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7
Revista de Historia de la FIM Núm. 7, 1er semestre de 2019
www.fim.org.es
ISSN: 2529-9808
Nuestra Historia
Revista de Historia de la FIM
ISSN: 2529-9808
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Número
El maestro en su biblioteca
Gonzalo Pontón 47
ENTREVISTA
Domingo Plácido y el oficio de historiador de la Antigüedad
Rosa María Cid López 89
NUESTROS DOCUMENTOS
Presentación
Alberto Carrillo Linares 111
LECTURAS
Sobre la història i els seus usos públics, de Josep Fontana
Enric Chulio Pérez 117
ENCUENTROS
«100 años del asesinato de Rosa Luxemburgo»
Virginia Gutiérrez Barbarusa 144
MEMORIA
Hacia la memoria democrática valenciana: cuatro
años de políticas públicas de memoria
Jorge Ramos Tolosa 153
Número 7
Consejo de Redacción de Nuestra Historia
el caso de Carlos Martínez Shaw (El Es- bre 2018), además de referirse a otros ava-
pañol 28/08/2018) que mostraba su agra- tares historiográficos, al tiempo que des-
decimiento por su magisterio en los años tacaba el compromiso social de Fontana y
sesenta cuando compartían militancia po- la atención que prestaba a la Historia en la
lítica, además de recordarnos la labor edi- Enseñanza Media.
torial y el compromiso del profesor de la En otros textos se entremezclaba el re-
Pompeu Fabra, que siempre había enten- cuerdo de la relación personal con la valo-
dido el conocimiento histórico como una ración de diferentes aspectos historiográ-
herramienta para transformar el mundo ficos y sus autores optaban por destacar
y convertirlo en un «hogar habitable para algunos rasgos de su personalidad además
todos los hombres y las mujeres». Algo de su labor editorial o historiográfica. Es
similar hizo Javier Paniagua (El Mundo, el caso de Miguel Ángel Jiménez (Rebelión,
2/09/2018) que partía de reconocer la deu- 4/09/2018) que nos acercaba a la vida co-
da personal hacia el director de su tesis y tidiana de Fontana centrada en el traba-
por la orientación de sus investigaciones, jo diario, su casa, su barrio o las comidas
para destacar también los recursos didác- con los amigos. El autor aprovecha esta
ticos que Fontana utilizaba en sus clases, o referencia para recordar que, entre esos
Xavier Domènech (El diario.es, 28/08/2018) amigos, estuvo en otro tiempo Manuel
que lo consideraba un referente personal Vázquez Montalbán. Esa cercanía al histo-
y un maestro historiográfico mientras re- riador también estaba presente en el tex-
cordaba el impacto que le había causado el to de Andreu Mayayo (Catalunya plural,
libro Historia. Análisis del pasado y proyec- 30/08/2018) al rememorar su última con-
to social y mostraba su agradecimiento por ferencia sobre la revolución rusa, cuando
las clases de doctorado recibidas. ya apenas le quedaban fuerzas para cami-
En el plano de la amistad mantenida nar. Mayayo nos recordaba su militancia
desde los años sesenta, el editor Gonza- comunista y se refería también a los in-
lo Pontón dedicaba un artículo (El País, tentos de manipulación política de algu-
29/09/2018) a clarificar la polémica surgi- nos dirigentes actuales del nacionalismo
da unos años atrás por la intervención de catalán.
Fontana en el congreso «Catalunya con- En una dirección similar iba el obitua-
tra Espanya» y por su posterior libro La rio de José Luis Martín Ramos (Ara.Cat,
formació d´una identitat. Una Història de 28/08/2018) que lo definía como «un hom-
Catalunya; Pontón puntualizaba los tér- bre bueno», comprometido con las perso-
minos de aquella intervención y desde las nas y la Historia. Lo recordaba como un
referencias al libro evidenciaba cómo al- trabajador incansable, de sólidas raíces
gunos historiadores y medios de comuni- marxistas y se detenía en un libro, La His-
cación habían manipulado y tergiversado toria, que a comienzos de los años setenta
su contenido para descalificar la posición convulsionó la visión de la disciplina que
política e historiográfica de Fontana ante entonces teníamos los jóvenes historia-
la actual cuestión catalana [1]. En una línea dores y profesores que nos iniciábamos
similar se refería a esa polémica Ricardo en la profesión. O el artículo del autor de
Robledo (De Re Historiographica, septiem- estas líneas (Mundo Obrero, 29/08/2018)
que, desde una relación de muchos años
1.– El propio Fontana aclaraba la polémica surgida en
José Gómez Alén, «Entrevista a Josep Fontana i Lázaro», en la distancia, aportaba ejemplos de la
en Nuestra Historia, 3 (2º semestre de 2017), pp. 181-182. disciplina de un trabajo cotidiano que, in-
Josep Fontana durante la confrencia de clausura de las jornadas «Historiografía, marxismo y com-
promiso político en España» organizadas por la FIM en Madrid en noviembre de 2014 (Foto: FIM).
de arena más a nuestra muestra de afecto general sobre los diferentes ámbitos de su
y respeto intelectual por el amigo fallecido trabajo. Esta es la orientación del texto de
y, aunque ya estaba cerrado el contenido Carlos Forcadell, que señala las vertientes
del congreso mencionado, logramos or- fundamentales en la actividad del profesor
ganizar una mesa de homenaje a nuestro catalán: el historiador, el maestro docente
colaborador. A pesar de la espontaneidad y el editor. Así realiza un recorrido sintéti-
de la iniciativa, la idea tuvo una excelen- co por libros como De en medio del tiempo y,
te acogida entre los ponentes contactados sobre todo por La quiebra de la monarquía
que, en este dossier, nos ofrecen sus inter- absoluta y lo que significó su aparición
venciones, enriquecidas y anotadas y a las para la historia socioeconómica. No deja
que añadimos la colaboración de Gonzalo pasar la oportunidad de referirse también
Pontón para completar, con este número, a Historia. Análisis del pasado y proyecto
el particular homenaje del consejo de re- social, un libro que en su tiempo fue con-
dacción de la revista a Josep Fontana por siderado peligroso por el Index del Opus
su generosidad de estos años. Dei y que, a pesar de la crítica de algunos
Los autores de los artículos, a los que colegas, alcanzaría una indudable proyec-
una vez más agradecemos su disponibili- ción entre el profesorado de los diferentes
dad y esfuerzo para atender nuestras de- niveles educativos y no solo entre los pro-
mandas, pertenecen a tres generaciones di- fesionales de la Historia. Algo similar a lo
ferentes de historiadores. Carlos Forcadell, que había ocurrido en los años setenta con
Carlos Martínez Shaw y Gonzalo Pontón, La Historia, libro al que también se refie-
estudiantes universitarios en la década de re Forcadell para adelantarnos la próxima
1960, comenzaron su actividad profesional edición de un par de nuevos libros que sa-
en los años setenta y forman parte de la bemos que Fontana dejó escritos.
primera generación de historiadores y pro- Otro de los aspectos que destaca el
fesores influidos por los primeros trabajos historiador aragonés es la labor editorial
de Fontana durante la dictadura; Rosa de Fontana, siempre al lado de Gonzalo
Congost, que estudió en la universidad de Pontón. Primero en Ariel y sobre todo en
la transición a la democracia pertenece a Crítica, fundada por Pontón en 1976. Esa
la tercera generación que se formó bajo colaboración editorial, que llega hasta la
la influencia de Fontana y Juan Andrade, actual Pasado & Presente fue determi-
formado en la universidad de entre siglos, nante para la difusión de las diferentes
es un historiador del siglo XXI en el que tendencias de la historiografía europea,
también se percibe su legado historiográfi- dejándonos un sinfín de autores y libros
co. Todos reconocen el magisterio de Josep que todos los que pertenecemos a aquellas
Fontana, conocen en profundidad su obra generaciones mantenemos en los estantes
y mantuvieron también una mayor o me- de nuestras bibliotecas. Tampoco se olvida
nor relación personal con él. Forcadell de otras aventuras editoriales,
En su conjunto los artículos apuntan como la dirección de la Historia Universal
líneas analíticas de gran interés histo- Planeta o la última Historia de España en
riográfico sobre la obra y la personalidad Crítica/Marcial Pons. Valora también su
multifacética del profesor Fontana. En preocupación por difundir, con reconocida
unos casos se profundiza en algunos de generosidad, el trabajo de los jóvenes his-
sus libros, otros destacan su forma de en- toriadores, como el mismo Forcadell testi-
tender el magisterio o esbozan una visión monia con su propia experiencia.
Josep Fontana y Eric Hobsbawm, Barcelona, 2007 (Foto cedida por Josep Fontana a Nuestra
Historia en 2016).
cia y el convencimiento con que defendía nos introduce en una biblioteca que ocupa
sus ideas con dogmatismo estalinista. toda la casa y trata de guiarnos a través de
Por otro lado es conocida la pasión de una organización muy personal y particu-
Fontana por los libros y la lectura desde su lar. Entendió que los libros estaban agru-
infancia, y quién mejor que el editor Gon- pados en bloques y que respondían a la
zalo Pontón, amigo y colaborador de Fon- exclusiva lógica de Fontana y únicamente
tana desde los años sesenta cuando este después de cincuenta años de visitas, logró
dirigía la voz Historia en la Enciclopedia encontrarle un sentido; solo su propietario
Larousse, para invitarnos a un viaje por las era capaz de encontrar lo que su trabajo le
estanterías de una biblioteca que ocupaba demandaba en cada momento. Así va enu-
tres viviendas y sobrepasaba los 50.000 li- merando la disposición de los bloques y
bros y miles de folletos que hoy custodia la los libros y autores. Transita desde los que
Universidad Pompeu Fabra. agrupaban a los historiadores de Annales y
El mismo Fontana siempre reconoció a los estructuralistas, con Althusser, Pou-
que esa pasión tenía un origen infantil que lantzas o Harnecker y con ellos colocaba a
situaba en el momento en que su padre, Fukuyama y todos rodeando el 18 Brumario
propietario de una librería de viejo, le re- de Carlos Marx. Otro bloque lo ocupaban
galó los cinco primeros volúmenes, entre clásicos de la literatura y la ciencia, des-
los que estaba la Historia de Catalunya de de Goethe a Pardo Bazán, Darwin, Salga-
Ferrán Soldevila, lectura que explicaría su ri… La bibliografía de los que consideraba
temprano interés en esa historia. Pontón sus maestros ocupaba un sector específico
de las estanterías y allí se daban cita Fe- En una orientación diferente los artí-
rrán Soldevila, Jaume Vicens Vives, Pierre culos de Carlos Martínez Shaw y Juan An-
Vilar; en otro bloque se concentraban los drade se centran en obras concretas del
trabajos de Hobsbawm o Thompson y mas historiador. Martínez Shaw destaca la co-
allá los de colegas que admiraba y por los herencia global del trabajo historiográfico
que sentía un reconocido afecto como Mo- de Fontana a pesar de la diversidad de te-
reno Fraginals o Ramón Carande. mas y épocas que investigó para centrar-
Los libros se apoderaban de todas las se en uno de sus últimos libros, El futuro
estancias de las viviendas que había alqui- es un país extraño (2013). El historiador
lado como contenedores y que, en ocasio- andaluz nos ofrece una profunda lectura
nes, se convertían en espacios de sociabi- de un trabajo muy alejado de la temáti-
lidad para las reuniones con sus amigos. ca habitual de Fontana, pero que conecta
En su vivienda de la calle Vila i Vila tenía con sus preocupaciones de siempre y con
su lugar habitual de trabajo y la estancia la idea de su compromiso social. Fonta-
presentaba un orden similar, con murallas na nos situaba ante la crisis de 2008 y sus
de libros que ascendían desde el suelo y consecuencias con su tradicional rigor y
crecían sin parar dejando solo el espacio con la profusión de lecturas y fuentes que
justo para el trabajo con dos ordenadores el historiador, lector diario de todo lo que
y algún póster en las paredes. Pontón enu- se cocía en el análisis político y económi-
mera los autores considerados esencia- co de los Estados Unidos, utilizaba habi-
les en la formación de Fontana y también tualmente como columna vertebral de su
sus tesoros bibliográficos. Se detiene con análisis de la realidad. Por las páginas del
atención en un último bloque de libros, el libro transitan las referencias a Paul Krug-
formado por aquellos que ambos, editor e man, Noam Chomsky, Jonathan Nitzan,
historiador consideraban sus fracasos edi- Joseph Stiglitz, David Garland o Yanis Va-
toriales, aquellos que no habían logrado roufakis y de otro lado, los defensores del
difundir en la medida del valor historio- nuevo orden como Michell Bachman, Rick
gráfico que, en su opinión, merecían: tra- Santorum o el congresista estadounidense
bajos de Lublinskaya, R. Guha o Ste. Croix, Paul Broun. Junto a esas fuentes bibliográ-
unos fracasos que Fontana lamentó hasta ficas Fontana manejaba todo tipo de datos
el final [8]. procedentes de instituciones muy diversas
Pontón también nos recuerda que Fon- con las que sostenía su estudio, para dejar-
tana nunca dejó de buscar libros que tenía nos, a la altura del 2013, el sombrío futuro
in mente, pendiente de adquirir novedades que ponía ante nuestra mirada y ante su
en las librerías de viejo de Barcelona o en propio espejo que se alejaba de la idea del
sus viajes a París, Londres, Nueva York o progreso de la humanidad, que él mismo y
Buenos Aires. Este sintético recorrido por la generación de Martínez Shaw comparti-
el interior de la biblioteca de Josep Fon- mos hace ya algunas décadas.
tana finaliza con una anécdota que es la Para Fontana los orígenes de la derrota y
evidencia del afecto y la amistad que unió de la ruptura del pacto social posterior a la
a los dos amigos durante más de cincuenta II Guerra Mundial hay que buscarlos en el
años. neoliberalismo que comienza a fraguarse
ya a finales de los años setenta y comien-
8.– Véase José Gómez Alén, «Entrevista a Josep Fontana i zos de los ochenta del pasado siglo con los
Lázaro», 2017. primeros ataques al Estado del bienestar
Josep Fontana, en una intervención junto a Eric Hobsbawm, José María Bricall, Carlos Martínez
Shaw y otra colega, en la década de 1970 (Fuente: blog La retina del sabio).
Resumen
Abstract
The place of Josep Fontana and his work in the history of historiography shall be determined
mainly by its dimension, presence and professional influence for over more than half a century; it
will eventually fill a space of its own which will be as consistent as it is significant. This interven-
tion recalls and analyzes the three main professional occupations that he carried out with rigor,
effort and passion and for which he will be remembered and will stand the test of time perfectly:
a teacher and a master, a highly prestigious historian and a researcher of recognized international
standing and an editor of enormous influence and impact. It also maintains that his civic and
political commitment to his present, as it is the case with other great historians, will gradually
become less important when evaluating his work.
Conviene situar esta evocación aten- En todo caso, nuestra perspectiva procura
diendo preferentemente a la dimensión ajustarse más a su dimensión profesional
más profesional de Josep Fontana, como como historiador que enseña, investiga, es-
profesor y maestro, un auténtico maître à cribe y difunde.
penser, en expresión prestada de nuestros En las primeras clases de Historia eco-
vecinos del norte, como extraordinario e nómica que impartíamos desde finales de
irrepetible investigador de nuestro pasado los años setenta en la recién creada Facul-
contemporáneo, especialmente del siglo tad de Empresariales de la Universidad de
XIX, como editor y difusor de la historiogra- Zaragoza, yo recurría a un recurso didácti-
fía europea, más de la británica pero no solo co muy simple para explicar la genealogía
de ella, y editor también, no hay que olvi- de la Historia Económica entre nosotros:
darlo, de numerosas investigaciones histó- era la llamada «regla de las tres V», Val-
ricas, iniciáticas en muchos casos, como en deavellano, Vicens y Vilar. Luis García de
los de historiadores e historiadoras de mi Valdeavellano (1904), medievalista desde
generación y de las siguientes. Desempe- sus contactos con Claudio Sánchez Albor-
ñó esas tres principales dedicaciones pro- noz en los años treinta, historiador de las
fesionales, docente y maestro, historiador instituciones, catedrático de la Facultad de
de mucha altura, editor de gran influencia Ciencias Políticas de la Universidad Com-
y repercusión, con rigor, esfuerzo y pasión, plutense desde 1954, había dirigido la tesis
y por ellas será recordado y resistirá muy de Gonzalo Anes [1], primer catedrático de
bien el filtro del paso del tiempo. Se trata Historia Económica de la Universidad espa-
de comenzar a situar su obra, lamentable y ñola, con quien se formó el primer núcleo
dolorosamente hoy ya finalizada, clausura- de historiadores de la economía en Ma-
da, en la Historia de la historiografía, en la drid (Gabriel Tortellá, Leandro Prados...);
que ocupará un lugar tan consistente como Pierre Vilar (1906) y Jaume Vicens Vives
significativo. El paso y el poso del tiempo lo (1910) alumbraban por su parte la primera
harán en el futuro mejor que nosotros, que historiografía económica elaborada desde
estamos más contaminados por la memoria las universidades de Barcelona, desde un
próxima, por nuestra condición de testi- cruce de influencias en cuya primera gene-
gos, por las urgencias del presente, incluso ración se encuentran Jordi Nadal (1929) y
por los afectos que nos merecía un maestro Josep Fontana (1931), y a partir de aquí una
que trató a tantas personas con exquisito potente comunidad de historiadores y do-
respeto, generosidad y afectuosa atención centes de Historia Económica en Cataluña,
y disposición. No es necesario rehuir otros que se dio en llamar en tiempos Escuela de
temas más polémicos, intervenciones pú- Barcelona.
blicas en debates recientes, algunos, antaño Quienes no tuvimos la oportunidad de
y hogaño, a cara de perro, con otros compa- conocer a Fontana como profesor ni de
ñeros de profesión, militancias o presen- asistir a sus clases sí que percibíamos en
cias públicas ciudadanas de diverso signo sus numerosas y variadas intervenciones
entre el pasado y el presente, pero acabarán públicas su vocación por la enseñanza y
siendo asuntos más vanos, secundarios y sus capacidades docentes, con sus dosis de
banales, y lo serán más, a no dudarlo, cuan-
1.– La defendió en 1966 sobre el tema de «Problemas de
do el tiempo por venir vaya construyendo
la agricultura española en el tránsito del Antiguo al Nuevo
su lugar en la historia de la historiografía Régimen» y la publicó posteriormente como Las crisis
española de la segunda mitad del siglo XX. agrarias en la España Moderna, Madrid, Ed. Taurus, 1970.
Josep Fontana en su despacho en el año 2017 (Foto: Enric Catalá, fuente: eldiario.es).
recursos y cálculos retóricos; por otra par- rememora que «las clases de Vicens Vives
te nadie, que yo sepa, nos ha transmitido eran formidables, solo por ellas merecía la
cómo era el profesor en sus clases, lo cual pena haber pasado por la Universidad. To-
forma parte de un hecho más general como das las noches leía un libro entero, y a veces
es el de que las biografías de los grandes lo comentaba al llegar. A mí me encantaban
historiadores atienden a cualquier dato o sobre todo sus sorpresas, sus salidas ines-
información del biografiado, desde su in- peradas, que te tenían todo el tiempo en
fancia y formación hasta el despliegue de vilo. Después de haber estudiado a fondo
sus investigaciones, ilustrado, en el mejor la figura de Napoleón [...] entrabas en clase
de los casos, por correspondencia postal con la cabeza atiborrada de fechas y datos
cuando se conserva, relegando del conjun- y Vicens Vives te hacía la primera pregun-
to del paisaje biográfico profesional de un ta: ¿en qué momento empezó a engordar
profesor algo tan elemental, previo y sig- Napoleón? Te descolocaba y te obligaba a
nificativo como las características de la la- rebobinar y empezar de nuevo desde una
bor docente, las materias que explicaba y la perspectiva distinta. O después de pasar
manera de hacerlo, aspectos que son clave un rato intentando descubrir por qué había
a la hora de establecer redes discipulares, y cambiado la actitud de los industriales y de
que suelen estar en el origen de vocaciones, la alta burguesía catalana, tras un encuen-
investigaciones, publicaciones, interven- tro con la Regente, y pasar revista a todos
ciones públicas... los motivos políticos, y sobre todo econó-
Podríamos mencionar alguna excepción, micos, Vicens Vives se reía de nosotros:
con el ánimo de suscitar recuerdos de la do- pero, acaso no habéis visto retratos, ¿nadie
cencia de Josep Fontana en muchas genera- se ha fijado en que María Cristina era muy
ciones de alumnos todavía activos, referida guapa?» [2].
en este caso a su maestro Vicens Vives, una
fuente literaria en la que Esther Tusquets 2.– Esther Tusquets, Confesiones de una vieja dama indigna,
Sí que nos consta, por numerosos testi- po, han de recurrir a materiales de archivo,
monios personales de alumnos y discípu- guías docentes, expedientes académicos,
los, el rigor con que se las preparaba, así archivos y correspondencias personales,
como el hábito y la deferencia, trasladada a si los hay, lamentando en muchos casos la
otras extensiones de la docencia, en forma desaparición de testimonios personales de
de conferencias, tribunales de tesis, pre- los que hubiera sido muy oportuno y útil
sentaciones de libros, etc. a las que nunca disponer en su momento.
o muy difícilmente se negaba, de llevar sus Como historiador profesional su partida
intervenciones escritas, independiente- de nacimiento se encuentra en La quiebra
mente de la magnitud de la convocatoria, de la monarquía absoluta (1814-1820). La
desde un congreso académico a centros de crisis del Antiguo Régimen en España, cuya
estudios locales o institutos de enseñanza primera edición es de 1971, producto de
media desperdigados por la geografía ca- una tesis doctoral presentada el año an-
talana y española. Tampoco repetía siste- terior bajo la tutela y dirección de Fabián
máticamente cursos, materias, programas y Estapé, catedrático de Política Económica
temas, en la mejor tradición de los grandes en la Facultad de Ciencias políticas y Cien-
maestros, un habitus pedagógico que se va cias económicas de la Universidad de Bar-
perdiendo entre las exigencias de planes de celona, de la que fue Rector entre 1969 y
estudios rígidos, las invitaciones a la como- 1971, a la hora de dirigir y presentar la tesis
didad, y el relegamiento de cualquier mérito de un historiador ya maduro y acreditado,
docente en la construcción de curriculums que había sido expulsado de la misma, jun-
académicos; Fontana tenía, en cierto modo, to con otros compañeros, en 1966. El libro
una concepción y una práctica artesanal de desarrollaba un modelo ambicioso de ex-
su oficio de historiador, en el que su docen- plicación de la crisis del Antiguo Régimen
cia, como su investigación, eran producto y que va mucho más allá de la historia polí-
resultado de un trabajo de lectura, estudio tica, pues «la excelente síntesis de Artola
y escritura cuya dimensión a muchos pare- lo hace innecesario», e integra con eficacia
cía abrumadora, dedicaba mucho tiempo a fuentes y métodos de historia económica
preparar nuevos programas y asignaturas, y social.Es un producto estricta y cuidada-
de modo que, a título de ejemplo, a su Eu- mente académico, en el que no se escon-
ropa ante el espejo (1994), publicada simul- den presupuestos teóricos de raíz marxista,
táneamente por cinco grandes editoriales aun sin hacer en ningún momento un alar-
europeas en cinco idiomas, le dedicó una de específico de los mismos desde los que
practica docente específica previa en cur- buscan los complejos nexos que enlazan la
sos de doctorado durante los primeros años evolución económica y los hechos políti-
noventa, como será el caso de otras muchas cos: «El proceso económico ha influido en
publicaciones, elaboradas desde la práctica los hechos políticos a través de la media-
y el filtro de la docencia [3]. Hay que subra- ción de los enfrentamientos de clase y de
yar que los estudios de historia de la histo- la formación de unas concepciones ideo-
riografía, estimulados por el paso del tiem- lógicas articuladas sobre ellos» (p.13). Ese
es el marxismo abierto, aprendido y elabo-
Barcelona, Ed. Bruguera, pp. 343-344
rado desde su estancia juvenil (1956-1957)
3.– Josep Fontana, Europa ante el espejo Barcelona, Ed. Crítica,
en la Universidad de Liverpool al lado del
1994, en la colección «La construcción de Europa», que se
publicaba simultáneamente en Editions du Seuil, Laterza, historiador modernista John Lynch (1923-
C.H. Beck y Basil Blackwell (Paris, Roma, Munich, Oxford).
2018) [4], necesariamente tácito hacia 1970, en el Institut Universitari d´ Historia Jaume
sobre todo si se pretendía hacer carrera Vicens Vives, de la Universidad Pompeu y
académica, una inserción universitaria que Fabra, unas jornadas de debate en torno a
debía pasar casi obligadamente en aquel su obra que se centraron en el análisis de
tiempo por el nuevo territorio disciplinar sus principales centros de atención y re-
de la historia económica, pues las faculta- percusión historiográfica que, a la sazón,
des de historia, también la de Barcelona, eran la revolución liberal española (Ramón
eran reductos de otro régimen que todavía Villares), los temas e historiografía en tor-
no había quebrado, de tal modo que Josep no a la historia y la cuestión agraria (Pedro
Fontana pudo obtener en 1974 la cátedra Ruiz), la metamorfosis y características de
de historia económica de la Universidad de la Hacienda nacional (Francisco Comín), la
Valencia. A la altura de 1971, los agrade- crisis y situación del comercio ultramarino
cimientos que expresa en el prólogo al li- con América (Antonio Miguel Bernal)..., es
bro adquieren la significación de eslabones decir, los cimientos del programa de inves-
historiográficos tan significativos como in- tigación presentes en La quiebra..., por los
discutidos: a quienes le enseñaron el oficio que circuló posteriormente buena parte de
de historiador, Vicens Vives, Pierre Vilar y su presencia e influencia historiográficas
Ferrán Soldevila..., a compañeros genera- y de su actividad académica en las últimas
cionales como Jordi Nadal, a sus primeros décadas del pasado siglo. O así se veía ha-
alumnos, Ramón Garrabou, Jaume Torras, cia el año 2002, incluso desde la universi-
Nuria Sales..., y «más que nadie me ha ayu- dad catalana, que recabó la colaboración,
dado, de todas formas posibles y especial- como relatores de sesiones para el home-
mente con su estimulo Gonzalo Anes», que naje jubilar, de reconocidos profesionales
había formado parte de su tribunal y fue del conjunto de la geografía universitaria
el primer catedrático en el escalafón de la española, y no consideró necesario, enton-
Historia económica. ces, abrir un apartado específico sobre his-
Ricardo Robledo afirma que La Quiebra toria de Cataluña o de la «identidad» cata-
de la Monarquía absoluta fue uno de los tres lana. Jaume Torras, en la presentación del
libros que «armaron la historia socioeco- volumen que recogió estas sesiones, ponía
nómica española durante decenios» [5]. A la al homenajeado y a su obra como «ejemplo
hora de su jubilación (2002) se celebraron de compromiso con la proyección civil del
conocimiento históricos» y alertaba, tem-
4.– Vid. una pequeña autobiografía intelectual en la pranamente y con buen tino, del riesgo de
entrevista que le hace José Gómez Alén en la revista
que el necesario cambio en la producción
Nuestra Historia, FIM, 2017, nº 3, pp. 163-188: «Fue
entonces cuando descubrí, trabajando en la Universidad y en el conocimiento histórico «consista
de Liverpool, la historiografía marxista británica, que en pasteurizarlo y reducirlo a materia pri-
vivía en los años cincuenta y sesenta unos momentos ma de amables e inocuos entretenimientos
de vitalidad creativa, que culminaron con la aparición
para el tiempo libre» [6].
en 1963 de The Making of the English Working Class de
E.P.Thompson y con la publicación por Eric Hobsbawm en La persona y la obra de Josep Fontana,
1964 del fragmento de los Grundrisse de Marx dedicado a así como su monumental trabajo como edi-
las formaciones económicas precapitalistas». tor, a la luz o en la sombra, son capitales
5.– Ricardo Robledo, «Evocación de José Fontana», Blog De para el proceso de recepción del marxismo
Re historiográfica, 2018. Los otros dos libros habrían sido
El fracaso de la revolución industrial de J. Nadal (1974) y
Reforma agraria y revolución burguesa de Malefakis (1971), 6.– José Fontana, Historia y proyecto social, Barcelona, 2004,
los tres publicados por la editorial Ariel. Crítica y Universita Pompeu y Fabra, 298 pp.
co para sentar las bases de la historiografía del pasado escrito a la altura historiográfica
sobre la sociedad catalana en este periodo; de nuestro tiempo, pensado desde un lar-
la dirección de la Historia Universal Planeta go horizonte de experiencia para la mejor
y su autoría del tomo 10 sobre La época de comprensión del presente. Todos los auto-
las revoluciones (1991) fue una buena sínte- res se proponen «establecer una visión de
sis de manual para el escenario europeo; en conjunto del pasado histórico español ins-
2007 comenzó el ambicioso proyecto edi- pirada en la renovación historiográfica que
torial coeditado por Marcial Pons y Crítica ha tenido lugar en España desde los años
y codirigido con Ramón Villares, en el que setenta, que sea digna heredera de la tra-
fue autor del volumen 6 sobre «La época del dición democrática y progresista que ins-
liberalismo», una empresa colectiva, carac- piraba obras como las de Altamira, Artola,
terizada por la pretensión común de «ofre- Tuñón, Vilar o Vicens» [12].
cer una obra que represente lo que un gru- Los territorios del historiador Fontana
po de historiadores de comienzos del siglo fueron indistinta y cruzadamente Cata-
XXI piensa de la sociedad en la que viven»,
12.– La fi de l´antic règim i la industrialització 1787-1868,
como se escribe en la introducción general Vol. 5 de Historia de Cataluña dirigida por Pierre Vilar, Bar-
que reproduce cada volumen; la obra parte celona, Ed. 62,1988; La era de las revoluciones, Vol.10 de
de una concepción de la escritura de la his- la Historia Universal Planeta, Barcelona, 1991; Historia de
España, Barcelona, Crítica y Marcial Pons, 12 volúmenes,
toria de España que, si no unitaria, sí es lo
2007-2013. Sobre esta empresa editorial vid. C. Forcadell,
suficientemente común y compartida como «Una nueva historia general de España para nuestro tiem-
para intentar abordar un relato coherente po», en Revista de Libros, 148 (2009), pp. 24-26.
publicaciones de Fontana de estos años ha- y en otros casos. Leído hoy, el libro adole-
bían merecido el nivel 5: «No se pueden ce de esa condición militante y combativa,
leer, salvo con un permiso especial de la que del mismo modo que le proporcionó un
delegación» [14]. En el campo de batalla de la impacto indudable en una coyuntura histó-
Historia no faltaban combatientes. rico cultural determinada, le ha hecho des-
Fontana ponía su enorme erudición y aparecer de los estudios más acreditados de
saber histórico al servicio de cierta urgen- historia de la historiografía, aunque fue im-
cia militante que consideraba necesaria a portante para la generación de estudiantes
principios de los años ochenta, cayendo en e historiadores de los años ochenta, para
ocasiones en juicios demasiado sumarios los profesores universitarios y docentes de
y poco documentados. De los historiado- enseñanza media que lo usábamos y reco-
res alemanes, escribe, por ejemplo, que «lo mendábamos. Fontana no oculta su convic-
que en Alemania recibe el pomposo nom- ción y objetivo: «el último capítulo de este
bre de Historische Sozialwissenschaft no es libro se dedicará, precisamente, a la necesi-
mas que el viejo historicismo rejuvenecido dad de repensar nuestros análisis del pasa-
con trasplantes de sociología conservado- do para que podamos construir sobre ellos
ra norteamericana, controlado por el rígido un nuevo proyecto socialista» (p. 246), y en
sistemade de vigilancias y censuras ideo- su párrafo final llamaba a «rehacer la histo-
lógicas heredadas del nazismo, que siguen ria del capitalismo, no como una fase en el
en plena vigencia hoy» (p. 173); en el índi- desarrollo de las fuerzas productivas, sino
ce onomástico del libro se buscará en vano como una etapa en el de las formas de ex-
nombres como Koselleck, Wehler, Kocka, plotación, para entenderlo mejor y comba-
Pühle, y ni siquiera aparecen los jóvenes tirlo más eficazmente» (p.263), una historia
historiadores de la vida cotidiana, izquier- militante que con el tiempo ha envejecido
distas críticos con la Sozialgeschichte de irremediablemente.
sus mayores más enraizada en tradiciones Pero Fontana nunca renegó de su mar-
demócratas y socialdemócratas (Kriedte). xismo historiográfico, como puede apre-
Yo mismo pude ser testigo de cómo Juan ciarse en una de sus últimas intervencio-
José Carreras le comentó con posteriori- nes orales y escritas, en la que reconoce
dad, privadamente y con discreción, estas las influencias del marxismo británico, de
ausencias y estas descalificaciones sim- Gramsci, o de Walter Benjamin, «que volvió
plistas, y de cómo Josep Fontana asumía su a poner en circulación la exigencia de una
desconocimiento y apresuramiento en este historia no lineal» [15], algo bien evidente
también en las dos notables síntesis divul-
14.– Ricardo Robledo, «Josep Fontana 1931-2018. Historia
gativas a las que dedicó sus últimos esfuer-
y compromiso social» Blog De re historiográfica, septiembre
2018. Se refiere a La crisis del Antiguo Régimen (1808- zos, en las que no ocultaba su compromiso
1833), Barcelona, Crítica, 1979, donde critica con dureza con una determinada forma de interpretar
a la escuela de Pamplona de los historiadores del Opus el pasado unida a la necesidad y propuestas
Dei (Federico Suárez). Ricardo Robledo ha contribuido
de su transformación, dos gruesos volúme-
destacadamente, por encima de las retóricas necrológicas,
a fijar el lugar de Fontana en territorios propios de la nes en los que desplegaba una no menos
historia de la historiografía económica: «Josep Fontana combativa historia de la guerra fría y una
y la Historia Económica» en Investigaciones de Historia historia del mundo desde 1914, dos balan-
Económica, vol. 14 (octubre de 2018) y «El infatigable
zapador: la historia agraria de Josep Fontana» en
Historia Agraria, 76 (2018), constituyen dos volúmenes 15.– «La formación de un historiador marxista» en Nuestra
imprescindibles. Historia, 5 (2018), pp. 11-14.
ces finales que lo convierten en una especie mismo tiempo que perdemos de vista al co-
de Hobsbawm español [16]. munismo, la caída de la URSS ha librado a
Parece que entre los materiales inédi- Marx de sus herederos y nos ha liberado a
tos que deja Josep Fontana se encuentra un nosotros, y probablemente crecerá el atrac-
libro que, con el inequívoco título de «La tivo moral de alguna versión renovada del
crisi com a triomf del capitalisme», editará marxismo» [17].
próximamente Tres i Quatre y que presu- Un historiador alemán de la historio-
miblemente reflejará la coherencia de sus grafía, de común reconocimiento entre la
análisis históricos y de su compromiso po- profesión, Lutz Raphael, resume y sinteti-
lítico casi cuatro décadas después del alda- za en su síntesis de historia de la historio-
bonazo que dio con su Historia en 1982. grafía en el siglo XX que «la investigación
Por otra parte, conviene señalar que en histórica marxista constituye, sin duda, la
los últimos años asistimos a un cierto re- mayor corriente en el seno de la ecume-
torno a Marx, pues los riesgos sistémicos ne de historiadores [...], la investigación
que han acompañado a la crisis de 2008 han histórica marxista se convirtió en el siglo
recuperado algunos elementos de la crítica XX en el competidor mas importante del
económica y política de Marx a la sociedad modelo liberal de progreso, y, a su vez, en
de su tiempo, aunque esto es menos visible heredera» [18]. Se puede constatar un cierto
en el terreno historiográfico: hoy, desacti- y visible retorno a Marx en el despliegue
vada la dimensión política del marxismo, es de un nuevo pensamiento crítico, así como
más habitual un reconocimiento generali- que determinadas críticas académicas y po-
zado sobre el hecho de que las aportacio- líticas al capitalismo actual recuperan no
nes del marxismo al método histórico y a pocos elementos de la crítica económica y
la práctica historiográfica contemporánea política de Marx a la sociedad de su tiem-
han sido innegables y de gran envergadu- po; no se esconden ni necesitan ocultarse,
ra, incluso para quienes han escrito historia algo que parece más difícil encontrar entre
alejados de una identidad «marxista». Al- los historiadores en general, como atemo-
guien tan poco «marxista» como Toni Judt, rizados por reconocer hoy el papel y la in-
y con anterioridad a la crisis de 2008, a la fluencia de Marx en la concepción y en la
vez que echaba en cara a Hobsbawm la per- práctica de los fundamentos del método
sistencia de sus convicciones o militancias histórico hasta hoy, temerosos de que solo
comunistas, escribía: «Sin embargo hoy las su nombre, o el de marxismo, los pueda
cosas están volviendo a cambiar. Vuelve la asociar con cementerios y cadáveres polí-
cuestión social de tiempos de Marx, cómo ticos. De modo que, en la actualidad, el re-
abordar y superar las enormes disparidades legamiento del marxismo en la historiogra-
de riqueza y pobreza, las vergonzosas des- fía -una especie de terra incógnita para los
igualdades en salud, educación y oportuni- jóvenes historiadores o para seniores más
dades... [...]. No hace falta ser marxista para olvidadizos que disidentes- puede ser con-
reconocer que lo que Marx y otros denomi- siderado una desaparición debida a una de-
naban ejercito de reserva de mano de obra rrota política e intelectual, aunque los más
esta resurgiendo en todo el mundo... Así, al optimistas (Hobsbawm) interpretaron que
16.– Por el bien del imperio. Una historia del mundo desde 17.– T. Judt, Sobre el olvidado siglo XX, Madrid, Taurus, 2008,
1945, Barcelona, Pasado & Presente, 2011, y En el siglo p. 143.
de la Revolución. Una historia del mundo desde 1914, 18.– L. Raphael, La ciencia histórica en la era de los extre-
Barcelona, Pasado & Presente, 2017. mos, Zaragoza, IFC, 2003, p. 133.
