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Aimé Georges Martimort

(1911-2000).

Aimé Georges Martimort nació el 30 de agosto de 1911 en Toulouse (Francia).

Ya en sus años de infancia siente una especial atracción por las ceremonias
celebradas en la catedral de Sant-Étienne de su ciudad natal.

Tras su formación inicial, ingresa en el Seminario Mayor de esta ciudad en 1928, a


los diecisiete años. En el seminario descubre su afición por la historia de la liturgia
gracias a los libros de Pierre Batiffol y Louis Duchesne. Ya desde esta época y
primeros estudios comienza a recopilar notas, que serán primicia de sus futuras
investigaciones y publicaciones.

En 1934 es ordenado presbítero de la diócesis de Toulouse; y tres años más tarde,


en 1937, defiende su tesis doctoral en la Facultad de Teología de dicha ciudad, con
el tema: “La defensa de la declaración de 1862 de Bossuet”. Ese mismo año es
enviado a Roma para estudiar biblioteconomía en la Escuela Vaticana. Se inscribe
también en el Pontificio Instituto de Arqueología Cristiana durante el curso 1937-
1938 y contacta con profesores como los benedictinos Johann Meter Kirsch y Leo
Cuniberto Mohlberg, el futuro Cardenal Ferdinando Antonelli, -con el que le unía una
gran amistad-, y el arqueólogo italiano Enrico Josi, quienes infundieron en él un
buen conocimiento de la historia y un gran rigor intelectual.

Actividad pedagógica
En 1938 Mons. Jules-Géraud Saliège, arzobispo de Toulouse, et Mons. Bruno de
Solages, rector del Instituto católico le llamaron para ejercer como profesor en la
Facultad de Teología y como Conservateur de la Biblioteca del Instituto Católico.
Esta fue su principal tarea durante muchos años.

Su competente preparación en historia de la Iglesia y su gran formación teológica


enriquecen su dedicación a la docencia litúrgica. Despierta en sus alumnos el
interés por las fuentes litúrgicas y por la fundamentación histórica y teológica de los
estudios. Estos años de investigación y enseñanza fructifican en varios manuales,
que renuevan la docencia litúrgica de entonces; abundantes artículos en la revista
La Maison Dieu, que son luz para la formación litúrgica del pueblo de Dios; y
numerosos subsidios pastorales.

Organizó también las llamadas Conferencias de la Biblioteca, que fueron una


plataforma para ayudar a personas en dificultades durante la segunda guerra
mundial, sobre todo, a muchos judíos. Una denuncia le obligó a abandonar la ciudad
y por seguridad tuvo que huir a Valence durante el año 1943-1944, cambiando
incluso su nombre por abbé Georges Martin. Incluso en este año no abandonó la
docencia, porque fue invitado como profesor en el Seminario de Valence.

En mayo de 1943 participó en la fundación del Centro de Pastoral Litúrgica de París.


En enero de 1944, tiene lugar la primera sesión de estudiosos de la liturgia en
Vanves. Martimort no puede asistir, pero envía un estudio sobre “La historia y el
problema litúrgico contemporáneo”. Causó una gran sensación porque se trata de
un texto que alterna la erudición con un profundo sentido pastoral. Al año siguiente
el encuentro de Vanves reúne un centenar de personas para tratar el tema “Pastoral
del bautismo”. Martimort imparte una conferencia que se convertirá en un libro:
“Sobre el Obispo”. A partir de este momento las sesiones de Vanves aumentan en
prestigio y popularidad, y se caracterizan por el tratamiento de temas de
investigación litúrgica. Pero en este momento, nacen también los encuentros de
Versalles, destinados al gran público y a la divulgación de la liturgia en todo el pueblo
de Dios. Martimort es el alma y motor de ambas iniciativas tanto en la preparación
como en el desarrollo de las mismas. En 1946 es incorporado al equipo de dirección
del Centro de Pastoral Litúrgica de París, cargo que ostentará hasta 1964.

