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A. Sanz, M' L. del Valle, C. Carcía, M'l. Caravís, P. Rey, A. Vecino, S. Hernansanz, F.

López-Lara

La información a la familia del nóstico para evitar sorpresas ante lo que


enfermo oncológico. pudiera acaecer. Por otra, se acepta el
concepto teórico, dificil de plasmar en la
práctica, de la verdad tolerable: acercar al
Álvaro S. Rubiales, M!! Luisa del Valle, paciente los datos sobre su enfermedad
Consuelo García, MS! Isabel Garavís, que se supone que es capaz de conocer y
Pilar Rey, Amaya Vecino, manejar psicológicamente3, aunque es
Silvia Hernansanz, Francisco López-Lara imposible precisar el cómo y el cuánto se
SeNicio de Oncología dosifica esta verdad en cada enfermo
Hospital Universitario de Valladolid para que se compaginen información y
esperanza4•5 • Aunque lo parezcan, no son
Correspondencia a: estas dos vías excluyentes: la realidad
Álvaro S. Rubiales está llena de posibilidades intermedias,
Servicio de Oncología como la del pn"vilegio terapéutico que per-
Hospital Universitario de Valladolid mitiría al médico omitir de manera arbi-
cl Ramón y Cajal 3 traria la información sobre la enfermedad
47011 Valladolid si considera que puede hacer daño al
teléfono: 983420000 enfermd. En cualquier caso, sea cual sea
fax: 983257511 el modo de facilitar la información al
e-mail: asrubiales@hotmail.com paciente, hay que basarse también en cri-
terios subjetivos, psicológicos y clínicos,
INTRODUCCIÓN para llegar a marcar la pauta a seguir.
En España, de cada tres enfermos La información en oncología no es
oncológicos, uno conoce su diagnóstico, sólo un proceso bidireccional entre
otro lo intuye, aunque no haya sido infor- médico-paciente (Figura 1) ya que la
mado expresamente, y por último hay familia, y más en nuestro medio, lleva a
uno que lo ignora por completol • A la cabo una intervención activa que es pre-
vista de estos datos, continúa la contro- ciso tener en cuenta (Figura 2). Es preci-
versia sobre cómo se debe facilitar la so aprender a comunicarse no sólo con el
información en oncología: la cantidad, la enferm07, sino también con sus familia-
calidad y el contenid02• Esta discusión res y allegados ya que esta relación tam-
está llevando a que, de hecho, en nuestros bién tiene repercusión en la atención al
días se asienten y tiendan a coexistir dos paciente. Estos familiares y allegados
líneas de actuación claramente contra- participan en la información, la modu-
puestas. Por una parte, sigue vigente el lan e, incluso, la ocultan o la modifican.
criterio tradicional que tiende a ocultar la y este papel de la familia, realmente
información al paciente y a facilitarla con relevante, llega a aceptarse de manera
crudeza a la familia, a veces con un efecto tácita y por costumbre sin que suela apa-
lupa que agranda los factores de mal pro- recer especificado en textos científicos o

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La información a la familia del enfermo oncológico

legales. Y el motivo es que, más allá de Es importante, por tanto, realizar una
unas líneas generales, es muy poco lo lectura crítica de lo que aporta la litera-
que se ha estudiado sobre la necesidad, tura médica sobre la información y no
el contenido y los límites de la informa- extrapolar directamente a nuestro medio
ción a los familiares, especialmente de las tendencias y las recomendaciones de
los pacientes oncológicos. la bibliografía anglosajona.
Ni el médico ni la familia son los pro-
DERECHO Y DEBER DE INFORMAR tagonistas de la enfermedad: este prota-
Las situaciones críticas que la salud y gonismo corresponde al paciente que es
la medicina van colocando en la vida de quien padece la enfermedad y en cuyo
una persona hacen que el sistema de beneficio se dirige toda la actividad. La
valores sea diferente entre los pacientes, información al paciente o a la persona en
el personal sanitario, la familia y la quien él delegue o en quien recaiga la
población en general. Y este sistema de responsabilidad de sus decisiones es una
valores es un reflejo del modo de ser de obligación indicada expresamente en la
la persona dentro de su propio ambiente Ley General de Sanidadll yen el Código
cultural. Estas divergencias se hacen aún Deontológico12• Pero esta información es
más relevantes cuando lo que se plantea un deber y, a la vez, un derecho del per-
es la indicación de un tratamiento onco- sonal sanitario: un derecho que le permi-
lógicas o la actitud ante el final de la te al médico delegar y compartir respon-
vida, bien por el valor que se da a la sabilidades. Es lógico que el personal
expectativa de supervivencia9 o bien por sanitario no asuma más responsabilida-
el modo en que se desearía acabarlalO• y des que las que ya de por sí le corres-
es en esta perspectiva como se compren- ponden. y un modo de delegarlas es el
de con profundidad la cuestión de la de participar la información y sus cono-
información dentro del respeto al cimientos sobre la enfermedad en cada
paciente y sus opciones. paciente: aparte de ofrecer una atención
Adentrarse en cuestiones médicas médica transparente permite implicar al
con una carga deontológica fuerte, pero enfermo y a sus allegados en su cuidado.
que no se han desarrollado de manera
suficiente en nuestro ambiente cultural, EL PAPEL DE LA FAMILIA
supone el riesgo de copiar las tendencias Incluso los autores más avanzados e
y los dictados de la cultura anglosajona. individualistas, es decir, los que defien-
Ingleses y norteamericanos tienen una den con mayor vehemencia la indepen-
mentalidad diferente a la nuestra y han dencia del individuo ante su enferme-
mostrado más interés y han empleado dad y en sus decisiones, acaban
más medios en el estudio de las cuestio- reconociendo que la familia es probable-
nes que ahora nos preocupan. Una de mente el primer cuidador y su apoyo
ellas es la de la información en medicina. más inmediato. En la persona enferma

