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En Qué Lenguaje Fue Escrito

Originalmente El Nuevo
Testamento? (Dr. Eli Lizorkin-
eyzenberg)

¿En qué lenguaje fue escrito originalmente el


Nuevo Testamento?
Los cristianos se han estado haciendo esta pregunta desde hace años, con
la esperanza de obtener un conocimiento más profundo de la palabra
escrita de Dios.

En el último cuarto de siglo, hemos visto un cambio dramático entre los


cristianos de todo el mundo. Jesús se está viendo cada vez más como un
Judío y el Nuevo Testamento ya no es visto como si tuviese sólo un
transfondo histórico y cultural greco-romano, sino Hebreo y Judío también.

Pero el interés profundo de los cristianos en el trasfondo judío del Nuevo


Testamento no es algo nuevo. A lo largo de los siglos, muchos cristianos de
todo el mundo han reconocido la importancia de estudiar la situación
histórica del Nuevo Testamento, ya sea judío o de otra manera. Debido a
varios acontecimientos importantes que tuvieron lugar en el siglo 20, la
necesidad de comprender el aspecto judío del Evangelio se hizo aún más
fuerte.

Algunos de estos eventos puede parecer insignificantes o irrelevantes, pero


estoy convencido de que todos ellos tuvieron un papel para influir en los
corazones y las mentes de los fieles. Hay cuatro eventos, como yo lo veo:
el holocausto judío, la creación del Estado de Israel, el descubrimiento
arqueológico y la difusión de los Rollos del Mar Muerto, y el aumento en el
número y la actividad de las organizaciones cristianas dedicadas a causas
relacionadas con judíos.

Probablemente voy a hablar de estos temas en detalle en el futuro, pero


por ahora, me gustaría centrarme en nuestra pregunta principal – ¿fue el
Nuevo Testamento originalmente escrito en griego, hebreo o arameo ?

Yo creo que el Nuevo Testamento fue escrito por judíos seguidores de


Cristos en un idioma que se describe mejor como judeo-griego. Judeo-
griego es esencialmente un lenguaje griego hablado por judíos en el
momento. Muy parecido al judeo-alemán (o yiddish), incluía muchas
palabras hebreas, frases y estructuras gramaticales, aunque a diferencia
del judeo-alemán que conservó el alfabeto griego, como era de hecho el
caso en muchas otras lenguas judías.

Cristianos quienes, erróneamente en mi opinión, creen que el Nuevo


Testamento fue escrito en hebreo, señalan que el Nuevo Testamento está
lleno de hebraísmos (palabras con etimología hebrea), así como las
estructuras gramaticales hebreas usadas con cierta torpeza en el propio
texto griego.

No niego su punto. De hecho, estoy totalmente de acuerdo con él. Yo


simplemente sugiero, como otros lo hicieron antes que yo, que uno no
tiene que imaginar una base textual hebrea del Nuevo Testamento para
explicar la presencia de los hebraísmos y patrones hebraicos en ella.

Déjeme explicarle.

Los judíos que escribieron los evangelios y la colección NT, estuvieron,


naturalmente, pensando de manera judaica y hebraica, a pesar de que
estaban escribiendo en griego.

La traducción griega de la Biblia hebrea, La Septuaginta (LXX , para


abreviar), fue utilizada libremente por los autores del Nuevo Testamento.
Debemos recordar que esta versión griega de la Biblia hebrea se tradujo
también por judíos al griego. Las miríadas de hebraísmos podrían haber
simplemente migrado de la Septuaginta en el Nuevo Testamento al ser
primero traducido y más tarde citado.
Ahora, como una nota al margen, el uso de la Septuaginta por los
escritores del Nuevo Testamento es en realidad un concepto muy
emocionante. Usted ve, el texto de la Biblia hebrea más ampliamente
utilizado en la actualidad es el Texto Masorético (MT para abreviar).

Cuando por fin se examinaron los Rollos del Mar Muerto, resultó que la
biblioteca inter-judía de Qumrán tuvo tres familias diferentes de las
tradiciones bíblicas-una que estaba estrechamente emparejada el texto
masorético, otra estrechamente emparejada con la Septuaginta y una que
parecía estar conectada a la Torá samaritana.

Entre otras cosas, esto , por supuesto, muestra que la Septuaginta citada
por el Nuevo Testamento, libremente se basó en un texto hebreo que era
por lo menos tan antiguo como el texto Masorético, si no más .

Ahora, en los escritos de los padres de la iglesia, en varias ocasiones se


habla de un evangelio en hebreo.

La referencia más importante y reciente, es esta, la de Papías de Hierápolis


(125 dC – 150 dC), un autor cristiano reciente que escribió: ” Mateo
recogió los oráculos en el dialecto hebreo e interpretó cada uno de ellos lo
mejor que pudo”. Esto significa que tenemos un testimonio cristiano muy
reciente sobre el documento de Mateo que recoge los dichos de Jesús, pero
que también contiene interpretaciones de Mateo sobre esos dichos.

¿Fue esta una referencia al Evangelio de Mateo en su forma original


hebrea? Quizás. ¿Fue una referencia a un documento que Mateo compuso,
pero que era diferente del Evangelio de Mateo? Es posible. Por supuesto,
esto se hace complicado por el hecho de que todos los evangelios son
anónimos y no contienen ninguna referencia inequívoca a un autor en
particular. El Evangelio de Mateo no es la excepción. Lo llamamos el
Evangelio de Mateo, pero no sabemos quien fue el autor de este. A
propósito, el anonimato del Evangelio encaja perfectamente con la tradición
del anonimato del autor también en la mayoría de los libros de la Biblia
hebrea.

Por otra parte, la fraseología utilizada por Papías de Hierápolis es menos


que inspiradora-“interpretó cada uno de ellos lo mejor que pudo”. Esas
palabras no inspiran la imagen del majestuoso evangelio de Mateo que
conocemos.
Es posible que Papías estaba refiriéndose a algo menos grandioso. A saber,
que se enteró de que Mateo (el discípulo de Jesús), recolectó los dichos de
Jesús en hebreo, uniéndolos lo mejor que pudo. No hay ninguna razón para
negar que tal documento existió una vez, pero tampoco existe
particularmente una razón fuerte para identificarlo con el Evangelio de
Mateo.

Estudios recientes han demostrado que el hebreo, el arameo y el griego


fueron todos hablados por la gente que vivía en Tierra Santa durante el
primer siglo de la era común y que es lógico pensar que Jesús habría sido
muy fluido en todos ellos.

El Nuevo Testamento, lo mejor que podemos decir, fue en realidad escrito


por los Judíos en judeo-griego, lo que explica la enorme cantidad de
patrones hebraicos de pensamiento, razonamiento, gramática y
vocabulario, para subrayar, entre otras muchas cosas, que hacen del Nuevo
Testamento una colección completamente judía.

Ahora… cuando tratamos con las humanidades (como la historia o teología


histórica) no nos ocupamos de las certezas, pero sí de la probabilidad y
verosimilitud. Es, por tanto, perfectamente posible, que mi visión se
cambiará por la nueva evidencia que en algún momento podrá estar
disponible. Pero mis observaciones de hoy se basan en lo que sabemos
ahora, y no lo en lo que podemos saber en el futuro. Hasta que se
disponga de información, la única manera de responder a la pregunta sobre
el origen del Nuevo Testamento, es simple deducción ¿Quién lo escribió?
Judíos seguidores de Cristo lo hicieron. ¿En qué idioma lo hicieron? En
judeo-griego.

¿Fue el Nuevo Testamento escrito originalmente en hebreo?


Cientos de miles de cristianos se han hecho esta pregunta de una u otra
forma. La razón de esta curiosidad es loable. Es el deseo de acercarse a
Dios como sea posible, estando lo más cerca posible de su Palabra escrita.

El profundo interés de los cristianos modernos en las fundaciones judías del


Nuevo Testamento no es nueva. Los cristianos serios de todas las épocas
habían reconocido la importancia de estudiar el contexto histórico del
Nuevo Testamento, judíos o no. El interés actual en Jesús judío está
creciendo en intensidad con el tiempo. Las redes sociales y los mensajes
relacionados con el judaísmo de Jesús están aumentando en volumen. Ha
incrementado el número de cristianos en todo el mundo, tratando de
aprender hebreo con materiales de estudio individual y se están
inscribiendo en clases formales en el campus o en línea.
Entonces ¿por qué tanto interés de los cristianos en el Jesús Judío? (Para
leer el formato original y comentar, haga clic AQUÍ).
Hay muchas razones, pero sólo voy a mencionar algunas. Mi intención es
mostrarle que lo que sucede en el mundo tiene una gran influencia (si no se
determina) en cómo los cristianos piensan en la Santa Biblia.

En primer lugar, el Holocausto judío llevó a los cristianos a pensar y hacer


algunas preguntas difíciles acerca de la fidelidad de Dios a su pueblo
antiguo de Israel, y el papel de la Iglesia en la toma de una posición en la
arena política. Por otra parte, el holocausto hizo que la Iglesia considerara
elementos (y lo que había que hacer al respecto) en su teología, que
pudieron haber contribuido al Holocausto Judío Europeo .

En segundo lugar, la creación del Estado de Israel ha obligado a los


cristianos a reconsiderar las antiguas promesas de Dios con respecto a la
restauración física de la tierra para el pueblo de Israel. Esto ha generado
muchas otras cuestiones importantes que se relacionan con este tema.

En tercer lugar, los descubrimientos arqueológicos y la eventual divulgación


de los Rollos del Mar Muerto han provocado una revolución en las
instituciones académicas (ambos, universidades y seminarios) en relación
con las cuestiones de los orígenes cristianos, y especialmente, su relación
con su antiguo ambiente judío.

En cuarto lugar, una variedad de cristianos liberales y los grupos


conservadores comenzaron a pensar acerca de lo que significaba todo esto
y lo que debían hacer para salir de la esfera del pensamiento e ir al reino
del “hacer”.

Si bien todo esto es interesante, creo que es mejor ir de nuevo a


nuestra pregunta principal. ¿Fue el Nuevo Testamento escrito en
hebreo?
En mi opinión, todo el texto original del documento que conocemos como el
Nuevo Testamento fue escrito por judíos seguidores de Cristo (en el viejo
sentido de la palabra) en un lenguaje que puede ser mejor descrito no sólo
como koiné o griego común, sino como “koiné judaico-griego”. Algunos
autores que pudieron permitirse un buen escriba profesional (como fue el
caso de Pablo y, posiblemente, también Lucas) tuvieron un excelente
dominio de la lengua, mientras que otros, como los autores del Evangelio
de Juan y el Apocalipsis, por supuesto, escribieron en un nivel mucho más
simple. Así, una persona puede escribir en Inglés en un estilo elegante o
expresar sus pensamientos en el mismo idioma, pero de una manera
mucho más simple (como yo).
Pero antes de todo eso, ¿qué es el griego koiné?
El griego koiné (que es diferente del griego antiguo) fue una forma multi-
regional común del griego hablado y escrito durante la antigüedad
helenística y romana. La colección del Nuevo Testamento fue escrito
durante este período histórico.

Ahora… No creo que el tipo de griego que vemos en el Nuevo Testamento


pueda ser mejor descrito SOLO como griego koiné. Hay otro componente
de este griego koiné-una conexión Judaica y Hebrea significativa. Por esta
razón, yo prefiero llamarlo – Koiné-judaico-griego.

¿Qué es judaico-griego?
Bien… El judaico-griego, como las lenguas conocidas judaica-germánicas
(yiddish), judaica-españolas (latin) y las menos comunes como judaica-
persas, judaica-árabes, judaica-italianas y judaica-georgianas, son
simplemente una manera de griego utilizado por los judíos para
comunicarse. Esta lengua mantiene muchas palabras, frases, estructuras
gramaticales y padrones de pensamiento característicos de la lengua
hebrea.

Entonces, ¿judaico-griego es realmente griego? Sí, lo es, pero es un


griego que heredaron los patrones semitas de pensamiento y de
expresión. Por lo tanto, es diferente de los tipos de griego usados
por otros grupos de personas.
Por lo tanto, no estoy de acuerdo con que el Nuevo Testamento fue escrito
en hebreo y luego traducido al griego. En cambio, creo que fue escrito en
griego por personas que pensaban como judíos y lo que es quizás más
importante, polígloto. Ya ve… personas que hablan diferentes idiomas
también pueden pensar en varios idiomas. Cuando hablan, sin embargo,
siempre se preocupan por algo que viene de otro idioma. Nunca es una
cuestión de “sí”, sino sólo de “cuánto”.

El principal argumento hecho por los cristianos que creían que partes del
Nuevo Testamento fueron escritas originalmente en hebreo, es que el
Nuevo Testamento está lleno de hebraísmos. (El judaísmo es una
característica del hebreo que ocurren en otro idioma).

En realidad, este es un punto muy importante. Esto demuestra que los


estudiantes serios del Nuevo Testamento no deben limitarse al estudio del
griego. También deben estudiar hebreo. Con el conocimiento del hebreo
bíblico, ellos serían capaces de leer el texto koiné judaico-griego del Nuevo
Testamento con mucha más precisión.
Así que, en mi opinión, no se tiene que imaginar una base textual
hebrea del Nuevo Testamento para explicar la presencia de los
hebraísmos en el texto. Aunque sea posible, esta teoría
simplemente carece de apoyo adicional y desesperadamente
necesario.
Piense conmigo un poco más sobre esto. Además de la competencia
plurilingüe de los autores del Nuevo Testamento, su fuente más fiable (y
con razón) para las citas de la Biblia hebrea, fue la Septuaginta (LXX).

