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oduce conn fines estrrictamente académic cos y es
para uso exclusivo de los estu
udiantes de la materria Derecho Procesa al I de la
Facultadd de Dere echo y Ciencias S Sociales de
d la Univversidad Iccesi, de
acuerdo con el Artíículo 32 de
e la Ley 23
3 de 1982. Y con e el Artículo 22
2 de la
Decisión 351 de la Comisión del Acuerd do de Cartaagena.

ARTÍCUL
LO 32:

“Es perm mitido utiliza


ar obras literarias o artísticas o parte de e ellas, a título
t de
ilustración en obrass destinadas a la enseñanza, por p medio de publica aciones,
emisiones o radiodifusiones o grabacio ones sonorras o visua ales, dentro
o de los
límites juustificadoss por el fin
f propue esto o co omunicar ccon propó ósito de
enseñanzza la ob bra radiodifundida para fin nes escollares edu ucativos,
universitaarios y de formación
f personal sin
s fines de lucro, co on la obligaación de
menciona ar el nombre del auto or y el título
o de las assí utilizadass”.

Artículo 22
2 de la De
ecisión 351
1 de la Com
misión del Acuerdo C
Cartagena..

ARTÍCUL
LO 22:

Sin prejuicio de lo dispuesto en el Cap pítulo V y en el Artícculo anteriior, será


lícito realizar, sin la
l autoriza ación del autor
a y sin
n el pago de remun neración
alguna, loos siguienttes actos:

b) Repro oducir por medio reprográficcos para la enseñ ñanza o para la


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o indirecttamente fin
nes de lucrro;...”.
DERECHO PROCESAL
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CONTEMPORANEO
GRUPO DE INVESTIGACIONES EN DERECHO PROCESAL

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UNIVERSIDAD DE MEDELLlN UfllVERSIDAD DE MEDELLíN


DERECHO PROCESAL CONTEMPORÁNEO

la. edición 2010


© Universidad de Medellín
© Diana María Ramírez Carvajal
© Monica María Bustamante Rúa
© Liliana Damaris Pabón Giraldo
© Juan Gabriel Rojas López
© Lina María Velásquez Restrepo
© Óscar Soto Soto

ISBN: 978-958-8348-90-2

Editor:
Leonardo David López Escobar
Dirección electrónica: ldlopez@udem.edu.co
Universidad de Medellín. Medellín, Colombia
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Corrección de estilo:
Lorenza Correa Restrepo
lorenzacorrea@une.net.co

Diagramación:
Hernán D. Durango T.
hernandedurango@gmail.com

Impresión:
Señal Ediciones S.A.
Cra. 40 N" 58A-28
TeI.: 2549871
e-mail: senalediciones@une.net.co
Medellín, Colombia

Todos los derechos reservados.


Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, por ningún medio inventado o por inven-
tarse, sin el permiso previo y por escrito escrito de la Universidad de Medellín.

Hecho el depósito legal.


CAPÍTULO 2
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

Mónica María Bustamante Rúa

INTRODUCCIÓN
La Constitución Política consagra un conjunto de valores y principios que trazan
la concepción de la función judicial y del proceso judicial bajo la dirección del
juez!; ¿por qué entonces es importante el estudio sistemático de los principios
procesales? Una respuesta puntual es proporcionada por la Corte Constitucional
al decir:
El aumento de la complejidad fáctica y jurídica en el Estado contemporáneo
ha traído como consecuencia un agotamiento de la capacidad reguladora de
los postulados generales y abstractos. En estas circunstancias la ley pierde su
tradicional posición predominante y los principios y las decisiones judiciales,
antes considerados como secundarios dentro del sistema normativo, adquieren
importancia excepcional. Esta redistribución se explica ante todo por razones
funcionales: no pudiendo el derecho, prever todas las soluciones posibles a
través de los textos legales, necesita de criterios finalistas (principios) y de
instrumentos de solución concreta (juez) para obtener una mejor comunicación
con la sociedad 2 •

Como lo expresa Beatriz Quintero de Prieto, para remltlrnos al estudio


de los principios en el derecho procesal, cabe recordar que el concepto de

La Constitución de 1991 además de introducir cambios orgánicos en la rama judicial. consagró


una serie de valores, principios, derechos y acciones que necesariamente originan una nueva
concepción de la función de administrar justicia ... para avanzar a una justicia material. donde
el proceso judicial. bajo la dirección de un gran protagonista, el juez, es un instrumento real
y eficaz para el cometido de su creación. En: RAMÍREZ GÓMEZ, José Fernando. Principios
constitucionales de derecho procesal colombiano. Investigación en torno a la Constitución Política
de 1991. Bogotá: Señal Editora, 1999. p. 20.
2 Sentencia T-406 de 1992.

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Mónica María Bustamante Rúa

"principios" 3 ha tenido variaciones, pues no desde siempre, ni en todos los


sistemas y disciplinas, ha existido consenso acerca del sentido de la palabra
"principio". En ese sentido, tanto el "positivismo" como el "iusnaturalismo",
asumen posturas frente a la discusión en torno a los "principios".
En ese sentido, encuentra la procesalista Quintero que el iusnaturalismo ha
considerado los principios como postulados expresivos deuna verdad universal; de
otro lado, muestra cómo para la escuela analítica rígida tradicional, los principios
sólo son derecho positivo implícito a la falta de regulación legal. obtenido como
analogía iuris. Aprecia Beatriz Quintero, que hoyes posible afirmar que no
existen ni un iusnaturalismo ni un positivismo "puro", pues cualquiera de las
posturas extremas ha cedido hasta lograrse cierta aproximación 4 •

2.1. DIFERENCIA ENTRE UNA REGLA Y UN PRINCIPIOs


Cuando se aborda el estudio de los principios, necesariamente surge una
pregunta, y es precisamente la relacionada con la distinción entre una regla
y un principi06 . Al respecto se suele afirmar que la noción genérica de norma
"Ni en el lenguaje del legislador ni en el de los jueces ni en el de la teoría del derecho, existe un
empleo mínimamente uniforme de la expresión "principios" (... ) por ejemplo, reciben el nombre
de principios las normas que se suponen axiológicamente más fundamentales (la libertad o la
justicia), las más generales o que inspiran amplios sectores del ordenamiento (la autonomía de la
voluntad o el principio de culpabilidad), las que indican los fines de la acción estatal (el bienestar
o el pleno empleo), las más vagas o que presentan indeterminado el supuesto de hecho de su
aplicación (igualdad), las que recogen algunos tópicos interpretativos (lo accesorio sigue a los
principal, argumento a fortiori)". PRIETO SANCHIS, Luis. Diez argumentos a propósito de los
principios. En: Jueces para la Democracia, N° 26, 1996.
QUINTERO, Beatriz, PRIETO, Eugenio. Teoría general del derecho procesal. 4" ed. Bogotá:
Editorial Temis S. A., 2008, p. 106.
En torno a la distinción entre reglas y principios, existen posiciones varias que transitan entre
el iusnaturaJismo y el positivismo: así por ejemplo, es tradicional escuchar acerca del debate
presentado entre HART y DWORKIN, así como encontrar análisis que transitan entre uno y otro
extremo. " ... jurisprudencia de principios" o "constitucionalismo" de principios. Esta perspectiva
surge de la observación de las insuficiencias que se plantean en un universo normativo constituido
exclusivamente por proposiciones deónticas dotadas de un supuesto de hecho y una consecuencia
jurídica, tal como habían pretendido los positivistas del siglo pasado y comienzos del siglo
presente. Partiendo de allí se llegó a sostener que la práctica judicial mostraba que junto a las
normas así definidas, cuya existencia no se negaba (a las que se denominó "reglas"), existían
otras con una estructura diferente, mucho más abierta y flexible (a las que se llamó "principios"),
de las que el positivismo no daba cuenta". En: CIANCIARDO, Juan. Principios y reglas: una
aproximación desde los criterios de distinción. Boletín Mexicano de Derecho Comparado, nueva
serie, año XXXVI, N° 108, septiembre-diciembre de 2003, pp. 891-906.
Según Robert Alexy, la distinción entre principios y reglas "Constituye la base de la fundamentación
iusfundamental y es una clave para la solución de problemas centrales de la dogmática de los
derechos fundamentales. Sin ella, no puede existir una teoría adecuada de los límites, ni una
teoría satisfactoria de la colisión y tampoco una teoría suficiente acerca del papel que juegan
los derechos fundamentales en el sistema jurídico". ALEXY, Robert. Teoría de los derechos
fundamentales. Primera reimpresión. Traducción de Ernesto Garzón Valdés. Madrid: Centro de
Estudios Constitucionales, 1997. p. 81.

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PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

comprende los conceptos de regla y principio, conceptos que presentan las


siguientes características que los diferencias así 7:
Las reglas Los principios
Son normas que "ordenan una con- Son mandatos de optimización "que ordenan que
secuencia jurídica definitiva" algo se realice en la mayor medida posible, según
las posibilidades fácticas y jurídicas" 8.
Son normas de conducta que consa- Son normas de organización, mediante los cuales
gran imperativos categóricos o hipo- se unifica o estructura cada una de las institu-
téticos que deben ser exactamente ciones jurídicas que dan fundamento al derecho,
cumplidos en cuanto a lo que ellas a través de la condensación de valores éticos y
exigen, sin importar el ámbito fáctico de justicia.
o jurídico en el que se producen.
Se limitan a exigir un comportamien- Trascienden a la mera descripción de una con-
to concreto y determinado ducta prevista en un precepto jurídico, para darle
valor y sentido a muchos de ellos, a través de la
unificación de los distintos pilares que soportan
una institución jurídica.
Contienen un supuesto de hecho y No contienen supuestos de hecho, ni consecuen-
una consecuencia jurídica cias jurídicas.
Proporcionan los criterios para las ac- Proporcionan criterios para tomar posición ante
ciones, indican cómo se debe o no, situaciones concretas que de antemano son in-
cómo se puede o no actuar en deter- determinadas.
minadas circunstancias, asimismo,
establecen las consecuencias que de
operar el supuesto se darían.
Configuran el caso de manera cerrada Configuran el caso de manera abierta.

Las reglas exigen un cumplimiento Los principios no determinan la solución del caso,
pleno, pudiendo ser cumplidas o no sino que sólo proporcionan bases o criterios para
cumplidas la solución.
El conflicto de reglas se decide me- El conflicto entre principios se soluciona teniendo
diante fórmulas legales establecidas en cuenta la dimensión de peso en consideración
previamente (ley posterior, ley an- a la adecuación con el caso y los valores y fines
terior, etc.)B. subyacentes lO •

Sentencia T-406 de 1992. Magistrado ponente Ciro Angarita Barón.


8 Robert Alexy precisamente ha caracterizado los principios como "mandatos de optimización"
ALEXY, Robert. Op. Cit., p. 86.
Un conflicto de reglas "solo puede ser solucionado o bien introduciendo en unas reglas una
cláusula de excepción, que elimina el conflicto o declarando inválida, por lo menos, una de las
reglas". ALEXY, Robert. Op. Cit .. p. 88.
10 "Cuando un principio colisiona con otro, el juez no sólo no juzga sobre la validez, sino que no
puede, en cierto sentido, dejar de aplicar ninguno de los dos. Decidirá Luego de una ponderación,
la precedencia de uno sobre otro, pero sin anular al que no se ha preferido", En: CIANCIARDO,
Juan. Principios y reglas: una aproximación desde los criterios de distinción. Boletín Mexicano
de Derecho Comparado, nueva serie, año XXXVI, N° 108, septiembre-diciembre de 2003,
pp. 891-906.

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Mónica María Bustamante Rúa

De allí que se sostenga que los principios son normas que condicionan el
desarrollo de todas las demás y conservan su función perfeccionadora del
ordenamiento jurídico, operan cuando las otras normas no están en condición de
desarrollar su función reguladora, sirven para superar las dudas interpretativas,
colman lagunas y resuelven contradicciones.
Sin embargo, tal distinción en la teoría jurídica, ha resultado compleja; así,
desde la perspectiva de Hart y Dworkin se suelen identificar los siguientes
hitosl l :
Hart Dworkin
Los casos difíciles tienen su origen en la va- No todos los casos difíciles tienen su ori-
guedad de un término de una regla jurídica. gen en la vaguedad de un término de una
En los casos difíciles los jueces tienen po- regla jurídica.
deres discrecionales'2. Es erróneo afirmar que en los casos difíciles
los jueces tienen poderes discrecionales13 .
El derecho es un conjunto de reglas iden- No todas las normas jurídicas son reglas
tificable mediante una única regla de re- precisas como las que consagran tipos pena-
conocimiento. les o requisitos procesales. En la legislación
Concepción del derecho como reglas de yen la práctica jurídica, existen igualmente
reconocimiento por su origen o linaje, por "principios.
su conformidad con normas ubicadas en Los principios no pueden ser identificados
niveles jerárquicos superiores del ordena- mediante una regla social de reconocimiento.
miento jurídico
Ese conjunto de reglas válidas agota el con- Los jueces, en los casos difíciles, no tienen
tenido del derecho, de tal forma que cuando discrecionalidad para crear derecho; por
no existe una regla claramente identificada el contrario, deben aplicar los principios
por referencia a una regla de reconocimien- vigentes en el sistema jurídico.
to, los jueces tienen discrecionalidad para
decidir el caso.

11 HART, H. 1. A., DWORKIN, Ronald. La decisión judicial. El Debate Hart-Dworkin. Estudio


Preliminar, César Rodríguez. Santa Fe de Bogotá: Siglo del Hombre Editores: Facultad de Derecho.
Universidad de los Andes, 1997.
12 "Hart sostiene que debido a que la vaguedad es una característica inherente al lenguaje jurídico y
a que en la decisión de los casos difíciles existe más de una interpretación razonable, cuando estos
llegan a los estrados judiciales los jueces tienen discrecionalidad para escoger la interpretación
que consideren más apropiada. Cuando la regla aplicable es imprecisa, el juez no tiene otra
salida que escoger prudentemente la opción que estime adecuada. En estas circunstancias
excepcionales, el juez no está aplicando el derecho -porque las reglas no le indican una u otra
dirección-, sino creándola para el caso concreto". HART, H. 1. A., DWORKIN, Ronald. Op. Cit.,
1997, p. 34.
13 "Las partes en un proceso tienen derecho a obtener una solución acorde con el ordenamiento
jurídico preexistente; este derecho opera tanto en los casos fáciles como en los difíciles y, por
tanto, los jueces no gozan de discrecionalidad ni poderes excepcionales de creación de normas
jurídicas". HART, H. L. A, DWORKIN, Ronald. Op. Cit, p. 35 .

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PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

Hart Dworkin
Los derechos y las obligaciones pueden de- Aunque no existan reglas aplicables al
rivarse sólo de reglas jurídicas cuya validez caso concreto, siempre existirán principios
puede ser afirmada claramente en términos que lo sean y, en consecuencia, una de las
de la regla de reconocimiento; por lo tanto, partes en un litigio tendrá derecho a que
en los casos difíciles en los que no existe el juez reconozca en su sentencia que esos
una regla semejante no es posible afirmar principios le dan la razón.
que alguna de las partes tiene un derecho
a que el caso sea decidido a su favor.
Hart llama "reglas jurídicas" a las normas Esta distinción entre reglas primarias y
identificables mediante la "regla de reco- secundarias no permite distinguir dos
nacimiento". tipos de normas que los jueces y abogados
Las reglas pueden ser primarias (imponen utilizan de manera diferente en la práctica
deberes) o secundarias (otorgan facultades jurídica, esto es, las reglas de los principios.
para la creación, extinción, modificación o
fijación de efectos de las reglas primarias).

Así. desde el planteamiento de Dworkin se suelen hacer las siguientes


distinciones entre los principios y las reglas14 :la primera es una distinción
lingüística, pero de acuerdo con Dworkin, la distinción se encuentra en un nivel
lógico que tiene los dos aspectos que se anotan en segundo y tercer lugar 15 :

Reglas Principios

Las reglas están redactadas en términos El principio puede emplear expresiones de


más concisos que los principios, determi- textura más abierta y no ofrece elementos
nando con precisión las condiciones de su de modo y lugar para su aplicación.
aplicación.

Las reglas operan dentro de un esquema Los princIpIOs en cambio no siguen la


de "todo o nada". lógica de todo o nada.
Si se dan los hechos estipulados por una El principio no determina automáticamen-
regla: te que siempre que se dé una situación en
la que él esté en juego, el resultado debe
al o bien es válida, y por tanto, el resul-
ser su protección es posible que un prin-
tado que prevé debe ser alcanzado en el
cipio entre en colisión con otro principio.
caso concreto.

14 Algunas críticas a su postura. se pueden leer en: PRIETO SANCHÍS, Luis. Teoría del derecho y
filosofía política en Ronald Dworkin (comentario al libro de R. Dworkin Los derechos en serio.
traducción de Marta Guastavino, editorial Ariel. Barcelona, 21984), Revista Española de Derecho
Constitucional. ISSN 0211-5743, Año 5. N° 14, 1985. pp. 353-378.
15 HART. H. L. A. DWORKIN. Ronald. La decisión judicial. El debate Hart-Dworkin. Estudio
Preliminar. César Rodríguez. Santafé de Bogotá: Siglo del Hombre Editores: Facultad de Derecho.
Universidad de los Andes. 1997. En: Las reglas y los principios. La omisión de Hart y la Crítica de
Dworkin: ¿son distintos los principios y las reglas? pp. 48 Y ss.

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Mónica María Bu.namante Rúa

Reglas Principios
b) o bien es inválida y, por ende, no tienen La inaplicación de uno de los princIpIOs
ninguna incidencia en el caso. en colisión no implica que desaparezca
del sistema jurídico, como sí sucede con
El nexo entre hechos y conclusión jurídica
las reglas que son derogadas por otras de
a través de una regla es automático.
contenido contrario. El principio conserva
La lógica de todo o nada hace imposible su vigencia y puede prevalecer en otros
que coexistan dos reglas contrarias en el casos.
mismo sistema jurídico.
A diferencia de las reglas, los principios
Las reglas se aplican o no se aplican; si no establecen un nexo directo entre he-
una regla interfiere en el campo de apli- chos y conclusión jurídica; generalmente
cación de otras, o bien la reemplaza o bien es necesario hacer, en una instancia inter-
establece una excepción a ella. media del razonamiento, una comparación
de principios encontrados.
Las reglas son conclusivas.
Los principios son no conclusivos. La com-
paración entre principios no se resuelve a
través de la supervivencia de uno de ellos
y la supresión del otro; los dos principios
sobreviven, aunque sólo uno prevalezca
en el caso concreto.

Las reglas carecen de la dimensión de La aplicación de los principios hace nece-


peso. Cuando dos reglas entran en con- sario pesar o ponderar su valor relativo
flicto, no tiene sentido preguntarse cuál en unas circunstancias determinadas l6 .
de las dos tienen mayor importancia en
el caso, las únicas preguntas que tienen
sentido en este contexto son: ¿deroga una
regla la otra?, y ¿es una regla una excep-
ción a otra? La respuesta afirmativa a una
de las dos preguntas resuelve el problema.

En ese sentido se entiende, que las dos distinciones propuestas, esto es


en primer lugar, el carácter conclusivo de las reglas y el no conclusivo de los
principios, y en segundo lugar, la dimensión de peso que caracteriza a los
principios, son esencialmente el fundamento de la división o diferenciación de
las normas jurídicas que propone Dworkin 17•
16 Dworkin se refiere al "pesaje" de principios, Robert Alexy desarrolla la teoría de la ponderación.
En: HART, H. L. A., DWORKIN, Ronald. La decisión judicial. El Debate Hart-Dworkin. Estudio
Preliminar, César Rodríguez. Santa Fe de Bogotá: Siglo del Hombre Editores: Facultad de Derecho.
Universidad de los Andes, 1997. Pie de página 96. p. 51.
17 "El autor no se conforma con descubrirnos la presencia de los principios en el razonamiento
jurídico, sino que procura caracterizarles como modelos de comportamiento "lógicamente"
diferenciados. Existe una distinción lógica entre normas y principios: las primeras son aplicables
a la manera de disyuntivas, de ·'todo o nada", mientras que los segundos ofrecen únicamente
razones para inclinarse en favor de una cierta solución. Por ello, en segundo lugar, "cuando se da

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PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

No obstante, se señalan dos matices, sin los cuales "la oposición entre
reglas y principios resultaría excesiva". En primer lugar, se destaca, que no
siempre es claro delimitar si una norma es un principio o es una regla; de allí
que algunos teóricos sostengan que la diferencia entre principios y reglas es
predominantemente funcional (no lingüística, ni lógica), pues depende del papel
que las normas juegan en cada caso concreto. En segundo lugar, se plantea
que es posible que se presenten también conflictos entre reglas y principios:
"Los conflictos entre regla-principio son resueltos mediante el esquema de las
colisiones entre principios. Para ello, la ponderación se hace no entre la regla y
el principio, sino entre éste y el principio que subyace de la regla"IB.
Ahora bien, Habermas, explica la distinción entre "regla" y "principio"
que plantea Dwokin; reflexiona frente a los principios que los mismos no
pueden leerse simplemente como mandatos de optimización, pues ello haría
desaparecer el sentido deontológico de su validez:
Las reglas son normas concretas. determinadas ya pensando en su aplica-
ción específica. como. por ejemplo, los preceptos relativos a la forma, en la re-
dacción de los testamentos, mientras que los principios representan directivas
jurídicas (como la dignidad humana, el trato igual etc.) de tipo general. que
siempre necesitan interpretación. Tanto las reglas (normas). como esos pos-
tulados generales (principios) son mandatos (o prohibiciones. o permisiones).
cuya validez deóntica expresa el carácter de obligación. La distinción entre
esos dos tipos de reglas no debe confundirse con la distinción entre normas
y fines u objetivos. Los principios, lo mismo que las reglas, no tienen una
estructura teleológica. Y no deben entenderse -en contra de lo que sugiere
la apelación a la "ponderación de bienes" en las habituales Methodenlehren o
"metodologías jurídicas"- como mandatos de optimización, pues con ello se
desvanecería el sentido deontológico de su validez'".

un conflicto entre dos normas. una de ellas no puede ser válida" (9). mientras que en los principios
es necesario ponderar en cada caso el "peso" o importancia. de modo que su postergación ante
un principio diferente no implica pérdida de vigor. Lo que supone, por tanto, que las normas
constituyen tipos (estándares) fuertes. en el sentido de que ofrecen una razón suficiente para
decidir el supuesto controvertido; los principios. en cambio. se presentan como modelos débiles.
razones necesarias para decidir. pero que han de combinarse con otros elementos o criterios (lO).
Finalmente. lo que pudiéramos llamar. tal vez impropiamente. la validez de los principios no
se obtiene atendiendo a su origen. sino más bien a su contenido. de acuerdo con un complicado
procedimiento de búsqueda de la "más sólida" teoría del Derecho. Con todo, normas y principios
presentan una fisonomía común en el ámbito de la decisión judicial: ambos establecen derechos y
obligaciones vinculantes para el juez; éste los descubre. no asume una función creativa". PRIETO
SANCHÍS. Luis. Op. cit" pp. 356-357.
18 HART, H.L.A., DWORKIN. Ronald. La decisión judicial ... Op. cit.. p. 53.
19 HABERMAS, JÜnter. Facticidad y validez. Sobre el derecho y el Estado democrático de derecho en
términos de teoría del discurso. 3" ed. Colección Estructuras y Procesos. Serie Filosofía. Madrid:
Editorial Trotta, 2001. p. 278.

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Mónica María Bustamante Rúa

En ese sentido, plantea Habermas que tanto las reglas como los principios
sirven por igual como argumentos en la fundamentación de decisiones; sin
embargo anota que les corresponde un papel diferente desde una perspectiva
de lógica de la argumentación, y al respecto señala:

Pues las reglas ofrecen siempre un componente condicional que específica


las condiciones de aplicación, las cuales condiciones (sic) representan rasgos
típicos de situaciones, mientras que los principios, o bien se presentan con
una pretensión de validez inespecífica, o, en lo que respecta a su ámbito de
aplicación, sólo vienen restringidos por condiciones muy generales, y en todo
caso necesitadas de interpretación. Ello explica la diferencia característica, que
Dworkin subraya, en el comportamiento de las reglas y principios en caso de
colisión. Un conflicto entre reglas sólo puede resolverse, o bien introduciendo
una cláusula de excepción, o bien declarando no válida una de las reglas en
conflicto. Tal decisión, todo o nada, no es necesaria en caso de un conflicto de
principios. Ciertamente, goza de primacía el principio que en cada caso venga
más a cuento, pero no por ello pierden su validez los principios desplazados
por él. Según sea el caso sobre el que versa la decisión, un principio tendrá
precedencia sobre otros principios. Entre principios se establece de caso
a caso un orden transitivo distinto, sin que por ello se vea afectada su
validez 20

Es desde allí de donde reflexiona Habermas que el positivismo llega a una


tesis falsa de autonomía, al explicar que el positivismo entiende el derecho
como un sistema cerrado de reglas que vienen ya determinadas pensando en
su aplicación específica, las cuales llevarían a que en caso de colisión de reglas,
se tomase una decisión de todo o nada, sujeta a la discrecionalidad del juez.

y es sólo esta concepción unidimensional del derecho como un sistema de


reglas exento de principios el que obliga a sacar la consecuencia de que las
colisiones de reglas traen consigo una indeterminación de la situación jurídica,
que sólo cabe eliminar en términos decisionistas. En cuanto se admiten
principios, y si se admite que cabe una justificación superior de las aplicaciones
de normas, efectuada a la luz de principios, y se reconoce, por tanto, a los
principios como ingredientes normales del discurso jurídico, desaparecen
tanto el carácter cerrado del sistema jurídico, como la irresolubilidad de los
conflictos entre reglas 21 .

