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LIBROS BÍBLICOS
BIBLIA HEBREA Escritos NUEVO TESTAMENTO
Torah Sal Salmos Evangelios
Gn Génesis Job Job Mt Mateo
Ex Éxodo Prov Proverbios Mc Marcos
Lv Levítico Rut Rut Lc Lucas
Nm Números Cant Cantar de los Jn Juan
Dt Deuteronomio Cantares
Qoh Qohelet Hechos de los Apóstoles
Profetas anteriores (Eclesiastés)
Jos Josué Lam Hch
Lamentaciones Hechos de los
Jue Jueces Est Ester Apóstoles
1 Sm 1 Samuel Dn Daniel Cartas
2 Sm 2 Samuel Esd Esdras Rom Romanos
1 Re 1 Reyes Neh Nehemías 1 Cor 1 Corintios
2 Re 2 Reyes 1Cr 1 Crónicas2 Cor 2 Corintios
Profetas posteriores 2 Cr 2 CrónicasGal Gálatas
Is Isaías Ef Efesios
DEUTERCANÓNICOS Flp Filipenses
Jr Jeremías
Ez Ezequiel Tob Tobías Col Colosenses
Os Oseas Jdt Judit 1 Tes 1 Tesalonicenses
Jl Joel Sab Sabiduría 2 Tes 2 Tesalonicenses
Am Amós Sira Ben Sira Tit Tito
Abd Abdías (Eclesiástico) Flm Filemón
Jon Jonás Bar Baruc Heb Hebreos
Miq Miqueas CarJr Carta de Sant Santiago
Nah Nahum Jeremías 1 Pe 1 Pedro
Hab Habacuc 1 Mac 1 Macabeos 2 Pe 2 Pedro
Sof Sofonías 2 Mac 2 Macabeos 1 Jn 1 Juan
Ag Ageo 2 Jn 2 Juan
Zac Zacarías 3 Jn 3 Juan
Mal Malaquías Jds Judas
Apocalisis
Ap Apocalipsis
ii Abreviaturas
REVISTAS Y PUBLICACIONES CIENTÍFICAS
AfO Archiv für Orientforschung
AJB Annual for the Japanese Biblical Institute
AJSL American Journal of Semitic Languages and iteratures
AN Abr-Nahrain
ANES Ancient Near Easters Studies (antes Abr-Nahrain)
AO Aula Orientalis
AOAT Alter Orient und Altes Testament (Münster)
BASOR Bulletin of the American Schools of Oriental Research
BDB: Brown, F., S.R. Driver, Ch. A. Briggs, 1907: A Hebrew and English
Lexicon of the Old Testament. Oxford. (= BDB).
BHK R. Kittel and P. Kahle (eds.), 31937: Biblia Hebraica.
BHS K. Elliger and W. Rudolph (eds.), Biblia Hebraica Stuttgartensia.
Stuttgart 1967-77.
Bib Biblica
BM Bet Mikra, publicada por World Jewish Bible Center. Jerusalem.
BO Bibliotheca Orientalis
BSL Bulletin de la Societé de Linguistique de Paris
BSOAS Bulletin of the School of Oriental and African Studies. University of London.
CAD The Assyrian Dictionay of the Oriental Institute of the University of Chicago.
1956-.
DBAT Dielheimer Blätter zum Alten Testament
DCH Dictionary of Classical Hebrew (ed. Clines). Sheffield 1993–
DJD Discoveries in the Jdaean Desert (Oxford).
EA J.A. Knudtzon, Die El-Amarna Tafeln. Leipzig 1907-15.
EB Encyclopaedia Biblica. Thesaurus rerum biblicarum alphabetico ordine digestus
(Ed. E.L. Sukenik et alii). Jerusalem 1965-82, 3ª impr. (Heb.).
EJ Encyclopaedia Judaica, 16 vols. Jerusalem 1971-72.
ESA Epigraphic South Arabian (inscripciones epigráficas sudarábigas)
GKC Gesenius’ Hebrew Grammar as Edited and Enlarged by the Late E.
Kautsch. Second English Ed. revised by A.E. Cowley. Oxford 1910.
GLECS Comptes rendus des séances du groupe linguistic d’études chamito-sémitiques
HAR Hebrew Annual Review
HS Hebrew Studies
HSS Harvard Semitic Studies
HUCA Hebrew Union College Annual
IEJ Israel Exploration Journal
IOS Israel Oriental Studies
JA Journal Asiatique
JANES Journal of Ancient Near Eastern Studies. Columbia University.
JANESCU The Journal of the Ancient Near Eastern Society of Columbia University.
Abreviaturas iii
JAOS Journal of the American Oriental Society
JBL Journal of Biblical Literature
JNES Journal of Near Eastern Studies
JNWSL Journal of Northwest Semitic Languages
JOTT Journal of Translation and Textlinguistics
JPOS The Journal of the Palestine Oriental Society
JQR Jewish Qarterly Review
JS Journal for Semitics / Tydskrif vir Semitistiek
JSS Journal of Semitic Studies
JThSt Journal of Theological Studies
KTU M. Dietrich, O. Loretz and J. Sanmartín 1995: The Cuneiform
Alphabet Texts from Ugarit, Ras ibn Hani and Other Places.
KUSATU Kleine Untersuchungen zur Sprache des Alten Testaments und seiner Umwelt
(Universität Mainz).
MEAH Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos
MUSJ Mélanges de l’Université Saint-Joseph de Beyrouth (también conocida
como Mélanges de la Faculté Orientale de Beyrouth)
OLA Orientalia Lovaniensia Analecta.
OLZ Orientalische Literaturzeitung
OR Orientalia
Or. Suec Orientalia Suecana
OudSt Oudtestamentische Studiën
PAAJR Proceedings of the American Academy for Jewish Research
PEQ Palestine Exploration Quarterly
PLO Porta Linguarum Orientaliu (Wiesbaden)
Proceedings Proceedings of the International Conference on Semitic Studies held i Jerusalem,
19-23 July 1965 (Jerusalem 1969)
RB Revue Biblique
RÉJ Revue des Études Juives
ScrHier Scripta Hierosolimitana
SSLL Studies in Semitic Languages and Linguistics (Leiden)
SSN Studia Semitica Neerlandia (Assen)
UF Ugarit-Forschungen
VT Vetus Testamentum
VTS Supplemts to Vetus Testamentum
ZA Zeitschrift für Assyriologie und verwandte Gebiete
ZAH Zeitschrift für Althebraistik
ZAW Zeitschrift für die alttestamentliche Wissenschaft
ZDMG Zeitschrift der deutschen morgenländischen Gesellschaft
OTRAS ABREVIATURAS
iv Abreviaturas
(No incluimos las de uso general en las publicaciones españolas y las habituales
en los estudios de gramática y lengua)
abs. absoluto
AB arameo bíblico
aram. arameo
AT Antiguo Testamento
c. circa, en torno a. Pero en los Paradigmas indica la persona común
C consonante (generalmente usado en las secuencias CVC = conso-
nante - vocal - consonante, etc.)
CA cananeo antiguo
Codex C Códice de Profetas de El Cairo (edición facsímil, Makor, 1971)
Codex L Codex Leningradensis B19a
constr. constructo
DSS Dead Sea Scrolls
est. estado (p.ej., est. abs. y constr. = estado absoluto y constructo)
HA hebreo arcaico
HB hebreo bíblico
HBA hebreo bíblico arcaico
HBT hebreo bíblico tardío
HM hebreo misnaico
HQ hebreo de Qumrán
HS hebreo samaritano
LXX Septuaginta
n. nota
P predicado (general. en la secuencia S–P, sujeto–predicado, o P – S)
Peš. Pešitta
PS protosemítico
R radical (R1, R2, R3 = 1ª radical, 2ª radical ...)
S sujeto (general. en la secuencia S–P, sujeto – predicado, o P–S)
Secunda Segunda columna de los Hexapla de Orígenes. Citas tomadas prin-
cipalmente de G. Mercati, Psalterii Hexapli Reliquiae, I. Codex rescrip-
tus Bibliotecae Ambrosianae 0.39 Supp. phototypice expressus et transcriptus
(Roma 1958).
TM texto masorético
V vocal (generalmente usado en las secuencias CVC = consonante -
vocal - consonate; etc.)
v. versículo
Vulg. Vulgata
Abreviaturas v
SÍMBOLOS CONVENCIONALES
6. Bien entendido que todos los detalles propiamente lexicológicos han de ser
buscados en los buenos diccionarios.
Prólogo a la edición origimal francesa x
En la Fonética y la Morfología no hemos traducido todas las palabras
citadas, sobre todo las que aparecen con mayor frecuencia7. En algunos
casos recurrimos al latín para expresar un matiz con mayor exactitud.
A veces hemos citado comparativamente el árabe, el arameo y el
siríaco: estimamos que los estudiantes apreciarán la necesidad de un cono-
cimiento al menos elemental de estas lenguas para una plena comprensión
de la lengua hebrea.
La Sintaxis, parte tan descuidada de la gramática hebrea, ha recibido el
amplio desarrollo al que tiene derecho8. Hemos intentado hacer la lectura
más fácil, ofreciendo in extenso y traduciendo9 muchos ejemplos, en lugar
de acumular simples referencias al texto bíblico. Raramente hemos inten-
tado dar la lista completa de los pasajes donde se encuentra un fenómeno;
pero sí hemos indicado el grado relativo de frecuencia10.
Generalmente hemos evitado citar ejemplos críticamente dudosos11: su
discusión, que habría desbordado los límites de esta gramática, queda para
el comentario filológico. En cuanto a la terminología, hemos conservado
los términos recibidos, salvo en los casos en que estos términos sugieren
una idea falsa. Los términos que forman parte del vocabulatio corriente
en la gramática hebrea, por ejemplo qal, nifal, piel, hifil, se escriben de la
forma más simple posible, como palabras francesas. Actuamos de igual
manera con referencia a los términos convencionales que empleamos en
la Sintaxis para designar los tiempos, por ejemplo, qatal para el perfecto,
yiqtol para el futuro (cf. § 111 b ).
En los Paradigmas, que, para comodidad del estudiante, forman con
los Índices un fascículo separado, se encontrarán ciertas innovaciones de
carácter pedagógico. En los verbos, inmediatamente después del perfecto
1. Las dimensiones de la edición francesa son pp. xii + 542 + 79* (paradigmas e
índices)
Prólogo a la primera edición inglesa xiii
está ampliamente justificado que actualicemos esta gramática en una
lengua más leída y conocida en nuestro tiempo. Tal actualización debe
considerarse esencial y deseable, aunque la gramática de Joüon haya
resistido muy bien el test del paso del tiempo. En realidad, como obser-
vará el lector atento, muchas características importantes del proto-hebreo,
que Joüon sólo podía reconstruir sobre la base cronológicamente pos-
terior del árabe clásico, son ahora confirmadas por las glosas de El
Amarna y el ugarítico. En bastantes cuestiones se adelantó a su tiempo2.
Así pues, la edición aquí presentada es una traducción inglesa y
revisión del original francés3. Con la excepción del prólogo a la edición
francesa original, que se presenta intacta en versión inglesa, apenas queda
un párrafo que no haya sido revisasdo. Tal revisión puede tomar la forma
de una nueva nota a pie de página, una nueva redacción del cuerpo del
texto, ocasionalmente la supresión de algún párrafo o la inserción de un
nuevo párrafo4. Por mor de claridad y para facilitar la comprensión del
lector, se ha decidido no marcar las revisiones externa o tipográficamente.
Para realizar la revisión y actualización, creemos haber leído tan exten-
samente como nos ha sido posible monografías y artículos publicados en
revistas y homenajes desde 1920, incluídas las escritas en hebreo moder-
no. Hoy día, los más serios hebraístas sólo en su propio perjuicio pueden
ignorar los trabajos escritos en esta lengua. El solo género de bibliografía
secundaria que no ha sido cubierto es el enorme y creciente número de
comentarios al Antiguo Testamento.
En su prólogo, Joüon señala los principios más importantes que le
guiaron en la escritura de su gramática. Sin volver necesariamente sobre el
mismo tema, juzgamos oportuno detenernos en las líneas generales que
hemos seguido en nuestra actualización y revisión.
a. La gramática es esencialmente descriptiva en su enfoque y compren-
sión, o dicho de otra manera, su enfoque es sincrónico, no diacrónico o
histórico. A diferencia de la gramática incompleta de Bauer – Leander, no
Takamitsu Muraoka
Octubre, 1990
Takamitsu Muraoka
Diciembre, 1992.
Vakgroep Hebreeuwse, Aramese, en Ugaritische Talen en Culturen,
Facultein der Letteren,
Rijkuniversiteit te Leiden,
Leiden,
The Netherlands.
PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN INGLESA
Takamitsu Muraoka
Junio, 2005
NINO ( The Netherlands Institute for the Near Eastern Studies)
Leiden University
The Netherlands
Contenido
CONTENIDO
——————
INTRODUCCIÓN
§ 1. Delimitación de la gramática hebrea 1
§ 2. Ubicación del hebreo entre las lenguas semíticas 2
a Las lenguas semíticas. aa Clasificación tipológica. ab Clasi-
ficación histórica. b Grupo Nordoriental. c Grupo nordoc-
cidental. d Arameo. e Hebreo. f Fnicio. fa Ugarítico. h Árabe. i
Etiópico. j Características de las lenguas semíticas. k Afinidad
del grupo semítico con otras lenguas.
§ 3. Historia del hebreo bíblico 8
a Uniformidad y diversidad. b Dos períodos principales. Los
rollos del Mar Muerto. c Diferencias dialectales. d Prosa y
poesía. e Hbreo bíblico arcaico. f Variedad.
§ 4. Historia de la gramática hebrea 12
a Gramáticos hebreos medievales. b Humanistas. c-d Gramática
científica moderna. e Lexicografía. f Concordancias. Tabla
comparativa de alfabetos.
PARTE I
ORTOGRAFÍA Y FONÉTICA
§ 5. Consonantes: escritura y pronunciación 19
a Fonemas. b Alfabeto. c Tabla del alfabeto hebreo. d Letras
finales. e Letras extensibles. f Valores numéricos. g Abrevia-
turas. ga Fuentes para la pronunciación. gb Sonido y fonema. h
Clasificación de las consonantes. i Velares y enfáticas. j Gutu-
rales. k j. l g. la Debilitación de las guturales. m Sibilantes. n
Linguales. o Begadkefat. p Dageš. q Fonemas preservados en
hebreo. r Tabla comparativa con lenguas emparentadas. s Pro-
nunciación hebrea moderna.
Contenido
§ 6. Las vocales: sus símbolos y pronunciación 34
a Cualidad y cantidad. b Escala de timbres. c El sistema
tiberiense indixa sólo la cualidad. d Cantidad de las vocales. e
Observaciones. f Vocales pre-tiberienses. g Pronunciación. h
Pronunciación israelí contemporánea. i Vocales hebreas en
relación con las proto-semíticas. j La vocal ±̈. k /a/ > ø^ . l-n
Dos tipos de qames.ˇ
§ 7. Consonantes (matres lectionis) 46
a Matres lectionis. b Como indicadoras del timbre. c Como indi-
cadoras de la cantidad. d u y h en final de palabra.
§ 8. Šwa 50
a Indicador de vocal cero. b Las cinco reglas de Elías Levita. c
Argumentación en círculo vicioso. d Šwa en consonante final
de palabra. e Šwa seguido de fricativa begadkefat. f Šwa en la
pronunciación israelí contemporánea.
§ 9. Matización del šwa: šwa compuesto o hˇatˇef šwa 55
a Los tres signos. b Con consonante no gutural. c Óatˇef patahˇ. d
Óatˇef qamesˇ.
§ 10. Dageš 56
a-c Dageš forte y lene.
§ 11. Mappiq 57
a Se ecuentra en v final para indicar que no es quiescente. b
Hace que la consonante se pronuncie.
§ 12. Rafé 58
a El signo y la función. b Significado.
§ 13. Maqqef 58
a Signo y función. b Reglas para el uso de maqqef. c La palabra
que precede al maqqef. d Observación.
§ 14. Meteg 59
a Signo y función. b Ejemplos. c Usos principales.
§ 15. Acentos 61
a Acento tónico y acento ortográfico. b Tono kh¥gK§ n¦ y tono
©Kn¦ . c Acento fonémico: distinción de palabras. d Dos siste-
gr§
mas de acentos tiberiense. e Conjuntivos y disyuntivos. f Pre-
positivos, pospositivos e impositivos. g Acentos del sistema
estándar. h Acentos del sistema poético. i Uso ordinario del
sistema estándar. j Ejemplo. k Importancia del acento en la
gramática y la exégesis. l Indicadores del tono. m Påseq. n Bi-
bliografía. o Entonación.
Contenido
§ 16. El texto masorético y la masorah 69
a Los masoretas. b División del texto en versículos y capítulos.
c Secciones abiertas cerradas, mayores y menores. d Principales
términos masoréticos. e Qre-Ktiv. f Qre perpetuum. g Lecturas
mixtas. h Particularidades menores.
FONÉTICA
§ 17. Cambios en las consonantes 73
a Alef prostético. b Metátesis. c Caída de la consonante. d
Aféresis. e Síncopa. f Apócope. g Asimilación.
§ 18. Reduplicación de consonantes 75
a Reduplicación o prolongación de consonante. aa Redupli-
cación fonémica. b Reduplicación virtual. c Reduplicación
fuerte. d-g Reduplicación espontánea. h Reduplicación eufónica.
i Dhˇiq. j Meˇra^hˇiq. k Dageš dirimens. l-m Omisión del Dageš forte.
§ 19. Aspiración de las consonantes begadkegat 82
a Pronunciación. b La ley de las begadkefat. c-d En las diversas
posiciones de la palabra. e Excepción. f Dependiendo del mo-
delo morfológico o léxico.
§ 20. Reduplicación de las consonantes guturales (y r) 84
a Escala de aptitud para la reduplicación. b Reduplicación vir-
tual y naturaleza de la sílaba. c Reduplicación espontánea de v.
§ 21. Influencia de las consonantes guturales sobre las vocales 86
a Favorecen la vocal ±. © b ±© suplantando a i o u. c Patahˇ furti-
vum. d Asimilación parcial de i y u a e^ y o^. e La influencia
después de la gutural. f Óatˇef por šwa. g-i Vocalización de la
gutural al principio de palabra. j El cambio de Ð © aÐ ¤ ante una
gutural. k Preferencia de patahˇ por segol.
§ 22. Óatˇef auxiliar despues de una gutural 88
a Óatˇef auxiliar. b Reglas del Hatˇef. c Cambio de hateˇ f a vocal plena.
d Supresión del hatˇef.
§ 23. La consonante r comparada a las guturales 89
a En cuanto a la reduplicación. b Favorece la vocal ±© .
§ 24. La gutural t 89
a La más débil de las guturales. b Alef pronunciada. c Alef
silente. d Evolución de /a/ ante alef sin vocal. e Contracciones.
f Transposición de vocales. fa Síncopa de alef.
§ 25. La gutural v 91
a Pronunciada y quiescente. b-c Síncopa.
Contenido
§ 26. Las consonantes semivocálicas u y h 92
a La pérdida del carácter consonántico. b Evolución de los
conjuntos /uw/ e /iy/. c Evolución de los conjuntos /aw/ y
/ay/. d /w/ e /y/ a final de palabra. e La conjunción u y h al
inicio de palabra.
§ 27. Sobre la sílaba 93
a La división en sílabas. b Abiertas y cerradas. c Sílabas anó-
malas: semicerradas y virtualmente cerradas. d-db Observacio-
nes. dc Consonante reduplicada a final de palabra.
§ 28. Vocales en relación con diversos tipos de sílabas 95
a Reglas. b En sílaba abierta. c En sílaba cerrada.
§ 29. Cambios vocálicos 96
a Fluidez. aa Ley de Philippi. ab Contracción de diptongos. b
vocales originalmente largas /oˇ/, /u/ e /i/. ba Las vocales
etimológicamente largas ¥ e • se abrevian. c Vocales Ð̈ « ,±
« , ±.
¥ d
Atenuación de ±¥ en ±.© e Atenuación de ±̈ en ±¤ o ±. ¦ f ±© > ±¤
ante gutural. Secuencia vocálica /e^–o^/. g Ley de la atenuación.
h Disimilación.
§ 30. Pérdida de vocales 101
a Sustitutivos šwa o de hˇatˇef. b Vocales originalmente largas y
contractas. c Vocales primitivas breves en sílaba cerrada. d-g
Vocales primitivas breves en sílaba abierta.
§ 31. Acento tónico: posición y desplazamiento 103
a Nociones fundamentales y reglas generales. b Desplaza-
miento del tono hacia adelante. c Retroceso del tono: nsiga. d
Casos anómalos.
§ 32. Pausa 105
a Consecuencias de la pausa. b Cambio puramente cuantitativo.
c Cambio de vocales. d Restauración de vocales. e Desplaza-
miento del acento tónico. f Pausa mayor e intermedia. g Otros
efectos de la pausa.
§ 33. Hiatus 107
PARTE II
MORFOLOGÍA
§ 34. Observaciones generales 109
a Raíces. b Identificación de la raíz. c Raíces deverbativas y
denominativas. d Partes de la oración. e Morfemas y alomorfos.
Contenido
CAPÍTULO I
ARTÍCULO DEFINIDO Y PRONOMBRE
§ 35. El artículo definido 113
a El artículo definido hebreo es un antiguo demostrativo. b La
forma normal del artículo. c El artículo ante consonante no
gutural seguida de šwa. d Ante consonante gutural. e Síncopa
del artículo. f Nombres cuya vocal se modifica por la influencia
del artículo. g Observaciones.
§ 36. Pronombre demostrativo 116
a Formas ordinarias. b Formas raras. c Demostrativos adje-
tivos. d Pronombres personales como adjetivos. e Valor de-
mostrativo del artículo.
§ 37. El pronombre interrogativo 117
a hn para personas. b vn para cosas. c vn proclítico. d vn
enclítico. e vn independiente. f Resumen: vn̈, v¤n y Îv©n.
§ 38. El pronombre relativo 119
§ 39. El pronombre personal 121
a-b Pronombres separados. c El femenino Ktiv tuv en el Penta-
teuco. d Pronombres sufijos.
CAPÍTULO II
EL VERBO
§ 40. Observaciones generales y clasificación 127
a Conjugaciones. b Tiempos y modos. c-d Clases de verbos.
§ 41. Conjugación qal 130
a Verbos de acción. b Verbos estativos. c Participio de los ver-
bos estativos. d Identificación de los verbos estativos. e La
vocal de la preformante del futuro. f Lista de los verbos estati-
vos más comunes.
§ 42. Conjugación del perfecto qal 135
a Conjugación mediante aformantes. b El perfecto de los
verbos de acción. c El perfecto de los verbos estativos. d cam-
bios de vocalización. e Contracción de las aformantes. f Obser-
vaciones sobre las terminaciones personales.
§ 43. Perfecto inversivo hT¦Å k§ y© ë§u 138
a Desplazamiento del acento tónico. b Particularidades de los
verbos t"k y v"k.
§ 44. Conjugación del futuro qal 139
a Conjugación preformativa. b Primera vocal. c Segunda vocal.
d-da Observaciones sobre algunas personas. e-f Nun paragógico.
Contenido
CAPÍTULO IV
PARTÍCULAS
§ 102. El adverbio 341
a Clases de adverbios. b Adverbios derivados. c Adverbios de
suplencia. Adjetivos. d Sustantivos. e Inf. abs. f Numerales
usados adverbialmente. g Hif‘il adverbial. h Adverbios demos-
trativos. i Interrogativos. j Negativos. k Adverbios con sufijos.
l-o Vocalización del interrogativo v.
§ 103. La preposición 348
a Origen de las preposiciones. b-c Preposiciones prefijadas C§ , F§
y k§ . d La preposición ocasionalmente prefijada i¦n. e Flexión de
las preposiciones. f Flexión de k y c. g Flexión de F§ . h Flexión
de i¦n. i Flexión de o¦g. j Flexión de ,¥t, “con”. k Flexión de ,¥t,
partícula de acusativo. l Preposiciones que toman sufijos como
nombres plurales. m Preposiciones con raíz h"k: k©g, s©g, k¤t. n
Otras preposiciones: rÅ©jt© , ih¥C, ch¦cẍ, ,©jT©Å . o Pseudo-preposi-
ciones.
§ 104. La conjunción 360
a-b Coordinantes y subordinantes. c-d Vocalización de u§.
§ 105. La interjección 362
a-b Palabras de sentimiento y emoción. c Interjección depre-
cativa tb̈Î. d Para llamar la atención: v¥Bv¦ . e Para incitar y animar:
vf̈§k, etc. f Para expresar un deseo: h©kj§ t© , h¥k£jt© , etc.
PARTE III
SINTAXIS
CAPÍTULO I
TIEMPOS Y MODOS DEL VERBO
§ 111. Observaciones generales 367
a Observación preliminar. b Terminología. c Valor de las for-
mas temporales. d Aspecto instantáneo y durativo. e Acción
representada de forma global. f Acción completa e incompleta.
g Modos de “poder”, “deber”, “querer”. h Distinción entre
verbos de acción y estativos. i El verbo vhv como verbo de
acción y de estado.
§ 112. La forma qatal (perfecto) 373
a-b Verbos estativos. c Verbos activos. d Aspecto: acción única
o instantánea. e Acción pasada que se continúa en el presente. f
Contenido
Presente. g Futuro. h Perfecto profético. i Futuro perfecto. j-m
Sentidos de qatal menos usuales.
§ 113. La forma yiqtol (futuro) 381
a Verbos estativos. b Verbos activos. Futuro. c-d Presente:
acción repetida y dirativa. e-f Pasado: acción repetida y durativa.
g Uso descuidado de yiqtol. ga Yiqtol pretérito. h Yiqtol con valor
de qatal. i Con el adverbio zẗ. j Con la conjunción orÅ
¤y¤ . k Con la
conjunción s©g. l-n con el matiz modal de poder, deber, querer. o
Conclusión. p Apéndice: Comparación entre los verbos activos
y estativos en las formas qatal y yiqtol.
§ 114. Modos volitivos directos (cohortativo, yusivo, imperativo) 390
a Con o sin waw. b-f El cohortativo: con o sin tb̈. g-l El yusivo.
m-p El imperativo.
§ 115. Waw con formas verbales finitas 397
a Distinción entre waw de pura yuxtaposición y un waw
matizado por la idea de sucesión, consecución e intención o
finalidad. b-d waw simple y waw enérgico.
§ 116. Modos volitivos indirectos (cohortativo, yusivo, imperativo) 399
a Los modos volitivos indirectos se usan con un u que expresa
idea de consecución o finalidad. b-c Cohorativo indirecto. d-e
Yusivo indirecto. f-g Imperativo indirecto. h Regla general. i
Modos volitivos con u separado. j Con negación.
§ 117. Los tiempos inversivos 404
a-c Las formas wayyiqtol y w-qataltí con waw enérgico. Sobre su
sentido y reconstrucción de su origen. d-e Sucesión y secuencia
lógica.
§ 118. Forma wayyiqtol (futuro inversivo) 408
a Wayyiqtol es la inversión del yiqtol. b Verbos estativos. c-n
Pasado. o- Presente.
§ 119. Forma w-qataltí (perfecto inversivo) 416
a Explicación de la forma inversiva w-qataltí. b Verbos esta-
tivos. c-p Futuro. q-t Presente. u-w Pasado. x Conclusión. y-z
Anomalías. za-zb Colapso gradual y desaparición.
§ 120. Resumen práctico: waw con las formas verbales finitas 427
§ 121. El participio 429
a-b El participio como predicado y como atributo. c Como
predicado: aspecto durativo. d En la esfera de presente. e En la
esfera del futuro. f En la esfera del pasado. g Construcción
perifrástica. h Conclusión. i Participio como atributo. j Par-
ticipio sguido por forma finita. k Construcción del participio:
con sufijos. lm Con sustantivos: en est. abs. y est. constr. n Par-
Contenido
ticipio en est. constr. o-q Participio pasivo. r Participio atribu-
tivo calificando a un pronombre sufijo.
§ 122. Síntesis de las formas temporales hebreas 439
a Tabla sinóptica. b Las formas verbales se limitan recípro-
camente. c Deficiencias de las formas temporales hebreas.
§ 123. El infinitivo absoluto 441
a El infinitivo absoluto es un nombre verbal de acción o de
estado. b-d Usos nominales. e-k Inf. abs. antepuesto. l-n Inf.
abs. pospuesto. o-q Observaciones. r Inf. abs. de otra raíz con-
tinuando a un verbo. s El inf. abs. QIkv̈ expresando conti-
nuidad. t-x Usos verbales. y Observación.
§ 124. El infinitivo constructo 453
a El inf. constr. es un nombre verbal de acción o de estado. b-e
Usos nominales: como sujeto, objeto, genitivo, con negación.
f-j Usos verbales. k-m Inf. constr. con preposiciones. n Expre-
sando una idea adverbial. o Explicativo, equivalente al gerundio
haciendo. p Con valor de forma finita. q-r Seguido por tiempo
finito o por inf. abs. s-t Observación.
CAPÍTULO II
LOS CASOS
§ 125. El acusativo directo 463
a El objeto afectado y el objeto efectuado. b-d Acusativo de
objeto afectado. e-j La partícula ,¥t del acusativo. k-l k como
indicador del acusativo de objeto directo. m-mc C de transi-
tividad. n Acusativo de movimiento o dirección. o Acusativo de
resultado. p Acusativo de objeto efectuado. q-t Acusativo de
objeto interno. u-y Doble acusativo de objeto afectado.
§ 126. El acusativo indirecto 480
a Acusativo predicativo de estado. b Participio. c-f Sustantivo. g
Acusativo de limitación. h Acusativo locativo. i. Acusativo de
determinación temporal. j Acusativo de medida. k Acusativo
de causa. l Acusativo instrumental.
§ 127. Acusativo atributivo 486
a Acusativo atributivo de estado. b Acusativo atributivo de
limitación. c Acusativo atributivo de determinación. d Observa-
ción.
§ 128. Acusativo con un verbo pasivo 487
a Posibilidades. b Con pasivo impersonal. ba Pasivo impersonal
con objeto indirecto. c El segundo objeto de un verbo doble-
Contenido
mente intransitivo permanece en acusativo. d El objeto indi-
recto no puede hacerse sujeto de una oración pasiva.
§ 129. Genitivo y estado constructo 490
a La relación genitival. b Varios genitivos yuxtapuestos. c
Interrupción de la cadena de genitivos. d-f Clases de genitivos:
sujetivo, objetivo, otros. g Genitivo para otras determinaciones.
h Genitivo para expresar la noción de dativo. i-ia Adjetivos con
genitivo. j Expresiones genitivales con Jh¦t, k©g©CÅ y Îi¤C. k
Expresiones genitivales con sentido superlativo. ka-kb Restric-
ciones a la conversión del nomen rectum en sufijo posesivo. l-o
Extensión de la construcción genitival y del estado constructo.
p-q Nombre constructo sobre una oración. r-s El estado
constructo como pura forma de enlace. t Uso estilístico del ge-
nitivo. u Interrupción de la cadena constructa. v Cohesión
sintáctica de las frases constructas.
§ 130. Genitivo reemplazado por k 502
a La construcción genitival se evita con frecuencia. b Cuando el
primer nombre es lógicamente indeterminado. c para no alterar
algunas expresiones de construcción genitival. d En las fechas.
e k r¤Jt£ en lugar de k. f-fa Observación. g Comparación con k
referido al verbo.
§ 131. Aposición 506
a Qué es aposición. b-l Principales casos de aposición:. m Apo-
sición laxa. n Aposición o genitivo después de un nombre pro-
pio. o El nombre divino ,Itc̈§m vuvh. p Aposición a un sufjo
pronominal precedente.
CAPÍTULO III
LAS PREPOSICIONES
§ 132. Preposiciones en general 513
a El conjunto preposicional (preposición con su nombre)
como atributo nominal. b El objeto indirecto del verbo. c-ca
Con un verbo pasivo para señalar el agente. d i¦n. e C. f k. g Re-
petición de la preposición.
§ 133. Preposiciones en particular 516
a Principales preposiciones. b Îk¤t. c C. d k. e i¦n. f k©g. g-ha F. i
Preposición sobreentendida. j Preposiciones compuestas. k
Pseudo-preposiciones.
Contenido
CAPÍTULO IV
EL NOMBRE
§ 134. El género de los nombres 525
a Dificultades. b-d En los seres vivos. c-k Fuera de los seres
vivos. l Nombres generalmente femeninos. m Nombres cuyo
género varía. n Nombres femeninos abstractos. o Nombres fe-
meninos colectivos. p Nombre de una unidad. q Doblete feme-
nino. r Doblete de nombres abstractos.
§ 135. La pluralidad expresada por el colectivo singular, el singular de
especie, etc. 529
a La idea de pluralidad. b El nombre colectivo. c Nombres de
especie. d-e Repetición del nombre singular.
§ 136. El plural 532
a Distinción de plurales. b De composición. c De extensión. d-e
De excelencia o majestad (mayestático). f De intensidad. g-i De
abstracción. j De generalización. k En poesía. l Uso del sin-
gular por el plural. m-o Plural de un conjunto genitival.
§ 137. Determinación e indeterminación: el artículo 537
a Nombres comunes. b Nombres propios. c Gentilicios. d
Nombres comunes usados como nombres propios. e Observa-
ción. f-j Determinación perfecta. k-l Indeterminación. m-t De-
terminación imperfecta. u-v Apéndice: el numeral sj̈¤t.
§ 138. Determinación en el caso de aposición 546
a Atributo en aposición. b-d Atributo con artículo. e-h Atributo
sin artículo.
§ 139. Determinación en el caso de un conjunto genitival 549
a Dependiendo de la determinación del nomen rectum. b-c
Excepciones. d Nomina gentlicia. e-i El conjunto genitival con kF.
§ 140. Determinación en el caso de un nombre con sufijo 552
a Un nombre con sufijo es equivalente a un nombre cons-
tructo sobre un nombre determinado. b Ambigüedad del con-
junto genitival. c Un nombre con sufijo no puede llevar artí-
culo. Excepciones.
§ 141. El adjetivo. Comparativo y superlativo 554
a Expresión de la idea adjetival. b-ba Posición dela djetivo. c
Observación. d-e Construcción del adjetivo (est. constr.) sobre
nombres. f El adjetivo como genitivo de un nombre. g-h Com-
paración. i Comparación elíptica: demasiado para. j-n Superlativo.
§ 142. Numerales 559
a Naturaleza de los números cardinales. b-ba Numeral 1. c
Numeral 2. d Numerales 3-10. e Numerales 11-19. f Decenas
Contenido
20-90. g Numerales 100 y 1000. h Numerales intermedios 21-
29. i Centenas 300-900. j Millares 3000-9000. k Observación.
l-m Determinación. ma Numerales 2-10 con sufijo pronominal.
n Elipsis de ciertos nombres de medidas. o Ordinales. p La idea
distributiva. q La idea multiplicativa. r Dos cardinales consecu-
tivos para expresar una cantidad aproximada.
CAPÍTULO V
EL PRONOMBRE
§ 143. El pronombre demostrativo 565
a Origen adverbial del demostrativo. b v¤z como pronombre. c
Sin distinción entre el demostraivo próximo y lejano. d El
matiz de desprecio. e El matiz posesivo. f v¤Zv© enfático. g v¤z en
la interrogación. h Como atributo del nombre. i Adjetivalmente
delante del nombre. j Quasi-demostrativo tUv©v. k Diferencia
entre tUv©v y v¤Zv© .
§ 144. El pronombre interrogativo 569
a-d h¦n y vn̈. e Sentido adverbial de vn. f vn con valor de pro-
nombre indefinido. fa hn y vn como relativos. g Combinados
con rJt. h vn retórico equivalente a una negación.
§ 145. El pronombre relativo 571
a r¤Jt£ es esencialmente conjunción relativa. b • J¤ y r¤Jt£ . c vz y Uz
pronombres relativos arcaicos. d-g El artículo como pronombre
relativo.
§ 146. El pronombre personal 573
a Pronombre independiente añadido a una forma verbal finita.
b Observaciones. c-d Pronombre independiente añadido, en
aposición. e Pronombre con un nombre en aposición. f Pro-
nombre nominal sufijo. g Uso estilístico del sufijo nominal. h
Omisión del sujeto pronominal. i Omisión del objeto prono-
minal. j Observaciones. k Pronombre reflexivo.
§ 147. Sustituciones pronominales 580
a Sustitución del pronmbre reflexivo: o¤mgŤ . b Jh¦t. i Expresiones
para la reciprocidad. d Cada uno. e Tal. f indefinido uno.
Contenido
CAPÍTULO VI
CONCORDANCIA
§ 148. Concordancia del adjetivo (y del participio) 583
a Adjetivo atributivo y participio. b Excepciones. c Anomalías
restecto al género del participio. d Concordancia con nombres
de diferente género.
§ 149. Concordancia del pronombre personal 584
a Número. b Género. c Pronombre independiente. d Apéndice.
§ 150. Concordancia del verbo 586
a 2ª pers. pl. b 3ª pers. c Concordancia con un sujeto simple. d
Con un dual. e Con un colectivo. f Con plural de escelencia o
majestad. g Con nombres de cosas o animales considerados co-
lectivos. h-ia Observaciones. j Forma verbal invariable cuando
precede al nombre. k Cuando el femenino no es tenido en
cuenta. l Cuando el plural no es tenido en cuenta. m Anomalías
por influencia del predicado. n-q Concordancia con un sujeto
compuesto. r Observaciones sobre la concordancia.
§ 151. Apéndice I. Concordancia respecto a la persona 591
a Waw de compañía. b “tu siervo” en el lenguaje reverencial. c-d
Silepsis de persona.
§ 152. Apéndice II. Expresión del neutro 592
a Pronombre demostrativo. b Pronombre personal. c-da Verbo.
e Fenómenos meteorológicos. f Impersonal. fa Pasivo imper-
sonal. g Números cardinales. h Adjetivo femenino con valor de
neutro.
CAPÍTULO VII
ORACIONES
A. ORACIONES EN GENERAL
§ 153. Observaciones generales 595
Clases de oraciones
§ 154. La oración nominal 598
a Definición. b El sujeto. c Omisión del pronombre sujeto. d
Predicado. i Observaciones. ea Oración descriptiva e identi-
ficativa. f El orden de las palabras. fa Posición del pronombre
personal. fb Posición del pronombre demostrativo. fc Posición
del participio no sustantivado. fd-fe Oración de participio y
pronombre personal. ff Cuando el predicado es una expresión
preposicional. fg Modificador del predicado y separado de él. g
Oraciones interrogativas. h Oraciones nominales vestidas. i-j
Contenido
Oraciones nominales tripartitas. ja Pronombre demostrativo en
segunda posición. k-l Adverbios de existencia J¥h y i¦ht©Å . m-na El
verbo vhv como cópula. o Oración nominal con un solo miem-
bro. p Pronombre personal como lesser subject. q Oraciones no-
minales bipartitas.
§ 155. La oración verbal 615
a El sujeto. b-g Sujeto personal indefinido. h-i Observaciones. j
El predicado. k Orden de las palabras en la oración verbal. l
En las oraciones interrogativas y estativas. m Oración verbal
copn partícula. n Observación. na-nb Posición del pronombre
personal independiente con un verbo finito. nc El orden en la
oración circunstancial. nd En el comienzo absoluto. ne El
sentimiento religioso afecta al orden de las palabras. nf Jh¦t en
oración negativa. ng Quiasmo. nh En las respuestas. o-oa En las
oraciones vestidas. ob En las respuestas. oc En textos legales. od
Posición del objeto en una oración introducida por waw. p Mo-
dificadores adverbiales al comienzo de la oración. pa Quiasmo.
pb Adverbios interrogativos al comienzo de la oración. q
Objeto indirecto al comienzo de la oración. r Infinitivo con k
al comienzo. s Acusativo al comienzo de la oración. t Prepo-
siciones sufijadas tienden a seguir inmediatamente al verbo.
§ 156. APÉNDICE: Casus pendens ante una oración nominal o verbal 625
a Función y estructura. aa Paralelismo poético. b Genitivo. c
Objeto. d Complemento de una preposición. e Sujeto. f-l Ob-
servaciones. m Casus pendens con algunas partículas.
B. ORACIONES EN PARTICULAR
§ 157. La oración sustantival 628
a Oración sustantival como sujeto, predicado, aposición,
complemento de una preposición o genitivo. b-c Oración
objeto, asindética y sindética. ca-cb Estilo indirecto y directo. d-g
Observaciones.
§ 158. La oración relativa 631
a* Observaciones generales. a-b Oración asindética:verbal y
nominal. c Omisión del pronombre retrospectivo. d La oración
relativa asindética puede ser sustantivada. da-dc Variedad de
relaciones sintácticas entre el antecedente y su oración relativa
asindética. e-ea Oración sindética (con rJt). f Dtereminación o
indeterminación del antecedente. g-k Pronombre retrospectivo
sujeto. l-m Oración sustantival con rJt. n Silepsis de la per-
Contenido
sona. o Paronomasia en la oración relativa. p-t Uso de rJt. u
Oraciones relativas largas.
§ 159. La oración circunstancial 640
a Funcionalmente denota una acción o circunstancia que a-
compaña a la oración principal y, consiguientemente, está sub-
ordinada a ella. b-c Oración asindética. d-e Oración copulativa. f
Observación.
§ 160. La oración negativa 642
a Partículas negativas ordinarias. b-e t«k. f k©t. g-y i¦ht©Å , ih¥t. j La
elección de la negación. k Lo contrario y lo contradictorio. l
h¦Tk§ c¦ k§ . m k©C, h¦kC§ y h¦Tk§ C¦ . n orÅ
¤y¤ y x¤ptŤ . o t«k, ih¥t y h¦kC§ con valor de
sin. oa t«k como negación categórica y k©t con matiz volitivo. p
Observaciones generales.
§ 161. La oración interrogativa 650
a Entonación. b Matiz exclamativo de la partícula v£. c t«k£v. d o¦t
e t«k o¦t. e Pregunta disyuntiva. f Pregunta indirecta. g Obser-
vación. h vN̈Å̈k. i Qk̈Îv©n. j h¦fv£. k Observaciones generales. l Parti-
cularidades de la respuesta. m Tiempo verbal de la apódosis
con waw.
§ 162. La oración exclamativa 655
a Palabras interrogativas se usan como exclamativas. b Qh¥v y v£. c
Un sustantivo como exclamación. d Partículas exclamativas
más frecuentes. e kIe como exclamación.
§ 163. La oración optativa 656
a Uso del modo volitivo. b Oración nominal optativa. c Uso de
las partículas condicionales o¦t, Uk y h¥k£jt© . d Formulación del
deseo mediante pregunta exclamativa. El tipo i¥T¦h h¦n.
§ 164. La oración aseverativa 658
a Adverbios para reforzar la afirmación. b h¦F enfático. c o¦tÎh¦F. d
t«k£v. e El infinitivo absoluto para enfatizar una aseveración. f o¦t
e t«k o¦t con valor afirmativo. g Otras partículas con dudoso
carácter enfático.
§ 165. La oración de imprecación y juramento 660
a Imprecación. b-d Juramento. e-f Con fórmula exclamativa:
h¦b·ẗÎh©j, vuvh h©j, etc. g-h Contaminación recíproca entre la impre-
cación y el juramento. i-j Observaciones. k La fórmula h¦K vk̈hÅk¦ j̈.
§ 166. La oración temporal 662
a Parataxis e hipotaxis. Relación de tiempo expresada por
simple waw. b Sucesión. c-i Simultaneidad. j Anterioridad. k
Relación de tiempo expresada con otras partículas distintas de
Contenido
waw. l Simultaneidad. m F. n r¤Jt£ F© . o h¦F. p o¦t. q Omisión del
introductorio h¦v§h©u o vḧv̈§u.
§ 167. La oración condicional 669
a Expresada por yuxtaposición. b Expresada por waw. c o¦t en la
prótasis y u de apódosis. d Diversos tipos mezclados. e Sub-
condición en una condición. f Condición real o irreal: uso de
o¦t, Uk, h¥kUk. g Uso de los tiempos verbales. h-i Con o¦t y h¦F en la
prótasis. j r¤Jt£ en sentido de h¦F. k Sobre la condición o hipó-
tesis irreal. l-n i¥v, v£, h¦cẗ en sentido condicional. o-r Elipsis en la
prótasis o en la apódosis. s h¦F de afirmación en la apódosis. t
Efecto de una negación. u Oración condicional y consecutiva. v
Orden de los componentes Condición–Condicionado.
§ 168. La oración final 675
a Oraciones finales y consecutivas. b Finalidad expresada por w
y volitivo indirecto. c k + inf. constr. d r¤Jt£ i©gn©Å k§ . e rUc£gC© . f r¤Jt£ .
g-h i¤P. i t«k§u + futuro.
§ 169. La oración consecutiva 677
a Oración consecutiva y oración final. b Expresión por un voli-
tivo indirecto o por indicativo. c Por medio de waw inversivo:
wayyiqtol o w-qataltí. d Por k + inf. constr. e-g Uso de h¦f, r¤Jt£ y
i©gn©Å ©k. h i¦n + infinitivo. i Apéndice.
§ 170. La oración causal y explicativa 679
a Causalidad ordinaria, explicativa y supuestamente conocida. b
Expresión mediante simple yuxtaposición de dos oraciones. c
Mediante waw. d-da Partícula h¦F. e r¤Jt£ . f i©g©Åh. g (r¤Jt£ ) c¤eg¥Å y ,©jT©Å
r¤Jt£ . h k©g. i i¦n, r¤Jt£ h¥bP§ n¦ . j C. k r¤Jt£ F© . l rUc£gC© . m Partícula causal
afectando a dos oraciones yuxyapuestas. n-o Orden de los con-
stituyentes Causa – Causado.
§ 171. La oración concesiva 682
a Matices de la concesión. b-e Partículas h¦F, h¦F o©D, o¦t, k, k©g. f
Mdiante simple yixtaposición de los dos miembros unidos por
waw. g Infinitivo absoluto.
§ 172. La oración adversativa 683
a Expresión mediante simple waw y waw inversivo. b ok̈Ut y ok̈Ut§u.
c h¦F y o¦t h¦F después de una negación. d Infinitivo absoluto.
§ 173. La oración exceptiva 684
a h¦F x¤ptŤ , h¦Tk§ C¦ y o¦t h¦Tk§ C¦ . b o¦t h¦F después de negación. c Del
sentido exceptivo al de absoluta necesidad.
§ 174. La oración comparativa 685
a r¤Jt£ F© . b i¥F en la apódosis y waw de apódosis. c-d Preposición F.
e i¥F sin r¤Jt£ F© . f Comparación virtual. g Acusativo de objeto
Contenido
interno seguido por una determinación. h Comparación me-
diante simple waw. i F /// F (o fU /// F).
§ 175. La oración disyuntiva 686
a Uso de It o simplemente waw. b u /// u. c o¦t /// o¦t. d It /// It. e In-
terrogación disyuntiva.
CAPÍTULO VIII
LA CONJUNCIÓN WAW
§ 176. Waw de apódosis 689
a-c Waw de apódosis y waw de recuperación o enlace. d En las
proposiciones condicionales. e En proposiciones causales. f-h
En proposiciones temporales. i-j En oraciones de relativo y
casus pendens. k Wayyiqtol y w-qataltí. l-n Otros casos. o En pausa
mayor.
§ 177. Síndesis y asíndesis 692
a Tendencia a la construcción sindética. b-c Verbos semi-
auxiliares que expresan repetición: cUJ y ;©xḧ, ;h¦xIv. d kh¦tIv. e
Construcción sindética con imperativos. f Imperativo Q¥k como
interjección. g Asíndesis cuando en una secuencia de dos
verbos el primero expresa una noción adverbial. h Oración in-
troducida por waw equivalente a una oración-objeto. i Ora-
ciones introducidas por v¥Bv¦ u§ después del verbo “ver”. j-k Con
verbos de mandato, el tipo “él ordenó y ellos hicieron” por “él
ordenó hacer”. l-n Waw emocional y enfático. o-q Síndesis y
asíndesis de nombres. r Doble waw en las proposiciones condi-
cionales y disyuntivas. s Asíndesis de otras palabras que no son
el verbo. t Interrupción de cadena de términos coordinados.
PARADIGMAS 699
ÍNDICES 729
Palabras hebreas
Materias
Citas Bíblicas
Autores
Bibliografía
§ 1. Delimitación de la gramática hebrea 1
INTRODUCCIÓN
1. Cf. Morag 1974: 52s; sobre la obra de los sabios sirios, cf. Segal, 1953;
Trebolle, 1998: 296; del Valle 2002, esp. cap. 2, “La gramática siríaca”.
Es conveniente distinguir entre los naqdanim, que inventaron o estuvieron
directamente involucrados en la forja del sistema de puntuación, y los “sabios
masoretas”, que estudiaron y escribieron sobre cuestiones surgidas del texto
así puntuado (cf. § 16 a). La distinción es útil, aún cuando los manuscritos
bíblicos (y relacionados) del momento atestiguan la diversidad de realidades y
tradiciones lingüísticas incluso en manuscritos que usan el sistema simple de
puntuación babilónica. Cf. cómo una cadena de sabios masoretas son
nombrados y caracterizados por un sabio medieval anónimo (cf. Levy 1936:
10).
2. Junto al sistema tiberiense de puntuación o vocalización existieron otros
como el palestinense, el babilónico y el samaritano, cada uno con su propio
conjunto de signos de formas diferentes representando un sistema fonoló-
gico diferente. Existen, además, manuscritos bíblicos con puntuación tibe-
riense, cuyo sistema fonológico es, sin embargo, palestinense. Cf. Bauer-
Leander 1922: §§ 6-9; Morag 1962: pp. xx-xxx, y 1968; Yeivin 1985. De los
cuatro sistemas el tiberiense es el mejor conocido, el último y el más
meticuloso; y lo que es más importante, en ninguno de los otros tres sistemas
se conserva ningún manuscrito con todo el Antiguo Testamento (en el sama-
ritano por razones obvias; sobre este sistema, cf. Ben-Óayyim, 1957-1977:
vol. 5, 29-37).
2 § 2. Ubicación del hebreo entre las lenguas semíticas
solemnemente en los servicios litúrgicos de las sinagogas de su tiempo.
Esta pronunciación, que muestra cierta elegancia y afectación delibe-
radas, tiene sin duda rasgos artificiales, pero no hay razón para dudar
sustancialmente de su autenticidad. Los naqdanim quisieron recoger
fielmente la pronunciación contemporánea cuando la tradición corría
peligro, y se puede presumir que consiguieron su objetivo. La coheren-
cia interna del sistema y la comparación con las lenguas afines testimo-
nian en favor de los vocalizadores.
Los detalles de la gramática hebrea, especialmente de la morfología,
se basan en la vocalización de los naqdanim, cuya fiabilidad se presume
hasta que no se demuestre lo contrario3. Otra cuestión es cuándo y
dónde surgió un sistema de la lengua hebrea partiendo de tales detalles.
Nuestra presunción es que los naqdanim registraron una determinada
tradición de lectura de la Biblia, pero no impusieron cómo había de ser
pronunciada la Biblia hebrea y aramea4.
§ 2. Ubicación del hebreo entre las lenguas semíticas1
a El hebreo pertenece a la familia de lenguas que desde 17812 es
llamada semítica (cf. Gn 10,21-31). Estas lenguas pueden ser clasifi-
cadas según su distribución geográfica, como se señala infra, §§ b-i 3.
4. Cf. Greenfield 1969: 92-101. Sobre el eblaíta, cf. Gelb 1977; Cagni 1981 y
Fronzaroli 1984; Dombrowski 1988. Esta lengua semítica, recientemente
descubierta, documentada en los descubrimientos de Ebla en la Siria central,
ca. 50 kms. al sur de Alepo, muestra una estrecha afinidad con el antiguo
acadio y al lengua de Mari: cf. Faber 1997: 7.
El ammonita, contrariamente a su primera clasificación como nord-
arábigo, hoy es considerado cananeo; cf. Jackson 1983, obra, sin embargo,
criticada severamente por Lipinski (1986), quien ofrece además importante
bibliografía. Véase también Aufrecht 1987 y especialmente 1989.
5. Para una discusión general de los dialectos pertenecientes a la clasificación de
los dialectos semíticos nordoccidentales, cf. Kaufman 1988.
6. Cf. Hetzron 1974; 1976: 101-6. Hetzron junta en un mismo grupo al árabe y
al cananeo frente al arameo, pues este último atestigua la terminación de 2/3
pers. pl. del fut. en -å(n) frente a -na/nå en el primer grupo. Sin embargo, una
inscripción en arameo antiguo procedente de Tell Fekheriyeh atestigua el
morfema del primer grupo: cf. Huehnergard 1986a. Voigt (1987: 14s.)
asignaría también el sudarábigo epigráfico al semítico central.
7. Cf. Kienast 2001: § 17. Terminología alemana: Altsemitisch, Frühjungsemitisch,
4 § 2. Ubicación del hebreo entre las lenguas semíticas
b Grupo Nordoriental (Babilonia, Asiria): Acadio (término moderno,
genérico, en cuanto opuesto a sumerio, lengua no semítica también
hablada en Babilonia). El acadio comprende dos dialectos, el asirio y el
babilonio. Existen documentos de escritura cuneiforme en acadio
desde la segunda mitad del tercer milenio a.C. hasta el comienzo de la
era cristiana8.
c Grupo Nordoccidental9 (Mesopotamia, Siria): arameo, hebreo, fenicio.
d El arameo10 parece que se habló inicialmente por las tribus del de-
sierto de Siria y gradualmente fue extendiéndose por el este y el oeste a
las regiones adyacentes. En el período persa produjo un considerable
debilitmiento del hebreo en Palestina. El documento arameo más
antiguo11 que se conoce es la inscripción bilingüe asiria-aramea de Tell
Fekheriye, datada probablemente en el s. IX a.C.12.
Los dialectos arameos de los subsiguientes períodos pueden
dividirse en orientales (en algunos de los cuales, postcristianos, la
preformante de la tercera persona en el futuro es n) y occidentales (que
usan para la tercera persona del futuro la y, como el resto de las
lenguas semíticas). Los principales dialectos del aram. oriental son el
siríaco, originalmente un dialecto de Edesa (ulteriormente subdividido
en oriental o siríaco nestoriano y occidental o siríaco jacobita), el
dialecto judío del Talmud de Babilonia y el mandeo. Al aram.
occidental pertenecen los dialectos más tardíos del Targum pales-
tinense y del Talmud de Jerusalén, también el samaritano, el palmireno
(inscripciones desde el s. I al III d.C), el nabateo (inscripciones del s. I
Spätjungsemitisch (inglés: Old Semitic, Early Young Semitic, Late Young Semitic).
8. Existe un estadio anterior, el acadio antiguo, aunque no es seguro que el
babilonio y el asirio desciendan de él directamente. La gramática estándar es
la de W. von Soden, 31995; del mismo autor, el diccionario (Wiesbaden,
1965-81); en curso está The Assyrian Dictionary of the Oriental Institute of the
University of Chicago (Chicago, 1956-).
9. Sobre el concepto del semítico nordoccidental y del hebreo como su mayor
representación, cf. Harris 1939, 8-10, y Garr 1985. Un diccionario que cubre
el material epigráfico de las lenguas semíticas nordoccidentales es el de
Hoftijzer – Jongeling 1995.
10. Cf. Chabot 1910 y Rosenthal 1939 y 1978.
11. Con la posible excepción de la brevísima inscripción de Tell Halaf, que
pudiera datarse hacia el s. X a.C.
12. Para una edición de las inscripciones en arameo antiguo, véase Donner –
Röllig 21966-69; Rosenthal 1967; Gibson 1975. Para gramáticas, Degen 1969;
Segert 31986; Martínez Borobio, 1996 y 2003.
§ 2. Ubicación del hebreo entre las lenguas semíticas 5
d.C.), el arameo cristiano-palestino y un dialecto moderno de Ma‘lula
en el Anti-Líbano13.
En el período persa se desarrolló una forma estandarizada de aram.
literario por todo el imperio, de donde su nombre Reischsaramäisch o
“Arameo imperial”14. Hay, sin embargo, constancia de que ya en este
período existieron variantes dialectales. Este arameo literario es la
lengua de los papiros de la colonia judía de Elefantina (s. V) y de
algunos capítulos de Esdras (4,8-6,18; 7,12-26) y Daniel (2,4-7,28);
estuvo vivo hasta el cambio de era, pues básicamente es la forma que
se encuentra en algunos escritos literarios del desierto de Judá y en el
Targum de Onqelos.
e El hebreo15 es un desarrollo de la lengua hablada en Canaán antes de
la llegada de los israelitas16. La antigua lengua de Canaán17 es conocida,
entre otras cosas, por las glosas de las cartas babilónicas encontradas
en Tell el Amarna (Alto Egipto). Estas cartas, datadas en torno al 1400
Ahituv 1992; Renz & Röllig 1995-2003. Sobre la lengua moabita, cf. Segert
1961; Andersen 1966.
21. Las gramáticas estándar son las de Harris 1936; Friedrich – Röllig 31999; Van
den Branden 1969; Segert 1976, con extensa bibliografía y crestomatía.
22. Es una lengua semítica descubierta recientemente. El intento de clasificarla
dentro del esquema tradicional tropieza con serias dificultades, pues
comparte significativas isoglosas con diferentes lenguas semíticas. Véase
Goetze 1941; Harris 1939: 10s; Cantineau 1950: esp. p. 34. Para una similar y
cauta formulación cf. Gordon 1965: 144-46. Greenfield (1969: esp. 97-100)
(con H.L. Ginsberg) enfatiza la afinidad entre el ugarítico y el cananeo. Cf.
Israel 2003a; también Tropper (2000: § 13), para una breve panorámica sobre
§ 2. Ubicación del hebreo entre las lenguas semíticas 7
conocida como Canaán. La lengua usada en la antigua ciudad de Ugarit
(hoy Ras Shamra) en la costa nordocciental de Siria y registrada en
escritura cuneiforme sobre tabletas de arcilla, es de fundamental
importancia para entender la prehistoria de la lengua hebrea y de la
literatura y cultura bíblicas en general23.
g Grupo meridional (Arabia, Etiopía): Árabe, etiópico.
h En árabe septentrional tenemos una inscripción del rey Mar’ulqais
(328 d.C.). Como consecuencia de las conquistas islámicas el árabe se
extendió por Siria, Babilonia y Mesopotamia suplantando gradual-
mente los dialectos arameos; llegó a Egipto, norte de África y
finalmente hasta España.
Los príncipales dialectos del árabe meridional son el mineo, qata-
bánico, hadramítico y sabeo24.
i El etiópico o ge‘ez es la lengua de un pueblo que emigró del sur de
Arabia a Etiopía. El más antiguo testimonio en esta lengua es la
inscripción del rey ‘Ezana de Aksum (s. IV d.C.)25.
j Características de las lenguas semíticas. Las lenguas semíticas
comparten ciertos rasgos que las separan de otras familias de lenguas.
Entre otros muchos que se encuentran específicamente en hebreo,
cabe mencionar los siguientes:
1. La existencia de ciertos sonidos guturales: hˇ j y ‘ g en hebreo;
2. La existencia de consonantes enfáticas: tˇ y, sˇ m y q e en hebreo;
3. Las raíces son predominantemente consonánticas y trilíteras; el
esqueleto consonántico de la palabra expresa la noción general,
las vocales determinan diversas modalidades de la noción26.
raíz. Una idea similar, aunque no plenamente desarrollada, ya había sido insi-
nuada por Lambert 1931-38: § 161. Véase también M. Cohen en Meillet–
Cohen 1952: 85-98; Ullendorf 1958: 66-75 y D. Cohen 1973-79; Bergsträsser
1928, 3-19 [trad. Daniels 1983: 2-24]; Spuler 1953-54: 3-25.
27. Para una descripción tipológica general del grupo lingüístico camito-semítico,
cf. Diakanoff 151974; Lipinsky 1997: 23-47. Véase también Lieberman (1986),
que ilustra cómo el hebreo pudiera ser comprendido en un contexto lingüís-
tico más amplio; y D. Cohen 1988. Sobre algunas cuestiones metodológicas,
cf. Von Soden 1965. También Diakanoff 1988, y Polotsky 1964.
28.Algunos llegan incluso más al sur: p.ej., Dolgopolsky 1998. Véase también
Satzinger 2002 y Voigt 2002.
29. Véase especialmente A. Meillet 1910: 313. Más recientemente, Brunner,
1979; Levin 1971 y 1995.
1. Cf. Chomsky 1964; C. Rabin, A Short History of the Hebrew Language
(Jerusalem, s.f.); Hadas-Lebel 1981; Kutscher 1982; Sáenz-Badillos 1988.
2. Cf. Young 1993.
§ 3. Historia del hebreo bíblico 9
los diversos períodos y escritores. En la sintaxis las variantes son, por
los general, menos significativas. En todo caso, las diferencias son
notables cuando se comparan textos separados por un largo espacio de
tiempo. Así, la sintaxis de los textos históricos del período postexílico,
como Esdras, Nehemías y Crónicas, difiere considerablemente de la de
Samuel y Reyes3.
En el área de la morfología la uniformidad del texto bíblico es más
constante. También aquí es necesario distinguir entre el elemento
consonántico y el vocálico. Dada la naturaleza de la morfología
semítica en la que las consonantes son como el marco que constituye
un elemento estable y las vocales son un elemento variable, a lo largo
de los siglos las vocales cambian más fácilmente que las consonantes.
Puesto que el texto que nos ha llegado nos permite reconocer sólo
unos pocos cambios consonánticos y muy pocos cambios vocálicos, es
altamente probable que el texto consonántico haya sido más o menos
estandarizado a lo largo de los siglos, y es seguro que las diversas
partes del texto consonántico, de cualquier siglo que procedan, han
recibido una vocalización uniforme. Los naqdanim del s. VII impu-
sieron la pronunciación sinagogal de su tiempo tanto a los viejos textos
como a los más recientes, sólo para los cuales es realmente exacta.
Además de la uniformidad del texto consonántico y de la voca-
lización impuesta por escribas y naqdanim respectivamente4, existe otro
elemento de uniformidad que proviene de la voluntad de los mismos
autores. Por cuanto la lengua de los escritos bíblicos tardíos se asemeja
bastante a la de los más antiguos y, sin embargo, difiere muy mucho de
la de la Misnah (s. II d.C.), se puede concluir que el hebreo de la
Misnah (= HM)5 refleja la lengua hablada en las escuelas rabínicas y en
sectores de la población judía en el tiempo de su composición, mien-
3. Cf. Kropat 1909; Polzin 1976; Hurvitz 1982. Rooker (1990) se esfuerza en
mostrar que la lengua de Ezequiel es de transición, siendo como un precursor
de HBT.
Contrariamente a la opinión generalizada de que la fuente sacerdotal
refleja el período exílico y postexílico, recientes estudios tienden a subrayar la
naturaleza arcaica del hebreo de esta fuente: Kulling 1964; Paran 1989;
Milgrom 1990: xxxii-xxxv; Hurvitz 2000.
4. Sobre el trabajo de soferim y naqdanim, cf. Trebolle 31998: 296-308.
5. La lengua de la Misnah es, en sentido amplio, la de parte de la literatura
rabínica, como Tosefta y midrashim halákicos, y la de ciertos documentos
importantes de Qumrán y del Desierto de Judá. Sobre el hebreo misnaico en
general, cf. Kutscher 1971: cols. 1590-1607; Bar-Asher 1990 y 1999; Pérez
Fernández 1992.
10 § 3. Historia del hebreo bíblico
tras que los escritores bíblicos tardíos intentaron generalmente imitar
en cierta medida el modelo sagrado y clásico de los libros antiguos. La
imitación, aunque imperfecta, nos previene de considerar el hebreo
bíblico del último estadio como un reflejo fiel de la lengua hablada
contemporánea.
De todo lo cual resulta la dificultad de trazar un desarrollo de la
lengua hebrea bíblica6. Dificultad que se acrecienta cuando se advierte
que tampoco conocemos la fecha de composición de algunos escritos7.
b Por todo ello nos contentamos con distinguir dos principales
períodos en la historia de la lengua hebrea: el pre-exílico y el post-
exílico8. El pre-exílico representa la edad de oro de la lengua; es, por
así decirlo, el período del hebreo clásico. Durante el período post-exílico
la lengua cambia, en parte por la influencia del arameo que ha llegado a
ser la lengua ordinaria de los judíos9. El estadio más evolucionado del
hebreo post-exílico es representado por la lengua de Qohélet, Ester,
Esdras, Nehemías y Crónicas10.
6. Hay una escuela de biblistas, muy bien representada por Davies (2003), que
contempla la posibilidad de datar la totalidad del hebreo bíblico en el período
persa. Tal postura no es capaz de explicar el hecho de que precisamente esos
mismos libros bíblicos, que ellos datarían en el período persa o posterior,
testimonian rasgos lingüísticos que ellos mismos reconocen ser típicos del
HBT. Incluso en lo referente a la ortografía, no puede ser simple coincidencia
que la ortografía plena de ohkaurh (5 x) aparezca por primera vez en Est y Cr
(con una excepción en Jr), y que los libros de Zac, Esd, Neh y Cr escriban
consistentemente shus en forma plena (sólo 7 x fuera de ellos). Lo que cuenta
no son las tendencias en conflicto, sino la primera aparición de rasgos no
estandarizados y/o tardíos con una frecuencia considerable: pace Rezetko
(2004: 223).
7. Sería muy interesante conocer la lengua hablada por los israelitas al tiempo
del éxodo después de varios siglos en Egipto, y qué lenguas hablaban al
entrar en Canaán. Sobre este punto, Bauer – Leander (1922: 23ss.) optan por
el arameo que, según ellos, era sólo un dialecto del árabe; pero sus argu-
mentos no son convincentes (cf. § 2 e, n.).
8. Sobre la evolución del hebreo bíblico clásico, cf. Rabin 1979.
9. Sobre la cuestión de la influencia aramea, cf. Hurvitz 1968 y 1996; Wagner
1966. También Greenfield 1984.
10. El estudiante debiera abordar estos libros sólo después de haber adquirido un
conocimiento suficiente de la prosa hebrea clásica. Pero para quienes han
contactado con la lengua hebrea primeramente a través del hebreo moderno,
estos libros les resultarán más familiares y pueden serles un útil puente al
hebreo clásico. Tales estudiantes pueden consultar Rosén 1962: 307ss.
§ 3. Historia del hebreo bíblico 11
11.Cf. Van Peursen 2004: 55s. 401-08. Sobre la ubicación del hebreo de Qumrán
en relación a las fases precedentes y siguientes de la lengua, cf. Qimron 2000
y Muraoka 2000a.
12. Del relato de Jue 12,6 se desprende que los efraimitas pronunciaban la
sibilante de ,¤k«ÅCJ¦ de modo diferente a la gente de Galaad. Véase Blau 2001:
3-9 y Woodhouse 2003.
Rendsburg 1990a argumenta en favor del uso, en ciertos Salmos, de una
variedad israelita, i.e., septentrional del hebreo. Véanse también los esfuerzos
del mismo autor (2003a) para ampliar el dominio de este dialecto
(confróntese con la crítica de Versluis 2003: 20-22). Cf. también Young 1993
y 1997. Es difícil determinar cuántas y cuáles tipos de variaciones en la lengua
hebrea bíblica puedan permitirnos hablar de dos (o más) idiomas o dialectos
distintos.
12 § 4. Historia de la gramática hebrea
taxis sólo sobre la base de los textos poéticos13. Sin duda por razones
de estética o por brevedad, la poesía usa menos que la prosa el artículo
definido, la partícula de relativo r¤Jt£ y la de acusativo ,¥t.
e Aunque textos poéticos se han ido componiendo durante toda la
larga historia bíblica, incluso en el período intertestamentario, sí se
pueden identificar piezas de considerable antigüedad escritas en el
llamado hebreo bíblico arcaico (HBA), como son las bendiciones de
Jacob (Gn 49), el canto del mar (Ex 15), los oráculos de Balaam (Nm
24-25), el canto de Moisés (Dt 32-33), el canto de Débora (Hue 5); el
canto de Ana (1 Sm 2), la elegía de David (2 Sm 1), etc.14
f Finalmente, hasta dentro del mismo dialecto, en un mismo período
de tiempo o en el mismo género literario, los autores bíblicos desplie-
gan su gusto por la variedad, incluso en el mismo versículo, en materia
de ortografía, morfología, sintaxis o fraseología15. Cuando se encuen-
tran un par de formas de expresión aproximadamente sinónimas, debe
plantearse si se da una diferencia material buscada por el autor o se
trata simplemente de una mera variación retórica.
4. Editado por G.E. Weil y publicado por Dr. H.A. Gerstenberg: Hildesheim,
1972.
5. Vése la reseña de Blau 1987.
§ 4. Historia de la gramática hebrea 15
d Aparte de estas obras mayores, se deben también mencionar como
particularmente útiles la Davidson’s Introductory Hebrew Grammar – Syntax
por Gibson (1994), una reescritura a fondo del trabajo primero de
Davidson (Edinburgh, 31912), y el excelente libro de S.R. Driver, A
Treatise on the Use of the Tenses in Hebrew and some Other Syntactical Questions
(Oxford, 31892)6. Es digna de mención la estilística de König (Stylistic,
Rhetorik, Poetik [Leipzig, 1900]), útil complemento de su gramática. Las
pasadas décadas han visto la aparición de un número importante de
monografías sobre cuestiones específicas de sintaxis: F.I. Andersen,
The Hebrew Verbless Clause in the Pentateuch (1970); idem, The Sentence
(1974); T. Muraoka, Emphatic Words and Structures in Biblical Hebrew
(1985); B. Waltke and M. O’Connor, An Introduction to Biblical Hebrew
Syntax (1989); A. Niccacci, Sintassi del verbo ebraico nella prosa biblica
classica (Jerusalem, 1986) [= Sintaxis del hebreo bíblico (Estella, 2002), tr.
G. Seijas de los Ríos-Zarzosa]; Gross, Die Satzteilfolge im Verbalsatz
alttestamentlicher Prosa (1996).
e En lexicografía los progresos han sido notables durante los ss. XIX
y XX, pero mucho queda aún por hacer. El Thesaurus linguae hebraicae de
W. Gesenius (publicado entre 1829 y 1858), aunque muchas de sus
partes están ya anticuadas, sigue siendo un almacén de datos utilísimos,
algunos erróneamente descartados. Las ediciones alemanas del
diccionario de Gesenius han venido revisándose y actualizándose por
los sucesivos editores. La última edición (16ª), preparada por F. Buhl,
data de 1915: W. Gesenius’ hebräisches und aramäisches Handwörterbuch7.
Este diccionario es particularmente útil por la abundante literatura
citada, por su sección etimológica y por la sugerencia de enmiendas
textuales. En estos aspectos el Oxford Lexicon de Brown, Driver y
Briggs (A Hebrew and English Lexicon of the Old Testament, 1906, al que
nos referimos como BDB) es inferior, aunque, por otra parte, más
exhaustivo y cuidado. Las secciones gramaticales tratadas por S.R.
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PARTE I
ORTOGRAFÍA Y FONÉTICA
œc v v labial sonora
fricativa
10 yod h y y deslizante
palatal
20 kaf F k k palatal sorda
explosiva
80 pe P p p bilabial sorda
explosiva
œp f f bilabial sorda
fricativa
90 ßade m ß árabe ßad ص velar sorda
sibilante
9. Todas las formas finales, excepto mem, son históricamente más antiguas que
sus correspondientes no-finales. Estas cinco letras están en la palabra mne-
motécnica .PbnF, kamnappesˇ, “como quien rompe”.
§ 5. Consonantes. Escritura y pronunciación 23
finales, el último trazo se extiende hacia abajo en lugar de volverse a la
izquierda.
e Letras extensibles. El hebreo se escribe de derecha a izquierda. A
final de línea la palabra no se divide10. Para evitar espacios en blanco y
márgenes no justificados, algunas letras, especialmente , o k v t son
ensanchadas.
f Valores numéricos11. 1-9 = t-y; 10-90 = h-m; 100-400 = e-,; 500 es
400+100 = e,; del mismo modo se expresan 600-800; 900 = 400+
400+100 = e,,. (De 500 a 900 también se usan las letras finales: 500
l, 600 o, 700 i, 800 ;, 900 .). Para los millares se usan las letras de las
unidades con dos puntos arriba, e.g., ¶¶t = 1000. El número 15 debiera
ser lógicamente vh, pero esta combinación representa la forma
abreviada del nombre divino vuvh, por lo que 15 se expresa como 9+6
= uy. Igualmente 16 habría de ser uh, que es el componente del nombre
divino en nombres propios (e.g., cẗIh “Yhwh <es> padre”), por lo que
se expresa como 9+7 = zy.
g Abreviaturas12. Como indicación de abreviatura se usa un símbolo
similar al apóstrofo al final de un conjunto de letras o una especie de
dobles comillas entre dos letras, e.g., wp = h¦b«k§P, “un tal”, “fulano de tal”;
wudu = r¥nId§u, “y completa”, “et coetera”; h"ar Rasši (Rabbi Šelomoh
Yisˇhˇaqi); l"b, (pronunciado tanak) es acróstico de ohcu,f ohthcb vru,,
“Ley, Profetas, Escritos” (= Biblia hebrea). Se escribe, por ejemplo,
“verbos i"p” para señalar aquellos cuya primera radical (representada
por p, primera radical del verbo kgp, “obrar, actuar”) es b nun; cf. § 40 c.
ga Obviamente, sólo de fuentes indirectas tenemos información de la
pronunciación del hebreo clásico. Entre las fuentes más importantes se
cuentan:
13. En este campo son decisivas las contribuciones de los científicos judíos, e.g.,
H. Yalon, Sh. Morag, I. Yeivin, e I. Eldar. Nótese también la serie en curso
iuaku vsg, comenzada bajo la dirección editorial de Sh. Morag, fallecido recien-
temente.
§ 5. Consonantes. Escritura y pronunciación 25
plos del hebreo: la diferencia semántica entre ,©jJ§ ¦b, “fue destruido”, y
y©jJ§ ¦b, “fue sacrificado”, se expresa sólo por un contraste fonémico
entre , y y; aunque la diferencia fonética entre ellas nos parezca más
bien secundaria, son, no obstante, dos distintos fonemas. Por contras-
te, la presencia o ausencia del dagéš en la taw de v¤Gg£T© y v¤Gg£,© Ît«k no
afecta al significado de la forma verbal, de forma que son alófonos del
fonema /t/. En las lenguas antiguas es naturalmente más fácil tratar
con fonemas que con sonidos.
h Clasificación de las consonantes14. Los fonemas consonánticos
pueden ser clasificados convenientemente de la siguiente manera:
Labiales: c u n p (mnemónicamente: ;©nUC, bumaf )
Dentales: s , y (velar)
Palatales: d f h
Velares: y (dental), m (sibilante), e
Gurales: t v j g
Sibilantes: z x m (velar), G J
Linguales: k r
Nasales: n b
i Velares o enfáticas. Las tres consonantes tˇ y, sˇ m, q e15 son llamadas
enfáticas en relación a las correspondientes t ,, s x, k f. Las primeras
están articuladas en la región posterior (velo del paladar) y con una
tensión más enérgica de los órganos que las últimas. Sus valores, sin
equivalente en nuestras lenguas, son precisamente los correspon-
dientes a los sonidos enfáticos árabes ط, ص, ق. Para m cf. infra, § m.
j Guturales. Son ulteriormente clasificadas en laríngeas (’ y h, t y v) y
faríngeas (˙ y ‘, j y g). Alef t (cuando se pronuncia) es como una
25. Cf. Kutscher 1982: 18-21; sobre la pronunciación samaritana, Ben Óayyim
2000: § 1.1.8 - 1.1.8.3, y Macuch 1969: 132-36.
26. Cf. Steiner 1982, que reproduce un posible caso de pronunciación fricativa
(=/ts/) para el semítico primitivo. Pero Cantineau (1950a: 88) aporta el Codex
Vaticanus de Lamentaciones (LXX), donde esta letra es transcrita con C [=
sigma] sobre T, p.ej., en fol. 1137, TIADH, y una ligadura de <s> y <t>
usada en las inscripciones latino-púnicas (Friedrich and Röllig 31999: § 48 e).
Cf. también M. Cohen 1939: 26s; Steiner 1982: 40; Vitestam 1987-88.
27. Así k¦Fh§«av¦ , “actuó inteligentemente”, y kh¦Fx§ v¦ , “actuó tontamente” (§ 54 d ), se
pronuncian de la misma manera: hiskil. Sobre si la pronunciación de «a como
/s/ se debe o no a influencia aramea, cf. Diem (1974), contra J. Blau (1977).
28. Los samaritanos tienen sólo el símbolo a, que pronuncian š: véase Ben
Óayyim 2000: 36, y Macuch 1969: 84s.
29.También en las transcripciones semíticas, estos dos sonidos semíticos se re-
presentan como fonemas separados: Hoch 1994: 409.
§ 5. Consonantes. Escritura y pronunciación 29
signo, pero con el tiempo ∞ se aproximó a s como se evidencia por la
recurrencia, una junto a otra, de palabras como Q©cx§ , “matorral”, y vf̈c̈§«a,
“red”, “retículo”. El hebreo, el arameo antiguo y el sudarábigo, tanto el
epigráfico antiguo como el moderno, son las tres únicas lenguas que
parecen haber conservado este fonema30. Por otra parte, es más bien
dudoso que el símbolo «a con el punto diacrítico se concibiera para
designar este sonido. Cuando «a se introdujo, probablemente indicaba s.
Se trataría de una ortografía etimológica usada para los casos en que un
primitivo š (o ∞ ) se había convertido en s. Son muchas las palabras bí-
blicas que se encuentran escritas ora con x ora con «a: p.ej., se encuen-
tra casi siempre dUx, “retirarse”, y una vez du«a; ordinariamente se escribe
x©gF©Å , “ira”, pero tres veces «ag© F©Å (cf. Thesuarus de Gesenius, sub x). Mien-
tras que en el hebreo postbíblico «a es reemplazado frecuentemente
por x31, en el hebreo más antiguo los dos sonidos están claramente di-
ferenciados: /kfx, “ser tonto”, vs. /kf«a, “ser inteligente”.
n Linguales. r es una lingual como k. Consiste en una o más vibra-
ciones de la lengua tal cual en el árabe r y en la pronunciación italiana y
española r/rr32. Se ha de cuidar no pronuciar la r como el alemán o el
francés que se oye en parte de Francia, especialmente en las ciudades33.
El hecho de que r sea tratada por muchos como una gutural, no nos
permite considerarla como tal (cf. § 23).
o Begadkefat. Las seis consonantes de la palabra mnemotécnica
,©pF§ s©§dC§ tienen una doble pronunciación: explosiva y fricativa o aspirada34.
30. Es ampliamente reconocido que se trata de una sibilante lateral como en los
dialectos sudarábigos modernos. Cf. Cantineau 1951-52: 86s.; Koskinen
1964: 57; Steiner 1977; Beeston 1984; Bomhard 1988: 128-30; Voigt 1992.
Hay suficiente evidencia como para sugerir que el antiguo acadio tuvo un
fonema similar.
31. Cf. Blau 1970: 114-25. La sustitución ocasional de x por «a puede resultar en
un doble sentido, como en el comentario Abraham Ibn Ezra a Os 8,4: UrhÅa¦ v¥ ,
“establecieron un rey” (/rra) y “lo depusieron” (/rux).
32. Cf. Joüon 1911: 383-88.
33. Pero véase Goshen-Gottstein 1949 y Eldar 1985.
34. Cuán antigua sea la aspiración, es cuestión aún no cerrada. Bergsträsser
(1918: 1, 6 m) supone el s. IV a.C. como la fecha más temprana para esta do-
ble pronunciación. Cf. También Torcczyner 1937. Según Friedrich – Röllig
(31999: § 38 b), esta característica era desconocida para el fenicio-púnico,
aunque hay indicaciones de que el proceso ya había comenzado, si bien no en
el fenicio antiguo: cf. Muchiki 1999: 53.
Kahle (1959: 179-84), propuso la hipótesis de que la doble pronunciación
fue una invención de los masoretas, pues solamente los sonidos fricativos
30 § 5. Consonantes: escritura y pronunciación
Las explosivas tienen el valor de las correspondientes en español: b, g
(fuerte, como en García), d, k, p, t. Para indicar el sonido explosivo se
coloca un punto en el interior de la letra llamado dagéš 35. Las fricativas
tienen los corespondientes sonidos aspirados o continuos que resultan
de la asimilación regresiva a la vocal precedente. Para indicar el sonido
fricativo se escribe un trazo horizontal sobre la letra concernida,
llamado rafé 36; así es como se marca en algunos manuscritos, pero en
las ediciones impresas de la Biblia la ausencia de dagéš ya es suficiente
indicación de que la consonante es rafé. Los sonidos aspirados son los
siguientes:
œc ∫, bh como b en griego moderno (v española)37
œd æ, gh como g en griego moderno: ga,la. (Cf. supra, § l)
œs ƒ, dh como d en griego moderno (th en inglés this)
œf ¬, kh como c en griego moderno: ca,rij. (Cf. supra, § k)
œp º, ph como f en griego moderno (f española)38
,œ ®, th como q en griego moderno (z española, th inglesa en thing)39
Una correcta lectura del hebreo requiere la correcta pronunciación
de las seis fricativas40.
c) —— ح /˙/
R —— j ——— j
d) —— خ /∆/
e) y —— —— ط /ã/
V —— y
f) m ——— —— ظ /t —/
m) ƒ —— J —— J —— —— س /š/
n) , —— —— ت /t/
‡ —— ,
o) J —— —— ث /®/
Ejemplos:
Siríaco Arameo Hebreo Árabe Trad.
———————><———————
í eˇ e^ a^ o^ oˇ u
Ð ¦ Ð ¥ Ð ¤ Щ Ð̈ Ð
« Ъ
hˇireq sˇeré segol patahˇ qamesˇ hˇolem4 qibbusˇ 5
En esta escala a^ es la vocal central. Según su relación genética con
las tres vocales primitivas del protosemítico, los siete timbres pueden
agruparse como sigue:
Grupo 1º a: a^
Grupo 2º i: i, eˇ, e^
Grupo 3º u: u, oˇ, o^ 6
9. Pero en algunos casos la oposición entre dos hˇatˇef es significativa: e.g., h¦bt£ ,
“yo”, pero h¦bt¢ , “navíos”; h¦bg£, “¡responde!” (imperativo sing. femenino), pero
h¦bg¢, “pobreza”. Igualmente en el arameo bíblico se encuentra r©nt¡ , “¡dí!”
(imperativo) frente a r©nt£ , “él dijo” (perfecto), aunque tanto h¦k£d como h¦k¡d
significan “fue revelado”. Pero Khan 1996:22, 1996a y 1997:98s.
10. El cambio Ð ¥ >Ð ¤ es posiblemente una asimilación bajo la influencia de la
vocal siguiente abierta o media Ð̈.
11. La lectura variante UbhÅsḧ
¥ en Jos 2,24 ofrece une evidencia indirecta de la
identidad fonética entre UbÅsḧ
¥ y UbhÅsḧ,
¥ puesto que la corrección del idiomatismo
Îshc i,b está asegurada por casos como el de Jos 21,42: os̈ḧ§C vuvh i©,b̈. Otro caso
de llamativa ambigüedad en el sistema tiberiense de vocalización es la
ausencia de la distinción de número en ciertas formas de la declinación del
nombre en arameo bíblico, como en /’e^låhå∆/, que puede significar “tu
Dios” o “tus dioses”. Análoga representación obtenemos también de la
Secunda de Orígenes: e.g., semac W§nJ¦ de Sal 31,4, y hnac WhÅ¥bh¥g de Sal 31,23. Cf.
Brønno 1943:199s.
12. Según Ben Óayyim (1953: 95), Qim˙i tuvo predecesores en esta noción.
38 § 6. Las vocales: sus símbolos y pronunciación
por el árabe, que distingue las tres vocales largas å, •, ¥, y las tres
breves a, i, u.
2. Las cuestiones concernientes al timbre y cantidad de las vocales
tiberienses apenas había sido tratadas hasta el final del s. XIX.
Véase en particular Grimme 1986: 32ss; Sarauw 1939; Birkeland
1940; Blau 1976 (21993): §§ 3.3 -3.7.1.
3. Además de alargamiento fonético —que puede ser medido por
instrumental adecuado— se puede hablar también de alargamiento
fonológico. La vocal ±¥ del adjetivo s¥cF̈ puede considerarse larga,
puesto que no está sujeta a la regla de la desaparición de las vocales,
como se muestra en el plural masculino ohs¥ ¦cF§ ; sin embargo, en el
verbo s¥cF̈ la vocal señalada con el mismo signo sería fonoló-
gicamente breve, como resulta evidente por el perf. pl. Qal: Us§cF̈.
Análogamente, si patahˇ debe ser considerado fonológicamente
breve, la analogía paradigmática exige que también ßeré y hˇolem sean
considerados de la misma manera: J©Ck¦ § h frente a r«nJ§ ¦h y i¥T¦h; r©nJ̈
frente a i«yë y s¥cF̈; r©gJ©Å frente a JsÅ
¤«e y r¤px¥Å 13. Ciertamente la segunda
columna de los Hexapla tiende a usar o y e en estos casos; por otra
parte, a veces usa w y h por hˇolem (por ej. nwshr por r¥mIb en el
participio qal en Sal 31,24) y por sˇeré respectivamente (uG̈¥g Hsau, rs̈¥e
Khdar), sugiriendo que fonéticamente, en la tradición subyacente a
la transcripción, eran pronunciadas como vocales largas en estas
particulares formas14.
f Aunque ésta no es una gramática histórica, puede servir de ayuda
comprender cómo el sistema vocálico tiberiense se relaciona con su
hipotético proto-hebreo o protosemítico. Así, la diferencia entre la
forma absoluta oS̈ y la constructa oS© puede reflejar el contraste
pretiberiense en el alargamiento de las vocales /å/ y /a/. De la misma
manera, el qamesˇ de c©,F̈ puede explicarse como un alargamiento
pretónico de una primitiva /a/ breve. Igualmente, el hˇolem de cIy y
13. Joüon tuvo una similar visión (§ 28 d-e en la edición original francesa de su
gramática), aunque su posición allí es contraria a su escala de longitud de
cuatro vocales (§ 6 f de la edición original francesa)
14. Brønno 1943: 220s, 258, 453s, y Blau 1978: 94. La pérdida del alargamiento
vocálico en griego puede situarse muy probablemente en torno a los ss. II-III
d.C.: Allen 1987: 94. Asumimos que en tiempos de Orígenes toda una serie
de vocales como i, h, ei, u, aún no habían convergido en un solo fonema.
No hay aquí ninguna indicación de que cada hˇolem y sˇeré haya sido anotado
por Orígenes como w y h respectivamente. El cuadro es bastante más com-
plicado: cf. Brønno 1943: 248-62, 360-64.
§ 6. Las vocales: sus símbolos y pronunciación 39
oh¦v«k¡t puede remontarse a una primitiva /å/ larga (como se conserva
en el arameo cÿ y Vk̈¡t, y en el árabe /’ilåh/)15. Por esta razón
tendremos ocasión de hablar de vocales largas y breves en las
hipotéticas formas “primitivas” u “originales”. También puede
observarse que una vocal larga causa la caída de una i original: *ßirår >
rIrm, “bolsa”; por otra parte, *‘inab > cb̈¥g, “uva”. De la misma manera
*ruhˇåb > cIjr,§ “plaza” (Brockelmann 1961: I, 351), pero *Šu‘ar rg̈«J,
“horrible” (cf. § 30). Las formas que en esta gramática aparecen con
asterisco son reconstrucciones de formas originales. Es ampliamente
aceptado que el protohebreo o protosemítico tenía tres vocales breves
(a, i, u), las correspondientes largas (å, • , ¥) y dos diptongos (ay, aw). La
relación entre estas ocho vocales primitivas y las siete tiberienses se
muestra infra en § 6 i.
La transición de la distinción cuantitativa a la cualitativa en las
vocales hebreas parece haberse realizado relativamente tarde. La
transliteración en LXX y en la segunda columna de las Hexapla, así
como las explícitas aseveraciones de Jerónimo (s. IV), apuntan a una
distinción cuantitativa16. Cf. final de § 6 e.
g La pronunciación de las vocales Ð ¦ i y Ð ª u17, diametralmente
opuestas en cuanto a la posición de la lengua para su articulación, no
presenta ninguna dificultad.
La vocal Ð ¥ eˇ es una e cerrada, como en francés blé, pré, désir o en
italiano nero. El sonido es próximo a i, representando el primer grado
de alteración de la i con respecto a su apertura. Así de un original
*‘inab se produce ‘eˇnåv cb̈¥g, “uvas”18.
La vocal Ð ¤ e^ es una e abierta, como en francés près, règle, terrain, miel,
italiano mie^le. Este sonido se sitúa entre Ð ¥ y Ð;© fonéticamente
pertenece al grupo i (cf. supra, final de § 6 b). En la pronunciación no
hay ninguna diferencia entre el Ð ¤ originado de a, p.ej., en sj̈¤t ’ähˇåƒ = ’
e^hˇåƒ, y el Ð
¤ originado de i o eˇ, p. ej., en i¤C, “hijo de” (de i¦C, i¥C). Cuando
se origina de a, puede ser transliterado ä.
15. Sobre una reconstrucción plausible de la historia los cambios por acento en
hebreo, cf. Blau 1976: § 9.
16. No sabemos cuándo tal cambio tuvo lugar: el s. IX es defendido por
Harviainen 1977: 104-09.
17. Según Saadia esta vocal se acompañaba de redondeo de los labios: cf. Skoss
1951-52: 303, en su traducción del Kutub al-Lughah.
18. Compara la eˇ italiana procedente de i latina: veˇrgine (virgo), veˇndico (vindicare), seˇno
(sinus), capeˇllo (capillus; contrasta con cappe^llo, derivado de cappa)
40 § 6. Las vocales: sus símbolos y pronunciación
La vocal a^ Ð © es una a abierta, cercana a la vocal Ð ¤ e^, con la que
frecuentemente se intercambia19.
La vocal Ð̈ (o^) es una o abierta, como en francés sort, pomme, bonne, o
el inglés doll (compárese.p.ej., all con un sonido similar a å). La vocal Ð̈
se origina de una u originalmente breve o de una a originalmente
breve. Cuando se origina de una a, se puede indicar convencional-
mente por Ð̈ « (con meteg; cf. § 14) y transcribirlo etimológicamente con
å. Pero fonéticamente, en términos de timbre, å se ha confundido con
o^ en la tradición tiberiense20 (véanse detalles infra, en § 6 j ).
t¦ t¥ t¤ t© ẗ «t tª
• ay å aw ¥
Los siguientes ejemplos muestran la evolución de las vocales proto-
semíticas hasta las correspondientes hebreas, con la indicación entre
corchetes del tipo de sílaba (abierta o cerrada, tónica o átona) en que se
encuentran:
/å/ > ẗ (rara): c,̈§F, “escrito” (aramaizante) < /*kitåb/ [cerrada tónica]
> «t: cIy (en AB, todavía cÿ; c¥,«F, perf. qal, cf. árabe /kåtib/25
[abierta; cerrada tónica]
/•/ > t¦ : ihSḧ, ¦ “él juzgara” < /*yad•n/; h¦bhÅS¦ /di'ni/ imperativo fem.
sing.: “¡juzga!” [abierta; cerrada tónica]
/¥/ > Ut: oUeḧ, “él se alzará” < /*yaq¥m/ (ortografía estándar, no oªeḧ);
UnUÅe /qu'mu/, imperativo masc. pl., “¡levantaos!” [abierta;
cerrada tónica]
/a/ > t¤ : Q¤knŤ , “un rey” < /*malk/; ohrg̈¤ ¦ v, “las ciudades”; r¤nt«H©u
/wa^yyoˇ'me^r/ [abierta; cerrada átona]
t© : c©,F̈, “él escribió” < /*kataba/; h¦Fk§ n© , “mi rey”; k©g©Åb, “un zapato”
[cerrada; abierta tónica]
ẗ: rc̈S̈, “una palabra” < /*dabar/; vn̈Å̈e, “ella se alzó” [abierta;
cerrada tónica]
/i/ > t¦ : i¦n, “de, desde” [cerrada átona]
t¥ : o¥eḧ, “¡que él levante!” < /*yaqim/; r¤px¥Å /seˇ'fe^r/ < /*sifr/; cc̈¥k
/lõvåv/, “un corazón” [abierta; cerrada tónica]
t¤ : r¤ceŤ , “una sepultura” < /*qibr/; h¦ek§ j¤ , “mi parte” [cerrada átona;
abierta tónica]
/u/ > ẗ: ÎkF̈, “totalidad de”, constructo de k«F < /*kull/; oëÅ̈H©u /
wa^yyå'qo^m/, “y él se alzó” < /*wayya'qum/ [cerrada átona]
«t: k«F, “todo”; oIeḧ, “¡Que se alce!” < /*ya'qum/; JsÅ ¤«e /qoˇde^š/,
“santidad” < /*qudš/; vc̈«re§ , “cercana” < /*qaruba/ [abierta;
cerrada tónica]
25. El cambio, una de las señales distintivas de las lenguas cananeas, está ya
documentado en el s. XV a.C. en las transcripcione egipcias (Hoch 1994: 423)
y en el siglo posterior en El-Amarna: véase a-nu-ki = hebreo h¦f«bẗ (§ 39 a).
Pero todavía es desconocido al ugarítico (raras excepciones aparte, Tropper
2000: 178s) y al amorreo. cf. también Harris 1939: 43-45 y Sivan 1984: 25-34.
La ortografía del nombre un rey fenicio, or̈h¦v es una forma hebraizada de la
forma genuina en 1 Re 5,24, oIrh¦v.
§ 6. Las vocales: sus símbolos y pronunciación 43
tª: oK̈ªF, “todos ellos” [cerrada átona]
/ay/> t¥ : Î,hC, “la casa de” < /*bayt/; UbhÅx¥ Ux /suseˇ'nu/, “nuestros
caballos”
t¤ : WhÅx¤ Ux, “tus (masc. sing.) caballos” [abierta tónica]
/aw/ > «t: Î,In, “la muerte de” < /*mawt/
En resumen, en lo que se refiere al timbre, • y ¥ originalmente largas
se conservan en hebreo como i y u respectivamente. Pero å se ha
convertido generalmente en oˇ, raramente en k. Las vocales original-
mente breves a, i, u se conservan26 frecuentemente en sílaba cerrada
átona, y ordinariamente en sílaba doblemente cerrada27; pero en sílaba
cerrada tónica (frecuentemente) y en sílaba abierta el timbre se cambia:
se convierten en å (= o^), eˇ, oˇ respectivamente28.
Debe notarse que los cambios de å a oˇ y de a^ a o^ (å) son paralelos:
cada una de las dos vocales originales se cierra en dos grados. Por otra
parte, las dos vocales originales simétricas, i y u, se abren en un grado
cuando cambian a las abiertas eˇ y oˇ respectivamente, pero en dos
grados cuando se convierten en e^ y o^ respectivamente29.
j Sobre la vocal Ð̈ en particular. Esta vocal presenta ciertas dificul-
tades por su doble origen y merece un especial comentario. El signo Ð̈
es una transformación del signo original Ð, © compuesto por el trazo del
patahˇ y el punto del hˇolem30. Se trata de un feliz hallazgo para el sonido
o^, que se encuentra entre a^ y o31 ˇ .
12. k¥yIe 1040 x, frente a k¥y«e 4269 x, según Andersen – Forbes 1986: 129.
13. Sarfatti 1993: 23.
14. Qimron (1997: 40-43) nota que la scriptura plena es bastante común en el fut.
indicativo, en contraste con la scriptura defectiva, mucho más frecuente con el
waw inversivo. Qimron entiende que esto puede ser una indicación de la
oposición yiqtˇ'ol : : wayy'iqtˇol
15. Cf. Qimron 1986: 17s.
16. Cf. Muraoka 1983-84: 83-87. Otra inscripción aramea descubierta recien-
temente y datable en el s. IX a.C., tiene hz, pronombre relativo, como la única
instancia de una letra vocálica, lo que no es sorprendente. Véase Ephal y
Naveh 1989 y Sarfatti 1982. Es digno de notarse que el ugarítico usa los
grafemas {y} y {w} como señalizadores vocálicos para /i/ y /u/ respec-
tivamente: Tropper 2000: 51-55.
50 § 8. Šwa
menta rurt, “maldito”17. En este punto la arbitrariedad de la pun-
tuación de la Biblia Hebrea puede ilustrarse con 1 Sam 12,17: ,Ik«e i¥T¦hu§
rÿn̈U vs. v. 18: rÿn̈U ,«k«e vü«v§h i¥T¦H©u; cf. 1QM 6,12 ,ukue; Is 7,15, gr̈C̈ xItn̈
cIY©C rIjc̈U vs. v. 16, r«jc̈U gr̈C̈ x«tn̈18. Los más sorprendentes de todos:
ªC (Lam 5,11), ,«kU,§C (Lam 2,10), ,Ik,§
,«k,§ ªC (Zav 9,17), ,IkU,§c (Is 23,4)19.
Esta inconsistencia ortográfica se aplica a cualquier posición dentro
de la palabra, incluso a final de palabra. Insistir20 en que cualquier
vocal final de palabra se señalaba por una mater lectionis, y así llegar a
proponer que una vocalización estandarizada como T̈r© §nJ̈ y W§xUx es una
anomalía impuesta por los masoretas tiberienses, es demasiado simple
para ser verdadero.
d En posición final de palabra, u y h no siempre funcionan como matres
lectionis, pero se pronuncian. Ello sucede en los siguientes casos en que
la vocal precedente es heterogénea: uÐ, © uÐ̈, uÐ,
¥ uÐ;
¦ hÐ,© hÐ̈, hI, hU. En
estas combinaciones u y h tienen probablemente21 un valor consonán-
tico, p.ej., hÐ © = a^y, y no a^i, uÐ̈ = åw, y no åu. En la secuencia uhÐ̈,
sufijo de 3ª pers. masc. singular de un nombre plural, la h es quiescente,
p.ej., uhẍUx, “sus (de él) caballos”, se pronuncia susåw.
§ 8. Šwa
a El signo Ч šwa indica la ausencia de vocal, comparable al suk¥n
árabe1. No puede dejar de notarse la semejanza gráfica con el símbolo
une el término hebreo con el siríaco šawyyå, cf. Dotan 1954: 15-17, y Lambert
1931-38: § 38 n. 3: según esta opinión, el símbolo hebreo fue llamado šwa
porque su función importante es marcar la división de sílabas, como el signo
siríaco šawyyå —que significa “lo mismo” (con referencia a su forma de dos
puntos idénticos)— marca las divisiones lógicas dentro de una sentencia.
Nótese también que el sof pasuq se sitúa donde hay grandes divisiones de
sentido en una frase. Es también interesante notar que el término técnico que
presumiblemente inventó Saadia para šwa es /jazm/, “corte, apócope”,
término técnico para el yusivo árabe yaqtul frente a yaqtulu o yaqtula; y
continúa disertando sobre /hˇaraka såkina/ “vocal en descanso” por un parte,
y /hˇaraka mutahˇarrika/, “vocal móvil”, por otra. Él define explícitamente šwa
como “ausencia de vocal”. Cf. Skoss 1955: 30; Dotan 1997: 117s.
2. Éste es el equivalente latino del hebreo gb̈, traducción, a su vez, del árabe
/mutahˇarrik/, “en movimiento”, es decir, “vocálico”.
3. Hebreo jb̈ = árabe /såkin/, “en descanso”.
4. Esta pronunciación es de origen sefardita, no perteneciendo a la tradición
tiberiense genuina (Dotan 1967: 35). Las reglas establecidas por los gramáti-
cos masoretas para la pronunciación del šwa vocálico son: a) vocal plena, ante
guturales, similar a la de la gutural concernida, e.g., r¥tC§ = /be^’e^r/ (aproxima-
damente); b) /i/ ante yod; y c) /a/ en todo lugar. Resulta difícil de aceptar
esta visión tradicional (así explícitamente Kimhi, kukfn rpx, p. 137a, y
reflejado precisamente en la pronunciación yemenita del hebreo bíblico; cf.
Morag 1971: col. 1138) de que el šwa móvil ante consonante distinta de
gutural o yod tenga la cualidad de /a/, presumiblemente breve, /á/,
equivalente así a Ð, £ pues, ciertamente, si así fuera, los inventores de los
símbolos vocálicos hubieran usado Ð £ en tales casos. Hay en verdad ejemplos
ocasionales de Ð £ por šwa móvil, aunque con considerables variaciones y
fluctuaciones entre manuscritos: e.g., c©v£zU de Gn 2,12 (más ejemplos en § 9 c).
Además, según la BHK, se dan en 22 de en torno a 1000 casos de conso-
nantes idénticas: e.g., Ub£bJ̈ (Sal 140,4); h©k£kD¦ h©k£kn¦ (Neh 12,36): cf. Dotan 1967:
36. Sin embargo, tal hˇatˇef no sería realmente necesario si estuviera presente un
ga‘ya (meteg), pero es añadido como ayuda extra para el lector menos experto:
Dotan 1967: 231. Resumiendo, en un nivel sincrónico, šwa fue concebido por
52 § 8. Šwa
Pero desde un punto de vista histórico, diacrónico, el símbolo šwa
aparece donde hubo una vocal que se perdió en la estela del cambio de
acento. En algunos casos la vocal original puede recuperarse fácilmen-
te, pero en otros casos sólo por comparación con lenguas próximas es
posible proponer una vocal original plausible: e.g., Uc§,F̈ de c©,F̈, pero
c,̈§F, “un documento”, con quien se puede comparar el árabe kitåb. Así
pues, aunque somos conscientes de que esta ambigüedad aparente del
símbolo šwa ha sido reconocida como una de las cuestiones mayores
desde uno de sus primeros trabajos científicos de la gramática hebrea5,
el Diqduqé hatˇtˇ§‘amim, nos resulta intrínsecamente inconcebible y
altamente improbable que estudiosos como los naqdanim, que mani-
fiestan tan alto grado de sensibilidad para las sutilezas fonéticas,
pudieran haber permitido tal margen de ambigüedad6.
los naqdanim como símbolo para el fonema vocálico cero, mientras que los
šwa compuestos serían sus alófonos. Igualmente alofónicos eran las diversas
realizaciones fonéticas del šwa móvil establecidas por los primeros tratados
gramaticales. No quedamos convencidos por la crítica de Kreuzer 1999/
2000: 440.
Los tratados gramaticales medievales vacilan entre patahˇ y hˇatˇef patahˇ para
la realización fonética básica del šwa móvil; según algunos, ello depende de la
presencia o ausencia de ga‘ya con el šwa. Cf. Morag 1963: 160-65.
Acerca de una exposición anónima, procedente del s. X (?), sobre la
naturaleza del šwa tiberiense, véase Levy 1936.
5. Para la interpretación fonética del šwa por los masoretas y gramáticos
medievales, cf. Allony 1943-44; 1944-45, y Morag 1963: 160-6.
6. Cf. también Bauer – Leander 1922: 168, n. 3: “Bei der geradezu minutiösen
Sorgfalt, mit der die für den gottesdientlichen Vortrag bestimmte Aussprache
hier bezeichnet wird, ist es schwert glaubhaft, dass zwei so verschiedene
Dinge wie Murmelvokal und gänzliche Vokallosigkeit nicht auseinander
gehalten worden wären”. Similar sensación expresa Jepsen (1951/52: 1-5, esp.
2s.). Harviainen (1977: § 6 f, n., 227s) piensa que el uso de šwa puede haber
sido un compromiso que permitiera una cierto rango de realizaciones
fonéticas. En una de las primerísimas exposiciones de la pronunciación tibe-
riense, Kitåb al-musˇsawwitåt, atribuida por algunos a Moshe ben Aher, el šwa es
considerado como un conjunto de meros alófonos de las siete vocales: Morag
1984: 47s.
También en la antigua tradición babilónica es dudosa la distinción entre
dos tipos de šwa. Cf. Yeivin 1985: 398.404. Rabin (1970a: 24-26) concede que
el šwa móvil ha de ser considerado alofónico y admite que en la pronuncia-
ción de los estudiosos tiberienses el valor de šwa, ya móvil ya quiescente, era
práctiamente cero, es decir, quiescente. Cf. Jepsen 1951/52: 15, esp. 1-5;
§ 8. Šwa 53
b Las cinco reglas formuladas por Elías Levita (s. XV) para identificar
el šwa móvil son:
1. Al comienzo de palabra: o¤Tc§ ,© F§
2. El segundo de dos šwa seguidos: Uc§Tf§ ¦h
3. Después de una vocal larga: oh¦c,§ «F
4. Después de una consonate dagešada: vr̈§CS¦
4. Bajo la primera de dos consonantes idénticas: Un§nIr
Estas reglas no son absolutas, como resulta evidente de la disputa
que ya surgió en el s. XV (Almoli) sobre si un šwa precedido de vocal
larga como en Ur§nJ̈ es quiescente o móvil, aunque generalmente se
consideró quiescente7.
c Con frecuencia se construye un círculo vicioso en la argumen-
tación: si un šwa simple seguido por una consonante explosiva debe ser
quiescente, por eso la c de ,h¦cr© §J debe estar precedida por una vocal
šwa . 8
Garbell 1957: 12; 1959: 152-55; Margolis 1910: 62-70; Chomsky 1952: 34s, n.
19; Dotan 1985: 161; Khan 1997: 94s (para una discusión desde la perspec-
tiva de fonotática y estructura silábica). Saadia reconoce siete vocales que no
incluyen šwa, aunque discute la distinción tradicional entre šwa móvil y quies-
cente (cf. Skoss 1955: 30-34). Nótese además que en la Secunda de Orígenes
en 184 de 270 casos de šwa móvil, la transcripción griega no tiene indicación
de vocal: Brønno 1943: 322-41.
7. Para una discusión, cf. Morag 1982: 184s. Según Khan (1987: 54-56) el šwa
era generalmente quiescente incluso tras una vocal “larga”, como puede
deducirse de los tratados masorético-gramaticales y del análisis de los
llamados “acentos” y de los manuscritos caraítas. Cf. también Yeivin 1985: §§
377-86.
8. Un argumento circular muy similar y cuestionable se emplea a veces para
interpretar el dagéš en formas com s¥Cf© T§ ©u. Sugerimos que debería analizarse
como /wa^t∆a^bbe^ƒ/ y no /wa^tt∆a^bbe^ƒ/: cf. § 5 q, n.
54 § 8. Šwa
casos especiales de la segunda regla. Cf. también el tipo T§ ©j©kJ̈ /šåla^'hˇa^t,
“tú (femenino) enviaste”9.
e Como se ha indicado supra, § c, a veces una fricativa begadkefat apa-
rece en medio de palabra siguiendo a un simple šwa y a una vocal
históricamente breve, principalmente patahˇ, segol y qamesˇ qatˇan: e.g., h¥fk§ n© ,
“reyes de”, pl. constr. vs. h¦Fk§ n© , “mi rey”. Comoquiera que una begadketaf
en tal posición se pronuncia normalmente como explosiva y recibe un
dageš lene (suave), un šwa como el de h¥fk§ n© ha sido erróneamente inter-
pretado como vocálico acuñándose para él un término especial: šwa
medium. Pero, aunque permitamos la distinción convencional entre šwa
vocálico y mudo, a duras penas nos resulta concebible una tercera varie-
dad de vocal breve. La explicación más simple para este tipo de šwa es
que la vocal que originalmente siguió al stop10 debe haber sido borrada
cuando la ley reguladora de la alternancia entre las articulaciones auto-
máticas explosiva/fricativa de los stops dejó de operar: cf. § 96 A b11.
f En la pronunciación israelí actual no hay diferencia fonémica entre
šwa mudo y vocálico, pronunciado e, siendo este último un alófono
posicional no obligatorio. Así oh¦kIs§D12 puede ser pronunciado [gdolim]
y [gedolim], ambas formas perfectamente aceptables. Igualmente Ur§nJ§ ¦h
§ 10. Dageš
a El dageš que señala la reduplicación de la consonante es llamado
dageš forte1; desde el punto de vista de su función, puedésele llamar de
reduplicación. El dageš que en las begadkefat indica el sonido explosivo o
§ 11. Mappiq
a En las Biblias impresas el punto llamado mappiq se encuentra sólo
en la v final de palabra para indicar que no es quiescente, sino que debe
ser pronunciada, como en Vm̈r© §t, ’a^rsˇåh', “su tierra”, frente a vm̈rÅt© ,’a^r'sˇå,
“a la tierra”; VẍUx, “su (de ella) caballo”, frente a vẍUx, “yegua”; Vk̈§yë,
“matarla” o “mátala” (imperativo), frente a vk̈§yë, “ella mata” (impera-
tivo con v paragógico: cf. § 48 d ).
Mappiq aparece en las siguientes raíces con v consonántica: Vcd, “ser
alto”, Vnvn (V©nv§ n© ,§ v¦ ), “dudar”, Vdb, “brillar”, Vn,, “admirarse”.
b La palabra eh¦Pn̈, del arameo e©p§b, “salir”, significa “hacer salir”, es
decir, hacer que la consonante se pronuncie; cf. el símbolo siríaco
mhaggyånå’.
2. Dageš suave, traducción libre de v¤pr̈ J¥dS̈, también llamado “ligero”, k©e wS.
3. Los primeros masoretas no distinguían entre dageš forte y lene: Yeivin 1983: 305
4. Cf. supra, § 9 c, n.
58 §§ 12-23. Rafé, Maqqef
§ 12. Rafé
a Rafé es una trazo horizontal sobre una consonante1. El rafé hace
notar que la consonante no está marcada por un punto (dageš forte o lene)
[§ 10] o mappiq [§ 11]. Por tanto, rafé, según las circunstancias, tiene tres
valores:
1. En contraste con el dageš forte, señala que la consonante no está
reduplicada: en los manuscritos se encuentran formas como ohrœ ¦u§g¦ ,
“ciegos”, para evitar la pronunciación ‘iwwr•m (§ 18 m 4).
2. Señala la ausencia de dageš lene, indicando específicamente que la
begadkefat es fricativa, e.g., hœf¥ k§ n© (cf. § 5 o).
3. De modo similar, señala que una v final no se pronuncia: œvk̈, lå, no
låh (§ 25 a)
b Sobre el significado de la palabra rafé, cf. § 5 o.
§ 13. Maqqef
a Maqqef 1 es un pequeño trazo, similar a nuestro guión, que sirve pa-
ra indicar que dos palabras forman un conjunto estrechamente unido.
Las dos palabras unidas por el maqqef forman una unidad fonética: la
primera pierde su acento principal, pudiendo entonces recibir un
acento secundario, en otras palabras, deviene proclítica2. La unidad
formada por un maqqef es generalmente más estrecha que la señalada
por un acento conjuntivo. El maqqef puede unir dos, tres y hasta cuatro
palabras: IkÎr¤Jt£ ÎkF̈Î,¤t (Gn 25,5).
b El uso de maqqef no tiene reglas fijas.
Se usa especialmente después de palabras monosilábicas3. Así, entre
los nombres, los siguientes se usan con maqqef: Îi¤C, “hijo” (casi siem-
pre), y Î,©C, “hija” (generalmente). En contraste, rara vez se escribe
maqqef con o¥t, “madre”, o¥J y o¤J, “nombre”, y nunca con cẗ, “padre”
(estado constructo h¦ct£ ). En el estado constructo, ÎkF̈ es más frecuente
que k«F, “todo”.
1. La mayoría de las ediciones del AT hebreo omiten este signo por razones
técnicas.
1. ;¥En© , del arameo ;eb, significa estrictamente “que rodea”; se entiende que aquí
el sentido es “que une”. La primera palabra es descrita como zhrz̈, ¦ “rápida”,
“apresurada”, en el lenguaje de la Masorah (Hyvernat 1904: 536).
2. Conpárense las proclíticas en griego, que pierden su propio acento cuando
dependen estrachamente de la palabra siguiente: o`, h`, etc.; evn, eivj, ouv, etc.
3. Cf. Yeivin 1959: 35-48.
§ 14. Meteg 59
Las siguientes partículas están casi siempre provistas de maqqef: Îk©t,
“no”, Îk¤t, “hacia”, Îo¦t, “si”, Îi¦n, “desde”, Îi¤P, “no sea que”, Îs©g,
“hasta”, Îk©g, “sobre”, Îo¦g, “con”. Las dos partículas escritas ,¥t, una la
preposición con significado de “con”, y otra el marcador de acusativo,
se encuentran frecuentemente con maqqef (Î,¥t)4.
La partícula tb̈Î, “por favor”, va casi siempre precedida por maqqef,
haciando así proclítica a la palabra precedente.
c La palabra que precede al maqqef, quedando proclítica, tiende a tener
vocal breve. Así o¥J (estado absoluto y constructo), k«F (estado absoluto
y constructo) se convierten en Îo¤J, ÎkF̈5; el infinitivo k«ye§ se convierte
en Îkÿ§e; sḧ en Îs©h; vn̈, “¿qué?” en Îv©n.
La palabra oḧ, “mar” (raíz onh, cf. vN̈Å̈h [§ 93 d ], pl. oh¦N©h) tiene una
notable peculiaridad: el qamesˇ se retiene6 en Îoḧ, p.ej., ,rÅ ¤¤BF¦ Îoḧ, “mar de
Genezaret”, excepto en ;UxÎo©h, “mar de las cañas” o Mar Rojo.
d Observación. Un nombre en estado absoluto puede ser seguido de
maqqef: W§kÎej̈§k, “como mandamiento para tí” (Ex 12,24; sin maqqef: e«j);
vb̈n̈§kt© u§ oI,ḧÎr¥D, “el extranjero, el huérfano y la viuda” (Dt 27,19).
Igualmente el infinitivo absoluto: oh¦bP̈Îr¤Fv© , “reconocer el rostro” (=
acepción de personas) (Prv 28,21) (cf. § 123 b).
§ 14. Meteg
a Meteg (d¤,nŤ , “freno”, “brida”) tiene, como su nombre, indica la fun-
ción de frenar la pronunciación1. Es un pequeño trazo perpendicular
situado a la izquierda de una vocal para asegurar su pronunciación
exacta, o, dicho negativamente, para prevenir una pronunciación ligera
o acelerada. Pero, al igual que los acentos indican a menudo el lugar
del acento principal o secundario (§ 15 d ), aunque no sea ésta su fun-
ción primaria, del mismo modo el meteg indica frecuentemente el
4. Î,¤t. Hay tres excepciones sin maqqef, ,¤t: Sal 47,5; 60,2; Prv 3,12, sobre las
que cf. Dotan 1967: 118.
5. kF̈ sin maqqef y con qamesˇ: Sal 35,10; 87,7; Is 40,12; Prv 19,7. Cf. Dotan 1967:
119.
6. Bajo la influencia de n; nótese el adjetivo oT̈ (raíz on,), siempre con qamesˇ.
1. También conocido como ga‘ya. Cf. Yeivin 1980: 240-264 y 1968. Los manus-
critos difieren considerablemente en anotar o no el meteg: una de las más no-
tables diferencias entre las escuelas de Ben Asher y Ben Naftali consiste en
ello, como ha sido mostrado por Lipschütz (ed.) 1965. Cf. también Khan
1996a.
60 § 14. Meteg
acento secundario2. En algunos casos se encontrará también señalando
la división silábica. El hecho de que el meteg forme parte del sistema de
acentos y se use generalmente sólo en los manuscritos con signos de
acentos y no en los que muestran sólo símbolos vocálicos3, parece
sugerir que en principio no estaba destinado a indicar la naturaleza de
la vocal per se a la que se adjuntaba. Así, resulta más bien dudoso que el
meteg en un ejemplo típico como vn̈§f«j̈ (3ª pers. fem. sing.) de Zac 9,2,
esté para señalar que el primer qamesˇ se pronuncia de modo diferente al
de la misma consonante en el sustantivo vn̈§fj̈, “sabiduría”4; ni es cierto
que el meteg esté investido de la función añadida de marcar la diferencia
convencional entre el šwa móvil y el šwa quiescente.
Comoquiera que ni los manuscritos ni los gramáticos son concor-
des en el uso del meteg, bastará ofrecer aquí algunos ejemplos y señalar
los usos más comunes5.
b Ejemplos: En vk̈§yë« /qå-tlå/, “ella mató” (cf. infra, § c 1) el meteg
marca el límite de la sílaba. Indica además un acento secundario:
qå`-tˇlå'. En hT¦Å k§ y© ë« u§ (§ 43 c) el meteg señala que qamesˇ debe ser pronunciado
cuidadosamente; indica además la posición de un acento secundario:
w-qå`tˇa^lti' (cf. infra, § c 2). Igualmente en h¦f«b«ẗ (§ 39 a).
c Usos principales: El meteg se coloca con diversas vocales6:
1. Con una vocal históricamente larga seguida de šwa y sílaba acen-
tuada: vk̈§yë« , Utrh« § ¦h o (defectivamente) Utr«§¦h, “temerán” (en contraste
con Utr¦§h /yir-’u/, “verán”); Ub§J«¦h (Prv 4,16, “dormirán”), pero Ub§JT¦
(Neh 13,21, “repetiréis”). Como resulta obvio, el meteg puede ser
diacrítico.
2. Con la vocal de la segunda sílaba abierta antes del acento: os̈ẗ«v̈,
oh¦Ng©«v̈, hT¦Å k§ y© ë« u§, of̈j̈«v¤ (con la vocal de la tercera sílaba abierta antes del
§ 15. Acentos
a Cada palabra hebrea, cuando no es proclítica, a saber, cuando no
depende estrechamente de la palabra siguiente, tiene una vocal tónica o
acentuada que se pronuncia con mayor fuerza y énfasis en relación a
las otras vocales de la palabra. Cuando la palabra es más larga, puede
tener un tono secundario e incluso dos, como en h¦kt¥ r§ «¦Gt© «v̈ (cf. § 14 c 2),
donde cada tono secundario viene indicado por el meteg. La posición
del tono, primario o secundario, se indica generalmente por los signos
llamados acentos (oh¦ng̈§y, literalmente “gustos”, o ,Ibh¦d§b, “melodías”)1.
5. Se cree que la invención de los signos para los acentos precedió a la de los
signos vocálicos. Cf. Morag 1974: 50.52s; Dotan 1981.
6. Los acentos disyuntivos son más antiguos que los conjuntivos: Dotan 1987.
64 § 15. Acentos
llamado paštˇå (disyuntivo, cf. infra, § g : A 8a), que se repite si el tono es
mill§‘el, e.g., Æo¦hÆN© v© , “el agua” (Gn 1,7: el acento, siendo pospositivo, se
escribe sobre la última letra de la palabra; aquí se repite sobre la sílaba
acentuada ma, ha^mma^'yim)7. La posición tónica en una palabra con
acento prepositivo o pospositivo distinto de paštˇå no puede ser
determinada sino por el conocimiento de la gramática.
g A. Acentos del sistema estándar (de los 21 libros)
Acentos disyuntivos
1. ±« silluq (opuesto a meteg, § 14) sobre la última palabra del versículo
antes de (:) sof passuq, “final de versículo”: :.r«¤ẗv̈ (Gn 1,1).
2. ±· atnahˇ en la mitad del versículo: oh·v¦«k¡t (Gn 1,1).
3a. Pospos. ±̧ sgoltå, en la cuarta o quinta caesura antes del atnahˇ: ¸g© h¦er̈«v̈
(Gn 1,17).
3b. |±¹ šalšelet mayor (con un trazo vertical a la izquierda), muy raro (7
veces) por sgoltå al comienzo de la frase: | Vn§ ¹̈ vn© ,§ ¦H©u (Gn 19,16).
4a. ±º zåqef qåtˇoˇn: o¦hn©º Ẍ©v (Gn 1,14).
4b. ±¾ zåqef gåƒoˇl, en lugar de zåqef qåtˇoˇn si el acento precedente no es
conjuntivo: kh¾¦S§cv© k§ (Gn 1,14).
5. ± tˇifhˇå (o tˇarhˇå): ,h¦Jtr§ ¥C (Gn 1,1). A veces, en lugar de atnahˇ,
especialmente en los versículos cortos: rIg (Gn 3,21). Compárese
con m'ayyelå, acento conjuntivo nº 21.
6. ±À rvia‘: .rÀ̈¤tv̈§u (Gn 1,2).
7. Pospos. ± » zarqå: »oh¦v«k¡t (Gn 1,7)
8a. Pospos. ± Æ paštˇå: ÆrItk̈ (Gn 1,5) (cf. §15 f ); ha de ser contrastado con
el conuntivo azlå, nº 18.
8b. Prepos. ±µ ytiv (compárese con el conjuntivo mhuppå∆, nº 15, que no
es prepositivo) en lugar de paštˇå en las palabras monosilábicas o en
las que tienen el tono en la primera sílaba, si el acento precedente
no es conjuntivo: c¤Gg¥µ (Gn 1,11).
9. ±² tvir: oh²¦v«k¡t (Gn 1,8)
10a. ±Œ ge^re^š: o¦hN©¹ v© (Gn 1,9).
10b. ± º gråšayim (o geˇršayim), doble ge^re^š, raro (16 x) por ge^re^š, si el tono
está en la última sílaba y si no precede al acento conjuntivo azlå (nº
18): hº¦P (Gn 1,11).
r§
11a. ±¿ påzer: ,¤Gn¿¤«r«v̈ (Gn 1,21).
11b. ± „ påzer gåƒoˇl o qarneˇ fårå, “cuernos de vaca”. Raro (16 x): i¨„nv̈ (Est
8. División que difiere de la usual de LXX: fwnh. bow/ntoj evn th/| evrh,mw|
`Etoima,sate th.n o`do.n kuri,ou , y Jn 1,23: VEgw. fwnh. bow/ntoj evn th/| evrh,mw|(
Euvqu,nate th.n o`do.n kuri,ou.
9. Yeivin (1980: 218-228) ha mostrado importantes implicaciones de la acentua-
ción masorética para la interpretación del texto bíblico. Cf. también Aronoff
1985; Kogut 1994.
68 § 15. Acentos
directamente (§ 15 f ). El lector del texto bíblico debe, pues, acostum-
brarse desde el principio a colocar el tono donde lo indica el acento.
En la práctica, conviene marcar claramente el acento mill§‘el y
suavemente el acento mill§ra‘.
m Påseq (e¥xP̈, participio arameo: “el que separa” o “separador”) es un
trazo vertical a la izquierda de una palabra. Este signo es gráficamente
similar al trazo vertical de algunos acentos como lgarme y šalšelet mayor.
Påseq fue introducido tardíamente y con menor coherencia que otros
acentos, a resultas de lo cual su uso no es claro. En la mayoría de los
480 ejemplos encontrados en nuestras ediciones10, este signo actúa
como parachoques para evitar que dos palabras sean unidas en
determinadas circunstancias, p.ej., cuando la misma consonante apare-
ce al al final de una palabra y al principio de la siguiente, como en Jr
51,37: iIg§
« n | oh¯¦K©dk§ | k¸c¤c̈. Pero bastantes casos no se ajustan a esta
explicación, y se han propuesto otras hipótesis con diferente grado de
probabilidad: como que påseq es un símbolo diacrítico, o que indica
una abreviatura, o que señala la inserción de una breve glosa.
n Sobre los acentos hay dos obras fundamentales de W. Wikes: A
Treatise on the Accentuation of the Three so-called Poetical Books of the Old
Testament. Psalms, Proverbs and Job (Oxford 1881), y A Treatise on the
Accentuation of the Twenty-one so-called Prose Books of the Old Testament
(Oxford 1887). También debe consultarse Margolis 1901; Derenbourg
1870; Kahle 1901; Yeivin 1980; Dotan 1971: cols. 1433-68.
o Aunque nada sabemos sobre la entonación, dos consideraciones su-
gieren encarecidamente que las expresiones declarativas e interroga-
tivas deben haber tenido diferentes modelos de tonos:
1. No se diferencias ambas en el orden de las palabras.
2. No todas las preguntas afirmativas/negativas están señaladas por la
partícula interrogativa /ha/ (§ 161 b ).
1. Para una breve introducción al texto del AT y a la obra de los masoretas, cf.
Würthweim 1988 [tr. ing. por Rhodes 1994]. También son útiles Kelley –
Mynatt – Crawford 1998; Mynatt 1994; Wonneberg 1984 [trad. ing. por
Daniels 1984].
2. Masorah responde a la forma reciente vr̈Ix«n̈, “tradición”, forma derivada del
HM r©xn̈, “transmitir”. La palabra no tiene nada en común con ,rÅ ¤«xn̈ de Ez
20,37†, “cadena”, por ,r«¤xt£ n© . Ben Óayyim (1957: 212s) relaciona la palabra
con el arameo samaritano rxn, “contar”; cf. r¥p«x, “escriba”.
3. Instrumentos esenciales para el estudio de la Masorah: Ginsburg 1880-1905
(repr. 1975); Weil 1971.
70 § 16. Texto masorético y Masorah
g©mn§ t¤ medio.
;wxt = eUxP̈ ;Ix jb̈§,t© . E.g., Ez 17,15: ;wxt t«kC .ne, “tiene un qamesˇ,
pero no hay atnahˇ o sof pasuq”.
wC (como signo numérico), dos, p.ej., oh¦ng̈§y wc, “dos acentos”.
r©,C̈ detrás.
JUdS̈, fem. vJ̈UdS,§ que tiene un dageš (o mappiq).
;S© página.
rh¥g§z, fem. vr̈h¥gz pequeño.
kIj profano.
.Uj fuera de.
r¥xj̈ deficiente, defectivo (cf. § 7 c).
o©gy© acento.
rh¦T©h abundante, excesivo.
itF̈ aquí.
ch¦,F§ (cf. infra § 16 e).
wk = ,h¥k (de ,h¦t tk̈), no hay, no es.
t¥kn̈ lleno, plene scriptus.
tr̈§en¦ Biblia.
,©me§ n¦ parte.
twb = tb̈hr£ ¥jt© tj̈§xUb otra versión; pl. ib̈hr£
¥jt© ij̈§xUb otras versiones.
jb̈, fem. vj̈b̈ quiescente (no pronunciado).
sUE¦b punto.
sUeb̈ puntuado.
t"x = ohr¥ ¦ x otros libros o copias.
¦jt£ ohrp̈§
rh¦cx§ conjetura.
in̈h¦x (shmei/on) símbolo, término mnemónico.
oUf§x contado, número.
eUxP̈ ;Ix final de versículo.
të§xP¦ separación, intervalo (en muchos casos indica una laguna).
we = hr§ ¥e (cf. § 16 e).
osue o mejor os̈¢e antes.
.Unë, fem. vm̈Un§e que tiene un qamesˇ.
