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​La Ansiedad

•Qué es la ansiedad: la ansiedad es una reacción automática que nos prepara para
enfrentarnos a una amenaza.
Produce preocupación y miedos intensos, excesivos y continuos ante situaciones
cotidianas. Es posible que se produzca taquicardia, respiración agitada, sudoración y
sensación de cansancio.

Una definición intuitiva de un trastorno de ansiedad

Una metáfora proveniente de la Terapia de Aceptación y Compromiso compara a la


ansiedad con un monstruo que vive y se alimenta de adrenalina. Cuando algo nos avisa que
hay un peligro, como entrar en una escalera mucho más empinada de lo esperado,
realizamos una descarga automática de adrenalina y el monstruo que estaba dormido se
despierta y logra que de forma automática nos agarremos a la barandilla y nos ayuda a no
caernos. Nos damos cuenta de que tenemos el monstruo dentro y que se ha quedado,
porque mientras digiere la adrenalina está fuerte ya que todavía le queda alimento para
vivir. Cuando pasa el tiempo sin que veamos un nuevo peligro el cuerpo recupera su nivel
normal de adrenalina y el monstruo se hiberna, porque no tiene suficiente alimento.

Cuando es el propio monstruo el que nos da miedo y lo queremos echar del cuerpo, y
luchamos para que desaparezca de inmediato, volvemos a hacer otra descarga de
adrenalina para poder hacer el esfuerzo de luchar contra él. El monstruo, encantado porque
tiene más alimento, crece y se hace más amenazador, nos dice que va a comernos el
cerebro, que nos va a dañar el corazón, y la garganta nos la va a paralizar para siempre. Si
aceptamos al monstruo en nuestro cuerpo y no hacemos nada para que se vaya, dejaremos
de darle alimento y el monstruo morirá de inanición.

Siempre viviremos el riesgo de que no se vaya, porque no estamos haciendo nada para
conseguirlo. Tendremos que acostumbrarnos a escucharle decir "¿y si no me voy y te da un
ataque al corazón o te vuelves loco, o se te bloquea la garganta para siempre?" y,
tendremos que no hacer nada de lo que implícitamente dice: "¡lucha!, ¡huye! ¡no tragues!
¡no pienses! ". Y eso pese al miedo que sentimos.

Como siempre que repetimos algo, acabaremos haciéndolo automáticamente y sin darnos
cuenta ni siquiera de lo que está ocurriendo. Como en todo proceso de habituación es
imprescindible que los sucesos se repitan durante mucho tiempo para que esto ocurra.
Todos sabemos que los hombres somos capaces de habituarnos a las condiciones de vida
más difíciles, solamente necesitamos tiempo y querer hacerlo, es decir, exponernos a ellas
sin huir. Teóricamente podemos nosotros mismos exponernos a los estímulos que
tememos, pero nuestros miedos son tan inteligentes como nosotros mismos y les es muy
fácil engañarnos, por eso primero tenemos que identificarlos y después creer y tener la
convicción de que necesitamos cambiar y para ello es preciso la ayuda de un terapeuta.

•Características del trastorno de ansiedad


Los individuos pueden experimentar la ansiedad de manera diferente, y mientras unos
sufren ataques agudos de pánico por sus pensamientos catastróficos, otros experimentan
los síntomas ansiosos en situaciones sociales.

Asimismo, hay personas que tienen una preocupación y ansiedad excesiva, irracional y
persistente. Los trastornos de ansiedad causan mucho sufrimiento a la persona que los
padece, y es uno de los motivos más frecuentes de consulta en terapia psicológica.

La ansiedad es una condición que provoca síntomas tanto físicos como psicológicos, y
afecta a millones de personas en todo el mundo.

Por otro lado, la sintomatología de esta patología se clasifica en tres grupos:

Conductuales: Produciendo cambios en nuestra forma de actuar.


Cognitivos: la manera de pensar o cómo percibimos el entorno también se ven afectados
por la ansiedad.
Fisiológicos: Provoca una serie de respuestas fisiológicas, como palpitación, sequedad de
boca, etc.
Tipos de ansiedad y sus características
Puesto que las personas experimentan los trastornos de ansiedad de diferentes maneras,
los psicólogos y psiquiatras han creado categorías para cada uno de los diferentes tipos de
ansiedad. Son las siguientes.

