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Reacciones sociales de docentes frente a la revelación del abuso sexual infantil en la

ciudad de Villavicencio-Meta y su impacto en el estado psicológico del menor.


ABUSO SEXUAL INFANTIL: REVELACIÓN Y REACCIONES SOCIALES.

Tabla de Contenidos

Introducción…………………………………………………………………………………3

Justificación…………………………………………………………………………............4

Objetivo General.....................................................................................................................7

Objetivos Específicos..........................................................................................................7

Planteamiento del Problema................................................................................................... 8

Marco Referencial.................................................................................................................12

Marco Teórico................................................................................................................... 12

Marco empírico.................................................................................................................19

Marco legal........................................................................................................................23

Referencias............................................................................................................................26
ABUSO SEXUAL INFANTIL: REVELACIÓN Y REACCIONES SOCIALES.

Introducción

El abuso sexual infantil es una forma de violencia a la infancia, que incluye una serie de
conductas de connotación sexual realizadas contra niños y niñas, entre las que se cuentan
prácticas variadas como los tocamientos corporales o la penetración (Arredondo, 2001). La
violación a menores muestra diferencias relevantes, aún más en el proceso y la intervención
frente a otras formas de violencia, especialmente en el ámbito de la Justicia.
Particularmente, el ASI constituye, desde su acción un delito. Cuando se presenta una
situación de abuso sexual infantil y esta llega al ámbito de la Justicia, la prioridad es
proteger al niño o niña poniendo en marcha los mecanismos de los que dispone el sistema
legal para ello, dejando a disposición una red interdisciplinar de profesionales que deberán
velar por el bienestar físico y psicológico del menor abusado. De esta forma, los procesos
deben generar acciones que favorezcan condiciones apropiadas para la investigación,
intentando preservar el derecho del niño a vivir en familia y sin afectar los demás ámbitos
de su vida (educación, entretenimiento, salud). De igual manera, la Justicia deberá emplear
acciones que ayuden a determinar la responsabilidad penal del presunto agresor. Esto
último contribuyendo y teniendo también como objeto, entre otros factores, al proceso de
reparación de las secuelas generadas en el niño por la situación del abuso sexual, ya que
para la Justicia, toda denuncia donde se presente una conducta sexual abusiva en la cual
está implicado un niño deberá ser investigada, teniendo como prioridad ante todo la
protección del niño.

El objetivo de esta propuesta de investigación es mostrar la relevancia que tienen las


reacciones sociales ante un evento como es la revelación de un abuso sexual infantil,
específicamente en el ambiente educativo y sus posibles variables mediadores que puedan
influir directa o indirectamente en el bienestar psicológico en los menores de edad que han
sufrido violencia sexual en la ciudad de Villavicencio- Meta, Colombia.

Lo anterior, teniendo en cuenta que el abuso sexual infantil es más complejo de lo que se
cree, ya que tiene como efecto la privación correspondiente a los derechos de la víctima, lo
cual puede dificultar su óptimo desarrollo, toda vez que es una de las peores formas de
ABUSO SEXUAL INFANTIL: REVELACIÓN Y REACCIONES SOCIALES.

violencia contra la niñez y adolescencia, e independientemente de las creencias referentes


al mismo, pueden tener graves consecuencias para el menor. Es en este punto donde se
intenta preservar el derecho del niño a vivir en familia o su representante legal.

Los niños y niñas que sobreviven al abuso, según destaca el informe del Estado Mundial
de la Infancia 2007 suelen sufrir daños físicos y psicológicos a corto y largo plazo, que
afectan su capacidad de aprender y de relacionarse socialmente, (UNICEF, 2007).
Particularmente, es aquí en donde el adulto legalmente responsable del menor y las
instituciones involucradas en dichas violaciones a los derechos tienen una responsabilidad
directa, aún más por el hecho de que hay muchos casos que no son detectados ni
denunciados.

El comprender la relevancia que tiene las reacciones sociales ante un evento como es la
revelación de un abuso sexual infantil, puede desarticular todo aquello que obstaculice la
protección de los niños y niñas dañados por el abuso sexual, y que pueda generar la
posibilidad de brindarles la oportunidad de sobrellevar este evento y sanar sus heridas.

Coulborn Faller (2007: 1 vii) plantea que el abuso sexual es un tema social altamente
controversial. Dice esta autora:

“Tanto si se cree como si no se cree en una denuncia de abuso sexual, esto puede
tener consecuencias graves y de largo alcance para el niño, el adulto y las
instituciones involucradas en dichos alegatos. Por ejemplo, descreer de un
develamiento apropiado por parte del niño puede dejar a la víctima en un terrible
riesgo. Por otro lado, creer, incorrectamente, que un niño ha sido abusado
sexualmente puede tener efectos devastadores, principalmente para el acusado”.

Resulta también importante entender que el abuso sexual ocurre con frecuencia y más
que una posibilidad, es una realidad, que una revelación de abuso sexual infantil puede
darse dentro del ambiente familiar como también en un plantel educativo, ante este
panorama la escuela viene a ser parte importante en la prevención del abuso sexual; sin
embargo, existen estudios que hablan de las limitaciones a las que se enfrenta el docente
cuando se le presenta un caso de esta naturaleza en el aula (Bringiotti, 2000: 109), pero a
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pesar de las limitaciones que se puedan presentar, los docentes tienen que tener el
conocimiento de las rutas de atención y las posibles estrategias que podrían utilizar para
abordar adecuadamente una situación de abuso sexual infantil.

Justificación

La revelación de un abuso sexual infantil se constituye como un factor fundamental,


toda vez que guardar el secreto frente al mismo, cumple varias funciones: ayuda a mantener
el equilibrio familiar, evita la crisis que pueda ocasionar el develamiento para el niño
víctima, para la familia y para el presunto abusador sexual.

