Sei sulla pagina 1di 2

Textos en latín

Regina coeli, laetare, aleluya: Quia quem meruisti portare, aleluya. Resurrexit sicut
dixit, aleluya. Ora pro nobis Deum, aleluya.

Reina del cielo, alegraos, aleluya: Porque el que merecisteis soportar, aleluya, ha
resucitado como dijo, aleluya. Ruega por nosotros a Dios, aleluya.

Memorare, O piissima Virgo Maria, non esse auditum a saeculo, quemquam ad tua
currentem praesidia, tua implorantem auxilia, tua petentem suffragia, esse
derelictum. Ego tali animatus confidentia, ad te, Virgo Virginum, Mater, curro, ad
te venio, coram te gemens peccator assisto. Noli, Mater Verbi, verba mea despicere;
sed audi propitia et exaudi. Amén.

Recuerda, oh muy amable Virgen María, que nunca se supo que alguien que huyó
a tu protección, imploró tu ayuda o buscó tu intercesión quedó sin ayuda.
Inspirada con esta confianza, vuelo hacia ti, Virgen de las vírgenes, Madre mía; a ti
vengo; delante de ti estoy pecaminoso y triste. Oh Madre de la Palabra Encarnada,
no desprecies mis peticiones, pero en tu misericordia escucha y respóndeme.
Amén

Domine Deus, spero per gratiam tuam remissionem omnium peccatorum, et post
hanc vitam æternam felicitatem me esse consecuturum: quia tu promisisti, qui es
infinite potens, fidelis, benignus, et misericors. En hac spe vivere et mori statuo.
Amén.

Oh Señor, Dios mío, espero por Tu gracia obtener el perdón de todos mis pecados
y después de esta vida felicidad eterna, porque lo has prometido, que es
infinitamente poderoso, fiel, amable y misericordioso. Con esta esperanza,
resuelvo vivir y morir. Amén.

Domine Deus, amo te super omnia proximum meum propter te, quia tu es
summum, infinitum, et perfectissimum bonum, omni dilectione dignum. En hac
caritate vivere et mori statuo. Amén.
Oh Señor, Dios mío, te amo por encima de todas las cosas y amo a mi prójimo por
ti, porque eres el bien más grande, infinito y perfecto, digno de todo mi amor. En
esta caridad, decido vivir y morir. Amén.

Sáncte Míchael Archángele, defénde nos in proélio, cóntra nequítiam et insídias


diáboli ésto præsídium. Ímperet ílli Déus, súpplices deprecámur: tuque, prínceps
milítiæ cæléstis, Sátanam aliósque spíritus malígnos, qui ad perditiónem
animárum pervagántur in múndo, divína virtúte, in inférnum detrúde. Amén.

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestra protección contra la


malicia y las trampas del demonio. Que Dios lo reprenda, humildemente oramos; y
tú, Príncipe de la hueste celestial, por el poder de Dios, arrojas al infierno a Satanás
y a todos los espíritus malignos que vagan por el mundo en busca de la ruina de
las almas. Amén.

Potrebbero piacerti anche