Ahora… hay que recordar que la versión griega de la Biblia hebrea fue
traducida al griego por los principales eruditos judíos de la época. La
leyenda cuenta que 70 indivduos sabios, Judíos, hicieron traducciones
distintas de la Biblia hebrea y cuando terminaron, todos combinaron
perfectamente. Como he dicho “es una leyenda”. El número 70 simboliza
probablemente las 70 naciones del mundo en el judaísmo antiguo. Esta
traducción no estaba destinada únicamente para los judíos de habla griega,
sino también para los no- judíos, para que ellos también pudieran haber
tenido acceso a la Biblia hebrea. Usted puede imaginar cómo las palabras
hebreas, frases y padrones de pensamiento están presentes en todas las
páginas de la Septuaginta. (Haga clic aquí para ver la versión más antigua
de la LXX).
Entonces, además de los autores del Nuevo Testamento pensando
judaícamente y hebraícamente, también tenemos la principal fuente de sus
citas del Antiguo Testamento que vienen de otro documento de autoría
judía de la Septuaginta. Por lo tanto, es sorprendente que el Nuevo
Testamento esté lleno de formas hebreas expresadas en griego.

Como nota adicional, el uso de la Septuaginta por los escritores del


Nuevo Testamento es realmente un concepto muy emocionante.
El texto judío de la Biblia hebrea que se usa hoy en día, es el Texto
Masorético (MT para abreviar). Cuando por fin se examinaron los Rollos del
Mar Muerto, se constató que no había uno, sino tres familias diferentes de
las tradiciones bíblicas en la época de Jesús. Una de ellas estrechamente
alineadas con el Texto Masorético, otra estrechamente alineada con la
Septuaginta y otra parece haber tenido vínculos con la Torá samaritana.

Entre otras cosas, eso muestra claramente que la Septuaginta citada por el
Nuevo Testamento tiene un gran valor, ya que se basaba en un texto
hebreo que era por lo menos tan antiguo como los aspectos básicos del
texto hebreo de lo que se convertiría algún día – en el Texto Masorético.

Como ya he dicho, creo que todo el Nuevo Testamento fue escrito em koiné
judaico-griego. Por favor, permítame dirigirme a un punto muy importante.
En varios lugares en los escritos de los Padres de la Iglesia, se habla de un
Evangelio en hebreo.

La referencia más importante y más antigua es la del escritor cristiano


primitivo Papías de Hierápolis (125 dC-150 dC). Él escribió: “Mateo recogió
los oráculos en la lengua hebrea, e interptetó como pudo, cada uno de
ellos”. Así que tenemos un testimonio cristiano muy antiguo en el
documento de Mateo en hebreo.

¿Fue esta una referencia al Evangelio de Mateo en su hebreo original?


Quizás. ¿Fue una referencia a un documento que Mateo recopiló, pero qué
fue diferente del Evangelio de Mateo? Posiblemente.

Todo este debate se complica por el hecho de que los Evangelios son
anónimos y no contienen referencias claras a un autor en particular
(aunque algunos fueron atestiguados antes de tiempo). El Evangelio de
Mateo no es la excepción. No sabemos si Mateo (discípulo de Jesús
mencionado en los Evangelios) fue de hecho el autor del Evangelio que
llamamos “El Evangelio según Mateo”.

Por otra parte, la fraseología, ” interpretó como pudo, cada uno ellos”,
utilizada por Papías de Hierápolis es mucho menos que inspirador. No se
puede dejar con la sensación de que el majestuoso evangelio de Mateo,
que presenta textos claves, como el Sermón de la Montaña y la Gran
Comisión en verdad estaban siendo considerados. Es posible que Papías
estaba refiriéndose a algo menos grande. Es decir, que él había oído que
Mateo había recogido frases de Jesús en hebreo, uniéndolas lo mejor que
pudo. No hay ninguna razón para negar que existió tal documento, pero no
es una razón muy fuerte para identificarlo con el Evangelio de Mateo.

Más tarde, los sacerdotes de la Iglesia también mencionaron que Mateo


escribió el Evangelio en lengua hebrea, pero su información es 1) muy
probablemente basada en la declaración de Papías y 2) fue dirigida por la
teología cristiana, mostrando que los judíos fueron testigos suficientes.

Los descubrimientos arqueológicos han demostrado que el hebreo, arameo,


griego y latín, incluso fueron utilizados por los habitantes de la Tierra Santa
durante el primer siglo de la Era Común. Pero el mismo Nuevo Testamento,
lo mejor que puedo decir, fue en realidad escrito por judíos seguidores de
Cristo en koiné judaico-griego.

Esta es la posibilidad más simple y más exacta. Este punto de vista explica
fácilmente la cantidad de patrones hebraicos subyacentes de pensamiento,
razonamiento, gramática y vocabulario que hacen del Nuevo Testamento
una colección completamente judía.

Reconstruir la historia es un poco como armar un rompecabezas donde


falta una gran cantidad de piezas. Cuantas más piezas del rompecabezas se
tenga, mejor se pueden ver los contornos de la imagen. Cuanto más sepa
sobre el contexto histórico del Nuevo Testamento y cuanto más usted esté
familiarizado con las lenguas estrechamente relacionadas con él
(especialmente el hebreo y el griego), mejor será su capacidad para
interpretarlo de forma precisa para sí mismo y para los demás.
Para inscribirse en los cursos de hebreo o griego a través de
eTeacherBiblical acreditados por la Universidad Hebrea de Jerusalén, haga
clic aquí.
Casi todo el Antiguo Testamento fue escrito en hebreo durante los mil años de
su composición. Pero algunos capítulos en las profecías de Esdras y Daniel y un
versículo en Jeremías fueron escritos en un lenguaje llamado arameo. Este
lenguaje se hizo muy popular en el mundo antiguo y en realidad desplazó a
muchos otros idiomas. El arameo se convirtió incluso en el lenguaje común que
se hablaba en Israel en el tiempo de Jesús, y era probablemente el lenguaje
que Él hablaba día a día. Algunas palabras arameas fueron usadas incluso por
los escritores del Evangelio en el Nuevo Testamento.

El Nuevo Testamento, sin embargo, fue escrito en griego. Esto parece extraño,
ya que la mayoría infiere que debería ser hebreo o arameo. ¿Por que griego?
Porque con el griego sucedió algo muy parecido a lo que sucede hoy con el
idioma inglés. El inglés es tan frecuente hoy no porque sea simple o más fácil
de dominar que otros idiomas sino sobre todo debido al Imperio británico.
Juan Chapa Prado, doctor en Teología (UN) y en Letras Clásicas (Universidad
de Oxford)

_______________________

A mi modo de ver se trata de responder aquí a dos cuestiones fundamentales.


Primero: los textos del Nuevo Testamento que conservamos ¿son fidedignos?
En segundo lugar, ¿cómo sabemos que no había otros textos que presentaban
otra imagen de Jesús y que fueron hechos desaparecer? En otras palabras,
¿podemos estar seguros de que los evangelios que acepta la Iglesia como
canónicos responden a la verdad sobre Jesús?

Los manuscritos del Nuevo Testamento son fidedignos

Todos los libros del Nuevo Testamento fueron escritos en lengua griega, que
era el idioma común de los países cercanos al Mediterráneo en el mundo
antiguo, desde los tiempos de Alejandro Magno (siglos IV-III a.C.). Según
Papías de Hierápolis existió únicamente una redacción original aramea o
hebrea de parte del Evangelio de San Mateo, que no ha llegado hasta nosotros.
Algunos piensan que Papías se está refiriendo a la fuente Q, un hipotético texto
del que se sirvieron algunos evangelistas. En cualquier caso los evangelios
fueron redactados en griego sobre papiro, el material en el que se escribían los
libros en la antigüedad. Los ejemplares originales de los libros del Nuevo
Testamento se perdieron relativamente pronto a causa de la corta duración de
este soporte, que se deteriora con el uso y la humedad. Sabemos que los
originales ya no existían hacia la mitad del siglo II. No se emplearon, por
ejemplo, en la polémica con el gnóstico Marción sobre cuáles eran los textos
auténticos, lo cual indica que habían desaparecido.

El texto original se conservó en copias, que comenzaron muy pronto a


multiplicarse. Al principio se empleaba fundamentalmente el papiro, pero fue
decisivo el uso del pergamino. Los textos al principio se copiaban en rollos
(como las obras literarias de la antigüedad y el Antiguo Testamento) hasta que
se impuso la forma de libro (códice), que permitía un fácil manejo y un mejor
aprovechamiento del material. Se conservan pergaminos desde el siglo IV. El
más antiguo papiro conservado del Nuevo Testamento contiene varios
versículos del Evangelio de San Juan (18,31-33.37-38) y está datado en la
primera mitad del siglo II, no más de 50 años después de que fuera escrito.
Hay también papiros de finales del siglo II con el texto de Mateo y Lucas. El
número va aumentando progresivamente en los siglos sucesivos.

El Nuevo Testamento es el libro antiguo mejor fundado desde el punto de vista


textual. Se conservan en la actualidad más de 5000 copias en griego. No existe
una obra literaria de la antigüedad que tenga tantas copias y tan cercanas a
los originales. De ninguna obra antigua llega al millar el número de
manuscritos conservados.

Junto a las copias griegas (conservadas en papiro y pergamino, en rollo o


códice) también atestiguan el texto original las traducciones antiguas.
Comprenden unos diez mil documentos, con versiones parciales o completas
del Nuevo Testamento. Fueron hechas con fines litúrgicos, catequéticos,
teológicos, etc., a medida que el Evangelio se difundía entre nuevos pueblos.
Se cuentan entre las más importantes las traducciones al latín (a partir del
siglo II, denominadas con el nombre genérico Vetus Latina, anteriores a la
Vulgata de San Jerónimo), siriaco (siglos II-III; la más importante versión
siria, llamada Peshitta, es del siglo V), copto (siglo III), armenio (siglo IV),
etíope, eslavo, gótico (siglo IV) y árabe (siglo VII).

Además, el texto original se contrasta con las citas del Nuevo Testamento en
escritores eclesiásticos. Son como testigos indirectos del texto, de gran valor
cuando corroboran el testimonio directo de los manuscritos griegos. Para más
detalles puede consultarse por ejemplo J. O’Callaghan, Los primeros
testimonios del Nuevo Testamento. Papirología neotestamentaria (1995), J.
Trebolle, La Biblia judía y la Biblia cristiana. Introducción a la historia de la
Biblia (1993).

Todo ello confirma que, si bien no hay un manuscrito que sea exacto a otro,
las copias que tenemos son sustancialmente fieles a los originales. La crítica
textual lo muestra. También demuestra que los intentos de correcciones de
manuscritos por escribas celosos que querían corregir el ejemplar que
copiaban por pensar que contenía error o porque admitía una lectura variante
que se estimaba más correcta son de tendencia conservadora. No hay ninguna
prueba de que esas correcciones de los escribas, que se hicieron en el siglo II y
comienzos del III, fueran realizadas de manera sistemática, como un programa
diseñado para dar a esos textos un contenido doctrinal preciso, sino que
obedecen al celo personal del escriba. El propio Ehrman, un conocido crítico
textual, que ha adoptado también una posición revisionista a favor de una
supuesta conspiración doctrinal, lo apoya al afirmar que las tendencias de los
escribas estaban destinadas a conservar la fe recibida y no doctrinas nuevas.

Desde el punto de vista textual tampoco existe dato alguno que apunte a que
hubo al menos “ochenta evangelios” (sic El código da Vinci) en los que se
relataba la vida de Cristo como un “hombre mortal”, ni que Constantino
supuestamente destruyera esos otros evangelios y embelleciera los cuatro
canónicos para que Cristo apareciera más divino. La falta de reconocimiento
por parte de las autoridades cristianas de unos textos no es lo mismo que
represión o destrucción. Los evangelios canónicos fueron escritos antes de
finales del siglo I (quizá el evangelio de Juan unos pocos años después del año
100). Los evangelios no canónicos, de los que sólo tenemos noticia de veinte y
no de ochenta, fueron escritos entre los siglos II y IV, es decir, con
posterioridad a los cuatro evangelios. Afirmaciones basadas en el silencio de
los testimonios, esto es, en lo que no dicen los textos o los restos
arqueológicos, no son de recibo entre los científicos. Según este criterio
podríamos afirmar que en los primeros siglos todos los cristianos llevaban el
mismo tipo de sandalia, que todos ellos comían con un sombrero puesto, que
se saludaban con la mano en alto... y así hasta que la imaginación se agote.
No hay documento que lo niegue pero tampoco hay documento que lo pruebe.
Sin embargo, un investigador serio, a la vista de los datos que tenemos, jamás
se atrevería a defender semejantes afirmaciones, porque simplemente
carecemos de testimonios que apunten en esa dirección.

Ortodoxia y heterodoxia

El uso, importancia y autoridad de los libros hace que unos se vayan relegando
al olvido y otros se mantengan. En cambio hay datos sólidos que permiten
afirmar que los cristianos de los primeros siglos tenían una conciencia clara de
qué evangelios contenían la verdad de Jesús y sobre Jesús, y por tanto cuáles
eran los evangelios y los otros libros autoritativos, es decir, cuáles formaban
parte del canon y cuáles no. Lo que se adecuaba a la fe y lo que iba contra ella
se determinaba por la tradición apostólica. Por eso unos se copiaban (no era
barato hacer copia de un libro) y se trasmitían, y otros no.

La determinación de unos libros canónicos y otros no canónicos, llamados


“apócrifos”, responde a la conciencia que se tenía de la apostolicidad de esos
libros, qué vinculación tenían con las figuras apostólicas, testigos del
resucitado. Como todo buen historiador sabe, los documentos más próximos a
la fuente que da origen a un movimiento son los que probablemente dicen más
sobre los orígenes de un grupo religioso. Documentos escritos por testigos
oculares o por personas en contacto con testigos oculares son nuestras fuentes
primordiales. En el caso del cristianismo, estas fuentes son precisamente el
Nuevo Testamento, más unas pocas obras del siglo primero como la Didaché y
la 1 Clemente.

Los mismos textos del Nuevo Testamento muestran que, junto a la diversidad
de tendencias dentro de la Iglesia, hay una norma autoritativa. No es verdad
que “todos podían opinar de la manera que querían”. Las primeras confesiones
de fe lo atestiguan y lo confirma la conciencia de unas Escrituras junto al
Antiguo Testamento. Estudios sobre el canon del Nuevo Testamento H.
Riesenfeld, Unité et diversité dans le Nouveau Testament (1979); J.D.G. Dunn
The Unity and Diversity of the New Testament (1977) muestran que nunca la
diversidad teológica fue la norma. Al contrario, lo que la Iglesia primitiva
defendía era la unidad frente a la diversidad. Basta con citar a Efesios 4,4-6:
“Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como habéis sido llamados a una sola
esperanza: la de vuestra vocación. Un solo Señor, una sola fe, un solo
bautismo, un solo Dios y Padre de todos: el que está sobre todos, por todos y
en todos”.