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hay que distinguir el prinCIpIo de la La atención y la exposición periódica


autonomía y el problema de la soledad. de la situación clínica a los familiares
En condiciones normales la familia, por puede suponer un nuevo componente en
tanto, debería tener siempre un papel la relación: el encontrarse de manera ino-
principal en la atención al enfermo, pinada sometidos a examen y evaluados
especialmente al enfermo oncológico. Y por parte de alguien que en ningún
la importancia de este papel se agranda momento demuestra una cualidad sufi-
cuando el paciente se encuentra en situa- ciente para llevarlo a cabo y que a veces
ción terminal 13 • únicamente busca un respaldo para sus
En nuestro ambiente, en la mayor propias opiniones. Además la familia
parte de los casos es la familia la que puede presentar exigencias utópicas, que
solicita la atención del enfermo, la juzga no se basan en la realidad clínica del
y la critica o bien alaba y estimula el paciente, o transmitir unas valoraciones
trato que recibe el enfermo. Y es también particulares sobre la actividad médica,
la familia quien asume también el papel recibidas o no de otro profesional, ciertas o
de interlocutor ante el médico o ante el tergiversadas. Esta actitud llega a causar
personal sanitario, es decir, quien plan- ansiedad y recelos mutuos y puede ser ori-
tea los problemas (síntomas, dudas, etc.) gen de conflictos con el personal sanitario.
y recibe la información. Hay trabajos, En nuestro medio, las familias que
principalmente en el ámbito anglosajón, cuidan al paciente oncológico heredan
que han profundizado en las necesida- una tradición de sobreprotección. Y por
des de información de la familia del ello asumen directamente la informa-
enfermo oncológico 14 • Su diseño se ción, sobre todo del diagnóstico y del
orienta a conocer las demandas de la pronóstico, y gran parte de las decisio-
familia en cuanto a información para nes sobre el tratamiento. Todo ello en un
intentar cubrirlas. Obviamente, esta contexto de muy escasa comunicación
línea general merece una aprobación y sobre la verdad con el enfermo: ni es
un respaldo común. Sin embargo, no informado de su situación ni se le abre
profundizan en cuál es el derecho a la una vía para dialogar sobre su futuro,
información, ni en qué cantidad, ni bajo sus preocupaciones y sus angustias.
qué circunstancias, ni cuál es la actitud Cualquier argumentación para esta línea
del propio paciente ante esta informa- de sobreprotección se quiebra al conocer
ción, ni cuál debe ser el tiempo que pro- que la mayor parte de estos mismos
porcionalmente se dedique, etc. No se familiares que bloquean la información
puede negar la aportación de estos estu- no desearían que se actuase igual con
dios, pero es preciso estar alerta para ellos si fueran los pacientes ... Aun así, es
darles su auténtica relevancia y superar muy probable que en un futuro, si no
el componente emotivo con una visión cambia esta mentalidad, también sus
más práctica. familiares continúen esta tradición y