Josep Fontana y Carlos Forcadell en una conferencia en 2009 (Foto cedida por C. Forcadell).
buena parte del método histórico marxiano El legado de Josep Fontana a la historia
y de sus aportaciones se han integrado de de la historiografía se compone de esas di-
modo natural y acumulativo en la práctica mensiones señaladas de docente y maestro,
historiográfica hasta tal punto que ya no es historiador y editor, es y será tan abultado
necesario reclamarse del mismo, converti- como indiscutible, echará al olvido opinio-
do en una referencia callada, una tradition nes o pronunciamientos recientes, suscita-
cachée (Enzo Traverso) [19]. Tampoco hay dos por presentes más o menos efímeros,
que olvidar que hoy, cuando en la histo- que han sido objeto de manipulaciones
riografía y en la crítica cultural actuales se simplistas a uno y otro lado de la barrera del
hace cada vez más visible la conexión entre «Procés» en el barullo de la actualidad [21]; el
las nociones de clase, raza y género: «los paso y el poso del tiempo irá borrando el
marxistas y sus organizaciones estuvieron recuerdo de sus compromisos ciudadanos y
en vanguardia de las tres mas importantes políticos, como ha sucedido para los casos
luchas de la modernidad contemporánea: de otros historiadores eminentes del ayer
la resistencia al colonialismo, la emancipa- próximo o lejano, quedando sus aportacio-
ción de las mujeres y el combate contra el nes al conocimiento del pasado y su ejem-
fascismo» [20]. plo de pasión por el oficio de historiador.
Rosa Congost
Universitat de Girona
Resumen
Josep Fontana definió el magisterio recibido de Pierre Vilar como un magisterio vivo y
presente, «que se define por los objetivos compartidos», en una clara alusión a su mar-
xismo. Partiendo de esta definición, la autora, a partir de unas cartas cruzadas en 1974
en torno a Febvre, destaca la sinceridad y la complicidad intelectual como elementos
articuladores de la larga y sólida relación entablada entre ambos historiadores y valora y
agradece, a partir de su testimonio personal, la presencia de ambas facetas en la forma
de ejercer el magisterio de Josep Fontana.
Abstract
Josep Fontana defined the teaching received from Pierre Vilar as alive and present, a teaching «which
is defined by the shared objectives», in a clear allusion to his Marxism. Based on this definition, the author,
from some letters exchanged in 1974 around Febvre, highlights the sincerity and the intellectual complic-
ity as pivotal elements of the long and solid relationship forged between both historians and acknowl-
edges and appreciates, from her personal testimony, the presence of both aspects in the way Josep Fontana
used to teach.
Participar en un homenaje a Fontana hoy Vilar, lo que facilitará el enlace de mis pala-
y aquí, hace que me sienta un poco extraña bras finales con esta introducción.
y a la vez bastante cómoda. Me explicaré. Fontana no se cansaba de repetir que ha-
Extraña, porque hace demasiado poco tiem- bía tenido la suerte de contar con tres maes-
po que él era mi confidente en este tipo de tros: Ferran Soldevila, Jaume Vicens Vives
actos. En los últimos tiempos, en los que, a y Pierre Vilar [2]. De los tres, tan solo uno —
causa de su salud, ya no podía visitarle a su Pierre Vilar— era y se consideraba, como él,
despacho, me había acostumbrado a enviar- marxista. Este hecho ya nos da una idea de
le todos los textos que escribía. «Será una cómo él entendía el rol de un maestro. Es
manera de mantener el contacto», le dije. evidente que se trataba de algo distinto a
Todo eso es demasiado reciente. No obs- la transmisión de un método o de una de-
tante, mi estimación por Fontana era y es terminada manera de pensar. Estos días he
demasiado grande para no aceptar la invi- estado releyendo las cartas que Vicens Vi-
tación a participar en esta mesa redonda, ves le había enviado durante la década de
cuando los organizadores de este Congreso 1950 y he entendido porque Josep Fontana
me lo pidieron, aprovechando mi presencia siempre lo reconoció como maestro, a pesar
ayer aquí para hablar sobre Pierre Vilar [1]. de sus profundas diferencias ideológicas [3].
En seguida, además, percibí con claridad Un maestro es sobre todo una persona que
algunas circunstancias que facilitaban mi anima a sus discípulos a sacar lo mejor de
intervención. La primera: el hecho de que uno mismo. Las cartas de Vicens Vives a
Josep Fontana, como Pierre Vilar, no hu- Fontana demuestran sus desacuerdos aca-
biera renegado nunca de su marxismo. Esto démicos, pero también que Vicens Vives
hacía especialmente cómoda mi participa- apreciaba la sinceridad del joven discípulo
ción aquí; la segunda: el hecho de que Josep y estaba interesado en que siguiera su pro-
Fontana, en muchas ocasiones, reconociera pio camino del modo más brillante posible.
y hablara de sus maestros. Esta circunstan- Es por esa misma razón, pienso, que mu-
cia también hace que me resulte más fácil a chos historiadores no marxistas se auto-
mí, en calidad de discípula suya, hablar de él proclaman discípulos de Josep Fontana.
como maestro. La tercera: el hecho de que Como él lo hacía respecto de Vicens Vives.
con mi maestro Josep Fontana compartiéra- Pero aquí, en un congreso sobre Marx, esta-
mos el magisterio de Pierre Vilar. No sólo de mos invitados a hablar del historiador mar-
lejos. Tuve el privilegio de seguir de cerca xista y tal vez sea más interesante señalar
esta relación. que algunos historiadores que se conside-
Dividiré mi intervención en dos partes. ran marxistas piensen que Fontana no lo
Las dos tendrán un marcado carácter perso- era, o que había dejado de serlo a partir de
nal, pero no he sabido hacerlo de otra ma- un momento determinado. No es mi punto
nera. En la primera, hablaré de la relación de vista. Por eso he querido empezar recor-
de Josep Fontana y Pierre Vilar. En la segun- dando aquí y hoy que él no renegó nunca de
da, hablaré de mi relación intelectual con su marxismo. Y sabía, como todo marxista,
Josep Fontana. Como veréis, terminaré esta
segunda parte volviendo a hablar de Pierre 2.–Por ejemplo, en una de sus últimas publicaciones, Jo-
sep Fontana, L’ofici d’historiador, Girona, Publicacions de la
1.–Me refiero a mi intervención «Pensar históricamente. Càtedra Ferrater Mora, 2018.
Reflexiones sobre el marxismo de Pierre Vilar» en la Mesa 3.–Clara, Jose; Cornellà, Pere; Marina, Francesc y Simon,
redonda sobre Historiografía marxista que tuvo lugar el Antoni (cur.), Epistolari de Jaume Vicens Vives, Girona, Cercle
día 4 de octubre de 2019, en el mismo congreso. d’ Estudis Històrics i Socials, 1998.
Josep Fontana junto a Rosa Congost, Pierre Vilar y el nieto de este, París 1996 (Foto: Jean Vilar).
todo por unos objetivos compartidos» [4]. lla carta, y también señaló que, repasando
Intervine, me parece que de manera deci- el conjunto de su correspondencia con el
siva, y en todo caso efectiva, en el manteni- historiador francés, había podido compro-
miento de unas relaciones fluidas entre Jo- bar y recordar que no siempre habían esta-
sep Fontana y Pierre Vilar en su última fase, do de acuerdo en las cuestiones referidas a
cuando existía el peligro de que, debido a la la historia y a la historiografía. En concre-
avanzada edad de Pierre Vilar, el contacto to, explicó, había constatado «un rechazo
se interrumpiera. A través de llamadas por indignado a la manera como yo trataba la
teléfono, primero, hechas conjuntamente figura de Febvre, a quien siempre reconoció
aprovechando mis visitas al Institut Vicens como maestro».
Vives de la Universitat Pompeu Fabra, don- El acceso a la correspondencia de Vilar,
de Fontana tenía su despacho y, después, de facilitado por la familia, me permitió cono-
visitas conjuntas al domicilio de Pierre Vi- cer otra carta, que permite comprobar que la
lar, en París. Fontana ha dicho en diversas sinceridad presidió sus relaciones también
ocasiones, con razón, que en las conversa- en la etapa de madurez, cuando Fontana ya
ciones mantenidas con Pierre Vilar solían había publicado su tesis doctoral y acaba-
hablar mucho más del presente que no del ba de publicar el artículo titulado «Ascens
pasado. Yo puedo dar testimonio de que i decadència del’escola dels Annales» [5]. La
también hablaban sobre Diderot y sobre carta de Fontana, escrita el 1974, es la res-
Victor Hugo. En aquellas visitas comparti- puesta a la carta recordada por Fontana
das, pude comprobar la admiración viva en- treinta años después, cuando Vilar le había
tre los dos historiadores. También es cierto hecho notar su desacuerdo con la manera
que cada uno de ellos seguía con gran inte- de referirse a Febvre en aquel artículo. Jo-
rés lo que escribía el otro y quería conocer sep Fontana, a sus 42 años, le decía a Vilar,
su opinión que, al menos en los casos que que ya había cumplido los sesenta y ocho:
viví de cerca, desde 1988, siempre fue favo- «Me temo que usted se deja guiar más por
rable. el afecto que por la razón cuando quiere ver
Hacía muchos años que se había iniciado un Febvre libre de toda tara». Y un poco más
la relación entre ellos, a fines de la década allá: «Entiendo que he tocado puntos que le
de 1950. De aquel primer contacto, Fonta- afectan personalmente y que usted reaccio-
na siempre conservaría y recordaría la larga na ante el ataque a un maestro. Yo también
carta de Vilar donde le decía, en forma de lo haría si alguien atacara a los míos, entre
consejo y advertimiento ante una propuesta los cuales usted ocupa un lugar relevante».
de investigación hecha por aquel joven re- La incómoda situación en la que se halla-
comendado por Vicens: «no es una ciencia ba, condujo a Fontana a hacer un alegato en
fría lo que queremos, pero es una ciencia». defensa de la sinceridad en las relaciones
En aquel homenaje a Vilar de 2004, Fontana discípulo-maestro, como vía necesaria para
reprodujo éste y otros fragmentos de aque- garantizar su perdurabilidad: «A pesar de su
irritación conmigo, sé que las discrepancias
4.–Josep Fontana, «Actualidad de Pierre Vilar, actualidad de fondo son mucho menores de lo que tal
del marxismo», en Aron Cohen, Rosa Congost y Pablo F. vez haya creído usted ahora. Pero he tra-
Luna (coord.), Pierre Vilar: una historia total, una historia tado siempre de ser sincero, hasta con mis
en construcción, Granada, Universidad de Granada, 2006. El
libro recoge los trabajos presentados en la jornada del
Atelier Pierre Vilar, celebrado en Nanterre el 1 de octubre 5.–Josep Fontana, «Ascens i decadència de l’Escola dels
de 2004. Annales», Recerques, 4, 1974, pp.283-298.
libro Historia [9]. Es significativo que en este flexionar sobre la necesidad de enfocar esta
libro no aparezca aún ninguna referencia a temática desde una perspectiva que yo con-
Foucault ni a Althusser. Sin duda, Fontana sidero marxista pero que no era la manera
no los consideraba aún dignos de tener en habitual de enfocar el problema, ni entre los
cuenta, como sí hará en La historia de los no marxistas, ni entre los marxistas. Me pa-
hombres [10]. Sin duda, hay un importante recía, cuando empecé a extraer los prime-
desfase entre lo que estaba ocurriendo en ros resultados de mis investigaciones, que
la historiografía francesa y la española en esta era la principal función —crítica— de
aquellos años. Pero aun así podemos com- un historiador marxista. Pero muy pronto
probar que, en los momentos de máxima me vi rodeada por algunos colegas que se
tensión, los dos historiadores compartían decían discípulos de Fontana y de Vilar que
un mismo objetivo: ambos pensaban en su me advertían de lo disgustados que esta-
magisterio, en sus estudiantes. Sería injus- rían estos historiadores cuando me leyeran.
to y un poco mezquino por mi parte si no Afortunadamente, no les hice ningún caso.
hiciera notar, teniendo en cuenta la fecha De hecho, ni tan solo llegué a plantearme
—1974— que estaban pensando en noso- si debía hacerles caso. ¿Por qué Fontana y
tros, es decir, en la generación de historia- Vilar iban a molestarse con los razonamien-
dores, entonces estudiantes de historia, a la tos que yo hacía, si yo me sentía discípula
cual yo pertenezco. suya haciéndolos y me parecía, además, que
Hemos visto que en aquella carta, Josep compartía con ellos la manera plantear y
Fontana, a sus 42 años, afirmaba que una de analizar los problemas y la voluntad de re-
las cosas que caracterizaban las relaciones solverlos?
discípulo-maestro era la sinceridad entre Josep Fontana fue conociendo, desde el
ellos. La sinceridad constituirá también el primer momento, desde finales de la década
eje de la segunda faceta que ya he avanzado de los años 80, cuando presidió mi tribunal
que me proponía tratar en mi intervención, de tesis, de forma puntual, pero continua-
esta vez a partir de mi humilde persona: la da, mis trabajos y mis argumentaciones. En
manera de ejercer como maestro, y ahora sí, ningún momento yo dejé de decir lo que
específicamente como maestro que se recla- pensaba, aunque no coincidiera con lo que
ma del marxismo, de Josep Fontana. Lo que hasta aquellos momentos había dicho Josep
pide este maestro a su discípulo no es solo Fontana y aunque lo volviese a tener ante
que trabaje, sino que lo haga con espíritu mí presidiendo otros tribunales, como su-
crítico y que sea capaz de plantear proble- cedió en mi titularidad y en mi tribunal de
mas históricos que ayuden a combatir las cátedra, en 1995. Entre nosotros no hubo
maneras dogmáticas que a menudo se es- ningún conflicto. Al contrario. Él respondió
conden detrás de los discursos académicos. y reaccionó en todas las ocasiones mostrán-
Voy a ejemplificarlo en el que ha cons- dose interesado por lo que yo decía y que-
tituido y aún constituye el tema central de riendo conocer los trabajos que iba desarro-
mis investigaciones históricas, la propiedad llando. Hasta este año, hasta su muerte.
de la tierra. He dedicado mis esfuerzos a re- De hecho, si se va siguiendo lo que Fonta-
na ha ido publicando en relación a muchos
9.– Josep Fontana, Historia. Análisis del pasado y proyecto
temas, es fácil comprobar como el mismo
social, Barcelona, Crítica, 1982.
iba evolucionando y no decía las mismas
10.– Josep Fontana, La història dels homes, Barcelona, Críi-
ca, 2000. La versión en castellano, La historia de los hom- cosas que había dicho unos años antes. Para
bres, Barcelona, Crítica 2005. mí, en eso también ha sido el modelo a se-
Final de la carta de Josep Fontana a Pierre Vilar, agosto de 1974 (Imagen cedida por R. Congost).
guir. Pienso que podría aplicarse a muchos ban de que alguien como yo se atreviese a
de los temas tratados por Fontana, pero criticar aquellos escritos. Conservo algunas
entenderéis que continúe con mi ejemplo. cartas que dan testimonio de ello. Al mismo
En las últimas décadas, la extrema especia- tiempo, algunos de los detractores incon-
lización y sectorialización de los estudios dicionales de Fontana, no necesariamente
históricos ha dificultado la tarea de seguir anti-marxistas porque, como Pierre Vilar,
la evolución de los trabajos de un historia- Fontana también tenía detractores entre los
dor tan prolífico como Fontana en todos que se consideraban marxistas, aplaudieron
sus campos. También en los estudios sobre algunos de mis escritos precisamente por-
la propiedad de la tierra. Muchos años des- que les parecía que desmentían a un Fonta-
pués, algunos admiradores incondicionales na demasiado influyente. Fontana conocía
de Fontana, que habían canonizado sus es- estas críticas, tanto las que iban dirigidas a
critos de los años setenta, se escandaliza- mí como las que iban dirigidas a él, pero ello
no le impidió ser uno de mis principales va- ginas, donde abundaban las referencias al
ledores, como editor, de mis trabajos. Nun- marxismo de Vilar. El mismo día que ya ha-
ca dejé de citarlo críticamente si me parecía bía enviado aquel texto a París, dos colegas
que haciéndolo podían entenderse mejor que acababan de leerlo me dijeron no sólo
mis argumentos. Nunca, ni en público ni en que a ellos no les había gustado nada, sino
privado, me lo recriminó. que estaban seguros de que «no gustaría»y
Explico esto porque estos días he leído a de que probablemente «disgustaría» a Pie-
historiadores que aseguran que Fontana era rre Vilar. Como lo que menos quería yo era
un historiador dogmático y contrario al es- disgustar a mi querido maestro, que tan
píritu crítico. Y, sobre todo, porque le estoy bien se había portado conmigo y que ya
muy agradecida. Yo no descarto que a Josep había superado los ochenta y cinco años,
Fontana no le complaciera alguna de aque- le envié una postal donde le suplicaba que
llas citas, pero en este caso tuvo el tacto de no leyera el texto y le anunciaba una nue-
no hacérmelo notar, ni en público ni en pri- va versión para mi próximo viaje a París, en
vado, tal vez porque conocía mi estimación el que le explicaría el porqué de mi extraño
por él y sabía que una crítica suya podía in- comportamiento. Cuando lo visité, él me
fluir en mi producción académica e intelec- esperaba en la puerta de su casa con el tex-
tual, que él, como hacen los buenos maestros to en la mano. No lo había leído, pero me
con sus discípulos, siempre estimuló. pidió que se lo leyera de viva voz. A cambio
Esta última reflexión me permite termi- de este esfuerzo, que intuía que no era pe-
nar esta intervención reivindicando esta queño, me prometió toda la sinceridad del
otra faceta del maestro Josep Fontana, que mundo. Siempre recordaré aquellos minu-
tantos otros han elogiado: me refiero a su tos. Desde sus inicios, iba asintiendo con la
generosidad y a su disposición a dedicar ho- cabeza a medida en que yo iba desgranando
ras al trabajo de sus discípulos. Como me el texto, creándose momentos de gran com-
parece que ha quedado claro, no fue en mis plicidad intelectual. Después, quiso cono-
estudios sobre la propiedad de la tierra, es- cer algunos detalles de los dos colegas que
critos en total libertad, donde conocí esta lo habían considerado impublicable, tales
faceta, pero la viví plenamente en mis escri- como su edad o su posición ante el marxis-
tos sobre Pierre Vilar. El relato de esta expe- mo. El texto no llegó a publicarse, ni en su
riencia personal me permitirá enlazar con la primera ni en su segunda versión, pero esta
primera parte de mi exposición, dedicada a experiencia estrechó mis lazos con Pierre
las relaciones entre Vilar y Fontana. Vilar. También es verdad que me hizo dudar
Desde su visita a Girona para participar de mis capacidades para escribir «académi-
en un curso de verano de 1988, pocos me- camente» sobre él.
ses después de leer mi tesis que, tras la in- Josep Fontana no sabía nada de esto,
sistencia de la historiadora Núria Sales, se cuando unos años después, durante el curso
llevó consigo a París, establecí una relación 1993-94, en una visita a Girona, en ocasión
estrecha con Pierre Vilar. Ello explica que de un curso de Doctorado, quiso ser el pri-
cuando, en 1990, desde la revista Anthro- mero en transmitirme un encargo del editor
posse me pusieron en contacto con él para valenciano Eliseu Climent, que unos días
dedicarle un número monográfico, él pro- antes se había puesto en contacto con él
pusiera mi nombre para ofrecer un esbozo para localizarme. Supe así que, en una visi-
de biografía intelectual. Dediqué bastantes ta a París del editor, que estaba interesado
horas a escribir un texto de unas treinta pá- en publicar un libro de memorias de Vilar,
Carta de Pierre Vilar a Josep Fontana en 1957 (Fuente: L´Atelier Pierre Vilar).
Gonzalo Pontón
Fundador de las editoriales Crítica y Pasado & Presente
Resumen
Tras un relato aparentemente intimista, lo que realmente nos ofrece Gonzalo Pontón
en este artículo es una guía de los autores y libros que alimentaron la formación inte-
lectual de Josep Fontana y que le ayudaron en la construcción de su concepción de la
historia, desde la influencia que ejercieron sobre él las obras de sus maestros y amigos
hasta las que causaron su repulsa por la deriva que tomó la escuela de Annales tras la se-
gunda guerra mundial o los que concitaron su profundo desacuerdo con el estructuralismo
francés y los «catecismos» marxistas de todos los tiempos que le producían un profundo
disgusto.
Abstract
Behind an apparently intimate story, what Gonzalo Pontón actually offers us in this article is a guide to
the authors and books that fed the intellectual formation of Josep Fontana and helped in the construction
of his conception of history, from the influence the works of his teachers and friends exerted over him to
those that caused his rejection of the course taken by the Annales school after the Second World War, or
those that led to his profound disagreement with French structuralism and the Marxist «catechisms» of all
times that displeased him so deeply.
Josep Fontana i Lázaro (1931-2018) na- contrar, en cualquiera de los tres pisos,
ció, literalmente, entre libros. Su padre era el libro que le pedían discípulos y amigos
un librero «de viejo» que tenía el almacén en desesperados porque no podían hallarlo en
el mismo piso familiar, primero en la calle biblioteca alguna. Él lo tenía y sabía perfec-
Boters y más tarde en la llamada entonces tamente dónde estaba.
Conde del Asalto, en la ciudad de Barcelo- A lo largo de casi cincuenta años de
na. En aquella época, «de viejo» significaba amistad y colaboración, yo llegué a familia-
que se podían encontrar en la librería desde rizarme algo con su biblioteca y a descubrir
novelas policiacas —por ejemplo las de la ciertos atisbos de disposición de los libros:
«Biblioteca Oro»— hasta un libro gótico o algunos me parecían de orden topográfico,
un incunable. Fontana recordará, muchos como la orientación de determinados títu-
años después, que en aquella vivienda-al- los respecto al sol (para que no se dañaran
macén «podía pasar largas horas disfrutan- o, al revés, para que se «quemaran», en los
do de todos los tesoros que había en los es- casos que él quería); otros de disposición
tantes, en la que fue tal vez la mejor escuela «atómica», como sucedía con algún libro
que nunca haya tenido». Cuando el futuro que él consideraba fundamental (el núcleo)
maestro de historiadores tenía siete años, rodeado de otros de sus parciales o de sus
su padre le regaló cinco libros (entre ellos detractores (los electrones). Así, por ejem-
Història de Catalunya: primeres lectures, de plo, a la Historial rural francesa, de Marc
Ferran Soldevila) diciéndole: «Toma. Ahora Bloch, no la escoltaban La tierra y el campe-
empieza a formar tu propia biblioteca», un sino, La extraña derrota o la Introducción a
consejo que se tomó tan en serio que, con la historia, sino los Combates por la historia,
los años, los cinco libros se multiplicaron de Lucien Febvre. El Mediterráneo, de Brau-
por 10.000 y ocuparon tres viviendas en el del, o el Esbozo, de Labrousse, pero también
popular barrio del Poble Sec. El gran histo- el Montaillou, de Le Roy Ladurie, Sevilla y el
riador catalán ha legado esos 50.000 libros Atlántico, de Pierre Chaunu o El pasado de
y miles de folletos (tenía 700 solo de la gue- una ilusión, de François Furet. Otro ejemplo
rra de Independencia) al Institut d’Història «atómico» era la disposición de las obras de
Jaume Vicens Vives de la Universitat Pom- Althusser, Poulantzas, Foucault, Harnec-
peu Fabra de Barcelona, donde ahora se en- ker, Huntington y Fukuyama rodeando el
cuentran. 18 Brumario, de Marx. Otros clusters, en fin,
¿Cómo era la biblioteca del maestro? tenían explicaciones exógenas: ¿qué era lo
Descomunal, sí, pero caótica. No estaba que vinculaba a Azorín con Merimée, a Par-
pensada, obviamente, para un uso público, do Bazán con Lafontaine o Goethe, o a Es-
de modo que su disposición obedecía a la pronceda con Blake, Darwin o Salgari? Que
lógica personal de su creador, una lógica ya en 1939 los había prohibido la censura
aparentemente paradójica, parecida a la ló- franquista. Fontana sostenía que las obras
gica fuzzy que se utiliza, por ejemplo, para literarias más importantes de todos los
que funcione una lavadora. No sé si Fon- tiempos, las que jamás pueden dejarse de
tana los había llegado a leer todos y en su leer, había que buscarlas en los índices de
integridad (lo que es muy probable), pero libros prohibidos por cualquier autoridad.
sí puedo garantizar que los conocía todos, Pero nada era seguro en aquella biblio-
sabía perfectamente para qué los quería y teca de Babel. De pronto se advertía que
qué esperaba de cada uno de ellos. Nunca un panel entero estaba organizado según
tardaba más allá de cinco minutos en en- un criterio de lógica elemental: los libros
Josep Fontana en su casa en el año 2004 (Fotografía de Andrés Bertrán, fuente: politicaprosa.com).
de sus maestros, por ejemplo. Allí moraba Catalunya en la Espanya moderna, junto a la
Ferran Soldevila, con su obra inacabada mítica Historia de España (en no sé cuántas
Pere el Gran, la Història de Catalunya y la ediciones) y un ejemplar mimeografiado
primera edición, lujosamente encuaderna- de La vie industrielle dans la région de Bar-
da, de la Historia de España en ocho volú- celone (tesis de Pierre Vilar de 1929), más
menes. Fontana había asistido a las clases ejemplares de todos los libros de Vilar que
clandestinas de Soldevila en los Estudis publicamos en Crítica se alineaban a con-
Universitaris Catalans, que en realidad te- tinuación. Vilar enseñó a Fontana que su
nían lugar en el comedor de su casa, en la trabajo de historiador solo valdría la pena
calle Lamadrid (la «calle de los historiado- si servía para explicar los problemas reales
res», por los varios que vivieron en ella) y de la gente, si representaba un compromiso
a las que muchas veces solo asistía él y el con el mundo en que vivía y si ayudaba a
geógrafo Enric Lluch. Jaume Vicens Vives colaborar en la creación de una conciencia
—«una isla de modernidad en un mar de colectiva.
carcundia retrógrada [en la Universidad]», No sucedía lo mismo con los libros pre-
según Fontana— estaba representado ente- feridos de sus amigos: junto a El Ingenio (en
ramente con todas sus obras, incluidos los los tres volúmenes originales) de Manuel
dos malhadados volúmenes de la Obra dis- Moreno Fraginals («me dio una lección de
persa, que custodiaban a Ferran II i la ciutat insobornable independencia», J.F.) se po-
de Barcelona y a Industrials i polítics, en una día encontrar la primera edición de Carlos
rara concesión a los extremos cronológicos, V y sus banqueros, de Ramón Carande (fue
pero también con sus manuscritos inéditos Fontana quien acuñó la frase, tan repetida
que Fontana rescató de la muerte en la edi- luego, de que «el precio del Imperio fue la
torial Gallach y que él calculaba supondrían ruina de Castilla»), o la obra entera de Eric
3.800 folios. De su maestro Vicens apren- Hobsbawm, de quien valoraba por encima
dió, sobre todo, que el oficio de historiador de todo las cuatro «Eras» («Eric Hobsbawm
solo tenía sentido si se desempeñaba con descifró la evolución de su tiempo con el
plena consciencia de su dimensión cívica. fin de rearmarnos para los combates del
futuro», J.F.). Admiraba sin reservas a E. necesitaba tener más a mano para trabajar,
P. Thompson, cuyo magnum opus La for- pero no era así: junto a libros de todas las
mación de la clase obrera en Inglaterra hizo procedencias, en diversas lenguas, que eran
traducir de nuevo para corregir los errores los últimos que había adquirido, convivían
de la primera edición en castellano, pero libros publicados en catalán o castellano,
sentía una devoción especial por un libro libros superados, tesis doctorales e incluso,
de artículos de Thompson titulado Tradi- algunos viejísimos ejemplares procedentes
ción, revuelta y consciencia de clase («una todavía de la librería de su padre. Lo único
aportación excepcionalmente renovadora que quedaba libre en aquella habitación era
que devuelve su papel a la concepción de la ventana y su lienzo de pared en el que
la historia como resultado de las luchas de colgaba un enorme poster del famoso «Los
clases», J.F.). nacionales», con las caricaturas de Franco,
Todos estos libros, y muchos otros, claro, Gil Robles y otros «nacionales» en su bar-
reposaban en las estanterías que cubrían quito de filfa.
las paredes de unos bajos que Fontana ha- De haber dispuesto de una lámpara poli-
bía adquirido para esta función (aunque ciaca de rayos ultravioleta —o de la lámpara
muchas veces nos reuníamos allí con él sus de Aladino—, tal vez yo habría podido dis-
discípulos y amigos), en la calle Cabana, cernir dónde se ocultaba una línea de au-
al final, casi en la falda de la montaña de tores y textos que Fontana reconocía como
Montjuïc. No sucedía así en los dos pisos de formativos: Polibio (el de las Historias), Ra-
la calle Vila Vilà, muy cerca de allí y del tea- belais (el de La tiers libre), Maquiavelo (el
tro Apolo. Solo recuerdo que hubiera dos de las Historias florentinas), Bayle (el del
habitaciones con estanterías tradicionales, Diccionario histórico y crítico), Spinoza (el
repletas de libros. El resto de ejemplares del Tratado político), Hume (el de Una in-
habitaban en todos y cada uno de los mue- vestigación sobre el entendimiento humano,
bles de las viviendas, sin excluir la cocina por su ateísmo), Diderot (el que se escon-
ni el baño de una de ellas: en los aparado- de tras la Historia de las dos Indias, de Ray-
res, en los anaqueles, en los vasares, en un nal), Marx (OME y parte de MEGA), Engels
enorme chiffonnier, en ménsulas, burós, en- (lo mismo), Gramsci (Los cuadernos de la
tredoses, mesillas de noche, pero también cárcel), Benjamin (el del Einbahnstrasse)….
derramados sobre sofás y sillones. En la pe- pero estaban disueltos en el ancho mar del
queña habitación donde trabajaba, en dos Tuttilibri de Fontana.
mesas con dos ordenadores, había un enor- En una rinconera de cierta calidad, en
me mueble de madera basta, cuyo destino el cuarto de estar, Fontana guardaba te-
original me es completamente desconoci- soros materiales además de intelectuales:
do, que, literalmente, iba derramando so- ediciones príncipe de Diderot o Gibbon, de
bre el suelo los libros que rebosaban de él. los Cuatro cuartetos de T. S. Eliot, del teatro
Al punto que se constituyó en el centro del, completo de Ángel Guimerà (en ediciones
llamémosle, estudio un considerable mon- de lujo encuadernadas en piel de becerro,
tículo compuesto por varias pilas de libros algunas por los hermanos Bueno), pero que
que cabalgaban en un equilibrio precario también contenía joyas bibliográficas sin-
solo mantenido porque varias de esas pilas gulares como, por ejemplo, el único ejem-
se apoyaban en el extraño mueble que, a su plar completo que se conserva de las actas
vez, las alimentaba sin cesar. Podría creerse del Segundo Congreso Obrero de la Sección
que allí estarían los libros que el maestro Española de la Internacional, celebrado en
Zaragoza en 1872 (ni siquiera se halla com- de Fontana eran los libros de los que nunca
pleto en la Biblioteca Arús, de Barcelona, había tenido noticia y que tal vez atesora-
ni tampoco en el Instituto Internacional de ban un valor especial para él porque le ha-
Historia Social, de Ámsterdam). blaban de las mismas cosas que él pensaba
Aunque, quizá, los libros que siempre me y sentía: «el libro que te está esperando y
fueron más familiares eran los que yo no que, probablemente, te cambiará la vida»
podía dejar de ver cada vez que trabajaba (J.F.). Los buscaba en las librerías «de vie-
con Fontana sobre la mesa de su comedor, jo» con las que tenía una conexión emocio-
los que quedaban a la altura de mi vista, en nal, como la de los Creus, en la calle de la
una especie de vasarillo alto: solo con alzar Palla, o en las antiguas «paradas» del vie-
la cabeza, me encontraba ineludiblemente jo mercado de Sant Antoni, que visitó to-
con los «fracasos», como él los llamaba; es dos los domingos de su vida hasta que su
decir, libros que habíamos publicado en Crí- estado físico se lo impidió. En sus viajes
tica pero que no habían logrado interesar al a París recorría siempre los tenderetes de
público. Allí estaban, como mudos pero in- los bouquinistes de la rive gauche del Sena,
solentes testigos de cargo, La crisis del siglo pero también la Boutique du Livre d’Histoire
XVII y la sociedad del absolutismo, de A.D. o la Shakespeare and Co; en Londres iba a
Lublinskaya («ni los franceses se habían Foyles; en Nueva York, a la del Strand en
atrevido a editarlo», J.F.); La lucha de cla- Broadway. Y otro tanto hacía en Sao Paulo,
ses en el mundo griego antiguo, de G.E.M. de Buenos Aires, Valparaíso, Quito y México.