;¥ez̈§C .¥në (§ 32 f).
t,̈§Cr,© h¦,C̈r© grande.
e Qre-Ktiv. Las notas masoréticas más importantes son las que se
refieren al Qre y Ktiv. hr§ ¥e (participio pasivo arameo: lectum, “leído” aquí
legendum, “lo que ha de ser leído”) es la lectura que, según los maso-
retas, debe leerse; ch¦,F§ (participio pasivo arameo: scriptum) es la lectura
que resulta del texto consonántico. El Qre se indica por un pequeño
círculo sobre la palabra, que hace referencia a una nota marginal donde
se escriben las consonantes que han de ser leídas; las vocales del Qre
§ 16. Texto masorético y Masorah 71
son las del texto. El Ktiv se representa sólo por las consonantes del
texto, mientras que las vocales no se indican y han de ser reconstruidas
según la forma de la palabra y el contexto. Así en Rut 3,3 se encuentra
en el texto h§Ts§rḧ§© u y en el margen we ,srhu, que quiere decir que ha de ser
leído (Qre) T§ s§rḧ§
© u, la forma normal de la 2ª persona fem., mientras que el
Ktiv es h¦Ts§rḧ§
© u, forma arcaica. Cuando una palabra del texto no debe ser
leída, se omite su vocalización y en el margen se escribe: hre tku ch,f,
“escrito, pero no leído” (como en Rut 3,12: ot). A la inversa, si una
palabra debe ser añadida a la lectura, las vocales se escriben en el texto
y las consonantes se señalan en nota: en Rut 3,17 en el texto se
encuentra © ¥ rnt y en el margen ch,f tku hre hkt, “debe leerse hkt,
aunque no está escrito”.
El Qre-Ktiv hace siempre referencia al texto consonántico: represen-
ta dos variantes del texto consonántico. A menudo el Qre ofrece una
lectura preferible a la del Ktiv, pero hay casos en los que el Ktiv es tan
bueno o mejor que el Qre. El hecho es que el Qre no siempre pretende
dar la mejor lectura en sí misma, sino la mejor entre los manuscritos4.
Es frecuente que el Ktiv preserve formas arcaicas5.
f Qre perpetuum. Comoquiera que algunas palabras muy usuales han
de ser leídas de modo diferente al indicado por el texto consonántico,
encontramos que por razón de economía, la nota marginal con las
consonantes del Qre se omite. Tales palabras son las siguientes:
1. El nombre divino vÏv§h: el Qre es hb̈«st£ , “el Señor”, mientras que el Ktiv
es probablemente6 v¤uv§ ©h (según testimonios antiguos). [Nótese que
vÏv§h tiene un šwa simple poco usual en lugar del hˇatˇef patˇahˇ de hb̈«st£ ]. Si
el nombre vuvh se encuentra precedido por la palabra hb̈«st£ , se escribe
v¦uvh (el Qre es oh¦v«k¡t)7. Naturalmente la vocalización de partículas,
[FONÉTICA]
3. Para z¥g, “cabra”, la raíz zbg, que no aparece en hebreo, puede inferirse sólo
por comparación con otras lenguas vecinas; véase el árabe ‘anz y acadio enzu
(cf. § 96 A o).
1. Rousselot 1902: 993; Passy 1912: § 144ss. Cf. también Cantineau 1950: 105s.
Tan extendido modo de pronunciación de las consonantes dagešadas es
análogo a la articulación italiana de Boccaccio o la japonesa de Hokkaido. Las
explosivas no pueden ser alargadas o redobladas del mismo modo que lo
pueden hacer las sibilantes, líquidas o nasales.
2. La doble consonante iglesa en sitting es un recurso ortográfico para indicar la
brevedad de la vocal precedente, en contraste con siting. Así también en
alemán Haffen (dativo pl. de Haff ), “albufera”, vs. Hafen, “puerto”; en
holandés bomen, “árboles”, vs. bommen, “bombas”; en italiano fato, “destino”,
vs. fatto, “hecho”.
76 § 18. Reduplicación de consonantes
que se señala una vocal larga, con un trazo horizontal sobre la letra
concernida (’a^poˇ) o haciéndola seguir de : (’a^p:oˇ). El hecho es, sin em-
bargo, que no sabemos exactamente el significado del dageš forte. Se
puede decir, en conclusión, que fonéticamente no se trata de una
repetición plena de una consonante, mientras que morfofonémica-
mente el fenómeno es equivalente a un conjunto de consonantes en
medio de palabra sin intervención de vocal, como se aprecia compa-
rando las formas pi‘el, p. ej. r©X¦h, “él reprendió”, y una forma relacionada
como pilpel k¥yk§ y¦ , “él arrojó”3.
aa La reduplicación es fonémica como muestra el contraste de los
siguientes pares: vK̈¦n, “palabra”, vs. vk̈h¦n, “circuncisión”; h¦Bn¦ , “desde”
(poético), vs. h¦bh¦n, “mi género”; VK̈ªg, “el yugo de ella”, y Vk̈Ug, “el bebé
de ella”.
b Además de la reduplicación propiamente dicha señalada por el
dageš forte, existe también en hebreo una reduplicación virtual, que
podría ser llamada semi-reduplicación o reduplicación débil 4, como en ,¥jJ¦ ,
“él corrompió” (pi‘el de ,jJ), o en ohsk̈§ ¦ hv© , “los niños”. En estos
ejemplos la regla morfológica requeriría una reduplicación: /*šihˇ-hˇe®/,
/*ha^y-ylåƒim/. De hecho, la reduplicación, en el sentido ordinario del
término, no ha tenido lugar, pero la vocalización es la que se esperaría
de haber ocurrido, a saber, la vocal característica de una sílaba doble-
mente cerrada. Generalmente se supone que tal reduplicación existió
en un estadio primitivo, lo que originó las vocales características de las
sílabas doblemente cerradas, pero la reduplicación fue suspendida pos-
teriormente sin cambiar las vocales y a pesar de que la sílaba ya aparece
abierta. Según esta explicación, la reduplicación no existe ahora, pero
su virtualidad sigue allí. Si la reduplicación ahora es nula, se debería
tener una vocal característica de sílaba abierta: *,¥jJ¥ 5; pero si la vocal
típica de las sílabas doblemente cerradas se ha conservado, es porque
debe existir alguna cierta reduplicación, una especie de alargamiento de
la consonante6. Esto parece haber sido mucho más frecuente en los
casos de reduplicación virtual espontánea de una gutural (p. ej., oh¦jt© , §
20 c), donde apenas se puede suponer una genuina reduplicación
antigua7. La consonante así alargada ligeramente no es realmente larga,
11. El nombre fenicio de la ciudad etrusca de Caere (hoy Cerveteri, al sur del lago
Bracciano, 50 Kms. hacia el NO de Roma) se translitera ;Agulla , latín Agylla
(= la de forma redonda). La reduplicación, pues, debió existir también en
fenicio.
12. Ciertos adjetivos del tipo kIyë, como kIsD̈, “grande”, eran originalmente del
tipo qatul ; la oˇ fue alargada secundariamente por razones particulares (cf. § 88
D c)
13. CamŸlus (ka,mhloj) se escribe a veces, en período postclásico, camellus (cf.
cammello en italiano ¡con doble reduplicación espontánea!).
14. Aquí hay que contar formas como UK·¥sj̈ (Jue 5,7) y el pronombre demostrativo
plural v¤Kt¥Å . Muchos casos de reduplicación espontánea parecen suponer que
originalmente un acento precedía a la consonante ahora reduplicada: así
Lambert 1931-38: § 74.
§ 18. Reduplicación de consonantes 79
después de una i secundaria (procedente de a) en la forma iIkŸ¦e (de
qatalån): iIrF̈¦z, “memorial”, constructo, iIr§f¦z (§ 88 M b).
Sobre la reduplicación espontánea virtual de la gutural j, cf. § 20 c.
h En la reduplicación eufónica se puede distinguir entre la conjuntiva
(dageš conjuntivo) y la dirimente o separadora (dageš disyuntivo; cf. infra, §
k). El dageš conjuntivo está causado por la estrecha o muy estrecha unión
de dos palabras15; aquí hay que distinguir dos casos: el de dhˇiq y el de
meˇra^hˇiq (cf. infra, § j ).
i Dhˇiq (arameo eh¦jS), § “comprimido” (la vocal está como comprimida o
presionada entre dos palabras). Las condiciones necesarias para un dhˇiq
son las siguientes:
1. La vocal final de la primera palabra debe ser Ð ¤ (de hecho siempre
con mater lectionis v) o Ð̈ « siguiendo a un šwa móvil (de hecho siempre
con v).
2. El tono de la primera palabra debiera ser mill§ra‘, pero desaparece en
razón de la estrecha unión con la siguiente palabra, marcada con
maqqef o, raramente, con acento conjuntivo.
3. El tono de la segunda palabra debe estar sobre la primera sílaba.
Ejemplos: tB̈Îvf̈§k /l∆ån-nå’/, “ven, pues”; ICÎv¤F©b /na^kke^-boˇ’/, “gol-
peémosle” (Nm 22,6).
En palabras sin acento primario, como vf̈§k, v¤F©b, el qamesˇ en esta
posición debe poseer una matiz abierto, /o^/, como la /e^/, que recibe
el mismo tratamiento (cf. § 6 j ). El fenómeno no tiene lugar con las
vocales cerradas /eˇ/16 y /oˇ/ y no funcionaría tampoco con una
variedad cerrada de a, /aˇ/.
Observaciones:
1. Con v¤z, la reduplicación tiene lugar independientemente del acento
tónico: Vḧr¦ §PÎv¤zu§, “y éste es su fruto” (Nm 13,27); el acento tónico
15. Es un fenómeno sandhi (cf. Lázaro Carreter 31968: 358-59), único en el que el
dageš ocurre al comienzo de palabra, cuando normalmente el dageš forte aparece
tras una vocal.
Es dudoso si en este caso se trata de una geminación genuina o no: cf.
Bergsträssser (1918-1929: I, § 10 o, p) y Tur-Sinai (1954: 173); el primero, sin
embargo, parece ir demasiado lejos cuando afirma que las begadkefat con tal
dageš no implican una pronunciación fuerte. Cf. g©mC¤Îv©n (Sal 30,10), transcrito
mebesse en la Secunda de los Hexapla.
16. Así se encuentra tb̈Îv¥Bv¦ (e.g., en Gn 19,8) con la sola excepción de tB̈Îv¤Bv¦ en
Gn 19,2 (variante: acento conjuntivo en lugar de maqqef ). El ejemplo muestra
la resistencia a la reduplicación eufónica tras la vocal cerrada eˇ.
80 § 18. Reduplicación de consonantes
recae sobre la segunda sílaba, por lo cual, estrictemente hablando,
este caso no pertenece aquí.
2. El caso de v©n (con patahˇ) tampoco pertenece aquí; cf. § 37 c.
3. Los detalles de las reglas y sus excepciones son complicados17.
j Meˇra^hˇiq (abreviación de la fórmula aramea eh¦jr¥ ©n h¥,ẗ, “viniendo de
lejos”) se refiere al acento tónico que viene de lejos, pues el tono de la
primera palabra es mill§‘el ). Las condiciones para meˇra^hˇiq son las que
siguen:
1. La vocal final de la primera palabra debe ser Ð ¤ (de hecho, siempre
con mater lectionis v) o Ð̈ « (con o sin v)18.
2. El acento tónico de la primera palabra debe ser mill§‘el, ya por
naturaleza, ya por accidente, a saber, por la retrogesión del acento
tónico en virtud de la ley de nsiga19. La unión con la palabra siguien-
te debe ser estrecha, pero no demasiado; generalmente no se escribe
maqqef, sino meramente un acento conjuntivo.
3. El acento tónico en la segunda palabra debe ir sobre la primera
sílaba. Ejemplos: VÅ̈C T̈§m´p̈j̈, /håfa^sˇ´tåb-båh’/, “la quieres” (Dt 21,14);
IK v,̈§h¬v̈, “ella fue suya” (1 Re 2,15) (nsiga); hr§ ¦P v¤G«g³ , “fructífero”, (Gn
1,11), (nsiga); h¦c·¤X ,̈h³c¦ J̈, “cautivaste cautivos” (Sal 68,19) (h¦c·¤X es forma
pausal de h¦cX§ ); v¤Z vN̈©k, “¿por qué, pues?”. (17 x sin maqqef, 7 x con
maqqef ). En esta posición qamesˇ debe tener un matiz abierto, como
segol (cf. supra, § i).
Observaciones:
1. La principal diferencia entre los dos casos de dageš eufónico se
encuentra en el acento tónico de la primera palabra. En el caso de
dhˇiq el tono debe ser mill§ra‘; en caso de meˇra^hˇiq, se convierte en
mill§‘el.
2. El hecho de que qamesˇ, aunque abreviado, mantenga su afinidad con
/o^/ en lugar de convertirse en /a^/ (como, p. ej., en og̈' o©g, h¦Ng© ; vn̈,
Îv©n), muestra que el fenómeno es de origen secundario20.
2. En las dos últimas condiciones, el šwa es llamado móvil. Sobre una aparente
excepción a la la condición 1, cf. § 100 c.
3. Ésta es una descripción sincrónica. Una aproximación diacrónica llevaría a un
interpretación diferente.
4. Cf. Sievers 1901-19: I, p. 15. n. 1.
84 § 20. Reduplicación de las consonantes guturales (y r)
e Excepción. La aspiración de las begadkefat no tiene lugar en los
grupos c§C, p§C, f§F después de una vocal: VẗIc§C h¦v§h©u (Jue 1,14). Se evitan
así dos aspiradas similares o análogas.
f En ciertos casos la realización explosiva de las begadkefat se incor-
pora al modelo morfológico o léxico. Así, una begadkefat R2 (= segunda
letra radical) en el futuro de qal es siempre explosiva si precedida por
un šwa simple: c«Tf§ ¦h. Igualmente, en los nombres segolados singulares
con sufijo pronominal: h¦Fk§ n© , “mi rey”, (pero o¤vh¥fk§ n© , “sus reyes”).
Al final de un aformativo, a diferencia de o¤fr© §cS§ mencionado supra (§
b), el taw de la terminación de la segunda persona del pasado siempre
se pronuncia fuertemente si precedido de šwa: T§ c§ ,© F̈5.
§ 24. La gutural t
a Alef es la más débil de las guturales. En el período de la historia de
la lengua hebrea que nos concierne, muy frecuentemente no se pro-
nunciaba; a veces, incluso ni se escribía (sobre su pronunciación, cf. §
5 j ; como mater lectionis, cf. § 7 b).
b Alef se pronuncia en sílaba de una u otra manera cerrada, a saber:
1. En sílaba propiamente cerrada: o©Jt§ ¤h /ye^’-ša^m/, “él será culpa-
ble” (la sílaba es cerrada como s©Cf§ ¦h).
§ 25. La gutural v
a v es una gutural bastante débil, con frecuencia no pronunciada.
Dentro de una palabra, v siempre se pronuncia; cuando es final de
palabra, es generalmente quiescente; por tanto, cuando ocasionalmente
se pronuncia, se la marca con mappiq (§ 11 a), como en V©«cD̈ /gåvoˇah/
(“alto”), Vk̈ /låh/ (“a ella”). En esta última palabra, la masora exige que
la v no sea pronunciada en Nm 32,42; Zac 5,11 y Rut 2,14 (§ 103 f ); en
estos versículos se escribe œvk̈, con rafé, para mayor claridad (§ 12 a).
Otros ejemplos del sufijo femenino vÐ̈ sin mappiq, pueden verse en §
61 i (con el verbo) y § 94 h (con el nombre). Nótese el elemento
teóforo vḧ en nombres como vḧ§gJ© §h por UvÅ̈hg§ J© §h, y vḧ¦nr¦§h por UvÅ̈hn¦ r¦§h.
b Sobre la síncopa de v, cf. § 17 e.
c En la 3ª pers. fem. del perfecto se tiene Uv§,©kÅ ÿ§e, y, por síncopa de v y
reduplicación de ,, UTÅ©kÿ§e y vT̈Å©kÿ§e (cf. § 62 d ).
v del sufijo pronominal de 3ª pers. masc. desaparece en muchas
formas: /*lahu/ > /law/ > Ik; /p•hu/ > uh¦P (/piw/).
92 § 26. Las consonantes semivocálicas u y h
§ 26. Las consonantes semivocálicas u y h
a Las consonantes semivocálicas u y h pierden a menudo su carácter
consonántico, con frecuencia contrayéndose con una vocal precedente,
y a veces desapareciendo completamente.
b La secuencia /uw/ se convierte en /u/: /*huwšab/ > c©JUv. El
grupo /iy/ se convierte en /i/: /*yiyraš/ Jrh¦ © h; con las preposiciones C§ ,
F§ , k§ , i¦n, y con la conjunción u§ se encuentra, p.ej. con h¥n§h, “días de”: h¥nh¦C,
h¥nh¦F, h¥nh¦k, h¥nh¦n, y h¥nh¦u (cf. § 103 b).
El conjunto final de palabra /iy/ puede convertirse en vÐ, ¤ como
en /šmøniy/ > v¤b«nJ§ (cf. árabe /®amån /), “ocho”; v¤t¥D, “orgulloso”
in
1. Así llamada por F.W.M. Philippi 1878: 42. Una reconstrucción cronológica de
la ley de Philippi puede verse en Blau 1976: § 9 y 1986; Qimron 1986a y
1986b. Cf. también Lambdin 1985. Que existe una tradición a la que no se
§ 29. Cambios vocálicos 97
e.g., /*bint/ (como en árabe clásico) > ,©C (pero la vocal original
reaparece en formas sufijadas: h¦TC¦ , etc.). La segunda, ley de la atenuación2,
pretende dar razón del fenómeno opuesto: /a/ en sílaba cerrada átona
cambia a /i/: e.g., /*haqtal/ > /*hiqtal/ > (por analogía con el futuro)
/hiqtil/, que es el tipo estándar y básico de hif‘il. Pero ninguna ley está
libre de excepciones o inconsecuencias3.
ab Los diptongos /áy/ y /áw/ se contraen con frecuencia en /Ÿ/ y /ø/
cuando el acento tónico se desplaza:
1. Por la adición del morfema plural: así, k¦h©kÅ , vk̈¦h©kÅ , “noche”, > ,Ikh¥k;
Å̈ “iniquidad”, oh¦bIt4.
i¤ut,
2. En el estado constructo: p.ej., kh¥k, “la noche de”; h¦cẗ ,In, “la muerte
(,£un̈) de mi padre”.
3. Con la adición de un sufijo pronominal posesivo: h¦bIt, “mi
iniquidad”; o,̈h¥C, “la casa de ellos”.
4. En algunas conjugaciones del verbo: p.ej., */haylil/ > kh¦kh¥v,
“gimió”; /hawrid/ > shrIv, “hizo bajar” (§§ 76 c ; 75 a)
Compárese hsḧ © /yådáy/, “mis manos”, y Q¦hsḧ,© “tus (fem. sing.)
manos”, con hs§ ¥h, “las manos de”5.
Algunas excepciones son kh¥j, “terraplén”, vs. k¦h©jÅ , “fuerza”; vk̈§ug© ,
“injusticia”, frente al pl. ,IkIg y la forma regular vs̈h¥m (< sum), “provisión
para el camino”6.
b Las vocales originalmente largas /oˇ/ (derivada de /a/ o /aw/), /u/
e /i/ son generalmente muy estables7. Sin embargo, /oˇ/ en sílaba que
ha pasado a ser átona, se atenúa con frecuencia en /u/. Este
fenómeno se da regularmente en la conjugación del perfecto nif‘al oIeb̈
de los verbos u"g: la /oˇ/ se convierte en /u/ cuando pierde el acento
aplica la ley es claro de una transcripción como ellelq por T̈§k©Kj¦ : Brønno
1943: 303.305. La situación es la misma en el hebreo samaritano: faqqidti
(Ben-Óayyim 1957-77: 112). Véase Qimron 1991.
2. Cf. Qimron – Sivan 1995.
3. Véase la panorámica de Harviainen 1977: 16-21.
4. Para /áyi/ y /åwe/ por /áy/ y /áw/, véase § 88 C f.
5. ¥ “nuestras manos”m y v̈hÅsḧ,
UbhÅsḧ, ¥ “las manos de ella”, con /Ÿ/ o /e/ tónicas
pueden explicarse derivándolas del pl. constructo hs§ ¥h y no de */yadáynu/
donde el mismo sufijo posesivo contenía una vocal.
6. Puesto que la Yod etimológica parece mantenerse en la ortografía más
frecuentemente que Waw, la contracción de /aw/ pudo haber empezado
antes que la de /ay/: cf. Blau 1995: 8.
7. Cf. § 89 i para una excepción en el caso de oˇ, y § 89 f para una excepción en el
caso de i.
98 § 29. Cambios vocálicos
tónico principal o secundario: vn̈IÅeb̈, o¤,In«e§b, pero h¦,IÅnUe§b (§ 80 l )8.
Ocasionalmente se puede observar la misma alternancia en ciertos
duplicados: ©jIbn̈ y vj̈Ub§n, “descanso”, iIkn̈ y vb̈Uk§n, “lugar donde pasar la
noche”, xIbn̈ (con sufijo: h¦xUb§n) y vẍUb§n, “fuga”9.
ba Las vocales etimológicamente largas ¥ e • se abrevian, como en
árabe clásico, en sílaba cerrada: o«eḧ (y oëÅ̈H©u) < qal yusivo 3ª mas. sing.
*yáqum, pero h¦nUÅeT̈ < 3ª masc. sing. taq¥'m• ; o¥eḧ (y o¥eÅ̈H©u) < hif‘il yusivo 3ª
masc. sing. *yáqim, pero UnhÅe¦ ḧ < 3ª mas. pl. yaq•'m¥. Sin embargo, nombres
y adjetivos no son afectados por este cambio, pues sus vocales finales
de palabra (marcadores gramaticales del caso) son más resistentes que
los morfemas vocálicos finales de los verbos10. De aquí, eUJ, no e«J; rh¦e,
no r¥e.
c La vocal Ð̈ « , cuando se convierte en átona, pasa normalmente a Ð: ©
rc̈S̈, estado constructo r©cS;§ oS̈, “sangre”, estado constructo oS. ©
La vocal Ð « , cuando se convierte en átona, pasa normalmente a Ð̈ o
(sobre todo en sílaba doblemente cerrada) a Ð: ª kF̈, ÎkF̈, oK̈ªF; c«xḧ, cẍÅ̈H©u;
UCÅ«xḧ, vb̈hÅC¤xªT§ ; e«j, hEªj.
La vocal Ð, ¥ cuando se convierte en átona, pasa normalmente a Ð ¤ o
(sobre todo en sílaba doblemente cerrada) a Ð: ¦ ,¥t, Î,¤t; c¥xḧ, c¤xÅ̈H©u; UCÅx¥ ḧ,
vb̈hÅC¤x¦ T§ ; o¥t, h¦Nt¦ .
d La atenuación de Ð ¥ en Ð
¤ se siente a veces como excesiva; entonces
Ð¥ se convierte simplemente en Ð. © Así, en pi‘el, k¥Ye¦ es la forma normal
y pausal, mientras que k©Ye¦ es una forma secundaria de enlace o liaison
(§ 52 c). En los verbos quiescentes t"p, k¥ft«h es la forma pausal, y k©ft«h
es la forma contextual (§ 73 d ). En la flexión del tipo i¥ez̈, el estado
constructo es i©e§z (§ 96 B d )11, un cambio en el que parece funcionar la
ley de Philippi (cf. supra, § aa). De modo similar, en una penúltima
sílaba cerrada y tónica se encuentra con frecuencia Ð © por Ð: ¥ s¥cF̈, T̈sÅ
§©cF̈;
k¥Ye¦ , T̈§kY©Å e¦ , y en el hif‘il h¦Tk§ y©Å e§ v¦ (por *hiqtˇilta, *T̈§ky¥Å e§ v¦ ). Pero la
terminación eˇlnå del futuro plural femenino es problemática: eˇlnå se
mantiene en el hif‘il vb̈§ky¥ e§ T© (para conservar de algún modo la carac-
terística i ); eˇlnå se mantiene generalmente en pi‘el, mientras que en
hitpa‘el se encuentra generalmente a^lnå; a^lnå se encuentra siempre en
A. Ante guturales:
B. Ante no guturales:
UbÅx¥ Ux, pero W·¤xUx.
1.
UbhÅx¥ Ux, o¤fh¥xUx, pero WhÅx¤ Ux.
2.
3. ¦P, h¦hr¦
hr§ §P, pero W§hr¤
§P.
iS̈©P (nombre propio), pero vb̈ÅS©
4. ¤P16.
g El segundo grado de atenuación de Ð © aÐ ¦ (cf. ley de la atenuación, en
§ aa) es igualmente frecuente.
Una /a/ primitiva se convierte en Ð ¦ en los perfectos k©ye§ ¦b, kh¦ye§ v¦
(pero el futuro es kh¦ye§ ©h), k¥Ye¦ (en sílaba doblemente cerrada, pero el
futuro es k¥Ye© §h); en el futuro qal de los verbos de acción: k«ye§ ¦h (§ 41 e),
en el plural constructo del tipo hr§ ¥cS¦ (de rc̈S̈) por /davreˇ/ (§ 96 B b)17.
La atenuación de Ð © en Ð ¦ ocurre frecuentemente en la flexión del
nombre:
1. En los tipos h¦es¦ §m junto a h¦Fk§ n© , hs§
¥dC¦ junto a h¥Fk§ n© , h¥Fx§ ¦b junto a h¥Px§ F© ,
vG̈§cF¦ junto a vG̈§cF© (así, se encuentra el infinitivo femenino vk̈§ye¦
junto a vk̈§ye© , § 49 d)18.
16.Véanse también §§ 68 e, 79 q, 88 L g, 93 c, d, h, 96 A q, B f.
17.Una explicación alternativa (ampliamente aceptada) de este último ejemplo y
sus similares es que la /i/ es vocal auxiliar para resolver el grupo consonán-
tico inicial de palabra, a saber, /*dvreˇ/ > /divreˇ/, incluyendo los grupos cuya
consonante inicial es una proclítica, como en /*ldvårim/ > liƒvårim/ (pero
cf. § 96 B b, y la interesante nota). La noción de “vocal auxiliar” es medieval,
siendo reconocida por Lambert (1931-38: §§ 39,3; 118) y está ampliamente
expuesta y aplicada a diversas categorías por Cantineau 1949, que es una
aguda crítica de Bravmann 1938: 1-102. Cantineau rechaza la explicación del
proceso fonético expuesta por Bravmann, pero concuerda en que vocales
auxiliares de diverso tipo, principalmente /i/, surgieron para resolver los con-
juntos de consonantes iniciales de palabra resultantes de la pérdida de vocales
en las sílabas abiertas iniciales de palabra.
18.Sin embargo, no hay certeza absoluta de que la vocal subyacente en estas
formas sea realmente /a/: la evidencia desde las lenguas próximas es con
frecuencia contradictoria (p.ej., en siríaco /kespå/) y existen además fluctua-
ciones internas (p.ej., Q¤x¤Åb y también Q¤x¥Åb). Cf. § 88 C a*.
§ 30. Pérdida de vocales 101
2. En la declinación del tipo .¥Cr© §n, constructo .©Cr¦
§n (disimilación; cf. §
96 C c).
3. En la forma o¤fn§ S,¦ “vuestra sangre”19
4. En algunos nombres del tipo qall : ,©P, oh¦TP¦ ; x©n, oh¦Xn¦ ; pero no en e©G -
oh¦EG© ni en los adjetivos cr© - oh¦Cr,© kS© - oh¦KS.
©
h Disimilación. Existen vocales que no pueden ser explicadas si no es
por la tendencia a evitar la secuencia de dos vocales de timbre igual o
similar.
En iIJtr¦ (de Jt«r) la primera vocal se debe a disimilación;
análogamente iImh¦j (de .Uj), iIfh¦T (constructo de QIT), JIb¡t (§ 21 h), g© UJ§h
por *©gUJIh (de g© UJIv§h, nombre propio).
La segunda vocal se disimila en t¥kUk (4 x; h¥kUk 10 x), “si no fuera”,
“a no ser que” (de Uk + t«k); y en el tipo k·¥f«t del futuro de los verbos
quiescentes t"p, por /’oˇ∆oˇl/ (§ 73 c).
2. Qamesˇ resulta especialmente estable delante del acento tónico (qamesˇ pretónico).
Aunque la estructura vocálica en cuestión difiere, esto da razón con toda
probabilidad de la conservación de la vocal /a/ en una forma como h¦BjŤ k̈§J¦h, “él
me enviará”, frente a la pérdida de o e i en h¦Br§ ¤nJ§ ¦h, “él me guardará” (< r«nJ§ ¦h), y
h¦B¤ÅbT§ ¦H, “él me dará” (< i¥T¦h): cf. Blau 1978a: n. 4.
3. De modo general no puede decirse que la estabilidad tan anormal de las
vocales Ð̈ « ,Ð
¥ yÐ
« sea indicio infalible de su primitivo alargamiento.
§ 31. Acento tónico: posición y desplazamiento 103
f C. En las palabras mill§‘el de más de dos sílabas, deben destacarse las
siguientes normas prácticas:
– En el perfecto con sufijos, /a/ pretónica se mantiene: /qatˇala'ni/ >
h¦b©kÅ ÿ§e; /i/ desaparece en pi‘el : h¦b©kÅ Y§ e¦ , pero se mantiene en qal : h¦b©jÅ f¥ J§ ,
“él me olvidó” (§ 61 e).
– En el futuro con sufijos, /a/ pretónica se mantiene, pero /i/ y /u/
caen; h¦bJ¥Å C̈§k¦h (de /yilbaš/ > J©Ck§ ¦h), pero h¦b¥ÅbT§ ¦h (de /yittin/ > i¥T¦h), h¦b¥kÅ y§ e§ ¦h
(de /yiqtul/ > k«ye§ ¦h). Véase supra, § d, n.
Observación. En la conjugación del futuro, /a/ pretónica cae, al
igual que /i/ y /u/: UJ§Ck§ ¦h, Ut§mn§ h, Ub§T¦h, Ut§m«N̈¦h, Uk§ye§ ¦h.
g D. El comportamiento de la vocal Ð ¥ en la flexión requiere una con-
sideración aparte.
En el estado absoluto, Ð ¥ generalmente se mantiene, pero en el
constructo generalmente cae. Así, /*mi’at/ > vẗ¥n, “cien”, constructo
,©tn§ , plural abs. ,It¥n (el constructo sería *,It§n); o¥J, ,In¥J, constructo
,In§J. Sin embargo, Ð ¥ aún se mantiene en el estado constructo de
determinadas palabras como rIz¥t (§ 21 h), ,©g¥z, “sudor de”, r©f¥b, “extran-
jería de”, ,©fP¥ f§ n© , “catástrofe de”, ,©nS¥r© §T, “sueño profundo de”, ,©fr§ ¥C,
“piscina de”, ,©nr£ ¥g, “montón de”, etc.
En la conjugación verbal, tenemos el imperativo del tipo c©Jḧ: c¥J,
h¦cJ§ , Uc§J. En el participio del tipo k¥y«e, encontramos vk̈§y«e o vk̈¥y«e y, las
más de las veces, ,¤kyŤ«e, plural oh¦ky§ «e (§ 50 g).
En el participio del tipo oh¦en¥ , se encuentra el constructo ch¦Jn¥ (Rut,
4,15), *vc̈h¦Jn§ , plural oh¦ch¦Jn§ .
En el participio del tipo c¥xn¥ , tenemos gr¥ ©n, “actuando mal”, plural
oh¦gr§ ¥n (adviértase el contraste del participio ch¦yh¥n con /eˇ/ estable (cf.
supra, § b).
En el adjetivo del tipo k¥Ye¦ , encontramos o¥Kt¦ , “mudo”, plural oh¦nK§ t¦ .
1. Por tanto, no hay tal enlace cuando el acento es disyuntivo: oJ̈ T̈§cJ© ḧ§u (1 Re
2,36), ni cuando entre las dos hay un maqqef, pues entonces la primera palabra
se convierte en proclítica.
2. dIxb̈, participio nif‘al de dUx.
§ 32. Pausa 105
d Casos anómalos. Se encuentra nsiga en casos como i¥F r©j´©t (1 Sam
10,5) y IC J¤j´¦fu§ (Job 8,18), en sílaba cerrada virtualmente; IC e¤z£j́©H©u (Ex
4,4), en sílaba semicerrada.
Por contra, no aparece nsiga en casos donde sí se esperaría: Uv¸«, v¬,̈§h«v̈
(Gn 1,2).
§ 32. Pausa
a La pausa es un alto, como una apreciable interrupción o descanso,
en el curso del recitado, después de una palabra y, sobre todo, al final
del versículo. Esta interrupción conlleva una cierta ralentización previa
preparatoria, al modo como un corredor reduce su velocidad hasta que
se detiene. La pronunciación de una palabra en pausa es lenta, plena y
enfática, más que en el entorno contextual. Consecuencia de esta
ralentización es:
1. Que la vocal tónica, cualquiera que sea su timbre, es siempre más
larga de lo que sería en contexto.
2. Que algunas vocales desaparecidas reaparecen, con el resultado de
que las formas pausales suelen ofrecer formas primitivas o más
próximas al estado primitivo, llevando las vocales así restauradas el
acento tónico1.
Además, en la pausa, ocurren, aparte de la diferencia cuantitativa,
cambios en el timbre de las vocales, que suelen incluir un cambio en la
cantidad. Finalmente, en ciertos casos, hay un desplazamiento del
acento tónico.
b Cambio puramente cuantitativo. No puede determinarse con
seguridad si la vocal /oˇ/ en las formas pausales oIk·J̈ o k·«ye§ ¦h es más
larga que en contexto, o sea, en la contrapartida no pausal. En todo
caso, los naqdanim no inventaron ningún signo vocálico distinto. Si
fueron conscientes de alguna diferencia cuantitativa, no la conside-
raron tan importante como para señalarla con algún signo especial.
Hay que notar que Ð © suele permanecer inalterado en pausa,
especialmente en los monosílabos: así siempre encontramos g·©Cr© §t, ,·©C;
en el futuro, antes de la aformativa vb̈-, e.g., vb̈§s·©Cf§ T¦ .
La vocal Ð ¤ se mantiene en pausa, como en ,·¤nt¡ (§ 18 l ), k·¤nr© §F;
permanece inalterada en en ciertos nombres segolados del tipo l¤knŤ ,
como en el mismo nombre Q¤k·¤n (§ 96 A c).
2. Este fenómeno, como otros muchos, presupone un único timbre /o^/ para el
símbolo Ð̈.
3. Hay fenómenos explicables por la pre-pausa: la sílaba precedente a la sílaba
pausal (§ 32, d ), o la palabra precedente a la palabra pausal (§ 104 d ).
El mantenimiento de la vocal en iUk«ye§ ¦h o el alargamiento secundario en
§T en formas con nun paragógico (§ 44 e) es diferente de la restauración de
iUeC̈s¦
las vocales en las formas pausales, por cuanto las vocales restauradas o
modificadas se acentúan, lo que no ocurre con las formas alargadas del
futuro.
107 § 33. Hiatus
caso, p.ej., del acento zaqef, con el cual Ð © se suele convertir en Ð̈ (de
aquí la nota tan frecuente de los masoretas ;¥ez̈§C .¥në, p.ej., en Gn 11,3;
§ 16 d ). Sobre un caso especial de h¦bt£ , cf. § 39 a.
Una misma palabra puede tener diferentes formas: en contexto, en
pausa intermedia y en pausa mayor, p.ej.: vT© Å̈ t con /a^/, vT̈ºt© con /a^/ y
acento mill§ra‘, y vT̈·ẗ con /å/ (§ 39 a). Igualmente: vT© Å̈ g, vT̈ºg© , vT̈·¨
g. Véase
también la triple forma de c¥M©h,§ ¦h (§ 32 c).
g La ralentización que precede a la pausa explica que, en ciertos
casos, en pausa se prefieran las formas más largas. Así, en los verbos
i"p, en pausa la asimilación de b se omite frecuentemente, como en Ur·«m§b¦h
(§ 72 b). Las terminaciones del futuro iU - ihÐ, ¦ con b paragógico, se
encuentran especialmente en pausa (§ 44 e-f ). Cf. también § 62 c, e.
§ 33. Hiatus
a Mencionamos aquí este fenómeno rítmico que tiene alguna analogía
con la pausa1. Cuando una palabra mill§‘el terminada en vocal es
seguida por una de las guturales t, v, g, el acento tónico pasa a mill§ra‘.
Este fenómeno se visualiza singularmente en vN̈Å̈k, que deviene vÅ̈nk̈ (sin
reduplicación), p.ej.: o¤Tt© vÅ̈nk̈ (2 Sam 19,11; § 37 d ); vc̈Å̈v deviene vÅ̈cv̈ en
h¦TJ§ t¦ Î,¤t vÅ̈cv̈ (Gn 29,1 †). Igualmente ocurre con los imperativos vr̈UÅx,
vn̈UÅe, vc̈UÅJ: h©kt¥ vrŨUx (Jue 4,18), vuvh vÅ̈nUe (Nm 10,3; donde vuvh = hb̈«st£ ).
Contrariamente a la vocalización normal, se encuentra, p.ej., v̈hÅk¤ g̈ UÅcr̈
(Gn 26,22), h¦,«t UÅnG̈ (Gn 40,15), o¤vh¥kg£ UÅsz̈ (Ex 18,11), Ubh,¥Å«bI£g T© Å̈ J (Sal
90,8), vT̈©t ,tc̈UÅ̈ (Zac 6,10; cf. § 43 b), ,¤f«rÅ P̈©v vÅ̈khS§
¦cv¦ u§ (Ex 26,33), vÅ̈th¦cv¥ u§
o,̈It (Lv 15,29).
Ante una gutural parece preferirse una forma más larga; cf. §§ 78 i y
79 m.
y más recientemente Voigt 1988, sobre el cual véase Blau 1992, esp. p. 250.
También se ha puesto de relieve que algunas raíces aparentemente triconso-
nánticas comparten una secuencia de dos consonantes con claro contenido
semántico identificador, p.ej.: cme, gme, ;me, .me, rme comparten la secuencia
-me con el significado de “cortar”; o srp, rrp, xrp, Jrp comparten -rp con el
significado de “separar”. Así, el predominio de las raíces triconsonánticas
parecería representar históricamente un estadio tardío del desarrollo, que
comporta una acomodación de las raíces originalmente biconsonánticas. Sin
embargo, no es correcto afirmar que todas las raíces triconsonánticas puedan
ser reducidas finalmente a raíces biconsonánticas. Nöldeke (1910: 109-178)
ha mostrado cómo las raíces primitivamente mono- o biconsonánticas sufrie-
ron un proceso de conformación al modelo dominante triconsonántico: p.ej.,
oh > oIh y vn̈n̈§h; n > h¥nh¥n, pl. constructo de o¦hn©Å ; v¤P > pl. ,Ih¦ph¦P. Cf. también
Bergsträsser 1918-29: II, § 1 d-g ; Moscati 1964: 11.5-11.9; Botterweck 1952;
Lambert 1987: 354-62. Véase también Kienast 2001: § 50,10-16.
5. Estas palabras se han formado por analogía con palabras del modelo taqtul de
las raíces u"g. Cf. § 88 L s.
§ 34. Morfología. Observaciones generales 111
definido), el verbo, el nombre (sustantivo y adjetivo) y las partículas
(adverbio, preposición, conjunción e interjección).
e Al igual que un fonema puede realizarse con múltiples alófonos (§ 5
gb ), una determinada categoría flexional, “morfema”, puede también
expresarse mediante múltiples “alomorfos”. Así, la categoría flexional
del participio qal fem. sing. en estado absoluto tiene a disposición tres
alomorfos: vk̈§y«e, vk̈¥y«e, ,¤kyŤ«e. Su distribución está condicionada por
diversos factores o parámetros.
CAPÍTULO I
ARTÍCULO DEFINIDO Y PRONOMBRE
1. Cf. Muraoka 1983-84: 93s; también Friedrich – Röllig 31999: § 113 final.
2. Compárese con o¥vv̈, más frecuente que vN̈Åv¥ v̈, § 35 d.
3. Femenino en 2 Re 4,25.
§ 37. El pronombre interrogativo 117
d Los pronombres personales de tercera persona tUv, th¦v, vN̈Åv¥ , o¥v, vB̈Åv¥
(“él”, “ella”, “ellos”, “ellas”), cuando se usan adjetivamente, significan
propiamente “el mismo, la misma”, etc., pero equivalen prácticamente
a un demostrativo débil: o¥vv̈ oh¦nḦ©C, “en los mismos días” = “en estos/
aquellos días” (cf. § 35 e).
e El artículo conserva a veces un valor demostrativo débil (§ 137 f I).
4. Cf. Blau - Loewenstamm 1970: 31s; véase también Blau 1968: 267 y Khan
1989: 433-41. Una ortografía anómala como la de Ez 8,6, o¥vn̈ (Qre o¥v vn̈) sólo
pudo ser posible después que v deviniera una letra vocálica.
5. Contrasta con la vocalización de v¤zC̈, § 103 c.
§ 38. El pronombre relativo 119
Con k se encuentra:
1. v¤nk,Å̈ sólo tres veces (1 Sam 1,8). Esta forma aislada, aunque bien
atestiguada y análoga a la forma árabe li'ma, parece ser la primera
forma (con acento mill§‘el ) en la que vn queda enclítico6.
2. vN̈Å̈k usualmente, pero delante de las guturales t, v o g se encuen- tra
la forma vÅ̈nk̈ (§ 33), por ej.: o¤Tt© vÅ̈nk̈ (2 Sam 19,11); vuvh vÅ̈nk̈ (Jue
21,3).
e III. vn indpendiente (bastante raro).
1. Delante de una palabra, ordinariamente con un acento disyun- tivo,
se encuentra por lo general la forma intermedia v¤n, como en kIe v²¤n
(1 Sam 4,14, acento tvir).
2. Después de una palabra, de hecho siempre en pausa, se encuen- tra
vn̈, como en vº̈n Ub§j©bu§, “Y nosotros, ¿qué somos?” (Ex 16,7)
f En resumen puede formularse:
vn̈:
– Como proclítico ante gutural sin reduplicación virtual.
– Después de preposición ante gutural o en pausa mayor, y en vN̈Å̈k y
vÅ̈nk̈
– Independiente, después de una palabra (bastante raro).
v¤n:
– Como proclítico ante gutural con reduplicación virtual seguido de
qamesˇ.
– Después de una preposición, en la forma usual.
– Independiente, delante de una palabra (bastante raro).
Îv©n:
– Como proclítico delante de una consonante no gutural, y delante de
una gutural con reduplicación virtual (no seguida de qamesˇ).
6. Joüon 1920: 363. Rendsburg (1992: 71) ve aquí la evidencia de un dialecto del
norte, pero esta aproximación, como aquí se aplica, es demasiado atomística.
1. La etimología es probablemente un nombre que significa “lugar”; cf. acadio
ašru (const. ašar), árabe ’i®r, etiópico ’ašar. Véase Cohen 1970-76: 37b; Israel
2003: 340s.
2. Cf. Joüon 1913: 129
120 § 38. El pronombre relativo
hebrea, debió existir en la lengua hebrea vernácula3 de todos los
tiempos; su antigüedad está asegurada por su correspondencia acadia
ša, eblaíta šu-ši-ša, fenicio a / at (ningún rat), y por la presencia de -¤J
en el canto de Débora (Jue 5,7). En la lengua literaria preexílica -¤J fue
casi completamente sustituido por r¤Jt£ . Después del exilio reaparece
muy frecuentemente4. En el período post-bíblico (Mišnah) reemplaza
completamente a r¤Jt£ 5.
En lugar de · J¤ se encuentra muy raramente · J© y J̈ (una vez en Jue
6,17 delante de t)6. La vocal breve, que exige la reduplicación de la
consonante siguiente7, se mantiene en todas las posiciones: ih¥tJ¤ , h¦bt£ J¤ ,
k©gJ¤ , h¦Jt«RJ¤ (Cant 5,2; cf. § 23 a).
También se encuentran Uz8, v¤z y el artículo usados como pronombres
relativos (cf. § 145 c-d ).
ugarítico y arameo egipcio (y árabe) con sus <hw> y <hy> difieren del
hebreo y fenicio.
9. Sobre la distribución de estas dos consonantes en la familia de las lenguas
semíticas, cf. Kienast 2001: § 43. Véase también Del Olmo Lete 1999: 109.
Las formas vtuv y vthv, frecuentes en Qumrán (y en arameo) junto a tuv, uv
por una parte, y thv por otra, habrían de ser consideradas más como testigos
de la preferencia general del hebreo qumránico por las formas alargadas
—preferidas por efectos prosódicos (?)—, más que como vestigios genuinos
de formas proto-hebreas: Fassberg 2003. Por otra parte, la alef final de tuv, thv
es tan poco vocálica como la de la negación tk. La consonante /’/ aparece
como parte del pron. de la 3ª pers. sing. en fenicio tv, he; she y etiópico 3ª
masc we’tu y fem. ye’eti. cf. cananeo antiguo úwa (= huwa; Sivan 1984: 126),
ugarítico hw (= /huwa/) y hy (= /hiya/). Sobre el ugarítico hw cf. Hueh-
nergard 1987: 86.293.
10.Nótese la alternancia de las dos formas en los dos versículos contiguos de Lv
11,27-28, y en los pasajes paralelos (Dt 3,20 || Jos 1,15).
11.Debe distinguirse del adverbio vB̈Åv¥ , “acá” (adverbio de movimiento, latín huc).
12.En proto-hebreo y proto-semítico los pronombres de 1ª y 2ª pers. comparten
la /n/ o /’n/, distinguiéndose así de las formas de 3ª pers. caracterizadas por
/h/ o /š/, posiblemente una indicación antropológica de que los participan-
tes directos en las situciones del discurso, “yo – tú – nosotros”, formaban un
círculo interior más íntimo. Cf. Isaakson 1992-93; Del Olme Lote 1999. Esta
dicotomía también tiene que ver con la semántica y la morfosintaxis, en
cuanto que los pronombres de 3ª pers. son menos “personales”, pues tam-
bién se aplican a referentes no personales.
124 § 39. El pronombre personal
2ª fem. vb̈ÅT¥ t© (forma más frecuente —4 x frente a i¥Tt© 1 x). Las formas
más largas son mucho más prominentes en Qumrán13.
b Sobre los pronombres de tercera persona precedidos por el artículo,
tUv©v, th¦vv© , o¥vv̈, vN̈Åv¥ v̈, vB̈Åv¥ v̈, véase § 36 d.
c El femenino Ktiv tuv en el Pentateuco. En el texto consonántico del
Pentateuco (pero no en el Pentateuco Samaritano) se encuentra la or-
tografía tuv no sólo para el masculino, sino casi siempre también (sólo
18 excepciones)14 para el femenino; por ello los naqdanim escribieron
tu¦v (Qre perpetuum, § 16 f 2), e.g., tu¦vv© .rÅ̈ ¤tv̈ (Gn 2,12). Esta particula-
ridad, verdaderamente extraña, puede explicarse muy plausiblemente
como derivada de alguna recensión tardía del Pentateuco. Con muchos
autores asumimos que la ortografía primitiva era tv, tanto para el
masculino, que probablemente se leía todavía h¥’a, como para el
femenino, que probablemente se leía h•’a15. Cuando estas formas devi-
nieron h¥ y h• en hebreo, la ortografía tv ya no resultaba suficiente-
mente clara. Puede suponerse que un escriba deseara señalar las vo-
cales largas ¥ e • por medio de matres lectionis atendiendo a su timbre y
cantidad. Ahora bien, durante varios siglos, especialmente en el perí-
odo de las inscripciones hebreas en escritura cuadrada desde el s. I al
IV, la forma de la letra h era casi idéntica a la de la letra u16. En tales
condiciones, un escriba que quisiera añadir una u o una h en la secuencia
tv, de hecho añadía un carácter que, contra todo intento y propósito,
podía pasar por u. Posteriormente, cuando la forma de u fue inequívo-
camente distinguida de h, nadie se atrevió, por respeto al manuscrito, a
modificar la ortografía de tuv en los casos donde, por el sentido, era
claramente femenino17.
1. Este término, a falta de otro mejor, se toma aquí en sentido bastante dife-
rente del que tiene en la gramática española. Para una discusión estructural,
cf. Goshen-Gottstein 1969.
De las más de 1300 raíces verbales documentadas en la Biblia, sólo 4 están
atestiguadas en las 7 conjugaciones: cf. Goshen-Gottstein 1969.
2. Hoftijzer (1992: 118s, esp. n. 7) insiste en analizar las siete conjugaciones co-
mo entidades independientes. Dejando aparte el qal pasivo, pu‘al y hof‘al, que
son manifiestamente derivados de qal, pi‘el y hif‘il, el tomar qal como la
conjugación básica de la que derivan pi‘el, hif‘il, nif‘al y hitpa‘el, es problemático,
puesto que existen verbos, algunos muy frecuentes, que muy improbable-
mente han sido usados en qal : p.ej., vum: pi‘el (487 x), pu‘al (8 x); Jec: sólo pi‘el
(225 x); sd: hif‘il (334 x), hof‘al (15 x). Esto tiene sus implicaciones cuando se
intenta determinar las funciones de una determinada conjugación de un deter-
minado verbo en oposición a otras conjugaciones.
3. Cuando se designa un verbo hebreo, generalmente se usa la foma de la 3ª
pers. masc. sing. del perfecto qal, p.ej., k©yë, en lugar del infinitivo. Ésta es
práctica común, excepto en los verbos u"g y h"g que se suelen designar por el
infinitivo constructo (cf. § 80 c, n.).
4. Ésta es la razón por la que los primeros gramáticos judíos medievales estable-
cieron la terminología k©e, “ligero”, frente a s¥cF̈, “pesado”, pues todas las
conjugaciones “derivadas” ganaban un peso extra por la adición de componen-
tes morfológicos. Ibn Ezra llamaba a todas las conjugaciones que no eran qal,
pi‘el y pu‘al, conjugaciones “expandidas” (;ẍUn). Véase Yalon 1971 y Eldar
1980.
5. Jenni (2000) llama justamente la atención sobre la correlación entre conjuga-
ciones y Aktionsarte o aspectos léxicos de verbos, como estativo y fientivo (cf.
128 § 40. El Verbo. Observaciones generales y clasificación
El siguiente cuadro presenta las conjugaciones usando la nomen-
clatura tradicional y adoptando como paradigma los perfectos del in-
usitado k©yë6:
11.El estudiante, pues, deberá atender bien a las formas o detalles que ya no
serán repetidos más adelante.
1. También llamados “fientivos”.
2. En esta gramática preferimos, por razones prácticas, la ortografía simplificada
qatal, yiqtol, dejando la tˇ para las transcripciones técnicas.
3. Según Barth (1889: 177-81), Ð ¥ como vocal matriz o temática (stem vowel )
ocurre también en verbos regulares: p.ej., k¤mtÅH©u (Nm 11,25) (|| v. 17, h¦Tk§ ©mẗ§u);
UbÅn¦ y§ ©H©u (2 Re 7,8, ¡escrito defectivamente!); or§
¦g©h (1 Sm 23,22) vs. UnhŦr£g©h (hif‘il ¡y
con ortografía plena!); ©jr§ ¦p©h (Job 14,9).
4. Para un intento de clasificar los verbos qal en términos de permutación de la
vocal temática (Ablaut) en el perfecto y futuro por una parte, y en categorías
semánticas por otra, cf. Waltke – O’Connor 1990: 367-71 (§ 22.3); también
Aro 1964: 108-38.
§ 41. Conjugación qal 131
b Los verbos estativos, “conjugados como adjetivos”5, tienen dos
formas: la más usual *qatil (cf. acadio paris), e.g., s¥cF̈, “es grave” o “es
pesado”, y la menos frecuente *qatul (cf. acadio marusˇ), e.g., i«yë, “es
pequeño”. A estas dos formas del perfecto coresponde una sola forma
en el futuro con segunda vocal a: s©Cf§ ¦h, i©ye§ ¦h. En cuanto a la primera
vocal, la del prefijo, cf. infra, § e.
En origen todos los verbos estativos debieron expresar lo que,
desde el punto de vista de los semitas, se concebía más como un
estado o atributo que como una acción6. Pero actualmente son nume-
rosos los verbos estativos que expresan lo que para nosotros es una
acción, como g©nJ̈, ©g·¥nJ̈, “escuchar”. Ciertos verbos, además de tener un
significado puramente estativo, como s¥cF̈, poseen matices que les
aproximan a la noción de acción: “se hizo grave”, “devino grave”7. En
términos generales puede decirse que los verbos estativos tienden a
convertirse en verbos de acción, tanto en significado como en
vocalización8. La invasión de lo activo en lo pasivo se debe a la evo-
lución semántica, al hecho de que los verbos activos son los más
numerosos9, y, ocasionalmente, a las leyes fonéticas.
Algunos verbos cuyo perfecto lleva una vocal característica de los
estativos, muestran en el futuro una vocal típica de los verbos de ac-
ción: i·¥fJ̈, i©fJ̈, futuro i«FJ§ ¦h, “habitar”; .¥pj̈ / .«Pj§ ©h, “querer, amar, desear”
(pero también .©Pj§ ¤h); k¥cb̈ / k«C¦h, “marchitarse”; *k·¥ng̈, Îk©ng̈ / k«ng£©h,
“fatigarse”; ,¥n / ,Unḧ, “morir”; *o¥nJ̈ / o«X¦h, “estar estupefacto, estar de-
solado”.
En el perfecto la vocal Ð ¥ de los verbos estativos es reemplazada
con frecuencia por la vocal Ð © de los verbos de acción:
1. Especialmente en contexto, e.g. i©fJ̈, pero en pausa i·¥fJ̈.
10.Aquí acaso por influencia de e; pero el adjetivo verbal es e¥zj̈. Compárese con
el verbo e©jr̈, “estar lejos”, a pesar del adjetivo eIjr̈; adjetivo verbal e¥jr̈ (una
sola vez).
11.En estos dos verbos la a ha sido probablemente sugerida por el k de la sílaba
cerrada.
12.La fase primera es todavía observable en CA: EA 147.56, ba-tˇì-i-ti [h¦Tj§ y©Å C̈];
365.5, ša-mi-ti [h¦Tg§ n©Å J̈].
§ 41. Conjugación qal 133
estativos es muy plausible13. En hebreo estas vocales aparecen cuando
la sílaba es abierta, a saber, en los verbos g"g: de acción c«xḧ, estativo k©e¥h
(§ 82 b); en los verbos u"g: de acción oUeḧ, rh¦Jḧ, estativo JIc¥h (por *yibåš, §
80 b). En sílabas cerradas, la vocal primitiva a de los verbos de acción
se ha atenuado en i según la tendencia general (cf. § 29 g); *yaqtul 14 ha
devenido k«ye§ ¦h con i como en los verbos estativos, e.g., s©Cf§ ¦h15. Sin em-
bargo, incluso en sílabas cerradas (y semicerradas), las vocales primi-
tivas pueden reaparecer:
1. En los verbos de primera gutural: de acción s«ng£©h, estativo e©zj§ ¤h o
e©z¡j¤h (§ 21 d ), y Jr§j©h, “él arará”, vs. Jr§
©j¤h, “estará en silencio”.
2. En los verbos h"p (en sílabas originalmente cerradas): de acción
c¥J¥h (por yayšib), estativo Jrh¦ © h (por yiyraš ), cf. § 75 b, c.
f Lista de los verbos estativos más comunes, ordenados por su
significado16:
I. Atributos
– Perf. cIy, fut. c©yh¦h (no cyh), inf. const. cIy; verbo defectivo, § 85 a,
“ser bueno”; adj. cIy.
– gr,© fut. gr¥ ©h, “ser malo”; adj. gr.©
– *ksD̈,
¥ ksD̈ © (1 x), h¦b©kÅ s§
¥D (Job 31,18 ?), “ser grande”; adj. kIsD̈ (tipo
qatul, § 88 D c).
– i«yë, “ser pequeño”; adj. i«yë y iÿë, § 18 f.
– V©cD̈, “ser alto”; adj. V©«cD̈.
– k¥pJ̈, “ser bajo”; adj. kp̈J̈.
– e©zj̈, e·z̈j̈, “ser fuerte”; adj. ez̈j̈ (adj. verbal e¥zj̈, 2 x).
– kS,© fur. kS¦ ©h, “ser débil”, adj. kS.
©
– *s¥cF̈, s©cF̈ (1 x), “ser pesado, grave”; adj. s¥cF̈.
– k©e, fut. k©e¥h, “ser ligero”; adj. k©e.
13.Primeramente fue formulada por Barth (de donde la Ley de Barth) como
yaqtul, yaqtil, pero yiqtal : Barth 1984 Posteriormente Ginsberg (1939: 319-22)
observó que dicha ley se aplica también al ugarítico, por lo que usualmente se
la conoce como Ley de Barth-Ginsberg. La ley es también aplicable al eblaíta y al
cananeo de El-Amarna (H.-P. Müller 1984: 152 y Rainey 1978), pero no al
amorreo, alrededor de 700 años posterior al eblaíta (cf. Huffmon 1965: 54).
Nótese que, en el futuro, verbos activos pueden mostrar i o u como vocal
temática; cf. § 44 c.
14.Todavía observable en CA, en una glosa de EA 228.19, ia-zu-ku-ur-mi, “que él
recuerde”.
15.En CA este cambio está todavía en proceso, como puede apreciarse, p.ej., en
ia-aš-pur vs. yi-iš-pu-ra-am. Véase Rainey 1996: 2, 35s.
16.El futuro es en a, mientras no se ofrezcan pruebas de lo contrario.
134 § 41. Conjugación qal
– e©jr̈, e·j̈r̈, “estar lejos”; adj. eIjr̈ (tipo qatul, § 88 D c).
– *crë,
¥ crë, ¥ “estar cerca”; adj. cIrë (tipo qatul, § 88 D c).
© vc̈·rë,
– *J¥db̈, fut. J©D¦h, “aproximarse” (§ 72; verbo defectivo, § 85 b).
– e©cS̈, e¥cS̈, “estar pegado, adherirse”.
– r¥vÿ, “ser o estar puro”; adj. rIvÿ (tipo qatul, § 88 D c).
– t¥nÿ, “ser o estar impuro”; adj. t¥nÿ.
– t¥kn̈, “estar lleno”; adj. t¥kn̈17.
II. Estados de ánimo
– c©vẗ, c·¥vẗ, fut. c©vt¡¤h, “amar”.
– .¥pj̈, fut. .«Pj§ ©h (§ 41 b), “querer, amar, desear”.
– t¥bG̈, “odiar”.
– trḧ,
¥ fut. tr̈h¦h, “temer”.
– r«dḧ, fut. rUdḧ (raíz rUD), “tener miedo”18; verbo defectivo. § 85 a.
– srj̈,
© fut. sr¡ ©j¤h, “temblar”.
– s©jP̈, “estremecerse”.
– *©jf¥ J̈, j©fJ̈, Uj·¥fJ̈, “olvidar”.
III. Estados físicos
– J©ck̈, J¥ck̈, “estar vestido”.
– *©gc¥ G̈, g©cG̈, Ug·¥cG̈, “estar saciado”; adj. g© c¥ G̈.
– c¥gr̈, “estar hambriento”; adj. c¥gr̈.
– t¥nm̈, “estar sediento”; adj. t¥nm̈.
– *i¥Jḧ, fut. i©Jh¦h, “dormir, estar dormido”.
– c©fJ̈, c·f̈J̈, “estar echado o acostado”, “yacer”; inf. c©fJ§ , § 49 c.
– k«fJ̈, “estar sin hijos” o “ser privado de hijos”.
IV. Miscelánea
—kIfḧ, fut. k©fUh (pero probablemente fut. hof‘al., § 75 i), “poder, ser
capaz de”).
—s©nk̈, “aprender”, “habituarse”.
—,¥n, fut. ,Unḧ (§ 41 b), “morir”.
—k©tJ̈, k·ẗJ̈, W§kt¥ J§ , “preguntar”19.
—i©fJ̈, i·f̈J̈, fut. i«FJ§ ¦h (§ 41 b), “habitar”.
—g©nJ̈, ©g·¥nJ̈, “oír, escuchar”.
10.En inscripciones la ortografía larga es tan común como la breve, p.ej., Lakish
3.8 v,gsh: cf. Gogel 1998: 83-87; Renz – Röllig 1995-2003: II/2.46-63, y esp.
Andersen 1999: 25-7. Pero el número total de recurrencias es bajo para
algunas categorías.
11.Sobre la situación de 1QIsa, cf. Kutscher 1974: 25.188-90 (influencia aramea),
pero pace Harris (1939: 75) no es precisamente dialectal.
12.Compárese la forma antigua del pronombre fem. sing. de 2ª pers. *h¦Tt© junto
con T§ t© , § 39 a. HS ha mantenido consistentemente la terminación arcaica
/-ti/ (Ben- Óayyim 2000: § 2.0.13, y Macuch 1969: 261). Véase tambiém
Qimron 1999: 43.
13.Unos pocos ejemplos se encuentran en inscripciones: Sarfatti 1990: 43-45;
Gogel 1998: 82.
14.Cf. Rainey 1996: 2, 284-87.
15.Cf. CA [la]-qa-∆u, “ellos tomaron” (EA 288: 36).
138 § 43. Perfecto inversivo hT¦Å k§ y© ë§u
ejemplos16, que aparecen principalmente como Ktiv, son realmente
formas de 3ª pers. fem. sing. (así ya lo notaba Ibn Ezra a Gn 49,22;
cf. § 150 h). En algunos casos podría haber una defectuosa ortografía
de v por u, posiblemente por influencia del arameo17, que conservó la
forma qatalå (convertida en vk̈Åy© ë« )18.
– 2ª pers. pl. masc. La forma primitiva qataltumu se ha convertido en
qataltim > o¤Tk§ y© e§ por analogía con el femenino (como en el pronom-
bre separado, § 39 a). La u se ha conservado ante sufijos (§ 62 a). El
único i¤,h¦Gg£ de Ez 33,26 (2ª pers. masc. pl.) también aparece ocasio-
nalmente en HM.
– 2ª pers. pl. fem. La forma primitiva qataltinna se ha convertido en
i¤Tk§ y© e§ , de muy poco uso; compara i¤Tt© , § 39 a.
– 1ª pers. pl. común. La forma primitiva es qatalna. El hebreo reemplazó
na por nu, por analogía con el pronombre separado y sufijo.
4. El waw inversivo del perfecto tiene vocalización débil (en contraste con el waw
inversivo del futuro), a saber, šwa o su sustituto: U ante labial y ©u ante hˇatˇef patahˇ,
por ej., ,« Å̈ ne¦ v£©u (cf. § 104 c). Para el sentido del perfecto inversivo, cf. § 119;
aquí nos contentamos con la traducción más común, la del futuro, e.g., “yo
mataré”.
5. Cuando la penúltima sílaba es cerrada, el acento tónico pasa a la última; la
misma tendencia existe cuando tanto la penúltima como la antepenúltima son
naturalmente largas. Véase Gordon 1938 y Blau 1971: 15-18. Blake (1944: 285
n. 29) puntualiza excepciones importantes a la regla de Gordon, en concreto
UkhÅy¦ e§ v¦ u§ y vk̈hÅy¦ e§ v¦ u§. Cf. también Revell 1984.
140 § 44. Conjugación del futuro qal
del mismo modo el futuro puede ser descrito como una “conjugación
preformativa”1. Las preformantes t y b de 1ª pers., y , de 2ª pers.
están atestiguadas en sus pronombres separados correspondientes; en
contraste, las preformantes h y , de 3ª pers. son difíciles de explicar. La
aformante U de la 2ª y 3ª pers. pl. masc. es la misma que la del perfecto
Uk§yë« . La 2ª pers. fem. sing. tiene la aformante hÐ; ¦ la 2ª y 3ª pers. fem.
pl. tienen la aformante vb̈-.
En contraste con el perfecto, que tiene una base nominal y tiene la
apariencia de un “adjetivo conjugado”, el futuro está formado sobre
una base verbal (e.g. k«ye§ ) que aparece generalmente en el imperativo.
El futuro es, pues, una forma esencialmente verbal en origen, como el
imperativo.
b La primera vocal (la del preformante). En la conjugación actual qal
de los verbos regulares, la vocal del preformante es Ð ¦ en los verbos de
acción y en los estativos: k«ye§ ¦h, i¥T¦h, s©Cf§ ¦h. Pero, como se dijo en § 41 e, la
vocal original en los verbos de acción era probablemente a. En la 1ª
pers. sing. se tiene k«ye§ t¤ , s©Cf§ t¤ con la vocal segol 2.
c La segunda vocal. Como ya se ha dicho (§ 41 a), la segunda vocal
de los verbos de acción es generalmente *u > Ð « , a veces *i; en los
verbos estativos siempre es Ð © (§ 41 b).
Estas vocales pueden caer en sílabas abiertas, y de hecho así sucede,
p.ej., en Uk§ye§ ¦h, Ub§T¦h, Us§Cf§ ¦h; pero se mantienen en pausa: Uk·«ye§ ¦h, Ub·¥T¦h, Us·C̈§f¦h (§
32 d ). Comoquiera que la o refleja aquí una u originalmente breve, el
frecuente3 uso de la ortografía plena kIy§eh con u debe considerarse abu-
sivo, excepto en los casos en que puede darse un alargamiento secun-
dario.
Los tres casos siguientes con U deben considerarse anómalos o
defectuosos: o·¥v UÅyUp§J¦h (Ex 18,26); v¤Zn¦ hrUc£ ¦ g,© t«k (Rut 2,8); orUn§
¥ JT¦ (Prov
14,3). Si estas formas son genuinas, se pudieran explicar como sigue:
9. S.R. Driver 21912: 30, ad 1 Sm 2,15. Es cierto, como nota Lambert (1931-38: §
703), que las formas largas son más comunes en los libros más antiguos: están
ausentes de Lam, Qoh, Est, Dan, Esd, Neh; el libro de las Crónicas tiene sólo
dos casos por influencia de su fuente (2 Cr 6,26 || 1 Re 8,35; 2 Cr 7,19 || 1
Re 9,6), y normalmente sustituye (por influencia aramea, según Kutscher
1974: 193) la forma larga por la breve (2 Cr 6,29.33 || 1 Re 8,38.43; 2 Cr
11,4 || 1 Re 12,24). Con todo, la antigüedad no puede dar razón de todos los
ejemplos.
10.La influencia aramea es improbable, pues el el morfema se evita en HBT y
HM: Kutscher 1982: § 58.
11.En AB, como generalmente en el arameo más antiguo, donde siempre se
encuentra iu en el indicativo, la i desaparece cuando el sentido es yusivo. La
posición de ya'udi (Samalian, s. VIII a.C.) en la Siria nordoccidental es única,
mostrando la terminación /-¥/ tanto para el indicativo como para el yusivo:
véase Dion 1974: 184-86.
12.Cf. Hoftijzer 1985: 2-4.
§ 45. Cohortativo vk̈§ye§ t¤ . § 46. Yusivo k¥ye§ ©h 143
§ 45. Cohortativo vk̈§ye§ t¤
a El cohortativo es el modo volitivo de primera persona1: vk̈§ye§ t¤ ,
vk̈§ye§ ¦b. Se forma añadiendo una vÐ Å̈ paragógica, cuyo origen se
explicará en la sintaxis (§ 116 b, n.). La aformante vÐ̈ es tratada como
las aformantes hÐ ¦ y U; toma, pues, acento tónico en contexto, y la vocal
precedente originalmente breve cae: vë§T©b§b (de e¥T©b§b) (Sal 2,3), vc̈§FJ§ ¦b (de
c©FJ§ ¦b) (Jr 3,25); en pausa la vocal precedente reaparece y retoma el
acento: vr̈Å«nJ§ t¤ (Sal 59,10), vn̈Å̈F§jt¤ (Qoh 7,23). Naturalmente una vocal
precedente originalmente larga se mantiene y conserva su acento:
vn̈UÅeẗ, vk̈hÅy¦ e§ t© 2.
b Como se verá en la sintaxis (§§ 114, 116), el cohortativo tiene un
uso directo, “voy a matar”, “quiero matar”, e indirecto o subordinado
(con u), “para que yo pueda matar” (vk̈§ye§ t¤ ). Lo mismo ocurre con el
yusivo.
El matiz volitivo del cohortativo puede ser reforzado por la
partícula emotiva tb̈ (§ 105 c), como en Ex 3,3: tb̈Îvr̈ªxẗ (dhˇiq, § 18 i),
“voy, pues, a desviarme”.
También el imperativo puede llevar vÐ̈ paragógico, § 48 d.
§ 48. Imperativo
a El imperativo es el modo volitivo de segunda persona. La conju-
gación del imperativo se realiza con las aformantes hÐ, ¦ U y vb̈ del
futuro. El tema del imperativo es el del futuro: k«ye§ , “¡mata!”, k«ye§ T¦ ,
“matarás”.
Hablando en general, cuando en un futuro la forma del yusivo
difiere de la del indicativo, el imperativo, como modo volitivo, toma la
vocal del yusivo. P.ej., en el hif‘il del verbo regular se encuentra el
imperativo k¥ye§ v© con la Ð
¥ del yusivo k¥ye§ ©h; igualmente, en los verbos u"g
encontramos o¥ev̈, como en o¥eḧ. Pero en la conjugación qal de los
verbos u"g, junto al yusivo o«eḧ, se encuentra (anormalmente) el impe-
rativo oUe. Si, de acuerdo con algunos filólogos modernos, el impera-
tivo precede al futuro, hay que decir que el yusivo es un imperativo en
segunda y tercera persona1.
2. En los verbos fuertes sólo he encontrado sg̈§x (Jue 19,8; cf. v. 5), pese al futu-
ro s©gx§ ¦h.
3. Así también en el nif‘al genuinamente pasivo. Un ejemplo como Ur§xẗ¥v (Gn
42,16) es sorprendente; cf. § 114 o.
4. k«ye§ : kIy§e = 874 : 202, incluyendo el inf. const., pero no r«nt¥k (945 x) vs. rInt¥k
(3 x: Gn 48,20; Jr 18,5; 33,19). Cf. Andersen – Forbes 1986: 195.
5. El šwa es “medio”, y consecuentemente la begadketat es rafé (§ 19 f ). Lo mismo
ocurre, obviamente, en los imperativos del tipo k«ye§ , como hœf¦ k§ n̈. La forma
original parece haber sido *qutl, que se convirtió en *qtul > k«ye§ . El šwa podría
ser un vestigio de la vocal pasada adelante. Hay quien admite una forma pri-
mitiva *qutul, como en acadio. Compárese con CA (= EA 252.25) nu-pu-ul-mi,
si significa “¡cae!”. Si, sin embargo, hubiera de postularse un estrecho nexo
entre futuro e imperativo (y el inf. constructo), qtvl emergería como la forma
básica del imperativo e infinitivo. La opinióm comunmente aceptada de que
las lenguas semíticas no permitían los conjuntos consonánticos iniciales de
palabra puede que necesite reconsideración. Tales conjuntos son comunes
precisamente en palabras básicas como o¦hT©Å J§ , “dos”, árabe (’t)®nåni; (’i)bn,
“hijo”; (’i)mru’, “hombre”, y en diversas formas verbales, esp. perfecto, impe-
rativo y nombres verbales del árabe.
148 § 48. Imperativo
mayor frecuencia con el vÐ̈ paragógico: vk̈§yë (§ 48 d ). Por otra parte
con las aformantes hÐ ¦ y U, la forma o^ es bastante rara: h¦fk§ n̈ (Jue 9,10),
Uf§Jn̈ (Ez 32,20); las formas ordinarias son ciertamente h¦ky§ e¦ , Uk§ye¦
(similares a hs§ ¦cF¦ , Us§cF¦ ). La sustitución de h¦ky§ e¦ , Uk§ye¦ por h¦ky§ ë, Uk§yë es
difícil de explicar; acaso se deba a analogía con los tipos hs§ ¦cF¦ , Us§cF¦ res-
pectivamente.
d Imperativo con vÐ̈ paragógico6
En el masc. sing.7 suele encontrase un vÐ̈ paragógico (288 x), enfá-
tico en origen, pero en la práctica las más de las veces sin matiz alguno
particular8, aunque frecuentemente parece conllevar cierto trato hono-
rífico al dirigirse a Dios (Sal 5,2), al padre (Gn 27,19), al profeta (Nm
22,6) y al sacerdote (1 Sam 14,8); o simplemente se trata de una fór-
mula de cortesía9, en ocasiones reforzada por tb̈ (Gn 27,19)10. El uso
de la forma larga no es obligatorio, pero explicita un matiz pragmático
inherente a ella, como puede verse en la ocasional yuxtaposición de las
dos formas, p.ej., en 1 Re 13,6s: /// hs£ ¦gC© k¥KP© ,§ v¦ u§ WhÅv¤«k¡t vuvh h¥bP§ Î,¤t tb̈Îk©j
vs̈Å̈g¢xU v,̈§h©CÅ v© h¦Tt¦ ÎvẗÅ«C, “aplaca, por favor, el rostro de Yhwh tu Dios, e
implora por mí ... Ven conmigo a casa para reconfortarte”. También
en Sal 119, hay una mezcla de formas enfatizadas y no enfatizadas,
todas dirigidas a Dios11.
§ 49. Infinitivo
a El infinitivo (§ 40 b) es llamado absoluto o constructo1, dependiendo
de su forma y uso sintáctico (§§ 123-24).
En la conjugación qal, los dos infinitivos se distinguen rigurosa-
mente: inf. abs. kIyë, inf. const. k«ye§ 2. Estas dos formas, ahora con
cierto parecido, no tenían originalmente ninguna conexión. El inf. abs.
es una forma nominal *qatål, evolucionada normalmente a kIyë (con oˇ
originalmente larga, escrita con bastante frecuencia3 defectivamente
4. Pace Sivan (1984: 167ss), las formas del cananeo antiguo no habrían sido
qatålu. Si un modelo sufijado como h¦b¥kÅ y§ ë se considera haber conservado la
forma arcaica, como suele ser el caso, el modelo del inf. const. debe aseme-
jarse al del imperativo; de otra forma sería difícil dar razón de la diferencia
entre el inf. const. k«ye§ y el abs. kIyë.
5. Cf. § 48 b n.
6. Curiosamente, los dos infinitivos tienen usos sintácticos que se corresponden
bastante bien con sus nombres: el inf. abs. se usa en un modo absoluto, como
un nombre en estado absoluto, mientras que el inf. const. puede construirse
con un nombre o pronombre, como un nombre en estado constructo.
7. Exactamente como se encuentra en el participio: abs. ©j¥k«a, const. j©k«J.
8. Cf. Dotan 1993,
§ 49. Infinitivo 151
vadas: kh¦ye§ v© como kh¦ye§ ©h. En qal, k«ye§ como k«ye§ ¦h. Pero es bastante raro
que a un futuro con a corresponda un infinitivo con a: el ejemplo prin-
cipal es c©fJ§ , verbo estativo9; normalmente se encuentra el infinitivo
con oˇ. Así, en los verbos de segunda gutural se encuentra y«jJ§ , a pesar
de y©jJ§ ¦h; en los verbos de tercera gutural, ©j«k§J, a pesar de j©kJ§ ¦h; en los
verbos t"k, t«mn§ , a pesar de tm̈§n¦h. Así pues, casi todos los verbos esta-
tivos con a en el futuro tienen un infinitivo con oˇ, p.ej., t«bG§ , k«tJ§ , g©«nJ§ ,
g©«cG§ , o«T, o«j, c«r. La vocal oˇ es apenas un reflejo del infinitivo absoluto;
más bien testimonia la conformidad con el modelo dominante del
infinitivo constructo.
La forma k«ye§ está en camino de convertirse en la forma del inf.
constructo10.
ca El hebreo bíblico posee una serie de nombres verbales de diverso
tipo que pueden funcionar como los infinitivos11. Pueden ser llamados
pseudo-infinitivos (discutidos infra, en §§ d, e). No es exacto decir que
son tardíos o debidos a influencia aramea. Hab 2,13 es un texto
interesante, W·¤jh¦Jn§ Î,¤t g©JÅ¥hk§ WºN¤ g© g©JÅ¥hk§ ,̈tÅ̈mḧ, donde g©JÅ¥h funciona dos veces
a modo de un inf. const., aunque la primera vez es más un nombre
verbal por la ausencia de ,¥t. Véase también o«sx§ Î,¤t oh¦v«k¡t ,©fP¥ v§ n© F§ (Is
13,19, mencionado infra, en § e); Irs¤ © cF§ , “como el pastor cuida
§g v¤g«r ,rË©
a su rebaño” (Ez 34,12).
d Infinitivos constructos de qal con terminación femenina vÐ̈
A veces también se encuentra en la conjugación qal de ciertos
verbos (de hecho, casi sólo en los estativos) un infinitivo con la termi-
nación femenina vÐ̈ de los tipos vk̈§ye© (de donde, por atenuación,
vk̈§ye¦ ) y vk̈§yë (o wªe), junto con el infinitivo ordinario.
Los ejemplos más comunes son: vẗr¦§h, “temer” (también sustantivo:
“temor”), junto a t«r§h (sólo 2 x); vc̈£vt© , “amar” (también sustantivo:
“amor”), y c«vt¡ k¤ (1 x en Qoh 3,8); Qc̈ vü£tr§ ©k, “para mirarte a tí” (Ez
28,17). Por vía de contraste, el infinitivo del antónimo “odiar” es
normalmente t«bG§ , e.g., 2 Sm 19,7 (donde se opone a vc̈£vt© ); la forma
femenina (en estado const.) aparece sólo dos veces, y en ambos casos
el sujeto de la acción está en genitivo (§ 124 g): UbÅ̈,«t vuvh ,©t§bG¦ C§ (Dt
1,27); o,̈It I,ẗ§b¬¦ n¦ U (Dt 9,28)]. Nótense también vj̈§Jn̈ (Ex 29,29); vk̈§njª
9. Con la excepción de c©fJ§ , los infinitivos con a no aparecen sino con sufijos o
en estrecha unión con la palabra siguiente. Así, Nm 20,3, UbhÅj¥ t© g©ud§ C¦ , “cuando
expiraron nuestros hermanos”; Qoh 12,4, vb̈£jY© v© kIe k©pJ§ C¦ , “cuando se debilite
el ruido del molino”.
10.En parte quizás por la supuesta relación entre k«ye§ y kIyë.
11.Orlinsky 1947.
152 § 49. Infinitivo
(Ez 16,5); v«,J̈ hr£ ¥jt© (1 Sm 1,9), un inf. abs. irregular con una
¥jt© u§ vk̈§fẗ hr£
preposición). La forma ,tr§ ©ek¦ (siempre en estado const.), “encontrarse
con”, “ir a encontrarse” (de donde el valor preposicional: “ante”, “al
encuentro de”, latín obviam; del verbo tr̈ë = vr̈ë, § 78 k), se usa como
un sustantivo. Sobre el infinitivo fem. pi‘el, cf. § 52 c.
e También se encuentran algunos raros infinitivos con la preformante
n (como el inf. arameo k©ye§ n¦ ). Tales infinitivos aramaizantes parecen
ser de origen tardío. Ejemplos:
– vs̈¥gv̈ tr̈§en¦ k§ , “para convocar la asamblea” (Nm 10,2; fuera de aquí,
siempre es sustantivo: “convocatoria”)
– g©Xn© (Nm 10,2; Dt 10,11 †; el patahˇ como característica del infinitivo,
§ 95 d; el sustantivo sería *gẌ©n)
– t¨¬n© (Nm 4,24; 2 Cr 20,25; 35,3).
A veces la forma k©ye§ n¦ tiene sentido sustantival: s©j«JÎj©En¦ U oh¦bp̈ t©¬n© U,
“ni acepción de personas ni admisión de soborno” (2 Cr 19,7); ©jIk§Jn¦
,Ibn̈, “envío de presentes” (Est 9,19; aquí forma miqtål ).
f Infinitivos k«ye§ , c©fJ§ con las preposiciones C§ , F§ , k§ .
Cuando la segunda radical es una begadkefat, ella se mantiene con rafé
después de C§ y F§ : k«p§bC¦ (Job 4,13); k«p§bF¦ (2 Sam 3,34); hay algunas excep-
ciones. Pero después de k§ la segunda radical es explosiva: k«P§bk¦ (Sal
118,13); c©FJ§ k¦ (Gn 34,7); hay también algunas excepciones: ©jIc§yk¦ (Sal
37,14), g©«dp§ k¦ (1 Sm 22,17), i«FJ§ C¦ (Gn 35,22), Q«PJ§ C¦ (Ez 17,17). Con k§ , que
es mucho más frecuente12 delante del infinitivo que C§ y F§ , y que las más
de las veces tiene un sentido mínimo o ninguno, la forma parece haber
sido sentida como constituyendo una estrecha unidad13. Compárese
con el tipo r«Pj§ ©k, verbo con primera gutural (§ 68 e); justamente como
esta forma con šwa quiescente pudo haber sido influida por el futuro
r«Pj§ ©h, también el inf. k«ye§ k¦ con šwa quiescente (en lugar de šwa medio) pudo
haber sido influida por el futuro k«ye§ ¦h. Nótese también el paralelismo
entre oUeḧ y oUek̈ frente a oUe§C y formas como i¥Th¦k, sr¥ ¥k, r©nIk, típicas del
hebreo misnaico14.
12.La misma frecuencia relativa que para r«nt¡ k¤ y r«nt¡ C¤; cf. § 103 b.
13.Nótese que con el constructo de un nombre como rc̈S̈, siempre se encuentra
§C, r©cs¦
r©cs¦ §F, r©cs¦
§k, § 103 b. En los dialectos arameos tardíos, lamed ha pasado a
ser parte integrante del infinitivo, de forma que éste apenas aparece sin lamed.
14.Cf. Pérez Fernández 1992: 222-23. Ginsberg (1935: 219-21) explica la pro-
nunciación explosiva de bgdkft R2, como en c©FJ§ k¦ (cf. supra), por influencia de
HM en los masoretas, pues HM había perdido un sintagma tal como c©fJ§ C¦ .
§ 50. Participio y adjetivo verbal 153
§ 50. Participio y adjetivo verbal
a El participio es activo o pasivo (§ 40 b). El participio activo se
encuentra en las conjugaciones activa y reflexiva. El participio pasivo
se encuentra en las conjugaciones pasivas. Además, en la conjugación
qal los verbos estativos pueden tener un adjetivo verbal (§ 41 c).
b Qal. El adjetivo verbal tiene las formas qatil y qatul : s¥cF̈, i«yë. Estas
formas producen los perfectos estativos, que no son otra cosa que
“adjetivos conjugados”. La forma nominal qatal, de donde se ha des-
arrollado el perfecto de acción k©yë, no se usa como adjetivo verbal
excepto en los verbos u"g y en el nif‘al, e.g., oë, “levantándose”, donde
ha suplantado al verdadero participio (§ 80 d ), y sn̈§j¤b, “deseable”. El
adjetivo verbal del tipo i«yë es muy raro; se encuentra r«dḧ, “temeroso”,
JIC, “avergonzado”, rIt, “brillante”, kIfḧ, “capaz”. El adjetivo verbal
del tipo s¥cF̈ es más frecuente: i¥Jḧ, “durmiente”, trḧ, ¥ “temeroso”; pero
frecuentemente es reemplazado por el participio ativo: c¥v«t, “amante”,
t¥bG, “enemigo” (§ 41 c). Compárense oh¦v«k¡t h¥jf¥ J§ (Sal 9,18) y V© I·kt¡ h¥jf§«J
(Sal 50,22), en ambos casos “los olvidadizos (que se olvidan) de
Dios”1. En vista de la diferenciación morfológica entre vs̈¥cF§ , adj. verbal
fem. sing., y vs̈§c«F̈, 3ª pers. fem. sing. del perfecto, se puede suponer
una similar oposición tipológica entre s¥cF̈, adj. verbal, y s¥cF̈, perfecto 3ª
pers. masc. sing.2
c El participio activo tiene la forma primitiva qåtil, una simple
extensión de la forma qatil por alargamiento de la primera vocal, de
donde qøˇtˇeˇl, tantas veces3 escrito defectivamente k¥y«e (§ 7 c). Para la
conjugación, cf. § 50 c.
El participio pasivo tiene la forma primitiva qat¥l, simple extensión
de la forma qatul por alargamiento de la segunda vocal, de donde kUyë4.
d Participium tantum. Con bastante frecuencia un verbo no usado en
qal tiene un participio k¥y«e, p.ej.: r¥c«S (39 x, con el sentido de r¥Cs§ ©n 39 x
también); v¤u«e (el participio del pi‘el vܦe no existe); v¤f«j (1 x), como v¤F©jn§
(3 x); v¤x«F (1 x) y pasivo hUxF̈ (1 x), como v¤Xf© n§ y v¤Xfªn§ ; participio pasivo
pasivos kh¦ye§ usados con sentido activo, p.ej., rh¦fS§ y sh¦jt£ , que corres-
ponden a los ejemplos hebreos citados de rUfz̈ y zUjẗ, probablemente
aramaísmos6. En Dt 1,13.15 se encuentra g© Usḧ en el sentido de “exper-
to”7, “conocedor”; cf. Is 53,3, h¦k«j g© Us§h, “conocedor del sufrimiento”.
f Conjugaciones derivadas. En las conjugaciones derivadas, excepto
en nif‘al, el participio se forma con la preformante n. La vocal de n es la
de la preformante del futuro: kh¦ye§ n© como kh¦ye§ ©h. Hay dos excepciones
entre los verbos irregulares: en los verbos g"g se encuentra c¥xn¥ a pesar
de c¥xḧ; en los verbos hu"g se encuentra oh¦en¥ a pesar de oh¦eḧ (en estas dos
formas n¥ proviene de la analogía con ch¦yh¥n, § 76 c). En las otras vocales,
también el participio se modela conforme al futuro: k¥Ye© n§ como k¥Ye© §h.
La forma antigua forma de nif‘al, que también tuvo la preformante
n, ha sido reemplazada por la forma kÿ§e¦b. Esta forma es la del perfecto
k©ye§ ¦b, pero con Ð̈, debido al carácter nominal del participio (compárese
con los nombres rc̈S̈, rC̈s¦ §n). En la conjugación nif‘al, por tanto, se tiene
esencialmente la misma forma en el participio y en el perfecto, como
en la conjugación qal de los verbos estativos, y acaso por analogía con
estos verbos.
5. Probablemente este valor semántico tiene que ver con el hecho de que un
participio pasivo genuino indica usualmente un estado que surge de una
acción previa, más que una acción en curso mirada en su aspecto pasivo. Así
el término zUjẗ, “habiendo tomado” > “tomando”. Así pues, puede ser
sugerido el término “participio perfecto”. Cf. § 121 o y Van peursen 2003:
206-12. Tal valor del participio es también muy frecuente en el hebreo
misnaico: eUxg̈, “ocupado” (= no ocupado por otros, sino “quien queda con
ocupaciones”); rUfz̈, “quien queda con recuerdos” (no “el recordado” por
otros); k©CUe§n, “el receptor” (no “el que es recibido”), etc. Cf. Pérez Fernández
1992: 214-15.
6. En fenicio tamnbién el participio pasivo de qal es qatil : Friedrich – Röllig
1999: § 140 b. Pace Fox (2003: 201), los ejemplos no se limitan a los verbos
de estado mental.
7. El término español “ilustrado” refleja muy bien en algunos casos la forma y el
valor de este participio.
§ 51. Conjugación Nif‘al 155
g Flexión del participio. Ejemplos:
– Qal masc.: k¥y«e, oh¦ky§ «e (§ 30 g)
– Qal fem.: vk̈§y«e o vk̈¥y«e y (sobre todo) ,¤kyŤ«e (§ 97 C a)
– Nif‘al masc.: kÿ§e¦b, oh¦kÿ§e¦b
– Nif‘al fem.: vk̈ÿ§e¦b y (sobre todo) ,¤kyŤ e§ ¦b
– Hif‘il masc.: kh¦ye§ n© , oh¦kh¦ye§ n©
– Hif‘il fem.: vk̈h¦ye§ n© y (sobre todo) ,¤kyŤ e§ n© (cf, § 89 g )8.
22.Como ya notado por Ehrlich 1908: ad Gn 31,28: “wegen der vielen Personen, die es
zu küssen gab”.
Algunos, p.ej., Kouwenberg 1997: 24-26, verían aquí la evidencia de la
con frecuencia supuesta conexión esencial o directa entre la forma (significante)
y el sentido (significado) (que obviamente desaparece frente a la naturaleza,
esencialmente arbitraria y universalmente reconocida, de los signos lingüísti-
cos), lo que no deja de ser una “idea romántica”.
23.Lambert (1931-38: § 649) compara d¥KS¦ de Cant 2,8 (“He aquí que viene saltando
por los montes”) con el qal d©kS̈ de Sof 1,9 (“castigaré a todo el que salta por el
umbral”). Véase Zlotniq 1930.
164 § 53. Conjugación hitpa‘el
§ 53. Conjugación hitpa‘el
a Hitpa‘el es la conjugación reflexiva asociada al pi‘el (§ 40 a). Los
dos rasgos característicos de hitpa‘el son la reduplicación de la segunda
radical (como en el pi‘el, § 52 a) y una , que expresa la noción reflexiva
(como la b en nif‘al )1.
Es conveniente comenzar por el futuro la exposición de las formas.
Futuro. La forma hebrea es yi®qa^tˇtˇeˇl k¥Ye© ,§ ¦h (como el pi‘el k¥Ye© §h).
Perfecto. El grupo i®, compuesto por la vocal de la preformante y la
característica ®, pasa al perfecto, donde la vocal debe necesariamente
ser precedida por una consonante; esta consonantes es v (en lugar de
t)2, como en el imperativo e inf. constr. nif‘al (§ 51 a), de donde ,¦v. El
resto de la forma se debe a la analogía con el futuro, de donde k¥Ye© ,§ v¦ .
La secuencia ,¦v se encuentra también en el imperativo e infinitivo
k¥Ye© ,§ v¦ . En el participio se encuentra k¥Ye© ,§ n¦ con las vocales del futuro.
b Observaciones generales. Aparte del tipo ordinario en eˇ, sólo del
cual hemos venido hablando hasta aquí, existe otro tipo secundario y
raro con la vocal a en el perfecto, futuro e imperativo. La forma hit-
pa‘al ocurre en siete verbos, tres de los cuales son t"k: ;©Bt© ,§ v¦ ,
“irritarse”, e©Pt© ,§ v¦ , “contenerse, moderarse”, k©P©b,§ v¦ , “precipitarse”,
d©Bg© ,§ v¦ , “deleitarse, afeminarse”, tŸ©j,§ v¦ , “purificarse de pecado”, tN̈©Yv¦ ,
“hacerse impuro”, tK̈©P,§ v¦ , “admirarse, mostrarse asombrado” (?). La
forma hitpa‘al es estándar en la tradición babilónica del hebreo bíblico3
y arameo. En hebreo, donde es rara, se debe probablemente a aramai-
zación4.
5. La única desviación, Jr 49,3: vb̈§yy©Å IJ§,v¦ , ya fue notada por Qimhˇi en la Biblia
Rabínica ad loc., como un intento de evitar la cacofonía de dos sonidos t.
6. o¥nIX¦T (Qoh 7,16) debería ser revocalizado o©nIJ§T, a saber, un pasivo polal (cf. §
59 a), como i¥bIF¦T (Nm 21,17), h¦bÅ̈bIF¦T (Is 54,14) y UbÅ̈bIF¦h (Sal 59,5) deberían revo-
calizarse como i©bIf§T, h¦bÅ̈bIu§T, UbÅ̈bIf§h respectivamente: Ginsberg 1935: 211.
166 § 53. Conjugación hitpa‘el
pero se puede objetar que el pi‘el de esta raíz es muy raro (sólo Is 13,4).
Según otros, podría tratarse aquí de una forma reflexiva de qal
(Brockelmann 1908-13: I, 529)7; así, cuatro veces se encuentra la forma
Us§e«P̈,§ v̈, que es la forma Us§e«P̈,§ v¦ pasivizada secundariamente a través del
cambio de la primera vocal i a u (o^); pero esta extraña forma es tanto
más sospechosa por cuanto tiene el mismo significado de “ser empa-
dronado” (Nm 1,47; 2,33; 26,22; 1 Re 20,27). Finalmente, según otros,
podría tratarse de una conjugación T- de på‘Ÿl, que corresponde a la
sexta conjugación árabe tafa‘ala 8.
h La forma hitpa‘el se pasiviza secundariamente en hotpa‘al muy rara-
mente: inf. x©CF© vª, “ser lavado” (sin matiz reflexivo) (Lv 13,55.56);
vẗNº̈ Y© v, ª “haberse ella mancillado” o quizás simplemente “fue mancilla-
da” (Dt 24,4); vb̈§J´©Sªv, por vÅ̈b§JSª ©v, “llena de grasa” (Is 34,6).
i Significado. Fundamentalmente hitpa‘el es el reflexivo del pi‘el 9:
UJS© §e,§ v¦ , “santificarse” (JS¦ ©e, “santificar”). De modo general se puede
decir que hitpa‘el puede tener los diversos sentidos de nif‘al con los ma-
tices propios de pi‘el. Así, puede tener el sentido de la voz media
griega, p.ej. erP̈§ ¥ ,v¦ , “quitarse algo de encima” (Ex 32,3); puede ser un
pasivo puro: j©FT© J§ v¦ , “ser olvidado”; a veces tiene el matiz de “simular”,
“hacerse ver o mostrarse de tal o cual manera”, p.ej. vK̈©j,§ v¦ , “hacerse el
enfermo” (2 Sam 13,5.6), k¥Ct© ,§ v¦ , “fingir estar de duelo” (2 Sm 14,2),
cB̈©D,§ v¦ , “actuar como un ladrón (cB̈©D), furtivamente” (2 Sm 19,4); r¥F©b,§ v¦ ,
“fingirse extranjero”, “hacerse pasar por otro” (Gn 42,7; 1 Re 14,5.6);
g©¥DT© J§ v¦ , “pasar por loco” (1 Sm 21,16); Prov 13,4: “Hay quien se las
echa de rico (r¥Xg̈§,n¦ ) y no tiene nada, quien se hace el pobre (J¥JIr¦,n¦ ) y
posee riqueza copiosa”; cf. también Is 10,15 y Prov 25,6, y un afín
hitpo‘el, k¥k«v,§ v¦ , “pretender estar loco” (1 Sm 21,14)10.
En unos pocos ejemplos la conjugación parece tener el sentido de
“pedir”: k¥KP© ,§ v¦ , “demandar justicia” (vk̈h¦kP§ o oh¦kh¦kP§ ); “pedir gracia”
(vb̈h¦b£j o oh¦bUb£jT© )11.
Como denominativo, puede tener sentido privativo, como el pi‘el
(cf. § 52 d ): tŸ©j,§ v¦ , “quitarse el pecado, purificarse” (cf. t¥Yj¦ , “purificar,
quitar el pecado, expiar”).
1. La vocal del prefijo del imperfecto era a en amorreo; cf. Huffmon 1965:
66-69. La situación en ugarítico es análoga a la referente a su modelo gemi-
nado, D (hebreo pi‘el ): cf. Tropper 2000: § 74.622.1.
2. Ya en El Amarna se encuentra /hi-/: 256.7 ∆i-∆e-bé-e, “él escondió”. Acaso
esta atenuación comenzó en formas como *haqtaltem', lejos del acento tónico.
El patahˇ se preserva en hÅ,¦ h¥tr©
§vu§ (Nah 3,5), en ha-r-fi, “curar”, conservado en
egipcio (Sivan – Cochavi-Rainey 1992: 60), y también en HS (Ben-Óayyim
2000: § 2.1.2.3), aunque Macuch (1969: 287s) señala /-æ-/. Para w¤v, cf, § 54 c.
3. Blau (1971a: 152-58) plantea *hiqtil (finalmente < *huqtul) coexistente con
haqtal.
168 § 54. Conjugación hif‘il
se encuentran algunos ejemplos con v, quizás en parte por influencia
del arameo: g© h¦JIv§h (1 Sam 17,47; Sal 116,6 en pausa), vsIv§
¤ h (Neh 11,17;
etc.), UkhÅk¦ v¥ §h (Is 22,5).
En el infinitivo, v se mantiene después de una preposición: kh¦ye§ v© k§ .
Sin embargo, en algunos casos la v es sincopada: kh¦ye§ ©k; pero en la
mayoría de los casos la vocalización es sospechosa, p.ej., r¥Tx§ ©k (Is
29,15) puede ser vocalizado como pi‘el r¥T©xk§ ; ,IC§m©k y kh¦P§b©k (Nm 5,22)
pueden ser vocalizados como qal ,IC§mk¦ y k«P§bk¦ ; ,Ij§b©k (Ex 13,21) debe
ser vocalizado como qal ,«j§bk¦ (véase similar precisión para el nif‘al en §
51 b). La vocalización, sin embargo, es segura en chs£ ¦t©k (1 Sam 2,23),
th¦yj£©k (Qoh 5,5), rh¦cg£©k (2 Sam 19,19). Véase también ,h¦CJ§ ©k (Am 8,4),
th¦ck̈ (2 Cr 31,10), ,hjJk (1QpHab 4,13)4.
c Observaciones sobre diversas formas
– Perfecto. Muchas veces se encuentra w¤v en los verbos v"k: vk̈§dv¤ (§ 79
q). No hay razón aparente para w¤v en oUb§n©kf§ v¤ , “les molestamos” (1
Sam 25,7).
– Futuro. En algunos raros ejemplos, la i originalmente larga parece
perderse en la flexión: Ue§Cs© §H©u (1 Sam 14,22); es posiblemente una lectio
mixta (§ 16 g ) ante la elección entre hif‘il y qal, o, más probabl., un
desarrollo secundario basado en e¥Cs© §h©u. Cf. § 63 c.
En el fem. pl. la terminación es siempre vb̈§kÐ ¥Å (§ 29 d).
– Imperativo. En lugar de k¥ye§ v© se encuentra raramente la ortografía
anómala kh¥ye§ v© , como en 2 Re 8,6; la vocalización rara kh¦ye§ v© (e.g.,
g© h¦pIv en Sal 94,1), es posiblemente un error por kh¥ye§ v© .
La i por e se da tanto en el futuro como en el imperativo cuando
se añade una vocal final: h¦khÅy¦ e§ v© ; así Ukh¦ft£ v© , “¡aliméntalo!”; UkhÅy¦ e§ ©h, que
puede ser, pues, futuro o yusivo; v©ghÅJ¦ Iv con å paragógico. La i lleva
casi siempre el acento tónico. Además en algunos casos anómalos se
encuentra i : Q·¦Jj§©H©u (Sal 105,28), sh¦ng£©B©u (Neh 4,3), mientras que la i es
casi siempre la regla en la 1ª pers. sing.5 y en los verbos t"k6.
9. Como en rc̈s̈§C os̈ẗ h¥th¦yj£«n© , “quienes inducen por la palabra al hombre a pecar”
(Is 29,21), posiblemente se impone una acción contra la voluntad de E2; acaso
también Qhr§ ¦cv¦ , “hacer (al camello) arrodillarse” y i¦·hḧ ohr¦¦z§Bv© Î,¤t Ue§JT© ©u, “habéis
hecho beber vino a los nazireos”, en Am 2,12 (nótese o¤,h¦Um¦ en el mismo
versículo: “habéis ordenado”; cf. Ibn Ezra ad loc.)
10.Cf. Classen 1972
11.Compárese con el nif‘al tolerativum en § 51 c.
Margain (1973-79: 23-31) parece exagerar un tanto la noción del hif‘il ( y
pi‘el ) “tolerativo”. Así, en Jue 16,19, “elle le laissa s’endormir (Uv¥bX§ ©hT§ ©u) sur ses
genoux sobre sus rodillas”, es demasiado débil; “lo adormeció sobre sus rodi-
llas” subrayaría mejor el papel activo (la “estratagema”, diría Margain) que
Dalila juega en la escena: no es como si ella accediera a la petición de Sansón
de dormir, ni mucho menos que ella actuara con tan poco tacto como para
obligarle a descansar la cabeza sobre sus rodillas. En los casos de hif‘il de
auténtica fuerza causativa, la noción primaria es que el sujeto de tales verbos
es el carácter dominante, la primera causa en sentido figurativo.
§ 55. Las conjugaciones pasivas 171
En muchos hif‘il denominativos, el nombre del que se deriva la forma
verbal es el objeto o el efecto de la acción: Jhr§ ¦Jv¦ , “echar raíces,
arraigar” (de Jr«Å ¤J; pero Jr¥ ¥J, “desarraigar”, § 52 d ); ihr§ ¦ev¦ , “crecer, echar
cuernos” (irÅ ¤e¤ ); xhr§
¦pv¦ , “tener la pezuña partida” (vẍr© §P); rh¦yn§ v¦ , “producir
la lluvia, hacer llover” (rÿn̈) y oh¦Jd§ v¦ 1 x (o¤JŤD). Existen algunos hif‘il
denominativos de nombres de tiempo o lugar: *chr¡ ¦gv¤ , “hacer algo en la
tarde, trasnochar” (crÅ ¤g¤ ); ih¦nh¥v, “ir a la derecha” (ih¦nḧ, “el lado derecho”);
kht¦nG§ v¦ , “ir a la izquierda” (kt«nG§ , “el lado izquierdo”; raíz cuadrilítera, §
60).
e El sentido intransitivo del hif‘il de ciertos verbos puede parecer
extraño. Algunas veces este sentido proviene de la elipsis del objeto:
ch¦Je§ v¦ , “escuchar”, esto es, “inclinar (el oído)”; ch¦Jh¥v, “responder,
replicar”, esto es, “devolver (la palabra)”. La misma explicación vale
para ciertos hif‘il adverbiales: ch¦yh¥v, “obrar bien” = “hacer la acción
(kk̈£gn© ) buena”; ,h¦jJ§ v¦ , “obrar mal ” = “hacer una mala acción (vk̈h¦kg£)”
(supra, § d ).
f En otros casos donde el sentido no es de hif‘il sino de qal, puede
darse un hif‘il secundario o pseudo-hif‘il 12, especialmente en los verbos
con futuro qal en i, cuya forma semejante a la del hif‘il puede pasar
fácilmente a funcionar como hif‘il. En los siguientes verbos se trata
probablemente de un pseudo-hif‘il : th¦e, “vomitar” (§ 81 c); .h¦e, “desper-
tarse” (§ 76 d ); chr,¦ “disputar”; oh¦G, “colocar”; ksc y srp, “separar”; i©nÿ,
“esconder”; ;©xḧ, “añadir” (§ 75 f ); vr̈ḧ, “arrojar” (§ 75 f ); gJh, “salvar”;
okf, “injuriar, avergonzar”; jsb, “repeler, rechazar”; vj̈b̈, “guíar”; cmb,
“estacionar”; r,x, “ocultar”; kve, “reunir”; ibr, “festejar, cantar alaban-
zas”; veJ, “abrevar”.
12. El uso de hif‘il por qal llegó a ser más frecuente en los libros bíblicos más tar-
díos, en HQ y en HM (Moreshet 1876; cf. también Qimron 1986: 49). Para
bibliografía más antigua sobre este punto, cf. Barth 1889: 179ss y Yalon 1971:
43-55.
172 §§ 56.57. Conjugaciones pu‘al y hof‘al
La segunda vocal en el futuro es la vocal primitiva a, como en los
verbos estativos, y probablemente por analogía con estos verbos.
La segunda vocal en el perfecto era originalmente i (compárese con
qutila, quttila, ’uqtila en árabe), como en los verbos estativos del grupo
primero, y probablemente por analogía con estos verbos. En hebreo
esta vocal i ha sido reemplazada por la vocal a por analogía con el
futuro: *quttil ha sido reemplazado por k©Yeª por analogía con k©Yeª§h.
Estas conjugaciones pasivas marcan la diferencia con sus activas
correspondientes por medio del cambio de vocales, en contraste con
nif‘al y hitpa‘el, que, además del sentido reflexivo original, sirven
también como conjugaciones pasivas. Por esta razón, el término “pa-
sivo interno” se aplica a veces a las conjugaciones puramente pasivas
en las que el rasgo pasivo se señala mediante un elemento interno al
tema verbal, no con preformantes y aformantes.
En comparación con algunas lenguas no semíticas, la lengua hebrea
usa con bastante parquedad las construcciones pasivas. En el HB, en
torno al 40% de formas pu‘al y un menor porcentaje de formas hof‘al
son participios que denotan un estado más que una acción1.
miento original del verbos qal a verbos pi‘el, como se evidencia desde el perí-
odo del Segundo Templo. Es, sin embargo, dudoso que el verbo r¥cS¦ fuera
uno de ellos, a pesar de los 40 participios qal frente a 38 participios pi‘el : en la
Secunda los verbos vocalizados pi‘el son transliterados como tales, con un po-
sible par de excepciones, p.ej., idabber, r¥Cs§
©h (Sal 49,4): Brønno 1943: 71-88.
4. Compárese el participio j˪k en 2 Re 2,10, con el nif‘al j©eK̈¤t en 2 Re 2,9.
5. Compárese en árabe con el perfecto wulida, “nació”.
6. Cf. Joüon 1920: 359ss.
7. Sobre CA, cf. Rainey 1996: 2.75-80; Retsö 1989: 42-46. El pasivo de qal ya era
conocido por Ibn Chiqitilla (s. XI y Samuel ha-Nagid (s. XI): cf. Bacher 1881:
99; Chomsky 1952: 103, n. 146; Williams (1970) parece no tener en cuenta los
estudios de Lambert (1900) y Ginsberg (1935). Sobre los gramáticos hispano-
hebreos, véase Sáenz-Badillos y Targarona Borrás 1988.
8. Lambert 1900: 205; para más ejemplos, véase Ginsberg 1935: 209s.
§ 59. Conjugaciones raras 175
menos plausibles, de qal pasivo, catalogados en los diccionarios moder-
nos como pu‘al o hof‘al.
b Al perfecto pasivo de qal k©Yeª corresponde un participio kŸªe, como
al perfecto k©ye§ ¦b corresponde un participio kÿ§e¦b. Así, tenemos kF̈ªt,
“comido, consumido” (Ex 3,2), correspondiente al perfecto k©Ftª; sk̈Uh
(por sK̈ªh), “nacido” (Jue 13,8), correspondiente al perfecto s©Kªh; j˪k,
“tomado” (2 Re 2,10), correspondiente al perfecto j©Ekª (cf. § 56 c).
c Algunos infinitivos también parecen pertenecer al pasivo de qal :
¤K¤ vª, “nacer, nacimiento”9, y posiblemente oh¦G, “ser puesto, quedar”: 2
,sÅ
Sm 14,710, o¥J h¦Jh¦tk§ Îou¦G h¦Tk§ c¦ k§ , Qre ohG; Job 20,4.
d El pasivo de qal, cuyos vestigios aún pueden percibirse11, como aca-
bamos de ver, desapareció poco a poco de la conciencia lingüística por
las razones fonéticas señaladas y porque la conjugación nif‘al fue asu-
miendo gradualmente la función pasiva dejando a aquél poco menos
que redundante o inútil.
1. Verbos estativos: c©vẗ (·v¥ ), “amar”, c©vt¡¤h; e©jr̈, “estar lejos”; r¥vÿ, “ser puro”; c¥gr̈,
“estar hambriento”; k©tJ̈ (·ẗ), “preguntar”, W§kt¥ J§ .
2. En ,RF̈
© de Ez 16,4 (§ 23 a) hay una reduplicación real.
3. Hay que notar alguna fluctuación: r¥t¦b | vT̈rÅ §t©¥b, U§pt£©b§h | vb̈§pt©Å b̈§T; Uk·¥tJ¦ | Uk£tJ̈§h.
4. Este pi‘el tiene las mismas vocales que el nif‘al o©j¦b, “arrepentirse”, “pedir dis-
culpas” (§ 72 b).
5. La vocal se debe muy probablemente al nombre segolado del que deriva: s©g©mÅ ;
cf. Orlinsky 1947: 112.
§ 70. Verbos de 3ª gutural 191
(Paradigma 6: j©kJ̈, “enviar”)
a Las leyes fonéticas aplicables aquí son las siguientes: En las sílabas
cerradas por una gutural, la vocal Ð, © homogénea con las guturales se
introduce: 1) violentamente, reemplazando la vocal primitiva (§ 21 b);
2) o furtivamente, deslizándose por entre la vocal y la gutural (§ 21 c).
b 1. Las vocales primitivas i y u son reemplazadas por a^ en las formas
relativamente más ligeras, a saber: las formas del verbo finito
(perfecto, futuro, imperativo) en contexto, el inf. constr., el partici-
pio en estado constructo. Ejemplos: j©kJ§ ¦h (vs. k«ye§ ¦h); j©KJ© §h (vs. k¥Ye© §h);
hif‘il yusivo j©kJ§ ©h (vs. k¥ye§ ©h); hif‘il imptv. j©kJ§ v© (vs. k¥ye§ v© ); nif‘al futuro
j©kẌ¦h (vs. k¥y˦h); pi‘el inf. constr. generalmente j©KJ© (vs. k¥Ye© ); participio
en estado constr. j©k«J (vs. k¥y«e). Cf. infra, § e.
Excepciones: en el inf. const. qal casi siempre se encuentra o,ˇ
p.ej., ©j«k§J (igual que en verbos de 2ª gutural como y«jJ§ , y cf. § 49 c);
cf. infra, § d.
2. La vocal primitiva i, convertida normalmente en Ð, ¥ se mantiene,
pero sufre la intrusión de un patahˇ furtivum en las formas relati-
vamente más fuertes, a saber: formas del verbo finito en pausa, inf.
abs., partic. en estado absoluto. Ejemplos: ©j·¥KJ© §h; inf. abs. ©j¥KJ© ; partic.
abs. ©j¥k«J. La vocal primitiva u sólo se mantiene en el inf. const. ©j«k§J1.
A fortiori, las vocales originalmente largas •, ¥, y øˇ se mantienen,
como el indicativo hif‘il ©jh¦kJ§ ©h, el partic. pasivo ©jUkJ̈, el inf. abs. ©jIkJ̈.
Se puede apreciar que la distinción entre formas ligeras y fuertes
es de dos tipos: en las formas finitas la distinción se hace en
términos de contexto vs. pausa, mientras que en el inf. y partic. la
distinción se hace en términos de constructo vs. absoluto.
3. La gutural final de sílaba sólo toma un hˇatˇef cuando el verbo es
seguido por un sufijo objeto de 2ª o 3ª pers. sing. o pl., como W£jk̈§Jt¤ ,
o en un caso como UvUÅbg£©KC¦ .
c En el fut. de qal (y en imperativo), en contexto y en pausa, los
verbos de acción se confunden con los estativos2: ambos tienen la
vocal Ð © o Ð̈.
d Observaciones de detalle
3. vẗ§kÀ̈vÎJ¤D, “¡ve allá!” (Gn 19,9): secuencia vocálica e^-o^ (cf. § 29 f ); e^ pudo haber
sido favorecida por la sibilante.
4. Se puede plantear por qué la aféresis no tiene lugar en los verbos con fut. en
oˇ. En inf., la tenacidad de la forma k«ye§ puede dar razón de k«p§b (cf. infra, § h),
y, por analogía, el impv. k«p§b pudo haberse mantenido.
5. Barth 21894: xiiss.
6. Este sentido absolutamente estativo, en Job 41,8.
§ 73. Verbos t"p 195
c¥J¥h): i¥T¦h, de donde el imptv. i¥T7. Igualmente, la forma del inf. const. es
,¥T, de *tint (tin + t ), de donde titt (que aparece ante los sufijos: h¦TT¦ ,
“mi acción de dar”), de donde, por cancelación de la reduplicación, tit
> ,¥T. Al fut. i¥T¦h corresponde el pasivo i©Tªh, “será dado”, que es pasivo
de qal (§ 58 a).
En el perfecto, la i final se asimila a la consonante siguiente: h¦T,©Å b̈
(por nåta^nti), vT̈Å,© b̈ (mucho más frecuente que T̈Å,© b̈, § 42 f ), etc. (en
contraste con h¦T§be©Å z̈, T̈§bf©Å J̈).
El inf. con oˇ aparece sólo en Nm 20,21, i«,§b, y Gn 38,9: Îi,̈§b.
j El verbo irregular j©ek̈, “tomar”. Éste es el único verbo k"p que es
tratado como un i"p. Este singular tratamiento se debe probablemente
a la siguiente analogía semántica: conforme al antónimo i¥T¦h, “dar”, se
formó j©E¦h8, de donde el imptv. j©e, el inf. ,©je©Å , ,©je©Å k̈ (en contraste con el
perf. 2ª pers. fem. T§ ©je©Å k̈, § 70 f ).
En nif‘al j©ek§ ¦b no se da ninguna asimilación (infra, § b 4).
El perfecto j©Ekª, el partic. j˪k y el fut. j©Ehª son pasivos de qal (cf. §
58 a, b).
k El verbo irregular tG̈b̈, “llevar”, “tomar”, etc. Cf. § 78 l.
Sobre los verbos i"p que son al mismo tiempo v"k, que tienen
formas apocopadas reducidas a una sola radical, cf. § 70 i, j.
l Comparación con las formas nominales.
La asimilación tiene lugar tanto en las formas nominales como en
las verbales, p.ej., gŸ©n, “plantación”, como g©Y¦h, “él plantará”; vp̈¥Dn© ,
“plaga, golpe”, como ;«D¦h, “él golpeará”. Pero ante gutural, dv̈§bn¦ ,
“conducción, conducta”, como d©v§b¦h, “conducirá”.
El hecho de que la aféresis no tiene lugar en estas formas, de-
muestra la naturaleza secundaria del imptv. aferético y del inf. de los
verbos con fut. en a.
6. Para la vocal Ð,
¤ cf. § 68 b.
198 § 75. Verbos h"p, originalmente u"p
a Los verbos con h como primera radical pueden ser subdivididos en
3 clases:
1. Verbos con u primitiva, reemplazada por h en ciertas formas (uh"p; §
75).
2. Verbos con h primitiva (hh"p). Son pocos en número en hebreo como
en árabe (§ 76)
3. Finalmente, existe una categoría especial de verbos h"p cuya segunda
radical m está reduplicada en ciertas formas. Todos estos verbos
(mh"p), no muchos, son probablemente verbos con u primitiva (§ 77).
Una clasificación sincrónica alternativa, que no incluye los verbos
mh"p, es:
1. Verbos con a temática en el futuro, cuya radical inicial se incorpora
en la vocal del prefijo, p.ej. e©bh¦h.
2. Verbos cuya vocal temática en el futuro es Ÿ y cuya R1 falta en el
fut., imptv. e inf. const., p.ej. c¥J¥h.
Pero verbos como Jrḧ © (etimológicamente del tipo u"p) están entre las
dos categorías: fut. Jrh¦
© h, pero inf. constr. ,¤Jr,
Ť imptv. Jr© y también Jr.¥
5. Una forma mixta está representada por r©eh¥h o r©e¥h frente a r©eh¦h. Igualmente,
imptv. Jr¥ frente a J·r̈ en pausa.
6. Es notable que esta Ð ¥ larga nunca se escriba con mater lectionis, excepto acaso
en Sal 138,6 donde hay que leer gsh¥ © h por gs¥©h§h.
7. Nótese 2 Re 13,17: rIH©u vr§¥h, “(ella dijo:) ¡dispara!, y él disparó”. El cambio de
qal a hif‘il pude haber sido favorecido por el hecho de que otros verbos con el
sentido de “arrojar” se usan en hif‘il: Qh¦kJ§ v¦ y kh¦yv¥ (ambos sin qal ).
§ 75. Verbos h"p, originalmente u"p 201
(4 x) y el participio ;h¦xIn (1 x)8. El verbo ;©xḧ es, por tanto quasi-
defectivo (§ 85 b). Las formas usuales son: perf. ;©xḧ, fut. ;h¦xIh, inf.
constr. ;h¦xIv9.
3. Consiguientemente, formas tales como vrIn, ¤ ;h¦xIh, ;h¦xIv son secunda-
rias o pseudo-hif‘il (§ 54 f ; para otros ejemplos en los verbos h"g, cf. §
81 c).
g Verbos más usuales
Verbos de acción del tipo c©Jḧ
© “descender”.
srḧ,
s©kḧ, “dar a luz”. s©Kªh es pasivo de qal (§ 58 a).
© “conocer”. Por la R3 gutural, fut. gs¥
gsḧ, ©h10, imptv. gS, © inf. ,©gSÅ© (con
vocal Ð).
©
tm̈ḧ, “salir”. Este verbo no es tratado ni como mh"p ni como t"k11,
sino como u"p: fut. t¥m¥h; imptv. t¥m; inf. ,t¥m (por *,¤tm¥Å ). Para las
formas del perf. inversivo, cf. § 43 b; para las del fut. inversivo, §
47 b (formas anormales raras: t¦mIH©u, imptv. th¦mIv, § 78 i).
Q©kv̈, “ir”. Es el único verbo v"p tratado como un u"p, un desarrollo
analógico basado en los verbos u"p12, aunque las condiciones que
condujeron a este desarrollo nos son desconocidas. Fut. Q¥kÅ¥h,
imptv. Q¥k, inf. ,¤fk¤Å . En pausa, se encuentra Q·©k¥h©u (§ 32 c). El hitpa‘el
es regular: Q¥Kv© ,§ v¦ . Se encuentran algunas formas fuertes, p.ej.,
8. Ginsberg (1935: 223) observa que ninguno de estos casos, excepto Lv 19,25
;h¦xIv§k, se encuentra en los libros más antiguos.
9. Cf. Lambert 1898: 142, y 1986: 154, y nótese el moabita ,pxk, “añadir” (línea
21 de la estela de Meša), así como posibles correcciones en Nm 32,14 e Is
30,1 (,IP§xk¦ , ,Ip§x > ,¤px¤ k̈, ,¤px¤ ).
10.Compárese, en los estativos g"g, formas tales como k©e¥h (yeˇqa^l), gr¥ ©h.
11.Excepto en el perfecto (tm̈ḧ, h¦,tm̈ḧ, etc.) y el participio fem. sing. (,t¥mIh).
12.Véase Ungnad 1905: 278; Lambert 1893a: 137 n. Una explicación alternativa,
propuesta primero por Prätorius (1882: 310), y seguida por Brockelmann
(1908-13: I, 585), Bergsträsser (1918-29: I, § 16) y Bauer – Leander (1922:
214), es inadmisible. Aparte el hecho de que éste sería el único ejemplo de tal
cambio fonético (/*hah-/ > /*hå-/), débese notar la evidencia ahora disponi-
ble en ugarítico, donde el morfema causativo es /š/ más que /h/; cf. Harris
1939: 33. La sugerencia de Gordon (1965: 390) de que la raíz hlk es una
mezcla (¿tardía?) de los conjuntos biconsonánticos originales lk y hk (éste
último atestiguado en AB), es improbable a la vista del acadio /alåku/. Véase
también Blau 1979-80: 145-46.
202 § 75. Verbos h"p, originalmente u"p
Q«k£v©h (Sal 58,9), etc.13 La forma Q©kv£,¦ (Ex 9,23; Sal 73,9) es quizás
una lectio mixta (§ 16 g) entre Q«k£vT© y Q©Kv© ,§ T¦ .
h Verbos estativos del tipo *Jrḧ, ¥ Jrḧ:
©
*i¥Jḧ, “dormir”; fut. i©Jh¦h, inf. iIJh¦k (Qoh 5,11 †)
*;¥gḧ, “estar cansado”; fut. ;©gh¦h
gḧ, “aconsejar”, con a en razón de la gutural; fut. .©gh¦h
.©gḧ, .·¨
¥ “temer” (simultáneamente t"k): fut. tr̈h¦h, tr̈h¦H©u; imptv. tr̈§h, Utr§h
trḧ,
(no *Utr¦§h); inf. t«r§h (2 x, junto al usual vẗr¦§h, § 49 d ).
i Verbos estativos con vocal u > Ð «
r«dḧ, “asustarse”. Fut. e imptv., rUdḧ y rUD, de la raíz emparentada rud;
es, pues, verbo defectivo, § 85 a.
J«eḧ, “tender una trampa”, denominativo de JIeḧ, “trampero”; sin
fut.
kIfḧ, “ser capaz, poder”. El significado de la raíz kfh parece ser el de
capacidad ; véase la raíz emparentada kuF (o, más bien, khF), “me-
dir” (sobre todo en términos de la capacidad ), cuyo hif‘il kh¦fv¥ :
“contener”.
El adjetivo verbal k«fḧ no se encuentra en TM, pero debe
leerse en Jr 38,514.
El inf. const. ,¤k«fÅ §h es de un tipo muy raro que sólo, fuera de
aquí, se encuentra en ,¤J«cŧh, “secarse” (Gn 8,7); cf. § 76 d.
El fut. k©fUh se explica de diversos modos:
1. Según algunos, podría ser un pasivo de qal. Pero un verbo que
expresa un estado difícilmente puede tener una forma pasiva,
pues lo pasivo sólo es pertinente respecto a una acción.
2. Según otros, podría ser un futuro qal por yoˇ∆a^l, que vendría de
yawkal. Pero si éste fuera el caso, la vocal oˇ tendría que
mantenerse como en k©ft«h (§ 73 b), etc.; Además, en los verbos
estativos, la vocal de la preformante es i (§ 41 e).
3. La opinión más probable parece ser aún la antigua y común
(Ewald, Olshausen, etc.), que considera k©fUh un fut. hof‘al. La
misma forma es la de un hof‘al, y no resulta prudente buscarle
otra, si, además, el sentido “podrá” puede conciliarse con la
forma causativa pasiva. Puede uno representarse el proceso
semántico de la siguiente manera: el sentido original de hof‘al,
21.Se distingue de vs̈¥g, fem., de s¥g, “testimonio, testigo” (raíz sug), cf. §§ 80 s y
97 E b.
1. ¿Se trata de mera coincidencia, o es un intento de evitar la formación de
verbos de acción con la raíz h"p?
§ 76. Verbos h"p primitivos (hh"p) 205
Perfecto*haytˇ•b (con a primitiva) > ch¦yh¥v. Esta vocal eˇ se ha
extendido a los perfectos oh¦ev¥ (§ 80 g ) y c¥xv¥ (§ 82 d ), pero perdiendo
en el proceso su alargamiento original, de donde h¦,«nÅ h¦ev£, ,̈Å«Cx¦ v£, etc.
Participio*maytˇ•b > ch¦yh¥n. Esta vocal eˇ se ha propagado a los
participios oh¦en¥ y c¥xn¥ , pero perdiendo, una vez más, su alargamiento
original, de donde h¦nh¦en§ , “el que me levanta”; h©Cx¦ n§ , “los que me
rodean”.
Observación. En el verbo “ser bueno”, las formas sin h después de
la preformante, p.ej., ch¦yv¥ , ch¦yn¥ , en sí mismas pertenecen al verbo cIy;
para referirlas a la raíz cyh sería necesario suponer una ortografía
defectiva. De hecho, estas formas se escriben habitualmente2 con h
después de la preformante, lo que deja claro que pertenecen a la raíz
cyh (infra, § d 4).
d Los siete verbos primitivos h"p
1. J¥cḧ, fut. J©ch¦h, “secarse” (cf. árabe yabisa, fut. yabasu). Inf. J«c§h (1 x) y
,¤J«cŧh (1 x; este tipo solamente también en ,¤k«fÅ §h, § 75 i ). El hif‘il tiene
anormalmente waw por y: Jh¦cIv, “secar”3.
2. *e¥bḧ (cf. siríaco yineq, acadio enŸqu), fut. e©b¦h, “mamar”. Hif‘il eh¦bv¥ ,
“amamantar”.
3. r©Jḧ, fut. r©Jh¦h, “ser recto/correcto, marchar con rectitud” (cf. árabe
yasira, fut. yaysaru).
4. *cyh, “ser bueno”. No existe el perfecto, que sería *c¥yḧ o *c«yḧ; es
reemplazado por el perf. cIy, UcIÅy (§ 80 q). Futuro c©yU¦h. Hif‘il ch¦yh¥v,
ch¦yh¥h; menos frecente ch¦yv¥ , ch¦y¥h. (supra, § c).
5. *.eh, “despertar”. No existe el perfecto, que sería *.¥eḧ (cf. árabe
yaqizˇa); es reemplazado por el perf. hif‘il .h¦ev¥ (raíz .he), proba-
blemente un pseudo-hif‘il (cf. § 54 c). Fut. .©eh¦h (raramente .h¦eḧ), .©eÅ h¦H©u, y
una vez .¤ehŦH©u (Gn 9,24). La acción causativa (“despertar a alguien”)
está expresada por rh¦gv¥ (/rug).
6. *kkh. Hif‘il kh¦kh¥v, “gemir”. Futuro escepcional kh¦k¥h§h4.
7. *inh. Hif‘il ih¦nh¥v, “girar a la derecha” (denominativo de ih¦nḧ, “el lado
derecho”).
Comparación con las formas nominales. La h primitiva se mantiene
como en las formas verbales: cÿh¥n, “la mejor parte”; rIJh¦n, “planicie,
llanura”; in̈h¥T, “sur”; vJ̈C̈©h, “tierra seca, tierra firme”.
estrecho” (raíz rrm, § 82 b). Según Yeivin (1980: 184), aquí el segol es una
variante neutral de /u/ original.
9. UT·©M¦h (2 x) es como si fuera de /,,m.
10.Véase n. 8.
1. tm̈ḧ y trḧ
¥ combinan también rasgos característicos de los verbos h"p; cf. § 75.
2. Otros verbos estativos son: trḧ, ¥ temer”, fut. tr̈h¦h (simultáneamente uh"p, § 75
h); t¥nÿ, “ser impuro”; t¥bG̈, “odiar”; t¥nm̈, “estar sediento”.
208 § 78. Verbos t"k
La forma fem. pl. con vb̈tÐ ¤Å (también con la frecuente ortografía
¨itÐ),¤Å que aparece en qal y en las conjugaciones derivadas, se debe a la
analogía de los verbos v"k, p.ej.: ¨itÅm¤ n§ T¦ como vb̈hÅk¤ d§ T¦ .
El imperativo tiene la vocal del futuro: tm̈§n.
Pero el infinitivo lleva oˇ: t«mn§ , habiéndose convertido la forma k«ye§
en la forma propia del infinitivo (§ 49 c).
c Nif‘al: tm̈§n¦b. En la flexión, en lugar de las formas esperadas *,̈tÅ̈m§n§b,
etc., encontramos ,̈tÅm¥ n§ ¦b, etc., provenientes de los verbos v"k (,̈hÅ¥kd¦b) o
posiblemente de formas de qal como ,̈tÅrḧ ¥ (supra, § b).
Pi‘el: t¥Mn¦ . En la flexión se tiene, naturalmente, Ð:
3 ¥ ,̈tÅM¥ n¦ .