En este punto es necesario entender que este no es un acto único, sino más bien un
proceso. El develamiento puede ser accidental (por ejemplo, que el ofensor sea sorprendido
por otro adulto, también que el niño presente alguna lastimadura producto de la actividad
sexual, alguna enfermedad de transmisión sexual o un embarazo) o intencional; esta última
se da cuando la niña toma la decisión de relatar lo que está viviendo, motivada por alguna
circunstancia puntual; por ejemplo, el temor a quedar embarazada. Este relato puede estar
dirigido al adulto no ofensor de la familia o a alguien por fuera del círculo familiar, como,
por ejemplo, un docente (UNICEF, 2015)

La revelación de un abuso sexual puede ser entendido como la puerta de entrada del
sistema de intervenciones y comunicación en la situación de abuso sexual infantil, ya que el
comportamiento y pensamiento de los niños, niñas y adolescentes víctimas de abuso sexual
puede ser derivado y contaminado por las dinámicas conductuales, relacionales y
comunicacionales del entorno. Cuando el abuso sexual en menores es exteriorizado, los
niños violentados no cambian instantáneamente su modo de relacionarse y de ver al
mundo, ni perciben de alguna manera nuevamente la sensación de seguridad. Conocer el
proceso que favorece el desarrollo del abuso sexual debe servir para comprender en un
contexto amplio el relato de las víctimas, su comportamiento, su temor y sus bajos estados
emocionales.

Para esto hay que conocer principalmente lo factores de riesgo que pueden tener
los niños por las reacciones sociales ante un evento como es la revelación de un abuso
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sexual infantil, entendiendo por factores de riesgo aquellas variables que incrementan la
posibilidad de que determinado evento suceda (Bringiotti, 1999). Por otro lado, también
conocer cómo influye las reacciones sociales cuando se revela un abuso sexual a un menor
ya que la evidencia empírica muestra que el efecto del apoyo social es fundamental en la
superación del abuso sexual infantil, especialmente el apoyo de las figuras cuidadoras
(Pereda, 2011), ya que esto podría influir en que el menor de edad tome la decisión de dar a
conocer o no el abuso sexual del que fue objeto o el cómo fue violentado. Además, es
importante tener en cuenta que el abusador sexual suele sugestionar y seducir al niño para
ganar su admiración y confianza, de modo que posteriormente le resulta difícil al niño
denunciar este tipo de persona con la que ha establecido un vínculo, que sin embargo se
soporta sobre el engaño y la manipulación del adulto, (Berlinerblau y Taylor, 2003; Kaplan
et al., 1996). Adicionalmente, inciden otros factores para no dar a conocer estos abusos,
tales como las limitadas habilidades de habla que pueda tener el niño pequeño, la
ignorancia de los niños y adultos acerca de las posibilidades de denunciar y recibir ayuda,
el nivel de tolerancia que tengan los adultos a cargo del niño, el miedo de los padres ante la
posibilidad de la desintegración familiar, cuando está involucrado algún consanguíneo, así
como las propias dificultades del sistema legal, (Berlinerblau y Taylor, 2003; Kaplan et al.,
1996).

Cabe señalar que el hecho de que el fenómeno de la violencia sexual se presente


en cifras alarmantes en Colombia, así como a nivel mundial (Kaplan, Sadock y Grebb,
1996; Wicks e Israel, 1997), ha venido generando que se cuestione sobre los diferentes
sectores de la sociedad, aún más tratándose de niños y adolescentes, pues la vulnerabilidad
de los menores es importante, esto produce que los adultos a cargo de las instituciones
sociales básicas reflexionen acerca del papel que están cumpliendo para proteger los
derechos de los mismos (Ley de Infancia y Adolescencia, 2006).

Aunque las dimensiones del fenómeno del abuso sexual infantil ASI son difíciles
de calcular, es aquí donde la mayoría de los expertos coincide en que no se conocen todos
los casos (Wicks e Israel, 1997, p. 409), esta falta de revelación de que se haya sufrido un
abuso sexual se podría explicar en razón de que frecuentemente el abuso sexual genera
sentimientos de culpa, de vergüenza, de miedo a ser castigado o violentado por el abusador
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(especialmente en el caso de maestros o figuras de autoridad), o también miedo a perder el


amor del otro abusador, especialmente en el caso de los padres incestuosos (Arce y
Papillon, 2002; Kaplan et al., 1996).

En Colombia, por ejemplo, al menos puede indicarse que solamente, en el año


2007 se registraron más de 14.840 denuncias sobre violencia sexual con menores de edad
(Congreso Iberoamericano sobre Maltrato Infantil llevado a cabo en la Universidad
Javeriana en Bogotá Colombia, en el año 2008).

Durante el decenio (2006-2015) se realizaron 210.818 valoraciones médico


legales por presunto delito sexual en Colombia, de las cuales el (47,36%) se practicó en
menores de 11 años, el 35,76% en adolescentes, el 9,32% en jóvenes, un 3,86% en adultos
y el 0,27% en personas adultos mayores. (Exámenes médico legales por presunto delito
sexual. Colombia, 2015)

En el año 2017 El mayor número de las víctimas sexuales tenía entre 10 y 13


años (5.586 casos), seguidos por menores de entre 5 y 9 años (4.301 casos) y de 14 a 17
años (3.421 casos), (ELTIEMPO, 2018).

Entre enero y agosto del año 2018 se han reportado 17.574 casos de presuntos delitos
sexuales de los cuales 15.408 tendrían como víctimas a menores de edad, el mayor número
de las víctimas tenía entre 10 y 13 años (5.586 casos), seguidos por menores de entre 5 y 9
años (4.301 casos) y de 14 a 17 años (3.421 casos), (ELTIEMPO, 2018).

Estas cifras nos brindan la posibilidad de dimensionar lo preocupante que es el


fenómeno de la violencia sexual infantil en Colombia, por esta razón, es importante,
facilitar a las instituciones educativas las herramientas sobre rutas de atención, el abordaje
apropiado cuando hay una revelación de una situación de abuso sexual infantil y estrategias
de intervención oportuna con el fin de evitar la re victimización del menor, contribuir a su
bienestar físico y psicológico, y facilitar el curso adecuado del proceso judicial con miras al
adecuado restablecimiento de sus derechos.
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Objetivo General

Identificar la reacción social de los docentes frente a la revelación del abuso sexual
infantil y su impacto en el estado psicológico de los menores.

