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INSTITUTO BIBLICO RAYMUNDO

OLMEDA
EXTENSIÓN NAMIQUIPA
IGNACIO ALLENDE, ZARAGOZA

Alumno: Sinthia Lorena Aguirre Nevarez


Grado: Segundo Año
Asignatura: Evidencias Cristianas
Maestro: Raul Cortes Betancourt.
Fecha: A 26 de Octubre del 2019.
El impacto del Cristianismo en la Sociedad
I. El Cristianismo
El cristianismo es una de las tres grandes religiones monoteístas, junto con el
judaísmo y el islamismo, y la segunda por orden cronológico. No contradice al
judaísmo como muchos afirman, más bien es la respuesta de Dios al pueblo judío,
en espera de su salvador.

En un primer momento este ministerio es llevado a cabo por el apóstol Pedro, a


quien Dios le llama a predicar al pueblo de Israel, luego Saulo de Tarso, perseguidor
de la iglesia naciente, tiene un encuentro con Jesús, quien le llama a volverse y
convertirse de todo corazón.

Jesús quien había resucitado y ascendido al cielo, aparecía ahora en el camino a


Damasco para hablarle al hombre (apóstol Pablo) que pasaría de perseguidor a
perseguido, de incrédulo en la fe cristiana, a creyente y fundador de la iglesia
cristiana al mundo fuera de los muros de Israel.

Aunque la persecución fue detonada, no impidió que sus discípulos extendiesen el


culto por todo el mundo basándose en su resurrección, y en la promesa de que
Jesús volvería por su pueblo...Id por todo el mundo y predicad al evangelio a toda
criatura, bautizándole en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, y he
aquí yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. La Biblia afirma:
He aquí ciertamente vengo en breve... retén lo que tienes.

Para el cristianismo existe solo un Dios, que en la Trinidad aparece como tres
personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Dios, el Dios de Israel, el Dios de los cristianos, el único Dios verdadero, hoy sigue
llamando a los hombres al arrepentimiento, y que se vuelvan de sus malos caminos,
estableciendo no solo los 10 mandamientos como ley moral, sino que cada
enseñanza de Jesús es un reto de obediencia para sus seguidores, y todo por amor,
no por una imposición, sino por la comprensión del pensamiento que él murió por
cada ser humano en esta tierra, y sigue cambiando las vidas de quienes se acercan.

A partir del siglo IV, tras sufrir numerosas y cruentas persecuciones por parte de
los romanos, el cristianismo se transformó ―gracias a la conversión del
emperador Constantino―, en la religión oficial del Imperio romano, tomando como
sede la ciudad de Roma.

II. Denominaciones cristianas


A lo largo de 2000 años de historia, muchas doctrinas se han derivado de las
enseñanzas de Jesús, algunas falsas y totalmente negadas, otras cuyas diferencia
no son tan marcadas. El cristianismo se convirtió en la religión oficial del imperio
romano en el 380. Hasta el 1054, la cristiandad formó un bloque monolítico (excepto
pequeños movimientos como el Nestorianismo). Es decir, aproximadamente la
mitad de su historia, 1000 años, el cristianismo ha sido unitario. Bajo la influencia
del imperio romano se comienzan a realizar ritos y mandamientos lejos de las
enseñanzas de Jesús, llegando formarse con gran fuerza lo que hoy conocemos
como iglesia católica, período donde el cristianismo naciente en Jerusalén, parecía
que atravesaba una gran crisis. En medio de estas circunstancias Dios habla al
corazón de Martín Lutero, practicante devoto de la religión católica, mostrándole los
errores de las nuevas enseñas, las cuales estaban basadas más en un gobierno
político, que en el amor y la fe en Jesús. Este no era el reino de Dios para los
hombres, la salvación estaba siendo vendida, y la Biblia afirmaba, que era por fe y
por gracia para que nadie se gloríe.

