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G A C E TA

CONSTITUCIONAL

ESPECIAL

¿Qué parte de la historia política reciente


no debe repetirse en el Perú?
Diez deficiencias por ajustar, remediar y evitar

César DELGADO-GUEMBES*

Desde una perspectiva parlamentaria y constitucional, el autor reflexiona sobre la disolu-

RESUMEN
ción del Congreso de la República, critica las diversas acciones del Ejecutivo y del Legisla-
tivo y focaliza su atención sobre diez cuestiones que deberían ser consideradas en el futuro
para garantizar la autonomía del Parlamento, evitar la concentración del poder y resguar-
dar el modelo de democracia representativa contemplado en la Carta Fundamental.

ii PALABRAS CLAVE escuchó y se deliberó, en el Tribunal Consti-


tucional, la propuesta del magistrado Carlos
Disolución del Parlamento / Conflicto competen-
cial / Cuestión de confianza / Comisión perma-
Ramos Núñez, sobre la admisibilidad de la
nente / Elección de magistrados / Competencias demanda de acción competencial presentada
exclusivas del Parlamento por el señor Pedro Olaechea, en representa-
ción del Congreso. El 4 de noviembre se rea-
Recibido : 04/11/2019 liza la publicación del auto.
Aprobado : 05/11/2019 El auto ha desmantelado los argumentos de
la barra de áulicos y agoreros que se auparon
precipitadamente al montaje diseñado por el
INTRODUCCIÓN
Poder Ejecutivo que, desprovisto de legitimi-
El 29 de octubre de 2019 el pleno del Tri- dad institucional ante el órgano representa-
bunal Constitucional emite el auto de cali- tivo del Estado, apeló a la calle para afirmar
ficación sobre la demanda de acción com- el poder que le fue imposible agenciarse ante
petencial contra el Poder Ejecutivo. En esta el Congreso. La alegría retornará en la mesa
fecha, en sesión reservada, se presentó, se del Poder Ejecutivo y sus comensales, sin

* Profesor de Derecho y Gestión Parlamentaria en la Pontificia Universidad Católica, y en la maestría en Derecho Cons-
titucional de la Universidad de San Martín de Porres. Autor de diversos artículos y libros especializados en la materia,
además de haberse desempeñado profesionalmente en el Congreso de la República durante los últimos cuarenta años.

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embargo, cuando llegue para utilizarse como cau-


el momento del fallo, por- sal suficiente para disol-
que la sagacidad del Tri- La representación política es ver el Congreso; cómo y
bunal Constitucional solo una ilusión, incierta, insegu- quién puede y debe deci-
ha abierto el espacio para ra, intangible, inubicable. No dir que la confianza fue
mayor extensión en la existe en la dimensión mate- aceptada y rechazada de
deliberación sobre mate- acuerdo a la distinta mate-
rias de especial y sustan-
rial de lo realizable. ria sobre la que se soli-
tiva importancia para la cita; cuándo existe deci-
definición y ajustes en el perfil de nuestro sión firme y consentida sobre la concesión
régimen político. o sobre el rechazo; si acaso el texto cons-
titucional permite en su laxitud que quien
Es previsible, en efecto, que la oportunidad la solicita tenga potestad de imputar o pre-
que se ha dado el Tribunal Constitucional sumir la no confianza, no obstante que no
para abocarse al conocimiento de la acción exista comunicación oficial alguna al Poder
competencial importará un acto de interven- Ejecutivo; y también, a la vez, que defina
ción, uno más, en la autonomía con que debe el alcance de los requisitos que debe obser-
proceder el Congreso de la República en el var el presidente de la república para decre-
manejo de los procesos constitucionales a su tar válidamente la disolución en relación con
cargo. Cabe que en este espacio el Tribunal la necesidad o no de acuerdo del Consejo
Constitucional indique qué puede ser mate- de Ministros, o si basta que, sin Consejo de
ria de una cuestión de confianza; cuándo una Ministros, baste el refrendo del presidente
cuestión de confianza es procedente; cuándo del Consejo de Ministros que aún no está
el contenido sobre el que se pide es uno válido integrado ni juramentado1.

1 En general el manejo que ha tenido el Poder Ejecutivo durante la evolución de las relaciones entre el Gobierno y
el Congreso dejó notar altos niveles de improvisación y de deficiente, impreparado, incompetente o novel aseso-
ramiento. Valgan verdades, en realidad, la impericia se ha dejado notar de manera alarmante en ambos poderes
del Estado, y no solamente en la orilla del Gobierno.
Uno de esos extremos ha sido precisamente el enorme descuido que se ha cometido en relación tanto con el des-
criteriado, intonso y desinformado postulado de que, quien presenta la cuestión de confianza, es el presidente de
la república, ignorando que el titular y quien lo puede hacer es un ministro; en ningún caso el presidente de la re-
pública. Los medios de comunicación, en este caso, solo sirvieron de vulgar comparsa en el océano de desinfor-
mación en que se desenvuelven.
Otro fue el papelón que hizo el presidente de la república cuando se aparece ante las cámaras de televisión para
anunciar la disolución del Congreso, basándose para hacerlo en el desarrollo televisivo de las sesiones del Congre-
so, cuyas decisiones ni resoluciones le habían sido comunicadas. Esta dimensión de la disolución por lo tanto tuvo
una naturaleza, si no delirante, por lo menos virtual, porque ni siquiera existió prueba ni evidencia documentada
digitalmente. Su evidencia fue imaginaria. La imagen de los medios le bastó y desdeñó la comunicación oficial.
Lo suyo era un acto apresurado en la escaramuza de hostilidades de las cuales fue quizá el principal protagonista.
Quienes tienen experiencia en los avatares y trámites parlamentarios conocen bien que, mientras no haya comu-
nicación formal, mientras el acuerdo no haya sido ejecutado según los cánones que los procedimientos prevén, es
posible que cualquier acto pueda ser objeto de impugnación o de reconsideración y, en esta virtud, lo que trans-
mitan los medios de comunicación mientras los sucesos tienen lugar, no tiene carácter definitivo ni puede válida-
mente servir de base ni sustento para imputar una decisión corporativa del Congreso.
Acelerado, el señor presidente de la república tomó una decisión infundada, porque nunca dispuso de evidencia, ni
certera ni pertinente, para calificar como rechazo de la confianza solicitada. Sin esperar comunicación de la ins-
tancia que debía comunicarle el resultado del proceso parlamentario, el buen presidente de la república dio, por sí

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Cuando el Tribunal Constitucional falle, las que el Poder Ejecutivo culminó exitosamente
elecciones ya habrán tenido lugar. Se habrá su estrategia de deshacerse de las hostili-
ejecutado y dado por concluido el proceso dades que le imputaba al Congreso, a cuya
electoral y, con ello, habrá de considerarse mayoría se la consideró como enemiga de