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La información a la familia del enfermo oncológico

actúen con ellos del mismo modo, es lidad de estas aparíencias. El suicidio es
decir, ocultándoles la verdad. realmente infrecuente en pacientes onco-
Cuando se intenta acceder a un pacien- lógicos, tanto en nuestro medio15 como en
te para facilitarle información es frecuente países de cultura anglosajona16 • La tasa de
chocar con una negativa, más o menos suicidios en enfermos oncológicos (inclu-
vehemente, por parte de la familia. Los yendo incluso los que se realizan como
datos psicológicos muestran que, junto a suicidio asistido 17) no parece que supere
una actitud cultural, heredada y aprendi- la que de hecho se encuentra en una
da, es la propia angustia de los allegados población de características similares en
la que favorece que esta situación se cuanto a edad, sexo o condiciones socia-
estructure y cristalice. Con esta conspira- les pero sin diagnóstico de cáncer. Aun-
ción del silencio se construye una barrera que esta información, o esta amenaza,
que se hace muy difícil superar por parte empuja a ser todavía más precavidos, no
del personal sanitario. Cualquier aproxi- es conveniente bloquear las vías de infor-
mación con actitud abierta al enfermo ori- mación solamente por este dato: es preci-
gina contratiempos e incluso enfrenta- so tantear la actitud del paciente para
mientos con aquellos que más deberían conocer, también en su caso, cuál es para
colaborar y, de hecho, colaboran, en la él su verdad tolerable. Por las repercusio-
atención al paciente. A la hora de manejar nes personales y posiblemente legales
la información que se facilita a la familia que se derivan de cualquier paso que se
es recomendable intentar explicar que este dé, una medida de prudencia obligada es
muro de silencio no es sólo un modo de pro- disponer de testigos que avalen los
teger al enfermo y sus esperanzas, sino hechos y las conversaciones que se han
que también es un mecanismo de defensa mantenido para evitar malas interpreta-
de los cuidadores para manejar la propia ciones y responsabilidades en un futuro.
angustia. Aunque cualquier intento de La presentación de la sanidad como
explicación y de diálogo es muy loable, un servicio, público o privado, al que la
sigue siendo muy difícil hacer que la fami- persona tiene derecho puede repercutir
lia lo comprenda y/o lo crea. en la relación con pacientes y familiares.
Un método de chantaje discreto para Al efectuar un pago, directamente en la
obligar al médico a omitir cualquier tipo sanidad privada, indirectamente en la
de información al paciente es que éste ya pública y la concertada, se llega a asumir
había expresado, o la familia está segura que el personal sanitario se convierte en
porque lo conoce bien, que si algún día asalariado al que tiene derecho y, en cier-
sabía que tenía un cáncer se suicidaría. ta medida, deber de exigir un nivelo una
Este dato es muy preocupante y somete calidad de actividad y de resultados.
al médico a una presión y a un riesgo Además, se ha fomentado un sustrato de
añadidos. No obstante, los datos de la reclamación de calidad asistencial que, si
experiencia común no respaldan la fiabi- no se obtiene, se traduce en amenazas de

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demandas judiciales o en demandas rea- En cualquier caso, la familia no debe


les en las que el reclamante (con razón o suplantar al médico en sus funciones
sin ella) tiene muy poco o nada que per- específicas. Dentro de los cuidados del
der y sí mucho que ganar. En esta línea, paciente los hay que precisan más o
no es extraño que la actitud de ciertos menos especialización '8 • Y en más de
familiares en relación con el personal una ocasión es conveniente que la fami-
sanitario sea la de pedir explicaciones (y lia colabore en los cuidados más elemen-
responsabilidades) en relación con la tales y que suelen ser los que se asocian
situación de un familiar. Unas explicacio- a un mayor bienestar por parte del
nes que parecen exigirse sin que haya enfermo. Sin embargo cuando los allega-
como respaldo un conocimiento adecua- dos solicitan o indican líneas diagnósti-
do de la enfermedad de base y de la acti- cas o terapéuticas a seguir es convenien-
tud terapéutica adoptada: se reclaman te guardar una distancia prudencial:
resultados sin un conocimiento suficien- siempre es conveniente escuchar, para
te de cuáles son los que cabe esperar de comprender la petición y los motivos,
manera razonable. Por este motivo se ter- pero no sucede lo mismo con el obede-
minan creando desconfianzas y recelos cer. Actuar en estos temas al dictado de
mutuos que terminan repercutiendo en los familiares es correr un gran riesgo de
el paciente que, sin embargo, es el que perder la línea de actuación y, paradóji-
con menos frecuencia llega a adoptar camente, la confianza de esta misma
esta actitud reivindicativa, sobre todo en familia. Hay que asumir que puede
el caso del paciente oncológico. haber enfoques diferentes entre médico
¿Quién demanda con más frecuencia y familia en cuanto a la atención al
a nivel intrahospitalario y en la justicia paciente en cuanto a diagnóstico, pro-
ordinaria? La experiencia común nos nóstico y tratamiento. Y que esta diver-
dicta que en el ámbito de la oncología, gencia puede ser origen de roces y de un
donde la expectativa de supervivencia cierto antagonismo. Pero es importante
de los enfermos puede ser muy corta, que el personal sanitario sepa escuchar y
quienes reclaman con más frecuencia comprender y, a la vez, mantener sus
son los familiares. Con todos estos con- propios criterios, para seguir aportando
dicionantes se corre el riesgo de que sea al paciente las mejores atenciones
más práctico preocuparse por mantener
un trato cercano y agradable y de inspi- ACTITUDES DE LA FAMILIA
rar confianza en la familia que en el pro- Las actitudes o reacciones ante la
pio enfermo. Esto se traduce con fre- información o ante cualquier evidencia o
cuencia en una relación casi de igual a realidad desagradables, sobre todo si es
igual con la familia y un trato claramen- inesperada, son universales. Por tanto,
te patemalista hacia el enfermo, favore- las etapas que se han descrito en los
cido también por la propia familia. enfermos terminales de cara a su muerte