Trastorno Obsesivo compulsivo (TOC)


Trastorno por Estrés Post Traumático (TEPT)
Trastorno de pánico
Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAD)
Fobia Social
Agorafobia
Fobia específica
En las siguientes líneas profundizaremos en cada uno de estos trastornos y explicaremos
sus características:

1. Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)


El trastorno obsesivo compulsivo o TOC es un trastorno de ansiedad bastante frecuente. Se
caracteriza porque la persona que lo padece muestra comportamientos que pueden parecer
extraños.

El algunos casos, los pensamientos ansiosos pueden ser beneficiosos para nosotros, pues
nos mantienen alerta. Por ejemplo, no hay nada malo en comprobar que la puerta de
nuestra casa esté cerrada antes de acostarnos, así nos aseguramos de que nadie nos roba.
El problema surge cuando después de haber chequeado las puertas y las ventanas
volvemos a repetir la misma conducta una y otra vez, porque pensamos que si no lo
hacemos algo malo nos va a ocurrir.

Este trastorno se caracteriza por las conductas obsesivas y compulsivas. Las obsesiones
hacen referencia a los pensamientos, ideas o imágenes intrusivas, que provocan
preocupación y ansiedad y que aparecen una y otra vez en la mente. Las compulsiones son
las acciones que se llevan a cabo para reducir la ansiedad que provocan las obsesiones.

Por ejemplo, una obsesión puede ser el pensamiento siguiente: “si no encendemos y
apagamos el interruptor de la habitación diez veces seguidas nos vamos a morir”. La
compulsión, en cambio, es el acto de encender y apagar las luces. El hecho de no realizar
las compulsiones provoca un gran malestar y un sentimiento fuerte de ansiedad.

2. Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT)


El TEPT ocurre cuando un individuo sufre una situación traumática que le ha provocado un
fuerte impacto emocional y estresante. Las personas con TEPT reviven continuamente el
hecho que desencadenó el trastorno, por ejemplo, el ser víctima de una violación o el haber
participado en una guerra.

Si el impacto emocional es muy grande, el malestar de personas puede durar años, y


algunas personas necesitan apoyo psicológico porque son incapaces de superarlo por sí
solas.

En parte, este tipo de trastorno de ansiedad se fundamenta en la memoria emocional: los


recuerdos relativos a una experiencia quedan "almacenados" en el cerebro de una manera
disfuncional, de manera que estas imágenes aparecen de manera inesperada en la
consciencia de la persona con relativa frecuencia, produciéndole un gran malestar.

Los síntomas incluyen:

Revivir el trauma: pueden revivir el trauma constantemente, por ejemplo, con pesadillas.
Responder a estresores: la persona puede revivir el evento ante la presencia estresores
similares a la situación o la escena del hecho. Por ejemplo, al escuchar ruidos fuertes o al
reconocer un olor similar.
Ansiedad recidivante: el individuo experimenta ansiedad de forma regular.
Problemas emocionales: la persona también experimenta problemas emocionales, por
ejemplo, desinterés por las relaciones con los demás.
3. Trastorno de pánico
El trastorno de pánico se caracteriza porque la persona que lo padece tiene sensaciones de
que se va a morir de manera inminente y de que le falta al aire. Son sensaciones que la
persona percibe como muy reales a pesar de que se sea consciente de que no son
producto de la razón, lo que le provoca un miedo intenso y, en consecuencia, un gran
malestar. En casos graves incluso hay que hospitalizar al paciente.

Los síntomas son altamente debilitantes e incluyen:

Ataques de pánico inesperados y repetidos.


Una vez ha ocurrido el primer ataque de pánico, la persona piensa que va a ocurrir otro, al
menos durante un mes.
Preocupación por los síntomas del ataque de pánico. Por ejemplo, al pensar que es una
enfermedad médica no diagnosticada o que van a sufrir un infarto.
Cambios en su comportamiento habitual, como evitar hacer deporte por los síntomas que
experimenta la persona.
Los ataques suelen durar media hora, y el pico se da a los 10 minutos aproximadamente.
Su frecuencia puede variar, desde varias veces al día hasta a una vez cada pocos años.
4. Trastorno de Ansiedad Generalizada
Muchas personas experimentan ansiedad en algunos momentos puntuales: cuando van a
jugar un partido de baloncesto importante, antes de un examen o cuando van a quedar por
primera vez con una chica que les encanta. Sin embargo, los individuos que padecen el
trastorno de ansiedad generalizada (TAG) sienten preocupación o ansiedad la mayoría del
tiempo, durante varios meses, y no solo en situaciones que pueden causar estrés.