y ante sí, como precluido el proceso parlamentario, y dio también por denegada, al mismo tiempo, la confianza
solicitada, bastándole su animosa e imaginativa experiencia como televidente.
Por eso tuvo que imputar tácita, o fácticamente, una condición a un acto, en el que nunca se integró con precisión
la voluntad corporativa de su adversario. Y eso, ni parece muy leal en la confrontación política, ni parece jurídi-
camente muy limpio ni pulcro en el ejercicio del poder ni en las relaciones constitucionales entre el Gobierno y el
Congreso. O fue mal aconsejado, o se trató de un rapto o desborde nervioso. Este tipo de comportamiento debe
corregirse y someterse, competentemente, a pauta menos leve e improvisada, de forma que, quien ocupe el esta-
tus de presidente de la república, conozca que su desempeño debe ajustarse a un perfil de habilidades, destrezas,
actitudes y capacidades, por lo menos, algo más exigente que lo que ha exhibido el titular de esta tristemente es-
cenificada tragicomedia.
Como se ve, el desmanejo ha consistido en el apresuramiento, la informalidad, y la improvisación en el ejercicio
de las funciones presidenciales. Y a ello hay que sumarle el enorme descuido en que se incurrió respecto del tra-
tamiento del acto de disolución.
Es que, en nuestro derecho constitucional, es una exigencia imperdonable el ejercicio constitucional del poder
presidencial, de manera especial en la adopción de decisiones tan gravitantes, como la de disolver al Congreso,
el cumplimiento del requisito del acuerdo del gabinete en sesión de Consejo y el refrendo del ministro que hace
suya la responsabilidad política por el acto presidencial. En nuestra historia constitucional un rasgo característi-
co de nuestro régimen político es la responsabilidad solidaria del gabinete respecto de los actos del presidente de
la república. El hecho es que, cuando se emite el Decreto Supremo, el presidente del consejo de ministros no te-
nía gabinete. La decisión del presidente de la república no fue nunca valorada en gabinete ni existió acuerdo al-
guno en sesión de consejo de ministros. Fue una decisión bilateral del presidente de la república y del presidente
del consejo de ministros. El presidente del consejo de ministros, para serlo, necesita contar con un gabinete, de lo
contrario el suyo es un cargo vacío de contenido porque carece de consejo del cual él pueda ser su presidente. Sin
gabinete deviene en inexigible el supuesto de la responsabilidad solidaria del consejo de ministros y, además, el
acto presidencial carece de validez plena. No es un acto correcto ni queda válidamente perfeccionado conforme
a los cánones de nuestro derecho constitucional.
¿O es que el refrendo del presidente del consejo de ministros no importará carácter vinculante para los miembros
del gabinete que se le sumen una vez que juramenten el cargo? Si el gabinete del Solar ya hubiera cumplido con
dimitir, como condición de la hipotéticamente válida “denegatoria fáctica” de confianza, y por lo tanto con la cri-
sis total del gabinete la renuncia de ese mismo gabinete ya fuera aceptada y entrado en vigencia, ¿cabe en nues-
tro régimen constitucional la responsabilidad ultractiva del gabinete que aún no juramenta el cargo? ¿En qué se-
sión de “consejo de ministros” se tomó el acuerdo de disolver el Congreso si el gabinete del Solar ya no estaba en
funciones, pero el gabinete Zevallos Salinas aún no había sido designado al momento de decidir la disolución del
Congreso?
Como se puede intuir y colegir, hay demasiadas dudas. Más interrogantes que respuestas sobre la constituciona-
lidad del acto de disolución del Congreso. Esta es parte de la materia que debe esclarecer el plantel de magistra-
dos del Tribunal Constitucional. En el mejor de los casos, independientemente de la escasa constitucionalidad del
acto que protagonizan el presidente de la república y el presidente del consejo de ministros, el acto de disolución
del Congreso no se adecuó a reglas tradicionalmente respetadas en nuestra historia constitucional. El solo criterio
y la literalidad con la que se ha gestionado actos de importancia trascendental están lejos de constituir un ejem-
plo de corrección constitucional.
La supuesta minimización y nimiedad del acto afecta la validez y la seriedad de la decisión que toma el presiden-
te de la república. Su sola voluntad es insuficiente para superar los requisitos que la Constitución le impone. La
vehemencia presidencial puede ser un componente básico para adoptar medidas de Gobierno, pero el ímpetu y el
entusiasmo no pueden dejar de estar acompañados del cumplimiento de los necesarios e históricos requisitos que
nuestras Constituciones le han fijado e impuesto al presidente de la república para que sus actos no queden afec-
tados de nulidad.

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la voluntad popular. El resultado, además, democracia y de nuestro Congreso, que, así


importará una derrota autoinflingida en el como se desmienten asertos y pretensiones
Congreso, porque en un complejo de actitu- incorrectas del Gobierno, indiquemos y ven-
des basadas en su pasividad, vergüenza, sen- tilemos igualmente las deficiencias recientes
timiento de culpa, e impericia, dejó pasar de desempeño del Congreso.
delante suyo la oportunidad de actuar consti-
El peor de los males no es el que ocurre, sino
tucionalmente como la autoridad que es para
el que se repite. Para que ese daño se evite,
decidir cuándo una cuestión de confianza es
y para impedir que vuelva a ocurrir, es nece-
improcedente, cómo y cuándo resolver una
sario comprender qué lo causó y qué circuns-
cuestión de confianza sobre un proyecto de
tancias fueron las que favorecieron o incidie-
ley, así como afirmar qué competencias y
ron activamente para que el error, el daño,
funciones le corresponden a la Comisión Per-
y el mal, tomaran posesión de los actores o
manente y a la Subcomisión de Acusacio-
protagonistas de su ocurrencia. Esas leccio-
nes Constitucionales durante el llamado inte-
nes deben documentarse de manera franca y
rregno parlamentario.
sin ambages de modo que quede claro qué es
En vista de que la contienda se ha basado lo que urge que no vuelva a darse en el Con-
en un creciente proceso de confrontación, greso del Perú.
y que la belicosidad entre los adversarios
A continuación presento mis apuntes sobre
suele ir acompañada de excesos, la mayoría
algunos de los asuntos que mayor atención
de los cuales no se procesa, elabora ni reco-
han merecido en la opinión pública, con el
noce, porque se camufla o mimetiza, debajo
propósito de precisar los alcances en los que
de la racionalidad de los argumentos con los
hay que reparar para aprender las leccio-
que se justifican los actos de hostilidad, no
nes que del tratamiento del caso se despren-
parece una medida desatinada preparar el
den. Los puntos que intento cubrir son los
espíritu para asumir los alcances que resul-
siguientes:
ten de la decisión que en el futuro próximo
y cercano tome el Tribunal Constitucional al (1) La irrepresentabilidad, el sistema electo-
definir la cuestión de fondo sobre la acción ral y las encuestas de opinión
competencial.
(2) La cifra repartidora
Después de todo, los siete magistrados ocu-
(3) El régimen de cohabitación política entre
pan el puesto que les corresponde gracias a
mayorías opuestas
la confianza que les dispensa el Congreso, y
a través del Congreso, indirectamente, de la (4) La propiedad y la corrección del uso del
voluntad popular, y por esta razón su impar- poder por las mayorías
cialidad se debe, en principio y en último tér-
(5) El debate sobre los dictámenes que reco-
mino, a los principios y valores que sustentan
miendan la no aprobación de proyectos
el carácter democrático y representativo de
nuestro régimen político. (6) La abreviación excepcional de los proce-
sos deliberativos
Porque la acción política no debe estar
reñida con la ética ni con la justicia corres- (7) La firmeza en la aplicación de la Cons-
ponde, es apropiado y necesario, para bien y titución e imposición del principio de
salud del carácter representativo de nuestra autoridad

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(8) La improcedencia de la votan por ellos, es que los