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La información a la familia del enfermo oncológico

de choque, negaclOn, ira, negociación, dedicado a la oncología, buena parte de


depresión y aceptación se pueden referir la ansiedad y del stress personal que se
a su vez a cualquier información. Y se originan en el quehacer laboral provienen
aprecian también en la familia en la del trato con los familiares, no con el
medida en que también recibe para sí la enfermo propiamente dicho.
información del paciente oncológico. Una situación muy distinta es la que
Dentro de esta variedad de reacciones, suele verse en los enfermos atendidos en
hay una doble faceta en la información a sus domicilios por Unidades de Cuida-
la familia y en su actitud19• Por una parte dos Paliativos. En estos casos la familia,
se encuentra el apoyo que le puede supo- además de ser propiamente el cuidador
ner al personal sanitario ya que lo ideal principal, la primera persona que cuida
es el trabajo en equipo para alcanzar y atiende los síntomas y las necesidades
unos mismo fines. Por otra, la familia corporales y espirituales del paciente, es
puede llegar a coartarle su libertad y su un verdadero aliado del personal sanita-
iniciativa a la hora de tratar y de comu- rio para lograr un control sintomático
nicarse con el paciente. Estas dos posibi- adecuado. De hecho, en la definición de
lidades son reales y se encuentran con Medicina Paliativa se entiende a la fami-
relativa frecuencia en la práctica diaria. lia en sí, globalmente, y no sólo al
Es sorprendente cómo puede cambiar paciente, como unidad de cuidados 20 •
la reacción de la familia ante el personal Sin embargo, este cambio sólo aparece
sanitario que atiende a un paciente onco- cuando la familia ha comprendido y
lógico en función de la situación de su asumido la situación y el pronóstico. Si
enfermedad, del tratamiento administra- no se llega a dar este paso, la situación
do y del pronóstico. En una primera fase, con el paciente terminal sigue siendo
cuando el primer objetivo es intentar una prolongación de lo que pudo pasar
alcanzar la curación o, al menos mejorar en etapas previas de la enfermedad.
significativamente el pronóstico, la fami-
lia se muestra más desconfiada, exigente. DERECHO Y DEBER DE INFORMAR
y suele buscar, ante cualquier duda o ALAFAMILIA
cuando la información sobre la evolución La estructura familiar mantiene un
o la respuesta a los tratamientos no se nivel de influencia y de protección
adapta a sus expectativas o exigencias, importante sobre el individuo, más aun
una segunda opinión para contrastar los sobre el individuo enfermo. La actitud
datos que se les aporta. Es lógico que, de los allegados llega a definir la con-
como respuesta a esta actitud recelosa, el ducta del paciente. En nuestro medio la
personal sanitario reaccione limitando la familia de los enfermos oncológicos
relación y la información a lo mínimo rechaza la comunicación del diagnóstico
imprescindible. De hecho, para un por- al paciente con más frecuencia que la
centaje elevado del personal sanitario población generaFl; entre el 60% y el