Ste. Croix («un monumento» J.F.); José de Reunió, así, un tesorillo de libros raros de
Espronceda y su tiempo, de Robert Marrast las más diversas procedencias. Yo recuerdo
(«una contribución fundamental para el muy bien tres, los tres franceses: Dicciona-
estudio del romanticismo», J.F.); Las voces rio de los ateos antiguos y modernos, de Syl-
de la historia y otros estudios subalternos, de vain Maréchal, un divertido disparate en el
Ranahit Guja; El asesinato de Lumumba, de que se incluyen como ateos a Alfonso X y
Ludo de Witte; Lejos del frente, de Carlos Gil a Jesucristo; Diccionario de locos literarios,
Andrés («un joven historiador que escribe de André Blavier, lleno de profetas, visio-
magníficamente», J.F.) y algunos más. Sin narios y mesías o de gentes que se dedican
embargo, también tenía allí libros «desco- a la cuadratura del círculo: y la Enciclopedia
nocidos» de autores famosos, como el co- de la utopía, de los viajes extraordinarios y
rrosivo El hombre que corrompió a toda una de la ciencia ficción, de Pierre Versins, donde
ciudad, de Mark Twain, tenido siempre por se descubren las infinitas maneras en que
autor de relatos infantiles; o el Testament puede tener lugar el fin del mundo y los in-
politique de l’empereur Joseph Second, roi des numerables viajes imposibles.
romains, publicado en 1791 y que había sido La última vez que vi a mi maestro y ami-
perseguido ceñudamente por la Inquisición go con vida biológica, estaba sentado ante
española. Y con ellos, Mi primer libro de his- su ordenador en el cuarto de trabajo de la
toria, de Daniel G. Linacero, publicado en famosa pirámide de libros. Ya estaba muy
Palencia en 1933 y que le costó al autor ser enfermo y a duras penas podía ponerse en
asesinado por los falangistas (en la parti- pie. Lo intentó para despedirse de mí, pero
da de defunción se dice que Linacero murió le fallaron las piernas y yo me levanté de
«a consecuencia del Movimiento Nacional un salto para sostenerlo, pero con tan mala
existente»). fortuna que derrumbé una pila de libros.
Pero la verdadera pasión bibliográfica Intenté recogerlos pero Fontana me lo im-
Josep Fontana con Eric Hobsbawm y Gonzalo Pontón en Barcelona en el año 2007 (Foto cedida
por G. Pontón).
pidió. Me levanté del suelo todavía con un qué cree en Dios la burguesía?, y su autor es
librito en la mano sin saber qué hacer con Pablo (sic) Lafargue. En una de sus páginas
él: «Te lo regalo», me dijo, mientras insistía iníciales en blanco, encontré la siguiente
en acompañarme hasta la puerta. anotación manuscrita, probablemente de
Se trata de un viejo folleto decimonóni- su primer propietario: «Pedro y Pablo como
co de 16 x 11 cm, encuadernado en papel apóstoles son dos perfectos atracadores».
basto, con el lomo carcomido por el que Ese librito está ahora en mi biblioteca, no
asoman las tripas del cosido. Publicado con otros libros marxistas, sino junto a las
en la colección «Los pequeños grandes li- obras de Fontana. Algo, quizás, se me habrá
bros», de la editorial Atlante, se titula ¿Por pegado de la lógica fuzzy del maestro.
Resumen
Abstract
«The future is a strange country» (published in February 2013 and reprinted in July 2018) is an essay on
the economic and political state of the world in the second decade of this century, for which the historian
Josep Fontana donned on the suit of the analyst of the present and wrote the book from the contributions
of other contemporary analysts and his own reflections, inspired by the information supplied by scholars of
the present and mass media reports. At the end of his acute and documented essay, the future of the world
we live in seems worrying in many ways
Keywords: Economics and politics in the 21st century. Involution and uncertainty.
perdido confianza en la evolución positi- sombrío del libro a pesar de todos los es-
va de la humanidad, por lo que su estado fuerzos de su autor por sostener nuestra
de ánimo se ha oscurecido no por razones esperanza.
emotivas, sino por la fuerza de los hechos
que observa con el mismo rigor de siempre. *****
El libro tiene una introducción impeca-
ble, cartesiana, que no es más que un retra- Josep Fontana es el maestro de toda una
to del capitalismo a la altura de la primera generación de intelectuales que creyeron
edición del texto, después de su regresión en la idea del progreso de la humanidad.
a partir de, digamos, 1975, hasta la segun- Una idea que, como ya nos indicara el libro
da década del siglo XXI, con la traumática clásico de John Bury que todos leímos en
fecha de 2008 en medio. El largo capítulo su día, se forjó en el seno de la Ilustración,
siguiente, sin duda el más sustancioso, de- en el Siglo de las Luces. Así aparece en va-
sarrolla el subtítulo del libro para ofrecer- rios autores reverenciados, como Edward
nos una reflexión del autor (muy bien fun- Gibbon (1781) o el marqués de Condorcet
damentada en un océano de información (1795), que teorizaron sobre el constante
cuya mera enumeración abarca desde la perfeccionamiento material y espiritual de
página 158 a la página 218) sobre la crisis la humanidad. La manifestación práctica de
social (que es también económica, política esta convicción se produjo en el transcurso
y ética o de valores) de comienzos del si- de la Revolución Francesa, con su impul-
glo XXI. Los capítulos segundo y tercero so hacia la consecución de la libertad, la
abarcan la trayectoria política del mundo igualdad y la fraternidad. Tras numerosos
en los dos últimos decenios siguiendo sus enfrentamientos en Europa y en América,
episodios más significativos, con los cuales la ideología revolucionaria acabó impo-
estamos más familiarizados a través de los niéndose, para dejar paso a la vertiente rei-
medios de comunicación, lo cual no quiere vindicativa de los derechos sociales que fue
decir que no se nos escapen claves secre- asumida por diversas asociaciones hasta la
tas que los interesados tratan de ocultar o constitución de la I Internacional (1864),
tergiversar. Y finalmente, el cuarto y último que avanzó gracias al empuje de miles de
capítulo trata de ofrecernos un repertorio trabajadores organizados, que fueron ca-
de posibles vías de salida a la gravísima cri- paces de imponer un pacto no escrito que
sis estructural que se ha descrito; una crisis mejoraba su situación material y reconocía
que, por otra parte, se ha agravado aún más una parte de sus aspiraciones en materia
entre la primera edición y la primera reim- de libertades, derechos laborales e instru-
presión del libro (es decir, en sólo cinco mentos de negociación con los propietarios
años de intervalo) y para la que el autor no y los empresarios. Este es el marco en que
tiene ninguna solución realmente operati- se produjo el avance de los desheredados,
va, por lo que el futuro no sólo es un país sin que sea necesario seguir los avatares de
extraño, sino que aparece como un mundo sus conquistas (ni el precio pagado por las
asediado por terribles amenazas, escondi- mismas) a lo largo de los años siguientes.
das entre la alharaca de la propaganda ofi- Y este es el contexto en que nos movimos
cial de los beneficiarios de la crisis (que son toda una generación de la que Josep Fonta-
además los dueños de la información falsa, na podría representar la guía y el paradig-
interesada y sesgada que se vende como si ma.
fuese la verdad). De ahí por tanto, el tono Según nuestro autor, la consolidación
de la vía democrática al final de la segunda (pocos) ricos que se hacen cada vez más ri-
guerra mundial (con algunas excepciones cos y unos (muchos) pobres que se hacen
de permanencia de los regímenes fascistas cada vez más pobres [1]. Y así, integrados en
que nos cogen muy de cerca) prepararon el potentes corporaciones empresariales, au-
terreno para el afianzamiento de un pacto pados por agresivos lobbies (que dominan
entre las clases dominantes (financieros, la información, controlan la informática y
empresarios, grandes propietarios, etc.) sobornan a políticos y jueces, cada vez más
y las clases más desfavorecidas (la clase fundidos en una sola instancia de poder, en
obrera y las clases medias), que permitió claro repudio del legado de Montesquieu,
mantener durante treinta años el creci- como podemos ver en el ejemplo español
miento económico, la disminución de la actual) y amparados por extensas organi-
desigualdad y la conciliación social, procu- zaciones internacionales para garantizar
rando una prolongada estabilidad a los paí- su cohesión y evitar conflictos internos, el
ses europeos y occidentales en general. Sin 1% de los más ricos se han adueñado de la
embargo, ese pacto se quebró cuando aque- economía mundial e imponen su ley de hie-
llas mismas clases dominantes se sintieron rro. Su inmenso poderío les lleva ya al des-
libres de la amenaza de los movimientos precio de contrario: han conseguido el so-
comunistas y revolucionarios en general metimiento de los poderes del Estado a sus
y de la presión de la Unión Soviética, que dictados y el sometimiento de los pobres a
había perdido su capacidad operativa. Fue unas normas inventadas por ellos contra
el momento en que la alianza de las fuer- las clases menesterosas, que aumentan sin
zas económicas decidió romper el pacto y cesar. Para terminar, ya no tienen que simu-
encontró a los partidos políticos capaces de lar que el «orden establecido» beneficiaba
prestarse a ello, con las figuras preeminen- a la totalidad de la comunidad (la divisoria
tes de Thatcher en Europa y de Reagan en feudal de bellatores, oratores y laboratores,
los Estados Unidos. Pervirtiendo el lengua- donde los dos primeros grupos protegían
je, llamaron «revolución conservadora» (re- supuestamente a los últimos, o contrato so-
cordemos otra perversión reciente del mis- cial del absolutismo, donde supuestamente
mo orden: la «reforma laboral» del Partido se buscaba el progreso de todos, aunque el
Popular en España) a un colosal proyecto reparto de ese crecimiento fuera desigual
de involución económica, social y política, para conseguir la adhesión de la mayoría,
que en realidad significaba «una política sino que ahora pueden proclamar con abso-
de lucha contra los sindicatos, de desguace luto cinismo que el progreso deja «víctimas
del estado del bienestar y de limitación del colaterales», que el paraguas construido
papel de los gobiernos en el control de la deja sin proteger de la lluvia ácida a un nu-
economía», con sus corolarios del declive meroso grupo de excluidos. En resumen, el
de la calidad de la democracia y de la des- capitalismo ya puede declarar que el siste-
regulación de la economía para servir a los ma no busca el bien público y general, sino
intereses de los poderosos. el beneficio privado de un reducido número
Así se quebró el pacto de la posguerra de privilegiados, cuyo escandaloso enrique-
y se inició el proceso que Paul Krugman cimiento se sostiene sobre el trabajo (mal
(como recoge Josep Fontana, que encuentra retribuido) de todos los demás. Ya no sólo
en el economista estadounidense su princi-
1.– Paul Krugman (1953) es un célebre economista es-
pal fuente de inspiración), llama de «la gran tadounidense vinculado a la Universidad de Princeton y
divergencia», la gran separación entre unos Premio Nobel de Economía (2008).
se neutraliza la reacción de los trabajado- un «recorte» del gasto público (cuya con-
res (cuyos derechos han sido literalmente secuencia inmediata es el deterioro de los
hecho jirones), sino que se puede llegar a servicios sociales que otorgaban un col-
argumentar que el sistema no se interesa chón protector a amplias capas de la clase
por resolver problemas que afectan a todos, obrera y de las clases medias). Una políti-
ya que ocuparse de ellos significaría reducir ca que nadie podía dejar de saber (a menos
la tasa del beneficio inmediato de ese 1% que no hubieran leído a los clásicos de la
de privilegiados. Josep Fontana señala los economía política desde Adam Smith has-
más acuciantes: el control de la polución y ta nuestros días) que no crearía puestos de
el «cambio climático» (otro eufemismo este trabajo (sino los destruiría), que no produ-
último para evitar la identificación justa: el ciría ninguna reactivación de la vida eco-
deterioro del clima provocado por el mode- nómica (sino una contracción de la misma),
lo de crecimiento programado por los po- que incrementaría la desigualdad económi-
derosos), pero podríamos seguir añadiendo ca y potenciaría el control social, marcando
otros más, como la desforestación masiva, el camino hacia una «tercera» servidumbre
la restricción del acceso al agua, la mani- de la gleba. Que es lo que ha pasado y, para
pulación de los recursos agrarios a favor nuestra desgracia, sigue pasando.
de la especulación y a costa del hambre de De esa forma, concluye Josep Fontana,
una parte muy considerable de la población llevamos ya cuatro décadas de funciona-
mundial, etcétera. miento de este proyecto social puesto en
Siguiendo ahora la trayectoria cronoló- marcha por los poderosos de la tierra para
gica del proceso (nuestro autor no renuncia su propio, exclusivo y bulímico beneficio.
a su vocación y a sus métodos de historia- Un proyecto social que para marcar clara-
dor), se pasa revista a la crisis de 2008. Una mente su condición involutiva, regresiva,
crisis de matriz financiera, que se solventó podríamos caracterizar como un «nuevo
gracias a la recapitalización de la banca con feudalismo». Utilizando las propias pala-
el dinero público y que permitió a los culpa- bras de Josep Fontana: «Todo apunta, si
bles de la crisis no ya sólo subsistir sino sa- esta evolución se mantiene en los mismos
lir fortalecidos, enjugando sus deudas pero términos, a un futuro de retorno hacia una
no exonerando a los particulares afectados privatización global semejante a la de los
de sus hipotecas y de sus pérdidas induci- tiempos feudales, en que tal vez dejaremos
das justamente por el capital financiero, lo de pagar impuestos al gobierno, reemplaza-
que llevó a muchos a perder sus viviendas y dos por los servicios de trabajo forzado a las
a perder sus trabajos, es decir a convertir- empresas propietarias de todos los recursos
se en auténticos parias de la sociedad, sin y todos los servicios de que dependen nues-
techo y sin recursos. Y a la sociedad en su tras vidas». Servicios que, hay que recordar-
conjunto se les obligó a tomar una amarga lo, en los llamados países del «primer mun-
medicina que corrió bajo el deliberadamen- do», afectan directamente a la educación, la
te mentiroso nombre de «política de auste- sanidad y la cultura, además de otros nue-
ridad», que nuestro autor se limita a des- vos en que lo que se pierde por completo
cribir brevemente porque el dañino tósigo es la misma libertad, como se desprende de
es bien conocido por todos los que venimos la privatización de las cárceles, donde los
padeciéndoles desde hace una década: con- reclusos han pasado de la condición de su-
siste en proceder a una drástica reducción jetos llamados a la inserción social a la de
salarial, a una precarización del empleo, a esclavos privados de todos los derechos y
expuestos a toda clase de sevicias, aunque biernos dóciles a sus mandatos que sirvan
esto ya lo habían realizado algunas nacio- de pantalla a sus especulaciones, aunque
nes tan «civilizadas» como los Estados Uni- ello vaya en peligro de la misma demo-
dos: limbo legal de Guantánamo, escuelas cracia o de la movilización de la sociedad
de torturadores, cárceles secretas, prisio- civil. Para ello, hay que pervertir el juego
neros encerrados sin juicios y sin garantías, democrático, financiando a sus candidatos
ejecuciones arbitrarias. y confundiendo a los potenciales votantes
En el resto del mundo, aunque tampoco adversos, mediante campañas financiadas
la Europa supuestamente rica está libre de con el dinero que les sobra, mediante no-
estos ataques, los poderosos no sólo tra- ticias falsas filtradas a través de los medios
tan de monopolizar las fuentes de energía de comunicación de masas controlados por
(tantas guerras con el petróleo de telón las corporaciones (y no hace falta ir muy
de fondo), sino que adquieren el suelo de lejos para comprobar esta financiación de
otros países, compran las tierras de cultivo información adicta o esta difusión de noti-
(a veces a costa del exterminio de las pobla- cias tóxicas), aunque también, como vere-
ciones autóctonas, privadas de sus medios mos enseguida, se puede lisa y llanamente
tradicionales de subsistencia), se garanti- recurrir al concurso de puros dictadores de
zan el agua (tan escasa, tan contaminada y cuño fascista con o sin antifaz. Para colmo,
tan fuera del alcance de comunidades en- subraya el autor, que sabe muy bien de los
teras, condenadas a la sed, la enfermedad que habla, las derechas («prietas las filas»)
y la muerte) y, por el lado contrario, edifi- se limitan a dar mensajes sencillos que, por
can muros o levantan vallas para impedir una parte, van en el sentido de las pulsio-
la movilidad de los desheredados que bus- nes de los grupos más retardatarios y, por
can mejores oportunidades (en contra de otra, ocultan las contrapartidas o las com-
la proclamada «globalización»), trasladan plejidades de las cuestiones, mientras las
masivamente a las poblaciones que estor- izquierdas (celosas de «la independencia de
ban en sus áreas de actuación, asesinan su pensamiento») no sólo sienten la nece-
(sin mancharse las manos de sangre, sino sidad de exponer sus argumentos llegando
por medio de sicarios pagados en dólares) a hasta el fondo, sino que ejercen la crítica
los dirigentes ecologistas o a los defensores sistemática en el propio interior de sus for-
de la libertad o instalan en esos mismos lu- maciones y se dividen (muchas veces de
gares enormes vertederos nucleares, cuyas modo suicida) a causa de su insistencia en
emanaciones condenan al entorno a la es- los matices. Y de ahí, el diagnóstico final:
terilidad o a la podredumbre. El capitalismo depredador de nuestros días
Como clave de bóveda del sistema hacía puede «obrar sin remordimientos: sin que
falta dar un paso más: la privatización de la ninguna convicción pueda disuadirle de su
política y del Estado. En esto Josep Fonta- propósito de enriquecimiento indefinido a
na vuelve a ser contundente, porque quie- costa de los recursos, los derechos y las li-
re enfatizar un fenómeno esencial pero no bertades de la mayoría».
tan evidente para la mayoría de las clases Y antes de pasar al análisis de la cri-
populares. Las grandes fortunas no quie- sis social de nuestros días, una pregunta,
ren intermediarios que limiten su labor propia de momentos de incertidumbre, de
depredadora por medio de leyes o de res- la desazón que dan las encrucijadas, de la
tricciones, incluso por medio de la mera conciencia de haber perdido una importan-
libertad de expresión, sino que quieren go- te batalla o, en el peor de los casos, hasta la
Foto: Josep Fontana en 2012 (Foto: Sergi Fuster, fuente: Jot Down).
guerra: «¿Qué hacer?». Sólo el historiador Tras esta intensa introducción (que nos
puede darse una respuesta como científico precipita hacia el interior del libro), Josep
social: «contribuir en la medida de sus fuer- Fontana desarrolla una de las ideas funda-
zas a la tarea de reinventar un nuevo futu- mentales apuntadas. Tomando como en-
ro, que es todavía un país desconocido, una seña una afirmación de Jonathan Nitzan y
vez arruinadas las posibilidades de realizar Shimshon Bichler, donde sentencian que el
el viejo: el que tuvo su origen en las antici- capitalismo de hoy «no es un modo de pro-
paciones de la Ilustración y alentó nuestras ducción sino un modo de poder», el autor
esperanzas hasta el fin de las tres décadas declara su propósito de ejemplificar (para
expansivas que siguieron al término de la Estados Unidos por una parte y para Euro-
segunda guerra mundial». Bien para noso- pa por la otra) la concatenación de la pri-
tros como historiadores, pero ¿y como ciu- vatización del Estado, la restricción de las
dadanos que se unen con otros ciudadanos libertades democráticas y la generación de
para encontrar una salida, para dar una so- nuevos modos de prevención y penaliza-
lución? Eso ya no está tan claro, por lo que ción de la protesta pública [2].
nuestro autor deja la cuestión para elúlti- Para los Estados Unidos, su argumenta-
mo capítulo, donde comprobaremos que
desgraciadamente nuestras herramientas 2.– Jonathan Nitzar (1950) es un economista israelí radi-
hoy por hoy son insuficientes. cado en Toronto como profesor de la York University de
aquella ciudad canadiense. Ha colaborado con Shimshon
Bichler, otro economista israelí, con quien ha publicado
***** una celebrada obra, Capital as Power. A Study of Order and
Creorder (2009).
ción parte de una constatación bien cono- preguntarse: ¿la fe en qué?) y el congresista
cida: en el año 2011, una sexta parte de la Paul Broun, elevando (¿?) el nivel de la dis-
población estadounidense (lo que quiere cusión aseveraba que la teoría de Darwin,
decir unos cincuenta millones de habitan- la teoría del Big Bang y la embriología «son
tes) se encontraban por debajo del umbral mentiras que salen directamente del pozo
de la pobreza, una evidencia estadística que del infierno». Quien quiera seguir, puede
induciría a muchos a preguntarse si no nos leer completas las páginas 33-35 del libro,
estaríamos equivocando de país y no nos donde queda claro (no sé si a todo el mun-
estaríamos refiriendo a la India o Etiopía. do, pero a mí sí desde luego) que «Dios»
Lo que ha ocurrido es el efecto de una po- es el nombre que se da con frecuencia a la
lítica deliberada de reducción de los costes propia estupidez.
del trabajo, de debilitación de las organiza- Tras este instrumental ideológico (no
ciones representativas de la clase obrera y siempre obviamente tan burdo y sujeto a
de derribo de la protección pública ofrecida la caricatura, aunque tampoco tan raro que
a los trabajadores. El resultado aparece per- podamos considerarlo una colección de ex-
fectamente resumido por Paul Krugman: centricidades aisladas), el autor señala otra
«El movimiento de lucha contra el déficit serie de acciones de índole más inmediata-
nunca tuvo en realidad el déficit como ob- mente práctica. Por un lado, los lobbies se
jetivo. De lo que se trataba era de usar el encargan de la financiación (soborno es la
miedo al déficit para destrozar la red social palabra más precisa) de miles de políticos y
de protección». altos funcionarios corruptos (rozando la re-
¿Con qué mecanismos? Josep Fontana dundancia, en este y otros casos), a los que
se apoya en los testimonios que pudo re- garantizan elevados ingresos extraordina-
coger en los medios de comunicación con rios (e irregulares, hay que añadir), regalos
ocasión de las elecciones presidenciales suntuosos (los chalés y los coches de alta
estadounidenses de 2012. Primero, nuestro gama son los más paradigmáticos) y garan-
autor se detiene en los argumentos ideoló- tías de su ingreso al final de sus mandatos a
gicos esgrimidos en la campaña, que pro- través de las famosas «puertas giratorias» a
ducirían risa por lo que tienen de ridículo los sillones de los consejos de administra-
pero que generan pavor por lo que tienen ción de las empresas a las que favorecieron
de síntoma de una grave deriva espiritual con informaciones privilegiadas, con retira-
entre las clases dirigentes del país más po- das de leyes que perjudicaban sus intereses
deroso del mundo (aunque luego Trump particulares (muchas de ellas relacionadas
haya superado todos los niveles). Así, Josep con la ecología y con el deterioro climáti-
Fontana nos reproduce las declaraciones de co), con beneficios fiscales injustificados o
Michelle Bachman, para quien las escuelas con la reducción de sus contribuciones al
públicas eran «antros de iniquidad en que Estado, que según su primitiva definición
se enseñaba a los niños a usar condones y debe velar por el interés general.
poner en duda la superioridad moral nor- Un tercer mecanismo que nuestro autor
teamericana» (lo que parecen actuaciones considera harto ilustrativo es la persecu-
realmente positivas para la educación de ción de los ciudadanos que no se pliegan
los menores), mientras Rick Santorum que- al Diktat de las empresas y los gobiernos
ría suprimir las universidades, institucio- mediatizados por las corporaciones. Sin
nes perniciosas «donde el 62 por ciento de entrar en demasiados detalles, basten unos
los estudiantes pierden la fe» (habría que datos estadísticos: los Estados Unidos han
visto ascender su población reclusa desde Sin embargo, la realidad era que el endeu-
los 300.000 presos de 1972 a los 2.300.000 damiento público era en aquel momento
reclusos de 2012 (cuarenta años después, muy inferior al endeudamiento privado
una cifra casi ocho veces superior). Una ci- fomentado en buena parte por las más que
fra que no se compagina con el índice de «generosas» condiciones de los préstamos
criminalidad (que ha descendido), sino que (hipotecarios o no) ofrecidas por la banca.
se explica por la ampliación de los hechos Estos son los verdaderos responsables de la
juzgados delictivos y penados con la cár- debâcle: el complejo financiero y político de
cel, que, por una parte (que parece trivial, un capitalismo sin rostro fácil de identificar
pero que es muy significativa del deterioro (a veces escondido bajo términos opacos y
económico y social interior) pasan a incluir engañosos, como el muy difundido de «los
impagos de recibos o de multas de tráfico mercados» que casi nadie sabe definir de
por imposibilidad material de allegar el di- manera comprensible), pero sí fácil de cap-
nero necesario a una población empobreci- tar por sus efectos: el incremento del paro
da, y por otra (con mayor contenido políti- (uno de cada cuatro ciudadanos, el 25 % de
co) por la aplicación de severas penas a los la población), el drama de los desahucios
comportamientos que pueden poner en pe- por inicuas ejecuciones judiciales impulsa-
ligro el sistema, lo que, bajo el disfraz de la das por los propios culpables (para arrojar
erradicación del terrorismo y del tráfico de sal sobre las heridas), la desarticulación
estupefacientes, permite incluir a aquellos de las organizaciones obreras, la adquisi-
resistentes calificados, en un perverso ejer- ción obligada de los servicios esenciales a
cicio de tergiversación, como «radicales» y las empresas que controlan el suministro y
«extremistas». De ahí que David Garland su precio, los «recortes» para ocasionar la
pueda afirmar con razón que los Estados muerte lenta de la educación y la sanidad
Unidos se han convertido en la mayor cár- públicas, la deslocalización de las empresas
cel de la Historia, lo que representa un tris- (que aceleran e incrementan el desempleo),
te récord para incluir en el libro Guinness [3]. la subcontratación de los servicios (que
Josep Fontana se traslada a continuación despojan a los trabajadores de sus dere-
a Europa. Empieza por desmontar una fá- chos y reducen radicalmente sus salarios),
bula, un cuento chino, una narración de las el ataque despiadado al sistema de pensio-
Mil y Una Noches. que sin embargo he vis- nes, que priva a los más desfavorecidos de
to asegurar como cierta en las palabras de su último recurso contra la depauperación
muchos colegas de España o de otros paí- y empuja a los demás a los sistemas priva-
ses europeos (cuyos nombres no citaré en dos, a los planes de pensiones controlados
ningún caso): la crisis de 2008 vino como por unos banqueros culpables de los mayo-
consecuencia del derroche de los europeos res desmanes, de esos banqueros que, en
en escuelas y hospitales y en el ocio que les palabras de Robert Fisk, han pasado a con-
garantizaban sus sistemas de pensiones. vertirse en los «dictadores de Occidente» [4].