Hif‘il: th¦mn§ v¦ . Cuando se flexiona se tiene Ð: ¥ ,̈tÅm¥ n§ v¦ , como en las
otras conjugaciones derivadas, y no hÐ. ¦
Hitpa‘el. Como en el verbo fuerte (§ 53 b), además del tipo estándar
con Ð, ¥ encontramos también un tipo raro con a (aquí Ð̈ « ) en tŸ©j,§ v¦ ,
“purificarse”; tN̈©Yv¦ , “volverse impuro, contaminarse”; tK̈©P,§ v¦ , “maravi-
llarse, mostrarse admirable” (?). Como en el verbo fuerte, el tipo con
Ð¥ toma a en pausa, p.ej., t¥¬©b,§ ¦h se convierte en t·¨¬©b,§ ¦h (Nm 23,24).
d Observaciones generales
t es muda ante una terminación consonántica del perf. (h¦,, ,̈, ,§ , Ub),
del imperf. (vb̈, ¨i), y cuando acaba una forma verbal (e.g., th¦mn§ v¦ , pero
UthÅm¦ n§ v¦ /himsˇí’u/). En los demás casos se pronuncia.
e El hecho de que t no se pronuncie tiene ciertas consecuencia: 1) t
se omite a veces en la ortografía; 2) los verbos t"k son tratados con
mucha frecuencia como los v"k, un proceso que, bajo la muy verosímil
influencia aramea, está muy avanzado en HM:
f 1. t omitido en la ortografía. Ejemplos: vb̈´¬¤ T¦ ©u (Rut 1,14; ortografía
correcta en v. 9); h¦cẗ (1 Re 21,29; escrito correctamente thct en el
mismo v.); h¦,mḧ Å̈ (Job 1,21); h¦,¥kÅ n̈ (Job 32,18). Algunos casos pueden
ser de haplografía: k¥tr̈§G¦hÎ,¤t h¦y¡jv¡ (2 Re 13,6); rh¦gv̈Îk¤t h¦cn¥ (Jr 19,15).
g 2. Verbos t"k tratados con bastante frecuencia como verbos v"k, foné-
ticamente u ortográficamente4:
—Formas que tienen la vocalización de un verbo v"k. Ejemplos:
h¦,tÅk¦ F̈, “retraí” (Sal 119,11); t¤yIj, “pecando” (Qoh 2,26; etc.); ot¦yIj
(1 Sm 14,33); vK̈¦n, “él llenó” (Jr 51,34); h¦,tÅP¦ r,¦ “yo he sanado” (2 Re
3. Ejemplos: t¥Kn¦ , “llenar”; t¥Be¦ , “ser celoso, dar celos”; t¥Ny¦ , “contaminar, manci-
llar, profanar”; t¥Yj¦ , “purificar, expiar, reparar”; t¥Pr,¦ “curar”.
4. Rensburg (1990: 85-94) considera esto como típico del hebreo hablado en el
Antiguo Israel. A la inversa, también a veces verbos v"k son tratados como
t"k (§ 79 l ).
§ 78. Verbos t"k 209
2,21); v,̈Åt© k§ p§ ¦b (patahˇ anómalo; compárese la forma pausal v,̈·k̈§d¦b, § 79
d ), “(tu amor) era más maravilloso” (2 Sm 1,26)5; tk̈§pv¦ u§, “hará
extraodinarias (plagas)” (Dt 28,59).
—Formas que tienen la v típica de los verbos v"k. Ejemplos: vP̈r¤t,
“curaré” (Jr 3,22); vp̈r,§ “¡sana!” (Sal 60,4); v¥cj̈¥vk§ , “para esconderte”
(1 Re 22,25); v¥Kn© §h, “él llenará” (Job 8,21).
Es difícil decir si algunas de estas formas anómalas existieron
realmente o se debieron, más bien, a errores posteriores de los
escribas.
h Observaciones sobre ciertas formas
Sobre la forma del perfecto inversivo, cf. § 43 b; sobre la del futuro
inversivo, cf. § 46 b.
El cohortativo (vẗ§mn§ t¤ , vẗ§mn§ ¦b) se evita (§ 114 b, n.)6.
El participio fem. sing. es generalmente del tipo ,t¥m«n (por *,¤tmŤ«n);
más raramente se encuentra el tipo ,¥tm§«n (comp. inf. ,¥tG§ junto a ,t¥Gk̈
[infra, § l ], y el tipo r¥tC§ , § 88 C i ). En pl., en lugar de oh¦tm§«n, se encuen-
tra muy ocasionalmente ot¦m«n con t quiescente.
En el partic. masc. pl. de nif‘al, en lugar del tipo normal oh¦tm̈§n¦b, se
encuentra con frecuencia el tipo oh¦tm§ n§ ¦b; p.ej., casi siempre encontramos
oh¦tm§ n§ ¦b y oh¦tC§ ¦b (cf. § 96 C b).
i En hif‘il, en imptv., yusivo y fut. inversivo, en lugar de la vocal usual
¥ se encuentra muy ocasionalmente una • originalmente larga.
Ð,
Ejemplos: imptv. o¤vh¥kg£ th¦cv̈ (Jr 17,18) y r¥Ug¦ Îo©g th¦mIv (Is 43,8), ambos
delante de g; tr̈§zg¤ th¦cḦ©u (Neh 8,2), delante de g; IN©g t¦mIH©u (Sal 105,43),
delante de g; Î,¤t t¦yj£ T© ©u (1 Re 16,2; 21,22), delante de t; o¤f,§ t¤ t¦mIH©u y
Î,¤t t¦mIH©u (Dt 4,20; 2 Re 11,12), delante de t; Î,¤t t¦Cj§ T© ©u (2 Re 6,29),
delante de t. En estos casos, la vocal i (también sospechosa cuando no
va acampañada por la mater lectionis h) pudiera ser explicada por el deseo
de tener una vocal más larga delante de la gutural7. Pero también se
encuentra i delante de una no gutural: yusivo t¦¬©h (Is 36,14; escrito th¦¬©h
en los paralelos de 2 Re 18,29 y 2 Cr 32,15); t¦yj£©h©u (2 Re 21,11); t¦mIH©u
(Sal 78,16). En estos casos, la i, si auténtica, es difícil de explicar.
2. En ugarítico los verbos u"k están mucho mejor conservados: Tropper: 2000: §
55.431 b.
3. Cf. ,IUG£g (1 Sm 25,18 Ktiv); ,IUy§b (Is 3,16 Ktiv). En la estela de Meša, línea 5, se
lee el fut. ubgh, “él humillará”, de la raíz ubg (= vbg), de donde se derivan ub̈g̈,
“humilde”, y vüb̈g£, “humildad”. Por contra, la raíz vbg, “responder”, era origi-
nalmente hbg.
4. El mismo verbo vk̈D̈, “descubrir, revelar, ir al exilio”, es probablemente un
primitivo u"k; comp. árabe jalå, fut. yajl¥, “revelar”.
5. El grado de uniformidad en árabe no es muy notable; en arameo es bastante
menos notable que en hebreo.
6. Este mantenimiento de la /y/ original es percibida por Rendsburg (1992: 82)
como señal de la influencia aramea en el hebreo del Norte.
212 § 79. Verbos v"k
sincopadas: hsG̈, ¦ Ws«§G̈ (y compárense éstas con la formas verbales con
sufijo W: W§k«D̈, W§kd§¦h).
d Conjugación qal
Perfecto. Ciertas formas provienen de los verbos de acción y otras
de los verbos estativos.
1. Formas derivadas de los verbos de acción: 3ª pers. sing. masc. vk̈D̈
por *galay7; la h es quiescente, como t en tm̈n̈ (comp. árabe
rama[y], “lanzar”, pronunciado ramå).
La 3ª pers. fem. se forma directamente de la 3ª masc.: *gala + t,
forma rara en HB, pero estándar en HM y arameo8. General-
mente se añade una terminación femenina extra, vÐ̈, de donde la
forma pausal v,̈·k̈D̈ y la forma contextual v,̈§k«D̈ (comp. vk̈·ÿë y
vk̈§yë« ).
Forma rara de la 3ª pers. pl.: UhÅ̈kD̈.
2. Formas derivadas de los verbos estativos: todas las formas con ,h¦kD̈,
p.ej., ,̈hÅk¦ D̈ (compárese árabe radˇ•ta, del estativo radˇiya, “estar
contento”).
Observación. En la 3ª pers. pl. UkD̈, la forma sincopada no permite
reconocer la vocal primitiva (a e i ).
e Futuro. La forma v¤kd§¦h procede probablemente de yiglay: así pues,
v¤kd§¦h es originalmente una forma del verbo estativo. De esto son
evidencia raras formas como UhÅ̈k§d¦h.
Observaciones
1. En formas sincopadas como Uk§d¦h y h¦kd§ T¦ no se puede reconocer la
vocal primitiva.
2. La vÐ,¤ derivada de ay, es originalmente larga.
3. Sobre la vocal de la preformativa en los verbos v"k con gutural
como primera radical, cf. § 68 b.
4. En el yusivo y en el fut. inversivo se encuentra con bastante
frecuencia la forma del indicativo (infra, § m), pero normalmente
se tiene la forma apocopada (infra, § i ).
9. De gåliy (= qatil ), según Barth (21894: xxxi) y otros. Según otra explicación,
provendría de gålay.
10.Cf. Driver 21912: 183 (a 1 Sm 23,2), y Bergsträsser 1918-29: II, § 30 o.
214 § 79. Verbos v"k
1. En la 1ª pers. sing., eˇ es muy frecuente11. Nótese: h¦,hÅU¦m¦ (30 x; eˇ 5
x), h¦,hÅU¦e¦ (6 x; e 2x); en 2ª sing. i es muy frecuente (en pi‘el es la
regla, como ya se ha dicho).
2. En la 2ª pers. sing., i es muy frecuente (en pi‘el, como se ha dicho,
es la regla).
i Formas apocopadas. En yusivo, fut. inversivo e imptv.12 se se
encuentran con frecuencia formas apocopadas. Debe notarse que, a
diferencia del yusivo y del imperf. después de waw inversivo, la
apócope de los verbos v"k se da también en la 1ª pers., tanto sing.
como pl.
Futuro: qal. La forma del indicativo v¤kd§¦h, por la supresión de vÐ, ¤
deviene primeramente k§ d§¦h (forma rara), y después k§ d§Å¥h (forma bastante
rara). Generalmente resultan formas segolizadas: la mayoría de las veces
se tiene k¤dŦh13, ocasionalmente k¤dÅ¥h. Ejemplos: C§ J§ ¦H©u; T§ J§ ¥H©u, L§ c§¥H©u, S§r¥§H©u; crŤ¦h, i¤cŦH©u;
k¤dŦH©u, z¤cŦH©u, j©nŦH©u (con R3 gutural), g©JŦH©u. La forma k¤dÅ¥h es muy rara en la 3ª
pers. masc. (e.g., trÅ ¤¥h), pero junto a i¤pŦH©u, se encuentra crÅ ¤T¥ ©u, i¤p¥ÅB©u, i¤pt¥Å ü; junto
a crŤ¦h y crŤ¦H©u, se encuentra crÅ ¤T¥ ©u; junto a k¤fŦh, se encuentra k¤fT¥Å ©u. Con R2
gutural, g©,T¥Å 14.
En un verbo de R1 gutural, normalmente la secuencia es Ð © Ð, ©Å p.ej.,
G©g©ÅH©u, k©g©ÅH©u, i©g©ÅH©u, r©vT©Å ©u, formas similares a las del hif‘il ; pero la i se mantiene
en r©jŦh, i©jŦH©u, S© §jŦh (comp. la T de T§ ©j©kÅ J̈, § 70 f ).
Verbos v"k y i"p simultáneamente son z¦H©u (/vzb) y y¥H©u (/vyb).
El verbo vẗr̈ tiene las formas apocopadas trÅ ¤¥h, trÅ
¤T¥ ©u, trÅ ¤t¥ ü, pero tr© §H©u
(también hif‘il : 2 Re 11,4 †, “hizo ver, mostró”).
Hif‘il. La forma del indicativo v¤kd§©h, por la supresión de vÐ, ¤ se
convierte en k§ d§©h, a veces segolizado en k¤dŤh (como *malk en Q¤knŤ )15.
11.23 veces de 128 casos posibles: Rubin 2001: 36. La preponderancia de sˇeré en
la 1ª pers. sing. se debe muy probablemente a la disimilación /-iti/ > /eˇti/;
así Ungnad 1905: 263. Ésta es meramente una tendencia no obligatoria.
Aparte el hecho de que la “regla” de Rubin (2001) no se aplica al hif‘il cuya R2
no se reduplica, una regla o ley fonética debe ser aplicable de modo general,
no sólo a un número de excepciones en el paradigma verbal.
12.Dallaire (2002: 66, 257) postula tres imperativos alomórficos: - cero - a -
an(na). Somos incapaces de ver oposición alguna funcional o sintáctica entre,
p.ej., u©m (1º tipo) y v¥Um© (supuesto 2º tipo).
13.En contraste, la forma nominal r¤px¥Å (de *sifr, § 96 A b). En k¤dŦh se ha con-
servado la i, probablemente por influencia de la h. Véanse las formas de los
verbos h"p (con i ): .¤ehŦH©u (§ 76 d ), r¤mhŦH©u (§ 77 b).
14.Nótese la asimetría de formas en un mismo tiempo verbal.
§ 79. Verbos v"k 215
Ejemplos: S§r© §h, e§ J§ ©H©u, tr©
§H©u (2 Re 11,4 †; también qal ), y©H©u (de vyb); Q©H©u (de
vfb); k¤dŤH©u, r¤pŤH©u, r¤nT¤Å ©u; con R1 gutural, k©g©ÅH©u (también qal).
Nif‘al. La forma del indicativo v¤kD̈¦h, por apócope de vÐ, ¤ deviene kD̈¦h,
e.g., kD̈¦T (Is 47,3).
Pi‘el. Igualmente v¤K©d§h deviene k©d§h, e.g., u©m§h©u.
j Imperativo: Hif‘il. La forma v¥kd§ v© , por apócope de vÐ, ¥ se convierte
en *hagl, forma que es siempre segolizada en k¤dvŤ , como ;rÅ ¤v¤ , crÅ
¤v¤ ; con
R1 gutural, k©gv©Å . En los verbos v"k que son al mismo tiempo i"p, se
tiene Q©v, y©v.
Pi‘el. la forma v¥K©D, por apócope de vÐ, ¥ deviene k©D, como u©m16. De
modo similar, en hitpa‘el se tiene kj̈§,v¦ (2 Sm 13,5).
k Formas delante de sufijos (Paradigma 12):
Perfecto. Se encuentra: h¦b©kÅ D̈ (como h¦b©kÅ ÿ§e); pero en pausa, incluso
menor, h¦b·kD̈; ¨ W§k«D̈, forma sincopada como Ws«§G̈, en pausa W·¤kD̈ y Q·k̈D̈.
Nótese también UvÅ̈kD̈.
Futuro. h¦b¥kÅ d§¦h proviene de yigle + ni (esta e ha pasado a los demás
verbos como vocal de enlace, § 61 d ); W§kd§¦h, forma sincopada, en pausa
W·¤k§d¦h.
En las formas con b enérgico se encuentran: UBŤuk§ ¦h, UBÅt¤ r¦§h, ‚Åt¤ r¤ §t, con Ð ¤
según v¤uk§ ¦h, etc. (cf. § 61 f ).
En el futuro e imperativo se encuentra, aunque raramente, la
ortografía abusiva hÐ, ¥ p.ej., h¦bhÅF¥ v© , “¡hiéreme!” (1 Re 20,35.37).
Participio. Ejemplos: Wr§ §pn© h¦b§bv¦ , “te hago fecundo” (Gn 48,4); VG̈«g,
“hacedor de ella” (Jr 33,2); v̈h¤Tp© n§ h¦f«bẗ v¥Bv¦ (con h abusivo), “yo la
seduciré” (Os 2,16). Compárense las formas nominales en vÐ ¤ con
sufijos: § 96 B f ).
l Observaciones generales
Aunque la conjugación de los verbos v"k tiende a invadir el dominio
de los t"k (§ 78 g), también ocurre, por contra, que ciertos verbos v"k
son tratados como t"k gráficamente o fonéticamente:
– Formas escritas con t: t¤k¡j¤H©u (2 Cr 16,12); t«re§ ¦b (2 Sm 1,6; ¡seguido
por h¦,hÅr§ ¥e¦b!).
– Formas con vocalización de t"k: UbÅ̈,ẗ (Jr 3,22); vk̈§fT¦ (1 Re 17,14;
acaso por asonancia con el r·ẍ§jT¤ que sigue).
– Formas totalmente similares a a los t"k: t«rh¦k (2 Cr 26,15); thr§ ¦p©h (Os
13,15). Cf. § 78 j sobre vre/tre.
15.Adviértase una diferencia significativa entre el hif‘il k¤dŤh (< yagl ) y el qal k¤dŦh o k¤dÅ¥h
(< yigl ). Así en h¦,K̈s§
ªD cr¤T¤Å (Sal 71,21) el verbo es un hif‘il causativo (“harás
crecer mi grandeza”).
16.Todavía en HQ: Tob 10,8, lj, Mei/non.
216 § 79. Verbos v"k
m Formas no apocopadas del futuro inversivo y del yusivo. El
fenómeno es tan frecuente, especialmente en 1ª pers. sing., que no
puede ser considerado un error17.
A veces la forma larga parece haber sido preferida ante gutural18, o
por un acento disyuntivo. Fut. conversivo: encontramos v¤Gg£©H©u 4 x, todas
ante gutural (1 Re 16,25; 2 Re 3,2; 13,11; Ez 18,19); v¤kg£©H©u, 2 x, ambas
ante gutural (1 Re 16,17; 18,42); v¤bc§ ¦H©u, 3 x, todas ante gutural (Jos
19,50; 1 Re 18,32; 2 Cr 26,6); v¤kg£T© ©u, 3 x (1 Re 22,35; Jr 44,21, ante
gutural; 1 Re 20,19, con acento disyuntivo). Yusivo: v¤tr̈¥T (Gn 1,9, ante
gutural); v¤Gg£©h (Jr 28,6, ante gutural); v«ºgr© §p v´¤Gg£«©h (Gn 41,34). Las formas
largas son particularmente frecuentes en los libros de los Reyes.
Nótese, sin embargo, que en algunos casos la forma no apoco-
pada con waw inversivo representa un pasado iterativo, durativo (§ 113
e, f ); p.ej.: t¥mT¥ ©u v¤kg£T© ©u (1 Re 10,29); vü«v§h h¥bh¥gC§ grv̈
© hr§¦ng̈ v¤Gg£©H©u (1 Re 16,25);
y posiblemente k©ft«, t«k§u v¤Fc§ T¦ ©u vB̈¤xg¦ f§ T© i¥F (1 Sm 1,7), donde el waw
enérgico, por analogía de la sintaxis normal, sirve para colocar los
sucesos en el pasado.
n Formas anómalas con vÐ ¥ por vÐ.
¤
Hay cierto número de ejemplos19 donde aparece la vocal Ð, ¥ como
en arameo y acaso en parte por su influencia, p.ej.: v¥Gg£T© Îv©n (Jos 7,9);
v¥Gg£T© Îk©t (2 Sm 13,12; Jr 40,16 Qre); v¥Gg£©B©u (Jos 9,24). En un grupo de
textos del Levítico encontramos v·¥K©dT§ en pausa: Lv 18,7a (en v. 7b,
v¤K©dT§ ), 12.13.14.15a (pero 15b v¤K©dT§ ), 16.17; 20,19.
o La vÐ̈ del cohortativo no se usa en los verbos v"k; se emplea, en su
lugar, la forma del indicativo, como en uhk̈¥t vr̈§n«tu§ v«gr© §pk§ vs̈hÅD¦ t© u§ v¤kg¡t¤ ,
“voy a subor a comunicárselo al Faraón y le diré” (Gn 46,31); t´B̈Îvr̈«xªẗ
§tu§, “voy a desviarme y observar” (Ex 3,3); Gn 19,33; 50,5; Dt
vºt¤ r¤
32,30. Sólo aparecen tres cohortativos con vÐ̈, posiblemente para
buscar el efecto de la asonancia: Sal 77,4; 119,117.
Sobre el emplazamiento del acento tónico en el perfecto inversivo,
cf. § 43 b.
17.En la 1ª pers. sing. hay una considerable variedad: v¤tr¤ §tü (20 x), trÅ ¤t¥ ü (15 x);
v¤hv§ t¤ ü (9 x), h¦vt¡ ü (12 x); v¤Gg¡t¤ ü (2 x), G©gt©Å ü (5 x); v¤Um© t£ ü (5 x), u©mt£ ü (1 x). En el AT
hay un total de 56 casos de futuros en 1ª pers. sing. no apocopados en los
verbos v"k. En conjunto hay 1210 formas apocopadas frente a 110 no apo-
copadas, ninguna de las cuales se encuentra en el Pentateuco. cf. Stipp 1987.
18.Compárese con el fenómeno de hiatus, § 33, y comp. § 78 i.
19.En muchos casos las ediciones difieren.
§ 79. Verbos v"k 217
p Observaciones de detalle sobre diversas formas
Qal. En el inf. abs. se encuentra frecuentemente la ortografía IkD̈ en
lugar de v«kD̈. La forma ,IkD̈ también aparece muy ocasionalmente (Is
22,13; 42,20; Hab 3,13).
En el inf. constr., en lugar de ,Ik§D, se encuentra a veces v«k§D o Ik§D20.
En el partic. activo v¤k«D, junto a la forma fem. sincopada vk̈«D, se
encuentra a veces en poesía21 vḦ¦k«D: vḦr«¦P (siempre, 4 x), vḦ¦f«C (Lam 1,16),
,IH¦,«t (Is 41,23).
El partic. pasivo hUkD̈ tiene la flexión regular: vḧUk§D, o¦hUk§D, ,IhUk§D.
Muy raramente se encuentra la tercera radical w por y, p.ej., UAg̈ (Job
41,25, por ‘å∞uw), ,IUG£g Ktiv (1 Sm 25,18).
q Hif‘l : Perfecto. Además de la forma vk̈§dv¦ aparece con frecuencia
vk̈§dv¤ (cf. § 54 c); así, junto a vë§Jv¦ , vJ̈§ev¦ y vb̈§pv¦ se encuentran vẗr¤ §v y
vk̈§dv¤ . Encontramos Ð ¤ especialmente cuando la 2ª vocal es Ð̈ (secuen-
cia vocálica eˇ-o^, § 29 f ), p.ej., siempre vk̈§dv¤ (excepto vk̈§dv¦ u§ en 2 Re 24,
14), pero ,̈hÅk¦ d§ v¦ , etc.; siempre vẗr¤ §v, pero ,̈hÅt¦ r¦ §v, etc.; h¦b·ẗÅ r¤
§v, pero h¦bt©Å r¦
§v;
§v, oẗr¤
UbÅ̈tr¤ §v; h¦bt§
Å̈ kv¤ , pero también Wh,¦Å t¥ k§ v¤ .
Inf. abs. La forma usual es v¥kd§ v© (comp. k¥ye§ v© ). Excepción: en el
verbo vc̈r̈, “ser muchos, multiplicarse”, el inf. abs. es vC̈r© §v (3 x), porque
la forma v¥Cr© §v se ha especializado en el sentido adverbial de “mucho”
(propiamente, “haciendo mucho”; § 102 e)22.
Sobre la forma hištaf‘el de la raíz uuj, cf. infra, § t.
r Comparación con las formas nominales (supra, § c).
Formas u"k en las que aparece u radical: vü§kJ© , “tranquilidad”; u¥kJ̈,
“tranquilo” (comp. h¦Tu§©kJ̈: supra, § a); vür¤ §g, “desnudez” (más frecuente
que vḧr¤ §g); ub̈g̈, “pobre, humilde”; vüb̈g£, “humildad”; ,Ux§F, “cobertor”, §
88 M j.
Formas h"k en las que aparece h radical: hr£ ¦t y v¥hr©
§t, “león”; h¦cJ§ y vḧ§cJ¦ ,
“cautiverio, cautividad”; h¦kC§ , “sin, pérdida”; iIhZ̈¦j, constr. iIh§zj¤ , “visión”
(de *haz[a]yån, forma qatalån con o sin síncopa de la segunda a; cf. § 88
M b); ,h¦fC§ , “duelo”, § 88 M i.
Formas con h latente: vsG̈, ¤ “campo”, por hsG̈ © (poético); v¤më, “punta,
extremo” (junto a .¥e, “fin”, de /.me).
20.Cf. v¥KF© Îs©g (2 Re 13,17.19; Esd 9,14); v¥KF© k§ Îs©g (2 Cr 24,10; 31,1). Cf. Berggrun
1943, ahora en Bar-Asher 1972: 255.
21.Así también en HQ; cf. Qimron 1996: 266.
22.A veces se tiene la forma del inf. constr. ,Ik§dv© como inf. abs., § 123 q.
218 § 79. Verbos v"k
Formas en las que la h ha caído:
– Formas sincopadas: v¤më, “punta”; vr̈IT, “ley”, de tawrayat (/wry, cf.
aram. t,̈§hr̈It); iIzj̈, “visión”, cf. § 88 M b; iIg̈, “delito, transgre-
sión”.
– Formas apocopadas: g© r,¥ “vecino, prójimo” (junto a v¤gr); ¥ k©gn©Å ,
“arriba” (junto a v¤kg£n© , “subida”); i©gn©Å k§ , “para que, en favor de”
(junto a v¤bg£n© , “intención, respuesta, etc.”); i©g©Åh, “a causa de”; k©C
(negación poética); h¦Tk§ c¦ k§ (negación del inf. constr., § 93 q).
s Los verbos irregulares vḧv̈, “ser”, y vḧj̈, “vivir”.
Estos dos verbos, de análoga forma, ambos de R1 gutural, h"g y v"k
al mismo tiempo, son tratados casi de la misma manera. Presentan
numerosas particularidades:
1. La gutural apenas tiene influencia alguna en la vocal de la
preformante: v¤hv§ ¦h, v¤hj§ ¦h (en contraste con v¤Dv§ ¤h, v¤xj§ ¤h, § 68 b); v¤hv§ ¦b;
pero vḧ¡jv¤ (comp. vk̈§dv¤ , supra, § q).
2. La h de estos dos verbos h"g es consonántica (cf. § 81 a, n.); sólo
es quiescente en las forma apocopadas h¦v§h y h¦j§h.
3. Las formas apocopadas h¦v§h y h¦j§h devienen en pausa h¦v·¤h y h¦j·¤h
(comp. h¦fC§ , h¦f·¤C, “llanto”).
4. En lugar de Ð, £ se encuentra generalmente Ð, ¡ probablemente
por influencia de la h que sigue: v¥hv¡, o¤,h¦h¡v, ,Ih¡v.
5. Las partículas prefijadas llevan la vocal Ð, ¦ probablemente por
influencia de la h; la gutural lleva simplemente šwa : ,Ih§vk¦ , ,Ih§vC¦ (§
103 b), y, sobre el modelo de estas formas, ,Ih§vn¦ (§ 103 d ), o¤,h¦hv§ u¦,
Uh§vu¦ (§ 104 c). Excepción: se tiene v¥hv§ ¤u y v¥hj§ u¤ con Ð, ¤ proba-
blemente por influencia de Ð. ¥
Observación. En el perf. qal del verbo “vivir” se encuentra pocas
veces (7 x) la forma vḧj̈23; la forma habitual es h©j (24 x), de la raíz
geminada hˇayay (comp. el perf. estativo o©T), p.ej., h©ju§ vuvh h¦b©ÅB©ju§ (2 Sm
12,22)24.
Sobre el meteg de v¤hv§ «¦h, h¦v§h«©u, etc., cf. § 14 c 4.
t Verbo vhj: forma hištaf‘el, vü£jT© J§ v¦ , “inclinarse, prosternarse, adorar”.
La raíz original es huj (tipo h"k) (cf. supra, § a). La conjugación es
23.Excepto v,̈§hj̈ (Gn 12,13), todas en los libros bíblicos tardíos, lo que concuer-
da con el modelo del HM. Según el mismo Haneman (1974: 25), h©j es carac-
terístico del más antiguo HB, y vḧj̈, de HBT.
24.En siríaco muchas formas del verbo hˇyå se derivan de una raíz geminada, p.ej.
el fut. nehˇhˇe, en af‘el la forma es ’ahˇhˇi.
§ 80. Verbos u"g 219
hištaf‘el (§ 59 b; no hitpa‘lel ). La forma expresa la acción reflexiva causa-
tiva: “hacerse inclinar, prosternarse uno mismo”25.
La forma primitiva del perfecto es hištahˇway. El futuro *yištahˇway
devino v¤uj£ T© J§ ¦h (3ª pl. Uu£jT© J§ ¦h). La forma apocopada es *yišta'hˇw, en la que
la consonante w se ha hecho vocal: UjÅT© J§ ¦h.
Observación. En 2 Re 5,18, el inf. h¦,ḧüj£ T© J§ v¦ ha sido vocalizado al
estilo arameo (por lo demás, erróneamente, pues con sufijos se emplea
el inf. en ¥t 26. Después que un escriba escribiera erróneamente hu, esta
secuencia fue posteriormente vocalizada mecánicamente al modo
arameo. Se debe leer, en 3ª pers., I,Iu£jT© J§ v¦ 27.
25.Cf. árabe tahˇawwå (quinta forma de la raíz hˇwy), “enrollarse” (de la serpiente).
26.Cf. Bauer – Leander 1927: 127; Dalman 71905: § 29 g (p. 279).
27.Otro inf. arameo, § 80 n.
1. Cf. Nöldeke 21898: § 177. Véanse, por contra, los verbos con w consonántico
en R2, como j©ur̈, “ensanchar (el pecho), tomar aliento”; g©uD̈, “expirar, fallecer”;
/vum, vܦm, “mandar, ordenar”; /vue, vܦe, “esperar”; /vur, “saciar (la sed), vÜr,¦
“dar de beber, quitar la sed”, vür¦
§v, “abrevar”, en los cuales u es tratada como
una consonante fuerte. En fenicio la raíz vuj, “vivir”, es la forma habitual
(Friedrich – Röllig 1999: § 174 bis) frente al hebreo /vhj; cf. vÜ©j, “Eva”, con
su etimología popular (Gn 3,20).
2. Comp. caso análogo de los verbos g"g, § 82 a.
220 § 80. Verbos u"g
El estado con u no eliminable debe considerarse el estado normal.
De hecho, se da en futuro, en la forma del indicativo, que es el futuro
normal, p.ej., oUeḧ. Nótese que *yaq¥m tiene casi la misma cantidad que
el fut. del verbo regular *yaqtul : ¥ tiene una cantidad casi equivalente a
la consonante t + u. El estado con ¥ aparece así como el estado
normal, dado que la lengua tiende a mantener en la medida de lo
posible esta vocal intermedia, incluso al precio de una vocal de enlace
advenediza, como en vb̈hÅn¤ Ue§T (infra, § b).
b Qal. Ofrecemos la explicación de esta forma en el siguiente orden:
futuro, imperativo, infinitivo, adjetivo verbal, perfecto.
Futuro. Hay formas activas y estativas, que se distinguen por las dos
vocales (cf. § 41 e).
El futuro activo es *yaq¥m > oUeḧ, con la u del estado normal3.
El futuro estativo es *yibåš. La segunda vocal de los verbos estativos
era originalmente larga, como la vocal ¥ de los verbos de acción. La
forma se ha convertido normalmente en JIc¥h con oˇ (derivada de å )4.
El yusivo tenía originalmente la vocal breve u (estado reducido),
*yaqum, que generalmente devino o«eḧ con oˇ. En el fut. inversivo esta oˇ
se convierte en o^ en posición post-tonica, como en oëÅ̈H©u; pero en pausa
se mantiene la vocal oˇ: *o«eḦ©u.
En fem. pl. se encuentra a veces la forma prolongada vb̈hÅn¤ Ue§T. Para
poder conservar la u característica del estado normal en esta forma con
preformante consonántica, la lengua ha recurrido a la vocal de enlace e^
bajo la influencia de los verbos v"k (§ 79 c). De no ser así, en esta
posición (i.e., sílaba cerrada tónica), la vocal debería ser oˇ: vb̈§n«ÅeT̈; en
esta forma se sacrifica el estado normal, resultando el estado reducido.
Estadísticamente ésta es la forma normal5; en Ez 16,55 se encuentra
dos veces ¨i§c«JÅ T̈ (3ª fem. pl. sin v, § 44 d ) y una vez vb̈hÅc¤J§
ªT (2ª pl., cf.
infra, § i)6.
c Imperativo: oUe. La forma primitiva es *qum con vocal breve (en
árabe qum; comp. imptv. hif‘il o¥ev̈); por tanto, se esperaría *o«e (cf. fem.
3. La ortografía defectiva del tipo oªe©h es bastante frecuente (234 de 927, i.e.,
25%). Andersen – Forbes 1986: 203.
4. JIc¥h, “se avergonzará”, es el único ejemplo seguro de un futuro estativo. r«t¥H©u
(2 Sm 2,32) es más bien un qal que un nif‘al; tIcḧ es un fut. activo (infra, § r).
5. Muraoka 1992: 51-54.
6. Se está tentado a considerar formas como vb̈Ån¤ h¦vT§ (Miq 2,12), vb̈Åy¤ Un§T (Is 54,10),
vb̈¤,Un§T (Ez 13,19), vb̈ŤdgªT§ (Ez 4,12), todas escritas sin h, como erróneamente
vocalizadas por analogía de los verbos v"k; pero entre éstos sólo ocasional-
mente se encuentran formas como vb̈Åk¤ s¦ §T©u (Ex 2,16), vb̈Åk¤ g£T© ©u (Dn 8,8), etc.
§ 80. Verbos u"g 221
pl. vb̈§n«eÅ ). La u se ha alargado de hecho, posiblemente por analogía con
las formas h¦nUÅe y UnUÅe, donde u en sílaba abierta es etimológicamente
larga.
El inf. constr. es normalmente oUe7 con la vocal del futuro.
El inf. abs. es oIe con oˇ en analogía con kIyë.
d El adjetivo verbal es oë; se emplea en funciones de participio. En
los verbos estativos, los adjetivos verbales *mit, *buš, devenidos ,¥n y
JIC (escrito con u), han sido creados por analogía de los adjetivos ver-
bales tipo qatil y qatul respectivamente, asumiendo sus vocales carac-
terísticas i y u. Por analogía de *mit y *buš, se creó en los verbos de
acción la forma *qam > oë, correspondiente al adjetivo qatal (e.g., of̈j̈,
“sabio”). Esta forma ha reemplazado al verdadero participio semítico,
conservado, p.ej., en árabe y arameo8. La vocal Ð̈ « es de naturaleza
similar a las vocales Ð ¥ yЫ de las formas simétricas; se mantienen, sin
embargo, en el pl. constr.: h¥në, h¥,n¥ .
El participio pasivo es oUe con u por analogía de kUyë. Es muy raro
(p.ej., kUn, “circuncidado”), al poseer la mayoría de los verbos u"g (y h"g)
un sentido intransitivo.
e Perfecto. Los perfectos estativos ,¥n y JC (escrito sin u) son los
adjetivos verbales ,¥n y JIC “conjugados”, como en el verbo regular.
Igualmente, el perf. oë es el adj. verbal oë “conjugado”. Como el adj.
verbal oë, el perf. oë es secundario. Aquí, una vez más, la vocal Ð̈ « no
puede haber sido larga en el proto-hebreo; con una å larga se esperaría
*oIe, forma que probablemente existió un tiempo, pues se contiene en
el nif‘al oIeb̈. Si Ð̈ « fuera larga, la tendríamos en la flexión, p.ej., *,̈IÅnë
con una vocal de enlace, como en nif‘al y hif‘il ; pero tenemos T̈§ne©Å , con
vocal breve, como vT̈Ån© , de ,¥n9, pero T̈§J«C /boˇštå/, cf. CA mu-u∆-ti, “yo
estaba tranquilo” (EA 147,56), y fenicio qøm, røm, púnico con/chon10.
7. Muchos clasifican los verbos u"g y h"g conforme al inf. constr., e.g., los verbos
oUe y ihS.¦ Este uso es lamentable, porque el inf. (que además es tan nominal
como verbal) no siempre muestra el elemento característico de la raíz. Así, el
verbo de raíz ohG tiene el inf. oUG (§ 81 b). Sería más apropiado designar estos
verbos por el imptv., p.ej., oUe y oh¦G.
8. Quizás en oh¦xIC (Zac 10,5), con oˇ procedente de å, nos encontramos ante un
antiguo participio.
9. El qamesˇ en oë puede haber sido originalmente breve; para una amplia gama
de las explicaciones propuestas, cf. Bergsträsser 1918-29: II, § 28 v, n. 3;
Aristar 1979; Holstedt 2000: 149-52.
10.Friedrich – Röllig 1999: § 167.
222 § 80. Verbos u"g
f Nif‘al : Perfecto oIeb̈. La preformativa primitiva *na se preserva en
sílabas abiertas (§ 51 a). El elemento oIe (< *qåm), que aparece en árabe
’inqåm(a), es probablemente la forma antigua del perf. qal.
El futuro oIE¦h parece estar formado sobre el modelo del perf., por
analogía del qal de los verbos i"p (k©pb̈, k«P¦h): el perf. oIeb̈ se asemeja al qal
de un i"p11.
g Hif‘il : En el futuro la forma primitiva es *yaq•m > oh¦eḧ. La • larga ha
pasado al verbo fuerte: *kh¦ye§ ©h (§ 54 a). En el yusivo, *yaqim, con i
breve, deviene o¥eḧ; fut. inversivo, o¤eÅ̈H©u. Del mismo modo, en el imptv.
encontramos o¥ev̈ (contrasta oUe con vocal larga; supra, § c).
Perfecto oh¦ev¥ . La • proviene del futuro (también en el verbo fuerte).
La vocal Ð ¥ puede deberse a analogía de ch¦yh¥v, donde es etimológica-
mente larga (§ 76 c)12.
Igualmente, el participio oh¦en¥ es debido a la analogía de ch¦yh¥n (cf. §
50 f ).
El hof‘al o©eUv lleva u por analogía con c©JUv (§ 75 a).
h En la conjugación geminada (reduplicada), encontramos w consonán-
tica en s¥Ug¦ , “enlazar” (Sal 119,61); fuera de aquí, se encuentra y en lugar
de w, como en arameo. Los ejemplos, bastante raros y tardíos, parecen
préstamos arameos: o¥He¦ (aram. o¥He© ) “establecer, ejecutar” (Est 9,21;
etc.); Rut 4,7; Sal 119,28.106; c¥Hj¦ , “hacer deudor, inculpar” (Dn 1,10)13.
Pero la forma geminada normal es poˇeˇl, más precisamente poˇleˇl en
este caso (cf. § 59 a), p.ej., o¥nIe, “levantar”; ,¥,In, “dar muerte, rematar
(a un moribundo”); o¥nIr, “alzar”. Pasivo: o©nIr, “ser alzado”. Reflexivo:
J¥J«C,§ v¦ , “sentir vergüenza”; rrIg§
¥ ,v¦ , “excitarse”14.
11.La misma explicación para los verbos g"g (cf. § 82 c ).
12.En el verbo cIy, el hif‘il ch¦yv¥ es similar al hif‘il ch¦yh¥v de cyh, excepto en la
cantidad de la vocal eˇ (cf. § 76 c ). Ante tantas sugerencias invocando el princi-
pio de analogía, se tiene la tentación de preguntar por qué una forma parti-
cular o una clase de formas, ch¦yh¥v en este caso, provocaría cambios analógicos
o formaciones de una completa conjugación hif‘il de las raíces u"g.
13.Varios ejemplos en Sira 8,6; 30,12.13; cf. Smend 1906: xliv. El tipo o¥He¦ es
estándar en las conjugaciones pi‘el/pu‘al/hitpa‘el de HM y arameo. Sobre HM,
cf. Haneman 1980: 302s.
14.La ortografía plena y defectiva de estas formas está equilibrada: 241 : 206
(Andersen – Forbes 1986: 196; cf. § 82 e.
El intento de Lambert de explicar el origen de las conjugaciones largas
intensivas sobre la base de la ley fonética explicada en § 26 g, no puede hacer-
se valer para las mismas conjugaciones con raíces geminadas comunes, a no
ser que se presuponga una mutua influencia entre la diferentes clases de
verbos. De otra forma, habría que buscar una explicación separada para las
§ 80. Verbos u"g 223
i Vocal de enlace. En el fut. hif‘il, como en el fut. qal (supra, § b), se
encuentra en el fem. pl. la vocal de enlace e^, a fin de poder conservar la
i característica de esta forma: vb̈hÅn¤ h¦eT§ . De otra manera, en esta posición
(sílaba cerrada tónica), habría aparecido la vocal eˇ, vb̈§ne¥Å T̈, forma que, de
hecho, se encuentra en vb̈§cJ¥Å T̈ (Job 20,10)15.
En el perfecto de las conjugaciones nif‘al y hif‘il también se encuen-
tra una vocal de enlace, en este caso oˇ 16, que hace igualmente posible
mantener la vocal en las formas con aformativa consonántica. A
diferencia de la e^ del futuro, esta oˇ puede remontarse con toda probabi-
lidad al primitivo estativo del semítico occidental del tipo qatlåti,
próximo al acadio parsåku: qatlåti > qatløti 17; p.ej., h¦,IÅnh¦ev£, o¤,InIe§b. En el
hif‘il, la vocal a veces desaparece y la forma deviene, p.ej., h¦Tn§ e© v¥ (comp.
h¦Tk§ y©Å e§ v¦ ); T̈§p©Åbv¥ (Ex 20,25); pero h¦,IÅph¦bv£ (Job 31,21); cf. infra, § m.
Compárese con la vocal de enlace en los verbo g"g (§ 82 f ).
j Acento tónico. De modo general se puede decir que la sílaba radical,
en razón de su importancia, lleva el acento tónico: h¦nÅUeT̈, UnÅUeḧ. En el
perfecto se encuentra vn̈Å̈e (pero vÅ̈në en el partic. fem.) y generalmente
UnÅ̈e (en contraste con UÅkD̈). A veces encontramos UÅnë, como UÅeP̈ en Is
28,7 (siguiendo formas del tipo UÅkD̈); especialmente ante gutural g o t,
como h©bh¥g UÅnr̈ en Sal 131,1 (hiatus, § 33)18. En el perf. inversivo puede
darse vÅ̈në§u y UÅnë§u.
En el perf. inversivo suele encontrase T§ Å̈ ne© u§, hT¦Å n§ e© u§, h,¦Å Inh¦ev£©u.
El imptv. vn̈UÅe deviene vÅ̈nUe ante gutural (§ 33).
raíces geminadas: véase Lambert 1892: 107, n. 2; cf. también Barth 1897; Blau
1971a: 148, n. 72.
15.Nótese también vb̈hÅt¤ h¦cT (Lv 7,30) y vb̈Ån¤ h¦vT§ (Miq 2,12). Cf. supra, § b.
16.Escrita defectivamente las más de las veces (186 : 92); cf. Andersen – Forbes
1986: 192.
17.Bergsträsser 1918-29: II, 27s; Blau 1972: 191. Para ejemplos como al-ka-ti,
“yo he ido”, en el cananeo de Amarna, cf. Rainey 1973: 237; Izre’el 1978: 31,
y Sivan 1984: 144. Rainey (1996: 2. 285s) tiene probablemente razón al consi-
derar tales formas como híbridas. Una influencia desde los verbos u"k (galaw-
> galo-) es intrínsecamente improbable. Una vocal de enlace similar se en-
cuentra probablemente en ugarítico: Tropper 2000: 642.672. Véase también
Voigt 2002/03: 144s.148-55, que, inter alia, trata dos ejemplos aislados de qal :
h¦,«Åbh¦C (Dn 9,2) y ,̈IÅchr¦ (Job 33,13), ninguno de los cuales es semánticamente
estativo.
El modelo breve sin o parece ser la norma en HM (Haneman 1980: 290);
también en los verbos g"g (id. p. 322).
18.Para más detalles, cf. Bergsträsser 1918-29: § 28 e.
224 § 80. Verbos u"g
k Observaciones de detalle sobre diversas conjugaciones
Qal. En lugar de oë, alguna rarísima vez se encuentra otë, p.ej., en
el partic. (adj. verbal) ytk̈, “oculto” (Jue 4,21); Jtr̈, “pobre” (2 Sm
12,1.4). Esta t del partic. puede deberse al arameo, pero en el perfecto
otë (Os 10,14; § 7 b) es inexplicable. En oh¦ytJ̈ (Ez 28,24.26) y ,IytJ̈
(Ez 16,57), los vocalizadores vieron indudablemente participios de yuJ,
“despreciar”, pero probablemente debería ser vocalizado oh¦yt£«J de ytJ,
“atacar, acosar”.
En el futuro se encuentra la vocal oˇ por u en la forma aislada iIsḧ
(Gn 6,3 †)19. En el verbo xUj, “conmoverse, apiadarse”, sólo se encuen-
tra la vocal u en xUjḧÎt«k (Jr 21,7) y ob̈h¥g xUj,̈Ît«k (Is 31,18), ambos textos
en sentido indicativo. Fuera de aquí, se tiene siempre xIj,̈ t«k, tanto en
prohibición (donde el sentido puede haber favorecido la vocal oˇ del
yusivo): Dt 7,16; 13,9; 19,13.21; 25,12, como incluso en sentido pura-
mente indicativo: Ez 5,11; 7,49; 8,18; 9,10 †20.
El yusivo oªeḧ (Gn 27,31) en lugar de o«eḧ, es extraño o erróneo;
igualmente JªnT̈ (Jue 6,18), rªxḧ (Prov 9,4.16); comp. oªeẗü, § 47 d.
La vocal átona Ð̈, etimológicamente breve, del futuro inversivo se
convierte en Ð © ante gutural o r. Ejemplos: j©bÅ̈H©u, g©bÅ̈H©u21; r©xÅ̈H©u, él se retiró”
(forma idéntica a la de hif‘il ; cf. infra § n); r©mÅ̈H©u, “él asedió, sitió” (cf. § 23
b). Pero se encuentra también rd̈Å̈H©u (de I rUD, “residir”, y de II rUD,
“temer”). ;©gÅ̈H©u aparece cuatro veces, pero siempre en contexto sospe-
choso: Jue 4,21; 1 Sm 14,28.31; 2 Sm 21,15; generalmente se admite
que la forma pretendida era ;©gŦH©u por ;©ghŦH©u, “quedó exhausto” (para otra
explicación, cf. König 21910: s.v. ;hg).
En la 1ª pers. la forma usual es oªeẗü, sin mater lectionis ( 47 d).
En el imptv. se encuentra oˇ por u en h¦JIÅS (Miq 4,13) (¿por qué?).
En el inf. constr., a veces se encuentra oˇ por u : yIn§C (Sal 38,17; 46,3,
en estrecha unión con la palabra siguiente —liaison); ©jIb§F (Nm 11,25;
Jos 3,13, en liaison), pero ©jUbk̈ (2 Sm 21,10); g© Ib§F (Is 7,2, en liaison), pero
gUbk̈ (siempre así, 4 x); zIgk̈ (Is 30,2, acaso asonancia con zIgn̈); on̈Ir§cU
(Ez 10,17, acaso por eufonía); c«J (Jos 2,16, en liaison).
En contraste, el inf. constr. con oˇ es normal en los verbos estativos,
cuyo futuro muestra una oˇ procedente de å : cIy, JIC (infra, § q).
19.Posiblemente en el sentido de “gobernar, ejercer el poder”; cf. acadio danånu,
“ser o devenir fuerte”.
20.Junto a xUj pudo haber existido una raíz xxj correspondiente al árabe hˇassa,
“sentir”, etc., cuyo futuro habría sido *xIjḧ. Este futuro puede haber reempla-
zado algunas veces al fut. xUjḧ de xUj. En el Sal 72,13, tenemos x«jḧ, “tendrá
piedad” (la vocalización con oˇ es debida probalemente a ortografía defectiva).
21.Contrasta gÅ©bḧÎk©t (2 Re 23,18); cf. § 47 a, n.
§ 80. Verbos u"g 225
l Nif‘al : Perfecto. La oˇ de oIeb̈ se convierte en u cuando pierde el
acento principal o secundario: vn̈IÅeb̈, o¤,In«e§b, pero h¦,IÅnUe§b (§ 29 b), p.ej.,
h¦,«·dUx§b, “(no) me he echado atrás” (Is 50,5).
El participio *QIcb̈ tiene el pl. oh¦fcª§b (Ex 14,3 †), pero iIfb̈ y oh¦b«f§b.
m Hif‘il : Perfecto. En posición antepretónica, la i originalmente larga
tiende a convertirse en eˇ : en 2ª pers. pl. con determinados sufijos, y en
el perf. inversivo; pero no hay una regla estricta.
En 2ª pers. masc. pl. se encuentran 5 formas con i y 2 formas con e:ˇ
o¤,Imh¦pv£ (2 x); o¤,Ic¥Jv£ (2 x); I,«ne¥ v£ (Sal 89,44); ,« Å̈ ne¥ v£©u (Ex 26,30; Dt 27,2
†), pero siempre h,¦Å Inh¦ev£©u (22 x); ,« Å̈ cJ¥ v£©u (Dt 4,39; 30,1 †), pero siempre
h,¦Å«ch¦Jv£©u (10 x); ,« ¥v©u (Nm 31,28 †), pero siempre h,¦Å Imh¦pv£©u (4 x). Se debe
Å̈ nr£
señalar el diferente tratamiento entre la 1ª y 2ª pers. (un caso de asime-
tría), pero véase Sal 89,43, ,̈Inhr£ ¦v, Secunda arhmwq), y Sal 89,4, I,«nh¥ev£,
Secunda akimwqw.
Vocal de v. En posición antepretónica, la Ð ¥ no se mantiene; a veces
se abrevia en Ð, ¡ como en Ich¦J¡v (1 Re 13,20.23.26 †), ,̈IÅch¦J¡v (Sal 85,4);
pero las más de las veces se encuentra Ð: £ ,̈«Ånhr£ ¦v, h¦,«Ånhr£
¦v, h¦,«Ånh¦ev£. En
tercera posición antes del acento, siempre encontramos Ð: £ ,« Å̈ cJ¥ v£©u (cf.
supra).
Ante una gutural, Ð £ se alarga en Ð(comp.
© formas como Q¥kt¥ v© , “¿iré
yo?”, con v£ intrerrogativo, § 102 n). Los únicos ejemplos son: h¦,IÅsh¦gv© ,
“he puesto por testigo” (Dt 4,26; 8,19; 30,19; Jr 11,7 42,19); h¦,IÅrh¦gv© ,
“he levantado” (Is 41,25); Uv,¦Å«rh¦gv© (Is 45,13); el mismo fenómeno en los
verbos g"g, § 82 n.
Formas sin vocal de enlace (cf. supra, § i ). Sin vocal de enlace, la
forma es normalmente h¦Tn§ e©Å v¥ con Ð. © Ejemplos: hT¦Å k§ y© v¥ u§ (Jr 16,13); UBÅf© v¥
(2 Cr 29,19), aquí haplografía por Ub«Åbh¦fv£ (1 Cr 29,16); vT̈Ån© v¥ (haplografía
por *v,̈IÅ,h¦nv£, cf. Brockelmann 1908-13: I, p 265). La a^ puede debilitar-
se en i cuando pierde el acento (§ 29 g ), como en o¤Tn¦ v£, v̈hT¦Å n¦ v£©u, etc.,
pero vT© Å̈ nv¥ u§, hT¦Å n© v¥ u§22.
n Futuro. La Ð ¤ del fut. inversivo o¤eÅ̈H©u se convierte en Ð © ante gutural o
r, p.ej., j©rÅ̈H©u, “olió”; r©xÅ̈H©u, “removió, retiró”, forma idéntica con la de qal
(supra, § k; cf. § 23 b); después de una gutural , s©gÅ̈H©u.
Con k©t el acento tónico retrocede: c¤JTÎk© Å̈ t (1 Re 2,20, § 47 a, n.)
En la 1ª pers. la forma habituall es o¦eẗü, sin mater lectionis (§ 47 d );
también se encuentra, p.ej., ch¦aẗü (Neh 2,20), y más raramente c¥Jẗü (Jos
14,7).
26.Si uno recuenta todas las formas (no sólo la 3ª pers. sing. masc.), la propor-
ción entre escritura plena y defectiva es 315 : 805. Véase Andersen – Forbes
1986: 195.
27.La vocal de tIcḧ quizás es debida a la analogía del yusivo-imperativo con o ; cf.
Joüon 1920: 357-59. Cf. ugarítico uba = /’ub¥’a/, la primera u influenciada
por la segunda (así también Tropper 2000: 452).
28.Las ortografías plena y defectiva están equilibradas: 264 : 275. Cf. Andersen –
Forbes 1986: 196.
29.Estado constr. cg̈, no c©g (cf. König 1881-97: vol. 2, 75). No hay otro ejemplo
del tipo oë en estado constructo.
30.Contrasta vs̈¥g, “asamblea”, de s©gḧ (§§ 75 m y 97 E b).
§ 81. Verbos h"g 229
§ 81. Verbos h"g
(Paradigma 14: ihS,¦ “juzgar”)
a Lo que ya ha sido dicho en la explicación de los verbos u"g vale para
los h"g, verbos con dos radicales entre las cuales, en el estado normal de
la raíz, hay una vocal • originalmente larga, como d•n, “juzgar”1. Hay
bastantes menos verbos h"g que u"g. Se cuentan una quincena, que en
realidad son más de los que los lexicógrafos admiten, los cuales tienen
la tendencia a clasificar como u"g las raíces sobre las que hay alguna
duda o completa ignorancia por nuestra parte, pues faltan indicios
suficientes para poder determinar su raíz, p.ej, de .ẗ, “apremiar, urgir”,
rh¦nv¥ , “cambiar, modificar”, ;h¦bv¥ , “agitar, balancear”, ,h¦xv¥ , “incitar”,
¦v, “vociferar, gritar”. A la vista de la analogía ofrecida por la lengua
ghr¥
árabe, la raíz de kF̈ sería kh¦F; pero la comparación con otras lenguas
próximas no siempre es conclusiva. Así, las palabras hebreas y siríacas
para “ser estrecho” (eum y ‘åq respectivamente) tienen w, mientras que
el árabe Ëåq tiene y. En ciertos casos las raíces u"g y h"g parecen haber
coexistido, como JuS y JhS, “pisar”, jur y jhr, “respirar”2. Especial-
mente en las formas verbales estrictas de fut. e imptv., es donde la raíz
se manifiesta. Así, se deben postular las raíces ohG3, ihk y GhG, a pesar de
los inf. anómalos en u (cf. infra, § b): oUG, “poner”, iUk, “pasar la noche,
pernoctar”, GUG, “regocijarse, alegrarse” (cf. § 80 c, n.), y a pesar de
algunas formas aisladas y posiblemente defectuosas. También proba-
blemente las raíces ehr, “estar vacío”, Jhr, “ser pobre”, shz, “ser arro-
gante” (cf. adj. iIsh¥z = zayd + øˇn).
b Qal. Futuro: ihsḧ¦ en estado normal d•n*; yusivo isḧ ¥ con el estado
reducido *din. Estas formas son similares al hif‘il de las raíces u"g y h"g.
El imperativo ihS¦ tiene, de modo anómalo, vocal etimológicamente
larga (como oUe, § 80 c).
El inf. constr. toma habitualmente la vocal del futuro: ihS,¦ ,h¦G,
“colocar”. En tres verbos el inf. lleva u4: oUG, “poner” (35 x; oh¦G 1 x);
1. Contrástense estos verbos con los que tienen una y consonántica como cht
(perf. h¦Tc§Å©hẗ, Ex 23,22; partic. c¥h«t, “enemigo”); *;¥hg̈ (?), “estar cansado”; vḧv̈ y
vḧj̈ (§ 79 s).
2. Más aún, comoquiera que las dos consonantes vocálicas w y y son análogas, la
transición de una a otras es extremadamente fácil: así, en pi‘el de los verbos u"g
tenemos o¥He¦ en lugar de o¥Ue¦ (§ 80 h).
3. En siríaco este verbo tiene y como R2: perf. såm, fut. nsim.
4. Probablemente por influencia de algunas formas nominales con u; cf. Joüon
1920: 370.
230 § 81. Verbos h"g
iUk, “pasar la noche” (6 x; ih¦k 1 x en Gn 24,23: ih¦kk̈ UbÅ̈k oIen̈, quizás para
evitar una segunda secuencia å – u); GUG, “alegrarse” (1 x).
El partic. pasivo es rarísimo: oh¦G5, oUG (? cf. 2 Sm 13,32).
El adj. verbal, con valor de participio, es como en los u"g. Ejemplos:
iS̈ (como oë); también i¥k, “pasando la noche” (Neh 13,21), conforma-
do al tipo ,¥n (comp. los adjetivos s¥z, “arrogante” y .¥k, “insolente”).
El perf. normal iS̈ se forma del adj. verbal, como en los verbos u"g
(cf. § 80 e).
c El nif‘al es como el de los verbos u"g (§ 80 f ): iIsb̈, iIcb̈.
El hif‘il es como el de los verbos u"g (§ 80 g ): ih¦cv¥ .
N.B. En estos verbos el hif‘il es a veces secundario o sólo aparente
(pseudo-hif‘il, § 54 f ), como th¦ev¥ , “vomitar” (pero con sentido de qal ).
Puesto que el fut. de qal, p.ej., th¦eḧ tiene la apariencia de un hif‘il y es
considerado como tal, se formó un perf. secundario th¦ev¥ a partir de
este futuro. Otros ejemplos probables son .h¦ev¥ (§ 76 d ), oh¦Gv¥ , chr¥ ¦v.
d El verbo irregular ih¦C. La forma usual y antigua para el significado de
“comprender” es ih¦cv¥ ; así pues, el fut. ih¦cḧ es un hif‘il. De este fut. ih¦cḧ,
que tiene la apariencia de un qal, se ha creado el perf. secundario iC̈,
“comprender”, aunque los ejemplos son bastante raros6. Aparte de
este perf. de qal, hay otra forma aún más secundaria: ih¦C (sólo 2 x: Dn
9,2; 10,1), que es una forma híbrida modelada sobre el perf. ih¦cv¥ y
conjugada consecuentemente: h¦,«Åbh¦C (Dn 9,2; cf. ,̈I·chr¦ en Job 33,13).
El hif‘il ih¦cv¥ , además del significado de “comprender” (originalmente
“distinguir, hacer distinción”), tiene el sentido de “hacer entender”. La
creación de estos perfectos secundarios iC̈ y ih¦C puede deberse al inten-
to de diferenciar los dos sentidos, reservando el de “hacer entender”
para ih¦cv¥ 7.
Las formas i¥bIC y i¥bIC§,v¦ se asemejan a los verbos u"g (§ 80 h).
e Observaciones sobre determinadas formas (la mayoría de estas
peculiaridades o anomalías se dan también en los verbos u"g).
Perfecto. En v¤bkÅ̈ por vb̈k̈ (Zac 5,4) hay nsiga (§ 31 c): Ð̈ se ha conver-
tido en Ð ¤ (comp. v¤nkÅ̈ junto a vn̈k̈, § 37 d ).
Futuro. Yusivo: p.ej., o¤GÅ̈H©u, pero r©JT©
Å̈ u ante r (Jue 5,1); con k©t: ,¤JTÎk©
Å̈ t
(Ex 23,1); o¤GTÎk© Å̈ t (1 Sm 9,10, § 47 a, n.). Tanto o©GhªH©u (Gn 24,33 Qre)
8. Estas formas no deben confundirse con pausales como hj̈ü: para más detalles,
cf. Revell 1981a: 97-99.
9. La misma explicación que para los verbos u"g: § 80 f.
10.Las formas c«X¦h y c©X¦h también pueden ser futuros aramaizantes de qal (infra, §
h); sólo por el sentido puede decidirse si se trata de qal o nif‘al.
11.Junto al verbo estativo perf. eS, © fut. no documentado *es¥ ©h, hay un verbo
activo perf. no documentado *e©eS̈, fut. e«sḧ.
12.La presencia de esta a en hif‘il de los verbos estativos puede explicarse de la
siguiente manera: para el adjetivo (que hace también las veces de adj. verbal)
tenemos eS, © r©n, etc. La misma forma es también la del perf. estativo. Final-
mente, en el fut. estativo encontramos de nuevo la vocal a, como en k©e¥h. La a
del hif‘il puede deberse a la analogía de estas formas en a. Así pues, se habría
dicho r©nv¥ , “causó amargura”, por analogía de r©n, “amargo”, “es amargo”, y
r©n¥h, “será amargo” (cf. Joüon 1920: 354). En algunos casos, la presencia de a
puede haber sido influenciada por la consonante siguiente. Por contra, Revell
(1985: 322s) entiende que es la consonante que precede la que condiciona la
elección de la vocal.
234 § 82. Verbos g"g
La vocal Ð ¥ de v se empleó probablemente por analogía de oh¦ev¥ , que
a su vez surgió por analogía de ch¦yh¥v (donde la eˇ, proveniente de ay, es
larga: § 80 g). La evolución de oh¦ev¥ sería, pues, simétrica con la del
participio c¥xn¥ (con Ð ¥ como primera vocal, a pesar del futuro c¥xḧ, cf. §
50 f ), que surgió por analogía de oh¦en¥ , que a su vez proviene de la
analogía de ch¦yh¥n13.
En el imperativo, inf. constr. e inf. abs. encontramos c¥xv̈.
Observación. Puede apreciarse que en los verbos g"g, por la
tendencia de la consonante final a la reduplicación, nunca se encuentra
la vocal etimológicamente larga •.
El hof‘al c©xUv tiene una ¥ etimológicamente larga, por analogía de
c©JUv (cf. § 75 a).
e En la conjugación pi‘el se encuentra bien la forma qitteˇl c¥Cx¦ , bien la
forma poˇeˇl c¥cIx —aquí, estrictamente hablando, una forma poˇ‘eˇ‘ (§ 59 a).
Pasivo: c©cIx. Reflexivo: c¥cIT§xv¦ .
Ejemplos de los tipos c©cIx (sovev) y c¥cIT§xv¦ (histovev) podrían ser más
numerosos que los del tipo c¥Cx¦ (sibbev) si se tuviera en cuenta la
posibilidad de una “revocalización” (Bergsträsser 1918-29: II, 140). En
relación con esto, nótese que en la raíces u"g (§ 80 h) y h"g (§ 81 d ), las
primeras predominan y que la contaminación o interacción entre estos
dos modelos radicales está perfectamente documentada (cf. §§ 80 o e
infra, § o)14.
f Vocal de enlace. En el fut. y en el perf., para preservar el estado
normal de la raíz en las formas con una aformante consonántica, se usa
una vocal de enlace (como en los verbos u"g: § 80 b, i).
En el futuro se encuentra como vocal de enlace e^, procedente de los
verbos v"k (§ 79 c): vb̈hÅC¤xªT§ , vb̈hÅC¤x¦ T§ .
En el perfecto encontramos la vocal oˇ (sobre su origen, cf. § 80 i ),
p.ej., ,̈IÅC©x, hif‘il ,̈IÅCx¦ v£, nif‘al o¤,«En© §b.
A veces, el estado normal de la raíz desaparece y no hay ninguna
vocal de enlace; cf. infra, § j.
g Acento tónico. En las formas con vocal de enlace, ésta lleva el
acento, e.g. ,̈IÅC©x, excepto, obviamente, cuando hay un sufijo fuerte,
como en o¤,IC©x. En el perf. inversivo normalmente se tiene ,IC© Å̈ xu§, h,¦Å IC©xu§.
15.Los fut. aramaizantes de qal de los tipos c«X¦h y c©X¦h son similares al nif‘al (supra, §
c ). Son también semejantes al qal de los i"p: k«P¦h, J©D¦h.
16.Todos los ejemplos están reunidos en Kauzsch 1906: vol 2, 771-80. Kautzsch
ha atenuado las conclusiones de su estudio en la última edición (28ª) de su
gramática (67 g ).
17.Sobre la forma más ligera (Un§T¦h), véase también UnS¦ §h (Ex 15,16; Job 19,21);
oU,§F©H©u (Nm 14,45); U,F©H©u (Dt 1,44).
236 § 82. Verbos g"g
xivo, “volverse, darse la vuelta”, de donde simplemente “volver,
dirigirse a, encaminarse”. Consecuentemente, este verbo no parece
tener necesidad de nif‘al, y ciertamente el nif‘al es bastante raro y parece
secundario. En todos los casos de nif‘al podría usarse qal, e incluso se
esperaría cuando el sentido es “rodear, cercar”, como en Gn 19,4; Jue
19,22 (comp. UC«Åxḧ en Jue 20,5); Jos 7,9. El fut. c©X¦h, “volverse, darse la
vuelta”, sólo se usa en Ez (que también usa el perf. c©xb̈) y es nif‘al. La
forma frecuente de futuro c«X¦h, usado sólo en sentido reflexivo, es
originalmente qal (evidentemente en 1 Sm 22,18, después de c«x). Pues-
to que la forma de fut. c«xḧ sólo se usa en sentido activo transitivo
(excepto en Jr 41,14), el fut. c«X¦h pudo, en un cierto momento, haber
sido sentido como un nif‘al, lo que habría llevado a la creación del
correspondiente perfecto c©xb̈; compárense en contexto similar, c«X¦h (Nm
36,7) y c©xb̈ (Jr 6,12).
El verbo /onJ(fem. vn̈·n¥ J̈), “quedar estupefacto o espantado”
(referido a personas), es fientivo como en o«X¦h (1 Re 9,8) y UN«ÅJḧ (Job
17,8); mientras que como verbo estativo “quedar desolado” (referido al
campo, etc.) tiene un fut. normal *o©J¥h (Gn 47,9; Ez 12,19; 19,7; cf.
6,6). Quizás desde el fientivo o«X¦h, considerado como nif‘al, fue creado
el perf. nif‘al *o©Jb̈; falta a este perfecto el correspondiente futuro, y
tiene el mismo sentido que el perf. qal.
Otras formas del fut. qal en oˇ : o«S¦h, “enmudecer” (pero oS¦ ©h, “ser re-
ducido al silencio, ser aniquilado”, es nif‘al ); c«E¦h, “maldecir”; s«E¦h, “incli-
narse”.
Otras formas del fut. qal en a : kS¦ ©h, “ser débil”; probablemente j©X¦h,
“curvarse, inclinarse”).
i Ejemplos de hif‘il (y hof‘al ). Futuro: Junto al usual k¥jḧ, “comen-
zar”, encontramos k¥j©h, “violar” (Nm 30,3), k¥jt© , “violaré” (Ez 39,7,
pero acaso pi‘el k¥K©j§h); *,¥F©h, “hacer añicos, triturar” (Dt 1,44, Nm
14,45). Hof‘al (o pasivo de qal ) ,©Fªh (Is 24,12 etc.); c¥X©h, forma frecuente
(Ex 13,18 etc.); hof‘al (o pasivo de qal) c©Xhª, “volverse”.
Algunas formas aramaizantes se encuentran fuera del fut. qal y hif‘il,
p.ej., en el perf. nif‘al : k©j¦b, “ser deshonrado o profanado” (Ez 7,24;
22,16; 25,3); r©j¦b, “estar ardiendo” (Sal 69,4; 102,4); ohrẗ¥ ¦ b, “ser maldi-
tos” (Mal 3,9); T̈§b©jÅ ¥b, “fuiste compadecido” (?). Formas todas que están
limitadas a las raíces cuya R1 es gutural.
j Formas sin vocal de enlace (cf supra, § f ). A veces no hay ninguna
vocal de enlace; entonces el estado normal de la raíz, preservado por la
vocal de enlace, cambia a estado reducido. Ejemplos: qal Ub§nT©Å (Nm 17,28,
por UbIÅNT© ); Jr 44,18: Ub§nT̈« en pausa (forma similar a Ub§ne©Å ); hif‘il T̈§k´©,v¥ (Jue
§ 82. Verbos g"g 237
16,10, por ,̈IÅK,¦ £j); v´T̈r© §p«v¥ u§ (2 Sm 15,34). El estado reducido se encuentra
también en otros casos: qal vz̈Å«cb̈§u, 1 Sm 14,36 (por vZ̈Å«cb̈); vk̈§c«b̈u§, Gn 11,7
(por vK̈«Åcb̈); Un§z«ḧ, Gn 11,6 (por UNÅ«zḧ). Nif‘al vÅ̈c§x«b̈u§, Ez 41,7 (por vC̈Å©xb̈).
k Estado disociado y estado no disociado18
En el inf. constr. (supra, § b), junto a la forma normal c«x (comp.
fut. c«xḧ), a veces se encuentra, especialmente con k, el estado disociado
c«cx§ (como k«ye§ ): c«x (1 x Dt 2,3), c«Cx§ k¦ ( 1 x Nm 21,4); sIs§Jk¦ (Jr 47,4);
zIz§dC¦ (1 Sm 25,2), z«zd§ k¦ (Gn 31,9), pero z«dk̈ (Gn 38,13); siempre kk̈J̈ k«k§Jk¦
(Is 10,6; Ez 38,12.13), pero z©C z«ck̈§u (ibid., asonancia).
En el perf. qal de los verbos de acción encontramos generalmente el
estado disociado: c©cẍ, vc̈£cẍ, Uc£cẍ. Con sufijos, los escribas prefieren a
veces el estado normal, que es más corto: h¦bÅUC©x (4 x; h¦bUÅcc̈§x 8 x). Junto al
regular UbIÅZC© (Dt 3,7), se encuentra el estado disociado Ub§z©ÅzC̈ (Dt 2,35).
En el perf qal de los verbos estativos se tienen generalmente los
tipos k©e, vK̈Åe© , UKÅe© ; pero hay excepciones, p.ej., Uk§kS̈« (Is 19,6) junto a UKÅS©
(Is 38,14; Job 28,4); vJ̈§Jg̈« , UJÅJ¥ g̈; Uj£jJ̈ (Job 19,13) frente a Uj©J (Hab 3,6).
En el estativo o©J siempre encontramos Un£nJ̈, Un·¥nJ̈.
El fut. estativo qal en estado disociado i©b¡j¤h, “tendrá misericordia”
(Am 5,15), está por *i©j¥h o *i©j¦h, y es la única forma estativa de este
verbo, cuyo significado original es “ser gracioso”. El sentido frecuente
de “ser gracioso con alguien” ha conducido a la transitividad,
“favorecer” (cf. Brockelmann 1908-13: II, 286), y a las formas i©bj̈ y i«jḧ,
típicas de un verbo de acción.
En el hif‘il el estado disociado se encuentra en las siguientes formas:
inf. o¥nJ§ v© (Miq 6,13); partic. oh¦nJ§ n© (Ez 3,15); todas las formas del verbo
ibr, como UbhŦbr© §v, ih¦br©
§t, “hacer gritar, celebrar”.
l Otras observaciones sobre diversas conjugaciones
Qal. Perfectos en oˇ : Ur«Åz, “han sido exprimidas” (Is 1,6), es un pasivo
de qal ; probablemente, también (Uf§Nvª«u§) /// UNÅ«r, “fueron elevados (... se
hundieron)” (Job 24,24; contrasta con el pasivo Uf§nvª); pero UC«r, “dispa-
raron” (?) (Gn 49,23), es difícil de explicar (el sentido activo impide
pensar en una forma estativa).
Formas de futuro en u (por contaminación de los verbos u"g), p.ej.,
iUrḧ (Prov 29,6).
Del mismo modo, existe también un inf. constr. en u : rUC (Qoh
9,1): IeUj§C (Prov 8,27). El inf. constr. en a, que ha sido reemplazado
por el inf. en oˇ en los verbos estativos (supra, § b), se encuentra —cosa
extraña— en algunos verbos de acción (acaso incorrectamente): or̈c̈§k,
1. Así, en árabe sirio waqada, “iluminar” deviene qåd, fut. yaq•d, via el imptv. qid
pronunciado q•d (cf. Landberg 1883: 290). Sobre el término filológico “meta-
plasmo”, cf. Lazaro Carreter 91968: 276.
1. Lázaro Carreter, id., 385.
242 § 85. Verbos defectivos
– “Beber”: v,̈J̈; “abrevar, dar de beber”: vë§Jv¦ (una remota relación
etimológica entre las dos raíces es dudosa).
b Otros verbos son defectivos (o supletivos, en otra terminología) en
referencia a las conjugaciones, por cuanto unos tiempos se toman de
una conjugación y el resto de otra:
– ;©xḧ, “añadir”, es quasi-defectivo (§ 75 d): perf. (qal ) ;©xḧ; fut. (hif‘il )
;h¦xIv.
– ,mh, “prender fuego, arder” (intransitivo): perf. (nif‘al ) ,©M¦b; fut.
(qal ) ,©M¦h (§ 77 b).
– kJf, “tropezar”: perf. (qal ) k©JF̈ (raramente k©Jf§ ¦b); fut. (nif‘al ) k¥JF̈¦h;
partic. (nif‘al ) kJ̈§f¦b.
– vtk, “estar cansado, desalentado”: perf. (nif‘al ) vẗ§k¦b; fut. (qal )
v¤tk§ ¦h.
– dun, “fundirse”: perf., partic. (nif‘al ) dInb̈; fut., inf. constr. (qal )
dUnT̈, dUn.
– Jdb, “acercarse”: perf. (nif‘al ) J©D¦b; fut. (qal ) J©D¦h; imptv. (qal ) J©D (§
72 g).
– vjb, “guiar, conducir”: perf. (qal ) vj̈b̈; fut. (hif‘il ) v¤j§b©h.
– l,b, “derramarse” (intransitivo): perf. (nif‘al ) Q©T¦b; fut. (qal ) Q©T¦h.
– .up, “dispersarse”: perf. (nif‘al ) .Ipb̈; fut. (qal ) .Upḧ.
Nótese que en muchos casos (,mh, Jdb, l,b) nos encontramos con
un perfecto nif‘al y un futuro qal, y que ambas formas se asemejan2.
c Para el participium tantum, en qal, cf. § 50 d.
2. Cf. Lambert 1900: 212. Hay también una cierta semejanza en el caso de .Ipb̈,
.Upḧ; r«dḧ, rUdḧ (cf. supra, § a).
CAPÍTULO III
EL NOMBRE
§ 86. Generalidades
El nombre, en la gramática hebrea y semítica, incluye no sólo al
sustantivo, sino también al adjetivo1, pues en su formación y flexión el
adjetivo no difiere del sustantivo2. Puesto que el nombre hebreo ha
perdido las vocales finales que indicaban los casos (nominativo,
acusativo, genitivo; cf. § 93 b), no hay declinación propiamente dicha.
Las relaciones lógicas expresadas por nominativo, acusativo y genitivo
se muestran ahora por la posición del nombre en la frase. Para el geni-
tivo, sin embargo, el primer nombre (nomen regens), que gobierna al
segundo nombre (nomen rectum), tiene una forma especial llamada estado
constructo, en cuanto opuesta a su forma ordinaria, llamada estado absoluto
(§ 92 a)3. Las modificaciones en la vocalización del nombre en estado
constructo y las que provienen del alargamiento de la palabra por la
adición de las terminaciones del pl., dual y fem., así como por la adi-
ción de sufijos, se deben al desplazamiento del acento tónico. Todos
estos cambios en la vocalización constituyen la flexión o declinación del
nombre (cf. § 95 a). Esta flexión, sutilísima y menos regular que la del
verbo, requiere, para ser bien entendida, un conocimiento no sólo de
las leyes fonéticas, sino también de las formas primitivas de los
nombres hebreos.
2. Lagarde 1889.
3. Barth 21894a.
4. Pace Kienast (2001: §§ 55 y 77.1), ninguno de los nombres siguientes, selec-
cionados al azar, pueden decirse nomen actionis: modelo pars –i¤ctŤ , .rÅ
¤t¤ , J¤p¤Åb;
modelo pirs –s¤dC¤, o¤JŤd, k¤dS,
Ť o¤z¤Åb, osÅ
¤e¤ , r¤ceŤ .
5. Cf. Werner 1983.
§ 88. Formas nominales 245
con dos vocales primitivas breves (kÿë, k¥yë, k«yë); con una primera
vocal etimológicamente breve y una segunda vocal etimológicamente
larga (kIyë, kh¦yë, kUyë); formas con reduplicación de la segunda conso-
nante (kŸ©e, k¥Ye¦ , kUY©e); la forma con aformante hÐ, ¦ y algunas más raras,
como kk̈§ye© .
Los nombres compuestos se usan frecuentemente como nombres
propios: p.ej., k¥thr§ ¦c©D, “varón de Dios” (§ 93 m); por otra parte, rara vez
son usados como nombres comunes: k©g©ÅHk¦ C§ , “malvado, inútil” (com-
puesto de la negación h¦kC§ y un elemento de significado controvertido;
el nombre es indeclinable); acaso ,¤un§ Å̈ k©m, interpretado como ,¤unÅ̈ k¥m,
“sombra de muerte”, ya por LXX (skia. qana,tou ), pero la vocalización
es sospechosa y podría ser ,Un§k©m o ,In§k©m, “oscuridad”.
d Los préstamos extranjeros se adaptan a la morfología hebrea en
diverso grado. Así, ,rÅ ¤¤Dt¦ , “carta”, del acadio egertu se comporta como
un pseudo-segolado con reduplicación secundaria de g, y el pl. constr.
es ,Ir§Dt¦ , como ,If§kn© de vF̈§kn© , “reina”.
Por otra parte, ,C̈©J, “sábado”, parece un nombre hebreo genuino
del tipo qattal (§ 88 H), pero como préstamo del acadio šab/pattu no es
miembro de tal tipo6.
4. Pedagógicamente podría ser útil establecer un cuarto modelo qetl, que com-
prendiera nombres como s¤d¤Åb, “opuesto” (cf. hS§ ¦d¤b, IS§d¤b, etc.), e¤kj¥Å , “porción”
(cf. h¦ek§ j¤ , Ie§kj¤ ), r¤zg¥Å , “ayuda” (cf. hr§¦zg¤ ). Cf. infra, § ha.
5. Así en la tradición Babilónica; cf. Yeivin 1985: 837.
6. Para una discusión sobre fusiones entre los tres modelos monosílabos (qvtl )
por una parte, y los modelos bisílabos (qvtvl) por otra, cf. Fox 2003: 107-17.
120.
7. Cf. Fox 2003: 135-38.
8. Puesto que t no se pronuncia, no produce ningún cambio en la usual vocali-
zación del tipo Q¤knŤ . Para formas similares derivadas de qitl, cf. infra, § h. Sobre
¤P¤ y t¤cŤD, cf. acadio parû, “mula”, y árabe jab’ respectivamente.
trÅ
§§ 88 C-G. Formas con tres consonantes 251
Raíces con las guturales v, j, g, como R3. La gutural pide la secuen-
cia vocálica Ð ¤Å g©rŤz, “semilla”; g©kxŤ , “roca”.
© Ð:
e Raíces h"k (flexión, § 96 A q). La forma primitiva qty ha tomado dos
formas: v¤yeŤ y h¦ye§ , h¦ye·¤ (para una detallada explicación, cf. § 96 A q): h¦cm§ ,
“corzo, gacela”; hs§ ¦D, “carnero, cabrito”.
Con terminación femenina: vḦ¦cm§ , “gacela”.
Raíces u"k: Ujº̈G, “natación, a nado”, (Ez 45,7)9. Con terminación
femenina: vü§kJ© , “tranquilidad”.
f Raíces u"g. Con u consonántica. La vocal a se ha labializado en o^ (å )
ante u (cf. § 88 B g): ,¤un, Å̈ constr. ,In, “muerte” (§ 96 A l ), i¤ut, Å̈ “maldad”;
Å̈ “injusticia”; Q¤uT,
k¤ug, Å̈ “medio, centro”. En lugar de *t¤uJ, Å̈ encontramos la
forma abreviada t§uJ̈, “vacuidad, vanidad”, e incluso (una vez) uJ̈ (Job
15,31 Ktiv). Con contracción: oIh, “día”; oIm, “ayuno”; rIJ, “res de gana-
do mayor”; yIJ, “látigo”.
Con terminación femenina: vk̈§ug© , pl. ,«k§ug© , “injusticia”.
Raíces h"g. Con h consonántica. La h ha atraído la vocal auxiliar i: ,¦h©CÅ ,
constr. ,h¥C, “casa”; i¦hg©Å , “ojo”; k¦h©jÅ , “fuerza”; ,¦h©Åz, “olivo” (§ 96 A m ); i¦hÅ©h,
“vino”; s¦h©mÅ , “caza”. Con contracción10: kh¥j, “muralla, defensa, bastión”;
eh¥j, “seno, regazo”.
Con terminación femenina: vn̈h¥t, “terror”; vs̈h¥m, “provisiones, víve-
res”; vc̈h¥G, “canicie”.
N.B. La forma qall en las raíces g"g corresponde a la forma qatl ; §
88 B g.
g Qtal 11. En algunos nombres la vocal se desplaza al final de la pala-
bra, como en arameo (algunas de estas palabras se encuentran tam-
bién en arameo): J©cS,§ con suf. h¦Jc§ S,¦ “miel” (aram.); *i©n§z, con suf. oB̈©n§z,
“tiempo” (aram.); *Q©cx§ , “zarzal” (aram.); o©dt£ , pl. oh¦N©dt£ , “pantano, zona
pantanosa” (aram.); xs£ ©v, pl. oh¦Xs£
©v, “mirto, arrayán” (aram.); J©J£j, “te-
mor, inquietud”; ,©,£j, “terror”; u,̈§x, “invierno, estación de lluvias”
(aram.).
La forma femenina qtalla, con reduplicación secundaria, es muy
rara; se encuentra en el nombre judío de Ester, vẌs£ ©v, “mirto” (aram.), y
en *vP̈©gx§ , “rama”.
13. Para un intento de reconstruir la evolución de formas como r¥tC§ , c¥t§z, cf. Blau
1977a: 17-23. De estos nombres deben distinguirse rh¥g§z, “un poco”, y vÿh¥kP§ ,
“fugitivos”, que se relacionan con el modelo diminutivo qutayl, tan común en
árabe clásico. Nótese que ambas palabras casi siempre (sólo tres excepciones
en BHS) se escriben con escritura plena. Cf. Barr 1989: 141.147.
14. Cf. Barth 21894: § 46.
15.Qimron (2004) sostiene que oª t§b, “oráculo”, pertenece a este grupo, aunque
uno se pregunta por qué nunca se vocaliza como o«t§b o oẗ§b (estado constr.).
254 §§ 88 C-G. Formas con tres consonantes
La forma qtulla, con reduplicación secundaria, es bastante frecuen-
te. En la mayoría de los casos parece ser el fem. del inf. qtul > k«ye§ . La
reduplicación espontánea de una consonante no final después de la
vocal u es una constante (§ 18 e). Ejemplos: vZ̈ªjt£ , “posesión, propie-
dad”; vẌªr§h, “herencia, heredad”; vK̈ªdx§ , “pertenecia, propiedad”; vS̈ªeP§ ,
“inspección”; vK̈ªtD§ , “liberación”; vF̈ªb£j, “consagración, inauguración”;
vN̈ªkt£ , “gavilla”; vB̈ªvF§ , “sacerdocio”16.
2. Algunas formas qatil han llegado a ser meros nombres deverbativos: s¥c«t,
“destrucción” (Nm 24,20); vk̈ID, “exilio” (Jr 29,16); I,k̈Ig, “su elevación” (= su
holocausto”), | I,Ḧ¦kg£: 2 Cr 9,4). Originalmente eran, con toda probabilidad,
participios genuinos. Cf. Wernberg–Møller 1959.
260 §§ 88 H-I. Formas con segunda consonante reduplicada
[§ 88 H-I. Formas con segunda consonante reduplicada]
§ 88 H. Formas con segunda consonante reduplicada
y dos vocales breves
a Qattal > k٩e1. En hebreo muchos nombres tales como algunos
nomina opificum, que en otras lenguas semíticas son qattal, tienen la
forma kŸ©e, p.ej., jC̈©y, “carnicero”. Sin embargo, esta å no parece ser
aquí etimológicamente larga2. Ejemplos: Adjetivos: tB̈©e, “celoso” (5 x;
tIB©e 2 x); hÜS,
© “enfermo”; tŸ©j, “pecador”. Sustantivos: cB̈©D, “ladrón”; iḦS, ©
“juez”; cF̈r,© “cochero, auriga”; Jr̈P̈, “caballero” (por parraš ); Jr̈j̈, “arte-
sano” (por hˇarraš )3.
Con terminación femenina: vk̈Ÿ©e o ,¤kYŤ e© . La forma vk̈Ÿ©e se encuen-
tra en vc̈v̈¤k, “llama”, constr. ,¤cvŤ©k; vc̈r̈j̈, “sequedal”; vJ̈C̈©h (también ,¤JCŤ©h,
no estado constr.), con el mismo significado. En algunos casos vk̈Ÿ©e
corresponde al inf. aram. pa‘el, donde la Ð̈ es etimológicamente larga4:
vr̈Ë©C, “cuidado, revista”; vJ̈Ë©C, “petición”; vk̈v̈¤C, “espanto”; vm̈ẗ¤b,
“ultraje”; vn̈j̈¤b, “consolación”.
La forma ,¤kYŤ e© es frecuente en nombres que corresponden a los
adjetivos k¥Ye¦ de enfermedades o particularidades físicas (infra, § b):
¤¤Ug¦ , “ceguera” (r¥Ug¦ , “ciego”); ,©jrë
,rÅ Å© y ,©jC©©D, “calvicie” (©jr¥ ¥e y ©jC¥ D¦ ,
“calvo”); ,¤eK¤Å S© y ,©jS©
©e, “calentura, fiebre”; ,¤pjŤ J© , “tuberculosis, tisis”;
,¤kŤUt¦ , “necedad” (con atenuación de a en i). Algunos nombres de
recipientes caseros: ,©j©KÅ ©m, “fuente”; ,©jP©Å ©m, “cántaro”; ,©j©KÅ e© , “marmita”.
b La forma k¥Ye¦ , genuinamente hebrea, se encuentra en adjetivos de
enfermedades o características físicas: r¥Ug¦ , “ciego”; o¥Kt¦ , “mudo”; ©jX¥ P¦ ,
“cojo”; i¥CD¦ , “jorobado”; J¥Eg¦ , “retorcido”; Jr¥ ¥j, “sordo” (por hˇirreˇš );
v¤vF¥ , “sombrío”; v¤jm¦ , “seco”. También tenemos v¤t¥D, “arrogante”; ©jE¥ P¦ ,
5. Tur-Sinai (1954: 265-67) argumenta que este modelo está referido al parti-
cipio pasivo pi‘el.
1. Pace Gulkowitsch (1931: 22, n. 7), este modelo es especialmente rico en HM:
Elizur 1987: 67-93; Fox 2003: 250s. Cf. Pérez Fernández 1992: 103.
§ 88 J. Formas con consonante repetida
a Repetición de la tercera consonante:
– Qatlal. Adj. ib̈£tJ© , “tranquilo” (pl. oh¦B©bt£ J© ) y ib̈£gr,© “verde, lozano”
(pl. oh¦B©bg£r);
© véanse los perfectos correspondientes: § 59 b1.
– Qutlal. Adj. *kk̈§ntª, “infeliz, desgraciado”; véanse los perfectos
correspondientes: § 59 b.
– Qatl•l. rhr§¦d©x, “lluvia (continua o intermitente)” (Prov 27,15 †);
yh¦yc§ g© , “prenda empeñada”.
– Qatl¥l. .Um£g©b, “zarzal de espinas”; oh¦pUp£t©b, “adúlteros”; rUr£gJ© ,
“horrible”2.
b Repetición de las consonantes segunda y tercera:
– Qataltal. Dos adjetivos diminutivos de color: o·S̈§ns£ ©t, “rojizo” (de
o«sẗ) y er§ ©h, “verdoso (de eIrḧ). Otros adjetivos: Q©Pf§ p© v£, “tortuo-
¥er§
so”; *e©ke§ ©k£j, “deslizante, adulador”; *k©ek§ e© g£, “tortuoso”.
– Qataltul. Un adjetivo diminutivo de color: fem. ,rÅ §jJ§ , “negruz-
¤«jr©
co” (de r«jJ̈). Otro adjetivo: k«Tk§ ,© P§ , “tortuoso”.
– Qatalt¥l. ;ªxp§ ©xt£ , “multitud abigarrada” (Nm 11,4 †) (de ;Uxẗ)
c Repetición de la raíz (bilítera), a saber, g"g o hug:
– Qalqal. k©Dk§ ©D, “rueda” (con suf. uhK̈¦Dk§ ©d); rS©r§S, © “zarzal”; o¦hP©Å g© p§ g© ,
“párpados”; ,¤JeŤ J§ e© , “escama (de pescado)”. También pertenecen
a esta forma: cf̈IF, “estrella” (*kabkab > *kawkab > koˇ∆åv); rF̈¦F,
“disco, talento” (*karkar > kirkar > kikkar), y probablemente
,IpÿIy (*tˇaftˇaf ), “frontales” (cf. Dt 6,8).
– Qulqul. s«esë, § “coronilla”; ,¤k«ÅD§kDª, “calavera”.
– Qalq¥l. eªCe§ C© , “botella”; rªjr© §j, “fiebre”. En pl.: oh¦gUJ£gJ© , “delicias”;
oh¦gUT§gT© , “ilusiones”.
d El significado de algunos lexemas, especialmente los que repiten su
segunda y tercera radical, conlleva un matiz de repetición, multiplica-
ción, etc.: p.ej., k©ek§ e© g£, k©Dk§ ©D, o¦hP©Å g© p§ g© (parapadeo); cf̈IF (centelleo); ,¤JeŤ J§ e© .
Con análogo valor encontramos la repetición de lexemas completos:
oIh oIh, “diariamente”; Jh¦t Jh¦t, “cada uno; o con preposición añadida y
repetida: r¤e«CÅ ©C r¤e«CÅ ©C, “mañana tras mañana”.
§ 88 K. Formas cuadrilíteras
12. El uso de kÿ§en¤ debe haber sido influenciado por la preferencia de la secuen-
cia vocálica e^ - o^ (§ 29 f ). Para la forma primitiva, cf. § 29 e 2.
§ 88 L. Formas con preformantes 267
Raíces fuertes: ;«Gj§ n© , “descortezo, peladura”; oh¦Nrªg£n© , “desnudez”.
Con terminación femenina: ,¤k«fÅ t£ n© , “alimento”; ,rÅ ¤«FG§ n© , “recompensa”;
Å jn© , “división”; ,¤b«FÅ ,§ n© , “dosis, medida exacta”; ,r«Å
,¤e«k£ ¤d£jn© , “acción de
ceñirse, ceñidor”; ,sÅ ¤«Fk§ n© , “trampa, lazo”; ,¤k«FÅ r©§n, “mercado”.
Raíces u"g: En un modelo vk̈Ue§n la u puede ser primitiva o provenir
de oˇ (cf. § 29 e)13. Cuando hay una segunda forma, u es atenuación de oˇ,
como en vj̈Ub§n, “descanso” (junto a ©jIbn̈). En otros casos la forma
primitiva es dudosa, como en vn̈Uv§n, “desorden, turbación”, y en vc̈UJ§n,
“apostasía”.
Raíces g"g: El modelo esperado maqull > k«en̈ no está documentado.
Sólo encontramos dos formas anómalas: o«,n§ , “integridad” (*matumm >
mutumm > mtumm), y QrÅ ¤«n, “temor” (*murukk > muruk > murk). Véase
Brockelmann 1908-13: I, 38114.
k kIy§en© < maqtal (contrasta k«ye§ n© , de maqtul ; supra, § j ): rIx§jn© , “caren-
cia”15; ©jIe§kn© , “botín”; iIn§yn© , “tesoro oculto”; cIt§fn© , “dolor”; JIe§kn© ,
“lluvia primaveral o tardía”; ;Ie§Jn© , “dintel”; rI¬©n, “sierra” (de rJb).
No hay terminaciones femeninas (cf. supra, § j ).
l kIy§en¦ : rIj§cn¦ , “selección” (más frecuente que *rj̈§cn¦ ); kIe§Jn¦ , “peso”
(menos frecuente que kë§Jn¦ ; rIn§zn¦ , “salmo”; kIJ§fn¦ , “obstáculo, tropie-
zo”; g© Im§en¦ , “rincón”; kIk§fn¦ , “perfección”; rIJh¦n, “rectitud” (de rJh).
Formas femeninas: ,¤k«eÅ J§ n¦ , “plomada”; ,rÅ ¤«nf§ n¦ , “red de pesca”.
m kh¦ye§ n© , que es la forma del partic. hif‘il, se usa rara vez para sustan-
tivos: ,h¦jJ§ n© , “devastación, ruina”; rh¦Cf§ n© , “abundancia”.
n kUy§en© . En árabe el partic. pasivo de la primera conjugación sigue el
modelo maqt¥l, pero en hebreo, kUy§en© da forma a nombres concretos,
p.ej., nombres de instrumentos. Así, podemos sospechar que u está a
veces por oˇ. Ejemplos: ©jUP©n, “fuelle” (Dalman: HM ©jIP©n); pl. ,IgUm§en© ,
“garlopas” (?) (Dalman: HM ,IgIm§en© ); kUg§bn© , “cerrojo”; xUc£tn© , “establo”
(?); vr̈ªdN§ n© , “granero” (dagéš dirimens, § 18 k); g© UC©n, “manantial” (siríaco,
mabbo‘å ); kUC©n, “diluvio” (cf. siríaco, måmolå ). Las siguientes palabras
quizás tuvieron un sentido participial, como en árabe: JUCk©n, “vestido”
(árabe, malb¥s, i.e., “lo que se pone”); kUk§xn© , “calzada” (acaso “lo que se
amontona”); oh¦bUP§mn© , “cosas ocultas”; oh¦hkª£jn© , “enfermedad”.
o ,, aunque menos usada que n como preformante, es, con todo, bas-
tante común. La vocal de la preformante , es a casi siempre; i se
encuentra sólo en el modelo kÿ§eT¦ , donde puede no ser primitiva. Tam-
bién aquí ofreceremos las formas hebreas. Formas con terminación
18. Igualmente para el modelo vk̈Ue§n (supra, § j). Cf. Joüon 1920: 369. Según
Brockelmann (1908-13: I, p. 359), la forma sería un sucedáneo de qut¥l.
19. Cf. Von Soden (1989: 77-85), quien sostiene que este modelo comprende
nombres con mucha carga emocional.
1. El mismo problema existe con å del modelo qattål (§ 88 H a). Se puede dudar
en el caso de un nombre que fuera un puro préstamo arameo; pero incluso
con iḧ§bg¦ , “asunto” (sólo en Qoh), el estado constr. i©h§bg¦ indica que el hebreo ha
abreviado una primitiva å larga. El estado constructo en Ð © se encuentra
también en iḧ§be¦ , ij̈§kJ,
ª iC̈rë,
§ is̈§cẗ.
270 § 88 M. Formas con aformantes
b Qatalån está compuesto de qatal + ån. Este modelo de nombre
abstracto se convierte, tal como se espera, en iIkÿ§e en hebreo, que se
encuentra sólo en iIcg̈r,§ “hambre, hambruna” (?). En los demás casos,
qatalån reduplica la segunda consonante; tal reduplicación secundaria se
debió quizás a la necesidad de conservar las tres vocales que dan al
modelo su aspecto característico; también pudo haberse originado en
algunos nombres por razones fonéticas, para después propagarse a
otros formas2. La vocal primera a primitiva se ha conservado sólo en
iI,C̈©J, “reposo absoluto, día de descanso”, probablemente por influen-
cia de ,C̈©J, con el mismo significado (comp. el nombre de la ciudad
’Akkarw,n [acadio: amkarr¥na] con iIr§eg¤ ). En los demás casos a se
debilita en i (qittåloˇn), quizás por estar lejos de la sílaba tónica larga øn3.
En estado constr. o con sufijo, el modelo es iIk§ye¦ , sin reduplicación
(normalmente)4, pero con segol en lugar de hˇireq (aunque en Ez 27,27:
Q¦h©ºbIc§zg¦ u§) cuando la R1 es gutural: iIhD̈¦v, constr. iIh§dv¤ , “reflexión”; iIr¨¬g¦ , pl.
oh¦bIr§¬g¤ , “décima parte” (pero Q¦h©ÅbIc§zg¦ : Ex 27,27). Ejemplos: iIrF̈¦z, constr.
iIr§f¦z, pl. oh¦b«rf§ ¦z, “memorial, recuerdo”; iIrC̈¦J, “quebranto”; iIs˦P,
“depósito, fianza”; iIcM̈¦g, “tristeza, trabajo penoso”; iItN̈¦m, “tierra seca,
sequedal”; iIzP̈¦j, “precipitación, prisa”; iIjŸ¦C, “confianza”; iInN̈¦J,
“desolación”. Ante r, que no admite reduplicación: iIcr̈¥g, “prenda,
arras” (> avrrabwn)5; iItr̈S, ¥ “horror”. En los verbos v"k encontramos
igualmente iIhZ̈¦j, “visión” (9 x, pero iIzj̈ 36 x; cf. infra); iIhD̈¦v; iIhD̈¦J
(especie de canto); iIhK̈¦D, “placa pulida, espejo”; iIh˦b, “pureza”; iIhK̈¦F,
“aniquilamiento”. Ante r: iIhr̈¥v, “preñez, embarazo”. Pero junto a estas
formas en las que h aparece, existen otras sincopadas: iIzj̈, “visión”
(siríaco /hˇezwånå/); iIg̈, “iniquidad”; iImr̈, “benevolencia”; iItD̈, “eleva-
ción, eminencia”; iInv̈, “tumulto”; iIzr̈, “delgadez”; iIrj̈, “furor, ira”.
1. Rosén (2003), a pesar de su intento por establecer una correlación entre se-
mántica y morfología, admite una fluidez considerable.
2. Incluido el adjetivo verbal y el participio.
3. Especialmente los numerales cardinales 3-10 (¡numeral femenino con nom-
bres masculinos, y numeral masculino con nombres femeninos!; § 100 d ).
Así, el pl. ,Ikh¥k, “noches”, es masc. como el pl. oh¦nḧ, pues leemos: oh¦nḧ vJ̈k§J
,Ikh¥k vJ̈k§JU (1 Sm 30,12).
4. Cf. Wright 31896-98: I, § 233, Rem. c.
§ 89. Género del nombre 275
gs̈In, “pariente” (Rut 2,1), ,©gsInÅ© en Rut 3,2 parece significar “pariente
cercano” (probabl. masc., pues se habla de un varón). En algunos
pocos nombres masc., vÐ̈ no es desinencia femenina: vr̈In, “navaja de
afeitar” (por moˇra[y]); vj̈¤P, “gobernador” (palabra acadia). En nombres
de las raíces h"k, la terminación vÐ ¤ es radical, como en vsG̈, ¤ “campo
(junto al poético hsG̈).
© De hecho, estos nombres son masculinos, p.ej.,
v¤kg£n© , “ascensión, subida” (comp. con el fem. vk̈£gn© , “grado, escalón,
peldaño”)5.
c En sing. un buen número de nombres femeninos no tienen termi-
nación femenina, p.ej., nombres de personas o animales hembras: o¥t,
“madre”; iI,ẗ, “asna”; z¥g, “cabra”; k¥jr̈, “oveja”. También otros
nombres: i¤ctŤ , “piedra”; rh¦g, “ciudad”; crÅ ¤j¤ , “espada”; .rÅ
¤t¤ , “tierra”; sḧ,
“mano”. Pero la mayoría de los nombres femeninos tienen en sing.
una desinencia femenina6. Para detalles, cf. § 134.
d La desinencia femenina pricipal (y quizás la única) del nombre
hebreo es primitivamente at, que se ha conservado en el estado cons-
tructo7. En el estado abssoluto la desinencia primitiva ha devenido
bien vÐ̈ (tónica), bien la forma segolada ,Ð ¤ Ð,
¤Å ,Ф Ð,¥Å ,Ð ¤Ð«Å , o
simplemente ,. Las formas segoladas, numerosas en el estado constr.,
probabl. surgieron en el estado constr. y en algunos casos se propa-
garon al estado absoluto.
da El indicador femenino -t sin vocal precedente es menos común.
Está atestiguado en ,©jt© (< ’ahˇadt ); el inf. constr. de los verbos h"p:
como ,¤cJ¤Å (con suf., IT§cJ¦ : § 76 m 3), y el de /i,b, ,¥T (con suf. h¦TT¦ ). Cf.
también hebreo israelita ,a (< ∞ant ) (ostraca de Samaría) por el están-
dar vb̈J̈, “año”8. Cf. infra, § f.
e La desinencia vÐ̈ es con mucho la más común, y en algunas formas
la única posible, p.ej., vẍUx, “yegua”. En ciertos nombre se encuentra la
9. Véanse también los tres infinitivos de forma contracta: ,¥T (§ 72 i), ,t¥m (§ 75
g), ,¥tG§ (§ 78 l ), y el adjetivo ,©jt© , “una” (por ’ahˇadat, § 100 b, y en ugarítico
ahˇt).
El morfema fem. /-t/ (frente a /-at/) está documentado en ugarítico en
palabras transcritas silábicamente como mar-kab-te, “carroza”. Más ejemplos
en Huehnergard 1987: 295s; cf. también CA mi-te kaspu, “200 piezas de plata”
(Sivan 1984: 130); igualmente ,©C (árabe: bintu); moabita e israelita septen-
trional ,a, “año”, en los ostraca de Samaría; y los nombres femeninos segola-
dos como ,¤cJ¤Å , ,©gS,
Å© de donde las formas sufijadas IT§cJ¦ , etc. Cf. Sivan 1984:
105-07; Tropper 2000: § 52.21.
10.Debe notarse la reduplicación existente en el estado abs. de estos tres
nombres: en vẌ¦t y vẌ¦J, por asimilación (§§ 99 c y 100 d); en vẌ¦nj£ , por
analogía de vẌ¦J (§ 100 d ).
§ 89. Género del nombre 277
gicamente larga; así, *šalåš > J«kJ̈, “tres”, fem. vJ̈k§J, constr. ,¤Jk§J (con
oˇ; comp. oT̈§Jk̈§J). Igualmente, ,rÅ ¤«ye§ , “humo” (probabl. qutål, § 88 E e)
deviene h¦Trÿ§ § e11.
Los nombres con la terminación segolada ,Ð ¤Ð« Å son bastante
frecuentes:
– Del modelo ,¤k«ye§ : ,¤J«jÅ §b, “bronce”; constr. ,¤c«,Å F§ , “escrito,
escritura”; constr. ,¤J«rÅj£ , “labor”; ,rÅ ¤«g§b, “estopa”; los dos inf. ,¤k«fÅ §h
(§ 75 i) y ,¤JcÅ §h (§ 76 d) .
– Del modelo ,¤k«YÅ e© : ,rÅ ¤«MC© , “sequía”; ,rÅ ¤«PF© , “propiciatorio”; ,¤f«rÅ P̈,
“cortina (del templo)”.
– Del modelo ,¤k«Ye¦ : ,¤k«CÅ J¦ , “espiga (de trigo)”; ,rÅ ¤«EC¦ (de sentido
dudoso).
– Del modelo ,¤k«Åye§ n© : ,¤k«fÅ t£ n© , “alimento”, etc. (cf. § 88 L j).
– Del modelo ,¤k«yÅ e§ n¦ : cf. § 88 L j.
– De otros modelos: ,¤J«ÅC, “vergüenza, infamia” (/Juc); ,¤k«ÅD§k©D,
“cráneo, calavera”; ,rÅ ¤«jr©§jJ§ , “negruzca”.
Para la flexión de las terminaciones segoladas, cf. § 97 F.
j La segolización esperada falta en algunas formas participiales más o
menos dudosas: en Jr 22,23, T§ c§ J© h Qre (Ktiv h¦Tc§ J© h, con hˇireq compaginis, §
93 o); cf. Jr 51,13: Ktiv h¦T§bf©«J, Qre T§ §bf©«J. En tres ocasiones se lee: vr̈v̈ QB̈¦v
i¥C T§ s§´©k«hu§, “estás encinta y parirás un hijo” (Gn 16,11; Jue 13,5.7), donde
podemos habernos con una lectio mixta (§ 16 g ), que ofrece la elección
del participio ,sÅ ¤k¤«hu§ (como en Is 7,14) o del fut. conversivo T§ s© §kḧ§u, que
sería más normal.
k Terminaciones femeninas raras
tÐ̈, ortografía aramea por vÐ̈: tb̈¥J, “sueño” (Sal 127,2); tr̈Ÿ©n,
“puesto de guardia, prisión” (también “diana, blanco”: Lam 3,12); tr̈n̈,
“amarga” (Rut 1,20).
La terminación femenina ay se encuentra en vr§ ¥Gg¤ , “diez”; probable-
mente también en hr«¥J§ «t© 12, “felicidad de (= dichosos los que)”, cuyo
estado abs. sería *hr§ ©Jt© 13; y en el nombre propio hrG̈ © (junto a vr̈G̈)14.
1. Según Cohen (1929-30), HB tiene 490 nombres masc. con desinencia pl. im, y
80 con ot; y 312 nombres fem. con desinencia pl. ot, y 40 con im. Los nom-
bres de raíces cóncavas (hu"g), así como los sufijados con -on, tienden a la desi-
nencia ot, mientras que los del tipo qittul y qattul forman sus plurales sólo con
im. Un gran número de nombres de flora y fauna tienen desinencia ot (cf. §
136 b).
2. Pero en la inscripción de Tell Siran se ha conservado el estado abs.: ,ejr ,ba,
“años distantes” (línea 7).
3. Con un adjetivo se dirá, pues, ,IkIs§D oh¦bc̈£t, como se dice en sing. vk̈Is§d i¤ctŤ .
4. Pertenecen a esta categoría un grupo de nombres que denotan productos
agrícolas, p.ej., oh¦mh¥C, “huevos”, pl. del HM vm̈h¥C. De aquí que acaso se pueda
reconstruir el sing. de oh¦TJ§ P¦ como *v,̈§JP¦ , “lino” (así ya Qimhˇi a Jos 2,6), y se
deba eliminar de los léxicos hebreos la reconstrucción de ,¤JP¤ . En el calen-
dario de Gezer (línea 3), ,ap puede ser perfectamente una escritura defectiva.
Todos estos nombres femeninos en sing. son nomina unitatis.
5. Cf. fenicio obsm, “sidonios”, por el esperado *ohbsm: Friedrich – Röllig: 1999: §
63 c. Cuando se fijo él texto consonántico de la Biblia, la contracción de las
vocales ya no avanzó mucho más, pues no se encuentran formas como *orcg
pl. de hrcg.
280 § 90. Plural
poético); ih¦Hg¦ , “túmulo, montón de ruinas” (Miq 3,12); ih¦Kn¦ , “palabras”
(término arameo), se encuentra 13 veces en Job junto a oh¦Kn¦ (10 x)6.
d La desinencia fem. es ,I; se encuentra en todos los adj. fem., en
muchos sustantivos fem. y en un buen número de sustantivos mascu-
linos7.
Ejemplos de sustantivos masc. con pl. en ,I: cẗ, “padre”, pl. ,Icẗ;
*cIt, “odre”, pl. oh¦Js̈£j ,Ic«t, “nuevos odres” (Job 32,19); rIS, “genera-
ción”, pl. ,IrIS (ohÐ ¦ sólo en el sintagma ohrIS ¦ rIS, “generación de
generaciones” (= por siempre) (sólo 3 x: Is 51,8; Sal 72,5; 102,25);
g© UcJ̈, “semana”, pl. ,IgªcJ§ (§ 96 D b); vk̈§h©kÅ , “noche” (§ 93 g; 3 x k¦h©kÅ ), pl.
,Ikh¥k. Muchos nombres terminados en vÐ ¤ tienen el pl. en ,I: v¤Yn© ,
“bastón, tribu”; v¤b£jn© , “campamento, ejér-cito”; vsG̈, ¤ “campo” (y en
ohÐ, ¦ cf. infra, § e).
Los nombres terminados en hÐ ¦ hacen el fem. pl. en ,IHÐ ¦ (cf. sing.
vḦÐ,¦ § 89 e): hr§¦cg¦ , vḦr§
¦cg¦ , ,IHr§
¦cg¦ ; hr§
¦mn¦ , ,hr§
¦mn¦ , ,IHr§
¦mn¦ .
da La antigua desinencia pl. /ån/, todavía conservada en acadio como
un alomorfo, puede ser identificada en Jue 5,7: iIzr̈§p Uksj̈ § (iIzr̈§P < *iz̈r̈§P).
Con /im/ innecesario, añadido a la primitiva desinencia, ésta se hace
inidentificable: así en oh¦bM̈¦b, oh¦b«c§Zg¦ y oh¦bG§Ne¦ 8.
db Sobre el llamado plural fracto, cf. § 96 A b.
e Algunos nombres tienen las dos desinencias plurales, una usada
más frecuentemente, la otra reservada para usos especiales o poéticos.
Ejemplos: cg̈, “nube”, pl. normal oh¦cg̈, pl. ,Icg̈ (2 x) en textos de poesía
elevada (2 Sm 23,4; Sal 77,18); ,«cg£, “cuerda”, pl. oh¦,«cg£, pero ,I,«cg£ en
el sentido de “lazos de amor”: vc̈£vt© ,I,«cg£C© (Os 11,4), o en el de
“trenzas artísticas” (Ex 28,14; etc.). Cf. también vb̈J̈ (supra, § b) y rIS
(supra, § d ).
El nombre vsG̈, ¤ “campo”, tiene dos plurales: *ohsG̈, ¦ “campos, el
campo, la campiña”, y ,IsG̈, “campos particulares, granjas o fincas”9.
*vN̈ªkt£ , “gavilla”, tiene también dos plurales: oh¦Nkªt£ para gavillas en
general (Gn 37,7a), y ,INªkt£ para gavillas individuales (Gn 37,7b; Sal
§ 91. Dual1
a En el caso de objetos pares como ojos y orejas, se usa el dual en lugar
del plural. En HB el uso del dual es bastante restringido2: se encuentra
sólo en unos pocos sustantivos (infra, § c), nunca con adjetivos, verbos
o pronombres3.
b La desinencia dual es o¦hÐ, ©Å que deviene h±¥ en estado constr. En
palabras sin terminación femenina, la forma de la palabra es la del
singular, modificada, cuando sea necesario, según las leyes fonéticas: sḧ,
“mano”, o¦hsḧ; Ť “pie”, o¦h©kÅ d§ r© (de un primitivo *ragl ); i¦hg©Å , “ojo”, o¦h©Åbh¥g
Å© k¤dr,
10.Ibid. 141.
11.Neef (2000) es consciente de tales limitaciones.
1. Véase Fontinoy 1969.
2. En HA el uso del dual parece menos restringido, como ocurre en ugarítico y
árabe clásico: o¦h,©Å n̈§er¦ /// o¦h,©Å n̈£jr,© “dos cautivas ... dos bordados” (Jue 5,30). Cf.
Cross – Freedman 1975: 19.
3. Tropper (1992) cree identificar un pequeño número de pronombres fem.
duales y un ejemplo qe qatal.
282 § 91. Dual
(comp. ,¦h©Åz, “olivo”, pl. oh¦,h¥z); i¥J, “diente”, o¦h©ÅBJ¦ (de un primitivo *šinn);
;b̈F̈, “ala”, o¦hp©Å b̈§F; QrÅ̈ ¥h, “muslo, cadera”, o¦hf©Å r§¥h4.
En nombres con la terminación fem. sing. vÐ̈, la , primitiva se
mantiene ante la desinencia dual: vp̈G̈, “labio”, o¦h,©Å p̈§G. En un nombre
con terminación segolada, ,¤J«jÅ §b, “bronce”, el dual es o¦h,©Å J§ jª§b, “cadenas”
(comp. el inglés irons; español, “esposas, grilletes”). En la palabra vn̈Ij,
“muro”, la desinencia dual se añade a la terminación pl. en o¦h,©Å n̈«jv© ih¥C,
“entre dos muros” (4 x). Igualmente, encontramos o¦h,©Å«rs§ ¥D, “Doble-
Muro” (nombre de una ciudad: Jos 15,36 †), y o¦h,©Å IjUk, de ©jUk, “tabla,
tablilla”.
Junto al regular o¦h©Åbr© §e, “cuernos”, encontramos (en Daniel) o¦h©Åbr̈§e,
con Ð̈ pretónica del pl. de los nombres segolados (comp. pl. ,Ibr̈§e),
probabl. por analogía del plural. Igualmente, o¦hÅ©hj̈§k, “mejillas” (en lugar
de *o¦hÅ©hj§ k¤ , de h¦jk§ , h¦j·¤k); o¦h,©Å k̈S,§ “doble puerta”; o¦hf©Å r̈S,§ “doble camino”.
;¤x·F̈ o¦hr§Å©Ff¦ C§ , “por dos talentos de plata” (1 Re 16,24 y 2 Re 5,23), es
probabl. lectio mixta (§ 16 g) que ofrece la opción entre hr§ ¥FF¦ (construc-
ción de genitivo) y ohrF̈¦ ¦ F (construcción con aposición o acusativo)5.
c El dual se emplea:
– Obviamente en los numerales: 2 o¦h©ÅbJ§ , 200 o¦h,©Å tn̈, 2000 o¦hP©Å k§ t© .
– En nombres de dos elementos contables cuando son considera-
dos formando una unidad: o¦hn©Å Ih, “dos días consecutivos” (latín:
biduum); o¦h,©Å b̈§J, “dos años consecutivos”; o¦hg©Å cªJ§ (1 x), “dos sema-
nas consecutivas”; o¦hn©Å g£P© , “dos veces”; quizás: o¦h,©Å ICr,¦ “dos miría-
das”; o¦h,©Å N̈©t, “dos codos”; o¦hrF̈¦ Å© F, “dos talentos”.
– En elementos que van en pareja, bien por naturaleza bien por in-
dustria humana: o¦hsḧ, Å© “manos, brazos” (supra, § b); o¦h©Åb§zẗ, “orejas”;
§C, “rodillas”; o¦hf©Å r§¥h, “muslos”; o¦hP©Å F© , “palmas de las manos”;
o¦hF©Å r¦
*o¦hp©Å ,¥ F§ , “hombros”; o¦h©Åb,§ n̈, “lomos”; *o¦h©ÅbrP̈¦ § m, “uñas (de las dos
manos)”; o¦h,©Å p̈§G, “labios”; o¦hsJ̈, Å© “pechos”; o¦he©Å IJ, “muslos”; o¦h©ÅBJ¦ ,
“dientes”; o¦h©Åb§zt«n, “balanza”.
– En g© Ir§z, “brazo”, se usa normalmente la forma plural ,IgIr§z (Jue
15,14: “los brazos de Sansón”); probabl. el dual se encuentra en
uhg̈Ir§z ih¥C, “entre sus hombros” (2 Re 9,24), y quizás en Gn 49,24 e
Is 51,5, pero su interpretación no es segura. De k©g©Åb, tenemos el
pl. oh¦kg̈§b, excepto en Am 2,6 y 8,6, donde se refiere específica-
3. Esta explicación está también apoyada por el hecho de que la vocal e, que se
encuentra en los tipos UvÅ¥ky§ e§ ¦h (§ 61 d ), vb̈hÅn¤ Ue§T (§ 80 b), UbÅx¥ Ux, W·¤xUx (§ 94 b y n.),
pro-viene de las raíces h"k.
§ 93. Vocales paragógicas del nombre 287
donde el constr. pl. hs§¥G. Esta hÐ, ¥ originalmente de las raíces h"k, se
habría propagado a los nombres de otras raíces3.
g La terminación dual *-aym > o¦hÐ ©Å deviene eˇ en el est. constr., por
contracción de ay en eˇ y caída de la consonante final: o¦hsḧ, ¥h, “manos”.
Å© hs§
Se puede apreciar que en el est. constr. (y con sufijos) la forma del dual
no difiere de la del plural. Sólo en palabras con begadkefat como R3, la
forma dual (sin aspiración: h¥Fr¦ §C, o¤fh¥Fr¦§C) puede distinguirse de la forma
plural (con aspiración: h¥fk§ n© , o¤fh¥fk©n; aquí con sufijo fuerte, pero tam-
bién con sufijos ligeros: dual WhÅF¤r¦ §C, pl. WhÅf¤ k̈§n).
h En el est. constr. se encuentran a veces las vocales paragógicas hÐ ¦
(§ 93 l ) y I (§ 93 r).
Adviértanse también las formas constructas h¦ct£ , h¦jt£ (§§ 93 b, 98 b).
9. Nótese la ausencia del hˇatˇef auxiliar después de la vocal tónica; por contra,
vk̈£gn© , v¤kg£n© (cf § 22 b 1).
10.Por esta razón se entiende que Estambul proviene de eivj th.n po,lin , Isnik pro-
viene de eivj Ni,kaia, Stanco de eivj th.n Kw/, etc.
§ 93. Vocales paragógicas del nombre 291
g La a del acusativo11 se encuentra también probabl. en el sustantivo
masc. vk̈§h©kÅ , “noche”12. Esta palabra ha quedado fosilizada en el acusa-
tivo determinado de tiempo, quizás porque vk̈§h©KÅ v© se usó frecuen-
temente para “esta noche” (tonight ); cf. § 126 i.
El adverbio vT̈©g, mill§ra‘ en contexto, pero mill§‘el en pausa (vT̈ºg© ,
vT̈·¨g, cf. § 32 f ), es también, con toda probabilidad, el acusativo deter-
minado de ,¥g, “tiempo”: “en este momento”, de donde “ahora” (cf.
Brockelmann 1908-13: I, 464)13.
h La a del acusativo se encuentra también en algunas palabras con
otras connotaciones:
– En vk̈hÅk¦ j̈, ad profanum! (= “¡Dios no lo quiera!”), se trata más bien
de un acusativo de deseo, como se da en ciertas expresiones
árabes correspondientes (cf. § 105 f ).
– En vn̈UÅtn§ , “algo, cualquier cosa” (generalmente en sentencias ne-
gativas), el acusativo14 puede provenir de los casos donde el
sentido es “en cuanto a esto”, como en 1 Sm 21,3.
– vb̈§nẗ, “en verdad” (Gn 20,12; Jos 7,20†), sinónimo con ob̈§nẗ,
“verdaderamente” (§ 102 b), pudiera ser el acusativo de i¤n«tÅ .
i A veces vÐ̈ha perdido su fuerza original y tiene un uso puramente
rítmico. En poesía pudo haber sido usada con una finalidad métrica:
vk̈Ån© J§ ©jv© , “electro” (Ez 8,2, en pausa, en una descripción grandiosa);
11.Esta terminación parece ser distinta del locativo vÐ̈ (supra, § f ), como se ve
por la ortografía del ugarítico ll sin h consonántica, y por el uso adverbial del
CA le-la-ma, “en la noche”. Así funciona vT̈©g; cf. CA at-ta, “ahora” (Sivan
1984: 131). Nótese la ortografía defectiva (?) regular de ,g en las inscripciones
de Arad.
12.Sólo 3 x khÅ©k, const. kh¥k; pl. ,Ikh¥k. La forma primitiva laylay en hebreo (y árabe)
ha sido reducida a layl (cf. Brockelmann 1908-13: I, 260.264). En vk̈§h©kÅ no ha
tenido lugar la contracción de ay en eˇ (cf. § 26 c n.: tendencia a alterar lo
menos posible la vocalización, § 93 c); contrariamente en ,Ikh¥k. Véase Blau
1983: 79.
13.La ortografía arcaica (?) T̈©g aparece en Ez 23,43 y Sal 74,6, así como el ostracon
de Lakis 4.2 y con mucha frecuencia en los ostraca de Arad, p.ej. en 1.2.
14.Suponiendo que la palabra se deriva etimológicamente de oUt§n, pero ésta es
posibilidad un tanto remota. Puede tratarse de ma-h¥-ma, cuyo elemento final
podría ser un común m enclítico del semítico. Cf. Faber 1988: 225-28.
292 § 93. Vocales paragógicas del nombre
vk̈§j©Åb, “torrente” (Sal 124,4); v,̈§uN©Å v© (¿), “muerte” (Sal 116,15)15; vm̈rÅ §t© (¿),
“la tierra” (Job 37,12).
j Este fenómeno es bastante frecuente en fem., donde se tiene la
terminación v,̈Ð Å̈ (por vÐ̈)16. En algunos casos esta forma parece
haber sido elegida simplemente para evitar le secuencia de dos sílabas
tónicas en contacto: IK v,̈Å̈gUJ§h ih¥t, “no hay salvación para él” (Sal 3,
29)17; UbÅ̈K v,̈År̈§zg¤ vÅ̈nUe, “¡levántate para nuestra salvación!” (Sal 44,27;
comp. Ik vr̈§zg¤ k§ en 2 Cr 28,21); :IC v,̈Å̈k§ug© Ît«k§u, “y en Él no hay injusticia”
(Sal 92,16). Otros ejemplos: o¤vhs§ ¥h v,̈Å̈k§ug© C§ , “(para que no extiendan) sus
manos a la injusticia” (Sal 125,3); s©jp©Å ü v,̈Å̈nh¥t, “espanto y terror” (Ex
15,16); h¦K v,̈År̈M̈©C, “en mi angustia” (Sal 120,1); :v̈hÅP¦ vm̈§peÅ̈ v,̈Å̈k«gu§, “y la in-
justicia cierra su boca” (Job 5,16); v,̈Å̈ph¥g .rÅ ¤t¤ , “tierra de penumbra” (Job
10,22). Todas estas formas ocurren sólo en poesía18.
k Finalmente, se encuentra una vÐ̈ átona –que, por tanto, no puede
ser terminación femenina– en algunos ejemplos dudosos o incorrectos:
vn̈Å̈jr̈v̈ (¿), “el alimoche” (Dt 14,17); vr̈Åg¥«C rUB©T (¿), “horno ardiente (=
encendido)”; vb̈«TÅ j§ T© v© r©gX©Å v© (¿), “la puerta inferior” (Ez 40,19); vk̈hÅk¦ D̈ (¿)
(2 Re 15,29; léase u khkd); vb̈IÅmh¦jv© (¿) (2 Re 16,18, v ditográfico).
l La vocal paragógica hÐ. ¦ Esta vocal recibe el nombre de hˇireq
compaginis (i de enlace) porque se encuentra normalmente en nombres
en est. constr., por tanto, en estrecha conexión con otro nombre19. En
razón de su uso ordinario y de su origen, esta hÐ ¦ puede ser también
llamada i del estado constructo. Es la hÐ ¦ que se encuentra en el est. constr.
de los nombres bilíteros de parentesco: h¦ct£ , h¦jt£ , *h¦nj£ (§ 98 b)20. Se usa
en poesía en nombres, adjetivos y esp. participios, en primer lugar para
15.Comenzando por la discusión de este ejemplo, Wernberg-Møller (1988: 161)
intenta demostrar residuos ocasionales del acusativo genuino en cuanto dis-
tinto del he direccional, como Is 8,23: iUkªc§z vm̈rÅ §t© k©ev¥ , “despreció a la tierra de
Zabulón”, y Os 8,7: Ur«·me§ ¦h v,̈Å̈pUx§u, “cosecharán tempestad”.
16.Hurvitz (1985: 116-19) señala que en los casos aquí discutidos, y también bajo
las vocales paragógicas, el artículo definido está significativamente ausente,
excepto en libros tardíos como Ezequiel, otra indicación más de la antigüe-
dad del fenómeno, aunque el artículo se requeriría en cada caso.
17.Cf. Briggs 1906-07: ad loc.
18.Véase Tsevat 1955: 21s.
19.Cf. Rabin 1969a: 194s.; Noth 1928: 33ss.
20.La • del tipo hct parece ser la antigua i del genitivo *’ab• (supra, § b), a la que,
después de la pérdida de los casos, se le ha asignado una nueva fución (cf. §
98 b). Driver (1925: 76s.) menciona una i similar en el babilónico antiguo
como vocal auxiliar añadida a un conjunto consonántico final de palabra.
Sólo una parte de los ejemplos hebreos aducidos conducen a tal explicación.
§ 93. Vocales paragógicas del nombre 293
expresar el est. constr., tanto en sentido estricto como en sentido
amplio, y también como vocal puramente rítmica. En algunas partícu-
las ha llegado a ser parte de la palabra (infra, § q).
m En sustantivos. Se encuentra en algunos nombres propios com-
puestos, cuyo primer componente está en est. constructo con relación
al segundo: esÅ ¤m¤Îh¦Fk§ n© , “Melkisedeq (= Rey-de-Justicia)”; k¥thr§ ¦c©D, “Ga-
briel (= Varón-de-Dios)”; k¥th¦B©j, “Haniel (= Gracia-de-Dios)” (cf.
fenicio Aníbal, k©g©cÅ h¦B©j). También Ib«,t£ h¦bC§ , “el pollino de su asna” (Gn
49,11); esÅ ¦ g, “a la manera de Melkisedeq”; ante una pre-
¤m¤Îh¦Fk§ n© h¦,r̈§cSÎk©
posición: ,Ibhs§ ¦NC© h¦,r̈G̈ o¦hID©c h¦,CÅ̈ r,© “la más grande entre las naciones, la
soberana entre las provincias” (Lam 1,1)21.
En adjetivos. og̈ h¦,CÅ̈ r,© “populosa (= grande de pueblo)” (Lam 1,1);
yP̈§Jn¦ h¦,t£©kn§ , “llena de justicia” (Is 1,21).
n En participios es muy frecuente hÐ ¦ final en el estado constructo.
Ello se debe, por una parte, a que con frecuencia el participio, prece-
diendo al sustantivo, se suele colocar en estado constructo; y, por otra
parte, porque el participio, p.ej., k¥y«e, suele retener la Ð ¥ en el estado
constructo, teniendo una forma como h¦ky§ «e la ventaja de expresar con
mayor claridad el estado constructo.
En genitivo: it«Mv© h¦c§z«g, “que abandona el rebaño (= abandonador del
rebaño)”, en Zac 11,17 (el paralelo kh¦kt¡ v̈ h¦g«r, “pastor de nada”, ibid., por
v¥g«r, es extraño; quizás se usa por asonancia); v¤bx§ h¦bf§«J, “morador de la
zarza (= que habita en la zarza)” (Dt 33,16).
Por extensión, en las construcciones donde hay un estado cons-
tructo (ante una preposición): g©kXŤ v© h¥ud§ ©jC§ h¦bf§«J, “que habitas en los abrigos
de la roca” (Jr 49,16)22. Y por extensión de esta construcción: oIrn̈ h¦cm§«j
Ik iF̈§Jn¦ g©kXŤ ©c h¦ee§ «j Ir§ce¦ , “el que se labra un sepulcro en la altura y se talla en
la roca una mansión” (Is 22,16); r©g©Åh ss̈c̈§k h¦bf§«J, “el que habita en solitario
en el bosque” (Miq 7,14); Sal 101,5; 113,7; Gn 49,11.