Objetivos Específicos

Identificar que estrategias tienen los docentes para actuar frente a un caso de
abuso sexual infantil.

Verificar la existencia y/o conocimiento de la ruta de atención integral de


víctimas de abuso sexual infantil en establecimientos educativos y la aplicación de la
misma por parte del docente.

Analizar la influencia de una reacción inadecuada por parte del docente frente a
la revelación de un abuso sexual infantil.
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Planteamiento del Problema

Las cifras de abuso sexual infantil, han aumentado en los últimos años, lo cual se ha
constituido en un grave problema de salud pública por el impacto negativo que ha tenido en
la sociedad, hecho que se evidencia en el informe oficial de Medicina legal del 2019, el
cual presenta 168 casos de violencia sexual contra menores de edad en los tres primeros
meses del año, siendo sus principales abusadores personas pertenecientes al sistema nuclear
familiar de los infantes (Redmas, 2019).

En el 2018, se realizaron 26.065 exámenes médico legales sexológicos por presunto


delito sexual a niños, niñas y adolescentes, lo cual representó el 87,45 % del total de la
violencia sexual. Los porcentajes por edades se dividieron así: el 11,20 % de las
valoraciones practicadas se realizaron a infantes entre los 0 y 4 años de edad (2.920), el
10,20 % de los casos corresponden a niñas de 4 años de edad o menos representado en
2.275 casos, pero los datos más alarmantes se presentaron en el grupo etario de 10 a 13
años, representando el 41,9 % del total de valoraciones practicadas en mujeres, el presunto
agresor en el 47,80 %, 11.605 casos, fue un familiar y el principal escenario fue la vivienda
(Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, 2018).

El reconocimiento de esta problemática, ha hecho que desde diferentes estancias


como las judiciales, y gubernamentales (nacional y/o departamentales), se activen alarmas
en pro de generar planes de acción trasversales que mitiguen los casos de ASI en el país;
también las instituciones educativas hacen parte de estos planes de acción por tanto desde
los lineamientos establecidos por el ministerio de educación nacional se trazan programas
de prevención con el fin de reconocer las situaciones que los ponen en riesgo para que se
protejan y se cuiden así mismos.

Atendiendo a que las intuiciones educativas son un espacio donde los niños,
niñas y adolescentes permanecen durante largos periodos de tiempo y donde las
interacciones que tienen entre pares y con los demás miembros de la comunidad, develan
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distintos aspectos de su personalidad y su forma de relacionarse con el mundo, se convierte


en un medio propicio para detectar cualquier indicio de ASI, por lo cual los docentes tienen
que adoptar un rol activo frente a la forma en que aborda la sospecha de abuso con el menor
y con su familia (Flores, 2016).

Este compromiso que asumen las instituciones educativas de actuar frente al


aumento del ASI, ha generado la necesidad de formar y sensibilizar a todos los miembros
de la comunidad educativa, de manera que se reconozca la importancia del papel que como
receptores de un caso de abuso sexual pueden tener, ya que sus responsabilidades no solo se
limitan a la prevención y el cuidado de los niños y niñas que tienen a cargo (Flores, 2016),
si no en poder tener las herramientas para responder de forma adecuada en el primer
acercamiento en el que se genera la revelación y tener actitudes que contribuyan a la
generación de un espacio de activación de la ruta de atención integral que contemple la
protección del menor, en la que se destaque la comprensión, el apoyo que como víctima
requiere .

La responsabilidad de los docentes y de la ciudadanía en general en casos de


abuso sexual infantil, se puede resaltar en el artículo 219 b del código penal, en el que la
omisión de la denuncia se encuentra estipulado como delito, indicando que “el que, por
razón de su oficio, cargo, o actividad, tuviere conocimiento de la utilización de menores
para la realización de cualquiera de las conductas previstas en el presente capítulo y
omitiere informar a las autoridades administrativas o judiciales competentes sobre tales
hechos, teniendo el deber legal de hacerlo, incurrirá en multa de trece punto treinta y tres
(13.33) a setenta y cinco (75) salarios mínimos legales mensuales vigentes” (Art 219 B, en
la Ley 599 de 2000, Código Penal), y que para el caso de servidores públicos acarrea,
además la pérdida del empleo.

Además, en el Artículo 44 del código de infancia y adolescencia, en el que se


estipula obligaciones complementarias de las instituciones educativas, en el numeral 2,
menciona que se debe establece la detección oportuna y el apoyo y la orientación en casos
de abuso sexual, entre otras formas de maltrato infantil, por lo cual, los docentes tienen el
deber de denunciar estos casos, o poner en conocimiento de las autoridades pertinentes si
tienen alguna sospecha, esto con el fin de en rutar adecuadamente garantizando el
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restablecimiento de los derechos de los menores, y es que como lo menciona Martínez


(2011) , el aula ofrece un ambiente propicio para promover la discusión y reflexión del ASI,
lo cual fortalece la efectividad de dichas intervenciones.

Sin embargo, este escenario genera varias incógnitas, entre ellas la


preparación de los docentes para recibir la declaración de abuso sexual infantil, ya que
como se evidencia en los antecedentes investigativos, sus actitudes ante la manifestación
constituye una variable de gran de importancia en cuanto al impacto emocional y
psicológicos de los menores y la forma en la que afrontarán el hecho, además incide en la
posibilidad de dar una ruta adecuada al caso, atendiendo a las disposiciones que la
Secretaria de Educación Nacional contempla para estos casos y que permita a las victimas
el desarrollo de herramientas para su afrontamiento. Ya que en estos casos son los docentes,
los que deben convertirse en un apoyo y una protección eficaz para el niño, para ello es
necesario que tengan una actitud desde el principio de respaldo incondicional, y en ningún
momento de negación ni de catastrofismo (Save the Children, 2001).