Y así, continúa Josep Fontana, citando
3.– David Garland (1955) es un abogado escocés ra- ahora literalmente a Michael Hudson, es
dicado en Estados Unidos, especializado, entre otras como hemos efectuado «la transición de
cuestiones,en el tema de las instituciones penitenciarias la Europa de la socialdemocracia a la oli-
y en el estado del bienestar. Es profesor de Derecho Y So-
ciología en la Universidad de Nueva York y está también
vinculado a la sección de Criminología de la Escuela de 4.– Robert Fisk (1946) es un conocido periodista y escritor
Derecho de Edimburgo. inglés radicado en Beirut.
no deja de producir escalofríos a cualquier cidad. Y Josep Fontana toma prestadas las
espíritu sensible, no así a la cábala de ban- palabras más trágicas para señalarnos otro
queros y políticos, que tienen la piel más hecho angustioso, como es el auge de la es-
áspera que el papel de lija. clavitud, el tráfico de personas, los millones
Y tras los jóvenes, los pobres. El capítulo de seres humanos «comprados y vendidos
segundo se abre con una serie de datos so- para el trabajo [forzado, naturalmente], la
bre las consecuencias globales que la crisis explotación sexual comercial y la guerra».
ha generado sobre millones de personas de Un trabajo forzado que sirve además para
todo el mundo. Las cifras proceden todas abaratar los productos consumidos por los
de organismos internacionales de recono- más ricos (en virtud de la deslocalización
cido prestigio y absoluta confianza y no de de la producción), una explotación sexual
otras instituciones erigidas en (mentirosas) que se ha convertido en uno de los mayo-
voceras del capitalismo más salvaje (como res atentados contra la dignidad y contra
el Banco Mundial o el Fondo Monetario In- la vida de las mujeres (y, en menor medi-
ternacional). El hambre afecta a más de mil da, de los hombres), pero que afecta ade-
millones de personas, una cifra que tiende más en un porcentaje escandaloso a niñas
a aumentar y a acercarse a ritmo acelerado y niños, a los menores de ambos sexos, y
al doble, a los dos mil millones de perso- una guerra que involucra, mediante el ejer-
nas (todo según la FAO, el IFAD y el WFP, cicio de la violencia, a un número creciente
las agencias de la ONU radicadas en Roma y de combatientes, también menores en una
que se ocupan de la agricultura en el mun- proporción difícil de calcular (los «niños de
do). Y, lo que resulta más triste, es que esta la guerra»).
penuria no es consecuencia de un colapso Y el capítulo tercero (que no es más que
de la producción (a pesar de ciertos ame- una continuación del anterior), el registro
nazadores índices maltusianos, en relación se enriquece precisamente con un análisis
con el deterioro climático y con las políticas de la segunda consecuencia tóxica de la
agrícolas no insensatas sino simplemente organización de la economía (y la política)
egoístas), sino que la causa es política, es mundial: junto a la miseria de las poblacio-
decir que se trata de un problema de dis- nes, hemos de hacer frente a la multipli-
tribución injusta de los alimentos en aras cación de los conflictos y al nuevo (y más
de un mayor beneficio para los poderosos negativo) carácter adoptado por los enfren-
que controlan la producción, la comercia- tamientos, que además tienen como esce-
lización y los mercados (aquí empleando el nario privilegiado a los países más arrui-
término en su sentido original ordinario). nados de la tierra. Como dice Robert Parry,
Si pasamos al apartado del trabajo, aquí nos hallamos ante un «envenenado e inaca-
utilizando los datos de la OIT, la Organiza- bable futuro de guerra y violencia» [9]. Y ello
ción Internacional del Trabajo, los números debido a las mismas causas: la exportación
no son menos dramáticos. En 2012, la vís- de la guerra a los países potencialmente ri-
pera de la aparición del libro que comenta- vales de los poderosos y los irrenunciables
mos, ya se contaban doscientos millones de beneficios generados por la industria arma-
parados (aparte de otros millones de jóve- mentística, pero sobre todo una filosofía
nes que nunca encontrarán empleo). Y se política que defiende que la superioridad
puede seguir con cifras millonarias si aten-
demos a otras variables fundamentales, 9.– Robert Parry (1949-2018) ha sido un destacado perio-
como el acceso al agua potable o a la electri- dista estadounidense.
nismos más sofisticados, como son, por un ante algunas de las injusticias más flagran-
lado, el bombardeo desde los medios de co- tes (lucha contra los desahucios) o los in-
municación de masas de mensajes tenden- tentos de condicionar las decisiones en las
ciosos, de argumentos a favor de sus can- instituciones de distinto nivel, pues al final
didatos o, en muchas más ocasiones de las no ha sido posible crear una alternativa po-
que creemos, de puras mentiras. Y, por otro, líticamente hegemónica, aunque todavía
el procedimiento, denunciado cien veces no hay que darse por vencidos.
pero rara vez desmontado, de la financia- En Estados Unidos, Josep Fontana anali-
ción ilegal de los partidos, que desvían za con cierto detalle movimientos como el
hacia sus campañas electorales una gran denominado «Occupy», dejando hablar en
cantidad de fondos suministrados, de modo su favor a Noam Chomsky, el eterno lucha-
nada desinteresado, por las corporaciones, dor, pero para acabar aceptando finalmente
que así consiguen aupar a los grupos que el juicio pesimista de Shamus Cooke, que
van a garantizarles las leyes que precisan nuestro historiador glosa así: «(Occupy)
para continuar su labor depredadora. se ha dividido en una docena de minimo-
Y, sin embargo, al final, a poco que la vimientos con objetivos diversos, mientras
democracia retenga algo de sus virtudes, que para luchar eficazmente contra el sis-
a poco que el régimen parlamentario per- tema se requería un vigoroso movimiento
mita escuchar la voz del hombre honrado social con un objetivo definido». Y lo mis-
que buscaba Diógenes con su candil o que mo puede predicarse de otras movilizacio-
en la mitología bíblica pudo haber salvado nes reivindicadas, como la de las mujeres
a Sodoma de la ira de un dios encoleriza- (la de mayor recorrido debido a las altas
do, sigue siendo para el ciudadano medio cotas de desigualdad y de discriminación
la mejor vía para conseguir algunos re- que padecen, cuando no son víctimas de la
sultados favorables, aunque sea dentro de mayor explotación laboral y sexual conoci-
una modesta acción reformista, aunque sea da o cuando no mueren a manos del crimen
dentro de la lógica del mal menor. Porque organizado, como ocurre en los agujeros
otros movimientos masivos de protesta, negros de la frontera norte mexicana), la de
que crearon espacios de debate libre, que los estudiantes universitarios (carentes de
alumbraron las hilachitas de una esperan- perspectivas de trabajo) o los campesinos
za (Atahualpa Yupanqui dixit) para los más (que han de defenderse de las estrategias
perjudicados, parecen haberse desdibuja- del capitalismo depredador que les está pri-
do en este preciso momento, justo cuando vando de sus medios de subsistencia), los
aparece la segunda edición de nuestro libro. parados (que han perdido de vista cualquier
En efecto, el movimiento de los «indig- horizonte esperanzador) o los jubilados (a
nados» ha conseguido, pese a la criminali- los que les han robado sus pensiones). Todo
zación de la protesta y de la mentira y la ello no genera una acción política masiva y
descalificación usadas como armas por la unitaria, sino que parece más la concatena-
reacción, canalizar la protesta de miles y ción de una serie de fogonazos, justamen-
miles de personas afectadas por la crisis, te lo que caracteriza la rebeldía primitiva,
crear ámbitos de discusión y conciencia- para seguir el término clásico acuñado por
ción ciudadanas, incluso introducirse en las Eric John Hobsbawm [10].
instituciones democráticas. Y sin embargo,
10.– Noam Chomsky (1928) es un célebre lingüista, más
los resultados obtenidos no son demasiado conocido aún por su activismo político y sus numerosos
alentadores, pese a las acciones puntuales libros sobre la economía y la política en el mundo actual.
Juan Andrade
Universidad de Extremadura
Resumen
Abstract
This article analyzes the reflections of Josep Fontana on History as a discipline, as well as the concep-
tions used by historians to do their job. It appraises the value of his insistence on the need to apply to
the study of History the same contextual and critical perspective that History dedicates to other cultural
products and it also pays special attention to his relation with the social projects of his time. His proposal
to encourage a new writing of History in which to root alternative social projects is also examined along
with the problematic issues which entails and the enticing power at its heart.
Mirar el punto de vista. Mirar el punto contextos en los que había surgido esa pro-
de vista para entender mejor aquello que se ducción y pensamiento, y entendiendo por
viene mirando. Tal premisa guió buena par- contexto no un entorno que los envolvía,
te del trabajo de Josep Fontana. Probable- sino un vector que los atravesaba. Y lo hizo
mente fue el cruce de esa doble perspectiva considerando que producción historiográ-
lo que multiplicó la potencia y el atractivo fica y pensamiento sobre el pasado habían
de su obra: analizar el pasado, analizar las desempeñado una función social a conside-
narraciones sobre el pasado y analizar éstas rar, y desde la cual ser considerados.
de forma parecida a como se analiza aquel. En distinto grado según qué trabajos,
Desde finales de los años setenta Fontana pero en el conjunto de todos ellos, Fontana
construyó una mirada atípica y corporati- puso el acento en la dimensión política de
vamente nada autocomplaciente, cuya pre- la disciplina histórica en un doble sentido,
misa apenas había guiado las indagaciones en el de ponderar cuán influido había esta-
de los historiadores acerca de su propio ofi- do su desarrollo por las dinámicas políticas
cio: aplicar al estudio de la disciplina de la de cada momento y en el de insistir en lo
Historia el enfoque contextual y crítico ca- funcional que había resultado a determi-
racterístico de la investigación histórica. Se nados proyectos políticos, si acaso no en el
trataba de cultivar una Historia que se vol- compromiso que directamente había con-
viese sobre sí misma para concebirse como traído con ellos. Cuando hablaba de pro-
un producto cultural inmerso en el mismo yectos sociales o compromisos políticos se
mundo que investigaba, y que, al interro- refería, en principio, a proyectos y compro-
garse sobre su abolengo, estuviera dispues- misos hegemónicos. Si se era consecuente
ta a reconocer sus episodios más pedestres. con la proyección crítica que se presupone a
Uno de sus principales afanes consistió, por la Historia, esta tenía un efecto boomerang
tanto, en poner la disciplina de la Historia que revelaba las frecuentes mistificaciones
ante el espejo, ante su propio espejo. que atraviesan los relatos académicos del
Este afán atraviesa al menos cuatro pasado, las motivaciones ideológicas ape-
obras de Josep Fontana que aquí se anali- nas encubiertas por la forzada asepsia de
zan: Historia: análisis del pasado y proyecto su retórica y su tributo frecuente a los dis-
social (1982), La historia después del fin de la cursos legitimadores del orden de turno. Al
historia (1992), Europa ante el espejo (1994) poner el foco en las sombras de la ficción
y La historia de los hombres (2000) [1]. En ellas de autonomía con que la Historia había le-
conjugó el análisis de la producción histo- vantado buena parte su autoridad sobre el
riográfica (de la producción escrita acerca pasado, Fontana contribuyó a una mejor
de temas históricos) con el análisis de las comprensión de una y otro.
teorías y del pensamiento que los histo- No obstante, considerar de forma crítica,
riadores habían utilizado para hacer su preponderante y recurrente la dimensión
trabajo. Lo hizo poniendo el acento en los política de la Historia puede conducir a si-
tuaciones problemáticas, tanto más cuando,
1.– Las ediciones que aquí se manejan son Josep Fontana, como fue el caso de Josep Fontana, se reivin-
Historia: análisis del pasado y proyecto social, Barcelona, dica al mismo tiempo la concurrencia de la
Crítica, 1982; La historia después del fin de la historia. Historia en la construcción del proyecto so-
Reflexiones acerca de la situación actual de la ciencia
cial alternativo que uno desea. Esos elemen-
histórica, Barcelona, Crítica, 1992; Europa ante el espejo,
Barcelona, Crítica, 2000; y La historia de los hombres: el tos problemáticos, que también aparecen en
siglo XX. Barcelona, Crítica, 2002. su obra, los abordaremos al final del artículo.
El valor de las reflexiones de Josep Fon- lectivas, de todo lo cual se da buena cuenta
tana sobre las narraciones académicas y no en otros artículos de este dossier.
académicas del pasado se debe, en buena Todos estos trabajos hicieron de Josep
medida, a que éstas se desarrollaron al ca- Fontana uno de los historiadores más re-
lor una larga trayectoria investigadora so- conocidos de las últimas décadas y le per-
bre procesos y acontecimientos históricos mitieron construir una mirada general e
concretos. En esas investigaciones sustan- incisiva sobre las narraciones del pasado,
ciales pudo identificar y atravesar las pre- afilada con la arista de su compromiso polí-
concepciones, retro-dicciones y presen- tico. También le llevaron a proponer enfo-
tismos con que habían sido abordados: las ques alternativos para contarlo de nuevo y
miradas torcidas que habían quedado ad- para arraigar en ese pasado nunca resuelto
heridas a la piel del pasado mismo. Y desde posibles horizontes de cambio. Sobre esa
esas investigaciones dialogó críticamente mirada crítica, sobre esos enfoques alter-
con quienes habían mirado esos temas u nativos y ese proyecto de cambio trata es-
otros equivalentes, sacando conclusiones pecíficamente este artículo.
generales que rara vez procedían de una re-
flexión puramente teorética. Ante los historiadores de su tiempo
De esta trayectoria investigadora des-
tacan sus primeros estudios sobre la crisis Josep Fontana construyó una mirada
del Antiguo Régimen, sobre el despliegue muy personal sobre la historiografía del
renqueante del liberalismo en la España siglo XX, que conjugaba la erudición con
del siglo XIX o sobre los problemas de la un profundo sentido crítico. Como lector
hacienda pública [2]. En el último tramo de infatigable, conocedor de varios idiomas y
su carrera abordó el turbulento siglo XX y asesor editorial exploró una vastísima bi-
la historia del mundo hasta nuestros días, bliografía. Esto le permitió estar al tanto de
al nivel con que lo hicieron historiadores novedades producidas en el extranjero, que
como Eric Hobsbawn o Tony Judt [3]. Archi- en muchos casos luego ayudó a que se pu-
vo, método y pericia técnica dieron forma blicasen en España. A tenor de sus filias y
a esos primeros trabajos sobre importantes sus fobias nominales, se constata su mayor
problemas nacionales más o menos deli- preferencia por la historiografía anglosajo-
mitados. Erudición, capacidad narrativa y na, en perjuicio de la francesa, más influ-
afán crítico caracterizaron sus voluminosas yente en la España de su generación, que,
obras sobre procesos de la contemporanei- sin embargo, conocía bien. Siguió con inte-
dad complejos, de largo recorrido y escala rés la producción de buena parte de los paí-
desbordante. Entre medias investigó multi- ses de Latinoamérica, a los que viajó en va-
tud de temas y dirigió proyectos y obras co- rias ocasiones y en los que tuvo un amplio
reconocimiento. Con el paso de los años
2.– Josep Fontana, La quiebra de la monarquía absoluta, fue prestando una atención cada vez mayor
1814-1820, Barcelona, Ariel, 1971; Hacienda y estado en
a la historiografía italiana, centroeuropea y
la crisis del antiguo régimen español, 1823-1833, Madrid,
Instituto de Estudios fiscales, 1973; o La crisis del Antiguo alemana, e indagando en las formas de es-
Régimen, 1808-1833, Barcelona, Crítica, 1979. cribir Historia de países africanos y asiáti-
3.– Josep Fontana, Por el bien del imperio: una historia del cos, en concreto de la India.
mundo desde 1945, Barcelona, Pasado y Presente, 2011; El Analizó la evolución de la historiogra-
futuro es un país extraño: una reflexión sobre la crisis de
fía en perspectiva histórica, explicándola a
comienzo del Siglo XXI, Barcelona, Pasado y Presente, 2013;
o El Siglo de la revolución. Una historia del mundo desde partir de su integración en los marcos ins-
1914, Barcelona, Crítica, 2017.
titucionales, y del papel que autores y obras social en los años 20 y 30 le mereció una
jugaron en las tensiones culturales y en las valoración positiva como respuesta al pre-
batallas políticas de cada época. Con ello dominio de una Historia hasta entonces
ofrecía una imagen bien contextualizada centrada en una visión muy estrecha de la
de la producción historiográfica, que ilumi- política, así como en la asimilación elitista
naba aspectos normalmente velados en los de la cultura a la alta cultura. De esta nue-
debates académicos. De su posición políti- va forma de hacer Historia —que bebía de
ca personal con respecto a esas tensiones las aportaciones de Marx y el pensamiento
culturales y batallas políticas derivaba en socialista— ponderó a quienes, como Jean
cierta medida su consideración de autores y Jaurès, rompieron pronto con la propensión
libros, con o sin perjuicio, según qué casos, a un «economicismo primario» [6]. También
de la valoración técnica que hiciera de los valoró los trabajos socio-económicos y el
mismos. En sus estudios sobre la evolución magisterio recibido de los historiadores ca-
de la historiografía se constata una aver- talanes Jaume Vicens Vives o Ferrán Solde-
sión permanente a la frivolidad de las mo- villa, tanto más en la medida que lo desa-
das, a la especulación teórica, a los excesos rrollaron durante buena parte de su vida en
retóricos, a los artificios formales, a la pre- el contexto opresivo de la dictadura.
tensión de neutralidad y al poder institu- La actitud de Fontana ante la Escuela
cional disfrazado de autoridad intelectual. de Annales fue ambivalente, alejada de los
Por el contrario, su visión de la disciplina consensos en torno a su importancia ge-
y sus gustos personales le inclinaban hacia neral y acompañada de críticas muy con-
trabajos de fuerte base empírica, de sólidos tundentes a propósito de figuras que han
pero contenidos fundamentos teóricos, ha- sido objeto de un reconocimiento amplio.
cia las narraciones claras, fluidas pero no Rebajó lo que consideraba el mito funda-
ornamentadas, y hacia los enfoques de cla- cional de la escuela: la supuesta rebeldía
ra vocación crítica. de dos jóvenes historiadores de provincias
Valoraba positivamente el revulsivo que en los años treinta a las formas ortodoxas
para la Historia anquilosada de principios de escribir la Historia promocionadas por
del XX supuso el desarrollo de la Sociología los grandes centros de poder académico.
por parte de clásicos como Durkheim, Tön- Consideraba que el verdadero impulso a la
nies o Weber; o de la Antropología impul- Escuela se había dado luego en la postgue-
sada por Radcliffe Brown y Malinowski; o rra, gracias al respaldo que recibió de ins-
de la arqueología de Gordon Childe. No por tituciones públicas y privadas para servir
ello se privó de la crítica a planteamientos de alternativa o contención al despegue de
como la idea de «neutralidad ética» de We- la historiografía marxista. Apenas mencio-
ber [4]. Ni siquiera situándolas en su momen- naba los vasos comunicantes que también
to, salvó las aportaciones de dos iconos de existieron entre ambas tradiciones. Entre
la Historia como Spengler y Toynbee, a pro- los fundadores de Annales, valoró mucho
pósito de las cuáles se preguntaba «cómo mejor a Marc Bloch, entre otras razones
pudo producirse un engaño intelectual de por su compromiso hasta la muerte con la
tal magnitud» [5]. Resistencia al nazismo. Lucien Febvre, sin
El despegue de la Historia económica y embargo, fue objeto frecuente de su des-
precio como «personaje clave de la cultura
4.– Josep Fontana, La historia de los hombres, p. 12.
5.– Josep Fontana, La historia de los hombres, p. 19. 6.– Josep Fontana, La historia de los hombres, pp. 27-28.
11.– Josep Fontana, La historia de los hombres, p. 67. 12.– Josep Fontana, La historia de los hombres, p. 66.
más estas corrientes llamadas, grosso modo, advertía que muchas concepciones elabo-
postmodernas. En su opinión, portaban una radas de la historia habían venido funcio-
crítica tan sofisticada como paralizante, y nado como una genealogía del presente, en
conducían a una impotencia práctica o a un la cual los hechos del pasado se disponían
escepticismo cínico que invitaba al reacomo- en una secuencia evolutiva que terminaba
do personal. En este sentido, Fontana valoró conduciendo, como si de un proceso lógico
la crítica postmoderna a la omnipresencia del se tratara, hasta el orden actual. El presente
poder, así como la voluntad de penetrar en su aparecía no sólo como el resultado necesa-
dimensión capilar. Pero denunció que equipar rio de esa evolución histórica, sino como el
la microfísica del poder con el poder de los momento de optimización del bien común.
grandes centros decisorios suponía difumi- De este modo, el análisis del pasado con-
nar el fenómeno mismo del poder a beneficio ducía a una celebración encubierta del pre-
de quien más lo detentaba. Su crítica se vol- sente. Desde este presente celebrado el his-
vía particularmente ácida cuando denunciaba toriador retro-proyectaba una mirada muy
que la impugnación a las distintas y refinadas soberbia que presentaba como regresivos
formas del poder por parte de los pensadores todos los obstáculos que se opusieron o ra-
postmodernos no les había llevado a renun- lentizaron su desarrollo y como quiméricas
ciar al poder de las cátedras universitarias[13]. todas las alternativas que se truncaron por
En definitiva, su relación con estos pos- el camino. Las narraciones del pasado ve-
tulados de época fue tensa. No solo por- nían a funcionar como un ejercicio raciona-
que promovieran una forma de escribir la lizador y legitimador del orden desde el cual
historia a su modo de ver muy proclive al el historiador se pronunciaba. Semejantes
relativismo, el efectismo, la dispersión, la pronunciamientos estaban mediatizados
vacuidad y al desprecio de lo empírico. So- por lo que Fontana denominaba —haciendo
bre todo, porque al apropiarse de la crítica un uso particular de un concepto recurren-
a las formas tradicionales de hacer Historia te en la tradición marxista— una «economía
bloqueaban la posibilidad de una escritura política»; es decir, una concepción social
alternativa que, anclada en una crítica pa- atada a unos intereses de parte que se dis-
recida pero anterior, apuntara a horizonte frazaban de sentido común, una concep-
diferente. ción que se presentaba a sí misma como la
Esa crítica y esa alternativa las fue per- concepción objetiva, científica e inapelable
filando desde finales de los setenta en las del momento. Sobre esa narración del pasa-
cuatro obras que aquí se consideran, dan- do venía a levantarse «un proyecto social»,
do lugar a una concepción muy personal e cuyo desarrollo consistía en la actualización
identificativa de la historia como pasado y de las potencialidades del modelo prescrito
de la Historia como explicación del pasado. por esa economía política y en la continui-
dad, por tanto, de esa línea de progreso que,
Crítica a la idea de progreso y según semejante abstracción, habría venido
reivindicación (no romantizada) empujando desde el pasado [14].
de los grupos subalternos Para Fontana, «visión del pasado», «eco-
nomía política» del presente y «proyecto
En Historia. Análisis del pasado y proyecto social» de futuro eran tres niveles que solo
social, una obra publicada en 1982, Fontana
14.– Josep Fontana, Historia: análisis del pasado y proyecto
13.– Josep Fontana, La historia de los hombres, Cap. 5. social, pp.9 y 10.
decir que el enemigo se estaba precipitan- hicieron sus propias revoluciones, vieron
do en el festejo, que esa misma concatena- en el modelo soviético un vía de acceso
ción de los acontecimientos pasados de los acelerado a la modernidad [18].
relatos burgueses remitía a un horizonte En definitiva, Josep Fontana fue un críti-
ulterior, que el viento de la historia soplaba co expreso del socialismo real y un intelec-
a favor de la sociedad sin clases. Hasta que tual beligerante con la vulgata marxista, a
ese horizonte no se desvaneció del imagi- pesar de su pronta y prolongada militancia
nario popular, buena parte de la izquierda, en el PCE/PSUC, o gracias, precisamente, a
incapaz de leer la historia con sus propios ella. En el PSUC participó de un ambiente
códigos, siguió agarrada a un optimismo intelectual donde era frecuente una críti-
histórico que con el tiempo terminó con- ca al Socialismo Real que no en todos los
virtiéndose en el negativo retórico de su casos condujo a una mayor benevolencia
impotencia práctica. hacia el capitalismo. Allí se formó también
En lo que a la «economía política» se con importantes intelectuales que cultiva-
refiere, planteaba Fontana, el socialismo ron un marxismo sofisticado, crítico y a la
asumió pautas de crecimiento económico vez radical, como su compañero de organi-
similares, basadas en el industrialismo, el zación de base en la década de los sesenta,
productivismo y la «tecnolatría». La dife- el filósofo Manuel Sacristán, que ejerció so-
rencia es que allí donde la doctrina liberal bre él una influencia importante.
abogaba por la competitividad como estí- Muchos años después, tras el desplome
mulo productivo, el socialismo apostaba por del socialismo real a principios de los 90,
el compromiso ideológico o la coacción. La Fontana tuvo que hacer frente a los relatos
diferencia es que allí donde el liberalismo exultantes que pronosticaban una nueva
fantaseaba con la autorregulación del libre aceleración del progreso una vez el capi-
mercado el socialismo real demandaba la talismo se había sacudido el lastre que su-
planificación centralizada de la economía ponía combatir el peligro soviético. Con los
por parte de una vanguardia que pronto escombros del muro de Berlín se trató de
mutaría en una burocracia tan acomodada enterrar además toda propuesta de trans-
como ineficaz. Las duras secuelas que para formación igualitaria de la sociedad, hu-
la población tendría la aplicación de «pla- biera estado o no comprometida con los
nes quinquenales» y «saltos adelante» fue- regímenes extintos. A la luz de los acon-
ron justificadas a partir de la misma razón tecimientos presentes se abrió un proce-
instrumental, aquella que exigía grandes so de revisión conservadora de la historia,
sacrificios temporales para acceder luego a que se centró primero en la Revolución
un futuro crecimiento autosostenido. francesa, aprovechando la coincidencia de
Este proyecto de socialismo tenía tam- su segundo centenario en 1989 con el de-
bién una clara vocación universal. Se pre- rrumbe inminente de la Unión Soviética.
tendía exportar a todo el mundo no a tra- Los promotores de esta revisión se lanza-
vés de una revolución mundial que ya en ron a combatir una supuesta interpretación
los años 20 se vio truncada y en los 50 se jacobino-marxista dogmática e inflexible
contuvo para preservar el reparto de áreas que apenas existió, con el éxito, decía Fon-
de influencia entre los dos grandes adalides tana, con el que se combaten los enemigos
del progreso. Las herramientas de difusión
fueron la expansión militar o el tutelaje so- 18.– Sobre este asunto véase Josep Fontana, Historia:
bre países del Tercer Mundo, que, aunque análisis del pasado y proyecto social, Cap. 12.
ción de estas mayorías marginadas, denun- se hiciera sin prestar demasiada atención a
ciando que en cada momento de inclusión la Historia escrita al respecto por sus des-
de un nuevo sector social a la Historia se cendientes. Los historiadores occidenta-
hubiera excluido a alguno de sus compo- les incluyeron tardíamente a las antiguas
nentes o a otro similar. Si la primera his- comunidades no europeas como objeto de
toria social centró su atención en las clases estudio, a través, por ejemplo, de la forma-
trabajadoras, lo hizo poniendo especial én- ción de departamentos de estudios orienta-
fasis en las organizaciones del movimien- les. Sin embargo, cuando los descendientes
to obrero y, sobre todo, en sus dirigentes e de estas comunidades se fueron erigiendo
intelectuales, dejando en un segundo pla- en sujetos de la narración de su pasado no
no los análisis sobre las condiciones y for- les prestaron la atención debida [25].
mas de vida de la gente común. Aunque en No obstante, el reproche más insistente
un segundo momento cubrió estos vacíos, de Fontana se refería al hecho de que estos
cuando hablaba de los trabajadores, de sus grupos se hubieran reducido a un objeto de
condiciones de vida, de sus aspiraciones y estudio especializado y tratado de manera
su cultura, siguió privilegiando a los traba- independiente, sin que sus respectivas his-
jadores autóctonos de los países desarrolla- torias se hubieran terminado de integrar en
dos [23]. las narraciones generales. Se lamentaba de
Un gran salto en el proceso de incorpora- que no hubieran sido estudiados teniendo
ción a la Historia de mayorías tradicional- en cuenta sus relaciones conflictivas con
mente invisibilizadas vino de la mano de la otros grupos, ni atendiendo a su contribu-
historia de las mujeres y de las relaciones ción general a la sociedad [26]. En su reivin-
de género. A pesar de la proliferación y cali- dicación de la «Historia de los de abajo» o
dad de estos trabajos, Fontana consideraba de la «Historia desde abajo» Josep Fontana
que en algunos de ellos las mujeres habían advertía contra la tentación idealizadora
sido tratadas, en la justa reivindicación de frecuente en tantos intelectuales de ascen-
su protagonismo histórico, de manera un dencia social alta o media, que miraban a
tanto homogénea, como si en su seno no se la gente común con tal benevolencia que
reprodujeran las desigualdades geográficas, terminaban por negarles cualquier autono-
raciales, generacionales y de clase, confun- mía, y con un paternalismo condescendien-
diendo a veces, en palabras de Fontana, a te que en la práctica venía a ser una forma
«mujeres y señoras» [24]. La lectura ateta y la de elitismo invertido.
sintonía de Fontana hacia estas corrientes
acusaba también algunos límites de la épo-
ca. Estas reflexiones aparecían en un libro, En la galería de los espejos
La historia de los hombres, cuyo título hoy
sería cuestionado desde una perspectiva de En 1994, en uno de los momentos de
género. mayor furor europeísta, justo después de la
Por otra parte, Fontana celebraba que la constitución de la Unión Europea, Fontana
Historia hecha en occidente hubiera termi- publicó Europa ante el espejo, un libro corto
nado incluyendo el estudio de las pobla- pero particularmente bello en el que des-
ciones no europeas, pero denunciaba que mitificaba cierta idea de Europa entonces
23.– Josep Fontana, La historia de los hombres., pp.163-164. 25.– Josep Fontana, La historia de los hombres, pp. 168 -169.
24.– Josep Fontana, La historia de los hombres, p. 167. 26.– Josep Fontana, La historia de los hombres, p. 167.
en boga. Analizaba también las imágenes orden, reintegradas al orden por medio de
que Europa había construido de sí misma la bayoneta o del consumo [31]. El «descu-
y ponía luz sobre otras historias europeas. brimiento» colonial de las poblaciones de
En el libro Fontana identificaba una cons- continentes antes ignotos, permitió a los
tante en los relatos históricos occidentales: europeos completar su autorretrato con los
construir una imagen falseada del otro para espejos del salvaje, el oriental y el primiti-
definirse de manera ventajosa con respecto vo [32]. Arrojados a una suerte de estado na-
él. Según Fontana, los europeos habían le- tural y racializados, sobre ellos se proyec-
vantado su identidad por comparación con taron en versión ampliada los estigmas ya
las representaciones caricaturescas de los conocidos de la barbarie, el paganismo, la
demás [27]. En el libro ofrecía un apasionan- incultura y el tumulto.
te periplo por esa galería de espejos com- Los estereotipos que los europeos cons-
placientes que permitieron a los europeos truyeron sobre las poblaciones colonizadas
embellecerse y afirmar su superioridad. El prejuzgaron la forma excluyente y violen-
primer reflejo invertido, decía Fontana, lo ta de tratarlos, y esta forma excluyente y
obtuvieron del bárbaro denostado por grie- violenta de tratarlos terminó, en algunos
gos y romanos, un concepto onomatopéyi- casos, por embrutecerlas, hasta el punto
co que caricaturizaba sus formas de habla, de hacerlas coincidir con el estereotipo de
y que los europeos tallaron como antónimo partida. La imagen estigmatizadora del otro
de la civilización a la que pretendieron asi- sirvió a las élites para cohesionar a la so-
milarlos [28]. La cara del bárbaro se prolongó ciedad bajo la autoridad que la protegía de
en los rostros satánicos del hereje autóc- la supuesta amenaza. Fontana lo ilustraba
tono y del infiel mahometano, redimibles a con los conocidos versos de Kavafis: «¿qué
partir de una reconversión espiritual que se será de nosotros, ahora, sin bárbaros? Por-
ponía en duda cuando no iba acompañada que hay que reconocer que estos hombres
del correspondiente sometimiento cultu- resolvían un problema» [33].
ral y político [29]. A las puertas del Renaci- En ese recorrido por cómo los europeos
miento, con la expansión de las ciudades, el se habían contado su historia, Fontana
noble y el burgués europeos festejaron su alertaba ante el riesgo de las modas y abo-
civismo al compararse con la supuesta tor- gaba por una ponderación ni equidistante
peza y brutalidad del rústico inculto [30]. Más ni atada al cálculo. Desde esa perspecti-
amenazante fue la imagen de las masas que va, denunciaba los forzados vaivenes de
en la contemporaneidad demandaban su la historiografía, las dinámicas pendulares
lugar en el espacio público. No decir ya si donde la originalidad consistía en buscar
reclamaban también su participación en la la contrafigura (como un reflejo apenas in-
organización de la economía. Resentidas, vertido) de lo ya dicho, o en trasladar sono-
coléricas, violentas, tumultuosas, malea- ros conceptos de otro tiempo a una realidad
bles por intelectuales fanáticos y descla- sobre la que llamar la atención. Eso pensa-
sados, las masas debían de ser tuteladas ba del uso de los conceptos de «revolución»
o contenidas y, cuando transgredieran el o «renacimiento» referidos a momentos
de la Edad Media europea que poco antes
27.– Josep Fontana, Europa ante el espejo, pp. 7 y 8.
28.– Josep Fontana, Europa ante el espejo, Cap. 1. 31.– Josep Fontana, Europa ante el espejo, Cap. 9.
29.– Josep Fontana, Europa ante el espejo, Cap. 2, 3 y 4. 32.– Josep Fontana, Europa ante el espejo, Cap. 7 y 8.
30.– Josep Fontana, Europa ante el espejo, Cap. 5 y 6. 33.– Josep Fontana, Europa ante el espejo, p. 25
nes de Europa, una diversidad que Fontana moda en términos de tolerancia, racionali-
siempre consideró un valor amenazado a dad o igualdad o porque fueron ocultados
defender. Desde esta visión histórica se ex- bajo el manto de su aspecto más superficial.
plica en parte su catalanismo, y desde un Como ejemplo de ello Fontana mencionaba
catalanismo, que bebía además de otras ex- la escuela neoplatónica de Arrán o el reino
periencias y tradiciones, se explica también de los jázaros, dos experiencias a caballo
en parte esa lectura histórica. entre oriente y occidente que difuminaban
En Europa ante el espejo Fontana fue una frontera cultural tantas veces exagera-
desmontando el mito de la excepcionali- da. Mencionaba a los movimientos bogo-
dad europea que se había levantado sobre milos de Bulgaria o a los cátaros del Sur
explicaciones históricas según las cuales la de Francia, exterminados por preconizar
superioridad económica de Europa se debió una iglesia más austera, menos punitiva y
a los avances científico-técnicos favoreci- sin vínculos con el poder feudal; un movi-
dos por un supuesto clima de libertad de miento que luego fue parodiado por su di-
pensamiento que contrastaba con el des- mensión mesiánica [38]. Mencionaba los mo-
potismo oriental. Fontana recordaba que vimientos campesinos del XVI surgidos en
todavía a principios del siglo XVII la cien- el contexto de la Reforma, que, inspirados
cia y la tecnología europea se encontraban por el «teólogo de la revolución» Thomas
en clara desventaja con respecto a China; Müntzer, se rebelaron al grito de «omnia
que ese mismo siglo de despegue material sunt comunia», ahora desprovisto de toda
e intelectual en occidente fue también un condicionalidad tomista; por lo que fueron
siglo de guerras atroces, caza de brujas, reprimidos tanto por católicos como por lu-
persecución inquisitorial y depuración de teranos [39]. En Europa ante el espejo señala-
científicos; y que el despotismo oriental no ba también algunas formas extra-europeas
tenía mucho que envidiar al despotismo de de vida comunitaria y de integración equi-
las monarquías absolutas europeas. Según librada en el entorno luego arrasadas por la
Fontana esta época de violencia generali- lógica comercial del colonialismo [40].
zada sirvió a Europa para perfeccionar las
armas y métodos de combate que le per- En busca de nuevos caminos
mitirían imponerse al resto del mundo [37].