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75% prefiere que se oculte esta informa- la práctica, engloba también el del privile-
ción. y la influencia de este dato es evi- gio terapéutico.
dente: la presión familiar es uno de los El concepto de verdad tolerable se
factores que más influyen a la hora de puede aplicar también a la familia.
informar a un enfermo oncológico 22 • Buena parte de las actitudes de la fami-
No se encuentra admitido claramente lia ante la enfermedad reflejan su propia
que la familia tenga un papel propio e angustia que a veces se manifiesta como
independiente del propio enfermo en rechazo o negación. A veces, consciente
cuanto a la información. Es lógico, por o inconscientemente, las reacciones que
tanto, preguntarse: ¿hasta dónde es con- identifican en el paciente son sólo un
veniente o necesario informar a la familia? modo de proyectar su sufrimiento inte-
o ¿hasta qué punto puede serlo dándole rior. La conocida conspiración del silencio
datos que están más allá de lo que conoce es un ejemplo de que la familia en oca-
el paciente? (Tabla 1). Se llegan a describir siones no es capaz de aceptar toda la
trastornos psicológicos hasta en un 50% información y refleja su ansiedad en una
de los pacientes oncológicos, derivados o sobre protección al paciente. Para prote-
no de su enfermedad y/o su tratamiento. gerse a sí mismos y evitar su ansiedad
actúan de manera que se evite dar la
Este dato respalda la actitud activa de la
información al paciente.
familia a la hora de asumir un papel acti-
En nuestro medio se acepta como un
vo y limitador respecto a la información al
buen modo de informar el obviar al
paciente. No obstante, dentro de lo que se
paciente para acceder directamente a la
pudiera interpretar como psicopatología
familiat, que pasa a ser el primer (y pro-
sólo un porcentaje pequeño de. situacio- bablemente el único) interlocutor válido
nes imposibilitan al paciente para conocer (Figura 1). Y, en apariencia, puede no ser
y asumir su propia situación. Sin embar- una mala práctica de acuerdo tanto con
go, también los familiares de los pacientes la costumbre social como con los resulta-
anca lógicos que se nos ofrecen como dos prácticos. Sin embargo, también es
interlocutores arrastran sus propios pro- un modo de permanecer en un inmovi-
blemas psicológicos y los que se derivan lismo que niega a la mayor parte de los
de atender a un enfermo en su domicilio pacientes el alcanzar, en la práctica, la
y, en muchos casos, de asumir su pérdida mayoría de edad para las decisiones
como cercana sin posibilidad de comuni- sobre su propio futuro. Cualquier cam-
carse con el paciente. Es decir, el mismo bio en esta actitud general puede ser
argumento que recomienda prudencia en traumático y generar incomprensión y,
el trato con los pacientes la recomienda aunque se pretenda realizar de una
también en la relación con las familias. manera progresiva, es posible que se
Con estos datos, se hace más evidente la cometan ciertas brusquedades.
necesidad de conocer, aceptar y emplear Hay que ser prudente antes de extra-
el concepto de la verdad tolerable que, en polar los criterios de relación entre médi-

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La información a la familia del enfermo oncológico

ca, paciente y familia que se publican en veniente actuar de esta manera en situa-
revistas de ámbito anglosajón. En gene- ciones concretas en las que es evidente
ral el estilo de estas publicaciones no que la familia coopera de una manera
debería ser importado directamente a transparente, positiva y activa, es decir,
nuestro ambiente ya que proponen una cuando se sabe que la familia es un buen
comunicación marcada por un talante aliado. Si no es así se corre el riesgo de
abierto, de franqueza, y de prevención solicitar una ayuda que puede que no
de compromisos medico-legales. Es vaya a dar porque no esté en condiciones
decir, la propuesta es de cruda sinceri- anímicas, intelectuales o volitivas. y se
dad, para prevenir malentendidos, plan- corre también el riesgo de que, de mane-
teando las alternativas con sus riesgos y ra involuntaria o no, la información sea
beneficios y dejando al paciente con la manipulada antes de llegar al paciente.
plena responsabilidad de sus decisiones. Parece que lo más recomendable sería
Esta línea de actuación comienza a ser favorecer la información compartida, es
contestada incluso en países anglosajo- decir, informar de manera abierta y simul-
nes porque puede suponer un daño tánea al paciente y a la familia ya que el
importante para muchos pacientes. Se paciente es el protagonista de su enferme-
describe que, también en estos países con dad pero la familia es una ayuda impres-
un modo de vivir y un carácter más indi- cindible que le hace casi coprotagonista
vidualistas, la mayoría de los pacientes (Figura 2). Pero teniendo en cuenta que
desea que les acompañe un familiar o un incluso para llevar a cabo una informa-
allegado mientras reciben una informa- ción compartida, sería necesario obtener
ción médica comprometida23 • una cierta aquiescencia del paciente. De
El acuerdo tácito en la medicina espa- esta forma podrían evitarse también pro-
ñola es informar con realismo y/o crude- blemas de silencios mutuos. Estos silen-
za a la familia y, de acuerdo con ella, cios se traducen en una ocultación de
administrar la información al paciente. Si conocimientos, miedos y sospechas sobre
se ha llegado a esta situación es porque la el diagnóstico, el pronóstico y la evolu-
avalan muchos años de práctica y se han ción tanto por parte del paciente (que
logrado unos resultados aceptables. Sin supone o conoce la realidad y el futuro de
embargo, es evidente que adoptar este su enfermedad) como de la familia, que se
principio ataca con dos criterios básicos: niega a facilitar información porque ella sí
el primero es que el paciente tiene dere- que se ve capaz de conocerla pero piensa
cho a ser el primer sujeto en el conoci- que el enfermo no conseguirá sobrellevar-
miento de su enfermedad y, el segundo, la. y a lo que se llega es que, en realidad,
que la ley respalda este derecho. ambas partes sufren interiormente y no
¿Se puede estructurar un papel a la son capaces de compartir sus angustias.
familia como transmisora de la informa- En más de una ocasión la edad o la
ción, como intermediaria? Puede ser con- situación clínica del enfermo le impiden