20 Ibíd., p. 278.
21 lbíd., p. 279 .

• 56
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

Desde esa perspectiva, encuentra Habermas que Dworkin exige la


construcción de una teoría del derecho, no de una teoría de la justicia: "la tarea
no consiste en la construcción filosófica de un orden social fundado a partir de
principios de justicia, sino en buscar y hallar principios y objetivos válidos desde
los que un orden jurídico concreto pueda quedar justificado en sus elementos
esenciales, de suerte que todas las decisiones judiciales particulares puedan
acoplársele y ajustársele como ingredientes coherentes" 22.

Como se anunció, la complejidad de la distinción entre reglas y principios


ha llevado a que se asuman diferentes posiciones; por ejemplo, se encuentra
entre las críticas recientes de Aarion, pues según él, desde el punto de vista
lingüístico, las reglas y los principios configuran una escala que se divide en
cuatro segmentos aSÍ: "a) las reglas (R); b) los principios que parecen reglas
(RP); c) las reglas que parecen principios (PR); d) los principios (p)''23. En ese
orden de ideas, Aarion rechaza que los principios puedan ser definidos como
mandatos de optimización, así como critica la distinción entre principios y
reglas que se apoya en el modo de colisión, partiendo de la distinción entre
validez formal, validez por la vigencia o eficacia y validez axiológica 24.

2.2. DIFERENCIA ENTRE UN VALOR Y UN PRINCIPIO 25


Establecida aquella primera distinción, surge un segundo cuestionamiento y
es el relacionado con la distinción entre un valor y un principio; asimismo, en
paralelo se presentan algunas características que los diferencian desde su nivel
de eficacia, según lo planteó en su momento la Corte Constitucional, así:

22 lbíd' r p. 282.
23 "La distinción entre reglas y principios es sólo una cuestión de grado de generalidad y, por otra
parte, no hay fronteras sencillas y claras entre los subgrupos que forman las cuatro categorías
(R, RP, PR, P). Por el contrario, la aplicabilidad de una norma, se desdibuja progresivamente de
un segmento al siguiente. Una norma puede, en consecuencia, ser más RP que PR y viceversa"
En: Aarion A .. Reglas y Principios en el razonamiento jurídico" Anuario de Facultade de Dereito
da Universidade da Coruña 4, 2000. pp. 593-602. Citado por CIANCIARDO, Juan. Principios y
reglas ... Op. cit., pp. 891-906.
24 En: AARION A. Reglas y principios en el razonamiento jurídico. Anuario de Facultade de Dereito
da Universidade da Coruña 4, 2000. pp. 593-602. Citado por: CIANCIARDO, Juan. Principios y
reglas ... Op. cit., pp. 891-906.
25 Sentencia T-406 de 1992. Magistrado ponente Ciro Angarita Barón.
26 Sentencia T-406 de 1992. Magistrado ponente Ciro Angarita Barón.
27 Sentencia T-406 de 1992. Magistrado ponente Ciro Angarita Barón.

• 57
Mónica María Bustamante Rúa

Los valores 26 Los principios 27


Representan el catálogo axiológico a partir Son normas que establecen un deber ser
del cual se derivan el sentido y la finali- específico del cual se deriva un espacio de
dad de las demás normas del ordenamiento discrecionalidad legal y judicial.
jurídico; sobre ellos, se construye el fun-
damento y la finalidad de la organización.
Establecen fines, consagran prescripciones
jurídicas generales que suponen una deli-
mitación política y axiológica reconocida,
son pautas de interpretación.
Tienen una eficacia indirecta, solo son Por el hecho de tener mayor especificidad
aplicables a partir de una concreción ca- que los valores, tienen una mayor eficacia
suística y adecuada de los principios cons- y una mayor capacidad para ser aplicados
titucionales. de manera directa e inmediata.
Expresan fines jurídicos para el futuro. Expresan normas jurídicas para el pre-
sente.
"De este tipo son los valores de convi- "Son principios constitucionales, entre
vencia, trabajo, justicia, igualdad, cono- otros, los consagrados en los artículos
cimiento, libertad y paz plasmados en el primero y tercero: el Estado social de de-
preámbulo de la Constitución. También recho, la forma de organización política y
son valores los consagrados en el inciso territorial, la democracia participativa y
primero del artículo 2 de la Constitución pluralista, el respeto de la dignidad hu-
en referencia a los fines del Estado: el mana, el trabajo, la solidaridad, la preva-
servicio a la comunidad, la prosperidad lencia del interés general (artículo 1); la
general, la efectividad de los principios, soberanía popular y la supremacía de la
derechos y deberes, la participación, etc. Constitución (artículo 2). Ellos se refieren
Todos ellos establecen fines a los cuales a la naturaleza política y organizativa del
se quiere llegar. La relación entre dichos Estado y de las relaciones entre los go-
fines y los medios adecuados para conse- bernantes y los gobernados. Su alcance
guirlos depende, por lo general, de una normativo no consiste en la enunciación
elección política que le corresponde pre- de ideales que deben guiar los destinos
ferencialmente al legislador. No obstante institucionales y sociales con el objeto de
el carácter programático de los valores que algún día se llegue a ellos; su valor
constitucionales, su enunciación no debe normativo debe ser entendido de tal ma-
ser entendida como un agregado simbóli- nera que signifiquen una definición en el
co, o como la manifestación de un deseo presente, una base axiológico-jurídica sin
o de un querer sin incidencia normativa, la cual cambiaría la naturaleza misma de
sino como un conjunto de propósitos a la Constitución, y por lo tanto, toda la par-
través de los cuales se deben mirar las te organizativa perdería su significado y su
relaciones entre los gobernantes y los go- razón de ser". Sentencia T-406 de 1992.
bernados, para que, dentro de las limita- Magistrado ponente Ciro Angarita Barón.
ciones propias de una sociedad en proceso
de consolidación, irradien todo el tramado
institucional". Sentencia T-406 de 1992.
Magistrado ponente Ciro Angarita Barón

• 58
PR1NC1PlOS DEL DERECHO PROCESAL

Como lo plantea la procesalista Beatriz Quintero de Prieto, aunque el valor


y el principio responden a un sentido normativo, desde el punto de vista de la
filosofía se diferencian el valor y el principio, por el alcance que cada uno tiene,
esto es, mientras que los valores son categorías que más se adecuan a una
región, a un país, sin pretensiones de universalidad, con un sentido ideológico
y de sentimiento local de justicia material, el principio se caracteriza por su
pretensión de universalidad 28 .
En ese sentido anota Beatriz Quintero de Prieto que la denominada "teoría
de los valores" también conocida como "jurisprudencia de valores" está
en contravía con la comprensión según la cual "los derechos no se pueden
asimilar a valores". El Tribunal Constitucional alemán, siguiendo el derrotero
de las éticas materiales de los valores, entiende la consagración constitucional
correspondiente como un orden concreto de valores 29. De allí que precise que
en tal concepción se aluda a una ponderación de bienes 30 , en ese sentido, los
principios simplemente sientan un valor que debe ser realizado de manera
óptima, de manera que no puede deducirse de la misma norma y que por lo tanto
hace menester una ponderación orientada a fines. La interpretación del derecho
de los principios depende entonces de una orientación que le suministra el caso
concreto, pero como norma abierta necesita ser configurada y determinada por
el aplicador 31. El derecho fundamental tiene que tener validez universal; una
tal validez riñe con una indeterminación normativa; se evidencia que no pueden
asimilarse los dos conceptos: norma principio jurídico y valor.
En ese sentido, plantea Beatriz Quintero, en sus notas personales, que los
principios son normas superiores a cuya luz pueden justificarse otras normas
con un sentido deontológico; por su parte, los valores solo tendrían un sentido
28 Reflexiones de Beatriz Quintero de Prieto, en asesoría personal.
29 "El Tribunal Constitucional alemán entiende la Grundgesetz (fa Constitución) de la República
Federal de Alemania no tanto como un sistema de reglas estructurado por principios, sino,
recurriendo para elfo a las éticas materiales de los valores (del tipo de Max Scheler o Nicolai
Hartmann), Goma un "orden concreto de valores". De acuerdo con ello con la letra y con el tenor
de importantes sentencias del Tribunal Constitucional alemán, también Bockenforde entiende los
principios como valores: "las normas objetivas concernientes a principios" o "normas-principios
del orden jurídico objetivo" descansarían en "decisiones valorativas". HABERMAS, JÜnter.
Facticidad y validez. Op. cit., p. 327.
30 "Esta interpretación viene a ajustarse a una expresión algo laxa, pero habitual entre los juristas,
que hablan de una "ponderación de bienes" (Güterabwagung). Si los principios sientan un valor
que debe ser realizado de forma óptima, y si el grado de cumplimiento de este mandato de
optimización no puede obtenerse de la norma misma, pues la norma ni lo establece ni lo puede
establecer, la aplicación de tales principios en el marco de lo fácticamente posible hace menester
una ponderación orientada a fines. Pero como ningún valor puede pretender de por sí una
primacía incondicional sobre los demás valores, con tal operación de ponderación o sopesa miento
la interpretación del derecho vigente se transforma en el negocio de una realización de valore~',
que concretiza a éstos orientándose por el caso concreto". HABERMAS, JÜnter. Op. cit., p. 327.
31 Quintero, Beatriz. Notas personales.

• 59
Mónica María BU.5tamante Rúa

teleológico, esto es, son una especie de preferencias subjetivamente compar-


tidas que en determinados colectivos se consideran preferibles y que pueden
realizarse mediante una acción enderezada hacia ese fin. Es un concepto de
magnitud ÉTICA, sin validez absoluta universal. el que tiene que corresponder
a la norma-principio. Esta es la crítica de Habermas a la concepción de Alexy.
Para este, los derechos fundamentales son valores que consiguen reconoci-
miento intersubjetiva dentro de una cultura o de una forma de vida. La norma
principio hace alusión a una acción que es buena para todos y por consiguiente
obliga. Dworkin los entiende como principios deontológicos que regulan una
materia en interés de todos por igual 32 •
Así. Habermas 33 plantea las siguientes distinciones entre los "principios o
normas de orden superior" y los valores:

Principios o normas
Valores
de orden superior
A cuya luz pueden justificarse otras nor- Los valores tienen un sentido teleológico.
mas, tienen un sentido deontológico.

Las normas válidas obligan a sus destina- Los valores hay que entenderlos como
tarios sin excepción y por igual a practicar preferencias intersubjetivamente com-
un comportamiento que cumple expecta- partidas.
tivas generalizadas de comportamiento.
Los valores expresan la preferibilidad de
bienes que en determinados colectivos
se consideran deseables y que pueden
adquirirse o realizarse mediante una
acción enderezada a ese fin.

Las normas se presentan como una Los valores fijan relaciones de preferen-
pretensión binaria de validez y son, o bien cia que dicen que determinados bienes
válidas, o bien no válidas. son más atractivos que otros; de ahí que
nuestro asentimiento a los enunciados
valorativos consienta grados.

32 "Pero sin perjuicio de esta delimitación fáctica del ámbito de validez, los derechos fundamentales
cobran un sentido distinto según que se los entienda en el sentido de Dworkin como principios
jurídicos deontológicos, o en sentido de Alexy como bienes jurídicos optimizables. En tanto que
normas regulan una maeria en interés de todos por igual; en tanto que valores constituyen, en la
configuración que forman con otros valores, un orden simbólico en el que se expresan la identidad
y forma de vida de una comunidad jurídica particular. .. Quien hace agotarse una Constitución
en un orden concreto de valores desconoce su específico sentido jurídico; pues como normas
jurídicas, los derechos fundamentales, al igual que las reglas morales, están formados conforme
al modelo de normas obligatorias de acción, y no conforme al modelo de bienes apetecibles"
HABERMAS, Júnter. Facticidad y validez ... Op. cit., p. 329.
33 lbíd., p. 328 .

• 60
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

Principios o normas
Valores
de orden superior
La validez deontológica de las normas La atracción de los valores tiene el senti-
tiene el sentido absoluto de una obliga- do relativo de una apreciación de bienes
ción incondicional y universal: lo debido a la que se está habituado o que se ha
pretende ser bueno para todos por igual. adoptado en una determinada cultura o
en una determinada forma de vida: las
decisiones valorativas decisivas o prefe-
rencias de orden superior dicen qué es lo
que, consideradas las cosas en conjunto,
es buenos para nosotros (o para mí).

Distintas normas no pueden contradecirse Los diversos valores, en cambio, compiten


unas a otras si pretenden validez para el por ser los primeros; en la medida que
mismo círculo de destinatarios; tienen que consiguen reconocimiento intersubjetiva
guardar una relación coherente, es decir, dentro de una cultura o de una forma de
formar sistema. vida, constituyen configuraciones a la vez
flexibles y tensas.

A la luz de las normas puede decidirse A la luz de valores puede decirse cuál es
qué es obligatorio hacer. el comportamiento mejor y más recomen-
dable.

El problema de aplicación exige la selección El problema de aplicación exige la selec-


de la acción correcta, esto es, si partimos ción de la acción correcta, esto es, en rela-
de un sistema de normas válidas, la acción ción con una constelación valorativa típica
es buena para todos por igual. de nuestra cultura o de nuestra forma de
vida, "correcto", es aquel comportamiento
que en conjunto y a largo plazo es bueno
para nosotros.

En síntesis plantea Habermas que:


Las normas y valores se distinguen, pues, primero, por la referencia que,
respectivamente, hacen a la acción "deontológica". Es decir, a la acción sujeta
a obligaciones y a la acción teleológica; segundo, por la codificación, bien bina-
ria, bien gradual. de su pretensión de validez; tercero, por su tipo de carácter
vinculante absoluto en caso de normas, y relativo en caso de valores; y cuarto,
por los criterios a los que han de satisface los sistemas de normas, por un lado,
y los sistemas de valores, por otro. Porque las normas y valores se distinguen
en estas propiedades lógicas, de ello se siguen también importantes diferen-
cias en su aplicación".

34 Ibíd., pp. 328-329.

• 61
Mónica María Bustamante Rúa

Concluye la maestra Beatriz Quintero que el viejo iusnaturalismo no distingue


valory principio porque exige al valor la misma suprema validez universal, pero
en un pensamiento post metafísico (obra de Habermas) donde ya no juega la
metafísica, es bien difícil sostener tal entendimiento. Hoy no es posible pensar
en valores universales, dada su validez simplemente loca[35.

Para finalizar, vale la pena anotar que a partir de la distinción, también se


afirma que la positivización de valores y principios en un texto constitucional
les imprime un nivel importante de eficacia que no permite eludir su aplicación
ni realizar cualquier tipo de interpretación:l 6 •

2.3. PRINCIPIOS DE DERECHO PROCESAL DESDE LA DOCTRINA


En concreto para el derecho procesal sus principios generales, en palabras de la
maestra Beatriz Quintero de Prieto, se configuran en la garantía democrática del
derecho procesal y se corresponden con aquellos consagrados por el legislador
en los distintos ámbitos del derecho procesal:
Los principios generales del derecho procesal son los presupuestos polí-
ticos que determinan la existencia funcional de un ordenamiento procesal
cualquiera ...

Estos presupuestos generales concretan y mediatizan las garantías consti-


tucionales del derecho procesal yen cada uno de ellos hay un entroncamiento
directo con una norma fundamenta 3 ?

En ese sentido determinan las políticas orientadoras del derecho procesal,


tanto como directrices legislativas, como postulados para el conocimiento
y decisión de los procesos judiciales. Se destaca adicionalmente que

35 Ibíd.
36 ''Por otra parte. la interpretación y aplicación de las reglas jurídicas debe ajustarse a un orden
de valores previo y determinado. que está descrito en la Constitución. Además, los principios
de los cuales se han de extraer reglas también deben responder a estructuras constitucionales
claras e indiscutidas. Los valores y principios toman así un carácter institucional que ha de
impregnar las reglas jurídicas tanto a nivel estructural como funcional". En: FREIXES SANJUÁN,
Teresa, REMOTTI CARBONELL, José Carlos. Los valores y los principios en la interpretación
constitucional. Revista española de derecho constitucional, ISSN 0211-5743, N° 12, N° 35, 1992,
pp. 97-110.
··La positivación constitucional de los valores comporta, en cuanto a su estructura jurídica: (i) Su

transformación en reglas prescriptivas y vinculantes; (ii) Su condición de metanormas orientadas


a la producción de otras normas; (iii) La estabilidad de sus características estructurales; y (iv) Una
relación de complementariedad, y no de jerarquía" En: Alcalde Rodríguez. Enrique. Relación entre
valores y principios generales del Derecho en la interpretación constitucional de los derechos
fundamentales en Chile. Revista Chilena de Derecho. Vol. 35, N° 3, pp. 463-484, 2008.
37 QUINTERO, Beatriz, PRIETO, Eugenio. Teoría general del derecho procesal. 4" ed. Bogotá:
Editorial Temis S. A., 2008, p. 108 .

• 62
- - - - - - - - - - - -

PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

"El principio procesal es defendible en acción de tutela, en la inexequibilidad o


inconstitucionalidad y es abrazado por el sentido de inaplicabilidad, admitiendo
igualmente la aplicación directa del principio en los que se denominarían casos
difíciles, siempre en cumplimiento de la ponderación y la racionalidad que a la
postre no son cosa diversa del criterio de aplicación analógica"38.
Cuando se aborda el estudio de la doctrina en este tema, se observa fácilmente
que los teóricos solo con algunas coincidencias enlistan diferentes principios
generales del derecho procesal -incluso con el mismo alcance y significado le
asignan diferente denominación-; asimismo, enlistan como principios algunas
reglas o lo que en realidad corresponde a un sistema. Algunos ejemplos lo
demuestran:
Hernando Morales 39 enlistó como principios fundamentales del
procedimiento, el equilibrio procesal, el dispositivo, la actuación, la eventualidad,
el procedimiento escrito, la inmediación y la publicidad
- Marco Gerardo Monrroy Cabra 40 identificó entre los principios procesales
el de procedimiento oral o escrito, publicidad del proceso, los principios
fundamentales del derecho procesal, los principios fundamentales del
procedimiento, y los principios para los procesos laboral, penal y contencioso-
administrativo.
- Azula Camacho, sin definir el origen y clase del principio, identifica como
principios del procedimiento "el inquisitivo, el dispositivo, valoración de la
prueba, del medio probatorio, publicidad, contradicción, preclusión, impulso
procesal, adquisición, inmediación, economía procesal, probidad, impugnación,
congruencia, motivación de las sentencias y el de cosa juzgada". 41
- Por su parte, Hernando Devis Echandía expone los principios del derecho
procesal distinguiendo aquellos que sientan las bases del derecho procesal y
aquellos que miran a la organización del proceso. Entre los primeros identifica
los principios de interés público o general del proceso, el carácter exclusivo
y obligatorio de la función jurisdiccional del Estado, la independencia de la
autoridad judicial, la imparcialidad rigurosa de los funcionarios judiciales, la

3. QUINTERO, Beatriz, PRIETO, Eugenio. Teoría general del derecho procesal. 4" ed. Bogotá:
Editorial Temis S. A., 2008, p. 112.
39 MORALES M., Hernando. Curso de derecho procesal civil. 4 a ed. Bogotá: Editorial Lerner, 1985.
pp. 130-140.
40 MONRROY CABRA. Marco Gerardo. Principios del derecho procesal civil. Bogotá: Editorial Temis,
1988. pp. 37-59.
41 AZULA CAMACHO, Jaime. Manual de derecho procesal civil. Tomo I. Teoría general del proceso.
Bogotá: Editorial Temis, 1993. p. 66. También similar identificación de principios se puede
consultar en edición más reciente, AZULA CAMACHO, Jaime. Manual de derecho procesal civil:
Parte general. 8" ed. Bogotá: Editorial Temis, 2002. pp. 72-83.

• 63
Mónica María Bustamante Rúa

igualdad de las partes ante la ley procesal y en el proceso, la necesidad de oír a la


persona contra la cual va a surtirse la decisión y la garantía del derecho de defensa,
la publicidad del proceso, la obligatoriedad de los procedimientos establecidos
en la ley, las sentencias declaran derechos, el principio de verdad procesal, y el
de cosa juzgada. Entre los segundos -los que miran la organización del proceso-
identifica como principios: el principio dispositivo o inquisitivo, el principio de
valoración de la prueba por el juez de acuerdo con las reglas de la sana crítica,
la impulsión oficiosa del proceso, la concentración del proceso, la eventualidad
o preclusión, la inmediación, la oralidad o escritura, el interés para intervenir
en los procesos, el interés para pedir o contradecir una sentencia de fondo y
de la legitimación en la causa, el principio de la buena fe y la lealtad procesal,
el principio de impugnación, el principio de las dos instancias, la motivación
de la sentencia, la carga de la prueba -indubio pro reo-, la congruencia, la
humanización de la justicia judicial y la aceleración de los procesos 42 .

- Miguel Enrique Rojas Gómez 43 identifica como principios generales del


derecho procesal: a) igualdad de las partes, b) imparcialidad del juez, c)
lealtad procesal, d) contradicción, e) economía procesal, f) eficacia de los actos
procesales. En cuanto a las reglas técnicas del derecho procesal señala: a)
mediación-inmediación, b) oralidad y escritura, c) publicidad-reserva, d) única
instancia-instancia múltiple.

- Benigno Humberto Cabrera Acosta 44 parte de diferenciar los principios


fundamentales del derecho procesal de los principios fundamentales del
procedimiento. En los primeros destaca: el carácter exclusivo y obligatorio de la
función jurisdiccional, la independencia absoluta de los funcionarios judiciales, la
imparcialidad rigurosa de los jueces, la igualdad de las partes ante la ley procesal,
la necesidad de oír al demando o sindicado y la publicidad del proceso. En los
segundos relaciona: la obligatoriedad de los procedimientos establecidos en la
ley, el principio dispositivo-inquisitivo, la impulsión del proceso, la economía
procesal, la preclusión o de la eventualidad, la concentración, la inmediación, la
oralidad y la escritura, la verdad procesal, la cosajuzgada, el interés para intervenir
en un proceso, la contradicción o de la audiencia bilateral, la impugnación .

•\2DEVIS ECHAN DÍA, Hernando. Compendio de derecho procesaL Teoría general del proceso. Tomo
L Bogotá: Editorial Diké, 1994. pp. 37-64, similar clasificación se puede encontrar también en su
edición más reciente DEVIS ECHANDÍA, Hernando, Teoría General del proceso, aplicable a toda
clase de pr¡>ceso. Editorial Universidad de Buenos Aires. 2004.
43 ROJAS GÓMEZ, Miguel Enrique. Teoría del proceso. Bogotá: Universidad Externado de Colombia,

1997. pp. 176-196.


" CABRERA ACOSTA, Benigno Humberto. Teoría General del Proceso y de la Prueba. Santa Fe de
Bogotá: Ediciones Jurídicas Gustavo lbáñez C, 6' edición, 1996. pp. 63-76 .

• 64
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

- Luis Alonso Rico Puerta 45 destaca como principios procesales: el de


prevalencia constitucional, prevalencia del derecho sustancial sobre el derecho
procesal, libre acceso a la Administración de Justicia, interés público general
en el proceso, carácter exclusivo y obligatorio de la función jurisdiccional,
independencia de la autoridad judicial, imparcialidad, igualdad de las partes
frente a la ley procesal, necesidad de oír a la persona contra la cual ha de surtirse
la decisión y garantía del derecho de defensa, publicidad, obligatoriedad de los
procedimientos establecidos en la ley, las sentencias no crean sino que declaran
derechos, verdad procesal, cosa juzgada, dispositivo-inquisitivo, valoración de
la prueba conforme a la sana crítica, impulsión oficiosa del proceso, economía
procesal, concentración del proceso, eventualidad o preclusión, inmediación,
oralidad y escritura, interés para intervenir en los procesos, interés para pedir
y contradecir una sentencia de fondo de la legitimación en la causa, buena fe y
lealtad procesal, impugnación, doble instancia, motivación de las sentencias,
carga de la prueba y gratuidad.
- De otro lado, desde la perspectiva del debido proceso, sostiene José
Fernando RamÍrez Gómez que este comprende
'" un conjunto de "principios materiales y formales entre los que se
encuentra el principio de legalidad (memo index sine legel, el principio del
juez natural o juez legal, el principio de favorabilidad penal y el principio de
presunción de inocencia, todos los cuales en estricto rigor responden mejor a
la estructura jurídica de verdaderos derechos fundamentales. El artículo 29 de
la Carta contempla, además, otros derechos que se entienden contenidos en el
núcleo esencial del derecho al debido proceso, como son el derecho de defensa,
el derecho de asistencia de un abogado, el derecho a un debido proceso sin
dilaciones injustificadas, el derecho a presentar y controvertir pruebas, el
derecho a impugnar la sentencia condenatoria y el derecho a no ser juzgado
dos veces por el mismo hecho (non bin in idem) ... 46.

- De esa manera, igualmente, Carlos Bernal Pulido identifica a partir del


derecho fundamental al debido proceso los siguientes principios: principio del
debido proceso en sentido escrito, principio de legalidad, principio de publicidad,
principio del juez natural, principio de favorabilidad, derecho de defensa,
principio de celeridad, principio de doble instancia, principio de prevalencia de
las normas sustanciales47 •
45 RICO PUERTA, Luis Alonso. Teoría general del proceso. Medellín: Comlibros y CÍA, 2008.
pp. 139-156.
46 RAMÍREZ GÓMEZ, José Fernando. Principios constitucionales de derecho procesal colombiano.
Investigación en torno a la Constitución Política de 1991. Bogotá: Señal Editora, 1999. p. 145.
47 BERNAL PULIDO, Carlos. El derecho de los derechos. Bogotá: Editorial Universidad Externado de
Colombia, 2005. pp. 351-375.