Su visión de la historia ponía el acento en Para Josep Fontana el reto de la Histo-
la dimensión descarnada de las relaciones ria consistía en superar definitivamente la
de fuerzas y en la capacidad no siempre fábula eurocéntrica del progreso universal
trasparente de seducción entre agentes centrada en el protagonismo de los grupos
desiguales. Recelada de cualquier leitmotiv dominantes. El derrumbe de ese mito am-
tecnológico o ideológico, mucho menos fi- pliaría las expectativas de cambio social.
lantrópico. No solo porque el capitalismo dejaría ver-
En Europa ante el espejo Fontana «cepi- se como el momento de realización ópti-
llaba la historia a contrapelo» para revalo- ma del progreso, para ser concebido como
rizar aquellas civilizaciones, experiencias o una construcción social procedente de una
movimientos minimizados o expulsados de relación de poder susceptible de trasfor-
la historia de Europa porque representaron
en algún momento una alternativa incó- 38.– Josep Fontana, Europa ante el espejo, pp. 67-71.
39.– Josep Fontana, Europa ante el espejo, pp. 81-85.
37.– J. Fontana, Europa ante el espejo, pp. 148-151. 40.– Josep Fontana, Europa ante el espejo, Cap. 8.
mación. También porque, desestimada esa tomó la idea del acontecimiento pasado
idea de progreso, se podría proyectar una como un átomo cargado de fuerzas frena-
mirada limpia sobre las alternativas frus- das por la visión lineal de la historia, sus-
tradas en el pasado, para descubrir la racio- ceptibles, sin embargo, de ser liberadas en
nalidad que había en algunas de ellas, para el presente por medio de una nueva mirada
liberar la carga de energía que seguían en- radical. También la idea del pasado como
cerrando y para concebirlas como líneas de «un índice temporal mediante el cual que-
evolución cuyo arranque truncado pudiera da remitido a la redención» y el presente
alumbrar un trazado de futuro [41]. como «cita entre generaciones» que han re-
Fontana planteaba que una vez decayera cibido una «fuerza mesiánica» sobre la que
la reconstrucción del pasado como genea- el pasado exige derechos. De ambos autores
logía del presente la historia se revelaría tomó la idea de buscar líneas de futuro en
como una trama compleja jalonada de dis- un pasado no resuelto en el que, según las
tintas encrucijadas, donde no se tomaron palabras de Machado que Fontana reprodu-
los caminos más convenientes para las ma- cía en sus libros, encontramos «un cúmulo
yorías, sino aquellos impuestos por quienes de esperanzas —no logradas pero tampoco
tuvieron la fuerza o los recursos culturales fallidas—, un futuro, en suma, objeto legíti-
necesarios para marcar el rumbo [42]. En esas mo de profecías» [43].
encrucijadas, decía, laten todavía indicios Fontana reclamaba poner fin a la mira-
que apuntan a la construcción de un futuro da deformante sobre los demás, dejar a un
distintito al que puede deducirse del orden lado el eurocentrismo que había impregna-
actual de las cosas. Las experiencias frus- do la Historia y sustituir los espejos auto-
tradas de la historia podían servir de ins- complacientes por otros más fidedignos. El
piración para abrir nuevos horizontes, y el reemplazo permitiría redescubrir al otro y
testimonio liberado de sus protagonistas redescubrirnos a nosotros mismos. Al des-
podría aportar un surtidero de fuerzas para cartar esa mirada reduccionista y domina-
emprender el camino. La mirada renovada dora, aparecería un «nuevo mundo» rico y
sobre el pasado podría ser una plataforma diverso, que, tomado ahora sí como espejo
desde la que trazar una nueva orientación sincero, devolvería a los europeos una ima-
y desde la que coger impulso para el despe- gen más ajustada de sí mismos: la de ser
gue. El futuro despuntaría como el ámbito una cultura plural y mestiza [44].
para la redención de un pasado temporal- La nueva forma de escribir la Historia
mente derrotado. que proponía Fontana debía recuperar las
Las referencias evidentes de Fontana voces de los sectores subalternos, eleván-
en la elaboración de esta concepción de la dolas al lugar que les corresponde, pero
historia fueron Walter Benjamin y Antonio de manera distinta a como normalmen-
Machado, dos intelectuales enormes del te se había hecho hasta entonces. Frente
siglo XX, muertos en la frontera hispano- a las historias especializadas en cada uno
francesa cuando huían en sentido contrario de estos grupos antes silenciados, o frente
del mismo enemigo fascista que se impuso a la simple yuxtaposición de sus voces en
a ambos lados de los Pirineos. De Benjamin obras más ambicionas, Fontana hablaba
41.– Josep Fontana, Historia: análisis del pasado y proyecto 43.– Cita de Antonio Machado tomada de J. Fontana,
social, pp. 11-12. Europa ante el espejo, p. 153.
42.– Josep Fontana, Europa ante el espejo, p. 154. 44.– J. Fontana, Europa ante el espejo, p. 154.
45.– J. Fontana, La historia de los hombres, p. 198. 46.– Josep Fontana, La historia de los hombres, p. 190.
forma ilusa, como crítico que era de la Ilus- afirmación sobre la radical historicidad de
tración, pero desde la propia Ilustración. la Historia —máxime cuando esta se vincu-
En su opinión, correspondía al historiador, laba especialmente a la influencia ejercida
dado que era quien mejor conocía el mapa sobre ella por el poder— con la creencia en
de la evolución de las sociedades, desmon- la posibilidad de que la Historia construye-
tar el discurso que presenta como inevita- se enunciados verdaderos en cierta medida
ble lo que pudo haber sido de otra manera. trascendentales a su coyuntura histórica,
Correspondía especialmente al historiador enunciados que, en tanto que verdaderos,
analizar la génesis de esos mecanismos de fueran útiles para ayudar al cambio social.
dominación para poder desmontarlos pieza De igual modo, en sus libros se palpa la di-
a pieza de cara a su reemplazo por nuevas ficultad de conjugar una crítica contunden-
formas de organización social más justas. Y te de la instrumentalización de la Historia
correspondía también al historiador reela- por parte del poder con la reivindicación de
borar una nueva secuencia del pasado que la Historia como una herramienta para el
tuviera como hilo conductor aquellas luchas cambio social.
que, a pesar de resultar derrotadas, seguían No se trata, obviamente, de dificultades
alumbrando horizontes mejores [50]. Pero, exclusivas de la obra de Fontana, sino de
¿cómo mantener esta confianza cognitiva dificultades que atraviesan cualquier em-
en la Historia cuando al mismo tiempo se peño por conjugar el reconocimiento de la
reconocía su variabilidad selectiva?, ¿cómo complejidad real de las cosas, la posibili-
mantener esa confianza emancipadora dad de conocimiento y la voluntad de in-
en la Historia cuando al mismo tiempo se tervención política. Creo que al final de su
denunciaba su propensión a ser preferen- trayectoria Fontana se fue aproximando a
temente instrumentalizada por el poder?, la idea de que el uso emancipador que pu-
¿cómo cifrar en la Historia la posibilidad de diera hacerse del conocimiento histórico
abstraer un futuro posible de un pasado no requería también de conceder autonomía a
resuelto cuando al mismo tiempo se subra- su proceso de construcción, de que el co-
yaba su profundo anclaje al presente? nocimiento más útil para el cambio social
Efectivamente, en sus libros se palpa el pudiera ser aquel que se construyera des-
riesgo de que la insistencia en lo que ge- de la conciencia del presente y la voluntad
neralmente se viene ocultando pudiera ge- de evitar el presentismo, desde la aproxi-
nerar en algún momento la sensación de mación a un horizonte de emancipación y
estar sobredimensionándolo: que ponderar desde la distancia hacia unos intereses in-
la variable política que atraviesa a la His- mediatos, desde la confianza en la acción
toria (expresada en términos de compromi- intelectual y política y la conciencia de su
sos conscientes del historiador, funcionali- complejidad y vulnerabilidad. No lo teorizó
dad inconsciente de su trabajo, sujeción a ni lo explicitó así, pero sus últimos traba-
intereses ajenos al plano reflexivo, repro- jos y su actividad investigadora, editorial y
ducción por pura inercia de valores hege- docente así lo sugieren. Sus libros y el re-
mónicos, etc.) pudiera llevar a la negación cuerdo de trabajo son fundamentales para
de su autonomía, por laxa que fuera. En sus quien quiera sostener ese empeño.
libros se palpa la dificultad de conjugar su
momento [3]. A la vez, esta aparente diver- editorial Gredos a Dión Casio, referencia
sidad no oculta su coherencia con lo que imprescindible para adentrarse en la
debe ser el trabajo del historiador, siempre historia del Imperio romano pero desde la
desde el compromiso, y con un análisis ri- visión de un griego, por muy vinculado que
guroso de las fuentes. Pocos como él han haya estado a los círculos del poder de la
sabido leer la literatura greco-latina, yendo Roma imperial [4].
más allá de lo que está escrito e intentan- Al margen de su celo académico
do primero conocer el contexto del autor y en el uso de las fuentes, fruto de sus
luego su versión. Hemos aprendido mucho vastos conocimientos sobre los textos
de Domingo cuando nos enfrentamos a las grecolatinos, la obra de Domingo es
obras de los autores antiguos, empezando fundamental para comprender la Historia
por saber que, sean historiadores o litera- social de la Antigüedad en la historiografía
tos, en realidad nos ofrecen «historias» o española. Sus interpretaciones partían
relatos, y somos nosotros quienes debemos de visiones sutiles, con perspectivas muy
construir la Historia, descubriendo lo que innovadoras, e incluso pioneras en su
puede ocultar, deformar o transmitir un momento, sobre los hechos culturales y
texto. Y, como buen filólogo clásico, ha políticos, el mito o la religión, fenómenos
insistido en que no podemos nunca fiarnos que nunca analizó al margen de la sociedad
de una traducción, que muchas veces en la que se producían.
implica traición, según el famoso dicho. Ha Para entender realmente los temas
repetido siempre que un historiador de la recurrentes en la obra de Domingo, quizá
antigüedad debe conocer el latín y el griego, haya que pensar en sus preocupaciones
y trabajar directamente con los textos del presente, cívicas o intelectuales. De
originales. Lamentablemente, esta práctica ahí que haya tratado de manera especial
se está perdiendo, por la escasa formación el poder, los discursos y su función social,
en las lenguas clásicas del alumnado que se la democracia, el papel de la religión y su
gradúa en Historia. Este empeño en utilizar relación con los mitos, o la realidad de
directamente las fuentes y en valorar el las poblaciones serviles, - quizá mejor, las
papel de la literatura antigua le ha llevado formas de dependencia, una expresión más
a traducir a autores muy relevantes de la de su gusto -, a partir de la información de
antigüedad, cuya elección, evidentemente, la literatura griega y con preferencia en la
no podía responder a la casualidad. Hélade. No por casualidad, Protágoras, el
En la etapa de Ciencia Nueva editó la filósofo preocupado por la práctica política
traducción de José Marchena de la obra del del ciudadano griego, fue el objeto de su
poeta latino Lucrecio, a la que siguieron tesis doctoral; de hecho, su atracción por la
otras. Recientemente tradujo para la Filosofía, sobre todo la Clásica, fue anterior
a la predilección por la Historia. Dichos
3.– Aparentemente alejados de lo que ha sido su espe- temas han sido objeto de sus investigaciones
cialidad, figuran textos y obras generales sobre la Histo-
hasta culminar en la publicación de La crisis
ria Antigua de España, pero fundamentales para la for-
mación de los estudiantes universitarios, y no solo para de la ciudad clásica y el nacimiento del mundo
especialistas; o trabajos puntuales sobre testimonios tan helenístico [5]; claramente en ella hace una
significativos como el Edicto del Bierzo. Aunque parecen
alejarse de sus líneas de investigación, tales textos reve- 4.– Dión Casio, Historia Romana. Libros I-XXXV (Fragmen-
lan sus inquietudes como historiador, así como el afán por tos), Madrid, Gredos, 2004 (introducción, traducción y no-
ampliar conocimientos y no vincularse solo con el marco tas de Domingo Plácido).
de la Grecia y la cultura helénica. 5.– Obra publicada en junio de 2017, en Buenos Aires por
Domingo Plácido, en primera fila, en el XXXV Coloquio Internacional del GIREA: «Los espacios de
la esclavitud y de la dependencia en la Antigüedad», celebrado los días 28 a 30 de noviembre de
2012 en el CSIC, Madrid (Foto.Miriam Valdés).
a cambio de recibir la paga pública, dejaban jóvenes recién salidos de las aulas que se
de ser realmente ciudadanos y se convertían estrenan con sus primeras comunicaciones
en clientes. o ponencias, e idéntica atención mantiene
A modo de resumen, hemos de destacar hacia los ponentes ya consagrados.
sus amplios conocimientos sobre las Bien es cierto que a unos y a otros,
sociedades de la antigüedad, cuya historia delicadamente, les dice lo que considera
ha construido con grandes dosis de que debe manifestar. Domingo es, sin
agudeza, sensibilidad, a veces una notable duda, un investigador que ha contribuido
ironía, y sobre todo sentido común. Para a «modernizar» la forma de entender el
sus amigos y sobre todo discípulos, la pasado desde las perspectivas de una visión
generosidad ha sido una de sus grandes totalizadora de las sociedades históricas;
virtudes. Muchos han disfrutado de su que también, quizá sin proponérselo, ha
amistad, pero también de su magisterio en marcado a generaciones de investigadores
libros, conferencias y conversaciones. Es que hoy son profesores y profesoras de la
un excelente conversador, aunque pueda universidad española.
parecer callado, con esa imagen de hombre Debo manifestar que, en el inicio de
tranquilo. En los encuentros académicos, nuestra conversación, resultó inevitable
suele sentarse en la primera fila de la sala; recordar la magnífica entrevista que
es de los primeros que llega y uno de los le planteó Ana Iriarte y que iniciaba el
últimos en irse. Con atención escucha a libro mencionado, Dialéctica Histórica y
Entrevista
[R. Cid] Domingo, gracias por haber acep- Para nada. El ambiente familiar era muy
tado hacer una nueva entrevista. ajeno a estas cosas. De hecho, cuando yo
dije en casa que quería estudiar Filosofía y
[D. Plácido] Bueno, si te parece que me- Letras, mis padres se llevaron un susto tre-
rece la pena, pues adelante. mendo. Pero eran muy buenas personas y me
dejaron hacer; me dijeron que hiciera lo que
Claro que merece la pena. Y, empezamos quisiera. Para ellos, la noticia de esta deci-
por el principio, por recordar cuándo y dónde sión fue un golpe, porque deseaban que me
naciste. ¿Qué recuerdos tienes de tu familia? dedicara a algo que tuviera cierta rentabili-
dad, pensando que eso sería lo mejor para
Nací en Las Palmas de Gran Canarias el mí. De hecho, mis tres hermanas estudiaron
26 de julio de 1940. Mi padre era oficinista Comercio, una muestra de lo que estoy di-
y trabajaba en una empresa de exportación ciendo sobre su forma de pensar en nuestro
de plátanos. Mi madre, que se dedicaba a las futuro, y mi hermano se convirtió en perito
tareas de casa, pertenecía a una clase que industrial. Luego se dedicó a la Física y acabó
podemos calificar de semi-acomodada, re- siendo catedrático de Física en la Universi-
lacionada con negocios también de ventas dad de Las Palmas, donde se jubiló.
en el exterior. Tuve tres hermanas y un her-
mano. Allí transcurrió mi infancia y mis pri- Es decir, ¿no había grandes inquietudes in-
meros años adolescentes. La recuerdo como telectuales o sociopolíticas en la familia
una etapa feliz y muy agradable
Ninguna. De hecho, mi padre empezó a
El ambiente de tu infancia, y sobre todo tu fa- leer literatura gracias a mí. Cuando yo te-
milia, ¿podían presagiar que serías historiador? nía unos trece años, y estaba empezando
a decidirme por estudiar Letras, empecé a Yo tenía claro, ya en cuarto del antiguo
utilizar libros del colegio que me llevaba a bachillerato, con unos catorce años, qui-
casa. Él estaba jubilado parcialmente por zá quince, que quería ir a la Universidad [1].
enfermedad, se aburría y empezó a leer las Para ello, necesitaba disfrutar de beca, lo
obras que yo le traía. Antes prácticamente que este profesor veía que podía alcanzar y
no había leído. Sí es cierto que había algu- me animaba. Sí he de reconocer que, en el
na novela en casa, de Benito Pérez Galdós, último momento, no influyó tanto. Fueron
por ejemplo; también de ciertos autores más determinantes otros personajes de Las
canarios como Luis Millares Cubas, médico Palmas, como Pedro Lezcano, que sí era un
de profesión y un erudito local, que había hombre inquieto en general; de hecho, fun-
nacido en el siglo XIX. Pero, la verdad, muy dó un teatro de aficionados, con un círculo
poca cosa. de personas que sí tenían cierta curiosidad
cultural, no fácil de calificar en ese contex-
Es curioso que tu padre empezase a leer to, pero que destacaban sobre el resto.
por ti, por la influencia del hijo. ¿Pero os ani-
maban a estudiar? Al margen de estudiar e intentar obtener
una beca, tu adolescencia transcurre en Las
Eso sí. Sin duda. Y sobre todo nos lo in- Palmas, ¿te relacionaste con algún grupo con
culcaba mi madre. Mi padre quería que yo inquietudes culturales o políticas?
tuviera una oficina; con eso se conformaba.
Con sinceridad, cuando yo tenía entre
Y cuando llegas a la adolescencia, ¿cómo catorce y dieciséis años, la sociedad de Las
era la vida en Las Palmas de Gran Canaria? Palmas era muy meapilas. Yo acabé conec-
tando con determinados ambientes, con
Para salir corriendo. La situación era com- ciertas inquietudes intelectuales, pero no
plicada si tenías inquietudes, por limitadas puede decirse que políticas; en concreto
que fueran, intelectuales o políticas. Aunque con chicos jóvenes, cuya tendencia a la opo-
reconozco que había alguna gente y perso- sición era más bien por la vía religiosa que
nalidades interesantes. Entre otros, para mí la política. Sus posturas eran sobre todo an-
destacó un profesor de Latín en el Colegio, ticlericales. Recuerdo que se creó un grupo
cuando cursaba cuarto de bachillerato. Pre- alternativo a la Iglesia romana, que se llamó
cisamente, este es el momento en el que la Iglesia Cubana. Hacían una parodia de la
empiezo a pensar que podía ser interesante romana, por lo que celebraban concilios y
dedicarme a las Letras. También me gustaba habían elegido un papa. Cuando me vincu-
la Física, pero las clases de Juan Marqués, así lé con ellos, tenía quince o dieciséis años, y
se llamaba este profesor, me decidieron por todos eran mayores que yo. Había gente cu-
las Letras; él había hecho Filosofía y Letras, riosa, entre otros, uno que era filósofo, otro
quizá se especializó en Filología Clásica. Re- estudiante de Física. En general, eran bas-
cuerdo que trabajaba en múltiples colegios tantes listos. Personas así era todo lo que
para ganarse la vida, y daba clases también podía haber en las Palmas.
de Francés y de Historia, no solo de Latín. En cualquier caso, algunos de ellos po-
Representaba la imagen que mi madre no dían ser clandestinos. Incluso sí que debía
quería que yo siguiera, de ahí el susto que le
di a ella y a mi padre cuándo les dije que me 1.– Ha de aclararse que en esta época el bachillerato du-
gustaría dedicarme a las Letras. raba siete cursos y se podía iniciar a los diez años.
haber personas con posturas políticas más resados por las Ciencias Naturales, habían
definidas; sin duda. Pero, en el fondo, los leído a Darwin y conocían las tesis sobre el
jóvenes que estaban en la Iglesia Cubana evolucionismo. Realmente, eran muy afi-
manifestaban modos de rebeldía, o rebe- cionados a estas lecturas, que se discutían
lión, contra el ambiente de la Iglesia en las en una especie de seminarios. Nos inter-
Palmas, sobre todo no soportaban al Obis- cambiamos libros, más que de Historia y
po. Era un personaje singular. Había perte- Política, trataban de estos otros temas. De
necido al PNV y se marcó como contrario al hecho, en la azotea de una casa había un
régimen bajo la Guerra Civil; era antifran- observatorio, desde el que mirábamos el es-
quista. Por ello, lo mandaron a Las Palmas pacio; en este lugar, había una exposición
como castigo. Pero estas actitudes políticas de cosas, como un caballito de mar, que re-
no impidieron que fuera un integrista y lo cogíamos en la playa. El mismo profesor de
exhibía de una manera tremenda. Por ejem- Latín,Juan Marqués, del que hablé antes,
plo, estaba empeñado en separar a hombres hacía pesca submarina. Vivía también un
y mujeres en las playas, o en prohibir los psiquiatra famoso en La Laguna. Poco, pero
bailes, que identificaba con fiestas Bacana- algo de inquietud intelectual, o de curiosi-
les. En esa época, cuando eres muy joven, dad, podía haber en Las Palmas. Pero yo no
estas actitudes te afectaban mucho, y resul- tuve ninguna actividad de tipo político, ni
taba irrelevante que fuera del PNV. ocasión para fomentar unas ideas progre-
En realidad, las posturas y planteamien- sistas. En esta etapa, me dediqué a estudiar
tos políticos no estaban bien definidos. La y a divertirme como joven que era.
Guerra Civil acabó muy pronto, en 1936.
Solo más tarde, supe que había habido cam- Para poder estudiar Filosofía y Letras,
pos de concentración. En la sociedad de Las abandonas Las Palmas de tu infancia y ado-
Palmas, se referían a ello como algo remo- lescencia. Te vas a La Laguna ¿qué universi-
to. Me enteré de la existencia de persona- dad encuentras?
jes como El Corredera, víctima del garrote
en 1947, y que se había mantenido en sus El ambiente era el típico de la España
ideales contra Franco. Pero de estos temas de los cincuenta. Era pobre, muy pobre, ya
no se hablaba, ni mis padres los mencio- que la universidad no te estimulaba inte-
naban, solo se hizo en alguna ocasión y de lectualmente, ni en ningún otro sentido.
forma muy esporádica. Reconozco que en Solo se podía estudiar Filología Románica.
esa época, en los años cincuenta, en Las De hecho, contaba con un único profesor de
Palmas, como en otros lugares de España, Historia. Esta disciplina en ese momento no
decir que se tenían contactos con personas me interesaba, ni era fácil que eso ocurriera,
de izquierdas era realmente peligroso. porque se ofrecían visiones muy tradiciona-
les En mi caso, era mucho más atractiva la
Parece entonces que satisfacías tus tem- Filología, sobre todo la Clásica, y de manera
pranas inquietudes intelectuales con el Grupo especial la Filosofía. En la Universidad de
de la Iglesia Cubana, que debió haber sido un La Laguna hice los primeros dos cursos, los
grupo de jóvenes inquietos ¿qué os interesa- Comunes. En estos años, gracias a un gran
ba? profesor de Griego me introduje en la Filo-
sofía, porque me recomendaba lecturas y
El Grupo de La Iglesia cubana era ateo. me parecían muy interesantes. En estos co-
Muchos de sus integrantes estaban inte- mienzos de la carrera y antes de trasladar-
me a Madrid, seguía dudando entre la Filo- nocí a Marcelo Vigil [2]. También trabé amis-
sofía y la Filología. De esta época, recuerdo tad con otros historiadores, como Valentina
a un poeta ya mencionado, Pedro Lezcano, Fernández, especialista en Historia Moder-
quien me habló del panorama que había en na y luego vinculada al CSIC, que derivó
Madrid y qué podía encontrarme. hacia la Sociología. Con ella mantuve una
larga relación de amistad, con afinidades
Para continuar la licenciatura, te marchas políticas. Era discípula de Carmelo Viñas.
a Madrid. ¿Cómo era el Madrid de entonces? Con frecuencia, nos reuníamos en la casa
¿Te sorprendió la Universidad Complutense? de Abilio Barbero. Las personas que lo visi-
taban eran antifranquistas, pero formaban
Llegué a Madrid en 1960 y me matriculé una auténtica amalgama. Algunos eran del
en la Universidad Complutense, en la licen- PC pero Abilio nunca lo fue, y otros que lo
ciatura de Filosofía y Letras, en la especia- visitaban tampoco. Aquello era una tertulia,
lidad o sección de Filología Clásica. Me li- intelectual, que se desarrollaba en una casa.
cencié en 1963. En aquella época, realmente Por allí pasaban María Rosa de Madariaga,
esta era la única universidad, apenas había Ana María Prados y otra mucha gente. Se
más, salvo el CEU o los Jesuitas, donde solo hablaba de todo, por ejemplo, del Conci-
se impartían estudios de Derecho e Inge- lio Vaticano II, del impacto de las huelgas
niería. del 62 en Asturias, de los sucesos de Italia,
El panorama del momento era muy va- que contaba Marcelo porque había estado
riado y tuve suerte. Conocí a estudiantes de en universidades italianas y había contac-
Historia con ciertas inquietudes intelectua- tado con Mario Mazza y creo que también
les y políticas, pero mi especialidad era la con Santo Mazzarino. Por cierto, Abilio ha-
Filología Clásica; en ese momento, estaba bía estado en Londres, manteniendo con-
muy considerada y reconocida, incluso con tactos, creo, con Eric Hobsbawn y también
más prestigio que la de Salamanca. Tuve con Edward P. Thompson, cuyas obras yo
profesores excelentes, como Luis Gil. Entre descubrí gracias a él. En estos encuentros
los estudiantes recuerdo a uno que hacía en la vivienda de Abilio, no se pretendía
primero de Clásicas, ya licenciado en His- crear nada, ni se pensaba en organizar gru-
toria, en 1958. Estuvo solo un año, porque pos de presión, solo se trataba de conversar.
tuvo que irse a la mili; consiguió convertirse Tomábamos whisky y charlábamos. Es cu-
en lector de español en Belfast, y luego fue rioso, Abilio siempre estaba allí y mantuvo
profesor de Instituto de inglés. Se llamaba una relación intelectual muy estrecha con
Joaquín Rojo Seijas, gallego y progresista, Marcelo; este último, por las tardes, salía
ya murió; de hecho, llegó a escribir algún
artículo, aunque luego se dedicó al inglés. 2.– En la obra de Fernando Wulff y otros, La creación de
Este nos dio alguna orientación y formación la Historia Antigua en España en los años setenta del si-
política, a mí más que a otros; fue quien me glo XX. Conversaciones con sus fundadores, Madrid, 2016,
[http://portal.uc3m.es/portal/page/portal/inst_hist_julio_
introdujo y me condujo hacia Abilio Bar-
caro_baroja/estructura/Grupo_investigacion/historiogra-
bero. Un día que estábamos en el Barrio de fia_historia_religiones/historia_oral_disciplina/] se hacía
Salamanca, nos fuimos a su casa, y empe- una semblanza de los fundadores de la Historia Antigua a
cé a verlo de vez en cuando. Me hice amigo través de las entrevistas orales, entre los que debía figu-
rar Marcelo Vigil. Al haber fallecido en 1985, fue Domingo
entonces de Abilio Barbero y más tarde co-
quien intentó reconstruir datos de su biografía y cuenta
con detalle esta etapa en Madrid, en especial su relación
con Marcelo y Barbero, y la que mantenían estos últimos.
del Consejo (CSIC), pues ya había acabado tiz, quien era entonces su esposa.
su tesis y estaba preparando su oposición, Con ellos, y otros que no militaban en el
visitaba a Abilio; los dos solían salir a tomar PCE, compartí una sensibilidad, inquietu-
una copa y luego cenaban en algún restau- des o el gusto por la Filosofía y otros temas.
rante de la zona [3]. Todos los días estaban Leí, por ejemplo, a Marta Harnecker, lectura
los dos, pero otros y yo íbamos de vez en obligada en determinados ambientes, y ce-
cuando. En mi caso, fueron los años en que lebrábamos seminarios. De todo ello, adqui-
estaba finalizando la carrera y tenía previs- rí compromiso, conciencia y sentido de la
to empezar la tesis. militancia, pero luego me fui distanciando.
Mi militancia duró de 1962 a 1970. Lo dejé
Precisamente estos años coinciden con tu porque ya no me sentía identificado con la
militancia en el PCE. ¿Cómo te planteaste la gente que estaba, aunque los estudiantes
afiliación y de qué modo militaste? sabían perfectamente lo que yo era.
Yo estaba en el cuarto curso, cuando em- En realidad, con estos compañeros fue con
pecé a militar en el PCE, en el año 1962, y quienes organizaste la editorial Ciencia Nue-
gracias a Joaquín Rojo Seijas, que me in- va, que tuvo mucha importancia en la intro-
trodujo. Se estaban organizando y se formó ducción de autores y obras, casi prohibidos.
una célula en la Facultad y me metieron a ¿Cómo se os ocurrió y cómo elaborasteis la
mí y a otro compañero, con quien compar- selección de las publicaciones, que fueron mu-
tía habitación en casa de una señora que las chas y muy impactantes en su momento?
alquilaba. Este era Javier Abásolo, que llegó
a trabajar en Siglo XXI. También estaba otro La iniciativa partió de la gente que está-
que se convirtió en escritor, Alberto Mén- bamos en la Facultad y la fundamos mili-
dez, el autor de la novela, Los Girasoles Cie- tantes comunistas, o próximos al PCE. Entre
gos, que luego se llevó al cine. ellos Jesús Munárriz, muy activo, o Alberto
Otros militantes del PCE con los que me Méndez. Hace años, Valeriano Bozal, que no
relacioné en aquella época eran estudiantes estaba en el PCE, escribió un artículo titu-
de Filología Románica, luego italiana; has- lado «Compañero de Viaje», en la revista,
ta con Fernando Sánchez Drago, el autor La Balsa de La Medusa, en el que contaba su
de Gargoris y Habidis (sic), quien habla de experiencia [4]. También estaba Rafael Sarró,
esta etapa de su vida en el prólogo de esta que no era de nuestro grupo, y que luego se
obra, y refiere, al final, «resucito de entre los dedicó a la publicidad.
muertos». Y estaba también Manuel Gutié- Pensamos en una ciencia que sirviera
rrez Aragón, que estudiaba Filosofía y Le- para despertar, de ahí el título de Ciencia
tras, pero luego se matriculó en la Escuela Nueva, que se me ocurrió a mí. Este sería el
de Cine, a quien perdí la pista hasta que lo objetivo, lo que se escribió, creo recordar,
encontré cuando le hicieron académico mu- en el libro de Benjamin Farrington, que yo
chos años más tarde. También Jesús Muná- traduje y con el que se inauguró la editorial.
rriz, de la editorial Hiperión y Lourdes Or- A cada uno se le ocurrían cosas, se discu-
tía y nos llegaban propuestas de compañe-
3.– De hecho, también publicaban muchos trabajos con- ros que no estaban en Ciencia Nueva, pero
juntamente, siendo muy conocía la obra, La formación del
feudalismo en la Península Ibérica. Barcelona, Crítica, 1978,
especialmente leída en los círculos universitarios y que 4.– Valeriano Bozal, «Compañero de viaje», La balsa de la
marcó a generaciones de estudiantes. Medusa, 1999, 50, pp. 23-84.
que podíamos publicar. Claramente preten- Esos años no eran fáciles. ¿Tuviste algún
díamos la promoción de textos de autores problema con la policía?
izquierdas, marxistas o próximos al marxis-
mo. De ahí salió una Colección de Clásicos, Sí. Era una época complicada, pero yo no
en la que yo hice la edición de la traducción tuve problemas, ni grave sensación de ries-
que había hecho José Marchena de la obra go, salvo lo que implicaba acudir a alguna
de Lucrecio y otros editaron a Voltaire [5]. manifestación. Sí ocurrió una vez, cuando
Algunas obras estaban prohibidas y, por estaba en una manifestación en la Puerta
ejemplo, fuimos capaces de publicar el An- del Sol, en apoyo de las mujeres asturianas,
ti-Dühring de Federico Engels [6]. Sobre todo un hecho ligado también a las huelgas del
se promovieron traducciones de libros, que 62. Estaba solo con otro amigo, y únicamen-
de otra manera no se podían leer en España, te nos pidieron el carnet. Nos dijeron que
porque no llegaban o no se conocían otras debíamos ir a buscarlo a la Dirección Ge-
lenguas, sobre todo el inglés. Yo me encar- neral de Seguridad. Cuando lo recogí al día
gué de traducir el libro de Farrington, que lo siguiente, nos recomendaron que fuéramos
trajo alguien de Inglaterra y fue el primero buenos, pero nada más.
que se editó [7]. También recuerdo algún problema con
Esta época coincidió con la «liberaliza- los sucesos del Proceso de Burgos, de 1970.
ción» de Fraga y fue posible publicar estas En ese momento, yo era profesor en la Fa-
cosas; y se publicó mucho. Luego llegó Tho- cultad de Filosofía y Letras en la Universi-
mas de Carranza, nombrado director gene- dad Complutense y las asambleas se cele-
ral del libro y empezó con una política de braban en mi clase. En realidad, el aula en
prohibiciones. Fuimos a verlo y nos dijo que que debía impartir mi docencia acogía las
no podía ser. A la hora de despedirnos, Ra- Asambleas de estudiantes de la Facultad, y
fael Sarró se negó a darle la mano, lo que podían llegar a reunirse unos cuatrocientos
le pareció muy mal. Ciencia Nueva se había alumnos.
fundado en 1965 y se cerró en 1970.
