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A continuación detallaremos lo que colige de la Sociedad Española de Enfermedades

Infecciosas y Microbiología Clínica [ CITATION CDE19 \l 10250 ] respecto del El diagnóstico


serológico del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) trasciende en importancia a otros
diagnósticos de laboratorio por la gravedad de la enfermedad que este virus produce.

Detección y diagnóstico del VIH

En general, realizar pruebas para detectar el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es un


proceso de 2 pasos que incluye un examen de detección y pruebas de control.

Forma en que se realiza el examen.

Las pruebas de VIH se pueden realizar con:

 Sangre extraída de una vena.


 Una muestra de sangre obtenida pinchando un dedo.
 Un hisopo con una muestra de saliva.
 Una muestra de orina.

EXÁMENES DE DETECCIÓN

Estos exámenes verifican si usted ha resultado infectado con VIH. Los exámenes más comunes
se describen a continuación.

Una prueba de anticuerpos (también llamada inmunoanálisis) busca anticuerpos para el virus
del VIH. Su proveedor de atención médica puede solicitar que le realicen esta prueba en un
laboratorio.

También es posible hacerla en un centro de pruebas o puede utilizar un kit para hacerla en
casa. Estos exámenes pueden detectar anticuerpos a partir de unas cuentas semanas luego de
ser infectado con el virus. Los exámenes de anticuerpos se pueden llevar a cabo utilizando:

 Sangre: este examen se realiza extrayendo sangre de una vena o con un pinchazo en el
dedo. Los análisis de sangre son los más precisos debido a que la sangre tiene un nivel
más alto de anticuerpos que los demás fluidos corporales.
 Fluido oral: este examen busca anticuerpos en las células de la boca. Se realiza al pasar
un hisopo por las encías y el interior de las mejillas. Este examen es menos preciso que
el análisis de sangre.
 Orina: este examen busca anticuerpos en la orina. Esta prueba también es menos
precisa que el análisis de sangre.

La prueba de antígeno analiza su sangre en busca de un antígeno del VIH llamado p24. Cuando
usted es infectado originalmente con el VIH y antes de que su cuerpo tenga la oportunidad de
producir anticuerpos para el virus, su sangre tiene un alto nivel de p24. El examen de antígeno
p24 es preciso de 11 días a 1 mes después de ser infectado. Este examen por lo regular no se
utiliza por sí solo para detectar una infección con VIH.

Una prueba sanguínea de antígeno-anticuerpo busca niveles tanto de anticuerpos para el VIH
como del antígeno p24. Este examen puede detectar el virus tan solo 3 semanas después de
ser infectado.

EXÁMENES DE SEGUIMIENTO
El análisis de seguimiento también se conoce como prueba confirmatoria. Generalmente se
realiza cuando la prueba de detección tiene un resultado positivo. Múltiples tipos de exámenes
se pueden utilizar para:

 Detectar el virus.
 Detectar anticuerpos con mayor precisión que en las pruebas de detección.
 Diferenciar entre los 2 tipos de virus, el VIH-1 y el VIH-2.

CONCLUSIONES

En el momento actual, el cribado de los anticuerpos anti-VIH desborda por su transcendencia


la mera oferta diagnóstica. Las aplicaciones hospitalarias de esta prueba han hecho que, en la
mayoría de los hospitales, las solicitudes de esta prueba analítica hayan crecido de forma
exponencial en los últimos años. A consecuencia del aumento de peticiones y del descenso
consiguiente de los porcentajes de positividad, se producen resultados falsos positivos en
situaciones clínicas complejas (candidatos a trasplantes, pacientes hemodializados,
embarazadas, etc.) que obligan a una diversificación de las estrategias diagnósticas y de los
métodos de cribado. En este contexto es aconsejable disponer al menos de dos técnicas de
cribado de anticuerpos anti-VIH y utilizar un método de confirmación con muestras del mismo
paciente tomadas en momentos diferentes. La colaboración entre los laboratorios de un mismo
hospital que realicen este tipo de pruebas con distintos objetivos (Virología y Hematología), o
de una misma área sanitaria, puede minimizar el coste y facilitar la implantación de estas
recomendaciones, coordinando las técnicas que cada laboratorio asume y organizándose en
protocolos de actuación concretos.