Finalmente, se dan casos en los que no hay ninguna noción, ni
remota, de est. constr. En estos casos la vocal hÐ, ¦ como ocurre con
vÐ̈ (supra, §§ i-k), tiene sólo valor rítmico: JUsk̈ h¦Tc§ v©Å«t, “(novilla) amante
de la trilla” (Os 10,11); Sal 113,5.6; 114,8; 123,1.
21.El tono mill§‘el en estos dos ejemplos quizás se debe a og̈ h¦,CÅ̈ r© inmediatamente
anterior (donde hay nsiga).
22. Comp. la construcción ,¤un§ ¤t¤ C§ h¥cJ§ «h, “los habitantes en (de) un país tene-
Å̈ k©m .rÅ
broso” (Is 9,11). Hay que adelantar aquí que, en realidad, la determinación del
nombre en est. constr. se puede realizar no sólo por un nombre en est. abs.,
sino por un conjunto preposicional e incluso por una oración. Cf. amplia-
mente en § 129 m-q.
294 § 93. Vocales paragógicas del nombre
o La forma arcaica en hÐ ¦ ha sido, en algunos casos, corregida por el
Qre. Jr 10,17: Ktiv h¦Tc§ J© Ih, Qre ,¤cJ¤Å Ih; Lam 4,21; Ez 27,3. En Jr 2,23 el Qre
pide extrañamente T§ c§ J© Ih (§ 89 j ), igualmente T§ §b©Beªn§ (ibid.); en Jr 51,13
T§ §bf©«J. En todos estos ejemplos la forma en hÐ ¦ está justificada y puede
considerarse auténtica. Por el contrario, en 2 Re 4,23 el Ktiv h¦Tf§ ©k«v es
probabl. incorrecto en un texto de prosa muy simple; esta hÐ ¦ podría
deberse a analogía con h¦Tt© (cf. texto).
Hay un ejemplo probable de partic. pasivo23 en Gn 31,39: oIh h¦,c§ bªD§
vk̈§h«k̈ h¦,c§ bªd§ U, “robada de día o robada de noche”; es probabl. el único
ejemplo de hÐ ¦ paragógico en prosa.
p La hÐ ¦ es simplemente incorrecta en h¦ch¦JIv§k de Sal 113,8 (intro-
ducida por las hÐ ¦ paragógicas que preceden y siguen); es sospechosa
en ·hb̈Ub£jT© h¦kIe (Sal 116,1), pues fuera de aquí siempre (5 x) se encuentra
w©T kIe.
q La vocal hÐ ¦ paragógica se encuentra en algunas partículas:
– Siempre en la partícula negativa h¦Tk§ C¦ (§ 160 m), h¦Tk§ c¦ k§ (§ 160 l ),
que presupone una forma *,¤kC¥Å o *,¤kCŤ (/vkc), “uso, desgaste”, de
donde “deficiencia, no-existencia”.
– Casi siempre (6 x) en h¦,k̈Uz, “con excepción de” (el único ,©kUz en 2
Re 24,14 es sospechoso).
– Se encuentra con frecuencia la forma poética h¦Bn¦ por i¦n (§ 103 d ).
– En la expresión sIg h¦px§ t© u§ h¦bt£ , “yo y sólo yo”, hÐ ¦ es el sufijo de 1ª
pers., más que una vocal hÐ ¦ paragógica (§ 160 n).
r Vocal paragógica I. Esta vocal se encuentra sólo en el est. constr. de
unos pocos nombres, de forma notable en vḦj̈, “animal”. Al igual que
la vocal hÐ ¦ del est. constr. proviene de la hÐ ¦ del tipo h¦ct£ (que probabl.
proviene del genitivo semítico ’ab• [supra, § l ]), con toda probabilidad
también I procede de å del acusativo del tipo ’abå [supra, § b ]). Se usa
en algunos casos en est. constr. en lugar de hÐ ¦ por razones que se nos
escapan. En lugar de h¦bC§ , como en Gn 49,11 (supra, § m), encontramos
r«Pm¦ Ib§C, “hijo de Sipor”, en Nm 23,18, y r«gc§ Ib§C, “hijo de Beor”, en Nm
24,3.15, ambos textos arcaicos y poéticos. En lugar de o¦h·n̈ÎIb§hg§ n© k§ (Sal
114,8) se esperaría el pl. h¥b§hg§ n© k§ (cf. LXX, Peš., Vulg.). Finalmente,
tenemos siete veces I,§hj© (una de las cuales en un texto de prosa). En
Gn 1,24, .rÅ ¤t¤ ÎI,§hj© , “animales salvajes” (lit., “animales de tierra”), forma
poética quizás elegida para evitar la expresión más dura *.rÅ ¤t¤ Î,©Hj© (pero
23.Sin embargo, también esta forma podría ser un qatål > kIyë, con reducción de
øˇ (comp. J«kJ̈, oT̈§Jk̈§J); Brockelmann (1908-13: II, 251) traduce: Diebstahl,
“robo”.
§ 94. Nombres con sufijos 295
en v. 25: .rÅ̈ ¤tv̈Î,©Hj© con artículo); cf. Sal 79,2: .¤r·ẗÎI,§hj© k§ . Otros ejemplos:
h·s̈G̈ I,§hj© (Is 56,9; Sal 104,11); r©g·ḧÎI,§hj© (Sal 50,10; 104,20); hIdÎI,§hj© (Sof
2,14)24.
s Vocal paragógica U. Esta vocal U se encuentra sólo en unos pocos
nombres propios compuestos, cuyo primer componente se construye
sobre el segundo. Tiene, pues, la misma función que la vocal hÐ ¦ en los
nombres propios (supra, § m). Igual que hÐ ¦ y I proceden en último
término de los tipos ’ab• y ’abå, también esta U proviene probabl. del
nominativo de tipo ’ab¥ (supra, § b)25. En los ejempos –que, por lo
demás, son raros– no se puede excluir la posibilidad de una radical w
que se hubiera convertido en u26. Además, según Prätorius27, podría
haber en algunos nombres una forma cariñosa tipo qat¥l. Ejemplos:
k¥tUb§P, “Penuel” (= Rostro-de-Dios), en Gn 32,32 (v. 31: k¥th¦bP§ )28; k¥tUgr,§
“Reuel” (= Amigo-de-Dios [?]), en Gn 36,429; k¥tUn§J, “Semuel” (=
Nombre-de-Dios [?])30; k¥tUt§D, “Gueuel” (= Majes-tad-de-Dios [?],
quizás de una forma *ga’w). Con U,§n, “hombre”, cuya forma propia es
desconocida: k¥tJ̈U,§n, j©kJ¤Å U,§n (cf. fenicio Metuastart, “hombre–de–
Astarté”, y acadio mutu, “hombre”).
Aparte de estos nombres compuestos, la U del nominativo puede
encontrarse en algunos nombres de persona: Ur§f«C; Ufh¦kn§ (Qre Neh
12,14); Un§J©D (Neh 6,6; nombre de un árabe, cf. o¤JŤD en v. 1).
5. Formas primitivas del sufijo de 3ª pers. pl.: masc. *humu, fem. *šinna, como el
pronombre independiente, § 39 a (Brockelmann 1908-13, I, 312). Véase la
nota anterior. Cf. CA ta-a∆-ta-mu, “bajo ellos”.
6. Cf. CA ∆e-na-ya, “mis ojos”.
7. Omitido con bastante frecuencia por el Ktiv, testimoniando así la pronun-
ciación real s¥såw, pero casi siempre exigido por el Qre : p.ej., Ktiv uhnjr, Qre
un̈£jr© (2 Sm 24,14). Para uS̈§j©h, “conjuntamente”, cf. § 102 d.
La ortografía defectiva sin yod se encuentra en las antiguas inscripciones
hebreas: uJbt, “sus hombres” (Lakis 3:18) y ukt, “a él” (Yabneh-Yam, línea
13), mostrando así su antigüedad. Andersen – Forbes (1986: 324-26) sostie-
nen que la ortografía estándar uh resultó de una reforma ortográfica intro-
ducida para señalar gráficamente la distinción entre, p.ej., ubc, “su hijo”, y uhbc,
“sus hijos”. Por otra parte, el testimonio de las preposiciones h¥kt¡ , h¥kg£ y hs£
¥g en
las secciones poéticas de la Biblia Hebrea, así como los datos de la semitística
comparada (árabe ’ilå[y], ‘alå[y]; acadio eli ; ugarítico ‘ly ; acadio adi), hablan en
favor de una yod final original, sean o no consideradas estas preposiciones
originalmente como nombres plurales. Pero sobre el antiguo sud-arábigo, cf.
Beeston 1984: § 33:3. r©jt© y ,©jT©Å está sujetas a un desarrollo análogo (en
oposición a h¥bp§ k¦ y k©g respectivamente; § 103 n), mientras que el uso ocasional
pseudoplural de ih¥C y ch¦cẍ es fácimente comprensible por su contenido semán-
tico. Así pues, no existe duda alguna de que /y/, como parte del morfema pl.
constr. /ay/, fue una realidad en algún estadio de la evolución de este com-
plejo. Cualquiera que sea la explicación para el desarrollo *ayhu > åw, se
puede decir que la ortografía documentada en las inscripciones refleja la
forma fonética, y que, por tanto, el ya mencionado uJbt puede representar
básicamente la misma realidad fonética que la del masorético uhJbt: para una
visión diferente del desarrollo fonético, cf. Cross – Freedman 1952: 68s.,
donde se propone un caso por /Ÿw/ como forma dialectal. Véase también
Orlinsky 1942-43: 288-92; Meyer 1966-72: II, 56s. No es imposible que /åw/
se remonte a /aw/, que tiene su paralelo en la forma aramea correspondiente
/awhi/ (> /øhi/) y es explicado por algunos como resultado de disimilación
vocálica, a saber, /*ayhu/ > /*awhi/. El cambio de a a å pudiera ser tardío,
debido a la influencia de la labial /w/, a la que es próxima la vocal /å/. La
298 § 94. Nombres con sufijos
3ª f. v̈hÅx¤ Ux: de s¥sayha. Para la secuencia vocálica e^ – o^, cf. §
29 f.
Pl. 1ª c. UbhÅx¥ Ux: de s¥saynu; – (nuestros caballos).
2ª m. o¤fh¥xUx: de s¥sayke^m.
2ª f. i¤fh¥xUx: de s¥sayke^n.
3ª m. o¤vh¥xUx: de s¥sayhe^m.
3ª f. i¤vh¥xUx: de s¥sayhe^n.
e Nombres con terminación fem. vÐ̈ (vẍUx, “yegua”). Los sufijos se
añaden a la forma constructa ,©xUx, cuya Ð © se mantiene en o¤f,§ ©xUx,
i¤f,§ ©xUx (šwa’ medium), pero deviene Ð̈ en los demás casos: h¦,ẍUx, W§,«ẍUx,
etc.
f Nombres con terminación pl. fem. ,I (,IxUx, “yeguas”). La lengua
hebrea presenta aquí un fenómeno particular: los sufijos no se añaden
directamente al constr. ,IxUx, sino a través de una sílaba *ay, que es la
terminación plural (y dual) masc. de los nombres en est. constr., p.ej.
Wh,¤Å IxUx, con hÐ ¤ (= *ay) de WhÅx¤ Ux. Estas formas tienen, pues, una doble
marca del plural: la fem. ,I y la masc. *ay.
g Sin embargo, se pueden encontrar ejemplos sin *ay, bastante
frecuentes con los sufijos de 3ª pers. pl.: en lugar del tipo o¤vh¥,IxUx se
encuentra con frecuencia o,̈IxUx, más antiguo. El tipo más largo
expresa doblemente la categoría de pluralidad y es más tardío. Así,
o,̈Ic£t, “sus padres”, es más frecuente que o¤vh¥,«ct£ 8, que sólo se encuen-
tra en los libros tardíos de Esd, Neh, Cr; también en Jr y 1 Re 14,15.
Es significativo o,̈Ir§Dx§ n¦ (2 Sm 22,46) frente al paralelo o¤vh¥,Ir§Dx§ n¦ (Sal
18,46)9. Siempre encontramos o,̈«Nt¦ (2 x), “sus madres”, o,̈In§J y i,̈In§J,
“sus nombres”, o,̈IrIS, “sus generaciones”10. A veces es la eufonía la
14.Young (2001: 228-30) muestra una distribución de esta forma rara entre
varios libros bíblicos. Se da en texto tan tardío como Dn 11,10.
15.Véase discusión en Gogel 1998: 156, n. 181.
16.Pace Qimron (1986: 60), que niega la existencia del tipo uhct.
§ 94. Nombres con sufijos 301
i Formas raras de sufijos de nombres plurales
Sufijos singulares
– 2ª pers. fem. h¦f§hÐ,
©Å h¦f§h ·Ð̈, forma rara (aramaizante): 2 Re 4,3.7 (Ktiv),
todas en un texto que evidencia alguna influencia del dialecto
septentrional, como hfk̈ (2 Re 4,2) y h¦Tt© (2 Re 16,23); Sal 103,3-5;
116,7, mayormente en poesía.
– 3ª pers. masc. UvhÐ: ¥Å Hab 3,10; Job 24,23. Defective vÐ ¥Å (apariencia de
sing.): 1 Sam 14,48 (probable); 30,26; Ez 43,17; Nah 2,4. El sufijo
arameo h¦vI se encuentra (probabl. incorrecto) en Sal 116,12.
– 3ª pers. fem. tv̈hÐ:
¤Å Ez 41,15 (probabl. incorrecto).
Sufijos plurales
– 2ª pers. fem. vb̈Åf¤ hÐ:
¥ Ez 13,20.
– 3ª pers. masc. vn̈Åv¥ hÐ:¥ Ez 46,1017; vb̈Åv¤ hÐ:
¥ Ez 1,11.
– 3ª pers. masc. InÐ: ¥Å muy rara con el sentido “de él”, como en Sal 11,7
Job 27,23 (InhÅ¥kg̈); cf. § 103 m18.
j Semejanzas y confusiones en los sufijos de los nombres en singular
y plural
Las confusiones hubieron de surgir con facilidad gráficamente y
fonéticamente. En los nombres plurales la omisión de h, voluntaria o
por error, produce un conjunto consonántico ambiguo: así, Wºf¤ r̈S,§ voca-
lizado como un nombre pl., “tus caminos” (Ex 33,13; Jos 1,8; Sal 119,
37), pudo vocalizarse como singular: W§Fr§S, © En tales casos se duda
© W·¤Fr§S.
entre el singular y el plural19.
Los sufijos del nombre plural, más largos y más sonoros, se intro-
ducen a veces en los nombres en singular, esp. en los nombres en
,U-20: o¤fh¥,Ub§z (Nm 14,33); Q¦h,©Å Ub§nk§ t© (Is 54,4; acaso por asonancia con
Q¦hn©Å Uk£g); Q¦h,©Å Ub§zT© (Ez 16,15.20 Qre); v̈h,¤Å Ub§zT© (Ez 23,7); o¤fh¥,Uc§J (Sof 3,20);
en algunos nombres en a® 21: Q¦h·,̈m̈£g(Is 47,13; Ez 35,11; Sal 9,15; Esd
9,15).
17.La terminación vnvh es muy frecuente en HQ junto con la bíblica estándar ovh.
Cf. Qimron 1986: 62s.
18.Comp. eblaíta ši-ne-mo = šinn-êmo, “sus dientes” (Gordon 1997: 107).
19.Sobre la probabilidad de que los naqdanim no pretendieran ninguna distinción
fonética entre los siguientes pares: WÐ,
¤Å WhÐ;
¤Å UvÐ,
¥Å UvhÐ; ¥Å v̈Ð,
¤Å v̈hÐ;
¤Å UbÐ, ¤Å cf.
¥Å UbhÐ,
§ 6 d, n. Un escriba escribiendo al dictado pudo fácilmente añadir u omitir h.
Sobre los plurales aparentes de los nombres en vÐ, ¤ cf. § 96 C e. Para un
listado de ortografías probabl. defectivas como i¤vc¥ k§ j¤ (Gn 4,4; cf. supra, § h),
véase Andersen – Forbes 1986: 137s.
20.Pero según König (1881-97: § 258 f ), tampoco es imposible un verdadero pl.
21.Que nosotros quizás vocalizaríamos en pl., como Q¦h·,̈«mg£.
302 § 95. Flexión del nombre
§ 95. Flexión del nombre
a Cuando un nombre pasa del est. abs. al est. constr., cuando toma
las terminaciones de plural o dual, y cuando añade sufijos, normal-
mente sufre algunos cambios en su vocalización. El conjunto de estos
cambios en el nombre constituye su flexión o declinación. Los cambios se
producen por el desplazamiento, atenuación o supresión del acento
tónico. Sus leyes han sido expuestas en la sección de Fonética de este
libro; su aplicación, así como las anomalías, se indicarán al tratar los
diversos paradigmas.
b Habremos de ver que en los diversos tipos de flexión la vocaliza-
ción con los sufijos fuertes o¤f, i¤f, o¤v y i¤v no es la misma que con los
sufijos ligeros o débiles. Los nombres tienen un tema base con los sufijos
fuertes y otro con los sufijos ligeros; con los sufijos fuertes el tema es
generalmente el est. constr., con los sufijos débiles es el est. abs; p.ej.,
constr. h¥fk§ n© , o¤fh¥fk§ n© , pero abs. oh¦fk̈§n, h©fk̈§n (cf. § 96 A b, n.); constr. hs§ ¥h.
o¤vhs§ ¥h, pero abs. o¦hsḧ, Å© uhs̈ḧ; constr. h¥bP§ , o¤vh¥bP§ , pero abs. oh¦bP̈, uhb̈p̈1. Hay
también nombres con un solo tema, p.ej., constr. h¥kd§ r,© o¤vh¥kd§ r,© y abs.
o¦h©kÅ d§ r,© h©kd§ r.© Sin embargo, nombres con la desinencia pl. fem. ,I- usan el
tema del pl. constr. como base de cualquier sufijo posesivo, incluso
cuando el tema del pl. abs. es distinto del del pl. constr.: p.ej., para el
abs. ,I,k̈S§ (un pl. alteranativo de ,¥kS) Ť y el constr. ,I,§kS,
© se tiene h©,I,§kS©
y o¤vh¥,I,§kS; © cf. también el pl. constr. ,I,§pG¦ (un pl. secundario de vp̈G̈) y
uh,̈I,§pG¦ y o¤vh¥,I,§pG¦ . Con frecuencia el tema con los sufijos débiles queda
menos abreviado que el est. constr. (como en el ejemplo propuesto); a
veces el tema con los sufijos fuertes queda menos abreviado que el est.
constr., como, p.ej., el pl. abs. ,Ic¥Mn© , “estelas, constr. ,Ic§Mn© , o¤vh¥,Ic¥Mn© (y
o,̈Ic¥Mn© ). Véase también § 96 A ja.
c En cuanto a la distribución de las vocales, debe notarse la gran
diferencia entre nombres sin sufijos y el perfecto sin sufijos. De las dos
vocales que pueden caer, la primera es la que cae en los nombres, la
segunda es la que cae en el perfecto:
NOMBRES: rc̈S̈, ohrc̈ ¦ S;§ i¥ez̈, vb̈¥e§z, oh¦be¥ §z.
PERFECTO: k©yë, vk̈§yë« , Uk§yë« ; s¥cF̈, vs̈§c«F̈, Us§c«F̈.
Pero en el perfecto con sufijos, la distribución de las vocales es la
misma que en los nombres:
NOMBRES: Qrc̈ ¥ S,§ Wr«§c̈S.§
PERFECTO: Q¥kÿ§e, W§k«ÿe§ .
2. Cf. g©Xn© , § 49 c.
304 § 96 A. Flexión de nombres segolados
vocal auxiliar1. Ofrecemos los paradigmas (Paradigma 17) en el orden
siguiente:
1. Nombres segolados de raíces fuertes sin gutural (§ b): qatl Q¤knŤ (§
c); qitl r¤px¥Å (§ e); qutl JsÅ
¤«e (§ g )
2. Con una gutural: qatl r©g©Åb (§ i ); qutl k©g«PÅ (§ j )
3. De las raíces u"g: ,¤unÅ̈ (§ l ); de las raíces h"g: ,¦h©Åz (§ m)
4. Nombres de las raíces g"g: qatl o©g (§ n); qitl z¥g (§ o); qutl e«j (§ p)
5. Nombres de raíces v"k: qatl hs§ ¦D (§ q).
b Nombres segolados de raíces fuertes: Q¤knŤ , “rey”; r¤px¥Å , “libro”; JsÅ ¤«e2,
“santidad”. Tratamiento general. Tres cuestiones se plantean con
relación a estos tres tipos: 1) ¿Por qué se emplea Ð ¤ uniformemente
como vocal auxiliar? 2) ¿Por qué se emplea uniformemente un qamesˇ
pretónico en el pl. abs.? 3) ¿Por qué en el pl. constr., una tercera radical
begadkefat es fricativa? Entre las diversas explicaciones propuestas,
ofrecemos aquí la que nos parece más satisfactoria3.
Singular. Es preferible comenzar la explicación por el tipo *sifr. La
forma primitiva *sifr devino primeramente *seˇfr, después tomó la vocal
auxiliar e^ próxima a eˇ: r¤px¥Å 4. Este segol auxiliar se propagó al tipo *malk y
*qudš.
Bajo influencia de la vocal auxiliar e^ del tipo r¤px¥Å , la forma primitiva
*ma^lk devino maläk, con vocal auxiliar ä muy abierta (= e^); entonces la
vocal principal a^ se convirtió en ä por influencia de la vocal auxiliar ä 5,
de donde mälä∆ = Q¤knŤ .
La forma primitiva *qudš devino *qoˇdš y tomó la vocal auxiliar e^ por
analogía de r¤px¥Å y Q¤knŤ , de donde JsÅ ¤«e6.
1. Estas formas primitivas, que esporádicamente aparecen en el TM, p.ej. t§yj¥ ,
§b, y§ J§ e, han sido conservadas en la tradición subyacente a la Secunda de los
S§r¥
Hexapla: p.ej. arj = .rÅ ¤t¤ ; gabr = r¤cŤD (cf. Brønno 1943: 123-50). Lo cual no
significa, sin embargo, que los modelos segolados tan familiares hayan sur-
gido sólo después de Orígenes (s. III d.C.); cf. Kutscher 1974: 109-11.502-04.
La estructura sin vocal epentética entre R2 y R3 se ha conservado amplia-
mente en fenicio (Friedrich–Röllig 1999: §§ 193 y 194).
2. Mantenemos el paradigma usual JsÅ ¤«e, a pesar de la pequeña anomalía de este
nombre en el pl. abs.: oh¦Js̈ë o w¢e en lugar de w§e (por contra, r¤e«CÅ , “mañana”,
¦ C.
ohrë§
3. Cf. Joüon 1911: 375ss.
4. Compárese, en el fut. apocopado qal de los verbos v"k, las formas k§ d§¦h, k§ d§¥h, k¥dÅ¥h;
la forma más usual k¤dŦh no se encuentra en los nombres, tampoco k§ d§¦h (§ 79 i).
5. Cf. Brocklemann 1908-13: I, 184.
6. Existió probabl. un estadio intermedio qoˇdoˇš, a juzgar por ciertas transcrip-
ciones de LXX: Goso,n = i¤JÅD; Tofo,l = k¤p«TÅ ; Boo,j = z©g«CÅ ; Boo,n = i©v«CÅ , y por
§ 96 A. Flexión de nombres segolados 305
Plural. Hay en hebreo dos tipos de plural:
1. El primero, más antiguo y ahora raro, se construye sobre la
forma primitiva del singular: *rahˇm, pl. oh¦nj£ r,© “entrañas”; *šiqm
(vn̈§eJ¦ ), pl. oh¦ne§ J¦ , “sicómoros”; r¤GgŤ , “diez”, ohr§ ¦Gg¤ , “veinte”; g©cJ¤Å ,
“siete”, oh¦gc§ J¦ , “setenta”; g©JT¥Å , “nueve”, oh¦gJ§ T¦ , “noventa”; duales
como o¦hP©Å k§ t© , “dos mil”, de ;¤ktŤ , “mil”; o¦h©kÅ d§ r© de k¤dr,
Ť “pie”; o¦hF©Å r¦
§C de
¤C¤, “rodilla”; comp. ,In§fj̈, “Sabiduría”, un tipo de pl. mayestá-
QrÅ
tico formado sobre el sing. vn̈§fj̈ (§ 136 d ); probabl. también
*vT̈§JP¦ , pl. oh¦TJ§ P¦ , “lino”. Adviértase el dageš lene de R2.
2. El segundo tipo es un nuevo plural construido no sobre el
antiguo singular sino sobre la forma nueva segolizada. Así, la
vocal auxiliar Ð, ¤ considerada como ä, primeramente en mäläk,
después en los otros dos tipos, deviene å en sílabas abiertas:
mlåh∆•m. El qamesˇ pretónico que se encuentra en los tres plurales
oh¦fk̈§n, ohrp̈§
¦ x y oh¦Js̈¢e proviene del segol auxiliar de los tres singu-
lares7.
Sin embargo, una explicación más plausible del origen del qamesˇ es
que resultara del alargamiento de la /a/ original breve, como se
atestigua en ugarítico: /∆abal•ma/, pl. oblicuo de /∆ablu/, “cuerda”8.
En otras palabras, se postula una base alternativa plural, qVtal,
comparable al plural fracto del árabe y etiópico, a la que se añadió
posteriormente la normal terminación de plural: así, *malak > *malak•m
> malåk•m > oh¦fk̈§n9.
18.La forma oh¦kÿ§e de los tres tipos segolados es también el pl. del tipo rc̈S̈ (§ 96
B b).
19.La forma h¥ky§ e¦ es una de las más ambiguas: además de ser el plural constante
de k¤ye¥Å , kÿ¥e, y el plural ordinario de kÿë, k¥yë, se encuentra también a veces
como plural de k¤yeŤ e incluso de k¥y«Åe.
20.Como en las formas femeninas, p.ej. vn̈§fj̈ (§§ 88 C j y 97 A a).
21.Para b y e, comp. el mantenimiento de ú en las consonantes labializadas g, q,
k, ∆ en etiópico.
§ 96 A. Flexión de nombres segolados 309
Con R3 gutural se encuentran los tipos g©rŤz, “semilla”, j©m¥Åb, “eternidad”,
que no presentan dificultad alguna, y el tipo j©n«rÅ , “lanza”, idéntica al
tipo k©g«PÅ , “trabajo”, de R2 gutural. Con R2 gutural tenemos la forma
k©g«PÅ , tipo qutl, y la forma r©g©Åb, “muchacho”, tipo qatl. No hay ninguna
forma qitl con R2 gutural o, si existe, pertenece probabl. al tipo r©g©Åb y es,
consecuentemente, indiscernible (cf. rg̈¥G, § 96 B c).
i Flexión del tipo 4. r©g©Åb, “muchacho” (Paradigma 17.4). Después de
una gutural se encuentra una vocal auxiliar, a saber Ð, £ o la vocal plena
Щ cuando la palabra se alarga, p.ej. hr£ ¦g©b, Wr©
§g©b (§ 22 b-c). La vocalización
ФР¤ es usual en dos palabras terminadas en oj, un fenómeno de difícil
explicación22: o¤jk¤Å , “pan”, y o¤jr, Ť “seno, matriz” (pero o©jr, Å© en el sentido
de “mujer” o “muchacha”, en el texto arcaico y poético de Jue 5,30 †);
en pausa o¤j·k̈, o¤j·r̈. Sobre oh¦nj£ r,© plural del tipo antiguo, cf. supra, § b.
j Flexión del tipo 5. k©g«PÅ , “trabajo” (Paradigma 17.5). También aquí se
encuentra con frecuencia una vocal auxiliar, a saber Ð, ¢ después de la
gutural, o, cuando la palabra se alarga, la vocal plena Ð̈: h¦kg¢P̈, W§kg̈P̈ (§
22 b-c). La misma vocal auxiliar Ð̈ se encuentra, sin una gutural, en
W§cÿë (como o¤fc§ r̈ë, § 65 c). En lugar de la forma normal Ik¢gP̈ se pueden
encontrar las siguientes formas: Ik£g«P (Is 1,31; Jr 22,13, con oˇ en sílaba
abierta y Ð £ normal bajo g); Ir£t«T (Is 52,14), pero Ir¢tT̈ en 1 Sm 28,14;
comp. fenómeno similar en los verbos (§ 68 f ).
En k¤v«tÅ , “tienda”, t inicial siempre lleva vocal plena, o^ u oˇ: h¦k¢vẗ, W§kv̈ẗ
etc.; oh¦kv̈«t, h©kv̈«t etc.; sobre vk̈¡v«tÅ v̈, cf. § 93 c. La vocal oˇ se encuentra
también en Wh,¤Å Ijr«§t, “tus caminos”, uh,̈«jr«§t, o,̈Ijr«§t (pero h©,«jrẗ, § o¤vh¥,«jrẗ).
§
La palabra i¤v«CÅ , “pulgar”, tiene Ð ¤ a pesar de la gutural23; el pl. constr.
,Ib«vC§ con oˇ presupone un sing. *iIv§C (así leido en todo el Pentateuco
Samaritano).
ja La flexión de los nombres segolados de raíces que no sean v"k, hu"g y
g"g, puede sintetizarse de la siguiente manera:
Pl. abs.: /CCåCim/ o CCåCøt/
Pl. Constr.: /CVCCŸ/ o /CVCCøt/
/V/ después de R1 representa una vocal típica de los tres tipos
segolados básicos: qatl, qitl, qutl. Por ejemplo:
Qatl : Q¤knŤ , oh¦fk̈§n, h¥fk§ n© ; J¤p¤Åb, ,IJp̈§b, ,IJ§d©b
Qitl : r¤px¥Å , ohrp̈§
¦ x, hr§ ¥px¦ ; J¤nJ¤Å , *,IJn̈§J, *,IJ§nJ¦
Qutl : JsÅ ¤«e, oh¦Js̈¢e, h¥Jsë;
§ jrÅ ©«t, ,Ijr̈¢t, ,Ijrẗ §
,Inë§b, nakamwq (Sal 18,48); ,Itc̈§m, sabawq (Sal 46,8.12), y cf. hr§
¥cS,¦ dabrh (Sal
35,20); h¥bP§ , fanh (Sal 18,43). Véase Brønno 1943: 151.
4. Pace Fox (2003: 215), la retención de Ÿ tónica es normal.
5. Con esta doble forma del est. constr. compárese la doble forma del est.
constr. de las formas aferéticas de los nombres u"p (§ 75 m), p.ej. *lidat > vs̈¥k,
abs., y constr. ,sÅ ¤k¤ ; šinat > vb̈¥J, constr. ,©bJ§ .
6. Único ejemplo y, por la gutural, poco convincente.
316 § 96 C. Nombres con 1ª vocal estable y 2ª vocal primitiva breve
nante, resultando una forma tipo qatl, que deviene k¤yeŤ por segoliza-
ción: QrÅ ¤t¤ , “largo”7 (abs. Q«rẗ), p.ej., en o¦hP©Å t© QrÅ
¤t¤ , “paciente, longánime”.
Con la adición de las desinencias de la declinación, tiene lugar una re-
duplicación espontánea8: oh¦Kªdg£, “redondos”; oh¦Ns£ ªt, “rojos”; v˪ng£, “pro-
funda”; excepto ante una gutural: oh¦v«cD§ (cf. § 18 e), y también en otros
casos, como vëU,§n.
f Flexión del tipo 14. vsG̈, ¤ “campo” (Paradigma 17.14). La mayoría de
los nombres de raíces v"k con vocalización vÐ ¤ Ð̈ son el tipo qatal (§ 88
D a); unos pocos son qatil (§ 88 D b), p.ej. v¤zj̈, “pecho” (probabl.).
Cualquiera que pueda haber sido la forma primiltiva, la flexión de las
formas tipo qatil es similar a las del tipo qatal. En la palabra vsG̈, ¤ la
forma primitiva ∞aday se conserva en la forma poética y rara hsG̈. © El
diptongo ay se contrae en Ÿ, que aparece en dos pronunciaciones dife-
rentes: e^ en el est. abs. vsG̈, ¤ y eˇ en el est. constr. vs§ ¥G9. Ante ciertos
sufijos (cf. Paradigma 20) se mantiene Ÿ, bien como Ð ¥ o bien como Ð ¤
(ante Ð̈, cf. § 29 f ): W·¤sG̈ (forma pausal, de donde la forma pausal en
nombres de otras raíces: W·¤xUx, § 94 c); QsG̈ ¥ (de donde Q¥xUx); UvÅsG̈; ¥ WÅsG̈;
¤
¥ (de donde UbÅx¥ Ux). Ante los otros sufijos, la forma es sincopada: hsG̈,
UbÅsG̈ ¦
Ws«§G̈, os̈G̈, por analogía de h¦xUx, W§xUx, oẍUx; igualmente, las formas raras de
3ª pers. IsG̈, Vs̈G̈10 (compárense las formas verbales en vÐ ¤ con sufijos:
§ 79 k). La forma es también sincopada ante la desinencia plural: *ohsG̈, ¦
,IsG̈; plurale tantum oh¦bP̈, “rostro”. Sobre los plurales aparentes, § 96 C e.
§ 96 C. Flexión de nombres
con 1ª vocal estable y 2ª vocal primitiva breve
a En esta categoría entran los nombres con una vocal primitiva larga
(en sílaba abierta) o breve (en sílaba cerrada), y una segunda vocal
primitiva breve, p.ej. las formas tipo qåtal y maqtal, qåtil y maqtil 1. Las
peculiaridades de la flexión conciernen generalmente sólo a la 2ª vocal
7. Único ejemplo. Nótese que no existe ninguna forma *Qrẗ, ¥ de la que pudiera
provenir QrÅ ¤t¤ . Cf. Torczyner 1911: 273.
8. ¿Es vK̈s§ ªD, “grandeza”, un uso lexicalmente especializado de una variante de
vk̈«sD§ ?
9. Comp. la diferencia entre v¤kd§¦h y el imptv. v¥kD§ (§ 79 e, f ) y cf. la observación
sobre la cualidad real de la vocal (§ 79 e, observación 2).
10.Es obvio que se da una influencia recíproca de los nombres v"k sobre los
nombres ordinarios, y de los ordinarios sobre los v"k.
1. En el caso de palabras de más de dos sílabas, se debería hablar de vocal pen-
última y última, mejor que de primera y segunda.
§ 96 C. Nombres con 1ª vocal estable y 2ª vocal primitiva breve 317
(una excepción, infra, § c). Los paradigmas incluyen una forma tipo
qåtal, otra qåtil, y otra qåtal - qåtil de raíz v"k.
b Flexión del tipo 15. ok̈Ig, “eternidad” (Paradigma 17.15), forma tipo
qåtal, § 88 F a., y otros nombres con 1ª vocal etimológicamente larga
en sílaba abierta o 2ª vocal breve a en sílaba cerrada (p.ej. kÿ§en© ). La
flexión de estos nombres es muy simple. La 1ª vocal es estable; la 2ª
vocal se comporta como la 2ª vocal de rc̈S̈ (§ 96 B b). Constructos
excepcionales: ok̈Ut; jÿ§cn¦ (Sal 65,6; Prov 25,19); iT̈©n (Prov 18,16).
En los participios nif‘al de los verbos t"k (tipo tm̈§n¦b), en lugar del
tipo normal oh¦tm̈§n¦b (con Ð̈ pretónica como en oh¦nk̈Ig y ohrc̈ § se en-
¦ S)
cuentra con frecuencia el tipo oh¦tm§ n§ ¦b; así, tenemos casi siempre oh¦tm§ n§ ¦b y
oh¦tC§ ¦b (cf. § 78 h)2. Por otra parte, el estado constr. de oh¦tr̈§en¦ , “convo-
catorias”, tiene un Ð̈ irregular como penúltima vocal: h¥tr̈§en¦ 3 (comp.
h¥tÿ£j: § 96 A e; h¥hs̈§D: § 96 A q).
Bastantes nombres del tipo kÿ§en© tienen reduplicación espontánea
en plural (§ 18 f ): oh¦En© g£n© , “simas”; ohS© ¦nj£ n© , “objetos preciosos”; ohS© §n,
¦cr©
“alfombras”; oh¦Ng© y§ n© , “guiso sabroso”; oh¦Bs£ ©gn© , “exquisiteces”. Del tipo
kÿ§en¦ : oh¦Bn© J§ n¦ , “platos suculentos”; oh¦Bn© f§ n¦ , “tesoros” (encontramos
reduplicación virtual con sufijos, p.ej. h¦jy© c§ n¦ , etc., § 20 c). Nombres de
otros tipos: oh¦Cr§ ©eg© , “escorpiones”; oh¦Bn© J§ t© (sentido incierto); hS©
¥Cf§ ¦b (pero
¦ f¦b), “honorables”. Aparentemente el hecho de que la 1ª sílaba sea
ohsC̈§
cerrada produce que la 2ª sílaba se cierre también. El pl. de drIn ©
(variante Ð̈) en Is 14,15 † es oh¦DrIn, ¦ con atenuación de a en i 4.
c Flexión del tipo 16. c¥h«t, “enemigo” (Paradigma 17.16), forma tipo
qåtil, § 88 F b., y otros nombres con 1ª vocal etimológicamente larga en
sílaba abierta, o breve en sílaba cerrada, y 2ª vocal i > Ð ¥ (p.ej., k¥ye§ n¦ ,
k¥ye§ n© ). La 1ª vocal es estable; la 2ª vocal Ð ¥ no se comporta como la 2ª
vocal Ð ¥ de i¥ez̈ (§ 96 B d ).
Mientras que en i¥ez̈ la Ð ¥ no se mantiene en el est. constr., pero sí se
mantiene en sílaba abierta (h¦be¥ §z, oh¦be¥ §z), en c¥h«t (y en otras muchas
formas) la Ð ¥ se mantiene generalmente en el est. constr., pero no en
sílaba abierta (h¦c§h«t, oh¦c§h«t).
5. Por tanto una forma tipo k©ye§ n¦ es ambigua: puede provenir de kÿ§en¦ , de k©ye§ n¦ o
de k¥ye§ n¦ (cf. infra).
6. Véase discusión en Garr 1987: 147.
7. El partic. es probabl. maqtil, y el sustantivo es probabl. maqtal.
§ 96 D. Nombres con 1ª vocal primitiva breve y 2ª vocal primitiva larga 319
Plurales aparentes en nombres en vÐ ¤ (de cualquier forma). Con
ciertos sufijos se encuentran formas con apariencia de plural en la
pronunciación e incluso en la ortografía, pero de hecho son singulares.
En estas formas la terminación ay se ha contraido en eˇ, que normal-
mente se ha escrito hÐ, ¥ con h como en el plural:
– Formas sin h : o¤v¥u§b, “su pastizal” (Jr 49,20; Ez 34,14); o¤vp¥«t, “su pana-
dero” (Os 7,6).
– Formas con h: o¤vh¥tr© §n, “su aspecto” (Dn 1,15); i¤vh¥tr©
§n (Gn 41,21; Nah
2,5); o¤vh¥yIb, “el que los extendió” (Is 42,5; cf. § 136 e n.); WhŤb£jn© , “tu
campamento” (Dt 23,15, después de WŤb£jn© ); WhÅsG̈, ¤ “tu campo” (1 Re
2,26); WhŤbe§ n¦ , “tu rebaño” (Is 30,23).
§ 96 D. Flexión de nombres
con 1ª vocal primitiva breve y 2ª vocal primitiva larga
a La 2ª vocal de estos nombres es etimológicamente larga y, por
tanto, se mantiene; la 1ª vocal, primitivamente breve, es suprimible; en
algunas formas como c,̈§F y rẗ§J, la vocal primitiva ha incluso desapa-
recido. El paradigma sh¦eP̈ (17.18) ofrece un ejemplo de forma tipo qat•l
de una raíz fuerte; h¦bg̈ (17.19) de raíz v"k; finalmente c,̈§F (17.20) es un
ejemplo de qitål o qutål.
b Flexión del tipo 18. sh¦eP̈, “encargado” (Paradigma 17.18), y otros
nombres con a primitiva breve como 1ª vocal y con 2ª vocal primitiva
larga, p.ej. kUyë, kIsD̈ (con oˇ estable, § 88 D c)1, oIkJ̈, oIen̈.
La a primitiva breve deviene Ð̈ en posición pretónica. General-
mente cae en posición antepretónica y en el est. constr. Excepciones2:
– Jh¦kJ̈, “ayudante”, constr. sin documentar, IJh¦kJ̈; pl. oh¦Jh¦kJ̈, constr.
sin documentar, uhJ̈h¦kJ̈.
– [En xhrẍ, ¦ “eunuco”, unas formas presuponen un tipo qat•l, y otras
presuponen un tipo qatt•l : constr. xhrẍ, ¦ pl. oh¦xhrẍ,
¦ constr. h¥xhrẍ
¦ ( 1x
w§x), uhẍhrẍ
¦ etc. Igualmente en .hrP̈, ¦ “salteador (que abre una brecha)”:
constr. .hr§ ¦P, pl. oh¦mhr«¦P̈, constr. h¥mhr«¦P̈].
– g© UcJ̈, “semana”, tiene las siguientes formas plurales: oh¦gUc«J̈, ,Igªc«J̈,
constr. ,IgªcJ§ (o¤fh¥,«gcªJ̈, § 14 c 2); pero dual o¦hg©Å cªJ§ (Lv 12,5 †) (comp.
abs. ,IgªcJ§ , “juramentos” (Ez 21,28), de vg̈Uc§J).
3. La misma relación entre est. abs. y constr. en Jh¦nK̈©j, constr. Jh¦nk§ ©j, “sílex,
granito”.
1. Compárese el tratamiento de Ð
¥ en la flexión de c¥h«t (§ 96 C c ).
§§ 97-97 G. Nombres femeninos 321
§ 97. Flexión de los nombres femeninos (Paradigma 18)
Por nombres femeninos se entienden aquellos nombres que, en
singular o en plural, tienen una terminación femenina (§ 89 a). Un
nombre femenino está, pues, formado por el correspondiente nombre
masculino (real o hipotético) más una de las terminaciones femeninas:
vÐ̈, , (,Ф Ð,
¤Å ,Ф Ð,
¥Å ,Ð
¤Ð« Å , ,Ð ©Å (§ 89 d-j ). Las modificaciones que
© Ð)
pueden afectar a la forma masculina se indicarán cuando tratemos cada
flexión en particular.
Por su amplitud subdividimos este párrafo en otros más breves
(correspondientes a las subdivisiones de § 96): § 97 A: Flexión de
nombres con una sola vocal primitiva. § 97 B: Nombres con dos
vocales primitivas breves. § 97 C: Nombres con una 1ª vocal estable y
una 2ª vocal primitiva breve. § 97 D: Nombres con una 1ª vocal pri-
mitiva breve y una 2ª vocal etimológicamente larga. § 97 E: Nombres
con dos consonantes y una vocal primitiva breve. Y además: § 97 F:
Flexión de terminaciones segoladas. § 97 G: Flexión de nombres ter-
minados en ,hÐ, ¦ ,U y ,Ð̈.
§ 97 A. Nombres femeninos
con una sola vocal primitiva
a Esta categoría incluye los nombres femeninos de los tipos qatl, qitl y
qutl, cuyos correspondientes masculinos han sido, en su mayor parte,
segolizados. Para formar el nombre femenino se añade at > å a la
forma primitiva, de donde resulta qatlat, qitlat y qutlat, p.ej. vF̈§kn© ,
“reina”; vr̈§,x¦ , “refugio, asilo”; vẗ§nyª, “impureza”. A veces la vocal
primitiva sufre alguna alteración, al igual que ocurre en los nombres
masculinos al añadir los sufijos. Así, *kab∞ (G¤cFŤ, “cordero”) tiene la
forma femenina vG̈§cF¦ junto a vG̈§cF© (§ 88 C b); *raš‘ (g©Jr, Ť g©J·r̈, “maldad”)
tiene el sinónimo fem. vg̈§Jr¦ con i como en Ig§Jr¦ (comp. formas como
h¦by§ C¦ junto a h¦Fk§ n© , § 96 A e)1. En las formas tipo qitl se usa Ð ¤ después de
R1 gutural, p.ej. *hˇilq (e¤kj¥Å , “parte”), vë§kj¤ , como tenemos h¦ek§ j¤ (§ 96 A
e); igualmente k¤dg¥Å , “ternero”, vk̈§dg¤ , como tenemos Q¥kd§ g¤ ; r¤zg¥Å , “ayuda”,
vr̈§zg¤ , como tenemos hr§¦zg¤ . En las formas tipo qutl la u casi siempre
deviene Ð̈ como en la flexión masculina, p.ej. vj̈rë, § “calvicie”, como
tenemos h¦Jsë § (§ 96 A g; cf. § 88 C j ). La u primitiva se ha conservado
en vẗ§nyª, “impureza” (ante labial), y en el nombre propio femenino
vS̈§kjª (comp. s¤k«jÅ , “comadreja”).
2. Así, más allá de la categoría de los nombres segolados no existe ningún qamesˇ
pretónico, p.ej. vn̈r¦ §n, “fraude”, pl. ,Inr¦
§n (y no *,Inr̈§n); vü§mn¦ , pl. ,I§mn¦ (formas
tipo vk̈ÿ§en¦ , § 88 L f ).
3. Sobre la forma ,In§fj̈, “sabiduría”, cf. § 96 A b.
§§ 97-97 G. Nombres femeninos 323
b Flexión del tipo 22. vës̈§m, “justicia”, tipo qatalat (Paradigma 18.22).
La forma primitiva *sˇadaqat deviene vës̈§m en el est. abs. La 1ª vocal cae
en sílaba antepretónica. En est. constr.*sˇadqat deviene ,©es¦ §m, con
atenuación de a en i (§ 29 g); el šwa’ es “medium”, de donde una begad-
kefat como R3 se convierte en fricativa. Con sufijos: h¦,ës¦ §m, W§,ë« s¦
§m, pero
§m. En plural, *saˇdaqåt deviene en est. abs. ,Ies̈§m, mientras que en
o¤f,§ e© s¦
est. constr. *sˇadqåt deviene ,Ies¦ §m (con šwa’ “medium”). Nótese que es
la base del est. constr. la que se usa con todos los sufijos (como ,If§kn© ,
§ 97 A b).
c En el est. constr. del tipo ,©es¦ §m, una begadkefat R3 se pronuncia como
fricativa, p.ej. ,©cs¦ §b, “generosidad”; es explosiva en ,S©r¤ §j, “terror” (de
vs̈r̈£j), ,©Fr¦§C, “bendición” (pero h¦,f̈r¦ §C, ,Ifr̈§c). La a de la 1ª sílaba del tipo
*sˇadqat se mantiene en ,©ns© §t, “tierra”; pero después de una gutural, la i
secundaria deviene e^: ,S©r¤ §j, I,k̈§dg¤ (de vk̈d̈£g, “carro”). El est. constr. de
vr̈ÿ£g, “corona”, se segoliza: ,rÅ ¤y¤ g£. De vr̈m̈£g (4 x), “asamblea”, se forma
,rŤm¤ g£, no sólo como est. constr. (Jr 9,1), sino también como est. abs. (4
x); en pausa, ,¤r·m̈£g (2 Cr 7,9). Las formas con sufijos Q¥Tn§ c¦ §h, IT§nc¦ §h,
“cuñada”, derivan de una forma segolada *,¤ncŤ§h (la i es atenuación de
a); el est. abs. no está documentado en la Biblia, sí en la Misnah: vn̈c̈§h.
d Flexión del modelo qatilat > vk̈¥ye§ 1. La flexión de nombres del
modelo qatilat muestra una notable anomalía: la Ð ¥ tiende a mante-
nerse, mientras que cae la correspondiente Ð̈ del tipo vk̈ÿ§e. La mayoría
de los nombres de esta categoría tienen alguna que otra peculiaridad.
Los nombres del tipo vk̈¥ye§ pueden dividirse en dos grupos: los que
mantienen la Ð ¥ en la flexión (como vb̈¥tT§ , forma del tipo qitl, § 97 A c),
y los que no la mantienen.
±¥ se mantiene en los siguientes nombres: vf̈r§ ¥C2, “alberca”, constr.
,©fr§¥C, pl. ,Ifr§ ¥C (abs. y constr.); vk̈¥zD§ , ,©k¥zD§ , “rapiña, botín”; vẗ¥ny§ , ,©tn¥ y§ ,
“impura”; vẗ¥kn§ , h¦,t£ ¥kn§ , “llena de” (hˇireq compaginis, § 93 m); vk̈¥tJ§ , “pre-
gunta, petición”, h¦,k̈¥tJ§ etc., pero h¦,k̈¡tJ¤ (Job 6,8), o,̈k̈¡tJ¤ (Sal 106, 15).
Por otra parte, contamos también con las siguientes formas: vk̈¥c§b,
,©kc§ ¦b, “cadáver”3; vn̈¥vC§ , “bestia, animal doméstico”, ,©nv¡C¤ (e^ por i ante
gutural), pl. constr. ,In£v©C, pero las formas del sing. con sufijos, como
1. Sobre la base de su ortografía plena dominante, Barr (1989: 141) sostiene que
vÿh¥kP§ pertenece al modelo diminutivo qutailat, aunque este modelo, contraria-
mente a lo que ocurre en árabe, es extremadamente raro en hebreo: cf. Barth
21984: 192 d; Brockelmann 1908-13: I, § 137 a.
§ 97 D. Nombres femeninos
con 1ª vocal primitica breve y 2ª vocal larga
a Al añadir la terminación vÐ̈, la vocal primitiva breve se sitúa en
sílaba antepretónica y, consecuentemente, cae, p.ej. kUyë, vk̈Uy§e. La
flexión de estas palabras no presenta ninguna dificultad. Ocurre lo
mismo en formas como vK̈¦dn§ , “rollo”, vK̈¦vT§ , “alabanza”, donde la vocal
breve se encuentra en sílaba cerrada (comp. § 97 B f, formas del mode-
lo vK̈Uy§e).
b En la palabra vk̈g̈§T, “canal”, el qamesˇ es estable (como el de c,̈§f, sm̈§n,
§ 96 D d ): constr. ,©kg̈§T, pl. con sufjos v̈hÅ,¤«kg̈§T. Por tanto, este Ð̈ es
probablemente largo, etimológicamente hablando (comp. vr̈g̈§x, “tem-
pestad”, constr. ,r£©gx© ). Igualmente, el qamesˇ de vr̈g̈§n es estable; constr.
© n, pl. abs. y constr. ,Irg̈§n. Pero aquí el qamesˇ (de la forma original
,rg̈§
ma‘arrat ) estaba protegido por una consonante reduplicada primitiva-
mente (comp. hrG̈¥ etc., § 96 A n).
6. La ausencia de reduplicación en las formas del est. constr. acaso indica que la
reduplicación de ,¤b«TÅ Fª es secundaria, como en el tipo iIrF̈¦z, constr. iIr§f¦z (§ 88
M b); comp. citw,n y zi-ga-<ra>-na-tim = zikrånåtim en eblaíta (VE 166).
7. Formas sufijadas tales como IT©CJ© y VT̈©CJ© con T (no ,) y ©C (no C§ como en
,I,§CJ© ) hicieron creer a Ibn ‘Ezra que la forma básica era ,¤,CŤJ© : véase su Sefer
sˇahˇot (Del Valle 1977: 92 [281], y también sobre Os 2,13).
1. f aspirada, como en los tipos de est. constr. h¥fk§ n© (§ 96 A b), ,If§kn© (§ 97 A b).
§ 98. Nombres irregulares 329
§ 98. Nombres irregulares (Paradigma 19)
a Los nombres con particularidades irregulares que aquí agrupamos
pueden, para mayor comodidad, clasificarse en tres categorías: Nom-
bres con dos consonantes fuertes (I); Nombres con una o dos conso-
nantes, de raíces h"k (II); Nombres con R2 débil t, u, h (III).
b I. Nombres con dos consonantes fuertes (la mayor parte, nombres de
parentesco). Los tres primeros nombres, del tipo qal (§ 88 B a), tienen
terminación hÐ ¦ en el est. constr. y ante sufijos ( cf. § 93 l ).
1. cẗ, “padre” (Paradigma 19.1), constr. h¦ct£ ; con sufijos h¦cẗ etc. (qamesˇ
pretónico). El pl. ,Icẗ es en ,I, quizás por analogía de ,IN¦t, “ma-
dres”; constr. ,Ic£t, con sufijos h©,Ic£t etc.; con sufijo 3ª pers. pl.,
o,̈Ic£t es más frecuente que o¤vh¥,Ic£t (§ 94 g). El est. constr. c©t se en-
cuentra en nombres propios como oIkJ̈§ct© (posiblemente una orto-
grafía defectiva por oIkJ̈h¦ct£ , que también ocurre una vez), ov̈r̈§ct© (y
en la etimología de este nombre: iIn£v c©t en Gn 17,4.5).
2. jẗ, “hermano” (Paradigma 19.2), constr. h¦jt£ ; con sufijos h¦jẗ etc.
(qamesˇ pretónico). En pl. hay una reduplicación espontánea en el est.
abs.1 y con sufijos ligeros: oh¦jt© , h©jt© etc. (§ 20 c); ante Ð̈: uhj̈¤t, h·j̈¤t (§
29 f ).
3. oj̈, “suegro”, constr. *h¦nj£ ; con sufijos Qh¦nj̈, v̈hÅn¦ j̈ †.
c Un nombre del tipo k¥e (§ 96 E b):
4. i¥C, “hijo” (Paradigma 19.4), constr. usualmente Îi¤C (casi siempre con
maqqef ), raramente Îi¦C (siempre iUbÎi¦C, en los nombres propios v¤eḧÎi¦C
[Prov 30,1], ih¦nḧ§bC¦ , pero h¦bh¦n¦hÎi¤C), 1 x h¦bC§ (§ 93 m), 1 x Ib§C (§ 93 r). El
pl. irregular oh¦bC̈ es difícil de explicar (según Brockelmann [1908-13,
I, 322], por disimilación de *bin•m). Aunque no es un nombre de
parentesco, o¥J, “nombre”, tiene similutudes con i¥C: para detalles, cf.
§ 96 E b.
d Cuatro nombres femeninos:
5. ,©C, “hija” (Paradigma 19.5), por *bant (de *bint ); con sufijos h¦TC¦ etc.
(atenuación de a en i, § 29 g)2; pl. ,IbC̈ por analogía de oh¦bC̈.
6. vn̈ẗ, “sierva”. En el pl. ,Ivn̈£t; constr. ,Iv§nt© ; aparece una v como en
la correspondiente palabra aramea t,̈v̈§nt© (y en t,̈v̈c̈£t, “los padres”,
y en HM ,IvN̈¦t, “madres”).
6. Contraste con Jr̈, oh¦Jr̈, “pobre” (/Jur). Estos dos plurales difieren sólo en la
ortografía.
7. Cf. Barth 1906: vol. 2, p. 791. El pl. puede ciertamente haber sido influen-
ciado por oh¦bJ̈, pero la inscripción de Siloé y otros materiales epigráficos
hebreos, ugaríticos y fenicios muestran que existió una forma puente oh
(incluso en singular). ESA documenta ym junto a ywm. Así pues, las dos
formas alternativas pudieron haber coexistido una junto a otra. La inscripción
de Siloé tiene también ke (como en arameo), apenas una escritura defectiva
por k«e.
8. Pero adviértase ,nh y ,ba en est. abs. en la inscripción de Tell Siran: ocr ,nh
,ejr ,bau, “muchos días y remotos años”.
9. Que la reduplicación de t es genuina se muestra por el mismo rasgo en la
correspondiente forma siríaca. Véase también ugarítico bhmt junto a bwtm,
btm. La radical media semivocálica, que se suele reemplazar en los dialectos
arameos por h (p.ej., /,vc por hebreo /Juc), puede haber sido subsiguiente-
mente sincopada y compensada por la reduplicación. C. Tropper 2000: 163.
10.Sobre estas formas, cf. Muraoka 1987: 49 n. 98. La ortografía ih,tc, “casas”,
en 5Q15 frg. 1 ii 6, indica que se trata de a larga.
332 § 99. Nombres defectivos
§ 99. Nombres defectivos
a En los parágrafos precedentes (§§ 96-8) la atención del lector fue
dirigida a ciertos nombres que en plural tienen (o pueden tener) forma
distinta que en singular, p.ej. rh¦g, ciudad”, pl. ohrg̈ ¦ (§ 98 f 16.). En este
parágrafo el lector encontrará unos pocos nombres defectivos de
particular interés, empezando por los nombres para hombre y mujer, que
tienen diferentes raíces en singular y en plural.
b Para hombre (latín vir), en cuanto opuesto a mujer, se usa Jh¦t en
singular. Este nombre proviene probabl. de una raíz Jht u Jut (quizás
con el sentido de fuerza). En pl. la palabra usada es oh¦Jb̈£t1, constr. h¥J§bt© ,
cuyo sentido primario no parece ser “varones” (latín viri ), sino “hom-
bres, gente” (latín homines, en cuanto opuesto a “animales”); la raíz es
Jbt, que se encuentra en el nombre poético JIb¡t (sinónimo de os̈ẗ),
“hombre”, latín homo (cf. árabe ’unås, “hombres”). Cf. Paradigma 19.18.
c Para mujer se usa vẌ¦t en sing, constr. ,¤Xt¥Å (§ 97 F c), h¦TJ§ t¦ etc.2
(comp. vẌ¦nj£ , ,¤Jn¥Å j£ ). La palabra se deriva de otra raíz, Jbt, que corres-
ponde a la raíz árabe ’n® (cf. ’un®å, “hembra”). El sentido primario de
vẌ¦t sería, pues, “hembra”. El plural oh¦Jb̈, h¥J§b, cuyo sentido propio es
“mujeres”, proviene de una raíz uJb o hJb (cf. árabe niswat, “mujeres”).
El plural quizás se debe a la analogía de oh¦Jb̈£t (cf. p.ej. Jue 9,51: oh¦Jb̈£tv̈
oh¦JB̈©vu¦). Cf. Paradigma 19.19.
d Para “pequeño”, se usan tanto i«yë como iÿë en masc. sing.; en fem
y en pl. tenemos sólo vB̈©ye§ , oh¦By© e§ , ,IB©ye§ (§ 18 f ).
e Para ohÅn© , “agua” (Paradigma 19.11), la forma con repetición (cf.
h¥nh¥n, h©nh¥n) no se usa en est. abs., y la forma simple no se usa con sufijos;
cf. § 98 e.
f Para “ídolo” se usan la forma k¤xPŤ en sing. y oh¦kh¦xP§ en pl. (de un
*kh¦xp̈ no documentado); para “fosa”, tenemos sing. ,©jJ©Å , pl. ,I,h¦jJ§ (2
x); y quizás oh¦gy¦ §b para g©y¤Åb (Sal 144,12)3; para “súplica”, siempre4
tenemos en sing. vB̈¦jT§ , en pl. oh¦bUb£jT© . Cf. también oh¦b¦bm§ junto a oh¦Bm¦ , pl.
de i¥m o vB̈¦m, “espina”; HM ih¦e¦z§b (< e¤z¤Åb, “daño”).
g Algunos nombres tienen formas tan diferentes en sing. y en pl. que
uno se pregunta si las formas plurales son meramente irregulares o si
13.Así en acadio (p.ej. ešrå), ESA y etiópico; cf. Hertzron 1977: 192-95.
14.Para detalles, cf. König 1881-97: 2, 215ss.
15.El Ktiv ,uhtn (2 Re 11,4.9.10.15 †) se lee generalmente ,Ihẗ§n (comp. ,IrG̈£g,
“decenas, grupos de diez”); se podría leer igualmente ,Ihtn̈ (comp. o¦h,©Å tn̈); cf.
König 1881-97: 2, 217.
16.Cf. Muraoka 1995a: 21.
17.Para las centenas el ugarítico también usa el fem. pl. de mit con el cardinal sin
aformante (unmarked ) para unidades; e.g., ®l® mat, su numeral para millares
338 § 101. Numerales ordinales
m Numerales intermedios 101-9.999. Ejemplos: 120 se expresa por 100
y 20, menos frecuentemente por 20 y 100; 324 se expresa por 300 y 20
y 4, menos frecuentemente por 4 y 20 y 300; 1.222 se expresa por
1.000, 200, 20 y 2 (Esd 2,12). Parece haber habido una cierta evolución
histórica. En el Priester Codex (P), Esd. y Cr, los millares siguen a los
números menores. Las decenas preceden a las unidades en las fuentes
JED, Jos 1-12, Jue, Sm e Is, mientras que el orden inverso se observa
en Jr, P, Ez y Jos 13-2418.
n Numeral 10.000: además del usual oh¦pk̈£t ,rÅ ¤G¤ g£, hay también un
vocabulario especial: vc̈c̈r,§ ICr,¦ tICr¦19. Igualmente, para 20.000, ohr§ ¦Gg¤
;¤ktŤ o o¦h,©Å«Cr¦ o ,ICr¦ h¥TJ§ (Neh 7,71), tICr¦ h¥TJ§ (Neh 7,72); para 40.000,
§t (Neh 7,66); para 60.000 ,ut«Cr¦ J¥J (Esd 2,69).
tICr¦ g©Cr©
Números intermedios, p.ej. 18.000 ;¤ktŤ rG̈g̈ vb̈«nJ§ (2 Sm 8,13).
Numeral 100.000: ;¤ktŤ ,©tn§ (Nm 2,9 etc.); ;¤ktŤ vẗ¥n (2 Re 3,4).
o Numerales multiplicativos. Tenemos las formas o¦hT©Å g§ C© r© §t, “cuatro
veces” (“ Sm 12,6); o¦h,©Å g̈§cJ¦ , “siete veces” (Gn 4,15.24; Is 30,26 [¿]; Sal
12,7; 79,12). Es la forma femenina (forma principal, supra, § d, n.) con
terminación o¦hÐ ©Å que parece un dual, pero de hecho es una terminación
adverbial (probabl. disociada de oÐ̈; cf. §§ 91 g, 102 b). Nótese tam-
bién o¦h©kÅ p§ F¦ , “doble” (Is 40,2; Job 11,6). Estas palabras corresponden
exactamente a lo que entendemos por “cuádruplo” o “séptuplo”. El
oscuro o¦h,©Å«Cr¦ (Sal 68,18) se ha formado quizás de la misma manera20.
Para otros modos de expresar la idea multiplicativa, cf. § 142 q. Para
los numerales de frecuencia (o frecuentativos), § 102 f.
§ 102. El adverbio
a Ciertos adverbios son primitivos, p.ej. t«k, “no”, oJ̈, “allí”, zẗ, “enton-
ces”; otros son derivados, p.ej. ob̈§nẗ, “verdaderamente, en verdad” (de
i¤n«tÅ , 1 x); finalmente, bastantes adverbios son simplemente otras partes
de la oración (sustantivos, adjetivos, infinitivos absolutos) usados en
función adverbial, p.ej. v¥Cr© §v, “mucho” (hif‘il de vc̈r̈, “la acción de hacer
mucho, haciendo mucho”; § 79 q). Con frecuencia la idea adverbial es
expresada por un grupo de dos o más palabras, esp. preposición y sus-
tantivo, p.ej. ,¤nt¡ C¤, “en verdad, verdaderamente, realmente”; vN̈Å̈k, “¿por
qué?” (k + pronombre vn̈); g© US©n, “¿por qué razón?” (vn̈ + g© Usḧ, latín
scibile quid?, con la significación de g© Usḧ en el sentido de “cosa”1: “¿qué
cosa?” = “¿por qué?”).
b A diferencia de algunas lenguas indoeuropeas que tienen morfemas
adverbiales muy productivos (español –mente, francés –ment, inglés –ly,
griego –wj), los adverbios derivados en hebreo son pocos:
– Con la terminación oÐ̈: ob̈§nẗ, “verdaderamente, en verdad”, pero
detrás del interrogativo v: ob̈§ntªv© (de i¤n«tÅ , 1 x); on̈US, “silenciosamente”;
oB̈¦j, “gratis, graciosamente, en vano, inútilmente” (de i¥j, “gracia”);
oëhr,¥ “de vacío, sin nada, inútilmente” (de ehr,¥ “vacío”); on̈Ih, “de día,
durante el día” (latín, diu, interdiu).
– Con la terminación o«Ð tenemos sólo o«t,§ P¦ , “inmediatamente, súbita-
mente”, y oIJ§kJ¦ (11 x; o«Jk§ J¦ 12 x), “anteayer”.
Estas terminaciones han sido explicadas de diversas maneras.
Algunos autores ven en oÐ̈ la antigua desinencia del acusativo indeter-
2. P.ej., oB̈¦j, “gratis”, puede compararse con el árabe majjånan, “gratis”, en acu-
sativo indeterminado, y con ugarítico špšm, “a la puesta del sol” (?) (Gordon
1965: § 11.4,5); cf. también griego ma,thn, “en vano”, acusativo de ma,th.
3. En on̈Ih la radical n puede haberse duplicado (cf. siríaco ’imåmå); o, más
probabl., åm puede ser una terminación adverbial, aquí señalando específica-
mente el tiempo: “el tiempo del día”, de donde en español “la jornada”, en
francés la journée, en italiano la giornata. Quizás puede compararse o¦hr¢ Å©vm̈, “el
mediodía” (§ 91 g). La última explicación es más probable a la luz del CA
∆a-ya-ma, “vivo” (Sivan 1984: 131) y comp. también ri-qa-mi (= oëhr) ¥ de EA
137.21. Cf. Kienast 2001: § 157.
4. Cf. Deller – Dahood – Köbert 1965: 40..
5. Diferente de rIjẗ, usado adverbialmente en el sentido de “en la parte de
atrás”. Cf. Joüon 1925: 4s.
6. Los adjetivos cIy, “bueno”, y gr,© “malo”, no parecen usarse en el sentido
adverbial de “bien” y “mal(amente)”. Para “bien” se encuentra el inf. abs.
c¥yh¥v, y para “mal” se podría sin duda haber usado el inf. abs. g© rv̈,
¥ pero no está
documentado con este sentido.
7. Para el antónimo “después, finalmente”, tenemos sólo vb̈«r£jt© C̈ (6 x) y w©tk̈ (2 x).
8. Un vestigio del antiguo uso adverbial del estado absoluto: véase Von Soden
1952: § 113 n; Muraoka 1987: § 60. Para una explicación alternativa, cf.
Rainey 1996: 3, 127s.
§ 102. El adverbio 343
¦ h, “a la manera judía, en lengua judía”, e igualmente ,h¦nr̈£t, ,hsIS§
,hsUv§ ¦ Jt© ;
cf. ,h¦Br«©jt£ , ,h¦Br«©se§ (cf. supra, § b, final).
d Sustantivos. s©jÅ©h, “conjuntamente”, (“al unísono, en unión”, cf. 1 Cr
12, 18); uS̈§j©h9 (muy raramente uhS̈§j©h), “conjuntamente”; ch¦cẍ, “alrededor”
(como sustantivo se encuentra 1 x en sing., pero es bastante frecuente
en pl.: oh¦ch¦cx§ , ,Ich¦cx§ , “alrededores”; cf. § 103 n); vr̈¥vn§ , “rápidamente,
(con) rapidez”; vk̈v̈¤C, “repentinamente, súbitamente” (Lv 26,16†); ,¤nt¡ ,
“verdaderamente” (Jr 10,10; Sal 132,11 †), pero habitualmente ,¤nt¡ C¤;
g©,PŤ , “de improviso” (poético; también g©,pŤ C§ , g©,pŤ k§ ); j©yCŤ, “(con) segu-
ridad” (más frecuente j©ycŤk̈); ohrJ̈h¥ ¦ n, “(con) rectitud, justamente”. Estos
sustantivos, desde el punto de vista sintáctico, deben ser considerados
como acusativos adverbiales (cf. § 126 d ). Bastantes adverbios, cuya
significación sustantival no es ya aparente, son sustantivos en origen.
Con mucha mayor frecuencia la idea adverbial se expresa por un
sustantivo precedido de preposición, esp. c y k (véanse los ejemplos
citados supra). Ejemplos: s©ck§ , “aparte, por separado” (latín, seorsum; no
necesariamente “sólo”)10; c«rk̈, “mucho, abundantemente”; oIkJ̈§k y
oIkJ̈§C, “pacíficamente”; vn̈r¦ §nC§ , “fraudulentamente”, etc.
e Infinitivo absoluto. Hif‘il : v¥Cr© §v, “mucho” (supra, § a); e¥jr©§v, “lejos”;
o¥FJ§ v© , “por la mañana temprano”; cr£ ¥gv© , “al atardecer” (1 Sm 17,6 †).
Pi‘el : r¥vn© , “rápidamente”. En sentido estricto estas palabras (infiniti-
vos) significan: la acción de obrar bien, de obrar mal, de alejarse, de
hacer algo en la mañana o en la tarde, de hacer algo rápidamente. El
inf. abs. usado adverbialmente es una extensión del uso del inf. como
acusativo interno después del verbo (c. § 123 r).
f Numerales cardinales usados advebialmente para expresar el nú-
mero de veces (frecuentativos): ,©jt© , “una vez”, latín semel (Lv 16,34);
o¦hT©Å J§ , “dos veces”, bis (Neh 13,20); J«kJ̈, “tres veces”, ter (Job 33,29),
etc. Este uso puede explicarse por elipsis del término fem. o©gP©Å , “vez”.
Numerales ordinales usados adverbialmente para expresar la canti-
dad de veces: ,h¦bJ
¥ , “por segunda vez” (Gn 22,15); ,h¦gh¦cX§ ©C, “a la sép-
9. Probal. proviene de yahˇday con terminación fem. ay, como hr§ ¥Jt© (más que una
terminación plural). El sufijo tiene un valor difuso: “(en) unión con esto, (en)
su unidad” (cf. § 146 j). La propuesta alternativa de Brockelmann (1899:
344-46) de ver aquí una terminación adverbial /¥/, como en acadio, tendría
este único ejemplo.
10.Por ejemplo, en 1 Re 18,6, “Ajab fue por su parte (IS©ck§ ) ... y Abdías por su parte
(IS©ck§ )”, no se excluye que fueran con escolta, sino que se dice que cada uno
fue por su parte, independientemente.
344 § 102. El adverbio
tima vez” (1 Re 18,44). También aquí se sobreentiende el término o©gP©Å :
cf. ,h¦gh¦cX§ v© o©gP©Å ©C (Jos 6,16).
g Hay también otras formas de expresar la noción adverbial. Así, un
hif‘il adverbial (que expresa un modo de actuar : § 54 d ) es equivalente a
un verbo con el significado general de “hacer, actuar”, modificado por
un adverbio, p.ej. ,Itr¦§k T̈§cy©Å h¥v (Jr 1,12), lit. “bien hiciste al mirar”,
equivalente a “has visto bien” (cf. § 124 n). Los verbos ;xh y cuJ con-
tienen el modo adverbial de “todavía”, “una vez más” (§ 177 b). Para el
modo de “inmediatez”, tenemos el pi‘el r©vn¦ en el sentido de “actuar
rápidamente”: r©xḦ©u r¥vn© §h©u, “se apresuró a quitarse” (1 Re 20,41); probabl.
también 1 Sm 28,20: k«P¦H©u kUtJ̈ r¥vn© §h©u, “cayó Saúl inmediatamente” (1 Sm
28,20). Este mismo verbo, usado transitivamente, es equivalente a
“traer enseguida” (Gn 18,6; 1 Re 22,9); igualmente, el hif‘il .hr¥ ¦v, “llevar
rápidamente (corriendo)” (1 Sm 17,17; 2 Cr 35,13). Una expresión
como kIsD̈ÎkIe§c Utrë § (1 Re 18,27), “gritar a gran voz”, es equivalente a
“gritar más alto”. El modo adverbial “muy mucho, mucho más” se
expresa mediante un hif‘il adverbial, p.ej. en 2 Sm 18,8: i¦n k«ft¡ k¤ crÅ ¤¤H©u,
“(la peste) devoró mucha más gente que (había devorado la espada)”.
h Enumeramos a continuación algunos adverbios muy usuales o de
especial interés.
Adverbios demostrativos: (A) en el sentido estricto del término
(como el demostrativo propiamente dicho v¤z, cuyo sentido primario es
“aquí”: § 143 a) y que presupone la presencia del objeto; (B) adverbios
demostrativos en sentido amplio.
– (A): v«P, “aquí” (sin idea de movimiento, latín hic), más común que
v¤zC̈; v¤Zn¦ , “desde aquí”. (B): oJ̈, “allí”, en este sentido más frecuente
que vN̈Å̈J; oẌ¦n, “desde allí”.
– (A): vB̈Åv¥ 11, “acá” (latín huc), más frecuente que o«k£v. (B): vN̈Å̈J12, “allá”,
en este sentido más frecuente que oJ̈: § 93 e; vẗ§kv, Å̈ “más allá”.
– (A): vT̈©g, “ahora”, § 32 f. (B): zẗ, “entonces”.
– (A): v«F, “así, de este modo”, p.ej. vuvh r©nẗ v«F, “así dice Yhwh” (para
introducir sus palabras). (B): i¥F, “así, de este modo”, p.ej. i¥f h¦v§h©u, “y
así fue”; similarmente, vf̈Å̈F (en sentido retrospectivo) con fuerza
intensiva.
i Adverbios interrogativos:
– v£, “¿es que ...?”, num? (para la vocalización, infra, § l ).
– t«k£v, “¿no es verdad que ...?, nonne.
19.h¦t (en Job 22,30 [¿] y en el nombre propio sIcf̈Φt de 1 S. 4,121; 14,3) es
probabl. una forma negativa reducida de ih¥t. También el fenicio tiene la
negación ’y.
20.Cf. Brockelmann 1908-13: II, 264ss.
21.*hinnahu, que puede presumirse como un estadio anterior de la forma, y ello
concuerda con el HS /inna/ y es próximo al árabe /’inna/ de función similar.
Cf. Ben-Óayyim 2000: § 6.3.13.
22.La forma secundaria v¥Bv¦ , junto a i¥v, se deriva quizás de h¦b·¥Bv¦ (vÐ
¥ de v¥Ht© tiene
posiblemente un origen similar). i¥v es mucho menos frecuente, aunque for-
mas derivadas como h¦b§bv¦ se derivan de ella más que de v¥Bv¦ . Sobre la forma
única tB̈Îv¤Bv¦ , cf. § 18 i, n.
23.Nótese que la partícula de no-existencia del CA yånu también toma el acu-
sativo como en ia-nu-mi mu-ta-na, “no hay epidemia”: Rainey 1996: 1, 167
§ 102. El adverbio 347
sólo 2 x h¦BŤBv¦ (Gn 22,7; 27,18). Junto a UBŤBv¦ (3 x) encontramos Ub§bv¦ (4 x),
pero no se nos alcanza la razón de la elección. En cuanto a v¥Ht© ,
“¿dónde?”, sólo tenemos vF̈ŤHt© (Gn 3,9 †), IH©t, oḦ©t. De J¥h, “hay” (ÎJ¤h),
tenemos sólo W§J¤h, o¤fJ§ ¤h (Gn 24,49 †), o¤fJ§ ¦hv£ (Dt 13,4), y el anómalo,
aunque probabl. auténtico, Ib§J¤h24 (Dt 29,14; 1 Sm 14,39; 23,23; Est
3,8†) con b de origen analógico (comp. Ib§cë en Nm 23,13, § 82 l ).
l Vocalización del interrogativo v25. La forma hebrea primitiva es ha.
A diferencia de la a del artículo (§ 35 b), de la del pronombre ma ( 37 c),
y de la wa del tipo k«ye§ ¦H©u (§ 47 a), esta a no presiona sobre la consonante
siguiente, que consecuentemente no se reduplica. La primitiva a breve
no se mantiene en sílabas abiertas, pero deviene a^ extremadamente
breve, p.ej. t«k£v, “¿no es verdad que?”, nonne? Sin embargo, se tienen
algunos ejemplos de consonante reduplicada y bastantes ejemplos
donde la vocal se mantiene en sílaba abierta.
m Ante šwa’ (simple o matizado), comoquiera que el hˇatˇef patahˇ no
puede mantenerse, tenemos Ð, © p.ej. vf̈r̈§cv© , num benedictio? (= “¿hay
bendición?”), en Gn 27,38; v¤Xf© n§ v© , num celans? (= “¿voy a encubrir?”),
en Gn 18,17 (comp. la misma forma con artículo en Lv 3,3 LXX, to.
katakalu,pton, “lo que recubre”, § 35 c). Con el artículo se da redupli-
cación virtual; con el interrogativo v, que no exige reduplicación, puede
haber, sin embargo, reduplicación virtual, a juzgar por los casos donde
hay auténtica reduplicación. En algunos casos la consonante (incluso r)
se reduplica, p.ej. vb̈J̈Îvẗ¥n i¤cK§ v© , num filio?, “¿acaso a uno de cien años?”
(Gn 17,17); QrÅ ¤Cv© , num in via?, “¿en el camino?” (Ez 20,30); ,¤b«,Å F§ v© , num
¤s§
tunica?, “(compueba) si es la túnica” (Gn 37,32); siempre o¤,h¦tR© §v, num
vidistis?, “¿de verdad habéis visto?” (1 Sm 10,24; 17,25; 2 Re 6,32 †); cf.
§ 23 a.
n Ante una gutural (pro no ante r) tiene lugar una ligera ralentización
de la pronunciación que impide a a breve hacerse demasiado breve:
tenemos, pues, Ð © en sílaba abierta (§ 28 b), p.ej. Q¥kt¥ «v© , num ibo, “¿de
verdad voy a ir?”26. Si el patahˇ se encuentra ante gutural seguida de
§ 103. La preposición
a Aparte de las preposiciones monoconsonánticas C§ , F§ y k§ , y algunas
otras muy antiguas de oscuro origen, las preposiciones son antiguos
nombres usados primeramente como adverbios y subsiguientemente
como preposiciones, a saber, delante de un nombre o su equivalente.
Así, *ahˇar (heb. *rj̈¤t, constr. *r©jt© ; cf. infra, § n) fue originalmente un
sustantivo que significaba “lo de atrás”, usado después como un ad-
verbio en el sentido de “atrás, detrás” (Gn 22,13 ¿?) y en el sentido
temporal de “entonces, después” (Gn 18,5); y finalmente usado como
preposición “tras, detrás de” en sentido local (Gn 37,17) o temporal
(Gn 15,1). Igualmente k©g, en origen significó “lo alto, la altura” (y aún
se usa en este sentido en Os 7,16 y 11,7); como adverbio, “en lo alto,
arriba”, se usa en 2 Sm 23,1.
La preposición, siendo originalmente un nombre, se considera
nomen regens (§ 92 a) unido (apoyado) al nombre siguiente.
b Las preposiciones prefijadas C§ , F§ y k§ . Las tres preposiciones mono-
consonánticas C, “en”, F, “como”, y k, “a, para”, van siempre prefijadas
al nombre, por lo que son llamadas proclíticas. Aunque la forma primi-
tiva de C fuera probabl. *bi, y la de F y k fueran probabl. *ka y *la res-
27.Véase la diferencia entre ;©tv̈, “la nariz, la cólera”, y ;©tv© , num etiam?.
§ 103. La preposición 349
pectivamente, C se comporta de modo similar a F y k1. Las tres prepo-
siciones prefijadas tienen generalmente vocalización débil (es decir, con
šwa’ o sus susitutos), aunque en casos especiales se aplica la vocali-
zación fuerte (i.e. Ð̈
« ).
I. Vocalización débil
Habitualmente, y excepto casos especiales que se señalarán más
adelante, la preposición toma un šwa’ simple, vestigio de una primitiva
vocal breve, p.ej. Jh¦tk§ (incluso en pausa mayor: 1 Re 2,2). Ante šwa’ la
preposición lleva la vocal i; así, con el constr. r©cS§ tenemos r©cs¦ §C, r©cs¦ §F,
§k2. Pero si la consonante es h, esta h deviene quiescente (§ 26 b);
r©cs¦
p.ej., con el est. constr. pl. h¥n§h (de oIh, “día”) tenemos h¥nh¦C, h¥nh¦F, h¥nh¦k (y
similarmente h¥nh¦n, infra, § d; h¥nh¦u, § 104 c). Ante un hˇatˇef (šwa’ compuesto,
i.e. matizado) tenemos la vocal breve que “matiza” al hˇatˇef, p.ej. r¤Jt£ F© ,
“como”; hr£ ¦tF© , “como un león” (§ 35 e); JIb¡tk¤ , “al hombre”; *h¦,Ḧ¦bt¢ C̈, “en
mi barco” . Con el inf. constr. qal tenemos a veces, junto al modelo
3
5. Parece que en la forma más breve del est. constr. se hubiera preferido, por
compensación, la vocalización más larga Ð £ Ð.©
6. *oh¦b«st©k podría haber sido también posible.
7. v¤zC̈ es generalmente adverbial: “aquí” (§ 102 h); en el sentido de “en este” sólo
ocurre 4 x: 1 Sm 16,8.9; Qoh 7,18; Est 2,13 †.
8. En una forma como v¤Kt¥Å c̈, Ð̈ no puede ser la vocal del artículo. De hecho, un
demostrativo sólo puede tomar el artículo cuando se trata de un adjetivo, o
sea, tras un nombre determinado, como en v¤Kt¥Å v̈ oh¦fk̈§NF© , “como estos reyes”
(§ 137 e). Por tanto, una forma compuesta por una preposición y el demostra-
tivo no puede tomar el artículo. Así, una forma como *v¤Z©C es imposible.
9. 1 x o«v¤ F̈ (con silluq) en 2 Re 17,17; y 1 x i¥vF̈ en Ez 18,14. Nótese también que
i¥vC̈ (no i¤vC̈) es con mucho la forma más habitual.
§ 103. La preposición 351
en Gn 16,3: or̈§ct© ,¤c¬¤Jk§ (en estrecha unión, como el genitivo; §
124 g : mŸr∆a con tˇifhˇa).
2. Ante ciertos monosílabos especialmente tónicos, i.e., en pausa:
J¤p¤Åbk̈ en pausa intermedia (Lv 19,28; Nm 9,10); J¤p·b̈k̈ (Nm 5,2);
jr· ©«yk̈ (Is 1,14).
3. Cuando un grupo constituye una locución: p.ej. j©ycŤk̈, “en seguri-
dad”; c«rk̈, “abundantemente”; s©gk̈, “por siempre, para la eterni-
dad”; j©m¤Åbk̈, “por siempre, para la eternidad” (pero oh¦jm̈§b j©m¥bk§ ).
4. Cuando hay la repetición de un nombre: v¤Pk̈ v¤P, “de punta a
cabo” (2 Re 10,21; 21,16 †); rIsk̈ rIS¦n (Is 30,40: no en pausa); ih¥C
o¦h·n̈k̈ o¦hn©Å (Gn 1,6)10. Véanse los casos análogos para ü, § 104 d.
N.B. El comportamiento especial de k se debe exclusivamente al
hecho de que esta preposición toma a veces el acento tónico fuerte, lo
que no es el caso de C y F. Así, oUe§C de hecho siempre está en estrecha
unión con la palabra siguiente (Sal 76,10; 124,2; Prov 28, 12.28 †).
Sobre las preposiciones C, F y k con artículo, cf. § 35 e; con pronombre
interrogativo vn̈, cf. § 37 d 11. Sobre la flexión de C, F y k, cf. infra, §§ f y g.
d La preposición ocasionalmente prefijada i¦n. La preposición i¦n (“de,
desde”, latín de, ex, a) muestra un comportamiento especial que puede
resumirse en los dos siguientes asertos: Generalmente i se asimila a la
consonante siguiente (A); Generalmente esta consonante siguiente se
reduplica (B).
Detalles:
A. Respecto a la asimilación:
1. Con bastante frecuencia, independientemente de la naturaleza de
la consonante (gutural o no), Îi¦n permanece intacta, esp. en Cr12
(siempre con maqqef, excepto en Ex 2,7, con acento disyuntivo).
2. En particular, antes de v del artículo, Îi¦n se mantiene habitual-
mente, sin duda por razones eufónicas, p.ej. vn̈s̈£tv̈Îi¦n (Gn 2,7)13.
10.Con gr© y g·r̈ se dan algunas anomalías especiales: grk̈© cIyÎih¥C (Lv 27,33, en
pausa menor), pero g·r̈§k cIyÎih¥C (1 Re 3,9, en pausa mayor). Parece que Ð̈ se
evita cuando puede tomarse por la del artículo; así, siempre se encuentra o·¨ g§k,
p.ej. en Jr 32,38.
11.Se deberá notar la diferencia de vocalización entre v¤NC© (§ 37 d ) y v¤zC̈. Quizás
se evitó la forma v¤Z©C porque podría parecer que llevaba artículo (cf. nota 8).
Comp. la vocalización de ©u en k«ye§ ¦H©u (§ 104 c).
12.Cf. Polzin 1976: 66; Qimron 1986: 30s. A diferencia de AB, ni un solo caso
de asimilación de esta n está atestiguado en arameo egipcio: Muraoka –
Porten 2003: § 3 a.
352 § 103. La preposición
B. Respecto a la reduplicación:
1. Ante consonante no gutural, normalmente tiene lugar la redupli-
cación, p.ej. oh¦nḦ¦n. Sin embargo, ante h apenas se da la redupli-
cación14, y la h deviene quiescente; así, con el pl. constr. h¥n§h se
encuentra h¥nh¦n, igual que h¥nh¦C, h¥nh¦F, h¥nh¦k (supra, § b), y probabl. por
analogía de estas formas; con vs̈Uv§h encontramos vs̈Uvh¦n.
2. Con gutural (incluso j), la reduplicación virtual apenas ocurre; se
tiene, pues, Ð ¥ en sílabas abiertas: JsÅ ¤«jn¥ , “desde (el) mes”. Tene-
mos reduplicación virtual con j en .Uj¦n, “fuera” (comp. .Uj©v,
vm̈UÅjv© ); ,Ih§vn¦ (comp. ,Ih§vk¦ , ,Ih§vC¦ , § 79 s); yUj¦n en Gn 14,23 †
(comp. yUj©v, “el hilo”). N.B. El nombre divino vuvh se pronuncia
hb̈«st£ , de forma que tenemos vüv§hn¥ = hb̈«st£ n¥ ; con *v¤uv§ ©h habríamos de
leer *v¤uv§©Hn¦ (§ 16 f ).
N.B. Con bastante frecuencia se encuentra la forma poética h¦Bn¦ (§
93 q): p.ej. en Jue 5,14; Is 46,3; esp. en Job (19 x) y Sal (8 x); 2 x h¥Bn¦ en
Is 30,11 (¿por qué?). Comp. h¦Bn¦ , “desde mí” (con sufijo de 1ª pers.;
infra, § h). Sobre la flexión de i¦n, cf. infra, § h.
e Flexión de las preposiciones (Paradigma 20). Las preposiciones, al
ser concebidas como nombres, toman las sufijos de forma análoga15.
Los sufijos de las preposiciones son generalmente los de los nombres;
sin embargo, hay un buen número de excepciones, esp. con las prepo-
siciones primitivas. Con algunas de estas preposiciones, en la 2ª pers.
fem. sing. y en la 1ª pers. pl. , tenemos Ð̈ en lugar de Ð ¥ del nombre.
– En la 2ª pers. fem. sing. tenemos Qk̈ (forma primitiva la: supra, § b),
que contrasta con Q¥xUx, y (probabl. siguiendo a Qk̈) QC̈, QN̈¦g, QT̈¦t, Q,̈«t
(cf. QB̈¦v y Qs̈Ig, § 102 k); pero también se encuentra Q¥Nn¦ y Q¥bh¥C (Q¥bh¥t, §
102 k).
– La forma pausal de la 2ª pers. masc. toma Q ·Ð̈ (Q·C̈, Q·k̈, Q·N̈¦g, Q·T̈¦t, Q·,̈«t),
mientras que el nombre toma WÐ ·¤ (por analogía de los nombres v"k;
cf. § 94 c).
16.Sin embargo, i¤v,§ t¤ supera en mucho a i,̈«t (en la proporción 13 : 1), aparte de
2 x. vb̈Å̈,It. Además, formas que se deben probabl. a la analogía como o¤f,§ It,
o¤v,§ It y i¤v,§ It, ocurren sólo una vez cada una. Andersen – Forbes (1986: 189)
sostienen que la mayoría de casos de escritura defectiva of,t etc. pudiera
esconder la forma analógica o¤f,§ It etc. Pero, incluso aceptando el hecho de
que la analogía paradigmática hubiera favorecido o¤f,§ It etc., resulta sorpren-
dente que la mayoría de los casos estén vocalizados como o¤f,§ t¤ etc. Es, por
tanto, más verosímil que sea esta última ortografía la que ha conservado la
forma auténtica.
17.La alternancia del modelo vocálico entre s©g©CÅ , Îs©gC§ y -s£gC© (que es básicamente
*-S§§gC© ) es análoga a la existente entre rsÅ
¤j¤ , rs£
©j y r§s©
§j (Blau 1972: 215).
18.En HBT o¤vC̈ es apreciablemente más común que oC̈. Tambien en HM la
primera forma supera con mucho a la segunda. Cf. Jenni 1992: 63, n. 112,
donde se sugiere una plausible influencia de o¤vk̈.
354 § 103. La preposición
forma poética InÅ̈k19, frecuente (en torno a 50 x) por o¤vk̈, se usa
también, aunque raramente, como forma pausal por Ik: Is 44,15;
probabl. Gn 9,26.27; quizás Dt 33,2; Is 53,8. Ortografías raras: vf̈§k20,
vf̈§C; a veces encontramos Ik escrito erróneamente como tk (y vice-
versa); en lugar de Vk̈, la masorah prescribe œvk̈ (con rafé ) en Nm 32,42;
Zac 5,11; Rut 2,14 (en los tres casos ante una palabra mill§‘el ); § 25 a.
g Flexión de F§ (Paradigma 20). La forma primitiva *ka (supra, § b)
aparece en todas las formas de la flexión. Con los sufijos fuertes21
tenemos el simple *ka: o¤fF̈, o¥vF̈ (sˇeré), vB̈Åv¥ F̈. Con los sufijos ligeros, *ka
se aumenta con el pronombre *må (§ 37 b), de donde resulta In§F, una
forma que también es frecuente sin sufijos en poesía22. La forma In§F
fue creada indudablemente para evitar ciertas confusiones: en 1ª pers.
sing. *h¦F podría confundirse con la conjunción h¦F; en 3ª pers. sing. *IF
podría confundirse con el adverbio v«F, “así”. La b de h¦bIÅnF̈ puede
explicarse, con toda probabilidad, por la necesidad de separar las dos
vocales en *kamøˇ–i : se recurrió a b del sufijo verbal h¦b.
h Flexión de i¦n (Paradigma 20). La forma simple ocurre con los
sufijos fuertes: o¤Fn¦ , o¤vn¥ , vB̈Åv¥ n¥ . Con sufijos ligeros tenemos una forma
con n repetida, p.ej. h¦BNŤ n¦ , ‚¤Nn¦ . Estas formas tienen diversas explica-
ciones. La más plausible es que la forma simple min fue reforzada con
una repetición total23, resultando minmin > mimmin. Ante el sufijo hu,
§ 105. La interjección
a Las interjecciones son palabras de sentimiento o emoción. Las
interjecciones más simples son puras palabras emotivas, gritos o soni-
dos onomatopéyicos; las otras, son palabras que expresan una idea más
o menos precisa con un matiz emocional; finalmente, cualquier palabra
usada con acento emocional puede tomar valor de interjección. Un im-
perativo puede devenir pura interjección, como en francés tiens!, en
español “¡mira!”, “¡anda!” (= inglés here you are, well!, Hello!); tal es el
caso, en hebreo, de v¥tr§ (infra, § d ), vc̈v̈ (infra, § e), vf̈§k (infra, § e). Inver-
samente, una interjección dirigida a alguien puede tomar valor de im-
perativo e incluso tomar los aformantes del imperativo, tal es el caso
de x©v, “chsssss”, ¡silencio!”, pl. UX©v (Neh 8,11 †); infra § b1.
b Gritos de pena: Vv̈£t (13 x)2, “¡Ay!”; Vv̈ (Ez 30,2 ¿?); jẗ (Ez 6,11;
21,20 †)3.
Gritos de intimidación o amenaza: hIv (50 x), latín vae!, “¡ay de (tí, mí
...)!”; hIt (22 x); vḧIÅt (Sal 120,5 †); h¦t en Qoh 4,10; 10,16 es dudosa; h©kk§ t©
(Miq 7,1; Job 10,15 †). Cf. § 162 d.
Grito para imponer silencio: x©v, x·v̈, “chsssss, ¡silencio!”; pl. UXÅv© (Neh
8,11†), cf. supra, § a (final).
4. No así en Nm 12,13, Vk̈ tb̈ tp̈r§ tb̈ k¥t, donde la primera palabra es vocativo.
Siguiendo a Tg Onqelos, Razhavy (2000: 168s) propone traducir aquí (y en
otros lugares) la segunda mención de la palabra por “ahora”: “¡cúrala ahora!”.
5. Pero cf. Bar-Magen 1980 y Fassberg 1994: 36-73. La opinión de Lambdin
(1971: 170s) de que es una partícula que señala una consecuencia lógica ha
sido aceptada por Waltke – O’Conor (1990: § 34.7) y Fassberg (1994: 370s).
Pero uno no acierta a ver cómo puede tener fuerza inferencial cuando se une
a v¥Bv¦ como en Gn 16,2 y 19,2. tb̈ unida a o¦t no tiene que estar lógicamente
construida con la partícula condicional. Tampoco la presencia cercana de una
oración causal (Fassberg 1994: 47s) apoya necesariamente tal análisis.
Jenni (2002: 13-15) sostiene que cuando nuestra partícula se une al imptv.,
implica la posibilidad de una instrucción no aceptada o una petición no bien
acogida, y marca el intento del hablante por convencer al interlocutor.
6. Pero sin el matiz característico de cortesía. Así, Elí dice tb̈Îv¥kg£ a su siervo (1
Re 18,43), pero simplemente v¥kg£ al rey (v. 41). Dios usa tb̈ dirigiéndose a
Abraham (Gn 13,14), a Moisés (Ex 4,6; 11,2), a Isaías (Is 7,3). Más ejemplos
son mencionados por Shulman (1999: 69.72s), quien muestra que el status
social de las partes implicadas no es el principal factor determinante. Cf.
también Dallaire 2002: 75-58.
7. Rabin (1971: 28) sostiene que en origen la partícula era idéntica al elemento
/na/ del enérgico árabe /yaqtulanna/.
364 § 105. La interjección
se anticipa8 el matiz deprecativo, que lógicamente afecta a la apódosis
que contiene la petición; así en Gn 33,10: “te lo ruego, si he hallado
gracia (i¥j h¦,mn̈
Å̈ tbÎo¦t) a tus ojos, acepta mi obsequio de mis manos”. En
la frecuente expresión tb̈Îv¥Bv¦ , v¥Bv¦ llama la atención sobre lo que se va a
decir, y tb̈ pide al que escucha que preste atención a lo anunciado por
v¥Bv¦ y (anticipadamente)9 considere favorablemente la petición que
sigue (que a veces contiene un segundo tb̈): así, en Gn 16, 2 se quiere
decir, más o menos, “Mira, por favor”; en Gen 19,2, “Mirad, señores
míos, os ruego que” (aquí tb̈Îv¥Bv¦ es seguido inmediatamente por la
petición).
La interjección deprecativa reforzada tB̈«ẗ (7 x), vB̈«ẗ (6 x), “haz el
favor, te lo ruego”, etc. (con especial énfasis), se compone del ele-
mento *Vẗ, que tenemos en Vv̈£t (supra, § b), y tb̈. A veces la plabra es
mill§ra‘, pero otras veces tiene dos acentos (probabl. porque los dos
elementos de la palabra todavía son sentidos como componentes
distintos)10.
h¦C es una interjección deprecativa de sentido especial: “perdón, lo
siento, disculpe” (pardon!, excuse me!, sorry!). El hecho de que h¦C se
encuentre sólo ante h¦b«st£ (6 x) y hb̈«st£ (5 x), ya indica que es un término
de cortesía. Se usa con tono fuerte en Nm 12,11 para pedir el perdón
de una ofensa, pero en los demás casos tiene una fuerza atenuada:
como para excusarse por hacer algo (Ex 4,10.13; Jue 6,5), o para
excusarse por lo que uno va a decir (Jos 7,8; Jue 6,13; 13,8), o simple-
mente para excusarse por dirigirse a una persona de importancia (Gn
43,20; 44,18; 1 Sm 1,26 1 Re 3,17.26 †)11.
d Para llamar la atención sobre lo que se percibe como importante o
sorprendente por el hablante, narrador o personaje de la narración, se
usa el adverbio de presentación v¥Bv¦ (cf. § 102 k), “he aquí, ¡mira!” (voici,
behold!, look! ), casi siempre inicio de frase, a veces reforzado por tb̈:
16.Para el deseo especial (enfatizado) de que “así sea” (ainsi soit-il, so be it), se
tiene el adj. verbal i¥nẗ, “amén”. La palabra se usa siempre en la Biblia Hebrea
para expresar deseos; igualmente en la literatura rabínica (Dalman 71905: 243)
y en el Apocalipsis de Juan (excepto 3,14), pero no en los Evangelios.
PARTE III
SINTAXIS1
CAPÍTULO I
TIEMPOS Y MODOS DEL VERBO
10. Comp. Jon 3,4: tIck̈ vb̈Ih k¤jÅ̈H©u, “Y Jonás comenzó a entrar (al centro de la ciudad
de Nínive)”.
11. El mismo fenómeno se da en griego para el aoristo; así, un escultor puede
grabar en su obra: evpoi,hsen o` dei/na.
12. Esta distinción fue hecha primeramente por Ewald (1827: § 134-36). El he-
cho de que no recurramos a este aspecto en la explicación de los tiempos
(porque nos parece dudoso, además de inútil para quien admite un verdadero
valor temporal y los dos aspectos de los que hemos hablado), no significa que
neguemos su existencia en un estadio anterior de la lengua. Por el contrario,
creemos que el sentido de pasado que tiene la forma qatal proviene probable-
mente de un sentido de perfecto; cf. § 42 a. Como representante de una teoría
del aspecto aplicada al HB, cf. Rundgren 1961. Una aplicación de la teoría de
Rundgren, integrando la dimensión del análisis del discurso, puede verse en
Eskhult 1990. Pero para el aspecto, en la teoría de Rundgren, es mejor desig-
narlo actionsart. Véase Rudgren 1973: esp. 56-58; Kustár 1972. La posición de
Gibson (1994: § 55) es esencialmente la de Rundgren, a saber, estático vs. cur-
sivo, o estativo vs. fientivo (acción y proceso). Más recientemente Tropper
(1998) ha argumentado una oposición binaria aspectual, perfectivo e imper-
fectivo. En algunas lenguas con medios morfológicos para señalar tiempo y
aspecto, como es el griego clásico, los dos matices están vinculados: así, el
tema /leip-/ del verbo /leipø/, “dejar”, marcador del aspecto de presente,
está limitado a los tiempos de presente, imperfecto y futuro; el tema /lip-/,
§ 111. Sintaxis. Observaciones generales 371
g Aspectos aparte, ciertas formas temporales pueden expresar ligera-
mente algunos modos para los que en otras lenguas suelen usarse
verbos auxiliares como “poder”, “deber”, “querer” (cf. § 113 l-n)13.
h La distinción entre verbos activos (de acción) y estativos (de estado)
(cf. § 41 a, b) es muy importante para la elección de los tiempos. Por
otra parte, el que sean transitivos o intransitivos no juega ningún papel.
Un verbo de acción puede ser intransitivo, p.ej., oUe, “levantarse”; el
verbo g©db̈, “tocar”, es generalmente intransitivo (toma las preposiciones
C§ , k¤t, k©g), raramente transitivo. Un verbo estativo puede ser transitivo,
p.ej. J·¥ck̈, J©ck̈, “estar vestido, vestir”; t¥kn̈, “estar lleno, llenar”; g© n¥ J̈,
g©nJ̈, “escuchar”, es a veces intransitivo, a veces transitivo.
A veces un verbo activo se comporta como un verbo estativo, a
saber, cuando su significado se acerca al sentido estativo; así, h¦Tg§ sḧ Å© se
usa por “yo sé” (§ 112 a); h¥bp§ k¦ h¦TsÅ
§n© g̈ por “estoy al servicio de” (§ 112 a).
Algunos verbos tienen tanto el sentido activo como el estativo, p.ej.
16. Este sentido es posible; cf. tb̈§GT¦ ©u, “y tú odias”, en Sal 45,48 (§ 118 p).
374 § 112. La forma qatal (perfecto)
A. Verbos estativos
En estos verbos el significado primario es el de presente, p.ej. s¥cF̈,
“es pesado”; h¦Tc§ v©Å ẗ, “yo amo”; ,̈tÅ¥bG̈, “tú odias”. En realidad, el qatal de
los verbos estativos (tipos s¥cF̈ y i«yë) es originalmente un adjetivo conju-
gado (cf. el estativo acadio). Al igual que una oración nominal de adje-
tivo y pronombre es per se y naturalmente presente, también una forma
verbal formada por un adjetivo y un pronombre sufijado. Así, una ora-
ción verbal como vs̈§c«F̈ Isḧ, “su mano es pesada”, está per se en presente,
como la frase nominal vs̈¥cF§ Isḧ, “su mano, pesada”1.
Ejemplos: h¦Tc§ v©Å ẗ, “yo amo” (Gn 27,4: 15 x); T̈§cv©Å ẗ, “tú amas” (Gn
22,2); c·¥vẗ, c©vẗ, “él ama” (Gn 27,9; 44,20; Dt 15,16; 23,6 etc.); h¦,tÅ¥bG̈,
“yo odio” (Jr 44,4) etc.); h¦b,©Å t¥bG§ , “tú me odias” (Jue 14,16); h¦Tm§ p©Å j̈, “yo
me complazco” (Sal 40,9; Is 1,11); T̈§ksD̈, Å© “tú eres gande” (Sal 104,1);
h¦T§b«yÅ ë, “soy pequeño” (Gn 32,11); Uv§c«D̈, “son altos”; UcÅ«y, “son bellos”
(Nm 24,5); h¦T§be©Å z̈, “soy anciana” (Gn 18,13); h¦Tg§ ©cÅ G̈, “estoy harto” (Is
1,11); o¤,h¦tr,§ “vosotros véis” (Ex 14,13; cf. 1 Re 20,13; Jr 7,11; Sal
35,22; 74,9; Lam 3,59); T̈§gn©Å J̈, “tú oyes” (Rut 2,8; cf. Jr 4,31; Job 3,18);
i©bt£ J© , “está tranquilo” (Jr 48,11; cf. Job 3,18).
Los verbos activos que tienen un significado estativo o cuasi-
estativo se comportan como los verbos estativos2. Éstos son principal-
mente los verbos que expresan un estado de la mente, p.ej. “esperar”:
h¦,hÅUe¦ , “yo espero” (Sal 130,5); h¦Tk§ ©jÅ Iv, “aguardo” (Sal 130,5); v,̈§Fj¦ , “ella
espera” (Sal 33,20); h¦Tj§ y©Å C̈3, “yo confío” (Sal 52,10; 56,5.12 etc.); h¦Tm§ e©Å ,
“estoy hastiada” (Gn 27,46); h¦Tx§ t©Å n̈, “yo desprecio” (Am 5,21); o©jr,¦ “se
compadece” (Sal 110,13; cf. Zac 10,6); h¦Tj§ Å̈bÎt«k§u h¦Ty§ e©Å J̈Ît«k§u h¦Tu§©kÅ J̈ t«k (Job
3,26: “no tengo tranquilidad, ni descanso, ni reposo”, tres perfectos de
sentido similar). Nótese de forma especial que el verbo gsḧ © en el senti-
do de “saber” se comporta frecuentemente como un estativo: en la
prosa ordinaria, “yo sé” es h¦Tg§ sḧ, Å© “tú sabes” es T̈§gsḧ
Å© (con frecuencia vT̈©t
Å© “él sabe” es gsḧ
T̈§gsḧ), © (pero con mayor frecuencia g© s«¥h, aunque a veces
puede ser una vocalización incorrecta), y más raramente gs¥ ©h. Igual-
1. Cf. Sal 3,2: UCr,© “(mis opresores) son numerosos”, seguido de oh¦në oh¦Cr,© “nu-
merosos los que se alzan (contra mí)”. O puede considerarse oh¦Cr© el sujeto.
2. Esto vale no sólo para la forma qal, sino también para todas las derivadas,
incluso para las formas esencialmente activas: pi‘el y hif‘il.
3. El verbo j©yC̈ parece haber sido estativo en origen; la vocalización babilónica
tiene båtˇoˇhˇ. Cf. Kahle 1913: 148.2.
§ 112. La forma qatal (perfecto) 375
mente r©fz̈ se comporta como un verbo estativo, p.ej. UbrÅ §f© z̈, “recor-
damos”4 (Nm 11,5).
El verbo s©ng̈, “estar en pie”, se comporta como un estativo cuando
su significado es prácticamente estativo, p.ej. en la fórmula r¤Jt£ vü«v§hÎh©j
§n© g̈, “¡vive Yhwh, a quien sirvo!” (1 Re 17,1; 18,15; 2 Re 3,14;
uhb̈p̈§k h¦TsÅ
5,16 †). El verbo c©Jḧ, “sentarse, estar sentado”, tiene el sentido de
presente estativo en Ez 28,2; Lam 1,1; quizás en Sal 47,9. En nif‘al,
tenemos, p.ej. Uc·J̈IbÎtk en Ez 26,19, “(ciudades) que ya no se habitan”5.
Merece notarse que la gran mayría de los ejemplos mencionados
supra tienen un sujeto personal.
Observación. Por otra parte, el verbo estativo k«fḧ (§ 75 i) se com-
porta como activo6, quizás por su evolución semántica: desde el sen-
tido de ser capaz al de poder (percibido como activo). Así, “él puede” es
k©fUh, p.ej. Gn 44,22.
b El qatal de los verbos estativos, que señala simultaneidad con el
punto de referencia en el discurso7, puede también aplicarse a un esta-
do del pasado y puede traducirse automáticamente en nuestra lengua
por un pretérito: el imperfecto español (presente del perfecto), p.ej.
s¥cF̈: “era/estaba pesado”; siguen todos los sentidos que puede tener el
qatal activo: “devino pesado, se hizo pesado”, etc. Así c·¥vẗ: además de
“él ama, le gusta” (Gn 27,9), significa también “él amaba, le gustaba”
(Gn 27,14); en 2 Sm 12,24, “amó”. Igualmente ksD̈: © “el dolor era muy
grande” (Job 2,13); “se hacía muy grande (poderoso)” (Gn 26,13); “pues
había observado que Sela era ya adulto” (Gn 38,14). Cf. Gn 42,1, “y Ja-
cob vio que en Egipto había –J¥h h¦F– grano”, y otros ejemplos similares.
11. Cf. Job 4,3, oh¦Cr© T̈rÅ §©X¦h, “has instruido a muchos” (lo que implica múltiples
acciones), perfecto global seguido del yiqtol frecuentativo e¥Z©jT§ : “y confortabas la
manos flacas”; en Ez 27,12ss (en la descripción del comercio de Tiro), Ub§,«b̈,
“te dieron (continuamente)”.
12.Rogland (2003: 15-48) argumenta convincentemente contra la noción de per-
fecto gnómico en hebreo clásico.
13. En algunos casos el yiqtol sería ambiguo, pues podría significar el futuro. En
los dos ejemplos propuestos, qatal puede ser traducido por presente.
14. Contrasta con Ex 10,7: v¤hv§ ¦h h©,n̈Îs©g.
15. Cf. Hendel 1996: 156.
Van Peursen (2004: 75) menciona unos interesantes textos paralelos que
¦ |1
ilustran el desarrollo histórico del sistema verbal hebreo: Sal 75,2, W§K UbhÅsIv
¦ . El primero en LXX es evxomologhso,meqa, soi , un aná-
Cr 29,13, Qk̈ Ub§j©Åbt£ ohsIn
lisis que Jerónimo conserva en su versión confitebimur tibi, también en Juxta
Hebr.
378 § 112. La forma qatal (perfecto)
bién performativo16: cf. infra, § g. Los ejemplos son esp. frecuentes con
los verbos de decir (verba dicendi) y sus equivalentes: h¦TrÅ §n© ẗ, “digo, orde-
no” (2 Sm 19,30); h¦TsÅ §©Dv¦ , “declaro” (Dt 26,3); h¦Tm§ g©Å ḧ, “aconsejo” (2 Sm
17,11); h¦,«sÅ g¦ v© , “declaro solemnemente” (Dt 8,19); h¦Tg§ ©CÅ J§ ¦b, “juro” (Gn
22,16, etc), y sus equivalentes hsḧ ¦v, “alzo mi mano [mientras juro]”
¦ h¦,«nÅ r£
(Gn 14,22); h¦Tg§ ©CÅ J§ v¦ , “os conjuro” (Cant 2,7), etc. Con otros verbos:
h¦,hŦbë, “adquiero [hic et nunc por mis propias palabras]” (Rut 4,9; comp.
con el v. 4 k·ẗ§dt¤ y no h¦Tk§ t©Å D̈, que sería una respuesta firme y definitiva);
h¦,hÅ¥uj£ T© J§ v¦ , “me prosterno” (2 Sm 16,4); h¦Tm§ r, Å© “corro” (2 Re 5,20)17; h¦Tj§ ©kÅ J̈
W§k, “te envío” . 18
22.Esta noción la aplica Ibn Ezra incluso a los casos de wayyiqtol, como en Jl
2,18, t¥Be© §h©u: véase su comentario ad loc. Para una discusión más matizada de
toda la cuestión, cf. Rogland 2003: 53-114; Wagner 1997: 93-118.
23. Después de Is 13 profetizando la caída de Babilonia, viene un mašal (14,3- 21)
en pasado que profetiza la caída del rey de Babilonia al šeol. Después de las
profecías contra Tiro para el futuro (Ez 26-28,10), viene una q•nah, en pasado,
sobre el rey de Tiro (28,12-19) en la que Tiro se considera arruinada.
24. Si, por otra parte, se desea expresar la esfera de futuro, puede usarse yiqtol y
entonces no se indica la anterioridad de la acción. En este conflicto, la elec-
ción queda al gusto del escritor (cf. § 113 b).
25. Comp. Ex 25,16.21: i¥Tt¤ .
26. Pero en Jr 24,9, o¥jhS© ¦t †, yiqtol.
27. El segundo qatal, elegido probabl. por paronomasia (Reckendorf 1909: 172),
representa el futuro como presente. Pero la repetición del verbo puede ser un
modismo para expresar la irreversibilidad de un hecho y la indiferencia consi-
guiente (“si me quedo sin hijos, me quedo sin hijos” [= que me quede, me da
lo mismo]); así parece que ha de entenderse Est 4,16: “si muero, que muera”
(este modismo es frecuente el hebreo tardío: Tosefta Terumah 2,13, ,hGgJ
380 § 112. La forma qatal (perfecto)
Los ejemplos son bastante frecuentes en las oraciones condicio-
nales, p.ej. Gn 43,9; 2 Re 7,4. Con s©g (principalmente en los com-
puestos o¦t r¤Jt£ s©g, o¦t s©g):
1. Con un primer verbo en futuro: “y prosperará hasta que la cólera se
haya agotado –vk̈F̈Îs©g–” (Dn 11,36); Ur§cë« s©g (Ez 39,15); “no comeré
hasta que yo haya dicho –h¦TrÅ ¦ t s©g– mis palabras” (Gn 24,33);
§©CSÎo¦
también con o¦t s©g en Gn 24, 19; Is 30,17; Rut 2,21. Con o¦t r¤Jt£ s©g:
Gn 28,15; Nm 32,17; Is 6,11 (el primer verbo sobreentendido).
2. Con un primer verbo en presente: “¿Por qué nos quedamos aquí
hasta que hayamos muerto –Ub§,·n̈Îs©gÐ?” (2 Re 7,3)28.
j Los diversos sentidos de qatal que hemos enumerado son suficien-
tes para explicar los casos más usuales. Queda siempre un cierto
número de casos de explicación más o menos difícil, de los que señala-
mos alguno:
Qatal en pregunta admirativa (pregunta sorprendida). Los ejemplos,
no muy numerosos, pueden explicarse como futuros perfectos: h¦kÎv,̈§h«v̈,
“¿habré (tenido) yo ...? (= ¿es posible que yo tenga?)” (Gn 18,12);
“¿Habré de renunciar ...? (= habré tenido que)” (Jue 9,9.11.13, texto
arcaico); “¿Habremos de perecer todos?” (Nm 17,28); k¥Kn¦ h¦n (?),
“¿Quién le habría de decir ...?” (Gn 21,7, único texto en prosa donde
se encuentra la raíz kkn); vb̈n̈ h¦n, “¿Quién habría podido contar ...?”
(Nm 23,10, texto poético); j©kJ̈ h¦n (¿), “¿quién que hubiera alargado su
mano?” (1 Sm 26,9; pero probabl. debe leerse j©kJ§ ¦h).
k En poesía (Salmos, Job) y en prosa elevada, qatal a veces parece
tener un matiz optativo29: “Sea Yhwh árbitro y juzgue entre nosotros,
examine mi causa y me haga justicia, /// crḧ§ ¤¥hu§ /// y©pJ̈§u /// vhv̈§u” (1 Sm
¥ u /// trÅ
24,16; secuencia de qatal–qatal yiqtol–yiqtol ); “Plúgate –T̈§kt©Å Iv– bendecir
if ,uGgk vbJ, tk kct v,hJg, “lo que hiciste, hecho está, pero no vuelvas a
hacerlo más”; también en Tosefta Sotah 1,7, “si se rompen, que se rompan
–ugreb Ugreb ot”; pero estos ejemplos se refieren al pasado; cf. Mishor 1983:
69-71; Pérez Fernández 1992: 185).
28. Comp. el yiqtol con s©g en 1 Sm 1,22; Is 22,14 etc.; con r¤Jt£ s©g en Gn 27,44;
Ex 23,30; Lv 22,4; Nm 11,20; 20,17; Os 5,15.
29. Puesto que una oración nominal puede tener sentido optativo (§ 163 b), un
perfecto estativo, que es un adjetivo conjugado, puede tomar también ese
mismo matiz, y, por analogía, el perfecto activo. Cf. Driver 1969. El uso
optativo del perfecto es muy común en árabe: Wright–Robertson Smith–De
Goeje 31896-98: II, 2s. Pace Hendel (1996: 171), no hay ninguna oposición
complementaria aspectual entre qatal perfectivo optativo y yiqtol imperfectivo
modal: véase vḧv̈§u (1 Sm 24,15) y vë£jr̈ (Job 22,18).
§ 113. La forma yiqtol (futuro) 381
examine mi causa y me haga justicia, /// crḧ§ ¤¥hu§ /// y©pJ̈§u /// vhv̈§u” (1 Sm
¥ u /// trÅ
24,16; secuencia de qatal–qatal yiqtol–yiqtol ); “Plúgate –T̈§kt©Å Iv– bendecir
la casa ...” (1 Cr 17,27; en el par. 2 Sm 7,29 se usa el imperativo k¥tIv)30;
“Que caigan –Uk§p«b̈– en su interior” (Sal 57,7); “Que se aleje –vë£jr̈« – de
mí el consejo de los impíos!” (Job 22,18; Vulg. procul sit a me)31.
l En algunos textos poéticos que celebran la grandeza de Dios, el
uso de los tiempos, y esp. de qatal, es muy peculiar. Ejemplos: Qh¦Jj§ v¤
(Am 5,8), a pesar del sentido frecuentativo del presente y en medio de
formas participiales qotel ; vG̈g̈ (Sal 135,7) (la misma observación); vÿb̈,
vG̈g̈ (Jr 10,12-13). En estos casos el uso de qatal no ha sido explicado
satisfactoriamente..
m Sobre qatal en oraciones condicionales (frecuentativo k©yë o¦t), cf. §
167 g ; en oraciones optativas, cf. § 163 c.
Sobre el sentido del perfecto vḧv̈, cf. el cuadro en § 111 i.
11.Pace Joosten (1999a: 21-23; 2002: 61s), ninguno de los ejemplos citados en
este párrafo –que se pueden multiplicar fácilmente (cf. Driver 31892: § 30 [2]
[a])– puede ser analizado como non-real. No hay ningún nexo intrínseco entre
“iterativo” e “irreal”. Una acción puntual también puede ser non-real.
12. Así, en el comienzo absoluto de una narración, una acción pasada durativa
sólo puede expresarse con vḧv̈ y participio (§ 121 f ).
13.Pace Gentry (1998: 15-17). P.ej., Ex 13,22, ib̈g̈¤v sUN©g Jh¦nḧÎt«k, “no se retiraba la
columna de nube”. También Dt 32,16.17; Jue 2,18; Is 23,7.
14. En contexto de pluscuamperfecto: “Saúl tomó el reinado ... doquiera se había
dirigido –v¤bp§ ¦h– había vencido” [leer g© h¦JIh, Ehrlich 1908] (1 Sm 14,47).
15. Estos ejemplos y otros del mismo tipo no quedan suficientemente explica-
dos. En algunos casos puede suponerse un refinamiento estudiado del estilo.
§ 113. La forma yiqtol (futuro) 385
ga El uso del yiqtol pretérito es también frecuente en las oraciones
subordinadas lógicamente (aunque no necesariamente sean formal-
mente subordinadas), que tienden a tomar el carácter de una oración
circunstancial con la idea concomitante de simultaneidad o contempo-
raneidad16. Ejemplos: 2 Sm 17,17: “como no podían –Uk§fUh t«k– dejarse
ver entrando en la ciudad”; Gn 48,17: “José vió que su padre ponía
–,h¦Jḧ– su mano derecha sobre la cabeza de Efraím”; Gn 48,10: “los
ojos de Israel se habían embotado por la vejez, sin poder –k©fUh t«k–
ver”; Ex 19,19, “Moisés hablaba y Dios le respondía –oh¦v«k¡tv̈§u r¥Cs§ ©h v¤J«n
UBŤbg£©h–”; 1 Sm 13,19: “no se encontraba un herrero –t¥mN̈¦h t«k Jr̈j̈§u– en
todo el país”; 2 Sm 15,37: “Husay llegó a la ciudad ... al tiempo que
Absalón llegaba a Jerusalén –o«k̈J̈Ur§«h t«cḧ oIkJ̈§ct© u§ rh·¦gv̈ /// h©JUj t«cḦ©u–”.
h Finalmente, puede haberse algún yiqtol sin ningún aspecto repetitivo
o durativo, con valor, pues, de qatal, que sería la forma esperada. Así,
con el verbo “encontrar”, que conlleva de suyo la idea de instanta-
neidad (§ 11 d ): “lo encontró –UvÅt¥ m̈§n¦h–” (Dt 32,10, poético); tm̈§nt¤ (Sal
116,3). Otros ejemplos: Job 15,7: “¿Naciste tú –s¥kܦT– ...?” (| qatal );
Job 3,3: “el día en que yo nací –s¥kܦt–” (contrasta con el qatal h¦TsÅ §©Kªh de
Jr 20,14); Job 3,11; Sal 8,6: UvÅ¥ r§Xj© T§ , “le
r§Yg© T§ rs̈v̈§u sIcf̈§u oh¦v«k¡tn¥ y©gN§ UvÅ¥
hiciste algo menor que los dioses, y de gloria y honor le coronaste”; Is
41,5: Us·r̈¡j¤h .rÅ̈
¤tv̈ ,Im§e Utºr̈h¦hu§ oh¦Ht¦ Utr̈, “lo han visto las islas y temieron, los
confines de la tierra se conmovieron”; Ex 15,5: ,«kIm§nc¦ Usr§«ḧ UnŪhx§ f©§h ,«n«vT§
i¤c·ẗÎIn§F, “los cubrieron los abismos, bajaron como piedra a lo profun-
do”; Ex 15,12: .rÅ̈ ¤t InÅg¥ k̈§cT¦ W§bh´¦n§h ,̈hÅy¦ b̈, “extendiste tu diestra, los tragó la
tierra”; Jue 5,26: vp̈§kj̈§u vm̈£jn̈U IJt«r vë£jn̈ tr̈§xh¦x vn̈§k«v̈u§ /// vb̈§j©kÅ J§ T¦ s¥,Ḧ©k Vs̈ḧ
I,Ër,© “llevó su mano a la estaca ... y golpeó a Sísara, machacó su
cabeza, quebró y perforó su sien” (nótense los perfectos con waw, del
mismo valor que wayyiqtol ). En algunos casos wayyiqtol es paralelo a
yiqtol pretérito, como en Sal 18,14: Ik«e i¥T¦h iIh§kg¤ u§ vüv§h o¦hn©Å Ẍ©C o¥gr©§H©u, “tronó
Yhwh en los cielos, y el Altísimo lanzó su voz”; Sal 18,40: k¦h©jÅ h¦br§ Å¥Zt© T§ ©u
¦fT© vn̈j̈§kN¦ ©k, “me ceñiste con fuerza para la batalla, doble-
hT̈§jT© h©në g© hr§
gaste bajo mí a mis adversarios”. Casi todos los ejemplos pertenecen al
24.Joosten (1999: 19-21) menciona más ejemplos de este tipo, pero para muchos
de ellos no hay razón para interpretarlos de tal manera.
25. Para este sentido, cf. Joüon 1913a: 166.
26. Comp. Hch 2,10: ti, poih,sw (16,30: ti, me dei/ poiei/n;).
27.Cf. Bright 1973: 187.
28. Compara Dt 23,32, In§KJ© k§ r¥jt© ,§ t«k, con Qoh 5,3, In§KJ© k§ r¥jt© ,§ k©t; Dt 19,14, t«k
W£gr¥ kUcD dh¦X,© , con Prov 22,28, ok̈Ig kUc§D d¥XT©Å Îk©t. Qimron (1983: 473-82, esp.
476) argumenta que la distinción entre las dos negaciones refleja la diferencia
en la situación social de los dos interlocutores; así en 1 Re 3,26: “Entonces la
mujer de quien era el hijo vivo, como se le conmovieran las entrañas por su
hijo, exclamó: ¡Oh mi señor, dadle el niño vivo, pero de ningún modo lo
matéis (Uv,¥Å h¦nT§ Îk©t)!”; y en el v. siguiente el rey dice: “Dadle a aquella el niño
vivo y no le matéis (Uv,¥Å h¦nT§ t«k)”. Pero Bendavid (21967-71: 1.28) opina que se
trata de variaciones estilísticas, punto de vista que Qimron no toma en
consideración. Para un análisis ligeramente diferente, cf. Schulman 2000:175,
pero nótese una variación en 1 Re 13,22 | 9,17. Pace Hendel (1996: 170), k©t +
yusivo no es necesariamente perfectivo o puntual: p.ej., en Qoh 7,16, h¦vT§ Îk©t
v¥Cr© ¦m, “no seas justo en exceso”.
§v ehS©
§ 113. La forma yiqtol (futuro) 389
prohibición específica, p.ej., en Dt 1,42 Uk£g,© t«k, “no subáis”; pero en
este caso es más común usar k©t, como en el paralelo Nm 14,42: k©t
Uk£gT© .
Otros ejemplos: “Yo os enseñaré lo que habéis de hacer” (Ex 4,15);
“el homicida deberá habitar en su ciudad de asilo hasta la muerte del
sumo sacerdote” (Nm 35,28); “has hecho conmigo cosas que no deben
hacerse” (Gn 20,9); “¿debo ir a la guerra contra Ramot de Galaad o debo
desistir?” (1 Re 22,6; idem en v.15), “¿no es al rebaño al que deben
apacentar los pastores?” (Ez 34,2); “¿qué debemos hacer contigo?” (Jon
1,11); “¿no debo odiar, Yhwh, a quienes te odian?” (Sal 139,21, tb̈§Gt¤ ,
pero contrasta con oh¦,t¥bG§ , “yo los odio”, en el v. 22); “¿no debo buscarte
un lugar de descanso?” (Rut 3,1); “él te indicará lo que debes hacer” (Rut
3,4); “¿por qué deberá irritarse Dios? (Qoh 5,5); “Yhwh había prescrito
que los israelitas debían morar en las cabañas” (Neh 8,14). En la esfera
del pasado: “¿es que se debía tratar a nuestra hermana como a una
prostituta” (Gn 34,31); “¿debía Abner morir como un insensato?” (2 Sm
3,33); “En esa misma ocasión os prescribí todo lo que teníais que hacer”
(Dt 1,18).
Con mucha frecuencia un yiqtol de súplica, demanda, mandato,
etc., equivale a un imperativo, particularmente si se formula después
de un imperativo29; así en Sal 17,8: h¦brh¦ Å¥ Tx§ T© , “me protegerás” (= “proté-
geme”; tras el imptv. hbÅ¥ r§nJ̈, “guárdame”); Sal 43,1; 54,3; 59,2; 64,2;
140,2; Nm 32,24; Ez 24,17; Prov 7,1; 22,17; Job 6,23; 40,10. En el Sal
51 los yiqtol de los vv. 9-10 tienen prácticamente el mismo valor que
los imperativos de los vv. 3-4. Ante un imperativo: Sal 71,2; Job 17,10.
Finalmente, yiqtol aislado: Is 18,3; Job 18,2 (¿) (todos textos poéticos;
comp. con Gn 43,12, § 119 i n.).
n Modalidad de querer30. “¿Quieres ir con este hombre? Contestó:
quiero”, Q¥kt¥ /// h¦fk§ ,¥ v£ (Gn 24,58); “si quiere entrar” (Dt 18,6); “Si quieres
venir conmigo, yo iré” (Jue 4,8); “si quieres tomarla, tómala” (1 Sm 21,
10); “¿quién quiere bajar conmigo a donde Saúl?” (1 Sm 26,6); “¿quieres
conducirme hacia esa horda?” (1 Sm 30,15); “¿por qué queréis venir
conmigo?” (Rut 1,11); “si él quiere rescatarte” (Rut 3,13; en la segunda
parte dice explícitamente .«Pj§ ©h t«kÎo¦tu§, “pero si no le apetece”); Rut 4,4.
4. Citamos todos los ejemplos de vf̈§kt¥ y vf̈§k¥b. Hemos evitado los ejemplos con u
coordinativo; tienen naturalmente los mismos matices: vf̈§k¥bu§ vg̈§x¦b, “¡partamos
y marchemos!” (Gn 33,12).
5. Is 38,10 es extraño (contrasta con v,̈UÅnẗ de Gn 46,30, “ya puedo morir”).
Aquí se admite un significado como “deber” o “tener que”. Igualmente en
otros pocos ejemplos de difícil explicación: Jr 4,21; 6,10; Sal 57,6. En algunos
casos la forma se debe sólo al énfasis: Jr 4,19; Sal 73,17. Parece como si los
autores de los libros más tardíos del Antiguo Testamento se hubieran sentido
atraídos por el cohortativo como característica eminentemente arcaica, pero
lo usaron con frecuencia de forma equivocada y dejó de ser parte integral de
su lengua. Cf. Kutscher 1974: 39s.326s.