En toda esta actividad académica y pastoral busca que los alumnos y participantes
de los encuentros lleguen a una activa, consciente y fructuosa participación en los
misterios celebrados en la liturgia.

Uno de los temas que más estudio y trabajó fue “la asamblea litúrgica”, tal como se
puede comprobar en sus libros y artículos. Aparecen tres importantes artículos en
revista La Maison Dieu: “La asamblea litúrgica” (1949), “La asamblea litúrgica,
misterio de Cristo” (1954), y “Precisiones sobre la asamblea litúrgica” (1959). En
ellos reclama la importancia de la asamblea litúrgica, -siguiendo la tradición de la
Iglesia- porque es la manifestación más expresiva de la Iglesia.

En 1950 prepara para la Asamblea de Cardenales y Arzobispos de Francia un


dossier para solicitar de Pío XII el restablecimiento de la Vigilia pascual. La petición
conjunta de los obispos franceses y alemanes motivará la reforma deseada al año
siguiente.

En 1952 obtiene la cátedra de historia de la liturgia en la Facultad de Teología de


Toulouse, materia que enseñó en esa Facultad desde 1939 hasta 1981. En 1953
obtiene el doctorado en Letras en la Sorbona con la tesis: “El galicanismo de
Bossuet”.

Participación en la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II


El 26 de octubre de 1960 es nombrado Consultor de la Comisión preconciliar
encargada de preparar el esquema sobre liturgia. A las doce subcomisiones
previstas, Mons. Henri-Martin F. Jenny, auxiliar de Cambrai, adjuntó una más, que
deviene la primera en título e importancia “De misterio sacrae liturgiae eiusque
relatione ad vitam Ecclesiae”. El canónigo Martimort forma parte de esta última
comisión “Sobre el misterio de la sagrada liturgia” y de otra más: “Sobre la
concelebración”.

En 1961 publica su gran obra: La Iglesia en oración. Introducción a la liturgia. Se


trata de un manual en el que se exponen los principales temas de la liturgia
confrontando la teoría con las fuentes litúrgicas actuales y del pasado. No sólo es
el autor de la mayor parte del manual, sino también quien dirige la contribución de
trece autores más.

En 1962 participa en el Concilio Vaticano II como experto de la Comisión conciliar


De sacra liturgia, especialmente en la subcomisión teológica encargada de
examinar las observaciones de carácter doctrinal, y la subcomisión que debía
estudiar los principios generales de la reforma litúrgica. En este tiempo no interviene
directamente en los debates conciliares, sin embargo es requerido por los grupos
de obispos de cada nación para aclarar sus dudas e iluminar sus reflexiones.

En marzo de 1963, después de la primera sesión conciliar, fue invitado a Canadá


por Mons. Albertus Martin, obispo de Nicolet, para ayudarle a preparar la relación
sobre el Oficio divino que debía exponer ante los padres conciliares. Posteriormente
el Cardenal Arcadio Mª Larraona le pide participar como miembro en la subcomisión
sobre el año litúrgico.

El 11 de octubre de 1963, Pablo VI encarga al Cardenal Giacomo Lercaro y a Mons.


Annibale Bugnini constituir un grupo de trabajo para preparar las primeras
aplicaciones de la Constitución litúrgica después de su promulgación. Entre los siete
miembros que componen este grupo de trabajo es está Martimort.

El 22 de febrero de 1964 es elegido miembro del Consilium ad exsequendam


Constitutionem de sacra liturgia. Desde 1964 hasta 1970 es un tiempo de gran
trabajo para Martimort. Forma parte de seis de los veinticinco coetus o grupos de
trabajo y es relator en tres de ellos: el coetus 1 (De Calendario); el coetus 4 (De
lectionibus biblicis), del que fue relator; el coetus 9 (De generali structura Officii
divini), del que fue relator; el coetus 16 (De Concelebratione et de Communione sub
utraque specie); el coetus 26 (De Caeremoniale Episcoporum), del que fue relator;
y el coetus 39 (De ritibus Capellae Papalis). Pero, sobre todo, se encargó de la
reforma del Breviario, cuyos cuatro tomos son el resultado de su trabajo.
En 1965 es nombrado Consultor de la Congregación de Ritos, y conservará este
cargo, a pesar de los cambios del dicasterio romano, hasta 1993. Demostró ser una
persona muy preparada para dar respuestas a las cuestiones que se iban
planteando en el transcurso de la reforma litúrgica y su aplicación.