Los Padres de la Iglesia (Ireneo, siglo II, Tertuliano, siglo II-III; Orígenes, siglo
III, etc.) son conscientes de que existe una “regla de fe” que se remonta a los
apóstoles, cuya expresión sintética se recoge en los símbolos, y se trasmite
por tradición oral junto con unos escritos que también se remontan a los
apóstoles y sus colaboradores, que corroboran y sustentan el contenido de esa
regla de fe. No es verdad que los concilios de los siglos IV y V inventaron o
definieron lo que era herético.

Los cuatro evangelios circulaban ya juntos a finales del siglo II (M. Hengel,
One Gospel of Jesus Christ (2000), y las cartas de Pablo formaban también
una colección ya entonces (H. Gamble, in Books and Readers in the Early
Church (1995). Ireneo y antes Justino tenían conciencia de lo que era
normativo para la Iglesia y lo que no lo era. San Justino da testimonio de cómo
en la liturgia se leían los recuerdos de los apóstoles e Ireneo habla del único
evangelio cuadriforme.
Ireneo, sobre todo en su Adversus haereses y Tertuliano en su De
praescriptione haereticorum fueron los principales defensores de la fe recibida
por tradición apostólica contra las nuevas corrientes de interpretación del
cristianismo que desvirtuaban esa tradición. El canon de Muratori
(probablemente de finales del siglo II) se refiere también a cómo había una
preocupación por defender la fe tradicional: “Se dice que existe otra carta en
nombre de Pablo a los Laodicenses, y otra a los Alejandrinos, [ambos]
falsificadas según la herejía de Marción, y muchas otras cosas que no pueden
ser recibidas en la iglesia católica, ya que no es apropiado que el veneno se
mezcle con la miel”. Es por tanto falso afirmar que los concilios del siglo IV y V
inventaron o definieron por vez primera lo que era la “herejía”. Sostener que
no había un núcleo doctrinal, una regla de fe, en el siglo primero va contra los
mismos textos del Nuevo Testamento en los que hay continuas referencias a la
distinción entre la fe verdadera y el error (en las cartas de San Pablo y en las
de Juan de forma evidente). La “ortodoxia” estaba en el origen mismo de la
tradición. La segunda carta de Pedro se refiere también a las escrituras como
norma de autoridad. En ellas se incluye el Antiguo Testamento. Marción, en
cambio, lo rechazó y los gnósticos o lo rechazaron o lo reinterpretaron en
forma radicalmente distinta a como los hicieron los católicos y los judíos.

La formación del canon

¿Cómo se estableció qué libros eran ortodoxos y cuáles no? Para los cristianos
de la primera hora no existía el Antiguo Testamento como tal, ya que tampoco
tenían el Nuevo. Los cristianos de las primitivas comunidades no tenían otras
Escrituras que las Escrituras de los judíos. En ellas se encontraba la Palabra de
Dios, en ellas se contenía la norma de fe y de comportamiento. Sin embargo,
tras la muerte y resurrección de Cristo se dio una radical novedad a la hora de
comprenderlas. Los discípulos del Nazareno entendieron que en Jesús se había
cumplido todo lo que esas Escrituras anunciaban. De ahí que, junto a la
autoridad de la Palabra de Dios contenida en los libros que se veneraban como
sagrados, mantuvieran con mayor autoridad aún las palabras de Jesús.

Con la ayuda del testimonio de los textos sagrados, los testigos del Resucitado
primero anunciaron oralmente la buena nueva de Jesús y sobre Jesús. Pero
pronto, a medida que creció el número de los creyentes y aumentaron las
necesidades de predicación y catequesis, fueron apareciendo textos que
sirvieron como complemento. Posteriormente, a lo largo de la segunda mitad
del siglo I, conscientes de que los primeros testigos iban a desaparecer, fueron
redactándose, a partir de materiales previos, numerosos escritos que
reflejaban la vida y la enseñanza de Jesús. De este modo se fue fijando por
escrito la tradición oral. Al mismo tiempo, las diversas comunidades fueron
conservando otros textos que habían sido escritos sobre todo en forma de
cartas para sostener la fe de los cristianos, dar pautas de comportamiento,
exhortar ante las dificultades, etc. Estos escritos eran copiados e
intercambiados (cf. Col 4,6) y se veneraban y conservaban con especial
cuidado por venir de los Apóstoles o de sus más cercanos colaboradores. Con
todo, todavía no tenían la misma autoridad que las Escrituras Sagradas.
Como fueron apareciendo bastantes libros que se remitían a los apóstoles,
aunque en realidad mantenían opiniones de sus autores, se sintió la necesidad
de hacer una selección sobre cuáles respondían a una tradición auténtica y
cuáles no. Se inicia un proceso que va estrechamente unido al establecimiento
de la norma de fe. Es éste un periodo de discernimiento que se realiza a la par
mediante la fe y mediante el discernimiento de la apostolicidad de los libros. La
fe se apoya en unas escrituras que se reconocen como testimonio auténtico de
una tradición que en última instancia se relaciona con los apóstoles. Al mismo
tiempo, la fe que se vivía en la época apostólica y continúa viviéndose después
es criterio para discernir qué escrituras son auténticas, es decir, cuáles están
en conformidad con la tradición de Jesús y sobre Jesús.

Ante esta concepción de la fe y la escritura podríamos pensar que estamos


ante un planteamiento cerrado, y por tanto no fundamentado: la fe determina
por qué unos libros sí son auténticos y otros no, y esos libros y no otros me
dicen en qué consiste la fe. Sin embargo, no existe tal planteamiento. Desde el
comienzo, la fe se va transmitiendo oralmente unida a ciertos escritos (cartas
de San Pablo, palabras de Jesús y relatos de su vida incluyendo sus palabras),
y será en torno a ellos y en armonía con ellos como la fe se va desarrollando
hasta poder ofrecer una norma de discernimiento sobre sí misma.

Cuando surge una gran variedad de textos en los que laten diversas
comprensiones de la fe (desde la que confiesa verdaderamente a Jesús como
Dios y hombre, su nacimiento virginal, etc., hasta las que afirman que Jesús
no era verdadero hombre, o que era sólo un profeta, o rechazan el drama de la
Cruz), la Iglesia discierne cuáles representan una tradición auténtica, es decir,
cuáles están en conformidad con la tradición de Jesús y sobre Jesús, y cuáles
no, atendiendo a la originalidad de la tradición, contrastada con los escritos
primigenios.

Los que representan tradición auténtica son considerados apostólicos (en


sentido amplio y sin excesivas exigencias críticas: Apóstoles y sus
colaboradores), los otros no. Los primeros se convierten en norma, regla,
canon, que se puede entender en un doble sentido: activo, como norma, y
pasivo, como conjunto normativo.

El concepto de canon (regla) en sentido pasivo es la colección de libros que


contiene la norma, la regla de la fe (regula fidei). Hemos visto hasta ahora que
a lo largo de la segunda mitad del siglo I se va poniendo por escrito (en los
Evangelios y Cartas) la predicación apostólica que refleja y reactiva el mensaje
evangélico. A lo largo de todo el siglo II la primitiva Iglesia será testigo del
paso del canon vivo al canon escrito. Es importante anotar que este paso no es
traumático sino natural: así por ejemplo, para Ignacio de Antioquía (comienzos
del s. II) la autoridad es el Evangelio de Jesucristo, no importa si es oral o
escrito[1]. En este proceso hay unos criterios que se pueden resumir en tres:

a. Origen apostólico. Se debe mostrar que un libro se leía desde la era


apostólica; por tanto que lo aprobaban quienes habían recibido la predicación
apostólica. Eso explica, por ejemplo, la vinculación de los evangelistas a los
Apóstoles (Marcos a Pedro y Lucas a Pablo).

b. El sentido de la fe. Es el criterio de la fe ortodoxa. La doctrina contenida en


un escrito debía concordar con la que se recogía en los otros libros
transmitidos desde entonces por los Apóstoles. Ningún evangelio —o escrito—
podía ser aceptado como auténtico si tenía una interpretación contraria a la fe
ortodoxa, especialmente en lo que se refería a la encarnación. Este criterio se
pone de manifiesto por ejemplo a propósito de los evangelios que vienen de
corrientes gnósticas y que niegan el valor autoritativo de los textos del Antiguo
Testamento. Esta posición no coincidía con la predicación apostólica.

c. Uso en la lectura pública. Un libro se demostraba autoritativo si, por el uso


que se había hecho de él, había arraigado en la tradición porque se había
demostrado eficaz en la edificación de la fe.

Unos ejemplos nos pueden mostrar la utilización de estos criterios:

1. Nos transmite Eusebio (Historia Eclesiástica, 6,12.3-6) que Serapión, obispo


de Antioquía visitó, por el año 190, Rhossos de Cilicia, donde la comunidad
estaba en desacuerdo con la lectura oficial (pública) de un “Evangelio de
Pedro”. El Obispo aprobó la lectura sin leer el libro, pero más tarde, en
Antioquía lo leyó y lo confrontó con los otros evangelios apostólicos y lo
prohibió porque era herético. Por tanto confrontó apostolicidad con ortodoxia y
de ahí su conclusión. Lo rechazó por no ser ortodoxo.

2. Otro ejemplo lo tenemos en Tertuliano (De Baptismo, 17,4-5). Cuenta cómo


una obra ortodoxa “Hechos de Pablo” compuesta por un sacerdote de la
provincia de Asia para exaltar la figura del Apóstol fue aceptada en un primer
momento por muchos. Pero, cuando el sacerdote admitió que la había
compuesto él, fue destituido por haber querido hacer pasar por histórico lo que
era producto de su fantasía. Tenía ortodoxia pero le faltaba apostolicidad.

3. El ejemplo de muchos escritos que se consideraban también doctrina


cristiana desde el inicio como la Didaché, las epístolas de Clemente Romano, o
el Pastor de Hermas, etc. nos confirma que el criterio de uso público no
bastaba. Para ser canónico tenía que ser de uso público desde la época de los
Apóstoles.

Más tarde, por este carácter normativo, los escritos que se remontaban a los
Apóstoles fueron equiparándose a los escritos del Antiguo Testamento, que ya
tenían carácter canónico, y reconocidos como Escritura Santa, es decir como
escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo.

Nota:
[1] Cf. Epist ad Magnesios, 13,1; Ad Ephesios, 12, 2. También Papías (cf.
Historia eclesiastica 3,39,4) dice que confía más en las palabras orales que
recibe que en las escritas, aunque después sus criterios acaben por ser
ingenuos (como le reprocha Eusebio).

El nuevo testamento en la Biblia es una traducción del griego, y como toda


interpretación, es una aproximación del texto original.

Sin embargo, el rabino mesiánico Mario Moreno afirma que la versión escrita
en griego ya era una traducción del hebreo y así es que se dedicó a hacer una
versión de la serie de libros traducidos directamente del hebreo.

Para tratar de hacer que este enfoque más confiable, Moreno dedicó más de
siete años para completar el trabajo y señaló que muchas cosas fueron
perdidas de las traducciones del hebreo al griego y más adelante para otros
idiomas como el portugués.

«El nuevo Testamento fue escrito en hebreo, y del hebreo al griego que es en
realidad la primera traducción,» dijo Moreno en Guia-me.

El rabino dice que el conjunto de libros debería llamarse Restauración del


Pacto: «es como un matrimonio. Cuando una mujer se casa con un hombre y
tienen una pelea, no se despiden entre sí y buscan a otro socio. Restauran su
matrimonio para que pueda continuar la relación», explicó.
«Lo mismo sucedió con el eterno (Dios). Él no se deshace de Israel, hizo una
restauración de la Alianza a través de la venida de Yeshua Hamashia (Jesús
Cristo)», agregó.

En la Biblia que trae el nuevo testamento traducido del hebreo, llamado «Brit
Hadasha», el rabino y su equipo de colaboradores incluyen más de 10 mil
notas que explican el significado de las palabras en Hebreo: «Cuando hicimos
la traducción, tratamos de obedecer una orden más,» dijo el rabino judío.

Además, el «Brit Hadasha» no se divide por capítulos en la lista, asemejándose


a la Torá.

Otra curiosidad del libro es la representación de los nombres como su


sonoridad en Hebreo: «mi nombre es Mario, y si voy a Rusia me siguen
llamando Mario.

Mi nombre no cambia, así como de esos hombres, dice el rabino, refiriéndose a


los personajes bíblicos.

«Por ejemplo, en hebreo no existe la letra J, por lo que el nombre de Jesús es


imposible que aparezca. Tenemos la palabra que da origen al nombre del
Jesús, Yeshua, que significa ‘el eterno es salvación'», añadió.

1. El Concilio de Jamnia difícilmente pudo existir: Este es un punto clave.


Sabemos que existió una escuela rabínica en Jamnia, pero no existe evidencia
histórica que demuestre la celebración de algún concilio en ese lugar. El
“Concilio” fue sólo una hipótesis propuesta en 1871 por Heinrich Graetz para
explicar la razón por la que los judíos tienen un solo canon. Como hipótesis es
muy débil, no existen fuentes tempranas que hablen de ningún Concilio de
Jamnia. Con las mismas evidencias podríamos afirmar que se llevó a cabo un
Concilio en Pekín. En cualquier caso, la mayoría de los expertos finalmente han
reconocido lo obvio: no existe ninguna razón para creer que tal concilio existió.

¿Concilio de Jamnia?

Los apologistas católicos suelen hablar de un Concilio de Jamnia como


autoritario estableciendo el canon hebreo alrededor del año 100 DC, pero la
investigación moderna ya no considera que sea así, o que incluso hubo un
concilio, mientras que algunos eruditos argumentan que el canon judío fue
cerrado antes por la dinastía hasmonea (140 y c. 116 aC). -
http://en.wikipedia.org/wiki/Council_of_Jamnia
Robert C. Newman escribe,

Entre los que creen que el Antiguo Testamento es una revelación del Creador,
tradicionalmente se ha mantenido que los libros que componen esta colección
eran en sí mismos escritos sagrados desde el momento de su finalización, que
fueron RECONOCIDOS rápidamente como tales y que el último de estos fueron
escritos varios siglos antes del comienzo de nuestra era.

