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1. Clima
Para los efectos de diseño de un pavimento debemos considerar todos los aspectos
que inciden en forma prioritaria en su estructuración, éstos son:
1.1 efecto del agua en el rodado: la lluvia, al escurrir sobre una superficie asfáltica,
forma una delgada película de agua. Esta película de agua tiende a producir
resbalamiento en la superficie de la carretera, razón por la cual se deberá considerar
el tipo de textura superficial para evitar este fenómeno (aqua planning). Especial
cuidado se deberá tener para evitar exudaciones de asfalto hacia la superficie del
camino, por cuanto este defecto tiende a aumentar el resbalamiento por lisura
superficial y que en la presencia de agua hace poco seguro el tránsito en la carretera,
llegándose a límites de peligro, si las velocidades de éste son altas.
- presión de inflado
Los dos primeros factores, deberán ser considerados en todos los métodos de diseño
de pavimento, para conocer la respuesta de la capacidad estructural del pavimento y
del suelo de fundación con relación al número de pasadas y peso vehicular. Es de
práctica generalizada en todos los países usar la equivalencia del tránsito a un sólo
tipo de Eje Estándar. El uso más común, es el propuesto por la AASHTO
correspondiente a un eje de 18.000 libras de peso (18 kip, equivalen a 8.193 kg) (4).
Algunos países han preferido usar su eje legal máximo estandarizado de 100 KN por
eje simple y 160 a 200 KN para eje tándem, (9). Para, determinar el factor de
equivalencia usan la expresión.
N = (P/P0)[1]
donde:
n = factor de equivalencia
- la primera capa soporta perfectamente bien la carga directa, por ser ésta muy baja
con relación a la estabilidad de dicha capa (calidad de la capa).
- esta primera capa debe ser capaz de absorber las tensiones que se producen en su
capa inferior sin agrietarse (espesor mínimo de la capa).
Los criterios aquí planteados indican que cualquier tipo de capa estructural colocado
en la parte superior deberá tener un dimensionamiento mínimo que debe calcularse.
La presión de inflado del neumático influye directamente a la superficie de la primera
capa, siendo su efecto rápidamente disipado en ella, de manera que a las capas
siguientes sólo son influenciadas por el peso total del eje cargado. En todo caso el
fenómeno descrito entre la primera y la segunda capa debería en teoría efectuarse en
todas las interfases siguientes de manera que pueda comprobar la efectividad del
espesor de cada una de ellas.
3. SUBRASANTE
Los pavimentos deben asentarse sobre subrasantes constituidas por materiales que
reúnan unos requisitos mínimos, claramente establecidos.
Son capas de pavimento las de rodadura, base y subbase, pudiendo no existir esta
última.
El tratamiento a dar los terraplenes, terraplenes y cortes deben ser congruentes. La
situación anterior a 1975 era en este punto especialmente desigual, pues mientras en
los terraplenes se exigía una coronación de 0,50 m de materiales adecuados y un
núcleo de materiales tolerables, con unas prescripciones rigurosas, en los cortes no se
exigía a los suelos de la subrasante una cierta calidad ni un espesor determinado.
La escasez de materiales locales apropiados y la cada vez más obligada utilización de
los materiales de la propia explanación, hacen recomendable el empleo de los suelos
estabi lizados con cemento o con cal.
La capacidad de soporte de la subrasante se evalúa mediante el CBR.
Se considera fundamental el adecuado drenaje de la subrasante, no aceptando la
posibilidad de un drenaje deficiente a compensar con un mayor espesor del
pavimento.
Las características de los materiales quedan especificadas en el Pliego de
Prescripciones
Técnicas Generales y en las prescripciones complementarias señaladas en la
Instrucción.
a) Clasificación de las subrasantes
La categoría le corresponde a las subrasantes normales, utilizadas hasta ahora, por
ejemplo en terraplenes con coronación de suelo adecuado. A partir de 1986 este tipo
de subrasante se considera como insuficiente para carreteras importantes con un
tránsito pesado e intenso, como las autopistas y autopistas, por lo que no se admiten.
En 1975 se aplicó el método or19inal CBR de cálculo de espesores de pavimento al
caso de un terraplén constituido por un núcleo y una capa de coronación de diferentes
CBR, obteniéndose el espesor de material necesario sobre cada zona del terraplén
para un tránsito dado. Por diferencia se calculó el espesor de la capa de coronación
(de CBR da-do) para el CBR del núcleo.