• 65
Mónica María Bu,namante Rúa

- La doctrinante Beatriz Quintero, en su obra Teoría general del proceso,


edición más reciente 48, a partir de los fundamentos constitucionales del
derecho procesal, delimita los principios del derecho procesal desde a) los
fundamentos republicanos del derecho procesal: comprende en ellos el principio
de exclusividad de la jurisdicción y el principio de independencia del órgano
jurisdiccional; b) los fundamentos democráticos del derecho procesal que
comprenden: la garantía de la preeminencia de la Constitución, la garantía del
debido proceso y el derecho fundamental de acción, el principio de bilateralidad
de la audiencia y el principio de formalismo.
- En el contexto del derecho comparado, Ugo Rocco 49 planteó como principios
del derecho procesal: la controversia, la igualdad de las partes en el proceso, la
disposición-impulso procesal, la inmediatez o mediatez, la oralidad o escritura,
las facultades-cargas-obligaciones de las partes.
- Humberto Briseño Sierra 50, por su parte, recordó la enunciación de los
principios procesales presentada por Devis Echandía, y advirtió que la lista de
principios podría ser aumentada sin dificultad, pero, en su concepto, tal vez lo
adecuado sería reducirla y modificarla:
... lo primero, como consecuencia de una correcta sistematización, de lo
segundo como resultado de una investigación más a fondo ... , debe advertirse
que son dos problemas que deben resolverse en la búsqueda de los principios
procesales. En primer lugar, el ya comentado de la significación del vocablo
principio; y, enseguida, el atinente al concepto de proceso. La relación que
surge posteriormente, entre principios y proceso, dará la materia del sistema.
Si los principios son los orientadores jurídicos, el proceso es la serie de la
instancia, proyectivas, los principios procesales serán los postulados que
mantienen el itinerario del proceso.
Para Briseño Sierra, los principios procesales son los siguientes: imparcialidad
del juzgador, transitoriedad, igualdad de ocasiones de instancia de las partes y
eficiencia funcional. En su concepto "otros principios, de los enunciados por las
doctrinas aludidas, o no son procesales, o tienen naturaleza de reglas técnicas.
Lo último sucede con aquellas máximas de doble solución: presentación de parte
o investigación oficial. de disposición del debate o de derechos disponibles.
Todos ellos además atañen a categorías que no son estrictamente procesales,
por lo mismo que hablan de la pretensión y no de la instancia proyectiva".
- Ahora bien, desde la óptica de Clemente A. Díaz, los principios generales
d~l proceso son: 1) El principio de la bilateralidad de la audiencia; 2) El principio
del formalismo; 3) El principio de autoridad; 4) El principio de economía;
5) El principio de moralidad.
'18 QUINTERO, Beatriz, PRIETO, Eugenio. Teoría general del derecho procesal. Op. cit., pp. 124 Y ss.
49 ROCCO, Ugo. Teoría general del proceso civil. México D. F: Editorial Porrúa, 1959. pp. 30 Y ss.
50 BRISEÑO SIERRA, Humberto. Derecho procesal. México: Oxford University Press, 2004. p. 432 .

• 66
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

- Dentro del contexto del derecho argentino, Vescovi 51, Gozaini 52, Peyrano 53
han venido incluyendo el principio del abuso del derecho en el proceso, como
una derivación del principio de moralidad, relacionándolo con los deberes
procesales de contenido ético que deben salvaguardar el juez y las partes, y que
se enmarcan en el proceso en la lealtad, probidad y buena fe. Enrique Vescovi 54
presenta entre los principios procesales: a) principio dispositivo o inquisitivo, b)
oralidad y escritura, c) inmediación y concentración, d) igualdad, e) bilateralídad
y contradicción, f) lealtad, buena fe y probidad, g) formalidad procesal y legalidad
de las formas, e) economía y celeridad del proceso, f) abreviación y garantías,
precisamente destaca que para el principio dispositivo, este tiene vigencia en
los códigos procesales civiles latinoamericanos y para su análisis propone una
subdivisión en varios subprincipios: a) el proceso debe comenzar por iniciativa
de parte, b) el impulso procesal corresponde a las partes, c) el objeto del
proceso 10 fijan las partes, d) las partes pueden disponer de sus derechos en el
proceso. Jorge W. Peyrano 55 abordó los principios de dispositividad-autoridad,
contradicción, moralidad, economía procesal. inmediación procesaL principios
generales de escritura y oralidad, publicidad, adquisición procesal.
- Enrique Palacio Lino 56 , en cuanto a los principios procesales, destaca que
ellos son: el principio dispositivo, contradicción, escritura y oralidad, publicidad,
preclusión, adquisición, economía procesal, concentración, eventualidad, cele-
ridad, saneamiento, inmediación, legalidad e instrumentalidad de lasformas.
- Luis Álvarez, Neuss Germán, Horacio Warner 57 relacionan entre los
principios del proceso, el dispositivo, la contradicción, la preclusión, el principio

" VESCOVL Enrique. Derecho procesal civil. Montevideo: Idea. 1974. p. 8. citado por MAURINO.
El abuso del proceso y las normas procesales que fundamental su aplicación. Zeus. N° 27. 1992.
p. 85. Citado por Rueda F. María del Socorro. Fundamentos de derecho procesal colombiano.
Universidad de los Andes. Facultad de Derecho. Señal Editora. Junio de 2008. p. 114.
52 GOZAINl. Osvaldo. La conducta en el proceso. La Plata: Platense. 1988. pp. 207-258. Citado por
RUEDA F. María del Socorro. Fundamentos de Derecho Procesal Colombiano. Universidad de los
Andes. Facultad de Derecho. Señal Editora. Junio de 2008. p. 114.
53 PEYRANO. Jorge Walter. Abuso Procesal. Rubinzal. Argentina. 2001. P.159. Citado por RUEDA
F. María del Socorro. Fundamentos de Derecho Procesal Colombiano. Universidad de los Andes.
Facultad de Derecho. Señal Editora. Junio de 2008. p. 114.
54 VESCOVl. Enrique. Teoría general del proceso. 2" ed. Bogotá: Editorial Temis S. A .. 1999.
VESCOVL Enrique. Elementos para una Teoría del Proceso Civil Latinoamericano. VESCOVl.
Enrique. Primera Edición. México: Universidad Nacional Autónoma de México. Elaboración de
formato PDF: Edith Cuautle Rodríguez. pp. 12-23.
55 PEYRANO. Jorge. Derecho procesal civil. Principios y fundamentos. Buenos Aires: Editorial
ASTREA. 1978. p. 274.
56 PALACIO. Lino Enrique. Derecho procesal civil. Tomo I. Nociones generales. Buenos Aires:
Abeledo Perrot. 2005. pp. 250-293.
57 ÁLVAREZ Luis. NEUUS. German. WARGNER Horacio. Manual de derecho procesal. Buenos Aires:
Editorial Astrea-Depalma. 1990. pp. 46-49.

• 67
Mónica María Bustamante Rúa

de economía procesal (concentración, eventualidad, celeridad), la inmediación


y la publicidad.
- Adolfo Alvarado Velloso 58 precisa que son principiOs procesales los de
igualdad de los litigantes, imparcialidad del juzgador, transitoriedad de la serie,
eficacia de la serie y la moralidad en el debate; asimismo, señala que son reglas
técnicas del debate procesal, la oralidad y escritura, la libertad o legalidad
de las formas, la economía procesal, la celeridad, la publicidad, la preclusión,
la perentoriedad, la concentración y la eventualidad. Y finalmente desarrolla
las reglas técnicas de la actividad de sentencias: calidad de los juzgadores,
cantidad de los juzgadores, cantidad de grados de conocimiento, evaluación de
los medios de confirmación, correspondencia entre lo pretendido y lo juzgado,
aplicación de la norma jurídica.
- Héctor Eduardo Leguisamón 59 clasifica entre los principios procesales
los siguientes: principio dispositivo, principio de contradicción-bilateralidad-o
controversia, principio de escritura, principio de publicidad, principio de
preclusión, principio de economía procesal e inmediación.
- Cipriano Gómez Lara hace una enunciación de los principios esbozados
por autores como Eduardo Paliares, De Pina y Castillo Larrañaga, Chiovenda,
Briseño Sierra, Delint Pérez, y concluye su capítulo así:
"El proceso es un fenómeno dinámico, transitorio y proyectivo. La
proyectividad debe entenderse en cuanto a la estructura misma de la relación
entre las partes y eljuez, yen cuanto al eslabonamiento, cadena o serie, que es
esencial entre unos y otros actos procesales, desde el primer acto de excitación
del tribunal. hasta el último acto procesal.
El principio de impugnación, que abre la puerta a la revisión y análisis de
las resoluciones del juzgador, lleva implícitos los principios lógico y jurídico
de Chiovenda, citados por Castillo y Larrañaga y De Pina, es decir, hay
impugnación procesal. en virtud de que el juzgador está obligado a actuar
imparcialmente y, además, al hacerlo, debe hacerlo observando las reglas de
la lógica, la igualdad de las partes y de la legalidad en la resolución. Todo esto
nos lleva a forzosamente a los principios de congruencia y de motivación de la
sentencia, los cuales deben estar presentes en todo tipo de proceso".
José María Asencio Mellado 60 precisa que son principios del proceso
y del procedimiento, la contradicción y la igualdad, el principio del proceso
58 ALVARADO VELLOSO, Adolfo. Introducción al estudio del derecho procesal. Reimpresión. Buenos
Aires: Rubinzal-Culzoni Editores. 2008. p. 259.
5. LEGUISAMóN, Héctor Eduardo. Derecho Procesal Civil Tomo 1 Buenos Aires: Rubinzal-Culzoni
Editores, 2009. pp. 28-48.
60 ASENCIO MELLADO, José María. Introducción al derecho procesal. 3" ed. Valencia: Tirant Lo

Blanch, 2004. pp. 195-214 .

• 68
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

civil (dispositivo y aportación), los princlplOs del proceso penal (acusatorio,


aportación e investigación), la publicidad, la oralidad, la inmediación y la
aceleración del procedimiento (derecho a un proceso sin dilaciones indebidas).
- Lois Dorantes Tamayo 61 expone que los principios que regulan el proceso
son la igualdad, la disposición, la economía, la probidad, la publicidad, la
preclusión, la concentración, la inmediación, la adquisición procesal, y el de
congruencia de la sentencia.
- José Castillo y Rafal De Pino 6z , apoyándose en Chiovenda, enumeran como
principios fundamentales, en cuanto a la interpretación doctrinal de la ley pro-
cesal. los siguientes: el principio lógico, el principio jurídico, el principio político
y el principio económico, respecto de los cuales nos dice lo siguiente:
... el principio lógico del proceso está representado por esta fórmula:
selección de los medios más seguros y expeditos para buscar y descubrir
la verdad y evitar el error. El principio jurídico tiende a proporcionar a los
litigantes la igualdad en la contienda y la justicia en la decisión. El principio
político, proponiéndose introducir en el proceso la máxima garantía social
de los derechos con el menor sacrificio de la libertad individual. El principio
económico exige que los pleitos no sean materia de graves impuestos, y
tiende a evitar que por su duración y por los gastos sean sólo accesibles a
las personas que ocupan una situación económica que privilegia a las partes
e investigación judicial, del orden consecutivo, preclusión y acumulación
eventual. de la prueba formal y la prueba racional. de la oralidad y escritura,
de la inmediación y de la mediación, y de la publicidad y el secreto.
- Antonio Lorca Navarrete 63 , define que son principios del proceso civil: el
derecho procesal como ordenamiento de la función jurisdiccional, el derecho
procesal civil como sistema de garantías procesales, el sistema de garantías
del proceso jurisdiccional civil, la garantía de mejor socialización del proceso
(exigencia del principio dispositivo, introducción de la investigación de oficio
por parte del juez), la garantía procesal a un proceso sin dilaciones indebidas y
la garantía procesal a utilizar los medios de prueba pertinentes.
- Guillermo Ormazábal Sánchez 64 clasifica los principios del proceso y del
procedimiento aSÍ: principios comunes a todos los procesos (dualidad de las
., DORANTES TAMAYO, Louis. Elementos de la teoría general del proceso. 4" ed. MéKico: Editorial
Porrúa, 1993.
62 DE PINO Rafael. LARRAGAÑA CASTILLO, José. Derecho procesal civil. MéKico: Editorial Porrúa,

1995. p. 270.
63 LORCA NAVARRETE, Antonio. Introducción al derecho procesal. Madrid: Editorial Tecnos S. A.,

1991. pp. 21-27.


64 ORMAZÁBAL SÁNCHEZ, Guillermo. Introducción al derecho procesal. 3" ed. Madrid: Marcial

Pons, 2007. pp. 141-168.

• 69
Mónica María Bustamante Rúa

posiciones procesales, audiencia o contradicción y derecho de defensa, igualdad);


principios específicos del proceso (dispositivo o de oficialidad, aportación de
parte e investigación oficial. libre valoración y valoración legal de la prueba);
principios del procedimiento (oralidad y escritura, inmediación, concentración,
preclusión y eventualidad, publicidad y secreto, impulso procesal de oficio).

- Humberto Cuenca 65 abordó como principios básicos del proceso: los de


contradicción, igualdad procesal, verdad procesal. mediación e inmediación,
concentración, elasticidad, preclusión, eventualidad, economía procesal,
publicidad y carga procesal.

2.4. INQUISITIVO-DISPOSITIVO: ¿MODELO, SISTEMA O PRINCIPIO?


Ahora bien, para delimitar el campo en torno a lo que hemos de entender por
principio procesal. debemos precisar qué vamos a entender por "inquisitivo" y
"dispositivo", toda vez que algunos autores los enlistan como "principio inquisi-
tivo" o "principio dispositivo"; entre tanto, otra parte de la doctrina los enmarca
como "sistema inquisitivo" o "sistema dispositivo", incluso se encuentran algu-
nas referencias como "modelo inquisitivo" y "modelo dispositivo" 66.
Desde la perspectiva de los" Tipos o sistemas procesales': señala Beatriz
Quintero que son las formas técnicas aptas para el desarrollo de los presupuestos
político-jurídicos del derecho procesal, los cuales se caracterizan por ser
bifrontes, abstractos y puramente técnicos 67.
Así. en aras de la precisión metodológica y temática, en este capítulo no
se abordarán estos conceptos en el marco de los principios; por el contrario,
se acepta la denominación empleada por Beatriz Quintero y otros autores:
"sistema" 68.

65 CUENCA, Humberto. Derecho procesal civil. Caracas: Ediciones Biblioteca Caracas. Universidad
Central de Venezuela, 1981. p. 67.
66 RUEDA F. María del Socorro. Fundamentos de derecho procesal colombiano. Universidad de los
Andes-Señal Editora, 2008. p. 115.
67 QUINTERO, Beatriz, PRIETO, Eugenio. Op. cit., p. 154. Al respecto consideran que son tipos o
sistemas procesales los siguientes: 1. Desde el punto de vista de la organización judicial: al el
tipo procesal de jueces técnicos o jueces no técnicos, bl el tipo procesal de única instancia o el
de instancia plural. cl el tipo procesal de juez singular o el de tribunal pluripersonal; 2. Desde el
punto de vista de expresar y de comunicar el proceso: al El tipo procesal oral o el tipo procesal
escrito, bl el tipo procesal público o el tipo procesal secreto; 3. Desde el punto de vista de los
poderes del juez y de las partes en el proceso para la obtención del material de conocimiento: tipo
procesal dispositivo o tipo procesal inquisitivo.
68 Entre los doctrinantes que hacen referencia al concepto de "sistema inquisitivo" o "sistema
oral", se encuentra ALVARADO VELLOSO, Adolfo. En: El debido proceso. Derecho procesal
contemporáneo. Buenos Aires: Editorial EDIAR, 2006. Capítulo: Los sistemas procesales.
pp. 1-85 .

• 70
------------------------------------------------------ --

PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

Se ha interpretado desde la doctrina que el procedimiento es una serie de


actos jurídico-procesales fijados en atención al derecho sustancial, objeto de
procesamiento. En ese orden de ideas, el proceso debe iniciarse y proseguirse
mediante el despliegue de una actividad que puede ser cumplida por el juez o
por las partes, según el sistema del que se haga referencia 69.
A esos sistemas se les denomina, de un lado, sistema inquisitorio o inquisitivo,
y de otro lado, sistema acusatorio, dispositivo o adversarial. Al respecto expone
Taruffo que:
... una consideración calmada, y menos ideológicamente condicionada, de
estos temas podría en efecto conducir a resultados bien diferentes, a partir de
la comprobación -formulada por uno de los comparatistas que hoy trabajan en
el área del derecho procesal- de que la contraposición adversarial-inquisitorial,
si alguna vez ha tenido en verdad algún sentido (de lo que es lícito dudar),
está hoy seguramente desgastada, superada y es sustancialmente inútil como
instrumento de análisis 70 •
De allí que precise que, en primer lugar, se puede observar que los procesos
del common Law han sido, a menudo inquisitoriales -non adversary- y que hoy
son numerosos los tipos de procedimiento que no se desarrollan completamente
según el tradicional "modelo adversarial", y que se caracterizan, en cambio,
por la presencia activa del juez. "Además, (. .. ) el proceso angloamericano
ordinario está hoy caracterizado por la presencia de fuertes poderes del juez,
principalmente en el plano de la dirección del procedimiento" 71.
a) El sistema inquisitivo, convierte al juez en un agente oficioso del Estado
para el hallazgo de la verdad respecto de los hechos materia de investigación,
dotándolo para el efecto de facultades oficiosas en materia probatoria.
Igualmente, le impone el deber de iniciar oficiosamente las actuaciones
procesales indispensables.
Es opuesto al dispositivo y consiste en que el juez no es sujeto pasivo del
proceso sino que adopta la calidad de activo por cuanto está facultado para
iniciarlo, fijar el tema de decisión y decretar pruebas necesarias para establecer
hechos. Este modelo, al igual que el dispositivo, no rige con totalidad de
sus presupuestos porque las partes gozan de ciertos derechos como solicitar
pruebas 72. Los supuestos que caracterizan el modelo inquisitivo se pueden
resumir así:
6" QUINTERO, Beatriz, PRIETO, Eugenio. Op. cit., p. 165.
70 TARUFFO, Michelle. Sobre las fronteras. Escritos sobre la justicia civil. Traducción de Beatriz
Quintero. Título del original italiano: Sui contini. Scritti sulla giustizia civiJe, 1L Mulino, BoJogna,
2002. Bogotá: Editorial Temis, 2006. p. 63.
7\ lbíd., p. 63.
72 AZULA CAMACHO. Op. cit., p. 76.

• 71
Mónica María Bustamante Rúa

La iniciativa del proceso se hace para defender el interés general.


El impulso del proceso se impone como deber del juez.
Encuentra Michelle Taruffo que se puede observar que -fuera del caso de la
Santa Inquisición y sin ocuparse del proceso penal-los procesos civiles del civil
Jawhan sido o son "poco menos inquisitoriales en el sentido estricto del término':
Al respecto precisa que aún en la aplicación de garantías constitucionales y
de principios fundamentales, el contradictorio es generalmente asegurado
satisfactoriamente; de allí que concluya que
... si "inquisitivo" significa, según la acepción fundamentada históricamente
que las partes no se pueden defender, entonces no existen en el civil law
procesos que puedan definirse propiamente como inquisitoriales. Si en cambio,
con este término se quiere aludir a modelos de procesos en los cuales el juez
desempeña un papel activo en la dirección y gestión del procedimiento y tiene
poderes autónomos de iniciativa instructora, entonces dicha contraposición
cambia de sentido, pero igualmente sigue siendo infundada 73.

En esa perspectiva, propone reflexionar en la experiencia del proceso liberal


clásico, inmerso en la aplicación del principio dispositivo, para concluir que
"nada ha sido más extraño, en la historia del proceso civil de cívillaw, que un
modelo verdaderamente inquisitivo del proceso civil". Por ello anota que frente
a los poderes de instrucción del juez, los distintos sistemas del civil law han
adoptado orientaciones diversas 74 •
b) El sistema dispositivo se radica en las partes el cumplimiento de la
condición para la actuación procesal. es decir, para solicitar actividad mediante
un acto formal denominado demanda. Las partes son los sujetos activos del
proceso ya que sobre ellos recae el derecho de iniciarlo y determinar su objeto,
mientras que el juez es quien dirige el debate y decide la controversia. Este
sistema se caracteriza porque:
- La iniciativa: corresponde a las partes formular o desistir de la demanda.
- El tema de decisión: lo constituye la controversia de las partes (tema de
debate); por ello es fijado por las mismas en la demanda y la contestación,
respectivamente.
- En materia de pruebas: la iniciativa para que se decreten y practiquen para
demostrar los hechos materia del debate recae sobre las partes, de acuerdo con
el principio de la carga de la prueba.

73 TARUFFO, Michelle. Sobre las fronteras. Op. cit., p. 64.


74 Ibíd., página 65: " ... el proyecto cultural apoyado en la exaltación del modelo adversarial y en la
denuncia de los aspectos inquisitivos del proceso civil parece haber agotado su tiempo, tanto en
la doctrina norteamericana como en la de los países del civil Jaw':

·72
------------------ - - -

PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

- En consecuencia, la disponibilidad del derecho recae también sobre


las partes, razón por la cual se pueden presentar el desistimiento y la
transacción 75.
Al respecto, Diego Eduardo López Medina76 , al referirse al "proceso puro
dispositivo, lo caracteriza así:
- Los individuos privados tienen poder monopólico para iniciar procesos
civiles, para interponer la demanda de reconvención o presentar sus defensas
o reacciones al derecho que se demanda.
- Las partes pueden disponer libremente del objeto de litigio durante el
trámite procesal.
- Los jueces están limitados a pronunciarse sobre las pretensiones de la
demanda; se prohíbe, por tanto, el fallo extra o ultra petita.
- Los jueces están vinculados por las alegaciones expresamente traídas
por las partes, en especial referencia a los hechos constitutivos o los hechos
impeditivos o extintivos.
- Los jueces están vinculados a las pruebas aducidas por las partes y a las
deducciones probatorias por ellas extraídas.
- Finalmente, la parte tienen poder monopólico para iniciar la segunda
instancia y para determinar su contenido y alcance.
Sin embargo, siguiendo algunas reflexiones de Michelle Taruffo, resulta
esencial anotar que también el sistema del common law ha tenido importantes
transformaciones, entre ellas, la relacionada con el papel del juez 77.
En esa medida, señala Taruffo que en el tradicional modelo adversarial
del proceso, la figura del juez era la de un árbitro pasivo, desinformado y
desinteresado -más que neutral- que tenía la única y exclusiva función de
asistir al libre enfrentamiento de las partes "garantizando su corrección y
sancionando los comportamientos unfair o ilícitos': Apunta que aquella imagen
"mítica" ha sido desplazada y sustituida por la imagen de otro tipo de juez, ya
continuación con algunos ejemplos lo demuestra:
En Inglaterra esta transformación se llevó a cabo con las Civil Procedural
Rules 1998 entradas en vigor el 26 de abril de 1999, (. .. ) en el cual al
juez se confían numerosas e incisivos poderes de gobierno y dirección del
procedimiento, como el que se refiere a la determinación del track que deberá
seguir la causa (o sea, del tipo de procedimiento aplicable, según la naturaleza
de la causa), a la fijación de las audiencias ya la asunción de las pruebas 78 •

75 AZULA CAMACHO. Manual de derecho procesal... Op. cit., p. 76.


76 LÓPEZ MEDlNA. Diego E. Nuevas tendencias en la dirección judicial del proceso. Bogotá: Escuela
Judicial Rodrigo Lara Bonilla, 2004, p. 28.
77 TARUFFO, Michelle. Sobre las fronteras. Op. cit., p. 66.
78 Ibíd., p. 66.

• 73
Mónica Maria Bustamante Rúa

A continuación indica que si se revisan en particular los poderes de iniciativa


instructora del juez, se puede comprobar que ante la imagen tradicional del
juez angloamericano completamente privado de poderes de instrucción, tanto
en los ordenamientos de Inglaterra como de Estados Unidos, el juez también
tiene la posibilidad de cumplir un papel activo en el plano de las iniciativas
probatorias: "Importantes poderes del juez en materia de pruebas han sido,
en efecto, previstos en las nuevas Rules inglesas, y significativos poderes
instructores ya se habían previsto en las Federal Rules of Evidence estadineses
(sic) introducidas en 1975 y enmendadas en 1994 ... "79.
Así desde la perspectiva del "modelo procesal inquisitivo versus adversariar' 80,
recuerda Taruffo que algunos años atrás Damaska señalaba que la distinción
entre los modelos de procedimiento "adversarial" e "inquisitivo", debía dejarse
de lado, porque es "teóricamente pobre, heurísticamente ineficaz e incluso
engañosa. No obstante, esta distinción parece ser difícil de abandonar. ya que,
incluso en la literatura legal reciente, varios autores discuten todavía los méritos
y defectos de los sistemas adversarial y no adversarial del litigio civil y penal" 81.
En síntesis, como bien lo resumen Beatriz Quintero " ... tanto el eamman
Law como el civil law han mezclado sus sistemas; con aspectos inquisitivos, el
common law, y con adversariales, el eivillaw"82. Con toda razón reflexiona esta
procesa lista que los sistemas se imitan entre sí, no obstante tengan su origen
en experiencias históricas y en evoluciones diversas; por ello puntualiza que
no es preciso afirmar que el tipo procesal dispositivo corresponde a un sistema
liberal individualista y que tampoco es correcto afirmar que el tipo procesal
inquisitivo corresponde a las formas autoritarias de gobierno.
De otro lado, plantea claramente, que tampoco resulta coherente que el tipo
procesal dispositivo sea visto por los fines privados del proceso y el tipo procesal
inquisitivo sea visto por los fines del publicismo:
... el meollo de la distinción entre ambos es la determinación de la
extensión y límites de los poderes-deberes del juez y de las cargas de las
partes con respecto al litigio, a la aportación del material de conocimiento y a
la actividad en el proceso, así como lo tocante con la investigación; del modo
como esos poderes y facultades se otorguen, exclusiva o concurrentemente
a uno u otros, depende que el tipo procesal sea dispositivo o adversaria!, o
inquisitivo 83

79 [bid., p. 67.
80 TARUFFO, Michelle, RAMÍREZ, Diana. Conocimiento, prueba, pretensión y oralidad. Lima: ARA
Editores EIRL, 2009. p. 34.
81 [bid., p. 35.
82 QUINTERO, Beatriz PRIETO, Eugenio. Teoría general del derecho procesal. Op. cit., p. 168.
83 Ibíd., p. 169 .