El historiador judío Flavio Josefo parece ser el primer testigo existente de este
punto de vista. Respondiendo a los cargos del antisemita Apion al final del
primer siglo de nuestra era, dice:

"No poseemos miríadas de libros inconsistentes, en conflicto entre sí. Nuestros


libros, los que están justamente acreditados, son solo veintidós, y contienen el
registro de todos los tiempos ... "- Josephus, Against Apion, 1,8 38-41)

Sobre la base de testimonios cristianos posteriores, los veintidós libros


mencionados aquí se consideran generalmente los mismos que los nuestros
treinta y nueve, 2 cada libro (por ejemplo, 1 y 2 Reyes) se cuenta como uno,
siendo los doce Profetas Menores considerada una unidad, ejemplo Esdras -
Nehemías, y Jeremías-Lamentationes cada uno tomado como un solo libro.
Esto concuerda con la impresión transmitida por los relatos de los Evangelios,
donde Jesús, los fariseos y la comunidad judía palestina en general parecen
entender por el término "Escritura" como un cuerpo definido de escritos
sagrados ".

"... el trabajo pseudoepigráfico 4 Esdras (probablemente escrito sobre A.D.


1208) ... admite que solo veinticuatro Escrituras han circulado públicamente
desde la época de Esdras".

Newman concluye,

"En este trabajo hemos intentado estudiar la actividad rabínica en Jamnia en


vista de las teorías liberales sobre su importancia en la formación del canon del
Antiguo Testamento. Creo que las siguientes conclusiones son defendibles a la
luz de este estudio. La ciudad de Jamnia tenía tanto una escuela rabínica (Beth
ha-Midrash) como una corte (Beth Din, Sanedrín)

durante el período 70-135 dC, si no antes. No hay evidencia concluyente de


ninguna otra convocatoria rabínica allí. El alcance de las Sagradas Escrituras
fue uno de muchos temas discutidos en Jamnia, probablemente tanto en la
escuela como en la corte, y probablemente más de una vez. Sin embargo, este
tema también fue discutido por los rabinos al menos una generación antes y
también varias veces después del período de Jamnia. se mencionan libros en
estas discusiones, excepto los que ahora se consideran canónicos. Ninguno de
estos son tratados como candidatos para la admisión al canon, sino que los
rabinos parecen estar probando un status quo que ha existido. memoria.
Ninguna de las discusiones insinúa la reciente cosecha de las obras que se
están considerando ni les niega la autoría tradicional. En cambio, parece que
los rabinos están preocupados por problemas puramente internos, como
teología, aparentes contradicciones o contenido aparentemente inadecuado...
Pero ningún texto de una decisión específica nos ha llegado (ni,
aparentemente, ni siquiera a Akiba y sus alumnos). Más bien, parece que ya
existía un consenso general sobre el alcance de la categoría llamada Escritura,
de modo que incluso el autor de 4 Esdras, si bien deseaba agregar uno propio,
se vio obligado a reconocer este consenso en su distinción entre público y
oculto Escritura. "- Robert C. Newman," EL CONCILIO DE JAMNIA Y EL CANON
DEL ANTIGUO TESTAMENTO ", Westminster Theological Journal 38.4 (Spr.
1976) 319

Absolutamente correcto en la segunda parte del problema. El 'Concilio de


Jamnia' de verdad removió esos libros. El hecho es que Jamnia no era un
concilio Cristiano, sino uno Judío, llamado específicamente para oponer la
Cristiandad. Los Apóstoles y Cristianos en general, usaron
los 'Septuagint', tambén llamados LXX, como la Biblia en el primer siglo. Esto
molestó a los Judíos, así es que decidieron llamar a un concilio para estudiar la
materia. La Septuaginta es la traducción del Antiguo Testamento del hebreo a
griego que los Judíos completaron en Alejandría en el segundo siglo B.C., y
tenía todos los 46 libros, incluídos los Deuterocanónicos. Los Judíos decidieron
traducirlo y remover referencias que podían ser de utilidad a los Cristianos.

Los Cristianos continuaron usando la Septuaginta. En 397 el canon del


Antiguo Testamentoconteniendo 46 libros fue formalizado junto con los 27
libros inspirados del Nuevo Testamentoen el Concilio de Cartago. San Jerónimo
completó una traducción Latina de la Biblia completa enel año 405, llamada
la "Vulgata" la cual todavía existe. Siempre tuvo todos los 73 libros. Todas las
Biblias Cristianas, por los próximos 1100 años tuvieron todos los 73 libros.
Martin Lutero, alrededor del 1521 decidió remover los 7 Deuterocanónicos del
Antiguo Testamento y los puso en un apéndice, porque contenían enseñanzas
de la Iglesia Católica que él rechazaba, como el Purgatorio. El usó como excusa
que ya habían sido removidos en Jamnia y nunca debieron haberse usado
como inspirados. Si, pero no se olviden que fueron los Judíos los que los
removieron , no los Cristianos. Por iniciativa propia de Lutero, removió los 7
libros que estaban en uso desde antes del primer día de la Cristiandad.
Pregunto, si ellos fueron 'agregados' en el Concilio de Trento en 1545, ¿como
pudo Lutero haberlos removido 20 años antes si no estaban ahí?
El Concilio de Trento fue llamado en 1545 en respuesta a la reformación
protestante. Una de las cosas que ellos lograron en Trento fue
una "reafirmación de que los 7 libros disputados estaban verdaderamente
inspirados y continuarían siendo incluídos en el canon del Antiguo
Testamento". Ellos no los agregaron. Ellos solamente reafirmaron que deberían
estar ahí. Todas las Biblias Cristianas por los primeros 1500 años de la
Cristiandad tenían 46 libros en el Antiguo Testamento, y todas las Biblias
Católicas hoy día continúan teniendolos. He notado que incluso algunas Biblias
King James ahora los tienen. Porque es ésto?

La Cristiandad estuvo entre 35-65 años antes de que el Concilio Judío de


Jamnia fuera llamado. Como tal, el Concilio Judío no tenía absolutamente
ninguna autoridad sobre la Cristiandad.

Supongamos que el próximo mes de este año, los Judíos deciden llamar a un
concilio para remover Isaías o Jeremías del Antiguo Testamento y votaran para
que así fuera. ¿Removerían también los Protestantes esos libros de la Biblia de
King James? Parece que ellos han establecido un precedente.

¿Porqué los Protestantes aceptan las reglas del Concilio Judío de Jamnia, y al
mismo tiempo rechazan las reglas del Concilio Cristiano de Cartago relacionado
con el canon del Antiguo Testamento?

El Canon Bíblico

Evidencia del canon hebreo


antes de la discusión de Jamnia

por Fernando Saraví

El conjunto de la evidencia muestra que en tiempos de Jesús los hebreos ya sabían qué libros [del AT
obviamente] eran canónicos y cuáles no. Después de Jesús solamente hubo entre los judíos algunas
discusiones acerca de la permanencia en el canon de algunos libros como Esther y Eclesiastés (que
permanecieron) pero en ningún caso se consideró agregar nada.

He aquí una presentación de la evidencia, ordenada en forma aproximadamente cronológica.


I. El testimonio de los Libros Eclesiásticos (Deuterocanónicos o Apócrifos)

1. Jesús ben Sirá (= Eclesiástico).

Este es mi deuterocanónico/apócrifo favorito (sin ironía). En el prólogo del traductor, leemos: "Muchas e
importantes lecciones se nos han transmitido por la Ley, los Profetas y los otros que les han seguido, por l
cuales bien se debe encomiar a Israel por su instrucción y sabiduría. Mas como es razón que no sólo los
lectores se hagan sabios ... mi abuelo Jesús, después de haberse dado intensamente a la lectura de la Ley
Profetas y los otros libros de nuestros antepasados ... se propuso también él escribir algo en lo tocante a
instrucción y sabiduría...” Eclesiástico, Prol. 1-12.

Aquí se menciona, en un documento del siglo II a.C., la división tripartita del AT –Ley, Profetas y otros
Escritos- de la cual el autor habla como cosa conocida a sus lectores. Pero además prosigue: "Estáis, pues
invitados a leerlo con benevolencia y atención, así como a mostrar indulgencia allí donde se crea que, a pe
de nuestros denodados esfuerzos de interpretación, no hemos podido acertar en alguna
expresión." Eclesiástico, Prol. 15-20.

Esta clase de disculpa por un trabajo posiblemente defectuoso no se escucha jamás en ningún libro del can
palestino.

2. II Macabeos

Igualmente, en otro apócrifo/deuterocanónico, 2 Macabeos, se apela a la buena voluntad del


lector: "..esperando la gratitud de muchos, soportamos con gusto esta fatiga [de resumir] , dejando al
historiador la tarea de precisar cada suceso y esforzándonos por seguir las normas de un resumen.”(2:27-
28). “...yo termino aquí mi relato. Si ha quedado bello y logrado en su composición, eso es lo que yo
pretendía; si imperfecto y mediocre, he hecho cuanto me era posible.” 2 Macabeos 15:37-38.

Los autores de los libros canónicos hablaban de parte de Dios y decían lo que Él les mandaba, sin ningún t
de disculpas. Es claro que los autores de estos libros tenían conciencia de estar escribiendo por su propia
cuenta.

3. I Macabeos

El libro primero de los Macabeos, uno de los que son considerados deuterocanónicos por la Iglesia Católica
testimonio en reiteradas oportunidades de la convicción de su autor de la ausencia de profetas en su tiemp
Las siguientes citas (con negritas añadidas) provienen de la Biblia de Jerusalén: "Deliberaron sobre lo que
había de hacerse con el altar de los holocaustos que estaba profanado. Con buen parecer acordaron demol
para evitar un oprobio, dado que los gentiles lo habían contaminado. Lo demolieron, pues, y depositaron s
piedras en el monte de la Casa, en un lugar conveniente, hasta que surgiera un profeta que diera respuest
sobre ellas." 1 Macabeos 4:44-46. "Con la muerte de Judas asomaron los sin ley por todo el territorio de
Israel y levantaron cabeza todos los que obraban la iniquidad. Hubo entonces un hambre extrema y el país
pasó a ellos ... Tribulación tan grande no sufrió Israel desde los tiempos en que dejaron de aparecer
profetas." 1 Macabeos 9:23s, 27. "En consecuencia, el rey Demetrio le concedió [a Simón] el sumo sacerd
... a los judíos y a los sacerdotes les había parecido bien que fuese Simón su hegumeno y sumo sacerdote
para siempre hasta que apareciese un profeta digno de fe..." 1 Macabeos 14:38,41.

El autor del libro es un judío palestino quien probablemente escribió no mucho después de los sucesos que
narra, probablemente a fines del siglo II a.C. Según la Introducción de la Biblia de Jerusalén, con las
precauciones del caso, 1 Macabeos «es un documento precioso para la historia de aquel tiempo».

Ya que los profetas eran los hombres que hablaban de parte de Dios, la convicción de una ausencia de
profetas en su propio tiempo, junto con la esperanza de que en el futuro reaparecerían, es un fuerte
testimonio a favor de la idea de que a fines del siglo II a.C. ya se consideraba cerrado el canon de las
Escrituras.

II. El testimonio de Filón de Alejandría

Filón de Alejandría fue un destacado filósofo judío helenista (ca. 20 a.C. – ca. 50 d.C.). Es un testigo
importante del canon por tres razones (1) su vida se superpone en el tiempo con la vida terrenal de Jesús
(2) era judío y vivía en Alejandría, la supuesta cuna del hipotético canon más extenso del Antiguo
Testamento; y (3) conocía y utilizaba profusamente las Escrituras.

David M. Scholer, en el prólogo de la traducción de las obras completas de Filón al inglés, hace las siguient
observaciones:

«La preocupación de Filón de interpretar a Moisés muestra constantemente tanto su profunda devoción y
compromiso con su herencia, creencias y comunidad judías, como también refleja su uso desembozado de
categorías y tradiciones filosóficas ... La discusión erudita de si Filón es primariamente judío o griego está
realidad desorientada. En tiempo de Filón mucho del judaísmo estaba significativamente helenizado. El
compromiso de Filón con la Ley de Moisés y la pasión por ella era genuino y rector. Filón bebió también
profundamente en la fuente filosófica de la tradición platónica y la vio como fortalecedora y profundizadora
su entendimiento de la Ley de Moisés...

Filón es significativo para la comprensión del judaísmo helenístico del primer siglo d.C. Es la principal figur
literaria sobreviviente del judaísmo helenizado del período del segundo Templo del judaísmo antiguo. Filón
crítico para entender muchas de las corrientes, temas y tradiciones interpretativas que existían en la Diásp
y en el judaísmo helenístico. Filón confirma el carácter multifacético del judaísmo del segundo Templo; no
ciertamente un fenómeno monolítico. El judaísmo, a pesar de sus preocupaciones por la pureza y la identid
étnica con referencia a la Ley de Moisés, también halló considerable libertad para participar en muchos
aspectos de la cultura helénica, como tan claramente lo evidencia Filón.

Filón es asimismo valioso para entender la iglesia primitiva y los escritos del Nuevo Testamento,
especialmente los de Pablo, Juan y Hebreos. A veces se olvida que los documentos del Nuevo Testamento
fueron escritos en griego por autores que eran judíos (desde luego ahora comprometidos a entender a Jes
como Cristo y Señor), quienes eran parte de la cultura helenística del mundo grecorromano. La mayor part
de las iglesias primitivas reflejadas y descritas en el Nuevo Testamento eran parte de la trama social del
mundo helenístico grecorromano. Precisamente porque Filón es un judío helenístico, es esencial para los
estudios del Nuevo Testamento. La Iglesia cristiana fue la preservadora primaria de los escritos de Filón,
quien era virtualmente desconocido para la tradición judía desde luego de su propio tiempo, hasta el siglo
XVI.»