Los espesores así hallados dan la pauta de los valores mínimos exigidos en la
clasificación de cortes. En cambio en los terraplenes y pedraplenes se mantuvo el
espesor tradicional de 50 cm de la coronación, criterio algo conservador,
particularmente con núcleos de buena calidad y coronaciones de calidad estricta. El
diferente tratamiento dado a terraplenes y cortes justifica por la mayor repercusión
económica que tendría el criterio citado en los cortes, al obligar a una mayor
excavación y sustitución de materiales. En el caso de los terraplenes, se tratará en
general de una adecuada distribución de los suelos excavados.
En secciones a media ladera se adoptará para el corte la misma solución que para el
terraplén.
Actualmente se encuentra en revisión, pues las distintas alternativas no pueden
considerarse estrictamente equivalentes; y por otra parte, los avances experimentados
por los equipos de estabilización de suelos permiten obtener con total garantía
espesores de capas estabilizadas muy superiores a los 15 cm contemplados en la
Instrucción.
Una clasificación de la subrasante más tradicional en los pavimentos rígidos basada,
por ejemplo, en el módulo de reacción k, no mejoraría el diseño del pavimento y
complicaría el trabajo del diseñador, en particular al estudiar soluciones equivalentes
de pavimentos rígidos y flexibles. Por ello el factor subrasante tiene la misma
consideración para ambos tipos de pavimento. Salvo justificación en contrario, las
subrasantes se dividirán de forma que cada tramo de una cierta categoría tenga al
menos una longitud de 500 m.
En la tabla 18 se relacionan los posibles materiales a utilizar, para los que el pliego de
prescripciones técnicas particulares deberá tener en cuenta las complementarias que
se expresan en dicha tabla. Se aceptan también otros materiales como escorias o
cenizas volantes, que han de clasificarse por analogía o mediante estudios especiales.
b) Drenaje
El criterio seguido es categórico en cuanto a la necesidad de asegurar un drenaje
adecuado a la subrasante y al pavimento. Se exige que la subrasante quede al menos
a 60 cm por encima del máximo nivel freático donde el suelo sea seleccionado, a 80
cm donde sea adecuado y a lo o cm donde sea tolerable. Cuando ello no suceda se
adoptarán las medidas adecuadas de elevación de rasante, profundización, de
cunetas, colocación de drenes subterráneos, interposición de geotextiles o de una
capa de drenantes, etc.
También se llama la atención sobre el interés de asegurar la evacuación de las aguas
in filtradas a través de las capas del pavimento de la vía y bermas o a través de la
junta entre éstos.
Falla estructural:
Colapso o rotura de uno o más de los componentes del pavimento, de una magnitud
tal que lo hacen incapaz de soportar las cargas impuestas.
Falla funcional:
Condición del pavimento que causa incomodidad o inseguridad al usuario, o grandes
esfuerzos sobre los vehículos al transitar por el pavimento.
Disminución al rozamiento. Puede convertirse en falla estructural.
Las causas de las fallas son comunes a ambos tipos y pueden provenir de varias
causas como son:
Sobrecargas: debido a las cargas totales de los vehículos, repeticiones del
paso de los camiones muy por encima de las estimaciones iniciales y elevadas
presiones de contactos entre el caucho y el pavimento.
Efectos de condiciones ambientales: lo cual progresiva e irremediablemente
irán deteriorando la estructura.
Defectos en la construcción: que harán que los materiales resulten con niveles
de calidades menores a los supuestos en los diseños.
Variabilidad propia de los materiales: que podrá conducir también a sectores
del pavimento con niveles de calidad inferiores a los deseados.
Mantenimiento inadecuado: lo cual conducirá a un desarrollo exponencial de
una falla inicialmente de fácil corrección.
Mala construcción: baja compactación o resistencia inadecuada de los
materiales, o falta de control de calidad.
Capilaridad del suelo del terraplén o permite ascensión de agua.
Aguas superficiales o flujo en superficie y taludes causa socavación.
Falta de espesor para soportar las cargas y sus repeticiones, aumento de
tráfico y cargas.
Grietas en la carpeta asfáltica por fatiga o penetración de agua superficial.
5. BIBLIOGRAFIA