Las reacciones sociales negativas ante la revelación de abuso sexual infantil


o el descubrimiento del abuso por parte del entorno, se relaciona en la víctima con el
desarrollo de sintomatología psicopatológica, principalmente de tipo internalizante, es
decir, los sentimientos de culpa, sintomatología postraumática y el riesgo de suicidio, así
como dificulta la efectividad de los tratamientos psicológicos aplicados (Pereda, 2011),
mientras que una reacción acorde al momento de la revelación, que se comprende como la
forma en que los docentes atienden, escuchan, y reaccionan ante el caso de forma adecuada,
contemplando condiciones éticas, de apoyo y respaldo a la víctima, se correlaciona con la
incrementación del sentimiento de control sobre la propia vida, reduciendo el sentimiento
de pérdida que suele acompañarlas y la percepción negativa y autoculpabilizadora del
evento (Alaggia, 2002).

Sin embargo, hay que tener en cuenta que existe una estigmatización
asociada a los casos de abuso sexual, y estos pueden generar diferentes reacciones frente a
la revelación o descubrimiento, por tanto se hace necesario que en las instituciones,
especialmente las educativas, los funcionarios sean formados para que este preparados ante
estos casos, y sus actitudes sean beneficiosas para el debido proceso en la enrutacion
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institucional y para salud metal del menor. Y no que los estigmas sociales se conviertan en
una limitación para brindar el apoyo que se requiere, a lo que Wolfe, Jaffe, Jetté y Poisson
(2003), debe evitarse la generación de conductas de evitación en los receptores de la
revelación, al igual que los sentimientos negativos de ansiedad e impotencia ante el hecho
victimizante. En torno a esto, para la presente propuesta de investigación se propone la
siguiente pregunta problema:

¿Cuáles son las actitudes que toman los docentes como reacción social frente
a la revelación de ASI y cómo estas impactan el estado psicológico de los menores?

Marco Referencial

Marco Teórico

Abuso sexual infantil

El abuso sexual infantil (ASI), es una de las formas de violencia más estudiadas, ya
que actualmente es una problemática que se presenta en los altos índices en Colombia y en
el mundo. El ASI, constituye primordialmente un delito, cuando es detectado y llega al
ámbito de la Justicia, la prioridad es proteger al niño o niña poniendo en marcha los
mecanismos de que el sistema de atención integral dispone para ello (Unicef, 2015).

Sin embargo al definir el abuso sexual infantil, no solo basta con enmarcarlo
jurídicamente, debe estudiarse además “en el marco del contexto histórico y social donde se
produce” (Unicef, 2015, p. 22), en la actualidad las condiciones que posibilitan y mantienen
dicha práctica aún son desconocidas, sin embargo, algunos autores sobre el tema califican
el ASI, como una forma de malos tratos hacia la infancia, en este sentido, es posible
entender por maltrato infantil todas aquellas “conductas en las que, por acción u omisión,
un adulto produce daño real o potencial a un niño o adolescente” (Unicef, 2015, p. 22).

Entonces podría definirse el Abuso Sexual Infantil (ASI), como todo acto de
maltrato infantil que incluye una serie de conductas de connotación sexual realizadas contra
niños y niñas, entre las que se cuentan prácticas variadas como las tocaciones corporales o
la penetración (Arredondo, 2001).
ABUSO SEXUAL INFANTIL: REVELACIÓN Y REACCIONES SOCIALES.

En cuanto al ASI como abuso de poder, se encuentran definiciones como la


de Save the Children (2001), en el cual establece como condiciones del abuso la coerción,
ya que el agresor utiliza la situación de poder que tiene para interactuar sexualmente con el
menor y la asimetría de edad, ya que el agresor es significativamente mayor que la víctima,
aunque esto significa que no necesariamente es mayor de edad.

Por otra parte la definición desde el punto de vista psicosocial aborda el


abuso sexual como una forma de violencia hacia los niños, entre estas se puede ubicar la
dada por el ámbito federal en los Estados Unidos, establecida por el Acta para la
Prevención y el Tratamiento del Maltrato Infantil (citado por Unicef, 2015), en ella se
considera abuso sexual infantil:

La utilización, la persuasión, la inducción, la seducción o la coerción de un niño o niña para


realizar [o participar de] —incluida la ayuda a otra persona para el mismo fin— cualquier
tipo de conducta sexual explícita, o la simulación de dicha conducta con el fin de
producir una representación visual de esta, o la violación, el tocamiento, la
prostitución o cualquier otra forma de explotación sexual de un niño
o niña, o el incesto (p. 25).

Muchas veces el abuso sexual se desestima porque existen unos


preconceptos que circulan en la sociedad, incluso a veces en algunos agentes de
intervención. Estos preconceptos suelen deformar la definición misma de lo que constituye
una conducta sexual abusiva, y su resultado es una minimización de la gravedad de la
situación, por ejemplo el hecho de desestimar el abuso sexual porque no hubo penetración,
o minimizar el abuso sexual por la frecuencia de la conducta (porque solo fueron algunas
veces) (Unicef, 2015).

Sin embargo, se debe tener en cuenta que el ASI incluye agresiones que van
desde formas leves a muy graves, desde formas sin contacto físico a agresiones físicas
graves, además, se considera que el ASI suele presentarse como un complejo proceso
relacional abusivo basado en el silencio y secreto (Perrone & Nannini, como se citó
Arredondo, Saavedra, Troncoso y Guerra, 2016), aunque cualquier forma de producción del
ASI puede tener efectos para la salud potencialmente graves en edades posteriores, por
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lo que no debe desestimarse por dichos preconceptos existentes, debe realizarse una
valoración integral y un apoyo interdisciplinar a cada víctima (Gil y De Manuel Vicente,
2019).