• 74
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

2.5. ESCRITURA-ORALIDAD: ¿MODELO, SISTEMA O PRINCIPIO?


En el mismo sentido, se encuentra en la sistemática procesal cierta contradic-
ción en el tratamiento de la escritura y la oralidad en los procesos. En ocasiones
se les suele denominar "principio de oralidad o escritura" 84 y en otras oportu-
nidades se les vincula con el concepto de "sistema oral o escrito" o "modelo
oral o escrito".
Se suele interpretar que la simplificación implica, en primer término, un
cambio de actitud de las partes y del juzgador, y que entran aquí en juego dos
postulados que el procedimiento escrito relegó a un segundo plano: el deber de
colaboración de las partes y el deber del juzgador de dirigir en forma directa y
activa el proceso.
Cabe anotar que a través de la ley 1285 del 22 de enero de 2009, se reformaron
algunos artículos de la ley 270 de 1996, Estatutaria de la Administración de
Justicia. Entre ellos se modifica el artículo 4 0 "Celeridad" del Título 1 de los
Principios de la Administración de Justicia, para incluir un nuevo componente
y denominar el principio allí establecido como "celeridad y oralidad" así:
Artículo 1°. Modifíquese el artículo 4° de la Ley 270 de 1996:
Artículo 4°. Celeridad y oralidad. La Administración de Justicia debe
ser pronta, cumplida y eficaz en la solución de fondo de los asuntos que se
sometan a su conocimiento. Los términos procesales serán perentorios y de
estricto cumplimiento por parte de los funcionarios judiciales. Su violación
injustificada constituye causal de mala conducta, sin perjuicio de las sanciones
penales a que haya lugar. Lo mismo se aplicará respecto de los titulares de la
función disciplinaria.
Las actuaciones que se realicen en los procesos judiciales deberán ser orales
con las excepciones que establezca la ley. Esta adoptará nuevos estatutos
procesales con diligencias orales y por audiencias, en procura de la unificación
de los procedimientos judiciales, y tendrá en cuenta los nuevos avances
tecnológicos (subrayas fuera del texto).

De otro lado, a través de dicha ley, en su artículo 24, se adiciona el artículo


209 B a la Ley Estatutaria de Administración de Justicia que es del siguiente
tenor literal:
Créase una Comisión del Proceso Oral y Justicia Pronta, integrada por el
Ministro del Interior y de Justicia, quien la presid irá; los presidentes de la Cor-
te Constitucional, de la Corte Suprema de Justicia, del Consejo de Estado y del

84 El doctrinante Devis Echandía lo denomina principio fundamental del procedimiento; según que
la tramitación se haga bajo uno y otro sistema, se habla de la vigencia del principio de oralidad o
escritura.

• 75
Mónica María Bustamante Rúa

Consejo Superior de la Judicatura; un senador y un representante a la Cámara


miembros de las comisiones primeras, elegidos por las respectivas comisiones
constitucionales; dos representantes de la academia y un representante de la
sociedad civil, vinculados a los temas de la Administración de Justicia, para
tratar, entre otras, las siguientes materias: procesos orales y por audiencias
en todos los órdenes de la jurisdicción; un estatuto general de procesos judi-
ciales que los unifique y simplifique, a excepción del proceso penal; proyectos
de desjudicialización y asignación de competencias y funciones a autoridades
administrativas y a particulares habilitados para ejercer funciones públicas.
La Secretaría Técnica quedará en cabeza de la Sala Administrativa del Consejo
Superior de la Judicatura.

En el examen de constitucionalidad previa de la ley que reforma el Estatuto


de la Administración de Justicia, profundizó la Corte Constitucional en torno
al que denominó "principio de la oralidad" 85, bajo el entendido de que el
articulado consagra el principio general consistente en que las actuaciones que
se realicen en los procesos judiciales deben ser orales y excepcionalmente de
otra forma, de conformidad con lo establecido en la ley.
Argumenta la Corte Constitucional que con la oralidad se busca favorecer
las condiciones necesarias para la celeridad de las actuaciones procesales
y superar la congestión judicial; de esa manera se procura garantizar la
protección y efectividad de los derechos de los ciudadanos, así como el acceso a
la Administración de Justicia contemplado en el artículo 229 de la carta política.
De otro lado, destaca que la implementación de la oralidad como mecanismo
razonable favorece la inmediación y la simplificación de los procedimientos,
razón de peso para declarar la constitucionalidad de la norma.
Ahora bien, para responder a la pregunta: oralidad ¿sistema, modelo o
principio?, la Corte Constitucional parte de la categoría de principio al decir:
La Corte llama la atención en el sentido de que la oralidad en la Adminis-
tración de Justicia se concibe como una norma que tiene la estructura de prin-
cipio. En este sentido cabe recordar que de tiempo atrás la teoría del derecho
ha establecido la distinción conceptual entre reglas y principios, para advertir
que si bien ambas constituyen normas jurídicas, su grado de vinculación y
eficacia varía en uno u otro caso S6 •
En ese orden de ideas, añade la Corte Constitucional que concebida a la
manera de principio, la oralidad se proyecta como una norma cuyo alcance
85 Sentencia C-713/08. Revisión previa del proyecto de ley estatutaria N° 023/06 Senado y N° 286/07
Cámara "Por medio de la cual se reforma la Ley 270 de 1996 Estatutaria de la Administración de
Justicia". Magistrada ponente: Clara Inés Vargas Hernández. Bogotá. D.C., quince (15) de julio de
dos mil ocho (2008).
B<i Ibídem .

• 76
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

debe ser definido por el legislador de acuerdo con las particularidades de cada
procedimiento, lo que permite que su desarrollo e implementación puedan
realizarse de manera gradual.
No obstante asuma la Corte Constitucional que la oralidad es un "principio",
desde el punto de vista de la doctrina existe discusión si ha de considerársele
realmente un principio o, por el contrario, si se debe precisar que se trata de
un modelo o de un sistema o tipo procesal.
Al respecto, Beatriz Quintero, al desarrollar los denominados tipos proce-
sales sobre los medios de expresión y formas de comunicación, delimita que el
tipo procesal puede ser oral o escrito 87, que depende de la estructura simple
o compleja del proceso, al considerar que un proceso jerárquico como el con-
tinental que se estructura a partir de varías etapas, con pruebas recogidas en
diversas oportunidades, con varias instancia, se acomoda mejor a un tipo pro-
cesal escrito; por el contrario, un proceso simple se acomoda mejor a un tipo o
sistema oral.
Encuentra que no es actual reproducir la discusión de antaño que muestra
una confrontación entre la oralidad y la escritura, sino tender a combinarlas
para resultados prácticos, pues cada tipo procesal tienes sus propias ventajas,
así como desventajas 88. "En realidad, más que de un proceso escrito y de un
proceso oral debe hablarse de actos o actividad procesal escrita u oral dentro
de un mismo proceso: de procesos predominante escritos o predominantemente
orales" 89.
Observa que en la práctica ningún régimen de derecho positivo es exclu-
sivamente oral, pues los procesos que se mencionan como orales tienen fases
escritas (la que lo introduce, la que lo propone, la que fija los extremos litigiosos
son escritas), a las que les suceden audiencias orales de pruebas, de alegaciones
y de fallo. Adicionalmente, los recursos de apelación y casación se tramitan en
la forma escrita, razón por la cual concluye que "más que orales son mixtos".
Anota, además, Beatriz Quintero que cada sistema tiene sus inconvenientes:
en primer lugar, el sistema oral: a) no es propicio para la fijación de los extremos
litigiosos que han de delimitar la sentencia, b) que da oportunidad a "verborrea
y discursos superfluos", c) aunque hace ágil los procedimientos, se mengua
la calidad de las providencias; en segundo lugar, el sistema escrito tiene los
inconvenientes de a) prolongar el curso del proceso, b) al abuso de recursos e
incidentes.
87 QUINTERO, Beatriz, PRIETO, Eugenio. Teoría general del derecho procesal. Op. cit., página
158: "Los tipos o sistemas procesales. Son las formas técnicas aptas para el desarrollo de los
presupuestos político-jurídicos del derecho procesal" p. 154.
88 lbíd., p. 158.
89 lbíd., p. 159.

• 77
Mónica María Bllstamante Rúa

En torno a estas ideas reflexionó Michelle Taruffo 90, al decir que es larga
la discusión sobre este tema, y que se han creado a su alrededor algunos
mitos. Parte de la idea de que los sistemas europeos y latinoamericanos
son tradicionalmente escritos con algunas dificultades desde el punto de
vista de su celeridad, lo cual se ha relacionado con una no protección eficaz
de los derechos de los ciudadanos, desventaja que se ha traducido en una
lectura inadecuada de la oralidad y en la creación de los siguientes mitos:
a) La definición del concepto de "eficacia" desde la eficiencia y lo "rapidísimo ':
cuando en realidad la eficacia significa que toda la estructura del proceso se
debe orientar a la correcta determinación de los hechos y de la prueba, y que
la oralidad, tal vez, no sea el modelo siempre adecuado para tales propósitos,
pues ello depende de la complejidad del caso, b) que la inmediación garantiza
la decisión justa, cuando en realidad la inmediación no garantiza en todos los
casos una valoración adecuada de la prueba, pues un juez normal no tiene,
por ejemplo, conocimientos sobre la psicología del testigo: "la duda sobre el
testigo no se soluciona mirándolo a los ojos", c) que la oralidad es fácil, no
es muy difícil, cuando en realidad existe complejidad frente a la prueba y
la toma de decisiones particularmente en un sistema oral, que se relaciona
con el tiempo con que cuentan los jueces para una apreciación racional de
la prueba y la toma de decisiones racionales y justas, esto es, con calidad.

2.6. EL DEBIDO PROCESO 91 COMO PUNTO DE PARTIDA PARA EL ESTUDIO


DE LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL
Beatriz Quintero propone una incursión en el ámbito de la filosofía, dado que
desde las teorías procesales de la fundamentación de la moral, la ética y el
90
TARUFFO, Michelle. Oralidad y proceso. Il Congreso Internacional de Derecho Procesal: una perspec-
tiva desde lberoamérica. Universidad de Medellín. Tecnológico de Cornfenalco. Septiembre de 2009.
91
En tono a su contenido y alcance se pueden consultar las sentencias: T-460/92, T-520/92,
C-606/92, T-516/92, C-557/92, C-549/92, T-494/92, T-498/92, T-503/92, T-531/92,
T-552/92, T-554/92, T-572/92, T-582/92, T-584/92, C-599/92, T-462/92, C-019-93,
C-053/93, C-275/93, C-345/93, C-412/93, C-429/93, T-051/93, T-109/93, T-158/93,
T-162/93, T-187/93, T-247/93, T-272/93, T-351/93, T-375/93, T-414/93, T-420/93,
T-438/93, T-451/93, T-482/93, T-508/93, T-538/93, C-019-93, T-046/93, C-007-93,
C-150/93, T-079/93, T-348/93, T-140/93, C-150/93, T-187/93, T-001-93, C-059/93,
C-245/93, T-022-93, T-043/93, T-140/93, T-145/93, T-198/93, T-199/93, T-248/93,
T-395/93, T-443/93, C-079/93, T-361/93, T-431/93, T-043/94, T-082/94, T-097/94,
T-142/94, T-269/94, T-303/94, T-343/94, T-346/94, T-402/94, T-570/94), T-403/94,
C-176/94, T-458/94, T-254/94, T-238/94, C-214/94, T-438/94, SU-201/94, T-314/94,
T-327/94, T-369/94, T-393/94, T-419/94, T-538/94, T-554/94, T-572/94, T-291/94,
T-175A/94, C-259/95, T-037/95, T-091/95, T-099/95, T-132/95, T-185/95, T-197/95,
T-212/95, T-233/95, T-269/95, T-272/95, T-348/95, C-396/95, T-416/95, T-604/95,
T-546/95, T-530/95, T-465/95, T-334/95, T-190/95, T-268/96, C-217/96, C-339/96,
C-217/96, T-179/96, T-668/96, C-491/96, T-159/96, T-652/96, T-240/96, T-287/96,
T-523/96, T-039/96, T-179/96, C-385/96, C-475/97, T-073/97, T-359/97, T-078/98,
T-280/98, T-007/99, T-007/99, C-207/00, C-383/00.

• 78
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

derecho, se hace esta sugerencia con diferentes propósitos. Expresa que uno
de los ideales del derecho es la "justicia" y desde allí remite al pensamiento de
Kant, quien presentó "una construcción racional a la manera de un tribunal: si
hay idoneidad en el sujeto cognoscente, si hay pues, competencia en el sentido
fuerte, y si los mecanismos de procedimiento son los adecuados racionalmente,
tiene que producirse la verdad o la rectitud o la belleza"92.
En primer lugar, desde las teorías procesales de la justicia, expone que
las mismas se orientan al desarrollo de procedimientos con reglas que deben
respetarse para la producción de derecho justo. Desde el modelo contractual.
parte de la idea de que lo correspondiente a cada uno se determina mediante
acuerdo de todos aquellos a los que les concierne; desde las condiciones que
se deben satisfacer en el proceso y las reglas que se deben respetar, son las
relacionadas con la capacidad de compresión e igualdad de derechos de las
partes, la exclusión de la fuerza, la amenaza y el engaño. El modelo judicial se
apoya en la idea de que en caso de conflicto hay una instancia neutral calificada
que lo decide, y desde las condiciones que se deben satisfacer en el proceso y
las reglas que se deben respetar, se plantean la independencia, la imparcialidad
y la ausencia de prejuicios en el juez93 .
En segundo lugar, expone que las teorías de la argumentación de la justicia se
dirigen a elaborar las reglas de un discurso racional; desde allí se han formulado
las condiciones que posibilitan comprender racionalmente problemas éticos 94 .
En tercer lugar, desde las teorías decisionistas de la justicia, se señalan las
condiciones y reglas, según las cuales un sujeto individual puede encontrar una
decisión como racional y aceptable 95 .
y en cuarto lugar, a partir de la teoría del Estado constitucional, anota que la
Constitución dispone el origen del derecho de dos formas: de un lado, regulando
algunas materias directamente, y del otro lado, delimitando los órganos y los
procedimientos que regularán las materias que la Constitución no ha regulado:
"La teoría es en realidad una teoría procesal porque formula condiciones y
reglas del procedimiento legislativo, administrativo y judicial como la mejor
garantía posible contra abusos e injusticias"96.
La enunciación de las teorías que hace Beatriz Quintero tiene como propósito
demostrar que "incluso la filosofía moderna de la razón práctica ha apelado al
92 QUINTERO, Beatriz. PRIETO, Eugenio. Teoría general del derecho procesal. Op. cit., p. 113.
93 [bid., p. 114.
94 La autora remite a las obras de Robert Alexy Teoría de la argumentación jurídica, y de Jürgen
Habermas Teoría de la acción comunicativa.
95 La autora remite a la obra de John Rawls Teoría de la justicia.
96 QUINTERO, Beatriz, PRIETO, Eugenio. Op. cit., p. 114.

• 79
Mónica María Bustamante Rúa

debido proceso para lograr alguna aproximación que descarte una buena dosis
de irracionalidad" y bajo esa lectura concluye que a la postre se va a producir,
con el debido proceso, probablemente el denominado derecho justo.

En cuanto a los orígenes del debido proceso legal, entendido como una
garantía constitucional de la Administración de Justicia, se ha señalado por la
doctrina que es relativamente novedoso en el campo de la disciplina procesal
... y mucho más reciente es su sistematización constitucional. de manera
que en la dogmática procesal carece aún de significado unívoco. Es el proceso
de constitucionalización de los derechos individuales, iniciados en 1917 con la
Constitución de Querétaro, proseguida con la Constitución de Weimar de 1918,
el que marca la pauta de la inicial constitucionalización e internalización de
las garantías de la Administración de Justicia, elevando a su rango normativo
a los postulados constitucionales ... 97

En nuestro caso, la Constitución Política de Colombia en el artículo 29 hace


referencia al principio del debido proceso constitucional de la siguiente forma:
El debido proceso se aplicará a toda clase de actuaciones judiciales y
administrativas.

Nadie podrá ser juzgado sino conforme a leyes preexistentes al acto que se
le imputa, ante juez o tribunal competente y con observancia de la plenitud
de las formas propias de cada juicio.

En materia penal. la ley permisiva o favorable, aun cuando sea posterior,


se aplicará de preferencia a la restrictiva o desfavorable.

Toda persona se presume inocente mientras no se la haya declarado judi-


cialmente culpable.

Quien sea sindicado tiene derecho a la defensa y a la asistencia de un abo-


gado escogido por él. o de oficio, durante la investigación y el juzga miento; a
un debido proceso público sin dilaciones injustificadas; a presentar pruebas y
a controvertir las que se alleguen en su contra; a impugnar la sentencia con-
denatoria, y a no ser juzgado dos veces por el mismo hecho.

Es nula, de pleno derecho, la prueba obtenida con violación del debido


proceso 98.

De acuerdo con este artículo podemos observar entonces cómo nuestra Carta
no se preocupa por definir el "debido proceso" sino que se limita a enunciar

97 QUIROGA LEÓN, Aníbal. Estudios de derecho procesal. Lima: Editorial IDEMSA, 2008.
pp. 309-310.
98 Artículo 29, Constitución Política de 1991.

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PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

los postulados o elementos que lo componen. Es por ello que se hace necesario
abordar el estudio de algunas sentencias de las Corte Constitucional para que,
de la mano de algunos instrumentos internacionales, sea posible deducir su
noción.
Encontramos así, que según lo enunciado en la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, artículos 8 0 y 9 0 Y la Declaración Americana de Derechos
y Deberes del Hombre, artículo XXVI, el debido proceso es posible definirlo
como " ... una garantía judicial, consistente en el derecho irrenunciable a ser
oído, asistido por un defensor, a recurrir los fallos ante los jueces, a ser asistido
por traductores de manera gratuita, a que se presuma la inocencia".
El carácter fundamental del derecho al debido proceso proviene de su es-
trecho vínculo con el principio de legalidad al que deben ajustarse no sólo las
autoridades judiciales sino también, en adelante, las administrativas, en la
definición de los derechos de los individuos. Es pues una defensa de los proce-
dimientos, en especial de la posibilidad de ser oído y vencido en juicio, según
la fórmula clásica, o lo que es lo mismo, de la posibilidad de ejercer el derecho
de defensa. El derecho al debido proceso comprende no solo la observancia de
los pasos que la ley impone a los procesos judiciales y a los procesos y trámites
administrativos, sino, también el respeto a las formalidades propias de cada
juicio, que se encuentran, en generaL contenidas en los principios que los ins-
piran, el tipo de intereses en litigio, las calidades de los jueces y funcionarios
encargados de resolver 99.

Asimismo, la Corte Constitucional en sentencia C-200 del 19 de marzo de


2002, señala que en la Convención Americana sobre Derechos Humanos y la
Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, el debido proceso
es un principio que debe entenderse como aplicable, en lo esencial, a todas las
garantías judiciales y al contener principios convertidos en esenciales garantías.
De la misma forma plantea que el principio del debido proceso no puede
suspenderse con motivo de las situaciones de excepción, al respecto expresa:
El derecho al debido proceso consagrado en el artículo 8° de la Convención,
al no poder ser suspendido durante los estados de excepción y al tratarse
de una norma de derechos humanos contenida en un tratado ratificado por
Colombia, hace parte del bloque de constitucionalidad y debe ser tomado
en cuenta por esta Corporación para el análisis de constitucionalidad de las
disposiciones demandadas IOo .

99 Sentencia N° T-516/92. Magistrado ponente Fabio Morón Díaz, septiembre quince (15) de mil
novecientos noventa y dos (1992).
100 Corte Constitucional, Sent. C-200, 19 de marzo de 2002. magistrado ponente, Álvaro Táfur
Galvis.

• 81
Mónica María Bustamante Rúa

En esta misma Providencia afirma la Corte que:


En nuestro ordenamiento jurídico se garantiza plenamente el debido
proceso en sus diferentes componentes -principio de legalidad, juez
natural, derecho de defensa, presunción de inocencia, derecho a presentar
y controvertir pruebas, principio de favorabilidad ...- en perfecta armonía
con las disposiciones internacionales sobre la materia y en particular con las
normas de la Convención Americana de Derechos del Hombre a que se ha
hecho referencia.H)J

En el área penal. por ejemplo, la doctrina define el debido proceso como


"todo ese conjunto de garantías que protegen al ciudadano sometido a cualquier
proceso, que le aseguran a 10 largo del mismo una recta y cumplida Administra-
ción de Justicia; que le aseguran la libertad y la seguridad jurídica, la naciona-
lidad y la fundamentación de las resoluciones judiciales conforme a derecho".102
En torno a la interpretación que se tiene del debido proceso en el contexto del
proceso penal, el doctrinante Argentino Adolfo Alvarado Velloso expresa que
... supone el derecho a la jurisdicción que, como tal. es imprescriptible,
irrenunciable y no afectable por las causas extintivas de las obligaciones ni
por sentencia; que tal derecho implica el libre acceso al tribunal. la posibilidad
plena de audiencia, la determinación previa del lugar del juicio, el derecho
del reo de explicarse en su propia lengua, la obtención de un procedimiento
público, eficaz, sin dilaciones y adecuado a la naturaleza del caso justiciable,
la seguridad de contar con la asistencia letrada eficiente desde el momento
mismo de la imputación, la plena posibilidad de probar con la utilización de
todos los medios legales procedentes y pertinentes. 103

Pero también supone que


... la sentencia sea dictada por unjuez objetivo, en forma completa (referida
a todos los hechos esenciales con eficacia decisiva y al derecho aplicable),
legitima (basada en pruebas válidas) y sin omisión de las esenciales), lógica
( adecuada a las reglas del pensamiento lógico y a la experiencia común),
motivada (debe ser una derivación razonada del derecho vigente con relación
a la pretensión esgrimida y en función de los hechos probados en el proceso)
y congruente (debe versar exclusivamente acerca de lo pretendido y resistido
por las partes). H)4

101 Corte Constitucional. Sent. C-200, 19 de marzo de 2002, magistrado ponente, Álvaro Táfur
Galvis.
102 VELASQUEZ V. Fernando. Manual de Derecho Penal. Parte General. Bogotá: Editorial Temis,
2004. p. 38.
IOJ ALVARADO VELLOSO, Adolfo. El debido proceso. En: Temas Procesales: Revista del Centro de
Estudios de Derecho Procesal, numero 9, 1989, MedelIín, pp. 71-72.
10-1 Ibíd., p. 72 .

• 82
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

En atención a las anteriores consideraciones, sin los principios procesales es


imposible construir un debido proceso, conclusión a la que llega Adolfo Alvarado
Velloso, al afirmar que el debido proceso es precisamente el proceso que
respeta los principios establecidos desde el texto constitucional 105 • Entendemos
entonces por el término debido, lo correcto, lo adecuado; el término denota la
forma o el modo de hacer algo con el debido cuidado y en el tiempo adecuado;
la actividad que se realiza según la Constitución y la ley que la regula para
que sea debida, lícita o legal. Asimismo, comprendemos por proceso el método
o forma de realizar o cumplir aquello que resulta ser debido, lícito o legal;
la palabra proceso denota en esta forma el método particular de hacer algo
comprendiendo fases o etapas procesales sujetas a un modo de hacerlas cuyo
conjunto está regido por principios que le dan validez y eficacia.
De otro lado cabe destacar cómo el debido proceso se ha institucionalizado
en tanto derecho de doble naturaleza, como derecho humano en el ámbito
internacional y como derecho fundamental en el ámbito nacional. Como derecho
humano en el ámbito internacional, el debido proceso ha sido institucionalizado
en diversos convenios y pactos que forman parte del derecho internacional de
los derechos humanos. En aquellas normas se hace referencia a los principios
de legalidad, del juez natural, de favorabilidad, de defensa, acceso a la justicia
ya la segunda instancia, entre otros.
En ese sentido, la Corte Constitucional, en la sentencia C-252 de 2001,
ha enfatizado que el ámbito de los derechos fundamentales no es sólo el que
delimitan las disposiciones de la Constitución, sino también el que se conforma
por los derechos humanos que aparecen en las normas convencionales de
derecho internacional 106 .
En un segundo plano, el debido proceso se encuentra institucionalizado como
derecho fundamental en el orden nacional en el artículo 29 de la Constitución
Política, disposición que es coherente con los contenidos de los artículos 2°, 5°,
31, 33 y 228 de la carta política que desarrolla los principios de independencia,
publicidad, celeridad, desconcentración y autonomía en el cumplimiento de la
función jurisdiccional J07 .
Finalmente, en tanto debido proceso legal, se ha indicado que es
... el instrumento necesario para la obtención de la tutela judicial por
parte del órganos jurisdiccional constitucionalmente señalado para dicho
efecto, a partir del cumplimiento de sus principales finalidades: el acceso al
ideal humano de la justicia, el otorgamiento de la necesaria paz social para el

105 Ibíd., p. 84.


106 BERNAL PULIDO, Carlos. Op. cit., pp. 338-339.
107 Ibíd., pp. 347-349.

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Mónica María Bu.stamante Rúa

gobierno de los hombres en un Estado Democrático de Derecho y la solución


concreta de las controversias intersubjetivas de los particulares otorgándoles
a cada uno lo que en derecho corresponda 108 .