cuestión de confianza representantes no pueden
sobre procesos reser- Cuando se invoca el ‘cla- ser quienes creemos que
vados al Congreso mor’ popular como susten- son. Ni somos represen-
(9) L a d i s c r e c i o n a l i - to para escuchar el reclamo tables, ni ellos son, real-
dad del presidente e de la disolución del Congre- mente, en efecto, nues-
impacto de los recur- so, la apelación a favor de la tros representantes. Y si la
sos impugnatorios representabilidad es inu-
decisión de disolver está diri- bicable mal puede exigirse
(10) Las competencias gida no precisamente al por- nada de quien nunca pudo
de la Comisión Per- centaje de la población que representarnos, y ello no
manente durante la
disolución le dio la mayoría en el Con- obstante el nombre que les
greso a Fuerza Popular. asignamos como resultado
En el desarrollo de los del más perfecto cumpli-
tópicos señalados el aná- miento de los procesos de
lisis se sustentará en la comprensión y desa- elección de quien creemos que serán nuestros
rrollo de los principios que se deducen de representantes.
la naturaleza de nuestros regímenes político
Repasemos. La representación solo se da, y
y democrático en el modelo de democracia
es posible realmente, cuando el representado
representativa que recoge nuestra Consti-
tución. El eje central del modelo, en conse- conoce y confía efectivamente a quienes pre-
cuencia, es la proscripción de toda forma de tende elegir para que actúen por su cuenta,
concentración de poder y la afirmación del interés o en su nombre. Los electores no
rol de la asamblea representativa como espa- conocen a quien creen que los representará,
cio reservado para garantizar mínimos esen- ni tienen la capacidad de confiar en quien
ciales de control del poder por quienes no son no conocen. Tienen acceso a la hoja de vida,
afectados por la disolución que dispone el es cierto, pero ¿desde cuándo el resumen, el
Poder Ejecutivo. curriculum vitae, o la hoja de vida de una
persona te permite conocer a una persona,
I. LA IRREPRESENTABILIDAD, EL SIS- más allá de la trayectoria laboral o profesio-
TEMA ELECTORAL Y LAS ENCUES- nal que haya tenido, de las obras que haya
TAS DE OPINIÓN hecho, o de los logros que diga haber conse-
Mientras no lleguemos a asimilar ni a con- guido en su vida?
vencernos de que la representación política Por la imposibilidad física y material de que
se basa en una ficción, y que se trata de una
la representación política ocupe un espacio
convención de naturaleza básica, eminente y
en la dimensión de lo real, solo nos queda
exclusivamente simbólica, seguiremos adop-
recurrir a la suposición, acuerdo, o conven-
tando posiciones y asumiendo opiniones de
ción, de que, no obstante la irrealidad de la
la manera más incongruente, banal y falta de
representación política, haremos de cuenta,
sustento empírico y racional.
y nos imaginaremos, que esa representación
La representación política es anatópica. No imposible existirá simbólicamente. La dota-
tiene lugar físico ni tiempo material en el que remos de un estatus ficticio cuya existencia
sea posible. No cabe que ocurra. Es una ilu- prevalecerá solo porque creeremos que ella
sión. Una ficción. No es que los representan- existe, y que se da, a pesar de que, política-
tes no satisfagan las expectativas de quienes mente, esa es una realidad imposible.

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Esa representación supuesta e imaginada ¿Por qué no nos asombra que, si según el
tiene una misión inatendible e insatisfaci- informe de opinión del IEP, publicado el 27
ble. Nunca podrá reemplazar la expectativa de octubre de 2019, se muestre que el 10 %
popular inalcanzable, ni llenar el vacío polí- de los encuestados esté en contra de la diso-
ticamente incolmable de la representación lución del Congreso, que un 3 % se ubique
irrealizable. La representación política es en la categoría “no sabe, no opina”, y que,
una ilusión, incierta, insegura, intangible, menos aún, el porcentaje en contra de la diso-
inubicable. No existe en la dimensión mate- lución llegue al 16 % entre quienes votaron
rial de lo realizable. por Fuerza Popular en las elecciones de abril
del 2016?
Esa evidencia, esa constatación, pasa des-
apercibida por el mismo pueblo a quien se En vista de los resultados del proceso electo-
lo urge para que participe en los procesos ral de 2016 debiera deducirse y esperarse, sin
políticos, y para que no deje que las deci- mayor sorpresa que, si el 15 % de la pobla-
siones que lo afecten se produzcan sin su ción votó a favor de Fuerza Popular el año
concurso. En esa circunstancia el colapso se 2016, un porcentaje similar también estu-
agrava porque, luego de sumirlo en la creen- viera en contra de la estrategia de disolución
cia colectiva de que la representación es real del Poder Ejecutivo. Los datos demoscópi-
y realizable, al poco tiempo que culmina la cos del IEP calzan, esencialmente, con rela-
proclamación de los representantes el des- tiva comodidad, con las preferencias electo-
encanto se inicia, se propaga, crece y explo- rales de abril de 2016, asimilando con alguna
siona, pulverizando las expectativas que la licencia las consecuencias del desgaste natu-
creencia colectiva sembró en la ingenuidad ral que merma la adhesión de quienes vota-
de su consciencia y en la precariedad de sus ron por Fuerza Popular sin tener la condición
escasas convicciones políticas. Ese es el más de militantes duros y convictos.
fértil de los terrenos para el cinismo y para
Cuando el sistema electoral habilita a un par-
el descreimiento. La miseria y el vacío de
tido para contar con el 56 % de los escaños
nuestra irrepresentabilidad se asienta y toma
sobre la base del 15 % del total de habitan-
posesión del espíritu del individuo, desam-
tes, o el 20 % de los electores, la evidencia
parado y desprovisto del bien inalcanzable
nos muestra la frágil precariedad de nuestra
y prometido.
democracia representativa.
La experiencia traumática que hemos pade-
Observando el mayor de los rigores mate-
cido durante el periodo 2016-2019 es una
máticos en el proceso electoral, y sin sesgo
muestra verificable de la incomprensión del
ni manipulación fraudulenta alguna, un par-
fenómeno. Luego del uso de las diversas fór-
tido puede alcanzar mayorías de escaños
mulas y reglas del sistema electoral el resul-
parlamentarios altamente significativas, no
tado fue que cinco partidos políticos tuvie-
obstante basarse en porcentajes comparati-
ron acceso a representación en el Congreso,
vamente tan reducidos. Este es un caso en el
con el grupo parlamentario de Fuerza Popu-
que la matemática nos exhibe la paradoja de
lar como el que mayor cantidad de escaños
que el 15 % es igual al 56 %.
logró. Fuerza Popular obtuvo alrededor de
4 millones 430 mil votos. Este número de Quien cae en cuenta de que el 56 % de esca-
votos representa el 15 % del total de habi- ños solo tiene una base demográfica, social y
tantes (31 millones), y poco menos del 20 % política de entre el 15 % o el 20 %, ¿no sabe
del total de electores (23 millones). que cuenta con una fuente importante de

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deslegitimación en ese mismo 80 % y 85 % la representación, así como la falta de sus-


que no votó por el grupo político que, según tento efectivamente representativo del pro-
el estricto cumplimiento de las reglas electo- ceso electoral.
rales, ganó el 56 % de escaños?
Si la representación es irreal, el valor del acto
No merece la más elemental de las dudas electoral tiene sentido y significa algo ese
que la oportunidad de deshacerse del preca- algo tiene únicamente valor convencional.
rio, ficticio, irreal y leve poder de la mayo- Vale en tanto todos creamos que vale. Así
ría parlamentaria es enorme si esa misma de frágil y de débil es la capacidad de la
mayoría asume un rol especialmente crítico matemática electoral. No puede transformar,
respecto de la mayoría adversa y contraria generar ni construir lo que no puede ocurrir.
en el Poder Ejecutivo. Cuando el adversa- Su capacidad se reduce a la posibilidad de
rio conoce o cobra consciencia del más débil identificar quiénes operarán y actuarán de-
de los flancos del simulacro del poder repre- sempeñando el rol de representantes, no obs-
sentativo tiene en sí el arma con la que podrá tante no poder realmente serlo.
derribar la nebulosa e inaprehensible espuma Quien represente lo hará con su desempeño
de la irrealidad representativa de un Con- personal, a partir de su dedicación y del uso
greso adverso. Y a eso se le llama la tenta- de su pasión, convicciones y competencias,
ción de la demolición mediática y sistémica pero no porque las matemáticas tengan la
del contrincante, tomando como cimiento las propiedad mágica de cambiar la sustancia de
propias y débiles bases de nuestro régimen nuestra irrepresentabilidad. Si alguna repre-
democrático y representativo. sentación cabe conseguir esa representación
Cuando se invoca el “clamor” popular como ocurre y tiene lugar no gracias sino a pesar
sustento para escuchar el reclamo de la diso- tanto de las fórmulas matemáticas y del sis-
lución del Congreso, la apelación a favor de tema electoral, como de la imposibilidad de
la decisión de disolver está dirigida no pre- transformar el vacío representativo en repre-
cisamente al porcentaje de la población que sentación material y verificable.
le dio la mayoría en el Congreso a Fuerza Es a partir del carácter contingente de este
Popular. Obviamente. La ecuación que equi- fenómeno que las encuestas de opinión solo
vale 15 a 56 se diluye con su contraria: el pueden mostrar la dimensión más superficial
apoyo de la minoría parlamentaria para y leve de la capacidad de percibir la gaseosa
potenciar la irrepresentabilidad del 85 % que volatilidad de nuestras posibilidades políti-
no votó por Fuerza Popular. Precisamente camente representativas. Lo que las encues-
por las razones contrarias a la desigualdad de tas miden y muestran es lo menos tangible de
la ecuación. Se apela al conjunto de electo- la supuesta capacidad representativa de nues-
res o pobladores que no alcanzaron presencia tro sistema.
política mayoritaria en el Congreso con sus
Si los representantes políticos solo repre-
opciones electorales.
sentan, como consecuencia del azar, cuando
Las referencias de los párrafos anteriores su desempeño coincide con lo que el repre-
no pretenden elogiar, halagar ni encomiar sentado aprecia positivamente de los actos,
los logros electorales de Fuerza Popular. conducta, o manifestaciones que realiza o
El propósito es otro. La finalidad es exhi- expresa el representante, cualquier percep-
bir tanto la fragilidad del carácter imagina- ción, opinión, juicio o apreciación, por más
rio o, en el mejor de los casos, simbólico, de ilustre que sea quien sobre la corrección de la