The Works of Philo- Complete and unabridged. Transl. C.D. Yonge; New Updated Version. Peabody:
Hendrickson, 1993, pp. XIII; negritas añadidas.

Mediante la interpretación alegórica, Filón propuso una forma de compatibilizar las enseñanzas de los filóso
paganos con la revelación bíblica. Por esta razón, en sus escritos se encuentra un gran número de citas
bíblicas. La mayor parte de sus citas bíblicas provienen de la Torah o Pentateuco, aunque también cita Josu
Jueces, Samuel, Reyes, Isaías, Jeremías, los Profetas Menores Oseas y Zacarías, los Salmos, Job, Proverbi
el rollo de Crónicas-Esdras-Nehemías.

En el índice de la edición de sus obras completas ya citada (pp. 913-918), se cuentan aproximadamente m
citas de las Escrituras, lo cual da una idea de la intensidad del empleo de estos textos por parte suya. Dad
todos los hechos señalados acerca de Filón , puede ser una gran sorpresa para algunos que este judío
helenístico, contemporáneo de Jesús, que vivió precisamente en Alejandría, jamás cita ninguno de los libro
que supuestamente pertenecían al “canon alejandrino”.

La ausencia de citas de los libros deuterocanónicos en Filón es todavía más notable cuando se piensa que
algunos de estos libros, como por ejemplo, la Sabiduría de Salomón o el Eclesiástico, hubiesen provisto
sobresaliente material documental para su propia tesis de la compatibilidad entre la filosofía griega y la
revelación bíblica. El hecho de que Filón no emplease estos libros, que de seguro le eran conocidos, es en
extremo difícil de explicar de no haber habido en Alejandría un consenso acerca de los libros canónicos
esencialmente igual al de Palestina.

III. El testimonio del Targum

Pierre Grelot explica:

"La palabra targum pasó al arameo y luego al hebreo a partir del acadio targumanu, el «intérprete», que s
designaba a sí mismo con una palabra de origen extranjero (hitita). En el judaísmo se la utiliza para hablar
todo un sector de la literatura rabínica que presenta «traducciones interpretativas» de los libros
sagrados. Traducciones, porque los libros sagrados siguen estando en su base; se trata de hacerlos
inteligibles a gentes que no leen el hebreo, oralmente o por escrito; interpretativas, porque no se trata, al
menos muchas veces, de traducciones literales, sino de textos en los que la interpretación del original se h
incorporado a la lectura mediante ampliaciones más o menos extensas."

Pierre Grelot, Los tárgumes. Textos escogidos. Estella: Verbo Divino, 1987, p. 5

El empleo de estas paráfrasis en arameo de las Escrituras hebreas se incorporó al culto de la sinagoga para
hacer inteligibles los textos sagrados para quienes no hablasen hebreo, especialmente para la liturgia de lo
hebreos de habla aramea. Existen targumes de casi todos los libros del Antiguo Testamento según el cano
hebreo, de los siglos II a.C a I d.C.: de la Torá, de los Profetas Anteriores y Posteriores, de los Cinco Rollos
(Megillot = Cantar, Rut, Lamentaciones, Eclesiastés y Ester) y de los Escritos (Salmos, Proverbios, Job, y
Crónicas).

No hay, en cambio, targumes tempranos que expliquen los libros deuterocanónicos. Los pocos que existen
son tardíos, se basan en el texto griego de Tobit y en las adiciones a Daniel y la oración de Ester. Por tanto
uso de las Escrituras parafraseadas en la liturgia hebrea, corrobora la autenticidad del canon hebreo del
Antiguo Testamento.

IV. El testimonio del Nuevo Testamento

Si bien el exacto proceso de agregado de los deuterocanónicos/apócrifos al canon hebreo por el uso de la
Iglesia antigua genera muchos interrogantes, lo que queda claro es que tales adiciones carecen por comple
de autoridad por parte del Señor Jesús, de los Apóstoles o de los autores del Nuevo Testamento, ni
explícitamente ni por vía de ejemplo a través de citarlos como Escrituras.

En cambio, es una evidencia indirecta del canon hebreo palestino, sobre el cual a todas luces sí existía un
consenso en el siglo I, el modo en que Jesús hizo referencia al primer y al último mártir según el orden
tradicional hebreo:

"Por eso dijo la Sabiduría de Dios: Les enviaré profetas y apóstoles, y a algunos los matarán y perseguirán
para que se pidan cuentas a esta generación de la sangre de todos los profetas derramada desde la creació
del mundo, desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, el que pereció entre el altar y el santuario
os aseguro que se pedirán cuentas a esta generación." Lucas 11:49-51

Jesús se refiere aquí a todos los justos y enviados de Dios que sufrieron el martirio según las Escrituras. La
frase griega apo haimatos Abel eôs haimatos Zajariou, «desde (la) sangre de Abel ... hasta (la) sangre de
Zacarías» (Lucas 11:51 = Mateo 23:35) parece abarcar la totalidad de los mártires del Antiguo Testament
desde Abel a manos de su hermano Caín, hasta el de Zacarías, que se narra en 2 Crónicas:

"Yahveh les envió profetas que dieron testimonio contra ellos para que se convirtieran a él, pero no les
prestaron oído. Entonces el Espíritu de Dios revistió a Zacarías, hijo del sacerdote Yehoyadá que,
presentándole delante del pueblo, les dijo: «Así dice Dios: ¿por qué traspasáis los mandamientos de Yahve
No tendréis éxito, pues, por haber abandonado a Yahveh, él os abandonará a vosotros». Mas ellos conspira
contra él, y por mandato del rey le apedrearon en el atrio de la casa de Yahveh." 2 Crónicas 24:17-21
Sin embargo, la referencia a Abel y Zacarías como el primer y el último mártir, respectivamente, registrado
en las Escrituras no es cronológica. Hay al menos un mártir posterior a Zacarías, a saber, Urías, hijo de
Semaías, quien fue asesinado en el siglo VII a.C., durante el reino de Joacim (Jeremías 26:20-24); en tant
que Zacarías había sido martirizado mucho antes, en el siglo IX a.C., durante del reino de Joás en Judá.

¿Cómo ha de entenderse entonces la referencia de Jesús a Abel y Zacarías? La amplitud de la lista de márt
no es evidente en el Antiguo Testamento de nuestras versiones modernas, pues el orden de los libros difie
del orden hebreo. En el Antiguo Testamento de la mayoría de las ediciones modernas, los libros de los
Profetas van al final, comenzando por Isaías y finalizando con Malaquías. En cambio, los 24 libros del cano
hebreo (que corresponden a los 39 de las Biblias protestantes) se ordenaban como sigue:

I. La Torah (Génesis, Exodo, Levítico, Números y Deuteronomio)

II. Los Profetas

A. Profetas anteriores: Josué, Jueces, Samuel I y II, Reyes I y II)


B. Profetas posteriores: Isaías, Jeremías, Ezekiel y los Doce (Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas,
Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías, Malaquías)

III. Los Escritos (Salmos, Proverbios, Job, Cantar, Rut, Lamentaciones, Qohélet [Eclesiastés], Ester, Danie
Esdras-Nehemías, Crónicas I y II).

En otras palabras, aquí Crónicas figuraba al final de la lista. La abarcativa expresión de Jesús adquiere sen
cuando, en el contexto de juicio por la sangre inocente derramada, se entiende como referida al primer y
último asesinato registrado en las Escrituras, según el orden tradicional del canon palestino: decir «desde
hasta Zacarías» era equivalente a «de Génesis a Crónicas», o sea desde el primer hasta el último libro del
canon del Antiguo Testamento. Es como si hoy dijésemos, según el orden tradicional de nuestro Antiguo
Testamento, «De Génesis a Malaquías». Luego estas palabras del Señor implícitamente corroboran el cano
hebreo, y no el llamado alejandrino.

Una evidencia adicional de lo dicho proviene del hecho de en que los grandes unciales Sinaítico (Alef, siglo
IV) y Alejandrino (A, siglo V) que contienen libros de los Macabeos, éstos se encuentran después de Crónic
Por tanto, si Jesús hubiera admitido el supuesto canon alejandrino (con deuterocanónicos) los últimos
mártires, tanto cronológicamente como según el orden de los libros, hubiesen sido los héroes macabeos co
Judas o Jonatán.

Cabe notar que, aunque el Nuevo Testamento no da un canon o lista autorizada de libros considerados
inspirados para lo que llamamos Antiguo Testamento, la evidencia indirecta sugiere firmemente un canon
definido y ya fijado de libros a cuya autoridad era válido apelar.

«Primero, es difícil exagerar la importancia de los nombres o títulos adjudicados a los escritos del AT por lo
autores del NT : así, “Escritura” (Juan 10:35; 19:36; 2 Pedro 1:20), “las Escrituras” (Mateo 22:39; Hechos
18:24), “Santas Escrituras” (Romanos 1:2), “escritos sagrados” (2 Timoteo 3:15), “Ley” (Juan 10:34; 12:3
15:25; 1 Corintios 14:21), “la Ley y los Profetas” (Mateo 5:17; 7:12; 22:40; Lucas 16:16; 24:44; Hechos
13:15; 28:23). Tales nombres o títulos, aunque no definen los límites del canon, ciertamente suponen la
existencia de una colección completa y sagrada de escritos judíos que ya están segregados como separado
fijos.

Un pasaje (Juan 10:35) en el cual se emplea el término “escritura” parece referirse al canon del AT en su
conjunto: “y la Escritura no puede ser quebrantada.” De igual modo la expresión “la ley y los profetas” es
menudo empleada en un sentido genérico refiriéndose a mucho más que meramente la primera y segunda
divisiones del AT; parece más bien referirse a la antigua dispensación en su conjunto; pero el término “la L
es el más general de todos. Se aplica frecuentemente a todo el AT, y aparentemente tenía en tiempos de
Jesús entre los judíos un lugar similar al que el término “la Biblia” tiene entre nosotros. Por ejemplo, en Ju
10:34; 12:34; 15:25, textos de los profetas o aún de los Salmos son citados como parte de “la Ley”; en 1
Corintios 14:21 también, Pablo habla de Isaías 28:11 como de una parte de “la Ley.” Estos nombres y títu
consecuentemente, son extremadamente importantes; jamás son aplicados por escritores del NT a los
apócrifos.»

G.L. Robinson y Roland K. Harrison, Canon of the Old Testament. En G.W. Bromiley, Ed.: International
Standard Bible Encyclopedia, Rev. Ed. Grand Rapids: W.B. Eerdmans, 1979, 1: 597; negritas añadidas.

Casi todos los libros del AT según el canon palestino son citados individualmente en el NT. Las excepciones
son Ester, Eclesiastés, Cantares, Esdras-Nehemías y los profetas menores Abdías, Nahum y Sofonías. Sin
embargo, estos tres últimos formaban parte de un mismo rollo de los doce profetas “menores” que sí es
citado; Esdras y Nehemías estaban unidos a Crónicas, que también es citado. En cuanto a Ester, Eclesiasté
(Qohélet) y Cantares, probablemente los autores del NT no tuvieron necesidad de emplearlos. En resumen
se los toma por sus títulos, se citan aproximadamente 80% de los libros del canon hebreo, porcentaje que
eleva a 90% si se los considera según los rollos de los que formaban parte.

En marcado contraste, no hay ni tan sólo una cita de un libro deuterocanónico como Escritura en todo el
Nuevo Testamento. El caso de los deuterocanónicos/apócrifos es que existen muchas alusiones a ellos en e
NT (ver la lista exhaustiva de Craig A. Stevens, Noncanonical writings and New Testament Interpretation.
Peabody: Hendrickson, 1993; Appendix 2, pp. 190-219), lo cual indica que no eran desconocidos para los
autores sagrados.

En vista de este hecho es harto significativo que, al igual que Filón de Alejandría, ellos nunca los citan com
Escritura o equivalente. De hecho, los autores del NT citaron de otras fuentes, incluyendo autores paganos
obras pseudoepigráficas jamás aceptadas por los cristianos de ninguna denominación, a las cuales, desde
luego, tampoco llaman “Escritura.”

V. El testimonio del Apocalipsis de Esdras

El Apocalipsis de Esdras (4 Esdras) es una obra pseudoepigráfica escrita en griego en el siglo I de nuestra
era, que refleja tradiciones considerablemente más antiguas. Según este escrito hebreo, Esdras recibe el t
de la revelación divina en 94 libros que dicta a cinco amanuenses. Al concluir la tarea, al cabo de cuarenta
días, recibe una instrucción de Dios. Por supuesto que la historia es ficticia, pero el dato interesante se refi
al número de libros en las Escrituras hebreas:

"Y aconteció que cuando se cumplieron los cuarenta días, el Altísimo habló conmigo, y me dijo: Los
veinticuatro libros que habéis escrito primero, hazlos públicos para que quienes son dignos y quienes no so
dignos puedan leer de allí; pero los [otros] setenta los guardarás y se los entregarás a los sabios de tu
pueblo."

The Apocalypse of Ezra. Transl. G.H. Box. London: SPCK, 1917; 14:45-46, p. 113; negritas añadidas.

En otras palabras, para el autor había 24 libros inspirados –el mismo número que en el canon palestino- qu
eran para lectura pública. Los 24 libros del canon hebreo corresponden a los 39 del AT de las Biblias
protestantes, ya que 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes y 1 y 2 Crónicas, los Doce Profetas menores y Esdras-
Nehemías se contaban cada uno como un libro.
Así:

- La Torah: (1) Génesis, (2) Exodo, (3) Levítico, (4)Números, (5) Deuteronomio.
- Los Profetas Anteriores: (6) Josué, (7) Jueces, (8) Samuel I y II, (9) Reyes I y II
- Los Profetas Posteriores: (10) Isaías, (11) Jeremías, (12) Ezekiel, (13)
- Los Doce (Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías,
Malaquías)
- Los Escritos: (14) Salmos, (15)Proverbios, (16) Job, (17) Cantar, (18) Rut, (19) Lamentaciones, (20)
Qohéleth [Eclesiastés], (21) Ester, (22) Daniel, (23) Esdras-Nehemías, (24) Crónicas I y II.