2.7. LOS PRINCIPIOS PROCESALES

2.7.1. El principio de prevalencia constitucional 109


El profesor Alonso Rico Puerta plantea que es una regla de reconocimiento de
todo el orden jurídico, que condiciona la creación, interpretación, aplicación
ejecución de todas las normas jurídicas, de los principios y valores.
Como lo sostiene el doctor José Fernando Ramírez.
Este principio comprende dos principios que lo estructuran: la supremacía
de la Constitución y la constitucionalización de todo el ordenamiento jurídico.
A partir de ellos se elabora una teoría del derecho conforme a la Constitución,
radicando ahí el carácter generaL .. , en tanto creación, interpretación e
integración del ordenamiento jurídico debe realizarse en armonía con los
principios constitucionales, porque ellos son la base del ordenamiento, hacen
la unidad del mismo, no sólo formal sino material al hacer efectivos los valores
que la misma constitución señala, los cuales así d~jan de ser meramente
programáticos 110.

La Corte Constitucional ha dilucidado que la Constitución en su parte


orgánica adquiere sentido y razón de ser como aplicación efectiva de los
principios y derechos consignados en la parte dogmática de la misma, y no es
posible interpretar una institución o procedimiento previsto por la Constitución
por fuera de los contenidos materiales plasmados en los principios y derechos
fundamentalesl!l.

108 QUIROGA LEÓN, Aníbal. Op. cit., p. 318: "El Due Process of Law no es otra cosa, se señala, que
la institución de origen anglosajón referida al Debido Proceso Legal como garantía con sustrato
constitucional del proceso judicial, definida por un concepto que surge del orden jurisprudencial
y de la justicia que respaldan la legitimidad de la certeza del derecho finalmente determinado
en su resultado. Por ello el Debido Proceso Legal -que garantiza la correcta aplicación y vigencia
del proceso judicial- es a su vez una garantía de la Tutela Judicial Efectiva; y ello, a su vez, es
elemento indispensable para la consecución de la finalidad del propio proceso judicial. Son pues,
conceptos imbricados, casi sinónimos".
109 Sentencias T-006/92, T-406/92, T-441/92, C-479/92, T-614/92, C-131/93.
Artículo 4 de la Constitución Política. Supremacía de la Constitución y obligación política de
obedecerla. "La Constitución es norma de normas. En todo caso de incompatibilidad entre la
Constitución y la ley u otra norma jurídica, se aplicarán las disposiciones constitucionales.
"deber de los nacionales y los extranjeros en Colombia acatar la Constitución y las leyes y respetar
y obedecer a las autoridades':
110 RAMÍREZ, José Fernando. Op. ciL p. 110.
III Sentencia T-406 de 1992 .

• 84
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

2.7.2. El principio de libre acceso a la justicia 112


Este es el concepto moderno del derecho de acción, como uno de los pasos que
lo integran al concebirlo como tutela judicial efectiva.
La Corte Constitucional ha interpretado que el acceso a la Administración
de Justicia no puede limitarse a un acceso meramente formal, sino que
debe ampliarse a un acceso material, esto es, se trata de un derecho que
implica que la persona obtenga durante el proceso posibilidades reales de
ser escuchada, que sus argumentos y alegaciones sean evaluados, que sean
tramitadas sus pretensiones, para procurar que la decisión judicial sea reflejo
de los valores jurídicos fundamentales. Asimismo, destaca que los jueces están
obligados a garantizar el derecho fundamental de todo ciudadano de acceder
a la Administración de Justicia, en procura de la defensa de sus derechos e
intereses. El incumplimiento de este deber judicial sitúa a los ciudadanos, en
palabras de la Corte, en un inaceptable estado de indefensión, y socava los
fundamentos del Estado de derecho.
Al respecto ha señalado que
... el acceso a la Administración de Justicia implica, entonces, la posibilidad
de que cualquier persona solicite a los jueces competentes la protección
o el restablecimiento de los derechos que consagran la Constitución y la
ley, sin embargo, la función en comento no se entiende concluida con la
simple solicitud o el planteamiento de las pretensiones procesales ante las
respectivas instancias judiciales; por el contrario, el acceso a la Administración
de Justicia debe ser efectivo, lo cual se logra cuando, dentro de determinadas
circunstancias y con arreglo a la ley, el juez garantiza una igualdad a las
partes, analiza la pruebas, llega el libre convencimiento, aplica la Constitución
y la ley, si es el caso, proclama la vigencia y realización de los derechos
amenazados ° vulnerados.
La Corte Constitucional, al analizar el artículo que desarrolla el principio de
"acceso a la justicia" contemplado en la Ley Estatutaria de la Administración
de Justicia l!3, expresó que el derecho de todas las personas de acceder a la
Administración de Justicia se relaciona de manera directa con el deber del
Estado de comprometerse con los fines propios de un Estado social de derecho
y de manera particular con la prevalencia de la convivencia pacífica, la vigencia

I12 Artículos 2, 3. 13, 23, 229 de la Constitución Política. Sentencias T-006, T-419/92. T-572/92.
C-003/93. T-348/93. T-368/93 T-399/93, T-421/93. T-440/93 C-112/93, C-059/93. C-173/93,
T-386/95. C-179/95. T-004/95. T-190/95. C-084/95. C-037/96, y T-325/98.
113 "El Estado garantiza el acceso de todos los asociados a la Administración de Justicia. Será de su
cargo el amparo de pobreza y el servicio de defensoría pública. En cada municipio habrá como
mínimo un defensor público".

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Mónica María Bustamante Rúa

de un orden justo, el respeto a la dignidad y la protección a los asociados en sus


derechos más preciados.
De allí que encuentre que el acceso a la Administración de Justicia implique
la posibilidad de que cualquier persona solicite a los jueces competentes la
protección y el restablecimiento de sus derechos consagrados en la Constitución
y en la ley; sin embargo, observa que este principio no se alcanza por el
solo hecho de que las partes formulen sus pretensiones ante las instancias
judiciales; por el contrario, para que sea efectivo, el juez debe garantizar la
igualdad de las partes, analizar las pruebas, aplicar la Constitución y a ley,
entre otras cuestiones.
Así valora la Corte que al consagrarse en la Ley Estatutaria de la
Administración de Justicia el principio de acceso efectivo a la Administración
de Justicia, se están desarrollando los postulados constitucionales consignados
en los artículos 29 y 22; en virtud de ellos declara exequible la norma 1l4 .

2.7.3. El principio de gratuidad1!5


Ha señalado la Corte Constitucional 116 que aunque la Constitución Política no
hace referencia expresa al principio de gratuidad en el acceso a la Administración
de Justicia, este principio se infiere lógicamente de los objetivos que persigue la
labor de administrar justicia y la realización efectiva del principio de igualdad
contenido en el artículo 13 de la Constitución.
Teniendo en cuenta que uno de los postulados del Estado social de derecho es
la prestación seria, responsable y eficiente de la justicia, para la materialización
de un orden justo y la operatividad de la justicia se requiere de mecanismos
idóneos para que toda persona pueda acceder a ella en condiciones de igualdad.
Anota la Corte Constitucional que esas condiciones de igualdad no se
predican únicamente de las oportunidades para acceder a la Administración
de Justicia, sino también de las condiciones mismas en que se accede. En

114 "En igual sentido. la norma bajo examen establece. en cabeza del Estado. el cargo derivado del
amparo de pobreza. así como el servicio de defensoría pública. En cuanto a la primera figura. cabe
señalar que ella se instituyó en el ordenamiento jurídico colombiano con el fin de que aquellas
personas que por sus condiciones económicas no pudiesen sufragar los gastos derivados de un
proceso judicial. contaran con el apoyo del aparato estatal en aras de garantizar un efectivo acceso
a la administración de justicia (Art. 229 c.P.). un debido proceso y la consecuente posibilidad de
ejercer el derecho de defensa (Art. 29 C.P.). Es por ello que la legislación colombiana consagra
los mecanismos necesarios para hacer efectivo el amparo de pobreza. tal como se desprende de
lo dispuesto en los artículos 160 y siguientes del Código de Procedimiento Civil (modificados por
el Decreto 2282 de 1989) y en el artículo 43 del Código de Procedimiento Penal. entre otros".
Sentencia de constitucionalidad Ley Estatutaria de la Administración de Justicia.
115 Ver sentencias T-518/94. T-522/94. C-480/95. C-037/96.
116 Sentencia C-037/96 de 5 de febrero de 1996. Magistrado Ponente Dr. Vladimiro Naranjo Mesa .

• 86
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

razón de ello, se interpreta que el principio de gratuidad apunta a efectivizar,


a su vez, el derecho fundamental a la igualdad; si bien toda persona tiene el
derecho de acceder sin costo alguno ante la Administración de Justicia en
virtud del principio en mención, no sucede lo mismo con los gastos necesarios
para obtener la declaración de un derecho. Por tal razón, la mayoría de las
legislaciones del mundo contemplan la condena en costas -usualmente a quien
ha sido vencido en el juicio-, así como las agencias en derecho, esto es, los
gastos en que incurrió la parte favorecida o su apoderado (a través de escritos,
diligencias, vigilancia, revisión de expedientes) durante todo el trámite judicial.
Se trata de restituir los desembolsos realizados por quienes presentaron una
demanda o fueron llamados a juicio y salieron favorecidos del debate procesal.
Precisamente, la Ley Estatutaria de la Administración de Justicia, ley 270 de
1996, contemplaba en el artículo 6 0 el principio de gratuidad así: "La Adminis-
tración de Justicia será gratuita y su funcionamiento estará a cargo del Estado,
sin perjuicio de las expensas, agencias en derecho y costos judiciales que ha-
brán de liquidarse en todos los procesos sin excluir a las entidades públicas".
Dicho artículo fue modificado por el artículo 2 0 de la ley 1285 del 22 de enero
de 2009, así:
La Administración de Justicia será gratuita y su funcionamiento estará a
cargo del Estado, sin perjuicio de las agencias en derecho, costas, expensas y_
aranceles judiciales que se fijen de conformidad con la ley.
No podrá cobrarse arancel en los procedimientos de carácter penal,
laboral, contencioso laboral, de familia, de menores, ni en los juicios de
control constitucional o derivados del ejercicio de la tutela y demás acciones
constitucionales. Tampoco podrá cobrarse aranceles a las personas de escasos
recursos cuando se decrete el amparo de pobreza o en aquellos procesos o
actuaciones judiciales que determinen la ley.
El arancel judicial constituirá un ingreso público a favor de la rama judicial.

Al estudiar el articulado la Corte Constitucional 117 señala que aunque la


Constitución Política no hace referencia expresa al principio de gratuidad en el
acceso a la Administración de Justicia, este principio se infiere de los objetivos
mismos que persigue la tarea de administrar justicia y de la realización plena
del derecho a la igualdad.
Anota, entonces, sobre las condiciones de igualdad para acceder a la
Administración de Justicia, que cumple un lugar preponderante la capacidad

ll7 Sentencia C-037/96 Revisión constitucional del proyecto de ley número 58/94 Senado y 264/95
Cámara, "Estatutaria de la Administración de Justicia". Santa Fe de Bogotá, D.C.; cinco (5) de
febrero de mil novecientos noventa y seis (1996).

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Mónica María Bustamante Rúa

económica de las partes, pues la administración de justicia no puede colocar una


de ellas en situación de privilegio frente a la otra y propiciar la discriminación.
Sin embargo, aclara que no se trata de que aquellos gastos que originó el
funcionamiento o puesta en marcha del aparato judicial tenga igualmente que
someterse al principio de gratuidad, pues, aunque toda persona tiene derecho a
acceder sin costo alguno ante la Administración de Justicia, no sucede lo mismo
con los gastos necesarios para obtener la declaración de un derecho.
Por tal razón, la mayoría de las legislaciones del mundo contemplan la
condena en costas -usualmente a quien ha sido vencido en el juicio-, así
como las agencias en derecho, esto es, los gastos en que incurrió la parte
favorecida o su apoderado (a través de escritos, diligencias, vigilancia, revisión
de expedientes) durante todo el trámite judicial. Se trata, pues, de restituir
los desembolsos realizados por quienes presentaron una demanda o fueron
llamados a juicio y salieron favorecidos del debate procesal.

2.7.4. El principio de interés público o general del proceso 118


Todo tipo de proceso es de interés público general, porque con ellos se persiguen
y garantizan la armonía, la paz social y la justicia social. En ese orden de ideas,
la solución del conflicto y la efectividad de los valores jurídicos, interesan
directamente a la comunidad en interés general, toda vez que de ello depende
la vigencia y la permanencia del grupo social bajo un contexto de convivencia
pacífica y armónica.
Este principio es, en consecuencia, una de las características esenciales de
la organización política, ratificado en varias normas constitucionales, como lo
es el artículo 58 de la Carta Política. De esa manera, el principio de prevalencia
del interés general privilegia la condición social, trasciende el interés privado
o particular. El interés general es el interés público, porque se entiende que el
Estado es social y está organizado para beneficio del hombre y la sociedad. Es
uno de los fines del Estado la prosperidad general y social, pero se reconoce
que este principio tiene un límite, el de los derechos fundamentales de toda
persona humana 1l9 .

2.7.5. El principio de obligatoriedad de los procedimientos fijados en la ley 120


El derecho procesal ha sido catalogado como un derecho formal por su carácter
instrumental y bajo el entendido de que las formas son garantías del debido
118 Preámbulo. Artículos 1° y 2° de la Constitución Política. Sentencia T-551/92, SU 491/93, C-309/97.
119 En RAMÍREZ GÓMEZ, José Fernando. Op. Cit.. p. 189.
120 Ver artículos 29, 84 Y 228 de la Constitución Política. Devis Echandía lo clasifica como un principio
fundamental del proceso. Sentencias: C-407/97, T-602/98, T-795/98, SU-429/98, T-242/99,
T-323/99, C-383/00, C-384/00, C-927/00 .

• 88
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

proceso, el derecho de defensa y la seguridad jurídica. Las disposiciones legales


señalan cuáles son los procedimientos que se han de seguir para cada tipo de
proceso o para obtener determinada declaración judicial, y no son posibles su
modificación u omisión, salvo cuando la ley expresamente lo autoriza l21 .
Lo anterior significa que las ritualidades del derecho procesal son obligatorias
por su carácter general e imperativo; sin embargo, excepcionalmente, las partes
pueden renunciar válidamente a traslados, términos y ritualidades establecidas
a su favor, a condición de que solo miren el interés individual del litigante y no
el general del procesat 22 .
Las reglas relativas al proceso son fijadas por el ordenamiento jurídico, en la
Constitución y en la ley como desarrollo de la misma. Estas reglas procesales
que establecen, organizan y regulan los actos procesales son de orden público;
en consecuencia, la autonomía de la voluntad se subordina frente a tales
disposiciones.
De allí que el derecho procesal sea considerado derecho formal, en cuanto
regula las formas procesales -condiciones de tiempo, modo y orden en que se
desarrollen- aplicables por el órganos jurisdiccional. Aquella forma previa y
legalmente establecida garantiza la seguridad jurídica, la certeza y la igualdad
en el proceso para todos los sujetos del proceso, como condición de eficacia
jurídica del procedimiento y de los actos procesales.
Frente a la forma del procedimiento, entendido este como el conjunto seriado
de actos procesales que en su unidad dan lugar a un tipo de proceso fijado en
la ley, esencialmente el legislador predetermina el tipo de procedimiento, cuya
estructura se adecua al derecho sustancial que se reclama y a la pretensión que
se formula, al presentar frente al proceso tipo -el ordinario- abreviaciones de
las etapas procesales, de los términos -conservando en general su estructura-,
salvo que se cambie totalmente para dar paso a los procedimientos especiales.
Aquí la garantía del debido proceso indica que este debe desenvolverse por
el procedimiento que le señala la ley, agotando todas las etapas procesales
en el orden y la forma como lo concibe la norma. Y respecto a la forma de
los actos procesales l23 , esta hace alusión a la función de cada acto procesal,
esto es, la forma indica legalmente las condiciones que debe reunir el acto
procesal para producir un efecto jurídico, entendida la forma como el conjunto
de solemnidades y requisitos que debe cumplir un acto procesal para que sea
idóneo.

'" Ver artículo 6° del Código de Procedimiento Civil.


122 Ver artículos 110. 157, 170, 186,342 del Código de Procedimiento Civil.
123 Se entiende por acto procesal o acto procedimental. todo aquel que realiza un sujeto a fin de

iniciar, continuar o extinguir auto compositivamente el desarrollo del procedimiento.

• 89
Mónica María BlL'itamame Rúa

Ahora bien, el principio del formalismo procesal tiene justificación en la


medida que esté instituido para la protección de las garantías procesales
relacionadas con el debido proceso, la defensa y la igualdad. En ese sentido ha
señalado la doctrina que la ley procesal fija la forma que corresponde a cada acto
procesal; las formas que caracterizan el derecho procesal. son legisladas. La ley
estatuye cómo se debe desarrollar la actividad procesal, en qué oportunidad,
en qué tiempo y lugar. Las formas existen y son necesarias como instrumento,
por eso cada una cumple un fin en el proceso, aun cuando cada fin inmediato
se unifique en el mediato, que es la producción de la sentencia justa l24 .

Frente a este principio ha señalado la Corte Constitucional que:


... en la medida en que el derecho sustancial prevalece sobre las formas
procesales, como mandato que irradia todo el ordenamiento jurídico y, muy
especialmente, las actuaciones destinadas a cumplir con la actividad judicial.
es que las formas procesales que la rijan deben propender al cumplimiento de
los propósitos de protección y realización del derecho material de las personas
ya la verdadera garantía de acceso a la administración de justicia. Con ello no
se quiere significar que las reglas de procedimiento, legalmente establecidas,
puedan resultar inobservadas sin discriminación por los funcionarios encargados
de conducir el respectivo proceso; por el contrario, éstas deben aplicarse con
estricto rigor en la medida de su eficacia para realizar los derechos e intereses
de la personas, so pena de convertir en ilegítimos los actos efectuados sin su
reconocimiento l25 •

2.7.6. Principio del carácter exclusivo y obligatorio de la función jurisdiccional-


autoridad l26
Este principio también se encuentra consagrado en el artículo 29 de la
Constitución Política cuando enuncia que la persona debe ser juzgada por eljuez
competente; aquí se comprenden todas las cualidades referidas al juez. Esto es,
se tiene derecho aljuezjurisdiccional o aljuez natural. fijado previamente como
el competente para conocer del asunto.
La profesora Beatriz Quintero lo denomina "principio de exclusividad de la
función jurisdiccional", y enuncia que la función jurisdiccional es una función
soberana; por consiguiente, sólo el Estado puede ejercer dicha jurisdicción, ade-
más, dentro de éste, únicamente el órgano jurisdiccional debe ejercer jurisdic-
ción. Se rechaza de esa manera el ejercicio de jurisdicción por cualquier poder
paralelo al Estado, toda vez que ello resulta lesivo de la soberanía del Estado.
]2, Al respecto se puede consultar la obra de la maestra Beatriz Quintero de Prieto.
125 Sentencia C-383/00. Magistrado ponente: Álvaro Tafur Galvis.
126 Ver artículos 2° inc. 2, 31, 23, 116 Y 228 de la Constitución Política. Devis Echandía lo clasifica
como un principio fundamental del derecho procesal.

• 90
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

Dice la Corte 127 que uno de los presupuestos esenciales de todo Estado, en
especial del Estado social de derecho, es contar con una debida Administración
de Justicia. A través de ella se protegen y se hacen efectivos los derechos,
las libertades y las garantías de la población, y se definen igualmente sus
obligaciones y deberes que le asisten a la administración y a los asociados. Es un
compromiso general para alcanzar la convivencia social y pacífica, mantener la
paz social, y asegurar la integridad del orden político, económico y social justo.
Este principio se plantea como fundamento de la organización política del
Estado,128 porque cuando éste proscribe la utilización de la fuerza privada
y excepciona la autocomposición de los conflictos, se ve compelido a crear
los órganos (poder judicial) y a establecer los instrumentos (proceso) para la
heterocomposición del conflicto, como algo exclusivo, permanente y obligatorio.
Este postulado tiene una naturaleza bifronte 129: dogmática y orgánicas.
La primera es un derecho fundamental de los justiciables, porque frente al
derecho de acción otorgado a la persona existe el deber del Estado de ejercer la
función pública de administrar justicia, con la implicación de la cosa juzgada, la
eficacia y fuerza vinculante de la decisión, y la obligatoriedad. La segunda exige
el establecimiento permanente de un órgano encargado de ejercer la función
jurisdiccional, que es un deber-poder.
El artículo 116 de la Constitución Política expresamente autoriza los
equivalentes jurisdiccionales, a quienes se les atribuye función jurisdiccional.
Son las partes en estos casos quienes pueden declinar el derecho a lajurisdicción
permanente del Estado pactando cláusulas compromisorias o compromisos
conforme a la ley o autorizando al conciliador para ejercer la función mediadora
y la jurisdiccional. En contraste con el principio de la exclusividad, la misma
Constitución asigna función jurisdiccional a los otros órganos o a los particulares,
a la manera de equivalentes jurisdiccionales.

2.7.7. El principio de imparcialidad de la autoridad judicial 130


El único interés legítimo del juez en el proceso es el de procurar una recta
Administración de Justicia. Por ello, el principio de imparcialidad exige la
ausencia de todo interés en su decisión. Al juez se le restringe conocer y resolver
asuntos en que sus intereses personales se encuentren en conflicto, pues ilógico
resultaría que el juez fuese juez y parte al mismo tiempo. Las circunstancias

127 Ver Sentencia C-037 de 1996.127 Ibíd., p. 115.


'28 RAMÍREZ, José Fernando. Op. cit., p. 115.
l29 Ibíd., p. 115.
130 Ver: artículos 1°, 4°, 29, 228, 229 Y 230 de la Constitución Política. Sentencias T-582/92 y
T-055/95, C-037/96, C-657/96, C-540/93, C-083/95, T-657/98, C-365/00.

• 91
Mónica María Bustamante Rúa

exógenas del proceso tales como el interés, el afecto, la animadversión y el amor


propio no deben incidir en el ánimo interno del juez y afectar de alguna manera
el contenido de su decisión; de ahí las causales de impedimento y recusación
que en todos los códigos de procedimiento se han establecido131 •
Al respecto señala José Fernando Ramírez que:
La imparcialidad surge como consecuencia de la independencia y se expone
como elemento integrante del núcleo esencial del debido proceso.
La heterocomposición como forma para la solución del conflicto de intereses
exige la presencia de un tercero imparcial. es decir, el juez. Ser tercero a
las partes, extraño a la causa y ajeno a las posiciones e intereses de ellas,
son condiciones para la imparcialidad. Desde luego que imparcialidad no
puede asimilarse a neutralidad, porque al contrario de otras actividades o
disciplinas, la del juez exige un compromiso con la verdad y la justicia, que
a la postre se expresa en juicios de valor que cuestionan o controvierten la
posición de las partes'32.

Considera la Corte Constitucional que la imparcialidad se predica del derecho


de igualdad contenido en el artículo 13 de la Constitución Política; anota que no
se trata sólo de un asunto moral y ético, sino también de responsabilidadjudiciaI.
Para alcanzar estos propósitos se espera que los jueces se comprometan en los
ideales y el valor de la justicia, para lo cual no basta el conocimiento de la ley y
el procedimiento, sino que se requiere, adicionalmente, demostrar en todas las
actuaciones judiciales los valores de la rectitud, la honestidad y la moralidad 133 •

2.7.8. Principio de independencia de la autoridadjudicial 134

Para que se pueda obtener el fin de una recta aplicación de la justicia, es


indispensable que los funcionarios encargados de esta delicada y alta misión

'31 Ver artículos 149 y ss. del Código de Procedimiento Civil en materia de impedimentos y
recusaciones.
132 RAMÍREZ. José Fernando. Op. Cit.
133 Sentencia C-037/96. Revisión constitucional del proyecto de ley número 58/94 Senado y 264/95
Cámara, "Estatutaria de la Administración de Justicia'; cinco (5) de febrero de mil novecientos
noventa y seis (1996).
13' Ver: artículos 4,113, 125,238,230, 256 Ord. 1 de la Constitución Política. Sentencias T-006/92,
T-490/92, C-543/92, T-290/93, C-171/93, C-417/93, T-147/93, C-486/93, T-231/94, T-035/94,
C-224/94, C-176/94, T-90/95, T-249/95, T-285/95 T-249/95, C-037/96, SU-111/97, T-460/98,
T-204/98, T-321/98, T-452/98, T-452/98, T-1Q0/98, T-162/98, T-001/99, T-001/99, T-126/99,
T-961/00, C-037/00, T-694/00, T-106/00, -267/00, C-365/00. Devis Echandía lo clasifica como un
principio fundamental del derecho procesal.
Artículo 228 de la Constitución Política. Principios de la Administración de Justicia. La
Administración de Justicia es función pública. Sus decisiones son independientes. Las actuaciones
serán públicas y permanentes con las excepciones que establezca la ley y en ellas prevalecerá el
derecho sustancia. Los términos procesales se observarán con diligencia y su incumplimiento será
sancionado. Su funcionamiento será desconcentrado y autónomo .

• 92
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

puedan obrar libremente en cuanto a la apreciación del derecho y de la equidad,


sin tener más obstáculos que las reglas que la ley le fije en cuanto a la forma de
adelantar el proceso y de proferir su decisión. Este principio rechaza toda coacción
ajena en el desempeño de sus funciones, porque las decisiones del juez y sus
valoraciones deben estar apegadas a los postulados y garantías constitucionales.
Este principio es denominado como principio de independencia del órgano
jurisdiccional, respecto al cual se reflexiona que es otro de los principios que
emana de la idea republicana de gobierno. El artículo 228 de la Constitución así
lo consagra: " La Administración de Justicia es función pública ... Sus decisiones
son independientes ... su funcionamiento desconcentrado y autónomo ... ". De
esta manera se puede aludir a una independencia externa en consideración a
las demás ramas u órganos autónomos del poder público, y a una independencia
interna como que las decisiones jurisdiccionales no toleran la existencia de je-
rarquías, de tal manera que su estructura vertical tan solo puede significar una
superioridad en grado de conocimiento, establecida entre el que se denomina
juez de instancia o juez a qua y el de segundo grado de conocimiento o juez ad
quemo Justamente lo expresa el artículo 230 de la Constitución: "Los jueces en
sus providencias, sólo están sometidos al imperio de la ley". El juez en el de-
sempeño de su función jurisdiccional no tiene otro superior que la ley procesal.