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representación se exprese, recto ejercicio del poder


no podrá ser más que una es un acto de desempeño
percepción, opinión, jui- Si el ciudadano ignora la de- honesto con la mayor exi-
cio o apreciación gaseo- bilidad de nuestro régimen gencia posible respecto de
sos, elusivos y volátiles político, sus propias incom- las competencias de que
si, previamente, no reco- se dispone.
nocen que el desempeño
petencias, ignorancia e insu-
ficiente capacidad crítica se Ante las contingencias
acertado es consecuencia
inocultables sobre las que
de la suerte, del acaso, de convierten en cómplice de la
se construye la aspiración
la providencia, del albur, destrucción de nuestra con- que proyecta en nuestra
del destino o de la fortuna. vivencia. Y si el gobernante imaginación la democra-
No de expectativas razo-
nables basadas o sustenta-
es el responsable de la ma- cia representativa, el com-
nipulación de una ciudada- portamiento republicano
das, ni en la realidad, ni en
recomienda y exige el
la capacidad del sistema nía insuficientemente cons- comportamiento leal del
electoral de producir lo ciente o comprometida con adversario. Pero cuando el
que la realidad no es capaz el régimen, el daño que tác- adversario en que se cons-
de proveer ni de transfor-
mar en el objeto del deseo ticas populistas ocasionan en tituye el Poder Ejecutivo,
la comunidad es demoníaco no es leal, y se vale de la
políticamente compartido.
fragilidad encima de la
Las deficiencias en la lec-
y siniestro. cual se monta un sistema
tura de este fenómeno representativo simulada y
insuficiente e inadecuadamente compren- artificialmente montado, con la ayuda por
dido serán insubsanables, y se agrava- cierto de las más rigurosas de las fórmulas
rán, porque la reproducción del error tiene matemáticas, para deshonrar y para descono-
proporciones exponencial y geométrica- cer e invalidar la acción que emprende desde
mente más rápidas y abundantes, en com- el Poder Legislativo el contrincante, el resul-
paración con la lentitud con la que se dis- tado ominoso de esa ecuación no puede ser
cierne la identidad de nuestra imposible otro que, además del letal torpedeo de quien
representabilidad. ganó la mayoría parlamentaria, el minado del
carácter representativo de nuestra democra-
En suma, son dos los errores. Uno, es creer cia, y con él el desfondamiento de las más
que somos real y ontológicamente represen- elementales convenciones de un régimen
tables cuando esa opción es imposible y ana- republicano.
tópica; y dos, es darles tanto crédito a las
encuestas que nos alejamos aún más de la Como se ve, la lección que se desprende de
capacidad de conocer la diferencia entre lo esta realidad insuficientemente compren-
que es y lo que es imposible que sea. dida es que, si el ciudadano ignora la debili-
dad de nuestro régimen político, sus propias
Esta afirmación tiene el propósito de llamar incompetencias, ignorancia e insuficiente
la atención, de manera especial, a quienes capacidad crítica se convierten en cómplice
gobiernan y representan para la cazuela, para de la destrucción de nuestra convivencia.
la tribuna, para la calle o para las encuestas, Y si el gobernante es el responsable de la
obviando la responsabilidad principal que manipulación de una ciudadanía insuficien-
tienen, antes, con su propia conciencia. El temente consciente o comprometida con el

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régimen, el daño que tác- En el descontento, des-


ticas populistas ocasio- confianza y resquemor
nan en la comunidad es Lo que se le reprocha a la reciente contra el método
demoníaco y siniestro. cifra repartidora en la mo- d´Hondt ha podido adver-
dalidad d´Hondt es que de- tirse, sintomáticamente,
De ahí la necesidad de asu-
un estilo de críticas que
mir conscientemente una bido a su uso se haya caí- ha confundido la herra-
actitud de alerta cuando, do en cuenta que lograra mienta con el enemigo.
especialmente desde las
transformar el total del 36 %
más altas esferas del poder Lo que se le reprocha a
se pervierten las bases de los votos válidos en las la cifra repartidora en
que habilitan mínimos de elecciones de 2016 en 56 % la modalidad d´Hondt
representación democrá- de escaños a favor de Fuer- es que debido a su uso
tica, a sabiendas, y no obs- za Popular. Por lo tanto, se se haya caído en cuenta
tante, la elementalidad de que lograra transformar
un sistema que nunca será
critica el medio como de él el total del 36 % de los
suficiente para reemplazar dependiera el éxito político votos válidos en las elec-
el vacío de nuestra irre- del partido que nos disgus- ciones de 2016 en 56 %
presentabilidad con otra ta. Este es un error que debe de escaños a favor de
opción que no sea la que proscribirse. Fuerza Popular. Por lo
nos ofrece el compromiso tanto, se critica el medio
con el respeto de los resul- como de él dependiera el
tados que las reglas electorales pueden ofre- éxito político del partido que nos disgusta.
cernos, o la gestión competente de quienes Este es un error que debe proscribirse.
asuman la tarea heroica de superar la bre-
Ante consecuencias como las que es capaz de
cha entre lo realmente imposible y lo huma-
generar el método d´Hondt existen dos opcio-
namente factible. Por lo menos hasta que
nes: o se las acepta hidalgamente sea quien
encontremos mejores métodos, alternativas quiera que se beneficie con él, o se lo reem-
y opciones de corregir las hasta ahora insal- plaza por otro método de representación de
vables brechas según las cuales las matemá- las minorías, con el cual, en vez de optimizar
ticas nos enseñan que 15 o 20 puede ser igual la gobernabilidad con el mejoramiento de la
a 56. presencia del grupo con mayor votación rela-
tiva, el objetivo y efecto consista en el mejo-
II. LA CIFRA REPARTIDORA
ramiento de los grupos o partidos con menor
No está mal que la cifra repartidora aumente votación. Esta última opción, naturalmente,
a un partido un número proporcional- disminuirá las posibilidades de optimizar la
mente más alto de escaños que el porcen- gobernabilidad, pero mejorará y favorecerá
taje de votos recibido en las elecciones. El la calidad plural y diversidad en los procesos
método d´Hondt tiene por finalidad optimi- de toma de decisión representativa.
zar la gobernabilidad a cargo de las asam-
Nuevamente, el mal no está en la fórmula
bleas representativas.
matemática, aunque la fórmula no es indife-
El mismo método optimiza a cualquier par- rente a los resultados que se pueden conse-
tido o colectividad política independien- guir. El mal se encuentra en el modo como
temente del color o ideología que tenga. la agencia opera la estructura organizacional