6. Para “no quiero matar”, del tipo vk̈§ye§ t¤ t«k, no se encuentra ningún ejemplo
seguro. Como en nuestras lenguas, la firme voluntad de hacer algo se expresa
con el simple futuro: k©f«t t«k, “no comeré” (1 Sm 28,23); sIc¡gt¤ t«k, “no ser-
viré” (Jr 2,20); W¥k¥b t«k, “no caminaremos” (Jr 6,16).
§ 114. Modos volitivos directos 393
e Tipo vk̈§ye§ ¦b: vf̈§k¥b, “queremos ir” (Ex 5,8.18; en el v. 3: “permítenos
ir”); “queremos acompañaros” (Zac 8,23, en oposición a QIkv̈ vf̈§k¥b del
v. 21: “vayamos”); vs̈r¥ §b, “bajaríamos” (en apódosis de una oración
condicional); vg̈§cG§ ¦b, “¡ojalá nos hartáramos!” (Sal 65,5). Pero el sentido
más usual es el del cohortativo: vf̈§k¥b, “¡vayamos!” (Gn 37,17; Dt 13,3.
7.14; 1 Sm 9,6.10; Zac 8,21, en contraste con v. 23) v¤Gg£©b, “hagamos al
hombre” (Gn 1,26: deliberativo)7; vs̈r¥ §b vc̈Å̈v, “¡ea, bajemos!” (Gn 11,7);
vb̈§Ck§ ¦b vc̈Å̈v, “¡ea, fabriquemos ladrillos!”; vë§T©b§b, “¡rompamos sus lazos!”
(Sal 2,3). Con k©t: vc̈hÅJ¦ e§ ©bÎk©t, “no prestemos atención” (Jr 18,18b).
f Tipo tB̈Îvk̈§ye§ ¦b: tB̈Îvf̈§k¥b, “déjanos/permítenos ir” (siempre: Ex 3,18;
5,3; 2 Re 6,2); tB̈Îvr̈§Cg§ ©b, “déjanos/permítenos pasar” (siempre: Nm
20,17; Jue 11,19); tB̈Îv¤Gg£©b, “hagamos, si quieres” (2 Re 4,10). Con k©t:
UbÅ̈KªF Q¥k¥b tb̈Îk©t, “no vayamos todos” (2 Sm 13,25, mejor que “permite
que ...”); vs̈§ct«b tb̈Îk©t, “que no perezcamos (= no nos hagas perecer)”
(Jon 1,14).
g B. El yusivo
El yusivo es el modo volitivo8 de 3ª persona: o«eḧ, “que se levante”;
o«eḧ§u, “y que él se levante”. Expresa el deseo o voluntad del hablante;
por tanto, o«eḧ no significa “él quiere levantarse”. Está distribuido
complementariamente con el imptv. para la 2ª pers.: p.ej., Gn 47,6,
i¤JÅD .rÅ ¤t¤ C§ Uc§J¥h WhÅj¤ t© Î,¤tu§ WhÅc¦ ẗÎ,¤t c¥JIv, “asienta a tu padre y tus hermanos
... que habiten en el país de Gosén”. Además, se usa normalmente con
9. Este uso del yusivo de 2ª pers. en lugar del imperativo contrasta con el uso
del imperativo indirecto oUe§u, ut surgas, en lugar del yusivo de 2ª pers. o«e,̈§u (§
116 f ).
10. Prácticamente equivalente a tB̈Îvc̈§Jt¥ (lit. “quiero quedarme, por favor”).
§ 114. Modos volitivos directos 395
de vacío” (la misma observación anterior); en Jos 7,3: og̈v̈ÎkF̈ k©g©ÅhÎk©t,
“no es preciso que suba todo el pueblo” (Jos 7,3: es un consejo).
k A veces en poesía se hace un uso muy amplio de k©t, incluso donde
se esperaría t«k. Suponiendo la corrección del texto, k©t podría ser un
refinamiento estilístico, o también podría expresar un matiz de energía:
uhc̈§h«t J¤p¤bC§ UvÅ¥bT§ T¦ Îk©tu§, “no lo entregues a la voracidad de sus enemigos”
(Sal 41,3); Jr¡ ©j¤hÎk©tu§ UbhÅv¥«k¡t t«cḧ, “viene nuestro Dios y no ha de callar”
(Sal 50,3); tr̈h¦TÎk©t, “no tienes que temer” (Prov 3,25; LXX: ouv mh.
fobhqh,sh|; Job 5,22: idem); d¤z·N̈©v r©xj§ ¤hÎk©t, “nunca te falte el vino
mezclado” (Cant 7,13); xUbḧÎk©t, “no será capaz de escapar” (Jr 46,6; (¿)
o acaso una forma yusiva descuidada: cf. supra, g, n.). Comp. el imptv.,
infra, § p.
l Algunas formas vocalizadas como yusivos son de difícil o imposible
explicación11: p.ej., e¥Cs© §h en Dt 28,21, donde el contexto requiere el
indicativo e¦Cs© §h, “Yhwh te pegará la peste”; también Dt 28,36; 1 Re 8,1;
Sal 11,6; Prov 15,25; Job 10,16; 15,33; 18,9; 27,22; 33,11; Qoh 12,7;
Dn 8,12. En estos casos es posible conjeturar que la vocalización yusi-
va se debe a una scriptio defectiva. También ocurre en casos con t«k: en 1
Re 2,6, srI, ¥ t«k, léase r;¦ Gn 24,8; 1 Sm 14,36; 2 Sm 17,12; Ez 48,14.
En otros casos, la forma yusiva se supone por las consonantes: u©m§h
(Dt 28,8; el significado pide el indicativo v¤Um©§h, “ordenará”); crÅ ¤T¤ (Job
10,17); h¦v§h (Job 18,12); k¤fŦh (Job 33,21). Con t«k: y·ẗÎt«k§u (Job 23,11).
Del mismo modo, con u yuxtapuesto: ,«n,̈§u (Is 50,2); y¥hu§ (Sof 2,13);
¤¤hu§ (Job 34,37); trÅ
crÅ ¤¥hu§ (Lam 3,50).
Para algunos ejemplos de h¦v§h©u por vḧv̈§u, cf. § 119 z.
m C. El imperativo
El imperativo es el modo volitivo de la 2ª persona en las formula-
ciones positivas12: oUe, “levántate”, oUe§u, “y levántate”. Como el yusivo,
se usa para expresar todas las matizacions de la voluntad13. En la 2ª
pers. sing. masc., la forma con vÐ̈ paragógica no tiene, en general,
diferencias significativas de matiz respecto a la forma usual (§ 48 d ).
La partícula tb̈ se añade con frecuencia al imperativo: normalmente
11. Según Gesenius 1910: § 109 k, estos yusivos se deben a consideraciones rít-
micas (?). Sobre la forma ;¥xIh como indicativo, cf. § 75 f.
12. Para la formulación negativa se usa el yusivo tipo o«eT̈Îk©t (supra, § g).
13. El término “imperativo” no debe producir confusión; incluso dirigiéndose a
Dios se dice: h©bh¥g vr̈hÅt¦ v̈ h·v̈«k¡t vuvh h¦b¥Åbg£ vÿhÅC¦ v© , “mira y repóndeme, Dios mío; ilu-
mina mis ojos” (Sal 13,4). Así también con los imptv. breves: r«cJ§ , “¡rompe!”
(Sal 10,15); g©nJ§ , “¡escucha!”.
396 § 114. Modos volitivos directos
tiene fuerza deprecativa, y a veces añade una matización enérgica (Nm
16,26; 20,10); cf. § 105 c 14. El imperativo se usa principalmente para
una acción inmediata15, p.ej., “acércate” (Rut 2,14: aquí y ahora); más
raramente para una acción más o menos remota (cosa que general-
mente se expresa en futuro), p.ej., v¥Gg£, “haz” (= entonces harás), en
Dn 1,13. Ejemplos: W§kÎQ¤k, “ve” (Gn 12,1); h¦kt£ J© u§, “pregunta” (1 Re
2,22; § 177 m); tB̈Îvb̈§T, “ten a bien darles” (2 Re 5,22).
n Adviértase el uso del imperativo permisivo: “¡Sea lo que sea! ¿Corro?
Le contestó: corre –.Ur–” (2 Sm 18,23). Después de un yusivo de peti-
ción de permiso: “enviadlos” (2 Re 2,17). Después de un cohortativo
de petición de permiso (“me gustaría, permíteme”): “sube” (Gn 50,6);
Q¥k, “ve” (Ex 4,18; 2 Sm 15,9); UfÅ¥k, “id” (2 Re 6,2); h¦fk§ , “ve” (Rut 2,2).
o El imperativo se encuentra a veces en casos donde la ejecución de
la orden no está en manos de la persona que la recibe: “enviad a uno
de vosotros para que tome a vuestro hermano; en cuanto a vosotros
quedaréis prisioneros –Ur§x«ẗv¥ ±16” (Gn 42,16; comp. con el yusivo r¥xẗ¥h del
v. 19); “muere –,ªnU– en la montaña adonde hayas subido y reúnete
–;¥xẗ¥v– con tu pueblo” (Dt 32,50: después de los imperativos del v.
49)17. Estos casos se hacen comprensibles cuando se entiende que el
imperativo, con el yusivo y el cohortativo, es esencialmente una forma
de expresar la voluntad o el deseo del hablante. Así, el imperativo Ur§x«ẗv¥
de Gn 42,16 significa realmente: “yo quiero que seais prisioneros”.
p En poesía a veces el imperativo equivale al futuro con un matiz
enérgico: “este año se comerá el renadío ... pero el tercer año tendrás
que sembrar –Ugr¦§z” (2 Re 19,29 [= Is 17,30]); “dominarás –vs¥r” § (Sal
110,2). Comp. el yusivo con k©t, supra, § k.
14. Se tienen, pues, cuatro formas para la 2ª pers. masc. sing.: p.ej. Q¥k, vf̈§k, tB̈ÎQ¤k y
tB̈Îvf̈§k.
15.El matiz de urgencia o emoción enftizado por Schulman (2001: 276) depende
del contexto, no de la forma imperativa como tal. Pace Schulman, un sentido
de urgencia no puede deducirse en realidad de la forma gramatical en, p.ej.,
Gn 1,28, UcrU§ Ur§P, aunque pudiera ser razoblemente adecuado desde un punto
de vista teológico; y aún así, difícilmente puede decirse que el Creador estu-
viera emocionalmente implicado. De igual modo, la ausencia ocasional de
este matiz con w-qataltí y yiqtol volitivo (ib., 278-84) es función del contexto.
16. O el nif‘al tolerativo: “someteos vosotros mismos a la prisión” (§ 51 c)
17. Compara, con el mismo matiz y en la misma situación, el yusivo de Nm 20,
24, ;¥xẗ¥h, “que se reúna”; y el cohortativo de Is 30,18, vf̈·¥kt¥ (cf. supra, § c, n.).
§ 115. Waw con formas verbales finitas 397
§ 115. Waw con formas verbales finitas
a Un waw que precede a una forma verbal finita (qatal, yiqtol, yusivo,
cohortativo, imperativo) puede tener diversos valores semánticos. En con-
secuencia, un grupo compuesto de waw y de una forma verbal tendrá
diferentes valores. Manteniendo el significado básico de et, “y”, el waw
añade determinadas matizaciones que nuestras lenguas no suelen seña-
lar o usan para ello palabras añadidas. Así, mientras que el latín usa la
palabra et exactamente del mismo modo en comŸdit et bibit (“comió y
bebió”, donde las dos acciones se entienden simultáneas) y en comŸdit et
ivit cubitum (“comió y se fue a la cama”, donde la segunda acción es
posterior a la primera), la lengua hebrea distingue entre estos dos et, el
segundo de los cuales equivaldría a et postea (“y después”). En una
sentencia como divide et impera (“divide y vencerás”), donde et es lógica-
mente equivalente a ita ut (sic) imperes (“de modo que puedas vencer”
–consecución– o “para que puedas vencer” –intencionalidad–), la
lengua hebrea distingue el matiz modal del waw, consecutivo o final1.
Desde un punto de vista lógico se puede, pues, distinguir entre un et
de pura yuxtaposición y un et matizado por la idea de sucesión, con-
secución e intención o finalidad. Al primer et le llamaremos et simple y al
segundo et enérgico.
b La lengua árabe puede expresar estas diferencias en un modo
bastante más preciso, lo que ayuda a comprender el procedimiento del
hebreo. El árabe tiene dos formas para expresar et : wa y fa2. Wa se usa
para et simple, fa para et enérgico; para et de sucesión se usa generalmente fa
(raramente wa) con indicativo; para et final-consecutivo se usa fa con sub-
juntivo: a distinciones lógicas diversas corresponden formas diversas.
c El hebreo está bastante lejos de la perfección del árabe. En primer
lugar, el hebreo sólo tiene u para expresar et. Así pues, para expresar sus
diversos valores sólo puede recurrir a dos procedimientos: la modi-
ficación del waw o la modificación de la forma verbal. Ahora bien,
estos dos procedimientos están realizados sólo imperfectamente. El et
simple se expresa siempre por un u débil (i.e., sin exigencia de reduplica-
ción)3, pero el et enérgico no siempre se expresa por un u fuerte (i.e., que
1. Compara el doble valor de qui en venit vir qui (= et is) nuntiavit, “vino el hom-
bre, que anunció el mensaje”, y venit vir qui (ut is) nuntiaret, “vino el hombre
que anunciaría el mensaje” (para anunciar el mensaje).
2. Originalmente existía una forma única, según Ewald (1831-33: 1, § 478; 2, §
726s), pero Brockelmann (1908-13: I, 502) admite las dos formas originarias.
3. Cf. § 104 c-d.
398 § 115. Waw con formas verbales finitas
exige la reduplicación). Además, el waw fuerte de hecho sólo se da en la
forma de sucesión wayyiqtol, “y el mató”. En esta misma forma, cuando
las leyes fonéticas lo permiten, la vocalización y el tono son igualmente
discriminantes. En w-qatal el diferente valor de et puede a veces expre-
sarse por la posición del acento tónico, p.ej. w-qatálti 4, “y yo maté” (et
de simple coordinación), y w-qataltí, “y seguidamente le mataré” (forma
de sucesión). En los demás casos, con el cohortativo, yusivo e imptv.,
la diferencia entre el et de coordinación y el et consecutivo-final no apa-
rece en la forma. El único modo de percibir si el et es simplemente
coordinante o consecutivo-final es atender al contexto, la sintaxis y a la
comparación con el árabe5. Por ejemplo, en Gn 11,3: vp̈r§ §G¦bu§ oh¦bc¥ k§ vb̈§Ck§ ¦b
vp̈r§ ¥Gk¦ , “fabriquemos ladrillos y cozámoslos al fuego”, el contexto
indica que el waw es sólo de coordinación.
Veremos que et enérgico se encuentra:
1. Con modos volitivos: u tiene entonces una significación de conse-
cución-finalidad, como el latín ut (“de forma que”, “para que”, “y en
consecuencia”). En tal caso el árabe usa fa y subjuntivo. Cf. § 116 a.
2. Con indicativos qatal y yiqtol, a saber, w-qataltí y wayyiqtol. En tal caso
u expresa principalmente la sucesión (“y entonces”, “y a continua-
ción”). En tal caso el árabe usa fa e indicativo. Cf. § 117.
d Igual que a menudo tenemos una serie de wayyiqtols sin que la se-
cuencia linear de tales verbos implique una sucesión temporal6, del
mismo modo un waw simple o coordinante puede unir múltiples voliti-
vos (yusivos, cohortativos e imperativos) o qataltís 7. P.ej., 1 Re 13,18,
o¦hnÅ̈ T§ J§ ¥hu§ o¤jk¤Å k©ftÅ«h§u; 1 Re 18,41, v¥,J§ U k«ft¡ v¥kg£; Ez 39,17, /// ch¦cẌ¦n Up§x«ẗv¥
oS̈ o¤,h¦,J§ U rG̈C̈ o¤Tk§ f© t£©u, “reuníos ... y comeréis carne y beberéis sangre”.
Véase en § 120 un resumen práctico de los principales casos.
9. Mt 7,1, Mh. kri,nete( i[na mh. kriqh/te , y Lc 6,37, mh. kri,nete kai. ouv mh. kriqh/te ,
pueden ser expresados en hebreo de la misma manera: Uy§pẌ¦, t«k§u Uy§PJ§ T¦ Îk©t.
§ 117. Los tiempos inversivos 405
po, el waw inversivo puede llamarse, a potiori, waw de sucesión, en contraste
con el waw modal o final-consecutivo de los modos volitivos indirectos1.
b El origen de las formas wayyiqtol, “y él mató”, etc., y w-qataltí, “y yo
mataré” (que constituyen un rasgo característico del hebreo, aunque no
exclusivo)2 es oscuro. Podemos preguntarnos si el elemento yiqtol (yá-
qom) que se encuentra en wayyiqtol (wayyáqom) es idéntico a la forma
separada yiqtol (yaq¥m); lo mismo se plantea respecto a w-qataltí.
Algunos gramáticos, no planteándose tales dudas, explican todos los
sentidos del wayyiqtol por los del yiqtol, bien es verdad que recurriendo a
verdaderos alardes de sutileza. Sin embargo, considerando el hecho de
que los valores de wayyiqtol son opuestos a los de yiqtol y teniendo en
cuenta que la posición del acento tónico es también diferente, puede
suponerse que wayyiqtol no es idéntico a yiqtol.
c Se puede adelantar la siguiente reconstrucción, ahora considerada
ampliamente en acuerdo con el cananeo antiguo3. Cuando la forma
7. Cf. Joüon 1911: 403. Sobre este desarrollo analógico y tardío, cf. también
Hetzron 1969a: “... can be proved by the fact that wü-qåtˇal represents both the imperfect
and the jussive”.
8. Por lo que se refiere a HB, no es convincente la teoría de Qimron (1997,
1998) de que las tres formas, yaqtulu, yaqtul y yaqtula, muestran una distribu-
ción casi neta, y puramente formal, por cuanto la primera no es inicio de ora-
ción, mientras que las otras dos sí (la conjunción waw no cuenta como cons-
tituyente incial de la oración). Si uno toma las formas qal del frecuente oUe: 1ª
pers. sing./pl., 2ª pers. masc. sing., 3ª pers. masc./fem. sing., obtiene la si-
guiente estadística: 133 casos de oraciones iniciales en favor de Qimron y 11
casos en contra. En el caso de qal 1ª sing. de i©,b̈, 30 casos en favor de Qim-
ron y 22 en contra.
Además, la sola oposición funcional puede explicar la oposición formal
entre oUeḧ t«k y o«eḧ k©t. Tampoco es claro si él distingue entre oración (clause) y
frase (sentence). Véase también Florentin 2000-01 y Qimron 2000-01.
Algunos han identificado el uso de qatal en apódosis introducidas por la
conjunción waw en el cananeo de Amarna y ugarítico: panorámica y discusión
por Smith 1991: 6-15. Aunque que HB tiene un uso similar (§ 176 d ), se duda
que ello explique todos los otros usos del perfecto waw-inversivo en HB, inclu-
yendo los no menos infrecuentes casos de w-qataltí en la prótasis (!) de una
frase condicional, p.ej., Gn 28,20s; 32,9.18. Equiparar una apódosis formal,
sintáctica y una apódosis semántica (de una oración condicional) es un salto
demasiado grande en lógica.
408 § 118. Forma wayyiqtol
es suficiente traducirlo por y, aunque en algún caso puede ser útil
recurrir a alguna palabra o giro que enfatice la idea de sucesión. Así, la
Vulgata traduce a veces correctamente et postea, “y después”: Dt 22,13,
“Si un hombre tomare esposa y después la odiara –et postea, Vẗ¥bG§ U–”; Lv
4,14 (cf. v. 23); 1 Re 14,28, “... se los llevaban, y después –et postea– los
volvían a traer”. En Lv 16,4, oJ̈¥ck§ U significa “y sólo después las
vestirá”.
e El waw inversivo tiene sentidos secundarios muy variados, el más
común de todos es el de consecuencia lógica. Este sentido es el des-
arrollo natural de la idea de sucesión: “después de esto”. Tal proceso
semántico es frecuente en muchas las lenguas9.
9. Fuera de la esfera del pasado: Is 51,12; Sal 144,3; Job 11,3; pero la vocaliza-
ción es dudosa.
412 § 118. Forma wayyiqtol
2,1; Jos 10,40; 1 Sm 17,50; 30,3; 31,6; 2 Sm 24,8; Rut 1,22. En estos
ejemplos apenas cabe hablar de sucesión.
ia Un wayyiqtol igualmente común, pero ligeramente diferente del de
sumario es el que denota una acción en el pasado que sigue a la inme-
diata precedente, pero una acción que además es explicada por lo que
sigue: p.ej., Num 23,2, /// rP̈ og̈§kc¦ U ek̈C̈ k©g©ÅH©u og̈§kC¦ r¤CS¦ r¤Jt£ F© ek̈C̈ G©g©ÅH©u, “Balaq
hizo como Balaam dijera, y Balaq y Balaam ofrecieron un novillo”
(ofreciendo ambos). Igualmente Jos 4,8. Este giro es como un cruce
entre el descrito en el párrafo anterior y en el que sigue.
j Aún hay menos sentido de sucesión cuando el waw tiene un valor
explicativo, p.ej., en la explicación de un nombre: Ex 2,10, “y le puso
por nombre Moisés, pues dijo –r¤nt«ÅT©u–10: ‘en verdad lo he sacado del
agua’”; 1 Sm 7,12. (Con el mismo valor se encuentra r©nẗ h¦F en Gn
16,13 y Ex 2,22; o r«nt¥k, “diciendo”, en 1 Sm 4,21).
En otros casos la explicación consiste en un simple desarrollo
(nempe, “a saber”), p.ej., la especificación del sentido general del verbo
vG̈g̈: 1 Re 18,13, “¿no le han contado a mi señor lo que hice ... cómo
escondí –t¦Cj§ t© ü– a cien de entre los profetas...?”; Gn 31,26; 1 Sm 8,8; 1
Re 2,5. Con mucha frecuencia r¤ntÅH©u introduce un desarrollo, exacta-
mente como r«nt¥k: Jue 11,30, “entonces hizo Jefté un voto a Yhwh, a
saber ...”; 1 Re 21,4, “... por las palabras que le había respondido Nabot
el de Yezrael, a saber ...”11.
k El empleo tan frecuente de wayyiqtol en la narración ha conducido a
un uso cada vez menos riguroso y abusivo de esta forma. Se la encuen-
tra donde no hay ninguna idea de sucesión, y prácticamente la serie de
wayyiqtol no se interrumple sino por alguna razón extraordinaria. Así,
aunque las acciones de “comer” y “beber” se consideren simultáneas
(cf. v,̈J̈§u k©fẗ, con simple coordinación en Jr 22,15), en 1 Re 19,6 tene-
mos: cF̈§J¦H©u cJ̈Å̈H©u T§ J§ ¥H©u k©ftÅ«H©u, “y comió y bebió y se volvió a acostar” (y no
v,̈J̈ tUv§u). En Rut 2,3, r¤eŦH©u, “ahora bien, sucedió”, no se da ninguna
idea de sucesión, sino una circunstancia concomitante; igualmente
r¤ntÅH©u en 1 Sm 25,5; 2 Re 1,2. r¤ntÅH©u es usado incluso para una circun-
stancia lógicamente anterior en Jue 16,23; 1 Sm 18,11 (casos en los que
podía haberse usado r«nt¥k). Sólo de este modo podemos resolver dos
10.Posiblemente el verbo tr̈ë no es aquí verbum dicendi: “ella escogió ‘Moisés’ por
nombre”.
11.Hatav (2000: 17-26) trata de establecer una distinción entre discurso directo
introducido por rnthu y el introducido por rntk, pero deja sin explicar casos
como Gn 9,8, rntk /// ohvkt rnthu (p. 24).
§ 118. Forma wayyiqtol 413
contradicciones aparentes en Jos 4,11s: r«cg£«©H©u rIc£g©k og̈v̈ÎkF̈ o©TÎr¤Jt£ F© h¦v§h©u
§ bC§ Ur§cg©«©H©u o«g̈v̈ h¥bp§ k¦ oh¦bv£«F« v© u§ vü«v§hÎiIr£t12.
i¥cUtrÎh¥
l Puesto que la lengua hebrea suele continuar un tiempo no-finito
(infinitivo, § 124 q, y participio, § 121 j ) con un tiempo finito con waw
enérgico, un wayyiqtol en este caso no implica ninguna idea de sucesión:
Gn 39,18, tr̈§et¤«ü h¦kIe h¦nhr£ ¦vF© h¦v§h©u, “cuando alcé mi voz y grité”; 1 Re 8,7,
“los querubines desplegaban –oh¦Gr«§p– las alas ... y cubrían –UFÅ«x©H©u– el
arca” (con la fuerza del imperfecto durativo, infra, § n); cf. § 119 g.
m Puesto que la lengua hebrea suele usar waw enérgico en la apódosis,
un wayyiqtol en este caso no implica ninguna idea de sucesión (§ 176 b).
n Es bastante raro el uso de wayyiqtol con la fuerza del imperfecto
(acción frecuentativa en el pasado). Este uso es anormal y abusivo: la
forma normal sería w-qataltí (con waw enérgico; con waw puramente coor-
dinante tenemos obviamente w-yiqtol, § 113 e): Os 2,15, s©gT©Å ©u o¤vk̈ rh¦ye§ T© ,
“les quemaba incienso y se ataviaba ...” (después de un yiqtol frecuen-
tativo en el pasado); Gn 37,7, “... y hete aquí que vuestras gavillas se
ponían en derredor –vb̈hÅC¤xªT§ – y se prosternaban –¨ihŤuj£ T© J̈¦T©u– ante mi gavilla”
(la misma observación); 1 Sm 14,52, “... y en cuanto Saúl veía –vẗr̈§u–
cualquier hombre fuerte o cualquier hombre valiente, los atraía
–UvÅp¥ ©xt©©H©u– hacia sí” (después de un w-qataltí; se esperaría un segundo w-
qataltí Ipẍ£t©u); 2 Sm 15,2, “... y llamaba –tr̈§e¦H©u–” (la misma observación;
pero aquí el escriba quizás considera un caso particular, volviendo en
el v. 6 con dos wayyiqtol a un sumario global del relato precedente)13; Jr
6,17 (si el texto es correcto; pero debe leerse h¦,«nÅ h¦ev£ sin u, con LXX);
Jue 12,5, Ur§nt«H©u (quizás el escriba considera un caso particular); Jr 18,4,
“y cuando la vasija se frustraba ... el alfarero volvía a hacer –UvÅG¥ g£©H©u cJ̈§u–
otra”. En 1 Sm 2,16, es extraño r¤ntÅ«H©u entre dos r©nẗ§u14. Este uso abusivo
se da principalmente con h¦v§h©u (supra, § b; cf. § 111 i); Nm 10,35 (con-
trasta con vḧv̈§u en Ex 33,8); 2 Sm 15,2 (contrasta con vḧv̈§u en v. 5). En
todos estos casos puede decirse que el matiz frecuentativo no se
expresa formalmente, sino que se deriva del contexto; véase Neh 8,3,
oIH©v ,h¦mj£ n© Îs©g rItv̈Îi¦n /// IcÎtr̈§e¦H©u, “leía ... desde el alba al mediodía”; Neh
8,18, oIh§C oIh /// tr̈§e¦H©u, “leía diariamente” (día tras día); 1 Sm 11,11, /// UF©H©u
oIH©v o«jÎs©g, “los estuvieron castigando ... hasta el calor del día”.
12.Con Rashi se puede entender og̈v̈ h¥bp§ k¦ como “a la vista del todo el pueblo”,
no “antes que el pueblo”.
13.Comunicación personal de Mr Renaud Kuty (11/05/2005).
14.Pero compara con oëÅ̈H©u de 1 Sm 17,35 en medio de formas w-qataltí (cf. Driver
21913, ad loc.); quizás para variar (cambio de sujeto).
414 § 118. Forma wayyiqtol
o Aunque wayyiqtol, como qatal, se usa principalmente en la esfera del
pasado (supra, §§ c-n), a veces se emplea, también como qatal, para el
presente e incluso para el futuro, pero siempre15 después de una forma
verbal que ha situado previamente la acción en presente o futuro.
B. Presente
En el sentido de un presente de acción instantánea, como qatal (§
112 f ): Nm 31,50, “así pues, ofrecemos –cr§ ¥e©B©u–” (sin waw sería Ub§cr§Å©ev¦ ).
Casos de este tipo son obviamente muy raros, pues el waw no suele
darse en tal contexto. Wayyiqtol de presente se encuentra frecuente-
mente donde sin waw, se usaría no qatal sino yiqtol (con waw coordi-
nante, w-yiqtol )16. Esto ocurre en circunstancias particulares:
p Después de un qatal estativo con significado de presente (§ 112 a):
Is 3,16, “son altaneras –Uv§c«D̈– las hijas de Sión y caminan –vb̈§f©kÅ T¥ ©u– con el
cuello estirado” (seguido de vb̈§f©kÅ T¥ , ellas caminan; ambas formas tienen el
mismo valor de presente frecuentativo); Sal 16,9 (si aquí jn̈G̈, como es
probable, tiene significado de presente); Sal 45,8, g©JrŤ tb̈§GT¦ ©u esÅ ¤M¤ T̈§cv©Å ẗ,
“amas la justicia y odias la iniquidad” (wayyiqtol de un verbo estativo con
el significado de presente como qatal ). Después de un qatal de acción:
Sal 41,13, ok̈Ig§k WhŤbp̈§k h¦bc¥Å h¦MT© ©u h¦C T̈§fn©Å T̈, “me sostienes y me admites en tu
presencia por siempre” (para el qatal, cf. § 112 e); Job 11,11: tr© §H©u /// gsḧ,
©
“Él conoce ... y ve” (para el qatal, cf. § 112 a).
q Después de un yiqtol con significado de presente (§ 113 c). Este uso
es raro y la vocalización de waw es a veces sospechosa: Sal 42,6, h¦nv¡T¤ ©u
(cf. v. 12, h¦nv¡T¤ Îv©nU); Hab 1,9-10 (más bien en presente que en futuro);
Job 7,18; 14,10; 34,2417; 1 Sm 2,29, s¥Cf© T§ ©u (en presente más bien que en
pasado). Compara con w-qataltí, § 119 q.
r Después de un participio con significado de presente (cf. § 121 j ): 2
Sm 19,2, oIkJ̈§ct© Îk©g k¥Ct© ,§ ¦H©u v¤f«C Q¤kNŤ v© v¥Bv¦ , “ve ahí que el rey llora y se
lamenta por Absalón” (el mismo sentido podría expresarse con w,¦hu§18 o
w,¦nU); 1 Sm 2,6 (poético), k©g·Ḧ©u, “levanta” (paralelo con el participio v¤Hj© n§ ,
“vivifica”); Is 51,15; Am 5,8 (para el qatal, cf. § 112 l ); 9,5-6; Nah 1,4;
15.Una excepción es Sal 119,90 después de un pasado: s«ng£T©«©u .rÅ ¤t¤ T̈§b©ÅbIF, “has
fijado la tierra, y permanece”.
16.Así, puede uno preguntarse a veces si waw está correctamente vocalizado. Cf.
Groß 1976.
17.Contrasta Job 5,18, JC̈§j¤hu§, “Él es quien hiere y quien venda” (dado que hay su-
cesión, se esperaría w©u con tanta mayor razón).
18.Pero después de un participio se requiere un waw inversivo: k¥Ct© ,§ v¦ u§ podría
también significar “y se lamenta”. § 119 r.
§ 118. Forma wayyiqtol 415
Sal 18,33; 34,8; Prov 20,26; Job 12,22-24; Is 29,15 (después de partici-
pio y w-qataltí con significado de presente, § 119 r). Igualmente después
de una proposición nominal: Prov 30,25, 50,16. Compárese con w-
qataltí, § 119 r.
s C. Futuro
En la esfera de futuro, wayyiqtol (como qatal, § 112 g-h) es raro.
Después de un perfecto profético (§ 112 h): Is 9,5; Jl 2,23. Igualmente,
un wayyiqtol, aunque refiriéndose a un acontecimientop futuro, puede
usarse para señalar un acontecimiento que sigue a otro acontecimiento
futuro: Ez 33,2-4, UvÅj¥ ˦T©u crŤj¤ tIcT̈©u rv̈§z¦b t«k§u /// g© n¥«Xv© g©nJ̈§u /// crÅ̈
¤j v̈hÅk¤ g̈ th¦cẗ,
“traeré contra él la espada ... y si alguno oye ... y no se deja apercibir,
volverá la espada sobre él y lo cogerá”, inmediatamente seguido por
una apódosis, v¤hv§ ¦h IJt«rc§ InS̈, “su propia sangre caerá sobre su cabeza”.
t Conclusión. Como puede apreciarse, wayyiqtol concuerda general-
mente con qatal : ambas formas tienen principalmente un valor de pa-
sado y un aspecto de acción única e instantánea19. Por otra parte,
wayyiqtol difiere radicalmente de yiqtol en cuanto que:
1. Yiqtol no tiene per se un valor temporal de pasado.
2. El principal sentido temporal de yiqtol es el de futuro, que lo es muy
raramente de wayyiqtol.
3. El aspecto frecuentativo de yiqtol es relativamente raro, y abusivo, en
wayyiqtol.
u El uso de la forma wayyiqtol por los escritores hebreos, y consiguien-
temente, el uso del waw enérgico, fue tan amplio que la fuerza original de
la forma fue decreciendo gradualmente y dejando de sentirse. Este
abuso desgastó la forma y, junto con la influencia del arameo, acabó
por dejarla en desuso; cf. § 119 za. Wayyiqtol y la forma paralela con
waw enérgico, w-qtaltí, ya no se encuentran en HM20.
Sobre los casos de omisión irregular de wayyiqtol, cf. § 119 z.
v vk̈§ye§ t¤ ü se usa a veces, principalmente en los libros tardíos, con la
misma fuerza que k«ye§ t¤ ü: Gn 41,11, vn̈§k©j©B©u, “y tuvimos un sueño”; Esd
7,28, vm̈§Ce§ t¤ ü, “y yo reuní”; más ejemplos en Bergsträsser 1918-29: II,
23, y supra en § 47 d.
8. Pace Diehl (2004: 236s), de T§ Å̈ c,© F̈§u en Jr 36,2 difícilmente se puede decir que
especifica el imptv. inicial j©e.
9. Dado que el verbo de movimiento “ir” implica un objetivo o fin, se ha
podido creer que una expresión de este género, p.ej. TÅ̈ r© §nẗ§u Q¥k (2 Sm 7,5) tenía
sentido final: “para decir” (Gesenius 1910; § 112 r : that you mayest tell ). Pero
el matiz final es sólo virtual, debido al sentido mismo del verbo “ir”, no a la
forma w-qataltí. Para traducir “ve para decir” se necesitaría r«nt¡ ¤u Q¥k (§ 116 f 3),
que también puede significar “ve y di” (con waw puramente coordinante). El
sentido literal de TÅ̈ r©
§nẗ§u Q¥k es “ve y dirás”, que puede ser traducido libremente
por “ve y di”. W-qataltí es nuy común tras los verbos de movimiento: jr§ ©C (Gn
27,43-44); ;«sr§ (Gn 44,4); Uk£g (Gn 45,9); t«C (Ex 7,26); Ups§r¦ (Jos 10,19); sr¥ (Jue
7,10-11) r«cg£ (Ez 9,4); h¦J«DÅ (Rut 2,14).
10.Compárese con el caso de yiqtol con sentido imperativo después de un impe-
rativo (§ 113 m).
11.Cf. Dallaire 2004: 90 (hendiadys).
§ 119. Forma w-qataltí 421
yusivo indirecto); Nm 4,19, Uhj̈§u o¤vk̈ UG£g ,t«zu§, “y estos habéis de hacerles
y vivirán” (contrasta con Gn 42,18, § 116 f 3); 1 Re 22,12.15; Ez 37,17.
n W-qataltí continuando a un participio con sentido de futuro. Puesto
que generalmente un participio no continúa a otro participio, un par-
ticipio con sentido de futuro es continuado por w-qataltí también con
sentido de futuro. La mayoría de las veces se implica una idea de suce-
sión. El futuro expresado por el participio es normalmente un futuro
próximo. El matiz de proximidad es con frecuencia enfatizado por v¥Bv¦ ,
Gn 6,17-18, “he aquí que yo voy a traer –th¦cn¥ h¦b§bv¦ h¦bt£«©u– el diluvio ... y
estableceré –h,¦Å«ne¦ v£©u–mi pacto contigo” (sin sucesión); Gn 7,4, “voy a hacer
llover –rh¦yn§ n© – sobre la tierra ... y aniquilaré –h¦,hÅj¦ n̈U–” (sucesión); 1 Re 20,
36, v¥hr©
§t«v̈ W§Fv¦ u§ h¦Tt¦ «n¥ Q¥kIv W§Bv¦ , “he aquí que tú te apartas de mí y un león te
matará ”; 2 Re 20,17 (= Is 39,6), “he aquí que vienen días y se llevará ...”
(siempre w-qataltí después de oh¦tC̈ oh¦nḧ v¥Bv¦ , p.ej., Jr 31, 27.31.38); Is 7,
14; 8,7; Am 6,14.
o W-qataltí continuando a un infinitivo constructo con sentido de
futuro. Dado que un inf. constr. no se continúa por otro inf. constr.,
un inf. constr. con sentido de futuro se continuará por w-qataltí con
sentido de futuro: 1 Re 2,37, TÅ̈ r© §cg̈« u§ W§,t¥m oIh§C, “el día en que salgas y
pases”; 1 Re 2,42; Gn 27,45; Jue 6,18; Ez 30,25, “cuando yo ponga mi
espada en manos del rey de Babel y él la esgrima –vÿb̈§u /// h¦T,¦ C§ – contra el
país de Egipto” (no “para que la esgrima”); Ez 26,19; 30,8.18; 32,15
(léase vN̈©Jb̈§u).
p W-qataltí puede también continuar a un infinitivo absoluto que
tenga el sentido de un imperativo (supra, § l ) o de un futuro (supra, § h):
2 Re 5,10, T§ Å̈ mj© r̈§u QIkv̈, “ve y lávate”; Dt 1,16, “escuchad –©g«nJ̈– entre vos-
otros ... y juzgaréis –o¤Ty§ p© J§ U– con equidad”; Lv 2,6, “pártela –,I,P̈– en
pedazos y verterás –T§ Å̈ em© ḧ§u– sobre ella aceite”; Ez 33,46-47 (cf. § 123 u-v);
Is 5,5.
q B. Presente
Para el presente, w-qataltí se emplea mucho menos que para el futu-
ro. La razón es que obviamente no hay tantas ocasiones de usar un
presente frecuentativo o durativo con “y” (sin “y”, la forma usada es
yiqtol ; § 113 c-d ). Este w-qataltí continúa principalmente a un yiqtol con
sentido de presente (§ 113 c-d ): Am 5,19, “como cuando huye –xUbḧ– un
hombre delante de un león y lo encuentra –Igd̈§pU– un oso, o entra –tc̈U–
en casa y apoya Q©nẍ§u– su mano en la pared y le muerde –IfJ̈§bU– una cule-
bra” (acciones sucesivas); Is 29,11, “... como un libro sellado que entre-
gan –Ub§T¦h– ... y él dice –r©nẗ§u–”; Os 7,7; Sal 90,6. Comp. wayyiqtol, § 118 q.
422 § 119. Forma w-qataltí
r W-qataltí continúa a veces a un participio con sentido de presente:
Ex 21,12, ,¥nü Jh¦t v¤Fn© , “quien hiera a un hombre de suerte que muera”
(waw con matiz consecutivo); Ex 21,16; Hab 2,12, i¥bIf§u oh¦ns̈§C rh¦g v¤b«C hIv
§e, “¡ay de quien edifica una villa en sangre y asienta una ciudad en
vk̈§ug© C§ vḧr¦
la iniquidad!”; igualmente en Is 29,15 después de un hIv + participio se
tiene vḧv̈§u (cf. § 118 r); también en Am 6,1, “¡ay de quienes viven
tranquilos –oh¦B©bt£ X «© v© hIv– en Sión y confían –oh¦jy§ «Cv© u§– en la montaña de
Samaría ..., y a los que acuden –UtÅ̈cU– los de la Casa de Israel”. Compárese
con wayyiqtol, § 118 r.
s W-qataltí continuando a un infinitivo absoluto con sentido de pre-
sente: Jr 7,9-10, ohr¥ ¦jt£ oh¦v«k¡t hr£ Å̈ k r¥Ye© u§ r¤eX¤Å ©k g© c¥ Ẍ¦vu§ ;«tb̈§u j©«mr̈ c«bd̈£v
¥jt© Q«kv̈§u k©gC©
h¦nJ§ Îtr̈§e¦b r¤Jt£ v¤Zv© ,¦h©CÅ ©C h©bp̈§k o¤Ts©§ng£«©u o¤,tc̈U o¤Tg§ s§ ©hÎt«k r¤Jt£ “¿Robar, matar,
cometer adulterio, jurar en falso, quemar incienso a Ba‘al, marchar tras
dioses extraños, y venís y os plantáis ante mí en esta Casa donde se invo-
ca mi Nombre?”; Jr 23,14.
t Fuera de estos casos en los que continúa a formas verbales con
sentido de presente, es raro w-qataltí con valor de presente: Sal 80,13
(supra, § e); Nm 16,10, “Él te ha acercado a tí y a todos tus hermanos ...
¿y reclamáis –o¤TJ§ E© c¦ U– también el sacerdocio?”.
u C. Pasado
En la esfera del pasado w-qataltí es muy común. En este caso, como
el yiqtol (§ 113), expresa sólo el aspecto: acción repetida o durativa12. El
valor temporal de la forma sólo resulta del contexto. Por tanto, este
w-qataltí sólo puede emplearse en un contexto que previamente se ha
situado en el pasado. Las más de las veces este w-qataltí sigue a formas
que tienen un sentido frecuentativo o durativo:
W-qataltí continuando a un yiqtol con la fuerza de un imperfecto (§
113 e-f ) es muy común: Gn 2,6, “... y una corriente surgía –v¤kg£©h (con-
stantemente)– de la tierra y regaba –vë§Jv¦ u§– la superficie del suelo” (con-
trariamente a Jl 4,18; supra, § c); Gn 2,10, “... desde allí se dividía y se
convertía –vḧv̈§u– en cuatro brazos”; Gn 29,2-3; Ex 34,34; Nm 9,21; Jue
2,19; 1 Sm 2,19; 1 Re 14,28, “... los de la escolta se los llevaban y luego los
volvían a traer –oUch¦J¡v¤u–” (cf. § 117 d ); 2 Re 3,25; 12,15.
v W-qataltí puede encontrarse también con el sentido de imperfecto
frecuentativo o durativo después de cualquier forma verbal o propo-
12.Pace Spieckermann (1982: 123), precisamente por “mit seinem [des Pf. frequ.]
zum Impf. parallelen iterativen und durativen Aspect”, debe considerarse este
sintagma como formando parte integral de la consecutio temporum.
§ 119. Forma w-qataltí 423
sición nominal que ha situado previamente la acción en el pasado13.
Entonces w-qataltí se encuentra, en algún modo, conectado con la for-
ma verbal precedente. Así:
1. Después de qatal (expresando acción única): 1 Sm 16,14, “ahora
bien, el espíritu de Yhwh se había retirado de Saúl –vr̈Å̈x (aquí plus-
cuamperfecto, § 112 c)– y un mal espíritu le agitaba –UTÅ,© g£c¦ U–”.
2. Después de wayyiqtol (expresando acción única): Ex 18,25-26, “... y
los estableció –i¥T¦H©u– como jefes del pueblo ... y ellos juzgaban –Uy§p«J̈u§– al
pueblo en todo tiempo; los asuntos arduos los llevaban –iUth¦c§h– a
Moisés, y los asuntos leves los decidían –UyUP§J¦h– ellos mismos”; Ex
40,30b-32, “... y puso –i¥T¦H©u– agua para las abluciones ... y se lavaban
–Um£jr̈§u– con ella las manos. Cuando entraban a la Tienda ... se
lavaban –Um·j̈r¦§h–”; 1 Re 18,4, “los ocultó –o¥th¦Cj§©H©u– ... y los alimentó
–ok̈§Fk§ f¦ u§ (LXX, die,trefen [imperf.])– con pan y agua” | v. 13, “los
escondí –t¦Cj§ t© ü– ... y los alimenté –o¥kF§ k§ f© t£ ü (LXX, e;qreya [aor.])–”; 1
Sm 7,15-16; 2 Sm 15,1-2; 2 Re 6,10; 12,10.11-1214.
3. Después de un participio (expresando acción durativa en el pasado):
Is 6,2-3, “unos serafines se mantenían erguidos –ohs§ ¦n«g– ... y cada uno
clamaba –tr̈ë§u– hacia el otro”; 2 Sm 17,17, “estaban apostados –oh´¦s§n««g–
en ‘Eyn Rogel, y una criada iba y les daba noticias –vj̈§pX¦ v© vf̈§kv̈§u
vs̈hÅD¦ v¦ u§–”.
4. Después de un infinitivo constructo: quizás Am 1,11 (pero, según el
contexto, ,¥jJ¦ u§ parece más un w-qatálti con waw no inversivo (con-
trario al uso, cf. § 124 q).
5. Después de un infinitivo absoluto: no hay ningún ejemplo seguro;
en Jos 6,13a y 2 Sm 13,19, hay que leer probablemente un segundo
inf. abs. (§ 123 n).
6. Después de una oración nominal: 1 Sm 2,22, g©nJ̈§u s«·tn§ i¥ez̈ h¦kg¥ u§, “Elí
(era) muy anciano (adj.), y oía repetidamente ...”; Gn 47,22, “para los sa-
cerdotes (era) un decreto del faraón, y solían comer –Uk§f«ẗu§–”, 1 Re 4,7.
7. Después de una proposición verbal que expone una situación en el
pasado: 2 Re 3,4, “ahora bien, Meša, rey de Moab, era –vḧv̈– un
pastor, y pagaba –ch¦Jv¥ u§– al rey de Israel”; 1 Sm 1,3, vk̈g̈§u, “... y solía
subir”; Job 1,4.
13.Como ya era sabido por los traductores antiguos. Por poner un ejemplo: 1
Sm 16,14, UTÅ,© g£c«¦ U /// vr̈ẍ: LXX, avpe,sth ))) kai. e;pnigen auvto,n ; Vulg., recessit ... et
exagitabat. Raši identificas vk̈g̈§u de 1 Sm 1,3 como tiempo presente.
14.El cambio ocasional a yiqtol en algunos de los ejemplos aquí citados se debe a
que, por una u otra razón, la oración no empieza por w-qataltí.
424 § 119. Forma w-qataltí
w W-qataltí, como yiqtol (§ 113 l-n), puede tener los matices modales de
poder, deber y querer (§ 111 g): 2 Sm 14,32, “si soy culpable, puede matarme
–h¦b·,̈h¦nv¡¤u–” (“tiene derecho a matarme”, no “permítele que me mate”); 1
Sm 10,4 (predicción), “ellos te saludarán y te darán dos panes, y tú debe-
rás aceptarlos –Å̈T§je© k̈§u– de su mano”; Rut 3,9, “y tú debes extender –Å̈T§Grp̈U–”
©
(Rut declara a Boaz su obligación a actuar como go’el; cf. v. 12); Ex
12,48, “si un extranjero mora contigo –vG̈g̈§u– y quiere celebrar la Pacua”
(muy claro).
x Conclusión. Como puede apreciarse, normalmente w-qataltí coincide
con yiqtlol. Como yiqtol, expresa sobre todo el futuro15, con menos fre-
cuencia el presente; en presente y pasado expresa un matiz frecuenta-
tivo o durativo. Por contra, w-qataltí es radicalmente diferente de qatal :
1. Qatal, en los verbos de acción, expresa principalmente el pasado,
mientras que w-qataltí, de suyo, no expresa el pasado.
2. W-qataltí expresa principalmente el futuro, mientras que qatal no
expresa propiamente el futuro.
3. El aspecto de qatal es el de acción única e instanánea, y el aspecto e
w-qataltí es el de acción repetida o durativa16.
y Anomalías. Todos los usos normales de la forma w-qataltí están enu-
merados en la exposición anterior; pero, como la forma wayyiqtol (§ 118
u), está ampliamente usada y, con harta frecuencia, de forma abusiva.
Por otra parte, rara vez17 aparece w-yiqtol (w-yaqum : waw débil + futuro)
en lugar de w-qataltí, como en Sal 2,12: Us§ct«,u§ ;©bt¡¤hÎi¤P, “... no sea que se
enoje y perezcáis” (la idea de consecución requeriría waw enérgico, o¤Ts© §ct£©u);
Os 6,1: UbÅt¥ P̈r¦§hu§ ;r̈ÿ tUv h¦F, “pues él despedazó y nos curará ”; Os 6,218.
z El caso inverso de omisión del waw enérgico es aquél donde se en-
cuentra la forma w-qataltí en lugar del esperado wayyiqtol que requiere el
19.Se debe admitir la posibilidad de que antes que el uso clásico llegara a ser
estándar para el hebreo literario, la forma w-qatalti (muy probablemente con
acento mill§‘el ) fuera usada como pasado simple, como se atestigua en la que
se reconoce como una de las piezas más antiguas de la poesía bíblica: s¥,Ḧ©k Vs̈ḧ
I,Ër© vp̈§k«j̈u§ vm̈£jn̈U IJt«r vë£jn̈ tr̈§xh¦x vn̈§k«v̈u§ /// vb̈§j©kÅ J§ T¦ , “llevó su mano a la estaca ... y
golpeó a Sísara, machacó su cabeza y quebró y perforó su sién” (Jue 5,26).
Adviértase vb̈§j©kÅ J§ T¦ , que parece ser forma enérgica separada. Para un intento
de explicar casos problemáticos de esta naturaleza, cf. Stipp 1991,
20.Algunos de los ejemplos de 3ª pers. sing. masc. pueden ser vocalizados como
inf. abs. (§ 123 x), como ya sugirió Lambert (1893: 57) y más recientemente
Huesman (1956: 414-34).
21.Véanse algunos ejemplos en las oraciones adversativas, § 172 a.
22.Sobre estos cuatro casos de h¦v§h©u, cf. Driver (31892: § 121, Obs. 3), quien se es-
fuerza en justificarlos. La sugerencia de Hughes (2994: 68-71) de que los
naqdanim no identicaron el inf. abs. (§ 123 x) puede explicar sólo un pequeño
número de casos problemáticos.
426 § 119. Forma w-qataltí
za Los libros bíblicos tardíos muestran señales inquívocas de un co-
lapso gradual o deterioro del sistema clásico de los tiempos verbales y
un incipiente cambio en la dirección del HM23. Ninguna corrección es
capaz de arreglar el texto de Neh 9,7s: In§X T̈§nG©Å u§ /// I,t¥mIv§ « u or̈§ct© C§ T̈rÅ
§©jC̈
Whrc̈
¤ SÎ,¤
§ t o¤eT© ¦Cv© IN¦g ,Irf̈§u /// Icc̈§kÎ,¤t ,̈tÅ̈mn̈U :ov̈r̈§ct© , “elegiste a Abram
Å̈ u /// ,hr§
y le sacaste ... y le pusiste por nombre Abraham, y encontraste su cora-
zón ... y pactaste con él la alianza ... y has cumplido tus palabras”; 1 Cr
17,10: s¦Dt© ü /// h¦Tg§ ©Åbf§ v¦ u§ /// h¦,hÅU¦m¦ (acento mill§‘el, pero sh¦Dv¦ u§ en su fuente de 2
Sm 7,11), “establecí ... sometí ... y anuncié”; 1 Cr 17,17: “... y hablaste
–r¥Cs§ ©T©u– ... y me has visto –h¦b,©Å h¦trU–”; § 2 Cr 12,10: “... e hizo –G©g©ÅH©u– ... y
entregó –sh¦ep§ v¦ u§–” (así en su fuente 1 Re 14,27). Esta tendencia es tipi-
ficada por Qohelet, donde se encuentran sólo tres wayyiqtol y ningún
w-qataltí, y donde el uso clásico habría exigido estas formas, el escritor
las sustituye por w-qatálti (21 x, ¡todas en 1ª pers. sing.!) y w-yiqtol 24.
Que el dominio que nuestro autor posee del uso clásico del w-qatal
inversivo deja bastante que desear es evidente en Qoh 3,13, os̈ẗv̈ÎkF̈
cIy vẗr̈§u v,̈J̈§u k©ft«HJ¤ , donde el uso clásico requiere v¥TJ§ ¦hu§, pues “comer y
beber” es es una hendíadis o verbo compuesto: un ejemplo de hiper-
corrección25. También en Qoh 12,3s, “en el día en que tiemblen
±UgŪzḦ–los guardianes de la casa, y se encorven –U,§Ug© ,§ v¦ u§– los hombres
fuertes, y se paren –Uk§yc̈U– las mujeres que muelen ... y se obnubilen
–Uf§J«j̈u§– la que miran por las celosías, y se cierren –Ur§Dxªu§– las hojas de la
puerta, y se alce –oUeḧ§u– ...”, se comienza por yaqtul seguido por una
serie de w-qatals para volverse otra vez a yaqtul. Cf. también Qoh
12,5-7. Además, los tres wayyiqtol excepcionales están en 1ª pers., uno
de ellos con a paragógico: vb̈§Tt¤ ü (Qoh 1,17), v¤tr¤ §tü (Qoh 4,1.7); cf. § 47
d. Es instructivo que un raro ejemplo de wayyiqtol clásico en Cant esté
modelado sobre otro pasaje de Proverbios: Cant 6,9, v̈UÅrX§ t© §h«©u ,Ibc̈ v̈UÅtr̈
v̈UÅkk§ v©§h©u oh¦Jd§©kh«p¦ U ,Ifk̈§n, “la vieron las doncellas y la felicitaron, reinas y
Waw de sucesión c©FJ§ ¦H©u k©fẗ c©fJ̈§u k©ft«h c©fJ̈§u k©ft«h hT¦Å c§ f© J̈§u vk̈§f«t T§
Å̈ cf© J̈§u k«ft¡
–Comió y –Comerá y (luego) –Que coma y –Quiero comer y –Come y (luego)
(luego) se se acostará (luego) se acueste (luego) acostarme acuéstate
acostó –Come y (luego) ... (lit., “... y luego se (Lit., “... y luego (lit., “... y (luego)
–Comía y (luego) ... acostará”) me acostaré”) te acostarás
Waw modal h¦jh¦u k©fẗ h¦jh¦u k©ft«h h¦jh¦u k©ft«h v¤hj§ t¤ u§ vk̈§f«t v¥hj§ u¤ k«ft¡
(final/consecutivo) –Comió para –Comerá para vivir –Que coma para –Quiero comer –Come para vivir
vivir (raro) –Come para vivir vivir para vivir –Come y (así)
(Finalidad) –Comía para vivir –Que coma y –Quiero comer y vivirás
(muy raro) (así) vivirá (así) vivir
(finalidad)
§ 121. El participio 429
§ 121. El participio
a En hebreo, como originalmente en semítico, el participio es una
forma atemporal, i.e., que puede usarse indiferentemente en las tres
esferas temporales: presente, futuro y pasado. Sin embargo, el partici-
pio empleado como predicado se ha convertido en hebreo en una forma
temporal: es como un sustituto de yiqtol 1. Por otra parte, usado como
atributo2, i.e., en función cuasi-adjetival, el participio es atemporal (cf.
infra, § i ).
b Esto se aplica tanto a los participios activos como a los pasivos (§
50 a). Ambos tienen el mismo valor temporal y aspecto. La única
diferencia es que los ejemplos de participios pasivos son obviamente
menos numerosos que los activos.
c A. Participio usado como predicado y su valor temporal
El participio participa algo de la naturaleza del adjetivo. Representa
en la mayoría de los casos una acción como un estado, a saber, bajo el
aspecto durativo3. El valor temporal del participio es principalmente y
naturalmente el de presente. Por extensión de su uso como presente, el
participio se emplea con mucha frecuencia para el futuro próximo e
incluso para el futuro en general. Finalmente, el participio, como el
yiqtol (§ 113 e), puede expresar el pasado en un contexto de pasado.
d Participio en la esfera del presente. Ejemplos: Zac 2,6, Q¥k«v vT̈©t vb̈Å̈t,
“¿adónde vas?”. A la pregunta en Gn 37,15, J¥Ec© T§ Îv©n, “¿qué buscas?”
(yiqtol de presente, § 113 d ), José responde en el v.16: J¥Ec© n§ h¦f«bẗ h©jt© Î,¤t,
“a mis hermanos busco”. Con v¥Bv¦ , Jue 9,36: srIh ¥ og̈Îv¥Bv¦ , “mira la gente
que desciende”. Ejemplos de aspecto frecuentativo son menos usuales:
Ex 13,15, “por eso sacrifico yo –©jc¥«z h¦bt£ – en honor de Yhwh los machos
de toda primicia de seno y rescato –vS§ ¤pt¤ – todo primogénito de mis
hijos” (yiqtol con igual valor; quiasmo motivado por la oposición de
objetos); Qoh 1,4, tC̈ rIs§u Q¥k«v rIS, “una generación se va y otra viene”.
1. Frente a la infundada y extendida visión (e.g., Schülle 2000: 190: “... das Parti-
zip, das im Althebräischen keine Tempus function besitzt”), nunca se insistirá
demasiado en este punto. Cf. Groß 1975: 47 y Muraoka 1999: 191s. Nótese
Ez 33,6, jë§k¦b Ib«ug£C© (ptc.) | v. 8, ,Unḧ Ib«ug£c© (fut.)
2. Usamos aquí “atributo” en el sentido de cualquier determinante del nombre
(p.ej., otro nombre, adjetivo, participio), y no en el sentido de predicado (lo que
es dicho, afirmado o negado, del sujeto).
3. El aspecto frecuentativo, análogo al durativo (§ 111 e), es menos común en el
participio.
430 § 121. El participio
En cuanto a los citados Gn 37,16 y Jue 9,36, el participio es la
forma más obvia para el presente real, pues indica una acción que su-
cede en el momento de hablar.
e Participio en la esfera del futuro. El empleo del participio para
expresar el futuro próximo y el futuro en general es una extensión del
uso del participio como presente. Una acción futura, sobre todo si es
próxima, se representa como estando ya en progreso. Como el yiqtol de
futuro (§ 113 b), el participio de futuro no expresa el aspecto de la ac-
ción, que puede ser tanto instantánea como durativa: Gn 19,13,
Ub§j©Åbt£ oh¦,j¦ J§ n© Îh¦F, “... porque vamos a destruir” (acción instantánea o de
corta duración; h¦F produce el orden predicado–sujeto, § 154 f ); es fre-
cuente con i¥,«b, p.ej., 1 Re 20,13, “yo la entrego hoy en tus manos”; Dt
1,20 (y frecuente en Dt), “Yhwh vuestro Dios os da” (o “va a daros”);
Gn 20,3 (con v¥Bv¦ que muestra la acción como presente), ,¥n W§Bv¦ , “mira
que vas a a morir”; con un participio pasivo, en 2 Sm 20,21b, IJt«r v¥Bv¦
vn̈Ij©v s©gC§ WhÅk¤ t¥ Qk̈§Jnª, “he aquí que se te arrojará su cabeza por encima de
la muralla”. Acción durativa: Gn 7,4, “dentro de siete días voy a hacer
llover –rh¦yn§ n© – sobre la tierra durante cuarenta días”; 1 Re 1,14, “mientras
tú estés hablando –,rÅ ©n Qs̈Ig v¥Bv¦ – con el rey, entraré yo ...” (opuesto al v.
¤C¤s§
22 en el pasado); 2 Re 4,16; con participio pasivo: Dt 28,31, ©jUcÿ WrIJ §
UBÅN¤ n¦ k©ft«, t«k§u WhŤbh¥gk§ , “tu buey será degollado ante tus ojos, y no comerás
de él”4.
Para enfatizar el aspecto durativo en el futuro, se añade al participio
una forma del verbo vḧv̈ con sentido de futuro (§ 154 m): 1 Re 2,45 (Is
2,2; Miq 4,1), iIfb̈ v¤hv§ ¦h, “estará firme”. Con participio pasivo: Jr 36,30,
,¤fk¤Å J§ nª v¤hv§ T«¦ I,k̈§c¦bu§, “y su cadáver será arrojado” (= quedará tirado); Dt
28,29. Igualmente con el yusivo: Gn 1,6, khS§ ¦cn© h¦v§h, “y separe” (= esté
separando). Comp. el infinitivo: Est 9,21.27, oh¦G«g ,Ih§vk¦ , “para hacer”,
i.e., celebrar (frecuentativo). No hay ejemplos con el imperativo5.
cen más a puros adjetivos. Cf. también Mishor 1983: 351-93; Muraoka 1999:
197-200.
Ejemplos de aspecto resultativo son: Jue 19,27, ,¤kpŤ«b IJ§d©kh«p¦ vẌ¦tv̈ v¥Bv¦ u§, “... y
he aquí que la mujer, su concubina, yacía tendida (LXX, peptwkui/a) a la entra-
da”; Am 9,11, “la tienda de David caída –,¤kpŤ«Bv© , peptwkui/an–” (“que habrá
caído”, cf. infra, § i); 1 Sm 31,8 (1 Cr 10,8), “encontraron a Saúl y sus tres
hijos yacientes –oh¦kp§«b, peptwko,taj– sobre el monte de Gilboa”
6. No se puede hablar de una forma perifrástica cuando las formas qotel o qatul
en perífrasis con vhv funcionan como sustantivos o adjetivos. Así, p.ej. r¥z«gÅ ,̈hŦhv̈
(Sal 10,14; cf. Sal 30,11, supra, § e, n.); Gn 4,12.14 (cf. Nm 14,33, donde debe
leerse oh¦gb̈); Gn 21,20; qatul : Jos 5,5; 2 Re 15,5; Zac 3,3. En la expresión del
Dt (9,7.24; 31,27), vuvhÎo¦g o¤,h¦h¡v ohr§¦nn© , “habéis sido rebeldes a Yhwh”, qotel
tiene un valor cuasi-adjetival (o¦g se usa sólo aquí; ordenación irregular de las
432 § 121. El participio
g En ocasiones, la construcción perifrástica parece superflua, parti-
cularmente en los libros tardíos; pero una atenta mirada sugiere que la
fuerza real de la construcción es próxima a la del imperfecto incoativo
del griego o a la del gráfico presente histórico7. Ejemplos: Neh 2,13,
okJurh« ,«nIj§C r¥cG h¦vt¡ ü, “... y comencé a inspeccionar las murallas de Jeru-
salén”; Ez 43,6, “y oí –g©nJ§ t¤ ü– a alguien que me hablaba desde la Casa,
mientras aquel hombre se mantenía junto a mí –h¦km§ t¤ s¥n«g vḧv̈ Jh¦tu§–”; 2 Cr 24,
12, “el rey y Yehoyada lo [el dinero] entregaron –Uv¥bT§ ¦H©u– a los encarga-
dos de las obras en la Casa de Yhwh, y éstos iban pagando –ohr§ ¦fG Uh§v«¦H©u
oh¦Jr̈j̈§u oh¦cm§««j–a los canteros y carpinteros”. Igualmente, 2 Re 17, 25.28.
29.32.33.41; Neh 2,15; 2 Cr 30,10; 36,16.
h Conclusión. El participio usado como predicado coincide, poco
más o menos, con yiqtol. En buen número de casos el uso de uno u
otro es indiferente8. A veces, como hemos visto, yiqtol continúa a un
participio. De modo general puede decirse que el participio expresa el
aspecto durativo con mayor intensidad que yiqtol. Quizás sea ésta la
razón por la que, para una acción simultánea durativa, en proposi-
ciones temporales (§ 166 c) y circunstanciales (§ 159 d ), se usa partici-
pio y no yiqtol 9. En contextos donde puede haber un participio o un
yiqtol, se da preferencia al participio si se expresa el sujeto, y al yiqtol
cuando el sujeto queda sobreentendido, p.ej., Gn 37,15.16 (supra, § d );
1 Re 17,6 (§ f ). Desde un punto de vista temporal, el participio expresa
más propiamente el presente o el futuro próximo, mientras que yiqtol
expresa más propiamente el futuro. En tales casos, ya en la prosa
clçasica, el participio se usaba, sin embargo, sin fuerza durativa, p.ej.,
10.O de modo más general, como no-predicado (en razón de los casos en que un
participio se usa como sustantivo independiente, p.ej., en Zac 11,9, v,̈¥Nv© , “la
que debe morir”; 1 Sm 4,20, ,IcM̈¦Bv© , “las asistentes”; Nm 15,33, o¦ht§ m§«Nv̈, “los
que [le] encontraron”). Para mayor simplicidad hablaremos sólo de participio
atributivo.
11.Adviértase que el sentido no es “tienda que cae o cayendo”, sino que el parti-
cipio enfatiza un resultado de lo que ha sucedido o sucederá. Más ejemplos
del mismo verbo con matiz resultativo, supra, § e, n.
434 § 121. El participio
pasado puntual por excelencia12: p.ej., Sal 136,5, o¦hn©Å Ẍ©v v¥G«g, “el que hizo
los cielos”; Sal 136,10, o¦hr§ Å©mn¦ v¥Fn© , “el que hirió a Egipto” (| v. 11, t¥mIH©u
of̈IT¦n k¥tr̈§G¦h, “y sacó [wayyiqtol ] a Israel de en medio de ellos”); v. 13, r¥z«d
;UxÎo©h, “el que hendió el mar de las cañas” (| un anormal w-qatálti en v.
14s, IfI,§C k¥tr̈§G¦h rh¦cg£v¤ u§, “e hizo a Israel pasar por en medio”).
Con la modalidad de poder : 1 Re 12,21, vn̈j̈§kn¦ v¥G«g, “aptos para la
guerra (= hábiles para la guerra, capaces de entrar en combate)” (sobre
el participio en estado constr., cf. infra, § m); Jue 8,10, crÅ̈ ¤j ;¥k«J, “capaz de
desenvainar la espada”; 2 Re 3,21, vr̈«d£j r¥d«j, “capaz de ceñir fajín (para
la espada)”. En nif‘al : Lv 11,47, “... entre el animal que puede comerse
–,¤kfŤ t¡¤Bv© vḦ©j«v© –y el que no puede comerse –k¥fẗ¥, t«k r¤Jt£ –” (permisivo o
de licencia; § 113 l ).
Con la modalidad de deber : en el ptc. pasivo de qal, Sal 111,2, oh¦JUrS,§
“dignas de (= que deben) investigarse” (Vulg., exquirenda). En nif‘al : Sal
76,8, etc., tr̈Ib, metuendus, “que debe ser temido, temible”; Sal 89,8, .r̈£g©b,
“terrible”. En pu‘al : Sal 18,4, etc., kK̈ªvn§ , laudandus, “digno de alabanza”.
j Un participio, predicativo o no predicativo, muy rara vez es seguido
por otro participio; habitualmente es continuado por un tiempo fini-
to13. Cuando el tiempo finito es precedido inmediatamente por waw,
este waw es casi siempre enérgico: se tiene, pues, wayyiqtol y w-qataltí inclu-
so cuando no hay idea de sucesión. Ejemplos: 1 Sm 2,6a, ,h¦nn¥ vuvh
v¤Hj© n§ U, “Dios da la muerte y da la vida” (poético; serie de participios;
también en el v. 7), pero en v. 6b, k©g·Ḧ©u kIt§J shrIn, ¦ “sumerge en el Seol y
levanta” (§ 118 r); Gn 27,33, h¦k t¥cḦ©u s¦h©mÅ ÎsM̈©v tUv tIp¥tÎh¦n, “¿quién es,
pues, el que ha cazado caza y me la ha traído?”; Gn 35,3; Sal 136,10
-11, k¥tr̈§G¦h t¥mIH©u /// o¦hr§
Å©mn¦ v¥Fn© k§ , “... al que golpeó a Egipto ... y sacó a
Israel”. Participio seguido de w-qataltí : cf. § 119 n, r, v. Con waw no in-
versivo: Sal 136,14, rh¦cg¡v¤ u§, “... e hizo pasar” (irregular; en medio de
varios wayyiqtol ). Con w- ... yiqtol : Is 2,53. Con yiqtol : 1 Sm 2,8. Con w-
... qatal : Prov 2,17.
Sobre el adjetivo verbal siguiendo al inf. abs. QIkv̈, cf. § 123 s.
k Construcción del participio. Puesto que el participio es un nombre
verbal, puede usarse como verbo o como nombre. De modo general,
17.La fluidez sintáctica y la fluctuación entre la sintaxis nominal y verbal del par-
ticipio es manifiesta en este Salmo 147: x¥Bf©§h /// o©kJ̈Ur§h v¥bIC (v.2); J¥C©jn§ U /// t¥pUrv̈
(v. 3); tr̈§e¦h /// rP̈§xn¦ v¤bIn (v. 4); ©jh¦nm§ N© v© /// ih¦fN¥ v© /// v¤Xf© n§ v© (v. 8); i¥,Ib (v. 9), etc.
18.Cf. § 125 n.
§ 121. El participio 437
arca”; Gn 46,26, Ifr§¥h h¥tm§«h, egressi de femore eius, “los que salen de su mus-
lo” (eufemismo); 1 Cr 5,18, tc̈m̈ h¥tm§«h, “aptos (cf. supra, § i) para ir a la
guerra” (sing. tc̈m̈ t¥m«h, Nm 1,3, etc.)19; Is 38,18, rIc hs¥r«§h, “los que bajan a
la fosa”, etc. (comp. Is 14,19, rIcÎh¥bc§ t© Îk¤t hs¥rIh,§ con preposición)20.
La misma construcción se encuentra en lugar de una preposición:
—Sal 88,6, r¤ceŤ h¥cf§«J, “los que yacen en la tumba”; 1 Re 18,19, i©jk§ Jª h¥kf§«t
k¤cÅ̈zh¦t, “los que comen en la mesa de Jezabel (= comensales de Jeza-
bel)”; Is 41,7, Jh¦YP© eh¦k£jn© , “el que pule con el martillo” (cf. Dillmann, ad
loc.); 2 Cr 23,4, ,C̈©Xv© h¥tC̈, “los que entráis de servicio el sábado”. —En
lugar de i¦n: Is 59,20, g©JpŤ h¥cJ̈, “los que vuelven del pecado” (= con-
vertidos, penitentes). —En lugar de k: Jl 2,5, vn̈j̈§kn¦ QUr¡g, “dispuesto
para la guerra” (en lugar de vnjknk, como en Jr 6,23); Miq 2,8. —La
misma construcción se repite con los sufijos nominales: Prov 2,19,
v̈hÅt¤ C̈ÎkF̈, “todos los que entran a ella”; Sal 18,40, etc., h©në, “quienes se
alzan contra mí” (por h©kg̈ oh¦në de Sal 3,2).
o La doble construcción del participio activo (supra, §§ k-n) se en-
cuentra también en el participio pasivo. Pero la oportunidad de tener
un objeto directo es más rara: ocurre principalmente con los verba
induendi et exuendi (verbos de vestirse y desvestirse, § 128c). Ambas
construcciones parecen usarse sin diferencia en el sentido.
– Así, con rUdj̈, “ceñido”, tenemos vn̈j̈§kN¦ v© h¥kF§ rUdj̈¤v, “ceñido con armas
de guerra” (Jue 18,17); rUdj̈ seguido de acusativo (el est. abs. es sólo
reconocible por la vocalización)21: Jue 18,11; 1 Sm 2,18; 2 Sm 6,14;
20,8; 21,16; oT̈§nj© k§ n¦ h¥kF§ ohrUd£
¦ j (Jue 18,16; contrariamente, Dn 10,5
con c). En est. constr.: sólo e©GÎ,rª ©d£j (Jl 1,8).
– Con JUck̈22, “vestido”, tenemos ohS© ¦Cv© JªcK̈©v Jh¦tv̈Îk¤t tr̈§e¦H©u, “y llamó al
varon vestido de lino” (Ez 9,3); JUck̈ precedido de acusativo: 1 Sm 17,
5; JUck̈ seguido de acusativo (est. abs. sólo reconocible por vocaliza-
ción): ohS© ¦C JUck̈ (Ez 9,2; Zac 3,3; Prov 31,21; Dan 10,5); en est.
constr.: ohS© ¦Cv© Jªck§ (Ez 9,11; 10,2.6.7; Dn 12,6-7); h¥Jcªk§ (Ez 23,6.12;
38,4).
– Con el verbo exuendi .©kj̈: k©g©ÅBv© .Uk£j, “descalzado (=que le han qui-
tado la sandalia)”.
19.Contrariamente, tc̈M̈©k oh¦tm§«Hv© (Nm 31,27.28); tc̈M̈©C (v. 36); cf. Dt 24,5.
20.Sobre el participio en estado constructo delante de preposición, cf. § 129 m.
21.Comp. ohS©¦Cv© JUcK̈©v con ohS©
¦Cv© Jªck§ mencionado más adelante.
22.JUck̈ no sería un verdadero participio, según Barth 21894: 47; Brockelmann
1908-13: I, 358; también Blau 1953. Muraoka 1992: 45-50. El participio J¥cIk
se encuentra sólo en Sof 1,8.
438 § 121. El participio
– Con otros verbos: —IT§bT̈ªF g© Urë, “rasgado en lo referente a su túnica
(= con su túnica rasgada)” (2 Sm 15,32; est. abs., según la voca-
lización; con acusativo atributivo de limitación, § 127 b); pero h¥gUr§e
¦ c23 (2 Sm 13,31; 2 Re 18,37 [Is 36,22]; Jr 41,5 —c¥k hrUc§
ohsd̈§ ¥ Jk¦ , “a los
contritos de corazón” (Sal 147,3). —uhb̈§,n̈Îk©g ohrUx£ ¦ t ICr© §j Jh¦t oh¦bIC©vu§, “en
cuanto a los constructores, cada uno llevaba la espada ceñida a sus
lomos” (Neh 4,12). —oh¦mM̈ªen§ o¤vh¥kd§ r§ ©u o¤vhs§¥h ,Ib«vC§ oh¦fk̈§n oh¦gc§ J¦ , “setenta
reyes, con los pulgares de sus manos y sus pies amputados” (Jue 1,7)24;
pero iëz̈ h¥jK§ dªn§ , “con la barba rapada” (Jr 41,5). —oh¦bP̈ tUG§b (lit., acceptus
faciei), “cuyo rostro es bien recibido (= respetable)” (2 Re 5,1): tUG§b
iIg̈, “cuya iniquidad ha sido perdonada” (Is 33,24; cf. Sal 32,1).
En todos estos casos el sujeto lógico del participio pasivo es en
realidad el nombre que le sigue, siendo el nombre precedente un mero
sujeto aparente; el participio indica el estado resultante de un proceso,
más que el proceso mismo; cf. § 129 ia25. Así, 2 Sm 15,32, IT§bT̈ªF g© Urë
puede ser reescrito IT§bT̈ªF vg̈Ur§e r¤Jt£ Jh¦t26. Otro ejemplo, citado en Jue
1,7, queda iluminado por el v. 6: uhk̈§dr§ ©u uhs̈ḧ ,Ib«vC§ Î,¤t Um§Me© §h©u.
p La construcción con genitivo se usa para indicar la causa27: Gn
41,27, ohs˩
¦ v ,Ips§ ¥ oh¦k¢CX¦ v© , “las siete espigas delgadas abrasadas
ªJ ,Ierv̈
por el viento solano” (cf. v. 6); Ex 28,11; Dt 32,24; Is 1,7, J¥t ,Ipr§ ªG,
“quemadas por el fuego”. También para indicar el autor de la acción:
Gn 24,31 y 26,19 †, vuvh QUr§C, “bendito de Yahwh”, equivalente a QUrC̈
vuvh©k (Jue 17,2 etc.) (sobre el llamado k auctoris, cf. § 130 b; también §
132 f , n.); Is 53,4, oh¦v«k¡t v¥Fnª, “golpeado de (por) Dios”.
Para la omisión del sujeto en la oración participial, cf. § 154 c.
q El participio pasivo de qal denota la mayoría de las veces una acción
o estado terminado, mientras que el participio nif‘al describe una ac-
ción en proceso. Así, tenemos Jue 6,28, hUbC̈©v ©jC¥§zN¦ v© , “el altar edificado”,
1. Véase Solá-Solé 1961 y Muraoka 1985: 83-92 con más bibliografía, a la que
hay que añadir Tur-Sinai 1938-39.
2. Originalmente corresponde más a sanatio. Sería sanatio un sustantivo capaz de
regir un acusativo, como en Plauto (Amph. 519): Quid tibi hanc curatio est rem?
(= Quid curas hanc rem? ); Quid tibi hanc digito tactio est? (Poen., 5,5.29).
3. Parece existir una preferencia por el inf. abs. cuando se da inversión: Dt 28,
56; Is 42,24; 57,20; Jr 9,4 (§ 124 c).
442 § 123. El infinitivo absoluto
c Muy raros, dudosos o incorrectos, son los casos en los que el inf.
abs. aparece supuestamente regido por un sustantivo: Is 14,23; Prov 1,
3; 21,16.
Igualmente anómalo para un inf. abs. es aparecer regido por una
preposición. Sin embargo, en 1 Sm 1,9, v«,J̈ hr£ ¥vt© (¿). En vItr̈¥vk§ (Jue 13,
21 y 1 Sm 3,21 †) tenemos, más bien, una forma anómala del inf.
constr. (comp. v«k§D por ,Ik§D, § 79 p). En t¥KF© Îs©g (2 Re 13,17), “hasta
acabar” (= completamente), t¥KF© se ha convertido en un adverbio;
igualmente, t¥Kf© k§ Îs©g en 2 Cr 24,10; 31,14.
El inf. abs. no puede tomar sufijos nominales ni ser nomen regens5.
d El uso nominal habitual del inf. abs., y que es su uso más peculiar,
es el de acusativo de objeto interno (§ 125 q)6, ya antes ya después del
verbo. Este procedimiento lingüístico permite al hebreo expresar
ciertos matices enfáticos de modo muy sutil. Colocado antes del verbo,
el inf. abs. tiene generalmente un acento mas fuerte que cuando le
sigue, y es fácil percibir la razón, pues un acusativo delante del verbo
acentúa el énfasis. Colocado después del verbo, el inf. puede tener
valores similares. El inf. pospuesto es bastante menos habitual que el inf.
antepuesto7. Nótese que el inf. siempre se coloca después de imperativo,
participio y wayyiqtol (cf. infra, § l ); además, el inf. hitpa‘el siempre se
coloca después del verbo (Böttcher 1866-68: II, 223). De modo gene-
ral puede decirse que los matices del inf. pospuesto quedan más ate-
nuados. Con mucha frecuencia el matiz añadido por el infinitivo es
11.Nótese que ninguna frase comenzaría por yiqtol. El inf. abs. parece deberse
aquí a una necesidad gramatical; igualmente, en Dt 7,18.
§ 123. El infinitivo absoluto 445
§ t«¤b r«xẗÎh¦F, “y le respondieron diciendo:
WÅ,¤ h¦n§b t«k ,¥nv̈§u os̈ḧ§c WUÅB,© §bU Wrẍ¡
No, sino que te prenderemos y te entregaremos en su mano, pero no
te mataremos”; 2 Sm 17,16, “no te detengas esta noche ..., sino cruza el
río –rIc£gT© rIcg̈ o©du§–”; Jos 17,13 (Jue 1,28: no es necesario suponer el
matiz de enteramente); 1 Re 3,26 (en una oración); Sal 126,6b. Ejem-
plos en oraciones condicionales, cf. supra, § g.
6. Con la oposición se relaciona la concesión: Jue 4,9, “iré –Q¥kt¥ Q«kv̈–
contigo, pero ...”; Sal 126,6a, v«fc̈U Q¥k¥h QIkv̈, “irá, es cierto, aunque
llorando” (cf. infra, § m); Sal 118,13.18, “aunque Yhwh me ha
castigado bien –VḦ h¦Br§ Å©X¦h r«X©h–, no me entregó a la muerte”.
j 7. Los casos en los que el inf. expresa la perfección o intensidad de la
acción parecen ser raros12: Prov 27,23, gs¥ ©T g©«sḧ, “conoce bien el estado
de tus ovejas” (en otros lugares, siempre “sabe bien” o “sábete
bien”: Gn 15,13, etc.; supra, § h); acaso Gn 43,3, “aquel hombre nos
declaró formalmente –s¦gv¥ s¥gv̈–”; 1 Sm 20,6b, (= 28, Vulg., rogavit me
obnixe, “me ha pedido con insistencia”); Jl 1,7, “lo ha descortezado por
completo”; Job 13,5, “¡quién diera que callaseis por completo!”
ja 8. Petición insistente13: Nm 11,5, d«rv̈ tb̈ h¦bÅ¥drv̈, § “mátame del todo, por
favor” (además con tb̈); Jue 5,23, v̈hÅc¤J§ «h rIrẗ UrÅ«t, “¡maldecid rotunda-
mente a sus moradores!”; 1 Re 3,26, Uv,h¦ Ū nT§ Îk©t ,¥nv̈§u, “¡pero no lo
matéis de ninguna manera!”
k 9. Otros matices: Después de Q©t en el sentido de “justamente, en ese
momento, ya mismo, al punto, etc.” (francés: tout juste; inglés: just ):
Gn 27,30, “apenas había salido –tm̈ḧ t«mḧ Q´©t– Jacob”; Jue 7,19.
Con débil matiz enfático: Jue 9,8 (en comienzo absoluto) apro-
ximadamente, “fueron una vez –Uf§k«v̈ QIkv̈– los árboles a ungir ...”14;
1 Sm 10,16; 2 Sm 18,2.
A veces resulta difícil percibir el matiz añadido por el infinitivo,
como, p.ej., en Gn 43,7a.20; 44,5 (= 15); Is 48,8; 59,11; Lam 1,2, IfC̈
v¤Fc§ ,¦ (el v. exigía c inicial; contrariamente, Jr 22,10; infra, § l ). Qui-
zás el infinitivo señala la naturaleza repetitiva de la acción, aunque
este valor se atribuye generalmente al inf. absoluto pospuesto15.
19.El uso del inf. abs. en lugar de un tiempo finito está ampliamente extendido
en las lenguas del semítico noroccidental: cf. Huesman 1956: 271-95 y 410-
34; Rainey 1996: 2,382-88.
En Dt 3,6 tenemos un verbo seguido de un inf. de la misma raíz para
añadir una precisión: “y los exterminamos ... exterminando todas las ciudades”.
En algunos casos el inf. es sinónimo con el verbo: “daréis la vuelta –o¤,«C©xu§– a la
ciudad todos los combatiente, rodeando –;h¥Ev© – la ciudad siete vez” (Jos 6,3; cf.
v. 11); cf. Ex 30,36 citado anteriormente.
20.Ambos tipos de circunstancia y adverbio se encuentran juntos en Dt 9,21,
c¥yh¥v iIjÿ I,«t ,«Ft¤ ü, “lo hice pedazos moliéndolo bien”.
§ 123. El infinitivo absoluto 449
tione[m] = festinanter); Dt 13,15, c¥yh¥v T§ Å̈ kt© J̈§u, “y te informarás bien”
(puro adverbio); 1 Sm 17,16, cr£ ¥gv© u§ o¥FJ§ v© h¦TJ§ k¦ P§ v© J©D¦H©u, “y el filisteo se
adelantaba mañana y tarde” (lit., “actuando en la mañana y actuando
en la tarde”; o¥FJ§ v© como adverbio: “temprano”, Prov 27,14)21.
s El inf. abs. QIkv̈22 (en sentido figurado) expresando continuidad.
Expresiones como Igd̈§u Q«kv̈ Uf§k«v̈ (1 Sm 6,12; cf. supra, § m), donde
Q«kv̈ se entiende naturalmente en sentido propio, son el origen de ex-
presiones en las que Q«kv̈ se entiende figuradamente de movimiento en
el tiempo y, consecuentemente, como continuidad23. Un segundo inf.
se encuentra después de Q«kv̈ en Gn 8,33, cIJü QIkv̈ /// o¦hN©Å v© UcJḦ ª ©u, “las
aguas se fueron retirando gradualmente” (el segundo infinitivo refuerza la
idea de continuidad expresada por Q«kv̈)24; Gn 12,9, g© Ixb̈§u QIkv̈ or̈§ct© g©X¦H©u
vC̈§d¤Bv© , “y Abram marchó siempre hacia el sur”. Con un verbo estativo: 2
Sm 5,10, kIsd̈§u QIkv̈ s¦uS̈ Q¤k¥ÅH©u, “y David iba engrandeciéndose continuamente”
(verbo principal “ir” en sentido figurado; kIsD̈ inf. abs., no adjetivo).
Pero normalmente, con los verbos estativos, se usa el adjetivo verbal
en lugar del inf., p.ej., Gn 26,13, ksd̈§ ¥ u QIkv̈ s¦uS̈ Q¤k¥ÅH©u (contrariamente 2 Sm
5,10; ésta es una construcción híbrida: et ivit eundo et crescens; después del
nombre de acción en acusativo de objeto interno se encuentra el
adjetivo verbal en acusativo de estado; § 126 a); Jue 4,24, s©h Q¤kT¥Å ©u
vJ̈ë§u QIkv̈ k¥tr̈§G¦hÎh¥bC§ , “y la mano de los hijos de Israel fue haciéndose cada
vez más pesada” (vJ̈ë como adjetivo verbal); 1 Sm 14,19, cr̈ü QIkv̈ Q¤k¥ÅH©u, “el
tumulto fue en aumento” (cr̈ como adjetivo verbal; comp. 2 Sm 15,12,
cr̈ü Q¥kIv og̈v̈§u, “y el pueblo iba creciendo”); 2 Sm 18,25, crë§ ¥ u QIkv̈ Q¤k¥ÅH©u, “e
iba siempre acercándose” (en 1 Sm 17,41, crë§ ¥ u Q¥k«v Q¤k¥ÅH©u, la vocalización Q¥k«v
es dudosa; quizás es debida a escritura defectiva).
21.En la expresión de Jeremías del tipo r¥Cs§ ©t«ü, “hablé temprano y sin
©u o¥FJ§ v© r¥CS£
cesar”, el segundo inf., de la misma raíz que el verbo principal, expresa la
repetición o continuación de la acción (lit., et locutus sum manicatione[m] et
locutione[m]). El sujeto es siempre Dios, excepto en Jr 25,3. Con r¥CS:¦ Jr 7,13;
25,3; 35,14. Con j©kJ̈: Jr 7,25; 25,4; 26,5 (¿); 29,19; 35,15; 44,4; 2 Cr 36,15.
Con sh¦gv¥ : Jr 11,7. Con s¥Nk¦ : Jr 32,33.
22.Para la ortografía de Qkv, cf. § 49 a, n.
23.En español, como en francés, se dice en sentido literal de movimiento espa-
cial: “el viajero iba cantando, el río va serpenteando”. También en español,
como en francés, se usa “ir” en sentido figurado temporal: “el mal le iba
atormentando”, “la desgracia me va persiguiendo” (Darmester 1895; § 682).
24.En Gn 8,5, donde Uhv̈ podría ofrecer un sentido de pluscuamperfecto, debe
leerse un participio, probablemente ohr§ ¦x«j.
450 § 123. El infinitivo absoluto
Igualmente, se encuentra un adjetivo verbal después del participio
Q¥k«v (en sentido figurado): Ex 19,19; 2 Sm 3,1, e¥zj̈§u Q¥kIv, “iba haciéndose
fuerte”; 2 Sm 15,12, cr̈; 1 Sm 2,26; 2 Cr 17,12, ksD̈ ¥ (pero en Est 9,4, inf.
abs. kIsD̈); Prov 4,18, rIt.
También el participio de un verbo de acción se encuentra después
del participio Q¥k«v: Jon 1,11, r¥g«xu§ Q¥kIv, “el mar iba agitándose” (supra, final
de § n).
t B. Usos verbales
I. El inf, absoluto, como el inf. constr. (§ 124 f ), puede regir un
nombre en acusativo, p.ej., J©cS§ k«fẗ, “comer miel” (Prov 25,27; supra, §
b). Cuando el acusativo es un pronombre, se usa la partícula ,¥t, pero
nunca el sufijo pronominal (comp. supra, final de § c), p.ej. h¦,«t g© Isḧ (Jr
9,23; § 125 e). Naturalmente, el inf. abs., como cualquier otra forma
verbal, puede regir un nombre mediante una preposición: rIjc̈U gr̈C̈ xItn̈
cIY©C, “rechazar lo malo y elegir lo bueno” (Is 7,15)
u II. El inf. abs. se usa como el equivalente de una forma finita al inicio
de una frase:
1. Como equivalente a un imperativo. El inf. abs. expresa en sí mismo
la idea de la acción verbal; la entonación o las circunstancias indican
al oyente que debe realizar tal acción25. Ejemplos: 2 Sm 24, 12, QIkv̈
TÅ̈ r© ¦u, “ve y dirás”, equivalente a TÅ̈ r©
§Cs§ ¦u Q¥k que se encuentra en el
§Cs§
25.En árabe la forma /qatåli/ (= kIyë) se usa en algunas palabras para expresar
un mandato, p.ej. /nazåli/, “¡desciende!” (acción de descender [desmontar de
un caballo]; se usa principalmente cuando dos guerreros o bandos se desafían
para el combate); /samå‘i/, “¡escucha” (lit., “audición” = g© InJ̈). En latín
medieval non negare, con el sentido de “no niegues”, se usa para expresar una
prohibición, uso que se ha preservado en español e italiano (cf. Bourciez
1910: § 248). Igualmente en francés antiguo: n’en douter = n’en doute pas (cf.
Brunot 1905: I 248.271).
Mientras que Gesenius (1910: § 113 bb) sostiene que el inf. abs. se usa
como imperativo enfático y habla de emphatic promises (ib. § 113 ee), a nosotros
nos parece que el uso está condicionado estilísticamente, puesto que la gran
mayoría de los inf. absolutos paronomásticos ocurren en textos legales y
conversaciones vivas; el inf. abs. per se no es enfático. Cualquiera que fuera el
énfasis, éste procede de la construcción paronomástica en la que el mismo
verbo se repite en dos formas gramaticales diferentes. Cf. Muraoka 1985:
84-86.90. Un ejemplo como v¤kd§¦h v«kD̈ kD̈§kD¦ v© (Am 5,5) sugiere que los escritores
y poetas bíblicos pueden buscar también la asonancia.
§ 123. El infinitivo absoluto 451
paralelo 1 Cr 21,1026; 2 Re 5,10, T§ Å̈ mj© r̈§u QIkv̈, “ve a lavarte” (inf. abs.
seguido de un yusivo indirecto [§ 116 d ] y de un imptv. indirecto [§
116 f ], tiene los mismos efectos que un imptv.); Jos 1,13, rIfz̈
(orden de Josué). El inf. abs. se encuentra especialmente en los
mandatos divinos o de un comandante militar27: “haz el censo”
(Nm 4,2); “atacad a los madianitas” (Nm 25,17); “haced” (2 Re 3,
16); “comed” (2 Re 19,29, seguido por cuatro imperativos coordi-
nados); “toma estos libros” (Jr 36,14); “acepta” (Zac 6,10). El inf.
abs. está precedido por dos imperativos en Is 14,31; seguido por
dos imperativos en Nah 2,2.
v 2. Como equivalente del futuro conminatorio. El inf. abs. es bastante
común en las leyes, donde equivale más a un futuro conminatorio
que a un imperativo28: “harás esto (= debes hacer esto)”, mejor que
“haz esto”. Ejemplos: Dt 5,12, “has de guardar –rInJ̈– el día del
sábado” (en medio de futuros conminatorios)29; igualmente, rIfz̈30
(Ex 20, 8)31; “escucharás –©gInJ̈–” (Dt 1,16, seguido de futuros
conminatorios); “has de partirla” (Lv 2,6; detalle legislativo). En
Nm 6,23 el inf. abs. rInẗ explica el futuro conminatorio Ufrc̈§ £ T: “así
habréis de bendecir a los hijos de Israel: Les diréis” (el inf. absoluto
no está regido por wT). Después del anuncio de una ley: “ésta es la
ley de la oblación: la ofrecerán –cr§
¥ev© – los hijos de Aarón” (Lv 6,7);
“ésta es mi alianza que habéis de guardar ... : serán circuncidados
–kIN¦v– todos vuestros varones” (Gn 17,10; comp. Ex 14,48 en una
cláusula condicional: “si un huésped ..., se le circuncidará”); “todo
acreedor hará remisión” (Dt 15,2).
w 3. Como equivalente de un futuro, i.e., yiqtol indicativo32: 2 Re 4,43,
r¥,Iv§u kIfẗ, “comerán y sobrará”; Is 5,5, .«rP̈ /// r¥xv̈, “quitaré su seto ...
haré brecha en su tapia” (continuado en 1ª pers. en el v. 6: “y la
trocaré en desierto”); Jr 7,9-10, “¿váis a robar –c«bd̈£v–, matar,
26.En Cr no se encuentra el inf. abs. de mandato (cf. Kropat 1909: 23). Acaso se
sintió como arcaico. Comp. Is 38,5, QIkv̈ y el paralelo en 2 Re 20,5, cUJ.
27.Como en las cartas de Arad, p.ej., en 1,2 i,b debe vocalizarse i«,b̈. Éste se
alterna con i, dirigido a la misma persona, pero escrito por otro escriba (3.2).
28.La ausencia de tb̈, partícula típica del lenguaje privado o familiar, como nota
Dallaire (2004: 184), cuadra con la naturaleza conminatoria del sintagma.
29.No se debería empezar una frase con rIn§JT¦ .
30.Contrasta con el imperativo r«f§z, p.ej., en la exhortación de Dt 9,7.
31.Igualmente, s¥CF© (Ex 20,12), en medio de futuros conminatorios, es un inf.
abs., no un imperativo.
32.No parecen existir ejemplos de inf. abs. equivalente a yusivo o cohortativo.
452 § 123. El infinitivo absoluto
adulterar ... y luego vais a venir ...?” (exclamación [§ 161 b] seguida
de w-qataltí ); Ez 23,30 (continuando el v. 28, Qb̈§,«b h¦b§bv¦ ); en una inter-
rogación, Jr 3,1b (continuando a cUJḧ).
4. Como equivalente de presente: Is 59,4, “se confía –©jIyC̈– en la
nada”; Job 15,35 (seguido de yiqtol gnómico); Prov 12,7; 15,22
(seguido de yiqtol gnómico); 25,4.
5. Como equivalente de pasado: Ag 1,9, “esperasteis”; Jr 8,15; 2 Cr
31,10.
x III. El inf. abs. como equivalente de una forma precedente33. El inf.
abs. continúa con bastante frecuencia (especialmente en los libros
bíblicos más tardíos) una forma precedente. El waw, que generalmente
precede al inf. abs.34, puede tener tanto el valor de una y de coordinación
como el de una y de sucesión. Las razones que han motivado el inf. abs.
no son claras: a veces existe probabl. un deseo de variedad o afectación
estilística; a veces, el autor quiere usar una forma con sujeto indefinido
o impersonal (“uno”, “ellos”, “se”; cf. § 155 i ). El inf. abs. tiene
virtualmente el mismo valor temporal o modal del verbo precedente35.
27.Gn 2,3 (¿), ,IG£g©k oh¦v«k¡t tr̈C̈Îr¤Jt£ IT§ft©kn§ ÎkF̈¦n ,©cJ̈, tendría el sentido de “des-
cansó de toda la obra que había creado haciendo” (y no: “que había hecho
creando”).
28.Comp. el uso del inf. abs., § 121 x.
29.Igualmente para el participio, § 121 j.
30.Especialmente en poesía, donde se debe frecuentemente al quiasmo.
31.El yiqtol toma naturalmente el matiz modal del liqtol al que continúa.
32.En Is 58,6, w- ... yiqtol sigue a un inf. constr., que sigue a su vez a dos inf. abs.
(cf. § 123 b; en el v. 7 sigue a un inf. abs.). Los ejemplos de inf. absolutos
seguidos así por un tiempo finito son raros: Is 42,22; Jr 23,14.
462 § 124. El infinitivo constructo
s Observación. Siendo el infinitivo atemporal, el tiempo y el aspecto de
la acción sólo pueden deducirse del contexto. Del mismo modo,
siendo el infinitivo apersonal, el sujeto lo indica sólo el contexto. Se
debe observar que el inf. constr. suele emplearse en lugar de un tiempo
finito, pese a la ambigüedad respecto al sujeto33: Rut 2,10, h¦brh¦ Å¥ Fv© k§ , “de
suerte que tú te hayas interesado por mí” (cf. supra, § l ); Ex 5,21,
UbÅ¥drv̈§
§ k os̈ḧ§C crÅ ¤j¤ Î,¤,k̈, “poniendo (tú ) en su mano una espada para que él
nos mate” (variación del sujeto); Dt 24,4 (variación del sujeto); 1 Sm
2,36, “para que yo pueda comer”; 2 Sm 13,11, “para que él pueda
comer”; 1 Re 1,20; 2,15; 8,59; 18,9; 22,8.
Con bastante frecuencia hay un sujeto indefinido o impersonal “se”
(§ 155 i ): 2 Sm 1,18, s¥N©kk§ r¤ntÅ«H©u, “y dijo que se enseñara”; Gn 33,10; Ex
9,16; Lv 14,57; Jue 14,6; 1 Sm 18,19; Is 10,14; 28,20; Sal 42,4; Esd 9,1,
,IK©ff§ U (= 2 Cr 29,29; 31,1).
t El inf. constructo es también neutral respecto a la voz, es decir, una
forma activa puede tener valor pasivo, p.ej., en Gn 4,13, tIG§Bn¦ h¦bI£g kIsD̈,
“mi delito es demasiado grande para ser soportado”; Gn 6,20, k«Fn¦ o¦h©ÅbJ§
,I«hj£ v© k§ WhÅk¤ t¥ UtÅ«cḧ, “dos de cada clase vendrán a tí para ser mantenidos en
vida”; Jos 2,5, rID§xk¦ r©gX©Å v© h¦v§h©u, “estaba a punto de cerrarse la puerta”; Jr
25,34, ©jIc§yk¦ o¤fh¥n§h Ut§k«n̈, “se cumplieron los días para ser degollados”; Jr
11,19; Est 7,4, sh¦nJ§ v© k§ /// UbrÅ §F© n§ ¦b, “hemos sido vendidos para ser destrui-
dos”34.
33.Por otra parte, a veces encontramos el sufijo indicando el sujeto allí donde
parece ser absolutamente superfluo: Gn 29,19; 1 Re 21,3.
34.Véase también König 1881-97: § 399a. Comp. AB en Dn 2,13, kt¥H¦bS̈ Ig§cU
vk̈ÿ§e,§ v¦ k§ h¦vIÅrc§ ©ju§, “buscaron a Daniel y a sus compañeros para ser matados”.
CAPÍTULO II
LOS CASOS
4. Así, W§Pr©§h t«k (Dt 4,31) podría ser equivalente a W§Nn¦ v¤Pr© §h t«k con uhs̈ḧ sobre-
entendido; cf. Jos 10,6.
Brockelmann (1908-13: II, 322) niega la existencia de sufijos con sentido
de dativo en hebreo. König (1881-97: § 21), por el contrario, lo admite con
bastante amplitud, p.ej. en Ez 29,3, h¦b,¦Å h¦Gg£, “(lo) hice para mí”. Kinberg
(1981) rehusa aceptar la fuerza dativa de los sufijos verbales; en su lugar
intenta explicarlos todos, incluidos los raros casos de ,t + nombres, como
genuinos acusativos, como en árabe. Pero no hay duda sobre la antigüedad de
los sufijos dativos. El acadio, al que hoy se une el eblaíta, tuvo una serie
separada de pronombres dativos, ambos independientes y sufijados. Es
totalmente inaceptable considerar los sufijos de i,b como acusativos, cuando
el verbo rige predominantemente k. Sobre las implicaciones de crítica textual
en el reconocimiento de la fuerza dativa de los sufijos en discusión, cf.
Sperber 1966: 94 (§ 91).
5. Para más ejemplos y un tratamiento general, cf. Bogaert 1964 y Muraoka
1979. A la luz de lo que ya se ha dicho y de un ejemplo como Is 42,16 (v¤Kt¥Å
o¦,h¦Gg£ ohrc̈
¦ S©§v, “tales son las cosas que les he hecho” [así Pešitta y Vulgata, y
nótese el inmediatamente siguiente oh¦Tc§©zg£ t«k§u, “y no los he abandonado”]) e
incluso Zac 7,5 (h¦b·ẗ h¦bT§Åªnm© oIm£v, que significaría “¿acaso ayunasteis para mí?”),
no hay lugar a dudas. Véase también Is 65,5 (sobre el que Ibn Ezra cita Jr
10,20, h¦btŪm̈§h, “se han ido de mí”); Jr 31,2; Job 31,18.
6. Esta construcción puede haber sido influenciada por el hecho de que i,b, con
el significado de “permitir”, toma el acusativo de persona y el inf. constr. (en
el acusativo), p.ej., r«cg£ k¥tr̈§G¦hÎ,¤t i«jh¦x i©,b̈ (Nm 21,23).
7. Ejemplos mencionados por Izre'el (1978a: 209).
466 § 125. El acusativo directo
na” (Gn 30,1); iIH¦mk§ U o¦©kJ̈Urh¦k h¦,tÅ¥Be¦ , “estoy celoso por Jerusalén y por Sión”
(Zac 1,14). El que un objeto pronominal indirecto pueda ser unido
directamente al verbo puede dar lugar a cierta ambigüedad: ¿significa
UvUÅz£jt«H©u (Jue 16,21) “lo capturaron a él” (= I,It), o “lo sometieron”
(IC)?8
bd Sin embargo, se toleran meras variaciones sin afectar al sentido: 2
Re 4,12, ,h¦N©bUX©k tr̈§e, “llama a la sunamita!” | v. 36, ,h¦N©bX© ªvÎk¤t tr̈§e; 1 Re
1,9, Q¤kNŤ v© h¥bC§ uhj̈¤tÎkF̈Î,¤t tr̈§e¦H©u | v. 19, Q¤kNŤ v© h¥bC§ Îkf̈§k tr̈§e¦H©u; Jr 7,13, tr̈§et¤ ü
o¤,h¦bg£ t«k§u o¤f,§ t¤ | v. 27, vf̈UÅbg£©h t«k§u o¤vh¥kt£ ,̈tÅ̈rë§u | Jr 35,17, t«k§u o¤vk̈ tr̈§et¤ ü
Ubg̈9.
be El uso rutinario puede conducir a la omisión ocasional de un objeto
directo, dando la impresión de que algunos verbos, al menos formal-
mente, son intransitivos. Así, 1 Sm 20,16, s¦uS̈ ,h¥CÎo¦g i,̈b̈Iv§ « h ,«rf§ ¦H©u, en
lugar de ,hr§ ¦C ,«rf§ ¦H©u; también r©nJ̈ por ;©t r©nJ̈ o vr̈§cg¤ r©nJ̈, “guardar
rencor”10; tG̈b̈ por kIe tG̈b̈, “alzar la voz”, o por iIg̈ tG̈b̈, “perdonar”, en
Is 2,9; 1 Sm 14,42, kh¦Pv¦ (se sobreentiende kr̈Id), “echar suertes”; 2 Sm
6,6, j©kJ̈ (se sobtreentiende sḧ); Job 9,24, vJ̈§ev¦ (se sobreentiedte ;rÅ ¤«g)11.
c Las formas reflexivas pueden ser transitivas; p.ej., tC̈¦b, “profetizar”,
suele usarse transitivamente cuando el objeto es indefinido: así, con
r¤eJ¤Å : Jr 23,25, etc. (una vez r¤eX¤Å ©k en Jr 27,15 para un asunto específico);
con ohrc̈ ¦ S:§ Jr 20,1, etc.. Igualmente, *t¥C©b,§ v¦ , “profetizar”: con objeto
indefinido r¤eJ¤Å , Jr 14,14; con cIy, gr:© 1 Re 22,8.18. Pero con un objeto
definido se encuentra tC̈¦b con k: vn̈j̈§kn¦ k§ (Jr 28,8); oIkJ̈§k (Jr 28,9). Otros
ejemplos: *erP̈§ ¥ ,v¦ (Ex 32,3); *k¥M©b,§ v¦ (Ex 33,6); *s¥Hy© m§ v¦ (Jos 9,12); c©xb̈ (Jue
19,22); tk̈§n¦b (cf. infra, § d ); i¥T©j,§ v¦ (Gn 34,9); j©K©D,§ v¦ (Nm 6,19); k¥j©b,§ v¦
8. Cf. Cant 3,4, UBÅP¤ r©§t t«k§u uh¦T§z©jt£ . Malessa 2003b muestra que no son tanto las
diferentes preposiciones las que pueden señalar diferentes sentidos del verbo
cuanto otros factores generales, y en el caso particular de r¥CS,¦ depende de si
la atención se centra en el contenido del mensaje o en la forma del lenguaje.
Pace Gibson (1994: 147), el hebreo no tiene phrasal verbs como en inglés: pass
for en “he passed for a gentleman”, y pass through en “he passed for a difficult
period”, a pesar del lexema compartido pass, son dos verbos separados. Pero
en ,t t¥Be¦ , -c t¥Be¦ y -k t¥Be¦ hay un contenido semántico compartido por los
tres en torno a tbe. Véase también Van der Merwe 1992.
9. Cf. Malessa 2003a: 199-201. Para su intento de detectar posible distinción
semántica en el caso del verbo tre, cf. Malessa 2003: 201.9.
10.Cf. ryb, sinónimo aramaizante de rnJ, nunca con un nombre para “rencor”, a
no ser que se corrija Am 1,11, IP©t s©gk̈ ;«ry§ ¦H©u.
11.Para más ejemplos posibles, cf. Brockelmann 1956: § 127 b.
§ 125. El acusativo directo 467
(Nm 35,14; Is 14,2); vÜ©t,§ v¦ (Dt 5,17; Am 5,18; Sal 45,12); k¥F©b,§ v¦ (Gn
37,18); J¥C©k,§ v¦ (Sira 50,11) y¥XP© ,§ v¦ (1 Sm 18,14)12.
d Algunas categorías semánticas verbales requieren el acusativo:
1. Verbos de abundancia (verba copiae) y de escasez (inopiae), p.ej.:
—t¥kn̈, “estar lleno”13, tk̈§n¦b, “llenarse, ser llenado”: Is 1,15, oh¦nS̈ o¤fhs§ ¥h
Ut·¥kn̈, “vuestras manos están llenas de sangre”; Ex 1,7, .rÅ̈ ¤tv̈ t¥kN̈¦T©u
o,̈«t, “y el país se llenó de ellos”; 1 Re 7,14, vn̈§fj̈«v© Î,¤t t¥kN̈¦H©u, “y estaba
lleno de sabiduría”. —g©cG̈ (Ug·¥cG̈), “saciarse, estar satisfecho”: Ex
16,12, o¤j·k̈ÎUg§CG§ T¦ , “os saciaréis de pan”. —.rJ̈, © “bullir, pulular”: Ex
7,28. —r©fJ̈, “embriagarse”: Is 29,9; 49,26. —vür̈, “empaparse,
quitarse la sed”: Prov 7,18. —Verba inopiae: r¥xj̈, “faltar, carecer de”:
Gn 18,28, etc.; k«fJ̈, “quedar sin hijos”: Gn 27,45.
El acusativo de algunos verbos que implican movimiento puede
explicarse probablemente14 por analogía del acusativo de los verba
copiae: .rP̈,
© “rebosar de” (Prov 3,10); ;©yb̈, “gotear” (Jue 5,4); k©zb̈,
“fluir” (Jr 9,17); srḧ, © “chorrear” (Jr 9,17); Q©kv̈, “destilar” (Jl 4,18); cz̈,
“fluir” (Lv 15,33, con objeto de la misma raíz, IcIz)15.
2. Verbos de vestir (verba induendi) y desvestirse (exuendi): —(c) J©ck̈,
“vestirse, ponerse el vestido”: 1 Re 22,30, WhÅsd̈§ ¤ C J©ck§ , “vístete tus
vestidos”; Is 61,10. —vs̈g̈, “adornarse con”: Is 61,10; Job 40,10.
—vÿg̈, “envolverse con”: 1 Sm 28,14; Is 59,17. —;©yg̈, “cubrirse
con”: Sal 65,14. —y©JP̈, “desnudarse”: Cant 5,3.
e La partícula ,¥t del acusativo. El objeto directo del verbo, sea pro-
nominal o nominal, viene con frecuencia precedido de la partícula ,¥t
(§ 103 k). Esta partícula es principalmente un indicador del acusativo
de objeto; pero también se encuentra, aunque muy raramente, con
otros acusativos: de movimiento (infra, § n), de tiempo (§ 126 i ), de
limitación (§ 126 g). Probablemente ,¥t se usó primero con el pronom-
bre, como en otras lenguas semíticas, y después su uso se extendió al
nombre determinado16.
“preguntar”; g© h¦JIv, “salvar”. Verbos hif‘il con k, como ©jh¦bv¥ , “dar descanso”;
k eh¦mv¥ , “estrechar”.
34.En un sintagma frecuente <iht + ptc. + k con sufijo> la preposición k sólo
aparece com un señalador del objeto directo, p.ej., en Lam 1,9, Vk̈ o¥j©bn§ ih¥t,
que, sin embargo, contrasta con Lam 1,2, o¥j©bn§ Vk̈Îih¥t; ambos debieran ser
traducidos “ella no tiene consolador”, mejor que “no hay consolador para
ella”. Nótese también Lam 4,4, o¤vk̈ ih¥t Gr«¥P, “no tienen quien les reparta”.
Compárese también Dt 22,27, Vk̈ g© h¦JIn ih¥tu§, con Dt 28,31, g© h¦JIn W§k ih¥tu§. El
verbo g© h¦JIv toma k incluso en HB estándar.
35.Comp. en árabe, con bi de transitividad, p.ej., ramå bissahmi, “lanzó el arco,
hizo un lanzamiento con el arco”. Cf. Jenni 1991: 93-99 para más ejemplos.
36.Compara el francés cligner (de clinare) de l’oeil, junto a cligner les yeux.
§ 125. El acusativo directo 473
¤ C, “ella extendió sus brazos”; kIe§C i©,b̈ en Jr 12,8; Sal 45,7; 68,34
v̈hÅsḧ§
(fuera de ahí, en acusativo).
ma La preposición c puede usarse también con verbos que, por otra
parte, tienen normalmente un objeto directo señalado por ,t; entonces
se señala un menor grado de transitividad, de una actividad que es
básicamente la misma, en términos de los siguientes parámetros37:
– Participación: Zac 6,15, vuvh k©fh¥vC§ Ubc̈U, “y participarán en la recon-
strucción del Templo de Yhwh”.
– Duración: Dt 17,19, uhḦ©j h¥n§hÎkF̈ Ic tr̈ë§u; Neh 9,3, vü«v§h ,rIT © r¤px¥Å C§ Utr§ §e¦H©u; 2
Cr 34,12, vf̈tk̈§NC© vb̈Un¡tC¤ oh¦G«g oh¦Jb̈£tv̈§u38.
– Afectación: 1 Sm 6,19, Jh¦t oh¦gc§ J¦ og̈C̈ Q©H©u, frente a 1 Sm 5,9, h¥J§bt© Î,¤t Q©H©u
kIsD̈Îs©gu§ i«y˦n rh¦gv̈ (destrucción total); 2 Cr 28,9, oc̈ÎUdr© §vT© ©u, vs. Gn
34,25, rf̈z̈ÎkF̈ Udr© §v©H©u; Nm 11,17, og̈v̈ t¨¬n© C§ W§Tt¦ Ut§Gb̈§u, “y llevarán contigo
la carga del pueblo”, vs. Dt 1,12, o¤ft£ ¬© n© U o¤fj£ rÿ § hS© ¦ck§ t¨¬t¤ , “¿podré yo
solo soportar vuestra carga y vuestro peso?”
mb En un caso el uso de -c está probabl. influido por un verbo sinó-
nimo. El verbo Jr©S̈ en el sentido de “consultar un oráculo”, se usa 10
x con -c y 13 x sin -c, mientras que k©tJ̈, en el mismo sentido, se usa
siempre sin -c39.
mc Un inf. constr. prefijado con la preposición -c es mejor interpretado
como determinación temporal que como indicación del contenido de
una percepción visual (vtr) o auditiva (gnJ): p.ej., Gn 27,5, ,©gn©Å«J vë§cr§¦u
uG̈¥gÎk¤t ej̈§m¦h r¥Cs§©C, “y Rebeca escuchaba cuando Isaac hablaba a Esaú”.
En todos los casos relevantes la acción indicada por el inf. es contem-
poránea con la indicada por el verbo principal; tal es el caso incluso en
1 Sm 14,27, og̈v̈Î,¤t uh¦cẗ g© h¦CJ§ v© C§ g©nJ̈Ît«k i,̈b̈Ih§u, “pues Jonatán no escu-
chaba cuando su padre conjuró al pueblo”, no que “Jonatán no escu-
chó que su padre conjuraba ...”40.
n Con el acusativo de objeto directo (supra, § b) se relaciona probabl.
el acusativo de movimiento hacia un lugar o de dirección a un fin.
Como se ha explicado en § 93 c, formas tales como vT̈Å©D, “a Gat”, y
56.Con los mismos verbos se encuentra también k (e incluso con más frecuen-
cia) en lugar del segundo acusativo: en Am 5,8, k Q©pv̈, después Qh¦Jj§ v¤ con acu-
sativo; en Is 54,12, oUG con acusativo, después con k. También con F, como
en Gn 13,16, .rÅ̈ ¤tv̈ r©pg£F© W£gr§«©zÎ,¤t hÅT¦ n§ G© u§; Gn 34,31, UbÅ,¥ Ij£tÎ,¤t v¤Gg£©h vb̈Iz§fv© ; Os 2,5,
§Nf© v̈hÅT¦ n§ G© u§; Cant 8,1, h¦k jẗ§F W§bT¤ ¦h h¦n. Cf. Kaddari 1976: 18s.
rC̈s¦
57.Cf. Brockelmann 1956: § 137.
58.Sinclair (1991) trata de identificar diversos tipos de omisión de objeto.
480 § 126. El acusativo indirecto
en trozos el novillo y (lo) puso sobre la leña”57. Pero hay casos en los
que el segundo o último verbo tiene un objeto: Jue 5,26, vp̈§kj̈§u vm̈£jn̈U
I,Ër,© “destrozó y perforó su sien”; Is 41,20; Os 6,158. Cf. § 146 i.
y Tal elipsis puede conducir a un significado de los verbos aparen-
temente nuevo: así, Nm 14,19, v¤Zv© og̈k̈ v,̈tÅ̈Gb̈, “has perdonado a este
pueblo” (se sobreentiende ob̈I£g); Jr 6,10, ch¦Je§ v© k§ Uk§fU«h t«k§u ob̈§zẗ vk̈r£ ¥g v¥Bv¦ ,
“he aquí que su oído está incircunciso, y no pueden oír” (se sobre-
entiende ob̈§zẗ; cf. Prov 2,2, W·¤b§zẗ vn̈§fj̈©k ch¦Je§ v© k§ , “prestar oído a la sabi-
duría”)59; 1 Re 13,7, vs̈·¨ g§xU« v,̈§h©CÅ v© h¦Tt¦ ÎvẗÅ«C, “ven conmigo a casa y recon-
fórtate” (cf. Jue 19,5, o¤jk¤Å Î,©P W§Ck¦ sg̈§x, “reconforta tu corazón con un
trozo de pan”). Igualmente rc̈S̈ ch¦Jv¥ , “informar, responder”, pero oca-
sionalmente sólo ch¦Jv¥ , p.ej., Job 13,22; 2 Cr 10,16 (| 1 Re 12,16 con
rc̈S̈); Is 41,20, UnhÅG¦ ḧ§u, “y consideren” (sobreentendido oC̈¦k k©g); rc̈S̈ ch¦Jv¥
ha venido a ser un phrasal verb completamente integrado, de forma que
puede aparecer tomando dos objetos adicionales: Dt 1,22, rc̈S̈ UbÅ̈,«t UcÅJ¦ ḧ§u
¤vÎ,¤t, “y nos informen del camino por donde hemos de
VC̈Îv¤kg£©b r¤Jt£ QrÅ
¤S©
subir”; 2 Sm 24,13, rc̈S̈ h¦jk§ «J ch¦JẗÎvn̈, “¿qué he de responder a quien
me ha enviado?”60. Cf. supra, § b.
de 1 Sm 22,9, tC̈ h©J¦hÎi¤CÎ,¤t h¦,hÅt¦ r̈, “he visto al hijo de Jesé que venía” (tC̈ aquí
con sentido de pasado), existe también la de 2 Re 9,17, It«cC§ tUv¥h ,©gp§ J¦ Î,¤t tr© §H©u,
“divisó a la tropa de Jehú cuando él llegaba”. El uso estilístico añade v¥Bv¦ u§, que
muestra la cosa divisada: Gn 24,63, oh¦tC̈ oh¦Kn© d§ v¥Bv¦ u§ tr© §H©u, “miró, y he aquí (y
vió) que venían camellos”; Gn 33,1; 37,25 (cf. § 177 i).
7. Una lista casi completa de ejemplos de HB con un objeto participial de los
verba sentiendi, puede verse en Schult 1977.
8. Para una lista exhaustiva de ejemplos, cf. Malessa 2003a: 140s.
§ 126. El acusativo indirecto 483
sj̈¤t v¤P, “a una voz, unánimemente” (1 Re 22,13); Sof 3,9, sj̈¤t o¤fJ§ ,
lit. “con un solo hombro” (= hombro con hombro; cf. sj̈¤t kIe, Ex
24,3, cf. § 125 s). Algunos sustantivos así usados como acusativos
de modo o modales acaban por tomar un valor adverbial (§ 102 d ):
j©yCŤ, “con seguridad, seguramente” (Gn 34,25); ohrJ̈h¥ ¦ n, “recta-
mente” (Cant 1,4).
e De modo similar, el sustantivo es predicativo en algunos casos
extraños como Is 21,8 (¿), v¥hr© §t tr̈§e¦H©u, “gritó (como) un león”; Sal
22,14; Zac 2,8, “cual una ciudad abierta, Jerusalén será habitada”;
Job 24,5.
f El predicativo es una frase cuando dos miembros están estrecha-
mente asociados9: Gn 32,31, oh¦bP̈Îk¤t oh¦bP̈ oh¦v«k¡t h¦,hÅt¦ r̈, “he visto a
Dios cara a cara”; Nm 12,8, ICÎr¤Cs£ ©t v¤PÎk¤t v¤P, “hablaré con él boca a
boca” (la frase predicativa en primera posición para mayor énfasis).
También probabl. en casos como Gn 19,1, vm̈§r·ẗ o¦hP©Å t© UjÅT© J§ ¦H©u, “y se
prosternó rostro a tierra”.
g 2. Acusativo de limitación10. La parte a la que se aplica una expresión
está en acusativo: 1 Re 15,23, uhk̈§drÎ,¤ © t vk̈j̈, “estaba enfermo de los
pies” (,t es muy raro con el acusativo de limitación, § 125 e)11; Gn
41,40, ‚·¤N¦n kS§ ©dt¤ t¥XF¦ v© er,© “sólo en el trono te seré superior”; Gn
17,11, o¤f,§ ©krg̈ § r©GC§ ,¥t o¤Tk§ n© §bU, “os circuncidaréis (respecto a) la carne
de vuestro prepucio”; Ex 6,3; Jos 7,12, ;rÅ ¤«g vb̈P̈, “volver la espalda
(= dar la espalda, darse la vuelta)”; Jr 2,27; 32,3 (quizás también Q©pv̈
;r«¤g, Jos 7,8); Jr 18,17, o¥tr¤ §t oh¦bp̈Ît«k§u ;r«¤g, “de espalda y no de cara los
veré”. El acusativo de limitación se encuentra también probabl. en
los siguientes casos12 (con un verbo transitivo): Gn 37,21, UBÅF¤©b t«k
J¤pÅ̈b, “no atentemos a su vida” (respecto a su alma); Sal 3,8, ,̈hÅF¦ v¦
h¦j·¤k h©c§h«tÎkF̈Î,¤t, “heriste en la mejilla a todos mis enemigos”; 2 Sm
3,27; Dt 22,6; Gn 3,15, Jt«r W§pUJ§h, “te atacará a la cabeza”; Dt 33,11;
Jr 2,16.
h 3. Acusativo de determinación local (locativo). El lugar donde uno está
(sin movimiento) se expresa generalmente precedido por la prepo-
sición C o k. Pero en ocasiones el nombre no viene precedido por
ninguna preposición: entonces debe ser considerado como acusati-
vo de determinación. Este acusativo, que no es frecuente fuera de
16.osÅ
¤e¤ en Sal 119,152 se usa con el sentido de osÅ ¤E¤ n¦ , “desde antiguo”.
17.De modo similar encontramos o©gP©Å v© , “esta vez”, pero ,t«Z©v o©gP©Å ©C, th¦vv© o©gP©Å ©C.
Según estas analogías, probablemente se debiera leer 2 Sm 21,9 confome al
Qre, rh¦më ,©Kj¦ ,§ C¦ (cf. Rut 1,22). Nótese que también se usa C en oIhÎkf̈§C, “cada
día”, ,¥gÎkf̈§C, “en todo tiempo”.
486 § 127. Acusativo atributivo
§ 127. Acusativo atributivo
a Por analogía del acusativo indirecto predicativo (cf. § 126 a) el
acusativo se usa para el atributo (§ 121 a, n.) de un nombre1 (o de un
pronombre). Las varias categorías de acusativo enumeradas supra en §
126 se pueden encontar como acusativo atributivo.
1. Acusativo atributivo de estado (cf. § 126 a–b). Participio. (La ausen-
cia del artículo después de un nombre determinado indica que el
participio no está en aposición). Hay bastantes ejemplos con kIe:
Gn 3,8, iD̈©C Q¥Kv© ,§ n¦ oh¦v«k¡t vuvh kIeÎ,¤t Ug§nJ§ ¦H©u, “y oyeron el ruido de
Yhwh caminado (cuando caminaba) en el jardín”, Dt 5,23; Is 6,8; 1
Re 1,41, vn̈Iv vḧr¦ §Ev© ÎkIe g© US©n, quare sonitus urbis (ut) strepentis, “¿qué
significa ese tumulto estridente de la ciudad?”; 1 Re 14,6, UvÅ̈Hj¦ t£ g© n§Jf¦
j©,PŤ ©c vẗC̈ v̈hÅk¤ d§ r© kIeÎ,¤t, “en cuanto oyó Ajías el ruido de los pies de
ella, que entraba por la puerta” (aquí el participio es un atributo del
sufijo pronominal en genitivo; § 94 a); Cant 5,2. Más ejemplos: Ag
1,4, oh¦bUp§x o¤fh¥Tc̈§C, “en vuestras casas (que están) artesonadas”; 1 Re
11,8; 2 Re 19,2; Jon 1,6; 1 Cr 12,1; 21,16.
b 2. Acusativo atributivo de limitación (§ 126 g). 2 Sm 15,32, IT§bT̈ªF g© Urë,
“rasgado en su túnica” (= con la túnica rasgada; § 121 o); Job 15,10,
oh¦nḧ WhÅc¦ ẗ«n¥ rh¦CF© , “mayor que tu padre en días”2; Job 11,9; 2 Sm 21,20,
rP̈§xn¦ g©Cr© §tu§ ohr§ ¦Gg¤ , “24 en número”3. Con el nombre de la cosa
numerada: del tipo oIh rG̈g̈ s©jt© , “11 (en cuanto a) días”, Dt 1,2 (cf. §
142 e); 1 Sm 26,18, vg̈r̈ hsḧ§ ¦ CÎv©n, “¿qué hay de malo en mi mano? (cf.
§ 144 d ); 2 Sm 15,2, vT̈©t rh¦g v¤Zn¦ Îh¥t, “¿de qué ciudad eres tú?”; 1 Sm
24,19, vc̈Iy h¦Tt¦ v,̈hÅG¦ g̈Îr¤Jt£ ,¥t, “lo que tú me has hecho en bien”; 2
Re 8,12. Ex 47,4, o¦hF©Å r¦ §C o¦hn©Å puede ser explicado como acusativo de
medida: “agua hasta las rodillas”; igualmente con toda probabilidad
.©j©kÅ o¦hn©Å en 1 Re 22,27 (= 2 Cr 18,26); Is 30,20: “agua de estrechez”
(= agua racionada, de estricta necesidad, la estrictamente necesaria).
c 3. Acusativo atributivo de determinación (cf. § 126 h-j ): 1 Sm 9,9,
v¤t«r«v̈ oh¦bp̈§k tr˦ ¥ h oIH©v th¦cB̈©k, “al profeta de hoy llamábase antes
vidente”; 1 Cr 28,18, cv̈z̈ oh¦cUr§Fv© , “los querubines en oro”; quizás Gn
18,10, vḦ©j ,¥gF̈, “por el mismo tiempo el año próximo”4.
(2000), de verlos como casos de estructura ergativa parece estar ideado ad hoc,
y deja sin respuesta la cuestión de la posible oposición funcional de los dos
sintagmas. Ni tampoco explica adecuadamente los casos que trataremos infra,
en § ba.
3. En neo-siríaco se ha desarrollado una construcción similar a la hebrea: ’e®k#®ev
la∆tåvå hånå, “uno ha escrito este libro” (Brockelmann 1908-13: 128). Sobre
un fenómeno similar en arameo egipcio, cf. Muraoka – Porten 2003: §§ 76
bb, cb; 80b.