Los años sesenta y la etapa de la transición
representan un momento de una militancia
5.– Lucrecio, De la naturaleza de las cosas (trad. de José
Marchena y Ruiz de Cueto; introducción y notas de Do- política muy activa, que llevaba a participar
mingo Plácido), Madrid, Ciencia Nueva, 1968. José Mar- en la organización de movimientos políticos,
chena (1768-1821) fue un intelectual ilustrado que, per- de alianzas, a veces muy coyunturales de gru-
seguido por la Inquisición, se exilió en Francia. El poeta
pos de izquierdas. En el ambiente universita-
Lucrecio (99 a.C.-55 a. C.) estaba marcado por la filosofía
de Demócrito de Abdera y Epicuro, no por casualidad, los rio se crearon diversos frentes, ¿participaste
filósofos elegidos por Carlos Marx para la realización de en este tipo de actividades?
su tesis doctoral.
6.– También la Lucha de clases en Francia de 1848 a 1850 Colaboré con la formación de la FUDE
de Carlos Marx, según el testimonio recogido por A. Iriarte,
(Federación Universitaria Democrática Es-
«De mundo antiguo», p. 21.
pañola), que surgió por iniciativa del PCE,
7.– Sobre Ciencia Nueva y su impacto en la España de los
sesenta, destaca la aportación, muy detallada de Francis- con el afán de unir gente. Luego se formó la
co Rojas Claros, «Una editorial para los nuevos tiempos: Junta Democrática, y también se organizó a
Ciencia nueva», Historia del Presente, 2005, pp. 103-120, Plataforma Democrática. Finalmente de la
que también menciona A. Iriarte, «De mundo antiguo»,
FUDE se apoderaron los llamados entonces
p. 13, n. 8. Recientemente Francisco Rojas Claros publicó,
Dirigismo cultural y disidencia editorial en España (1962- chinos. En los años setenta se producían
1975), Alicante, Servicio de Publicaciones, 2013. muchas disensiones, uniones y rupturas de
grupos, alianzas o contra-alianzas. Esta si- privada y el Estado, que se publicó en la FIM,
tuación era normal entonces. con ocasión del centenario de su publica-
ción en 1884 [8].
Pensaste alguna vez en ocupar un cargo Pero mi vinculación con actividades de la
político o desarrollar una carrera política? FIM no fue intensa. Me relacioné con Juan
Trías, y siempre colaboraba cuando me lla-
Jamás. No, nunca tuve esas pretensiones. maban. Con ocasión del centenario de la
Y, la verdad, ni se me propuso. muerte de Marx, organizamos un encuentro
sobre Transiciónes en la Historia, acudiendo
Al margen de tu militancia en el PCE, fuis- José Fernández Ubiña, profesor de Historia
te uno de los historiadores de la Antigüedad Antigua, y Carlos Estepa Díez de Medieval,
que colaboró más activamente con la FIM, en pero también invitamos a otros ponentes
los comienzos y ahora en tiempos recientes. extranjeros.
¿Cuál fue el alcance de tu participación?
De todos modos, en los ochenta, creo re- Por tu antigua militancia, o la relación
cordar que algunos colegas de Historia Anti- casi efímera con la FIM, a pesar del tiempo
gua parecían interesados en crear un grupo de transcurrido, muchos te siguen colocando la
historiadores marxistas, que podía haber sur- etiqueta de ser del PCE, de ser un historiador
gido en la FIM. No sé si se trataba de revita- marxista. Es curioso. ¿Qué te parece?
lizar los Coloquios de Oviedo, promovidos por
Julio Mangas y celebrados entre 1977 y 1981, Sí. Es curioso. Ayer me encontré con un
a los que acudieron muchos historiadores que chico, estudiante de Filología Clásica y me
decían ser marxistas. ¿En estos años la Histo- dijo que venía de la sede del PCE, donde le
ria Antigua interesaba en la FIM y promoviste habían hablado muy bien de mi como histo-
alguna actividad? riador materialista. Hace mucho que yo no
voy por allí. Y me dijo que le daba mucho
Hubo un momento en el que nos reu- gusto tener a un compañero en la Bibliote-
nimos en la sede inicial de la FIM, me pa- ca que fuese historiador materialista. No le
rece que estaba ubicada cerca del Palace. comenté nada más.
Solo hubo una reunión y acudieron, entre
otros, Alberto Prieto, José Fernández Ubiña Efectivamente, pienso que de los historia-
y Cristóbal González Román, historiadores dores de tu generación, especialistas en la an-
y Alberto Bernabé, filólogo clásico. Era un tigüedad, no eres el único, pero sí uno de los
grupo grande. Se llegó a hacer un programa que mejor ha representado una Historia So-
y se propusieron Seminarios. En esta época, cial de clara inspiración marxista. Reconstruir
la FIM incluso organizó un ciclo de confe- tu trayectoria desde el momento en que deci-
rencias con especialistas de la Antigüedad, des dedicarte a la Historia y luego hacerlo con
en el que participaron los mencionados las herramientas del materialismo histórico es
Cristobal y Alberto, además de Julio Mangas interesante porque de alguna manera ilustra
y Mario Mazza, que vino desde Italia, Las sobre la introducción de visiones nuevas y re-
conferencias se celebraron en el Consejo, novadoras de la Historia Antigua en la univer-
a comienzos de los años ochenta. Se quería sidad española. Pero antes ¿cuéntanos como
crear un Seminario Permanente de Estudios elegiste la Historia, porque tus inclinaciones
de Historia Antigua que no fructificó. primeras eran la Filosofía y la Filología?
Recientemente, retomé mi relación con
la FIM, como conferenciante y articulista. Estaba estudiando Clásicas y quería ha-
Participe en las Jornadas, Historiografía, cer Filosofía. Cuando estaba en el cuarto
marxismo y compromiso político en Espa- curso, conocí a Santiago Montero Díaz, mi
ña. Del franquismo a la actualidad, que se profesor de de Historia de Grecia y Roma. En
celebraron en Madrid, los días 27 y 28 de sus clases, descubrí que la Historia era otra
noviembre de 2014, con la ponencia, «His- cosa, muy diferente a la idea que yo me ha-
toriografía Española de la antigüedad de bía forjado en el Bachillerato y los primeros
tendencia marxista», que luego se publicó cursos de la Licenciatura. Era algo más que
en Akal, en el 2018. He colaborado también las aburridas listas de reyes. Así empecé a
como articulista en Nuestra Historia [9]. interesarme por la Historia y empecé a dar-
me cuenta de que podía tener otra perspec-
9.– Es autor de «La vigencia del marxismo en el análi-
tiva, que se podía vincular con la Filosofía;
sis de las sociedades antiguas», Nuestra Historia, 5, 2018,
pp. 71-77. Este número está dedicado a Marx y la historia desde luego, tomé conciencia de que tenía
(1818-2018). sentido para penetrar en el conocimiento
de las relaciones humanas y no solo para Agustín García Calvo, José Luis Aranguren,
conocer el poder político. Montero te hacía Enrique Tierno Galván y otros en una ma-
comprender así la Historia. Y llegó a expli- nifestación. Fueron expedientados y casti-
car aspectos de la obra de Carlos Marx, ya gados con la expulsión de la universidad,
que coincidió con su etapa más progresista. pero, por su antigua relación con la Falange,
el castigo a Montero se había limitado a dos
Santiago Montero Díaz fue todo un perso- años. Aun así, optó por marcharse fuera un
naje y quienes le conocieron destacan que era tiempo. Este episodio parece que le marcó
un docente excepcional. ¿Coincides con esta para el resto de su vida, temiendo que se re-
percepción? pitiera y perder su trabajo. Sí ocurrió que,
cuando regresó, me llamó para ofrecerme
Sí, Montero era todo un personaje con la plaza de adjunto interino en la Universi-
una biografía sorprendente [10]. Se afilió al dad. Esto sucedía en el año 1967. La acepté y
PCE en 1935 y luego a las JONS. Se hizo abandoné la Enseñanza en el Instituto. Sal-
falangista antes de que estallara la Guerra vo unos años en los que volví a estar fuera,
Civil. A los 20 años ya había leído su tesis de 1975 a 1979, por dificultades que surgie-
sobre los Cartularios, es decir empezó como ron en la promoción de las plazas de profe-
medievalista. Era archivero por oposición, sorado universitario, regresé de nuevo a la
pero no sé si ejerció alguna vez y obtuvo una Universidad Complutense, gracias a una ley
plaza como catedrático de Historia Medieval que me favorecía al permitir la reincorpora-
en la Universidad de Murcia. Había firmado ción de antiguos docentes. Ahí seguí hasta
también una de Paleografía y otra de Histo- mi jubilación.
ria de Filosofía, todo ello bajo la República.
Un profesor deslumbrante, pero una per- En 1967 te incorporas como profesor a la
sona con muchos altibajos en su carácter, Universidad, tras el paso por un Instituto de
que te desconcertaban. Podía invitarte a to- Enseñanza Secundaria, y te dedicas, imagino
mar una copa y al día siguiente te ignoraba. que intensamente, a preparar la tesis. Se ob-
Al acabar la carrera, no me hacía caso. Dejó serva tu fijación con la filosofía, porque elegiste
de responder a mis llamadas y me puse a Protágoras y la sofística. ¿Cómo planteas estos
preparar oposiciones de Enseñanza Secun- primeros trabajos y cuáles son tus modelos?
daria, que saqué en Pamplona. En este com-
portamiento debió influir el exilio que le Sí, mi tesis fue sobre Protágoras y la leí
obligó a marchar a Chile entre 1966 y 1967; en el año 1972, año en que también publi-
gracias a Pescador, un profesor de Filosofía qué una parte del texto [12]. Empiezo a hacer
de la Universidad de Concepción, marchó una historia que podemos llamar hegeliana,
a este país, en el que se dedicó a impartir marcada por la visión de Santiago Montero
conferencias [11]. Había participado junto a Díaz, lo que se veía sobre todo en las clases.
Planteo una historia de datos, pero tam-
10.– Sobre Santiago Montero y su compleja biografía,
véanse las referencias bibliográficas recogidas por A. bién de interpretación; poco a poco iba co-
Iriarte, «De mundo antiguo», p. 12, nota 4, que remiten a nociendo otras visiones, ya marxistas, con
investigaciones de Antonio Duplá. También aparece cons- las que estaba familiarizado desde el final
tantemente citado en la obra de F. Wulff , La creación de la
historia antigua.
11.– Domingo insiste en el miedo que debió atenazar a 1985, con 74 años.
Montero tras la experiencia que le condujo a lo que fue 12.– Domingo Plácido, La polis en el pensamiento de Protá-
realmente un exilio en Chile. Santiago Montero murió en goras. Madrid, Maribel, 1972.
Domingo Plácido y Alberto Prieto en las playa Els Muntanyans, Torredembarra (Tarragona). Foto
cedida por Domingo Plácido.
17.–Sin duda, las reseñas de Domingo a esta obra en las 18.– S. I. Kovaliov, Historia de Roma, y V.V. Struve, Historia de
revistas de Gerión, I, 1983, pp. 331-343 y L´Avenc, 1988, la antigua Grecia, Madrid, 1974 (1ª ed. en ruso, 1956). Am-
105, pp. 66-67, fueron las que dieron a conocer el nombre bas obras fueron leídas por muchos estudiantes universi-
y la obra del marxista Ste. Croix en España. tarios españoles que cursaban las asignaturas de Historia
lle sin ninguna revisión, pero en la segunda Pierre Vidal-Naquet y Nicole Loraux. De
introdujimos notas de editor, algunas muy sus investigaciones, me interesaban de qué
largas, para poner un poco de orden, cuando modo se entrecruzaban las aportaciones de
ya está en un solo volumen. filósofos como Platón, el poder y la política
Realmente, fue Alberto Prieto, quien inau- o los discursos. Desde lo que podemos lla-
guró las publicaciones de Historia Antigua en mar la antropología histórica han trabajado
Akal y tuvo mayor responsabilidad a la hora sobre el mito a partir de la literatura griega,
de proponer títulos y autores para su publica- como ha hecho entre otros Marcel Detien-
ción en esta editorial. No solo se publicaron ne, pero algunos han derivado hacia postu-
trabajos de autores soviéticos o vinculados ras excesivas de tipo psicoanálitico. [20]
a los antiguos países socialistas, también En Besançon, me relacioné con Pierre Lé-
obras colectivas del Grupo de Besançon, vêque, a quien conocía por su trabajo mag-
ligado a Pierre Lévêque y relacionadas con nífico sobre Clístenes el ateniense y a través
las investigaciones marxistas sobre la anti- de Julio Mangas. Era un claro representante
güedad [19]. de la Historia Social, con gran interés por el
Tras esta experiencia en Akal, con poste- esclavismo y las formas de dependencia, o
rioridad colaboré con Crítica, donde publi- los conflictos en su génesis y evolución, en-
qué La sociedad ateniense. La evolución social tre otros temas. Fallecido Pierre, sigo man-
de Atenas durante la guerra del Peloponeso teniendo contactos con Monique Clavel-
en 1987. Luego fui director de la Serie Ar- Lévêque, su mujer, hasta el presente. Hoy
queología de esa editorial,editándose tra- está Antonio Gonzales, que, en esta uni-
ducciones o trabajos sobre Esparta, entre versidad francesa, mantiene esta línea de
otros. Quizá uno de los libros más conocidos investigación a través del ISTA (Institut des
fue Los Misterios. Religiones «orientales» en el Sciences et Techniques de l´Antiquité), orga-
Imperio romano de Jaime Alvar, del año 2001. niza actividades, promueve publicaciones y
dirige la revista Dialogues d´Histoire Ancien-
Pero, de forma paralela a esta labor edito- ne. Fue Pierre Lévêque quien promovió los
rial, habitualmente viajas a centros europeos Coloquios del GIREA, que este año de 2019
para ampliar tu formación, como las estan- llegan al número XLII. Y en el año 2002 me
cias francesas en París o Besançon. ¿Qué te nombraron presidente de este grupo [21].
atraía de sus investigadores y no solo de sus
magníficas bibliotecas? También es obligado referirse a tu presen-
cia en centros italianos y a tu relación con los
En París estuve en el Instituto de Estu- profesores más representativos de la historia
dios comparados de las Sociedades Anti- marxista.
guas, y en el Centro Louis Gernet donde des-
tacaba la presencia de Jean-Pierre Vernant, 20.– En este momento, derivamos la conversación hacia
las obras de Anne Baring, Jules Cashford o Maria Daraki,
cuyos planteamientos no convencen en absoluto a Do-
Antigua Universal. Las versiones en castellano se reedi- mingo, ya que ofrecen claramente visiones psicoanalíticas
taron en múltiples ocasiones. Tuvieron tal éxito entre el de los mitos religiosos, centrándose sobre todo en el caso
alumnado, y el profesorado, que estos libros los llamaban de la diosa.
el Kovaliov y el Struve. 21.– Domingo fue elegido presidente en el XXVII Colo-
19.– Por ejemplo, J. Annequin y otros, Formas de explota- quio del GIREA y el IX de ARYS, que trató sobre Libertad
ción del trabajo y relaciones sociales en la antigüedad, Ma- religiosa y control social en el mundo antiguo, celebrándose
drid, Akal, 1979, con amplia presencia de autores france- los días 7 a 9 de noviembre de 2002 en la Universidad de
ses, pero también de los antiguos países del Este. Valladolid.
En algunos momentos de tu carrera acadé- momento en que tiene capacidad para ha-
mica, has trabajado sobre mujeres o lo feme- cer algo y convertirlo en trascendente. Por
nino, sobre todo a partir de los mitos y cuando último, no se ha de olvidar el conflicto y su
pocos investigadores lo hacían, en los años no- papel en la evolución histórica [24].
venta. Por su trascendencia en la historiogra-
fía reciente, ¿cual es tu opinión sobre la Histo- Desde esta definición, piensas qué tiene
ria de las mujeres y de la irrupción del género? sentido la historia y ¿cuál puede ser el papel
del historiador?
El valor de esta forma de acercarse al pa-
sado tiene que ver con la visibilidad de las Sigo pensando en el compromiso del
mujeres, pero también porque ayuda a com- historiador con el presente, que continúo
prender las relaciones sociales. En la historia defendiendo. En su momento, me gustó
tradicional, los enfoques han estado marca- mucho el libro de Lucien Febvre, Combates
dos por las miradas hacia los varones y los por la historia (publicado en francés por pri-
hechos protagonizados por ellos. No es fácil mera vez en 1952). Pero hay que reconocer
visibilizar a las mujeres. Sin duda, este tipo que la Historia ha cumplido diferentes pa-
de estudios han supuesto un avance. peles. Ha podido estar al servicio del poder
o lo ha cuestionado; desde la Historia, se ha
Al margen de los estudios sobre el género, criticado el poder con afán militante y , con
desde el postmodernismo la influencia de co- tales planteamientos, se ha tratado de eli-
rrientes irracionales está marcando la histo- minar. Pero también, desde ese mismo po-
riografía del presente. Ante esta preocupante der se ha intentado domesticar la forma de
situación de revisión y crítica de los viejos pa- hacer Historia, convirtiéndola en un relato,
radigmas de la historia social, ¿cómo defines en una novela o en una historia periodísti-
la historia? ca. De este modo, se intenta arrebatarle su
aspecto social. Ante ello, la respuesta sería
[Con contundencia, responde] La histo- la resistencia.
ria ha de ser social, con impronta marxista,
no dogmática, ni economicista. Ha de ha- Y para acabar, tras una vida dedicada a
cerse desde posiciones críticas y sin caer en estudiar y enseñar historia, ¿estás satisfecho
lo que acaban siendo frivolidades literarias. de lo que ha sido tu trabajo.
Y la clase sigue siendo necesaria como cate-
goría analítica para comprender las relacio- Estoy muy satisfecho con haber sido un
nes sociales. A la vez han de estudiarse los trabajador de la universidad, no me consi-
discursos, para considerar su función; ana- dero un intelectual. He disfrutado enorme-
lizarlos por si mismos, como defiende Roger mente de la investigación, que no entiendo
Chartier, no tienen sentido. sin la docencia. Mi labor en las aulas tam-
En esta concepción, tienen cabida las bién ha sido muy satisfactoria para mí [25].
reflexiones sobre los mecanismos de inte-
gración social, de identidad y de sociabili- 24.– Sobre el valor de la Historia Social, Domingo reflexio-
dad. El sujeto histórico es agente desde el nó con más profundidad en «La vigencia de la Historia So-
cial en el Mundo Clásico. Viejos y nuevos temas», Historia
posturas más críticas, pero matizadas, sobre estas corrien- Social, 2008, 60, pp. 207-12.
tes, al igual que hace en «La historiografía de la historia 25.– Dice que no sabe si aguantaría la burocratización, la
antigua: las caras del posmodernismo», Revista de Histo- competitividad de los currículos o los nuevos sistemas de
riografía, 2005, 3, pp. 86-99. evaluación de la que se quejan sus colegas y discípulos
aún activos.
A medida que avanza el año universi- digo aún, porque en los últimos tiempos los
tario crece la efervescencia política en las dirigentes falangistas, han prohibido ellos
Facultades madrileñas. Y algo análogo, en mismos, una serie de actividades del SEU,
mayor o menos escala, sucede en otros cen- temiendo que dieran ocasión a que se exte-
tros universitarios. riorizase el espíritu antifranquista que ani-
Las manifestaciones con motivo de la ma a los estudiantes.
muerte de Ortega y Gasset, y un mes des- La dirección de Falange intentó también
pués con motivo del incidente del teatro reforzar su control sobre el SEU. A ello obe-
Infanta Isabel, las recientes huelgas de los deció la destitución de Jordana y el nom-
estudiantes de las escuelas de Ingenieros bramiento para jefe del SEU de Serrano
y arquitectura, dan la tónica del ambiente Montalvo, dispuesto, según sus palabras, a
que existe entre los estudiantes. El gobier- imponer de nuevo en la vida universitaria
no se ve obligado a pasar de su «prudente» «el estilo y la disciplina falangistas». Pero
actitud de expectativa ante el movimiento eso, es más fácil decirlo que hacerlo. Como
estudiantil, o tomar medidas abiertas de re- han demostrado los acontecimientos pos-
presión contra él. teriores, esos y otras medidas tomadas por
Las fuerzas políticas se organizan en la Falange para recomponer al descompues-
Universidad, diversos grupos van perfilándo- to SEU, son el reflejo, no de su fuerza sino
se. Por encima de divergencias ideológicas, de su extremada debilidad, de la profunda
de confusionismos, debidos en gran parte crisis del régimen franquista. Lo que pasa
a la falta de libertad para e intercambio de es que esta crisis no se desarrolla de una
ideas y la discusión, la característica de esos manera uniforme, lineal. Por el contrario, a
grupos que van cristalizándose es el anti- medida que sectores cada vez más amplios
franquismo, con un claro espíritu combativo. de la sociedad española vayan rompiendo
Es natural, en estas circunstancias, que con la pasividad y pasen a utilizar todas las
el desprestigio del SEU —fenómeno ya anti- posibilidades de acción que ya existen de
guo por lo demás— que su total divorcio de forma objetiva, asistiremos a una agudiza-
la vida universitaria, se acentúen. Al mismo ción de la lucha, a reacciones violentas del
tiempo los estudiantes antifranquistas uti- régimen, para intentar recobrar lo perdido,
lizan hábilmente, cada vez con más eficacia, lo irremediablemente perdido.
las prerrogativas de que aún goza el SEU Y Así asistimos hoy, en el ámbito univer-
sitario, a esos gestos provocativos de las
* Artículo de Jorge Semprún publicado bajo el pseudóni-
mo de Federico Sánchez en el núm. 2 del año 1956 de «primeras líneas» que no son otra cosa que
Mundo Obrero (p. 7) los coletazos de un SEU minado por la indi-
ferencia y la repulsa pasiva de los estudian- tes. Porque el SEU, es una organización fas-
tes a lo largo de muchos años, y que ahora cista, y el fascismo no se «liberaliza», ni se
se trata de derribar definitivamente en una «transforma», hay que destruirlo.
etapa de luchas más abiertas y decididas, En otros círculos existe la idea, perfecta-
etapa inaugurada por las manifestaciones mente justa, de que ha llegado el momento
de enero del 54. de organizar las fuerzas estudiantiles anti-
¿Cuál es la táctica más justa para lograr franquistas, todavía demasiado dispersas.
ese objetivo, dadas las circunstancias ac- En esta idea coincidirán todos los grupos
tuales? A este respecto existe todavía cier- de estudiantes demócratas. Ahora bien, es
ta confusión entre los círculos de estudian- frecuente que exista una visión demasiado
tes antifranquistas. Existe, por ejemplo, en estrecha de lo que ello representa realmen-
determinado sector, la idea de que es po- te. Porque se concibe esa organización es-
sible «transformar» el SEU «desde dentro», tudiantil como una especie de nueva FUE,
que todo el problema consistiría en ciertos al comparar, de una manera un tanto su-
cambios en los organismos directivos, con- perficial y mecánica, las situaciones pasa-
seguidos por la acción y la presión de los das con los actuales. La FUE jugó su papel,
estudiantes, para obtener un SEU, «repre- dejó huellas profundas en la vida estudian-
sentativo y libre». Pero esto es una ilusión til, y en la vida nacional, en otras épocas.
peligrosa. El SEU puede serlo todo, menos Pero hoy se plantean otros problemas; no
«representativo y libre». Una cosa es utili- en balde han transcurrido estos últimos
zar inteligentemente todas las posibilida- quince años. Hoy es necesario, y es posi-
des legales que el SEU ofrece, y sí que las ble, que el frente estudiantil antifranquista
ofrece, y otra muy diferente pensar que sea lo más amplio posible, que en él estén
puede convertirse en una organización que representadas todas las fuerzas nacionales
esté realmente al servicio de los estudian- que aspiran a un cambio de régimen. En ese
frente estudiantil deben y pueden estar re- cuestiones políticas, sino también sobre
presentadas los grupos de estudiantes re- todos aquellos problemas profesionales y
publicanos, socialistas y comunistas, pero culturales que emergen apremiantemente
también deben estarlo los estudiantes mo- en la vida estudiantil. Pero, la base de toda
nárquicos antifranquistas, los grupos cató- labor debe ser , en cada caso concreto, la
licos que aspiran al restablecimiento de las elaboración por los estudiantes de las di-
libertades democráticas en la Universidad versas tendencias de un programa mínimo,
y en el país, y también los círculos juveni- en que recojan las aspiraciones comunes
les desgajados de la Falange, desengaña- de los diversos grupos, y en que se formu-
dos por una demagogia verbal al servicio len las soluciones, impuestas por la situa-
exclusivo de los intereses de la oligarquía ción real, son las cuales puede llegarse a un
monopolística, que busquen sinceramente acuerdo general. Contra la Falange y el mo-
una solución a los problemas de España. En nopolio seuista, la Universidad, lucha por
resumen, que en la Universidad española, las libertades democráticas de expresión
como en todo el país que está al orden del y de asociación; contra la política antina-
día, lo que la situación exige, es la organi- cional y militarista del régimen que tiene
zación del Frente Nacional Antifranquista. como consecuencias la colonización de Es-
En esta labor, muy seria es la responsa- paña por los yanquis y el fabuloso aumen-
bilidad de los estudiantes comunistas. De to de los gastos militares e improductivos,
hecho de su actividad política puede ser lucha por la independencia nacional, una
el aglutinante que permita reunir a todas política de paz; contra el telón de acero que
aquellas fuerzas sobre un programa míni- el franquismo opone a todas las corrientes
mo común, evitando en caer en exclusivas culturales progresivas del mundo, lucha es-
rebosadas por la historia. Nadie está como tablecimiento de relaciones culturales con
ellos en condiciones de trabajar eficazmen- todos los países, sin discriminación; contra
te por una profunda y real unidad estudian- los mezquinos presupuestos educativos del
til antifranquista; lo que ellos no hagan, franquismo, lucha por las reivindicaciones
nadie puede hacerlo. materiales y morales de los estudiantes y
Es evidente que la organización del del profesorado.
Frente Nacional en la Universidad plantea Sobre estos puntos, todo permite afir-
problemas muy complejos. Hay que apren- mar que es posible organizar la acción de-
der a combinar la utilización de las posibi- cidida con una amplia mayoría estudiantil.
lidades legales, con la actividad ilegal de Y esa acción, vendrá a fundirse y a reforzar
los comités, círculos, grupos de estudiantes la lucha general del pueblo contra el régi-
antifranquistas; hay que estar atentos a to- men franquista en descomposición, cuyo
das las formas de organización y de lucha principal apoyo es hoy por hoy la relativa
que surjan espontáneamente en la masa pasividad en que todavía se hallan sumidas
estudiantil, para apoyarse en ellas sin dog- importantes capas de la sociedad española.
matismos preconcebidos y desarrollarlas Y precisamente, a despertarlas y a radica-
políticamente; hay que aprender a luchar lizarlas contribuirá, ha empezado a contri-
y a realizar un trabajo de propaganda y de buir ya, la acción estudiantil. De ahí su im-
esclarecimiento no sólo sobre las grandes portancia, verdaderamente nacional.
idioma original de redacción de cada uno bloque, de siete textos, bajo el título «Mes-
de los textos, la mayoría de ellos en caste- tres i amics» agrupa aspectos autobiográfi-
llano, uno en inglés, y los demás en catalán. cos y reflexiones sobre la propia formación
Todos los textos tienen una extensión del autor y su relación con quienes consi-
que oscila entre breve (de tres o cuatro pá- deraba sus maestros (Ferran Soldevila, Jau-
ginas) y media (hasta dieciséis o diecisiete me Vicens Vives y Pierre Vilar), y algunos
páginas), si bien la gran mayoría de ellos de sus amigos más apreciados y significa-
ocupan en torno a una docena de páginas; tivos en el mismo campo de profesión de la
lo cual presenta la doble ventaja de no re- historia (Ramón Carande, Eric Hobsbawm y
sultar demasiado largos para quienes los Edward P. Thompson, nada menos), a quie-
quieran leer con afán divulgativo, y a la vez nes Fontana otorga simultáneamente el va-
ofrecer el suficiente recorrido para que las lor de maestros puesto que declara las lec-
argumentaciones adquieran profundidad. ciones que ha aprendido del trato con ellos.
Además, son autónomos y conclusivos en sí La recopilación de escritos trasciende con
mismos, es decir, cada uno de ellos contiene creces lo que algún incauto pudiera esperar
su propia presentación, desarrollo y conclu- anecdótico, pues el autor explica con clari-
siones; así pues, el hecho de que tengan una dad por qué considera maestros a aquellos a
variada procedencia no predispone a que se quienes cita, evidenciando que en absoluto
requieran lecturas previas ni posteriores se trata de una mera evocación sentimental
para entender adecuadamente lo que el au- ni se reduce a una pura muestra de respe-
tor quiso expresar. El arco temporal en que to. Es a través del contacto cotidiano con
fueron publicados los textos en su origen los maestros como se aprende lo más im-
es relativamente amplio, abarcando desde portante en el oficio de historiador, que es
1984, con el breve texto tercero, «Semblan- lo que da un propósito y un sentido a este;
za de D. Jaume Vicens Vives», hasta 2017 — puesto que las informaciones están dispo-
posterior por tanto a la investidura—, con nibles bien en los libros bien en la red de
la conferencia recogida como texto vigesi- redes, y las técnicas se aprenden aplicándo-
mocuarto, «La revolución rusa y nosotros», las mientras se trabaja, pero unas y otras no
al filo del obvio centenario. Sin embargo sirven para nada sin aquello que solo puede
puede apreciarse una pequeña agrupación aprenderse de los maestros. Quizás se deba
de textos en torno a 1990, y sobre todo en a que este espíritu atraviesa los siete tex-
la última década y media de vida del autor tos, lo que posiblemente convierta a este
puesto que la mayoría son posteriores al bloque en el único con verdadera cohesión
2000, en especial de 2009 en adelante. No en el conjunto. Estos someros análisis para
puede verse como una mera coincidencia la introducción a unos inmensos historia-
la selección de estos textos de fechas sub- dores logran el doble efecto de, por un lado,
siguientes al estallido de la última crisis del incitar a saber más —incluso a querer sa-
capitalismo dada la insistencia en el com- berlo todo— sobre dichos sabios, y, por otro
promiso necesario del historiador y sobre la lado, dejar con ganas de conocer qué puede
historia necesaria para el tiempo presente. dar de sí un estudio más amplio del propio
Estos veinticinco textos se han distri- Fontana reseñando o comentando la obra
buido en cuatro bloques, agrupados más o de aquellos.
menos equitativamente según temáticas El segundo bloque, «Historiografies»,
distinguibles dentro del criterio general también con siete textos, manifiesta la rica
establecido por los editores. Así, el primer erudición del autor sobre el conocimiento
del pasado historiográfico de los tres úl- que primero, a través de la persistente idea
timos siglos, así como el altísimo nivel de de la utilidad de la historia para tratar de
actualización de sus conocimientos, sin de- poner soluciones hoy con la mente abierta
jar lugar a dudas acerca del hecho de estar con miras al futuro. El texto decimoquinto,
completamente al corriente de las noveda- «Los campesinos en la historia: reflexiones
des —una idea, por lo demás, extensible a la sobre un concepto y unos prejuicios», es un
casi totalidad de los textos. Esto lo ilustra buen ejemplo de ello. La preocupación por
perfectamente un trabajo como el decimo- los desfavorecidos y por los ignorados por
segundo, «Ascens i decadència de l’escola la historia no se debe a la lástima ni afán de
dels Annales», publicado en 1988, una fecha victimización, sino a la convicción de que la
que para muchos se incluye en el periodo exclusión del noventa por ciento de la hu-
de máximo esplendor de dicha revista y es- manidad en la historia ha llevado a sesgos
cuela, pero en la cual Fontana disecciona el muy perversos que llegan hasta hoy. El es-
estado y el valor reales de los estudios his- tudio de los hombres y las mujeres corrien-
tóricos producidos bajo su paraguas. Nues- tes debe ser incluido para que la historia
tro autor, sin negar algunas importantes sea verdaderamente comprensible en toda
contribuciones beneficiosas al conocimien- su complejidad; y no solo por su dimensión
to histórico, realiza una crítica ácida pero cuantitativa, que por sí misma es apabu-
penetrante y argumentada; se despacha a llante —y, por tanto, su supresión resulta
gusto, hace sangre, en especial contra lo escandalosa—, sino también porque es la
que denomina «el sarampión estructuralis- forma óptima de conectar la realidad actual
ta», pero con armas efectivas. Desde luego con el pasado, y por tanto de iluminar la
conviene no olvidar que se trataba de una propia comprensión del complejo presente.