Ocurre entonces en el siglo XVI la Reforma de Lutero que dio lugar al


protestantismo, pues se oponía a las dogmas romanos y católicas hasta el momento
desarrolladas (91 tesis de Lutero), resurgiendo entonces el cristianismo que había
nacido en Jerusalén.

Católicos

El catolicismo romano, con sede en Roma, representa el 50% de toda la cristiandad.


Es mayoritario en el Centro y Sur de Europa, Irlanda y América del Sur.

Se estima que la Iglesia Católica tiene 1,100 millones de adeptos en todo el mundo,
lo que representa la mitad de la población cristiana mundial. Brasil tiene el mayor
número de católicos del mundo (134 millones). Hay más católicos en Brasil que en
Italia, Francia y España juntas. Los diez países con mayor número de católicos
(Brasil, México, Filipinas, los Estados Unidos, Italia, Colombia, Francia, Polonia,
España y la República Democrática del Congo) contienen más de la mitad (56%,
607 millones) de los católicos del mundo.

Hay 67 países en los que los católicos constituyen la mayoría de la población. Más
del 70% de los católicos viven en el continente americano (48%) y en Europa (24%).
Casi el 40% viven en América Latina y el Caribe. Más de una cuarta parte de los
católicos viven en la región Asia - Pacífico (12%) y en el África subsahariana (16%).

Protestantes

El protestantismo es mayoritario en el Norte de Europa, en Inglaterra y en los


Estados Unidos. Los 801 millones de protestantes del mundo, constituyen el 37%
de la población cristiana mundial. La Reforma protestante, que dividió el cristianismo
occidental y dio a luz al protestantismo, tuvo lugar en Europa en el siglo XVI. Hoy,
sin embargo, sólo dos de los diez países con las mayores poblaciones protestantes
son europeos: los Estados Unidos, Nigeria, China, Brasil, África del Sur, Reino
Unido, Congo DR, Alemania, Kenia, India. Pentecostales de Asamblea de Dios.

El evangelio de Jesús, tal y como lo predicaron los primeros apóstoles continúa


levándose hasta los confines de la tierra.
Ortodoxos

Hay cerca de 260 millones de cristianos ortodoxos, que componen el 12% de la


población cristiana mundial. Casi cuatro de cada diez cristianos ortodoxos de todo
el mundo (39%) residen en Rusia, el país con el mayor número de ortodoxos. Etiopía
cuenta con el segundo mayor número de cristianos ortodoxos y más de tres veces
más ortodoxos que Grecia.

III. Expansión
A consecuencia de un sermón de San Pedro el día de Pentecostés, se convirtieron
a la fe tres mil judíos en Jerusalén, número que poco más tarde se elevó a cinco
mil. Después de la muerte de Esteban y de la persecución de que fueron objeto los
discípulos de Jesús, estos se esparcieron por todas partes, predicando las
enseñanzas de Jesús.

Los viajes de San Pablo llevaron el cristianismo a Chipre, Asia


Menor, Macedonia, Grecia, Iliria y otras regiones; más tarde lo predicó en España y
se cree que también en la Galia Narbonense. San Pedro lo predicó en Roma. En el
año 179 escribía Tertuliano:
Somos el ayer y hemos llenado todas vuestras casas, las ciudades, las islas, los
castillos, los municipios, los conciliábulos, los campamentos mismos, las tribus, las
decurias, el senado, el foro; solo os dejamos los templos

Estas frases del apasionado apologista, escritas cuando la nueva doctrina no tenía
aún dos siglos de existencia, son como un preludio del gran desarrollo y expansión
que en los siglos sucesivos iba a adquirir el cristianismo.

IV. Influencia en la civilización


En medio del frío escepticismo filosófico, de la incredulidad religiosa, de la relajación
de las costumbres y del afán de ritos exóticos en que se debatía la sociedad pagana
cuando aparece Jesús, surge la religión cristiana que, como saludable rocío del
cielo, pronto iba a dar óptimos frutos entre las almas ansiosas.