4. Cf. Blau 1978b.
§ 128. Acusativo con un verbo pasivo 489
c El segundo objeto de un verbo doblemente intransitivo permanece
en acusativo cuando el verbo se usa pasivamente (cf. § 125 u–w). Así,
en el caso de § 125 u, el tipo IsIc§FÎ,¤t UbÅ̈tr¤ §v (Dt 5,21), “ha hecho que
nosotros veamos (= nos ha hecho ver) su gloria”, deviene en pasiva
§ “hemos sido hechos ver (= se nos ha hecho ver) su
IsIc§FÎ,¤t UbhÅt¥ rv̈,
gloria”; p.ej., Ex 26,30, ,̈hÅt¥ rv̈ § r¤Jt£ IyP̈§Jn¦ F§ , “según el modelo que se te
ha hecho ver” (r¤Jt£ virtualmente en acusativo, I,«t wv wt); Ex 25,40
(idem); Gn 31,15, Ik Ub§cJ©Å j§ ¤b ,IHr§ ¦fb̈ tIk£v, “¿no hemos sido estimadas por él
como extanjeras?”; Dt 2,20, tu¦vÎ;©t c¥Jj̈«T¥ oh¦tp̈rÎ. § rŤt¤ , “también ella es
considerada tierra de Efraím”. Muy extrañamente, en Lv 13,49 el
primer objeto (lógico) está en acusativo: i¥v«Fv© Î,¤t vẗrv̈§ § u, “se mostrará (la
mancha) al sacerdote” (se esperaría i¥v«Fv© I,«t vẗrv̈§ § u). Más ejemplos: Job
7,3; acaso Is 1,20 (¿). Con verbos de abundancia y escasez, de vestir y
desvestirse: Ex 1,7, o,̈«t .rÅ̈ ¤tv̈ t¥kN̈¦T©u, “y el país se llenó de ellos”5; Is 6,4;
38,10; Sal 80,11, VK̈¦m ohrv̈ ¦ UXF̈, “los montes se cubrieron de su sombra”;
Jon 3,8, oh¦EG© UX©F,§ ¦hu§, frente a 2 Re 19,1, e¨¬©C x©F,§ ¦H©u (véanse también los
ejemplos con el participio, § 121 o). En el caso del § 125 v : 1 Re 6,7
(¿), vb̈§c¦b /// vn̈¥kJ§ i¤ctŤ , “fue construida con piedra intacta” (compárese con
Dt 27,6). En el caso de § 125 w : Miq 3,12, Jrj̈« ¤ iIH¦m, Sion (in) agrum
¥ ,¥ vsG̈
arabitur, “Sión será arada (como) un campo” (= Jr 26,18); Is 6,11;
24,12; Zac 14,4 (compara con Hab 3,9 citado en § 125 w ).
d La lengua hebrea no permite que el objeto indirecto se transforme
en sujeto de una oración pasiva (a diferencia, p.ej., del inglés, donde
tanto el objeto directo como el indirecto pueden hacerse sujetos de la
oración pasiva: I was given the city). Esta expresión inglesa sólo puede
expresarse en hebreo como rh¦gv̈ h¦k vb̈§T¦b, nunca rh¦gv̈ h¦TT© ¦b6. De aquí que
encontremos Est 5,6 y 9,12, Qk̈ i¥,B̈¦hu§ Q¥,k̈¥tX§ Îv©n, “¿cuál es tu petición y se
te dará?” (que nunca podría expresarse como h¦b,§ «B̈,¦ u§)7. En la Biblia hay
un total de 82 formas nif‘al de i,b, todas pasivos genuinos, en ninguna
de las cuales el receptor está señalado como el sujeto gramatical. En el
caso de un pasivo de qal como Nm 26,54, I,k̈£j©b i©Tªh uhs̈ªep§ h¦pk§ Jh¦t, “a
cada uno se la dará su herencia confome a sus empadronados”, no nos
inclinamos a analizar Jh¦t como el sujeto gramatical del verbo, sino que
lo consideramos parte de una construcción idiomática distributiva
como en Gn 40,5, In«k£j Jh¦t o¤vh¥bJ§ oIk£j Un§k©j©H©u, “soñaron sendos sueños,
virtualmente en genitivo, pues el significado es h¦k r¤Jt£ cIe£g©h ,hr§ ¦C (cf. Dt 4,31).
Es difícil ver por qué el autor no escribió cIe£g©h (o o¦g) ,¤t h¦,hr§ ¦cÎ,¤t. Lambert
(1931-38: § 230, n. 5) admite la posibilidad de una cadena rota de estados
constructos en Ez 6,11, k·¥tr̈§G¦h ,h¥C ,Igr̈ ,Ic£gIT, “perversas abominaciones de la
casa de Israel”. Véase infra, § 129 u. Nótese también Jr 9,2, ob̈IJ§kÎ,t¤ Ufr§s© §H©u
r¤eJ¤Å oT̈§Je© , “tensan la lengua de su (como su) arco de mentira”, que puede
compararse con Jr 8,8, ohr§ ¦p«x r¤eJ¤Å y¥g, “la pluma de mentira de los escribas”.
Más ejemplos del tipo cIe£g©h ,hr§ ¦C está recogidos en König 1881-97: § 277 a-b,
y cf. Mt 26,28, to. ai-ma mou th/j diaqh,khj , donde mou no es determinación de
diaqh,khj. Por otra parte, no es necesario (contra Andersen 1970: 27.67) ver
en Gn 49,3 una cadena constructa interrumpida, h¦bIt ,h¦Jtr§ ¥u h¦j«F vT̈©t hr«¦fC§ i¥cUtr,§
y traducir “Rubén, tú eres el primogénito de mi vigor y el primer fruto de mi
poder”.
5. Hay, probablemente, algunas excepciones: Is 11,2, vuvh ,©tr¦§hu§ ,©gSÅ© j© Ur, “espíritu
de conocimiento y temor de Yhwh”; Ez 31,16; Prov 16,11; Dn 1,4, iIJ§kU r¤px¥Å
¦GF© , “la literatura y la lengua de los caldeos”. En todos estos ejemplos los
ohS§
dos nombres constructos, siendo análogos, se han considerado una unidad.
Cf. O’Connor 1980: 308-11. En alguno de estos casos, la frase, como un
todo, se refiere a una única entidad: Ez 31,16, iIbc̈§kÎcIy§u r©jc§ n¦ , “lo más esco-
gido y bello del Líbano”; Mal 3,3, ;¤xFŤ r¥vy© n§ U ;rm̈§ ¥ n, “purificador y refinador de
la plata”; Jr 46,9, ,¤JeÅ̈ h¥fr«§S h¥Gp§«T, “los que empuñan (y) tensan el arco”, es un
grupo de referencia.
6. Igualmente, el sufijo puede omitirse después de un segundo verbo (§ 146 i ).
492 § 129. Genitivo y Estado Constructo
b Pero un nomen regens7 puede referirse a varios genivos yuxtapuestos;
en otras palabras, no es necesario repetir el nomen regens delante de cada
genitivo8. Su repetición o no repetición depende del sentido, estilo y
uso de cada época9: Gn 24,3, .¤r·ẗv̈ h¥v«kt¥u o¦hn©Å Ẍ©v h¥v«k¡t vuvh©C (en un jura-
mento solemne), pero en Gn 14,19, .rÅ̈ ¤tü o¦hn©Å J̈ v¥b«e iIh§kg¤ k¥tk§ ; 2 Re 3,13,
W·¤N¦t h¥th¦c§bÎk¤tu§ WhÅc¦ ẗ h¥th¦c§bÎk¤t Q¥k (son los mismos profetas); 2 Re 10,13; 1
Sm 23,7, ©jhr§ ¦cU o¦h,©Å k̈S§ rh¦g, “una ciudad con puertas y cerrojos”; Jl 2,2, oIh
k¤pr̈£g©u ib̈g̈ oIh vk̈¥pt£©u Q¤JjÅ , “día de tiniebla y oscuridad, día de tinieblas y
densa niebla”; Nm 31,52, ,It¥Nv© hrG̈ ¥ ,¥tn¥ U oh¦pk̈£tv̈ hrG̈¥ ,¥tn¥ , pero en el v.
54, ,It¥Nv© u§ oh¦pk̈£tv̈ hrG̈ ¥ ,¥tn¥ . —Con h¥n§h: Is 11,1, UvÅ̈He¦ §zj¦ §h zj̈ẗ o,̈Ih UvÅ̈H¦Zgª h¥nh¦C
vs̈Uv§h h¥fk§ n© ; en Neh h¥n§h se repite cuando se trata de tiempos diferentes, y
no se repite en caso contrario (cf. Neh 12,26.47; 12,22.46): ,In§mg© se
repite 5 veces en Jr 8,110.
c Un genitivo puede regir un tercer nombre y así sucesivamente: Gn
47,9, h©,«ct£ h¥Hj© h¥bJ§ h¥n§h, “los días de los años de la vida de mis padres”; Gn
41,10 (4 nombres); Is 21,17 (6 nombres). A veces un k puede inte-
rrumpir la cadena de genitivos (§ 130 c). En tal cadena la relación
sintáctica entre sus miembros puede resultar ambigua: p.ej., en Nm
25,13, ok̈Ig ,©BvªF§ ,hr§ ¦C, “una alianza de sacerdocio perpetuo”, que LXX
traduce: diaqh,kh i`eratei,aj aivwni,a, “alianza perpetua de sacerdocio”.
d Clases de genitivos. La mayoría de las relaciones que pueden existir
entre dos nombres se expresan mediante la construcción genitival. Nó-
tense particularmente los genitivos siguientes11:
A. Genitivo subjetivo
1. Genitivo del sujeto poseedor de cosa, cualidad, etc.: vuvh k©fh¥v, “el
templo de Yhwh”; IT§Jt¦ , “su mujer”12; v«n«k§J ,©nf§ j̈, “la sabiduría de
21.Cf Joüon 1921: 228. Adviértase que en estas frases, el hebreo concibe el
nombre como determinado, mientras que para nosotros está lógicamente in-
determinado.
22.El acusativo se usa muy raramente, § 127 (Job 15,10). Cf. Diem 1986: 248-53;
sin embargo, debe puntualizarse que sintácticamente la “anexación impropia”
árabe difiere significativamente de su contrapartida hebrea, en cuanto que en
hebreo el segundo nombre no tiene que estar determinado y el adjetivo no
puede tomar el artículo.
496 § 129. Genitivo y Estado Constructo
Para el participio con el genitivo, cf. § 121 m–p: p.ej., limitación (§
121 o), ohsd̈§
¦ c h¥gUr§e en 2 Sm 143,31; causa, § 121 p.
ia La sintaxis mostrada por los numerosos ejemplos de la estructura
en discusión en el § i, es interesante por el hecho de que, a pesar de la
concordancia formal entre el primer nombre y el siguiente adjetivo o
participio, la relación sujeto–predicado se establece realmente entre el
último y el segundo nombre23. Así, en Ex 32,9, ;rÅ ¤«gÎv¥Je§ Îo©g, “pueblo de
dura cerviz”, el adjetivo v¤Jë es un atributo de ;rÅ ¤«g, como puede verse
en expresiones del tipo “no endurezcáis más vuestra cerviz”: a la luz
de un uso como el de 1 Sm 25,3, v¤Jë Jh¦tv̈, “el hombre era rudo”, el
adjetivo en v¥Je§ Îo©g tiene una diversa connotación. Igualmente, en 1 Sm
1,15, ©jUrÎ,©Je§ vẌ¦t24.
Esta construcción no está limitada a los participios pasivos: p.ej., la
expresión estándar J©csU ¤t¤ , “tierra fluyente de leche y miel”,
§ ck̈j̈ ,©cz̈ .rÅ
en la que el sujeto lógico del participio es claramente J©csU § ck̈j̈25. En
adición a un participio pasivo mencionado en § i, se puede también
mencionar Sal 147,3, c¥k hrUc§ ¥ J, “los de corazón quebrantado”; Is 3,16,
iIrD̈ ,IhUy§b, “con el cuello estirado”; 2 Re 5,1, oh¦bp̈ tG§ ªb, “tenido en alta
estima, muy estimado”; Sal 32,1, vẗÿ£j hUx§F g©JPŤ ÎhUG§b, “perdonada la
culpa, tapado el pecado”.
Cuando el primer nombre no es explícito puede ser suplido por el
contexto: p.ej., Sal 34,19, g© h¦JIh j© UrÎh¥tF§ SÎ,¤ ¥CJ§ ¦bk§ vü«v§h cIrë, “cerca
© tu§ c¥kÎhr§
está Yhwh a los de corazón atribulado, y a los de espíritu contrito
salva”.
31.Así, por analogía de iIH¦m h¥cJ§ h –sintagma reducido de iuhmC ohcJh– ha sido posible
decir iIH¦mc§ h¥cJ§ h: cf. Jenni 1992-200: Beth, 51. En Is 24,5, v̈hÅc¤J§ «h es paralelo a h¥cJ§ h
Vc̈ en el v. 6. El escepticismo mostrado por Hummel (1957: n. 92) puede ser
seguramente relegado. Los fenómenos tratados aquí en los §§ m,n,o han sido
recientemente discutidos en términos de “constructo fracto”: cf. Freedman
1972 y Waltke – O’Connor 1990: 155. Sin embargo, ellos mismos tienden a
una u otra interpretación más “tradicional”: p.ej., en W·¤jh¦Jn§ Î,¤t g©JÅ¥hk§ (Hab 3,
13), g©JÅ¥h puede ser una variante de inf. constr. (§ 49 ca). En el caso de partici-
pios masc. sing. y fem., el análisis no es seguro, aunque en casos como Gn 4,
20, k¤v«tÅ c¥Jh h¦ct£ , “padre de los que habitan en las tiendas”, c¥Jh está muy
probabl. en estado constr.
500 § 129. Genitivo y Estado Constructo
bres usados en modo casi preposicional; 3) (rara vez) sustantivos puros
conservando su pleno valor nominal.
Una oración genitival puede ser: A. Una oración ordinaria (no
relativa); B. Una oración relativa.
A. Oración ordinaria (no relativa)
1. Con una preposición, p.ej., orÅ ¤y¤ , i©g©Åh, rUc£gC© , c¤eg¥Å , hr£
¥jt© (cf. lexica)32.
Ejemplo: Lv 25,48, r©Fn§ ¦b hr£ ¥jt© , “después de haberse vendido” (pero
generalmente, r¤Jt£ hr£ ¥jt© ). Igualmente con algunas partículas usadas
también como adverbios: zẗ¥n, “después que, desde que” (6 x); p.ej.,
Jos 14,10, r¤CS¦ zẗ¥n, “desde que habló” (confrontar Ex 14,10 con
infinitivo); 2 Sm 12,22, sIg§C; Gn 43,3, h¦Tk§ C¦ .
2. Con un nombre usado en forma casi preposicional. Principal-
mente oIh§C, “el día en que” (donde oIh tiene un sentido débil =
“cuando”): Ex 6,28, r¤CS¦ oIh§C, “el día en que habló”; h¥n§hÎkF̈, “todos
los días que” (debilitado en “todo el tiempo que, en tanto que”); 1
Sm 25,15, oT̈¦t Ub§f©KÅ v© ,§ v¦ h¥n§hÎkF̈, “todo el tiempo que anduvimos con
ellos”; Lv 14,16; cf. Job 29,2; Sal 56,4, jÿ§ct¤ WhÅk¤ t¥ h¦bẗ t·r̈h¦t oIh,
“cuando yo tema, en tí confiaré”; Jr 6,15, oh¦Ts© §eP§ ,¥gC§ , “cuando yo
los castigue”; 2 Re 8,6, .rÅ̈ ¤tv̈Î,¤t vc̈§zg̈ oIH¦n, “desde el día en que
abandonó el país”.
3. Con sustantivos puros (raramente): Os 1,2, g©·¥JIv§C vuvhÎr¤CS¦ ,©Kj¦ T§ ,
principium loquendi Domino in Osee (Vulg.), lit.: “comienzo de (lo que)
Yhwh habló ...”; Is 29,1, s¦us̈ vb̈j̈ ,©hr¦ §e, “ciudad donde acampó
David”; Jr 50,46, k¤cc̈ vG̈§P,§ ¦b kIE¦n, “al rumor (de) que Babilonia había
sido tomada”. Posiblemente también Gn 1,1, ,¥t oh¦v«k¡t tr̈C̈ ,h¦Jtr§ ¥C
¤tv̈ ,¥tu§ o¦hn©Å Ẍ©v, “al comienzo de crear Dios ...”33.
.rÅ̈
q B. Oración relativa
a) Oración relativa asindética (rara; cf. § 158 d)
1) Con una preposición: Jr 2,8, Uf·k̈v̈ UkÅg¦ IhÎt«k hr£ ¥jt© , “han caminado
tras los que de nada sirven”.
2) Con un nombre usado de modo casi preposicional: Ex 4,13,
j©kJ§ T¦ Îs©hC§ , “por mano de quien tú envíes”.
3) Con un nombre: Job 18,21, k¥t gsḧÎt«k © oIe§n v¤z, “éste es el lugar de
quien no reconoce a Dios”; Job 29,16; Gn 39,4, IkÎJ¥hÎkF̈, “todo lo
que él tiene”; similarmente Ex 9,4; Sal 81,6; 2 Cr 30,19.
b) Oración relativa sindética (con r¤Jt£ ; cf. § 158 e)
34.Esta misma palabra rcs se encuentra un vez constructa sobre una oración de
relativo que es introducida por el pronombre indeterminado vn en función de
§HÎv©n r©cS,§ res tou/ quidquid ostendet mihi, “cualquier cosa
relativo: Nm 23,3, h¦bt¥Å r©
que me muestre”.
35.Con k¤t: Qoh 1,7, J¤ oIe§nÎk¤t. Pero en Gn 19,27, r¤Jt£ wN̈©vÎk¤t; e igualmente con
s©g: Gn 13,3; con i¦n: Gn 13,14.
36.Según Brockelmann (1908-13: I, 108), este fenómeno se debe al acento de la
unidad.
502 § 130. Genitivo reemplazado por k
t Uso estilístico del genitivo. Se debe notar el uso estilístico del geni-
tivo en una oración de relativo; es especialmente frecuente con el pro-
nombre posesivo, que se considera en genitivo (§ 94 a): 1 Re 12,8 (13),
UvÅmªg̈§h r¤Jt£ oh¦be¥§Zv© ,©mg£, “el consejo que le habían dado los ancianos”; 2 Re
17,22, vG̈g̈ r¤Jt£ og̈§cr̈«ḧ ,ut«Yj© , “los pecados que Jeroboán había come-
tido”; 2 Re 17,8.19; 21,16.17; Ex 32,32, T̈§c,©Å F̈ r¤Jt£ Wr§ §px¦ , “tu libro que
has escrito”; Jue 11,39; 1 Re 3,21; 2 Re 13,14; Ez 22,437.
u A pesar del principio general de que nada puede interrumpir una
cadena constructa (cf. supra, § a), algunas lenguas próximas, especial-
mente el ugarítico, sugieren que también HB puede haber permitido el
uso de mem enclítico con el primer nombre en una cadena constructa,
aunque su precisa función nos permanece velada; para el ugarítico, cf.
Gordon 1965: § 11.8. De entre la lista de casos posibles mencionados
por Hummel, los siguientes parecen razonablemente seguros: Gn 14,6,
rh¦gG¥ or̈r© §vC§ , “en las montañas de Seír”; Nm 21,14, iIbr© §t oh¦kj̈§Bv© Î,¤tu§, “los
wadis del Arnón”; Sal 18,6, o¦hn© h¥eh¦pt£ (oḧ oh¦eh¦pt£ , cf. | 2 Sm 22,16, h¥eh¦pt£
oḧ), “los canales del mar”; Sal 110,3, rj̈§Jn¦ o¤jr¥ Ťn (= rjJ onjrn) (¿),
“desde el seno de la aurora”38.
v La estrecha cohesión sintáctica de las frases constructas puede
producir una cierta ambigüedad. Así, kIcd lkn iC puede teóricamente ser
“un gran prícipe” o “un príncipe de una gran rey”, y vzv lknv ic puede
ser “este príncipe” o “un príncipe de este rey”. Tal ambigüedad se
obvia por la regla de la concordancia, como en 1 Re 6,24, cUr§Fv© ;©bF§
,h¦bX¥ v© , “la segunda ala del querubín”, frente a v. 27, h¦bX¥ v© cUr§Fv© ;©bf§ , “el
ala del segundo querubín”39. La circunlocución por medio de als
preposiciones k o k rJt (§ 130 b-e) reduce en parte esta ambigüedad.
37.Compárese con Jn 17,24, th.n do,xan th.n evmh,n( h]n de,dwka,j moi , “la gloria que
tú me diste”. El recurso consiste en adelantar prolépticamente el sujeto de la
oración de relativo en una expresión genitival.
38.Cf. Hummel 1957; Tropper 2000: § 80.232.
39.Ejemplo debido a Steiner 1997: 165.
§ 130. Genitivo reemplazado por k 503
infra, § e)1. La transición del sentido desde “a” a “de” se advierte en
casos como 1 Sm 14,16, ,©gc§ d¦ C§ kUtJ̈§k oh¦p«Mv© , “los centinelas que Saúl
tenía (que había para Saúl) en Guibeá” (casi igual que “los centinelas
de Saúl”). La equivalencia práctica del genitivo y k queda ilustrada por
textos como Jr 29,11, vg̈r̈§k t«k§u oIkJ̈ ,Ic§Jj§ n© , “pensamientos de paz y no
de desgracia”, y Dt 28,50, i¥ez̈§k oh¦bp̈ t¨¬¦hÎt«k,« “no respetará al anciano”,
comparado con Lv 19,15, ks̈Îh¥bp§ t¨¬,¦ Ît«k2; 1 Cr 27,33, g© r¥ /// Q¤kNŤ©k .¥gIh
Q¤kNŤ v© , “consejero del rey ... amigo del rey”. La relación genitival se
expresa con k en los siguentes casos:
b El genitivo se evita habitualmente y es reemplazado por k, cuando
al ser el segundo nombre determinado, el primer nombre es lógica-
mente indeterminado3. Así, “un hijo de Jesé” se expresa normalmente
h©J¦hk§ i¥C (1 Sm 16,18); también ante un nombre propio (siempre deter-
minado, § 137 b): Gn 14,8; 36,12; Nm 22,44; 36,7. “Un profeta de
Yhwh” siempre es vuvhk th¦cb̈ (1 Re 18,22; 22,7; 2 Re 3,11; 2 Cr 18,6;
28,9 †. La forma *th¦c§b no está documentada).
“Un Salmo (indeterminado) de David” se traduce s¦us̈§k rIn§zn¦ (k
auctoris)5: Sal 3,1; etc. Igualmente ante un grupo genitival determinado:
2 Sm 19,21, ;¥xIh ,h¥CÎkf̈§k iIJtr¦ oIH©v h¦,tÅ̈c, “hoy he llegado el primero de
toda la casa de José” (iIJtr¦ es predicativo indeterminado, § 126 a); Gn
41,12. De modo similar, frente a un nombre con sufijo (siempre
§ 131. Aposición
a Aposición es la simple yuxtaposición de un nombre a otro nombre
que le precede. Mientras el nombre en genitivo o en acusativo atribu-
tivo está subordinado al nombre precedente, el nombre en aposición
está coordinado al primer nombre: está, pues, en el mismo caso que el
primer nombre. Existe una relación de identidad o igualdad entre los
dos componentes, relación que puede transformarse en una oración
nominal: A es B. Generalmente uno y otro nombre concuerdan en la
determinación o indeterminación. La aposición se usa en hebreo
mucho más ampliamente que en nuestras lenguas; ello se debe, sobre
todo, al hecho de que el hebreo puede usar con mayor amplitud la
oración nominal con un sustantivo como predicado (§ 154 e).
13.En inglés se cuenta la divertida anécdota de un cliente que pide en una tienda
de ropas probarse un determinado traje del escaparate (in the shop-window, “en
el escaparate”), y el dependiente se siente en la obligación de advertirle que
para ello tienen una habitación reservada en el interior. Cf. § 132 a y también
Azar 1977a.
14.Se puede comparar la típica exptresión italiana gli è morta la mamma, donde el
interés se concentra gli (a él), mientras que en la construcción è morta la sua
mamma, el interés se concentra en la mamma.
15.Cornill (1905) traduce literalmente: Die Könige, welche dem D. auf seinem Throne
sitzen; de modo similar Giesebrecht 21907.
§ 131. Aposición 507
Así, igual que se puede decir .¥g j© C¥§zN¦ v© , “el altar (es) madera” (cf. Ez
41,22)1, también se puede decir *.¥gv̈ ©jC¥§zN¦ v© , “el altar (de) madera” (cf.
infra, § d ). En principio, dos nombres que pueden ser sujeto y predi-
cado de una oración nominal pueden conventirse en un primer nom-
bre (N1) y nombre en aposición (N2)2.
Habiendo perdido el hebreo las terminaciones de los casos, puede
ocurrir que un nombre que parece estar en aposición, y que como tal
es sentido, pudiera haber sido originalmente un acusativo atributivo (§
127)3. Una comparación con el árabe clásico puede arrojar luz sobre
ciertos casos; pero a veces el árabe permite diversidad de construc-
ciones: aposición, genitivo, acusativo. De hecho, son bastantes los
ejemplos que permanecen dudosos (cf. §§ 127 d y 140 c).
b Principales casos de aposición:
1. Nombre de especie (N2) en aposición al género (N1)4: Dt 22,23,
vk̈U,§c vr̈£g©b, “muchacha virgen”; 2 Re 9,4 (con artículo), th¦cB̈©v r©g©ÅBv© ,
“el joven profeta”5. Las palabras Jh¦t, “hombre”, e vẌ¦t, “mujer”,
tienen frecuentemente como aposición un sustantivo o nombre sus-
tantivado: Ex 2,14, y¥p«Ju§ r©G Jh¦t, “(hombre) príncipe y profeta”; Lv
21,9, i¥v«F Jh¦t, “sacerdote”; Jr 38,7, xhrẍ ¦ Jh¦t, “eunuco”; 2 Sm 14,5,
vb̈n̈§kt© vẌ¦t, “viuda” (1 Re 7,14; 11,26; 17,9.10); 2 Sm 15,16, oh¦Jb̈
oh¦Jd§©kP¦ , “concubinas”; 1 Re 3,16, ,Ib«z oh¦Jb̈ o¦hT©Å J§ , “dos prostitutas”;
Gn 13,8, oh¦jt© oh¦Jb̈£t, “hermanos”; Dt 13,14, k©g©ÅHk¦ c§ Îh¥bC§ oh¦Jb̈£t, “hom-
bres indignos” (= buenos para nada); cf. Jue 19,12, k©g©ÅHk¦ c§ Îh¥bC§ h¥J§bt© .
c 2. N2 (concreto o abstracto) que expresa una cualidad de una cosa
(N1) (raro): 1 Sm 2,13, o¦h©ÅBX¦ v© ÎJk§J d¥k§zN© v© , “la horquilla (de) los tres
dientes” (adviértase la determinación); Ex 30,23, Jt«r oh¦nG̈§C, “perfu-
mes (de) primera calidad” (cf. Cant 4,14, oh¦nG̈§C h¥Jtr̈)6; Prov 22,21,
,¤nt¡ ohrn̈£¦ t, “palabras (de) verdad” (pero es expresión extraña tras la
1. Y consiguientemente .¥g j© C¥§zN¦ v© Î,¤t vG̈g̈, “hizo el altar (de) madera” (§ 125 v).
2. Pero un nombre en aposición no siempre puede ser empleado como pre-
dicado.
3. Así ocurre que en el árabe vulgar –donde los casos ya no existen– el singular
/kitåb/, “libro”, en /’arba‘taš kitåb/, “catorce libros”, puede sentirse como
estando en aposición, aunque originalmente sea un acusativo de especifi-
cación: /kitåban/.
4. Un uso análogo se reconoce en griego, que se remonta hasta Homero, p.ej.,
Ilíada xvi, 263: a;nqrwpoj o`di,thj, “caminante, viajero”.
5. En estos ejemplos, aunque en español “joven” y “virgen” suenen y sean
adjetivos, en hebreo son sustantivos.
6. Más ejemplos de este tipo pueden encontrase en Sperber 1966: 604.
508 § 131. Aposición
usual ,¤nt¡ hr§ ¥nt¦ ; cf. § 129 f )7; Jr 10,10, ,¤nt¡ oh¦v«k¡t; Sal 68,17, ohrv̈ ¦
oh¦Bbªc§ ©D, “montañas (de) crestas” (¿) (extraño tras wD r©v en v. 16); Sal
120,2, vḦ¦nr§ iIJk̈, “lengua (de) falsedad” (extraño tras r¤eJ¤Å ,©pG§ ); Zac
1,13, oh¦njª¦b ohrc̈ ¦ S,§ “palabras (de) consuelo” (extraño después de la
construcción con adjetivo: oh¦cIy ohrc̈ § 1 Re 22,27, .©j©kÅ o¦hn©Å U .©j©kÅ o¤jk¤Å ,
¦ S);
“pan racionado y agua racionada”; Sal 60,5, vk̈¥gr© §T i¦hÅ©h, “vino (de)
vértigo”; Ex 24,5; 1 Sm 11,15, oh¦nk̈§J oh¦jc̈§z, “sacrificios pacíficos”.
Véase una oración nominal del tipo ,¤nt¡ vuvh h¥yP§ J§ n¦ (Sal 19,10).
d 3. N2 expresando la materia de N1(raro): 2 Re 16,14, ,¤J«jÅ §Bv© ©jC¥§zN¦ v© , “el
altar (de) bronce” (en lugar de j©C§zN¦ v© ; cf. Ez 41,22, aupra, § a); Ex
39,17, cv̈Z̈©v ,«,«cg£v̈, “los cordones (de) oro” (el Pentateuco Samari-
tano tiene el estado constructo ,,cg, que ofrece la construcción
habitual de genitivo, § 129 b); Ex 26,26, oh¦YJ¦ h¥mg£ o¦jhr§ ¦C, “travesaños
(de) maderas de acacia” (cf. Ex 36,31,wJ wg h¥jhr§ ¦C); 1 Cr 15,19, o¦hT©Å k§ m¦ n§
,¤J«jÅ §b, “címbalos (de) bronce”.
e 4. N2 expreasndo una entidad (N1) cuantificada (dudoso): Gn 18,6 (cf.
§ 127 d ); Gn 29,14, oh¦nḧ JsÅ ¤«j; Gn 41,1, oh¦nḧ o¦h,©Å b̈§J, “dos años com-
pletos (de días)” (para el acusativo se usaría más bien el sing. oIh, §
127 d ); 1 Re 16,24, ;¤x·F̈ ohr§ ¦FF¦ , “dos talentos (de) plata”; 2 Re 4,2,
i¤nJÅ̈ QUxẗ, “una orza (de) aceite; 2 Re 5,17, vn̈s̈£t ohs¦r̈§PÎs¤nmŤ t¨¬n© , “una
carga de tierra de un par de mulas”; 2 Cr 4,13, oh¦bINr¦ ohrUy ¦ o¦h©ÅbJ§ , “dos
filas (de) granadas”.
f 5. N2 (numeral o equivalente) cuantificando a N1: en el tipo oh¦bc̈ vJ̈«k§J,
“hijos (en número de) tres” = “tres hijos” (§ 142 d ); Nm 9,20, oh¦nḧ
rP̈§xn¦ “número (pequeño de) días” (= “un cierto número de días”)
(comp. Dt 33,6, rP̈§xn¦ como predicado de una oración nominal; pero
generalmente con genitivo: rP̈§xn¦ h¥,n§ en Gn 34,30; etc.); Neh 2,12,
oh¦Jb̈£t y©gn§ , “unos pocos hombres”.
g 6. N2 representando una entidad cuantificada: en el tipo oh¦bc̈ vJ̈«k§J,
“hijos (en número de) tres” = “tres hijos” (§ 142 d, e); confróntese
con el acusativo sing, oIh rG̈g̈ s©jt© , § 127 b.
h 7. N2, nombre de N1 (raro; normalmente se usa el genitivo, § 129 f ): 1
Cr 5,9, ,r̈§P rv̈B̈©v, “el río Éufrates” (pero ,r̈§P puede ser una expli-
7. Cf. BDB: s.v. ,¤nt¡ , 5. En poesía nos encontramos también con una llamativa
expresión con ,¤nt¡ , p.ej, Sal 119,142, ,¤nt¡ W§,r̈I,§u ok̈Ig§k esÅ §m. Véase
¤m¤ W§,ës¦
también Prov 3,17, oIkJ̈ v̈hÅ,¤ Ich¦,§bÎkf̈§u o©g«ÅbÎh¥fr§s© v̈hÅf¤ r̈S;§ compárese Ex 3,5, oIeN̈©v
tUv Js«Å §t uhk̈g̈ s¥nIg vT̈©t r¤Jt£ con Jos 5,15, tUv JsÅ
¤eÎ,©ns© ¤«e uhk̈g̈ s¥n«g vT̈©t r¤Jt£ oIeN̈©v.
Cf. Sappan 1981: 57s.
§ 131. Aposición 509
cación); Gn 14,6; Nm 34,2, i©g·b̈§F .rÅ̈ ¤tv̈ | wF wt; Esd 9,1; 1 Re 16,24;
Est 8,15; Esd 8,21, vü£vt© rv̈B̈©v (pero en 8,31, wt r©v§Bn¦ ).
i 8. N2, nombre de una entidad que es un término de parentesco (N1),
grupo, etc.: k¤cvŤ uh¦jẗ, “su hermano Abel”8.
Observación. Una preposición, al igual que la partícula ,¥t de
acusativo, normalmente se repite ante los dos nombres: Gn 32,19,
§cg© k§ , “a tu siervo Jacob”; 2 Sm 7,8, k¥tr̈§G¦hÎk©g h¦Ng© Îk©g9; Gn 4,2,
c«eg£©hk§ WS§
k¤cvŤ Î,¤t uh¦jẗÎ,¤t; Gn 23,7, ,¥jÎh¥bc§ k¦ .rÅ̈
¤tv̈Îo©gk§ (cf. § 132 g). Igualmente,
se repite también el nomen regens : Gn 19,4, o«sx§ h¥J§bt© rh¦gv̈ h¥J§bt© , “los
hombres de la ciudad de Sodoma”; Gn 32,12, uG̈¥g s©Hn¦ h¦jẗ s©Hn¦ , “de la
mano de mi hermano Esaú”10.
j 9. N2, nombre de parentesco, etc., de una entidad nombrada (N1): Gn
4,8, uh¦jẗ k¤cvŤ Îk¤t, “a Abel, su hermano”. Esta construcción es menos
frecuente que la anterior11.
k 10.N2, nombre de oficio, ocupación, título, en aposición a persona
(N1): Ex 13,10, i¥v«Fv© i«rv£t© k§ , “para Aarón, el sacerdote”; 1 Sm 22,5, sD̈
th¦cB̈©v; 1 Re 2,17, Q¤kNŤ v© v«n«k§Jk¦ . La palabra Q¤kNŤ , “rey”, seguida por el
nombre del país o pueblo, viene naturalmente después del nombre
de persona: Gn 14,1, rg̈§bJ¦ ÎQ¤knŤ k¤pr̈§nt© ; Esd 1,1, xrP̈ ¤ F, pero en
© Q¤knŤ JrIÅ
v. 7, JrIÅ ¤ f Q¤kNŤ v© . La expresión v«n«k§J Q¤kNŤ v© , con Q¤kNŤ v© en primer lugar,
está también atestiguada en 1 Re 2,19 (en contraste con v. 17); Is
39,3; 2 Cr 22,11; Est 1,12, h¦TJ§ ©u vF̈§kN© v© (en contraste con v. 11, h¦TJ§ ©u
w©Nv© ); 1 Re 1,43, s¦uS̈ÎQ¤kNŤ v© UbhÅ¥b«st£ (en este caso, Q¤kNŤ v© es la palabra
principal del conjunto)12.
11.Gn 22,12.16, Wsh¦§ j§hÎ,¤t W§bC¦ Î,¤t –con ningún pronombre personal y con ambos
componentes apenas distinguibles en términos de referencia, pero con un
idéntico referente (Isaac)– es a duras penas un caso de aposición, ciertamente
no en Gn 22,2, ej̈§m¦hÎ,¤t T̈§cv©Å ẗÎr¤Jt£ Wsh¦
§ j§hÎ,¤t W§bC¦ Î,¤t, sobre el que cf. Raši ad loc.;
Murray 1999: 43-45.
12.Así es aproximadamente en el 90% de los casos con dos componentes; el
porcentaje de no-repetición tiende a incrementarse en HBT: Park 2003:
54s.88-90. Lo mismo vale, más o menos, para los sintagmas con nota accusativi
,t y similares: idem 158s.
13.En el caso particular de ;¤xFŤ, “plata”, precedida por c, la c se repite casi siem-
pre delante del nombre siguiente; una sola excepción es Sal 105,37, cv̈z̈§u ;¤xfŤ C§ .
En algunos casos la repetición puede enfatizar las individualidades, mientras
que la no repetición enfatiza la cohesión: 2 Re 13,23, c«eg£©hu§ ej̈§m¦h ov̈r̈§ct© Î,¤t. Cf.
Bendavid 21967-71: 2. 355-57. Más ejemplos de no-repetición, en Park 2003:
24-28, 45-48.
1. Para mayor detalle será provechoso consultar BDB, donde las preposiciones
son tratadas por Driver.
§ 133. Preposiciones en particular 517
“por causa de”, “concerniente a”, “sobre” (= kg); muy ocasionalmente,
“conforme a”, “según” (= kg). En ocasiones la idea de movimiento
desaparece completamente (como en el latín ad ) y el significado es
simplemente “cerca de”, “junto a”, “en” (= kg). Es, pues, claro que kt
corresponde con mucha frecuencia a kg. El paralelismo entre las dos
preposiciones se ha visto facilitado probablemente por las confusiones
gráficas. Sobre todo, kt se encuentra escrita en lugar de kg2; indudable-
mente esta confusión proviene de copistas de lengua aramea (donde kg
tiene los mismos significados que la preposición kt, muy rara en
arameo medio y tardío)3, quienes además quizás pronunciaban g con
un sonido gutural muy debilitado. Por otra parte, kt se usa con bas-
tante frecuencia en casos donde sería posible k4; de modo general, kt
expresa la dirección mejor que k, o es más específica y menos ambigua.
El uso de kt disminuye dramáticamente en HBT5.
kt no se emplea delante de un infinitivo ni ante la conjunción
relativa r¤Jt£ (§ 124 k).
Debe notarse el uso de kt en kt vẗr¦§b, “mostrarse a, aparecer a”6,
p.ej. en 1 Re 3,5 (pero en el paralelo 2 Cr 1,7: k); kt vk̈§d¦b, “revelarse a”,
en Gn 35,7; kt vk̈D̈, “revelar a”, en Am 3,7. Son muy frecuentes las
frases elocuentes (pregnant ) con kt, p.ej. Gn 43,33, Jh¦t oh¦Jb̈£t«v̈ Uv§n,§ ¦H©u
¥ t, “aquellos hombres se asombraron (mirándose) unos a otros”
UvÅg¥ rÎk¤
(= se miraron asombrados); Gn 42,28; 19,27; Is 41,1.
2. Incluso en un mismo v., p.ej., 1 Sm 25,17, I,h¥CÎkF̈ k©gu§ UbhÅ¥b«st£ Îk¤t vg̈r̈v̈ v,̈§kf̈,
“está consumada la desgracia sobre nuestro señor y sobre toda su casa”. Véa-
se además BDB 41a y Sperber 1943: 239-41 (= 1966: 58-62), 1966: 631-33.
3. Estos escribas pueden haberse esclavizado a las reglas del “uso correcto”
(hipercorrección).
4. Un ejemplo que expresa la sinonimia de las dos preposiciones es 2 Sm 12,4,
uhk̈¥t tC̈©v Jh¦tk̈ /// IkÎtC̈©v ©jr«¥tk̈. Más ejemplos en Bendavid 21967-71: 1.29s. En
HM k sustituye en buena parte a kt (Pérez Fernández 1992: 247).
El intento de Jenni (1999) de establecer una distinción socio-lingüística
entre -k rnt y kt rnt es discutido seriamente por Malessa (2003: 169-77).
Según Malessa (ibid., 177-83), la sintaxis ofrece una explicación mejor: se
prefiere kt cuando sigue al verbo con la intervención de otro elemento.
Además, k con pronombre sufijo sigue inmediatamente al verbo con más fre-
cuencia que lo hace kt con pronombre sufijo: véase § 155 t.
5. Malessa 2003: 183-85.
6. La aparición es una especie de salida (cf. Dn 5,5, vëÅp©§b) del objeto hacia el
vidente; cf. Ex 3,2, “apareció hacia él el ángel de Yhwh como una llama de
fuego desde (in) en medio de una zarza”.
518 § 133. Preposiciones en particular
c C significa propiamente “en” (en contraste con k¤t)7. Primeramente
expresa el hecho de encontrarse uno en o moverse a, adentro de un lugar.
Pero tiene también otros muchos significados: “sobre, contra, con,
por, para”. El origen de algunos de estos significados ha sido explicado
de diversos modos. Notaremos sólo los principales usos.
– C se usa a veces para la simple proximidad o contacto; con un matiz
de hostilidad tiene el significado (frecuente) de “contra” (= kg).
– A veces expresa participación en algo (alemán an): Ex 12,43, C k©fẗ,
“comer en” (participar en la comida de la Pascua); por contra, in k©fẗ
es “comer de” (Ex 34,15)8.
– En sentido temporal C es mucho más frecuente que k.
– C expresa la idea de acompañamiento (“[juntamente] con”),
– la idea de instrumento o medio (“con”, “por”),
– la idea de equivalencia (una cosa por otra), de donde C pretii (de
precio),
– la idea de causa instrumental (cf. § 132 e).
– Para el C de transitividad, cf. § 125 m.
– Con el infinitivo C se usa en sentido temporal (§ 166 l ) y en sentido
causal (§ 170 j ).
– Los verbos que expresan la idea de “confiar en”, “dominar sobre”,
“alegrarse de”, toman C.
– Con verbos de percepción, especialmente “ver”, C indica la idea de
intensidad o placer, o de duración9.
Desde un punto de vista gramatical es particularmente importante
el Bet essentiae 10. Se usa para indicar el predicado y de forma especial el
predicativo:
1. Indicando el predicado: Ex 18,4, hr§¦zg¤ C§ h¦cẗ h¥v«k¡t, “el Dios de mi
padre es mi ayuda” (C no añade prácticamente nada al sentido);
7. Sobre una variante posible i¦C, como en Jon 4,10, vk̈§h©kÅ i¦C, cf. Rendsburg 1989:
110s.
8. Este texto podría ser citado para apoyar el doble sentido de la preposición c;
“en” y “de”; cf. Gordon 1965: 10.1,5 y Koehler – Baumgartner 31967-96: s.v.,
14; pero Barr 1968: 175-77; Pardee 1975 y 1976: esp. 312s, 320s.
9. Para un más completo tratamineto, cf. Malessa 2003: 111-30.
10.Este antiguo término, más bien oscuro, quiere decir probabl. que el nombre
introducido por c pertenece a la esencia (en sentido amplio) de la cosa de la
que se habla, o puede apuntar a la función de la preposición como enlace
entre el sujeto y el predicado de una fórmula ecuacional. Se usan también las
expresiones Bet de identidad y Bet pleonástico.
§ 133. Preposiciones en particular 519
Sal 146,5; 55,19; con el plural de intensidad (§ 136 f ): Jue 11,35;
Sal 54,6; 118,7.
2. Indicando el predicativo (C no añade prácticamente nada al signi-
ficado, que es el del predicativo de estado, § 126 a):
A. Raramente con un adjetivo: Is 40,10, tIcḧ ez̈j̈§C, “vendrá
(como) un hombre fuerte; Dt 26,14 (compara, en § 126 a, Rut
1,21, etc.)
B. Ordinariamente con un sustantivo (compara § 126 c): Ex 6,3,
h·S̈©J k¥tC§ /// tr̈¥tü, apparui ut El Shadday, “me aparecí como11 (en,
en tanto que) Dios Todopoderoso”; Nm 13,23, o¦h©ÅbJ§ C¦ , “trans-
portaron entre dos” (italiano, in due); Dt 28,62, h¥,n§ C¦ o¤Tr© §tJ§ ¦bu§
yg̈§n, “y quedaréis (en estado de) pocos hombres” (italiano, in
pochi ) (compárese, sin C, Dt 4,27, rP̈§xn¦ h¥,n§ o¤Tr© §tJ§ ¦bu§, predicativo
acusativo); Nm 26,53; 34,2; Dt 10,22; Ez 46,16; 47,14; Sal
35,2.
3. C indicando un predicativo que se refiere al objeto (comp. § 126
a final): Nm 18,26, o¤f,§ ©k£j©bC§ /// h¦T,©Å b̈ r¤Jt£ , “que os he dado como
vuestra herencia”; Nm 18,10, “las comerás como cosas santí-
simas”12 (Ehrlich 1908: ad loc.); Nm 36,2; Jos 13,6.7; 23,4; Ez
45,1; 47,22; Sal 78,55; Neh 5,15, “como pan” (Ehrlich).
Para la omisión de C después de un F, cf. infra, § h.
En lugar de ,h¥cC§ se tiene simplemente ,h¥C en el sentido del francés
chez (del latín casa), p.ej., Rut 1,9.
d k significa “a”. Frecuentemente expresa dirección (aunque en modo
menos preciso que k¤t); pero también con frecuencia no expresa ni
dirección ni movimiento. k como indicador de acusativo (§ 125 k) hace
referencia al significado de dirección. k expresa la idea de relación (“en
relación a”) con amplia variedad de matices. Así, expresa posesión
(comp. con k auctoris, § 130 b) y reemplaza al genitivo (§ 130 a); indica
el autor de la acción (§ 132 f ). Se emplea para causalidad, finalidad y
norma (“conforme a”, “según”). En sentido temporal, k es bastante
menos común que C. Dada la extrema variedad de sus significados, k
tiene con bastante frecuencia un sentido vago o impreciso. Probable-
mente ésta es la razón por la que a veces continúa a otra preposición
asumiendo virtualmente su significado, p.ej., en la combinación k /// ih¥C
13.Sobre la distinción entre estas dos fórmulas para “entre”, cf. § 103 n, n.
14.Por eso diversos autores hablan de dativus ethicus. Pero el dativus ethicus (dativo
de sentimiento) del latín y griego no corresponde al caso del tipo W§kÎQ¤k. Un
posible caso de genuino dativus ethicus podría ser identificado en Jue 1,1:
Å̈ vk§ /// UbÅ̈KÎv¤kg£©hÎh¦n.
IC o¤jK¦
15.A este matiz reflexivo indirecto (p.ej., vade tibi, “vete”), podemos comparar el
matiz reflexivo de un verbo intransitivo con el pronombre en el latín tardío,
español, francés, italiano, etc. Así, encontramos vadent se unusquique (Peregr.
Silviae 25.7), y similarmente “irse” (español), andarsi (italiano), s’aller (francés).
La adición del pronombre subraya la parte que el sujeto juega en la acción (cf.
Bourciez 1910: § 118 c). En el actual italiano son abundantes los usos con ne:
andarsene, partirsene, starsene, rimanersene, etc.; pero en la lenguaje más antiguo se
decía starsi, fuggirsi, uscirsi. En francés, s’en aller, s’enfuir.
Para dar razón de la mayoría de los ejemplos de este tipo, hemos pro-
puesto una explicación alternativa, el lamed centrípeto, que parece centrar la
atención en el sujeto o actor indicado por el sufijo aislándolo del contexto:
Muraoka 1978a. Véase también Glinert (1989: 224): “autonomous ... the
subject is this own agent ”, y Schlesinger (1928: 128): “daß die Hanlung nur auf
das Subjekt selbst, nicht auf etwas außerhalb desselben Liegendes zielt”. Cf.
Halevy 2004. Pace Ullendorf 1985: 396; idem 1992.
16.Cf. Naudé 1997: 145. En ugarítico encontramos el morfema pronominal
sufijado al verbo como en KTU 1.3 III 18, hˇšk ‘sˇk ‘bsˇk, “Eile du! Dränge du!
Haste du!” (como traduce Tropper 2000: 430).
§ 133. Preposiciones en particular 521
2 Sm 2,21, W§k v¥y§b, “extiéndete”; Gn 22,6, o¤fk̈ Uc§J, “sentaos”; Gn 21,16,
Vk̈ c¤JT¥Å ©u, “y ella se sentó”; Job 15,28. —Con otros verbos: Sal 66,7, UnUÅrḧ
InÅ̈k (parece equivaler a Un§n«r,§ ¦h); 2 Re 4,3, Qk̈ h¦kt£ J© , “pídete (vasijas
vacías)” (= “pide para tí, pide en préstamo”) (compara con k©tJ§ ¦b, “pe-
dir para sí mismo”). —Con un nif‘al de sentido reflexivo, k con su pro-
nombre acentúa el matiz; así, en la habitual expresión W§k r¤nẌ¦v, que
corresponde a la latina cave tibi: Gn 24,6, etc. —Con un nif‘al de sentido
pasivo: Ez 37,11, UbÅ̈k Ubrŧ©zd§¦b, “Se nos ha aniquilado” (lit., “hemos sido ani-
quilados nobis” (dativus incommodi).
Para k delante de un inf. constructo, cf. § 124 l.
Sobre el sentido de “de”, “desde”, asignado a k, cf. Gordon 1965: §
10.11; véase supra, § c, n.
e i¦n, “de, desde” (latín, de, ex , ab), expresa primeramente separación y
distancia. Se usa en particular para expresar la idea de proveniencia:
material de que algo está hecho, causa (§ 132 d ), fuente u origen. El
sentido partitivo está muy desarrollado: debe resaltarse el uso de in
ante un nombre de unidad, especialmente ante sj̈¤t, p.ej., en Lv 4,2,
vB̈Åv¥ n¥ ,©jt© n¥ , “una (= cualquiera) de estas cosas”17; 1 Sm 14,45, ,r£ ©g¬© n¦
IJt«r, “un (solo) cabello de su cabeza”. A veces encontramos un in
explicativo (min al bayån de los árabes): “consistiendo en” (totum pro
toto): 4 x k«Fn¦ en Gn 6,2; 7,22; 9,10; Lv 11,32; 1 x r¤Jt£ n¥ en Jr 40,7. En
sentido temporal, in señala el terminus a quo (= “desde”), el período que
sigue inmediatamente a un límite (= “al final de”, “después de”); pero
a veces resulta redundante, p.ej. zẗ¥n, “entonces”.
De la idea de separación y distancia proviene el sentido de diferen-
cia, que es el de in en las comparaciones18; cf. § 141 g.
Delante de un infinitivo (§ 124 k) in tiene un sentido causal (“por-
que”); un sentido consecutivo (ita ... ut, “así ... que”; de modo que”,
“de tal forma que”). Con este sentido se usa en forma elocuente
(pregnans): con infinitivo, Q¤knŤ ,Ih§vn¦ vuvh W§x«ẗn§ ¦H©u, “Yhwh te ha rechazado
de ser rey” (= de forma que no sigas siendo rey) (1 Sm 15,26); e incluso
de forma más elíptica, sin infinitivo: Q¤kNŤ n¦ W§x«ẗn§ ¦H©u (1 Sm 15,23).
f k©g, “sobre” (con o sin movimiento). Este sentido básico desemboca
en una gran variedad de usos. Así, kg es usado para causa (§ 170 h),
para la supremacía de una cosa sobre otra, adición de una cosa a otra,
proximidad a otra cosa (“cerca de”). El sentido peyorativo está muy
desarrollado: kg con frecuencia significa “contra” (aunque C es más
19.Mientras que k©g + persona e inf. indica una obligación o deber, como en 2 Sm
18,11 (/// ;¤xfŤ vr̈G̈£g W§k ,¤,k̈ h©kg̈), la preposición k, un sintagma muy típico de
HBT, señala una función o responsabilidad: Esd 4,3, ,¦h©C ,Ib§ck¦ UbÅ̈kü o¤fk̈Ît«k
UbhÅv¥«kt¥k, “no es nuestra misión ...”: también Miq 3,1; 2 Cr 13,5; 20,17; 26,18;
Sal 50,16. Cf. Kieviet 1999: 17s.
20.Sobre un uso similar en moabita y fenicio, cf. Muraoka 2005: 31*s. Véase
también la preposición en las inscripciones sepulcrales prohibiendo abrir las
tumbas y molestar al difunto: fenicio (Tabnit 3s, 5s: siglo V) y arameo (Valle
del Cedrón, Dipinto 4: siglo I d.C.).
21.Sobre la lectura hkg en lugar de uhkg, cf. Joüon 1909a: ad loc. Compara el uso
análogo de kg en AB, como en Dn 6,19, h¦vIÅkg£ ,S© ©b V¥T§bJ¦ , “el sueño huyó de él”,
y el inglés on: “he walked out on his wife” / “The caller hung up on me”.
22.Compara v«F, “así”, “aquí”, y vf̈Å̈F, “así”. Brockelmann 1908-13: II, 360.389.
§ 133. Preposiciones en particular 523
janza”, “similitud”, y adverbialmente “a semejanza de”, “a la manera
de”, “como”23. F puede expresar una relación de similitud perfecta
(igualdad) o imperfecta (semejanza); el significado, pues, puede ser
“exactamente como” o “aproximadamente como”, pero en muchos
casos sin ningún matiz preciso. Con matiz de igualdad tenemos F
veritatis: Neh 7,2, ,¤nt¡ Jh¦tF§ tUv h¦F, “pues era un hombre leal” (la exacta
imagen de ...); Abd 11, o¤vn¥ s©jt© F§ vT̈©tÎo©D; por otra parte, con matiz de
semejanza imperfecta: Rut 1,4, oh¦bJ̈ r¤GgŤ F§ , “diez años aproximada-
mente”; Rut 2,17, vp̈h¥tF¥ , “más o menos como una efá ”. Delante de un
infinitivo (§ 124 k) F significa “como la acción de ...” (= “como
cuando ...”, “como si ...”): Jue 14,5, hs§ ¦Dv© g©XJ© F§ , “como si despedazara un
cabrito”; o, con matiz temporal, “en el momento en que”, “cuando”,
“como”24: Gn 39,18, h¦kIe h¦nhr£ ¦vF© , “cuando he alzado mi voz”.
h Después de F la preposición esperada se suele omitir25: así, —C se
sobreentiende en Is 28,21, oh¦mr̈§PÎr©vf§ , “como (sobre) el monte de
Perazim”; Sal 95,8, vc̈hr§ ¦nF¦ , “como (en) Meribá”; Job 29,2. —,t, en Gn
34,31, UbÅ,¥ Ij£tÎ,¤t v¤Gg£©h vb̈Iz§fv© , “¿es que se podía tratar a nuestra hermana
como a una prostituta?” (probabl. también Sal 83,10). —k en Dt 3,20;
Jos 1,15, o¤fF̈ o¤fh¥jt£©k, “a vuestros hermanos como a vosotros”. —Pero
la preposición C se encuentra en vb̈«Jtrc̈§ ¦ F, “como antes” (Jue 20,32; 1
Re 13,6; Is 1,26; Jr 33,7.11; sin C en Dt 9,18 y Dn 11,29 †); tambien en
vK̈¦jT§ ©cF§ (Is 1,26 †), (| vbJtrcF). —En 2 Cr 32,19, k©gF§ ok̈J̈Ur§h h¥v«k¡tÎk¤t
¤tv̈ h¥Ng© h¥v«k¡t.
.rÅ̈
F se usa en modo elocuente con un sustantivo en, p.ej., Sal 18,34,
,IkḦ©tF̈ h©kd§ r© v¤UJ© n§ , “que hace mis pies como (los pies de las) ciervas”; Is
63,2; Jr 50,9; Lam 5,21.
ha Una frase atributiva con F precede en ocasiones a su nombre
referente: Gn 41,38, Jh¦t v¤zF̈, “un hombre como éste”; Is 56,12, ouh vzf;
1 Re 8,23, o¦hn©Å Ẍ©C oh¦v«k¡t WIÅnF̈Îih¥t, “no hay Dios como tú en los Cielos”.
Cf. § 147 f.
i Preposición sobreentendida. La preposición que pertenece a la
construcción de un verbo puede ser sobreentendida siempre que la
claridad no quede afectada: después de Jue 7,9, C sr,¥ “baja contra” (=
1. Cf. Albrecht 1895 y 1896. Véase la crítica a Albrech de parte de Blau 1972a:
66s.
2. Así, el sentido figurativo puede causar un cambio de género: i¦hg©Å (fem.), “ojo”,
es tratado como masc. en Zac 3,9 y 4,10 †: “ojos grabados” (pero los textos
pueden haber sido alterados); cf. Lambert 1920: 206.; i¥J (fem.), “diente”, es
masc. cuando se habla de roca escarpada: 1 Sm 14,4.5. Inversamente, la
forma femenina también se usa para el sentido figurativo: infra, § q.
3. Sobre r̈£g©b, “muchacha”, cf. § 16 f 3.
4. En los otros dos casos (prov 17,12 y 2 Sm 17,8) el adjetivo atributivo toma la
forma masculina.
526 § 134. El género de los nombres
femenino se encuentran ,¤c¤Åbr© §t, “liebre”, vb̈Ih, “paloma”, vs̈h¦xj£ , “cigüe-
ña”, vr̈IcS,§ “abeja”, vk̈n̈§b, “hormiga”; cf. § 90 b.
d En algunos casos un nombre masculino es tratado como femenino
cuando se refiere a la hembra, p.ej. kn̈D̈, “camello” es fem. en Gn 32,16,
,Ieh¦bh¥n oh¦Kn© D§ , “camellas criando”; el colectivo rëC̈, “bueyes”, es fem. en
Gn 33,13 (“vacas criando”); Job 1,14. Compárese con oh¦v«k¡t, “dios”,
usado en 1 Re 11,5 para “diosa”5.
Por otra parte, el colectivo it«m, “ganado menor” (especie ovina y
caprina), que es femenino, parece tratarse a veces como masc. (en HM
es masc.).
c Fuera de los seres vivos, el género es metafórico: hay nombres mas-
culinos por analogía con los seres machos, y otros son femeninos por
analogía con las hembras. Pero tenemos que admitir que las razones
que determinan el género muchas veces se nos escapan6.
Los nombres abstractos con terminación femenina son femeninos;
los otros son maculinos: p.ej., son femeninos vk̈¥tJ§ , “petición”, vk̈ẗ,
“juramento”; son masculinos k¦h©jÅ , “fuerza”, sIcF̈, “gloria”.
Los nombres concretos con terminación femenina son casi todos
(cf. § 89 b) femeninos. Los otros pueden ser masculinos o femeninos.
Pueden hacerse algunas observaciones útiles sobre el género de estos
nombres concretos sin terminación femenina.
f Los nombres de los ríos son generalmente masculinos: rv̈b̈, “río”;
r«t§h, “canal, corriente”; k©j©Åb, wadi, “torrentera”; v¤Zv© iSr© ¥ Hv© , “este Jordán”
(Gn 32,11), etc. Otros nombres referidos al agua: o¦hn©Å , “agua”; oḧ,
“mar”. Los nombres para la lluvia: rÿn̈, o¤JŤD, orÅ ¤¤z. Pero son femeninos:
r¥tC§ , “pozo”, i¦hg©Å , “fuente” (u “ojo”, infra § j ).
g Por otra parte, son femeninos muchas categorías de nombres con-
cretos:
9. Ben-Asher (1978) sostiene que algunos de estos ejemplos reflejan sólo dife-
rencias de estilo. Así también lo pensaba ya Lambert 1931-38: § 172.
1. En árabe la idea de pluralidad se expresa con extrema frecuencia mediante
colectivos (plurales fractos o internos), p.ej., /‘ab•d/, “los esclavos” (considerados
colecticamente: el servicio, el cuerpo de sirvientes); por otra parte, el plural
propio (plural externo) /‘ab¥dna/ designa a varios esclavos considerados indi-
vidualmente.
2. Un colectivo puede reconocerse cuando un adjetivo, pronombre o verbo se
refieren a él en plural.
3. Por su gran frecuencia, añadimos aquí unos detalles sobre la especie bovina y
la ovina y caprina.
Especie bovina: —rëC̈, nombre colectivo y nombre de especie (el pl. ohrë§ ¦C
sólo se encuentra en el período tardío, Neh 10,27; 2 Cr 4,3 †); —rIJ, nombre
de unidad: un individuo de especie bovina, sin considerar sexo o edad;
también designa específicamente el macho, i.e,, el buey (el sentido de “toro”
en arameo y árabe es una dudosa traducción para el término hebreo).
—Nombres para el macho: además de rIJ, “buey”, tenemos *;¤ktŤ (raro), ;UK©t
(1 x); k¤dg¥Å , “ternero”; r©P, juvencus, “novillo”; rh¦Ct© (poético), “toro”. —Nom-
bres para las hembras: vk̈§dg¤ , vitula, juvenca, “ternera”; vr̈P̈, juvenca, “vaca”.
4. Especie ovina y caprina: Nombres genéricos que comprenden ambas
especies: it«m, nombre colectivo y de género; v¤G, nombre de una unidad:
individuo de la especie ovina o caprina, sin considerar sexo o edad (sUT©g pare-
ce usarse a veces para designar los machos de ambas especies).
I. Especie ovina: no hay ningún nombre específico para la especie. G¤cFŤ
(raramente c¤GFŤ) es un nombre de unidad, cf. Ex 12,5; Nm 18,17. Nombres
para el macho: G¤cFŤ, “cordero” (en general); r©F, “cordero” (raro); v¤kÿ, “corde-
530 § 135. Colectivo singular ...
Ť reptiles; .rÅ
G¤nr, ¤J¤ , bichitos pululantes, insectos; ;©y, niños, chiquillería (a
veces incluyendo o implicando mujeres; cf. BDB: 1124a); c¤fr, Ť con fre-
cuencia colectivo: los carros; hr§ ¦P, frutos. Todos estos colectivos son
masculinos, excepto it«m (cf. también § 134 p).
Colectivos con terminación femenina: vn̈¥vC§ , bestias, ganado (gran-
des animales, sobre todo domésticos; el plural es raro y poético)5; vN̈r,¦
gusanos; vg̈§nS,¦ lágrimas (el plural es muy raro y poético); ,h¦mh¦m, flecos;
vk̈¥c§b, cadáveres (cf. también § 134 o, p). Sin terminación femenina: J¤p¤Åb,
personas6.
c Casi todos los nombres en singular pueden ser usados como
nombre de especie o de categoría –uso genérico–, y entonces equiva-
len a un plural7. Así,
– os̈ẗ, homo8, e Jh¦t, vir, se usan como nombres de especie en Is 2,9
(contrariamente, el pl. oh¦Jb̈£t en los vv. 11.17).
– vẌ¦t en Jue 21,16, vẌ¦t i¦nḧ§bC¦ n¦ vs̈§nJ§ ¦bÎh¦F, “porque la (categoría de)
mujer ha sido exterminada de Benjamín” (= todas las mujeres han
sido exterminadas; cf. 1 Sm 21,6).
– r¥D, “forastero”, se usa casi siempre en sing., p.ej. en Dt 29,10 (des-
pués de un plural).
– Los nombres singulares de Gn 32,6 tienen sentido colectivo: h¦kÎh¦v§h©u
vj̈§pJ¦ u§ s¤cgŤ u§ it«m rIn£j©u rIJ, “poseo toros, asnos, ganado menor (cf.
supra, § b), siervos y esclavas”.
– Las expresiones vs̈Uv§h Jh¦t (1 Sm 11,8) e k¥tr̈§G¦h Jh¦t (Jos 9,6) son más
frecuentes que los plurales wh h¥J§bt© y expresan mejor la totalidad.
– Los nombres gentilicios son usados de la misma manera, p.ej. h¦xUc§hv©
y hrIn¡
¦ tv̈ en Gn 10,16; Jos 1,12, v¤X©bn§ v© y¤cJ¥Å h¦mj£©ku§ hsD̈© « u, “a los
¦ ku§ h¦bc¥ Utrk̈§
rubenitas, los gaditas y la mitad de la tribu de Manasés”.
rillo”; k¦ht©Å , “carnero”. Nombres para la hembra: vG̈§cF¦ , “cordera”; k¥jr̈, “oveja”.
II. Especie caprina: No hay ningún nombre para la especie: z¥g, nombre de
una unidad (Ex 12,5; Nm 18,17). Nombres para el macho: hs§ ¦D, “cabrito”;
rh¦gG̈, “macho cabrío” (propiamente, “chivo”); J¦hT©Å , “chivo” (raro); sUT©g, “chi-
vo” (parece usarse para los machos de ambas especies). Nombres para la
hembra: z¥g, “cabra”, “chiva”, oh¦Zg¦ ,rh¦© gG§ 2 x; vḦs§
¦D, “cabritilla”.
5. Cf. Jon 4,11, vC̈r© vn̈¥vC§ , que ciertamente no significa “una gran bestia”,
6. Para una lista completa de esta palabra en la Biblia, cf. BDB: s.v., 4, c (3).
7. Este uso del sing. se encuentra también en nuestras lenguas, pero no tiene la
misma extensión que en hebreo. Una frase como homo est mortalis es equiva-
lente a homines sun mortales.
8. os̈ẗ es también colectivo, p.ej. en Gn 6.1, “hombre” = “hombres, humani-
dad”.
§ 135. Colectivo singular ... 531
– Nótese la alternancia del número en Ex 34,12s: “guárdate de pactar
alianza con los habitantes del país (.rẗv̈ ¤ c¥JIh§k)... derruirás sus altares
–o,̈«jC§ §zn¦ Î,¤t–, harás pedazos sus massebás (o,̈«cM¥ n© Î,¤t) y has de talar
sus Aserás –uhr̈¥Jt£ Î,¤t–”; Ez 11,6, “habéis multiplicado vuestras
víctimas –o¤fh¥kk§ ©j– en esta ciudad y habéis llenado de víctimas –kk̈j̈–
sus calles”.
– El nombre de especie o categoría es frecuente con kF, “todo”: Dt
29,9, k¥tr̈§G¦h Jh¦t k«F, “todos los hombres de Israel” (después de 4 plu-
rales); Ex 1,22, i¥Cv© ÎkF̈, “todos los hijos” (§ 139 g); igualmente con
un participio: 2 Sm 2,23, tC̈©vÎkF̈, “todos los que vienen” (§ 139 i).
d Ciertas ideas análogas a la de pluralidad se expresan por la repeti-
ción del nombre singular: —la idea de “cada”: oIh oIh, “cada día”9 (Gn
39,10); vb̈J̈ vb̈J̈, “cada año” ( Dt 14,22); Jh¦t Jh¦t, “cada hombre, todo
hombre” (Ex 36,4); r¥e«CÅ ©C r¥e«CÅ ©C, “cada mañana” (Ex 15,21). —Con u: Jh¦t
Jh¦tü, “cada uno” (Est 1,8); rIsü rIS, “cada generación” (Dt 32,7); oIhü oIh,
“cada día” (Est 1,8); r©g·J̈ü r©gJ©Å k§ , “en cada puerta” (2 Cr 35,15). —Con la
adición de kF y u, como en HBT, HQ y HM: rIsü rISÎkf̈§C (Sal 145,13);
oIhü oIhÎkf̈§C (Est 2,11); rh¦gü rh¦gÎkf̈§C (2 Cr 11,12). Una lista completa en
BDB: s.v. kF, 1, b final10.
La idea de variedad o de diversas especies: i¤ctŤ ü i¤ctŤ , “diversas pesas” (Dt
25,13; cf. Prov 20,10); c¥kü c¥k, cor duplex, “doble corazón” (Sal 12,3; 1 Cr
12,34).
e La repetición de un nombre, singular o plural, es un recurso esti-
lístico para expresar determinados matices. —Singular: Dt 2,27, QrÅ ¤S©
¤C
Q¥kt¥ QrÅ ¤C, “marcharé constantemente por el camino”; 2 Re 25,15, r¤Jt£
¤S©
cv̈z̈ cv̈z̈, “todo lo que era de oro” (cf. Thenius ad loc.). —Plural: Ex 8,10,
orn̈¢
¦ j orn̈¢¦ j, “montones y montones” (= muchos montones); Gn 14,10,
rn̈¥j ,«rt¡ C¤ ,«rt¡ C¤, “pozos y más pozos de asfalto” (= muchos pozos) (Cf.
§ 129 r); Jl 4,14, oh¦bIn£v oh¦bIn£v, “multitudes sin cuento”.
1. Aquí pertenece toda una serie de nombres con terminación femenina en sing.
y masculinos en plural, la mayoría de los cuales son designaciones de varios
tipos de productos agrícolas o de flora: vb̈¥ck§ , “adobe”; *vm̈h¥C (sing. documen-
tado en HM), “huevo”; vr̈IcS,§ “abeja”; vk̈n̈§b (pl. oh¦kn̈§b en HM), “hormiga”;
*vJ̈s̈£g, “lenteja” (documentado en HM); *vc̈r̈£g (HM), “sauce”; *vD̈©P (así en
HM), “higo temprano, no maduro”; vB̈©JIJ, “rosa”; vŸ¦J, “acacia”; *vn̈§eJ¦ ,
“sicómoro”; vb̈¥tT§ , “higo”, palabra que aparece como it, en ammonita
(ostracon de Hesbon 2), como el colectivo árabe t•n paralelo a nrgc, “bestias de
carga”, y nkcj, “cuerdas”.
2. En diversas lenguas el nombre del agua tiende a pasar a plural: la renovación
del agua que fluye da la impresión de partes distintas, cf. Meyer – Lübke
1890-1906: 3, § 26.
§ 136. Plural 533
c Plural de extensión: o¦hn©Å J̈, “cielos”; ,IJ£tr§ ©n, “cabecera” (lugar donde
se apoya la cabeza); ,Ik§Dr© §n, “pies (del lecho)”, “lugar de los pies”;
¦ t, “partes de atrás” (Ex 26,12 etc.); oh¦bP̈, “rostro” (en Ez 1,6 se usa
ohrIj£
esta forma como pl. ordinario: “rostros”); ohrÜ© ¦ m, “cuello”.
d Plural de excelencia o majestad3: oh¦v«k¡t, “Dios” (y plural ordinario:
“dioses”); generalmente se construye en singular (§§ 148 a, 150 f );
compárese con oh¦Js§e, “el Santo” (Prov 9,10; 30,3), y arameo ih¦bIh§kg¤ , “el
Altísimo” (Dn 7,18.22.25).
oh¦b«st£ , “señor” y “Señor” (y plural ordinario: “señores”). El pl.
mayestático existe en todas las formas, pero en 1ª pers. sing. hb̈«st£ pre-
senta tres particularidades4: 1) es sacro (reservado para Dios); 2) tiene
un qamesˇ (enfático); 3) el valor del sufijo es prácticamente nulo5. El pl.
de majestad ha desplazado en gran medida al singular, del que se
encuentra sólo la forma sin sufijo iIsẗ (sacro y profano) y la forma h¦b«st£ ,
“mi señor”. Por tanto, tenemos:
– iIsẗ (sacro y profano; hablando de Dios, siempre .rÅ̈ ¤tv̈ÎkF̈ i«st£ , 6 x);
– oh¦b«st£ (sacro y oprofano).
– h¦b«st£ en 1ª pers. sing. (profano, p.ej., Q¤kNŤ v© wt).
– hb̈«st£ (sacro, p.ej., vuvh hb̈«st£ )6. En otras personas, p.ej., UbhÅ¥b«st£ , “nues-
tro señor” y “nuestro Señor” (y también “nuestros señores”)7.
De k©g©CÅ en el sentido de “amo”, “señor” (no en el sentido de “ma-
rido”), hay un pl. de majestad, pero sólo con sufijos (de hecho, sólo
uhk̈g̈§C y v̈hÅk¤ g̈§C, “su amo”). oh¦pr̈§T, “ídolos domésticos, dioses lares”,
tratado como un sing. en 1 Sm 19,13.16, es probablemente un pl. de
excelencia.
,In§fj̈, “sabiduría” (§ 96 A b), parece ser un pl. de majestad.
8. En el caso de las raíces v"k puede tratarse de un plural aparente (§ 96 c), p.ej.,
o¤vh¥yIb (Is 42,5); v̈hÅG¤«g (Is 22,11).
9. Cf. Ember 1905: 195ss.
10.En lugar de vẗ§be¦ , se usa el pl. ,Itb̈§e para “celos” en el sentido legal y ritual:
we ,©j§bn¦ , “la ofrenda de los celos” (Nm 5,15.18.25); we ,rIT, © “la ley de los
celos” (Nm 5,29 †).
§ 136. Plural 535
h Estados11: ohrUj§
¦ C12, “adolescencia” (estado o tiempo) (Nm 11,28 [¿]);
,IrUj§C (Qoh 11,9; 12,1 †); oh¦kU,§C, “virginidad” (estado en Lv 21,13 etc.;
con sentido de tiempo, Jue 11,37); oh¦beª§z, “ancianidad” (estado o tiem-
po; en contraste con i¤e«z, Å cualidad de la vejez, “senilidad”); ,IkUk§F,
“noviazgo, desposorio” (tiempo: Jr 2,2 †); ohrUd§ ¦ n, “estancia en el extran-
jero”; ohrUg§
¦ b, “juventud (tiempo) (compárese con el poético r©g«b, Å tiem-
po: Sal 88,16; Prov 29,21; Job 36,14; quizás cualidad de la juventud en
Job 33,25 †); 1 x ,IrUg§b (Jr 32,30); ohr¥ ¦u§b©x, tipo de ceguera, “ofuscación”
(Gn 19,11; 2 Re 6,18 †); ,InUk£g, “juventud” (tiempo: Sal 89,46; Job
32,35; estado: Is54,4 = celibato; cualidad de juventud, vigor juvenil:
Job 20,11); oh¦kFªJ¦ , “sin hijos” (Is 49,20). Quizás la palabra oh¦H©j, “vida”,
podría incluirse aquí.
i Acciones13: oh¦bUb§z, “fornicación, prostitución”; ohrª ¦PF¦ , “expiación” (en
HM también rUP¦F); oh¦tUK¦n, “consagración”; oh¦njª¦b y oh¦nUjb©T, “consola-
ción”; oh¦jKªJ¦ , “envío de vuelta, repudio” (en HM, ©jUK¦J); oh¦nUK¦J,
“retribución” (Is 34,8; oUK¦J en Os 9,7 y Miq 7,3 †); ohrª ¦NJ¦ , “guardia”
(Ex 12,42 †); oh¦bUb£jT© , “súplica”.
j Plural de generalización. Además de estos tipos diversos de plural
que hemos considerado, se encuentran también, sobre todo en poe-
sía14, algunos plurales que parecen deberse a generalización o indeter-
minación. La mayoría de los ejemplos son nombres concretos. Así se
encuentra el plural en nombres como “sueño”15 y “visión”: ,Ib¥J,
“sueño”, sleep, en Prov 6,10 (= 24,23 †); ,InUb§T, “sueño”, (de dormir), en
Prov 6,10 (= 24,33); Job 33,15 †; ,In«k£j, “sueño” (de soñar) (Gn 37,8;
Dn 2,1 †); ,Itr© §n, “visión” (Gn 46,2; Ez 1,1 etc. Otros ejemplos: Zac
9,9, ,Ib«,t£ Îi¤C, “cría de asna” (compárese con Cant 2,9, oh¦kḦ©tv̈ r¤p«gÅ , “el
cervatillo de la cierva”); 1 Sm 17,43, ,Ik§en© , “bastón(es)”; Jue 11,36 y 2
Sm 4,8 †, ,Inë§b, “venganza”; Gn 21,7, oh¦bC̈, “hijo”; Ex 21,22, v̈hÅsk̈§ ¤ h,
16.Así puede explicarse la expresión francesa de guerre lasse (por las). Compárese
con conjuntos como les Néo-Zelandais, habitantes de la Nouvelle-Zélande.
§ 137. Determinación e indeterminación: el artículo 537
Cr 7,5; en contraste con 1 Cr 7,2, supra, § m). El pl. ohkhj, que nunca
fuera de aquí tiene el sentido de “valor”, no puede explicarse como un
pl. de abstracción (supra, § g); probablemente oh¦kḧ£jv© hrG̈, ¥ “los jefes del
ejército” (1 Re 15,20 etc., donde quizás se trata de un ejército; por
contra, k¦h©jÅ v© hrG̈
¥ en 2 Sm 24,4); Nm 13,32, ,IS¦n h¥J§bt© , “hombres de alta
estatura” (contrariamente, Is 45,14, vSn hJbt); Dt 9,9, oh¦bc̈£tv̈ ,IjUk,
“tablas de piedra” (contrariamente, Ex 24,12, i¤ctŤ v̈ ,IjUk); Esd 3,3, h¥Ng©
,Imr̈£tv̈, “los pueblos de la tierra” (no: “de las tierras”); 1 Cr 29,30,
,Imr̈£tv̈ ,If§kn§ n© , pa,saj basilei,aj th/j gh/j ; 1 Cr 29,4, oh¦TC̈©v ,Irh¦e, “los
muros del templo”; Dt 9,2a, oh¦eb̈£g h¥bC§ (contrariamente, en v. 2b, eb̈£g h¥bC§ );
Sal 63,6, ,Ibb̈r§ h¥,p§ G¦ , “labios de júbilo”; Gn 42,35b, o¤vh¥Px§ F© ,Ir«rm§ , “sus
bolsas de dinero” (pero en v. 35a, IP§xF© ÎrIr§m). El escriba de Cr tiene
especial predilección por esta construcción17: ,In¥J h¥J§bt© , “hombres de
renombre” (1 Cr 5,24; 12, 30; pero en Nm 16,2, o¥J h¥J§bt© ; cf. Gn 6,4).
También es común esta construcción en HQ y HM, p.ej., ,IH¦x¥bF§ h¥TC̈18.
2. Pero para “mitad de la tribu de Manasés”, tenemos v¤X©bn§ v© y¤cJ¥Å h¦mj£ (Jos 1,12).
El artículo v es el de “mitad”: véase también vabnv hmj (1 Cr 27,21).
3. La ausencia del artículo sólo es visible en un texto vocalizado (cf. infra, § f,
sobre la tendencia de los naqdanim a añadir la vocal del artículo). Aquí se evi-
taron oh¦v«k¡tC̈, w¡tk̈, quizás por la posible confusión con “entre los dioses” (Sal
86,8 †), “a los dioses” (Ex 22,19 †).
4. Esta forma es más común en los libros más antiguos: cf. Lerner 1985.
5. En poesía, el uso del artículo es muy libre. Hay una tendencia general a
suprimirlo cuando alargaría la palabra en una sílaba. El fenómeno quizás se
debe a consideraciones métricas, a cierta elegancia estudiada, a una tendencia
a la brevedad.
§ 137. Determinación e indeterminación: el artículo 539
hace visible por la vocalización, debe ser considerado con cautela; los
naqdanim tienden a añadir la vocal del artículo6.
En una frase, la cosa designada por un nombre común puede estar
perfectamente determinada, indeterminada, imperfectamente determi-
nada7.
I. Determinación perfecta
1. La determinación es perfecta cuando la cosa puede ser mostrada y,
por tanto, pudiera usarse el pronombre demostrativo. El artículo v,
que originalmente fue un demostrativo, conserva todavía un ligero
valor demostrativo en algunas frases referidas al tiempo: oIH©v, “este
día” = “hoy” (Gn 4,14); vk̈§h©KÅ v© , “esta noche”, tonight (Gn 19,5); vb̈Ẍ©v,
“este año” (2 Re 19,29); o©gP©Å v© , “esta vez” (Ex 9,27)8.
10.En Jos 10,12, J¤nJ¤Å , a pesar del vocativo, en una frase arcaica en prosa elevada
(contrariamente, v. 13). La misma observación para ©jrḧ ¥ (ibid.). En Jos 10,13,
¥ u J¤nX¤Å v© , a pesar de la acentuación masorética, parece como si el artículo
©jrḧ§
definido estuviera prefijado a toda la frase; en v. 12, ©jrḧ ¥ /// J¤nJ¤Å . Véase también
ohcfufu jrhv (Sal 136,9) frente a ohcvufvu jrhvu rutvu anav (Qoh 12,2).
11.Gn 14,19 (22), .rÅ̈ ¤tü o¦hn©Å J̈ v¥b«e, “creador de cielos y tierra”, en lenguaje solemne.
12.Cf. § 135 c. Para los nomina gentilicia, cf. § 135 d.
13.Barr (1989a: 325-27) opina que el uso del artículo (o la puntuación masorética
para tal efecto) no tiene nada que ver con las comparaciones, pero es también
aplicable a las otras preposiciones monosilábicas seguidas por una sola pala-
bra. De momento, permitásenos notar que In§F, un sinónimo de F, es seguido
por sustantivo con artículo sólo una vez de entre cincuenta: r©jX©Å v© In§fU (Gn
19,15) frente a r©j·J̈ÎIn§F (Cant 6,10); en el primer caso la partícula no es
comparativa (“al alba”), pero sí lo es en el segundo (“como la aurora”) y |
vN̈©jf© u§ vb̈c̈§KF© , “como la luna y el sol” (!). Se necesita una investigación más
completa. ¿Refleja la vocalización masorética la vocal primitiva de estas
preposiciones? (cf. § 103 b).
14.La mayoría de los ejemplos recogidos por Sperber (1966: 626) para demostrar
la alegada vocalización promiscua de F, pueden ser explicados perfectamente
542 § 137. Determinación e indeterminación: el artículo
cU,F̈©F, “como (está) escrito” (16 x = cU,F̈ r¤Jt£ F© 2 x). Pero el artículo
también se omite muchas veces: Nm 23,24, hr£ ¦tF© (24,9); siempre
§tF§ ; Nm 23,24, th¦ck̈§F; Job 16,14 etc., rIC¦dF§ . El artículo se omite
t¥hr©
cuando el nombre es seguido por un atributo o una oración de
relativo: Is 38,14, rUdg̈ xUx§F (contrasta con v. 13, hr£ ¦tF̈); 2 Sm 17,8 (Os
13,8), kUFJ̈ c«sF§ ; Is 29,5, r¥c«g .«nF§ ; Jr 23,9, i¦hÅ̈h Irc̈£g r¤cŤdf§ . Véase también
Is 62,1, rg̈§c¦h sh¦P©kF§ /// V©d«Bf© , “como un resplandor ... como una
antorcha que arde”, y Jr 23,29, g©k«ẍ .¥m«p§h Jh¦Yp© f§ U /// J¥tF̈, “como el
fuego ... y cual martillo que desmenuza la roca”; Sal 102,12, hUyb̈ k¥mF§
Jc̈h¦t c¤Gg¥Å F̈ h¦bt£©u, “cual sombra dilatada y cual hierba me agosto”.
Cuando un nombre plural es pensado como conteniendo todos
los individuos de la clase o especie, toma el artículo: Gn 1,16,
oh¦cf̈IF©v, “las estrellas”; Gn 10,32, o¦hID©v, “las naciones”. Pero, curiosa-
mente, nunca se usa el artículo para “los antiguos” o “antepasados”,
oh¦b«Jtr:¦ Lv 26,45; Dt 19,14; Is 61,4; Sal 79,8. ohrë§ ¦ C©k, con artículo de
totalidad, significa “cada mañana” (Is 33,2; Sal 73,14; 101,8; Lam
3,23 †), pero ohrë§ ¦ ck¦ (Job 7,18 [¿] †), “en ciertas mañanas”; oh¦gd̈r¦§k,
“en ciertos momentos” (Job 7,18 [¿]; Is 27,3; Ez 26,16; 32,10 †).
ia A este apartado pertenecen también los nombres que indican
materiales: Gn 2,11, cv̈Z̈©v oJ̈Îr¤Jt£ , “donde está el oro”; Gn 13,2,
cv̈Z̈©cU ;¤xFŤ©C v¤be§ N¦ C© s«tn§ s¥cF̈ or̈§ct© u§, “Abraham era muy rico en ganado,
plata y oro”.
j 7. Los nombres abstractos pueden ser tomados de forma determi-
nada, y entonces llevan el artículo. Así, para “la monarquía”, “la
realeza”, “la dignidad real”, encontramos normalmente vf̈Uk§Nv© (1
Sm 18,8 etc.). Nótese también Job 28,12, vn̈§fj̈©v; 1 Re 7,14, t¥kN̈¦H©u
,©gS©Å©vÎ,¤tu§ vb̈Uc§Tv© Î,¤tu§ vn̈§fj̈©vÎ,¤t15.
k II. Indeterminación
Además de los casos enumerados anteriormente, existe también la
indeterminación y, consecuentemente, la ausencia del artículo, p.ej., en
rh¦g, “una (cualquier) ciudad” (2 Sm 17,13); Jh¦t, “un hombre” (Rut 1,1;
Job 1,1a); oh¦Jb̈£t, “hombres” (Gn 12,20; 37,28); on̈Ih§u vk̈§h©kÅ , “noche y día,
de noche y de día” (Dt 28,66 etc.). En frases como v¤PÎk¤t v¤P, “boca a
boca” (Nm 12,8); v¤pk̈ v¤p, “de punta a punta, de cabo a rabo” (2 Re
10,21); oIkJ̈§k, “en paz, a la paz”; oIkJ̈§C, “en paz” (pero oIkẌ©C, “con
18.Al comienzo de un anuncio profético: Is 7,14, vn̈§kg© v̈, “una virgen” o “la
virgen” (en todo caso, determinada para el profeta).
19.Cf. Driver 21913: ad 1 Sm 1,4.
§ 137. Determinación e indeterminación: el artículo 545
p Omisión del artículo. Agrupamos aquí algunos ejemplos en los que
el artículo, aunque esperado, está ausente.
1. En una interrogación20: Dt 28,67, r©nt«T crÅ ¤g¤ c̈U crŤg¤ i¥T¦hÎh¦n r©nt«T r¤e«CÅ ©C
r¤e«CÅ i¥T¦hÎh¦n, “por la mañana dirás: «¿quién me diera fuese la tarde?», y
a la tarde exclamarás: «¿quién me diera fuese la mañana?»”; Ex
18,14, crÅ̈ ¤gÎs©g r¤e«CÅ Îi¦n, “¿(por qué ... toda la gente está plantada ...)
desde la mañana hasta la tarde?” (contrasta con el v. 13 ¡con artí-
culo!); Gn 25,32, vr̈«fC§ h¦k v¤zÎvN̈Å̈k, “¿de qué me sirve, pues, la primo-
genitura?”; Gn 27,46, oh¦H©j h¦k vN̈Å̈k, “¿de qué me sirve la vida?”; 2 Sm
19,36, ,IrJ̈§u ohrJ̈ ¦ kIe, “(¿puedo oír) la voz de cantores y cantoras?”21.
q 2. Las palabras que designan los puntos cardinales no suelen llevar
artículo, pero lo llevan cuando se usan en su sentido primario22. Así,
oḧ, que habitualmente lleva el artículo, “el mar”, no lo suele llevar
cuando significa “el oeste”: p.ej., en Jos 16,8 encontramos vN̈Å̈h,
“hacia el oeste”, y vN̈Å̈Hv© , “hacia el mar”; en Jos 15,19, c¤dŤBv© , “tierra
árida”, y en el v. 2, c¤d¤Åb, “sur”. Así también iIpm̈, “norte”, osÅ ¤e¤ , “este”;
ih¦nḧ, “derecha”; kt«nG§ , “izquierda”.
r 3. En los nombres de títulos hay cierta tendencia a omitir el artículo.
Así, junto al normal tc̈M̈©v r©G, “el jefe del ejército” (1 Sm 17,55 etc.),
se encuentra a veces tc̈m̈ r©G (2 Sam 2,8; 19,14; 1 Re 16,16). En con-
traste con oh¦jC̈©Yv© r©G, “el jefe de la guardia” (Gn 37,36-41,12), siem-
pre encontramos oh¦jC̈©y cr© (2 Re 25,8 etc.; Jr 39,9 etc.).
s 4. En los nombres de lugar (de localidades) el artículo a veces se
omite: x¥c«f vs§ ¥G, “Campo del Batanero” (Is 7,3; 36,2 = 2 Re 18,17 †);
oh¦p«m vs§ ¥G, “Campo de los Vigías” (Nm 23,14 †). —Con ,¦h©CÅ , p.ej., ,h¥C
o¤jk¤Å , rsD̈
¥ ,h¥C. —Con i¦hg©Å , p.ej., J¤nJ¤Å ih¥g, hsÅ
¦¤D ih¥g; (pero con r©gJ©Å , “puerta”,
se encuentra el artículo). A este apartado puede pertenecer la desig-
nación retórica de Egipto como ohsC̈£ ¦ g ,h¥C, “la casa de los esclavos”
(Dt 7,8 etc.), tan frecuente como atributo de o¦hr§ Å©mn¦ , p.ej., ,h¥Cn¦ o¦hr§
Å©mN¦ n¦
¦ g (Ex 13,3).
ohsc̈£
t 5. Nombres ya citados: supra, § c, oh¦TJ§ k¦ P§ , “filisteos”; § h, s¥gIn k¤v«tÅ , “la
tienda de la reunión”; § i, oh¦b«Jtr,¦ “los antiguos” o “antepasados”23.
20.Este dato, que no parece haber sido advertido por ningún gramático, es difícil
de explicar; pudiera ser una tendencia a la brevedad.
21.Rut 3,18 (¿) (en interrogación indirecta), rc̈S̈ k«P¦h Qh¥t, “(hasta que sepas) cómo
resulta la cosa”.
22.Cf. Joüon 1911: 396.
23.Los detalles concernientes al artículo debieran ser ofrecidos por los diccio-
narios para cada palabra.
546 § 138. Determinación en el caso de aposición
Deben notarse también tres nombres: k¥cT¥ , “orbe” (disco terrestre),
oIv§T, “abismo”, kIt§J, “Seol”, inferi.
u APÉNDICE. El numeral sj̈¤t se usa a veces para señalar la inde-
terminación24 –como en español usamos “uno”–, especialmente en los
libros de Jueces, Samuel y Reyes, sobre todo con Jh¦t e vẌ¦t. —Con ah¦t:
1 Sm 1,1, sj̈¤t Jh¦t h¦v§h©u (en contraste con Job 1,1, vḧv̈ Jh¦t); también con
Jh¦t: Jue 13,2; 2 Sm 18,10; Dn 10,5. —Con vẌ¦t: Jue 9,53; 2 Re 4,1.
—Más ejemplos: 1 Sm 7,9.12; 1 Re 13,11 (20,13); 19,4; 22,9 (2 Re 8,6);
2 Re 12,10; Ez 8,8; 37,16; Dn 8,3.
v A veces se emplea sj̈¤t, constructo sobre un nombre plural, para in-
dicar indeterminación: Gn 22,2, ohrv̈¤ ¦ v s©jt© k©g, “sobre una montaña (lit.,
‘una de las montañas’) que yo te mostraré”; Gn 21,15, o¦jh¦¬v© s©jt© ,©jT©Å ,
“bajo un arbusto”. Este tipo de expresión es particularmente frecuente
en las comparaciones: 2 Sm 2,18, o¦hc̈§Mv© s©jt© F§ , “como una gacela”; 2 Sm
13,13, k¥tr̈§G¦hC§ oh¦kc̈§Bv© s©jt© F§ v¤hv§ T¦ vT̈©tu§, “tú serías como uno de los hom-
bres más infames de Israel”.
En algunos casos el matiz parece ser “cualquier/a”: 1 Sm 2,36, ,©jt©
,IBªvF§ v© , “cualquier función sacerdotal”; 2 Sm 17,12, ,«nIe§Nv© ,©jt© C§ , “en
cualquier lugar”; pero en 2 Sm 15,2, k¥tr̈§G¦hÎh¥yc§ J¦ s©jt© n¥ , “de tal o cual
tribu de Israel”.
24.Este uso es tanto más notable por cuanto sj̈¤t se omite con frecuencia para el
valor numérico de “uno”, p.ej., en Rut 2,17, vp̈h¥t, “una efá”; Ex 37,24, rF̈¦F,
“un talento”; 1 Re 19,4, oIh QrÅ
¤S,¤ “camino de un día” (contrasta con ,·j̈¤t i¤,«rÅ ,
“una retama”, ibid.); Neh 13,20, o¦hT©Å J§ U o©gP©Å , “una y dos veces”; 1 Cr 16,3 (don-
de se omiten los tres sjt de 2 Sm 6,19).
1. Cf. § 121 a, n.
§ 138. Determinación en el caso de aposición 547
36,13, kIsD̈ kIe§C, “en alta voz”; 2 Re 4,9, JIsë oh¦v«k¡t Jh¦t, “un santo varón
de Dios”2.
Las excepciones, reales o aparentes, pueden distribuirse en dos cate-
gorías: I. Atributo con artículo en aposición a un nombre sin artículo;
II. Atributo sin artículo en aposición a un nombre determinado3.
b I. Atributo con artículo en aposición a un nombre sin artículo.
1. Aparentemente esta construción se encuentra en el tipo h¦gh¦cX§ v© oIh,
“el séptimo día” (Ex 12,15), a saber, la palabra oIh y el numeral
ordinal (también en Gn 2,3); h¦XX¦ v© oIh, “el sexto día” (Gn 1,31). Pero
aquí se trata más probablemente de un genitivo (lit., “el día del
séptimo”), como se trata de un genitivo en Esd 7,8, ,h¦gh¦cX§ v© ,©bJ§
Q¤kNŤ©k, “el séptimo año del rey” (lit., “el año del séptimo”)4 [Esta
construcción con el numeral ordinal se debe quizás a la analogía
con la del numeral cardinal: o¦hT©Å J§ ,©bJ§ C¦ , “en el año dos”; ,©jt© ,©bJ§ C¦ ,
“en el año uno”; § 142 o]. Con la preposición siempre aparece la
vocal del artículo (p.ej., h¦gh¦cX§ v© oIH©C, Gn 2,2); pero, dada la tendencia
de los naqdanim a añadir la vocal del artículo (§ 137 f ), la forma
original bien pudo haber sido oIh§C. El adjetivo iIJtr,¦ “primero”, se
comporta de la misma manera: Ex 12,15b, iIJtrv̈ ¦ oIH¦n (pero wrv̈ oIH©C
en v. 15a); cf. Zac 14,10, iIJtrv̈ ¦ r©gJ©Å , “la primera puerta”, donde la
construcción es dudosa (igualmente en Ez 9,2, iIh§kg¤ v̈ r©gJ©Å ). También
con números cardinales: p.ej., Gn 21,9, v¤Kt¥ v̈ ,Gc̈§F g©cJ¤Å ; Gn 41,26,
,Ic«Yv© ,IrP̈ g©cJ¤Å , pero en v. 27, ,Igr̈v̈§u ,IErv̈
© ,IrP̈©v g©cJ¤Å .
c 2. Ciertos ejemplos típicos del HM, como vk̈Is§Dv© ,¤x¤ÅbF§ , “la gran sina-
goga”5, son raros en la Biblia. —Con un adjetivo y con frecuencia en
expresiones topográficas: 1 Sm 6,18, vk̈Is§Dv© k¥cẗ s©g (LXX: e[wj li,qou
9. Para un intento de explicar otras dos excepciones (Jos 2,17 y 2 Cr 1,10), cf.
Driver 1929: 377s.
10.Gibson (1971: § 6, Rem 2) menciona ,tz ,ncv, “este lugar alto”, en moabita
(Estela de Meša, línea 3).
1. Incluso el uso de un nombre propio como nomen rectum no hace que la frase
esté determinada en su totalidad; como h¦bC§ , que no significa necesariamente
“mi hijo”, sino que puede significar “un hijo mío” (§ 140 a): así, para el
narrador, vuvh Q©tk§ n© es “el ángel de Señor” después de la primera mención en
550 § 139. Determinación en el caso de un conjunto genitival
2. Todos los elementos determinantes deben situarse después del
nomen rectum, de donde la ocasión para mayor ambigüedad. Así, ,h¥C
kIsD̈ Q¤knŤ puede significar “la casa de un gran rey” o “una gran casa
del rey” (= un gran palacio real); kIsD̈©v ,¦h©CÅ v© r©gJ©Å puede ser “la puerta
de la gran casa” o “la gran puerta de la casa”. Ag 2,9, v¤Zv© ,¦h©CÅ v© sIc§F
iIr£jt© v̈, “la gloria postrera de esta Casa” (preferible a “la gloria de
esta Casa postrera”, por el lugar de v¤Zv© ); Ex 11,5, c¥J«Hv© v«gr© §P rIf§C
It§xF¦ Îk©g, “el primogénito del Faraón que se sentará en su trono”
(que le sucederá), preferible a “el Faraón que se sienta ...”; 2 Re 3,3,
k¥tr̈§G¦hÎ,¤t th¦y¡jv¤ Îr¤Jt£ yc̈§bÎi¤C og̈§cr̈ḧ ,ut«Yj© C§ , “los pecados de Jeroboam,
por los cuales hizo pecar a Israel” (no: “Jeroboam que hizo pecar
...”; comp. 1 Re 15,26.30; cf. § 158 i ).
Sin embargo, en la práctica un adjetivo usado en este sintagma
casi siempre califica al primer nombre, como es el caso en los
ejemplos propuestos. Pero donde un nombre es además calificado
por un pronombre demostrativo, éste puede referirse al segundo
nombre o a la expresión constructa completa: p.ej., Dt 28,61, r¤px¥Å
,t«Z©v vr̈IT©v, frente a v¤Zv© vr̈IT©v r¤px¥Å (Dt 29,20; 30,10); puesto que v«z
nunca lleva el artículo definido, no puede suponerse una defectuosa
vocalización.
b Excepciones
1. Muy ocasionalmente el significado de un conjunto genitival es
indeterminado, aunque el nomen rectum lleve el artículo: 2 Sm 23,11,
vs¨¤¬v© ,©ek§ j¤ , “un campo” (lit., “una parte del campo” o “de los
campos”; vs¨ ¤¬v© colectivamente significa “los campos”); Jr 13,4, eh¦e§bC¦
g©k·Ẍ©v, “en una hendidura de la roca”; muchas veces en poesía
(notablemente en Cant), con un nombre de materia2: Cant 1,1, o¦g
;¤xFŤv© ,ISªe§b, “con puntos de plata”; Cant 7,5, i¥Xv© kS§
©dn¦ F§ , “como torre
de marfil”; Cant 4,3.
Jue 6,11, pero Gedeón, que sólo más tarde descubrirá la verdadera identidad
de su interlocutor, debió percibirlo como “un ángel del Señor” (Jue 6,22, tr©§H©u
§D).
tUv vuvh Q©tk§ n© Îh¦F iIgs¦
Esta carencia de la sintaxis de HB ha sido remediada en buena parte en
HM por la introducción de la estructura analítica con Îk¤J –análoga a la
aramea con hS–, ¦ que abrió un nuevo horizonte de relaciones sintácticas y
lógicas que la sintaxis clásica sintética sólo expresaba –si es que podía– de
forma torpe y complicada.
2. Contra la construcción normal: ,¤J«jÅ §b J©j§b, “una serpiente de bronce” (Nm
21,9a; pero en v. 9b, w§Bv© J©j§b).
§ 139. Determinación en el caso de un conjunto genitival 551
c 2. A veces el significado del conjunto genitival es indeterminado, aun-
que el nomen rectum sea un nombre propio. Con bastante frecuencia,
en lugar de la construcción habitual h©J¦hk§ i¤C, “un hijo de Jesé” (§ 130
b; o k r¤Jt£ , § 130 e), encontramos h©J¦h i¤C (que normalmente significa
“el hijo de Jesé”), p.ej., 1 Sm 4,12, ih¦nḧ§bC¦ ÎJh¦t, “un hombre de Benja-
mín” (= un benjaminita); Dt 22,19, k¥tr̈§G¦h ,©kU,§C, “una virgen de
Israel”; Ex 10,9, vuvhÎd©j, probabl. “una fiesta de Yhwh”; Gn 22,11,
vuvh Q©tk§ n© , probabl. “un ángel de Yhwh” (LXX: a;ggeloj kuri,ou ); 2
Sm 14,20, “como la sabiduría de un ángel de Dios”; Dt 7,25 etc.,
vuvh ,©cg£IT, “una abominación para Yhwh”. Con oh¦v«k¡tv̈, equivalente
a un nombre propio: Jue 13,6, oh¦v«k¡tv̈ Jh¦t, “un hombre de Dios”,
pero también oh¦v«k¡t Jh¦t en 1 Sm 2,27.
La naturaleza indeterminada del conjunto genitival como un todo
queda ilustrada por ejemplos tales como 1 Sm 16,16, vg̈r̈ oh¦v«k¡t ©jUr, y
2 Re 4,9, JIsë oh¦v«k¡t Jh¦t, en los que el adjetivo carece de artículo.
d Observación. Nomina gentilicia compuestos de un conjunto genitival
son tratados como cualquier otro conjunto genitival: p.ej, indeterminado,
como h¦bh¦n§hÎi¤C, “benjaminita”; determinado, como h¦bh¦n§hv© Îi¤C. De modo si-
milar, tenemos h¦nj§ ©Kv© ,h¥c, “el betlehemita”; h¦Jn§ X¦ v© ,h¥C, “el betsemesita”;
hr§¦zg¤ v̈ h¦ct£ , “el abiezrita”.
e El conjunto genitival con kF necesita ser tratado separadamente. kF
es propiamente un sustantivo abstracto que significa “totalidad”, de
donde los sentidos de “todos” y “todo (= cada uno)”3.
1. Con un singular determinado: .rÅ̈ ¤tv̈ÎkF̈, “la totalidad de la tierra” =
“toda la tierra” (Gn 1,26); rh¦gv̈ÎkF̈, “toda la ciudad” (Gn 18,28);
k¥tr̈§G¦hÎkF̈, “todo Israel”. En poesía puede omitirse el artículo: Is 1,5,
Jt«rÎkF̈, “toda la cabeza” (cf. nota precedente).
f 2. Con un plural determinado: o¦hID©vÎkF̈, “todas las naciones” (Is 2,29;
oh¦nḦ©vÎkF̈, “todos los días (= siempre)” (Gn 43,9). —En poesía el
artículo puede omitirse: ,Ibj̈§kJÎkF̈,
ª “todas las mesas”.
g 3. En lugar del plural determinado, puede haber, con idéntico sentido,
el singular determinado de un nombre de especie o categoría (cf. §
135 c): i¥Cv© ÎkF̈, “todos los hijos” (Ex 1,22); oIH©vÎkF̈, “todos los días (=
4. De hecho, oIH©vÎkF̈, usado absolutamente, siempre tiene este sentido (cf. BDB:
s.v. oIh 7 f). El sentido de “todo el día” se encuentra sólo en tUv©v oIH©vÎkF̈ (Nm
11,32; Jue 9,45 †), y vk̈§hk©
Å̈ vÎkf̈§u oIH©vÎkF̈ (1 Sm 28,20; Is 62,6†). No hay evidencia
de un tercer significado, “cada día”, aceptado por Gesenius 1829-58: 584 g.
1. Andersen (1970: 109, Table 1; también discusión en pp. 32s) ha ordenado di-
versas categorías de expresiones nominales en una gradación de determina-
ción.
§ 140. Determinación en el caso de un nombre con sufijo 553
significa “la casa de el hijo de mí (= “la casa de mi hijo”), pero también
puede significar “la casa de un hijo mío”, o “una casa de mi hijo”, o
“una casa de un hijo mío”, p.ej., Gn 22,3, IT¦t uhr̈g̈§b h¥bJ§ Î,¤t, “(tomó) a
dos de sus siervos con él” (indeterminados; no: “a sus dos siervos”);
Lv 14,34, o¤f,§©Zªjt£ .rÅ ¤t¤ ,h¥cC§ , “en una casa del país de vuestra propiedad”.
b La ambigüedad del conjunto genitival –ya indicada en § 139a,
observación 1– resulta particularmente evidente en el caso de un
nombre con un sufijo2. Cuando la unión lógica entre los dos nombres
que constituyen el conjunto genitival es muy estrecha, el sufijo afecta
lógicamente a todo el bloque y no sólo al segundo nombre. Así, JsÅ ¤«e r©v
significa “montaña-de-santidad” = “montaña santa”, de donde h¦JsëÎr© § v
(Sal 2,6) es “mi montaña de santidad = “mi santa montaña” (no: “la
montaña de mi santidad”; cf. § 129 f, 1); Is 2,20, IP§xf© h¥kh¦kt¥ , “sus ídolos
de plata” (cf. § 129 f, 5); Dt 1,41, IT§nj© k§ n¦ h¥kF§ , “sus instrumentos de
guerra” (= “sus armas”); Jue 3,15, Ibh¦n§hÎs©h, “su mano derecha” (ih¦nḧ es
siempre sustantivo: “el lado derecho”, “la derecha”); 1 Re 21,11, h¥J§bt©
Irh¦g, “sus conciudadanos”; 2 Re 6,12, W·¥cF̈§Jn¦ rs£ ©j, “tu dormitorio”; 2 Re
25,29, It§kf¦ hs§ ¥dC¦ , “su vestidos de prisión”; Is 56,7, h¦,K̈¦pT§ ,h¥cC§ , “en mi
casa de oración”; Is 64,10, UbÅT¥ r© § ,h¥C, “nuestra santa y gloriosa
§tp§ ,¦ u§ UbÅJ¥ së
casa”; Ez 11,15, WÅ,¤ K̈ªtd§ h¥J§bt© , “tus compañeros de exilio”; Sal 60,10, cẗIn
h¦mj§ r© rh¦x, “Moab es mi bañera”3; Sal 132,11, W§by§ c¦ hr§ ¦P, “tu descendiente”
(lit., “tu-fruto-de-vientre”; alemán, leibesfrucht; no: “fruto de tu vientre”,
que no puede decirse de un hombre)4.
c Un nombre con un sufijo, igual que un conjunto genitival, no puede
llevar el artículo. Los ejemplos que encontramos en el texto masorético
son incorrectos o dudosos; p.ej., Jos 7,21, h¦k¢vẗv̈ (quizás una mezcla de
dos lecturas: h¦kv̈ẗ y k¤v«tÅ v̈); Jos 8,33, Ih§mj¤ v© (esta forma, como Ih§mj¤ , donde
el sufijo es irregular, podría quizás ser reemplazada por h¦mj£ v© , requerida
por el uso: cf. 1 Re 3,25; 16,21); Is 24,2, VT̈r¦ §cD§ F© (vocalización del artí-
culo por asonancia con las otras 11 formas con F© ); Prov 16,4, UvÅ¥bg£N© ©k
(vocalización incorrecta).
3. Es ambigua la sintaxis del latín de Vulg. Job 15,7, Numquid tu primus homo
natus es. Pero cf. Driver 1921: 95.
4. La estructura acróstica del capítulo puede haberse dejado sentir aquí.
5. Podría deberse a la influencia de y©gn§ , “un poco”, kF, “todo”, que, aún siendo
sustantivos, preceden al nombre. Quizás se da también una influencia aramea
y de los numerales (Lambert 1931-38: § 259). El siríaco saggi, muchos”, puede
también preceder al nombre principal.
6. Cf. König 1881-97: § 334 e. Para más detalles, cf. infra, § 142 ba.
7. i¤ctŤ es tratado como masculino sólo aquí (cf. § 134 k).
556 § 141. El adjetivo. Comparativo y superlativo
comparativa o elativa (como nuestros pares “mejor”–”peor”, “mayor–
“menor”), sino que ni siquiera tiene nuestros adverbios comparativos
“más”8–“menos”9. Así pues, cuando la frase sólo expresa un miembro
de la comparación, uno debe contentarse con la forma simple adjetival
(o verbal)10 y nada más: Nm 26,54a, I,k̈£j©b yh¦gn§ T© y©gn§ ©ku§ I,k̈£j©b v¤Cr©
§T crk̈,
©
“al (más) numeroso le harás su porción (más) grande, y al (más)
pequeño le harás su porción (más) pequeña”; Nm 35,8. —Con cIy: Jue
9,2, o¤fk̈ cIYÎv©n, “¿qué es mejor para vosotros?”; 2 Sm 14,32, “¡mejor
me fuera seguir allí!”; 2 Sm 18,3; Rut 2,22. —Con kIsD̈: 1 Re 18,27, Utr¦ §e
kIsD̈ÎkIe§c, “gritad más fuerte” (§ 102 g ).
Cuando la frase expresa los dos miembros de la comparación (p.ej.,
A es más rápido que B), el segundo miembro es precedido por i¦n, que
en sí mismo lleva la idea de diferencia11, pero prácticamente, y conforme
a su empleo, expresa la diferencia en más que12: 1 Sm 9,2, og̈v̈ÎkF̈¦n V©«cD̈,
“más alto que todo el pueblo”. —Con infinitivo: Gn 29,19, V,̈«t h¦TT¦ cIy
r¥jt© Jh¦tk§ V,̈«t h¦TT¦ n¦ Qk̈, “mejor es que yo te la dé a tí que dársela a otro
hombre”; Ex 14,1213.
h Observación. La misma construcción con i¦n se emplea con los
verbos estativos que expresan una idea adjetival: 1 Sm 10,23, V©Cd§¦H©u
og̈v̈ÎkF̈¦n, “y sucedió que era más alto que todo el pueblo” (compara
con 1 Sm 9,2, supra, § g); Gn 43,34, i¦n crÅ ¤T¥ ©u, “era mayor que”.
La misma construcción se encuentra con otros verbos (estativos o
activos) que expresan una acción, pero en los que existe virtualmente
una idea adjetival, p.ej., c©vẗ, “amar”, en Gn 29,30; .¥pj̈, “preferir”, en
Os 6,6; s¥CF¦ , “honrar”, en 1 Sm 2,29.
El verbo de acción r©jC̈, “escoger”, también se construye con i¦n14:
Job 7,15 (en Dt 14,2 puede significar “más bien que” o “de entre”).
Cuando no hay idea adjetival, es necesario recurrir a una perífrasis
con el verbo estativo vc̈r̈, “ser grande”, p.ej., 2 Sm 18,8, k«ft¡ k¤ r©g©ÅHv© crÅ ¤¤H©u
15.Aquí se puede recurrir a una expresión con oh¦Cr,© como en Jos 10,11.
16.Para “menos de” se podría decir simétricamente k«ft¡ k¤ yh¦gn§ v¦ , pero no existen
ejemplos en nuestros textos; compárese con 2 Re 4,3, h¦yhÅg¦ n§ T© , con k«tJ§ k¦ sobre-
entendido.
17.Compárese el hebraísmo en Lc 1,42, euvloghme,nh su. evn gunaixi,n , benedicta tu
inter mulieres. Igualmente con QI,§C en Ez 29,12, “tierra desolada entre tierras
desoladas”; Ez 30,7, “desolada entre todas”. Esta construcción es muy pró-
558 § 141. El adjetivo. Comparativo y superlativo
cado entre vosotros”18; 1 Sm 8,14, oh¦cIY©v o¤fh¥,h¥z, “vuestros mejores oli-
vares”; 2 Sm 7,9, .rÅ̈ ¤tC̈ r¤Jt£ oh¦k«sD§ v© , “los más grandes de la tierra”; 2 Re
3,19, “todos los mejores campos”.
k El superlativo absoluto se expresa por el adjetivo seguido de s«tn§ :
Gn 1,31, s«tn§ cIy, “muy bueno, buenísimo”19.
La repetición de un adjetivo tiene la misma finalidad: 1 Sm 2,3, vv̈«cD§
vv̈«cd§ , “muy altaneramente”; Gn 25,30, v¤Zv© o«sẗv̈ o«sẗv̈, “ese (guiso) muy
rojo”; Prov 20,14, gr© gr,© “malísimo”; Qoh 7,24, e«ng̈ e«ng̈, “profundí-
simo”.
Una expresión como s¤xjŤ Îcr,© “de gran misericordia” (Ex 34,6), es
equivalente a “muy misericordioso”. Véase supra, § d.
l Un conjunto de dos sustantivos, el primero de los cuales se cons-
truye (constructo) sobre el mismo sustantivo en plural, expresa la idea
superlativa: Ex 26,23, oh¦Js̈Ë©v JsÅ ¤«e, “el Santo de los santos” (el Santí-
simo); Cant 1,1, ohrh¦ ¦ Xv© rh¦J, “el Cantar de los cantares” (el Cantar por
excelencia); Gn 9,25; Nm 3,32; Dt 10,17; 1 Re 8,27; Jr 3,19; Ez 26,7.
m Igualmente, un conjunto genitival de dos sustantivos, sinónimos o
con significados estrechamente relacionados, pueden a veces expresar
un matiz superlativo: Jon 2,9, t§uJ̈Îh¥kc§ v© , “vanidades de nada”; Sal 43,4,
h¦kh¦D ,©jn§ G¦ , “alegría de mi gozo” (= mi extraodinaria alegría); Is 2,10, rs£ ©v
Ib«tD§ , “la gloria de su majestad”.
Sobre la concordancia del adjetivo con el nombre, cf. § 148.
n Algunos nombres con k¥t y oh¦v«k¡t en genitivo pueden funcionar
como intensificadores: Sal 36,7, k¥tÎhr¥r© §v, “muy altas montañas”; Sal
80,11, k¥tÎh¥zr© §t, “cedros gigantescos”; 1 Sm 14,15, oh¦v«k¡t ,S©r¤ §j, “un gran-
dísimo pánico”; 1 Sm 26,12, vuvh ,©nS¥r© §T, “un profundo sopor”; Cant
8,6, Vḧ ,§ c¤vŤ k§ J© , “una llama terrible”20.
xima a la de HM, oh¦bḦS© ©CJ¤ kIsD̈©v, “el más grande de los jueces”; véase Segal
1927: §§ 138 c, n. y 392; idem 1936: § 361; Pérez Fernández 1992: 136-38.
18.Lit., “en tí”. El pronombre singular “tú” se usa aquí con valor colectivo.
Comp. Ag 2,3 (citado en § 144 a), donde h¦n se usa en sentido colectivo.
19.Sobre la variedad de expresiones que usan s«tn§ , como w§n s©g, w§nk¦ s©g, w§n w§n y w§n
w§nC¦ , cf. BDB: s.v., 547b.
20.Véase Thomas 1953 y Saydon 1954: 432s. De hecho, esta idea era corriente
entre los exegetas medievales: p.ej., cf. Radaq ad 1 Sm 26,12. Así también en
ugarítico: Gordon 1965: § 13.22; Tropper 2000: § 91.314.1.
$ 142. Numerales 559
§ 142. Numerales
a Sobre la naturaleza semi-sustantiva y semi-adjetiva de los números
cardinales, cf. § 100 a.
b Númeral 1. Este número es el que tiene un carácter más marcada-
mente adjetival. Concuerda con su nombre como lo hace el adjetivo.
Situado después del nombre es un adjetivo: sj̈¤t Jh¦t, “un hombre” (§
137 u); Gn 11,1, ohsj̈£ ¦ t ohrc̈ § ,·j̈¤t vp̈G̈, “la misma lengua y las mismas
¦ sU
palabras”; Gn 27,44, ohsj̈£ ¦ t oh¦nḧ, “algún tiempo”1. Situado delante de un
nombre en genitivo o delante de una preposición es, más bien, un
sustantivo: Gn 22,2, ohrv̈¤ ¦ v s©jt© (§ 137 v); i¦n sj̈¤t o (especialmente en
liaison, § 129 o) i¦n s©jt© 2. En la expresión temporal sj̈¤t oIh§C (Ag 1,1), wt es
probabl. un sustantivo: “el día de uno” (= el primer día); cf. infra, § o; §
138 b).
ba Cuando un nombre es calificado por un adjetivo y por el numeral
uno, el modelo normal es cIy sj̈¤t s¤kŤh: Jos 7,21, vc̈Iy ,©jt© rg̈§bJ¦ ,rÅ ¤t, “un
¤S©
hermoso manto de Sinar”; 1 Re 2,20, vB̈©ye§ ,©jt© vk̈¥tJ§ , “una pequeña
petición”; 1 Re 13,11; Ez 17,7; 2 Cr 18,12. Una secuencia alternativa la
muestra 1 Sm 6,7, ,º̈j¤t vJ̈s̈£j vk̈d̈£g, “un carro nuevo”. Los dos modelos
se dan en el mismo v. en Nm 6,14, ,©jt© vG̈§cf© u§ /// sj̈¤t oh¦n,̈ I,b̈§JÎi¤C G¤cFŤ
oh¦nT̈ sj̈¤tÎk¦ht©Å u§ /// vn̈h¦nT§ V,̈b̈§JÎ,©C, “un cordero añal sin tacha ... una cor-
dera añal sin tacha ... y un carnero sin tacha”.
c Numeral 2. Este numeral tiene una naturaleza menos adjetival que
sj̈¤t, pero mayor que la de otros numerales. Concuerda en género con
su sustantivo. Normalmente se sitúa delante del nombre, la mayoría de
las veces en estado constructo, con menos frecuencia en estado abso-
luto; pero algunas veces sigue al nombre: Gn 1,16, oh¦k«sD§ v© ,«r«tN§ v© h¥bJ§ Î,¤t,
“las dos grandes luminarias”; 1 Re 3,16, oh¦Jb̈ o¦hT©Å J§ , “dos mujeres”; 2 Sm
1,1, o¦h©ÅbJ§ oh¦nḧ, “dos días” (días [en número de] dos); Ag 1,1, o¦hT©Å J§ ,©bJ§ C¦ ,
“en el año (de ) dos”3. A veces se encuentra “dos” en el sentido de “un
par” = “algunos”: 1 Re 17,12, oh¦mg¥ o¦h©ÅbJ§ , “un par de leños” (= un poco
de leña, alguna leña); probabl., 2 Sm 13,6; 1 Re 20,27.
d Numerales 3-10. Sobre la naturaleza de estos numerales y la ley de
disimetría en su empleo, cf. § 100 d. Normalmente preceden al nom-
4. Todos los otros numerales pueden también seguir al nombre: esta construc-
ción se encuentra principalmente, como es natural, en las enumeraciones: Gn
32,15; Nm 7,17; 28,19. Sin embargo, en HBT esta secuencia se generaliza:
Herner 1893: 54; Polzin 1976: 58. Compárese con la construcción italiana: Il
re ha elargito lire cento mila; el prezzo del biglietto è di una lira; i soci pagano lire cinque
annue. Sobre una convincente crítica a Herner 1893, cf. Kropat 1909: 50-53;
también Qimron 1986: 85s.
5. Excepciones: 2 Re 22,1 (pero léase vr§ ¥Gg¤ v¤b«nJ§ ); Ez 45,1 (¿); 2 Re 8,17 Ktiv;
25,17. Se ha sugerido que algunas de estas excepciones pueden representar
una característica arcaica: Blau 1972a: 57s.
6. Igualmente, de modo general, con los numerales que siguen. El singular era
probabl. el uso primitivo, que se ha conservado en nombres de cosas que se
cuentan con mucha frecuencia. Algunos nombres que habitualmente están en
plural, se encuentran a veces en singular, p.ej., Q¤knŤ en 1 Re 20,1.16.
$ 142. Numerales 561
nombre en singular, se encuentra a veces el est. constr. ,©tn§ : Gn 11,10,
vb̈J̈ ,©tn§ (frecuente); Est 1,4, oIh ,©tn§ ; Nm 2,9 etc., ;¤ktŤ ,©tn§ 7. La única
excepción es oh¦bs̈£t ,©tn§ en Ex 38,27.
h Numerales intermedios 21-29. Ejemplos: 2 Re 2,24, ohsk̈§ ¦ h h¥bJ§ U oh¦gC̈r©§t,
“42 niños”; con un nombre más frecuente (supra, § e): Gn 17,24, oh¦gJ§ T¦
vb̈J̈ g©a,¥Å ü.
i Numerales de las centenas 300-900. Ejemplos: Jue 15,4, ,It¥n J«k§J
oh¦kg̈UJ, “trescientas zorras”; con un nombre más frecuente (supra, § e)
en sing.: Gn 5,22, vb̈J̈ ,It¥n J«k§J. (Los numerales 3-10 delante de las
centenas siempre están en estado constructo; supra, § d ).
j Nombres de los millares 3000-9000. Ejemplos: Job 42,12, oh¦pk̈£t ,¤JJ ¥Å
oh¦Kn© D§ , “6000 camellos”; Job 1,3, oh¦Kn© d§ h¥pk§ t© ,¤JkÅ J§ U it«mÎh¥pk§ t© ,©gc§ J¦ ; con un
nombre más frecuente (supra, § e) en sing.: Jos 7,3, Jh¦t h¥pk§ t© ,¤J«k§ Å J. (Los
numerales 3-10 delante de los millares siempre están en est. constr.; cf.
supra, § d ).
k Observación. En los números compuestos 21 etc., 101 etc., el nom-
bre puede repetirse después de cada elemento del número: Gn 23,1,
¦Gg¤ u§ vb̈J̈ vẗ¥n, “127 años”.
oh¦bJ̈ g©cJ¤Å u§ vb̈J̈ ohr§
l Determinación. Los numerales se consideran determinados en sí
mismos de alguna manera; por tanto, el artículo se usa muy parca-
mente, tanto con el número (incluso con el significado de un número
ordinal; infra, § o), como con el nombre.
El número toma el artículo si es determinado lógicamente: Gn 18,
29b, oh¦gC̈r©tv̈, “los cuarenta”; Gn 14,9, v¨¬n¦ j£ v© , “los cinco” (enumerados
en v. 2); 2 Sm 23,18.19. Con un nombre siguiente (el cual no toma el
artículo): Nm 16,35, Jh¦t o¦h,©Å tn̈U oh¦Xn¦ j£ v© , “los doscientos cincuenta
hombres”; Jos 4,4, Jh¦t rG̈g̈¤v oh¥bJ§ , “los doce hombres” (comp. 1 Re
19,19 y contrariamente 1 Cr 25,19; 27,15, rG̈g̈ oh¥bX§ v© ). Véase también Dt
19,9, v¤Kt¥Å v© J«kẌ©v k©g, “además de estas tres”, frente a Gn 9,19, v¤Kt¥Å vJ̈«k§J,
“estos tres”; con el artículo repetido: Nm 3,46, o¦h,tN̈© Å̈ vu§ oh¦gc§ X¦ v© u§ vJ̈«k§Xv© .
Generalmente es el nombre el que toma el artículo: Jue 7,7, J«k§J
Jh¦tv̈ ,It¥n, “los trescientos hombres” (el nombre en singular; supra, § i);
7. Sin embargo, el est. constr. del dual o¦h,©Å tn̈ y o¦hP©Å k§ t© nunca se usa, y cuando se
debe usar con un nombre contable, siempre toma la forma absoluta, como en
2 Re 18,23, oh¦xUx o¦hP©Å k§ t© . Así, en ugarítico escrito alfabéticamente (Gordon
1965: § 4.31, pero cf. Huehnergard 1987: 144). Esto arroja alguna duda sobre
la hipotética diferenciación fonémica de Z. Harris entre /’alpŸ/, “dos millares
de”, y /’alfŸ/, “millares de” (cf. § 5 o, q). Cf. Muraoka 1995a: 20s.
562 $ 142. Numerales
1 Sm 30,21, oh¦Jb̈£tv̈ o¦h,©Å tn̈, “los doscientos hombres”; Gn 18,28, oh¦Xn¦ j£
oh¦ehS© ¦Mv© , “los cincuenta justos”.
Como puede apreciarse, el artículo no se coloca a la vez con el nú-
mero y el nombre. Tampoco cuando el número sigue: Dn 9,26, oh¦gcªẌ©v
o¦h©ÅbJ§ U oh¦XJ¦ , “las setenta y dos semanas”; e incluso 2 Re 25,16, ohsUN© ¦ gv̈
o¦h©ÅbJ§ , “las dos columnas”.
m Para uno en sentido determinado (“el uno”), tenemos sj̈¤tv̈ (Nm 11,
26, en contraste con el ordinal h¦bX¥ v© , “el segundo” = “el otro”) (Gn 2,
11; 4,19; 10,25; Dt 21,15; 2 Sm 4,2); pero en 1 Sm 1,2, ,©jt© (¿).
Después de un nombre con artículo, sjt, al ser determinado de
alguna manera en sí mismo8 como los otros numerales, puede ir sin el
artículo. —Con el artículo: Jr 52,21, sj̈¤tv̈ sªNg© v̈, “una de las (dos) co-
lumnas”; pero se encuentra sin artículo el v. 20 (Qre), sj̈¤t oḦ©v, “el único
mar”. —Sin el artículo: Nm 28,4, sj̈¤t G¤cFŤv© , “uno de (los) corderos”
(confróntese con h¦bX¥ v© G¤cFŤv© ) (pero con artículo en Lv 14,12); 1 Sm 13,
18, sj̈¤t Jt«rv̈; Jr 24,2; Ez 10,9. —Después de un nombre determinado
por un sufijo: Gn 42,19, sj̈¤t o¤fh¦jt£ (pero en v. 33 con artículo).
ma Los números cardinales de 2 a 10 pueden tomar un sufijo prono-
minal. La estructura es aposicional: Nm 12,4, o¤fT§ J§ k̈§J Ut§m, “salid vos-
otros tres” (= Moisés, Aaráon y Miriam); Dn 1,17, oT̈§gC© r© ¦ hv© u§,
§t v¤Kt¥Å v̈ ohsk̈§
“estos cuatro muchachos” (= Daniel y sus tres compañeros); 2 Sm
21,9, oT̈§gc© J§ , “los siete” (= los siete hijos de Saúl mencionados en v. 6).
Igualmente, o¤vh¥bJ§ significa “los dos”, no “dos” de un grupo que con-
stara de más de dos. Así, Nm 25,8, k¥tr̈§G¦h Jh¦t ,¥t o¤vh¥bJ§ Î,¤t r«es¦§H©u
V,̈c̈¢eÎk¤t vẌ¦tv̈Î,¤tu§, “y traspasó a los dos, al israelita y a la mujer ...”9.
La noción partitiva se expresa:
a) Por medio de una expresión constructa, como en Gn 22,2, s©jt©
¦ v, “uno de los montes”; 1 Sm 17,13, oh¦k«sD§ v© h©J¦hÎh¥bC§ ,¤JkÅ J§ , “tres de
ohrv̈¤
los hijos mayores de Jesé”.
b) Por medio de una expresión preposicional, p.ej., Nm 31,47, sj̈¤t
oh¦Xn¦ j£ v© Îi¦n, “uno de cincuenta”10.
n Es muy frecuente11 la elipsis de ciertos nombres de medidas. Así,
k¤eJ¤Å , “siclo”, se sobreentiende en Gn 20,16, ;¤xFŤ ;¤ktŤ , “mil (siclos de)
plata”; Gn 24,22, cv̈z̈ vr̈G̈£g, “diez (siclos de) oro”; vp̈h¥t, efá, en Rut 3,15,
ohr«¦gG§ J¥J, “seis (efás de) cebada”. Una palabra como rF̈¦F, “hogaza”, se
12.Este k distributivo es una variedad del k de relación (cf. BDB: sub k, 5 a, b).
13.Cf. ugarítico p‘n, término normal para “pie”, y pam, “vez” (de frecuencia); este
último se usa como su correspondiente hebreo: ®l®m pamt, “treinta veces”.
CAPÍTULO V
EL PRONOMBRE
1. Por ejemplo, “este hombre de aquí”, “aquél de allá” (francés, cet homme-ci, cet
homme-là ); “acá”, “allá” (francés, voici, voilà, çà et là).