V. El testimonio de Flavio Josefo

En la misma época de 4 Esdras (fines del siglo I d.C.) el historiador judío romanizado Josefo (37-100) publ
Contra Apión o Antigüedades de los Judíos. Dice Paul L. Maier:

"Josefo sigue siendo nuestra única fuente superviviente para tanta información extrabiblica, y ninguna lista
haría justicia. Arroja también una luz llena de significado sobre las tácticas romanas militares y de asedio,
como algunos detalles singulares acerca de los emperadores julio-claudios. Sabe cómo sostener el interés,
incluir diálogos, plasmar descripciones gráficas, ejemplificar con cosas específicas, y en general deleitar al
lector con el color, drama y excitación de Palestina en las varias eras sin evitar nada del horror de sus
conquistas o de sus pendencias civiles. También sobresale en sus descripciones geográficas y arquitectónic
de la tierra y de sus estructuras en la antigüedad –áreas a veces silenciadas en las Escrituras- y su exactit
está siendo progresivamente afirmada en la actualidad por excavaciones arqueológicas."

Paul L. Maier, Josefo. Las obras esenciales. Grand Rapids: Editorial Portavoz, 1994, p. 10-11.

No hay la menor indicación de que Josefo esté dando un punto de vista sectario. Por el contrario, habla com
representante auto designado de los judíos en general. Este autor destaca la exactitud y confiabilidad de lo
registros hebreos, que no descansaba sobre la simple voluntad humana, sino de la inspiración de Dios. Dic
Josefo (negritas añadidas):

... porque no tenemos decenas de miles de libros discordantes y en conflicto, sino sólo veintidós, contenien
los registros de todos los tiempos, los cuales han sido justamente considerados como divinos. Y de estos,
cinco son los libros de Moisés... Luego, los Profetas que siguieron, compilaron la historia del período desde
Moisés hasta el reino de Artajerjes sucesor de Jerjes, rey de Persia, en trece libros, [sobre] lo que se hizo
sus tiempos. Los restantes cuatro libros comprenden himnos a Dios e instrucciones prácticas para los
hombres.

Los veintidós libros que menciona Josefo corresponden a la Torá, los Profetas y los Escritos. Son con toda
probabilidad los mismos 24 de la Biblia hebrea y el Antiguo Testamento protestante, artificialmente
acomodados en su número a las letras del alefato o alfabeto hebreo. Para esto Rut se cuenta con Jueces y
Lamentaciones con Jeremías; todos los libros históricos –incluidos Daniel y Job- se agrupan con los profeta
se cuentan entre los Hagiógrafos o Escritos a Salmos, Proverbios Cantar y Eclesiastés. Estos, todos estos,
ningunos otros son estimados, según Josefo, como de origen divino. Josefo prosigue:

Desde el tiempo de Artajerjes hasta el nuestro propio cada suceso ha sido registrado; pero los registros no
han sido considerados dignos del mismo crédito que los de época más temprana, porque la exacta sucesió
profetas no fue continuada. Pero qué fe hemos puesto en nuestros propios escritos se ve por nuestra
conducta; pues aunque ha transcurrido tanto tiempo, nadie se ha atrevido a agregarles nada, ni a substrae
nada de ellos, ni a alterar nada.

Antigüedades de los judíos 1:42 (negritas añadidas).

En resumen

... para la época de Jesús y los Apóstoles, el número de libros estaba fijado, y a todas luces correspondía a
del Canon palestino, el único del AT que puede llamarse propiamente tal. Además, estos libros eran tenido
por divinos, y no otros. Finalmente, nos indica la fecha aproximada del cierre del canon a mediados del sig
a.C., al mencionar el reinado de Artajerjes.

En resumen, mucho antes que se ratificase el canon en Jamnia, existía obviamente un consenso entre los
judíos acerca de cuáles libros debían considerarse sagrados y canónicos, y cuáles no.

El Nuevo Testamento fue escrito originalmente en hebreo.


1. ¿FUE EL BRÍT HADASHÁH ESCRITO ORIGINALMENTE EN GRIEGO, ARAMEO
O HEBREO? ¿Por qué es tan importante cerciorarse de en cuál idioma es que
fue escrito originalmente el Brit HaDasha? Porque cada idioma posee una
estructura interna, un “sabor” peculiar, modismos propios, y además trae
todo un bagaje cultural. Todos estos elementos dan forma a la manera de
pensar de aquellos que lo hablan. Si uno desea comprender con precisión y
con cierta profundidad el idioma de Yeshúa y Sus Talmidim=discípulos, uno
debería leer Sus palabras, ya sea, en el idioma original, como hacen los judíos
con la Toráh, o tratar de reconstruirlo del idioma que uno tenga a mano.
Además, los modismos de un idioma solo se comprenden enteramente en
ese idioma y no en otro. Para traducir modismos de un idioma a otro
directamente, no solo hace que suene absurdo, sino que denota su origen
foráneo. Todos estos elementos mencionados, deben ser tomados en cuenta
cuando uno trata de contestar la pregunta inicial, que cuál es la importancia
del idioma original del Pacto Renovado. Tomemos el problema de los
modismos, por ejemplo. ¿Qué quiere decir “halándome la pierna”, del inglés
al español? Nada en absoluto, porque es un modismo en inglés que quiere
decir algo así como “tomarme el pelo” en castellano.” Para traducir
dinámicamente, entonces, uno tiene primero que conocer que originalmente
estaba en inglés, y solo entonces puede uno tratar de encontrar un modismo
equivalente en castellano, como hicimos nosotros. Por otro lado, ¿que
pasaría si asumiéramos que “halándome la pierna” hubiera sido tomado del
francés? Estaríamos totalmente perdidos tratando de encontrar en francés
algo similar a “prenez la jambe”. Concluiríamos erróneamente, que el original
viene de un francés muy pobre, o algo similar. Pues esto es exactamente lo
que sucedió con el idioma del Brit HaDasha, como intentaremos demostrar,
con el “francés” de nuestro hipotético ejemplo en lugar del griego y/ o
arameo, y nuestro “castellano” por el hebreo. Lo que trataremos de probar,
entonces, es que el idioma original del Pacto Renovado no fue ni el griego ni
el arameo, como es la creencia popular, sino que el hebreo, el mismo hebreo
en que el Tanáj, mal conocido como “Viejo" Testamento fue escrito. Es
simplemente natural que sea el hebreo, ya que estamos tratando con el
mismo pueblo, solamente que en un período posterior de su historia. Aún
más, Yeshúa estaba viviendo en Judea, rodeado por discípulos judíos, quienes
tenían Fue el Brit HaDasha escrito originalmente en griego, arameo ó
Hebreo? Page 1 TESHUVAH EL OLAM

2. como texto sagrado, un Tanáj escrito casi enteramente en hebreo (excepto


por unos pocos capítulos en Daniel (2:4-7), Ezra y Nejémiah, que están
escritos en arameo. ¿Existen algunas pruebas de que el idioma original era
hebreo y no griego o arameo? Sí, que las hay: existen pruebas internas y
pruebas externas de esto. Nosotros trataremos primero con las pruebas
internas- ya que son decisivas. PRUEBAS INTERNAS DE QUE EL ORIGINAL ES
EN HEBREO Las pruebas internas de que el idioma original hablado por el
Rabino Yeshúa, son igualmente directas y aún más convincentes, porque
podemos tomar el Pacto Renovado (P.R.) y probarlo ahí mismo, en nuestra
propia lengua nativa, sea esta inglés o español, o cualquier otra. No se
necesitan “expertos” para decirnos lo que debemos creer. Primero que todo,
la Escritura misma dice que el idioma del Rabino Yeshúa y Sus discípulos era
el hebreo –no el griego ni el arameo. (Usaremos las líneas debajo de las
palabras para resaltar lo dicho). Lucas 23:38 dice: “Y había sobre él una
inscripción escrita en letras griegas, latinas y hebreas: “ESTE ES EL REY DE LOS
JUDÍOS”. Si Yeshúa hablaba arameo, ¿por qué no lo dice AQUÍ en LAS
SAGRADAS ESCRITURAS MISMAS, ya que el rótulo era para la gente común, o
sea la gran mayoría de israelitas? Yohanan/ “Juan” 5:2: “Ahora bien, existe en
Yerushalayim, cerca del mercado de ovejas, un estanque, el cual se llama en
el idioma hebreo Bethesda, el cual tiene 5 pórticos.” Tome nota que aquí dice
en griego, como en todas las demás citas que daremos a continuación:
“hebraisti”, obviamente, “hebreo”. Yohanan 19:14: “Entonces, cuando Pilatos
escuchó esto, llevó a Yeshúa fuera, y lo sentó en el tribunal, en el lugar
conocido como El Enlosado, pero en hebreo, Gabbatha” Yohanan 19:17: “Y
él, cargando su madero fue hacia un lugar en forma de calavera, el cual es
llamado en el hebreo Gólgota.” Yohanan 19:20: “Entonces, muchos de los
judíos leían el rótulo, porque el lugar donde Yeshúa estaba clavado quedaba
cerca de la ciudad: y estaba escrito en hebreo, griego y latín.” Hechos 21:40:
“Y cuando él se lo permitió, Shaul se paró en las gradas, e hizo un gesto con la
mano al pueblo. Y cuando se hubo hecho gran silencio, él les habló en el
idioma hebreo, diciendo...” Hechos 22:2 “y cuando ellos escucharon que les
hablaba en el idioma hebreo, hicieron aún más silencio, y él les dijo,...” Fue el
Brit HaDasha escrito originalmente en griego, arameo ó Hebreo? Page 2
TESHUVAH EL OLAM

3. Hechos 26:14: “Y cuando nos habíamos caído todos al suelo, yo escuché


una voz hablándome, y diciendo en el idioma hebreo: Shaul, Shaul, ¿por qué
me persigues? Dura cosa te es dar coses contra el aguijón. En todas las citas
anteriores DICE DIRECTAMENTE, Y SIN DUDA ALGUNA, QUE Yeshúa NO
HABLABA GRIEGO O ARAMEO, SINO HEBREO! ¿A quién creeremos, al
hombre, o a Yeshúa mismo? Revelación 9:11: “Y tenían un rey sobre ellos,
que es el ángel del abismo sin fondo, cuyo nombre en hebreo es Abadón,
pero en griego su nombre es Apolión.” Revelación 16:16: “Y los reunió a
todos en un lugar llamado en el idioma hebreo Har Meguido (Colina de
Meguido)/ ¨Armageddon¨.” A qué se refería Yeshúa cuando dijo en Matiyahu
5:18: “...ni una “yod”, ni una nekudáh (la coronita sobre la iúd) pasará...”
Ambos se refieren al alfabeto hebreo. ¿Se hubiera referido de esta manera
(hebrea) a una audiencia que hablara arameo, arriesgándose a no ser
comprendido? A pesar de esta amplia prueba escritural, varias traducciones,
han falsificado el “hebraisti” original (el cual no requiere que uno sea un
estudioso de la lengua griega para entender que dice “hebreo”)
sustituyéndolo por “arameo”. ¿Por qué, se preguntará Ud.? Pues por la
misma razón por la que han cambiado el nombre Yeshúa a Jesús, y de su
medio hermano Yaakov a “Santiago”. MONEDAS E INSCRIPCIONES Además
de las Pruebas Internas que nos da el Brit HaDasha en los Rollos del Mar
Muerto, del Talmud, y los escritos de Josefo, existen registros de monedas e
inscripciones del tiempo de Yeshúa que anulan para siempre “lo de la lengua
aramea”, porque son hechos y no opiniones antisemíticas. Dice un libro: “La
evidencia que proveen las monedas también es importante para tratar de
valorar la situación lingüística en tiempos de Yeshúa. Yaacov Meshorer,
curador del Departamento Numismático del Museo de Israel, y sus expertos
en numismática, han hecho una lista de 215 monedas judías en su catálogo.
De todas esas, 99 tienen inscripciones hebreas, solamente hay una en
arameo! Desde el siglo IV a. E.C. (Período Persa Tardío), hasta el final de la
revuelta de Bar-Cochba, en el 135 d. E.C., o sea que de toda la historia
numismática judía, solamente una moneda, acuñada durante el reinado de
Alejandro (103-76 a. C. ) está inscrita en arameo.” (Nuestro énfasis) “En
Masada, la Fortaleza de Herodes que mira hacia el Mar Muerto, los
arqueólogos excavaron desde 1963 hasta 1965 bajo la dirección del Profesor
Yigael Yadin. La evidencia epigráfica es absolutamente asombrosa:
fragmentos de 14 rollos, más de 4.000 monedas, y más de 700 ostraka
(cerámica con inscripciones) en hebreo, arameo, griego y latín. Aquí también
la razón es de 9 a 1” (Bivin y Blizzard Fue el Brit HaDasha escrito
originalmente en griego, arameo ó Hebreo? Page 3 Jr., op cit. p 55-56, 59-60)
TESHUVAH EL OLAM