Hoy en día pueden producirse situaciones clínicas que obliguen al seguimiento serológico del
paciente al menos durante dos o tres semanas y a la utilización de otros marcadores
serológicos de la infección por el VIH (antígeno p24, anticuerpos anti-p24), si no se dispone de
técnicas sensibles de biología molecular (PCR). A pesar de la sensibilidad de estas pruebas, el
diagnóstico definitivo deberá confirmarse en suero una vez se produzca la seroconversión; por
eso es altamente recomendable la adopción de pruebas EIA/ELFA para la detección simultánea
de anticuerpos y antígeno p24 del VIH cuando exista probabilidad de detectar
seroconversiones (clínicas de desintoxicación, centros de metadona), o en aquellos casos en los
que haya riesgo de transfundir o donar un órgano de un paciente en el período de
seroconversión.

Finalmente, cuando el objetivo de las pruebas sea el diagnóstico, se debe tener en cuenta que
los pacientes rara vez entienden, como lo hacen los profesionales, expresiones tales como:
"falso positivo", "indeterminado", "positivo dudoso", etc. y, en consecuencia, extremar el
cuidado al emitir los informes del laboratorio. Del conjunto de pruebas realizadas deberá
resultar la emisión de un diagnóstico claro y concluyente, o bien la formulación de
recomendaciones precisas para el seguimiento y el diagnóstico definitivo.
Síntomas

El período de incubación de la hepatitis C puede variar de 2 semanas a 6 meses. Tras la


infección inicial, aproximadamente un 80% de los casos son asintomáticos. Aquellos con
sintomatología aguda pueden presentar fiebre, cansancio, inapetencia, náuseas, vómitos, dolor
abdominal, orinas oscuras, heces claras, dolores articulares e ictericia (coloración amarillenta
de la piel y los ojos).

Diagnóstico

Como las nuevas infecciones por el VHC suelen ser asintomáticas, pocos son los casos
diagnosticados en la fase aguda. A menudo, la infección crónica también queda sin diagnosticar
porque se mantiene asintomática durante decenios, hasta que aparecen síntomas secundarios
al daño hepático grave.

Seguidamente podemos advertir la determinación de la hepatitis como lo desarrolla OMS.


[ CITATION ONU \l 10250 ]

La infección por el VHC se diagnostica en dos etapas:

1. La detección de anticuerpos anti-VHC con una prueba serológica revela la infección.

2. Si los anticuerpos anti-VHC son positivos, para confirmar la infección crónica se necesita una
prueba que detecte el ácido ribonucleico (RNA) del virus. Ello es así porque un 30% de las
personas infectadas por el VHC eliminan espontáneamente la infección gracias a una fuerte
respuesta inmunitaria, sin necesidad de tratamiento. Sin embargo, aunque ya no estén
infectadas seguirán dando positivo para los anticuerpos anti-VHC.

Una vez diagnosticada una infección crónica por VHC se deberá evaluar la magnitud del daño
hepático (fibrosis y cirrosis). Esto puede hacerse por biopsia hepática o diversas pruebas
incruentas. El daño hepático existente sirve para orientar las decisiones terapéuticas y la
conducta clínica.

Hacerse las pruebas

El diagnóstico precoz puede prevenir problemas de salud derivados de la infección, y también


la transmisión del virus. La OMS recomienda la realización de pruebas en personas que puedan
correr un alto riesgo de infección.
Los grupos de población con mayor riesgo de infección por el VHC son:

 los consumidores de drogas inyectables;


 los reclusos y personas residentes en otros entornos cerrados;
 los consumidores de drogas administradas por otras vías (no inyectables);
 los consumidores de drogas por vía intranasal;
 los receptores de productos sanguíneos infectados y los pacientes sometidos a
intervenciones cruentas en centros sanitarios cuyas prácticas de control de las
infecciones no son inapropiadas;
 los niños nacidos de madres infectadas por el VHC;
 las personas cuyas parejas sexuales están infectadas por el VHC;
 las personas infectadas por el VIH;
 los reclusos o exreclusos;
 las personas tatuadas o con perforaciones ornamentales (piercings).

En entornos en los que la seroprevalencia de los anticuerpos anti-VHC es alta en la población


general (≥ 2% o ≥ 5%), la OMS recomienda que se ofrezca a todos los adultos la realización de
pruebas de detección del VHC y acceso a servicios de prevención, atención y tratamiento.

De los 37 millones de personas que se calcula que hay en el mundo infectadas por el VIH, unos
2,3 millones (6,2%) tienen pruebas serológicas de infección pasada o presente por el VHC. Las
hepatopatías crónicas representan una importante causa de morbilidad y mortalidad entre los
infectados por el VIH.

Tratamiento

Una nueva infección por el VHC no siempre requiere tratamiento, porque en algunas personas
la respuesta inmunitaria elimina la infección. En cambio, cuando la infección se hace crónica el
tratamiento es necesario, y su objetivo es la curación.