Consecuencias del abuso sexual en los infantes

El alcance del impacto psicológico va a depender de las estrategias de afrontamiento


de que disponga la víctima, es decir, que no todas las personas reaccionan de la misma
manera frente a la experiencia de victimización, ni todas las experiencias comparten las
mismas características. El impacto emocional de una agresión sexual está modulado por
cuatro variables: el perfil individual de la víctima (estabilidad psicológica, edad, sexo y
contexto familiar); las características del acto abusivo (frecuencia, severidad, existencia de
violencia o de amenazas, cronicidad, etc.); la relación existente con el abusador; y, por
último, las consecuencias asociadas al descubrimiento del abuso (Echeburúa1 y De Corra,
2006).
ABUSO SEXUAL INFANTIL: REVELACIÓN Y REACCIONES SOCIALES.

Tabla 1 Principales consecuencias a corto plazo del abuso sexual en niños


y adolescentes.

Nota: tabla recuperada de Echeburúa1 y De Corra (2006).

. Revelación del abuso sexual infantil

Capella (2010), define la revelación como el proceso por el cual el abuso sexual es
dado a conocer por personas ajenas a la situación abusiva, indicando dos formas en que el
abuso puede ser develado: la revelación, donde es el propio niño o niña quien reporta los
abusos; y la detección, donde son las personas que rodean al niño o niña los que se
percatan de lo que está sucediendo.

Gutiérrez y Lefèvre (2019), indican que la revelación del abuso sexual envuelve
tres procesos:

Antecedentes, revelación y repercusiones en el contexto familiar, ubicando en la primera


etapa todo lo previo a la comunicación del hecho, donde se incluyen las fantasías y las
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expectativas previas ante las consecuencias que esto podría acarrear para la
familia (Gutiérrez y Lefèvre, 2019).

Con respecto a la segunda etapa, la revelación, los padres pasan por un proceso
interno de aceptación de lo que le ocurrió. Algunos aspectos aumentan la incerteza y otros
la confirman, direccionando acciones y respuestas en los padres, las que generan una
interacción dinámica entre la víctima y su confidente, porque se recibe, se procesa, se
valida, y se reacciona ante la información (Gutiérrez y Lefèvre, 2019).

La tercera etapa hace referencia a las consecuencias que contiene el hecho de


la revelación misma. Para los preadolescentes las repercusiones envuelven la
exposición frente a la familia y a cambios en las relaciones con sus familiares, vecinos
y amigos (Gutiérrez y Lefèvre, 2019).

Capella (2010), caracteriza el proceso de develación según 3 variables:

1. según la forma en que se inicia la develación: en estas se incluye las formas


premeditada y espontánea, cuando el niño relata el hecho, elicitada por eventos
precipitantes, provocada a partir de preguntas de adultos, circunstancial o accidental o
sospecha/no revelada.

2. según la latencia de la develación: latencia hace referencia al tiempo trascurrido entre


el ASI y la develacion, que puede ser inmediata, cuando la develación ocurre horas o
días después del inicio de las agresiones, demorada, cuando la develación ocurre entre
una semana y seis meses después del inicio de las agresiones. O tardía, cuando la
develación ocurre más de seis meses después del inicio de los hechos abusivos.

3. según la persona a la cual se dirige la develación: puede ser un adulto familiar, un


adulto extra familiar que pertenece al círculo social cercano de la víctima, como los
docentes, o un par, cuando el l receptor de la develación es un niño de edad similar a
la víctima con una relación intrafamiliar o extra familiar.

Revelación en el contexto educativo

Ya que todos los menores asisten periódicamente a sus respectivas instituciones


educativas y el contacto diario en estos espacios permite los docentes “la oportunidad de
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detectar casos de ASI sea a través de una revelación (relato del testimonio de el/la menor) o
mediante la valoración crítica de los indicadores” (Expósito, 2017, p.24).

Urquina (2006), considera que los docentes tienen una posición de privilegio para
observar, detectar e intervenir las diferentes violencias que se ejerce de manera cotidiana,
extensa y cruelmente en los niños, niñas y adolescentes en el transcurso de su vida escolar.
Comprendiendo que en algunas situaciones el docente y su actuar pueden ser la única
oportunidad que tiene el niño o la niña, para ser protegido del abuso sexual, es necesario
capacitarlos para que activen las rutas de atención de forma correcta, y que adquieran
herramientas para observar los signos más sutiles, con el fin de minimizar la negligencia, la
cual se presenta cuando un docente que por desconocimiento de los signos y síntomas del
maltrato infantil, sea totalmente ajeno a cualquier situación que suceda con sus estudiantes.

Además, ante la revelación el actuar docente ante la revelación de ASI debe ser
responsable, ya que si no es ético ni toma las medidas convenientes para el desarrollo
adecuado del caso, podría empeorar la situación de violencia en el niño o la niña; por
ejemplo si termina señalado o estigmatizado por la comunidad o por los padres (Urquina,
2006).

Por lo cual Urquina (2006), propone que los docentes ante la revelación de abuso
sexual en contexto educativo primero deben conocer más sobre el abuso sexual infantil y
conocer las normas básicas que le ayudaran para respaldar sus orientaciones e indicaciones,
además, debe tener una actitud calmada, indicando que cree lo que se le ha comunicado,
consolarlo y darle seguridad, es muy importante no divulgar ni comentar el hecho con
nadie, ya que puede revictimizar a la víctima, ayudarle a entender que lo que ha sucedido
no es su culpa, decirle que es muy valiente al contar lo sucedido, se debe ser prudente al
preguntar y hacer juicios, evitando alarmar, aumentar sus temores y sentimientos de culpa,
inducirlo o cambiar su relato o a que no hable del tema, además especifica que:

es necesario no olvidar que las víctimas de abuso sexual viven la experiencia de


manera negativa y para la gran mayoría las consecuencias son difíciles de superar,
pero el momento de denunciar o hablar por primera vez sobre el tema
independientemente que sea a un extraño o conocido es sumamente difícil e
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importante, se debe mirar signos y síntomas y creer en lo que el niño o la niña está
diciendo: es necesario que el adulto a quien el niño o la niña aborde en busca de
ayuda, crea en lo que está diciendo y se lo haga sentir, lo que más asusta a un niño o
una niña cuando por fin puede contar lo que está sucediendo, es que no le crean
(Urquina, 2006, párr. 18).