566 § 143. El pronombre demostrativo
Sm 10,27; 1 Re 22,27 (confróntese con 1 Re 20,39, v¤Zv© Jh¦tv̈, sin conno-
tación despectiva; G 24,58); ,t«z en 2 Sm 3,17 (pero contrariamente, en
1 Sm 2,20; 1 Re 3,18; 2 Re 6,28).
e A veces el demostrativo se emplea con un matiz que parece respon-
der, poco más o menos, a nuestro posesivo2: 2 Re 4,12, ,h¦N©bUX©k tr̈§e
,t«Z©v, “llama a nuestra sunamita” (vv. 25.36); 2 Re 3,10, “estos tres
reyes” = “nuestros tres reyes” (comp. 1 Sm 29,4, o¥vv̈ oh¦Jb̈£tv̈ h¥Jtr̈, “las
cabezas de nuestros hombres”, donde o¥vv̈ es extraño en lugar de vKtv,
cf. infra, § k); quizás Ex 32,1, v¤J«n v¤z, “nuestro Moisés”3 (infra, § i ). Ver
§ 137 f 2).
f v¤Zv© parece usarse a veces con connotación enfática: en 1 Sm 12,16,
/// r¤Jt£ v¤Zv© kIsD̈©v rc̈S̈©v, “esta gran cosa (que Yhwh va a realizar ante vues-
tros ojos)”; Dt 10,21, “esas grandes y prodigiosas cosas que tus ojos
han visto”4.
g v¤z se añade con frecuencia a una palabra interrogativa, sin ningún
apreciable cambio de significado (como en francés qui, qui ça? ). Job
38,2, v¤z h¦n, “¿quién es el que ...?” (quis h•c? o quis híc? ). —Para “¿qué es
lo que?” se usa generalmente ,t«ZÎv©n (femenino para la noción de
neutro; § 152 a; cf. árabe måƒå ): Gn 3,13, ,̈hÅG¦ g̈ ,t«ZÎv©n, “¿qué es lo que
has hecho?”; Gn 12,18; 26,10; 29,25; Ex 14,5.11; Jue 2,2; Jon 1,10;
—raramente v¤ZÎv©n: 1 Sm 10,11 (como sujeto), “¿qué le ha pasado ...?”.
v¤ZÎv©n se encuentra también con el significado de “¿cómo es que?”: Gn
27,20; Jue 18,24; —con el sentido de “¿por qué?”: 1 Re 21,5; 2 Re 1,5.
—Con el adverbio interrogativo h¥t, “¿dónde?”: Job 38,19b, v¤zÎh¥t Q¤JjÅ ,
“las tinieblas, ¿cuál es su sitio?” (comp. el francés où ça? ); Is 66,1, v¤zÎh¥t
h¦kÎUb§cT¦ r¤Jt£ ,¦h©cÅ , “¿qué casa (=dónde está la casa que) podrías cons-
truirme?” (cf. § 158 b c); v¤Zn¦ h¥t: Gn 16,8 y Job 2,2, “¿de dónde vienes?”;
con un nombre apuesto y con la llamativa intercalación de la prepo-
sición: 2 Sm 15,2, vT̈©t rh¦g v¤Zn¦ Îh¥t, “¿de qué ciudad eres tú?”; Jon 1,8,
vT̈Å̈t o©g v¤Zn¦ Îh¥t, “¿de qué pueblo eres tú?”; cf. Jr 5,7, ,t«zk̈ h¥t, “¿por qué
razón?; muy ocasionalmente tenemos v¤z h¥t en el sentido de “qué” o
“cuál”: Qoh 2,3; 11,6 (pregunta indirecta)5; —Gn 18,13, vë£jm̈ v¤Z vN̈k̈
1. Con tUv enclítico: tUv h¦n, en Is 50,9; Job 4,7; Jr 30,21, donde la sintaxis difiere
de la del Sal 24,10,sIcF̈©v Q¤knŤ v¤z tUv h¦n, donde sIcF̈©v Q¤knŤ está en aposición a v¤z;
con v¤zÎtUv, Jr 30,21; Sal 24,10; cf. v¤z h¦n, § 143 g.
2. Por contaminación de las dos construcciones: vT̈©t h¦n y W·¤n§JÎv©n (Gn 32,28; Ex
3,13). Esta contaminación es tanto más explicable cuanto que para un semita
el nombre se concibe como algo equivalente a la persona. Igualmente en
arameo: i©n, Esdr 5,4 (cf. Joüon 1920: 365, n.).
3. Pero LXX, ti,j evstin a;nqrwpoj ..., y Vulg. quis est vir ...
4. Fenómeno similar con vz; § 143 g. Pace Gibson (41994: § 8 Rem. 2), el sintag-
ma es distinto del que se encuentra en un caso como Jr 2,5, k¤ug̈ h¦C /// Ut§mN̈Îv©n,
“¿que hallaron ... en mí de injusto?”, pues g©mCŤÎv©n es una oración completa y
v¤hj§ ¦h r¤cŤd h¦n no puede significar “¿quién va a vivir como un hombre?”.
570 § 144. El pronombre interrogativo
“¡qué bellas son tus tiendas!” (exclamativo); Gn 44,16, e·S̈©ym§ ¦BÎv©n,
“¿cómo justificarnos?”; Ex 14,15, hk̈¥t e©gm§ T¦ Îv©n, “¿por qué clamas a
mí?”5. Con vz enclítico, cf. § 143 g.
f vn tiene a veces el valor de un pronombre indefinido. En la mayoría
de los casos se sitúa después del verbo: 1 Sm 19,3, Q«k̈ h¦TsÅ §©Dv¦ u§ vn̈ h¦,hÅt¦ r̈§u,
“y si veo algo, te lo comunicaré”; 2 Sm 18,22, vn̈ h¦vh¦u, “¡y sea lo que
sea!” (cf. Job 13,13); Nm 23,3 (§ 129 q, n.); 2 Sm 18,29, vn̈ h¦Tg§ sḧ Å© t«k,
“no sé nada” (cf. Prov 9,13)6.
fa hn y vn parecen introducir ocasionalmente una oración relativa de
carácter general, “cualquiera que ...”, “quienquiera que ...”, “cualquier
cosa que ...”, p.ej., Jue 7,3, c«aḧ srj̈§ ¥ n, “quienquiera que tenga
¥ u trḧÎh¦
miedo y tiemble, que se vuelva”; Dt 20,8, c«Jḧ§u Q¥k¥h cc̈¥Kv© Qr§ ©u t¥rḦ©v Jh¦tv̈Îh¦n
I,h¥ck§ , “¿quién es el hombre medroso y blando de corazón? Váyase y
vuelva a su casa”; Prov 9,4.16, vB̈Åv¥ rªxḧ h¦,pŤ Îh¦n, “quien sea simple, llégue-
se acá”; Jue 9,48, h¦bIÅnf̈ UG£g Ur£vn© h¦,hÅG¦ g̈ o¤,h¦tr§ vn̈, “lo que habéis visto que
he hecho, apresuraos a hacerlo como yo”7; 2 Sm 21,4, ohr§ ¦n«t o¤Tt© Îvn̈
o¤fk̈ v¤Gg¡t¡ , “lo que vosotros digáis, os lo haré”. Con la oración principal
introducida por waw (¿de apódosis?): Os 14,10, v¤Kt¥Å i¥cÅ̈hu§ of̈j̈ h¦n, “quien
quiera que sea sabio comprenderá estas cosas”; 2 Cr 36,23, /// o¤fc̈Îh¦n
k©gÅ̈hu§ IN¦g uhv̈«k¡t vü«v§h; 1 Sm 20,4, QK̈Îv¤Gg¡t¤ u§ W§Jp§ ©b r©nt«TÎv©n; Jr 9,11, Jh¦tv̈Îh¦n
Vs̈¦D©hu§ uhk̈¥t vuvhÎh¦P r¤CS¦ r¤Jt£©u ,t«zÎ,¤t i¥cḧ§u of̈j̈¤v (| una oración relativa sin
antecedente)8. Lo correcto de este análisis se prueba si la oración
introducida por tal intrerrogativa se encuentra siguiendo a la oración
principal. Un caso dudoso es Ex 32,33, hr§ ¦pX¦ n¦ UBÅj¤ n§ t¤ h¦kÎtÿj̈ r¤Jt£ h¦n (con
un pronombre correferemcial retrospectivo).
g En combinación con el relativo encontramos r¤Jt£ h¦n, “aquél que”,
“el que”9: 2 Sm 20,11 † (comp. arameo hS¦ i©n, Dn 5,21); Qoh 1,9, w¤JÎv©n,
“aquello que”, “lo que”; Qoh 3,15 (comp. arameo hs¦ tn̈, Esd 6,8).
5. Sobre la fuerza adverbial de vn, cf. paralelismo entre vn y vfht en 1QH 9,5-7.
6. El único ejemplo con hn pudiera ser 2 Sm 18,12, donde, sin embargo, debe
leerse hk.
7. Cf. LXX A, ti, ei;dete ... | B, o` ei;dete ...
8. Cf. BDB, s.v. hn g, vn 1e; Brockelmann 1908-13: II 580, y 1956: § 154; Peretz
1967: 144s; Blau 1999, donde Jr 7,17, oh¦G«g vN̈Åv¥ vn̈ v¤t«r W§bh¥tv© , es citado como
un caso ambiguo, pero cf. LXX ti,, Vulg, quid, Pešitta meddem d-.
9. Hay un salto del sentido interrogativo al relativo: ¿Quién es el que ha pecado
contra mí? Lo borraré de mi libro”, deviene “Al que ha pecado contra mí, lo
borraré de mi libro” (Ex 32,33) (Brockelmann 1908-13: II, 580); compárese
Dt 20,5; Jue 10,18; Ex 24,14; 32,26.33; Jue 7,3; 9,48; 1 Sm 20,4; 2 Sm 21,4.
Véase Peretz 1967: 144ss.
§ 145. El pronombre relativo 571
h Un vn retórico puede, en determinadas circunstancias, equivaler a
una negación10: 1 Re 12,16, s¦us̈§C e¤kj¥Å UbÅ̈KÎv©n, “¿qué parte tenemos nos-
otros con David?” (= no tenemos ninguna parte ...), seguido por
h©J¦hÎi¤cC§ vk̈£j©bÎt«k§u11, “ni heredad con el hijo de Jesé” (cf. 2 Sm 20,1, UbÅ̈k ih¥t
e¤kj¥Å ); Cant 8,4 (confrontar con Cant 5,8).
10.El árabe må es habitual como negación. Para un tratamiento general del nexo
entre interrogativas y negativas, cf. Faber 1991. Comp. también i¦ht©Å con el
morfema interrogativo -§ht© , como en i¦ht©Å n¥ , “¿de dónde?”, v¥Ht© , “¿dónde?”, Q¦ht¥ ,
“¿cómo?”.
11.Sobre el especial matiz de la negación aquí, cf. § 160 oa.
1. Véasse también el uso de r¤Jt£ como equivalente de h¦F en las oraciones sindé-
ticas sustantivas (§ 157 a ss.).
2. La tendencia a percibir r¤Jt£ como pronombre debió ir en aumento en un
período posterior cuando el pronombre retrospectivo tendía a omitirse.
3. Este uso está perfectamente documentado en ugarítico.
572 § 145. El pronombre relativo
atormentan”; Sal 9,16; 10,2; 31,5; 32,8; 68,29; 143,8; Ex 15,13; Is
42,24; 43,21. Todas estas oraciones relativas con Uz tienen un antece-
dente determinado, aunque no esté señalado formalmente como tal4.
d IV. En los libros de Cr y Esd, el artículo se usa a veces como relativo:
1 Cr 26,28, k¥tUn§J JhS§ ¦ev¦ v© k«F, “todo lo que Samuel había consagrado”.
De hecho, los ocho ejemplos se dan con el perfecto de 3ª pers.: 1 Cr
29,8, tm̈§n¦Bv© ; 1 Cr 29,17, Ut§mn§ ¦Bv© ; 2 Cr 1,4, ih¦fv¥ ©C (con preposición); 2 Cr
29,36, ih¦fv¥ v© k©g; Esd 8,25, UnhŦr¥vv© ; Esd 10,14, ch¦Jv©v; Esd 10,17, UchÅJ¦ v©v5.
e La existencia del artículo como relativo en los textos antiguos es
altamente improbable6. Algunas formas vocalizadas o simplemente
acentuadas como perfectos, eran entendidas muy pobablemente como
participios por el escritor. Formas vocalizadas como perfectos: 1 Re
11,9 (Dn 8,1), vẗr¦§Bv© ; Is 56,3, vü§k¦Bv© (leer v±¤ del participio). —Formas
con el acento mill§‘el del perfecto: Rut 1,22 (2,6; 4,3), vc̈Å̈X©v, “quien re-
tornó”, en lugar de vÅ̈cẌ©v, “la retornada” (= la que ha retornado). Dado
que el acento mill§‘el se encuentra casi siempre cuando la acción es pa-
sada, los naqdanim pueden haber preferido el perfecto para expresar
mejor el pasado: confróntese., p.ej., Job 2,11, vẗÅ̈C©v con sentido de pa-
sado, “(aquella desgracia) que había venido”, y Rut 4,11, vÅ̈tC̈©v con
sentido de futuro inminente, “(la) que va a venir”. Otros ejemplos: Gn
18,21; 46,27; Is 51,10; Ez 26,11 (quizás part. pasivo de qal ; cf, § 56 c).
f Que el artículo definido funciona como un pronombre relativo es
evidente cuando el artículo se usa con un participio que toma un sufijo
tiquio del verso (q•nah); cf. Kraetzschmar (1900: ad loc) y Cheminant (1912:
82). Cf. Ez 27,8, vN̈Åv¥ . Los estudiosos de la métrica suelen olvidar que las ano-
malías sintácticas y morfológicas pueden ser de gran ayuda para construir sus
teorías. En poesía, la coerción métrica obliga a los escritores a desviarse del
uso en prosa, y tales desviaciones ofrecen valiosa información sobre el metro.
5. Cf. Muraoka 1985: 48s, donde se incluye también un tratamiento de los dos
ejemplos de Cant. Véase el hbt del salmista en 1QH 4.30, h,gsh hbtu.
6. Volksprache de Delitzsch como aplicado en su interpretación de hbt en Cant
5,5.6; cf. Delitzsch 1875: ad loc.
7. Véase tratamiento con ejemplos en Muraoka 1985: 61-66 y Kogut 1982.
8. Cf. Muraoka 1985: 63s.
576 § 146. El pronombre personal
2. En aposición en sentido amplio (una especie de pronombre de
“recuperación”9) : cuando un segundo sujeto se añade a un sujeto
nominal, después de una palabra que hace de separación, se necesita
el pronombre retrospectivo: Gn 13,1, IT§Jt¦ u§ tUv o¦hr§ Å©mN¦ n¦ or̈§ct© k©g©ÅH©u, “y
subió Abraham de Egipto, él y su mujer ...”; Rut 1,1. Pero una
aposición no hace separación, p.ej., Ex 18,5, uhb̈c̈U v¤J«n i¥,«j Ir§,¦h t«cḦ©u,
“y vino Jetro, suegro de Moisés, con sus hijos”.
3. Cuando al sujeto pronominal contenido virtualmente en la forma
verbal se añade un segundo sujeto, se necesita el pronombre de re-
cuperación: Gn 6,18, WhŤbc̈U vT̈©t vc̈¥Tv© Îk¤t ,tc̈U,
Å̈ “y entrarás en el arca,
tú y tus hijos”; Gn 7,1; Jue 11,38; 1 Re 1,21 (en 1 Sm 29,10 hay que
restituir vTt); Rut 1,3.6.
4. Cuando al sujeto pronominal se añade un sujeto en otra persona, se
necesita el pronombre de recuperación: Gn 17,9, r«nJ§ ,¦ h¦,hr§ ¦CÎ,¤t vT̈©tu§
§zu§ vT̈©t, “y tú guardarás mi alianza, tú y tus descendencia”.
W£gr©
d 5. En aposición a un sufijo verbal: Gn 27,34, h¦btÎo© £ “bendíceme,
Å̈ d h¦bf¥Å rC̈,
también a mí”; cf. Zac 7,5 (¿). De modo similar, con el adverbio v¥Bv¦
(§ 102 k ): Ez 6,3, th¦cn¥ h¦bt£ h¦b§bv¦ , “he aquí, que yo voy a traer ...”; Ez
34,11.20 † (con waw de apódosis en los dos últimos casos).
6. En aposición a un sufijo nominal: 2 Sm 19,1, WhT¤Å j§ ,© h¦bt£ h¦,Un i¥T¦hÎh¦n,
“¡quién me diera haber muerto en tu lugar!” (lit., ¡quién me diera el
morir de mí yo en tu lugar!); 1 Re 21,19, vT̈ẗÎo©D W§nS̈Î,¤t oh¦ck̈§Fv© UEÅ «kḧ,
“los perros han de lamer tu sangre, también a tí”; Nm 14,32; 1 Sm
20,42; 2 Sm 17,5; Jr 27,7; Miq 7,3; Sal 9,7; 38,11; Prov 23,1510.
7. Igualmente con una preposición: 1 Sm 25,24, i«ug̈¤v h¦b«st£ h¦bt£ Îh¦C, “¡Oh
mi señor, mía es la falta!”; 1 Sm 19,23, tUvÎo©D uhk̈g̈, “sobre él tam-
bién”; Dt 5,3; Ag 1,4; 2 Cr 35,21; 1 Re 1,26, WSc© ¤ gÎh¦bt£ h¦k, “a mí, tu
servidor”; Dn 8,1, kt¥H¦bs̈ h¦bt£ h©kt¥ , “a mí, Daniel”11.
e Pronombre con un nombre en aposición. Esta construcción, que es
el reverso de la precedente, no es infrecuente, esp. en HBT12. En ella el
uso del pronombre se denomina proléptico13 (o anticipado); el nombre
14.Véase Muraoka 1985: 65s. Pace Khan (1988: 77, n. 15), la construcción no
está condicionada por la presencia de o©D, pues el autor podía haber omitido ov
o situar ov od detrás de ohrmn, como en Gn 4,4, tUvÎo©d th¦cv¥ k¤cvŤ .
15.Construcción muy frecuente en arameo y HM
16.Construcción muy frecuente en arameo y HM.
17.Construcción muy frecuente en arameo y HM (Pérez Fdez. 1992: 48-49).
18.La misma estructura se da en el púnico tardío: tka tke, “su voz” (KAI
147.4). La auténtica ortogafía de HM no separa K¤J del nombre que sigue.
578 § 146. El pronombre personal
g Uso estilístico del sufijo nominal. De modo general, el pronombre
posesivo se emplea en hebreo mucho más ampliamente que en nues-
tras lenguas. En particular, nótese su empleo en las oraciones de rela-
tivo, p.ej., en Ex 32,32 (§ 129 t ). Con nombres de partes del cuerpo se
suele emplear, si el sentido lo permite; Gn 22,10, IsḧÎ,¤t ov̈r̈§ct© j©kJ§ ¦H©u,
“Abraham alargó su mano”; Jue 4,15; 2 Sm 2,18; 9,13, uhk̈§dr© h¥TJ§ ©jX¥ P¦ ,
“cojo de ambos pies” (comp. v. 3, o¦h©kÅ d§ r© v¥f§b); 1 Re 15,23; 2 Re 9,24.
Por otra parte, el pronombre posesivo no se usa en algunos casos
donde nuestras lenguas lo usan generalmente (cf. § 137 f 2).
En determinadas expresiones el pronombre se reemplaza por k con
sufijo, p.ej., vẌ¦tk§ IkÎh¦vT§ ©u, “y pasó a ser su esposa” (Gn 24,67 etc.); en la
expresión oIkJ̈§k Ik k©tJ̈, “preguntar a alguien por la paz” (= “interesarse
por su salud”, de donde “saludar a alguien”)19. Véanse también las ex-
presiones de § 130 g.
h Omisión del sujeto pronominal. El sujeto se omite frecuentemente
después del adverbio demostrativo v¥Bv¦ , que ya muestra suficientemente
al sujeto20: Gn 42,28, h¦Tj§ T© n§ t© c§ v¥Bv¦ , “¡aquí está en mi costal” (pero en el
v. 27, IT§jT© n§ t© h¦pC§ tUvÎv¥Bv¦ u§; delante de un participio (cf. § 154 c): Gn
24,30; 37,15; Ex 7,15; 8,16. —En una respuesta: Gn 18,9.
Se suele omitir en una oración nominal que formal o virtualmente
contiene una respuesta: Gn 37,32, “mira si es o no la túnica de tu hijo.
Él la reconoció y exclamó: –h¦bC§ ,¤b«,Å F§ – ¡Es la túnica de mi hijo!”; 1 Sm
26,17; cf. § 161 l.
i Omisión del objeto pronominal. El objeto pronominal se omite con
frecuencia.
1. Cuando dos verbos tienen el mismo objeto, el nombre se coloca
después del primer verbo y el segundo verbo recibe un sufijo21: Gn
22,13, vk̈«gk§ UvÅ¥kg£©H©u k¦ht©Å v̈Î,¤t j©E¦H©u, “tomó el carnero y lo ofreció como
holocausto”. Pero el sufijo puede omitirse22: Gn 2,19, “Yhwh Dios
había formado de la tierra todos los animales del campo ... y (los)
condujo ante el hombre –os̈ẗv̈Îk¤t t¥cḦ©u–”; Gn18,7, i¥T¦H©u.
23.Abronin (1927-28: 207s) cita Ez 29,3, h¦b,¦Å h¦Gg£ h¦bt£ (Vulg., ego feci memetipsum) para
contestar este punto; la fuerza reflexiva es indudable en Sira 7,7 (mh. kataba,lh|j
seauto,n) lkhp, kt /// lghar, kt; Sira 7,16 (mh. proslogi,zou seauto.n ...) lchaj, kt.
Cf. también 2 Cr 35,14, oh¦bv£«F©ku§ o¤vk̈ Ubh¦fv¥ o¦Hu¦k§ v© u§, “los levitas praparaon para sí y
para los sacerdotes”; Lv 16,17, k¥tr̈§G¦h k©ve§ ÎkF̈ s©gc§ U I,h¥C s©gc§ U Is£gC© r¤Pf¦ u§, “hará
expiación por sí, por su casa y por toda la asamblea de Israel”.
580 § 147. Sustituciones pronominales
antítesis: Jr 7,19; Ez 34,2.8.10. Con todo, el modo habitual de expresar
el reflexivo es la forma verbal reflexiva: nif‘al (§ 51 c), hitpa‘el (§ 53 i).
Aunque suele decirse que J¤p¤Åb, “alma”, se emplea como sustituto
del acusativo reflexivo, un análisis sintagmático de su uso sugiere más
bien que mantiene su significado léxico en diverso grado24. Un para-
lelismo como el de Sal 121,7, WÅJ¤ p§ ©bÎ,¤t r«nJ§ ¦h gr̈ÎkF̈¦n Wrn̈§
§ J¦h vuvh, no es
óbice para tal análisis.
7. En contraste con Zac 8,17 (o¤fc§ ©ck§ C¦ Uc§Jj§ T© Îk©t UvÅg¥ r¥ ,©gr̈Î,¤t Jh¦t), aquí ,gr estaría,
pues, separado de su genitivo lógico; véanse casos análogos en § 129 r. Pero
posiblemente ,gr se construye sobre una expresión total considerada como
un bloque. Cf. también Jl 2,8.
CAPÍTULO VI
CONCORDANCIA
5. Se dan casos análogos en árabe, p.ej., ba‘•d, sinónimo de eujr; cf. Brockel-
mann 1908-13: II, 95. Con rJ̈ḧ (Sal 119,137) debamos leer probablemente el
sing. W·¤yP̈§Jn¦ .
6. Con It coordinando dos sustantivos se encuentra el participio en sing. (Ex
23,4, v¤g«T) o en pl. (Dt 22,1, oh¦jS̈¦b; v. 4; compárese con Dt 17,5, sufijo verbal y
verbo en plural).
1. Como en español: “parte de los niños están sentados”.
§ 149. Concordancia del pronombre personal 585
cf. Ez 18,26; 33,18.19; Job 22,21. —Pronombre independiente: Nm
14,27; Ex 3,7.
b Género. Un pronombre referido a dos nombres de diferente género
se usa en masculino, como genus potius (cf. § 148 a): Gn 1,27, o,̈«t,
“ellos” (referido al hombre y la mujer); Gn 32,1, o¤v,§ t¤ , “ellos” (sus
hijos e hijas).
El pronombre sufijo toma con mucha frecuencia el género mascu-
lino en lugar del femenino, especialmente en la 2ª pers. pl. y (principal-
mente) en la 3ª pers. pl. Esta sustitución del femenino por el masculino
(genus potius) es sobre todo frecuente en los libros más tardíos, sobre
todo en Cr. Se trata de un fenómeno morfosintáctico, no fonológico,
pues la tendencia general en HM es final de palabra m > n2. Ejemplos:
– Sufijos nominales (con nombre y preposición): Gn 31,9, o¤fh¦ct£ , pero
en vv. 5 y 6, i¤fh¦ct£ ; Rut 1,9a, o¤fk̈, pero en v. 9b, i¤vk̈; Rut 1,8, o¤fN̈¦g;
Ex 2,17, ob̈t«m, pero en v. 16, i¤vh¦ct£ ; incluso en un mismo v.: Nm
27,7, ivk ivhct /// ovhct /// ovk; igualmente hablando de animales, Gn
32,16, o¤vh¥bC§ ; 1 Sm 6,7, o¤vh¥kg¤ ; o refiriéndose a cosas, Gn 41,23,
o¤vhr£ ¥jt© 3. Ejemplos del sing.: Ex 11,6, v,̈ḧ§v¦b t«k UvÅ«nF̈ r¤Jt£ /// vk̈«sd§ vëg̈§m,
“un gran clamor ... cual nunca lo hubo”; Jue 11,34, IkÎih¥t vs̈h¦j§h th¦v
UBÅN¤ n¦ , “era su hija única, no tenía a nadie fuera de el(la)”4.
– Sufijos verbales: el sufijo de 2ª pers. fem. pl. está ausente en todas
las formas verbales; el suf. de 3ª pers. fem. pl., en la mayoría (cf.
Paradigma 3): Jue 16,3, o¥gẌ¦H©u (refiriéndose a las puertas, ,I,k̈S); § Prov
6,21, or§ ¥Jë; 1 Sm 6,10, or§
¥xt©©H©u.
c Por otra parte, en el pronombre independiente la sustitución del fe-
menino por el masc. es muy rara5. Los únicos ejemplos seguros se en-
cuentran en 3ª pers. pl.: vN̈Åv¥ (Zac 5,10; Cant 6,8; Rut 1,22). Anoma-
lías: Lv 25,33, th¦v en lugar del plural por atracción del predicado (cf. §
150 m); Jr 10,3 (por la misma razón); Jos 13,14 (¿), tUv, quizás por in-
fluencia del nombre regido vuvh (herencia de los levitas, vv. 33 etc.)6.
1. La forma vb̈§k«yÅ e§ T¦ , como 3ª pers. pl., es normalmente ignorada (infra, § c), i.e.,
no se usa cuando debiera usarse. Para ver una lista de casos donde las formas
de 2ª y 3ª pers. pl. femeninas son sustituidas por sus correspondientes mascu-
linas, cf. Lambert 1931-38: § 705. En HM, las formas distintivas de estas cate-
gorías desaparecen, reemplazadas por las correspondientes masculinas.
2. Para detalles sobre la influencia del orden de las palabras, cf. Young 1999: 52s
y 2001: 70s.
3. Nótese la extraordinaria vacilación en Ez 1,5-26; 34,2-31; 37, 1-11.
4. La forma vb̈§k«yÅ e§ T¦ como 2ª pers. es rara (supra, § a). Véase § 150 a, n.
5. Como sucede sistemáticamente en HM y con frecuencia en HQ (Qimron
1986: 45).
§ 150. Concordancia del verbo 587
§ “vuestras ciudades se convertirán en ruina”; con un fem. dual: 2
vC̈rj̈,
Cr 6,40, ,Ij,§ ªP WhŤbh¥g tb̈ÎUh§v¦h (cf. infra, § d ); con un colectivo: Gn 30,39,
it«Mv© Un¡j¤H©u, “se enceló el ganado” (cf. infra, § e. Sobre la omisión de la
forma fem. sing., cf. infra, § k ).
d Con un dual el verbo es normalmente plural. Si el nombre es feme-
nino, el plural puede ser femenino o masculino (supra, § c ). —Con el
dual fem. o¦hsḧ Å© se tiene: siempre (5 x) o¦hsḧ Å© vb̈§e©Åz¡jT¤ (Jue 7,11; 2 Sm 2,7; Ez
22,14; Zac 8,9.13); siempre (2 x) vb̈hÅP¤ r¦ Å© (Is 13,7; Ez 7,17); pero
§T o¦hsḧ
siempre o¦hsḧ Å© UPr¦§h (4 x: 2 Sm 4,1; Sof 3,16; Neh 6,9; 2 Cr 15,7). —Con
o¦h©Åbh¥g: Miq 7,10, vb̈hÅt¤ r¦ §T h©bh¥g. El dual (como el plural, infra, § g ) puede ser
visto como un colectivo y el verbo puede ponerse en fem. singular
(raro): Miq 4,11, UbhÅ¥bh¥g iIH¦mC§ z©j,©Å u§; 1 Sm 4,15, vn̈º̈e uhb̈h¥g (cf. infra, § h).
e Con un colectivo, el verbo puede usarse en singular o en plural (en
pl. es más frecuente en los libros tardíos, sobre todo en Crónicas; es
muy común en HQ6): 2Sm 23,11, xb̈ og̈v̈§u; | 1 Cr 11,13, UxÅ̈b og̈v̈§u (contra-
riamente también 2 Sm 6,19 | 1 Cr 16,43). Pero podemos observar la
alternancia incluso en dos versículos consecutivos: Jue 9,36s, og̈Îv¥Bv¦
ohs¦rIh ¥ Un primer verbo, especialmente si antecede al nom-
§ og̈Îv¥Bv¦ /// srIh.
bre, puede emplearse en singular, mientras que un segundo verbo,
siguiendo al nombre, se emplea en plural: 1 Re 18,39, Uk§P¦H©u og̈v̈ÎkF̈ tr© §H©u;
1 Sm 23,13, s¦uS̈ y©kn§ ¦bÎh¦F s©Dvª kUtJ̈§kU /// Uf§Kv© ,§ ¦H©u vk̈¦gE§ n¦ Ut§m¥H©u /// uhJ̈b̈£t©u s¦uS̈ oëḦ
vk̈h¦gE§ n¦ 7. Otros ejemplos: —Con un colectivo femenino: 1 Sm 17,46,
.rÅ̈
¤tv̈ÎkF̈ Ugs¥ §hu§; Gn 41,57, UtÅ̈C .rẗv̈Îkf̈§
¤ u; Ez 31,16, vs¨ ¤¬v© ,©Hj© k«F Us§k«ḧ; —Con
un nombre tratado ocasionalmente como colectivo: Gn 34,24, Uk«ÅN¦H©u
rf̈z̈ÎkF̈; Jue 9,55, k¥tr̈§G¦hÎJh¦t Utr¦§H©u. Igualmente, con nombres de pueblos
el verbo puede ser masc. singular o masc. plural: —masc. singular: Ex
17,11, k¥tr̈§G¦h r©cd̈§u; Is 19,16; Am 1,11; 1 Cr 18,5; 19,15.16. 18.19;
—masc. plural: 2 Sm 10,17, or̈£t Ufr© §g©H©u; 1 Re 20,20; 1 Cr 18,2.5.6. 13.
Además, puesto que un pueblo puede considerarse como una
colección (colectivo), el verbo, sobre todo si se sitúa en primer lugar,
puede usarse en fem. singular (cf. infra, § g )8: 2 Sm 8,2, cẗIn h¦vT§ ©u, y vv.
9. Mientras que taqtul¥na para la 3ª pers. masc. pl. parece confirmarse en los
dialectos del semítico occidental del s. XIV a.c., su existencia en HB, contra
Moran, es bastante improbable; de un total de 20 ejemplos mencionados, 7
son perfectos, y de los 13 restantes, sólo 2 (Sal 103,5 y Job 14,19, con hapax
legomenon en el último) tienen un sujeto masculino. Véase Moran 1961: 62s, y
cf. Izre’el 1987.
10.Aquí posiblemente se evitó Ubg̈ para no repetir tres veces la teminación nu.
§ 150. Concordancia del verbo 589
j La forma verbal de 3ª pers. masc. sing. se suele usar cuando precede
al nombre sujeto, sobre todo si está separada de él por una o más pala-
bras11. Esta construcción, muy rara cuando se refiere a personas, se
encuentra especialmente en poesía y en prosa elevada. En prosa simple
se encuentra principalmente con el verbo vḧv̈ (sobre todo la forma
h¦v§h©u)12. Ejemplos en prosa simple13: Ez 14,1, oh¦Jb̈£t h©kt¥ tIcḦ©u (var. UtÅ«cḦ©u ); 1
Sm 4,10, h¦kd§ r© ;¤ktŤ oh¦Jk§J k¥tr̈§G¦Hn¦ k«P¦H©u (contra Jue 20,44, Uk§P¦H©u en contexto
similar); 2 Sm 24,15, Jh¦t ;¤ktŤ oh¦gc§ J¦ /// og̈v̈Îi¦n ,n̈Å̈H©u (pero Ex 8,9, U,ÅnªḦ©u
oh¦gS§r© §pm§ v© ). Con el verbo vhv: 1 Sm 1,2, ohsk̈§ ¦ h vB̈¦bp§ k¦ h¦v§h©u14; 1 Re 11,3, IkÎh¦v§h©u
,It¥n g©cJ§ ,IrG̈ oh¦Jb̈; Gn 35,5b. Fuera de la prosa simple: Is 47,11, tc̈U
vg̈r̈ Q¦h©kÅ g̈; Jr 51,48, ohs¦sIX©
§ v Vk̈ÎtIcḧ; Is 2,17; 9,18; 14,11; 28,18; Jr 13,18;
Sal 124,5. En Is 33,9, .rº̈ ¤t vk̈§kn§ tª k©cẗ el segundo verbo concuerda
(contra [?] Is 24,4); cf. Is 14,9 (¿).
k Incluso en sing., el femenino a veces no es tenido en cuenta (para el
plural, cf. supra § c). En prosa simple, k v¤hv§ ¦h se encuentra después de un
nombre femenino15: Ex 12,49, wk v¤hv§ ¦h ,©jt© vr̈IT (= Nm 15,29; cf. Nm
9,14); Dt 18,2, IKÎv¤hv§ ¦hÎt«k vk̈£j©b; Ex 28,32; 2 Cr 6,29 (|1 Re 8,38, v¤hv§ T¦ ); 2
Cr 17,13. Otros ejemplos: Gn 17,15 (¿), vḧv̈ vÿk̈£g; Prov 2,10 (¡después
de tIc,̈!); Job 8,7 (acaso por analogía de vhvu); Job 36,18; Jr 50,46 (¿).
l No sólo el femenino, tampoco el plural es tenido en cuenta con vhv
k (supra, § k ) en Gn 47,24, o¤fk̈ v¤hv§ ¦h ,«sḦ©v g©Cr© §t; Ex 28,7; 30,4 (el plural
en Qoh 2,7, h¦k vḧv̈ ,¦h©cÅ Îh¥bc§ U). Cf. también Is 16,8;Hab 3,17.
m Ciertas anomalías pueden explicarse por influencia del predicado:
Gn 28,22, oh¦v«k¡t ,h¥C v¤hv§ ¦h /// ,t«Z©v i¤ctŤ v̈ (pero vhv tiende a permanecer sin
11.El verbo tiene entonces una especie de cualidad impersonal, como en fran-
cés: il est arrivé de mauvaises nouvelles; il manque deux francs; en italiano: manca due
lire; mi è venuto voglia. Psicologicamente, se piensa primero la idea verbal en sí
misma, y después el sujeto.
12.Sobre el comportamiento único de vḧv̈, cf. Levi 1987: 203-13.
13.En la prosa simple la forma verbal queda habitualmente sin conjugar cuando
el nombre sigue inmediatamente, p.ej., Uk§P¦H©u Jos 17,5; Jue 9,40; 1 Sm 17,52;
31,1; 1 Cr 10,1; 2 Cr 13,17 †.
14.k vḧv̈ con el significado de “pertenecer a, tener”, normalmente no se conju-
ga. Acaso aquí hvhu es un mero marcador del tiempo de la subyacente oración
nominal ohskh vbhbpk.
15.Fenómeno sin explicación; quizás por analogía del frecuente k vhv no conju-
gado delante de un nombre (supra, § j, n.). En todo caso, lo que resulta de los
§§ j, k, l, es que k vhv tiende a permanecer sin conjugar. En mandeo el verbo
tuv, “ser”, permanece muchas veces sin conjugar; cf. Nöldeke 1875: § 281.
590 § 150. Concordancia del verbo
conjugar; supra, § k, n.); Gn 31,8, Wº¤ ¦e§b (idem); Lv 25,32, v¤hv§ T¦
rf̈§G v¤hv§ ¦h ohSª
(cf. v. 33, thv, § 149 c); Ez 35,15, v¤hv§ T¦ .
n B. Concordancia con un sujeto compuesto16
1. Sujeto compuesto de un grupo genitival (nomen regens y nomen rectum
= genitivo). En este caso el verbo generalmente concuerda con el
nomen regens: 1 Re 17,16, v,̈k̈f̈ t«k j©nE¤ v© s©F, “la tinaja de la harina no se
agotó”. Rara vez concuerda el verbo con el nomen rectum: i¤nX¤Å v© ,©jP© ©mu§
r·¥xj̈ t«k, “ni la orza del aceite se vació” (idem) (pero [¿]; cf. v. 14,
r·ẍ§jT¤ ). Otros ejemplos de concordancia con el nomen rectum respecto
al género: Ex 26,12; Lv 13,9; Jos 34,33; 2 Re 4,39; Is 27,2; Prov
29,25. —En cuanto al número17, supra, § i.
o Observación. Cuando el nomen regens es kF, el verbo casi siempre
concuerda con el nomen rectum: Ex 15,20, oh¦JB̈©vÎkf̈ ¨itÅm¤ T¥ ©u, “todas las
mujeres salieron”; Sal 150,6, Vḧ k¥Kv© T§ vn̈J̈§Bv© k«F, “todo cuanto respira
alabe a Yhwh” (igualmente con un sufijo, p.ej., Jos 8,24, oK̈ªf Uk§P¦H©u).
Las excepciones son muy raras: Ex 12,16, v¤Gg̈¥hÎt«k vf̈tk̈§nÎkF̈, “no se
hará ningún trabajo”; Prov 16,2 (donde Q©z es más bien verbo y no
adjetivo: cf. Job 15,15).
p 2. Sujeto compuesto de dos (o más) nombres yuxtapuestos con (o
incluso sin) waw.
Cuando el verbo se pospone al sujeto se formula normalmente en
plural: Ex 17,10, Ukg̈ rUj§u i«rv£t© v¤J«n; Gn 31,14. A veces el verbo per-
manece en singular cuando los dos nombres, expresando una sola
idea18, se toman per modum unius : Dt 8,13, QK̈Îv¤Cr¦§h cv̈z̈§u ;¤xFŤ, Os 4,11;
9,2; 10,8; Prov 27,9. En Is 9,4 v,̈§h«v̈ concuerda con el último sujeto.
En Ex 21,4, waw tiene, más o menos, la misma cualidad que el waw
de compañía del árabe (= “con, junto con”): “la mujer con sus hijos
serán –v¤hv§ T¦ –de ...” (comp. 2 Sm 14,9, § 148 d ); cf. § 151 a19.
q Cuando el verbo se antepone al sujeto, puede concordar con el
primer nombre o formularse en plural20. —Concordancia con el
1. Aquí h¦kIe, antes del verbo, es sujeto, como h¦Jp§ ©b en Is 26,9 y Sal 57,5, y como
h¦P en Sal 66,17 (por otra parte, Q¥kIe en Is 10,30: Q¥kIe h¦kv£©m, § 125 s). El matiz
enfático generalmente aceptado apenas aparece.
2. Adviértase el desarrollo sintáctico en 1QIsa ad loc., vz kt vz ohtreu. Cf. Mura-
oka 1995: 71 con n. 54.
§ 152. Expresión del neutro 593
b 2. Pronombre personal. De modo similar, se usa el fem. cuando el
sentido es impreciso: Am 7,6, v¤hv§ ,¦ t«k th¦v o©D, “tampoco esto será”
(después de ,t«z k©g); Jue 14,4, th¦v vüv§hn¥ , “esto viene de Yhwh”; Nm
14,41; Ex 10,11, V,̈«t, “eso es lo que pretendéis vosotros”; Gn 24,
14, VC̈, “en eso yo sabré ...”, Gn 15,6, v̈Åc¤J§ j§©H©u, “y lo consideró”; Job
38,18, VK̈ªF, “todo esto”; Gn 42,36, vb̈Å̈Kªf, “todas estas cosas”. —Pero
en masc. r¤Jt£ tUv: Gn 42,14, “esto es lo que yo he dicho” (comp.
Gn 41,28); Gn 44,10, tUvÎi¤F o¤fhr§ ¦f, “conforme a vuestras palabras,
¥cs§
así será ello”; Ex 16,23, r¤CS¦ r¤Jt£ tUv, “esto es lo que ha dicho”.
c 3. Verbo. Se encuentra el femenino en los mismos casos que el pro-
nombre, p.ej., Am 7,6 (citado supra): Is 7,7, v¤hv§ ,¦ t«k§u oUe,̈ t«k, “no se
cumplirá ni ocurrirá tal”; Is 14,24, th¦v h¦Tm§ g©Å ḧ r¤Jt£ f© u§ v,̈º̈h«v̈ i¥F h¦,hÅN¦ S¦ r¤Jt£ F©
oUe,̈; Job 4,5. —Igualmente después de r¤Jt£ refiriéndose a la idea
total expresada en la oración principal: Jr 7,31, “... quemar sus hijos
e hijas en el fuego ..., lo cual no me vino a las mientes jamás” –r¤Jt£
h¦Ck¦ Îk©g ,̈§kg̈« t«k (Jr 19,5; 32,35); compárese Nm 14,41.
d Pero con verbos que se construyen de forma más impersonal1 se
usa generalmante el masculino. Lo cual resulta especialmente cierto en
los verbos que expresan una emoción. Así, siempre se dice h¦v§h©u, “y su-
cedió”, y vḧv̈§u, “y sucederá”. Igualmente, Ik vr̈j̈, “lo quema” (= él entra
en cólera): Gn 4,6; Ik o©j, “le es caliente” (= él está caliente): 1 Re 1,1;
Ag 1,6; Ik jb̈, “él descansa” (= quietum est ei ): Is 23,12; Job 3,13; Neh
9,28; Ik j©ur,© “se desahogó” (= le es amplio): 1 Sm 16,23; Job 32,20; r©m
Ik, antónimo del anterior, “está angustiado” (= le estrecha): Gn 32,8;
Jue 2,15; 2 Sm 13,2; Job 20,22 † (pero el femeninno Ik r¤mT¥Å ©u en Ju 10,9;
1 Sm 30,6 †; Ik r©n, “es desgraciado” (= es amargo para él): Rut 1,13;
Lam 1,4 †; Ik cIy, “es feliz” (= es bueno para él): Nm 11,18; Ik gr,© “le
fue mal, golpeado por la desgracia” (= malo para él): Sal 106,32 †; gr©
uhb̈h¥gC§ , “desagradar, ser odioso a alguien” (= malo a sus ojos): Gn 21,12
(contrariamente, v. 11); 1 Cr 21,7; también 2 Sm 11,25 (§ 125 j 6).
da Igualmente, el inf. constructo usado como sujeto es tratado la
mayoría de las veces como masculino: ejemplos en § 124 b.
e Para los fenómenos meteorológicos se usa el masculino en 1 Sm
29,10, rIt§u, “y cuando amanezca”; 2 Sm 2,32, rIt¥H©u, “y amaneció” (com-
párese Gn 44,3, rIt r¤e«CÅ v© , “al lucir la mañana, al rayar el alba”). —En
femenino en Sal 50,3, s«tn§ vr̈£gG§ ¦b, “arrecia la tormenta” (otros ejemplos
en femenino son dudosos: Am 4,7; Miq 3,6; Job 11,17).
2. Cf. Muraoka 1987: 42, y supra § 132 e, f. Nótese un similar uso en alemán y
holandés (que también existe en español): p.ej., In dem Café wurde bis in Nacht
getanzt (se bailó hasta la noche = alguien estuvo bailando ...); es wird sonntags
nicht gearbeitet (no se trabaja en domingo); Er wordt gezongen (se está cantando);
Er wordt aan de deur geklopt (se está tocando a la puerta).
3. Rabin 1964: 43.
CAPÍTULO VII
ORACIONES
A. ORACIONES EN GENERAL
cional, etc. Sobre algunas cuestiones generales relativas al orden de las pala-
bras, cf. Andersen 1970: 17-27, y Muraoka 1985: 1-6.
8. ¿Cómo analizar, p.ej., ,¥Nv© Q¥bc§ U h©jv© h¦bC§ (1 Re 3,22)? Para Andersen (1970: 39,
Regla 1) ésta es sin duda una oración de identificación con la secuencia Sujeto
–Predicado, ambos definidos. A nosotros nos parece que la cuestión que está
en el fondo de las dos mujeres en disputa es: ¿de quién es el niño vivo y de
quién es el niño muerto? En este caso la secuencia es naturalmente Predicado–
Sujeto. Véase la versión francesa de L. Segond (1910): c’est mon fils qui est vivant,
et c’est ton fils qui est mort ; o la española de Cantera – Iglesias: “mi hijo es el
vivo y tu hijo el muerto”; Pešitta: bŸr(y) (h)u hˇayyå’ wavrŸ∆(y) (h)w’ mi®å’. En vista
de esta dificultad, Hoftijzer (1973), en su importante reseña de la obra de An-
dersen, usa categorías puramente formales –constituyentes definidos e inde-
finidos de la oración–, en lugar de las usuales semánticas como sujeto y predi-
cado. Para una discusión teórica general, cf. Jespersen 1924: 145-56;
Matthews 1981: 96-113.
9. Nominale Einleitung de Michel (2004: 33s), o mejor, einleitender Nominalsatz (?).
Según Michel (2004: 119), a esta categoría pertenecen también las oraciones
introducidas por i¥v o v¥Bv¦ seguidos por un nombre indeterminado, como Am
8,1, .¦heÅ̈ cUk§F v¥Bv¦ , “he aquí (que había) una canasta de fruta estival”. Tal
oración, sin embargo, no difiere esencialmente de la de Ex 33,21, h¦Tt¦ oIen̈ v¥Bv¦ ,
“he aquí (que hay) un lugar junto a mí”, y se la analiza mejor como oración
nominal de un solo miembro; esto hace de la entera frase un Chabar
(“información” = predicado), esp. cuando la parte principal es un adjetivo o
expresión locativa como en Gn 1,31, s«tn§ cIyÎv¥Bv¦ u§; Gn 18,9, k¤v«tc̈ v¥Bv¦ .
598 § 154. La oración nominal
la usual entre prosa y poesía10. Sobre una importante materia como la
entonación estamos totalmente a oscuras. El hebreo clásico debe haber
poseído, como tantas otras lenguas vivas, diversos modelos de entona-
ción, algunos de los cuales es de suponer que tendrían funciones tanto
gramaticales/sintácticas como emotivas.
Finalmente, desde un punto de vista de la matización de ideas o
sentimientos expresados, las oraciones pueden ser clasificadas en di-
versas categorías específicas, p.ej., temporales, condicionales, finales,
consecutivas, causales, negativas, interrogativas, exclamativas, opta-
tivas, etc.
6. Esto vale en gran medida para las oraciones verbales, aunque, al menos en la
estructura más superficial, una forma verbal finita lleva en sí misma normal-
mente al sujeto y al predicado o parte de él, mientras que en la oración nomi-
nal los dos tienen una expresión formal independiente, separada, como resul-
tado de lo cual la secuencia de ambos puede variar: Sujeto–Predicado o
Predicado–Sujeto.
7. Muchos autores (p.ej., Andersen) prefieren el término “clasificatorio” al
“descriptivo”. Obviamente, la noción de “clasificación” necesita estirarse en
algún modo para poder abarcar oraciones existenciales o locativas como iIh¦mC§
IbF̈§Jn¦ , “su morada está en Sión”.
8. Debe notarse que nuestro uso del término “identificación” es significati-
vamente diferente del uso normal, según el cual “yo soy José”, siendo ambos
(yo y José) únicos y determinados en el contexto, es una expresión necesa-
riamente identificativa. En contraste, a nuestro modo de de ver, la expresión
puede glosarse “yo soy el hombre que lleva el nombre de José”, en cuyo caso
se trataría de una descripción, como quien dice “yo soy un honrado comer-
ciante”. Así pues, nosotros mantenemos que, incluso en un caso como Gn
27,22, uG̈¥g hs§ ¥h o¦hsÅ©Ḧ©vu§ c«eg£©h kIe k«Ev© , “la voz es la voz de Jacob, pero las manos
son las manos de Esaú”, donde el anciano patriarca intenta “identificar” a sus
hijos, lo que tenemos es una descripción. Igualmente en Gn 37,32, tb̈Îr¤Fv©
t«kÎo¦t tu¦v W§bC¦ ,¤b«,Å F§ v© , “comprueba, por favor, si es la túnica de tu hijo o no”; 1
Sm 24,16, v¤z W§k«ev£, “¿es ésta tu voz?”; 1 Sm 26,17, r¤ntÅ«H©u s¦uS̈ kIeÎ,¤t kUtJ̈ r¥F©H©u
h¦kIe s¦uS̈ r¤ntÅ«H©u /// v¤z W§kIe£v, “Saúl reconoció la voz de David y dijo: ¿Es ésta tu
voz? ... Y dijo David: Es mi voz”. Considerando estos dos últimos ejemplos,
Linton (1983: 172s) objeta que si éstas fueran oraciones descriptivas ten-
dríamos W§kIe v¤zv£, que es de hecho identificativa: “¿ésta es tu voz?”. Pero la
cuestión versa sobre la naturaleza y carácter de la voz: ¿es ésta la voz que yo
acostumbro a asociar con David? Cf. Gn 48,18, r«fC§ v© v¤z, “éste es el primo-
génito”, no otro. Sobre la dificultad de interpretar el estado de definición de
602 § 154. La oración nominal
f En términos puramente estadísticos, el orden de las palabras dentro
de la oración nominal es con mayor frecuencia Sujeto–Predicado: en
aproximadamente dos de cada tres casos9. Obviamente los casos “mi-
noritarios”, que vienen a sumar en torno a una tercera parte de todas
las oraciones nominales en la narrativa del HB, no pueden ser expli-
cados como meras excepciones. Debe intentarse una explicación razo-
nable para tales desviaciones10.
Algunos ejemplos del modelo estadísticamente dominante: Gn 33,
13, oh¦Fr© ohsk̈§
¦ hv© Îh¦F, “... que los niños son delicados”; Gn 47,9, hrUd§© n h¥bJ§ h¥n§h
vb̈J̈ ,©tn§ U oh¦Jk§J, “los días de los años de mis peregrinaciones son ciento
treinta años”; Gn 46,32, it«m h¥g«r oh¦Jb̈£tv̈, “los hombres son pastores de
ganado”; Jue 18,10, o¦hsḧ ¤tv̈, “el país es muy espacioso”; 1 Sm 1,
Å© ,©c£jr© .rÅ̈
2, vB̈©j ,©jt© o¥J, “el nombre de una era Ana”; 1 Sm 12,17, vC̈r© o¤f,§ g© r̈,
“vuestra maldad es grande”; Jue 6,12, W§Ng¦ vuvh, “Yhwh está contigo”11.
Igualmente, frases nominales encabezadas por kf tienden a ocupar
la primera posición: Is 40,6, rh¦mj̈ rG̈C̈©vÎkF̈, “toda carne es hierba” (cf. v.
7, og̈v̈ rh¦mj̈ i¥fẗ, “ciertamente, hierba es el pueblo”); Sal 96,5, h¥v«k¡tÎkF̈
oh¦kh¦kt¡ oh¦Ng© v̈, “todos los dioses de los pueblos son ídolos”12.
fa 1. El pronombre personal tiende a ocupar la segunda posición cuando
no se le quiere dar ningún relieve13: Jue 18,7, oh¦b«sM¦ n¦ vN̈Åv¥ oh¦e«jrU,
§ “ellos
13.Más ejemplos, en Muraoka 1985: 15. Bendavid (21967-71: vol. II, 821s) nota
que este principio general se aplica también al HM. Para una crítica a la
opinión de Bendavid de que los pronombres personales de 2ª pers. son una
excepción a la regla, ocupando normalmente la primera posición, cf. Muraoka
1990: §§ 2.6 y 1.10.
14.El contraste puede también señalarse en la primera oración, como en Jr 36,5s,
vT̈©t ,̈tÅ̈cU /// tIck̈ k©fUt t«k rUmg̈ h¦bt£ , “Yo estoy impedido, no puedo ir ... irás, pues,
tú”. Ambas oraciones pueden comenzar con un pronombre personal, como
en Dt 4,22, ohr§ ¦c«g o¤Tt© u§ iS¥r© ¤tC̈ ,¥n h¦f«bẗ h¦F.
§Hv© Î,¤t r¥c«g h¦B¤Åbh¥t ,t«Z©v .rÅ̈
15.Cf. discusión en Muraoka 1985: 11-14; Steiner (1997: 165) compara acerta-
damente Gn 25,30, hfbt ;¥hg̈ hf, “... estoy desfallecido”, con Gn 25,29, ;hg tuvu.
16.Más ejemplos, en Muraoka 1985: 15s. Lieberman (1962: 6) refiere la concien-
cia rabínica de las implicaciones exegéticas posibles de las diferentes secuen-
cias: cuando se menciona un pueblo malvado, la Biblia diría “X era su
nombre”, colocando el nombre en primer lugar. Pero a la vista de expre-
siones como In§J cIH¦t y el omnipresente In§J vuvh, es mejor no hablar de juicios
morales sino de preeminencia o relevancia.
604 § 154. La oración nominal
ciones subordinadas introducidas por h¦F e o¦t17: 2 Re 20,1, vT̈©t ,¥n h¦F,
“porque vas a morir” (comp. Gn 50,24, ,¥n h¦f«bẗ, donde el pronom-
bre en posición inicial puede revelar la conciencia de José sobre su
muerte inminente); —con un sustantivo: Gn 3,19, vT̈©t rp̈g̈ h¦F, “por-
que polvo eres tú”;—con un adjetivo: Gn 3,10, h¦f«bẗ o«rh¥g h¦F, “porque
estoy desnudo”; Jue 7,2, QT̈¦t r¤Jt£ og̈v̈ cr,© “es demasiada la gente que
hay contigo”, vs. Jue 7,4, cr̈ og̈v̈ sIg, donde el énfasis se ha despla-
zado a sIg; —también con un participio y un sustantivo sujeto: Gn
3,5, /// h¦f oh¦v«k¡t g© s«¥h h¦F, “pues Dios sabe que...”; —con o¦t, Gn 27,46,
vẌ¦t c«eg£©h j© e¥«kÎo¦t, “si Jacob toma esposa”; —con un sustantivo: Job
6,12, h¦j«F oh¦bc̈£t ©j«FÎo¦t, “¿es mi fortaleza la fortaleza de las piedras?”.
Del par citado en contraste (Jue 7,2 y 7,4) podría entenderse como
que la secuencia indefinida o neutra de la oración nominal es Sujeto–
Predicado18. Pero un caso como 1 Sm 17,33, citado supra (p. 603), y
otros muchos sugieren que se debe conceder la posibilidad de algu-
na diferenciación prosódica entre el modelo pronominal enfático
Predicado–Sujeto y modelo pronominal no enfático Sujeto– Predicado.
Pero con el relativo r¤Jt£ se suele mantener el orden Sujeto–
Predicado19: Sal 144,15, uhv̈«k¡t vuvh¤J og̈v̈, “el pueblo cuyo Dios es
Yhwh”; el nombre es siempre seguido por el participio: Gn 13,15,
v¤t«r vT̈©tÎr¤Jt£ .rÅ̈ ¤tv̈; también normalmente con una preposición
sufijada con un pronombre: Gn 11,11 (12), Ic Igr© §z r¤Jt£ (contraria-
mente, Gn 1,29; 7,15); cf. Sal 84,6; 146,5.
fb 2. De modo semejante, el pronombre demostrativo v¤z (,t«z y v¤Kt¥Å )
recibe cierta relevancia cuando ocupa la primera posición: Gn
28,17, o¦hnẌ©
Å̈ v r©gJ©Å v¤zu§, “ésta (debe ser) la Puerta del Cielo” (de la que
yo oí hablar); Gn 48,18, r«fC§ v© v¤zÎh¦F /// i¥fÎt«k, “no así ..., sino que éste
es el primogénito”; Nm 13,27, Vḧr¦ §P v¤z, “éstos son sus frutos” (de la
tierra que nos enviaste a explorar), pero el pronombre es el segundo
constituyente en Gn 32,3, v¤z oh¦v«k¡t v¥b£jn© , “campamento de Dios es
éste”, y Gn 12,12, ,t«z IT§Jt¦ , “ésta es su mujer”, mientras que para
17.Cf. también Michel 2004: 100s y 108s. Michel (ibid., pp. 220-23) sostiene que
la secuencia inversa señala la recapitulación de lo ya conocido, pero no hay
razón para que la función de recapitulación se limite a las oraciones con h¦f.
18.Michel (2004: 224s) ha recogido un buen número de ejemplos introducidos
por sug y seguidos de una oración nominal con la secuencia Sujeto–Predicado,
donde el interés principal de los participantes en una determinada conversa-
ción está en el hecho de que la situación descrita por la oración todavía se
mantiene: e.g., Gn 43,7, h©j o¤fh¦ct£ sIg©v, “¿todavía está vivo vuestro padre?”.
19.Así también Michel 2004: 109.
§ 154. La oración nominal 605
“ésta es su mujer, no aquella” se debería decir IT§Jt¦ ,t«z con el
pronombre en primer lugar20. Sin embargo, la oración inicial que se
suele encontrar junto al demostrativo al final de una lista no es en-
fática: e.g., Gn 36,17, k¥tUgr§ h¥bC§ v¤Kt¥Å 21.
fc 3. Un participio no sustantivado22 ocupa normalmente la segunda po-
sición23 cuando el otro constituyente no es un pronombre personal,
y así este modelo puede considerarse como indefinido o neutro en
lo que respecta a relevancia o énfasis. Esta observación no queda
invalidada por el considerable número de oraciones circunstanciales
que casi invariablemente muestran la secuencia nombre/pronombre–
participio. Pero si alguna relevancia o énfasis es atribuible al consti-
tuyente que ocupa la primera posición, ello no se deberá probable-
mente a su posición en la oración, sino a otros factores como la
entonación, gesticulación y contexto general24. Ejemplos con un
participio en la segunda posición: Gn 4,10, h©kt¥ oh¦eg£«m WhÅj¦ ẗ h¥nS§ kIe,
“¡Escucha! La sangre de tu hermano clama a Mí”; Gn 17,19, kc̈£t
i¥C W§k ,sÅ ¤k¤«h W§TJ§ t¦ vr̈G̈, “Sara tu esposa te parirá un hijo”; Gn 33,13,
g© s«¥h h¦b«st£ , “mi señor sabe”; Nm 11,27, v¤b£jN© C© oh¦tC§ ©b,§ n¦ ss̈h¥nU sS̈§kt¤ ,
“Eldad y Medad profetizan en el campamento”.
El modelo con un participio en la primera posición es más pro-
pio de las oraciones subordinadas: p.ej., Gn 29,31, vẗUb§GÎh¦F vuvh tr© §H©u
vẗ¥k, “Yhwh observó que Lea era menospreciada”; Gn 42,23, t«k ov¥ u§
;¥xIh g© n« ¥ J hF¦ Ugsḧ, § “pero ellos no sabían que José entendía”. También
en las oraciones independientes: Ex 26,5, vẌ¦t ,«tk̈ªKv© ,«kh¦Ce§ n©
25.Para un ensayo de explicar otros ejemplos del mismo modelo, cf. Muraoka
1985: 27s.
26.Más ejemplos, en Michel 2004: 90s.
27.Debemos la formulación de esta regla a Bendavid: más ejemplos pueden
verse en Bendavid (21967-71: vol., 817-21). El principio importante subyacen-
te no es la posición del pronombre en relación al participio o a un predicado
equivalente, sino la relegación del pronombre a una posición irrelevante. Hay,
por supuesto, excepciones a la regla: p.ej., Gn 15,14, iS̈ Us«cg£©h r¤Jt£ hID©vÎ,¤t o©du§
h¦f«bẗ, “también a la nación que ellos han de servir, la he de juzgar yo”.
La gran mayoría de los ejemplos regogidos por Michel (2004: 90) de la
secuencia Mubtada–Chabar (“comienzo–información” = nuestro Sujeto–Predi-
cado) con parte del Chabar en la posición incial son de Mubtada pronominal, y
el componente inicial del Chabar recibe relevancia.
§ 154. La oración nominal 607
obras que nosotros presentamos nuestras súplicas ante Tí”, vs. Jr
38,26, Q¤kNŤ v© h¥bp§ k¦ h¦,B̈¦j,§ h¦bt£ Îkh¦Pn© , “he presentado mi súplica ante el
rey”; 1 Sm 2,23, g© n¥«J h¦f«bẗ r¤Jt£ , vs. 2 Sm 20,17, h¦f«bẗ g© n¥«J; 1 Sm 14,8,
oh¦Jb̈£tv̈Îk¤t ohr§¦c«g Ub§j©Åbt£ v¥Bv¦ , vs. Jue 19,18, o¤jk¤Å Î,h¥Cn¦ Ub§j©Åbt£ ohr§
¦c«g; Esd 9,7,
v¤Zv© oIH©v s©g vk̈«sd§ vn̈§Jt© C§ Ub§j©Åbt£ Ubh,¥Å«ct£ h¥nh¦n, “desde los días de nuestros
padres estamos en gran culpa hasta el día de hoy”, vs. Neh 9,37,
Ub§jb̈£t vk̈Is§d vr̈m̈§cU, “estamos en gran angustia”; Jue 9,15, o¤Tt© ,¤nt¡ C¤ o¦t
h¦,«t oh¦jJ§ «n, “si de verdad queréis ungirme”, vs. Jue 11,9, oh¦ch¦Jn§ Îo¦t
h¦,It o¤Tt© , “si me hacéis volver”. Muchos de estos ejemplos con un
pron. en segunda posición muestran que el precedente rJt o vBv
forma parte integral de la oración nominal, mientras que ot no28.
Esta regla puede ampliarse a los casos en que el sujeto es un
pronombre unido a una preposición, y no un pronombre personal
separado29: p.ej., Gn 34,14, vk̈rg̈ § IkÎr¤Jt£ Jh¦t, “un hombre incir-
cunciso”; Lv 21,18; Dt 14,19; Sal 26,10, vN̈¦z o¤vhsh¦ ¥ CÎr¤Jt£ , “en cuyas
manos hay crimen” (o¤vhsh¦ ¥ C es sinónimo de o¤vk̈); Jr 23,28, th¦cB̈©v
hrc̈
¦ S§ r¥Cs§
©h IT¦t hrc̈¦ S§ r¤Jt£©u oIk£j r¥P©x§h oIk£j IT¦tÎr¤Jt£ , “el profeta que tenga
un sueño, narre el sueño, y quien posea mi palabra, profiera mi
palabra”, donde la secuencia inversa en la segunda parte marca el
contraste. Éstas son diferentes de las oraciones introducidas por h¦F:
p.ej., 1 Sm 20,21, W§k oIkJ̈ h¦F, “pues estás a salvo”; Sal 56,10, hf h,gsh
hk ohvkt, “sé que Dios está conmigo”30.
ff 6. Cuando el predicado consiste en una preposición con su nombre o
pron., el predicado se coloca delante del sujeto si se pretende dar
alguna relevancia a la frase preposicional: Sal 31,16, h,̈«Tg¦ Wsḧ§ § C, “en
tus manos está mi suerte”; Ag 2,8, ;¤xFŤv© h¦k, “mía es la plata”; Sal
24,1; Gn 3,16, QC̈ÎkJ̈§n¦h tUv§u Q¥,ëUJ§T Q¥Jh¦tÎk¤tu§, “hacia tu marido será tu
tendencia, pero él te dominará”; Gn 40,8, oh¦b«r,§ P¦ oh¦v«kt¥k tIk£v, “¿aca-
so no tiene Dios las soluciones?”; 2 Cr 20,6, vr̈Uc§dU ©j«F Wsḧ§ § cU, “en tu
mano la fuerza y el poder” (precedido por o¦hn©Å Ẍ©C oh¦v«k¡t tUvÎvT̈©t t«k£v
o¦hID©v ,If§kn§ n© k«fC§ k¥JIn vT̈©tu§ y seguido de /// T̈§JrIv Å© UbhÅv¥«k¡t vT̈©t t«k£v. Sin
embargo, en términos de relevancia o énfasis, la expresión prepo-
sicional al principio de una oración circunstancial es indefinida31 o
39.Pace Kilwing (1978: 57), el empleo del tercer constituyente de los tipos I y II
no es arbitrario.
40.En otras palabras, el pronombre así usado no es una mera “cópula” en el
sentido del término en las gramáticas indoeuropeas. Así Driver 31892: Ap-
pendix V, 267ss, contra Brockelmann 1908-13: II, 105 y 1956: § 30. Véase
también Goldenberg 1983: § 8, 111s; Muraoka 1985: 67-82; idem 1987: § 103
y 1999a: 198-201; Kaddari 1988. El pronombre puede ser usado de forma
similar en las oraciones verbales, donde nadie lo clasificaría como cópula:
p.ej., en Dt 31,8, QN̈¦g v¤hv§ ¦h tUv WhŤbp̈§k Q¥k«vv© tUv vuvh; Dt 31,3, r¥c«g tUv WhÅv¤«k¡t vuvh
o¦hID©vÎ,¤t sh¦nJ§ ©hÎtUv WhŤbp̈§k; Sal 100,3, Ub§j©Åbt£ t«k§u UbÅ̈Gg̈ tUv oh¦v«k¡t tUv vuvh; igualmente
Sal 9,3. Pero el término “cópula” sí se aplica apropiadamente a vhv.
El ensayo de Blau (2000-01) para reconstruir la evolución histórica de los
diferentes modelos tripartitos no es convincente, pues su distribución no
concuerda con los datos asumidos de los libros bíblicos que los atestiguan.
Una lista con la clasificación de las oraciones nominales tripartitas en HB
puede encontrarse en Sappan 1981: 94-106; véase Muraoka 199a: 188-98.
Zewi (2000), que asigna al tercer elemento pronominal el status de lesser
subject, rechaza la noción de oraciones tripartitas nominales.
41.Cf. discusión en Muraoka 1985: 75s.
42.Éste corresponde al lesser subject de Goldenberg (1983: 111s), un concepto
tomado de Jespersen (1937: § 8.9), aunque éste último lo usa en sentido algo
diferente, pues su lesser subject ocupa el primer puesto en la oración. La com-
prehensión de que aquí estamos ante un caso de “extraposición” o casus pen-
dens se sustenta en ejemplos como Gn 34,23, UbÅ̈k tIk£v oT̈§nv¤ C§ Îkf̈§u ob̈ḧ§be¦ u§ o¤v¥be§ n¦
§ 154. La oración nominal 611
UbÅ̈T¦t, “estos hombres, pacíficos son con nosotros”; Dt 4,24, vuvh
tUv vk̈§f«t J¥t WhÅv¤«k¡t, “Yhwh tu Dios, fuego devorador es Él”, Gn
31,43, tUv h¦k v¤t«r vT̈©tÎr¤Jt£ k«fu§, “todo lo que tú ves, mío es”; Gn
31,16; 45,20; 48,5a; Ex 3,5; 32,16; Nm 13,32; Dt 4,24; Jos 6,19; Mal
1,7; Sal 39,5, th¦vÎv©n h©nḧ ,S¦ ©nU, “y la medida de mis días, ¿cuál es?”43.
Esta estructura proporciona una fórmula muy apropiada para la
interpretación de los sueños: el sujeto hace las veces del símbolo en
el sueño, y el predicado es el referente; así en Gn 40,12, oh¦dr¨ ¦¬v© ,¤J«k§
ÅJ
o¥v oh¦nḧ ,¤JkÅ J§ , “los tres sarmientos son tres días”; también Gn 40,18;
41,26-27; en AB en Dn 4,17-1944.
Esta estructura es habitual cuando el predicado es indetermi-
nado. Uno de los raros casos de predicado indeterminado es Jr 31,9,
Å©pt¤ , “Efraím es mi primogénito”45.
tUv hr«¦fC§ o¦hr§
j 2. Predicado – Pronombre – Sujeto46: Gn 42,6, .rÅ̈ ¤tv̈Îk©g yh¦KX© v© tUv ;¥xIh§u,
“José era quien gobernaba el país”; 1 Re 18,39, oh¦v«k¡tv̈ tUv vuvh, “es
Yhwh el (verdadero) Dios” (confróntese con el v. 21 con menor
énfasis: oh¦v«k¡tv̈ vuvh o¦t; supra, § f ); 2 Sm 7,28, oh¦v«k¡tv̈ tUvÎvT̈©t, “Tú
eres el (verdadero) Dios”; la misma confesión en 1 Re 8,60 seguida
inmediatamente por sIg ih¥t, “no hay otro”; Dt 4,39; 10,9; 2 Re 19,
15; Sal 44,5; 100,3; Cant 6,9, h¦,b̈Ih th¦v ,©jt© , “ella es única, mi paloma”
(en contraste con las 60 reinas y las 80 concubinas); 1 Sm 4,8, v¤Kt¥Å
oh¦FN© v© oh¦v«k¡tv̈ o¥v, “éstos son los dioses que hirieron ...”; Lam 1,8.
Ocasionalmente con repetición del predicado47: Is 43,11, h¦f«bẗ h¦f«bẗ
vuvh (seguido por “y fuera de mí no hay salvador”); Is 43,25, h¦f«bẗ
WhÅg¤ J̈§p v¤j«n tUv h¦f«bẗ, “Yo soy, Yo soy quien borra tus delitos” (refor-
zado además con tUv); Is 51,12. La primera posición puede estar
ocupada por una partícula interrogativa: Gn 21,29, ,Gc̈§F g©cJ¤Å vB̈Åv¥ vn̈
v¤Kt¥Å v̈, “¿qué son ess siete corderas?”, donde el pronombre fem. pl.
vB̈Åv¥ marca inequívocamente la frase siguiente como sujeto. Véase
también Gn 27,33; sal 24,10; Zac 1,9; 4,4s.
o¥v, “su rebaño, su hacienda y todos aus bestias, ¿acaso no serán nuestras?”,
donde hay que advertir la ubicación de tIk£v.
43.Nótese el contraste entre Gn 48,5b, h¦kÎUh§v¦h /// v¤X©bn§ U o¦hr§
Å©pt¤ /// (o¥vÎh¦k /// WhŤbc̈Îh¥bJ§ ), y
Gn 48,6a, Uh§v¦h W§k o¤vhr£
¥jt© T̈sÅ §kInU, “y la descendencia tuya, que hayas
§©kIvÎr¤Jt£ W§Ts©
engendrado después de ellos, será para tí”.
44.Bendavid 21967-71: II, 761-65, esp. 764s.
45.Cinco ejemplos más son mencionados por Muraoka 1999a: 196.
46.Cf. Muraoka 1985: 72-7.
47.Tal repetición es bastante común en siríaco.
612 § 154. La oración nominal
En una oración nominal tripartita aparece un demostrativo
anafórico introduciendo una lista general: Gn 25,16, hbc ov vkt
ktgnah, precedido por una oración nominal bispartita igualmente
introducida por un demostrativo, pero éste catafórico, en Gn 25,13,
ktgnah hbc ,una vkt. Véase también Nm 3,20.21.27.33; 1 Cr 8,6. En
otros pasajes el mismo pronombre demostrativo funciona casi
como el sujeto: Qoh1,17, ©jUr iIh§gr© tUv v¤zÎo©D, “también esto es vano
intento”. De modo similar en una glosa: Gn 36,8, oIs¡t tUv uG̈¥g.
En este tipo de estructura con énfasis sobre el predicado, el
pronombre lleva regularmente un acento disyuntivo.
En los dos modelos el pronombre sirve para dar más o menos
relevancia al elemento inmediatamente precedente. Mientras que en
el primer modelo, Sujeto – Predicado – Pronombre, el pronombre es un
tanto débil y enclítico en fuerza (cf. § 154 p ), como se deja ver por
el uso de maqqef en la mayoría de los casos, en este segundo modelo
el pronombre parece retener mucho de su independencia, como se
muestra por el uso del acento disyuntivo en el primer constituyente.
La ausencia del pronombre en 1 Re 18,21 frente a 18,39 (citados
supra) no significa necesariamente que el pronombre sea superfluo,
mera “cópula”48: proporciona una recurso sintáctico-lexical explí-
cito que puede expresarse por una entonación especial u otros
medios. Véase también Ex 9,27, oh¦gJ̈rv̈ ¦Mv© vuvh, “Yhwh es
§ h¦Ng© u§ h¦bt£©u ehS©
el que es justo, y nosotros y mi pueblo somos los culpables”, 1 Re
3,22, ,¥Nv© Q¥bc§ U h©jv© h¦bC§ , “mi hijo es el vivo y tu hijo es el muerto”. El
pronombre apenas es pleonástico incluso en casos como Gn 2,14,
,r̈§p tUv h¦gh¦crv̈§ rv̈B̈©v, “el cuarto río es Ferat (Eufrates)”49; Gn 9,18, oj̈§u
i©gÅ̈b§f h¦ct£ tUv, “y Cam es el padre de Canaán”50. Véase también Prov
28,26, y¥kN̈¦h tUv vn̈§fj̈§C Q¥kIv§u kh¦xf§ tUv IC¦kC§ ©jy¥ IC, “quien confía en su
juicio, ése es el necio, pero quien camina en sabiduría, ése se salva”.
48.Cf. también Groß 1987: 123-44, esp. 143. Dt 9,3, J¥t WhŤbp̈§k r¥c«gv̈ÎtUv WhÅv¤«k¡t vuvh
¥ nJ§ ©h tUv vk̈§f«t, muestra claramente que el primer tuv no
WhŤbp̈§k o¥gh¦bf§ ©h tUv§u osh¦
puede ser una cópula, pues el mismo valor pragmático debe atribuírsele a su
segunda y tercera recurrencia donde el pronombre, por definición, no es una
cópula. Véase también Prov 28,26 (citado más adelante) y Dt 31,8.
49.Cf. Raši ad loc.: “el más importante de todos los mencionados en conexión
con la Tierra de Israel”. Cf. también Bendavid 21967-71: II, 729. Blau
(2000-01: 24) piensa que el pronombre sirve para indicar que estamos ante
una oración, no ante una frase en aposición. Siguiendo a la mención de los
otros tres ríos, todos modelados como oración nominal, se evita al lector tal
análisis erróneo.
50.Cf. Ehrlich y Raši ad loc.
§ 154. La oración nominal 613
En Qoh 1,17, ©jUr iIh§gr© tUv v¤zÎo©D, “también esto es vano intento”, el
pronombre es aparentemente pleonástico.
Observación. Indudablemente, por analogía con el pronombre
usado en el modo que estamos discutiendo, debe interpretarse la
expresión de Isaías tUv hbt con el significado de “Yo soy”, i.e., la
entidad en cuestión: Is 41,4; 43,10.13; 46,4; 48,12. En otras pala-
bras, éstos son casos de un tercer constituyente, estando el sujeto
sobreentendido. Cf. también Sal 102,28, tUv vT̈©t (Ibn Ezra ad loc.:
“Tú eres el verdadero, y no hay otro”).
ja II. El pronombre demostrativo v¤z51 aparece con mucha frecuencia en
segunda posición52. A diferencia de tUv, es indeclinable (indepen-
dientemente del género y número de los otros dos constituyentes de la
oración). El primer constituyente es con frecuencia interrogativo,
pronombre o adverbio: p.ej., 1 Sm 9,18, v¤t«rv̈ ,h¥C v¤zÎh¥t, “¿dónde está la
casa del vidente?”; 1 Sm 17,55, r©g©ÅBv© v¤zÎh¦nÎi¤C, “¿de quién es hijo ese
muchacho?”; 1 Sm 10,11, Jh¦eÎi¤ck§ vḧv̈ v¤ZÎv©n, “¿qué le ha pasado al hijo
de Qis?”; Gn 18,13, vr̈G̈ vë£j«m̈ v¤Z vN̈Å̈k; “¿por qué se ha reído Sara?”53.
El demostrativo puede también seguir a un pronombre personal,
vT̈©t en particular: p.ej., Gn 27,21, uG̈¥g h¦bC§ v¤z vT̈©tv© , “si eres tú mi hijo
Esaú”. También Gn 27,24; 2 Sm 2,20; 1 Re 8,17 †. En todos estos
casos el hablante intenta asegurarse de que ha establecido correcta-
mente la identidad de la otra parte.
k III. Adverbios de existencia J¥h y i¦ht©Å (§ 102 j )54. El adverbio de exis-
tencia J¥h, “hay”, expresa primero la existencia en un lugar, es decir, la
presencia –frecuentemente con un nombre definido o su equivalente–
y consecuentemente, por extensión, la existencia en cuanto tal55. Del
2. La forma femenina en Rut 1,19, vb̈rÅ §n© t«T©u, se debe a que el pasaje trata sólo de
mujeres. Compárese vs̈§k«ḧ en Nm 26,59 (infra, § e, n).
3. El tipo de expresión “se dijo, se hizo”, equivale las más de las veces a “ha
sido dicho, ha sido hecho”; así, junto I,«t Ur§Ce§ ¦H©u (1 Re 15,8) encontramos en el
v. 24, r¥c˦H©u, “fue sepultado” (habitual en esta fórmula; cf. 1 Re 2,10; 11,43;
14,31 etc.).
4. Cf. Rabin 1962 y 1963-66: 34s.
5. Pero son muy comunes en HM, sin duda por influencia aramea.
§ 155. La oración verbal 617
9,5); Gn 48,1, r¤nt«ÅH©u, “uno (alguno) dijo”; 1 Re 22,38, “uno lavó”; Is 8,4,
“se transportarán”; Is 46,7, “si alguien grita”; Am 6,12 (¿); Job 27,23
(¿)6. Cf. el estudio ya citado de Rabin 1962.
f Mucho más raramente el sujeto personal indefinido se sobreentien-
de delante de un participio singular o plural (cf. § 154 c). —Plural: Ex
5,16, ohr§ ¦n«t, “se dice” (cf Ez 36,13 [¿]); Is 32,12, ohs§ Å© g, “se la-
¦p«x o¦hsJ̈Îk©
mentan (golpeándose) los pechos”; Neh 6,10, WŤdrv̈§ § k oh¦tC̈ h¦F, “porque
vienen a matarte”. —Singular: Is 21,11, tr«¥e h©kt¥ , “uno me grita”; Is 30,
24, “que se avienta”; Is 33,4, “se abalanza”.
g El sujeto indefinido (“se”) sólo raramente se expresa mediante Jh¦t
(que se es más habitual para “alguno”; § 147 b ): Cant 8,11, Ihr¦ §pC§ t¦cḧ Jh¦t
;¤xFÅ̈ ;¤ktŤ , “se había de satisfacer por su fruto mil siclos de plata”.
h Observaciones:
1. Para expresar la noción del pronombre indefinido “alguno, al-
guien”, cualquiera” etc., con la función de genitivo, se emplea el
participio (como hemos visto supra, § d ), p.ej., Ez 18,32, ,¥Nv© ,In,
“la muerte de cualquiera” (comp. Dt 17,6; supra, § d ). Tenemos el
pronombre de 2ª pers. masc. sing. en la expresión W£t«C (Îs©g), p.ej.,
Jue 6,4, “hasta tu entrada a Gaza” (= hasta entrar a Gaza); Gn 10,
19.30.
i 2. El sujeto lógico de una acción expresada por un infinitivo sin sujeto
gramatical, puede ser el sujeto indefinido expresado por “se”.
—Inf. abs.: 2 Re 4,43, r¥,Iv§u kIfẗ, “se comerá y habrá de sobra” (§
123 w); 2 Re 8,6, ch¥Jv̈, “se le devuelva” (probable); 2 Cr 31,10, kIfẗ
cIrk̈Îs©g r¥,Iv§u g© IcG̈§u, “se ha comido, se les ha hartado y ha sobrado en
abundancia”. A veces el sujeto lógico aparece en una forma finita
que aparece a continuación: Ag 1,9, v«bP̈, “se ha esperado” (= espe-
rasteis; cf. o¤,t¥cv£©u). —Inf. constr.: cf. ejemplos en § 124 s.
3. Un pasivo impersonal como s©DªH©u (Gn 27,42), “se anunció”, es
equivalente a “anunciaron” (§ 128 b ).
4. Sobre el sujeto impersonal indefinido, cf. § 125 c-e.
j El predicado de una oración verbal es una forma finita del verbo
con sus elementos asociados, como un objeto. Todo lo referente al
predicado verbal ya ha sido ampliamente tratado en el cap. I, Tiempos
y Modos (§§ 111-124).
6. En 3ª pers. sing. fem., al ser el sujeto una mujer: Nm 26,59, vs̈§k«ḧ (1 Re 1,6),
“se había dado a luz”. Compárese con vb̈rÅ §n© t«T©u (Rut 1,19); cf. supra. n. 2.
618 § 155. La oración verbal
k En la oración verbal, el orden de las palabras, estadísticamente pre-
dominante y neutro (en cuanto a énfasis o relevancia), es Verbo – Suje-
to7. Pero, al igual que en la oración nominal, no faltan las excepciones.
También aquí es necesario dar razón de las excepciones o describirlas.
En primer lugar, unos ejemplos del orden normal Verbo – Sujeto: Gn
42,28, h¦Px§ F© c©JUv, “mi dinero ha sido devuelto”; Verbo – Sujeto –
Adverbio8 – Objeto: Jue 7,14, v¤b£jN© v© ÎkF̈Î,¤tu§ iḧs¦
§nÎ,¤t Isḧ§C oh¦v«k¡tv̈ i©,b̈; Verbo –
Sujeto – Adverbio: Gn 42,38, o¤fN̈¦g h¦bC§ sr¥ ¥hÎt«k, “no bajará mi hijo con
vosotros”; Adverbio – Verbo – Sujeto : 1 Sm 2,34, o¤vh¥bJ§ U,UÅnḧ sj̈¤t oIh§C, “en
un mismo día morirán los dos”; Verbo – Adverbio – Sujeto – Adverbio:
Jue 21,6, k¥tr̈§G¦Hn¦ sj̈¤t y¤cJ¥Å oIH©v gS§
©d¦b, “hoy ha sido cercenada una tribu de
Israel”. Todos estos ejemplos son sin partícula precedente9.
l En las oraciones interrogativas tenemos generalmente el orden
Verbo – Sujeto (cf. § 154 g, e infra, § pb ): Gn 18,13, vr̈G̈ vë£jm̈ v¤Z vN̈Å̈k; Gn
44,7; Ex 32,12.
La forma verbal yusiva de las oraciones optativas se encuentra ma-
yoritariamente precediendo al sujeto: Gn 1,3, rIt h¦v§h; Gn 1,6.9.11.14.20.
24; 27,41; Ex 5,21; Nm 6,24.25 (bendición sacerdotal); Nm 20,24; Sal
128,5. Algunas veces el sujeto está al comienzo: Sal 67,2, UbÅ¥Bj̈§h oh¦v«k¡t
§ u (delante de varios yusivos), y adviértase la inscrip-
UbÅ̈T¦t uhb̈P̈ r¥tḧ UbÅf¥ rc̈h¦
ción de Arad 18.2a, fnkak ktah vuvh, “Yhwh te conceda tu paz”.
m Oración verbal con partícula. El orden normal es Verbo – Sujeto, si
no hay énfasis sobre el sujeto:
– Con h¦F: Gn 29,32, h¦h§bg̈§C vuvh vẗr̈Îh¦F, Gn 5,24; 28,6; 1 Re 19,10. Pero
con énfasis sobre el sujeto: Nm 16,28, h¦b©jÅ k̈§J vuvhÎh¦F iUgs¥ §T ,t«zC§ , “en
esto reconoceréis que Yhwh me ha enviado”; Is 1,2 (y passim) vuvh h¦F
r¤CS,¦ “porque es Yhwh quien ha hablado”.
– Con o¦t: Gn 13,16, ,Ib§nk¦ Jh¦t k©fUhÎo¦t; Gn 32,9; 44,23.
– Con i¤P: Gn 19,19, vg̈r̈v̈ h¦be©Å C̈s¦ §TÎi¤P.
10.No todo sujeto antes del verbo puede explicarse adecuadamente: p.ej., Is
13,18, vb̈§JY©Å r§©T ohrg̈§ ¦ b ,I,J̈§e, “los arcos derribarán a los muchachos”, seguido
por una oración de Objeto – Verbo y otra oración Adverbio – Verbo – Sujeto.
Malessa (en comunicación privada de 4/4/2004) ha identificado más ejem-
plos, esp. en Is: 17,5; 30,24; 32.6.
11.Véase discusión con más ejemplos en Muraoka 1985: 31s. Es significativo
que el pronombre precede normalmente al verbo en la primera oración en el
lenguaje directo: Groß 1996: 153.
12.El contraste no surge del contexto, pace Shimasaki (2002: 154), sino que está
señalado por la alteración del orden de las palabras. Así, en 1 Sm 1,21s, k©g©ÅH©u
v,̈k̈g̈ t«k vB̈©ju§ /// vb̈ë§kt¤ Jh¦tv̈, “subió el varón Elcana ... pero Ana no subió”, las
dos oraciones comparten el mismo verbo, la única diferencia está en la
posición de los sujetos.
620 § 155. La oración verbal
hermano mayor] será grande, pero su hermano menor será mayor que
él”; Gn 50,20, vc̈«yk§ Vc̈J̈£j oh¦v«k¡t vg̈r̈ h©kg̈ o¤Tc§ J© £j o¤Tt© u§, “vosotros habéis
ideado el mal contra mí, pero Dios ideó trocarlo en bien”; Jue 7,2, “no
vaya a engreírse Israel frente a Mí diciendo: Es mi mano la que me ha
salvado –h¦K vg̈hÅJ¦ Iv hsḧ–”;
¦ Jue 8,23, o¤fC̈ k«Jn§ ¦h vuvh13. Similarmente, en una
yuxtaposición de dos sujetos que llevan a cabo la misma acción: Gn
45,14, uhr̈tÜ©mÎk©g vf̈C̈ i¦nḧ§bc¦ U L§ c§¥H©u uh¦jẗÎi¦nḧ§bc¦ hrt§
¥ Um© Îk©g k«P¦H©u.
nc También en la oración circunstancial es el sujeto el que precede al
predicado14. Ejemplos: Gn 37,3, uhb̈C̈ÎkF̈¦n ;¥xIhÎ,¤t c©vẗ k¥tr̈§G¦hu§, “pero Is-
rael amaba a José más que a todos sus hijos”; 1 Sm 3,2, ,Iv¥f UKÅj¥ v¥ uhb̈h¥gu§,
“entonces sus ojos ya habían comenzado a debilitarse”.
nd En una proposición, en el comienzo absoluto, solemos encontrar el
orden Sujeto – Verbo15: Job 1,1, vḧv̈ J¦t, “Había un hombre”; Job 1,14,
,IJr«§j Uhv̈ rëC̈©v; Job 1,16, vk̈§p«b̈ oh¦v«k¡t J¥t; Job 1,17, UnÅ̈G ohS§ ¦¬F© ; 2 Sm 12,1,
,j̈¤t rh¦gC§ Uhv̈ oh¦Jb̈£t h¥bJ§ ; Sal 93,1 (97,1), Q·k̈n̈ vuvh [pero en 2 Re 9,13, Q©kn̈
tUv¥h]16; 1 Re 8,12, r©nẗ vuvh (pero al final de una profecía, siempre r©nẗ
vuvh: Ag 1,8; 2,7.9); Ag 1,2, Ur§n«ẗ v¤Zv© og̈v̈; Gn 36,2, ,Ib§Cn¦ uhJ̈b̈Î,¤t j©ek̈ uG̈¥g
i©g·b̈§F; Nm 27,3, rC̈s¦ §NC© ,¥n UbhÅc¦ ẗ; Ez 29,18; Prov 18,16 (muy frecuente en
Proverbios). —En poesía el orden Verbo – Sujeto es bastante frecuente,
pero por lo general motivado por alguna consideración especial: p.ej.,
Is 19,13; Sal 34,22. En la prosa simple encontramos este orden en la
comunicación de un mensaje17: 2 Sm 3,23, r¥bÎi¤C r¥bc§ t© ÎtC̈; 2 Re 8,7, tC̈
oh¦v«k¡tv̈ Jh¦t; igualmente con tC̈: Gn 27,35; 39,17. Añadamos a este caso
vẗÅ̈C: Jr 47,5; Ez 7,7; UtÅ̈C: Jue 5,19 (poético); Os 9,718.
ne En algunos casos el sentimiento religioso puede dar razón de la po-
sición inicial de la palabra que designa a Dios o al agente divino: Gn
28,3, W§,«t Qrc̈§ ©J k¥tu§, “El-Šadday te bendiga”; Gn 48,16, k¥t«Dv© Qẗ§kN© v©
¥ h hS©
19.Cf. discusión en Muraoka 1985: 35; Groß 1993: 180s. No faltan excepciones,
pero no hay regla sin ellas.
20.Cf. discusión en Muraoka 1985: 34s.
21.Muraoka 1985: 36s, y Andersen 1974: 119-40; Khan 1988: 88-93.
22.Muraoka 1985: 38-41.
23.Así vr̈ẍ en Jr 28,16; 29,32; pero no Dt 13,6. Siempre encontramos UG£g ,t«z,
“haced esto” (antes de decir lo que ha de hacerse): Gn 42,18; 43,11; 45,17.19;
Nm 4,19; 16,6 † (ningún ejemplo en singular).
24.Sin duda por la tendencia general al orden Verbo – Sujeto cuando una oración
se introduce por un elemento distinto del sujeto o predicado.
622 § 155. La oración verbal
21,32, rIX©v j©D¦h s¤cgŤ Îo¦t, “si el toro acornea a un esclavo”; 1 Sm 15,1, h¦,«t
vuvh j©kJ̈, “a mí me ha enviado Yhwh”; Dt 18,15. Raramente tenemos
Objeto – Sujeto – Verbo: 2 Re 5,1325.
El objeto efectuado y el objeto interno se colocan también detrás del
verbo, excepto por razones de énfasis. Véanse ejemplos en § 125 p-t ;
para el infinitivo absoluto, cf. § 123 e-o.
La cohesión entre el verbo y su objeto interno, como en (1) vg̈Un§J
h¦Tg§ n©Å J̈ o vg̈Un§J h¦Tg§ n©Å J̈, parece ser menor que la que se da entre el verbo
finito y el inf. abs., como en (2) h¦Tg§ n©Å J̈ g© InJ̈ o g© InJ̈ h¦Tg§ n©Å J̈. Esto se deja
ver en que en (1) los dos constituyentes están frecuentemente separa-
dos por varios elementos, mientras que en (2) tal separación es extre-
madamente rara, y sólo cuando el inf. abs. es pospuesto (excepto
cuando hay una negación: k©t o tk). Algunos ejemplos:
(1) Gn 37,5, oIk£j ;¥xIh o«k£j©H©u, “soñó José un sueño”; Nm 11,33, vuvh Q©H©u
vC̈r© vF̈©n og̈C̈, “golpeó Yhwh en el pueblo un grandísimo golpe”; Is
66,10, GIGn̈ VT̈¦t UGh¦G, “alegraos con ella con alegría”; Zac 1,2, ;©më
;¤meÅ̈ o¤fh¥,Ic£tÎk©g vuvh, “se enojó Yhwh con gran enojo contra vuestros
padres”.
(2) Nm 16,13, rrT̈§ ¥ G,¦ , “¿pretendes realmente gobernar
¥ Gv¦ Îo©D UbhÅ¥kg̈ rrT̈§
sobre nosotros’”; 1 Re 20,37, g©«mp̈U v¥Fv© Jh¦tv̈ UvÅF¥©H©u, “y el hombre le
golpeó y le hirió”26. Los restantes ejemplos tienen un partícula
breve como oD (Gn 46,4), tb̈ (Nm 11,15), o la negación tk (Gn 3,4,
iU,ªnT§ ,InÎt«k)27.
oa Como en el caso de los adverbios (infra, § pa), un objeto que cierra
la oración precedente puede hacer que el objeto de la oración siguiente
siga inmediatamente, es decir, puede hacer que el objeto de la oración
siguiente ocupe la primera posición. Tal construcción puede conside-
rarse un caso de atracción, pero es difícil decidir si el chiasmus resultante
es intencionado o no28. Ejemplos: Lv 19,4, vf̈¥Xn© h¥v«kt¥u o¦kh¦kt¡ v̈Îk¤t Ub§pT¦ Îk©t
25.Siete casos más han sido identificados por Malessa (comunicación privada, de
4/4/2000): Is 49,25; 53,4.11 (si tuv es sujeto); 66,2; Jr 34,5; Job 40,20.
26.Posiblemente los dos infinitivos son sentidos como unidad inseparable, y po-
nerlos en la segunda posición puede haber parecido estilísticamente torpe.
27.Normalmente la negación precede inmediatamente al verbo finito: § 123 o.
28.Cf. Muraoka 1985: 39s, y Khan 1988: 88-93. Lázaro Carreter (31968: 342)
define así el quiasmo: “ordenación cruzada de elementos componentes de dos
grupos de palabras, contrariando así la simetría paralelística: matrem habemus,
ignoramus patrem”. La noción de chiasmus se suele invocar en los estudios de
gramática y literatura hebreas, pero todavía falta por demostrar que los anti-
§ 155. La oración verbal 623
o¤fk̈ UG£g,© t«k, “no os volváis hacia los ídolos, ni dioses de fundición os
hagáis”; Jue 6,25, ,«rf§ T¦ /// vr̈¥Jt£ v̈Î,¤tu§ /// k©g©CÅ v© j©C§zn¦ Î,¤t T̈§xrv̈§
© u, “derribarás el
altar de Baal y la Aserá cortarás”. También 2 Cr 29,7.18.19; 34,4; tam-
bién 1 Cr 22,14; 2 Cr 28,8 (cf. Kropat 1909: 59).
Sin embargo, en algunos casos, la causa puede estar en el contraste:
Jue 1,25, UjÅ¥KJ¦ IT§jP© J§ n¦ ÎkF̈Î,¤tu§ Jh¦tv̈Î,¤tu§ c¤r·j̈Îh¦pk§ rh¦gv̈Î,¤t UF©H©u, “pasaron a
toda la ciudad a filo de espada, pero a aquel hombre con toda su fami-
lia dejaron libre”.
ob En las respuestas la parte esencial se sitúa al principio: Gn 37,16,
J¥Ec© n§ h¦f«bẗ h©jt© Î,¤t, “a mis hermanos estoy buscando”, en respuesta a Gn
37,15, J¥Ec© T§ Îv©n29.
oc En los textos legales, esp. en Levítico, el objeto precede a veces al
verbo, sin que aparezcan razones de énfasis, contraste o relevancia30:
Lv 19,8, t¨¬¦h Ib«ug£ uhk̈§f«tu§, “qienes lo coman, con su falta cargarán”; Lv
19,28, o¤fr© ¤G¤ u§, “incisión por un muerto, no haréis en
§Gc§ C¦ Ub§T,¦ t«k J¤p¤Åbk̈ yrÅ
vuestra carne”; Ex 21,31, jD̈¦h ,©cÎIt jD̈¦h i¥cÎIt, “si (un toro) a un mucha-
cho acornea o a una muchacha acornea”.
od En una oración en la que el objeto es introducido por la conjunción
waw, la posición del objeto puede estar en función del uso de los tiem-
pos, donde algunas alguna consideración contextual o semántica indica
la inconveniencia del sintagma wayyiqtol (infra, § n): p.ej., Gn 46,32, h¥J§bt©
UthÅc¦ v¥ o¤vk̈ r¤Jt£ Îkf̈§u or̈ë§cU ob̈t«mu§ Uhv̈ v¤be§ n¦ , “eran hombres de ganado y han
traído sus rebaños, sus vacadas y todo cuanto poseían”; Jue 12,9, IkÎh¦v§h©u
vm̈UÅjv© j©KJ¦ ,IbC̈ oh¦Jk§JU oh¦bC̈ oh¦Jk§J, “tuvo treinta hijos, y treinta hijas casó
fuera” (¿o atracción? cf. supra, § oa); Gn 39,8; Jue 7,25.
p Los diversos modificadores adverbiales se colocan al comienzo de
la frase cuando hay algún tipo de énfasis sobre ellos. Ejemplos: Gn
19,2, ih¦kb̈ cIjrC̈, § “en la plaza pasaremos la noche”; Gn 29,25, k¥jr̈§c t«k£v
QN̈¦g h¦Tsŧ©cg̈, “¿no es por Raquel que yo he servido en tu casa?”31.
Por otra parte, muchos adverbios comunes o expresiones adver-
biales, esp. los que anafóricamente están enlazados con lo que precede
inmediatamente, ocupan la posición inicial sin ningún énfasis especial:
v«F y i¥F, “así” (Jue 7,17); i¥fk̈, “por tanto” (Jue 10,13); i¥F k©g, “por tanto”
§ 156. APÉNDICE
Casus pendens ante una oración nominal o verbal
a Es frecuente que al comienzo de una frase se encuentre un nombre
o pronombre como separado de lo que sigue y después retomado por un
pronombre retrospectivo. El nombre queda, por así decir, suspendido,
de donde le viene el nombre de casus pendens. Esta construcción viene a
veces motivada por la importancia del nombre, –i.e., es el elemento que
primeramente se impone en la mente del hablante–, y a veces se debe a
un deseo de claridad o a ligereza de expresión1.
El nombre en casus pendens puede ser un genitivo (lógico), un objeto
(acusativo), el complemento de una preposición, o un sujeto.
B. ORACIONES EN PARTICULAR
7. Para un análisis más completo de la sintaxis de vBv y Jh/iht, cf. Muraoka 1985:
137-40 y 99-111 respectivamente.
1. rJt es más común en la lengua más tardía.
2. Igualmente h¦F introduce una oración-sujeto después de un simple ;©t, o©D, v£:
Gn 3,1, r©nẗΦF ;t, “¿es que ha dicho?” (= ¿es verdad que ha dicho?=; Rut
2,21, r©nẗÎh¦F o©D, “(hay) además (lo) que ha dicho” (= además, él ha dicho); Job
6,22, h¦TrÅ
§n© ẗÎh¦fv£, “¿es que yo he dicho?” (§ 161 j ). Sobre Gn 3,1, Muraoka
1985: 142s.
§ 157. La oración sustantival 629
predicado: Is 63,19, oC̈ T̈§kJ©Å n̈Ît«k ok̈Ig¥n UbhŦhv̈, “hemos venido a ser desde
hace tiempo (gentes) sobre las que tú no imperas” (§ 158 d ).
III. Oración aposicional. Este tipo tampoco aparece documentado.
IV Oraciones como complemento de una preposición. Han sido trata-
das en § 129 p-q en relación con el genitivo.
V. Oración genitival. Cf. § 129 p-q.
b VI. Oración-objeto.
Asindética: Job 32,22, v¤Bf© t£ h¦Tg§ sḧÅ© t«k, “no sé (cómo) adular”; Lv 9,6, v¤z
UG£gT© vuvh vܦmÎr¤Jt£ rc̈S̈©v, “esto es lo que Yhwh ha ordenado (que)
hagáis”; Is 42,21; Am 5,12; Sal 9,21; Job 19,25. —Con verba dicendi: Gn
12,13, T§ ẗ h¦,«jt£ tb̈Îhr§ ¦nt¦ , “dí, por favor, (que) eres mi hermana”. La
construcción apenas se usa, excepto con los verba dicendi para introducir
la oración-objeto en estilo directo: Gn 12,12, ,t«z IT§Jt¦ Ur§n«ẗu§, “dijeron:
«ésta es su mujer»”.
c Sindética (con h¦F o r¤Jt£ , cf. supra, § a, n.): Gn 3,6, .¥gv̈ cIy h¦F vẌ¦tv̈ trÅ
¤T¥ ©u,
“vio la mujer que el árbol era bueno”3; Gn 29,12; Ex 4,31. —Con verba
dicendi para introducir la oración-objeto en estilo directo4: Jue 6,16,
QN̈¦g v¤hv§ t¤ h¦F vuvh uhk̈¥t r¤ntÅ«H©u, “Yhwh le dijo: «estaré contigo»”5; Gn 3,11;
21,30; 26,22; 29,32.33; 37,35; Ex 4,25; 1 Re 11,22; 2 Re 8,13. Una
oración-objeto introducida por hf sigue habitualmente al verbo prin-
cipal6.
Con r¤Jt£ 7: 1 Sm 18,15, kh¦FG§ n© tUvÎr¤Jt£ kUtJ̈ tr© §H©u, “y vio Saúl que (Da-
vid) tenía mucho éxito”; Ex 11,7; Dt 1,31; 1 Re 22,16; Is 38,7; Jr 28,9;
Ez 20,26; Neh 8,14.15; Est 3,4; 4,11; 6,2; Qoh 6,10; 7,29; 9,1; Dn 1,8.
Con verba dicendi para introducir la oración-objeto en estilo directo8: 1
Sm 15,20, vuvh kIe§C h¦Tg§ n©Å J̈ r¤Jt£ /// kUtJ̈ r¤nt«H©u. Delante de rJt es posible ,t
3. Sobre la construcción frecuente v¥Bv¦ u§ tr© §H©u, cf. § 177 i. Nótese aquí que la
llamada consecutio temporum es desconocida en la lengua hebrea; el verbo implí-
cito de la oración subordinada indica que su marco temporal es contempo-
ráneo con el del verbo principal (tr¤T¥Å ©u).
4. Sobre h¦F recitativum introduciendo el estilo directo, cf. Esh 1957-58. Zorell
(1933) lo niega, en nuestra opinión, sin convencer. Miller (1996: 116) es
también escéptico.
5. Con rnt, además del estilo directo o indirecto, con o sin h¦f, también se en-
cuentra el infinitivo precedido de k: 2 Cr 6,20, oJ̈ W§nJ¦ oUGk̈ T̈rÅ
§n© ẗ (en contraste
| 1 Re 8,29, oJ̈ h¦nJ§ v¤hv§ ¦h T̈rÅ
§n© ẗ).
6. Groß 1991: 100.
7. Frecuente en HBT: BDB: s.v. 8a b.
8. Driver 21913: ad 1 Sm 15,20.
630 § 157. La oración sustantival
de acusativo: Jos 2,10, ;UxÎo©h h¥nÎ,¤t vuvh Jh¦cIvÎr¤Jt£ ,¥t Ub§gn©Å J̈, “hemos
oído (el hecho de) que Yhwh secó ante vosotros las aguas del mar
Rojo”. Tal oración-objeto con rJt ,t puede preceder al verbo prin-
cipal: Gn 41,25, v«gr© §pk§ sh¦Dv¦ v¤G«g oh¦v«k¡tv̈ r¤Jt£ ,¥t, “lo que Dios va a realizar
(lo) ha manifestado al Faraón”9.
ca El estilo indirecto genuino es bastante raro10: Est 3,4, o¤vk̈ sh¦Dv¦ Îh¦F
¦ h tUvÎr¤Jt£ , “pues le había comunicado que él era judío”11.
hsUv§
cb Lo que se presenta como estilo directo se suele formular en térmi-
nos del hablante o narrador, sindética o asindéticamente. Así, en Gn
12,13, T§ ẗ h¦,«jt£ tb̈Îhr§ ¦nt¦ , “Dí, por favor, que eres mi hermana”; Gn
41,15, I,«t r«Tp§ k¦ oIk£j g©nJ§ T¦ r«nt¥k WhÅk¤ g̈ h¦Tg§ n©Å J̈ h¦bt£©u, “he oído decir de tí (que)
oyes un sueño y lo descifras”12.
d Observaciones
1. Los verba sentiendi (= verbos de percepción sensorial)13, esp. vtr, “ver”,
y gsh, “conocer”, toman un objeto directo que señala una entidad sobre
la que percibe o conoce algo, y el contenido de tal percepción o
conocimiento se expresa en la oración siguiente (anticipación del
sujeto)14: Gn 1,4, cIyÎh¦F rItv̈Î,¤t oh¦v«k¡t tr© §H©u, “y vio Dios que la luz era
buena” (lit., “la luz que era buena”). —También con vtr: Gn 6,2; Utr¦§H©u
v¨B·¥v ,«c«y h¦F os̈ẗv̈ ,Ib§CÎ,¤t oh¦v«k¡tv̈Îh¥bc§ , “y vieron los hijos de Dios a las
hijas de los hombres que eran bellas” (vieron que ... eran bellas); Gn
12,14; 13,10; 49,15; Ex 2,2; Qoh 2,24; 8,17. —Con gsh: Ex 32,22, vT̈©t
Å© “tú conoces a este pueblo que está en pecado”
tUv gr̈§c h¦F og̈v̈Î,¤t T̈§gsḧ,
(conoces que está en pecado); 2 Sm 17,8; 1 Re 5,17. —Con rh¦Fv¦ ,
“reconocer”: 1 Re 20,4115.
2. Quizás por analogía con este tipo de oraciones tenemos oh¦bP̈ k¤t oh¦bP̈; véase §
126 f.
3. Pero según König (1919: ad loc.) se trata de una expresión parentética; cf.
König 1881-97: § 370.
642 § 160. La oración negativa
¤j¤ sUv¥t Ik G©g©ÅH©u, “habíase hecho Ehud una daga que tenía
,Ih¥p h¥bJ§ Vk̈§u crÅ
dos filos” (seguido por una oración relativa asindética: VF̈rẗ § s¤n«D,Å
“cuya longitud era un gómed ”). —Con In§J, “cuyo nombre era”: 2
Sm 20,1 etc. (§ 158 b, n.). Las expresiones preposicionales Isḧ§C y Vk̈,
con un referente determinado, que acabamos de citar (Is 6,6 y Jue
3,16), cada una siguiendo a la conjunción waw, pueden analizarse
como el sujeto psicológico de la oración. Igualmente, las oraciones
con un adverbio locativo de fuerza anafórica, como en 1 Sm 24,4,
vr̈g̈§n oJ̈§u, “y allí había una cueva”.
e 2. Oración verbal : Gn 18,13, h¦T§be©Å z̈ h¦bt£©u s¥kt¥ ob̈§ntª ;©tv© , “¿es que de verdad
voy a parir, siendo ya anciana?”; Gn 24,56, ©jh¦km§ v¦ vuvhu h¦,«t Ur£jt© T§ Îk©t
© “no me retengáis, que Yhwh ha dado éxito a mi viaje”.
h¦Fr§S,
f Observación. Por otra parte, una oración nominal o verbal con waw
puede formar una especie de paréntesis y preceder a la oración prin-
cipal, como en Gn 13,2, s«tn§ s¥cF̈ or̈§ct© u§, “ahora bien, Abram era muy
rico ...”; Gn 24,16, “era la joven muy bella ...”; Jon 3,3, “ahora bien,
Nínive era una ciudad muy grande”; Gn 48,10, i¤e«Z¦ Ån Us§c«F̈ k¥tr̈§G¦h h¥bh¥gu§, “los
ojos de Israel estaban embotados por la vejez”; Jos 4,10, “estando los
sacerdotes ... firmes –ohs§ ¦n«g– en medio del Jordán ..., el pueblo se
apresuró a pasar –UrÅ«cg£©H©u og̈v̈ Ur£vn© §h©u–”. Este tipo de oración se encuentra
también de modo independiente (sin waw): 1 Re 1,1 (al comienzo
absoluto de la narración), “siendo el rey David viejo, entrado en años”;
Gn 37,3, “Israel amaba a José más que a todos sus hijos”; Ex 19,18, “la
montaña del Sinaí humeaba toda”.
1. Así, pace Bendavid (21967-71: II, 782), que ve aquí sólo una mera variante del
tipo de HM.
2. Más ejemplos, en Rachenmacher 2003: 72.
3. t«k con un participio no es, por tanto, “muy anormal” aquí (contra Driver
31892: § 162, n.)
5. Sobre i¤P, usada a veces en el sentido de k©t, cf. § 168 g, n. Para una descrip-
ción más completa del uso de k©t, cf. Qimron 1983: 473-82.
6. Sólo ocasionalmente en prosa: p.ej., Jos 1,7, rUxT̈ k©t; Gn 19,17; 2 Sm 12,12.
§ 160. La oración negativa 645
ticas de embellecimiento. Véanse ejemplos en § 114 k, y Driver
1892: § 50 (a), Obs.
3
7. Cf. Muraoka 1985: 102-11 para una descripción de la sintaxis de este adver-
bio de negación en HB.
8. Comp. o¦,©ÅbJ§ , oh¥bJ§ , § 100 c.
646 § 160. La oración negativa
Observación. La palabra negada, puesta al principio delante de iht e
indeterminada9, lleva generalmente un cierto énfasis: 2 Re 4,14, i¥C kc̈£t
Vk̈ ih¥t, “pero hijos, ella no tiene” (contra Gn 11,30, sk̈ü Vk̈ ih¥tu§).
i Ejemplos. Con un adjetivo: Gn 7,8, vr̈«vy§ vB̈Ťbh¥t r¤Jt£ vn̈¥vC§ v© Îi¦nU, “y de
los animales que no son puros” (en contraste con el v. 2 con t«k; supra,
§ b) (Los ejemplos con adjetivos son raros).
Con un participio activo (predicativo): Gn 39,23, r©v«XÅ v© Î,h¥C r©G ih¥t
v¤t«r, “el jefe de la cárcel no prestaba atención”; 2 Re 17,26b, oh¦gs«§h ob̈h¥t
(en contraste con v. 26a, Ugs«§ḧ t«k; cf. supra, § b).
Con un participio pasivo (predicativo): Ex 3,2, kF̈ªt UBŤbh¥t v¤bX§ v© u§, “pero
la zarza no se consumía” (kF̈ªt, § 58 b); Ex 5,16, WhÅsc̈£¤ g©k iT̈¦b ih¥t i¤cT¤Å , “no
se entrega paja a tus servidores”.
Observaciones
1. iht seguido por un nombre indeterminado y un participio o adjetivo
forma una construcción equívoca10. Así, g© n¥«J l¤knŤ ih¥t puede significar
“no hay ningún rey que oiga” (participio atributivo) o “un rey no
oye” (participio predicativo); 1 Re 6,18, vẗr¦§b i¤ctŤ ih¥t, significa más
bien “ninguna piedra era visible”; compárese 1 Sm 3,1; Qoh 8,8, ih¥t
©jUrC̈ yh¦KJ© os̈ẗ, “no hay hombre dueño de su hálito”.
2. Ocasionalmente encontramos una sorprendente forma de iht no
sufijada con un sujeto determinado11: Lv 13,31, e«ng̈ UvÅt¥ r© §nÎih¥t v¥Bv¦ u§
rIgv̈Îi¦n, “y por su aspecto no es más profunda que la piel”; 1 Re
21,15, h©j ,Icb̈ ih¥t, “Nabot ya no vive”; incluso cuando el sujeto
encabeza la oración, como en Lv 13,32, rIgv̈Îi¦n e«ng̈ ih¥t e¤,ŤBv© v¥tr© §nU
(cf. v. 34, rIgv̈Îi¦n e«ng̈ UBŤbh¥t UvÅt¥ r©
§nU) y Ex 22,13, IN¦gÎih¥t uhk̈g̈§C (oración
circunstancial, así en Jue 13,9; 16,15). Cf. Neh 4,17, oh¦yJ§ p Ub§j©Åbt£ Îih¥t
¥ C; Ez 8,12, UbÅ̈,«t v¤t«r vuvh ih¥t.
UbhÅsd̈§
3. Para iht con sufijos, cf. § 102 k.
j La elección de la negación usada absolutamente se rige por las
reglas ya dadas. En respuesta se encuentra, en Ag 2,12, t«k con un
verbo sobreentendido en indicativo; en Rut 1,13, k©t con un yusivo
sobreentendido12; en Jue 4,20, i¦ht©Å en el sentido de “no hay”.
Después de o¦t, en una disyuntiva13, se encuentra normalmente t«k:
Gn 24,21, t«kÎo¦t IFr§S© vuvh j© h¦km§ v¦ v© ; después de una oración nominal: Gn
11.Comp. Mt 18,21, posa,kij a`marth,sei eivj evme. o` avdelfo,j mou kai. avfh,sw auvtw/|È
654 § 161. La oración interrogativa
camino de Yhwh» ... ¿que mi camino no es recto? ¿no son vuestros
caminos los que no son rectos?”, donde los cambios en el orden de
las palabras refuerzan la puntualización.
l APÉNDICES
I. Particularidades de la respuesta
1. En una respuesta afirmativa, se repite simplemente la palabra sobre
la que versa la pregunta: Gn 29,6, oIkJ̈ Ur§nt«H©u Ik oIkJ̈£v, (lit.)“¿está en
paz? Respondieron: en paz”12; 1 Sm 23,11.12; Jr 37,17. —Con cam-
bio de persona: Gn 29,5, o¤Tg§ s§ ©hv© , “¿sabéis?”, Ub§gsḧ,
Å© “sabemos”; Gn
24,58; 27,24; Jue 13,11; 1 Re 13,14. —Sobre la omisión del pro-
nombre sujeto en la respuesta, cf. § 146 h.
2. Con frecuencia se añade el pronombre en respuesta a una invita-
ción, etc. Cf. § 146 a 3.
3. Sobre el orden de las palabras en respuesta, cf. § 154 g.
4. En una respuesta negativa basta el mero adverbio de negación: t«k
(Ag 2,12.13); k©t (Rut 1,13); i¦ht©Å (Jue 4,20). Cf. § 160 j.
5. Para el empleo del participio en la respuesta cuando se ha pregunta-
do con un yiqtol (p.ej., en Gn 37,15.16), cf. §§ 113 d, n. y 121 d 13.
m II. Tiempo verbal de la apódosis con waw de una oración interroga-
tiva. Aunque el uso de los tiempos verbales no presenta aquí nada de
anormal, ofrecemos juntos los ejemplos concretos explicados en el
capítulo de los tiempos del verbo.
Para indicar la finalidad se emplea el volitivo indirecto, a saber, el
cohortativo en 1ª pers., el imperativo en 2ª pers., y el yusivo en 3ª pers.:
Cohortativo. 1 Re 22,7: “¿no hay aquí ningún profeta para que consultemos
–vJ̈r§s¦
§bu§– por medio de él?” (§ 116 c).
Imperativo. 2 Sm 21,3: “¿qué haría yo por vosotros y cómo podría ofre-
cer expiación para que bendijeseis –Ufr«§c̈U– la herencia de Yhwh?” (§
116 g ).
Yusivo. Jon 1,11: “¿qué haremos contigo para que se calme –e«TJ§ ¦hu§– la
mar?” (§ 116 e)14.
12.En HB, como en latín, falta una palabra para “sí”, de donde la necesidad de
repetir la palabra pertinente de la pregunta. En hebreo post-talmúdico se
usará i¥F. En Jos 2,4, h©kt¥ UtC̈ i¥F r¤ntÅ
«T©u, no hay pregunta precedente.
13.Cf. Joüon 1921: 224.
14.Job 3,11, “¿por qué no he salido yo del vientre para morir –g«üd§ t¤ u§–?”; pero wtü,
“y no muero”, parece más natural.
§ 162. La oración exclamativa 655
Para expresar la consecución, la lengua hebrea usa los tiempos
inversivos w-qataltí en la esfera del futuro y del presente, y wayyiqtol en
la esfera del pasado15:
– Sal 80,13, “¿por qué has hecho brecha en su cerca, de forma que cogen
las uvas –UrÅ̈t§u– los viandantes?” (§ 119 e); Gn 29,15 (§ 161 j ); 2 Re
5,12.
– Gn 12,19, “¿por qué dijiste «es mi hermana», de forma que la tomé
–j©et¤ ü– por esposa?” (§ 118 h ).
– Encontramos el volitivo indirecto en Jr 9,11, “¿quién es hombre tan
sabio como para comprender –ih¦cḧ§u– esto?”.
2. Pero Sal 29,3, “¡La voz de Yhwh sobre las aguas!”. Este uso de kIe podría
resolver la dificultad que comporta la falda de concordancia en Gn 4,10, kIe
h©kt¥ oh¦eg£«m WhÅj¦ ẗ h¥nS.§
§ 163. La oración optativa 657
tu presencia!”; Job 6,2 (en Gn 30,34 Uk es dudoso; h¦v§h sería el único
ejemplo de yusivo con Uk o o¦t)1.
– Uk con qatal, cuando el deseo se refiere al pasado: Nm 14,2, Ub§,n©Å ÎUk
o¦hr§ ¤t¤ C§ , “¡ojalá hubiésemos muerto en el país de Egipto!”; Nm
Å©mn¦ .rÅ
20,3; Jos 7,7; Is 48,18; 63,192.
Finalmente, encontramos una vez h¥k£jt© (§ 105 b, n.) con yiqtol : Sal
119,5, “¡ojalá fuesen firmes mis caminos!”; una vez ante una oración
nominal: 2 Re 5,3 (pero un verbo ha podido ser suprimido). —Nótese
también el empleo de h¦cẗ en Job 34,36, cIH¦t i¥jC̈¦h h¦cẗ, “es mi deseo que
Job sea examinado”.
d El deseo se expresa a veces mediante una pregunta exclamativa: 2
Sm 15,4, .rÅ̈ ¤tC̈ y¥p«J h¦bn¥Å G¦ §hÎh¦n, “¿quién me instituyera juez en el país?” (=
¡cuánto deseo ser instituido Juez ...!”); 2 Sm 23,15, h¦be¥Å J§ ©h h¦n, “¡si me
dieran algo de beber!”; Nm 11,4, rG̈C̈ UbÅ¥kf¦ t£©h h¦n, “¿quién nos dará a
comer carne?” o “¡cuánto deseamos comer ...!”
El uso exclamativo de i¥T¦h h¦n, “¿quién dará?”, es una peculiaridad
notable de la lengua hebrea3. En algunos casos se mantiene el sentido
de “dar”, pero en otros tal sentido se debilita o incluso se pierde,
resultado de lo cual es que i¥T¦h h¦n deviene una fórmula optativa con el
sentido de utinam, “¡quiera Dios!”. —Con el sentido original de “dar”:
Jue 9,29, hsḧ§ ¦ C v¤Zv© og̈v̈Î,¤t i¥T¦h h¦n, “¡quién diera estuviese este pueblo en mi
mano!”4. —Con sentido débil: Sal 55,7, “¡quién tuviera alas cual
paloma!”. —Con el sentido original ausente: Dt 28,67: crÅ ¤g¤ i¥T¦hÎh¦n, “¡si
ya fuera la tarde!”. —Con dos acusativos: Nm 11,29, vuvh o©gÎkF̈ i¥T¦h h¦n
oh¦th¦c§b, “¡ojalá que todo el pueblo de Yhwh fuesen profetas!”5; Jr 8,23.
—Con un sufijo verbal: Job 29,2, osÅ §hf§ h¦b¥ÅbT§ ¦hÎh¦n, “¡ojalá estuviera yo
¤e¤ Îh¥jr©
como en los meses de antaño!”. —La oración verbal se expresa por el
participio en Job 31,35, h¦k g© n¥«J h¦kÎi¤T¦h h¦n, “¡ojalá que alguien me
escuchase!”; —por el infinitivo constructo: 2 Sm 19,1, h¦bt£ h¦,Un i¥T¦hÎh¦n
WhT¤Å j§ ,© , “¡ojalá hubiera yo muerto en tu lugar!” (cf. § 146 d ); Ex 16,3;
—por un verbo finito en perfecto: Job 23,3, h¦Tg§ sḧ Å© i¥T¦hÎh¦n, “¡ojalá yo
supiera!”; —en yiqtol : Job 6,8, h¦,k̈¡tJ¤ tIcT̈ i¥T¦hÎh¦n, “¡que mi petición le
8. Este h¦F puede explicarse probablemente así: “(hay esto), a saber, que es gran-
de”; el sujeto está en casus pendens para enfatizarlo. Para ampliar nuestra ya
amplia discusión sobre la fuerza enfática de esta partícula (Muraoka 1985:
158-64), puede verse Bandstra 1982: cap. 2, donde el valor enfático de h¦F es
absolutamente negado. Véase también Claassen 1983: esp. 3-35, donde se
encontrará una oportuna panorámica del reciente debate sobre la fuerza enfá-
tica de h¦F, y Aejmelaeus 1986.
9. Una tratamiento integral de la cuestión, en Muraoka 1985: 113-64. A la
bibliografía allí aportada, añádase Van der Merwe 1990; Jongeling 1997;
Testen 1998: 114-17.212. Con referencia al ugarítico, véanse las cautas
observaciones de Tropper 2000: § 85.
660 § 165. Imprecación y juramento
a I. La imprecación (vk̈ẗ ,©gUc§J, “juramento de maldición”) tiene como
prótasis la fórmula optativa ;h¦xIh v«fu§ oh¦v«k¡t (h¦k) v¤Gg£©h v«F, “así (me) haga
Dios y así añada1”; en la apódosis encontramos:
1. o¦t para un aserto negativo: 2 Re 6,31, s«ng£©h o¦t, “si hoy permanece su
cabeza” (= ciertamente no permanecerá); 1 Sm 3,17; 25,22; 1 Re
20,10 †.
2. t«k o¦t para un aserto positivo: 2 Sm 19,14, v¤hv§ T¦ /// t«kÎo¦t, “si no
serás” (= ciertamente serás”) †.
3. Para un aserto positivo, además de t«k o¦t (que es la construcción
habitual), se encuentra también h¦F: 1 Sm 14,44, ,UnT̈ ,In h¦F, “cierta-
mente morirás”; 1 Re 2,23. Este h¦F aseverativo proviene de las
oraciones de juramento (infra, § b, c ).
b II. Un juramento (v©gUc§J) se hace preceder opcionalmente por una fór-
mula exclamativa.
A. Sin fórmula exclamativa, se usa el verbo g©CJ§ ¦b, “jurar”2; la construc-
ción habitual es h¦F g©CJ§ ¦b, “jurar que”3, para un aserto positivo: Am
4,2, h¦F IJsë§
§ C vuvh hb̈«st£ g©CJ§ ¦b; Is 45,23, h¦F h¦Tg§ ©CÅ J§ ¦b; Jr 22,5; 49,13; 1 Re
1,17, h¦F T̈§g©CÅ J§ ¦b. En tal contexto, h¦F asume valor de afirmación, de
donde el uso de h¦F, “ciertamente”, incluso alejado de g©CJ§ ¦b, p.ej.,
después de r«nt¥k en 1 Re 1,13.30. Este h¦F ha pasado a las fórmulas
de juramento sin g©CJ§ ¦b (infra, § e) y a las de imprecación (supra, § a).
c Para un aserto positivo, también encontramos, aunque raramen-
te, t«k o¦t, derivado de la imprecación (supra, § a): Is 14,24; en Jr
51,41 renemos o¦t h¦F; cf. § 164 c.
d Para un aserto negativo no se encuentra t«k h¦F (que se esperaría),
sino o¦t4, derivado indudablemente de la imprecación (supra, § a): 1
1. Los doce ejemplos se dan en los libros de Samuel y Reyes (con la excepción
de Rut 1,7): 1 Sm 3,17; 14,44; 20,13; 25,22; 2 Sm 3,9.35; 19,14; 1 Re 2,23; 2
Re 6,31; con verbos plurales: 1 Re 19,2 (Jezabel); 20,10 (Benadad). Debe
notarse que las formas verbales están en indicativo a pesar del sentido op-
tativo. En esta fórmula, v«F se debe indudablemente al escriba: la persona que
pronunciaba la imprecación debía nombrar expresamente los males que invo-
caba sobre sí mismo, p.ej., enfermedad, pérdida de bienes, muerte etc., como
es el caso de Job 31,8ss.22. No es inconcebible que una expresión de esta fór-
mula fuera acompañada por gestos expresivos del hablante como pasarse la
mano por su garganta. Así, este v«F pertenece al escriba en Nm 23,5; 1 Re 2,
30; 14,5 (v¤zf̈§u v«zF̈).
2. Como equivalente a “jurar” tenemos también Isḧ ohr¥ ¦v, “alzar su mano” (Gn
14,22 etc.).
3. Como se dice, p.ej., h¦F sh¦Dv¦ , “declarar que” (Gn 3,11; 12,18).
§ 165. Imprecación y juramento 661
Sm 3,14, o¦t h¦Tg§ ©CÅ J§ ¦b; 2 Sm 19,8; Jr 44,26; Sal 89,36; 95,11 †; o¦t vg̈§c«Ẍv¦
en Gn 21,23; 1 Sm 24,22; 30,15 †.
e B. Con fórmula exclamativa: h¦b·ẗÎh©j, “¡Vivo yo!” (= ¡por mi vida!)5; h©j
vuvh, “¡Vive Dios!”; v«gr© §p h¥j6, “¡(Por) vida del Faraón!”; W§Jp§ ©bÎh¥j, “¡Por
tu vida!”.
Para un aserto positivo, la lengua hebrea usa h¦F, “ciertamente”
(derivado indudablemente de h¦F g©CJ§ ¦b; supra, § b): 1 Sm 26,16, vuvhÎh©j
Å̈ bc§ h¦F, “¡Vive Yhwh! Ciertamente merecéis la muerte”; 2 Sm
o¤Tt© ,¤unÎh¥
12,5; 1 Re 18,15. En 2 Re 5,20 y Jr 51,14 tenemos o¦t h¦F; cf. § 164 c.
Sin duda, se podría usar también t«k o¦t, como en los casos en
que no hay fórmula exclamativa (supra, § c).
f Para un aserto negativo, o¦t (supra, § d ): 2 Sm 11,11; 1 Re 18,10.
g A la luz de todo lo dicho, se puede advertir que existe una recíproca
contaminación entre la imprecación y el juramento. Así:
1. Para un aserto positivo, se encuentra generalmente:
IMPRECACIÓN: Me puniat Deus si non fecero hanc rem t«k o¦t
(= si no hago esto, me castigue Dios)
JURAMENTO: Juro quod (certo) faciam hanc rem h¦F
(= juro que [ciertamente] haré esto)
De aquí, por contaminación:
IMPRECACIÓN: Me puniat Deus, certo faciam hanc rem h¦F
(= castígueme Dios; ciertamente haré esto)
JURAMENTO: Juro si non fecero hanc rem t«k o¦t
(= juro, si no hago esto)
2. Para un aserto negativo, se encuentra generalmente:
IMPRECACIÓN: Me puniat Deus si fecero hanc rem o¦t
(= castígueme Dios si hago esto)
De aquí por contaminación:
JURAMENTO: Juro si fecero hanc rem o¦t
(= juro, si hago esto)
4. Comp. el hebraísmo de Mc 8,12, avmh.n le,gw u`mi/n( eiv doqh,setai th/| genea/| tau,th|
shmei/on.
5. Pace Greenberg (1957), es difícil ver por qué h©Hj© o formas similares no pudie-
ron usarse como W¤Hj© (2 Sm 11,11) en lugar de h¦bt£ h©j, que Greenberg se ve
obligado a admitir como solecismo.
6. Estado constructo de oh¦h©j, usado en juramentos formulados sobre la vida de
los hombres; cf. König 1881-97: II, 42.