4. Además, existen más de 5366 manuscritos del Pacto Renovado en griego,


cada uno difiriendo del otro y conteniendo cientos de variantes. Sin embargo,
en cada uno de estos manuscritos hay modismos que son totalmente sin
sentido en cualquier idioma –hasta en griego excepto en hebreo! ¿Cómo
puede explicarse una cosa así, a menos lógicamente que el original fuera en
Hebreo? Existen muchos hebraísmos, uno de los más comunes es “Hijo del
hombre”. ¿Qué quiere decir “Hijo del hombre” en inglés, español, alemán o
cualquier otro idioma? Absolutamente nada –excepto en hebreo. La
expresión “Ben Adam” quiere decir literalmente “hijo de Adam” y por
extensión, “hijo de hombre”, y “hombre”, Adam siendo por supuesto el
primer hombre que existió. En cualquier esquina en Israel usted puede
escuchar decir: “Mira, aquí viene este ¨Ben Adam¨”, queriendo decir “aquí
viene este hombre”. Este ejemplo que ocurre no menos de 92 veces en el
Tanak y 43 veces en El Brit HaDasha (De acuerdo con la Concordancia de
Cruden) es obviamente el mismo modismo hebreo. Se dice que el P. R. fue
escrito en griego “koine”, griego común, porque pareciera ser una clase de
griego “pobre”. Cuando nos encontramos esta cantidad de hebraísmos,
podemos empezar a entender que no es que sea griego “koine”, sino que el
substrato del texto original es hebreo, que fue traducido casi literalmente al
griego, lo que lo hace sonar como griego “pobre”. Veamos otro ejemplo, el
modismo “Paz a ti”, que aparece doce veces en el Pacto Renovado. ¿Qué
clase de saludo es “Paz a ti” en inglés, español, francés u otro idioma –
excepto en hebreo? No significa nada, de nuevo. Solamente en hebreo tiene
un sentido verdadero. Esta es el más común y cotidiano saludo en Israel
hasta hoy día, el mundialmente famoso “shalom”, literalmente “paz”, pero
realmente como saludo cotidiano puede querer decir desde “Hola”, hasta
“¿Cómo está Ud.?, según la entonación que se le de, o del estado de ánimo
del que lo dice. La tercer y última prueba interna del carácter hebreo del P.R.
es el uso de dos formas muy judías de hablar: esa de repetir las cosas dos
veces, y la de responder a una pregunta con otra pregunta. Yeshúa hacía
ambas muy a menudo. En Matiyahu 27:46: “Mi Elohim, Mi Elohim, por qué
me has olvidado?”, y en Lucas 20:2’3: “Y le habló diciendo: ‘ Dime, por medio
de cuál autoridad haces tú estas cosas? O quién es el que te ha dado esta
autoridad? Y él contestándoles dijo, yo también les preguntaré algo y deben
contestarme...” Lo importante es hacer ver que estas dos características,
especialmente la primera, vienen del hebreo. Esto no aparece en inglés, o
ninguna lengua europea. PRUEBAS EXTERNAS DE UN ORIGINAL EN HEBREO
Existen varias fuentes externas, i. e., de afuera de la Escritura, apuntando a
que el hebreo era el idioma original del P.R., como muchos destacados
estudios han afirmado elocuentemente. Estas fuentes son: el Testimonio de
los padres de la Iglesia y los Rollos del Mar Muerto. Examinaremos ambas
fuentes brevemente. Fue el Brit HaDasha escrito originalmente en griego,
arameo ó Hebreo? Page 4 TESHUVAH EL OLAM

El testimonio de los padres de la Iglesia. Papias, obispo de Hierápolis, c. 150


d. C., dijo: “Mateo escribió las palabras del Señor en la lengua hebrea, y otros
las han traducido, cada uno, lo mejor que ha podido.” Ireneus (120-202 d. C.)
Obispo de Lyon, Francia: “Está realmente claro que Mateo escribió su
Evangelio entre los hebreos en su propio dialecto.” ¿ES QUE IRENAEUS NO
SABÍA LA DIFERENCIA ENTRE EL “HEBREO” Y EL ARAMEO, O EL GRIEGO?
Origen (c. 225 d. C. ) dijo: “El primer evangelio compuesto en la lengua
hebrea, fue escrito por Mateo...para aquellos que llegaban a la fe, desde el
judaísmo.” Eusebio, obispo de Cesarea dijo: “Mateo les había predicado
primero a los hebreos, y cuando se iba a ir a predicarles a otros, él transmitió
su Evangelio por escrito en su lengua nativa.” (Historia Eclesiástica III 24, 6).
También Epifanio, Jerónimo quien tradujo la Escritura al latín, la llamada
versión Vulgata, dijo lo mismo. Los Rollos del Mar Muerto Los Rollos del Mar
Muerto, fueron descubiertos por un pastorcillo árabe, en las cavernas de
Qumrán en el desierto de Judea en 1947. Estos contienen un tesoro en
cuanto a la cantidad de Escritura hallada: cerca de 40.000 fragmentos de
rollos, con 600 manuscritos incompletos. Existen manuscritos que son parte
de la Escritura, como otros que no lo son. “De los 10 principales rollos no
pertenecientes a la Escritura publicados hasta hoy, solo uno, el Génesis
Apócrifo, está en arameo. El rollo publicado más recientemente, y el más
largo, hasta la fecha (28 pies, cerca de 80 capítulos del Tanak), este es el
ahora famoso Rollo del Templo, también escrito en hebreo... si comparamos
el número total de páginas en estos diez rollos sectarios, de nuevo
encontramos una razón de 9:1 del hebreo al arameo (179 páginas en los
nuevo rollos en hebreo contra 22 páginas en arameo en este Génesis
Apócrifo).” En una traducción de Los Rollos del Mar Muertos, los autores
señalan: “Previo al descubrimiento de Los Rollos del Mar Muerto, la visión
predominante en cuanto a las lenguas semíticas de las tierras bíblicas
durante este período era esencialmente la siguiente: el hebreo había muerto;
ya no era aprendido más en el regazo de la madre. Era conocido solo por las
clases educadas a través del estudio, así como los europeos medievales
aprendían latín. El hebreo rabínico... era considerado como una cierta clase
de invención entre los eruditos... artificial, no una lengua de la vida real
escrita en papel. La lengua hablada de los judíos se había convertido en
efecto en arameo... “El descubrimiento de los Rollos barrió con estas
nociones lingüísticas... siendo que la mayoría de los rollos eran textos en
hebreo. El hebreo era pues, la lengua literaria de mayor importancia para los
judíos de este período. Los nuevos descubrimientos Fue el Brit HaDasha
escrito originalmente en griego, arameo ó Hebreo? Page 5 TESHUVAH EL
OLAM
6. destacan aún más el carácter vivo de esa lengua, suponiendo que los
judíos de finales del tiempo del Segundo Templo usaran varios dialectos del
hebreo.” Dice un reconocido experto, sin intereses en el asunto: “ ¿Cuál era
la lengua hablada de los judíos cultos en Jerusalén y Judea en el período
desde 400 a. E. C. al 150 a. E. C.? La evidencia presentada por el hebreo
mishnaico y su literatura, no deja duda alguna de que el idioma era el hebreo
mishnaico.” Los Rollos del Mar Muerto fueron tan determinantes y la
evidencia tan sobrecogedora que nada menos que una autoridad como El
Diccionario Oxford de la Iglesia Cristiana, en su primera edición en 1958,
afirma que “... el hebreo había dejado de ser una lengua hablada alrededor
del siglo IV a. C.” Sin embargo, en su tercera edición, en 1997, esto cambió
completamente a: “... el hebreo continuó siendo usado como lengua escrita y
hablada... en el Período del Nuevo Testamento.” El Talmud “ Para la gente
judía, era el hebreo lo que se miraba como “La Lengua Sagrada”, mientras
que el arameo se veía como la lengua de las Fuerzas Malignas.” El Talmud
establece: “Cuatro lenguas hay de valor: el griego para el canto, el latín para
la guerra, el arameo para endechas (cantos fúnebres), y el hebreo para
hablar.” De modo que el HEBREO ERA PARA HABLAR, justo como dice el Brit
HaDasha, en cerca de una docena de versículos. “Un padre debe hablar a sus
hijos en hebreo y enseñarles la Toráh. De no hacerlo sería “como si lo hubiera
enterrado.” “Quienquiera que haga peticiones personales (en oración) en
arameo, los ángeles ministradores no le pondrán atención, puesto que los
ángeles no entienden arameo.” El mismo Rabino Gamaliel, del cuál se habla
en “Maasim ha Shlichim/ ¨Hechos¨ 5:34-40, es citado en el Talmud, cuando
alguien le trajo una traducción aramea de Yov/ “Job”, le dijo: “entiérrala
entre los deshechos.” Esta era la baja opinión que les merecía a los eruditos
el arameo con respecto al hebreo. Flavio Josefo Como testigo del período del
Segundo Templo, Josefo decía que cuando las noticias de la muerte de
Tiberio fueron dadas a Agripa, se le dieron “en la lengua hebrea” (glosse te
Hebraion (griego). (Antigüedades 18, 228). En otra parte él escribe: “Adam...
en hebreo significa...” (Ant. 1:34) e “ Israel.. en la lengua hebrea...”
Resumiendo, en cuanto a lo concerniente a las evidencias externas, ambos,
los Padres de la Iglesia así como los recientemente descubiertos Rollos del
Mar Muerto afirman claramente y sin ninguna duda, que el hebreo ERA la
lengua hablada durante los tiempos del Rabino Yeshúa. Si esto es así, usted
se preguntará, ¿de dónde salió pues la idea de que El Pacto Renovado fue
originalmente escrito en griego o arameo? Nosotros trataremos con estas
preguntas ahora, que nos van a servir para contestar la última parte de la
pregunta original de este artículo: ¿En cuál idioma fue escrito originalmente
el P.R.? Fue el Brit HaDasha escrito originalmente en griego, arameo ó
Hebreo? Page 6 TESHUVAH EL OLAM

7. Creencias y prejuicios que llevan a las teorías del griego y del arameo.
Primero: vamos a decir que el asunto de que el Pacto Renovado fuera escrito
en griego o arameo no existía antes de los siglos IV o V d. E.C., que es una
teoría relativamente moderna. La pregunta entonces es: ¿Cuál es la base de
la teoría “aramea”? ¿Cuáles son las pruebas internas y externas? La
respuesta, aunque casi increíble es: ¡Muy pocas! Existen unas cuantas
palabras prestadas del arameo en el Brit HaDasha, las cuales son
sobrepasadas totalmente en número por las palabras en hebreo. Es como
que si yo anduviera diciendo que en Iberoamérica, la lengua que se habla es
el inglés, porque decimos “weekend” y “O.K.” ¡ Los “arameísmos” fueron
exagerados, y aún hoy lo son, como lo denota el lexicógrafo judío Moisés
Segal quien dice: “La influencia aramea sobre el vocabulario hebreo
mishnaico ha sido exagerada... ha sido la moda entre los escritores sobre este
asunto el de calificar como un “arameísmo” cualquier palabra poco usada en
hebreo... La mayoría de los “arameísmos” son tan nativos en hebreo como lo
son en arameo.” Segal, Moisés, Gramática Hebrea, p 8. J. Lee destruyó el tal
llamado “arameísmo” en Lucas 6:7, sostenido por los eruditos Black,
Fitzmayer y Wilcox, encontrando que tan solo constituía una construcción
gramatical “aramea”. Citó “23 construcciones paralelas en la literatura griega
del período!”, como el autor Brent Minge cuenta. Una y otra vez el tal
“arameísmo” ha resultado no ser tal, como ha observado el reconocido
semitista Kenneth Kitchen, que “algunos “arameísmos” son realmente
hebraísmos en arameo.” Continúa ilustrándonos Brent Minge: “Es más,
simplemente porque una palabra no aparezca en la Biblia Hebrea, no lo hace
miembro automático del club Arameo. ¨Hosanna¨ y ¨gehenna¨ son palabras
que no se encuentran en esa forma en el Texto Hebreo. Sin embargo ambas
son usadas en el Hebreo Mishnaico, y ambas se encuentran en forma
idéntica en el diccionario hebreo moderno. Aún así una vez se dijo que eran
arameas.” Finalmente, el famoso: “!Talita cumi!, en Marcos 5:41. “Kumi” es
la forma imperativa del verbo hebreo “laakum”. “Talita” no tiene nada en sí
que lo haga “arameo”! En un comentario de David Stern hecho por el
Profesor David Flusser acerca de este tópico dice: “Acerca de este tema, el
Profesor David Flusser, un erudito judío ortodoxo en Jerusalén escribe:
“Hasta tiempos recientes, se creía por parte de un gran número de
estudiosos, que el lenguaje hablado por los discípulos de Yeshúa era el
arameo. Es posible que Yeshúa de vez en cuando, hiciera uso del lenguaje
arameo. Pero durante ese período era el hebreo la lengua del diario hablar y
de estudio. El Evangelio de Marcos contiene unas pocas palabras en arameo
y esto ha hecho a muchos estudiosos equivocarse. Hoy, después del
descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto, y de las Cartas de Bar Kokhba,
y a la luz de estudios más profundos del lenguaje de los sabios judíos, es
aceptado que la mayoría de las gentes Fue el Brit HaDasha escrito
originalmente en griego, arameo ó Hebreo? Page 7 hablaban el hebreo con
fluidez.” TESHUVAH EL OLAM

8. Minge, Brent, Yeshúa hablaba en hebreo (destrozando así el Mito


“Arameo”. Es más, hasta puede argüirse que Yeshúa realmente quiso decir
con esa expresión es: “!Taalit, Tabita, takumi!” (!Levántate, Tabita, elévate!)
en hebreo, en la forma imperativo y con una cierta cantidad de humor, el
cual es característico de Elohim, para aquellos que Lo conocen de cerca.) En
cuanto concierne a la “Teoría Griega”, la única base en la que podemos
pensar es el hecho de que las versiones que quedaron estén en esa lengua, y
ni una sola una simple copia queda de los originales en hebreo. Uno del los
últimos (el de Matiyahu) fue quemado públicamente en Tours, Francia, a
mediados del siglo XV. Esta es, admitámoslo, una buena base, dado el caso
de que todo lo que hemos dicho antes si no existieran, por ejemplo, las
declaraciones arriba mencionadas de lo Padres de la Iglesia, los hebraísmos,
los modismos, el descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto, Josefo, etc.
En suma, lo que tenemos son suposiciones de teólogos, suposiciones, y lo
que es más, suposiciones probablemente basadas en los horribles prejuicios
antisemitas. ¿Por qué decimos esto último? Existe una base para levantar el
horrendo espectro del antisemitismo dentro de la Iglesia? Júzguelo por usted
mismo. La Iglesia: Una historia de incesante antisemitismo Históricamente, la
Iglesia ha mantenido un record consistente de ser muy antisemítica la mayor
parte del tiempo, si tomamos sus 1850 años de historia. Considere la
Inquisición, con cientos de miles de judíos (y cristianos verdaderos),
torturados y masacrados simplemente por ser judíos. Considere las
declaraciones antisemíticas hechas por los padres de la Iglesia, como
Crisóstomo, Eusebio, Origen, Cirilo, Hipólito, y sí, Martín Lutero, el padre de
la Reforma del cual solo tenemos espacio para citar de un par de párrafos
breves de los sermones que escribió, solamente cuatro días antes de morir.
“Los judíos merecen las penas más severas. Sus sinagogas deben ser
arrasadas hasta los cimientos, sus hogares destruidos. Ellos mismos deben
ser exilados a vivir en tiendas, como los gitanos. Sus escritos religiosos (El
Antiguo Testamento y el Talmud) deben quitárseles. A los rabinos se les debe
prohibir enseñar la Torah. Debe prohibírseles ejecutar cualquier profesión.
Solamente los trabajos más difíciles y extenuantes deben permitírseles. Sus
fortunas deben ser confiscadas...”(hizo caso de esto, la inquisición y Hitler)
“Un corazón judío es tan duro como un palo, una piedra, como el hierro,
como un demonio.” (Eric. W. Gritsch, ¿Era Lutero antisemita? Revista de la
Historia Cristiana, Vol. 12, N. 3, p 38-39. El famoso historiador, ya fallecido,
William Schirer, autor del “Levantamiento y caída del Tercer Reich”, en la
página 294, dice que uno de los dos factores que explican el comportamiento
de la Iglesia Alemana hacia los judíos durante el Holocausto fue la influencia
de Lutero. Fue el Brit HaDasha escrito originalmente en griego, arameo ó
Hebreo? Page 8 TESHUVAH EL OLAM