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del Estado con las mayorías que recibe del lo está, ni que el pueblo opte por generar un
electorado. Las fórmulas son un elemento Parlamento altamente fragmentado, dividido
accidental en el funcionamiento del sistema y atomizado o, contrariamente, que le con-
político y su gravitación afecta las posibilida- ceda una mayoría significativa al Gobierno
des del desempeño, pero el factor crítico más en el Parlamento. La valla electoral es el
importante no son tanto las fórmulas sino el dique que habilita que quienes la pasen repre-
perfil y el estilo de los operadores a cargo de senten la pluralidad de alternativas seleccio-
la agencia. nadas por el pueblo.
Esta referencia pretende persuadir, a quie- En un régimen que se construye, y consti-
nes ven en el método d´Hondt al gran res- tuye, sobre la premisa del principio de sepa-
ponsable por convertir el 36 por ciento de los ración de poderes, el pueblo cuenta con esa
votos válidos en 56 por ciento de escaños, alternativa a su disposición y si, por su propia
que la fórmula no es la que está mal cuando voluntad, prefiere dividir las mayorías entre
su uso lleva al poder a quien es objeto de Gobierno y Congreso, esa voluntad debe
nuestra discordia o enemistad, porque será el tomarse como expresión de la preferencia y
mismo método el que permitirá que si la pre- de la voluntad del pueblo. Lo que el pueblo
ferencia colectiva nos resulta favorable será elige, en este supuesto, es potenciar y maxi-
gracias a d´Hondt que la opción política de mizar la capacidad de control del Parlamento
nuestra preferencia tendrá la mayoría repre- sobre el Gobierno y, simétricamente, dismi-
sentativa que hoy le negamos al adversario. nuir y reducir, al mínimo posible, las posibi-
El mismo método no puede ser bueno cuando lidades de legitimación del Gobierno ante el
me beneficia políticamente, ni indiferente Congreso.
cuando ni me beneficia ni me perjudica, pero
De modo análogo y, simétricamente, si lo
sí puede ser malo cuando quien gana es con
que el pueblo decide es negar mayorías cla-
quien discrepo y a quien no puedo perdonarle
ras en el Parlamento, sea afines o contra-
que haya conseguido derrotarme.
rias al Gobierno, su decisión es la que debe
Sea cual fuera el partido que hubiese estado respetarse, y a los operadores de las funcio-
en esa misma situación, el método d´Hondt nes estatales solo les corresponde usar los
pretende favorecer, dentro del marco de la puestos que se les encomienda que ocupen
representación de las minorías, un sesgo de manera que prevalezcan los principios
que no inclina tanto la representación de las y los ideales políticos que nuestra Consti-
minorías que impida u obstaculice el nece- tución reconoce. Si el pueblo elige un Par-
sario margen de gobernabilidad. Definiti- lamento fragmentado, sin mayorías claras,
vamente, el método d´Hondt subraya, aun- lo que quiere y demanda es que la diversi-
que sin daño al carácter representativo de las dad de fuerzas se exija a sí misma a llegar a
minorías, la mayor capacidad que se le otorga acuerdos en sede parlamentaria; pero tam-
a una mayoría para asegurarle la capacidad bién quiere que el Gobierno encuentre estra-
de decisión desde el Estado. tegias idóneas para legitimar sus políticas y
decisiones de acuerdo a la pluralidad de dife-
III. EL RÉGIMEN DE COHABITACIÓN rentes intereses políticos presentes en el Con-
P O L Í T I C A E N T R E M AYO R Í A S greso. El resultado de la fragmentación y ato-
OPUESTAS mización es que las partes deben consensuar
No está mal que el pueblo dé mayorías opues- según temas y escenarios para arribar con-
tas al Gobierno y al Congreso, como tampoco sensuadamente a decisiones corporativas sea

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para afirmar una posición institucional como parlamentaria disminuirá el ejercicio de la


para avalar o rechazar posiciones en relación función de control parlamentario y aumen-
con la interacción entre el Parlamento y el tará la legitimación del Gobierno.
Gobierno.
La lección para el pueblo es que, si el resul-
De modo similar, solo corresponde aceptar tado de su voto genera mayorías opues-
y adecuar la propia conducta a la voluntad tas en Gobierno y Congreso, luego no debe
del pueblo si lo que su voto decide es que reprochárseles a los actores comportamien-
el Gobierno cuente con mayorías holgadas tos políticos propios de una correlación de
en el Congreso. Cuando el pueblo homo- fuerzas diferente a la que resultó del proceso
loga las mayorías en el Gobierno y el Parla- electoral. Y la lección para los actores de los
mento incide en una modalidad de integra- procesos políticos es evitar los excesos y el
ción estatal en la que la división de poderes énfasis funcional inherente a la correlación
adquiere los perfiles más tenues e indiscerni- que decide el electorado.
bles. Este supuesto es el que pone en mayor El periodo 2016-2019 deja ver que los ope-
riesgo la vigencia del principio de interdic- radores de los puestos parlamentarios y del
ción de la concentración del poder. Es una Gobierno mostraron niveles de radicaliza-
opción perfectamente legítima, sin embargo, ción a partir de una visión unidimensional
que contradice el extremo maximalista de y autosuficiente del funcionamiento de cada
la modalidad presidencial de nuestro régi- uno de los órganos estatales, el Gobierno y
men político. El pueblo subraya, fortalece, el Congreso. Faltó empatía, faltaron nive-
resalta y enfatiza en la dimensión de la legi- les más altos de deferencia, y sobró altivez,
timidad del Gobierno y, simétrica y recípro- autosuficiencia si no, además, soberbia e
camente, minimiza la dimensión del con- indiferencia. En buena cuenta, se careció de
trol político. La complacencia parlamentaria nobleza y de honor en la contienda política,
pone en mayor riesgo las potencialidades o y esas deficiencias más temprano que tarde
posibilidades autocráticas del arreglo por el tienen un alto costo porque antes que gene-
que opta la voluntad popular. rar ganancias traen consecuencias contrarias
Ante una decisión de mayor división entre a las buscadas.
ambos órganos estatales solo queda aceptar De lo que se trata es de aprender que la posi-
esa decisión, sin asumir que esa debe ser una ción de mayor poder relativo no autoriza ni
opción de la que debe privársele al pueblo. permite la maximización autonómica de las
Lo que corresponde a quienes ocupen pues- posiciones que deben ocuparse y desempe-
tos en el sistema es reconocer que el pueblo ñarse. Si el error fue la soberbia de una auto-
les exige un estilo de comportamiento polí- nomía mal entendida el remedio y lo que no
tico deducible y afín a formas de cohabita- debe repetirse es que los procesos políticos
ción política en medio de la oposición de los deben desarrollarse con nobleza, con altura y
contrarios. con voluntad cooperativa.
La consecuencia perfectamente espera- Con esta reflexión se aspira a reconvenir a
ble debe ser que, a medida que el Gobierno quienes ganan, que se esfuercen por usar
tenga menor presencia afín en el Congreso, cooperativa y colaborativamente el poder,
aumenta la intensidad de la función de con- sin dejarse llevar por la negativa inclinación
trol del Congreso; inversamente, a medida a maximizar posiciones que, cuando se las
que el Gobierno cuente con menos presencia ejerce con abuso, no hacen más que revertir

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como boomerang contra mala entraña castiga. La