El artículo 5° de la Ley Estatutaria de la Administración de Justicia define el


principio de autonomía e independencia de la rama judicial; frente a la norma,
la Corte Constitucional reflexionó que el propósito fundamental de la función
judicial dentro de un Estado de derecho es el de impartir justicia a través de
diferentes medios; para hacerlo la tarea de administrar justicia debe apoyarse
en dos principios fundamentales: la independencia y la autonomía judicial.

Frente a la independencia, señala que hace alusión a que los funcionarios


encargados de administrar justicia no pueden ser sometidos a ningún tipo de
presiones, insinuaciones, recomendaciones, exigencias, determinaciones o
consejos por parte de otros órganos del poder -incluso de la misma ramajudicial-
sin perjuicio del ejercicio legítimo por parte de otras autoridades judiciales de
sus competencias constitucionales y legales; adicionalmente, precisa que la
independencia se predica también " ... como lo reconoce la disposición que se
estudia, respecto de los superiores jerárquicos dentro de la rama judicial".

Recalca la Corte que la autonomía del juez es absoluta. Por ello, el artículo
228 de la Carta Política establece que las decisiones de la Administración de
Justicia son independientes, principio que se reitera en el artículo 230 de la
misma Constitución al decir que los jueces en sus providencias sólo están
sometidos al imperio de la ley.

• 93
Mónica María BU,5tamante Rúa

2.7.9. El principio de publicidad 135


Este principio indica que no pueden existir juicios secretos ni procedimientos
ocultos. La publicidad hace especialmente referencia al debate probatorio, la
motivación de la sentencia, la intervención de las partes y sus apoderados y a
la notificación de las providencias. Bajo este principio todo tipo de actuación
sin importar la clase de proceso, tanto orales como escritas, deben ser públicas;
sin embargo, se precisa que la ley puede limitar o restringir la publicidad para
terceras personas o persona ajenas al proceso por razones de reserva autorizada
o por cuestiones de seguridad, lo que puede suceder en el proceso penal.
En ese sentido, la publicidad consiste en dar a conocer las actuaciones
realizadas en el proceso por el funcionario judicial, la cual puede ser considerada
desde dos puntos de vista: a) Publicidad interna, que se refiere a que las partes
conozcan todos los actos llevados a cabo por el juez en el proceso. Ejemplo,
el demandado no se entera de manera directa de la demanda sino que se
entera de ella mediante la notificación del auto que la admite; es por esto
que la publicidad se cumple mediante la notificación de la providencia. Y b) la
publicidad externa, que es la posibilidad de que personas extrañas al proceso
conozcan lo que está ocurriendo en el mismo y presencien la realización de
determinada diligencia 136 .
La Corte Constitucional 137 ha señalado que el debido proceso es aplicable
tanto a actuaciones judiciales como administrativas, y contempla como uno
de sus principios esenciales el de la publicidad de los actos y decisiones que se
expidan en aquellas actuaciones.
Valora la Corte que los actos de comunicación procesal son un medio eficaz
para que las partes y las personas legitimadas para intervenir en el proceso
conozcan acerca del desarrollo de este, así como del contenido de las decisiones
que en él se profieran; de esta manera se configura en una garantía de la defensa
de los derechos e intereses allí debatidos y de contradicción, contenidos dentro
del marco del debido proceso138 . Así, de la vigencia del principio de publicidad
aplicado a los actos procesales resalta tres aspectos: el primero de ellos, que se
debe predicar publicidad efectiva de los actos o decisiones producidos por una
autoridad dentro de un proceso para garantizar la defensa y la contradicción. El
segundo, que el legislador establece para cada proceso y actuación las formas
de notificación, razón por la cual todo proceso se somete a la observancia de
135 Ver: artículos 29 y 228 de la Constitución de Política, Sentencias T-531/92. T-187/93, T-361/93,
C-275/93, C-060/94, T-071/94, T-504/94, T-055/ 94 T-532/94, T-037/96, C-425/96, C-038/96
SV 250/98, T-051/99. SU 337/99, C-383/00, C-646/00.
136 AZULA CAMACHO. Op. Cit., p. 74,

m SENTENCIA C-956/99. Magistrado ponente Álvaro Tafur Galvis


13B Ver la Sentencia T-361/93, M. P. Eduardo Cifuentes Muñoz,

• 94
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

las formas propias de cada juicio. Y en tercer lugar, la comunicación del acto
procesal o de la decisión debe ser realizada en la debida forma, para efectos de
la certeza de su contenido y alcances -recursos que proceden y términos de
ejecutoria-o
Para José Fernando Ramírez, en su publicación Principios constitucionales
del derecho procesal, este principio tiene dos fines: " ... proteger a las partes
de un proceso sustraído al control público y mantener la confianza de la
comunidad en los tribunales"139. Asimismo, destaca que la motivación de la
sentencia es consecuencia necesaria del principio de publicidad, pues hace de
la sentencia una cuestión racional y no emocional. que garantiza que se aleje la
arbitrariedad del juez. De otro lado reconoce que la motivación de las sentencias
permite la aplicación del derecho de manera efectiva e imparcial. facilita el
control de la actividad judicial, es instrumento para conocer la jurisprudencia,
permite el mejoramiento o perfeccionamiento de las resoluciones judiciales y
es presupuesto para la efectividad del derecho de defensa.

2.7.10. El principio de bi1atera1idad de la audiencia 140

a. Principio de contradicción o derecho de defensa


La doctrina ha identificado este principio con la necesidad de oír a la persona
contra la cual se va a surtir la decisión y la garantía del derecho de defensa,
esto es, se pretende que nadie sea condenado sin haber sido oído y vencido
en el proceso por los trámites legales. Este principio se integra por el derecho
que tiene la parte de oponerse a la realización de un determinado acto y a la
posibilidad que tiene la parte de controlar la regularidad y cumplimiento de
los preceptos legales.
Este principio de la bilateralidad de la audiencia se conoce también como
principio del contradictorio o derecho de defensa 141; significa que un juez no
pueda decidir una pretensión si la persona en contra de quien ha sido propuesta
no ha tenido oportunidad de ser oída. Este principio implica un tratamiento
igualitario de las partes, de tal manera que puedan gozar de idénticas y
139 RAMÍREZ, José Fernando. Op. Cit., pp. 196-197.
140 Ver artículos 4°, 29, 31, 33, 228, 229 Y 230 de la Constitución Política. Sentencias T-06/92,
T-412/92, T-419/92, T-492/92, T-436/92, C-150/92, T-503/92, T-595/92, T-272/93, T-231/94,
T-055/94, T-500/95, C-037/96, T-043/96, C-617/96, T-324/96, T-361/97, T-416/98 T-051/99,
T-181/99, T-294/99, T-553/00.
141 "Se le entiende como la actividad que se ejerce dirigida a estimular al órgano jurisdiccional
propiciando el pronunciamiento jurisdiccional merítum causae con la necesaria participación del
destinatario de la pretensión hecha valer". En: QUIROGA LEÓN, AníbaL Op. cit., p. 72. El mismo
autor al referirse a la contradicción señala "derivado del principio de bilateralidad, se le entiende
por el derecho de cada parte para pronunciarse por sobre los actos de su contraria, o por sobre los
del órgano jurisdiccional. sean estos alegatos, peticiones, objeciones, declaraciones, etc". p. 73 .

• 95
Mónica María Bustamante Rúa

recíprocas oportunidades de defensa. Así. el derecho de defensa o derecho del


contradictorio o derecho a la audiencia corresponde por igual al demandante y
al demando, al acusador y acusado.
Al respecto ha señalado la Corte Constitucional en diversos pronunciamiento
que la contradicción es el fundamento para la realización del principio de defensa
y este, a su vez, es condición necesaria para la efectividad del debido proceso
-el derecho de defensa es un derecho fundamental autónomo, ligado al debido
proceso según la Constitución Política de 1991-; igualmente, que las partes
pueden participar en condiciones de igualdad en todo proceso y debate que se
lleve a cabo; por ello, se de debe garantizar plenamente la posibilidad de que la
partes expongan y controviertan los argumentos que suscitan el litigio judicial.
Algunas aplicaciones este principio son: a) la demanda debe ser comunicada al
demandadd 42 , b) el demandado cuenta con un plazo para contestar la demanda
y formular sus medios de defensa, c) las pruebas deben ser comunicadas
a la contraparte para su conocimiento antes de la práctica, d) se brinda
la oportunidad de ofrecer pruebas para sustentar sus medios de defensa,
f) la prueba puede ser fiscalizada por la contraparte durante su producción,
g) la prueba puede ser objetada antes o después de su aducción, h) la petición
incidental que se formule debe tramitarse con audiencia del contrario, i) las
partes tienen iguales oportunidades para presentar alegatos de conclusión,
j) las partes tienen iguales oportunidades para interponer recursos contra las
decisiones del juez.

b. Principio de igualdad material de las partes 143


Este es un principio que es corolario de igualdad de las partes derivado de
la bilateralidad de la audiencia, cuando se pregona que Colombia es un Estado
social. De conformidad con este principio, las partes gozan de igualdad de
oportunidades para la pretensión y la defensa; se guarda directa relación con
el principio de bilateralidad de la audiencia.
Este postulado, a la vez, puede presentar dos consecuencias: la primera,
en el curso del proceso, las partes gozan de iguales oportunidades para su
defensa -aplicación del postulado que consagra la igualdad de los ciudadanos
ante la ley-; la segunda, no son aceptables los procedimientos privilegiados,
pues sólo se admiten para juzgar a determinados funcionarios del Estado y en
consideración a su investidura especial -una competencia especial-o

14' Ver artículos art. 87. 314 Y ss. del Código de Procedimiento Civil.
143 Ver artículos 13. 19. 228 Y 229 de la Constitución Política. Y las sentencias T-442/92. C472/92.
T-491/92. T-523/92. C-511/92. C-546/92. C-588/92. T-530/92 C-016/93. C-018/93. C-104/93.
C-345/93. C-530/93. Sentencia C-022/96. T-553/97. T-643/98. C165/99. C-248/99. Devis
Echandía lo clasifica como un principio fundamental del derecho procesal.

• 96
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

La Corte Constitucional interpreta que el derecho a la igualdad, traducido


en que todas las personas nacen iguales ante la ley y deben recibir la misma
protección y trato de las autoridades y gozar de los mismos derechos, libertades
y oportunidades, sin ninguna discriminación, no puede entenderse como un
tratamiento objetivamente igualitario, es decir, un trato igualo de la misma
manera para todos. Por el contrario, reconociendo la evidente diferencia que
desde los ámbitos demarcan los seres humanos, el principio de igualdad se
postula como regla para su entendimiento así: "hay que tratar igual a lo igual
y desigual a lo desigual", respecto de situaciones de hecho específicas. Tales
circunstancias delimitan el concepto de igualdad y justifican o no el trato
diferenciado.
La Corte formula dos criterios para establecer si un tratamiento normativo
diferenciado es aceptable o rechazable, tomados ambos de los adoptados
por el Tribunal Europeo de derechos humanos: a) La razonabilidad de la
diferenciación, b) La proporcionalidad de los medios incorporados a la norma y
los fines que se propone lograr.
Sobre la razonabilidad de la diferenciación reitera que únicamente cabe afir-
mar violación de la igualdad, cuando la discriminación no tiene justificación
objetiva y razonable, justificación que debe evaluarse sobre la base de la fina-
lidad y los efectos de tal discriminación144 . Con relación a la proporcionalidad,
su evaluación debe hacerse sobre la base de establecer si los medios escogidos
por el legislador no solo deben guardar proporcionalidad con los fines buscados
por la norma, sino compartir su legitimidad. Busca que la medida no solo tenga
fundamento legal, sino que sea aplicada de tal manera que los intereses de otras
personas no se vean afectados, o que si sucede sea en grado mínimo. En conse-
cuencia, la igualdad es inobservada cuando el tratamiento desigual es arbitrario
o cuando esa discriminación legal carece de razonabilidad y proporcionalidad.
La igualdad de las partes, además de exigir un trato igualitario por el juez,
requiere de la ley y el ofrecimiento de medios de ataque y defensa jurídicamente
equiparables. De modo que la igualdad es un principio que actúa equilibrando
y procurando no una igualdad meramente formal, sino efectiva. La Corte
Constitucional, en sentencia C104/1993, propone como tesis que la igualdad
en la aplicación de la ley impone que un mismo órgano no pueda modificar
arbitrariamente el sentido de sus decisiones en casos sustancialmente iguales
Se necesitan razones imperiosas para motivar el cambio de jurisprudencia l45 .
Mediante el principio procesal del equilibrio o igualdad de las partes ante la
ley, en síntesis, se otorga a todos los habitantes la posibilidad de ejercitar sus
144 Sentencia C-410 de 1999.
145 RAMÍREZ GÓMEZ, José Fernando. Op. Cit., p. 161.

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Mónica María Bustamanre Rúa

derechos dentro del proceso obteniendo la protección jurídica del Estado en


igualdad de condiciones. Se eliminan los privilegios especiales que determinan
la desigualdad y se crean instituciones especiales como el amparo de pobreza
y el patrocinio judicial gratuito para disminuir la desigualdad entre quienes
intervienen en el conflicto146 •

2.1.11. Principio de la buena fe y lealtad procesal


Este principio de moralidad se define como el conjunto de reglas de conducta,
gobernadas por el imperativo ético, a las cuales deben ajustarse todos los sujetos
del proceso (partes, apoderados, jueces, testigos, peritos, personas que auxilian
al juez o que suministran la prueba); este principio proscribe la malicia, la mala
fe y la deshonestidad como instrumentos inaceptables para ganar pleitos.
E! proceso debe ser utilizado para los fines para los cuales fue diseñado,
esto es, para la decisión del conflicto y la vigencia de los valores jurídicos.
Ello significa que los actos que sólo atienden a los intereses contrarios a los
constitucionales son, a todas luces, desleales con la Administración de Justicia
y con el mismo proceso.
Son actos que van en contra de la moralidad procesal: formular alegaciones
con conocimiento de hechos contrarios, utilizar recursos o trámites para dilatar
el proceso y no para cumplir con los fines que les son propios -la dilación
maliciosa-, la colusión y el fraude procesal, la desfiguración de la prueba, el
ocultamiento de prueba documental. Estas conductas lesionan directamente
el principio y ameritan, según la legislación, responsabilidad disciplinaria e
incluso patrimonial, cuando se trata de apoderados, y de diversa índole para las
partes y los terceros intervinientes en el proceso. De esta forma, la buena fe,
la lealtad procesal, la veracidad y la probidad son predicados que se involucran
en el principio de moralidad.
Dispone el artículo 83 de la Constitución que "Las actuaciones de los
particulares y de las autoridades públicas deberán ceñirse a los postulados de
buena fe, la cual se presumirá en todas las gestiones que aquéllos adelanten
ante éstas".
En ese sentido, señala la Corte Constitucional 147 que la buena fe ha sido uno
de los principios fundamentales del derecho, tanto por activa (deber de proceder
con lealtad en las relaciones jurídica), como por pasiva (derecho a esperar que
los demás procedan en la misma forma).
De otro lado, indicó que la buena fe, como principio general, no requiere
de consagración legal, pero se hace explícita su presunción respecto de los

146 Ver artículos 160 y 163 del Código de Procedimiento Civil.


147 Sentencia C-544/94 .

• 98
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

particulares en razón de la situación de inferioridad en que se encuentran


frente a las autoridades públicas: "Es, pues, una norma que establece el marco
dentro del cual deben cumplirse las relaciones de los particulares con las
autoridades públicas. Naturalmente, es discutible si el hecho de consagrar en
la Constitución la regla de la buena fe, contribuya a darle una vigencia mayor
en la vida de relación, o disminuya la frecuencia de los comportamientos que
la contrarían".
Ahora bien, aclara la Corte Constitucional 148 que en la relación indirecta
que se presenta entre el demandante y el demandado no puede dársele una
particular eficacia al artículo 83 de la Constitución Política, porque el uno y el
otro están en un plano de igualdad respecto a la buena fe, puesto que se presume
para ambos. Adicionalmente, explica que aun aceptando que el artículo 83 de la
Constitución Política se aplica a los procesos, necesariamente de debe concluir
que la presunción de buena fe se predica del actor y del demandado, y que de
ninguna forma libera de la carga de la prueba al demandante respecto a sus
pretensiones, ni al demandado lo libera de la carga de la prueba en lo que atañe
a las excepciones que formule.
Adiciona que en todos los sistemas jurídicos, sin excepción, se reconoce
el principio de la fe, y a la vez han existido las pruebas como una forma
de conseguir la seguridad en las relaciones jurídicas sin que tal exigencia
contravenga el principio.
Es importante señalar que la ley 1285 del 22 de enero de 2009, por medio
de la cual se reforma la ley 270 de 1996 Estatutaria de la Administración de
Justicia, aprueba el artículo 60 A que aborda los poderes del juez y lo faculta
para sancionar ciertas conductas que contravienen la buena fe, la lealtad y la
moralidad procesal; señala la norma:
Además de los casos previstos en los artículos anteriores, el Juez podrá
sancionar con multa de dos a cinco salarios mínimos mensuales, a las partes
del proceso, o a sus representantes o abogados, en los siguientes casos:
1. Cuando a sabiendas se aleguen hechos contrarios a la realidad.
2. Cuando se utilice el proceso, incidente, trámite especial que haya
sustituido a este o recurso, para fines claramente ilegales.
3. Cuando se obstruya, por acción u omisión, la práctica de pruebas
o injustificadamente no suministren oportunamente la información o los
documentos que estén en su poder y les fueren requeridos en inspección
judicial, o mediante oficio.
4. Cuando injustificadamente no presten debida colaboración en la práctica
de las pruebas y diligencias.

148 Sentencia C-023/98. Magistrado ponente: Jorge Arango Mejía.

• 99
Mónica María Bustamante Rúa

5. Cuando adopten una conducta procesal tendiente a dilatar el proceso o


por cualquier medio se entorpezca el desarrollo normal del proceso.

Frente a cada uno de los numerales, la Corte Constitucional. en la sentencia


de constitucionalidad C-713 de 2008, hace algunas advertencias y precisiones a
fin de aclarar en qué eventos y bajo qué circunstancias es válida la imposición
de sanciones, así:
a) El artículo 14 del proyecto de reforma autoriza la imposición de multas,
montos de la sanción que encuentra razonable, además de no involucrar
derechos como la libertad individual; sin embargo, para fijar la sanción se
recomienda al juez valorar: a) la naturaleza del proceso, b) la trascendencia de la
falta, c) las condiciones particulares del responsable, d) su situación económica.
b) La imposición de la multa debe ser el resultado de una actuación que
respete el debido proceso y los derechos de defensa y contradicción.
c) La sanción se importe a partir de la acreditación en debida forma de la
temeridad o mala fe del responsable y sólo cuando se afecten objetivamente
la celeridad o la eficiencia en la Administración de Justicia. Para ello se
recuerda que el juez debe advertir previamente a las partes sobre las posibles
consecuencias de su conducta y que las mismas muestren renuencia para
cumplir el llamado de la autoridad judiciaL
d) No puede ser objeto de sanción la conducta que sea expreslOn del
ejercicio legítimo de los derechos de las partes o sus representantes, por ello:
a) la utilización de recursos, incidentes u otros trámites dentro del proceso no
puede considerarse, per se, como con fines claramente ilegales, cuando los
mismos sean ejercidos dentro del desarrollo normal de la controversia, b) las
conductas que impliquen una oposición fundada de la práctica de pruebas ni la
negativa al suministro de información con base en el principio constitucional
de no autoincriminación ni todos aquellos actos que se encuentren amparados
por el ejercicio de derechos fundamentales, c) no hay lugar a la multa en
aquellos eventos en los cuales se afecte el normal desarrollo de un proceso
como resultado del trámite de recursos o acciones previstas en el ordenamiento
para controvertir o impugnar las decisiones judiciales, por estar autorizadas de
manera legítima por el legislador.

2.7.12. Principio de presunción de inocencia


Perfecto Andrés Ibáñez expone que las garantías propiamente procesales son
las que configuran el proceso acusatorio y que son propuestas por Ferrajoli 149 en

149 FERRAJOLl. En: Derecho y razón. p. 606. Citado por IBÁÑEZ. Perfecto Andrés. Garantismo y
proceso penal. En: Garantismo y derecho penal. Obra coordinada por SOTOMAYOR ACOSTA Juan
Oberto. Bogotá: Editorial Temis, 2006. p. 144 .

• 100
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

los dos siguientes rangos: de un lado las garantías primarias o epistemológicas


relacionadas con a) la formulación de la acusación, b) la carga de la prueba,
c) el derecho de defensa; y de otro lado las garantías secundarias entre las
que enuncia a) la publicidad, b) la oralidad (inmediación y concentración), c) la
legalidad del proceso, y d) la motivación,
Ahora bien, señala Ibáñez que las garantías primarias -en sentido estructural
y directa- y las garantías secundarias -de manera indirecta- "son aplicaciones
del principio de presunción de inocencia, que es el principio rector del proceso
penal garantista" 150,
Desde la posición garantista del proceso penal. plantea Perfecto Andrés Ibáñez
que el principio de presunción de inocencia, primero, predetermina un cierto
concepto de verdad procesal 151; segundo, predetermina consecuentemente un
particular tipo de proceso 152; tercero, se traduce dentro del proceso en regla de
juicio, de conformidad con la cual debe tomarse la decisión jurisdiccional; y en
cuarto lugar, se traduce también en una regla de tratamiento del imputado 153,
Por ello destaca las palabras de Ferrajoli que califica el juicio penal como
un "saber poder", esto es, un proceso de adquisición de conocimiento, cuyo
resultado es un ejercicio de poder sobre la persona objeto del proceso penal: "La
clave de bóveda de un proceso penal garantista está en la administración de
esas dos dimensiones de saber-poder, a que se refiere Ferrajoli, con el principio
de presunción de inocencia como clave de lectura" 154,

150 Ibíd., p. 145.


151 Ibíd., p. 145: "El de una verdad probable, relativa, pero dotada de un buen nivel de certeza
práctica, si se dan ciertas condiciones".
"En concreto, para las nuevas epistemologías empiristas, el objetivo del conocimiento inductivo
no es ya la búsqueda de certezas absolutas, sino tan solo "supuestos o hipótesis válidas, es
decir, apoyadas por hechos que las hacen "probables" (. . .) se ha restaurado la confianza en una
racionalidad empírica que renunciando al objetivo inalcanzable de verdad absoluta, recupera a
través del concepto de "probabilidad'; un elemento de objetividad': Los Hechos en el Derecho.
Bases Argumentales de la Prueba. Editorial Marcial Pons. Segunda Edición. Madrid, Barcelona.
2 FERRER BELTRÁN, Jordi. La valoración de la prueba: verdad de los enunciados probatorios y
justificación de la decisión. pp. 1-40. En: Estudios sobre la prueba. Instituto de Investigaciones
Jurídicas. Universidad Nacional Autónoma de México. 2006. Al respecto también se puede
consultar su texto Prueba y verdad en el derecho. Colección Filosofía y Derecho. Editorial Marcial
Ponds Ediciones Sociales y Jurídicas S. A. Madrid-Barcelona. 2" edición. 2005, especialmente el
Capítulo Segundo "Prueba y verdad". pp. 55-73.
152 "Un proceso controversial y dialógico, como el más adecuado para obtener esa clase de verdaó'.
Ibídem. FERRAJOLI. En: Derecho y razón, p. 606. Citado por IBAÑEZ, Perfecto Andrés. Garantismo
y proceso penal. En: Garantismo y derecho penal. Obra coordinada por SOTOMAYOR ACOSTA
Juan Oberto. Bogotá: Editorial Temis, 2006. p. 146.
153 Ibíd.: "Puesto que el proceso penal como medio de intervención actúa sobre personas inocentes"
p.146.
154 IBAÑEZ, Perfecto Andrés. Garantismo y proceso penal. En: Garantismo y derecho penal. Obra
coordinada por SOTOMAYOR ACOSTA Juan Oberto. Bogotá: Editorial Temis, 2006. p. 147.

• 101
Mónica María Bw¡tamante Rúa

Desde esta perspectiva, anota que existe una "regla de oro" para la decisión
final sobre los hechos, esto es, el principio de presunción de inocencia, de
conformidad con el cual, si el juez se encuentra en situación de incertidumbre
-es cuando menos puede permitirse dudar- es, en consecuencia, la absolución
la que se impone.

En la ley 94 de 1938 (Diario Oficial número 23801 del 13 de junio de 1938),


en el título preliminar de este Código Procesal Penal. se contemplaban siete
artículos relacionados con la legalidad del proceso, la captura en flagrancia,
la favorabilidad, la autoridad que concede la rebaja de la pena y la aplicación
de normas del procedimiento civil; ninguna referencia expresa se consignó en
torno a la idea de la presunción de inocencia.

Con posterioridad el decreto 409 de 1971, en el título de normas generales, se


hizo referencia a la legalidad el proceso, el orden superior y la responsabilidad
penal. la garantía de ciertos derechos individuales, las obligaciones civiles, la
aprehensión en flagrancia y el principio de favorabilidad; en estas normas de
procedimiento penal de 1971 tampoco existió un reconocimiento expreso del
principio de la presunción de inocencia.

A continuación, el decreto 2700 de 1991. a través del cual se dictaron las


normas de procedimiento penal, por el Presidente de la República en uso de las
facultades que le confiere el literal a) del artículo transitorio 5, del capítulo 1
de las disposiciones transitorias 155 de la Constitución Política de Colombia de
1991. se consagró puntualmente la garantía, así:
Artículo 20. Presunción de inocencia. En desarrollo de las actuaciones
penales prevalece el principio de la presunción de inocencia según el cual
toda persona se presume inocente, y debe ser tratada como tal mientras no se
produzca una declaración judicial definitiva sobre su responsabilidad penal.