En el TAG, las preocupaciones son persistentes (ocurren la mitad de los días al menos
durante seis meses), intensas, irracionales e interfieren en el funcionamiento normal de
alguna área de la vida de la persona afectada. Por ejemplo, el trabajo, los amigos o la
familia.

De este modo, la angustia ligada al Trastorno de Ansiedad Generalizada se fundamenta en


una sensación de malestar difuso, que no surge en un contexto específico o con un
estímulo concreto. La terapia psicológica es imprescindible para combatir esta alteración
psicológica, y como su manera de expresarse resulta muy variable y cambia dependiendo
de las características de cada paciente, contar con la atención personalizada de un
profesional que haga un seguimiento del caso es muy importante; de poco sirve intentar
aplicar lo que les ha funcionado a otros (algo que pasa en todos los trastornos psicológicos
en general, pero que es especialmente cierto en este).

5. Fobia social
Es habitual pensar que la timidez y la fobia social son lo mismo, pero en realidad no es así.
La fobia social es un trastorno serio, y las personas que lo sufren se sienten tan mal ante las
situaciones sociales, que son incapaces de controlar su miedo y su ansiedad, por lo que a
menudo evitan este tipo de situaciones.

Sentir timidez por hablar en público es normal, pero cuando ese miedo y ansiedad
interrumpen el funcionamiento normal de la vida del individuo, se vuelve un problema
severo. Las personas con fobia social pueden evitar todo tipo de situaciones sociales, por
ejemplo, ir a comer a un restaurante, pues viven con un gran temor a ser juzgados u
observados.

Así, este es uno de los tipos de trastornos de ansiedad que más afectan a las relaciones
personales, algo que no solo genera sensación de aislamiento y de soledad no deseada,
sino que también tiene implicaciones en las condiciones materiales de vida de la persona:
tener menos acceso a los demás significa contar con menos apoyos y ayudas.

6. Agorafobia
La agorafobia es el miedo irracional a no poder contar con la ayuda de los demás en un
momento de urgencia. Por eso, frecuentemente se da cuando la persona se encuentra en
espacios públicos y lugares abiertos, como parques o calles. Pero no son los espacios
públicos la raíz del problema, sino la posibilidad de sufrir un ataque de pánico y estar
desprotegidos en estos lugares.

Dicho de otro modo, en este trastorno de ansiedad la anticipación de las crisis tiene un
papel muy importante, y ejerce un efecto de "profecía autocumplida". Esta influencia de las
predicciones catastróficas sobre lo que puede pasar ocurre en todos los trastornos de
ansiedad, pero en este tiene un papel protagonista.

Las personas con agorafobia no quieren salir de sus casas y evitan viajar a cualquier lugar
que no sea su hogar y su oficina. En muchas ocasiones, las personas que sufren agorafobia
también padecen ataques de pánico o TEPT.

7. Fobias específicas
Las fobias son miedos irracionales a un estímulo específico, por ejemplo, una situación, un
objeto, un lugar o un ser vivo de cierta especie. Por tanto, cuando una persona sufre este
trastorno hace todo lo posible por evitar esa situación u objeto que causa ansiedad y
malestar.

Existen distintos tipos de fobias, por ejemplo, la aracnofobia (fobia a las arañas) o la
coulrofobia (miedo a los payasos). Esto se debe a que estos tipos de trastornos de ansiedad
adoptan tantas formas como conceptos diferentes crea la mente humana, y a partir de estos
conceptos se crean las fobias a ciertos fenómenos naturales o sociales.
​•Causas
No está del todo claro cuáles son las causas de los trastornos de ansiedad. Ciertas
experiencias de vida, como acontecimientos traumáticos, parecen provocar los trastornos
de ansiedad en personas que ya son propensas a la ansiedad. Los rasgos heredados
también pueden ser un factor.

Causas médicas
Para algunas personas, la ansiedad puede estar relacionada con un problema de salud
oculto. En algunos casos, los signos y síntomas de ansiedad son los primeros indicadores
de una enfermedad. Si el médico sospecha que la ansiedad que tienes puede tener una
causa médica, quizás te indique análisis para buscar los signos del problema.
Algunos ejemplos de problemas médicos que pueden estar relacionados con la ansiedad
incluyen los siguientes:

Enfermedad cardíaca
Diabetes
Problemas de tiroides, como el hipertiroidismo
Trastornos respiratorios, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o el
asma
Uso inadecuado de sustancias o abstinencia
Abstinencia del alcohol, de medicamentos contra la ansiedad (benzodiazepinas) o de otros
medicamentos
Dolor crónico o síndrome de intestino irritable
Tumores poco frecuentes que producen hormonas de reacción de “luchar o huir”
En ocasiones, la ansiedad puede ser un efecto secundario de algunos medicamentos.