Actitudes ante la revelación de abuso sexual infantil

Las actitudes se definen como la evaluación de un objeto social, en este sentido, las
actitudes suponen evaluaciones generales estables de tipo positivo-negativo, la definición
más conocida es la dada por Allport, quien las considera como “un estado de disposición
mental y nerviosa, organizado mediante la experiencia, que ejerce un influjo directivo
dinámico en la respuesta del individuo a toda clase de objetos y situaciones” (Ubillos,
Mayordomo y Páez, 2004, p. 301), además tienen como características que “implica una
organización, es decir, una relación entre aspectos cognitivos, afectivos y conativos, (…),
tiene un papel motivacional de impulsión y orientación a la acción -aunque no se debe
confundir con ella- y también influencia la percepción y el pensamiento (…), y tiene un
componente de evaluación o afectividad simple de agrado-desagrado” (Ubillos,
Mayordomo y Páez, 2004, p. 301).

Expósito (2017), considera que ante una revelación, la actitud y conducta de la


persona a la que se ha revelado la información cobra una importancia fundamental
puesto que la relación implica un fuerte vínculo afectivo y la víctima genera expectativas
de ayuda.

Por lo cual, exige que los receptores de la revelación realicen acciones nuevas y
contundentes para demostrar al niño, niña o adolescente que son dignos de cuidado y de
protección, sin embargo, se debe reconocer que en muchas veces la situación puede supera
los recursos con los que cuentan y por esta razón se ven en la necesidad de buscar ayuda, en
estos casos se debe acudir a sectores como el de la salud, la justicia y la protección, ya que
son los encargados de tomar las medidas para garantizar que los niños, las niñas y los
adolescentes estén seguros (Gobernación de Antioquia, 2011).
ABUSO SEXUAL INFANTIL: REVELACIÓN Y REACCIONES SOCIALES.

Ya directamente en los docentes y la comunidad educativa en general, para los casos


de abuso sexual infantil, según Ley 1146 de 2007, deben al identificar el caso denunciar
casos ante las autoridades administrativas (secretarías de educación) y autoridades
judiciales competentes, además en el Instrumento de Detección y Prevención del Abuso
Sexual en Comunidades Educativas, se establece que cada institución debe establecer la
ruta interna, en el manual de convivencia, para la identificación de los casos (como se
citaron en Gobernación de Antioquia, 2011).

Marco empírico
Frente al tema de revelación de abuso sexual infantil se han realizado numerosas
investigaciones, que tratan de distinguir, tipología de la revelación, y las condiciones que se
han realizado, ejemplo de ello es la realizada sobre la develación de las Agresiones
Sexuales infantiles la cual tuvo por objetivo caracterizar el proceso de develación de las
agresiones sexuales de una muestra intencionada de 138 niños/as y adolescentes chilenos
que se encontraban en tratamiento en un centro especializado de atención en la temática.
Por medio de entrevistas estructuradas a los terapeutas de los niños/as y adolescentes, se
recabó información acerca del proceso de develación. La información se organizó en 3
variables sobre la develación: forma en que se inicia, latencia con la cual ocurre y persona a
quien se dirige. Los resultados mostraron que lo más frecuente fue la develación provocada
por preguntas de adultos, que se realizara tardíamente y se dirigiera a un adulto familiar
(Gutiérrez, Steinberg y Capella, 2016).

En Estados Unidos, en la investigación de Goodman- Brown, Edelstein, Goodman,


Jones y Gordon (2003), identificaron que son grandes las cifras de niños y niñas que han
sido víctimas de agresiones sexuales y que por lo general no develan el acto delictivo,
inclusive, muchas personas no comunican el contenido de la agresión hasta la edad adulta,
además, señalan existen factores que influenciarían el proceso de develación como las
características del contexto de la agresión; características individuales de las víctimas, tales
como la motivación por develar; y características del ambiente del niño, que podrían
influir en un retraso de la develación e inclusive en no develar, así como también, en la
forma en que este proceso sucede.
ABUSO SEXUAL INFANTIL: REVELACIÓN Y REACCIONES SOCIALES.

Por otra parte, London, Bruck, Ceci, Shuman (2005), al indagar sobre un modelo
teórico que sostiene que los niños abusados sexualmente a menudo muestran secreto,
revelaciones tentativas y retractaciones de las declaraciones de abuso, evidenciaron que la
mayoría de los niños maltratados no revelan el abuso durante la infancia. Sin embargo, la
evidencia no respalda la idea de que las denegaciones, las revelaciones provisionales y las
retractaciones caracterizan los patrones de revelación de niños con historias validadas de
abuso sexual.

Hébert, Tourigny, Cyr, PhD, McDuff y Joly, (2009), explorarón los patrones de
revelación de abuso sexual infantil en Quebec, Canadá, evidenciaron que un número
significativo de mujeres y hombres adultos reportó haber experimentado abuso sexual en su
infancia, y la mayoría de las víctimas dieron fe de no divulgar o retrasar significativamente
la divulgación del abuso, encontrando que el Solo el 21.2% de los adultos reportaron
divulgación inmediata (dentro de un mes del primer evento abusivo), mientras que el 57,5%
retrasó la divulgación (más de 5 años después del primer episodio). Las víctimas de CSA
que nunca revelaron el abuso y las que demoraron la divulgación tuvieron más
probabilidades de obtener puntuaciones de estrés psicológico y estrés postraumático que
alcanzaron niveles clínicos.

En Australia, otra investigación evidencio que el abuso sexual infantil en cifras muy
bajas se divulga en el momento o alrededor del momento en que se produce el abuso, sin
embargo, y se divulga con más frecuencia con el paso del tiempo. Algunas veces las
denominadas revelaciones tardías se dan, pero las razones para la divulgación posterior
varían de un caso a otro, pero es común que la mayoría alcance la capacidad a través de la
maduración ya que hay una disminución de las barreras para la divulgación (Pratt y
Tolliday, 2018).