Luego el Código de procedimiento penal (Ley 600 de 2.000) hace también


un reconocimiento expreso de la siguiente forma:
Artículo 7°. Presunción de inocencia. Toda persona se presume inocente y
debe ser tratada como tal mientras no se produzca una sentencia condenatoria
definitiva sobre su responsabilidad penal. En las actuaciones penales toda
duda debe resolverse en favor del procesado.

Únicamente las condenas proferidas en sentencias judiciales en firme


tienen la calidad de antecedentes penales y contravencionales.

155 La citada disposición transitoria. facultó al presidente de la República para la expedición de las
normas "que organicen la Fiscalía General y las normas de procedimiento Penal"' .

• 102
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

y finalmente, el vigente Código de Procedimiento Penal para Colombia


-ley 906 de 2004- que desarrolla el actual sistema de tendencia acusatoria
consagró también en el artículo 7° del título preliminar "Principios rectores y
garantías procesales", la presunción de inocencia en los siguientes términos:

Toda persona se presumen inocente y debe ser tratada como taL mientras
no quede en firme decisión judicial definitiva sobre su responsabilidad penaL

En consecuencia, corresponderá al órgano de persecución penal la carga


de la prueba acerca de la responsabilidad penal. La duda que se presente se
resolverá a favor del procesado.

En ningún caso podrá invertirse esta carga probatoria.

Para proferir sentencia condenatoria deberá existir convencimiento de la


responsabilidad penal del acusado, más allá de toda duda (subrayas fuera del
texto).

Como se observa de esta breve descripción, ni en la ley 94 de 1938 ni en el


decreto 409 de 1971, expedidos bajo la vigencia de la Constitución Política de
1886, se contempló, entre los principios y garantías procesales, a la presunción
de inocencia.
Asimismo, se puede denotar que a partir de la vigencia de la actual Consti-
tución Política (de 1991) la normativa procesal penal contempló de manera es-
pecífica, entre los principios y garantías procesales, la presunción de inocencia;
pero tal vez de manera desprevenida, por no decir de manera desapercibida,
la doctrina colombiana no se ha ocupado de su evolución y desarrollo legal y
jurisprudencial y, menos aún, de darle una lectura desde el estándar de prueba
de conocimiento más allá de toda duda.

Nótese como a partir de la vigencia de la actual Carta Política la regulación


procesal en el ámbito de lo penal no solo consagra la garantía de la presunción
de inocencia, sino que además la reformula constantemente; en concreto, de
manera inicial en el decreto 2700 de 1991 estipula la presunción de inocencia
bajo la versión de principio y de regla de tratamiento; luego, la ley 600 de 2000
le adiciona la versión de regla de juicio (in dubio pro reo); y finalmente el actual
Código de Procedimiento Penal. ley 906 de 2004, reúne todas la versiones de la
presunción de inocencia (como principio, regla de tratamiento, regla probatoria
y regla de juicio) y de manera muy especial la vincula con el estándar de prueba
del conocimiento más allá de toda duda.

Ahora bien, vale la pena identificar las consecuencias que se derivan de


la constitucionalización de la presunción de inocencia como componente del

• 103
Mónica María Bustamante Rúa

derecho fundamental al debido proceso l56 • Dichas consecuencias se pueden


sintetizar así:

En primer lugar, desde la perspectiva jurídica constitucional, como derecho


fundamental vincula a todos los poderes públicos; es de aplicación directa e
inmediata; como componente del derecho al debido proceso consagrado en el
artículo 29 de la Constitución Política, debe ser interpretado de conformidad
con los tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por
Colombia 157 y como derecho fundamental, goza una vía privilegiada para su
protección -la acción de tutela-o

En este punto resulta importante anotar que la presunción de inocencia en-


cuentra reconocimiento expreso en varios instrumentos internacionales, ellos
son: la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadanol58 , la Carta
Internacional de los Derechos Humanos/ 59 el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos 160 y la Convención Americana sobre Derechos Humanos l61 .
Al respecto ha señalado la Corte Constitucional que:

Frente a la presunción de inocencia, la Corte considera que los disposiciones


de los tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por

IS6 "Son derechos fundamentales todos aquellos derechos subjetivos que corresponden universalmente
a todo los seres humanos en cuanto dotados de status de personas, de ciudadanos o personas
con capacidad de obrar; entendiendo por derecho subjetivo, cualquier expectativa positiva (de
pre~·taciones) o negativa (de no sufrir lesiones) ads'crita a un sujeto por una norma jurídica y
por status, la condición de un sujeto, prevista de su idoneidad para ser titular de situaciones
jurídica." ylo autor de actos que son ejercidos de éstas" FERRAJOLI, Luigi. Los Fundamentos de
los derechos fundamentales, Madrid: Trotta, 2005. p. 290, véase también FERRAJOLl, Luigi.
Grarantismo: Una discusión sobre derecho y democracia, Madrid: Trotta, 2006. p. 47. Citado por:
MORENO CRUZ, Rodolfo. El modelo garantista de Luigi Ferrajoli. Líneas Generales. Biblioteca
Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. www.juridicas.unam.
mx. Boletín Mexicano de Derecho Comparado, nueva serie, año XL, número 120, septiembre-
diciembre de 2007. pp. 225-252.
151 Ver artículo 93 de la Constitución Política de Colombia de 1991. Derechos Humanos y Derecho

Internacional. "Los tratados y convenios internacionales ratificados por el Congreso, que reconocen
los derechos humanos y que prohíben su limitación en los estados de excepción, prevalen en el
orden interno. Los derechos y deberes consagrados en esta Carta, se interpretarán de conformidad
con los tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por Colombia.
IS8 Artículo 9°. "Todo Hombre se presume inocente hasta que haya sido declarado culpable; si se

juzga indispensable su arresto, cualquier rigor que no sea sumamente necesario para asegurar
su persona, debe ser severamente reprimido por la ley".
IS9 Artículo 11 # 1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia

mientras no se pruebe su culpabilidad. conforme a la ley y en juicio pÚblico en que se hayan


asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.
160 Artículo 14 # 2. Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia,

mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley.


161 Artículo 8 # 2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia

mientras no se establezca legalmente su culpabilidad .

• 104
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

Colombia, sí forman parte del bloque de constitucionalidad, toda vez que, la


presunción de inocencia es un derecho humano, el cual no es susceptible de
limitación o restricción en los estados de excepción, ya que sí derecho al debido
proceso y el principio de legalidad no admiten restricción alguna, según lo
dispone el artículo 27 de la ley 16 de 1 972, que ratifica la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, menos aún la presunción de inocencia derecho
fundamental a partir del cual se edifican las garantías jurídicas citadas '62 .

En segundo lugar, desde la perspectiva del derecho procesal, la presunción


de inocencia tiene las siguientes formas de expresión en el proceso penal: a)
como un principio informador del proceso penal garantista, b) como una regla
de tratamiento del sindicado durante el curso del proceso penal; c) como una
regla probatoria; y d) como una regla de juicio 163: "Por tanto, la presunción de
inocencia actúa en el proceso penal como principio (informado cada una de sus
fases) y como derecho subjetivo del imputado (como regla de tratamiento, regla
probatoria y regla de juicio)" 164.

a. La presunción de inocencia como principio del proceso penal

En este sentido, el principio de la presunción de inocencia es derrotero a


seguir en el todo el curso del proceso penal. De allí que se le reconozca al
sindicado, como límite formal al ejercicio de la potestad punitiva por parte del
Estado. Es en este punto donde se puede evidenciar la relación estrecha entre
la presunción de inocencia y un Estado de corte garantista.

Al respecto expresa Mercedes Fernández que: "En este mismo sentido


apunta Paulesu al señalar que no existe otro principio que exprese mejor que
la presunción de inocencia, el nivel de garantismo presente en un sistema
penal" 165.
De esta manera se interpreta que la presunción de inocencia como principio,
le otorga al procesado una protección especial -inmunidad- frente a la posible
actuación abusiva por parte del Estado en el ejercicio del ius puniendi, al tiempo
que debe concurrir con todas y cada una de las garantías procesales, en aras de
un proceso realmente garantista.

16' Sentencia C-774/01, Magistrado ponente: Rodrigo Escobar Gil, 25 de julio de 2001. expediente
D-3271.
163 FERNÁNDEZ LÓPEZ, Mercedes. Prueba y presunción de inocencia. Madrid: Ed. IusteI. 1" edición,
2005. pp. 117-159.
164 Ibid., p. 119.
165 PAUSELESU, P. P. Presunzione di non colpevolezza", en Digesto delle Discipline Penalistiche, Vol.
IX, Ed. Utet, Torino, 1995. Citado por FERNÁNDEZ LÓPEZ, Mercedes. Prueba y presunción de
inocencia. Madrid: Ed. Iustel. 1" edición, 2005. p. 121.

• 105
Mónica María BlIstamante Rúa

b. La presunción de inocencia como regla de tratamiento del imputado


La presunción de inocencia impone, a la vez, la obligación de tratar al
procesado como si fuere inocencia, desde la perspectiva de que toda persona
se presume inocente hasta tanto se acredite lo contrario -a través de sentencia
condenatoria y ejecutoriada-o Ello supone que el procesado debe ser tratado
durante el curso de la actuación como un inocente y no como si fuese culpable.
En este orden de ideas, la Corte Constitucional colombiana166 ha señalado
que frente a la medida de aseguramiento de detención preventiva, la presunción
de inocencia no deviene en contraposición, siempre y cuando dicha detención
no se convierta en un cumplimiento anticipado de la pena, evento en el cual se
estaría brindado el procesado el tratamiento de culpable 167:
La institución de la detención preventiva es compatible con la Constitución y
no resulta contraria a la presunción de inocencia, en cuanto que, precisamente,
tiene un carácter preventivo, no sancionatorio. Es por eso que la Corte
Constitucional ha distinguido entre ella y la pena.

La finalidad de la detención no es remplazar el término de la pena, y que la


posibilidad del cómputo previsto en la ley, no genera el poder para la autoridad
judicial de disponer de la libertad del sindicado hasta que se cumpla el
tiempo que dura la pena, ya que de admitirse esa circunstancia, se vulneraría
flagrantemente la presunción de inocencia y el debido proceso, ya que se
cumpliría anticipadamente una sanción sin haberse declarado judicialmente
la culpabilidad del sindicado 168.

Incluso, en el Pacto Internacional de Derecho Civiles y Políticos, se exige que


las personas detenidas preventivamente permanezcan privadas de la libertad
en razón del cumplimiento de una pena de prisión, esto es, que deben recibir
un tratamiento distinto acorde con su carácter de no condenados.
Para que, entonces, la presunción de inocencia como regla de tratamiento se
cumpla dentro del proceso penal, se deben tener presentes dos presupuestos

166 Al respecto se puede consultar BUSTAMANTE RÚA, Mónica María; PABON GIRALDO, Liliana
Damaris libro de colección "Línea Jurisprudencia sobre la Presunción de Inocencia".
167 En torno a la discusión existente desde al garantismo en cuanto a la compatibilidad/incompatibilidad
de la presunción de inocencia con la detención preventiva, véase a: IBAÑEZ, Perfecto Andrés.
Presunción de inocencia y Prisión sin condena. En: En torno a la Jurisdicción. Buenos Aires:
Editores del Puerto. 2007, pp. 251-273, también publicado En: Cuadernos de Derecho Judicial.
Consejo General del Poder Judicial. Madrid, 1996. FERRAJOLI, Luigi. Derecho y Razón. Teoría del
Garantismo Penal. Madrid: Trotta, 1995, p. 551.
168 Sentencia C-774/01. Magistrado ponente: Rodrigo Escobar Gil, 25 de julio de 2001, expediente
D 3271. Al respecto también se pueden consultar siguientes sentencias: C-425/97 M. P. Fabio
Morón Díaz, C-327/97 M. P. Fabio Morón Díaz .

• 106
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PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

esenciales: de un lado, que la detención preventiva -como medida cautelar


propia del proceso penal- proceda únicamente cuando se cumplan los requisitos
señalados en la ley; y en segundo lugar, que la finalidad de la detención
preventiva nunca coincida con un cumplimiento anticipado de la pena.

c. La presunción de inocencia como regla probatoria


No es suficiente cualquier prueba para destruir la calidad de inocente, sino
que ésta debe practicarse de acuerdo con ciertas garantías y de una determinada
forma para cumplir dicho propósito. Se deriva, en consecuencia, de esta regla
probatoria lo siguiente l69 : a) la existencia de actividad probatoria suficiente
-en contraposición a la simple sospecha- para la obtención del convencimiento
judicial más allá de toda duda razonable; b) la existencia de prueba de cargo,
que recaiga sobre la existencia del hecho y la participación en él del acusado
-prueba directa e indirecta-, expresándose en la sentencia las razones que
llevan al juez a valorar que se trata de prueba incriminatorial70 ; c) actividad
probatoria suministrada por la acusación; se exige que la actividad probatoria
de cargo sea aportada al proceso por la acusación, toda vez que la presunción
de inocencia permite al acusado permanecer inactivo sin que la falta de pruebas
de descargo pueda actuar en su contra -con perjuicio-; d) Prueba practicada
en juicio oraL para que pueda desvirtuar la presunción de inocencia y cumplir
con el principio de contradicción -con las excepciones de la prueba anticipada-;
e) pruebas practicadas con respeto de las garantías procesales y de los derechos
fundamentales; por ello es coherente afirmar que las pruebas practicadas en el
juicio oral permiten potenciar la inmediación, la publicidad, la concentración,
la celeridad y la contradicciónl7l . Igualmente, esta exigencia excluye que la
prueba obtenida con desconocimiento de los derechos fundamentales pueda
ser valorada en la sentencia.

d. La presunción de inocencia como regla de juicio (in dubio pro reo)


Finalmente, la presunción de inocencia actúa como regla de juicio para
aquellos casos en los que el juez no ha alcanzado el convencimiento suficiente

169 FERNÁNDEZ LÓPEZ. Mercedes. Prueba y presunción de inocencia. Madrid: Ed. fuste" 1" edición.
2005. pp. 139-157.
170 "Esta exigencia. junto con la necesidad de que exista actividad probatoria suficiente. introduce
de lleno a la presunción de inocencia en el ámbito de la valoración de la prueba. y por ende. de lo
que hasta hace poco se entendía como facultad soberana del juez de instancia. Esto constituye un
cambio importantísimo de dicha concepción. pues este terreno deja de ser infranqueable para dar
paso a un adecuado control a través de los recursos de la correcta aplicación de la presunción de
inocencia" FERNÁNDEZ LÓPEZ. Mercedes. Prueba y presunción de inocencia. Madrid: Ed. rustel.
1a edición. 2005. p. 144.
l7l BUSTAMANTE RÚA. Mónica María. La oralidad en el sistema penal acusatorio Colombiano.
En: Oralidad y Proceso. Medellín: Sello Editorial Universidad de Medellín. 2009.

• 107
Mónica María Bu,~tamante Rúa

para dictar una sentencia ni en sentido absolutorio ni es sentido condenatorio,


esto es, "cuando se encuentra en estado de duda irresoluble" 172.
La función de la regla de juicio asume un papel relevante en un momento
posterior, concretamente cuando, tras la valoración de la prueba practica-
da con todas las garantías (esto es, cuando ha sido superada la presunción
de inocencia desde el punto de vista de su función como regla probatoria).
el resultado que de ella se deriva no es concluyente y, por lo tanto, impi-
de que el órgano judicial resuelva conforme a éL En estos casos la duda
-como consecuencia de una actividad probatoria de cargo insuficiente- debe
resolverse a favor del acusado por aplicación de la presunción de inocencia,
Sin embargo, como después se verá, la absolución en caso de duda se suele
reconducir al campo de aplicación del principio in dubio pro reo, que, por otra
parte tiende a ser excluido del contenido esencial del derecho a la presunción
de inocencia In

En este orden de ideas, la aplicación de la presunción de inocencia como regla


de juicio sigue a una situación de duda razonable" acerca de la existencia del
hecho o la participación en él del acusado, pues por el contrario, cuando existe
certeza de la inocenCÍa -acorde con la valoración de la prueba-, entonces, la
absolución no obedece a la aplicación de la presunción de la inocencia. De allí
que una de las preguntas por resolver sea la de delimitar el campo de actuación
de la presunción de inocencia y su relación con el principio del in dubio pro reo.

Así el principio del in dubio pro reo, no se encuentra consagrado de manera


expresa en la Constitución Política, pero sí se encuentra desarrollado en el
artículo 7° del Código de Procedimiento Penal. acompañado del principio
de presunción de inocencia, al decir que la duda que se presente sobre las
responsabilidad penal. se resolverá a favor del procesado. Igualmente se anota
que para proferir eljuez sentencia condenatoria deberá tener un convencimiento
más allá de toda duda.
Aunque para algunos autores el principio de in dubio pro reo es la expresión
del derecho continental de la presunción de inocencia, otra parte de la
doctrina,174 resalta que son diferentes -ello si se observa desde la perspectiva
de la presunción de inocencia como regla de juicio-: a) la presunción de

172 FERNÁNDEZ LÓPEZ, Mercedes. Prueba y presunción de inocencia. Madrid: Ed. [ustel, 1" edición,
2005, p, 1ST
Ver también, PÉREZ PEDRERO, Enrique Belda, La presunción de inocencia, En: Parlamento y
Constitución, Anuario, [SSN 1139-0026, N° S, 2001, pp. 179-204, Dianel Uniroja, http://dialnet,
unirioja ,es/servlet/articulo?codigo = 10 603 5 2,
l73 Ibid" pp, 157-158,
174 FERNÁNDEZ LÓPEZ, Mercedes, Op, cit" pp, 162-178 .

• 108
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PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

inocencia es aplicable a los supuestos de ausencia de prueba de cargo o cuando


las pruebas practicadas no cumplieron las garantías procesales; b) el in dubio
pro reo constituye una regla de valoración dirigida al juez y aplicable cuando,
llevada a cabo la actividad probatoria de cargo, al juez le surgen dudas sobre la
ocurrencia del hecho ylo la culpabilidad del acusado; es decir, que el principio
del in dubio pro reo tiene aplicación cuando una vez se practica la prueba, la
misma no desvirtuó la presunción de inocencia.
De esa manera, en tanto el criterio para determinar la aplicación de la
presunción de inocencia es objetivo (la existencia de la prueba de cargo o la
vulneración de las garantías procesales en la práctica de la prueba). el criterio
para determinar la aplicación del principio del in dubio pro reo es subjetivo
(consiste en un estado de duda que se presenta en la mente del juez al realizar
la valoración de la prueba)175.

2.7.13. El principio de celeridad176


Expone Carlos Bernal Pulido que este principio "también integra el derecho
fundamental al debido proceso. Este principio aparece institucionalizado en la
Constitución en los siguientes términos: 'Quien sea sindicado tiene derecho ...
a un debido proceso público sin dilaciones injustificada'" 177.
Al respecto plantea el autor en cita que el proceso debe ser llevado a cabo
de forma rápida, sin dilaciones injustificadas, sin embargo, anota que ello no
debe llevar a precluir etapas del mismo ni a que, como consecuencia, se afecte
el derecho de defensa178 •
La celeridad consiste en que el proceso se concrete a las etapas esenciales
y cada una de estás etapas se encuentre limitada a un término perentorio
fijado por la norma. En razón de este principio se descartan la adición de
términos, prorrogas o ampliaciones en una determinada etapa -salvo contadas
excepciones trazadas por la misma ley-o De otro lado, este principio implica que
los actos procesales se deben surtir en la forma más sencilla posible a fin de
contrarrestar las dilaciones innecesarias. Este principio hace parte del debido
proceso y es desarrollo del mismo, procurando el menor desgaste posible de la
actividad jurisdiccional. en palabras de José Fernando Ramírez

175 FERNÁNDEZ LÓPEZ, Mercedes. Op. cit., pp. 178-191.


176 Ver artículo 29 y 228 del la Constitución Política. T-006/92, T-12/92, T-531/92, T-150/93,
C-117/93, Sentencia T-450/93, C-429/93, T-163/94, C-176/94, C-037/96, C-657/96, T-577/98,
C-248/99, C-035/99, 037/96, C-699 de 2000.
177 En El derecho de los derechos. Escritos sobre la aplicación de los derechos fundamentales. Bogotá:
Editorial Universidad Externado de Colombia. Primera edición. 2005. p. 371.
178 A continuación cita la Sentencia C-699 de 2.000, al precisar que el principio de Celeridad no es
un principio absoluto, sino que implica: "un equilibrio razonable entre el principio de celeridad y
el derecho de defensa".

• 109
Mónica María Bustamante Rúa

... la celeridad o la no dilación injustificada hagan parte de núcleo esencial


de derechos como el debido proceso, pero también de libre acceso y sin
duda alguna del derecho a una tutela judicial efectiva. Claro está, que como
todo derecho no es absoluto, pues la misma Carta Política establece un
factor de relativización cuando califica el retardo como "injustificado", porque
pueden darse razones objetivas que impidan el desarrollo normal del proceso,
incluyendo su decisión, piénsese en el exceso de trabajo, la conducta dilatoria
de la partes, las causales legales de suspensión o interrupción, etc. 179.

En torno al principio de celeridad procesal, la Corte Constitucional lo incluye


como uno de los principios integrantes del debido proceso. En la sentencia
de tutela 006 de 1992, expresó la Corte que las dilaciones indebidas en
los procesos desvirtúan la eficacia de la justicia y quebrantan el deber de
diligencia y agilidad contemplado en el artículo 228 de la Carta Política; por ello
considera que los retrasos no justificados vulneran el derecho fundamental de
las personas a tener un proceso ágil y sin retrasos indebidos.
Asimismo, en diversa jurisprudencia ha sustentado la guardiana de la
Constitución que el derecho fundamental de acceder a la Administración de
Justicia implica de manera necesaria que el juez no solo resuelva el asunto con
imparcialidad y prudencia, sino adicionalmente con efectividad y eficiencia;
para logrado es requisito que el juez advierta la importancia de la seguridad
jurídica, que asuma un compromiso para resolver en forma diligente y oportuna
los conflictos. Por ello recalca la Corte Constitucional que forma parte del
núcleo del debido proceso "el derecho fundamental de las personas a tener un
proceso ágil y sin retrasos indebidos".
No obstante, precisa que la labor del juez no se limita a la observancia de los
términos procesales, sino que debe conservar el deber esencial de administrar
justicia en forma independiente, autónoma e imparcial, toda vez que en la
sentencia es donde se forja una pronta y cumplida justicia:
Consecuencia de los argumentos precedentes, fue la consagración en
el artículo 228 superior del deber del juez de observar con diligencia los
términos procesales y, principalmente, de sancionar su incumplimiento. Por
ello, la norma bajo examen establece que de darse esta situación, el respectivo
funcionario podrá ser sancionado con causal de mala conducta. La Corte
se aparta así de las intervenciones que cuestionan este precepto, pues,
como se vio, él contiene pleno respaldo constitucional. Sin embargo, debe
advertirse que la sanción al funcionario judicial que entre en mora respecto
del cumplimiento de sus obligaciones procesales, es asunto que debe ser
analizado con sumo cuidado. En efecto, el responsable de evaluar la situación

179 RAMÍREZ GÓMEZ, José Fernando. Op. cit., p. 234 .

• 110
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

deberá estimar si dicho funcionario ha actuado en forma negligente o si,


por el contrario, su tardanza se encuentra inmersa dentro de alguna de las
causales de justificación de responsabilidad, tales como la fuerza mayor, el
caso fortuito, la culpa del tercero o cualquier otra circunstancia objetiva y
razonable !80.
De otro lado, recientemente la Corte Constitucional cuando realiza el
control de constitucionalidad previo de la ley que reforma el Estatuto de la
Administración de Justicia se refiere al principio de la celeridad, señalando
que las condiciones de celeridad, prontitud y eficacia de la Administración de
Justicia se fortalecen con la consagración como causal de mala conducta de
"la violación injustificada de los términos procesales", ello sin perjuicio de las
acciones penales a que haya lugar. Asimismo, advierte que:
... la sanción al funcionario judicial que por alguna razón esté incurso en
mora en el cumplimiento de sus obligaciones procesales, es asunto que debe ser
analizado con sumo cuidado. En efecto, ante una situación excepcional de esta
índole, el encargado de evaluar la situación deberá valorar si el funcionario ha
actuado en forma negligente o con grave menoscabo de sus deberes, o si. por el
contrario, su tardanza se encuentra inmersa dentro de alguna de las causales
de justificación tales como la fuerza mayor, el caso fortuito, la culpa del tercero
o cualquier otra circunstancia objetiva y razonable que, bajo circunstancias
excepcionales puedan configurar una causal eximente de responsabilidad!8!.

