universidad
a Distancia y entre todos generaron proyectos de emprendimiento para activar la economía en su
pueblo y generar trabajo para sus comunidades, la maestra Susy se sintió orgullosa de sus
estudiantes y en el pueblo fue reconocida por la gran gestión que hizo para que la educación
universitaria llegara a su comunidad. A partir de ese momento, los estudiantes de la maestra Susy
fueron promotores para que todos los niños de la escuela al terminar sus estudios pudieran tener
una beca y así salir adelante sin dejar su amada tierra.

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