De igual forma, sobre los factores que influyen en la revelación del abuso sexual
infantil, McElvaney, Greene, y Hogan (2013), realizan su investigación con el objetivo de
comprender los factores que influyen en la divulgación informal de las experiencias de
abuso sexual infantil, teniendo en cuenta las dinámicas que operan antes, durante y después
de la divulgación. Mediante una metodología de la teoría fundamentada, allí encontraron
que muchos jóvenes querían contar sin embargo tenían miedo a no ser creído o se sentían
ABUSO SEXUAL INFANTIL: REVELACIÓN Y REACCIONES SOCIALES.

avergonzados de lo que sucedió y se culpaban por el abuso, además otro factor que
imposibilito la revelación fue la preocupación de las consecuencias de la divulgación;
además al contarle a un par, se sentían algunos apoyados pero otros manifestaron ser
presionado por sus compañeros para contarle a un adulto, finalmente, todos ilustran las
complejas dinámicas intrapersonales e interpersonales que reflejan el conflicto inherente
en el proceso de divulgación.

Frente a los roles de quien recibe la revelación se encuentran que se ha investigado


a los padres de familia y los docentes, como principales personas a quienes los menores
acuden para revelar el hecho, Bussey y Grimbeek (2000), consideran que el apoyo
percibido es un factor importante que estimula la voluntad del menor para revelar el abuso
sexual, sin embargo aún no hay suficientes estudios que analicen cómo o por qué la víctima
escoge a una persona en concreto como confidente para revelar la victimización por
primera vez.

En los padres de familia, Gutiérrez y Lefèvre (2019), quienes tuvieron como


objetivo describir los procesos y significados de la experiencia vivida por los padres o
cuidadores primarios frente al descubrimiento del abuso sexual de sus hijos, encontraron
que la credibilidad, los comportamientos y las medidas de protección que los padres o
cuidadores primarios asumen, son directrices esenciales para el proceso de la revelación
del abuso sexual y un medio que favorece la elaboración positiva de la experiencia
traumática en el niño.

En cuanto al rol que ejercen los docentes en esta temática se encuentra el libro de
Unicef (2013), Por qué, cuándo y cómo intervenir desde la escuela ante el abuso sexual a
niños, niñas y adolescentes, en el que indican que la escuela tiene una responsabilidad no
solo legal, sino también emocional y ética, sin embargo esta no la puede afrontar sola, sino
que debe hacerlo en articulación con una red de instituciones y profesionales
especializados, que acompañen a la familia en estas circunstancias, enunciando las acciones
a realizar de los docentes en el momento de la revelación:

Tanto si la revelación de la situación de abuso la realiza el NNA, como si son los


padres o alguno de los padres, o un/a compañero/a quienes relatan lo sucedido, es
ABUSO SEXUAL INFANTIL: REVELACIÓN Y REACCIONES SOCIALES.

necesario prestar una especial atención al interés superior del niño como eje rector
y al derecho a preservar su intimidad. Esto implica un alto sentido de
responsabilidad en el manejo de la información. En un primer momento, cuando el
NNA relata lo que le pasa, es necesario respetar sus tiempos y su forma de contar a
través de una espera y escucha respetuosa. Es importante registrar lo más fielmente
posible su relato. Luego, es obligación de quien recibe la revelación del hecho
comunicarlo a las autoridades de la escuela para que se inicien los procedimientos
eficaces con el objeto de proporcionarle la asistencia necesaria que garantice su
protección inmediata (Unicef, 2013, p. 33).

En el manual de formación para profesionales sobre abuso sexual infantil (Save


the Children, 2001), consideran que los docentes deben tener especial atención en su
reacción ante la revelación del abuso y su postura frente a la víctima, especialmente en los
casos de abuso intrafamiliar, ya que deben convertirse en un apoyo y una protección
eficaz para el niño, para ello deben tener una actitud desde el principio de respaldo
incondicional, y en ningún momento de negación ni de catastrofismo.

Por otra parte, en una investigación realizada en Cataluña, sobre los factores
inhibidores de la revelación de abuso sexual infantil, encontraron que un gran número de
víctimas de abuso sexual infantil nunca revela su victimización y en otros muchos casos,
la latencia de revelación es de años e incluso décadas, conociendo que las razones que
llevan a las víctimas a mantener en secreto los abusos es la percepción de responsabilidad
y culpa y el miedo a las consecuencias, reales o imaginadas, además, la situación de
superioridad del abusador, las estrategias empleadas para acercarse o coaccionar a la
víctima y la relación o el vínculo entre ellos son factores que dificultan la revelación del
abuso, para explicar este fenómeno lo realizan según el Intercambio Social y el Cognitivo-
Social, a partir de los cuales se propone un modelo interaccional y multidimensional. Los
factores que inhiben la revelación del abuso en las víctimas constituyen un importante
ámbito de investigación que puede contribuir a la prevención, la detección y la
intervención en estos casos (Zubieta y Montiel, 2016).

Frente a las reacciones sociales ante la revelación de abuso sexual infantil, se


encuentra la investigación realizada por Pereda y Sicilia (2017), en el cual, el objetivo era
ABUSO SEXUAL INFANTIL: REVELACIÓN Y REACCIONES SOCIALES.

mostrar la relevancia de las reacciones sociales ante la revelación de abuso sexual infantil
en el bienestar psicológico de 12 mujeres usuarias de un centro español de atención a
víctimas. Los resultados muestran relaciones significativas entre las escalas de reacciones
sociales relativas a egocentrismo, ayuda e información, distracción, control, tratar diferente
y apoyo emocional y la mayoría de síntomas psicopatológicos. Algunas de estas reacciones
son confusas, ambivalentes, puesto que son entendidas como bienintencionadas tanto por la
persona de apoyo como por la víctima, si bien tienen una importante relación con la
presencia de síntomas psicopatológicos.