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tomar decisiones. En este caso la respon- comunicación al familiar o allegado que


sabilidad recae íntegramente sobre la el enfermo designe. Se añade que, cuan-
familia o sobre aquellos en quien el enfer- do las medidas diagnósticas o terapéuti-
mo haya delegado. Es importante facili- cas propuestas supongan un riesgo
tarles toda la información y todo el apoyo importante para el paciente, el médico
del personal que atiende al enfermo, debe facilitar información suficiente y
sobre todo cuando se vean en la tesitura ponderada para obtener el consenti-
de asumir decisiones que puedan ser miento específico imprescindible para
vitales. En concreto, dentro de las dife- llevarlas a cabo (Tabla 3).
rentes opciones razonables que puedan Parece coherente asumir que el espí-
adoptar, mostrar un respaldo palpable ritu de la Ley General de Sanidad es
que ayude a prevenir la angustia y los reconocer un derecho a la información
complejos de culpabilidad en un futuro 24 • por parte de la familia, siempre poste-
rior al paciente y con su consentimiento.
PROPUESTAS MEDICO-LEGALES Es decir, que el médico tiene obligación
En España, la Ley General de Sani- de informar al paciente y también a su
dad contempla el papel de la familia en familia (de manera conjunta o por sepa-
relación con la información al enfermoll. rado), pero se supone que este deber
Admite que tanto el paciente como sus sólo toma cuerpo cuando no hay una
familiares o allegados tienen derecho a indicación contraria expresa por parte
una información completa, continuada y del enfermo. En esta línea se encuentran
en términos comprensibles (Tabla 2). Al las indicaciones que niegan el acceso a la
incluir aparentemente a ambos en una historia clínica a los familiares, incluso
misma categoría no aclara si es preciso cuando el paciente ha fallecido, salvo
algún tipo de consentimiento, tácito o que deba hacerse bajo un imperativo
explícito, por parte del enfermo para legal. Esta actitud parece coherente por-
que los familiares o allegados puedan que de otro modo la letra de la Ley
participar de la información sobre su podría amparar que cualquier familiar o
propia enfermedad. allegado accediese al secreto médico de
El Código de Deontología es, en apa- la historia del paciente con el riesgo que
riencia, más restrictivo respecto al papel supone de vulnerar el secreto médico.
de la familia ya que afirma que quien Estas normas exigen que, salvo otros
tiene derecho a recibir información sobre datos nos orienten en contrario, sea el
su enfermedad y el médico debe esfor- paciente quien conozca y administre la
zarse en dársela es el paciente12 • Sólo información. Así pues, el secreto médico
contempla una actitud activa por parte se hace cosa de dos: el médico y el enfer-
de los familiares cuando el paciente mo (Figura 1). Entonces; ¿cuál es el papel
decide no ser informado; en este caso se de la familia? Si se acepta exclusivamen-
debe respetar esta decisión y dirigir la te el criterio legal, la única información