forma de historiografia «rival» coetánea, Los seis textos del cuarto bloque, «En-
pero resulta ejemplar la praxis que desplie- senyament i usos públics de la història»,
ga sin consentir en tragarse las explicacio- evidencian la insobornable lucha de Fonta-
nes de otros sin haberlas confrontado ade- na contra el adoctrinamiento histórico. Por
cuadamente por muy de moda que estén en ejemplo, el texto vigesimosegundo, «Els
el momento. usos de la història avui», es un escrito de
En el tercer bloque, «Conceptes, proce- combate para la participación en el espa-
sos, identitats», se ofrecen cinco textos que cio público de opinión, manifestando —una
quizás muestren la vertiente más propia del vez más— el expreso compromiso con la
Fontana investigador y a la vez docente. La función social del historiador y el servicio
preocupación por la correcta y precisa defi- social de la historia. Una y otra vez, Fonta-
nición de los términos (clase, nación, iden- na defiende que la historia necesaria es la
tidad, capitalismo) es constante; pero no se que ayuda a comprender los grandes pro-
debe solo a un interés científico propio del blemas de nuestro tiempo; una historia que
investigador, sino también —y sobre todo— no se tenga a sí misma por objeto ni finali-
para su aplicación a la adecuada identifi- dad, sino que sea herramienta para aportar
cación y caracterización de los problemas, conocimiento para la mejora de la sociedad
ya que el uso del lenguaje no tiene nada de y para crear una conciencia crítica entre las
inocente, y el malabarismo de los concep- mujeres y los hombres de hoy, ayudarles a
tos no vale para nada. En este sentido to- aprender a pensar por sí mismos. Y siem-
dos estos escritos se conectan con los del pre con el futuro que se desea como obje-
bloque siguiente, así como con los del blo- tivo, un futuro que solo se puede construir
Caribe a través del hilo de la trata transat- territorio. Esto equivale a reconocer que las
lántica. sociedades emergentes en el Caribe, si bien
Este libro se organiza en seis capítulos se forjaron sobre los pilares de la esclavitud
más introducción y conclusiones. Los argu- y la migración forzada, también se definie-
mentos de la obra se sustentan sobre un ex- ron a través de la participación de africanos
celente manejo de la bibliografía existente libres y esclavizados en ellas.
en español, portugués e inglés, y sobre un La economía del Caribe español donde
ímprobo trabajo de investigación en diver- se inserta la trama del libro se define al-
sos archivos en Colombia, Cuba, México y rededor de una red de ciudades portuarias
España. El contraste y cruce de las fuentes y sus respectivos hinterlands —con Car-
permite a Wheat elaborar desde diferentes tagena, La Habana, Panamá y Santo Do-
observatorios locales una serie de viñetas mingo como principales escenarios— más
históricas representativas del papel que orientada a la producción diversificada de
jugaron las poblaciones de origen africano materias primas y servicios y al comercio
en el espacio caribeño y las relaciones es- regional de productos básicos que a la ex-
tablecidas con los colonos españoles aten- portación hacia España. En este sentido,
diendo a las dinámicas heredadas y trans- el entramado económico que se describe
feridas desde el mundo luso-africano. Uno remite a una realidad que dista mucho de
de los principales méritos de este trabajo es las imágenes vinculadas a las grandes ex-
la atención viva y detallada que se da a las plotaciones mineras de México o Potosí o
interacciones cotidianas y a las vidas ordi- al monocultivo intensivo del XIX alrededor
narias de las personas. de la caña de azúcar, por ejemplo. En este
De manera más concreta, el libro plan- marco, la centralidad de las poblaciones de
tea dos tesis principales. Primero, que las origen africano se hace evidente en lo de-
poblaciones de origen africano, bien escla- mográfico, muchas veces representando el
vas o libres, fueron la principal fuerza colo- ochenta por ciento de la población de las
nizadora del Caribe. Sin estas poblaciones, zonas urbanas y sus entornos rurales —tal
la construcción, desarrollo y defensa de la fue el caso de Panamá a comienzos del siglo
colonia habría sido, simplemente, inviable. XVII—, y, como no podía ser de otra mane-
A pesar de que esto pudiera parecer una ra, también en lo laboral.
obviedad, no lo es tanto pues, precisamen- Las formas de organización y participa-
te, permite rescatar y repensar de manera ción de las poblaciones de origen africano
abierta el protagonismo de unos actores que en el trabajo de las pequeñas explotaciones
tradicionalmente han jugado un papel se- agrícolas y ganaderas del Caribe hispánico,
cundario, cuando no ausente, en las narra- el comercio y la manufactura local, en las
tivas sobre la colonización de Hispanoamé- milicias urbanas, los transportes terrestres,
rica. La crisis demográfica desatada entre fluviales o marítimos, se desgranan en el
las poblaciones indígenas tras la llegada de quinto capítulo titulado «Black Peasants».
los primeros europeos y el déficit de mano Ello se hace desde los diferentes puntos
de obra europea dio pie a una demanda es- de vista que aporta la experiencia de ac-
tructural de mano de obra, esclavizada y de tores africanos e individuos afrocaribeños,
origen africano, desde el principio de la co- mulatos y criollos, en sus múltiples face-
lonización. En este sentido, la colonización tas como esclavos, humildes negociantes,
del Caribe conllevó un inexorable a la par trabajadores asalariados, regentes de ta-
que profundo proceso de africanización del bernas y posadas, o también como posee-
las sociedades locales. Desde otra perspec- el lector. Una nota sobre la problemática
tiva, en el capítulo seis «Becoming Latin» vinculada a las fuentes, un amplio glosa-
se estudia el papel que también jugaron los rio de siete páginas y un índice de nombres
esclavos y libertos ladinos, conocedores de y materias culminan y complementan el
las sociedades caribeñas, usos, costumbres cuerpo del texto. En este sentido, solamen-
y lengua, como facilitadores de la acultu- te se echa en falta una relación final de la
ración de los esclavos recién llegados de bibliografía citada a lo largo de las páginas.
África. En concreto, el énfasis aparece en su Por último, otra de las grandes virtudes de
papel como mediadores culturales en tanto este trabajo tiene que ver con son su prosa.
que traductores y padrinos en el momento Por un lado, amena y, por otro, accesible a
de la obligada conversión a la fe católica. un público general interesado, no necesa-
En un contexto donde los recortes en riamente especializado en el tema.
personal lastra sobremanera la calidad del Sin caer en la dulcificación de los ho-
proceso editorial cabe destacar el pulcro y rrores de la esclavitud africana en Hispa-
detallado trabajo llevado a cabo por la edi- noamérica, Atlantic Africa and the Spanish
torial a cargo del libro. El aparato crítico se Caribbean, se presenta como un libro clave
ubica a pie de página y se incluyen cinco que permite conocer en detalle, entender
prolijos apéndices que permiten profundi- mejor y desgranar la complejidad y las es-
zar en varias de las tesis esgrimidas a lo lar- pecificidades de las sociedades emergentes
go del texto y las fuentes archivísticas que en el Caribe hispánico a partir de las viven-
los sustentan. El libro está salpicado de úti- cias y la contribución de las poblaciones de
les mapas y reproducciones de época, ade- origen africano al desarrollo de las socieda-
más de tablas con información valiosa para des locales.
ción desde arriba, de las instituciones esta- medio privilegiado de producción, difusión
tales, sino fundamentalmente, desde abajo, y naturalización de representaciones del
en el marco de la vida cotidiana. Propone imaginario nacional, favorecida por su va-
lo que ha denominado como «experiencias lor estético y su aparente apoliticismo.
de nación», que cada individuo elabora a Para completar el bloque sobre las iden-
partir de unas narrativas de pertenencia e tidades nacionales, Marta García Carrión
identidad. toma como objeto de estudio la exhibición
Por su parte, Pilar Salomón aborda la cinematográfica en la España de los años
cuestión a partir del estudio del discurso de veinte. No se limita al análisis textual de
la publicística católica española finisecular. las películas, sino que incorpora el de las
Partiendo de las interpretaciones más ac- prácticas de consumo, tan diferentes a las
tuales que insisten en el papel de la Iglesia actuales. Es el caso del llamado ‘cine de
en los procesos de modernización y nacio- atracciones’, en el que la proyección iba
nalización, explora cómo sus asociaciones acompañada de música y otros elementos.
y entidades, y particularmente el Aposto- Se trata de una mirada desde abajo, que se
lado de la Prensa, contribuyeron a difun- centra en las exhibiciones de adaptaciones
dir la cultura política nacional-católica. Un cinematográficas de zarzuelas o en pelícu-
discurso dirigido a la movilización de los las de temática taurina, que convirtieron
varones católicos, en el que esta llamada «su tipismo costumbrista y sus imaginarios
a la tarea recristianizadora, a partir de una sobre España en un espectáculo moderno
idea de nación esencialista y providencia- de autoafirmación de la comunidad nacio-
lista, combinaba elementos clasistas y pa- nal» (p. 123).
ternalistas con un regeneracionismo y una Respecto a la socialización política, Ja-
aceptación posibilista de la Restauración. vier Navarro traza un estudio biográfico de
Una narrativa de la nación cargada de con- uno de los intelectuales libertarios españo-
notaciones de género en la que, frente a la les menos conocido del primer tercio del si-
feminización de la religión, se propugnaba glo XX, a pesar del prestigio que alcanzó en
una masculinidad no opuesta a la piedad ni los medios obreristas de su época. Higinio
a las responsabilidades del padre de familia Noja Ruiz (1894-1972) era onubense de na-
en la formación de los hijos. cimiento, aunque desarrolló su labor en di-
Jorge Villaverde examina la promoción ferentes lugares de España y mantuvo una
turística institucional para poner de relie- vinculación especial con Valencia. A través
ve cómo este tipo de publicidad encargada de su figura, se analizan las diferentes «ca-
por el Estado jugó un papel en el proceso ras del militante» del movimiento liberta-
de nacionalización española durante el si- rio español, que se plasman en su faceta
glo pasado. Valga como ejemplo la serie de como activista, así como en su labor como
carteles Bellezas de España editada durante escritor y pedagogo.
la dictadura franquista. Una imagen atrac- La represión y la sociabilidad en la in-
tiva, generalmente de un monumento fá- mediata posguerra es la cuestión que trata
cilmente reconocible, y un eslogan eran los Mélanie Ibáñez. Un fenómeno complejo,
elementos básicos de estos mensajes que, que sin duda contó con la implicación de
aunque frecuentemente nos hayan pasado la sociedad en los procesos de depuración,
desapercibidos (naturalizados), estuvieron ya fuera de una forma voluntaria o coerci-
presentes en numerosos espacios públi- tiva. Las prisiones no fueron el único espa-
cos. La promoción turística operó como un cio represivo de la Dictadura, aunque sí el
más reconocible. Ibáñez muestra cómo en repasa los distintos ámbitos tratados por
el interior de sus muros se crearon formas los investigadores, y a modo de estado de la
de sociabilidad entre los presos políticos cuestión resalta los avances y las carencias
en unas condiciones extremas, que consti- de estudios sobre el turismo, los medios de
tuyeron un medio de solidaridad, de resis- comunicación de masas, el teatro, los de-
tencia y de mantenimiento de la dignidad e portes o la taberna, y, en definitiva, aboga
identidad política. por «una verdadera historia social del ocio»
Los espacios de sociabilidad entre los (p. 275).
exiliados libertarios españoles en Francia Una de estas propuestas es la que lleva
durante el periodo comprendido entre el a cabo Jeanne Moisand, quien se ocupa del
final de la Guerra Civil y los años setenta público de los teatros de Madrid y Barce-
centran el trabajo de Oscar Freán. Señala lona de fines del siglo XIX. Indica cómo
cómo estas prácticas jugaron un papel de- la aparición de nuevas fórmulas teatrales,
terminante en la preservación de la identi- como el género chico y el ínfimo, acentuó
dad política libertaria de este colectivo en su diversidad. Este tipo de espectáculos
un contexto de dificultades, así como para comportaban un abaratamiento de los pre-
su transmisión intergeneracional, que per- cios, a la vez que buscaban la identificación
mitió incluso atraer nuevos militantes. con lo popular. Asimismo, los teatros de ba-
En el siguiente capítulo, Toni Morant rrio, aunque con frecuencia programaban
explora los años iniciales de las organiza- reposiciones de obras que habían triunfado
ciones juveniles de Falange. Para crear esta en las salas céntricas, no solo eran medios
gran estructura de encuadramiento de ni- de entretenimiento, sino que tenían como
ños y adolescentes, sus promotores care- metas la educación cultural y la moviliza-
cían de experiencia y tomaron como refe- ción política de los públicos populares.
rente a sus homólogos de Italia y Alemania. Otro estudio sobre los ámbitos de so-
Los jóvenes falangistas se sentían miem- ciabilidad es el que aporta Marco Fincardi
bros de la misma cultura política que sus acerca de las asociaciones para la infancia
camaradas europeos, con los que compar- del movimiento obrero en Europa, y espe-
tían una identidad común, que no era ex- cialmente en Italia, durante el siglo XX.
cluyente con su ultranacionalismo. Morant Pretendían servir de alternativas de espar-
constata la influencia que los movimientos cimiento a las promovidas por la burguesía
fascistas italiano y alemán ejercieron en las y el clero y orientar a los menores hacia las
prácticas y en los discursos de la organi- organizaciones de clase. Remarca las dife-
zación falangista, si bien indica que no se rencias existentes entre las iniciativas de
trató de un mimetismo, sino de una adap- los países del norte y del centro de Europa,
tación al caso español. que sin llegar a ser masivas alcanzaron una
El apartado sobre el tiempo de ocio lo cierta implantación, y las del área medite-
abre Jorge Uría con una reflexión sobre rránea, más escasas y tardías.
cómo la historiografía se ha ocupado de Los cineclubs universitarios en Valen-
un tema que, a diferencia de lo ocurrido en cia durante el desarrolismo franquista es
otros ámbitos de nuestro entorno, ha sido el tema del capítulo de Àlex Gutiérrez. El
relegado a los márgenes. Sin embargo, su- autor realiza, en primer lugar, un necesa-
braya que nos encontramos ante unos lu- rio balance de la aparición del fenómeno
gares privilegiados para el estudio de la del cineclubismo en la ciudad entre finales
sociabilidad o del consumo cultural. Uría de los 50 y mediados los setenta, que dio
ría al margen del interés historiográfico. La que, aunque aportaran luz al mencionado
apertura de archivos soviéticos, en particu- tema, se alzaban como aportaciones aisla-
lar el archivo de la Comintern, proporcionó, das en el vasto campo de la historiografía.
como dicen las editoras en la introducción Para un avance en la reflexión, se necesita-
a este estudio colectivo, «una garantía de ba pasar de lo individual a lo colectivo, y no
cientificidad» a estos nuevos estudios. Sin sólo en cuanto a la gestión de los conteni-
embargo, todavía quedan campos sin ex- dos, sino también como hito de superación
plorar y es ahí donde se dibuja el objetivo de la «soledad del historiador». Reconoci-
del libro coordinado por Valobra y Yusta: das las dos carencias anteriormente men-
desarrollar el estudio del comunismo en el cionadas, surgía un requerimiento más:
ámbito iberoamericano y conocer la activi- introducir diversas realidades comunistas
dad política femenina comunista. Dos ob- y, a partir de sus particulares idiosincrasias,
jetivos que se funden para dar respuesta al comprobar cuáles eran puntos de conexión,
que se sustenta como subtítulo de la obra: si los hubiera, con el objetivo de construir
las historias iberoamericanas de mujeres una narrativa común a las distintas expe-
comunistas. A partir de una perspectiva riencias resaltando los puntos coinciden-
local (las diversas historias iberoamerica- tes o coyunturales entre todos ellos. Unos
nas) se construye una historia global de las puntos comunes que atraviesan lo local, es
mujeres que militaron en diversas asocia- decir, las particularidades de proyección co-
ciones comunistas circunscritas al ámbito munista en los distintos ámbitos políticos,
iberoamericano. las historias femeninas (individuales y co-
Resulta innovador para la historiografía lectivas) construidas en cada una de las co-
el planteamiento de una «maduración co- munidades estudiadas. Estas coincidencias
lectiva», el análisis coral de una problemá- podrían englobarse en dos afirmaciones
tica captada desde distintos ángulos, con la concretas. La primera de ellas, que los par-
finalidad de que la reflexión conjunta con- tidos comunistas contaron con gran peso
duzca a conclusiones enriquecedoras y a la simbólico, ideológico y cultural, al margen
localización de elementos comunes. Esta de su relevancia electoral. La segunda, que
necesidad de reflexión conjunta surgió en el participación de la mujer en el entramado
Primer Coloquio Género y Trayectorias An- comunista de cada comunidad venía de-
tifascistas, donde diferentes autoras conflu- terminada por el contexto que la enmarcó.
yeron en la intersección entre dos caminos Confluyendo ambos aspectos, como si de
poco transitados: el desarrollo del comu- una construcción silogística se tratara, en la
nismo en el ámbito iberoamericano y la ac- idea de que el comunismo abrió las puertas
tividad política femenina comunista. Hasta de la politización femenina.
la fecha habían sido publicadas numerosas Son muchas las grandes aportaciones
biografías centradas en lo que algunos au- que se hacen en los distintos capítulos,
tores han denominado «el sujeto femenino pero hay algo que me ha llamado tremen-
comunista», o monográficos sobre la movi- damente la atención, y es que las distintas
lización política de la mujer comunista en especificidades plantean «trayectorias co-
determinados momentos históricos y cir- lectivas» femeninas hasta la fecha no anali-
cunscritas a espacios concretos, o artículos zadas e inmersas en otra trayectoria colec-
y contribuciones históricas a agrupaciones tiva mundial, enlazando con una dinámica
que servían para dar cobertura política y transnacional (internacionalista) que fue
proyección a las mujeres. Contribuciones capaz de vincular a la mujer con plantea-
mientos pacifistas y feministas. Este im- tercio del siglo XX. Entrando en contraste
pulso internacional actuó como «empujón» con la capacidad de movilización mostrada
fundamental para iniciativas nacionales. La por las mujeres católicas, muy presentes en
cobertura internacional consolidó iniciati- el espacio público a partir de los años vein-
vas nacionales y, como podemos apreciar te, o por otro tipo de organizaciones que
a lo largo del libro, las estrategias transna- movilizaban a mujeres de las clases medias
cionales de creación de grandes organiza- y populares, como las republicanas laicas
ciones de masas fueron determinantes para o las primeras organizaciones feministas.
la capacidad organizativa de las mujeres en Para que esto cambiase confluyeron dos as-
el seno del PC y en las organizaciones fe- pectos significativos, uno a nivel interno, el
meninas ligadas al mismo. Unas estrategias advenimiento de un régimen democrático
transnacionales que quedaban atravesadas (la II República) y otro a nivel externo, el
por el maternalismo como motor de arran- amplio movimiento antifascista que «signi-
que de la presencia pública de la mujer, re- ficó para las mujeres comunistas un ines-
cordando aún en la lucha política una re- perado impulso organizativo».
producción de papeles «tradicionales». De Y ahondamos en este ejemplo español
hecho, los distintos casos planteados en el como modelo repetido en otras circunstan-
libro nos ofrecen también una perspectiva cias paralelas que se dieron en la Argentina
comparativa de cómo se produjeron los pro- estudiada por Valobra, el Brasil analizado
cesos de politización de la mujer. Procesos por Pereira de Melo y Rodrígues, el Para-
que encuentran su conexión en esas men- guay por Soler o el caso costarricense plan-
cionadas «estrategias transnacionales» y su teado por Rodríguez Sáenz. En todos ellos,
especificidad en las características políticas se aprecia una clara confluencia de niveles
particulares de cada país. Por ejemplo: en (interno y externo), aunque algunos de ellos
el caso español destaca la primera aproxi- como el dedicado a México (por Oikión So-
mación femenina a formaciones sindicales lano), a Guatemala (por Cofiño Kepfer) o a
y políticas de izquierdas a partir de los años Cuba (por Chase) decantan mayores esfuer-
70 del siglo XIX, momento en que la llegada zos analíticos en la dimensión interna del
a la península de representantes de la Pri- país para comprender el binomio leit motiv
mera Internacional impulsó la formación de la obra: mujeres-comunismo, dentro del
de las primeras organizaciones socialistas y cual existe una constante preocupación:
anarquistas. Época en la que también apa- ¿cómo se encaja en el mismo el feminismo?
recen los primeros sindicatos femeninos y Y allí aparecen interesantes aportaciones
formaciones que, como expone Yusta, po- como las planteadas desde el caso urugua-
drían considerarse protofeministas, como yo (De Giorgi) o el peruano (Balbuena).
la Sociedad Autónoma de Mujeres o la Esta magnífica obra coral no solo nos
Agrupación Femenina Socialista de Madrid. ofrece una nueva visión sobre la partici-
El artículo de Mercedes Yusta se ocupa de pación política de la mujer en un contexto
la especificidad de este proceso de politiza- concreto, el comunista, sino que también
ción y movilización de la mujer en torno al evidencia las numerosas luchas o reivindi-
comunismo, afirmando que las dificultades caciones que definieron dicha participación
para constituir un Secretariado Femenino y que se vieron influenciadas no solamen-
del PCE se hicieron eco de la escasa tra- te por el «techo androcéntrico» con el que
dición de movilización femenina en la iz- chocaron dentro de los propios partidos
quierda obrera española durante el primer comunistas sino también por la perspecti-
de la firma de los Pactos de la Moncloa y en votos, a las sociedades obreras que pug-
del Acuerdo Marco Interconfederal (AMI) naban por defender el derecho de asocia-
en solitario por la UGT con la CEOE, en ción, una piedra angular del sindicalismo
un escenario muy diferente al que se vis- como también de la democracia. Durante
lumbraba tras las elecciones sindicales de el primer tercio del siglo XX, la hegemonía
1975 y las grandes movilizaciones obreras del blasquismo en la ciudad fue incontesta-
que hicieron inviable la continuidad de ble. Para combatirla se alzó una amalgama
un franquismo reformado. Este momento de fuerzas carlistas y clericales que en 1930
de inflexión excepcional en la Transición, daría lugar a la formación de la Derecha
también en lo personal, lo analiza Rami- Regional Valenciana, inspiradora y quizás
ro Reig como sindicalista desde todos los el componente más posibilista de la CEDA
puntos de vista en juego. Le importa ante en tiempos de la II República. Los franquis-
todo la relación del sindicato, entendido tas locales de 1939 señalaron al blasquismo
como institucionalización del poder de re- como uno de los demonios seculares a es-
presentación y contractual del movimiento tirpar de la sociedad valenciana.
obrero, con la clase trabajadora afectada En la década de 1960, en la búsqueda de
por una feroz crisis industrial y la escala- supuestas «anomalías» de la historia valen-
da ascendente del desempleo. Ramiro, mi- ciana que explicasen la ausencia en estas
litante también del PCE, defiende en este tierras de un nacionalismo como el de sus
artículo la firma de los Pactos de la Mon- hermanos de lengua catalana, el valencia-
cloa a los que el gobierno de la UCD había nismo político inspirado en la obra de Joan
dado portazo al optar por una reestructu- Fuster encontró en el blasquismo una de
ración salvaje, a costa de miles de puestos las causas de nuestros males. Manipulador
de trabajo, refrendada por el AMI. Lejos de y oportunista, el blasquismo habría robado
cualquier juicio sectario, explica la racio- al socialismo su electorado natural de clase
nalidad de la alternativa ugetista. Su op- trabajadora, arrastrado a las filas republica-
ción, alejada del izquierdismo radical que nas por la demagogia anticlerical. La trai-
llamaba a la huelga general y a favor de es- ción para los fusterianos sería doble, por
tabilizar la representación sindical, le valió haber despreciado Blasco Ibáñez la lengua
ataques personales que Ramiro Reig acusa popular valenciana por la castellana del Es-
en su reivindicación final del intelectual y tado. Contra estos argumentos dirigió Ra-
las «fuerzas de la cultura» en la lucha del miro Reig sus investigaciones, a partir de la
movimiento obrero. visión positiva sobre el populismo que ofre-
Después de abandonar la primera línea cían las teorías de Ernesto Laclau y Chantal
del sindicalismo, Ramiro Reig orientó su Mouffe. Crónicas Obreras de Ramiro Reig re-
vida profesional a la investigación histórica coge el capítulo «El Novecento valencià. La
y la docencia universitaria. Como historia- lluita més heroica: la vaga dels blanquers»,
dor dedicó su atención a la relación entre sobre la huelga de los curtidores entre abril
las sociedades obreras y el republicanismo y junio de 1900, del libro Obrers i ciutadans:
blasquista entre 1890 y 1911. En esas dos blasquisme i moviment obrer (1982). Se trata
décadas se pusieron a prueba las limitadas de un texto en el que Reig muestra su maes-
posibilidades de democratización del régi- tría en el oficio de historiador sobre una ex-
men de la Restauración borbónica de 1874. periencia dramática de defensa del derecho
Los blasquistas desde el diario El Pueblo y el de asociación y de la dignidad obrera.
poder municipal dieron su apoyo, devuelto Diez años después de la reconquista
las disputas entre organizaciones o la re- rias de los archivos departamentales fran-
presión del franquismo, sino las operacio- ceses, hasta ahora apenas conocidas por los
nes realizadas por el propio Estado francés, historiadores españoles. En ello el autor ha
como fue la operación Bolero-Paprika. Cu- marcado un camino de investigación y de
riosamente, el apoyo que recibió esa opera- trabajo de campo para el resto de los histo-
ción por otros sectores exiliados del anti- riadores e investigadores. De la misma, los
franquismo se volvió contra ellos mismos, archivos policiales y de defensa españoles
en una muestra más de la escasa capacidad también nos desgranan gran parte de estas
de análisis que tuvo una parte del exilio es- cuestiones y este libro nos vuelve a mos-
pañol en Francia. trar que no se han utilizado con frecuencia
El libro La frontera salvaje. Un frente som- y destino que se requiere.
brío del combate contra Franco es novedoso Un libro recomendable que marca el ca-
por muchas cuestiones, como ya se ha indi- mino de esta nueva escuela de investiga-
cado, pero cabe destacar que gran parte del ción del franquismo, donde Fernando Her-
trabajo se fundamenta en fuentes prima- nández Sánchez está cumpliendo con nota.
lucionaria según Benjamin, no como una cular avance nazi por todo el continente,
engranaje mecánico de la locomotora de y ahora con el avance de la globalización
la historia, como se podría derivar de una capitalista. Ambos, también, momentos en
lectura mecanicista del marxismo, sino los que el modelo soviético no se presen-
como una fuerza que sea capaz de frenar taba ya como esperanza, entonces con la
una historia que, entre la primera y la se- pasividad de la URSS ante el expansionis-
gunda guerra mundial, estaba conduciendo mo de Hitler, hoy en día con la constata-
a la humanidad al precipicio. Tal y como ción de que el modelo soviético no ofrece
subraya Traverso, la acción revolucionaria, ninguna vía esperanzadora. Así pues, el
la lucha de clases, no actuarían como loco- planteamiento de Benjamin proporciona a
motoras de la historia, según la expresión la izquierda actual una vuelta a sus tradi-
de Marx, sino como frenos de emergencia ciones más voluntaristas, más liberadoras y
de un tren que conduce a la catástrofe. Y confiadas en la acción transformadora, que
es de nuevo en esta agencia transformado- pueden, también hoy en día, frenar el rum-
ra donde Benjamin subraya la importancia bo de la historia, al igual que los revolucio-
de la memoria, la necesidad de rescatar del narios franceses de 1830 que disparaban a
pasado la memoria de las revoluciones fra- los relojes de las torres de París.
casadas, de las víctimas de las injusticias No es casual que el libro no tenga un
pasadas. De nuevo a través de Benjamin, capítulo de conclusiones. De hecho, en mi
vemos a Traverso haciendo una defensa de opinión es este último capítulo en el que
esa memoria crítica que hace también ne- Traverso sigue analizando el concepto de
cesaria la historia como disciplina cientí- historia de Benjamin, dialogando al mis-
fica, una mirada hacia el pasado que sepa mo tiempo con la lectura que de él hace
criticar, y que sirva para detener, la marcha Bensaïd, el que opera como conclusión. Es
triunfante de la historia. también este capítulo, esta concepción de
El segundo pensador en el que se detiene la historia que bebe directamente de las te-
Traverso, también para rescatar los plan- sis de Benjamin, el que explica el sentido
teamientos de Benjamin, es el francés Da- del libro.
niel Bensaïd, activista en el mayo de 1968, Un libro de historia riguroso y bien do-
y autor de un ensayo sobre el filósofo judío- cumentado. Un recorrido crítico por la his-
germano. Traverso termina su libro con un toria política y cultural del marxismo del
capítulo en el que establece un cierto para- siglo XX que quiere servir también para
lelismo entre el momento en que Benjamin alimentar nuevas memorias transformado-
escribe sus «Tesis sobre la filosofía de la ras y liberadoras. Un ejercicio práctico en el
historia», en 1940, y el momento en el que que Traverso recoge el legado de Benjamin,
Bensaïd, y el propio Traverso, publican sus tomando el trabajo de historiador como
reflexiones. Ambos momentos de derrota una herramienta para la transformación
de la izquierda, entonces tras el especta- política del presente.
Luxemburgo a las personas que por prime- nando Martínez y Jesús Rodríguez Rojo han
ra vez se acercan a su pensamiento. analizado las relaciones de producción ac-
El Congreso ha estado abierto a la parti- tual, las nuevas formas de explotación, la
cipación para la presentación de ponencias incidencia del papel de las nuevas tecnolo-
y comunicaciones en los meses previos a su gías,… abriendo con este debate la necesi-
celebración. Finalmente, se han presenta- dad de seguir profundizando en cuestiones
do 19 ponencias y 3 comunicaciones, que que nos sugieren contemplar las formas
analizan desde distintas ópticas su legado con las que el capitalismo se rearma tras un
económico y político, así como la actuali- siglo marcado por las transformaciones in-
dad de sus propuestas y aportaciones. Las herentes a sus formas de acumulación.
personas que han participado pertenecen También se ha puesto encima de la mesa
en su mayoría al ámbito académico, y así, la postura de Luxemburgo respecto al pa-
hemos contado con profesoras y profeso- pel de la mujer, y en concreto a la posición
ras de distintas universidades españolas: que esta mantuvo en relación con las femi-
Universidad de Sevilla, Universidad Pablo nistas de su época, dominado por el sufra-
de Olavide, Universidad Complutense, Uni- gismo. Laura Flores y Valeria Vázquez, nos
versidad de Extremadura, Universidad Rey han adentrado en este debate sobre la vi-
Juan Carlos y de la Universidad Federal de gencia del pensamiento de Luxemburgo en
Río Grande Del Sur de Brasil. el feminismo actual. El debate entre género
Las ponencias han sido distribuidas en y clase, que marcó las diferencias entre el
seis mesas de debate organizadas en torno feminismo liberal y el feminismo socialis-
a los diferentes temas que han marcado los ta, la cuestión del sujeto político o la doble
contenidos del evento. Como se recoge en explotación que sufren las mujeres ya ha-
la presentación del Congreso: el imperialis- bían sido temas tratados por Luxemburgo.
mo, la acumulación de capital, el problema A pesar de que en ocasiones se le ha tacha-
nacional, la situación de la mujer, la organi- do como contraria a defender los derechos
zación obrera y la conciencia de las masas de las mujeres, Montserrat Galcerán nos
son algunas de las cuestiones por las cuales advertía sobre la necesidad de analizar su
Rosa Luxemburgo amplió el pensamiento postura desde una mirada más actual, más
revolucionario marxista. Y sobre estos te- acorde con lo el que el feminismo represen-
mas hemos tenido la oportunidad de abrir ta hoy, teniendo en cuenta por otro lado, el
el debate durante estos dos días para anali- devenir del movimiento a lo largo de los si-
zar la relevancia histórica y la influencia y glos XX y la incidencia que el movimiento
actualidad de su pensamiento. feminista está teniendo en la sociedad y en
Diversas aportaciones han puesto en el la agenda política en estos últimos años.
centro del debate el análisis de Luxembur- De su legado político, se nos ha ofreci-
go en su obra La acumulación de capital, y do la oportunidad de reflexionar sobre el
las distintas interpretaciones sobre el mis- clásico debate entre reforma o revolución,
mo. Sin entrar en contenidos, queda paten- la confrontación con Bernstein y la postu-
te la necesidad de revisar las aportaciones ra de la socialdemocracia sobre el papel de
efectuadas por la autora un siglo después, las instituciones y la posibilidad de llegar
y analizar la influencia de su crítica a Marx a constituir una sociedad socialista des-
en el momento actual de desarrollo capita- de dentro de las instituciones, o como ella
lista, en el que Luis Felip López-Espinosa, misma mantuvo, la necesidad de hacerlo
Esteban Cruz, José Francisco Rangel, Fer- por la vía de la revolución. Así mismo ha
jornadas anteriores desde un análisis del En relación a uno de los puntos principales
presente sobre la ideología y los movimi- de su intervención explicó el papel que ju-
entos sociales; en definitiva, qué nos queda garon aquellos que tras la revolución, via-
a día de hoy de aquellas energías subversivas jaron a la URSS y de vuelta escribieron sus
y emancipadoras. experiencias, para la creación de una conci-
En la primera de las jornadas, la espe- encia colectiva de lo que ocurría allí, tanto
cialista en Historia política, Ángeles Lario, a favor, como en contra.
realizó un recorrido por las distintas ideo- En la segunda jornada, en la que se trató
logías que irrumpen con fuerza a principios el contexto español de principios del siglo
del siglo XX, que serían las posteriormente XX comenzó con Florencia Peyrou, profe-
enfrentadas en la II Guerra Mundial: fas- sora de la UAM, quien hizo un análisis de la
cismo, comunismo y lo que ella denominó crisis política que vivía España, y lo que ella
democracias en tránsito (democracias libe- entendió como una oportunidad perdida de
rales). Expuso que todas estas cuestiones democratizar las estructuras de poder. Su
tenían que ver eminentemente con una planteamiento orbitaba en torno a que, de-
agitación social, que puso en jaque el statu bido a la crisis económica que atravesaba
quo liberal de finales del siglo XIX. Destacó el país, entre otras causas por los conflictos
como una de las grandes valedoras el Libe- externos y la precaria situación de los tra-
ralismo Social que, aunque poco relevante bajadores, el movimiento obrero empezó a
durante ese periodo, sería el que finalmen- abrirse paso, lo que generó que los meca-
te se acabaría imponiendo finalizada la nismos de represión del Estado aplastasen
Guerra en 1945. con violencia cualquier intento de protesta
Por su parte, el profesor Andreu Mayayo de la clase obrera, produciendo la radicali-
mostró a través de varios de los símbo- zación de ésta, creándose como resultado
los culturales de la izquierda del siglo XX, posturas irreconciliables. Es por esto que
como son el cuadro de Il quarto stato de el intento de democratización sociopolítica
Giuseppe Pelliza, o algunos fragmentos de que se pretendía desde arriba —según plan-
la película de Novecento de Bernardo Ber- teó Peyrou, basándose en autores como
tolucci, para explicar una de las cuestiones Moreno Luzón— fracasó.
más importantes para entender el con- En la intervención de Ricardo Robledo,
texto del movimiento obrero y las dimen- Catedrático de Historia Económica de la
siones de la repercusión de la Revolución USAL, se pueden destacar tres puntos fun-
bolchevique en Europa, que es en palabras damentales para hablar de una cuestión
de Mayayo: «Identidad, memoria, conflic- central, la situación económica de España
tividad, movilización y conciencia de clase». y la relación de la economía con la tierra.