Es posible que la ansiedad que te aqueja esté causada por una enfermedad oculta en los
siguientes casos:

Si no tienes parientes consanguíneos (como padres o hermanos) que tengan trastornos de


ansiedad
Si no tuviste un trastorno de ansiedad en la infancia
Si no evitas ciertas cosas o situaciones a causa de la ansiedad
Si la ansiedad se presenta de forma repentina sin estar relacionada con los eventos de la
vida o si no tienes antecedentes de ansiedad

Y qué tipo de ventajas son?


Principalmente son ventajas emocionales que satisfacen las necesidades de tu niño interior
o de tu inconsciente. Suponiendo que de niño/a no recibiste la atención que tu necesitabas
para sentirte reconocido, y que gracias a la ansiedad, empiezas a recibir atención de tus
seres queridos, es ahí que tu niño interior dice “si, ya tengo lo que necesito”, y dejar de
tener ansiedad, implicaría dejar de recibir atención, entonces… ahí es donde se empieza a
complicar el asunto.

Otros ejemplos de ventajas o ganancias de la ansiedad son:

poder estar en casa sin enfrentarme al mundo


que los demás se preocupen y ocupen de mi
dejar el trabajo o los estudios (los cuales en un inicio ni me gustaban)
razón por la cual justificar el no tener relaciones sexuales con tu pareja
motivo para salir corriendo de la reunión o lugar en el que estás (el cual en el fondo no te
gustaba)
dejar de ir a los lugares, que en el fondo tampoco te gustaban
tener algo por lo cual victimizarte o echarle culpas o el enojo no expresado a tu familia
por un momento en tu vida, se trata de ti, y no de los demás
decir que no a lo que quieres decir que no, porque estás “enfermo” no por mala persona
ubicarte en un estado de confort.
Necesitarás observar en tu interior cuáles son las ventajas y ganancias secundarias que
recibes, y preguntarte si estás dispuesto a dejar de recibirlas y enfrentarte a tus miedos, y
cubrir tus necesidades de otra forma, o sea, hacer lo que quieres hacer sin pretextos, pedir
un cariño simplemente porque sí y no porque “lo necesitas urgentemente”.

Por ejemplo, para realmente liberarte de la ansiedad necesitarás:

dejar de querer que todo gire alrededor de ella o de ti


atreverte a decir que no quieres ir a algún lugar o estar con alguna persona, simplemente
porque no quieres
enfrentar el hecho de que estás entrando a la vida adulta o que ya eres adulto, y ver la
forma en que tus responsabilidades no sean tan pesadas
pedirle a tus seres queridos el amor, la atención, el cuidado o los abrazos, simplemente
porque quieres recibirlos, más no porque te sientas mal y los necesites
descubrir que estar sólo no es peligroso, aprender a estar contigo mismo
dejar de echarle la culpa a los demás, sanar tu enojo aplicando el perdón, y hacerte
responsable de ti mismo
confiar en que puedes hacerte responsable de ti mismo, reconocer quién eres, tus
habilidades y cualidades
darte a ti mismo el amor, la atención, el cariño y respeto que estás buscando
dejar de preocuparte por los demás y cargar sus responsabilidades, simplemente porque
sabes que es lo mejor para ti y para ellos

NORMAS BÁSICAS PARA LA PREVENCIÓN DE PROBLEMAS DE ANSIEDAD Y


ESTRÉS

Dr. Antonio Cano Vindel

La ansiedad y el estrés dependen de múltiples factores, tanto situacionales como


personales, por lo tanto son muchas las variables sobre las que podemos incidir para
conseguir prevenir o reducir la ansiedad y el estrés.

A nivel personal y de manera muy general, si tenemos en cuenta ambos tipos de factores
(situaciones e individuos) cabría señalar algunas variables importantes sobre las que
podemos incidir:

1. La dieta:

Conviene comer sano, evitando las comidas que sobrecargan a nuestro organismo con
pesadas digestiones u otras consecuencias negativas a corto, medio o largo plazo
(obesidad, colesterol, etc.)