quien dispendia con arro- ceguera humilla.
gancia y altanería atribu- Definitivamente, el método
No escapa a la observa-
tos que nunca perduran. d´Hondt subraya, aunque sin ción pública que, no obs-
IV. LA PROPIEDAD Y daño al carácter representa- tante los votos de inves-
LA CORRECCIÓN tivo de las minorías, la mayor tidura y la generosidad
DEL USO DEL PO- capacidad que se le otorga a con que se otorgaron las
DER POR LAS MA- delegaciones de faculta-
YORÍAS una mayoría para asegurarle
des legislativas, a Fuerza
No está mal que quien la capacidad de decisión des- Popular le sustrajo cre-
tiene mayor capacidad de de el Estado. dibilidad la censura al
decisión la use según la ministro Saavedra pri-
fuerza que la mayoría le mero, la negación de con-
permite. A quien el pueblo favorece con su fianza al ministro Thorne, y el rechazo a la
voto no debe temer actuar de conformidad cuestión de confianza al gabinete Zavala.
con la voluntad que la mayoría le concede y Cosa similar que no puede dejar de mencio-
otorga. narse es la licencia con la que se manejaron
los procesos tanto de acusaciones constitu-
Lo que está mal es que el uso de la fuerza se
cionales (los miembros del Consejo Nacional
direccione según ánimo, pretensión o inten-
de la Magistratura, o el vocal Hinostroza),
ción hostil contra el adversario. Lo que está
de levantamiento de inmunidad parlamenta-
mal es la anteposición de ánimo hostil, vin-
ria (sobre todo los casos Ríos Ocsa y Dona-
dicativo, punitivo o retaliativo. Lo que está
yre Gotzch), o los de la comisión de ética par-
mal es la codicia del poder y de lamentarse,
lamentaria, en los que se actuó con niveles
dolidos, de no haber tenido más que lo que
imperdonables de laxitud moral. Los erro-
el pueblo te quiere ceder. Némesis no debe
res de apreciación axiológica pasan la cuenta
tener altar alguno en el culto de la organiza-
y el saberlo debiera ser óptimamente apro-
ción representativa del Estado.
vechado por quienes sucedan al Congreso
Por eso es que está peor aún disimular, no sin disuelto en un escenario similar.
cierta dosis de autosuficiencia o de cinismo,
Como en el caso anterior, la experiencia
que se procede en estricto cumplimiento o
demuestra que la soberbia y la autosuficien-
ejercicio de facultades legales, negando u
cia son el germen tanático de la propia auto-
ocultando la animosidad de la intención hos-
destrucción. No parece haber lugar a mucha
til, vindicativa, punitiva o retaliativa. El daño
duda que avalar a quienes miden mal o miden
es tanto más grande si la confrontación de
poco las consecuencias de la permisividad
esa animosidad es consecuencia de no haber
política que defrauda a quienes esperan que
sabido reconocer una derrota que el pueblo
el desempeño de las mayorías parlamentarias
ha decretado con su voto.
se desenvuelva sin favorecer a quienes nos
La lección que hay que aprender es que la son afines. Menos aún se justifica si de por
soberbia, la codicia y el cinismo no suman, medio se contemplan aspectos que ponen en
sino que restan, y que tarde o temprano la duda la honestidad, la decencia y la morali-
mala disposición moral te pasa una cuenta dad pública de quienes pueden resultar favo-
exponencialmente más alta que la que recidos con el apoyo de la representación
debías pagar bajo condiciones normales. La nacional.

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V. EL DEBATE SOBRE LOS DICTÁME- El supuesto y nunca impugnado archiva-


NES QUE RECOMIENDAN LA NO miento del proyecto por la Comisión de
APROBACIÓN DE PROYECTOS Constitución fue un error que no debe repe-
No está mal que se decrete el archivamiento tirse. El legado que deja el Congreso disuelto
de un proyecto reglamentariamente improce- es que debe aprenderse de ese exceso y, por
dente. El Reglamento del Congreso prevé que lo tanto, no ignorar el ejercicio pleno de la
las comisiones ordinarias pueden decretar el facultad deliberativa del Pleno, y ello no obs-
archivamiento de un proyecto de ley. Esa no tante el ilustrado criterio que sobre cualquier
es la situación de los casos en los que no cabe materia pueda tener una comisión ordinaria
atender el encargo mediante un decreto, sino cualquiera.
a través de un dictamen.
Lo más extraño alrededor de este caso
Las comisiones ordinarias no tienen potes- es que no se haya cuestionado con mayor
tad para archivar los proyectos de ley sino, fuerza el impropio tratamiento del proceso.
excepcionalmente, cuando debe declararse Ese dictamen debió ser remitido al Consejo
improcedente un determinado proyecto de Directivo y este debió agendar esa mate-
ley. Si el proyecto sí es procedente el análi- ria en el orden del día del Pleno. La gran
sis sobre el fondo del asunto debe ser mate- incógnita es cómo así no hubo mayor pre-
ria de dictamen. sión para que la Comisión de Constitución
Por lo tanto, lo que está mal es que no no retenga el proyecto cuya no aprobación
se agende y se archive un proyecto tras- y archivamiento fue objeto de recomenda-
cendente sobre el que hay opiniones divi- ción. Lo que la comisión no hizo fue apro-
didas en relación con los alcances de su bar un decreto de archivamiento. Lo que la
inconstitucionalidad. Ese fue el caso del dic- comisión aprobó fue un dictamen con el que
tamen sobre el proyecto de adelanto de las se recomendaba al Pleno la no aprobación y
elecciones generales que presentó el poder el archivamiento del proyecto de adelanto
ejecutivo el día 31 de julio del año en curso. de las elecciones generales. Se advierte,
El proyecto no fue archivado mediante un en consecuencia, el mal manejo no solo de
decreto, sino que fue dictaminado, y en el la mayoría parlamentaria sino también las
dictamen se recomendaba la no aprobación incompetencias, la renuencia, y la pasividad
y el archivamiento del proyecto. El dicta- de la oposición, que quedó pasmada y sin
men consistía en un documento de más de 60 capacidad de reacción. Demasiada tibieza
páginas en las que se sustentaba que el pro- en lo que se dejó que la mayoría de Fuerza
yecto carecía de constitucionalidad. Popular quiso hacer.
Si el proyecto ha sido objeto de análisis el El caso del archivamiento del proyecto de
dictamen debe ser objeto de debate en el adelanto de elecciones generales puede con-
Pleno, porque la naturaleza de los dictámenes sistir, como se ve, en un síntoma del exceso
no es resolutiva sino consultiva. Las comi- con el que la mayoría puede dispendiar opor-
siones no tienen competencia para aprobar ni tunidades de entendimiento sin violencia. El
para rechazar las leyes. Solo pueden opinar e zopenco es tardo en entendederas. Llega a
ilustrar el criterio del Congreso para que este entender pero el proceso es lento, largo y algo
resuelva según el criterio de la mayoría sobre tortuoso. Pero el que se resiste al aprendizaje,
la materia. más que zopenco es necio.

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VI. LA ABREVIACIÓN EXCEPCIONAL En sentido estricto el valor de la deliberación


DE LOS PROCESOS DELIBERATI- puede medirse a través de la capacidad de
VOS escucha de los actores de un proceso de inter-
No está mal que se abrevien etapas en la eva- locución. Cuando la capacidad de escucha es
luación de políticas o de actos legislativos. efectiva y verificable el diálogo trae frutos en
Uno de los reproches más grandes que se ha la agregación de valor de la decisión a la que
endilgado cíclicamente al Congreso ha sido se arriba. Sin embargo, la deliberación tiene
la obsesiva celeridad y el recalentamiento de también un sentido más amplio cuando, no
las operaciones y procesos parlamentarios. obstante, la escasez de la habilidad o de la
capacidad interlocutoria de los actores en los
Lo que está mal es que, abusando de los
procesos parlamentarios, los espacios des-
procesos de abreviación, lo excepcional o
tinados al debate, discusión, deliberación o
extraordinario elimine la deliberación y eva-
de diálogo se usan para cumplir una dimen-
luación mínimos sobre las políticas o los
sión menos nutritiva o enriquecedora de la
alcances de los actos legislativos. Una de
función deliberativa pero que, no obstante,
las funciones más importantes del Congreso
sí tiene una utilidad política y socialmente
es la deliberación sobre las medidas que le
mensurable y apreciable. Esa utilidad es la
corresponda emitir para asegurar el bienestar
que consiste en que quede constancia pública
y prosperidad de la comunidad. El retaceo,
de las razones y argumentos en que se basan
la restricción o la eliminación de la delibera-
o que utilizan los actores de los procesos par-
ción impide la construcción de consensos y la
lamentarios para votar en el sentido en que
integración de la pluralidad en las propuestas
de decisión corporativa. expresen sus preferencias ante las consultas
agendadas en el órgano representativo del
En la experiencia reciente que se inicia en Estado.
este periodo, el año 2016, ha ido en ascenso
progresivo la cantidad de exoneraciones y del Privar y prescindir de espacios argumenta-
abuso de la modalidad abreviada de los pro- tivos, en consecuencia, significa y supone
cesos legislativos. Este exceso va de la mano un descuido y desprecio crítico de la acumu-
con la falta de visión y de enfoque prospec- lación de valor para el mejoramiento de la
tivo en la actividad representativa. La gran capacidad crítica y reflexiva del ciudadano
mayoría de las iniciativas que se debaten en y, por ello mismo, genera también una pér-
la modalidad abreviada del proceso legisla- dida lamentable de oportunidades para usar
tivo va de la mano con el mercado de una el Congreso como un espacio de gestión del
oferta de normas carentes del debido análi- conocimiento político de la comunidad.
sis ni de vínculo con objetivos estatales de VII. LA FIRMEZA EN LA APLICACIÓN
largo plazo. DE LA CONSTITUCIÓN E IMPOSI-
Es tiempo que retorne el orden. La deli- CIÓN DEL PRINCIPIO DE AUTORI-
DAD
beración no es ajena a la asamblea. Todo
lo contrario. Lo que define y caracteriza a No está mal que se actúe con cortesía frente
las asambleas es su capacidad de funcionar al adversario. La cortesía es una de las reglas
como espacios de construcción de consen- elementales de trato en la construcción de
sos a través del debate, y de la inclusión deli- consensos. La negociación se alcanza con
berativa. Sin capacidad de escucha no hay sentidos positivos cuando media el res-
acuerdo corporativo que sea capaz de soste- peto, el reconocimiento y la dignidad del
nerse en el tiempo. adversario.