En las directrices de la OMS actualizadas en 2018 se recomienda el tratamiento con antivíricos


de acción directa (AAD) pangenotípicos, que es curativo en la mayoría de los casos de infección
por el VHC. Su duración es breve: 12 a 24 semanas, dependiendo de la presencia o ausencia de
cirrosis.

La OMS recomienda que se traten todas las personas de más de 12 años con infección crónica
por el VHC. Los AAD pangenotípicos siguen siendo caros en muchos países de ingresos altos y
medianos-altos, pero los precios se han reducido de forma espectacular en muchos países
(sobre todo de ingresos bajos y medianos-bajos) debido a la introducción de genéricos.
El acceso al tratamiento está mejorando, pero sigue siendo limitado. En 2017, de los 71
millones de personas que había en el mundo infectadas por el VHC, solo el 19% (13,1 millones)
estaban diagnosticadas, y a finales de ese mismo año solo unos 5 millones de ellas habían sido
tratadas con AAD. Queda mucho por hacer para alcanzar en 2030 la meta mundial consistente
en una cobertura terapéutica del 80%.

Prevención

Prevención primaria

Como no hay ninguna vacuna eficaz contra la hepatitis C, la prevención depende de la


reducción del riesgo de exposición al virus en el entorno sanitario y en los grupos de población
de alto riesgo, como los consumidores de drogas inyectables y los hombres con relaciones
homosexuales, en especial los que están infectados por el VIH o toman profilaxis contra esta
infección antes de la exposición.

A continuación se enumeran algunos ejemplos de intervenciones de prevención primaria


recomendadas por la OMS:

uso apropiado y seguro de las inyecciones en el entorno sanitario; manipulación y eliminación


segura de objetos cortopunzantes y desechos; prestación de servicios integrales de reducción
de daños para los consumidores de drogas inyectables, en particular mediante el suministro de
material de inyección estéril y el tratamiento de la dependencia; análisis de VHB y VHC
(además de VIH y sífilis) en la sangre donada; capacitación del personal sanitario; prevención
de la exposición a la sangre durante las relaciones sexuales; higiene de las manos, incluida la
preparación de las manos para la cirugía, el lavado de las manos y el uso de guantes;
promoción del uso correcto y sistemático de preservativos.

Prevención secundaria

Para las personas infectadas por el VHC, la OMS recomienda:

Información y asesoramiento sobre opciones asistenciales y terapéuticas; vacunación contra las


hepatitis A y B para prevenir la coinfección por esos virus y proteger el hígado; tratamiento
médico temprano y adecuado, con antivíricos si procede; seguimiento periódico para
diagnosticar precozmente la enfermedad hepática crónica.

Finalmente observaremos lo recogido en la página web de la organización mundial de la salud


[CITATION htt19 \l 10250 ]:

Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) son infecciones que transmiten de una persona
a otra a través del contacto sexual. Las causas de las ETS son las bacterias, parásitos, hongos y
virus. Existen más de 20 tipos de ETS, que incluyen:

• Clamidia
• Herpes genital
• Gonorrea
• VIH/SIDA
• VPH
• Sífilis
• Tricomoniasis
La mayoría de las ETS afectan tanto a hombres como a mujeres, pero en muchos casos los
problemas de salud que provocan pueden ser más graves en las mujeres. Si una mujer
embarazada padece de ETS, puede causarle graves problemas de salud al bebé.

Los antibióticos pueden tratar las ETS causadas por bacterias, hongos o parásitos. No hay cura
para ETS causada por un virus, pero los medicamentos pueden ayudar con los síntomas y
mantener la enfermedad bajo control.

El uso correcto de preservativos de látex reduce enormemente, aunque no elimina, el riesgo de


adquirir y contagiarse con ETS. La forma más confiable de evitar la infección es no tener sexo
anal, vaginal u oral.

Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades

Comience aquí

• Enfermedades de transmisión sexual (ETS) (Centros para el Control y la Prevención de


Enfermedades)

• Enfermedades de transmisión sexual (ETS) (Clínica Mayo)

• Enfermedades de transmisión sexual (STD por sus siglas en inglés) Desde los Institutos
Nacionales de la Salud (Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano)

• Infecciones de transmisión sexual (Academia Americana de Médicos de Familia)

• ETS (enfermedades de transmisión sexual) comunes y sus síntomas (Clínica Mayo)

También en inglés

• Micción dolorosa (Enciclopedia Médica)

También en inglés

• Úlceras genitales en las mujeres (Enciclopedia Médica)

También en inglés

• Úlceras genitales en los hombres (Enciclopedia Médica)

También en inglés

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