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La información a la familia del enfermo oncológico

sobre la enfermedad habría que facilitár- que todo está permitido. En resumen
sela al paciente y/o a las personas que él concluye que el médico tiene derecho a
libremente designare. Tan sólo se acepta- negar información si opina que el
ría aportar información a la familia o a paciente no está en condiciones de reci-
terceros cuando hay evidencia de que el birla. Cuando las consecuencias se basan
enfermo es incapaz de comprender o de en premisas que no son demostrables,
manejar esta información, aunque en como la impresión subjetiva e individual
más de una ocasión no es nada sencillo del médico, se corre el riesgo de incurrir
definir esta evidencia que no parece limi- en errores frecuentes y severos. Aunque
tarse a criterios médico-legales. Este este privilegio se basa en el sentido
principio entra en una contradicción evi- común, y se entiende muy bien con
dente con la práctica diaria en nuestro nuestra mentalidad, el respaldo legal es
medio donde el primer regulador y más dudoso. En cualquier caso, una
administrador de información es la fami- manera práctica de aplicarlo puede ser
lia. Este fenómeno consuetudinario la de diferir la información al paciente
puede ser criticable pero es real. ¿Hasta pero no a la familia cuando el médico
qué punto es preciso aceptarlo? ¿yen tiene dudas razonables sobre su capaci-
qué medida es conveniente modificarlo? dad para asumirla. Lo que viene ser, al
Propiamente, la experiencia práctica nos fin y al cabo, otra manera de aplicar el
recuerda que la aplicación de estos prin- principio de la verdad tolerable.
cipios es más laxa: se intenta mantener
una relación proporcionada con el ACTITUDES ELEMENTALES
paciente, buscando la verdad tolerable, y Con el paciente y también con los
una relación realista y clara con la familia familiares es oportuno emplear un len-
(Figura 2). La familia puede recibir la guaje accesible, adaptado a las personas
información cuando el paciente delega y a las circunstancias, pero lo suficiente-
en ella de manera más o menos explícita. mente claro para que no se preste a equí-
No es preciso una declaración firmada; vocos. Además, como en cualquier otro
es suficiente una referencia clara del tipo de información, es conveniente que
enfermo señalando que prefiere que la otra persona más del equipo que atiende
información sería mejor facilitarla a otras al enfermo se encuentre presente como
personas. Por este motivo es importante testigo en la conversación para evitar
facilitarle al paciente esta opción de una posibles malentendidos y/o manipula-
manera digna: hay que respetar su dere- ciones de lo que se haya tratado.
cho a no saber. Antes de facilitar información, en
Por otra parte se encuentra el princi- cualquier circunstancia, es necesario
pio del privilegio terapéutico, que puede conocer la relación de parentesco del
hacer mucho bien al paciente pero que paciente con la persona a la que se infor-
tiene un aquél de cajón de sastre en el ma. Es caso de duda es oportuno limitar

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a priori cualquier información a los fami- Un problema concreto es el del fami-


liares que la requieran. Además, es con- liar que aparece por primera vez en la
veniente que el concepto de familia o fase final de la enfermedad y que, sin
familiares se concrete en un número haber estado presente previamente, recla-
muy reducido de personas que hagan el ma información y, a la vez, exige intensi-
papel de interlocutor y de portavoz de la ficar las medidas médicas en esta última
familia. Lo ideal sería que fuesen única- etapa. Tras esta conducta se esconde con
mente una o dos personas y siempre las cierta frecuencia un afán de protagonis-
mismas, lo que permite prevenir equívo- mo que oculte la pasividad y la despreo-
cos y dobles interpretaciones. cupación previas en la atención al pacien-
Puede haber situaciones con relacio- te. En este caso, si se han respetado
nes familiares peculiares en sus diferen- previamente las medidas anteriores
tes variantes, con problemas entre her- (información a uno o dos familiares con
manos, entre el cónyuge y otros presencia de alguien más del equipo, etc.)
familiares, entre las diferentes parejas las posibilidades de que esta nueva pre-
que el paciente ha podido tener a lo sencia pueda interferir disminuyen. Ade-
largo de su vida, etc. Es posible, además, más, si es el propio paciente quien selec-
ciona a los interlocutores entre sus
que la familia conciba el cáncer (y, prin-
familiares no es fácil que alguien más leja-
cipalmente, su pronóstico) como algo
no tenga capacidad para reivindicar un
que hay que ocultar, no propiamente
protagonismo y el propio personal sanita-
vergonzante pero sí de consecuencias
rio tiene un respaldo suficiente de su con-
poco previsibles si llega a conocerse en
ducta para no verse desequilibrado.
otros ámbitos, y alguno de estos ámbitos
es también la propia familia, con lo que
CONCLUSIÓN
la relación se dificulta aun más. Estas Los trabajos en que se pretende dar
circunstancias exigen un especial cuida- orientaciones sobre cuestiones con un
do y, en ocasiones, una delimitación componente subjetivo importante, psi-
expresa por parte del paciente para cológico y clínico, suelen tener limitacio-
conocer a quiénes hay que informar den- nes serias. Y, en general, sólo permiten
tro de la familia, y en qué medida. obtener unas indicaciones muy genéri-
Ante una situación de urgencia el sen- cas que se basan en el sentido cornún25 ,
tido común y la necesidad dictan que la por lo que son fáciles de aceptar por
información se facilite al familiar o al colectivos diferentes. Y son estas orien-
acompañante más cercano para que él la taciones elementales las que sirven de
transmita al resto de la familia. Es obvio base para discusiones futuras.
que lo mismo no es el más adecuado pero, En líneas generales, en relación con la
salvo que haya una contraindicación información que se facilita a la familia
expresa, es el mejor nexo en ese momento de los enfermos oncológicos, se puede
para acceder al resto de los familiares. proponer que:

398 Cuadernos de Bioética 2000/3'-4'


La información a la familia del enfermo oneológieo

• El paciente debería ser la primera se mantiene un diálogo abierto con sus


persona a la hora de conocer y adminis- familiares porque tiene derecho a saberlo
trar la información sobre su enfermedad. y puede evitar recelos y desconfianzas.
• Por tanto, hay que evitar desde el • Mantener informada a la informa-
primer momento la llamada conspiración da a la familia no debe ser motivo para
del silencio entre el médico y la familia, es que se pierda interés en progresar de
decir, el ocultamiento sistemático al cara a administrar al paciente la verdad
enfermo de los datos reales sobre su tolerable sobre su enfermedad.
situación
• Es conveniente dar al paciente la

8· ·8
opción de ser o no informado sobre su
enfermedad y, también hacerle ver que
puede delegar o compartir esta informa-
ción con los familiares que él desee.
• Es necesario obtener un consenti-

8
miento por parte del paciente, al menos
tácito y, si es posible, no sólo implícito
sino explícito, para mantener informada
a la familia sobre la enfermedad y su
evolución. Dentro del concepto de fami-
lia, si es posible con la ayuda del pacien- Figura 1: Teoría del flujo de información entre
médico y paciente: la relación entre ambos es directa
te, es preciso limitar quiénes van a reci-
y abierta; la familia asumiría únicamente un papel
bir esta información. de espectador.
• Hay que respetar y promover el
papel activo que debe tener la familia
como cuidador en los enfermos oncoló-
gicos. También en el ámbito de la rela-
ción médico-paciente hay que promover
una actitud activa por parte de la familia
a la vez que se respeta el protagonismo
que corresponde al enfermo.
• De manera transitoria, mientras no
se instauren y se acepten de manera
general estas medidas, pensamos que
sigue siendo válida la práctica habitual
de administrar toda la información a la
Figura 2: Flujo real de la información en medicina:
familia mientras que esto no suponga el
la familia interviene activamente sobre médico y
bloqueo de la información al paciente. Es paciente y modula la información que se transmite.
conveniente que el paciente conozca que

Cuadernos de Bioétiea 2000/3"-4' 399


A. Sanz, M' L. del Valle, C. García, M' 1. Gamvís, P. Rey, A. Vecino, S. Hernansanz, F. López-Lara

Tabla 1: Ventajas e inconvenientes de la información a la familia del enfermo oncológico.

ventajas inconvenientes
• relación de confianza entre diferentes cui- • exceso de confianza: dificultad para limitar
dadores las funciones
• colaboración entre familia y personal sani- • demanda excesiva de información por
tario parte de los familiares: a todos y en cual-
• atención coordinada al paciente quier situación
• apoyo psicológico al paciente • riesgo de manipulación de la información
• respaldo y refuerzo positivo en el trabajo • control de las decisiones terapéuticas
• interferencia de problemas familiares y/o
sociales

Tabla 2: Recomendaciones sobre información. Ley General de Sanidad.

El paciente tiene derecho a que se le dé en términos comprensibles, a él y a sus


familiares o allegados, información completa y continuada, verbal y escrita, sobre
su proceso, incluyendo diagnóstico, pronóstico y alternativas de tratamiento.

Tabla 3: Recomendaciones sobre información. Código Deontológico de 1999.

Los pacientes tienen derecho a recibir información sobre su enfermedad y el


médico debe esforzarse en dársela con delicadeza y de manera que pueda compren-
derla. Respetará la decisión del paciente de no ser informado y comunicará entonces
los extremos oportunos al familiar o allegado que haya designado para tal fin.
Cuando las medidas propuestas supongan para el paciente un riesgo signifi-
cativo el médico le proporcionará información suficiente y ponderada a fin de
obtener, preferentemente por escrito, el consentimiento específico imprescindible
para practicarlas.

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