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Lo que est á mal, si n salón de sesiones solo pro-


embargo, es que la corte- cede previa invitación y
sía se priorice a la firmeza Si el pueblo prefiere dividir coordinación para ingre-
cuando el adversario se las mayorías entre Gobier- sar. El ingreso inconsulto
excede en atribuciones no y Congreso, esa voluntad debe ser rechazado, pros-
que no le corresponden. crito y sancionado. La
No cabe la cortesía ante
debe tomarse como expre- voluntad de concurrir de
el abuso, porque lo que se sión de su preferencia y li- un ministro, del rango o
cede en cortesía se pierde bre voluntad. Lo que el pue- despacho que fuera, debe
con creces en el respeto blo elige, en este supuesto, ser previamente concor-
y en la afirmación de los es potenciar y maximizar la dado entre ambos poderes
principios que dirigen los del Estado.
procesos públicos.
capacidad de control del Par-
lamento sobre el Gobierno Quien es ungido como pre-
Cuando el presidente del sidente no puede abdicar
Congreso cede ante la pre-
y, simétricamente, disminuir ni renunciar a la obliga-
sión del presidente del y reducir, al mínimo posible, ción de imponer el orden.
consejo de ministros, des- las posibilidades de legiti- Y quien debiendo hacerlo
conoce que el artículo 129 mación del Gobierno ante no lo hace defrauda y
de la Constitución no le el Congreso. causa la subversión de la
confería derecho alguno al misma asamblea y régi-
señor Del Solar para ingre- men del que es parte la
sar sin coordinación alguna asamblea representativa.
en el recinto parlamentario. Al admitir como
válida la presencia del jefe del gabinete descuida VIII. LA IMPROCEDENCIA DE LA CUES-
TIÓN DE CONFIANZA SOBRE PRO-
su obligación como garante del fuero parla- CESOS RESERVADOS AL CON-
mentario y se convierte en su detractor, porque GRESO
la corrección del abuso debió generar cuando
El Gobierno planteó una cuestión de con-
menos la interrupción de la sesión hasta que el
fianza sobre dos materias. Una, es la inte-
jefe del gabinete desocupe el salón de sesiones.
rrupción del proceso de designación de los
La lección consiste en que en lo sucesivo magistrados de Tribunal Constitucional2. Y
debe enfatizarse aún más que el acceso al la segunda sobre la aprobación del proyecto

2 El jefe del gabinete pidió confianza sobre dos extremos. El primero es la interrupción de un proceso de designa-
ción en curso. El segundo es la aprobación del proyecto de modificación del artículo 8 de la Ley Orgánica del Tri-
bunal Constitucional.
El ministro Del Solar pide que se le otorgue confianza sobre ambos extremos. La interrupción del proceso y la
aprobación del proyecto. Ambos son parte de un mismo pedido. Es un pedido sobre un objeto indivisible. Tiene
carácter no disyuntivo sino copulativo. O los dos o nada.
El modo en que se plantea la confianza exige un acto de discernimiento. Antes de precipitarnos sobre la materia
que pretende se le conceda, es preciso definir que la cuestión de confianza no es ilimitada.
Sí es posible pedirla sobre un acto o sobre una declaración ya realizadas o por realizar. También es posible plan-
tearla sobre una medida, una política o una propuesta legislativa concreta.

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de modificación del artículo 8 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional 3. En

No es posible plantearla como un acto de coacción respecto de una competencia reservada con carácter exclusi-
vo a la autoridad de la que depende otorgarla o negarla. Por eso no es válido que se pida sobre una reforma cons-
titucional, según puede deducirse de lo que precisa el artículo 206 de la Constitución (no era procedente, en con-
secuencia, presentarla respecto de los proyectos de eliminación de la reelección parlamentaria, ni lo hubiera sido
que se planteara sobre la eventual calificación de rechazo de la cuestión de confianza si el Congreso hubiera apro-
bado en segunda votación el proyecto de levantamiento de la inmunidad parlamentaria por la Corte Suprema u
otro órgano constitucional no parlamentario). Pero tampoco es válido pedirla sobre lo que no cabe libertad libidi-
nal en el Gobierno, precisamente porque la Constitución reserva la ratificación y la designación de algunas altas
autoridades del Estado única y exclusivamente al Congreso.
No es solamente que el Congreso sea quien puede designar a los magistrados del Tribunal Constitucional, sino que
también el Congreso es el titular del proceso conforme al cual procederá a designarlo al amparo de la ley vigente.
El gabinete sí puede presentar una cuestión de confianza para interrumpir un proceso de control político. Así lo
hizo el gabinete Zavala para evitar la censura de la ministra de educación Marilú Maertens. Y esa cuestión de
confianza es válida, porque se interpone como consecuencia de la importancia y de la necesidad que tuvo el pre-
sidente del consejo de ministros de contar con la concurrencia de esa ministra en particular para realizar la ges-
tión de las políticas del gabinete. No puede equipararse la interrupción del proceso de control que afecta la ges-
tión del gabinete, con la interrupción de un proceso de designación de altos funcionarios titulares de organismos
constitucionales autónomos cuya composición no afecta, ni compromete, en absoluto la gestión del consejo de mi-
nistros ni del Gobierno.
Si, en ejercicio legítimo y constitucional de esta potestad el Congreso opta por la vía de la invitación para desig-
nar a los magistrados, y además inicia el proceso, el Gobierno no tiene potestad ni arbitrio en el desarrollo de ese
proceso. El Gobierno no tiene titularidad, no es actor capaz, no tiene competencia, ni es sujeto procesalmente vá-
lido ni reconocible para interponerse y suspender ni interrumplir el proceso que sigue la agencia o instancia cons-
titucionalmente habilitada para decidir sobre esa materia.
Si es así que solo el Congreso es el órgano competente para abocarse y para resolver sobre la designación de los
magistrados del Tribunal Constitucional, debe deducirse que una cuestión de confianza con la que se pretenda
afectar la libertad del sujeto cuya atribución se afecta o pretende interferir, intervenir o interrumpir, es una cues-
tión improcedente. No es válido presentarla. No es que por ser improcedente la cuestión de confianza haya o pueda
ser considerada como rechazada o como denegada. Simple y llanamente el Gobierno no tenía la atribución cons-
titucional para plantearla ni para solicitarla. Era incompetente para pedir ese extremo.
En consecuencia, el Tribunal Constitucional habrá de tener presente que la llamada “denegación fáctica” se ha
montado, artificiosamente, sobre un imposible. No cabe argüir que la improcedencia de la cuestión previa sobre
el proceso de designación de los magistrados equivale ni significa la denegación de una confianza que no podía
solicitarse.
En suma, el Gobierno no puede pedir lo que le venga en gana al amparo de la facultad que la Constitución le reco-
noce para pedir confianza. Llevando al absurdo la pretensión de que la cuestión de confianza no tiene y no carece
de límites el Gobierno podría llevar al Congreso al extremo de pedirle, tramposamente, que le otorgue confianza
sobre candidatos que el Gobierno prefiera, o que no use el proceso de invitación sino el de concurso público. Esto
no cabe.
Si el Gobierno pide lo que es constitucional o materialmente imposible que pida, ese pedido debe rechazarse por
improcedente. Y la declaración de improcedencia no significa ni puede construirse como una denegación. El he-
cho de declarar improcedente una petición de confianza no significa una “denegación fáctica”, ni simbólica ni
presunta.
3 En el margen de discrecionalidad de que está premunido el Gobierno para presentar cuestiones de confianza exis-
ten límites para admitirlas. Uno es el relativo a los aspectos que la Constitución le reserva al Congreso con carác-
ter exclusivo y excluyente. Dos de esos casos son las reformas constitucionales, y los procesos de designación de
los altos funcionarios del Estado.
El Gobierno, sin embargo, hace cuestión de confianza sobre la aprobación del proyecto que presentó para modifi-
car el proceso de designación de los magistrados del TC. El Congreso entendió que cabe votar a favor de la con-