2.7.14. El principio de razonabilidad l82


Este principio se relaciona con el derecho de defensa y, en consecuencia, con el
debido proceso. Una sentencia motivada en términos razonables contrarresta
decisiones arbitrarias y caprichosas que dificultan el ejercicio de la defensa
frente a decisiones sin sustento.
!BO RAMÍREZ GÓMEZ, José Fernando. Op. cit., p. 234.
181 Sentencia C-713/08. Referencia: expediente P.E. 030 Revisión previa del proyecto de ley estatutaria
N° 023/06 Senado y N° 286/07 Cámara: Por medio de la cual se reforma la Ley 270 de 1996
Estatutaria de la Administración de Justicia. Magistrada ponente Clara Inés Vargas Hernández.
Bogotá, D.C., quince (15) de julio de dos mil ocho (2008).
lB2 Denominado también por Devis Echandía como principio fundamental del procedimiento. Ver
sentencias C-622/98, T-504/99, T-259/00. A continuación se proceden a enunciar de manera
sintética algunos pronunciamientos de la Corte Constitucional que analizan la forma como debe
producirse la valoración racional de la prueba: C-543 de 1992, T-173 de Mayo 9 de 1994, T-442
de octubre 11 de 1994, T-231 del 13 de mayo de 1994, T-336 del 31 de Julio de 1995, T-329 de 25
de Julio de 1996, SU-447 de 1997, T-055 de 1997, T-lOO del 24 de marzo de 1998, T-204 de Mayo
13 de 1998, T-008 de 1998, Auto 026 A del 30 de junio de 1998, Sentencia C-622/98, T-763 del
7 de diciembre de 1998, T-192 del 25 de Marzo de 1999, T-555 del 2 de agosto de 1999, T-814
de octubre 19 de 1999, T-068 de enero 26 de 2001, T-025 del 18 de enero de 2001, T-1009 de
septiembre 20 de 2001, SU-132 de febrero 26 de 2002, T-235 de marzo 11 de 2004, T-954 de
octubre 7 de 2004, T-1095 de noviembre 4 de 2004, C-202 de 2005, C-590 del8 de junio de 2005,
T-680 del 30 de agosto de 2007.

• 111
Mónica María Bustamante Rúa

Al respecto se ha interpretado que la publicidad en el proceso no resulta


del todo suficiente garantía de una recta Administración de Justicia, pues
adicionalmente se exige que los jueces fundamenten y sustenten en debida
forma el contenido de las decisiones.
A partir de la razonabilidad y debida motivación de la sentencia se evitan
arbitrariedades y se permite a las partes hacer uso adecuado de los recursos
contra la sentencia, y se pueden plantear al superior las razones legales y
jurídicas que desvirtúan los errores que condujeron al juez a su decisión final.
Expone el profesor peruano Aníbal Quiroga León que el derecho del justiciable
"le alcanza para reclamar del Estado no sólo la tutela judicial efectiva sino
también para exigir que la misma termine materializada en una declaración de
certeza que tenga razonabilidad y explicitud en su fundamentación"183.
Expresa la Corte Constitucional que una de las formas más graves de violar
el debido proceso es cuando el juez, al momento de dictar sentencia, lo hace sin
fundar la resolución que adopta en el completo y exhaustivo análisis, o sin la
debida valoración del material probatorio aportado al proceso, o lo que es peor,
ignorando su existencia:
La prueba, examinada por el juez en todos sus aspectos, escudriñada en
cuanto a su validez e idoneidad, comparada y medida en su valor frente a
las demás que obran en el plenario, sopesada en cuanto a su relación con
los hechos materia de litigio y con las normas generales y abstractas que
corresponde aplicar en el caso, complementada con aquellas adicionales que el
juez estime necesarias para llegar a una auténtica convicción sobre la verdad
y, en fin, evaluada, analizada y criticada a la luz del Derecho y con miras a
la realización de la justicia, es elemento esencial de la sentencia, supuesto
necesario de las conclusiones en ella consignadas y base imprescindible para
reconocer en el fallo la objetividad y la imparcialidad de quien lo profiere.

De allí resulta, sin duda, que los defectos del análisis probatorio, o la
ausencia total del mismo, no menos que la falta de relación entre lo probado
y lo decidido, vulneran de manera ostensible el debido proceso y constituyen
irregularidades de tal magnitud que representan vías de hecho. Tal expresión
encaja en los indicados supuestos como ninguna otra, ya que el rallador que
se aparta del material probatorio, que no lo evalúa en su integridad, o que
lo ignora, plasma en su sentencia su propia voluntad y no la de la justicia ni
la de la ley. Decide de facto y quebranta, en consecuencia, los fundamentos
esenciales del orden jurídico l84 .

,.3 QUIROGA LEÓN, Aníbal. Op. cit., p. 339.


184 T-100 del 24 de marzo de 1998. Magistrado ponente José Gregario Hernández GaJindo .

• 112
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

En otra oportunidad precisa la Corte Constitucional que las decisiones


arbitrarias y caprichosas de los funcionarios judiciales que sin fundamento
objetivo y razonable contradicen los parámetros constitucionales y legales, y
asimismo vulneran principios y derechos constitucionalmente reconocidos,
constituye un atentado contra la consolidación de un Estado social de derecho
como el nuestro. En efecto, la eficacia de los derechos y de las libertades
públicas de las personas, depende de la sujeción de los jueces al principio de
legalidad, en la labor interpretativa y aplicativa del ordenamiento jurídico, en
la valoración del material probatorio, yen las demás actuaciones que desarrolla
el juez como director del proceso.
Precisamente en el contexto del derecho a la prueba, la doctrina plantea
que este no se limita al derecho de solicitar pruebas y que las mismas sean
practicadas, sino exige que el juez exponga de manera racional la valoración
individual y conjunta que realiza de la prueba y que lo llevan a sus conclusiones
probatorias [B5.
Así, por ejemplo, el artículo 303 del Código de Procedimiento Civil consagra
de manera expresa que todas las sentencias, providencias equivalentes y los
autos interlocutorios deben ser motivados de manera razonable, la cual debe
versar sobre los aspectos fundamentales del proceso para evitar de esta forma
arbitrariedades, y justamente uno de esos elementos esenciales es la valoración
racional de la prueba186 •

Adicionalmente, la Corte Constitucional admite la procedencia de la acción


de tutela contra sentencias, cuando se presenta uno de los siguientes vicios o
defectos 187;
a. '"
g. Decisión sin motivación, que implica el incumplimiento de los servidores
judiciales de dar cuenta de los fundamentos fácticos y jurídicos de sus
decisiones en el entendido que precisamente en esa motivación reposa la
legitimidad de su órbita funcional.

2.7.15. Principio de la doble instanCÍa 188


Se instituye la jerarquía judicial funcional para garantizar que sobre un mismo
punto de derecho pueda existir una doble consideración. Es una regla general
que admite excepciones. Filosóficamente se sustenta la doble instancia en la

185 Ferrer Beltrán, Jordi. La Valoración Racional de la Prueba. Editorial Marcial Pons.
IR6 SU-132 de febrero 26 de 2002.
187 Sentencia C-590 del 8 de junio de 2005, Magistrado Ponente: Dr. Jaime Córdoba Triviño.
188 Artículo 31 Inciso 1" de la Constitución Política. Ver sentencias T-006/92, T-458/92, T-550/92,
C-019/93, C-171/93, C-345/93, C-417/93, C-486/93, C-150/93, T-147/93, T-577/93, C-224/94,
C-176/94, C-430/96, C-657/96, C-037/96, C-411/97, T-083/98, T-443/00,T-694/00, C-727/00 .

• 113
Mónica María Bustamante Rúa

garantía de acierto que la decisión final puede tener, en tanto permite que un
funcionario de superior jerarquía revise, para confirmar, modificar o revocar
la decisión adoptada por su inferior funcional. Se habla de que la excepción
son las pequeñas causas, las cuales por su cuantía o su naturaleza en única
instancia no tienen segunda instancia. En asuntos de mínima cuantía, se ha
dicho que no amerita la doble instancia, porque es restarle tiempo a las de
mayor trascendencia pecuniaria.

En torno a este principio, la Corte Constitucional manifestó que siempre que


el legislador consagre el derecho a una segunda instancia, este se convierte en
un instrumento del derecho fundamental de defensa de las partes en el proceso
y el medio más efectivo para remediar las irregularidades que se puedan
cometer durante el proceso 1S9 .

Asimismo, reitera, citando jurisprudencia precedente, que el principio de la


doble instancia constituye:
... "una piedra angular dentro del Estado de derecho", comoquiera que
garantiza, en forma plena y eficaz, el derecho fundamental de defensa al
permitir que el superior jerárquico del funcionario encargado de tomar
una decisión en primera instancia, pueda libremente estudiar y evaluar las
argumentaciones expuestas y llegar, por tanto, al convencimiento de que la
determinación adoptada se fundamentó en suficientes bases fácticas y legales
o que, por el contrario, desconoció pruebas, hechos o consideraciones jurídicas
que ameritaban un razonamiento y un juicio diferente '9o .

Igualmente, expone que en jurisprudencia antecedente, la Corte Constitu-


cional ha sido explícita al indicar que una vez se adquiere el derecho a apelar
una determinada providencia judiciaL la vulneración del principio de la doble
instancia conlleva la afectación del derecho de defensa y como consecuencia
lógica del debido proceso, así recuerda que:
Conforme a la doctrina general de esta Corporación en torno al principio
de la doble instancia, la procedencia del recurso de apelación contra una
determinada providencia es un asunto que establece el legislador, en los
estatutos procesales específicos, atendiendo a la naturaleza propia de cada
proceso, el tipo de pronunciamiento judicial y la clase de error o perjuicio cuya
corrección se persigue 191. Sin embargo, una vez que el recurso de apelación
ha sido consagrado en la legislación, como mecanismo de defensa frente
a las decisiones contenidas en una determinada providencia, su negación

189 Sentencia T-694/00. Magistrado Ponente: Dr. Eduardo Cifuentes Muñoz.


190 Sentencia C-037/96 (M.P. Vladimiro Naranjo Mesa); T-158/93 (M.P. Vladimiro Naranjo Mesa);
T-212/95 (M.P. Fabio Morón Díaz) y C-017/96 (M.P. Alejandro Martínez Caballero).
191 SC-153/95 (M.P. Antonio Barrera Carbonell); SC-054/97 (MP Antonio Barrera Carbonell) .

• 114
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

injustificada o la abstención del funcionario judicial en su trámite constituyen


una vulneración del derecho fundamental al debido proceso, susceptible de
ser amparada a través de la acción de tutela 192.

2.7.16. El principio de impugnación 193


Las decisiones judiciales deben ser objeto de control a través de los medios
previstos en el orden jurídico. Los recursos sirven a este propósito, cuya virtud
es establecer un verdadero debate en torno a la decisión procesal, confrontando
puntos de vista del funcionario que decide con los de la parte que impugna.

En esta materia, señala la Corte Constitucional que los recursos ordinarios


y extraordinarios que pueden proponerse contra las providencias judiciales
tienen una importancia decisiva como mecanismos que permitan al aparato
judicial depurar los contenidos de injusticia de los proveídos; también acla-
ra que el artículo 29 de la Constitución Política emplea el verbo "impugnar"
que es genérico, y no se refiere a una forma de impugnar en particular, como
tampoco menciona recurso alguno; por ello indica que otro medio de impug-
nar las sentencias condenatorias es la nulidad, y concluye que el derecho a
impugnar la sentencia condenatoria hace parte del núcleo esencial del debido
proceso194 •

2.7.17.El principio de la cosa juzgada 195


Se ha interpretado que en aras de la certeza, la seguridad jurídica es un
presupuesto esencial en el que descansa el orden jurídico, en el entendido de
que lo decidido por un juez no puede volver a ser discutido ante otro juez. De
allí que las sentencias estén dotadas de la cosa juzgada que les da el carácter
de definitivas e inmutables; de esa manera se cierra cualquier posibilidad
de un nuevo debate judicial, salvo en los eventos en que procede el recurso
extraordinario de revisión.
El alcance de este principio indica que una vez decidido un asunto o un
litigio bajo las formalidades legales y con intervención de las partes, estás
deben sujetarse a la decisión que le pone fin a la controversia, sin que les esté
permitido plantearlo de nuevo. Por ello, bajo el prisma de la certeza jurídica, se

19' ST-158/93 (M.P Vladimiro Naranjo Mesa); ST-212/95 (MP. Fabio Morón Díaz); ST-523/96
(MP Antonio Barrera Carbonell); ST-204/97 (MP Antonio Barrera Carbonell).
193 Artículos 29, 31 Y 229 de la Constitución Política. Sentencias T-006/92, C-142/93, C-346/97,
C-157/98.
194 Sentencia N° C-142/93.
19S Preámbulo. artículo 2°, 29 Y 243 de la Constitución Política. Sentencias de la Corte Constitucional
T-006/92. C-543/92. C-104/93, C-171/93 y C-657/96. Para Devis Echandía es un principio
fundamental del derecho procesal.

• 115
Mónica María BU.~ramanre Rúa

ha interpretado que si la decisión judicial siempre estuviera sujeta a revisión o


modificación sería imposible cumplir con ese postulado.
Así se identifican como funciones de la cosa juzgada una negativa y otra
positiva. Frente a la primera, consiste en la prohibición que tienen los jueces de
resolver sobre el fondo de los conflictos ya decididos a través de una sentencia
en firme, para evitar de esa manera la existencia de fallos contradictorios.
y respecto a la segunda impone el reconocimiento de la cosa juzgada como
verdad, esto es, no debe discutirse lo definitivamente juzgado.
Ahora bien, la legislación colombiana contempla el principio de la cosajuzgada,
pero no como un principio absoluto, toda vez que se autoriza la interposición del
recurso extraordinario de revisión bajo ciertas condiciones y circunstancias, en
el entendimiento de que la inmutabilidad de los fallos ejecutoriados tienen que
ceder cuando la sentencia se ha obtenido injustamente.
Por su parte, la Corte Constitucional ha señalado que la sentencia tiene fuer-
za de cosa juzgada cuando ella se torna inmutable y definitiva y no puede ser
modificada o revocada por ningún medio jurídico ordinario o extraordinario,
dentro o fuera del proceso en que se produjo196. Asimismo, que este principio
no se deriva de un derecho inherente a la persona humana, sino que se justifica
por criterios prácticos de convivencia y por la necesidad de conservar los valores
de certeza jurídica y paz social. De otra parte, interpreta la Corte Constitucional
que el principio de la cosa juzgada forma parte del debido proceso, aunque no se
halle mencionado de manera expresa en el artículo 29 de la Constitución Política.
Ahora bien, una cuestión problemática resulta ser la procedencia de la acción
de tutela contra la sentencia y la consecuente excepción a la cosa juzgada.

2.8. REGLAS PROCESALES


Para finalizar el estudio de los principios del derecho procesal. es importante
destacar que se suelen identificar en la doctrina y, en ocasiones en la misma
jurisprudencia, algunas reglas bajo la categoría de principios; no obstante, en
aras de la precisión, en este numeral se hará referencia a las reglas procesales,
otorgando la denominación que en realidad corresponde. Así se presentan bajo
la categoría de reglas procesales las siguientes: la inmediación, la concentración,
la impulsión oficiosa del proceso y la regla de la preclusión.

196 Sin ¡,mbargo. en aras de la claridad. se debe recordar que el artículo 333 del Código de
Procedimiento Civil establece cuáles sentencias no hacen transito a cosa juzgada: al las que se
dictan en jurisdicción voluntaria. b) las que decidan situaciones susceptibles de modificación
mediante proceso posterior. por autorización de la ley. cl las que declaren probada una excepción
de carácter temporal. que no impida iniciar otro proceso al desaparecer la causa que dio lugar a
su reconocimiento. dl las que contengan decisión inhibitoria sobre el mérito del litigio .

• 116
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

2.8.1. La regla de la inmediación


El juez tiene un papel activo dentro del proceso; en razón de sus funciones tiene
el deber de prevenir y sancionar el fraude procesal cuando este se presente.
La inmediación implica una comunicación directa entre el juez y las partes
-inmediación subjetiva-, el contacto directo del juez con los hechos objeto de
debate -inmediación objetiva-, y su intervención directa en la práctica de ,las
pruebas -inmediación en la actividad-o

2.8.2. La regla de la concentración


Por su parte, la concentración corresponde a los actos procesales, esto es, que se
logre la reunión de la mayor cantidad posible de actividad procesal en el menor
número factible de actos procesales; con ello se espera contrarrestar la disper-
sión de los actos procesales con su consecuente dilapidación de la actividad.
Esta regla tiende a que el proceso se realice en el menor tiempo posible y
con la mejor unidad. Por eso se debe procurar que el proceso se desenvuelva
sin solución de continuidad, evitando que las actuaciones accidentales o inci-
dentales entorpezcan el estudio de lo fundamental. Igualmente, tiende esta
regla a dejar todas las cuestiones planteadas, los incidentes, las excepciones y
peticiones, para ser resueltas simultáneamente en la sentencia, concentrando
así el debate judicial.
La regla de la concentración aspira a que la totalidad de actuaciones que
integran el proceso se realicen de manera concentrada, unificada, no dispersa
en el tiempo. La práctica concentrada de pruebas, reunidas en un mismo espacio
de tiempo, la adopción de decisiones para remover las causales de interrupción
o suspensión del proceso, entre otras, son actividades impuestas al juez para
lograr la concentración de la actuación procesal.
Al respecto se ha señalado por la doctrina que solo en los procedimientos
orales tiene aplicación adecuada este principio -el proceso escrito tiende a ser
desconcentrado-, ya que en las audiencias se presentan todas las excepciones y
se plantean todos los incidentes, además de allegarse las pruebas y formularse
los alegatos; y por regla general, en la sentencia se resuelven todos estos
problemas, sin que pueda suspenderse el curso del proceso para darle previa
solución a uno de ellos.

2.8.3. La regla de la impulsión oficiosa del proceso


Esta regla consiste en que una vez iniciado el proceso, debe el juez, según el
acto que se trate, impulsar su marcha sin necesidad de que las partes lo insten a
hacerlo, pues simplemente se trata de cumplir las normas legales que lo regulan
y son responsables de cualquier demora ocasionada por su culpa.

• 117
Mónica María Bustamante Rúa

El Código de Procedimiento Civil lo consagra en su artículo 2 0 , en donde


el juez, una vez iniciado el proceso, mediante la demanda y con excepción
de los casos expresamente señalados en la ley, debe adelantar los procesos
por sí mismo y es responsable de cualquier demora que ocurra en ello, si
es ocasionada por negligencia suya. No es necesario que las partes insten
al funcionario judicial para adelantarlo, mas no por ello el interesado queda
exento de la obligación o carga de que el proceso avance. Pero, es necesario
recordar que hay actos que necesariamente deben tener origen en la voluntad
expresa de las partes, y hay otros, simplemente, de tramitación que también
le corresponden como consecuencia del sistema dispositivo que parcialmente
rige en algunos procesos.
Así. por ejemplo, el juez cuenta con algunas facultades oficiosas relacionadas
con la admisión de la demanda o el rechazo de la misma para decretar
oficiosamente medidas que persigan subsanar nulidades o impedir que ellas se
produzcan, integrar el contradictorio, entre otras H17 .
De otro lado, la ley 1285 de 2009 en su artículo 14, por medio de la cual
se reforma la ley 270 de 1996 Estatutaria de la Administración de Justicia,
aprueba un nuevo artículo (60 A) que establece que el juez también podrá
sancionar oficiosamente a las partes del proceso, a sus representantes o
abogados en los eventos de a) alegación de hechos contrarios a la realidad;
b) utilización de incidente o trámite especial o recurso para fines ilegales;
c) obstrucción de la práctica de pruebas -por acción u omisión-; d) no suministrar
oportunamente información o documento que estén en su poder; e) no prestar
la debida colaboración en la práctica de las pruebas y diligencias; f) adoptar
una conducta procesal que tiende a dilatar el proceso o por cualquier medio
entorpecer el desarrollo normal del proceso. Adicionalmente, en el parágrafo
del artículo 60 A se conceden aljuez poderes procesales para el impulso oficioso
de todo tipo de procesos, y para adelantarlos hasta la sentencia, si es el caso 198.

Al respecto señaló la Corte Constitucional 199 que los jueces son los primeros
llamados a ejercer la función directiva en la conducción de los procesos que
tienen a su cargo, para lo cual el legislador les otorga la facultad de asegurar,
197 Ver artículos 4, 37, 38, 93, 95, 134, 178, 187 del Código de Procedimiento Civil.
198 Sentencia C-713 de 2008 Comunicado de prensa. Corte Constitucional. Julio 15 de 2008. CORTE
CONSTITUCIONAL SALA PLENA. (Procesado el 5 de agosto de 2008) Décimo quinto: Declarar
EXEQUIBLE el artículo 14 del proyecto de ley estatutaria N° 023 de 2006 Senado y N° 286 de
2007 Cámara, "por la cual se reforma la Ley 270 de 1996 Estatutaria de la Administración de
Justicia". El magistrado Jaime Araújo Rentería salvó el voto por considerar que el artículo 14 es
inconstitucional. El magistrado Humberto Antonio Sierra Porto expresó su salvamento parcial
de voto, respecto de los numeral 2 y 5, que estimó eran inconstitucionales. El magistrado Nilson
Pinilla Pinilla anunció la presentación de una aclaración de voto.
199 Sentencia C-713 de 2008 .

• 118
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

por los medios legítimos a su alcance, que las actuaciones se adelanten con
observancia de la plenitud de las formas propias de cada juicio y exigiendo la
colaboración y el buen comportamiento de las partes zoo •

De esta manera, el juez tiene facultades oficiosas en tratándose de medidas


correccionales que tienen como propósito proteger la dignidad y el decoro de la
Administración de Justicia. Expresa la Corte Constitucional:

Si bien es cierto que en diferentes ordenamientos se hace alusión a los


poderes y medidas correccionales que competen al funcionario judicial en-
cargado de la dirección del respectivo proceso, ello no obsta para que, con
el fin de asegurar el normal desenvolvimiento y la celeridad de las distintas
actuaciones judiciales, se consagre expresamente la facultad que tiene el juez
para reprimir, dentro del marco del respectivo proceso, los diferentes compor-
tamientos que tengan por objeto inducir en error a dicho funcionario, proceder
en forma claramente ilegal, obstruir la práctica de pruebas o rehusarse if\jus-
tificadamente a aportar información o documentos necesarios o útiles para
los fines del proceso, negar la colaboración para la práctica de las diferentes
diligencias, así como las conductas claramente encaminadas a entorpecer o
dilatar el normal desenvolvimiento del proceso 201 •

Sin embargo, aclara la Corte Constitucional que para la imposición de la


multa, se debe presentar previamente una actuación que respete las reglas
básicas del debido proceso, para que la persona tenga la oportunidad de ejercer
sus derechos de defensa y contradicción 202 y finalmente concluye la Corte
Constitucional que:
... en cuanto al parágrafo del artículo, que otorga al juez poderes procesales
para el impuso oficioso de los procesos, incluso hasta la sentencia, la Corte
encuentra legítima esta autorización siempre y cuando las medidas que adopte
el juez respondan a las exigencias del proceso y se reflejen como necesarias
de acuerdo con el devenir histórico del mismo.
Para el Consejo Superior de la Judicatura, en este punto no puede olvidarse
que tanto en procesos que cursan bajo el sistema penal acusatorio como
en los del sistema penal de adolescentes, la potestad oficiosa del juez se ha
restringido solo para efectos probatorios, pero no para el impulso procesal. Sin
embargo, cabe recordar que aún es éste tipo de procesos el juez tiene el deber
de evitar las maniobras dilatorias y todos los actos que sean manifiestamente

200 A continuación de la Corte Constitucional cita las sentencias C-037 de 1996. T-1017 de 2007.
establece subreglas referetnes a la potestad correccional del juez.
201 Sentencia C-713 de 2008.
202 Ver sentencia C-037 de 1996. C-218 de 1996.

• 119
Mónica María Bustamante Rúa

inconducentes, impertinentes o superfluos, mediante el rechazo de plano de


los mismos, al tiempo que puede ejercer los poderes disciplinarios y aplicar
las medidas correccionales que le atribuye la ley con el fin de asegurar la
eficiencia y la transparencia de la Administración de Justicia.

AsÍ. la facultad del juez para culminar con eficiencia un proceso no ha


desaparecido aún bajo el sistema adversarial, por cuanto tiene una vocación
de dirección de determinadas diligencias y audiencias, resultando entonces
necesario que ponga en acto cuanto esté a su alcance para asegurar que
los procesos lleguen a su fin con la mayor celeridad posible, obviamente sin
desnaturalizar las características propias de tal tipo de procesos.

En conclusión, la imposición de multas a las partes de un proceso


judicial o a sus representantes o abogados, en los términos y bajo las
condiciones anteriormente descritas, constituyen medidas correccionales
constitucionalmente legítimas y razonables dirigidas a garantizar la celeridad
y eficiencia en la Administración de Justicia para asegurar con ello el respeto
y la majestad de tan importante función pública. Esas consideraciones llevan
a la Corte a declarar la exequibilidad del artículo 14 del proyecto 20:1.

2.8.4. LA REGLA DE LA PRECLUSIÓN


El proceso se concibe como un todo lógico ordenado, con miras a la obtención de
un fin que es la sentencia; sus actos se cumplen como serie, disciplinadamente
en el espacio y en el tiempo; las partes tienen que conocer en cuál momento
advendrán con su actividad para que esta resulte oportuna, porque, además,
sobre la base de la firmeza del primer acto procesal, se funda la del segundo, y
así hasta la sentencia. El proceso no puede regresar en sus etapas; cada una se
agota; sus límites temporales hacen que las conductas que puedan realizarse
en cada una de esas etapas precluyan, se cierren definitivamente sin que
puedan revivirse legalmente. En ese sentido, precluida una etapa válidamente
tramitada no es posible volver sobre ella, salvo que en su desarrollo se haya
incurrido en alguna causal de nulidad.
Se distribuyen, así, las oportunidades de ejercitar los medios de defensa y
ataque, que únicamente pueden ser utilizados en uno solo de esos momentos,
aún cuando sus efectos vayan a surtirse en período futuro. Como consecuencia,
opera esta regla cuando: a) no se ejerce la facultad procesal en el orden o
dentro del término señalado en la ley; en este caso no cumplida la actividad
dentro del tiempo concedido, se clausura la etapa procesal respectiva (ejemplo:
la no producción de la prueba en tiempo agota la posibilidad de hacerlo
posteriormente); b) si se ejerce la facultad procesal en el orden o dentro del

203 Sentencia C-713 de 2008 .

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PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

término señalado en la ley, en este caso se cumple la actividad dentro del tiempo
oportuno, igualmente se clausura la respectiva etapa procesal. impidiendo que
la misma se ventile nuevamente.

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