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CARTAGENA DE INDIAS fue la plaza fuerte mejor defendida y artillada de todo el Caribe.

Fue
también la más atacada por las potencias enemigas de España en multitud de guerras y por los
piratas que infestaron durante tres siglos el llamado «Dominio Hispano». En este volumen de
Soledad Acosta de Samper, actualizado ahora con un prólogo del historiador Justo Cuño Bonito, se
reviven las principales peripecias históricas de la ciudad de Cartagena y los ataques sufridos por
algunos de los más notables piratas, con una notable fidelidad no mermada por lo novelesco de
ciertas recreaciones. Queda patente en estas páginas el punto de vista hispánico, concretamente,
colombiano, menos publicitado que el punto de vista anglosajón, pero no menos relevante.
SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER (Bogotá, 1833-1913) fue hija del coronel Joaquín Acosta,
personaje importante en la independencia de Colombia y desarrolló una muy amplia y apreciable
labor en el campo de la literatura y de la historia, que ahora empieza a ser reivindicada por sus
paisanos, tras casi un siglo de relativo olvido. Además del presente, publicó, entre otros, los
siguientes libros: Novelas y cuadros de la vida sudamericana (1869), La mujer en la sociedad
moderna (1895), Biografía del general Joaquín Acosta (1901), Aventuras de un español entre los
indios de las Antillas (1905), Biblioteca histórica (1909) y Biografía del general Antonio Nariño
(1910).

Esta obra de tipo histórico-narrativa cuenta en breve las acciones de


algunos pueblos europeos en contra de España y de sus colonias, causando
espanto y terror en sus alrededores, especialmente las acciones acaecidas en
Cartagena. Señalaremos aquí muy de paso los nombres de las expediciones
más importantes que atacaron las costas de los territorios que hoy forman la
República de Colombia.

Los primeros que arruinaron las recién fundadas poblaciones de Santa


Marta y Cartagena, en 1544, pertenecían a la nación francesa, y los
historiadores españoles llaman a su jefe Roberto Baal o Bahal. Tras éstos
vinieron los tolerados y enviados por la reina Isabel de Inglaterra, al mando
de los Hawkins, padre e hijo, los cuales arruinaron a Nombre de Dios y a
Río de Hacha. Después Francisco Drake atacó a Santa Marta, Cartagena,
Portobelo y Chagres, en 1586 y 1596. Guateral se apoderó de varios lugares
en las cercanías de Portobelo, y lo saqueó; Francisco Lolois hizo otro tanto;
pero después de haber robado muchas de las poblaciones del istmo, murió a
manos de los indios del Darién.

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