Para analizar el triunfo de la Revolución Destacó el papel fundamental de Keynes,
rusa, algunos autores de la izquierda como de quien afirmó fue «uno de los intelectu-
Arturo Zoffman Rodríguez han planteado ales más importantes e influyentes de la
la necesidad de dejar a un lado los nomina- época», y afirmó que los reflejos de la Revo-
lismos que pudiesen fragmentar e impedir lución bolchevique fueron limitados a efec-
las conquistas sociales y, por el contrario, tos prácticos, reduciéndose a una expresión
considerar al «bolchevique» como sujeto y una forma determinada de actuación de
revolucionario. Para entender el juego po- la clase obrera. Dedicó un análisis extenso
lítico de estos años, habló de la «brutaliza- a la obra de Díaz del Moral, destacando su
ción» de la política tras la I Guerra Mundial. visión de la realidad del campesinado, y su
realizó un análisis sociopolítico de los dife- y una diferenciación entre la Política (Ins-
rentes movimientos sociales desde el siglo tituciones) y lo político.
XIX hasta nuestros días, haciendo énfasis Finalmente cerraría las jornadas el po-
en la actualidad, la llegada del neolibera- litólogo de la UMA Ángel Valencia, quien
lismo y el posmodernismo, que cambiaron hizo un análisis fotográfico del presen-
casi por completo las formas y alteraron los te político, mencionando especialmente
fines de las luchas. Realizó una división en- tres aspectos: pérdida de legitimidad de las
tre una izquierda institucional de estructu- instituciones democráticas, democracias «ili-
ras burocráticas y una izquierda autónoma berales» o vacías de contenido, y como
que triunfa en mayo de 1968 y que prevale- resultado aparición de los populismos.
ce en la forma de organización de los movi- Además hizo mención a un importante
mientos sociales actuales. problema resultante de la crisis política y
La tarde de la última jornada comenza- que tiene que ver con ella y con la comuni-
ba con una mesa redonda en la que parti- cación como son el «Big Data» y las «Fake
ciparon Juan Andrade, profesor de Historia news».
Contemporánea en la UEX, Magdalena Gar- Las palabras de Francisco Acosta men-
rido, profesora de Historia Contemporánea cionadas al principio, definirían parte de
de la UM, y Alicia García Ruiz, filósofa y uno de los grandes planteamientos dispu-
profesora en la UC3M. Los tres desde sus estos en las distintas ponencias, es decir, la
respectivos campos de estudio trataron de búsqueda de una conexión del pasado y el
vislumbrar que nos quedaba a día de hoy presente, siendo este pretérito el que nos
del comunismo del siglo XX. Garrido nos ayuda a dilucidar algunas de las cuestio-
dio algunas de las claves para entender la nes que se nos plantean hoy. Sumado esto
memoria histórica de Rusia para con el pe- a una mirada multidisciplinar que compuso
riodo de la URSS, hablando de todos aque- un análisis desde diversas perspectivas de
llos depósitos memorialísticos, así como las ciencias sociales, en el que indudable-
las distintas alteraciones de los discursos mente predominó la Historia, pero que a su
de las narraciones de su historia. Andrade vez, se vio nutrido por aportaciones desde
realizó un interesante análisis sobre qué la sociología, la politología y la filosofía,
significó y qué significa a día de hoy el co- dando así una amplitud en el estudio que
munismo, qué representa esa ideología y nos brindaron los ponentes.
cuáles podrían ser los nuevos sujetos revo- El debate estuvo servido en todas las in-
lucionarios que marcasen los objetivos de tervenciones por parte de los conferencian-
las luchas que conciernen al comunismo tes y de los asistentes, entre los que se ha-
actual, dependiendo el futuro de éste del llaba entre otros Ángel Duarte Montserrat,
balance crítico que realicen sus promoto- recién incorporado a la UCO y que se prestó
res. García Ruiz planteó cuales podrían ser especialmente participativo. Resultará de
lugares que le quedarían al comunismo a gran interés el libro conjunto que saldrá de
través de algunos autores, especialmente el los temar presentados, esencial para enten-
francés Alain Bodiu, que pasaba por una re- der, qué quedó cuando teníamos las respu-
formulación de la hipótesis de comunismo, estas y nos cambiaron las preguntas.
«El burro i l’haca, fora de la plaça!» («¡El hecho, como ejemplo del ambiente que se
burro y la jaca, fuera de la plaza!»). Este grito se experimentó, en un momento dado de este
pudo escuchar en numerosos actos políticos problemático proceso un espontáneo llegó
y manifestaciones en la ciudad de València a subir a la estatua, ayudado por algunos
durante los años de la Transición. Hacía agentes de la Policía Nacional, para cantar
referencia a la petición popular que recla- el Cara al Sol. Mientras tanto, algunas per-
maba al consistorio de la ciudad retirar de sonas depositaron flores a los pies de la es-
la plaza del País Valencià (actual plaza del cultura de Franco, incluyendo el concejal de
Ayuntamiento y durante la dictadura plaza Alianza Popular (AP) y teniente de alcalde
del Caudillo) la estatua ecuestre de Francis- del Ayuntamiento de València, Juan Carlos
co Franco. Finalmente, el 9 de septiembre Gimeno. Al mismo tiempo, otros incluso
de 1983, la estatua desapareció de su pe- exhibieron armas de fuego. Los voluntarios
destal. Habían pasado más de cuatro años antifascistas, que llegaron después de la
desde que un acuerdo municipal por una- negativa de los operarios del Ayuntamien-
nimidad hubiera decidido su retirada. Tam- to, tuvieron que actuar encapuchados entre
bién se dejaban atrás polémicas, presiones y gritos, lanzamiento de objetos y saludos fas-
resistencias. La maniobra fue realizada por cistas. Casi once horas después del inicio de
militantes de organizaciones de izquierdas la operación, que empezó pasadas las cuatro
(FRAP-PCEml, PCE, PSPV y UGT [1]) después de la madrugada, consiguieron retirar la es-
de que trabajadores municipales se negasen tatua. Unos días después, el presidente del
a llevar a cabo la operación por las amena- Gobierno, Felipe González, se desmarcó de
zas, los insultos y las agresiones de ultrade- su compañero de partido y alcalde de Valèn-
rechistas recibidas al intentar retirarla. De cia en aquel momento, Ricard Pérez Casado,
declarando a Diario 16: «Yo no hubiese reti-
1.– Respectivamente, las siglas de Frente Revolucionario
rado la estatua» [2].
Antifascista y Patriota, Partido Comunista de España (mar-
xista-leninista), Partido Comunista de España, Partit So-
cialista del País Valencià y Unión General de Trabajadores. 2.– Citado en Miquel Alberola, «El día que Franco pasó a la
vamente calles como «División Azul», «Ge- por la delegación de Memoria Histórica de
neral Varela» o «Treinta de marzo» del no- la Diputación de València con bases de da-
menclátor de la ciudad. tos de personas represaliadas, documentos
Por otro lado, la rehabilitación, apertura históricos e informes [6]. El año 2019, a través
y puesta en valor de patrimonio de la Gue- de la Conselleria de Justicia y la Federación
rra Civil, en especial de patrimonio material Valenciana de Municipios y Provincias, se
bélico como el de los refugios antiaéreos, ha lanzó la web de la iniciativa «Alacant 2019.
sido otra línea de actuación relevante en la Capital de la memòria», una marca que in-
legislatura 2015-2019. Si bien anteriormen- cluye un conjunto de actos conmemorativos
te ya podían visitarse refugios de la Guerra como conciertos, exposiciones, jornadas,
Civil en lugares como Alcoi (paseo de Cer- proyecciones cinematográficas y actuacio-
vantes), Alacant (plaza Séneca) o La Pobla nes de teatro [7].
del Duc (Casa Alta), en estos últimos años Además, pueden mencionarse la crea-
se ha sumado un número muy considerable: ción de documentales históricos relaciona-
Castelló de la Plana (plaza Tetuán), Cullera dos con cuestiones de memoria colectiva
(plaza de la Virgen), Gandia (Peixateria y el que han recibido financiación de adminis-
Prado), Monòver (Fondó), Ontinyent (El Re- traciones públicas valencianas. Por parte la
gall y Tortosa y Delgado), Quart de Poblet Conselleria de Justicia de la Generalitat Va-
(plaza de la Cruz), València (Bombas Gens, lenciana, cintas como «El camp de concen-
Grupo Escolar del Ayuntamiento y Serranos) tració de Portaceli 1939-1942» («El campo
o Vilamarxant (Replaça). La recuperación y de concentración de Portaceli 1939-1942»,
divulgación de líneas militares, de fortifi- de 2018) o «Encontres d’exili» («Encuen-
caciones y de trincheras (como partes de la tros de exilio», de 2018). Con subvención
Línea XYZ, construida en 1938 entre Alme- de la delegación de Memoria Histórica de
nara y Santa Cruz de Moya para defender las la Diputación de València, «Fills del silenci»
comarcas valencianas ante la ofensiva fran- («Hijos del silencio», de 2018), «Les llavors
quista hacia el sur después de la conquis- que van creixent, Fossa 22» («Las semillas
ta de Vinaròs en abril de 1938 y la división que van creciendo, Fosa 22», de 2019) o
en dos de la zona republicana, u otras en «L’amarg final de la República» («El amargo
la zona costera de la Marina Alta) ha sido final de la República», por estrenar); mien-
otro elemento memorialístico relevante en tras que desde Presidencia de la Diputación
algunas zonas. Aquí, ha sido interesante la de València, se ha grabado «Espais de pau
colaboración de distintos municipios, man- en temps de guerra» («Espacios de paz en
comunidades y organismos comarcales en tiempos de guerra», de 2018).
la promoción de este patrimonio y en su Asimismo, también pueden señalarse
transformación en recursos basado en valo- exposiciones como «Alicante en Guerra» y
res culturales, pedagógicos y turísticos. «Alicante ha caído. Aquí termina la guerra»,
Diversas páginas web institucionales han financiadas por la concejalía de Cultura del
empezado a reunir y difundir el patrimonio Ayuntamiento de Alacant; «El final de la
valenciano de la Guerra Civil, destacando guerra civil, la repressió i l’exili» («El final de
la realizada desde la Conselleria de Educa-
ción, Investigación, Cultura y Deporte que marzo de 2019).
vio la luz a principios de 2019 [5], o la creada 6.– http://memoriahistorica.dival.es/ (consulta: 10 de
marzo de 2019).
5.– http://www.patrimonigc.gva.es/es (consulta: 10 de 7.– http://alicante2019.es (consulta: 20 de marzo de 2019).
Cartel de la exposición «No tindreu pau després de la guerra» (Valencia, febrero - marzo de 2018).
mental que explica la historia de la prisión, está dedicada a la memoria de Marcos Ana,
desde su inauguración en 1924 hasta su un símbolo de las condiciones de vida de la
clausura en el año 2000, de forma paralela prisión, al ser el preso que más tiempo paso
a la historia de nuestro país: dictadura de en diversos espacios coercitivos durante la
Primo de Rivera, II República, Guerra Civil, dictadura. No obstante, es un poco confusa
dictadura de Franco y vuelta a la democra- esta celda al dar a entender que Marcos Ana
cia [1]. Además incorpora las diversas inicia- estuvo preso en Segovia, un acontecimien-
tivas llevadas a cabo en el recinto reconver- to que nunca ocurrió. Se trata de una inter-
tida ya en centro de creación. La proyección vención artística alegórica que no guarda
nos narra cómo fueron las condiciones de relación con las celdas en las que padecían
vida de las presas recurriendo a documen- prisión y que debería ser explicada de cara
tación emitida desde la prisión, de diversas a evitar posibles confusiones. La cuarta
autoridades franquistas, de los medios de celda es el auténtico Memorial donde nos
comunicación e, incluso, recuperando la enfrentamos a la mirada de presos y presas
voz de las reclusas a través de sus cartas que sufrieron tras las rejas, personas que
personales. También recoge los aconteci- padecieron los horrores de la prisión du-
mientos principales que tuvieron lugar tras rante el franquismo, en muchos casos, por
las rejas, como el motín de presas en 1949 y sus ideales, siendo su mayor delito sus an-
la consiguiente huelga de hambre o la fuga sias de libertad. Las 54 fotos individualiza-
de presos en 1976. También se recopilan das de gran tamaño representan a los 2708
los nombres de algunas presas y presos de segovianos presos y presas cuyos nombres
relevancia que pasaron por el penal, como y apellidos quedan escritos en los paneles
Josefina Amalia Villa, María Salvo, Soledad situados en la pared central.
Real, Juana Doña, Tomasa Cuevas, Gerardo A través de la página web de la cárcel
Iglesias o Marcelino Camacho, entre otros. (http://www.lacarceldesegovia.com/) po-
Todo ello bien contextualizado, tanto a ni- demos acceder integro al documental y una
vel nacional como de desarrollo de la ciu- breve reseña del contenido de cada celda.
dad en aquellas décadas. Un video sintético Segovia, con este Memorial, se convierte en
pero claro y conciso, de carácter pedagógi- la primera ciudad española en reconocer y
co y divulgativo. reparar la memoria de las víctimas del fran-
En la Celda Cautividad encontraremos quismo y su sistema coercitivo en el propio
toda una serie de paneles que nos ilustra- espacio de castigo. Un hecho de reapropia-
rán y complementarán la información del ción y resignificación del espacio pionero y
documental. Se explican todos los espacios de suma importancia para no olvidar y co-
e instituciones que sirvieron como reclu- nocer lo ocurrido en la historia de España
sión: cárceles, campos de concentración, durante la segunda mitad del siglo XX. Con
batallones de trabajadores, colonias peni- este tipo de iniciativas se contribuye a dig-
tenciarias; enriqueciendo a través de datos nificar y reparar la memoria silenciada de
diversos aspectos introducidos en la pro- los presos y presas durante el franquismo
yección, como la alimentación que recibían y se educa a las futuras generaciones para
los presos y presas o su volumen a lo lar- favorecer los valores democráticos.
go de la historia del penal. La tercera celda
raba en las anotaciones marginales de los Nuevos nombres y muchos de los campos
citados documentos la palabra «Auditor» o del listado pudieron ser cumplimentados
simplemente la letra «A». gracias al trabajo que realizaron familiares
Toda esta valiosa y novedosa informa- del colectivo en la Hemeroteca Municipal
ción fue incorporada también al listado de Madrid en diciembre de 2007 [6], cuando
global de MyL. Resultaba importante reco- aún no existía el archivo digital on-line de
pilar y hacer coincidir estos datos con los ABC y donde hubo que recurrir a fotografiar
existentes de la represión franquista en el de las pantallas las páginas microfilmadas
espacio geográfico que representa la ac- y luego positivarlas mediante un programa
tual Comunidad de Madrid. En el ya referi- informático para ser procesadas. Aquellos
do listado de Memoria y Libertad se puede sueltos, bajo el titular genérico y habi-
comprobar en esa puesta en común, por tual de «Detención de sujetos acusados de
ejemplo, la relación existente entre buen asesinatos y robos» y otras publicaciones,
número de personas fusiladas o fallecidas incluyendo revistas como Semana [7], apor-
en prisión y centros de detención por diver- taban importante información sobre nom-
sas causas, en diferentes lugares o localida- bres (no siempre correctos), localidades y
des de la región. La edad en el momento de juicios que en numerosos casos no figura-
la ejecución representa también una infor- ban en la lista de personas fusiladas a pesar
mación importante para determinar otros de las atrocidades que las notas de prensa
factores, abarcando una horquilla entre los del régimen les achacaban, y cuyas culpabi-
18 y los 81 años. lidades y sentencias parecían estar dictadas
El lugar de nacimiento y residencia, ade- ya de antemano. Ya solo quedaba localizar
más de reflejar con claridad los flujos mi- sus sumarios, lo que se consiguió y superó
gratorios de principios de siglo XX hacia las en gran medida gracias a la investigación
grandes urbes, contempla también la con- antes mencionada de Fernando Hernández
dición de la capital como lugar de tránsito Holgado y su equipo de trabajo, cuyos re-
circunstancial de un buen número de fami- sultados fueron entregados al Ayuntamien-
lias y personas que escapaban del avance to de Madrid en diciembre de 2017, y que
de las tropas rebeldes en la Guerra. Ambos aún hoy permanece sensible a modificacio-
datos ofrecen también la enorme cifra de nes y nuevas aportaciones.
personas fusiladas en determinadas pobla- El listado abierto de MyL que sirvió de
ciones por supuestas actuaciones de ám- punto de partida, se nutre de numerosas
bito local, como es el caso de Villarejo de colaboraciones y trabajos que fueron dan-
Salvanés. do cuerpo a las decenas de miles de celdas
En los listados también se contemplan en blanco, como lo han sido los del inves-
otros campos que recogen valiosa infor- tigador Manuel García Muñoz [8], aportando
mación sobre la profesión, la responsa-
6.– https://es.scribd.com/doc/9647512/Listado-Deteni-
bilidad asumida en periodo de guerra y la dos-Fuente-Diarios-ABC-microfilmados-de-1939-Heme-
militancia política y sindical de numerosas roteca-Municipal-de-Madrid
víctimas. El modo de ejecución ha sido otro 7.– Recortes de la revista Semana, núm. 9, Año I, 23 de
factor a tener en cuenta, habiéndose cons- abril de 1940, conservados y cedidos a MyL por un fami-
liar. http://www.memoriaylibertad.org/REVISTA_SEMA-
tatado que al menos medio centenar de
NA_NUM_9_23041940_Consejo_de_Guerra_Fomento_Be-
ellas lo fueron por garrote vil, y no siempre llas_Artes.pdf
en la prisión provincial de referencia, Por- 8.– Manuel García Muñoz, Los fusilamientos de la Almude-
lier. na. La violencia sectaria en Madrid durante la guerra civil y la
relevantes, por su alcance, de las medidas en bien o mal fusiladas, en asesinos y che-
aprobadas en pleno. quistas, todo en consonancia con el discur-
Tampoco resultó fácil para los familiares so franquista y sus sentencias carentes de
del colectivo asumir los repentinos cambios legitimidad en democracia. En el pleno de
que adoptó el equipo de gobierno del Ayun- 28 de febrero de 2018 se debate sobre la ini-
tamiento de Madrid para tratar de calmar, ciativa, arropada por el Informe y el listado
se supone, los exacerbados ánimos de sus encargado al historiador Fernando Hernán-
adversarios políticos, que no mostraban ru- dez Holgado y su amplio equipo, compues-
bor alguno en defender la pervivencia de la to entre otros por Santiago Vega Sombría,
simbología franquista en la capital, a la vez Manuel García Muñoz, Juan Carlos Funes,
que seguir despreciando el reconocimiento Fernando Jiménez Herrera y Daniel Oviedo
a las víctimas del golpe de estado de 1936 y Torrejón, resultando aprobada gracias al
la consiguiente dictadura. voto favorable de los grupos municipales
El 27 de abril de 2016, después de ser de Ahora Madrid y PSOE. El debate abier-
desautorizada la concejala responsable to por la controvertida intervención del
Celia Mayer y la Cátedra de la Memoria de historiador y concejal del PP, Pedro Corral,
la UCM [16], el Ayuntamiento pone en mar- tuvo diversas respuestas, también desde el
cha un Comisionado de Memoria Histórica mundo académico, como la Carta abierta
compuesto por personas alejadas del mo- del propio F. Hernández, que retomaba la
vimiento memorialista, pero designadas expresiva damnatio memoriae romana para
por los grupos municipales como «exper- referirse a semejantes planteamientos:
tos» en la materia. Este órgano, conocedor
desde su creación del compromiso de la «Los nombres de los presuntos «bien fusi-
alcaldía con los familiares de las víctimas lados» serían así descartados de la piedra
del franquismo, jugó un papel de rémora o el bronce del memorial en proyecto, con
equidistante hasta que consideró oportuno lo que a las alturas del siglo XXI las auto-
dinamitar su máxima fundacional de ges- ridades responsables ejercitarían además
tión consensuada y unánime y convertirse la malhadada damnatio memoriae de los
en un altavoz de la oposición para sembrar tiempos romanos: un mal ejemplo para es-
discordia y confusión, a la vez que filtrar tos días. Es una perspectiva que ni siquiera
a la prensa más reaccionaria las delibera- quiero imaginar, principalmente por la hu-
ciones y propuestas sometidas ética y nor- millación añadida que supondría para tan-
mativamente al sigilo de sus componentes. tas familias de ese colectivo de víctimas que
Los familiares volvieron a escuchar las in- se verían, de ese modo, obligadas a padecer
tencionadas y perversas acusaciones que una nueva suerte de «Causa General», que
recogían los Consejos de Guerra y la Causa en esta ocasión tendría un renovado y espe-
General franquista, pero esta vez en boca cial impacto sobre los descendientes de las
de quienes debían velar por su condena y personas ejecutadas.» [17]
reparación posible. Además, tuvieron que
leer injuriosos artículos en los diarios y su- El 26 de junio de 2016 tiene lugar otro
frir intervenciones plenarias donde se pre- pleno en el que la derecha municipal inten-
tendía clasificar a las personas ejecutadas
17.–https://www.nuevatribuna.es/opinion/fernando-
hernandez-holgado/carta-abierta-concejal-pedro-corral-
16.– https://www.elmundo.es/madrid/2016/02/07/56b7b historiadores-comisionado-memoria-historica-ma-
3e1e2704e62748b45d7.html drid/20180301204337149190.html.
el portal web del Ayuntamiento y, como se En este tiempo nos han dejado muchos
pudo conocer recientemente, la definitiva familiares de las víctimas que ya no obten-
contratación y ejecución del estudio encar- drán mayor consuelo que el de haber visto
gado por la Oficina de Memoria y Derechos sus nombres reflejados en un listado, sus
Humanos a la sociedad Aranzadi para que retratos en una tapia o sus biografías en un
el antropólogo forense, Francisco Etxebe- blog [21]. Memoria y Libertad, es decir, ellas y
rria, investigue y emita un informe sobre ellos mismos con sus propios medios, junto
los osarios comunes históricos del Cemen- a otros apoyos altruistas, se lo han procu-
terio de La Almudena donde, al parecer, rado. Quienes sobreviven y quienes conti-
pueden continuar los restos de los cuerpos núan incorporándose al colectivo, parecen
exhumados en la necrópolis en fechas que juramentarse en esta lucha hasta el final.
se corresponden con las de las personas Queda mucho por hacer y por saber y cada
allí ejecutadas por la dictadura, pese a las logro, por pequeño que a otros les pueda re-
informaciones contradictorias facilitadas sultar, siempre les supondrá mayor verdad
hasta esa fecha por los responsables de la histórica, más justicia social y mayor repa-
Empresa Funeraria [20]. ración personal. Se les debe. Se lo debemos.
20.– https://www.publico.es/politica/misterio-miles-hue-
sos-perdidos-cementerio-almudena.html 21.– http://quieneseran.blogspot.com/
contó [2]. En 1924 comenzó el primer curso empujó a muchas mujeres hacia la causa
de la carrera de Ciencias en Barcelona, frentepopulista que tenía como principal
sin embargo la continuó en la Facultad argumento político el antifascismo. En
de Ciencias de la Universidad Central de ese escenario de necesaria participación
Madrid y, posteriormente, completó sus política, una persona activa, comprometida
estudios en Ciencias con los de Magisterio, (en el sindicato FETE llegó a ocupar el cargo
llegando incluso a aprobar dos oposiciones de tesorera), preparada y laboralmente
públicas en 1933: las de Magisterio y las reconocida pronto destacaría, hasta el
de Correos. Y si académicamente se iba punto de que en las elecciones de diputados
haciendo un hueco, políticamente también, a Cortes de noviembre de 1933 figuraba
ya que experimentó la movilización política en las listas del Partido Comunista como
cuando las mujeres estaban prácticamente la candidata de Huesca y Zaragoza [3]. Sin
excluidas del ámbito público (no solamente embargo, frente a esta teoría basada en la
concurriría como candidata a elecciones «influencia del contexto», resulta llamativo
sino que también fue una implicada comprobar cómo sí que existía un poso de
militante y potenció el asociacionismo de tradición política en su familia puesto que
corte antifascista y feminista). Formación cuando falleció su abuelo paterno, Lorenzo
y militancia transcurrieron por caminos Fuyola, el Diario de Huesca del 18 de abril
paralelos,puesto que estudiando Magisterio, de 1931 publicaba las siguientes palabras:
en 1930, comenzó su militancia en el PCE «Después de larga y penosa enfermedad,
y un poco más adelante, en 1934, figuraba falleció en la madrugada de ayer don
como tesorera en la ejecutiva de FETE- Lorenzo Fuyola Baquer, tan conocido como
UGT presidida por Victoria Zárate. Pero apreciado oscense (…) antiguo y acreditado
igualmente fue destacable su proyección industrial, fue una figura destacada dentro
internacional, sabiendo comprender que del republicanismo local» [4].
la mejor opción para la mujer pasaba por Por tanto, lo aprendido en casa y lo
la unión de todas las madres de Europa experimentado en la realidad social la
luchando contra el fascismo y defendiendo condujo a tomar parte directa en la política
el pacifismo. presentándose, como ya hemos mencionado
Según Branciforte, la herencia política anteriormente, a las elecciones a Cortes.
familiar de Fuyola no fue el motor de Sin embargo, los resultados no fueron
arranque de su militancia, sino que lo fue favorables. En Huesca, los 30.947 votos a
el contagio de un contexto que impulsaba las derechas suponían dos diputados de la
a ello: la resaca europea de la Primera CEDA (Vidal y Romero), dos de Agrarios
Guerra Mundial y el imparable avance de
los totalitarismos. Esa sombra amenazante 3.– Resulta llamativo que en la prensa local de la época
no aparece evidencia alguna. Los datos al respecto pro-
2.– En Ecos de Sociedad del Diario de Huesca, con fecha ceden del estudio realizado por Régine Illion.
9 de junio de 1920, se publicaba una lista con los alum- 4.– Diario de Huesca, 18 abril 1931. Hemeroteca. Encon-
nos que habían obtenido la calificación de sobresaliente tramos también una alusión a la vinculación política de
en el Colegio San Vicente Mártir. Y en dicha lista figuraba Lorenzo Fuyola (abuelo) en la obra Huesca por fuera, de
Encarnación, que había logrado tan aclamada calificación Bernabé Morera, 1928. El propio Bernabé, «de ideología
en Historia de España y Francés, del primer curso, en Geo- republicana, casó tempranamente, el día 11 de diciembre
metría y Latín, durante el segundo curso y, por último, en de 1934, con Esperanza Fuyola, hija de Lorenzo Fuyola
Religión, en el tercero de los cursos. Datos que quedan Baquer, uno de los más destacados políticos federales
corroborados en el expediente académico de Bachillerato de Huesca desde los tiempos del malogrado régimen de
del Instituto de Huesca anteriormente citado. 1873», dígase de otra manera, la I República.
E. Fuyola con maestros combatientes, ca. 1937 (Foto: Hans Gutmann Custer, fuente: pinterest.at).
femenina quedó declarada ilegal, surge pasado día primero de Mayo» [7].
como alternativa la Organización Pro Como ya es sabido, las circunstancias
Infancia Obrera y nuevamente en su políticas redefinen las participaciones
creación aparece el nombre de Encarnación. femeninas en el ámbito de lo público.
Esta constante participación organizativa De ahí que cuando estalló la Guerra Civil
seguiría siendo una alternativa política se hicieron necesarias determinadas
para nuestra protagonista cuando en 1936 implicaciones políticas para hacer frente al
surgió la heredera de Pro Infancia Obrera riesgo que para la democracia representaba
bajo el nombre de Agrupación de Mujeres la sublevación militar. Formó parte de la
Antifascistas (la firma de Encarnación puede Junta provincial de Protección de Menores
encontrarse en muchos de los artículos de Madrid y participó en la defensa del
firmados en la revista de dicha agrupación, frente de Madrid [8], publicó su obra Mujeres
Mujeres). Militancia que combinaría con su antifascistas, su trabajo y su organización,
participación en Socorro Rojo. trabajó incansablemente en la coordinación
Por tanto, hablar de Encarnación Fu- del Socorro Rojo Internacional y participó
yola es hablar de compromiso político activamente por la libertad de los presos
antifascista y feminista, que no dejó de políticos del franquismo (especialmente con
traerle, durante la época republicana los cautivos en el Campo de Concentración
radical-cedista primero y con la represión de Alicante). Toda esta trayectoria política
franquista después, diversas detenciones la señalaban con el dedo, la ubicaban
y encarcelamientos. Una reseñable es dentro del victimario de la represión del
la de mayo de 1934 con motivo de su franquismo desde distintas perspectivas,
participación en una manifestación de hecho el año en que fue enjuiciada con
el día 1. «Esta detención tuvo una carácter retroactivo por su participación
amplia repercusión y fue objeto de una militar en la defensa de Madrid coincidió
vasta campaña de movilización a nivel con el fusilamiento de su marido Luis
nacional e internacional; sobre todo, en Sendín, junto a Heriberto Quiñones.
la prensa comunista» (Branciforte: 224), El aniquilamiento político que perseguía
puesto que se veía como un golpe a la el franquismo llevó a Encarnación al exilio:
labor desempeñada por el Socorro Rojo primero a Francia y definitivamente a
Internacional. Esa repercusión favoreció la México. Llegó a Veracruz en noviembre de
reducción de la condena, lo cual le permitió 1939 a bordo del barco El Havre. Vivió en
asistir a París al anteriormente mencionado Zamora (Michoacán) y a partir de 1942 en
primer Congreso del Comité Nacional de México DF hasta su fallecimiento. En este
Mujeres contra la Guerra y el Fascismo. De país de acogida del exilio español de guerra,
los resultados de esta sentencia también se Encarnación reharía su vida personal,
hizo eco la prensa local oscense a través de casándose de nuevo y teniendo un hijo,
su medio Diario de Huesca, en junio de 1934:
«Se ha conocido el resultado del recurso 7.– Hemeroteca Diario de Huesca, 4 de junio de 1934.
impuesto por el abogado señor Osorio, en 8.– Su participación militar en la defensa del Frente de
el Tribunal Supremo, contra la sentencia Madrid (contó con el grado de comandante, desempeñan-
que condenaba a la profesora Encarnación do tareas de organización y de información) le supuso la
apertura de un expediente en 1942 por la Ley contra la
Fuyola, a la pena de un año de prisión y
masonería y el comunismo en el cual se le tachaba de pe-
250 pesetas de multa, por ser cabecilla de ligrosa por su significación y su importancia en el Partido
una manifestación ilegal que se celebró el Comunista.
→ Desvois, J-M. (2005), Prensa, impresos, fés y su oferta cultural en Huesca duran-
lectura en el mundo hispánico contempo- te la primera Restauración (1875-1902)»,
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José Gómez Alén. Catedrático de Historia de Enseñanza Media, orienta sus lí-
neas de investigación hacia la conflictividad laboral y el mundo del trabajo du-
rante el franquismo. Es autor de numerosos trabajos en revistas, obras colectivas
y libros como As Comisións Obreiras de Galicia e a conflictividade laboral durante
o franquismo (1995) o Manuel Amor Deus. Unha biografía da resistencia obreira ao
franquismo (2008). Coautor de O dez de marzo. Unha data na historia (1997); Asti-
lleros en el Arco Atlántico. Trabajo, historia y patrimonio (2013); Abogados contra
el franquismo. Memoria de un compromiso político, 1939-1977 (2013); Cristina, Ma-
nuela y Paca. Tres vidas cruzadas entre la justicia y el compromiso (2017); Estado
e industria. La construcción naval en Argentina, Brasil, España y Portugal (2017) y
«Work, workers and labour conflicts in the shipyard Bazan-Navantia,1950-2014»
en Shipbuilding and Ship Repair Workers Around the World. Case studies, 1950-2010
(2017). Fue director del Archivo Histórico de CCOO de Galicia (1991-2005) y de la
revista DEZEME (2000-2006). Es miembro de la sección de Historia de la FIM y de
la coordinación de Nuestra Historia.