El cristianismo transformó la conciencia y el corazón de los hombres. La persona


humana redimida adquiere a los ojos del cristianismo un precio incomparable, que
junto con la enseñanza de la comunidad de origen y destino de todos los hombres,
contribuyó a grabar y propagar los principios esenciales de libertad e igualdad.
Desde el instante en que el hombre aparece como criatura predilecta de Dios,
dotada de alma inmortal, no es ya posible admitir lo que constituía uno de los
puntales de la sociedad pagana: la posesión del esclavo, de un hombre por otro
hombre.

El cristianismo abre a éste horizontes insospechados y hace que el ser humano ame
al prójimo como a sí mismo y descubra en el amor de Dios la razón de poder
sacrificar su propia vida en bien de los demás. La formación de la familia, tal como
se conoce en las modernas sociedades, es también obra del cristianismo, y de la
cual ha hecho este el núcleo básico, la célula primordial e indestructible de la
sociedad civil.

Sobre todo, Jesús es el único que puede darle sentido a la vida de los seres
humanos, muchos han sido rescatados del infierno eterno, y de sus propias vidas
que les llevaba a la perdición. Hombres sacados del suicido, las drogas y la
desesperación, enfermos sanados, familias restauradas, jóvenes que vuelven a
soñar, presos que rehacen su vida, gente transformada por la mano de Aquel que
sigue extendiendo su salvación.

Hoy como hace dos mil años, Jesús continúa diciendo: El que a mí viene, yo no le
hecho fuera, y el que en mí cree tiene vida eterna. Jesús vino a salvar lo que se
había perdido, y a liberar nuestra alma del infierno.

V. Influencia del cristianismo

Ha sido y es enorme en nuestra civilización occidental, llamada, a veces,


«civilización cristiana». Pero no es fácil poder evaluar tal influencia. Dos son las
principales razones:

1. a) Una civilización está formada por muchos y muy complejos elementos:


El arte, el lenguaje, el folklore, la filosofía, etc. Habría que analizarlos por
separado.
2. b) Es muy difícil juzgar una época desde la mentalidad de otra
posterior. Sacadas del contexto vital en que surgieron, muchas de las
expresiones artísticas o folklóricas, costumbres o formas de vida de
determinada época resultan hoy poco menos que incomprensibles.

Hay, con todo, un hecho claro; la influencia del cristianismo ha abarcado todos
los campos y elementos que componen una civilización.

Artes. En toda su amplitud. El cristianismo influyó en arquitectos, escultores,


pintores, músicos y poetas... occidentales y hasta fue muchas veces su fuente de
inspiración.

¿Qué decir, por ejemplo, de las cantatas religiosas y oratorios de un músico


como Bach o de la producción pictórica de un Fray Angélico y El Greco? También
en nuestra época, el cine, por ejemplo, ha sido influido por el cristianismo. Y eso a
pesar de un recelo inicial.

Lenguaje. Expresiones, palabras, dichos y refranes populares reflejan esa


influencia. En castellano son innumerables los ejemplos: ¡Felices Pascuas! ¡Vaya
por Dios! ¡A Dios rogando y con el mazo dando!, etc.

Costumbres, que hoy resultan normales, tienen su origen o razón de ser en un


elemento del cristianismo. Por ejemplo, felicitar las Navidades, celebrar los Reyes...
Folklore. Muchas expresiones del folklore popular también han sido originadas
e influidas por el cristianismo.

Filosofía. Santos como Agustín y Tomás de Aquino han ejercido una fuerte
influencia en el pensamiento occidental.

Hay que reconocer también que la influencia del cristianismo no siempre ha


sido positiva: ha habido guerras de religión, persecuciones religiosas, expulsiones
e intransigencias realizadas en nombre de la religión cristiana.

Podemos decir, sin embargo, que la historia de occidente no se entiende sin


el cristianismo; la influencia ejercida en la formación de lo que hoy llamamos cultura
occidental fue clara y constante.

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