662 § 166. La oración temporal
h Si se admiten estos casos de contaminación, no hay problema en
explicar o¦t, t«k o¦t en los juramentos como imprecaciones sobreenten-
didas (¡hasta en boca de Dios!, p.ej., en Dt 1,35).
i Observaciones:
1. o¦t y especialmente h¦F a vces se repiten: o¦t (Gn 14,23); h¦F (Gn 22,
16s; 1 Sm 14,39; 1 Re 1,30).
j 2. El o¦t, “ciertamente no”, y el t«k o¦t, “ciertamente”, de un juramento
pueden usarse para reforzar una afirmación: Is 22,14, r©Pfª§h o¦t, “cier-
tamente no será perdonado”; 1 Re 20,23, o¤vn¥ e©z¡j¤b t«kÎo¦t, “seguro
que los venceremos”; Is 5,9.
Sobre el h¦F de afirmación, cf. § 164 b.
k APÉNDICE. La fórmula h¦K vk̈hÅk¦ j̈, absit a me! (Vulg.), “¡lejos de mí!,
¡Dios no lo quiera!”, probablemente significa “profanación sobre mí”,
de donde la idea de repulsión y aversión7. La construcción habitual es
con i¦n: Gn 44,17, ,t«z ,IG£gn¥ h¦K vk̈hÅk¦ j̈, “¡lejos de mí hacer tal!” (=
protéjame Dios de hacer ...). Tres veces se construye con i¦n, lo que, sin
duda, se deriva de una imprecación (cf. supra, § a): 1 Sm 24,7; 2 Sm
20,20; Job 27,5 (cf. § 93 h; § 105 f ).
16.Ya en la inscripción del túnel de Siloé: ohnv ufkhu /// ocmjv ufv vcebv ohcu, “y el
día de la perforación, los que excavaban golpearon ... y las aguas fluyeron ...”
(líneas 6-7): véase también la inscripción de Mesad Hašavyahu, /// lscg kf ratf
jek /// ,kf ratf /// jehu /// uvhgauv tchu, “cuando tu siervo midió, vino Hošayahu ...
y tomó ... cuando acabé de medir ... él tomó” (en las líneas 6-9, las formas
wayyiqtol | la forma qatal ). Sin embargo, esto no tiene que significar, como
quiere Schüle 1997, que la fórmula hvhu es una innovación postexílica. Cf.
Schüle 2000: 82-86.
17.Cf. Qimron 1986: 72s y Driver 21913: 505s.
1. Cf. Segal 1932.
2. Véase la equivalencia: “cuando yo lo encuentro, lo saludo” y “si lo encuentro,
lo saludo”.
3. También en nuestras lenguas: “Le ofreces algo, siempre regatea”; “no hay
trabajo, no hay paga”. Debe distinguirse entre lo que el texto hebreo pretende
y la interpretación que el hablante de otra lengua pueda hacer de aquella
intención. Esta cualificación se aplica también a otras relaciones lógicas, co-
mo finalidad (§ 168), consecución (§ 169), causa o razón (§ 170), concesión (§
171), oposición adversativa (§ 172). La cuestión es hasta qué punto es legíti-
mo verbalizar lo que, en la mayoría de los casos, está meramente supuesto en
la lengua original. Obviamente, no concierne a la lingüística descriptiva pura
tratar cómo traducir una determinada construcción.
4. Es habitual en HM (cf. Pérez Fernández 1992: 316-17). Véase también Sira
6,7, UvÅ¥be§ iIhẌ¦bC§ c¥vIt ,̈hŦbë, “si te echas un amigo, hazlo con pruebas”.
670 § 167. La oración condicional
volitivo: Sal 104,20, r©gÅ̈hÎI,§hj© ÎkF̈ G«nr¦ Å̈ “produces
§,ÎIC vk̈§h·k̈ h¦vhÅu¦ Q¤JjÅ Î,¤JT,
las tinieblas y venga la noche, entonces se moverán todos los
animales del bosque”5 (compara el v. 28, donde las formas están
virtualmente en yusivo, y el v. 29 donde probablemente hay que leer
el yusivo r¥Tx§ T© ); Zac 9,5, tr̈h¦,u§ iIk§eJ§ t© trÅ
¤T¥ , “cuando Asquelón lo vea,
se espantará” (el matiz aquí es más temporal; igualmente en Miq
7,10, “cuando lo vea mi enemiga, la cubrirá la confusión”); Sal
146,4, “sale su espíritu, retorna a la tierra, en ese mismo día perecen
sus proyectos”6. Este tipo de oración es bastante raro y poético. En
primera pers. encontramos naturalmente el cohortativo: Sal 40,6;
139,8-9; Job 19,18.
b 3. La relación entre las dos oraciones puede expresarse por un waw.
En este caso también la prótasis comienza generalmente por waw ;
estos dos waw resaltan más claramente la relación entre los dos
miembros7: Gn 44,22, ,¥nü uh¦cẗÎ,¤t c©zg̈§u uh¦cẗÎ,¤t c«zg£©k r©g©ÅBv© k©fUhÎt«k, “no
puede el muchacho abandonar a su padre; si abandonara a su padre,
éste moriría” (el primer waw se explica sólo por la intención de resal-
tar la correlación de las dos oraciones); Dt 25,8b-9, “si se presenta y
dice «no me place tomarla por esposa», su cuñada se acercará ...”; Jr
18,4, “y si se estropeaba el vaso ..., volvía a hacerlo otra vez”; 1 Sm
19,3 (§ 144 f ). La función del primer waw resulta más claramente
cuando se prefija a una palabra distinta del verbo: Jue 6,13, vuvh J¥hu§
,t«zÎkF̈ Ub§,t©Å m̈§n vN̈Å̈k§u UbÅ̈N¦g, “Si Yhwh está con nosotros, ¿por qué nos
ha acaecido todo esto?”; Nm 12,14, ,©gc§ J¦ o¥kF̈¦, t«k£v v̈hŤbp̈§C erḧ © e«rḧ v̈hÅc¦ ẗ§u
oh¦nḧ, “si el padre de ella le escupiera8 el rostro, ¿no quedaría el
oprobio durante siete días?” (aquí el waw del segundo miembro se
omite delante de v; igualmente en Lv 10,19b: “si hubiese comido yo
hoy el sacrificio expiatorio, ¿sería aceptable a los ojos de Yhwh?”);
comp. Rut 2,9 (§ 116 b ).
5. La apódosis comienza en J«nr¦ §T, que está virtualmente en yusivo como los
verbos de la prótasis; hvhu está coordinado a ,¤JT.
Å̈ La puntuación generalmente
aceptada, no es sino la afirmación de lo obvio: “si produces la tiniebla, viene
la noche”.
6. Ésta es la puntuación correcta: cJḧª puede representar un yusivo (cf. § 80 k );
en la apódosis el tiempo verbal es el perfecto.
7. Véase el uso de doble waw resaltando la correlación en casos como Ex 21,16,
“quien rapte a un hombre, ya lo haya vendido, ya se halle en su poder”; y ante
nombres: Nm 9,14b, “tanto para el extranjero como para el indígena”; cf. §§
175 b y 177 p.
8. Para el inf. abs. en el caso de una muy improbable suposición, cf. § 123 g.
§ 167. La oración condicional 671
c 4. Pero la forma más habitual de expresar una condición consiste en
usar en la prótasis una partícula condicional, la más frecuente o¦t9 (a
veces h¦F) para un supuesto considerado real, y Uk para un supuesto
considerado irreal (cf. infra, f y k ); la apódosis suele comenzar por
waw de apódosis (§ 178 d ). Para más detalles, cf. § 176 f-o.
d Los diversos tipos de la oración condicional se encuentran a veces
mezclados unos con otros; así, en Neh 1,8s se encuentran los tipos 1, 3
y 4: en el v. 8 el tipo 1; en el v. 9 el tipo 3 (o¤Tc§ J© u§) y el tipo 4 (v¤hv§ ¦hÎo¦t).
En Sal 139,8-10 tenemos el tipo 4 (e©Xt¤ Îo¦t) y el 2 (v©ghÅm¦ t© u§, cohortativo,
volitivo de 1ª pers.; igualmente v¨¬t¤ [v. 9] es un cohortativo sin v; cf. §
114 b n.).
e Una sub-condición puede insertarse en una condición: en Nm 21,9,
yh¦Cv¦ u§ (“si miraba”) es una sub-condición dentro de la condición Q©Jb̈Îo¦t,
(“cuando le mordía”); Lv 15,24 (leer probabl. v¤hv§ ,¦ u§); en Lv 4,2s, h¦F J¤p¤Åb
(“si alguna persona”), es una condición, frente a i¥v«Fv© o¦t (“si fuere el
sacerdote), sub-condición. En Gn 44,29, UvÅ̈rë§u (“y si le acaece”) es una
segunda condición o sub-condición.
f La condición (o hipótesis) puede ser concebida como real (“si yo
mato”) o irreal (“si yo matara”). En el primer caso, se usa o¦t (menos
frecuente h¦F). En el segundo caso, se suele usar Uk10 (negativamente h¥kUk,
“si no ...”), pero ocasionalmente basta decir o¦t; así, con qatal : Job 9,30,
“si me hubiera lavado”; Sal 73,15 (¿); con yiqtol : Nm 22,18, “aunque
me diera” (confróntese con 2 Sm 18,12: Uk con qøtel para la misma
idea); 1 Re 13,8.
g Desde el punto de vista de los tiempos verbales no hay nada impor-
tante que reseñar. Los tiempos del verbo (qatal, yiqtol, qøtel ) se usan
conforme a las reglas habituales, ya en la prótasis ya en la apódosis;
resulta, pues, un buen número de posibles combinaciones.
En las oraciones condicionales, más que en ninguna otra (cf. § 166
o, n., p), encontramos a veces qatal en lugar de yiqtol en la prótasis, a
pesar del aspecto frecuentativo: Sal 78,34, UvUÅJr̈sU § od̈r̈£vÎo¦t, “si (cuando)
los mataba, le buscaban”11; Sal 41,7. La expresión del aspecto frecuen-
12.k©yë o¦t también se suele emplear para el futuro en el pasado: si occiderit, p.ej.,
en Gn 43,9; 2 Re 7,4 (cf. § 112 i ). Pero k«ye§ ¦h o¦t, si occidet, es más frecuente.
13.Según Brockelmann (1908-13: II,642), el sentido condicional deriva del
sentido optativo utinam. La Vulgata tiende a preferir utinam a si: cf. Nm 22,29;
Dt 32,39; Job 16,4; Est 7,4 (UK¦t).
14.Menos frecuente t¥kUk (para *t«kUk, cf. § 29 h ).
15.h¦Td§ rv̈:
Å© la acción es considerada pasada.
16.h¦F afirmativo en la apódosis; infra, § s.
§ 167. La oración condicional 673
hubiera querido matarnos, no habría aceptado de nuestra mano holo-
causto y oblación”; —con yiqtol (raro): Dt 32,27, rUdẗ h¥kUk, “si yo no
temiese” (con Uk no hay ejemplos seguros; en Gn 50,15, UbÅn¥ y§ G§ ¦h Uk, “¡si
nos guardara rencor!”, sin apódosis, este uso de Uk es extraño y único);
—con un participio o alguna otra oración nominal (raro): 2 Sm 18,12,
j©kJ§ t¤ Ît«k /// k¥e«J h¦f«bẗ Uk, “aunque yo pesara ..., no alargaría (mi mano)”; 2
Re 3,14 (h¥kUk con participio); Nm 22,29, QhT¦Å d§ r£ ©v vT̈©g h¦F hsḧ§ ¤j¤ ÎJ¤h Uk, “si
¦ C crÅ
tuviera a mano una espada, ahora mismo te mataba”.
l Observaciones
1. i¥v, “he aquí”, ecce, una partícula especialmente usada para atraer la
atención (cf. § 105 d ), se emplea a veces con el valor de “si”, como
en arameo e indudablemente bajo influencia aramea: 2 Cr 7,13, i¥v
r«mg§ t¤ , “si yo cerrara” (continuado por o¦t)17; Lv 25,20; Ag 2,12; esp.
en Job: 9,11.12; 12,14.15; 23,8. Por otra parte, v¥Bv¦ no parece tener
nunca el valor de “si”18.
m 2. v£, “¿es que ...?”, en Jr 13,23 es prácticamente igual a “si”: la prótasis
condicional es representada por una interrogación19.
n 3. Sobre h¦cẗ, cf. § 105 f.
o Oración elíptica. La elipsis puede darse tanto en la prótasis como
en la apódosis.
Elipsis en la prótasis: —t«kÎo¦tu§, et si non ( facitis; § 160 j ): 1 Sm2,16;
6,9; —i¦ht©Å Îo¦tu§: Ex 32,32b. Dependiendo del tipo de oración (Jue 6,13
[supra, § b]), se puede encontrar un elíptico J¥hü, “si lo es, dame tu
4. Estas conjunciones, como todas las demás (excepto waw) nunca requieren el
modo volitivo.
5. Sólo una vez con un lamed pleonástico: Ez 21,20, c¥k dUnk̈ i©gn©Å k§ , “para que
desmaye el corazón”.
6. Cf. Hurvitz 1972: 147s.
7. Cf. Azar 1981: 19-31. La aprensión es manifiesta en un caso como 2 Re 2,16,
UvÅf¥ k¦ J§ ©H©u vuvh ©jUr ItG̈§bÎi¤P WhŤb«st£ Î,¤t UJ§ec© h¦u tb̈ Uf§k¥h, “permite que vayan y busquen a
tu señor, no sea que le haya arrebatado el espíritu de Yhwh y le haya arrojado
...”; Dt 29,17, donde la partícula introduce una oración independiente.
8. Cf. Joüon 1921: 341.
§ 169. La oración consecutiva 677
hecho de que moriréis”); Nm 20,18; Jue 9,54, “para que no se diga de
mí” o “por miedo a que se diga de mí”; 1 Sm 4,99.
h Cuando i¤P prolonga su efecto a un segundo verbo yuxtapuesto, la
primera oración puede estar lógicamente subordinada (temporal o con-
dicional): 1 Sm 9,5, UbÅ̈k d©ts̈§u ,Ib«,t£ v̈Îi¦n h¦cẗ kS§
©j¤hÎi¤P, “no sea que mi padre,
desentendiéndose de las burras, esté inquieto por nosotros”; Dt 8,12-
14, “no sea que cuando hayas comido ..., se engría tu corazón”; Dt
4,19, “no sea que alzando al cielo tus ojos y viendo el sol ..., te dejes
seducir”; Dt 25,3; Sal 28,1, “no sea que si tú te callas, yo parezca a los
que bajan a la tumba”. Cf. §§ 167 t, 161 k y 170 m.
i Es discutible si el sintagma tku + futuro puede también indicar fina-
lidad: p.ej., Ex 30,21, “se lavarán las manos y los pies U,Ånªḧ t«k§u” (LXX:
i[na mh. avpoqa,nwsin ). Tampoco después de un verbo principal volitivo
la idea de finalidad es absolutamente cierta: Lv 10,9, /// T§ J§ T¥ Îk©t rf̈¥Ju§ i¦h©Åh
U,Ånª,̈ t«k§u (LXX: kai. ouv mh. avpoqa,nhte , “y nunca moriréis”, es más bien
una seguridad)10.
9. En los raros casos donde i¤P al comienzo de la frase tiene un sentido negativo
optativo (latín ne), parece provenir de i¤P r©nJ§ ¦b, “guardarse a uno mismo de
algo”, naturalmente algo temido. Así, en Ex 34,15, ,hr§ ¦C ,«rf§ T¦ Îi¤P, ne ineas
pactum (Vulg.), es indudablemente una expresión elíptica de la forma com-
pleta del v. 12, ,hr§¦C ,«rf§ T¦ Îi¤P W§k r¤nẌ¦v, “guárdate de pactar la alianza”; Job
32,13; Is 36,18; Jr 51,46; Gn 44,34 (cf. Joüon 1921: 342 n.). Cf. Fassberg
1990: 273-74, donde se concluye, inter alia, que k«ye§ ¦h t«k§u es muy común des-
pués de k©yë§u con waw inversivo, mientras que k«ye§ ¦h i¤P es común después de un
imperativo.
10.Cf. Fassberg 1994: 103-07.
678 § 169. La oración consecutiva
c Pero, aparte los casos donde un volitivo directo precede, la conse-
cución se expresa normalmente por medio del waw inversivo. Así, se
usan wayyiqtol (§ 118 h ) o w-qataltí (§ 119 e), según la esfera temporal.
Para el caso especial de la interrogación, cf. § 161 m.
d Al igual que la finalidad (§ 168 c), también la consecución puede ser
expresada con k + infinitivo constructo (§ 124 l ). Si la idea consecutiva es
negativa, se usa h¦Tk§ c¦ k§ (§ 124 c): Jr 16,12.
Las conjunciones principales para expresar la consecución son las
siguientes:
e h¦F, “que, para que”, es habitual después de una interrogación1: Sal
8,5, UBŤ r§F§z,¦ Îh¦F JIb¡tÎvn̈, “¿qué es el hombre para que de él te acuerdes?”
(cf. Job 17,17; en contraste, Sal 144,3); Gn 20,9.10; 31,36; Ex 3,11; Nm
16,11. —Después de una negación: Gn 40,15 (probable).
f r¤Jt£ , “que, de forma que”, se emplea (fuera de la interrogación)2 con
matiz diferente a h¦F: Gn 13,16, “de suerte que si alguno pudiera contar
...”; Gn 22,14 (probable). —Con negación: t«k r¤Jt£ (2 Re 9,37; Mal 3,19.
g i©gn©Å k§ , especialmente usada para expresar una finalidad (§ 168 d ),
también se usa a veces con valor consecutivo3. Así, hablando de una
acción de la que se considera más el efecto que la finalidad intencional:
Jr 27,10.15; Jl 4,6; Abd 9; Miq 6,16; especialmente hablando de una
acción punible cuyo efecto es una ofensa a Dios más que su propia
finalidad: así, en la expresión xh¦gf§ v© i©gn©Å k§ , “de forma que me irritan” (2
Re 22,17 etc.)4 (= xh¦gf§ v© k§ en Dt 4,25 etc., § 124 l ); Lv 20,3 (i©gn©Å k§ segui-
da por k con valor consecutivo); Am 2,7. Otros ejemplos: Jr 36,3; Os
8,4; Am 5,14 (§ 168 a, n.); Sal 30,13; 51,6; 130,4.
h i¦n + infinitivo expresa una consecución negativa: Gn 27,1, uhb̈h¥g ¨ihÅv¤ f§ T¦ ©u
§n, “sus ojos se debilitaron hasta dejar de ver” (= de forma que ya
,«tr¥
no veían); Ex 14,5; Lv 26,13; Dt 28,55; 1 Sm 15,26 (cf. § 133 e).
1. Para una completa lista de ejemplos, cf. BDB: s.v. h¦F, 1, f (p. 472b). La oración
con h¦F señala un hecho sorprendente, y la interrogación precedente se
pregunta cómo puede suceder o suceder de tal modo. De modo similar en
Lakiš 2.2, vsc(g) ,t hbst rfz hf ckf lscg hn, “¿Quién es tu siervo? ¿Un perro,
para que mi señor recuerde a su siervo?”.
2. En Ex 5,2, Ik«eC§ g©nJ§ t¤ r¤Jt£ vuvh h¦n, el r¤Jt£ es relativo (LXX).
3. Este punto, contestado generalmente, se explica fácimente si se considera
que el elemento k se usa tanto para la consecución como para la finalidad.
Sobre la partícula i©gn©Å k§ en HB, cf. Brongers 1973.
4. Pero la traducción de Cantera – Iglesias a 2 Re 22,17 subraya la intencio-
nalidad: “a fin de irritarme”.
§ 170. La oración causal y explicativa 679
i APÉNDICE. Comparando los §§ 168 y 169, se aprecia que la fina-
lidad y la consecución se expresan frecuentemente con los mismos
medios: en ambos casos tenemos k + infinitivo, h¦Tk§ c¦ k§ , r¤Jt£ e incluso
i©gn©Å k§ . Pero rUc£gC© es esencialmente una partícula final, y h¦F es partícula
consecutiva.
Waw con un volitivo indirecto se emplea para indicar tanto la con-
secución como la finalidad, pero el waw inversivo sólo se emplea con
valor consecutivo. Más ejemplos en § 116 h.
2. Éste parece ser el único ejemplo de este tipo. En Ex 21,31, un o¦t precedente
afecta a los verbos que siguen a It.
CAPÍTULO VIII
LA CONJUNCIÓN WAW
1922a: 205; Tob 6,14 (Cod. Sinaiticus, ed. R. Hanhart, kai. avpe,qanon ))) kai.
avpe,qnhskon; cf. Joüon 1923: 172).
690 § 176. Waw de apódosis
rar el proceso de pensamiento que había quedado en suspenso y enlazar
así las dos partes de la proposición.
La “y” de apódosis, siendo enérgica por naturaleza, si la apódosis (o
quasi-apódosis) comienza por un verbo finito en indicativo, las formas
verbales utilizadas son wayyiqtol y w-qataltí (cf. § 115 b-c). Por tanto,
cuando se usan estas formas como formas de apódosis, se debe evitar
el darles el valor ususal de sucesión o consecución: deben explicarse en
los términos de waw enérgico de recuperación3.
c El uso del waw de apódosis no está sujeto a reglas estrictas. General-
mente se usa cuando se siente la necesidad de enlazar lo que se está
por decir con lo que ya se ha dicho, después haber retardado o dete-
nido el curso del pensamiento. Ahora bien, esta ralentización tiene
lugar sobre todo en las proposiciones condicionales (§ 167), causales (§
170), temporales (§ 166) y después del casus pendens (§ 156). Ciertas
particularidades influyen en el uso del waw de apódosis, especialmente la
categoría gramatical de la palabra con la que empieza la apódosis
(verbo, nombre, participio), y la amplitud de la prótasis.
d El waw de apódosis es especialmente frecuente en las proposiciones
condicionales (§ 167) que comienzan por ot o hF: Dt 6,20s, “cuando te
pregunte tu hijo ..., entonces responderás –Å̈Tr© §nẗ§u–”; Gn 18,26, “si
hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré
–h¦,tÅ̈Gb̈§u– al lugar entero por consideración a ellos”. También después
de ot: Gn 28,8.41; 32,9; Nm 30,15; Jue 4,20; 1 Sm 1,11; 20,6; 1 Re 3,14
(en todos w-qataltí ). Tales ejemplos abundan en la casuística de los
códigos legales: Ex 21,3b, vẗ§m«ḧu§; Ex 21,6, IJh¦Dv¦ u§ (pero delante de un
nombre no hay waw de apódosis, p.ej., en Ex 21,3a.4; tampoco delante de
una negación, Ex 21,7). En 1 Cr 28,9b (prótasis muy breve) no hay
waw de apódosis : Qº̈k t¥mN̈¦h UBÅJ¤ r§s¦
§TÎo¦t, “si le buscas, se te dejará encontrar”.
Cf. también Jue 4,8, Q¥kt¥ t«k h¦Ng¦ h¦fk§ ,¥ t«kÎo¦tu§ hT¦Å f§ ©kv̈§u h¦Ng¦ h¦fk§ T¥ Îo¦t; 2 Re 7,4.
e También es igualmente frecuente el waw de apódosis en las propo-
siciones causales4: 1 Sm 15,23b, Q¤kNŤ n¦ W§x«ẗn§ ¦H©u vuvh r©cSÎ,¤ § t T̈§xt©Å n̈ i©g©Åh, “por-
que rechazaste la palabra de Yhwh, él te ha rechazado de la dignidad
real”; Is 3,16s.
3. Para traducir este waw, que no tiene equivalente preciso en español, hemos de
recurrir a palabras como “entonces”, cuya fuerza es, sin embargo, mayor que
la del hebreo. El alemán so es más próximo al waw de apódosis.
4. En las proposiciones causales encontramos también i¥fk̈ de apódosis (§ 170 o).
Compárese el i¥F de apódosis en las comparativas (§ 174 b).
§ 176. Waw de apódosis 691
f Waw de apódosis es muy frecuente en proposiciones temporales (§
166 l-p). En los numerosísimos casos en los que la prótasis (o quasi-
prótasis) se introduce por h¦v§h©u o vḧv̈§u, la apódosis tiene la mayoría de las
veces wayyiqtol o w-qataltí : Gn 21,22, r¤ntÅ«H©u tu¦vv© ,¥gC̈ h¦v§h©u, “sucedió que en
aquel tiempo dijo”. Pero a veces este waw de apódosis falta: Ex 16,22, h¦v§h©u
Uy§e«k̈ h¦XX¦ v© oIH©C, “ahora bien, el sexto día recogieron el doble”; Ex 16,27;
Lv 9,1 (el único ejemplo en Lv); después de vḧv̈, Lv 14,9. Esta omisión
del waw es especialmente común en los libros bíblicos tardíos: p.ej.,
Neh 1,4, /// v¤Fc§ t¤ ü h¦Tc§ J©Å ḧ v¤Kt¥Å v̈ ohrc̈
¦ S©§vÎ,¤t h¦gn§ J̈§F h¦v§h©u; Neh 4,10; 2 Cr 12,2.11;
20,1; 21,19; 24,4.23; Est 1,1; 5,2.
g Fuera de este caso, el uso es variable. Después de una indicación
temporal, aunque sea brevísima, encontramos waw de apódosis, p.ej., en
el caso notable de Ex 16,6, o¤Tg§ sh¦ © u crŤg¤ , “a la tarde (cuando llegue la
tarde) sabréis”; 1 Re 13,31, h¦,«t o¤Tr© §ce§ U h¦,In§C, “a mi muerte me sepul-
taréis” ...”.
h Después de oIH©C no se tiene, ordinariamente, waw 5: vZv oIHC en Gn
17,11; Ex 19,1; tUvv oIHC en Gn 15,18; Lv 22,30; Jos 4,14; 1 Sm 3,12; 1
Re 8,64; oIH©C seguido por un número ordinal: Ex22,29; Nm 6,9; 1 Re
8,66; 2 Re 20,5.
i En las oraciones relativas el waw de apódosis es bastante frecuente;
éstas caen en la categoría del casus pendens (infra, § j ): Jos 15,16, v¤F©hÎr¤Jt£
§eÎ,¤t, “quien bata a Qiryat Séfer y la tome, le
Ik h¦T,©Å b̈§u V·s̈f̈§kU r¤px¥Å Î,©hr¦
concederé ...” (§ 156 k); Ex 21,13. La amplitud de la prótasis es
importante: el waw no se da en Gn 44,10, donde la prótasis es breve,
pero sí se encuentra en Gn 4,9, donde la prótasis es más larga.
j En los casos del casus pendens (§ 156 l ), la amplitud de la prótasis
puede ser un factor importante. Así, en un caso idéntico de acusativo
(objeto), encontramos waw en 2 Re 16,14, pero no se eccuentra en Gn
47,21 y 1 Sm 25,29b.
k Hemos visto que las formas verbales en indicativo toman con
frecuencia el waw de apódosis, de donde wayyiqtol y w-qataltí. El waw de
apódosis no se coloca delante del imperativo: Dt 12,30, W§k r¤nX¦ Å̈ v (después
de una prótasis temporal muy larga); Gn 50,4; 1 Sm 21,10, después de
una prótasis condicional de longitud media. Pero sí se encuentra
delante del yusivo: Ex 12,3, y delante del cohortativo: Gn 13,9.
5. Excepto el caso obvio de que sea introducido por hvhu o vhvu (supra, § f ). En
Gn 22,4, t¨¬¦H©u h¦Jh¦kX§ v© oIH©C, se debe probablemente restaurar un h¦v§h©u introduc-
torio.
692 § 177. Síndesis y asíndesis
l Waw de apódosis delante de un nombre es bastante raro. Construc-
ciones como 2 Cr 7,1, vs̈r«§ḧ J¥tv̈§u k¥KP© ,§ v¦ k§ v«n«k§J ,IK©ff§ U; 13,15; 26,19, no
son clásicas6.
m El infinitivo absoluto, que es un nombre, no toma el waw de apódosis:
Ex 21,12.20.22.
n Delante de las partículas no se pone, de ordinario, waw de apódosis :
Ex 21,7, t¥m,¥ tk (en contraste con vẗ§m«ḧu§ del v. 3b); 1 Re 1,52a, k«P¦h tk (en
contraste con el v. 52b, ,¥nü).
o En pausa mayor, waw de apódosis resulta especialmente necesario: 2
Re 7,4b, Ub§,·n̈ü UbÅ,h¦
ª n§hÎo¦tu§ v¤hj§ ¦b UbŪHj© §hÎo¦t, “si nos respetan la vida, viviremos,
y si nos matan, (bien, entonces) moriremos” (el último verbo, en pausa
mayor, tiene waw aunque la prótasis sea muy breve; en contraste, el
verbo de la primera apódosis no lleva waw); Ex 9,20s (después de dos
prótasis de igual longitud, se encuentra waw sólo después de la segun-
da: c«zg£©H©u); Jr 6,19, Vc̈ÎUx£tn§ ¦H©u h¦,r̈I,§u (waw, siguiendo a un brevísimo casus
pendens, es debido a la pausa mayor)7.
3. Estos dos verbos se usan para expresar repetición (latín, iterum). Además,
cada uno de ellos tiene su especial matiz: cUJ expresa un movimiento opuesto
a otro ya mencionado anteriormente (idea de “volver” o “retornar”; zurück en
alemán: zurücknehmen, “retomar, revocar”); ;©xḧ expresa continuación o au-
mento. Además de la construcción con un verbo en forma finita (con o sin
waw), cuJ, y especialmente ;xh, pueden construirse con infinitivo (con o sin k).
4. No es posible decir r©pj̈ ej̈§m¦h cJ̈Å̈H©u (cf. § 118 k).
5. Qk̈ÎUtr§
§e¦h, “te llamarán”, pudo ser sentido como un pasivo puro, “serás
llamada”, de donde h¦phÅx¦ I, t«k, “no volverás a ser llamada” (cf. § 155 c).
6. Si ;h¦xIh se usa aquí transitivamente, el segundo verbo constituiría una oración-
objeto. Lo mismo cabe decir de otros verbos como kh¦tIv (infra, § d; cf. § h).
7. Cf. el ensayo de Eskhult (1998) para añadir ccx como marcador de comienzo.
694 § 177. Síndesis y asíndesis
decir), que el tipo r«nt¡ u§ Q¥k8: Rut 4,1a, v«PÎvc̈§J vr̈UÅx, “llégate, siéntate
aquí” (contrariamente en v. 1b, c·¥J¥H©u rẍÅ̈H©u); 1 Re 19,7, k«ft¢ oUe,“levántate,
come” (contrariamente en 1 Re 19,8, k©ftÅ«H©u oëÅ̈H©u); 1 Re 18,41, k«ft¡ v¥kg£,
“sube, come”; 1 Re 18,44, r«nt¡ v¥kg£ (a pesar del intervalo considerable
entre las dos acciones); Ex 17,9, o¥jK̈¦v t¥m, “ve, lucha”; Ex 19,21, s¥gv̈ sr¥
og̈C̈, “baja, conjura al pueblo”; Ez 20,39, Usº«cg£ Uf§k uhk̈UK¦D Jh¦t, “id, servid,
cada uno a vuestros dioses”. Esta construcción es especialmente
común cuando el primer verbo denota un movimiento físico9.
f El imperativo Q¥k (vf̈§k, h¦fk§ etc.) aligera frecuentemente su fuerza
convirtiéndose en una interjección: “¡ea!, ¡vamos!” (sobre todo delante
de otro imperativo asindético): Ex 19,24, srÎQ¥ ¥ k, “¡Ea, baja!”. Delante
de otras formas: 1 Re 1,12, Q¥mg̈h¦t h¦fk§ , “¡Ven, que te voy a dar un
consejo!”10; 1 Sm 9,10, vf̈·¥k¥b vf̈§k, “¡Ea, vayamos!”11. Cf. § 105 e.
g Se debe notar la asíndesis cuando el primer verbo expresa la noción
adverbial: Os 9,9, U,Åj¥ J¦ UehÅn¦ g§ v¤ , profunde peccaverunt (Vulg. = “se hundie-
ron en la corrupción”); Sof 3,7, U,hÅj¦ J§ v¦ UnhÅF¦ J§ v¦ , “madrugaron, se co-
rrompieron” (= desde muy temprano se han corrompido) (cf. con el
participio: Os 6,4 = 13,3); Jos 3,16, U,År̈§f¦b UNT©Å , “(las aguas) se cortaron
completamente”; 1 Sm 2,3, vv̈«cD§ vv̈«cD§ Ur§Cs§ §TÎk©t, “no multipliquéis el
©, UCr©
hablar altaneramente”. En contraste, Jr 4,5 (donde la idea adverbial es
expresada por el segundo verbo), Ut§kn© Utr¦ §e, “gritad a boca llena”.
h A veces una oración introducida por waw equivale a una oración-
objeto (§ 157 d ): Gn 47,6, k¦h©jÅ Îh¥J§bt© oC̈ÎJ¤hu§ T̈§gsḧÎo¦
Å© t, “si sabes que hay
entre ellos gente de valor”; Rut 1,9, ¨itÅm¤ n§ U o¤fk̈ vuvh i¥T¦h, “¡Que Yhwh os
conceda que encontréis ...!”; Dt 5,26 (§ 163 d ); 31,12 (cf. v. 13); Is
1,19; Est 8,6.
i Así es como se pueden explicar las oraciones introducidas por v¥Bv¦ u§
después del verbo “ver”. Como en las construcciones con hF, el nom-
bre objeto puede ser anticipado (cf. § 157 d ). Por tanto, dos construc-
ciones son posibles: sin anticipación y con anticipación del nombre
objeto:
1. Sin anticipación tenemos el tipo de Gn 8,13, vn̈s̈£tv̈ h¥bP§ Ucr«§j̈ v¥Bv¦ u§ tr©
§H©u, “y
vio y he aquí que (= vio que) la superfice de la tierra se había
12.Este tipo es muy comun en árabe y arameo. Blau 1996; cf. § 116 b, n. 3.
13.Parece que el yusivo es aquí directo (“y que él ...”), pues con la negación
encontramos k©tu§: Lv 16,2, t«cḧÎk©tu§ /// i«rv£t© Îk¤t r¥CS,
© “ordena a Aarón no entrar”
(compárese § 116 j ).
14.Una forma k«ye§ ¦hu§ en el sentido de “y él matará” no sería clásica.
15.Cf. Joüon 1911b: 466s, donde se ofrecen más ejemplos.
16.Sobre waw introduciendo estilo directo, analizado desde una perspectiva ma-
crosintáctica (también aplicable a los párrafos que siguen), cf. Miller 1999a.
696 § 177. Síndesis y asíndesis
particularmente frecuente en las preguntas: IHẗ§u, “¿y dónde está?” (Ex
2,20); o¤vh¦ct£ h¦nU, “¿y quién es el padre de ellos?” (1 Sm 10,12)17; v¤nU (2
Re 4,14); Îv©nU (2 Cr 25,9); vN̈Å̈k§u (Gn 29,25; Jue 6,13; 1 Re 2,22 etc.);
g© US©nU (Nm 12,8; 1 Re 1,13 etc.).
n En poesía, waw se usa enfáticamente para afirmar: Is 51,15, hfbtu, “y
yo, (yo soy Yhwh vuestro Dios)” (más o menos, “tan verdad como que
yo soy ...”); Jr 29,23b; Os 12,6; Am 9,5; Sal 89,38b.
o Síndesis y asíndesis de nombres. En una serie de nombres que se
siguen uno tras otro el empleo de waw es bastante inconsistente.
Generalmente se encuentra waw delante de cada nombre (excepto el
primero; cf. infra, § p): Gn 12,16, “ganado menor y mayor y asnos y
siervos y siservas”; Gn 20,14; 24,35 etc. A veces sólo el último nombre
lleva waw : 1 Re 9,20, “los amorreos, los hititas, los perezeos, los hiveos
y los jebuseos”18; 1 Cr 5,27, “Gerson, Kehat y Merari” (pero en Ex
6,16, “G. y K. y M.”)19.
p Muy raramente se sitúa el waw delante del primero de dos nombres:
Sal 76,7, “y carros y caballos”; Jr 32,30, “y por Israel y por los
hombres”; 2 Cr 26,10; 27,6; Neh 12,45 (cf. § 167 b, n; § 175 b).
—Delante del primero de una serie de nombres: 1 Cr 16,4; Neh
12,28s20.
q o©D /// o©D es una forma de enfatizar los dos miembros coordinados
(latín, et ... et ), que tiene su expresión en nuestras lenguas de diferentes
maneras: “y ... y”, “también ... también”, “así ... como”, “y ... y
además”, “no sólo esto, sino también”, etc.: Gn 24,25, “disponemos
también de paja y también de forraje”; en Gn 32,30, o©D se repite tres
veces; Gn 43,8, idem; ante elementos dispares: Gn 24,44, “y bebe tú
mismo y además yo abrevaré a tus camellos”. Como en el último
ejemplo, tenemos también oDu /// oD: 1 Sm 2,26 etc.
Pronombre separado (§ 39) Sufijos del verbo (§ 61) Sufijos del nombre (§ 94)
Con b Del nombre singular Del nombre plural
Sing. 1 c. h¦bt£ , hbº̈t Å perf. h¦b±;
h¦b±; ©Å fut h¦b±¥Å ©Å (raro); h¦B±¤Å (1 x)
h¦b± h±¦ h±,
© h·±̈
h¦f«b«ẗ, h¦f«bẗ
2 m. vT̈©t (T̈©t, 5x), vT̈ºt© , vT̈·ẗ W; W±, ± (Q·±̈)
§ W·¤ ‚±¤Å (‚§b±)
¤ W, W±,
§ W·¤
± Wh±¤Å
f. T§ t© , T§·ẗ Q; Q±̈; Q±¥ (Q±¤ ±)
Å ¥ (Q±̈)
Q, Q±, Q¦h±,
©Å Q¦h ·±̈
3 m. tUv Å u; perf. I, Uv·±̈; fut. Uv±Å
Uv±, UB±¤Å (Uv§b±)
¤Å Uv±,
Å U; I, Uv±¥Å uh±̈; (Uvh±)
¥Å
f. t¦v v̈; V±̈; fut. v̈±¤Å vB̈±¤Å v̈; V±̈; v̈±¤Å v̈h±¤Å
1. Hemos elegido dos verbos que toman hˇatef auxiliar. En las formas con
asterisco el hˇatef se convierte en vocal plena (cf. § 22 c).
2. Adjetivo verbal
706 PARADIGMA 5. Verbos de 2ª gutural: y©jJ̈, Qr¥
©C (§ 69)
Qal Nif‘al Pi‘el Pu‘al Hitpa‘el
Perf. Sg. 3 m. y©jJ̈ y©jJ§ ¦b (±)
¥ Qr¥ ©C Qr«©C QrC̈§
¥ ,v¦
f. vÿ£jJ̈ « vÿ£jJ§ ¦b vf̈r«§C¥ (vf̈r§«C« ) vf̈£r«C̈,§ v¦
2 m. T̈§y©jÅ J̈ T̈§y©jÅ J§ ¦b T̈§fr¥Å©C T̈§fr«Å©C T̈§frC̈§
Å© ,v¦
f. T§ y§ j© J̈ T§ y§ j© J§ ¦b T§ f§ r¥
©C T§ f§ r«©C T§ f§ rC̈§
© ,v¦
1 c. h¦Ty§ ©jÅ J̈ h¦Ty§ ©jÅ J§ ¦b h¦Tf§ r¥
Å©C h¦Tf§ r«Å©C h¦Tf§ rC̈§
Å© ,v¦
Pl. 3 c. Uy£jJ̈ « Uy£jJ§ ¦b Ufr«§C¥ Ufr§«C« Ufr«§C̈,§ v¦
2 m. o¤Ty§ j© J§ o¤Ty§ j© J§ ¦b o¤Tf§ r©«C¥ o¤Tf§ r©«C« o¤Tf§ rÅ©«C̈,§ v¦
f. i—–— i—–— i—–— i—— i—–—
1. c. Ub§y©jÅ J̈ Ub§y©jÅ J§ ¦b Ub§fr¥Å©C Ub§fr«Å©C Ub§frC̈§
Å© ,v¦
Fut. Sg. 3 m. («±) y©jJ§ ¦h y¥jẌ¦h Qrc̈§
¥h Qr«©c§h QrC̈§
¥ ,§h
f. y©jJ§ T¦ y¥jẌ¦T Qrc̈§
¥T Qr«©cT§ QrC̈§
¥ ,T¦
2 m. y©jJ§ T¦ y¥jẌ¦T Qrc̈§
¥T Qr«©cT§ QrC̈§
¥ ,T¦
f. h¦yj£ J§ T¦ h¦yj£ Ẍ« T¦ h¦frc̈§
¥T (h¦fr«§cT§ ) (h¦fr£«C̈,§ T¦ )
1 c. y©jJ§ t¤ y¤jẌ¤t Qrc̈£
¥t Qr«©ct£ QrC̈§
¥ ,t¤
Pl. 3 m. Uy£jJ§ ¦h Uy£jẌ« ¦h Uf£r«c̈§h Ufr§«c« §h hf£r«C̈,§ ¦h
f. vb̈§y©jÅ J§ T¦ vb̈§y©jÅ Ẍ¦T vb̈§frc̈§
Å¥ T vb̈§fr«Å©cT§ vb̈§frC̈§
Å¥ ,T¦
2 m. Uy£jJ§ T¦ Uy£jẌ « T¦ Uf£r«c̈T§ Ufr§«c« T§ Uf£r«C̈,§ T¦
f. vb̈§y©jÅ J§ T¦ vb̈§y©jÅ Ẍ¦T vb̈§frc̈§
Å¥ T vb̈§fr«Å©cT§ vb̈§frC̈§
Å¥ ,T¦
1 c. y©jJ§ ¦b y¥jẌ¦b Qrc̈§
¥b Qr«©c§b QrC̈§
¥ ,¦b
1
Fut. con suf. UbÅy¥ j̈§J¦h QrÅ̈
¤c§h©u
Imptv. Sg. m. y©jJ§ y¥jẌ¦v QrC̈
¥ QrC̈§
¥ ,v¦
f. h¦yj£ J «© h¦yj£ Ẍ« v¦ h¦fr£«C̈
Pl. m. Uy£jJ «© Uy£jẌ « v¦ Uf£r«C̈
f. vb̈§y©jÅ J§ vb̈§y©jÅ Ẍ¦v vb̈§frC̈
Å¥
Inf. Cst. y«jJ§ (¦k) y¥jẌ¦v(§k) Qrc̈(§
¥ k) QrC̈§
¥ ,v¦ (§k)
Inf. Abs. yIjJ̈ yIj§J¦b (QIrC̈)
Ptc. Act. y¥j«J yj̈§J¦b Qrc̈§
¥n QrC̈§
¥ ,n¦
Ptc. Pas. yUjJ̈ Qr«©cn§
1. Con u conversivo.
PARADIGMA 6. Verbos de 3ª gutural: j©kJ̈ (§ 70) 707
Qal Nif‘al Pi‘el Pu‘al Hif‘il Hof‘al Hitpa‘el
1
Perf. Sg. 3.m ·(k̈) j©kJ̈ j©kJ§ ¦b (±·¥
© ±) j©KJ¦ j©KJª ©jh¦kJ§ v¦ j©kJ§ v̈ j©KT© J§ v¦
f. vj̈§k«J̈ vj̈§kJ§ ¦b vj̈§KJ¦ vj̈§KJª v©jhÅk¦ J§ v¦ vj̈§kJ§ v̈ vj̈§KT© J§ v¦
2 m. T̈§j©kÅ J̈ T̈§j©kÅ J§ ¦b T̈§j©KÅ J¦ T̈§j©KÅ Jª T̈§j©kÅ J§ v¦ ,̈§j©kÅ J§ v̈ T̈§j©KÅ T© J§ v¦
f. (§ f ) T§ ©j©kÅ J̈ T§ ©j©kÅ J§ ¦b T§ ©j©KÅ J¦ T§ ©j©KÅ Jª T§ ©j©kÅ J§ v¦ T§ ©j©kÅ J§ v̈ T§ ©j©KÅ T© J§ v¦
1 c. h¦Tj§ ©kÅ J̈ h¦Tj§ ©kJ§ ¦b h¦Tj§ ©KÅ J¦ h¦Tj§ ©KÅ Jª h¦¦Tj§ ©kÅ J§ v¦ h¦Tj§ ©kÅ J§ v̈ h¦Tj§ ©KÅ T© J§ v¦
Pl. 3 c. Uj§k«J̈ Uj§kJ§ ¦b ·(¥k) Uj§KJ¦ Uj§KJª UjhÅk¦ J§ v¦ Uj§kJ§ v̈ Uj§KT© J§ v¦
2 m. o¤Tj§ ©kJ§ o¤Tj§ ©kJ§ ¦b o¤Tj¥ ©KJ¦ o¤Tj§ ©KJª o¤Tj§ ©kJ§ v¦ o¤Tj§ ©kJ§ v̈ o¤Tj§ ©KT© J§ v¦
f. i—— i——– i——– i——– i——– i——– i——––
1 c. Ub§j©kÅ J̈ Ub§j©kÅ J§ ¦b Ub§j©KÅ J¦ Ub§j©KÅ Jª Ub§j©kÅ J§ v¦ Ub§j©kÅ J§ v̈ Ub§j©KÅ T© J§ v¦
Fut. Sg. 3 m. ·(k̈) j©kJ§ ¦h (±·¥
© ±) j©kẌ¦h (±·¥
© ±) j©KJ© §h j©KJ§ªh ©jh¦kJ§ ©h j©kJ§ ḧ j©KT© X¦h
f. j©kJ§ T¦ j©kẌ¦T j©KJ© T§ j©KJ§ ªT j© h¦kJ§ T© j©kJ§ T̈ j©KT© X¦T
2 m. j©kJ§ T¦ j©kẌ¦T j©KJ© T§ j©KJ§ ªT ©jh¦kJ§ T© j©kJ§ T̈ j©KT© X¦T
f. ·(k̈) h¦jk§ J§ T¦ h¦jk§ «ẌT¦ h¦jK§ J© T h¦jK§ J§ªT h¦jhÅk¦ J§ T© h¦jk§ J§ T̈ h¦jK§ T© X¦T
1 c. j©kJ§ t¤ j©kẌ¤t j©KJ© t£ j©KJ£ªt ©jh¦kJ§ t© j©kJ§ ẗ j©KT© X¤t
Pl. 3 m. Uj§kJ§ ¦h Uj§k«Ẍ¦h Uj§KJ© §h Uj§KJ§ªh UjhÅk¦ J§ ©h Uj§kJ§ ḧ Uj§KT© X¦h
f. vb̈§j©kÅ J§ T¦ vb̈§j©kÅ Ẍ¦T vb̈§j©KÅ J© T§ vb̈§j©KÅ J§
ªT vb̈§j©kÅ J§ T© vb̈§j©kÅ J§ T̈ vb̈§j©KÅ T© X¦T
2 m. ·(k̈) Uj§kJ§ T¦ Uj§k«ẌT¦ Uj§KJ© T Uj§KJ§ ªT UjhÅk¦ J§ T© Uj§kJ§ T̈ Uj§KT© X¦T
f. vb̈§j©kÅ J§ T¦ vb̈§j©kÅ Ẍ¦T vb̈§j©KÅ J© T§ vb̈§j©KÅ J§
ªT vb̈§j©kÅ J§ T© vb̈§j©kÅ J§ T̈ vb̈§j©KÅ T© X¦T
1 c. j©kJ§ ¦b j©kẌ¦b j©KJ© §b j©KJ§ªb ©jh¦kJ§ ©b j©kJ§ b̈ j©KT© X¦b
Yusivo j©kJ§ ©h
Imptv. Sg. m ·(k̈) j©kJ§ (±·¥
© ±) j©kẌ¦v (±·¥
© ±) j©KJ© j©kJ§ v© j©KT© J§ v¦
f. h¦jk§ J¦ h¦jk§ «Ẍv¦ h¦jK§ J© h¦jhÅk¦ J§ v© h¦jK§ T© J§ v¦
Pl. m. (Uj·k̈§J) Uj§kJ¦ Uj§k«Ẍv¦ Uj§KJ© UjhÅk¦ J§ v© Uj§KT© J§ v¦
f.. vb̈§j©kÅ J§ vb̈§j©kÅ Ẍ¦v vb̈§j©KÅ J© vb̈§j©kÅ J§ v© vb̈§j©KÅ T© J§ v¦
Inf. Cst. ©j«k§J(¦k) j©kẌ¦v(§k) j©KJ© (§k) ©jh¦kJ§ v© (§k) j©KT© J§ v¦ (§k)
Inf. Abs. ©jIkJ̈ g© c¥ Ẍ¦v '©jIk§J¦b ©j¥KJ© ©j¥kJ§ v© ©j¥kJv̈
Ptc. Act. (cst. j©k«J) j© ¥k«J jk̈§J¦b (cst. ±)
© j© ¥KJ© n§ j©KJ§
ªn j© h¦kJ§ n© (cst. ±)
© j© ¥KT© J§ n¦
Ptc. Pas. ©jUkJ̈ jk̈§Jn̈
1. Estativo (©g·¥nJ̈) g©nJ̈
PARADIGMA 7. Verbos i"p: J¥db̈* (§ 72)1 709
Qal Hif‘il
Perfecto J¥cḧ '*cyh ch¦yh¥v
Futuro Sg. 3 m. J©ch¦h 'c©yh¦h ch¦yh¥h
f. c©yh¦T ch¦yh¥T
2 m. c©yh¦T ch¦yh¥T
f. h¦cy¦ h«T¦ h¦chÅy¦ h¥T
1 c. c©yh¦t etc.
Pl. 3 m. Uc§yh«¦h
f. vb̈§cy©Å h¦T
2 m. Uc§yh«T¦
f. (vb̈§cy©Å h¦T)
1 c. c©yh¦b
Futuro con u conv. cÅy© h¦H©u c¤yhÅ¥Hu
Imptv. Sg. m. c¥yh¥v
f. h¦cyŦ h¥v
Pl. m. UcÅy¦ h¥v
f. (vb̈§cy¥Å h¥v)
Infinitivo cst. ch¦yh¥v¥(k§ )
Infinitivo abs. c¥yh¥v
Participio Act. ,¤e¤Åbh¥n 'ch¦yh¥n
PARADIGMA 10. Verbos t"k: tm̈n̈, “encontrar” (§ 78) 713
Qal Nif‘al Pi‘el Pu‘al Hif‘il Hof‘al Hitpa‘el
Perf. Sg. 3 m. tm̈n̈ t¥kn̈ tm§n¦b t¥Mn¦ (tMªn) th¦mn§ v¦ (tm̈§nvª) (±̈) t¥Mn© ,§ v¦
f. vẗ§m«N̈ vẗ§k«n̈ vẗ§mn§ ¦b (vẗ§Mn¦ ) vẗ§Mnª vẗhÅm¦ n§ v¦ vẗ§mn§ vª (·±̈) vẗ§Mn© ,§ v¦
3
2 m. ,̈mÅ̈mn̈ ,̈tÅ¥kn̈ ,̈tÅm¥ n§ ¦b t,̈ÅM¥ n¦ ,̈tÅM¥ nª ,̈tÅm¥ n§ v¦ (,̈tÅm¥ n§ vª) ,̈t¥Mn© ,§ v¦
f. ,tm̈n̈ ,t¥kn̈ ,t¥mn§ ¦b (,t¥Mn¦ ) ,t¥Mnª ,t¥mn§ v¦ ,t¥mn§ vª ,t¥Mn© ,§ v¦
1 c. h¦,tÅ m̈n̈ h¦,tÅ¥kn̈ h¦,tÅm¥ n§ ¦b h¦,tÅM¥ n¦ h¦,tÅM¥ nª h¦,tÅm¥ n§ v¦ h¦,tÅm¥ n§ vª h¦,tÅM¥ n© ,§ v¦
Pl. 3 c. Ut§m«n̈ Ut§k«n̈ Ut§mn§ ¦b Ut§Mn¦ Ut§Mnª UthÅm¦ n§ v¦ Ut§mn§ vª Ut§Mn© ,§ v¦
2 m. o¤,tm̈§n o¤,t¥kn§ o¤,t¥mn§ ¦b o¤,t¥Mn¦ o¤,t¥Mnª o¤,t¥mn§ v¦ o¤,t¥mn§ vª (o¤,t¥Mn© ,§ v¦ )
f. (i——) (i——) (i——) (i——) (i——) (i——) (i——) (i———)
1 c. UbtÅ̈mn̈ UbtÅ¥kn̈ UbtÅm¥ n§ ¦b UbtÅM¥ n¦ (UbtÅM¥ nª) (UbtÅm¥ n§ v¦ ) (UbtÅm¥ n§ vª) (UbtÅM¥ n© ,§ v¦ )
Fut. Sg. 3 m. tm̈§n¦h tk̈§n¦h t¥mN̈¦h t¥Mn© §h tM̈ªn§h th¦mn§ ©h (tm̈§nhª) (±̈) t¥Mn© ,§ ¦h
f. tm̈§nT¦ t¥mN̈¦T t¥Mn© T§ (tM̈ªnT§ ) th¦mn§ T© t¥Mn© ,§ T¦
2 m. tm̈§nT¦ t¥mN̈¦T t¥Mn© T§ tM̈ªnT§ th¦mn§ T© t¥Mn© ,§ T¦
f. h¦tm§ n§ T¦ h¦tm§ «N̈T¦ h¦tM§ n© T§ h¦tM§ nªT§ h¦thÅm¦ n§ T© (h¦tM¦ n© ,§ T¦ )
1 c. tm̈§nt¤ t¥mN̈¤t t¥Mn© t£ tM̈ªnt£ th¦mn§ t© (t¥Mn© ,§ t¤ )
Pl. 3 m. Ut§mn§ ¦h Ut§m«N̈¦h Ut§Mn© §h Ut§Mnª§h UthÅm¦ n§ ©h Ut§Mn© ,§ ¦h
1
f. vb̈tÅm¤ n§ T¦ vb̈tÅm¤ N̈¦T vb̈tÅM¤ n© T§ vb̈tÅM¤ nªT§ vb̈tÅm¤ n§ T© (vb̈tÅM¤ n© ,§ T¦ )
2 m. Ut§mn§ T¦ Ut§m«N̈T¦ Ut§Mn© T§ Ut§MnªT§ UthÅm¦ n§ T© Ut§Mn© ,§ T¦
f. vb̈tÅm¤ n§ T¦ vb̈tÅm¤ N̈¦T vb̈tÅM¤ n© T§ vb̈tÅM¤ nªT§ vb̈tÅm¤ n§ T© (vb̈tÅM¤ n© ,§ T¦ )
1 c. tm̈§n¦b t¥mN̈¦b t¥Mn© §b (tM̈ªn§b) th¦mn§ ©b t¥Mn© ,§ ¦b
Yusivo t¥mn§ ©h
Fut. con sufijo h¦bt¥Å m̈§n¦h 'W£t«m̈n§ ¦h h¦bt¥Å M§ n© §h h¦bt¥Å h¦mn§ ©h
Imptv. Sg. m. tm̈§n t¥mN̈¦v t¥Mn© t¥mn§ v© (t¥Mn© ,§ v¦ )
f. h¦tm§ n¦ h¦thÅm¦ n§ v©
Pl. m. Ut§mn¦ Ut§Mn© UthÅm¦ n§ v©
f. vb̈tÅm¤ n¦
Inf. cst. t«mn§ (¦k) t¥mn̈¦v(§k) t¥Mn© (§k) th¦mn§ v© (§k) t¥Mn© ,§ v¦ (§k)
Inf. abs. tImn̈ t«mn§ ¦b t«mn© t¥mn§ v©
2 4
Ptc. act. (f. ,t¥m«n) t¥m«n t¥kn̈ tm̈§n¦b t¥Mn© n§ th¦mn§ n© t¥Mn© ,§ n¦
Ptc. pas. tUmn̈ tM̈ªnn§ tm̈§nnª
Perf. Sg. 3 m. (·±̈) h¦b©kÅ D̈ (Q·¤kD̈ > W·k̈D̈) Wk«D̈ (Q¥kD̈) UvÅ̈kD̈ Vk̈D̈ UbÅ̈kD̈ ok̈D̈
f. (·±̈) (h¦b,§ ©kÅ D̈) UTÅ©k´D̈ vT̈Å©kD̈ o,̈Å̈kD̈
2 m. h¦b,©Å h¦kD§ I,h¦kD§ V,̈h¦kD§ UbÅ̈,h¦kD¦ o,̈h¦kD§
f. h¦bh,¦Å h¦kD§
1 c. Wh,¦Å h¦kD§ Qh¦,k¦ D§ (u±)
¦ Uvh,¦Å h¦kD§ v̈h,¦Å h¦kD§ oh¦,h¦kD§
Pl. 3 c. h¦bUÅkD̈ WUÅkD̈ QUkD̈ UvUÅkD̈ v̈UÅkD̈ oUkD̈
1 c. WUÅbh¦kD§ UvUÅbh¦kD§
—————————————
————————————
1. qatl 2. qitl 3. qutl 4. qatl gut. 5. qutl gut. 6. qatl u"g 7. qatl h"g 8. qatl g"g 9. qitl g"g 10. qutl g"g 11 qatl v"k
(§ A c ) (§ A e) (§ A g ) (§ A i ) (§ A j ) (§ A l ) (§ A m) (§ A n) (§ A o) (§ A p) (§ A q)
“rey” “libro” “santidad” “muchacho” “trabajo” “muerte” “olivo” “pueblo” “chivo” “mandato” “fruto”
7 8 9
Sg. abs. 1
Q¤knŤ r¤px¥Å JsÅ
¤«e r©g©Åb k©g«PÅ ,¤unÅ̈ ,¦h©Åz (og̈) o©g z¥g e«j (h&r·¤P) hr§
¦P
cst. Q¤knŤ r¤px¥Å JsÅ
¤«e r©g©Åb k©g«PÅ ,In ,h¥z og̈ z¥g Îej̈ 'e«j hr§
¦P
2 5 6
suf. lig. h¦Fk§ n© hr§
¦px¦ h¦Jsë
§ hr£
¦g«©b h¦kg¢«P̈ h¦,In h¦,h¥z h¦Ng© h¦Zg¦ h¦Ejª h¦hr¦
§P
10
suf. fu. o¤fF§ k§ n© o¤fr§
§px¦ o¤fJ§ së
§ o¤fr©
§g«©b o¤fk§ g̈«P̈ o¤f,§ In« o¤f,§ h«¥z o¤fN§ g© o¤f§Zg¦ (o¤fE§ jª) o¤f§hr¤
§P
11
Pl. abs. oh¦fk̈§n ohrp̈§
¦x (¢e) oh¦Js̈e«¨ ohrg̈§
¦b oh¦kg̈§P oh¦yIJ oh¦,h¥z oh¦Ng© oh¦Zg¦ oh¦Ejª oh¦hs̈§D
3
cst. h¥fk§ n© hr§
¥px¦ h¥Jsë
§ hr£
¥g«©b h¥kg¢«P̈ h¥yIJ h¥,h¥z h¥Ng© h¥Zg¦ h¥Ejª h¥hs̈§D
suf. lig. h©fk̈§n hrp̈§
©x (§e) h©Js̈¢e hrg̈§
©b hk̈g̈§P h©yIJ h©,h¥z h©Ng© h©Z¦g h©Ejª
suf. fu. o¤fh¥fk§ n© o¤fhr£
¥g«©b o¤fh¥kg¢«P̈ o¤fh¥yIJ« o¤fh¥,h«¥z o¤fh¥Ng© o¤fh¥Zg¦ o¤fh¥Ejª
4
Du. abs. o¦h©kÅ d§ r© o¦h©Åb,§ n̈ o¦h©kÅ g£«©b o¦hP©Å F© o¦h©ÅBJ¦
cst h¥kd§ r© h¥b,§ n̈ h¥kg£«©b h¥PF© h¥BJ¦
suf. h©kd§ r© h©b,§ n̈ h©kg£«©b h©PF© h©BJ¦
————————————————
1. o¤r·f̈. 2. hS§
¦d¥b, h¦by§ C¦ . 3. h¥xf§ ¦b. 4. o¦hF©Å r¦
§C. 5. h¦ek§ j¤ . 6. Iksª
§D. 7. yIJ, “fusta”. 8. eh¥j, “seno”. 9. o©t, “madre”, pl. ,IN¦t; i¥J, “diente”.
10. o¤fe§ j̈. 5. hs¦
¦D, “cabrito”.
722 PARADIGMA 17. Flexión del nombre: masculino (II) (§ 96)
12 qatal 13 qatil 14 qata (i)l v"k 15 qåtal 16 qåtil 17 qåti(a)l v"k̈ 18 qat•l 19 qat•l v"k 20 qi(u)tål
(§ B b ) (§ B d ) (§ B f ) (§ C b ) (§ C c) (§ C e) (§ D b ) (§ D c ) (§ D d )
“Palabra” “viejo” “campo” “eternidad” “enemigo” “vidente” “encargado” “afligido” “escritura”
2
Sg. abs. rc̈S̈ ;¥,F̈ 'i¥ez̈ vsG̈
¤ ok̈Ig c¥h«t r¤z«j sh¦eP̈ h¦bg̈ c,̈§F
cst. r©cS§ ;¤,FŤ 'i©e§z vs§
¥G o©kIg (©h) c¥h«t r¥z«j sh¦eP§ h¦bg£ cT̈§F
suf. lig. hrc̈
¦ S§ h¦be¥ §z hsG̈
¦ h¦nk̈Ig« h¦c§h«t« h¦z«j hsh¦
¦ eP§ h¦c,̈§F
Wr«§c̈S§ WsG̈
§ W§n«k̈Ig (¦h) W§c¤h«t« W§z«j« Wsh«
§ e¦ P§ W§c,̈« F§
suf. fu. o¤fr©
§cS§ (o¤fs©
§G) o¤fn§ ©kIg« (¦h) o¤fc§ ¤h«t« o¤f§z«j« o¤fsh«
§ e¦ P§ o¤fc§ ,̈« F§
4 7
Pl. abs. ohrc̈
¦ S§ oh¦be¥ §z oh¦bP̈ oh¦nk̈Ig« oh¦c§h«t« oh¦z«j ohsh¦
¦ eP§ oh¦H¦bg£ ,Ism̈§n
cst. hr§
¥cS¦ h¥be§ ¦z h¥bP§ h¥nk§ Ig« h¥c§h«t« h¥z«j hsh¦
¥ eP§ h¥H¦bg£ ,Ism̈§n
suf. lig. hrc̈
© S§ h©be¥ §z h©bP̈ h©nk̈Ig« h©c§h«t« h©z«j hsh¦
© eP§
suf. fu. o¤fhr§
¥cS¦ o¤fh¥be§ ¦z o¤fh¥bP§ o¤fh¥nk§ I§g« o¤vh¥c§h«t« o¤fh¥z«j« o¤fhsh«
¥ e¦ P§ o¤fh¥H¦bg£
1 3 5 6
Du. abs. o¦hp©Å b̈§F o¦hf©Å r§¥h o¦h©jÅ ë§kn¤ o¦h©Åb§z«n«
cst h¥p§bF©
suf. lig. h©pb̈§F h©fr§¥h
suf. fu. o¤fh¥p§bF©
———————————————
—————————————
1 (§ 98 b) 2 (§ 98 b) 4 (§ 98 c) 5 (§ 98 d) 7 (§ 98 d )
“padre” “hermano” “hijo” “hija” “hermana”
———————————————
1. Se han omitido las formas con sufijos de fem. pl.
2. UvhÅc¦ ẗ.
3. Más frecuente que o¤vh¥,«c« t£ . § 94 g.
4. UbhÅj¦ ẗ.
5. h·j̈¤t.
6. Îi¦C.
7. W·¤b§C.
8. W·¤T¦C.
9. Pero también Q¥,Ih§jt© (§ 97 G d )
PARADIGMA 19. Nombres irregulares (II) (§§ 98-99) 725
10 11 12 13 14
(§ 98 e) (§ 98 e) (§ 98 e) (§ 98 e) (§ 98 f )
“boca” “agua” “cielo” “vaso” “cabeza
Sg. abs. v¤P [h©n*] [h©nJ̈*] (h¦k·¤F) h¦kF§ Jt«r
cst. h¦P h¦kF§ Jt«r
Suf. sg. 1 c. h¦P h¦Jt«r
2 m. WhÅP¦ W§hk§ F¤ W§Jt«r
2 f. Q¥Jt«r
3 m. (UvhÅP¦ ) uh¦P IJt«r
3 f. v̈hÅP¦ VJ̈t«r
pl. 1 c. UbhÅP¦ UbÅJ¥ t«r
2 m. o¤fh¦P o¤fJ§ t«r
3 m. o¤vh¦P o¤vJ§ t«r
Pl. abs. (,IH¦P) o¦hn©Å o¦hn©Å J̈ oh¦kF¥ oh¦Jtr̈
cst. (h¥nh¥n) h¥n h¥nJ§ h¥kF§
Suf. sg. 1.c. h©nh¥n h©kF¥
2 m. WhÅn¤ h¥n WhÅn¤ J̈ WhÅk¤ F¥
2 f.
3 m. uhn̈h¥n uhn̈J̈ uhk̈¥F uhJ̈tr̈
3 f. v̈hÅn¤ h¥n v̈hÅk¤ F¥ v̈hÅJ¤ tr̈
pl. 1 c. UbhÅn¥ h¥n UbhÅ¥kF¥ UbhÅJ¥ tr̈«
2 m. o¤fh¥nJ§ o¤fh¥kF§ o¤fh¥Jtr̈«
3 m. o¤vh¥nh«n¥ o¤vh¥kF§ o¤vh¥Jtr̈«
PARADIGMA 20. Sufijos de nombres (§ 94) y de partículas (§§ 102-103) 727
Sufijo sing. 1 c. 2 m. 2 f. 3 m. 3 f. Suf. pl. 1 c. 2 m. 2 f. 3 m. 3 f.
[NOMBRES]
Sg. m. xUx h¦xUx (·¤
±) W§xUx« QxUx IxUx VẍUx Sg. m. UbÅx¥ Ux o¤fx§ Ux« i¤fx§ Ux« oẍUx iẍUx
Sg. f. vẍUx h¦,ẍUx« (·¤
±) W§,«ẍUx Q¥,ẍUx« I,ẍUx« V,̈ẍUx« Sg. f. UbÅ,¥ ẍUx« o¤f,§ ©xUx« i¤f,§ ©xUx« o,̈ẍUx« i,̈ẍUx«
Pl. m. oh¦xUx (·±̈) h©xUx WhÅx¤ Ux (·±̈) Q¦h©xÅ Ux uhẍUx v̈hÅx¤ Ux Pl. m. UbhÅx¥ Ux o¤fh¥xUx« i¤fh¥xUx« o¤vh¥xUx« i¤vh¥xUx«
Pl. f. ,IxUx (·±̈) h©,«xUx Wh,¤Å«xUx« Q¦h,©Å«xUx« uh,̈«xUx v̈h,¤Å«xUx Pl. f. Ubh¥,«xUx« o¤fh¥,«x« Ux i¤fh¥,«x« Ux o¤vh¥,«x« Ux i¤vh¥,«x« Ux
Sg. m (§ 96 B f ) vsG̈
¤ hsG̈
¦ (·±̈) Ws«§G̈ QsG̈
¥ (I) UvÅsG̈
¥ (V̈±̈) v̈ÅsG̈
¤ Sg. m UbÅsG̈
¥ (o¤fs©§G) (i¤fs©§G) os̈G̈ is̈G̈
[PREPOSICIONES Y PARTÍCULAS]
C§ (§ 103 f ) h¦C (Q·C̈) W§C QC̈ IC VC̈ UbÅ̈C o¤fC̈ oC̈ 'o¤vC̈ i¥vC̈
k§ (§ 103 f ) h¦k (Q·k̈) W§k Qk̈ Ik Vk̈ UbÅ̈k n¤fk̈ (i¤fk̈) o¤vk̈ i¤vk̈
F§ (§ 103 g ) h¦bnÅ F̈ WIÅnF̈ UvIÅnF̈ v̈IÅnF̈ UbIÅnF̈ o¤fF̈ o¤vF̈ vB̈Åv¥ F̈
i¦n (§ 103 h ) h¦bNŤ n¦ W§Nn¦ Q¥Nn¦ UbÅN¤ n¦ vB̈ÅN¤ n¦ UBÅN¤ n¦ o¤Fn¦ i¤Fn¦ o¤vn¥ vB̈Åv¥ n¥
o¦g (§ 103 i ) h¦Ng¦ (·±̈) W§Ng¦ QN̈¦g IN¦g VN̈¦g UbÅ̈N¦g o¤fN¦ g¦ oN̈¦g
,¥t (§ 103 j ) h¦Tt¦ (·±̈) WT¦t QT̈¦t IT¦t VT̈¦t UbÅ̈T¦t o¤fT§ t¦ oT̈¦t
,¥t (§ 103 k ) h¦,«t (·±̈) W§,«t« Q,̈«t I,«t V,̈«t UbÅ̈,«t o¤f,§ t¤ o,̈«t i¤v§ht¤
ih¥t (§ 102 k ) h¦B¤Åbh¥t W§bh«t¥ Q¥bh¥t UBŤbh¥t vB̈Ťb,¥t UBŤbh¥t o¤f§bh¥t ob̈h¥t
sIg (§ 103 k ) h¦BsIg
Ť WsI§ g« (1 x) Qs̈Ig UBÅsIg
¤ vB̈ÅsIg
¤ os̈Ig
v¤Bv¦ (§ 102 k ) h¦b§bv¦ W§Bv¦ QB̈¦v IB¦v Ub§bv¦ o¤f§bv¦ oB̈¦v
ih¥C (§ 103 n ) h¦bh¥C (·¤
±)§bh«c¥ Q¥bh¥C Ibh¥C UbhÅ¥bh¥C o¤fhbh«C¥ o¤vh¥bh«C¥
[PREPOSICIONES CON SUFIJOS DEL NOMBRE PLURAL]
k©g (§ 103 m) (·±̈) h©kg̈ WhÅk¤ g̈ (·±̈) Q¦hkÅ g̈ uhk̈g̈ v̈hÅk¤ g̈ UbhÅ¥kg̈ o¤fh¥kg£ i¤fh¥kg£ ov̈h¥kg£ i¤vh¥kg£
s©g (§ 103 m) hsg̈
© WhÅsg̈
¤ uhs̈g̈ v̈hÅsg̈
¤ o¤fhs«
¥g̈
k¤t (§ 103 m) (·±̈) h©kt¥ WÅk¤ t¥ (·±̈) Q¦hk¥
Å̈ t uhk̈¥t v̈hÅk¤ t¥ UbhÅ¥kt¥ o¤fh¥kt£ o¤vh¥kt£ i¤vh¥kt£
——————————————
1. “Con”. 2. Señal de acusativo. 3. ih¥C con suf. sing., como un nombre sing.; y con suf. pl., como un nombre pl. 4. Poético (·n¤ ) h¦Bn¦ . 5. hsN̈¦ ¦ g.
6. hsIg
¦ 4 x. 7. h¦b·¥Bv¦ ; 2 x h¦BŤBv¦ . 8. W·¤N¦n. 9. ‚·¤B¦v 1 x. 10. Poético In·k̈ (2 x). 11. uhb̈h¥c. 12. Vs̈Ig. 13. UBŤBv¦ ; Ub·¥Bv¦ . 14. Ubh,¥Å Ibh«C¥ . 15. Poético o¤fIn§F.
16. vB̈Åf¥ k̈ 1 x. 17. vN̈Åv¥ C̈ 3 x. 18. Poético InÅ̈k; 1 x vN̈Åv¥ k̈. 19. Sˇeré ; 1 x o¤vF̈, 1 x vN̈Åv¥ F̈. 20. vN̈Åv¥ n¥ 2 x. 21. Más frecuente que o¤vN̈¦g.
22. Más frecuente que o¤v,§ t¤ . 23. o,̈Ibh«C¥ . 24. i¤vC̈ 3 x, vB̈Åv¥ C̈ 3 x. 25. vB̈Åv¥ k̈ 4 x. 26. i¥vF̈ 1 x. 27. i¤vn¥ 2 x. 28. Más frecuente que i,̈«t.
ÍNDICES
I. PALABRAS HEBREAS
II. MATERIAS
III. CITAS BÍBLICAS
VI. AUTORES
V. BIBLIOGRAFÍA
I. ÍNDICE DE PALABRAS HEBREAS
Las referencias corresponden a los parágrafos: §; así, 112c se refiere a §
112 c. N mayúscula corresponde a la nota a pie de página; así, § 118cN se
refiere a una nota a pie de página en § 118 c; mientras que 118c, N se
refiere a § 118 c y a una nota a pie de página allí.
Genesis
2 138b
3 124oN; 138b
4 143b
5 113i, j; 160h
6 113f; 119a ,c, u
7 103d; 125v
8 117cN
9 124dN, j; 134n; 139h
10 111i; 119u; 121hN; 153; 154d, o
11 137ia; 137l; 142m, o; 158j
12 8aN; 9c 4; 39c
13 154fcN
14 154j
16 113l; 123h, p
17 65c; 123e; 124d,N
18 124b, h; 154b
19 146i
20 172a
21 103eN
23 103c; 143b, i
25 7b; 111i
25-3.1 118da
3 1 118c; 154m; 157aN; 160k
2 130c
Genesis
Genesis
20 124t
21 119l
7 1 126c
2 142p; 145a; 158e; 160b, i
4 119n; 121e
6 166g
8 160b, i
9 142p
11 118da; 142o; 143k; 176h
13 100dN; 143k; 147a
15 154f, fa
20 126j
22 133e
8 3 123s
5 123sN
7 75i; 123m; 124h
9 129f; 146k; 155o; 170d, n
13 177i
21 125h
22 104d
9 3 158g
5 147d
6 96Cc: 121m; 132e; 156g
8 118jN
9 154h
10 121n; 133e; 138d
11 132d; 160k
14 125p
16 132a
17 143b
18 154j
Genesis
19 142l; 143b
20 126c
21 94h
22 146i
23 150q; 154d
24 76d; 125g; 141jN
25 141l; 154eN
26 103f; 154e; 163b
27 103f; 154e
10 6 177oN
16 135c
19 155h
25 142m
30 155h
11 1 142b; 147a; 154e
3 32f; 105e; 114e; 115c; 118f; 119j; 125p
6 82j, n
7 82j; 114e; 168f
9 155e
10 142g
28 131n
29 150q
30 160h
12 1 114m; 132g; 133d
1f. 116b, h
2 61f
6 154h
8 94h; 159b
9 123s
Genesis
11 129iaN; 164a
12 119a,d; 154fb; 157b
13 119f; 157b,cb
168d
14 129iaN; 154q; 157d
16 177o
18 143g
19 118h; 146i; 161m
13 1 146c
2 137ia; 159f
3 94h
5 138a
8 131b
9 176k
10 125f; 155h; 157d
11 147c
12 129f
14 104d; 105cN; 125f
15 121hN; 154f;
155q; 156c
16 125wN; 147b; 155m; 158h; 169f
14 5 118c; 142o
6 129u; 131h
7 118c
10 93c, d; 129r; 135e
13 129j; 137n
18 130b
19 129b; 132f; 137hN
22 112f; 165bN
23 103d; 116j; 165i
15 1 16fN; 103a
2 159d
3 155q
4 145a; 156k
6 119z; 152b
7 1558n
8 16fN; 37d
12 124l; 154d; 166d
13 113m; 123h; 149a
14 154feN
17 150k
18 112g; 129f; 143j; 176h
16 2 105c, N; 155m;
164a
3 103c; 124g
5 103n; 146a
7 137n
8 121hN; 143k
10 170i
11 89j
12 129f; 137fN
13 118j
14 155e
17 1 111i
4 98b
5 98b; 125w; 128b; 172a, c
8 129f
Genesis
9 146c
10 123v; 130g
11 126g
12 126c; 130g; 158g
13 125q
14 170b
15 172c,N
17 102m; 152f, fa
18 163c
19 154fc; 164aN
18 1 126h; 159d; 166h, m
3 167h
4 69c
5 69c, 103a; 170hN
6 69c; 102g; 127d; 131e
7 137n; 146i
8 137f
9 146h; 153N
10 123e; 127c
11 148a, d
12 112j
13 112a; 143g; 154ja; 155l; 159e
14 147b
15 112c; 172c
17 14c6; 35c; 102m; 154fe
18 123e; 171f
19 124o; 177j
20 164b
21 114d; 145e
Genesis
24 134m; 154k
25 124i; 174i
27 171f
28 125d; 167v
30 114i; 116b; 167v
19 1 121f; 126f; 166h
2 18iN; 105c, N; 115dN; 119l; 136dN; 155p; 172c
4 82h; 113j; 131i
5 137f
8 18iN; 78hN; 147b
9 72cN
11 126h; 136h
13 121e
14 18iN
15 137iN
16 170j
17 160f
19 63a; 125b; 155m
20 116d
21 158i
22 155e
23 166c
27 133b
28 137i
30 137n
31 104c; 160h
32 79o; 105e; 177fN
33 44d; 65b; 138h
35 65b
36 44d; 132fN
Genesis
20 3 121e; 170h
6 160kN
7 125f
9 113m; 158f; 169e
10 169e
11 119e; 164a
12 93h; 160b
13 158mN
14 125f; 177o
16 142n
21 3 132c; 158u
5 128b; 129j
6 124c; 140b
7 112j; 136j
8 51b; 128b
9 126b
11 152d
12 152d
13 156c
15 137v
16 114c; 123r; 133d
17 158m
20 121fN
22 176f
23 42f; 158j; 165d
24 146a
25 119z
29 94h; 138b; 154j
30 125h; 150g; 157c, e; 168e
22 2 112a; 113l; 129f,8; 132gN; 133d; 137v; 142b, ma
3 140a; 177a, t
Genesis
4 125ia; 176hN
5 116i; 133d
6 139a
7 102k
10 125ia; 146g
11 139c
12 121l; 125ia; 132gN, 147b; 170c
13 103a; 125ia, x; 146i
14 169f
15 102c, f; 142q
16 112f; 132gN, 165i; 170f, n
17 123e, p
18 170g
20 155m
23 4 116b; 129f
6 78g; 129k
7 131i
8 124b, l
9 130c
10 121n; 125b, l
11 112g
13 112g; 163cN
15 162k
16 158i
20 118i
24 3 129b
6 133d
7 156e
8 79h; 114l; 129e; 138g; 176d
10 131n
14 152b
15 113j
16 159f
19 112i; 166b
Genesis
21 160j
22 142n; 158b; 166n
23 81b; 126h; 144a
23f. 154g
25 177q
30 146h; 154c
31 113d; 121p
33 112i; 129d
35 ,177o
41 146i; 176d
42 154l
44 177q
45 113j; 159d
49 102k; 154l; 160j
51 146i
54 13ofa
55 147bN
56 116b; 159e;
57 114bN; 116b
58 113n; 143d; 161l
61 150q
62 170c
63 126bN
65 36b; 137f
67 146g
25 1 177c
8 47b
13 154j
16 154j
17 47b
23 154ff
24 24fa
Genesis
25 126a
26 96Bd; 121f
29 154fa
30 142k; 154fa
31 35e; 48d; 155t
32 137p
34 115dN
26 3 155q
5 170g
7 61f
10 143g
11 125b
12 126i
13 112b; 123s
15 125u
16 141i
18 118dN; 155b; 177b
22 33; 157c
24 126i
28 103nN; 163a
29 121p; 125b; 154h
32 143j
27 1 169h
2 129g
4 112a; 116b
5 125mc
6 9d4
9 48d; 112a,b; 116b; 125w
10 9c; 168e
11 154fa
13 115dN
14 112b
18 102k
19 48d; 63a; 105e; 154g
20 124n; 143g
21 82o; 143a; 154ja;
160j; 161a
Genesis
22 153N; 154eaN
24 154ja; 161a, l
25 116b; 168d
27 105d
28 177l
29 154e
30 111d; 118da; 123k
166c
31 6; 80k
32 154g
33 113j; 121i, j; 154j
34 125r; 146c, d; 176a
35 155nd
36 143a; 161j
37 125u, w
38 102m; 125ia
41 129g
42 128b
43 119lN; 133d
44 112iN; 119lN; 142b
45 119g, o; 124k, q; 125d; 126i
46 112a; 137p; 154fa; 167h; 170i
28 2 93c
3 155ne
6 155m
11 137n
13 156c
15 112i
16 164a
17 154fb
Genesis
18 125w
20 167h
20f. 117cN
22 123e; 150m
29 1 137mN
2 113e; 119u 126b; 155b
3 119u
4 154g
5 161l
6 161l
7 124d
9 130e; 166fN
11 125ia
12 157c, ca
14 131e
15 161j, k, m
19 124b, tN; 78hN; 141g
21 33; 75k; 116b
25 143g; 155p; 177m
27 143b
31 154fc; 160k
32 63a; 155m; 157c
33 157c
30 1 125bc; 160j
2 140bN
6 62c; 125v
13 39lN
14 136b
15 124b
16 138h
18 170e
25 116b
26 116b
27 170l
31 177h
32 123r
Genesis
34 163c,N
36 103n
37 125p
38 44d
39 150c
31 5 154fd
7 142q
8 150m
9 149b
14 150p, q
15 123l; 128c; 132f,N
16 154i
19 82k, 130e
20 160m
23 126j
26 118j
27 118h; 124n
28 124c, n N
29 124b, l; 155ne
32 37c; 112c; 158m
33 118d
34 118d, 112c; 155n
36 37c; 169e
38 125iN
39 24fa; 93o; 112dN; 113e
41 143a
42 155p; 167s
43 154i
44 105e; 119j
45 125w
47 118da
49 170e
Genesis
50 105d; 160h
32 1 149a
3 154fb
5 73g
6 134c; 135c
7 154c
8 152d
9 89bN; 117cN; 155m; 176d
11 112a; 134f; 141a
12 131i; 159b
15 142dN
16 134d; 149b; 150r
18 117cN; 176a
19 131i; 176a
20 65c; 155p; 177q
21 114c; 155p
23 138h
24 125u
27 173b
29 172c
30 113d
31 93s; 126f; 171f
32 93s
33 113c
33 1 125ia; 126bN
3 125t
4 125b
7 150q
8 144b
10 105c; 124s; 170hN
12 114cN
13 133f; 134d; 154f, fc
14 114h; 116i
17 146k
34 5 119z
7 49f
8 156b; 157dN
9 125c
11 114bN; 163a
12 174a
13 170e
14 154fe; 130g
16 42e
21 154fgN, i, p; 156e
117l
22 130g
23 154iN
24 150e
25 125ma; 126d; 166l
27 170e
30 131f
31 113m; 125wN; 133h
35 3 121i, j
7 133b
8 155e
10 155e
12 156c
13 158j
15 158j
21 94h
22 49f
29 47b
36 2 155nd
4 93s
Genesis
7 141i
8 154j
12 130b
17 154fb
37 2 121f; 126a; 154fa
3 118da; 155nc; 159f
5 124c; 155o
6 158ha
7 90e; 113f; 118n; 121f; 125p
8 123f; 136j; 161e
9 125a
10 123f; 158ha
13 105e
15 121d; 146h; 154c;
155ob
15f. 113d
16 121d; 154h; 155ob
17 91h; 103a; 114e
18 113j; 125c
19 129j
20 105e
21 126g
22 168d
23 125u; 140bN
24 124c
25 96As; 126bN
26 144d; 157a
27 177s
29 154k; 160g
32 102m; 154eaN
33 63a; 146h
Genesis
35 126a; 157c
38 5 177c
9 72i; 167g; 168c
10 132a
11 126c, h
13 82k
14 61b; 112b
16 105e
17 70d; 146a; 167r
18 132fN
21 91h
24 154c
25 121f; 132fN; 166f
26 170hN
29 166p
39 2 118h
3 121f
4 129q,3; 158d
5 150j
6 111i; 121f
9 155pb; 161aN; 170j
10 135d
14 69d
17 155nd
18 118l; 124q; 133g
20 126h; 129q
21 129h
22 121f
23 160i; 170j
40 1 129a; 150q
2 132g
Genesis
3 129q
5 126h; 128d; 129a; 130c
8 154ff
13 121h; 155pa
14 112kN
15 33; 56b; 123p; 169e
16 156b
19 121h; 137m; 155pa
20 128b
41 1 127d; 131e; 154c
2 129iaN; 154h
4 129i, iaN
6 121p; 177s
8 129a
10 129c
11 47e; 147a
12 130b; 147d
13 174b
14 155b
15 157cb
17 121f
17f. 155pa
18 129iaN
20 100d
21 94h; 96Ce
23 149b; 177s
26 138b; 154e
27 121p; 138b
28 152b
33 114h
34 79m
36 132e
38 133ha; 141b; 147f
39 124f
40 126g
Genesis
41 105d
42 103o; 125u
43 123x
51 52aN
57 150e
42 1 112b; 113d
2 116j
6 137l; 154j
7 53i; 134n
8 155na
9 154fa; 155r
10 172a
13 151b
14 152b
15 152a
16 48aN; 51cN; 114o
18 116f; 117aN; 119m; 121l; 152a; 155oN; 167u
19 114o; 126h; 142m; 154fa
20 116e
21 170e
23 137n; 154fc
25 96Ad; 136b; 177j
28 133b; 146h; 154c; 155 k
31 111i
33 142m
34 116b
35 96Ad; 136o; 147d
36 94h; 152b
37 113l; 167v
Genesis
38 32c; 155k, m
43 3 123j; 129p; 173a
4 114e; 154l
6 161fN
7 113b, l; 123h, k
8 177q
9 112i; 167hN
10 167k, s
11 155o N
12 113m; 119iN; 142q
14 32c; 112i; 138f; 176o N
15 142q
16 158l
17 93d; 129aN
18 121i
20 105c; 123k
21 47e
22 161g
24 93d
26 20aN
27 154hN
28 154ff
29 63b; 154eaN
32 154h
33 133b
34 126j; 141h; 142q
44 1 157f; 158l
2 140bN
3 152e
4 119lN; 125n;
158l; 166b
5 123k
7 113d; 147f; 155l
9 158m; 176i
10 152b; 176i
12 159c
13 147dN
15 37c; 158f
16 144e
17 165k
18 105c; 154b; 174i
19 128d
20 112a
22 112a; 155m; 167b
23 155m
27 146a
28 123e
29 125g; 167e
33 114h
34 159d; 168gN
45 3 154d, fa
4 154fa; 158h, n
6 158k; 175a
9 119lN; 155p
12 137l
13 124n; 158ea
14 155nb
17 155oN
19 119l; 155o
20 154i
28 61f; 114c
46 2 136j
4 123l, p; 155o
9 177oN
13 177oN
18 125g
20 128b
Genesis
25 134k
26 121n
27 134k, 145e
30 114cN
32 125iN; 154f; 155od
47 4 114h; 130e; 155r
6 114g; 158l; 177h
9 129c; 154f
12 125u
13 160h
19 82h
20 147d,N
21 156c; 176j
22 119v; 125iN
23 164a
24 150l
25 114bN
26 118bN
30 146a
31 137f
48 1 155e
4 79k
5a 154i
5b 154iN
6a 154iN
7 89n; 93f; 133f
10 112aN; 113ga; 159f
14 171f
16 155ne
17 113ga
18 154eaN, fb
19 155nb; 172b
Genesis
20 48bN
22 129o
49 1 116b
3 32c; 129aN4
10 155m
11 93m, n, r
12 96Bb
15 157d
17 18k
22 42f; 89n; 150g, h
23 82l
24 91c
27 32c; 158a
28 143a
30 158hN
31 155b
33 47b
50 2 177j
4 176k
5 79o; 114d
6 114n
8 125iN
11 131n
13 158hN
15 167k
20 152h; 155nb; 174d
23 130g
24 154fa
Exodus
1 7 125d; 128c
8 158f
Exodus
10 61f; 105e
12 174a, b
14 125j
15 129eN; 158bN; 176bN
16 176b N
19 7cN
22 134c; 135c; 139s; 155s
2 1-10 71aN
2 157d
3 61i
4 53f
5 103o
6 146e
7 103d
9 30bN; 129h
10 118j
11 126c
12 104d; 160g
14 131b
15 137n
16 80bN
17 105eN; 149b
20 44dN; 177m
21 140a
22 118j
3 1 21f
2 16fN; 58b; 133bN; 137o; 160i
3 45b; 79o; 105c; 114d; 116b; 131cN
143h
5 131cN; 150ia; 154i
7 123dN; 149a; 158ea
8 121m
Exodus
11 169e
12 143a; 157e; 166l
16 119l
18 90b; 114f
21 129h
4 2 37c
4 31d; 69b
6 105cN
9 176bN
10 105c; 129j, p; 160c
13 105c; 129q; 158o
15 113m
18 114d, n
19 18m
20 93d; 137m
25 157c
31 157c
5 2 169fN
3 114e, f
4 113d
5 148b
7 73f; 146a; 147a
8 114e
9 129f
11 158m
15 113d
16 155f; 160i
17 114e
19 126ca; 146k
20 126b
21 124s; 155ne
6 3 126g; 133c
6 119e
8 165b N
Exodus
12 125ba
14 136n
16 177o
28 129p
30 125ba
7 1 105d
9 116i
11 146e
15 146h; 154c
20 125m
26 119lN
27 52c
28 125d
29 18m
8 4 177k
5 9c; 161g
9 150j
10 135e
11 123x
12 119m
16 146h; 154c
22 125iN
24 123o
25 117cN
28 137fN
9 2 52c
3 132g
4 129q,3
8 119m
9 125o
13 116d
16 124s; 168e; 172b
20 176o
21 176o
22 119m
23 9c5; 75g; 118e
27 137f, l; 154j
Exodus
29 125n
30 160n
32 136b
33 125n
35 155m
10 1 138g
3 112e
4 52c; 70e
6 147f
7 112eN; 160n
8 144a
9 139c
11 152b
12 119m
13 118e; 166j
15 160k
28 117cN
11 2 105cN
5 121i; 139a
7 157c
12 3 119yN; 142o; 176k
4 119yN; 147d
5 129j; 135bN
9 172cN
14 82g; 125e
15 39cN; 138b; 156f, j, l
16 132f; 150o; 160k
18 142o
22 147b
24 13d
29 126h
32 119l
33 112g; 134g
34 113j
39 125w
Exodus
41 176bN
42 136i
43 129g; 133c
48 119w; 123v; 130g
49 150k
13 3 137s
7 126i; 128b
8 166l
12 96Ac
15 121d
18 82i
22 113eN, f
14 3 80l
5 143g; 169h
11 143g; 160p
12 141g
13 112a
15 144e
16 116fN
17 156m
15 1 113i; 124o
2 61h; 89n
5 61i; 113h
12 113h
14 113h
16 82hN; 93j; 96Ak
17 158c
20 150o
23 155e; 170i
26 123g
16 3 163d
4 161f
5 142o, q
6 176g
Exodus
Exodus
21 177e
23 119l
24 177eN, f
20 2 158n
3 148a
5 63b; 121l; 130b
8 113m; 123v
9 126i
11 126i
12 123vN
13 113m
18 121f
20 133j; 160l; 168e
24 129f
25 80i
26 168f
21 3 176d, n
4 150f, p; 176d
5 123g
6 137m; 176d
7 176d, n
8 65b
12 104d; 119r; 121m; 125q; 128a; 156g, j; 176m
13 176i
16 119r; 167bN; 175b
17 175a
20 104d; 123p 137m; 176m
22 136j; 167i; 176m
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Exodus
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Exodus
13 61dN
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Exodus
6 129i; 141k
7 123o
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4 43b
30-32 119v
36 113e
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Leviticus
1 1 118cN
2 119l; 147bN; 167i
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Leviticus
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25 94h
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Leviticus
6 116j
9 116j; 168i
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19 167b
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5 154p
10 154p
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56 53h
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57 124s
Leviticus
15 24 167e
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33 125d
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4 117d
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17 79n
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28 103c; 155oc
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Leviticus
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Leviticus
43 116e; 132d
170fN, n
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Numbers
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33 154j
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Numbers
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Numbers
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Numbers
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155m; 160e
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Numbers
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177m
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5 62aN
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167e, g
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Numbers
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Numbers
Numbers
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Deuteronomy
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Deuteronomy
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Deuteronomy
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Deuteronomy
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Deuteronomy
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158f, h
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Deuteronomy
15 123r; 167lN
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14 2 141h
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17 93k
21 123x
22 125n; 135d
15 2 123v, y
3 113l
4 173a
5 123g
8 123kN
9 142o
16 112a; 125e
17 137m
16 6 166m
12 124oN
17 3 160k
4 167lN
5 148cN
6 155d
14 41b; 114c
15 113l; 123h; 158g
17 116j
19 125ma
18 2 150k
6 113n
15 155o
16 75f; 114g; 139eN
19 4 160b
8 166p
8f. 119ea
9 142l
13 80k
14 113m; 137i
Deuteronomy
16 15e
18 167lN
21 80k
20 1 145f
2 65c
4 137l
5 114h
8 138aN; 144fa
15 158g
21 3 128ba; 132e; 152fa
4 152fa
7 42f; 150h
8 59f
11 122r
14 18j; 123o 141a
15 142m
17 101b
23 123e; 143j
22 1 98e; 148cN; 167t
4 148cN; 167t
8 155d
9 125p
13 117d
14 129f; 130g
19 139c
22 126b
23 131b
24 170h
26 126g
27 125kN
23 3 130g
5 61fN; 65d; 166l; 170h
6 112a
15 96Ce; 129f
20 32c
Deuteronomy
22 113m
24 119h
24 4 53h; 124s
7 175b
10 24e
13 61fN
18 155p
21 152f
24 124oN
25 2 54d
3 168h
7 65a
8 167b
9 167b
10 121o
12 80k
13 135d
19 124g
26 3 112f
14 133c
16 121hN
19 124f
27 2 80m
6 43b; 125v, w; 128c
14 125s
19 13d
28 1 123g
4 140bN
8 114l
11 140bN
18 140bN
20 158i
21 114l
29 113cN; 121e
31 51cN; 121e; 121q; 125kN
32 51cN; 139g; 148d
Deuteronomy
36 114l
39 125x
48 54c
49 158f, h
50 130a
53 140bN
54 141j
55 124e; 169h
56 123bN
59 78g; 94g; 129h
61 139a; 160c
62 133c
67 137p; 163d
68 158i
29 2 143k
9 135c
10 135c
14 102k; 156m
17 168gN
20 139a
23 37c
30 1 80m
10 139a
12 61j
13 61j
14 154fg
19 80m
31 3 154iN
7 61j; 125u
8 154iN, jN
12 177h
13 177h
16 96Bc
17 170h
24 166m
27 121fN; 129ia
29 157dN
32 1 115cN; 116b; 137g
6 160d
7 98f; 135d
8 54c
Deuteronomy
10 61h; 113h
13 97Eb; 125u
14 113oN
15 177a
16 113eN
17 113eN; 158a
20 79o
21 160d, k
23 103m
24 121p
27 167k
28 96Cc
29 167kN
32 18k
36 42f
46 168f
50 47b; 114o
33 2 103f
3 154c
6 131f
9 113oN
11 126g
16 93n
17 9cN, dN
28 113oN
29 132e
Joshua
1 1 118cN
2 146e
4 126h
7 160f
8 94j
11 121h
12 135c; 137bN
13 123u
14 125b
15 39aN; 126h; 133h
Joshua
16 158iN
2 3 155r
4 118dN; 161g, lN
5 123r; 124l, t; 166d
10 125g; 157c; 166l
13 98d
15 137m
16 80k; 155s
17 62f
18 177a
20 62f; 138g
24 6caN
3 1 113j
4 103n
7 124c; 168f
13 80k; 91dN
16 123r; 177g
17 80n; 123r
4 3 62aN; 80n
8 118ia
10 159f
11f 118k
14 176h
16 116bN; 177j
5 3 97Ac
4 148a; 158i
5 121fN; 131cN; 148a
9 129g
13 161e, l
14 172c
15 131cN; 150ia
6 3 123rN
11 123rN; 125uN
Joshua
13 119v; 123m, n
16 102f; 142q
19 125n; 154fgN, i
7 3 114j
7 68f; 163c; 177d, m
8 105c; 126g
9 79n; 82h
12 126g
15 128b
20 93h; 152a
21 129f; 140c; 141ba; 158b
25 126l; 137fN
8 11 103n; 129n
13 129n
18 125m
19 137i
20 96Bb
22 54cN
29 137m
30 113i(bis)
33 140c
9 2 126d
5 90e
6 135c
12 125c; 126a
22 154q; 143iN
24 49b; 57b; 79n
10 6 125baN
9 111e
11 141hN; 157a; 158l
12 137hN
13 113k; 137fN, hN, ta; 138h; 161c; 164d
19 119lN
20 124f
Joshua
24 145dN
27 143k
28 177t
33 54cN; 113i
39 63d
40 118i
11 2 9c5, 129n
8 54cN; 63d
14 54c
20 54c
13 6 133c
7 133c
14 149c
14 6 146a
7 80n
10 129p; 143a
11 174i
12 103j
15 6 129n
10 93f
16 156k, l; 176i
19 125ba
21 93f
34 91h
36 91b
16 8 137q
17 5 150jN
9 129n
11 125j
13 123i
19 13 93c
50 79m
51 130c
21 42 6caN
22 3 143a
5 124oN
9 73f
17 125j
23 3 137l
Joshua
4 126h; 133c
9 156b
15 54c
24 10 123l
12 47a; 69d
14 119l
15 124b
17 137l
18 121m
19 148a
30 129n
33 150n
Judges
1 1 118cN; 133d,N
1f 155nh
2 112g
3 155t
6 52d
7 121f, o; 174b
14 19e
15 125ba
19 160jN
25 70g; 155oa
28 123i, o; 166o
2 1 113g
2 143g
9 129n
15 152d
18 113eN; 166oN
19 119u
3 12 170h
15 125f; 127d; 140b
16 98e; 146k; 155t; 159d
Judges
18 166bN, n
20 130e; 137f
23 119z
25 112aN
28 155o
4 6 161c
7 6dN
8 113n; 176d
9 123i; 129h; 173a
15 137f; 146g
18 33
19 125u
20 160j; 161l; 176d
21 80k; 137m
24 123s
5 1 81e
2 137fN
3 137fN
4 69b; 125d; 137fN
5 137fN; 143i
7 18gN; 38, N
9 129f,8; 137fN; 155nd
10 90c; 129m
12 9c 4
14 103d
15 96Ap
17 113oN
19 155k
20 137fN
23 123ja
26 61f; 113h; 125x
27 177a
29 88Mk
30 96Ai
6 3 166p
4 155h
10 154fa
11 139aN
Judges
Judges
3 155p
10 100e; 121i; 139i
14 129a
15 158i
18 174i
19 167k
23 146a; 155nb
25 137m
33 166n
9 2 124b; 141g
8 123k
9 112j
10 48c
15 154fe; 160j
24 124l
28 144b; 154d
29 116c; 163d
34 126c
36 121d
36f 150e
41 103b
45 125u; 139gN
48 137m; 144fa
51 99c
53 137u
54 168g
55 150e
10 1 154hN
9 152d
13 146aN; 155p
11 1 129f
5 19c
7 146aN; 166n
Judges
9 154fd, fe
17 114d
19 114f; 129d
23 161a
25 80q; 81e
27 154fa
30 118j
35 133c; 136f
36 136j
37 136h
38 146c
39 129t
40 113c
12 4 155p
5 114c; 118n
6 3cN
9 155od
11 155p
13 2 137u
3 119c
5 89j
6 139c
7 89j
8 58b; 105c
9 121f; 160i; 166h
11 154fa, g; 158n; 161l
17 144b
21 123c
23 167k
25 69b
14 2 93f
3 146a; 154fd
4 152b; 155p
5 93f
Judges
Judges
19 2 133f;
5 48aN; 125uN, y; 155p
6 177d
8 48aN; 69b
11 119j
12 131b
13 18c; 119j; 134m
14 130c
18 125bb; 154fe
22 82h; 125c
24 78hN
26 103mN
29 137m
30 112d; 156e
20 4 155s
5 82h; 133f
6 52d
11 47b
15 53g
16 137m
17 53g
25 100e
32 133h; 154fd
34 155t
39 41a; 123e
44 125j
46 125j
21 1 155nf
3 37d
6 155k
7 146e
8 144a
9 53g
16 135c
19 93f; 138c; 158t
21 150c; 166p
25 155nf
1 Samuel
1 1 118cN; 137u
2 142m; 150j; 154f, ff
3 93d; 119v, N; 137f
4 113e; 137n; 140a
5 113e
6 18k
7 79m;-113e
8 37d; 113d
9 49d; 123c; 137f
10 154fa
11 119f; 123g; 176d
12 119z
13 121f
14 53i
15 129ia
17 24f; 155lN
20 41b; 42d; 118dN
21f. 155nbN
22 112iN
24 146k
26 105c; 121i
2 3 136g; 141k; 177g
4 82b; 150nN
6 118r; 121j
6-8 121hN
8 113c; 121j; 124q
10 177l
11 121f
13 91e; 121l; 131c
14 129iaN
15 44eN
16 112g; 118n; 123p; 160j; 167o
18 121o
1 Samuel
19 119u
20 143d
22 119v
23 149d; 154fe
24 126b
26 80q; 123s; 177q
27 139c; 161b
28 123x
29 118q
32 158i
33 54b; 130g
34 155k
36 124s; 137v
3 1 160i
2 143jN; 155nc; 157g
3 113i
5 177b
7 113j
8 142q
10 53c
11 158f
12 123r; 176h
14 165d
15 118b
17 139g; 165aN
21 123c
4 4 155p
8 154j
9 168g
10 150j
12 139c; 143j
14 37e
15 150d, h
16 137l
20 121iN
21 102jN; 118j
5 6 61a
7 119z
1 Samuel
8 125n,155s
9 125ma
10 125e
11 125e
6 4 125v; 146j
6 52dN
7 119l; 141ba; 149b
9 158a; 167o
10 78g; 149b
12 44d; 77aN; 123m, s
12f 155pa
18 138c; 154e
19 125ma
7 3 116d
9 137u
10 166f
12 137u
15 119v
16 119v
8 1 125w
8 118j
14 141j
9 2 141g
3 125h; 130g; 142mN
5 111d; 166c; 168h
6 114e; 123e
7 167lN
9 105e; 127c
10 114e; 177f
11 126b; 154k; 166f
13 35e; 166m
14 111d; 166e
17 158i; 166c
18 125bb; 154ja; 161g
1 Samuel
18 7c
19 116j
22 138a
23 124q; 138c; 156d
24 119l
25 123g
13 1 91eaN; 124g; 166l
15 148a
16 148a
17 125w; 126c
18 142m
19 113ga
21 98eN
22 119z
14 1 137n
3 102jN
4 134aN
8 79h; 154fe
12 125u
15 141n; 155ng
16 130a
18 48d; 94i
19 82b; 123s
22 54c
27 80q; 125mc
28 80k
30 123g; 167s
31 80k
33 78g; 124o
34 98e
36 82j; 114l
39 102k; 165i
42 125be
44 165a,N
1 Samuel
45 133e
47 133eN
52 118n
15 1 155o
6 61dN
9 148aN
12 154c
13 132f
15 170e
20 157c
22 124b, lN, m; 133i
23 123b; 133e; 176e
25 119m
26 133e; 169h
28 140a
29 160c
30 119m
34 118f
16 2 155r
3 125g
4 161a
4f 154g
7 96Ak
8 103cN
9 103cN
11 61fN; 64a
14 119v, N; 126a
16 124c; 136dN; 139c
17 124nN
18 130b
23 138c; 126a; 152d
17 4 158b
5 121o
8 137l
1 Samuel
10 143j; 146a 4)
12 118j
13 142ma
14 137l
15 126h
16 102e; 123r
17 102g
21 134g
25 23a; 63c; 102m; 155r; 161b
26 148a
28 35d
32 133fN
33 154fa
34 121fN; 137o
35 118nN
40 130e; 141d
41 123s
43 136j
46 150e
47 54b; 124l
48 119z
50 118i
55 137g
58 137g
18 4 125c
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10 53i; 126a; 137f
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1 Samuel
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1 Samuel
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2 Samuel
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142c
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2 Samuel
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2 Samuel
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2 Samuel
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2 Samuel
9 137o
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2 Samuel
38 114h
39 114h
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10 80k
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4 90e; 160o
6 94h
7 123p
2 Samuel
10 118n
11 139b; 150e
15 163d
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150g
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15 150j
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23 112f
24 123e, i
1 Kings
1 1 152d; 159f
2 119k; 146j; 155b
5 121f; 146a
6 155eN; 177qN
9 125bdN; 138c
11 155m
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17 165b
18 155m
19 125bdN
20 124s
21 146c; 148d
1 Kings
22 121e; 166f
24 161a; 170da
26 146d
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19 131k
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1 Kings
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9 13 155nd
18 82h
20 177o
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1 Kings
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1 Kings
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1 Kings
25 79m
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126i; 175a
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1 Kings
1 Kings
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2 Kings
1 1 118cN
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161f
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160j
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2 Kings
2 Kings
23 93o
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4 130fa
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2 Kings
13 91h
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2 Kings
18 103mN
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33 121g
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2 Kings
26f. 2eN
29 78i
30 128b
31 116f
37 121o
19 1 128c
2 127a
4 148a
15 154j
16 148a
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23 129k
25 24e
29 114p; 123u, x; 137f
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5 119z
8 93e
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15 119z
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19 136n
22 129bN
2 Kings
35 147d
24 14 79q; 93q; 134o; 142dN
25 5 118d
8 137r
11 140c
15 135e
17 142dN
21 61a
24 116d
25 141a
28 134n; 136l
30 140bN
Isaiah
1 1 129b
2 137g; 155m
4 112e
5 139e
6 82l
7 121p; 156aa
11 112a
12 51b
14 103c; 124c; 133f
15 61dN; 125d; 160g; 171c
16 124c
17 88EaN; 123b
18 171d
19 177h
20 128c
21 93m; 113f; 162b
Isaiah
23 146j
25 136b
26 133h
31 96Aj
2 2 119c; 121e
6 113oN
9 125be; 135c
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6 126h
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17 176e
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3 119v; 151d; 154e
Isaiah
4 113f; 128c
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6 159d
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2 129n
Isaiah
3 82n
4 150p
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6 160o
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9 150j
11 150j; 152fa
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Isaiah
Isaiah
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7 113eN
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13 119f
Isaiah
15 125ba
18 150j
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Isaiah
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Isaiah
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Isaiah
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Isaiah
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Isaiah
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6 162e
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9 137l
10 155o
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Jeremiah
1 7a 158i
12 102g; 124n
18 125l; 133d
2 2 136h; 160d
5 144d
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Jeremiah
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Amos
Amos
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13 82k
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3 146d
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13 133f;
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19 177b
Nahum
1 3 156b
4 118r
2 2 123u
4 94i
5 96Ce
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9 94h
13 123p
19 139i
Habakkuk
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10 118q
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2 3 123e
8 82g
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Zephaniah
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Zephaniah
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14 93r
15 160n
3 4 97Ca
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Haggai
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Zechariah
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Zechariah
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8 101b
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Malachi
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13 162a
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7 116b
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Psalms
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Psalms
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25 88Le
26 124b
18 6 96Cb
16 15nd
22 167a
19 7 13cN
20 2 129e
10 135d
13 116i
14 142k
Proverbs
18 150g
22 116d
26 118r
21 15 124i
16 123c
22 94h
26 125q
29 125b
22 14 19d
17 113m
21 131c; 154e
24 136g
27 124l
28 113m
23 1 81e; 123q
6 125h
7 115dN; 160m
15 146d
22 145c
32 32c
24 10 94h
14 29f
23 123b; 160m
29 147d
31 125o; 129kb
33 136j
25 3 174h
4 123w
7 124b
13 136e
19 96Cb
24 124b
27 123b, t; 154b
26 1 174c
2 18cN; 129l
3 174h
Proverbs
9 174h
13 112d
14 174h
18 138c
23 148c
26 53e
27 9 150p
14 123r
15 88Ja
21 174h
23 123j
28 12 103c
20 136g
21 13d; 123b
22 125ba
26 154j
28 103c
29 6 82l
14 121k
21 136h
25 150n
30 3 136d
15 152g
17 158a
18 152g
21 152g
25 118r
29 152g
31 3 90c
10 129j
21 121o
28 119za
29 94h; 141b
Job
1 1 155nd; 158b
4 100dN; 119v; 126h
5 111e; 113e; 125v
6 137n
11 161f; 172b
13 137n
14 121f; 134d; 154m; 155nd
15 134g; 141a; 150e
16 143c; 155nd; 166f
17 155nd; 166f, i
18 166fN
21 78f
2 1 137n
2 143h
3 118h
5 172b
9 116f
10 161a
11 145e
13 112b
3 2 73dN
3 113h; 158a, db
9 114gN
11 113h; 161mN
12 167mN
13 152d; 167mN
15 158b
18 112a
26 19d; 79a; 112a
4 2 22d; 104cN
Job
3 112dN
5 152c
6 129ka
7 144aN
13 49f
15 113o
17 161e
19 155c
5 1 61fN; 66b
2 125k
7 7b
16 93j
18 29f; 32c; 78g; 118qN
22 114k
23 129h
27 61fN
6 2 123g, p; 163c
5 161e
8 97Bd; 163d
9 116h
10 116h
12 154fa; 161d
21 31c
22 157aN; 161j
23 113m
28 177d
7 3 128c; 155c
8 121k
9 112d
17 169e
18 118q; 137i
8 3 161e
6 167s
7 150k
18 31d
21 78g
Job
9 4 125be
8 97Eb
11 167l
12 167l
13 82k
15 59a
18 123b; 136g
30 167f
32 116i; 154c
33 116i
35 116i
10 1 80oN
4 161e
7 171e
15 105b; 167p
16 114l
17 114l
19 174dN
22 93j
11 2 161e
3 118hN
6 100o
7 161e
9 127b
11 118p
12 82m
15 167s
17 152e
12 3 160c
6 136g
7 150g
11 174h
14 167l
15 167l
17 126a; 154c
22 118r
23-4 118r
Job
13 3 123b
5 123j
13 115cN; 144f
15 40aN
17 123l
22 125y
14 9 41aN
10 118q
11 174h
19 68f; 150g
15 3 158db
7 113h; 141bN
10 127b
14 169e
15 150o
17 145c
21 125ba; 137k
28 133d
31 88Cf
33 114l
35 123w
16 3 161e
4 125m; 167kN
6 167p
10 125m
14 137i
16 59d
17 171e
17 2 161d
8 82h
10 113m; 146j
18 2 113m
6 133f
9 114l
10 129h
12 114l
17 160oa
18 155b
19 160oa
Job
21 129q; 158d
19 2 63e
7 125b
10 113o
12 113o
15 44da; 63a
17 140b
18 167a
19 145a, c
23 137m; 163d
25 157b
29 38N
20 4 58c
9 134m
10 80i
11 136h; 150g
22 125ba; 152d
23 103m
26 63b
21 2 123l
4 156b; 161e
5 116f
9 160oa
15 169e
23 115cN; 146j; 147a
29 42d
22 2 103m
3 161e; 163d
9 112dN
16 17 121r
18 112k, N
21 149a
27 119yN
30 102jN
23 4 114bN; 116i
11 114l
Job
28 167l
24 1 132d
5 126e; 129m
7 126a
10 126a; 160o
14 40aN
19 174h
23 94i
24 82l
25 2 123b; 154c
3 94h
26 2 160o
3 160o
7 154c
27 5 165k
20 150g
22 114l
23 94i; 103m; 155e
28 2 125w
4 82k
12 137j
14 160c
27 166lN
28 154e 5
29 2 129p; 133h; 163d
11 125b
12 160oa
16 129q
21 82hN
30 25 161d
31 10 44e
12 158a
15 66a
18 41b, f; 125baN
Job
21 80i
22 94h
35 163d
32 11 113o
12 103mN
13 168gN
18 78f
19 90d
20 152d
21 114d
22 121k; 157b
31 114bN
33 5 48d
8 113o
9 160oa
11 114l
13 81d
15 136j
16 166lN
21 114l
25 9c5; 136h
29 102f; 142r
31 48d
32 61fN; 65d
34 3 174h
20 155b
24 118q
36 105f; 163c
37 114l
35 10 136e
36 4 136g
14 136h
15 6gN
18 150k
37 2 123l
3 91e
12 93i
Job
22 113o
38 2 143g
3 116f
4 125q
17 113o
18 152b
19 143g
21 113iN
26 160o
28 161e
29 155pbN
31 161e
34 115cN
35 115cN
39 2 94h
40 7 116f
10 113m; 125d
14 113b
15 136f
19 121k
20 155oN
32 116i
41 8 72gN
10 150g
18 160m
25 79p
26 14c7
42 4 115cN
8 119l
11 121k
14 142o
Canticles
1 1 130e; 141l
2 125b
4 126d
5 172a
6 63a; 97Ca; 146f
7 38N; 161h
8 141j
9 136jN
11 139b
16 164a
17 136jN
2 5 129i
7 112f
8 162e
9 136j,N
14 136jN
15 69b
17 136jN
3 1 136b
2 114d
4 96Ac; 125bcN
6 136jN; 144b
7 103n; 146f
8 50e; 121oN; 136b
10 125v
11 78b
4 1 96Bc; 164a
3 139b
5 138c
7 94h
8 136j
14 131c
16 134l
5 2 23a; 38; 127a; 162e; 172a
3 125d
4 133d, f
5 136jN; 146b
6 146b
8 144h
Canticles
9 62f; 144c
16 8cN; 136g
6 2 136jN
5 96Bc
8 149c
9 119za; 154j
10 137iN
11 161f
7 3 114k
5 139b
7 37c
8 143i
12 114bN
13 161f
14 136jN
8 1 125b, wN
4 144h
6 96Ad; 137iN; 141n
7 147b
11 97Ca; 155g
12 97Ca; 146f
Ruth
1 1 118cN; 146c
2 136l; 137f
3 146c
4 78b; 133g
6 146c
8 149b; 150a
9 133c; 136l; 149b; 177h
11 113n
12 15e
13 141i; 152d; 154fg;
160j; 161l
14 78f; 118f
16 158m
17 165aN
19 94h; 155bN; 161b
20 89k
21 126a; 133c
22 118i; 145e; 149c
2 1 89b
2 114d, n; 119j; 122c
3 118k
4 163b
6 145e
7 119j; 122c
8 44c, f; 112a; 130e;
168c
9 44e; 78g; 112g; 166b; 167b
10 124l, s
11 158f
12 68e
14 15k; 25a; 103f; 114m; 119lN
15 113l
16 123q
17 133g; 137uN
20 132f
21 44f; 112i; 130e; 157aN
22 141g
3 1 113m
Ruth
Lamentations
8 125q
9 125kN
10 130g; 158a
16 79p; 96Cc
17 103n; 125m
18 154j
19 116e
20 59d
2 10 7c
11 51b; 59d
13 116c
18 129n
3 7 97Fd
10 136g
12 89k
20 133f
22 164b
23 137i
42 39aN
50 114l
54 112g
59 112a
4 4 125kN
21 93o
5 5 128ba
11 7c
21 133h
Ecclesiastes
1 3 158ha
4 121d
7 129qN; 154j
9 111i; 113a; 144g; 160k
16 146b
17 88Mk; 119za; 154j
2 1 61f; 146b
3 113k; 143g
4 129h
Ecclesiastes
7 150l
11 158ha
12 37c
16 102n
19 102n; 161e, f
22 38N
24 157d
26 78g
3 4 124d, lN
5 124lN
6 52dN
8 49d
11 158mN
14 160j
15 144g
18 38N; 82l
4 1 119za; 158e
2 123x, N
7 119za
10 105b
11 119zaN
5 3 113m
4 157a
5 113m;
11 75h
6 10 157c
7 2 170j
16 53eN; 113mN
18 103cN
21f. 121k
22 157dN
23 45a
24 142k
25 123x
29 157c
8 4 170j
8 160i
9 123x
17 157d
9 1 82l; 157c
Ecclesiastes
2 174i
11 88Lf; 123x
12 121q; 158e
14f. 119zaN
10 9 103iN
13 88Mk
16 105b
17 137g
11 2 144d
3 137fN
5 138c
6 143g
9 136h; 137g
12 1 136h
2 137hN
3f. 119za
4 49cN
5-7 119za
6 82m
7 114l
11 132d
Esther
1 1 118cN; 176f
4 142g
7 123q
8 104d; 135d
12 131k
19 133f; 140a
2 2 155b
3 123x
6 16fN; 132c
11 121f
13 103cN; 121f
14 9d; 121f
18 88Lb
3 2 121f
4 135d; 157c,ca
8 102k
9 133f
Esther
13 123x, y
4 2 124b, l; 160j
3 129q
11 157c
13 126h
14 88Lb
16 151a; 176oN
5 2 176f
6 128d
12 121q
14 116f
6 1 121q
2 157c
3 144d
9 123x
13 82n
7 2 128dN
4 124t; 167kN
5 78j; 154jaN
8 132a; 154d; 166h
8 6 177h
8 123x
9 143j
15 131h
17 129q
9 1 123y; 146c
4 123s
5 88Mb
6 123x
12 128d
16 123x
19 49e
21 80h
29 143h
Daniel
1 4 129aN; 160k
5 124l
Daniel
8 157c
10 80h; 161h
12 116bN
13 114m
15 96Ce
17 142ma
20 142q
2 1 136j
13 124tN
40 82h
3 12 103kN
23 98f
4 3 18bN
14 61fN
19 154i
24 90c
5 5 158e
11 42fN
12 42fN
14 42fN
20 80n; 155c
21 144g
6 4 143eN
5 42fN
6 143eN
19 133fN
23 42fN
29 143eN
7 18 136d
8 1 145e; 146d
3 137u
8 80bN
11 57a
12 114l
20 129bN
22 44d; 97Gb
9 1 142o
2 81d
Daniel
4 105cN
5 123x
12 125j7
13 125j7
18 154fe
23 136g
25 177b
10 1 81d
5 121o; 136b; 137u
11 6 121k; 138h
10 94hN; 123l
11 146e
14 17 119zb
23 53f; 88Mj
29 133h; 174i
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36 112i
12 2 103dN; 136g
6 121o
11 124p
13 90c
Ezra
1 1 130d; 131k
5 125l
7 131k
9 136l
2 12 100m
59 161f
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3 3 136o
12 143i
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8 29e
Ezra
17 133f
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8 138b
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8 16 125k
18 20aN
21 130h
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25 145d
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3 126b
7 154fe
14 79pN
15 94j; 124l
10 1 96Aq
9 126b
12 124l; 125s
13 154e
14 140bN; 145d
16 142o
17 145d
Nehemiah
1 1 118cN
4 121f, g; 176f
8 167a, d
Nehemiah
9 167d
2 7 155b
10 157a
12 131f
13 78hN; 114bN; 121g
15 121g
18 157dN
20 80n
3 34 149c
4 10 176f
12 121o
14 129q
17 160i
5 3 116c
11 35e
14 129d; 151a
15 133c
6 1 51cN; 93s
6 93s
9 150d
10 155f
7 2 133g
3 69b; 123x; 166i
66 100n
71 100n
72 100n
8 2 78i
3 118n
8 123x
9 125l
10 129kb; 158d
11 105b
14 113m; 157c
18 118n
9 1 143k
3 125ma; 154c
7 119za
8 119za; 123x
Nehemiah
13 123x; 148a
19 125j7
28 141b; 152d
32 125j
34 125j
37 154fe
10 34 135bN
38 146e
11 17 54b
12 14 93s
22 129b
26 129b
27 91e
28 177p
29 177p
45 177p
46 124d; 129b
47 129b
13 4 129f
13 124l
14 125b
20 102f; 137uN
21 14c
22 125b
1 Chronicles
1 8 177oN
32 125fN
3 2 125l
5 16fN
4 10 65a,b; 118j
42 146e
5 1 160j
3 177oN
9 131h
18 50e; 121n
20 123x
1 Chronicles
24 136o
26 103mN; 146e
27 177o
6 34 124p
55 129n
7 1 177oN
2 136m
5 125l; 136o
9 146e
8 6 154j
9 26 140c; 146e
28 154b
11 2 131iN; 137l; 154m
3 132a
8 103n
13 150e
23 125h
12 1 127a
17 102d
23 136l; 145dN
30 136o
33 125q
34 124p; 135d
13 1 125l
20 142r
14 4 177oN
10 119iN
17 118f
15 2 160j
12 158d
16 125m
19 131d
26 20d
27 60
28 159a
29 119z
16 3 137uN; 147d
1 Chronicles
4 177p
36 123x
37 125k
43 150e
17 7 131iN
9 62g; 131iN
10 119za
13 158d
17 119za
21 131iN; 150f; 158u
27 112k
18 2 150e,N
5 150e
6 125b
8 158db
10 7bN; 129bN
19 12 150e
15 150e
21 2 119m
7 152d
10 123u; 152g
13 114bN,c
16 127a; 138aN
23 112f
24 123q
22 11 119k
14 155oa
19 121q; 125k
23 26 124l
28 129n
25 1 96CbN; 125k
18 142o
19 142o
20 142o
26 26 125l; 146e
1 Chronicles
28 145d
31 14cN
27 6 146e
21 137bN.
33 130b
28 1 125l
2 129g; 156b
5 141b
8 124oN
9 176d
18 125l; 127c; 129fN
21 125l
29 4 136o
6 125l
8 145d
13 112fN
16 80m
17 145d; 146a
22 125k
30 136o
2 Chronicles
1 1 118cN
4 145d
7 133b
10 78hN; 114bN; 143hN
2 6 70e
8 124p
11 125q
4 3 135bN
13 131e
5 2 113i
6 159a
12 125l
6 2 146a
20 157cN
23 126h
2 Chronicles
26 44eN
29 44eN; 150k
30 147d
33 44eN
39 99fN
40 148c; 150c, r
42 125k
7 1 176l
3 123q, x
9 97Bc
10 126a
13 167l
19 44eN
21 125l
8 5 131m
7 177oN
9 4 88FbN
5 154m
21 126b
29 149a
10 6 125yN
7 35e
16 125y
11 4 44eN
22 154d
12 2 176f
5 112g
10 119za
11 176f
12 154d
13 9 111i
15 176l
14 9 93c
15 7 150d
11 145dN
18 6lN
16 4 131n
9 158d
12 79l; 125b; 126gN
17 3 125k
4 125k
12 123s
13 150k
18 12 142ba
14 152fa
26 127b
19 2 113l
7 49e
20 1 176f
3 125k
6 154ff; 124l
7 88Fb
11 103dN; 125u
17 124l
18 118f
25 49e
34 68f; 149a
35 53aN
21 10 113i
17 129f; 141e, j
19 176f
22 9 121f; 124l
23 1 125l
4 121n
24 4 176f
6 129d
10 79pN; 123c
11 118b; 166q
12 121g; 125l
14 124d; 129bN
23 176f
25 1 16fN
9 124l; 177m
10 35e
26 6 79m
2 Chronicles
10 177p
14 125l; 146e
15 79l
19 176l
21 126c
27 5 177p
7 161c
28 3 158h
6 170j
8 155oa
9 125ma
10 156d
13 141b
19 123x
21 93j
22 146e
29 3 130d
7 155oa
18 155oa
19 80m; 155oa
22 93e
29 124s
36 145d
30 2 52cN
10 121g
16 159b
19 129q,3
22 126b
31 1 79pN; 123c; 124s
7 75l
10 54b; 80r; 123w; 155i
16 146e
21 125k
32 1 65a
3 52cN
9 16fN
2 Chronicles
12 146e
15 78i
19 133h
30 146e
32 161c
33 8 125l
20 126h
23 146e
34 3 125k
4 155oa
12 125ma
21 158g
35 3 49e
13 96Al; 102g
14 140kN
15 124l
21 116j; 146d
36 15 123rN
16 121g
23 144fa
Ben Sira
6 7 167aN
7 7 146kN
16 146kN
8 6 80hN
30 12 80hN
23 80hN
31 29 59e
40 5 59e
45 8 91ea
50 11 125c
1 Maccabees
1 1 176bN
2 Maccabees
8 16 127bN
13 19 177aN
21 177aN
Tobit
6 14 176bN
7 9 119zaN
10 7 123x
8 79jN
Matthew
1 22 124lN
2 10 125rN
7 1 116jN
10 34 168aN
35 168aN
12 4 172cN
18 21 161kN
32 143fN
26 28 129aN
61 112lN
Mark
8 12 165dN
9 43 141gN
14 58 113lN
Luke
1 42 141jN
2 29 113lN
6 37 116jN
7 44 161bN
10 29 177mN
13 9 167rN
John
2 19 167uN
10 32 113nN
33 113nN
16 17 155aN
17 24 129tN
Acts
10 36 125jN
16 30 113mN
31 116fN
21 16 155aN
22 10 112mN
Ephesians
5 25-33 132aN
James
5 4 131oN
13 167mN
Apocalypse
3 14 105fN
9 11 88Mb
KTU
EA
35 50 51aN
103 49 42fN
137 21 102bN
147 56 41bN; 80e
228 19 41eN
250 7 52aN
37 52aN
55 52aN
252 25 47cN
256 7 54aN
287 36 42fN
66 39aN
69 39aN
288 52 42fN
362 5 41bN
25f. 123xN
Eblaite
VE 166 97F dN
1QIsaa
6 3 151dN
1QM = Qumran
War Scroll
6 12 7c
1QpHb = pesher
Habakkuk
4 13 54b
1Q34bis
3 i 4-8 7cN
4Q51 [= 4QSama]
92 5 49cN
4Q160
7 4 49cN
ii 16 94gN
4Q509
4QMMT
C 30 65c
5Q15 frg 1
ii 6 98fN
11Q19
lxiii 7 59fN
Pirqe huAbot
1 9 121eN
Gezer calendar
1f. 88EbN
3 90bN
Kuntillet uuAjrud
8 2 131oN
10 2 131oN
2 98fN
4 147cN
6-7 167qN
Arad inscriptions
1 2 93gN
2 1-5 119vN
2 131eN
4 142n
3 2 123uN
4 3 131eN
16 2f. 112fN
3f. 111aN
17 1 129aN
18 4, 6 113mN
24 13 62aN
18 112fN
Samaria ostraca
1 1 138b N
6-9 166qN
Lachish
2 2 169eN
3 8 112aN
12 7bN; 61hN
18 94dN
4 2 93gN
10 39a
7 90bN
7f. 98fN
Mesha stele
3 137e; 138gN
5 79aN
14 75gN
21 75fN
21ff. 146a
KAI
147.4 146fN
Tabnit
5 133fN
Khorbat Uza
7; 11 94hN
Yavneh-Yam
2 7bN
13 94dN
Heshbon onstracon
2 136bN
Koran
2 107 150eN
Iliad
16 263 131bN
Odyssey
3 193 157dN
Plautus