A partir de su colaboración en los altos organismos encargados de la reforma


litúrgica del Concilio Vaticano II le llegan algunos reconocimientos y nombramientos
significativos. En 1967 es nombrado prelado de Su Santidad; y en este mismo año
participa también en la difícil preparación de la Instrucción Musicam sacram (5
marzo 1967). En 1968 es nombrado decano de la facultad de Teología de Toulouse,
cargo que ostentará hasta 1970. En 1974 es creado canónigo titular de la catedral
metropolitana de Toulouse y de Carcassone.

Sin embargó, no abandona su veta investigadora y docente. En 1978 publica el


volumen “La documentación litúrgica de Dom Edmon Martène. Estudio
codicológico”, en el que expone un análisis minucioso de las fuentes manuscritas
utilizadas por Martène. Posteriormente será completado con el artículo publicado en
1986: “Adiciones y correcciones a la documentación litúrgica de Dom Edmond
Martène”, Ecclesia Orans 3 (1986) 81-105.

Jubilación y últimos años

Al cumplir los 70 años en 1981 llega el momento de su jubilación. Al año siguiente


publica su trabajo “Las diaconisas. Estudio histórico” (1982).

Al final de sus años de actividad docente e investigadora el mundo académico


reconoce su valía, sobre todo, en dos vertientes. Por un lado, su competencia en la
investigación histórica aplicada a la enseñanza de la liturgia. Hay tres obras que
exponen claramente este reconocimiento: “En memoría de mí: La oración de la
Iglesia y sus sacramentos” (1954); “Los signos de la Nueva Alianza”(1960), y “La
Iglesia en oración. Introducción a la liturgia” (1961).
Por otro lado, su interés por la Pastoral litúrgica. No se limitó al mundo de la
investigación erudita, sino que buscó la forma de difundir los conocimientos de la
liturgia en todos los miembros del pueblo de Dios, para fomentar la participación y
vivencia del misterio celebrado en la liturgia. Por eso, todas las actividades
(Sesiones de Vanves y Versalles) y publicaciones (revista La Maison Dieu) del
Centro de Pastoral Litúrgica de París estaban encaminadas a lograr este objetivo.

Pero su nombre está ligado, sobre todo, a la reforma litúrgica del Concilio Vaticano
II. Su dedicación y contribución en los primeros años fue enriquecida también por
su valoración posterior. Emprende comentarios a la Constitución Sacrosanctum
Concilium, y hasta un balance de la reforma litúrgica en los primeros años de su
aplicación (Bilancio della reforma liturgica, a dieci anni dalla Costituzione conciliare
sulla sacra Liturgia, 1974).
En 1983, al celebrarse los 40 años de su dedicación a la enseñanza, coincidiendo
con el vigésimo aniversario de la Constitución Sacrosanctum Concilium, la Facultad
de Teología de Toulouse y las Éditions Desclée le ofrecen una miscelánea titulada
Mens concordet voci. Yn 1991, la revista Notitiae le dedica un número monográfico
en homenaje a su octogésimo aniversario; y en este mismo año se publica una
segunda miscelánea en su honor ofrecida por las Edizini Liturgiche de Roma,
titulada Mirabile laudis canticum.

Incluso en estos últimos años, recluido en la residencia sacerdotal de Toulouse,


tiene fuerzas para publicar dos libros como ayuda para el uso e interpretación de
las fuentes litúrgicas: “Los Ordines, los ordinarios y las ceremonias” (1991), y “Las
lecturas litúrgicas y sus libros” (1992).

Murió el 20 de enero del 2000 en Toulouse, la ciudad y diócesis a la que dedicó su


saber y a la que se mantuvo siempre unido.

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