Usar el tiempo de comer como momento de descanso y ruptura con nuestras actividades
profesionales
Es bueno aprovechar la comida para hacer vida social y familiar

No abusar del alcohol en las comidas

2. Descanso:

Dormir lo suficiente, en torno a ocho horas

Tomar vacaciones y fines de semana como tiempo de ocio y descanso

Fomentar las relaciones sociales como alternativa al trabajo

Dejar el trabajo en la oficina (tanto los papeles, como las preocupaciones)

3. Ejercicio físico:

La práctica moderada de algún deporte o ejercicio físico ayuda a relajarnos

Andar todos los días al menos treinta minutos

Utilizar las actividades de ejercicio físico para airearnos (naturaleza) y airear nuestros
pensamientos charlando relajadamente con familiares o amigos

4. Organización:

La organización del tiempo y de nuestras actividades, estableciendo horarios, es


fundamental para poder descansar, no estar preocupados, no sufrir continuos sobresaltos,
olvidos importantes, etc.

No llegar tarde a las citas, contando con los pequeños retrasos habituales para estar a
tiempo

Saber seleccionar actividades cuando no podemos hacer todo

5. Solución de problemas y toma de decisiones:

No dejar pasar los problemas: afrontarlos de una manera más activa o más pasiva, pero
decidiendo qué es lo mejor en cada caso

Tomar decisiones siguiendo un proceso lógico: planteamiento del problema, análisis de


alternativas (pros y contras), elección de la menos mala. No volver atrás
No analizar continuamente el problema o las alternativas: esto produce ansiedad

6. Interpretación de situaciones y problemas:

El estrés que nos produce un problema o situación depende de las consecuencias que
prevemos, pero a veces exageramos las consecuencias negativas (hipervaloramos la
probabilidad de que ocurra algo malo, hacemos un análisis catastrofista de las
consecuencias, realizamos una interpretación negativa de una situación ambigua, llevamos
a cabo anticipaciones negativas y empezamos a sufrir un problema que no existe, etc.)

Si estamos nerviosos: entender que es natural, la ansiedad es tan natural como el miedo, la
alegría o el enfado, y no preocuparnos aún más porque estamos activados o nerviosos

Actuar con naturalidad, no evitar los problemas, no estar preocupados por lo que los otros
puedan pensar de nosotros o de nuestro problema

Es bueno saber que los demás no perciben nuestros síntomas de ansiedad con la misma
intensidad que nosotros los estamos experimentando

Es bueno pensar que los demás también tienen ansiedad y que cuando nosotros notamos
su ansiedad no les condenamos (¿por qué tenemos que ser más severos con nosotros
mismos que con otros?)

No añadir elementos accesorios al problema

7. Atribuciones y autoestima:

Si hemos hecho bien una cosa, reconocer nuestra propia autoría y felicitarnos por ello (no
ha sido la suerte, sino nuestro esfuerzo y nuestra capacidad)

Si hemos hecho mal una cosa, no echar balones fuera, reconocer que hemos actuado mal
en esta ocasión, analizar nuestros errores y corregirlos, sin culpas, sin pensamientos
negativos sobre uno mismo ("esta vez lo he hecho mal, debo corregirlo")

Es bueno querernos y tratarnos bien

8. Relaciones con los demás (pareja, amigos, compañeros, familia, etc.):

Reforzar las conductas positivas de las personas de nuestro entorno, con aprobación,
halagos, sonrisas, pequeños detalles, etc.
Corregir las conductas negativas de las personas de nuestro entorno, dándoles la
información a tiempo y nuestra desaprobación, pero sin broncas, sin culpas, ni otros
castigos

No sacar continuamente los problemas del pasado, las culpas de los demás (ya los
perdonamos)

Recordar siempre que una pareja en crisis intercambia muchos castigos y pocos refuerzos,
justo lo contrario de una pareja sin problemas

9. Entrenamiento específico en técnicas de control de ansiedad y estrés:

Practicar la relajación con cierta asiduidad en los momentos en los que nos encontramos
peor, dedicándonos algún tiempo a nosotros mismos

Leer algún libro bueno de autoayuda para aprender a pensar bien, eliminando algunos
pensamientos erróneos, ideas irracionales, etc., que nos estresan

Exponerse poco a poco a las situaciones que tenemos pánico

Aprender a decir no, cuando nos cuesta mucho, pero sabemos que es mejor decir no

Practicar nuestras mejores habilidades sociales

Si tenemos dificultades, no sabemos poner en marcha estas actividades que nos pueden
ayudar a controlar nuestro estrés, a reducir nuestra ansiedad, ponernos en manos de un
buen especialista. Si seguimos sus indicaciones, nos ayudará a recuperar el bienestar y la
salud

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