Por otra parte, Pereda (2011), muestra la importancia de reacciones sociales


eficaces para el efecto del apoyo social sea fundamental en la superación del abuso sexual
infantil, sin embargo, la estigmatización asociada a determinados sucesos traumáticos y, en
algunos casos, a las víctimas de estos sucesos, puede explicar la reducción del apoyo social
disponible ante la experiencia de abuso sexual. Su investigación evidencia que en muchas
ocasiones las reacciones negativas y culpabilizadoras por parte del entorno de la víctima
ante la revelación del abuso sexual aumenta el riesgo de sintomatología psicopatológica.

Esto se contrasta con la investigación de Wolfe, Jaffe, Jetté y Poisson (2003),


quienes concluyen en su estudio que la estigmatización ante la revelación del ASI, por parte
de las redes de apoyo del menor pueden generar una conducta de evitación social en la
victima, además se produce en los receptores de la revelación sentimientos negativos de
ansiedad e impotencia ante el hecho victimizante, lo que puede ocasionar que se inhiban de
ofrecer apoyo a estos individuos dejando a la víctima sola con su dolor.

Finalmente, en la investigación realizada por Pereda (2011), sobre la resiliencia en


niños víctimas de abuso sexual y el papel del entorno familiar y social, concluye que el
apoyo ante la revelación del abuso y una atención especializada y adecuada a las
necesidades de las víctimas son dos variables que los profesionales deben tener en cuenta a
la hora de intervenir en estos casos. Ya que la falta de apoyo, y la existencia de reacciones
negativas ante la revelación o el descubrimiento del abuso por parte del entorno, se
relaciona en la víctima con el desarrollo de sintomatología psicopatológica, principalmente
de tipo internalizante, como son los sentimientos de culpa, la sintomatología postraumática
ABUSO SEXUAL INFANTIL: REVELACIÓN Y REACCIONES SOCIALES.

y el riesgo de suicidio, así como dificulta la efectividad de los tratamientos psicológicos


aplicados.

Lo cual en el caso contrario, evidenciado en la investigación de Alaggia (2002), se


ha observado que la percepción de apoyo social tiene un efecto positivo directo en el
bienestar emocional de las víctimas de abuso sexual, ya que una buena reacción ante la
revelación se correlaciona con la incrementación del sentimiento de control sobre la propia
vida, reduciendo el sentimiento de pérdida que suele acompañarlas y la percepción negativa
y autoculpabilizadora del evento.

Marco legal

Como se exponía anteriormente, el abuso sexual infantil constituye una gran


problemática social en nuestro país, por lo cual el estado ha tenido la necesidad de actuar
legislándolo como delito en el código penal e incrementando las penas para quien lo
cometa, estos se encuentran como delitos contra la libertad, integridad y formación sexual,
definiéndolo en el capítulo II como actos sexuales abusivos conteniendo en los artículo 208
al 210, especificando que son aquellos actos de acceso carnal abusivo o diversos del acceso
carnal con menores de catorce años (ley 1236 de 2008), en esta ley se estipula además, que
existen casos específicos para la agravación punitiva como:

1. Que la conducta se cometiere con el concurso de otra u otras personas, 2. Que el


responsable tuviere cualquier carácter, posición o cargo que le dé particular
autoridad sobre la víctima o la impulse a depositar en él su confianza. 3. Se
produjere contaminación de enfermedad de transmisión sexual. 4. Se realizare
sobre persona menor de catorce (14) años. 5. Se realizare sobre el cónyuge o sobre
con quien se cohabite o se haya cohabitado, o con la persona con quien se haya
procreado un hijo. 6. Se produjere embarazo. 7. Cuando la víctima fuere una
persona de la tercera edad o, disminuido físico, sensorial, o psíquico (Ley 1236 de
2008, p. 3).

Por otro lado, en la ley 1146 de 2007 se expiden normas para la prevención de la
violencia sexual y atención integral de los niños, niñas y adolescentes abusados
ABUSO SEXUAL INFANTIL: REVELACIÓN Y REACCIONES SOCIALES.

sexualmente, por medio de esta, se establece la necesidad de sensibilizar, orientar y


concientizar acerca de la existencia del abuso sexual a niños, niñas y adolescentes y sus
consecuencia, además de aportar herramientas a los niños, niñas y adolescentes que les
faciliten su protección, defensa, detección tendientes a evitar el abuso sexual, de igual
forma se dirige a enseñar a los niños, niñas y adolescentes y a la ciudadanía en general
su derecho a la atención gratuita en salud en los casos de ser objetos de abuso sexual.

Estas leyes se amparan bajo el código de la Infancia y la Adolescencia emitido a


través de la ley 1098 (2006), en la cual la violencia sexual contra un menor de edad es
catalogada como una forma de maltrato infantil, por la que se reconoce a niños y
adolescentes como sujetos titulares de derechos, además en el artículo 44, establece como
obligaciones complementarias de las instituciones educativas, que los directivos y
docentes de los establecimientos académicos y la comunidad educativa en general deben
poner en marcha mecanismos para:

Establecer la detección oportuna y el apoyo y la orientación en casos de


malnutrición, maltrato, abandono, abuso sexual, violencia intrafamiliar, y
explotación económica y laboral, las formas contemporáneas de servidumbre
y esclavitud, incluidas las peores formas de trabajo infantil (p.29).

Además de Reportar a las autoridades competentes, las situaciones de abuso,


maltrato o peores formas de trabajo infantil detectadas en niños, niñas y adolescentes y
orientar a la comunidad educativa para la formación en la salud sexual y reproductiva y la
vida en pareja.

Por otra parte, según el Artículo 18 de la Ley 1098 de Colombia, se promueve el


derecho a la integridad personal de los niños, niñas y adolescentes, por lo que tienen
derecho a ser protegidos contra todas las acciones o conductas que causen muerte, daño o
sufrimiento físico, sexual o psicológico, al igual, en el Artículo 20 de esta misma Ley se
dice que estas poblaciones serán protegidas contra: "La violación, la inducción, el estímulo
y el constreñimiento a la prostitución; la explotación sexual, la pornografía y cualquier otra
conducta que atente contra su libertad sexual.
ABUSO SEXUAL INFANTIL: REVELACIÓN Y REACCIONES SOCIALES.

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