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EL ODIO A LA DEMOCRACIA
ÉTICA Y POLÍTICA
TUNJA, BOYACÁ
2019
El autor de este libro nació en Argelia en 1940, es un filósofo y pensador contemporáneo.
Desde 1969 y hasta el 2000 enseñó filosofía en la Universidad París VIII, de la cual es
actualmente profesor emérito. Sus textos son fundamentales para comprender el
pensamiento conmovido por los acontecimientos de mayo del ´68. Su crítica a la izquierda
marxista es directa porque desafía la imagen de los obreros como simples explotados y
dominados. El libro fue publicado el 21 de septiembre de 2005.
El autor empieza hablando sobre lo que son las democracias modernas y lo que hay detrás de las
prácticas democráticas actuales.
Aquellas reglas solo tiene el fin de mejorar la calidad del gobierno, asegurar la igualdad en
el poder, para así evitar que un pueblo sea liderado por aquellos que aman el poder y son
diestros en apoderarse de él. A pesar de tener estas dichas reglas para el funcionamiento de
un estado democrático, todas las funciones estatales y gubernamentales aplicadas son
totalmente lo opuesto: (“)
Resumiendo la lista anterior, todo esto es con el fin del apoderamiento de la cosa pública
para consolidar la alanza entre la oligarquía estatal y la económica
Un gobierno oligarca es insensible al bien común, con el fin de saciar los placeres banales
de los gobernantes.
Ahora bien, teniendo en cuenta el ejemplo del gobierno francés, hay una constitución
creada para el bien del pueblo, que sea un país feliz mente gobernada y bien hecha. Es ahí
cuando se toca el tema del sistema mayoritario que está encargado de terminar con los
partidos de radicales, con el fin de darles a los partidos de gobierno el medio de gobernar
alternativamente, permitiendo a la mayoría minoría en donde predomina la idea de un
gobierno donde rija el bien común.
Por otra parte, se habla sobre la creación de un consenso, en donde se rechaza los conflictos
antiguos, con el fin de exigir las soluciones a aquellos representantes de los intereses
sociales, sin embargo todas esas nuevas soluciones para el mejor desarrollo de un gobierno
sano se ven tiradas por debajo de la mesa, cuando el deseo de gobernar, de ser un
representante justo del pueblo es abandonado por el sueño egoísta de complacer sus
pasiones privadas, o en dado caso, dichos individuos se desentienden del bien público y
bien se niegan a las elecciones o desisten de ellas por sus intereses de consumir O bien los
individuos que la componen se desinteresan del bien público y se abstienen en las
elecciones; o bien las abordan por sus intereses de consumir. Lo cual lleva a oponer huelgas
y manifestaciones por sus intereses corporativistas inmediatos, con el fin de tener
asegurado el porvenir de los sistemas de jubilación, lo cual lleva a de la misma manera
elegir y ver por sus caprichos individuales eligiendo en dichas elecciones el candidato que
sea de su preferencia y que acobije así sus intereses. A raíz de esto los candidatos que son
de oposición tienen más voz dentro de las elecciones que los candidatos de gobierno, por
esto el argumento del individualismo democrático es inevitablemente contradicho por causa
de los hechos dichos anteriormente. Teniendo en cuenta el alto índice de población
electoral que van detrás de los representantes de una oligarquía de estado que de cierta
manera dejan a relucir su mediocridad y de paso la corrupción que se maneja en esta. La
idea de un estado democrático perjudica la campaña, la estrategia de los candidatos de
gobierno, por el simple hecho de aspirar a una elección que vaya más allá de elegir entre
varios oligarcas sustituibles.
Entonces bien se habla sobre la creación de una mayoría y una oposición de acuerdo a las
políticas del sistema que le da un poder a la mayoría minoría para gobernar sin problemas,
por esto se crea una parálisis en a máquina oligárquica, esto se da por la contradicción que
existe entre dos principios de legitimidad, está por un lado los estados de gobierno
oligárquicos de derecho que hace referencia a un principio de soberanía popular Por un
lado, nuestros Estados oligárquicos de derecho se refieren a un principio de soberanía
popular, cuando se refiere a la soberanía popular, habla sobre la inclusión del exceso
democrático que lleva a transformar el inicio anárquico. “El gobierno de los que no tienen
título para gobernar”. La pantalla de pueblo soberano ha funcionado para bien y para mal
puesto que la unión ente lo que es la lógica gubernamental y las prácticas políticas, que
reamente siempre son realizadas para división del pueblo y de trazo de unión entre la
lógica gubernamental y las prácticas políticas, que son siempre prácticas de división del
pueblo.
En este punto los gobernantes tiene como deber o por lo menos en el lapso del tiempo que
les queda en el poder tener claro y administra adecuadamente los efectos locales de la
necesidad sobe su población.
Continuando con el tema de las soluciones que deben conllevar a un buen resultado de esta,
hablamos de estas buenas soluciones como aquellas que no tienen que ser elegidas, si no
que van dentro del comprendiente y conocimiento del estado objetivo de las cosas que es
asunto del saber especializado, mas no por la elección popular.
Anteriormente la división del pueblo era lo suficientemente activa y en este caso la ciencia
por su parte era de igual manera lo “suficientemente modesta” como para ver los principios
opuestos afianzaran su coexistencia. La conexión entre la oligarquía de la riqueza y la de la
ciencia tiene hoy todo el poder y afirma que el pueblo todavía no puede dividirse o
desmultiplicarse
Aun así la división que viene desde los principios vuelve por odas partas, como se ve en los
partidos de extrema derecha y también se ve en los integrismos religiosos que apelan contra
el conceso oligárquico.