9. A través de los siglos ha existido un movimiento guiado por ha satan


rechazando todo lo que tenga que ver con el judaísmo. En este espíritu, a la
Iglesia se le prohibió celebrar Pesach=Pascua en las fechas biblicas (días que
por mandato fueron establecidos en la Escritura para tales ocasiones). Podían
utilizar cualquier otra fecha menos ESAS. Aún hoy la Iglesia celebra “Semana
Santa”, no la Pascua. Aquellos que insistieron en celebrar el Pesach en el día
correcto fueron llamados “catordecimanos”, por celebrarlo el día catorce del
primer mes, que fue cuando Elohim ordenó que se celebrara. Los sabios
judíos, el conocimiento en los varios volúmenes del Talmud, de donde el Rabi
Yeshúa tomaba incontables parábolas y ejemplos fue condenado por todos
en la Iglesia, incluyendo a Lutero, como citamos antes; no simplemente
condenado sino que quemado junto con sus dueños. Una campaña sostenida
de de-judaización empezó, y continua hasta hoy día. Nosotros ofreceremos
solo unos cuantos ejemplos en este artículo: “Expresiones de casi todos los
Padres de la Iglesia como Crisóstomo, Hipólito, Origen, Cirilo, Eusebio
(“Abraham era un cristiano, él no era judío”.), Arzobispo Agobard, Lutero.
“Los judíos fueron acusados durante veinte siglos de raptar niños cristianos y
de beber su sangre durante las cenas de Pascua. (La última vez que esta
acusación salió a la luz –¿podría usted creerlo?- fue en 1992 en la Unión
Soviética. “Los judíos fueron acusados de matar a Elohim. –¿se puede matar
a Elohim?— Toda clase de doctrinas fueron hechas durante el “judenrein”
(libres de los judíos), como si el Pacto Renovado nunca hubiera sido hecho
con “La Casa de Israel y la Casa de Judá ” por parte de la Iglesia. El propio
nombre de la tierra de Israel fue obliterado durante los últimos 2.000 años
por mandato del Emperador Julio César, quien juró borrar el nombre de
Judea de la faz de la tierra--y lo logró. ¡Aún HOY, autores cristianos llaman a
Israel “Palestina”! ¡Busque en los mapas al final de su Biblia y vea por usted
mismo! Vaya a un mapa cristiano o católico romano en las enciclopedias y
busque a ver si encuentra los nombres “Israel” o “Judea”. ¡NO APARECEN!
Dirán, casi unánimemente “PALESTINA”, aunque el nombre fue impuesto por
el Emperador Adrián después del año 70 d. M. (después del Mesías), ese
nombre, por lo tanto, no debería ser válido para el período de tiempo cuando
Yeshúa vivía en Israel y Judea. El verdadero nombre de nuestro Señor es
“Yeshúa”. De acuerdo a cualquier diccionario Hebreo-Español, “Yeshúa”
quiere decir: “salvación, victoria, redención”. Lo que encontramos es un
nombre, Jesús, que suena muy “gentil”. ¿Qué quiere decir Jesús?
Absolutamente nada. Usted dirá: “es una traducción”. Entonces, ¿cómo es
que Matiyahu 1:21 tiene sentido: “Y llamarán Su nombre Jesús, porque él
viene para la salvación de su pueblo.” ESE VERSO NO TIENE NINGUN SENTIDO
A MENOS, que se ponga allí “Yeshúa”! El nombre del medio hermano del
Rabi Yeshúa es Yaakov, en cualquier lenguaje conocido—aunque
aparentemente demasiado judío para ellos—aunque existen Jacobos en
todas las lenguas conocido—así que los antisemitas “gentilizaron” el nombre
a San Tiago (y lo que es peor, en inglés le pusieron “James”, por el rey que iba
a pagar por la traducción pero murió antes) cuando en griego claramente
dice Fue el Brit HaDasha escrito originalmente en griego, arameo ó Hebreo?
Page 9 EPISTOLE IAKOBUS (Carta de Iakobus). TESHUVAH EL OLAM

10. Marción, un hereje reconocido históricamente dentro de la Iglesia creó


dos Dioses: Un Elohim judío, el Elohim del ¨Antiguo¨ Testamento, “Iahveh”,
semejante a una pequeña deidad, severo, para los judíos; y el otro un Dios
Gentil, Jesús, el Dios de Amor. ¿Cuántos Elohim existen? Sin embargo, el
espíritu de Marción vive en la Iglesia hasta el día de hoy y permea todas las
enseñanzas. Existen varias referencias de Yeshúa hablando hebreo en la
Escritura, y de Shaul, también hablando en hebreo. Westcott y Hort dos
ocultistas de la Nueva Era (Ver “Versiones de la Biblia de la Nueva Era, por G.
Riplinger, A. V. Pubications, 1993) cambiaron la palabra “hebraisti” por
Arameo, además de entre 5.000 a 8.000 otras alteraciones en el texto griego
del cual son hechas las versiones. Lo anterior muestra que las teorías
“aramea” y “griega” no fueron errores o malos entendidos, sino que
definitivamente parte de una campaña mundial durante siglos de de-
judaización por los antisemitas dentro de la Iglesia para hacerla "juderein", a
pesar del hecho de que estamos adorando un Elohim Judío de Israel y el
Mesías Prometido de Israel. Las pruebas internas y externas del principio de
este artículo muestran, por otro lado que existe más de una prueba para
demostrar que el Pacto Renovado estaba escrito originalmente en Hebreo y
no en griego o arameo. Baruch Haba Beshem Adonay!!!! Fue el Brit HaDasha
escrito originalmente en griego, arameo ó Hebreo? Page 10 TESHUVAH EL
OLAM
Casi todo el Antiguo Testamento fue escrito en hebreo durante los mil años
de su composición. Pero algunos capítulos en las profecías de Esdras y Daniel
y un versículo en Jeremías fueron escritos en un lenguaje llamado arameo.
Este lenguaje se hizo muy popular en el mundo antiguo y en realidad
desplazó a muchos otros idiomas. El arameo se convirtió incluso en el
lenguaje común que se hablaba en Israel en el tiempo de Jesús, y era
probablemente el lenguaje que Él hablaba día a día. Algunas palabras
arameas fueron usadas incluso por los escritores del Evangelio en el Nuevo
Testamento.

El Nuevo Testamento, sin embargo, fue escrito en griego. Esto parece


extraño, ya que la mayoría infiere que debería ser hebreo o arameo. ¿por
que griego? Porque con el griego sucedió algo muy parecido a lo que sucede
hoy con el idioma inglés. El inglés es tan frecuente hoy no porque sea simple
o más fácil de dominar que otros idiomas sino sobre todo debido al Imperio
británico.

El latín pudo haber sido el idioma oficial del Imperio Romano, pero esas
tierras habían sido parte del Gran Imperio Helénico de Alejandro Magno que,
desde el principio, era lo suficientemente inteligente como para tomar la
decisión táctica de consolidar sus tierras recientemente anexadas por
conquista cultural, y el lenguaje está justo en la parte superior de la lista de
integración cultural.

De este modo, el griego fue el idioma más hablado durante los años de la
composición del Nuevo Testamento de 50 a 100 dC. El hecho es que muchos
judíos ni siquiera podían leer hebreo, ¡y esto perturbó mucho a los líderes
judíos! Así, en los alrededores del 300 aC se llevó a cabo una traducción del
Antiguo Testamento del hebreo al griego llamada Septuaginta, y se completó
alrededor del año 200 aC. Poco a poco esta traducción griega del Antiguo
Testamento fue ampliamente aceptada e incluso fue usada en muchas
sinagogas. También se convirtió en una maravillosa herramienta misionera
para los primeros cristianos, porque ahora los griegos podían leer la Palabra
de Dios en su propia lengua.
Así que los autores del Nuevo Testamento escribieron en griego. Sin
embargo, no usaban realmente griego clásico o de clase alta, sino un tipo
muy común y cotidiano de griego. Durante muchos años algunos eruditos
ridiculizaron al griego del Nuevo Testamento porque muchas de sus palabras
eran extrañas para aquellos que leyeron los escritos de los grandes autores
clásicos griegos como Platón y Aristóteles. Pero más tarde muchos registros
fueron descubiertos de la gente común, e increíblemente estaban los mismos
términos utilizados en el Nuevo Testamento. Las burlas cesaron.

¿Se hablaba sólo Hebreo y Arameo en Judea durante el siglo I?

Lo siguiente es una traducción al español del artículo “¿Jesús y los apóstoles


hablaron griego?” de William F. Dankenbring.

Varias sectas e iglesias afirman que Jesucristo y los apóstoles sólo hablaban
hebreo o arameo, y que las monografías originales del Nuevo Testamento
estaban todas escritas en hebreo, y luego traducidas al griego. Consideran
que el griego es un idioma pagano. ¿Cuál es la auténtica verdad del asunto?
¿Jesús hablaba griego?

La edición de septiembre-octubre de 1992 de Biblical Archaeology Review


contiene varios artículos fascinantes que se basan en gran medida en las
preguntas planteadas para este artículo. Durante siglos, los estudiosos han
creído – asumido – que muy pocos judíos del primer siglo hablaban griego.
Han creído y enseñado que la antigua Judea era una zona de “remanso” del
Imperio Romano, y la gente era ignorante como un todo de la lengua griega,
aunque se admite que el griego era la “lingua franca” y el “lenguaje de
Comercio “en todo el Imperio Romano.

Hoy en día, sin embargo, nuevos descubrimientos arqueológicos han


socavado las especulaciones de los estudiosos y han puesto en claro el hecho
de que el griego era bien conocido entre los judíos, especialmente el
sacerdocio, la clase de liderazgo y la clase mercantil. En particular, el griego
fue bien entendido en “Galilea de los gentiles”, la región donde Jesucristo de
Nazaret fue criado, y creció como un joven. No hay duda, por lo tanto, que
Jesús y los apóstoles originales todos hablaban griego – comúnmente, como
un “segundo idioma”.

Mis Diez razones por las que sabemos que el Nuevo Testamento fue escrito
originalmente en griego.

Hay 5800 manuscritos griegos completos o fragmentados del Nuevo


Testamento, 10000 manuscritos en latín y 9300 manuscritos en muchos otros
lenguajes antiguos incluyendo siríaco, eslavo, gótico, etíope, copto y
armenio. No existe ningún manuscrito hebreo ni confiable ni no confiable
anterior al siglo XIV. Ni siquiera una sola linea de texto hebreo. Cuando una
persona dice que está traduciendo desde un original hebreo está minitiendo
porque este original no existe.

Pablo era el apóstol de los gentiles (Gálatas 2:9), debido a que el griego era el
idioma mas hablado del mundo antiguo, y que todos sabían hablar griego,
este era el mejor idioma para escribir sus cartas.

De hecho Pablo escribió a los Romanos, Corintios, Gálatas, Efesios,


Tesalonicenses y Filipenses. Escribir en hebreo una carta a cualquiera de
estos pueblos es equivalente a escribirle una carta en sánscrito a un
latinoamericano.

El Apocalipsis empieza entregando mensajes a las siete iglesias de Asia


Menor. Todas estas localidades hablaban en griego, no en hebreo.

Las epístolas universales de 1 y 2 de Pedro, Santiago, 1, 2 y 3 de Juan y Judas


son escritas a todos los cristianos del mundo, no a una comunidad específica.
Una vez mas el griego es la mejor opción para que puedan entender el
mensaje.

La carta de Lucas y el Libro de los Hechos están dedicados a Teófilo, cuyo


nombre es de hecho griego y significa “amigo de Dios”.

Incluso Marcos, cuyo griego está fuertemente influenciado por la cultura


semítica, parece presuponer un público no hebreo. Así, él explica las
costumbres judías (por ejemplo, Marcos 7: 3-4, ver también Marcos 7), y
coloca frases en arameo junto con su traducción al griego (Marcos 3:17)
boanerges, (Marcos 5:41) Talita cumi, (Marcos 7:34) Efata (Marcos 14:36)
abba, (Marcos 15:22) Gólgota, (Marcos 15:34). En la versión siríaca arameo
de la Biblia, estas traducciones se conservan, dando lugar a textos extraños,
dando a entender que fue traducida del griego.

El evangelio de Juan se considera que fue escrito en el año 90 DC, cuando


Juan era el supervisor de las iglesias de Asia Menor. Si hubiera escrito en
hebreo solo unos cuantos judios le hubieran entendido.

Tenemos el testimonio de Papías de Hierápolis quien fuera discípulo del


apóstol Juan y que conoció personalmente a varios de los apóstoles. Papías
dice que Mateo fue escrito en Hebreo y luego fue traducido por el mismo
Mateo al griego; asi tambien testifica que Marcos, Lucas y Juan fueron
escritos en griego.

Todos los escritos de la iglesia primitiva citan los evangelios textualmente en


griego.

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