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este acápite las referencias se limitan y enfo- deber funcional de designar a los altos fun-
can en la primera de las materias. cionarios, en particular si esa es una com-
petencia y un proceso que es virtualmente
No está mal que los procesos de designación
irrelevante e impertinente para la gestión del
de altos funcionarios en curso continúen su
Gobierno.
normal desarrollo si la continuación de ellos
es objeto de una cuestión de confianza. Lo El extremo en que se excede el Gobierno
que está mal es que quede sin aclarar que la puede y debe ser declarado improcedente por
cuestión de confianza no puede presentarse el Parlamento, sin que quepa calificar la decla-
respecto del ejercicio de competencias cons- ratoria de improcedencia como “denegatoria
titucionalmente reservadas a quien tiene el fáctica” de la cuestión de confianza 4. A

fianza sin que ese voto lo obligue a aprobar el texto legislativo según la voluntad y sentidos que contiene el pro-
yecto presentado.
A juicio del autor, sin embargo, la disociación entre el voto y el contenido del pedido planteado por el Gobierno
representa un caso de falta de coincidencia entre la declaración y la voluntad de los dos sujetos que interactúan en
el perfeccionamiento del acto constitucional. Vale decir, se trata de un caso de disenso entre las declaraciones y
las voluntades de ambas partes en el proceso fiduciario.
Cuando el Congreso se pronuncia sobre el otorgamiento de confianza al gabinete o a uno de sus miembros, inde-
pendientemente de la materia respecto de la cual el mismo gabinete o el miembro del gabinete la solicita, ocurre
un caso de desentendimiento o de discrepancia entre las declaraciones de voluntad política de las dos partes en el
proceso fiduciario.
El acto de otorgamiento de confianza es sólo y únicamente válido si las declaraciones del Congreso y del Gobierno
se producen sobre la misma materia u objeto respecto del cual surge o emerge el pedido de confianza. Sin acuerdo
sobre la misma materia no existe pronunciamiento válido. Por lo tanto, en el supuesto que se votara la confianza
sin tener en consideración la materia sobre la que se la solicita no hay acto. El acto está afectado de nulidad. No
es válido ni existe.
Si, debido a la prescindencia de un elemento esencial del acto fiduciario este no existe como consecuencia o resul-
tado del disentimiento en el proceso de formación de voluntad de las partes en el proceso fiduciario, dicha inexis-
tencia no puede reputarse ni como concesión ni como rechazo.
No existe presunción de afirmación ni de denegatoria de voluntad cuando por la naturaleza del proceso y del acto
las partes están obligadas a expresar inconfundiblemente el sentido de su voluntad y la declaran válidamente en
ese sentido.
En buena cuenta, cuando el Congreso vota la confianza, desconociendo la materia sobre la que se la solicita el
voto de confianza, no surte efecto alguno porque se produce sobre una realidad irrelevante o intrascendente para
la constitución de la confianza entre Gobierno y Parlamento. Si la confianza se declara y se vota en ausencia de un
elemento esencial y crítico de su estructura el acto fiduciario no nace, y menos cabe argüir su perfeccionamiento.
Los actos inexistentes, al igual que los actos nulos, no tienen capacidad alguna de producir efectos jurídicos.
El disenso no importa anulabilidad, sino un caso de inexistencia o, en el mejor de los casos de nulidad virtual del
acto que carece del elemento esencial que es el consentimiento de ambas partes sobre la materia respecto de la
cual debe formarse la voluntad y también la declaración de ellas. De ahí que, en consecuencia, no quepa afirmar
válidamente que el Congreso sí le otorgó confianza al gabinete en lo que respecta al resultado de la votación so-
bre la pretensión o pedido formulado por el gabinete del Solar. Pero, por la misma razón, tampoco cabe afirmar
válidamente que el Congreso rechazó una confianza sobre la que no existe pronunciamiento alguno, siendo así
que no existe ni plazo ni presunción que fije conclusión admisible para el supuesto del silencio parlamentario.
4 La “denegatoria fáctica” a la que hace referencia el Gobierno se construye a propósito de la presunción de que el
pedido de confianza abarque, tanto la interrupción del proceso de designación de los magistrados del Tribunal
Constitucional en curso, como la aprobación del proyecto del artículo 8 de la ley orgánica del Tribunal Constitu-
cional. La declaración de denegación, por lo tanto, dejó de lado el análisis de la competencia del titular que decide
si otorga o si no otorga la confianza. Ese titular no es el Poder Ejecutivo, no es el presidente de la república, ni es
el presidente del consejo de ministros. El titular, el que concede y el que decide si concede o si rechaza es el Con-

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diferencia de lo que puede acontecer con una una cuestión de confianza al libre albedrío o
cuestión de confianza sobre un proceso de capricho del Gobierno.
control político, cuyo resultado, en efecto,
Si el Congreso no aclara los límites de la
puede incidir de manera directa en la gestión
cuestión de confianza deja en manos de ter-
del Poder Ejecutivo, la elección de los altos
ceros5 que le impongan los sentidos en que
funcionarios titulares de organismos consti-
debe entender el Congreso la operación de
tucionales autónomos no importa en modo
los procesos y de las atribuciones en los
alguno impedimento, obstáculo ni facili-
que los representantes son los protagonistas
dad alguna en el desempeño de las funcio-
y operadores por excelencia de las normas
nes específicas del Gobierno para gestionar
constitucionales6.
los sectores por los que la Constitución les
confía un mandato funcional. No cualquier Aunque resulte ingrato reconocerlo, la
actividad del Congreso puede ser objeto de impericia y la insuficiente asunción de la

greso. No quien la pide. La confianza es un acto en el que es necesaria la expresión positiva o expresa de voluntad.
Quien la solicita debe contar con una declaración de quien puede aceptar o no aceptar el pedido. El titular del con-
cesorio tiene obligación de declarar si acepta el pedido o si se rehúsa a aceptarlo. El silencio no genera la presun-
ción ni de aceptación ni de rehusamiento.
Los actos del titular sí son susceptibles de construirse como una aceptación o como un rechazo siempre que cons-
tituyan una manifestación indubitable de voluntad. Si hay duda, la incertidumbre solo vale en caso existiera una
presunción capaz de permitir la predecibilidad de la voluntad que queda inciertamente expresada o declarada.
Adicionalmente, el otorgamiento de la confianza se participa, oficialmente, mediante una comunicación del pre-
sidente del Congreso al Poder Ejecutivo, en la que se señala que, ante el pedido presentado el Congreso ha votado
y cuál es el resultado. Esa comunicación, en relación con el pedido planteado ante el Congreso nunca se produjo
en relación con el aspecto puntual de la interrupción del proceso de designación de los magistrados del Tribunal
Constitucional.
Obviando los procesos usuales y regulares e ignorando el protocolo oficial que regula las relaciones entre ambos
poderes del Estado, en un acto cuestionable por la informalidad y ligereza con que acometió el asunto el presiden-
te de la república, usurpando a este efecto la competencia que como titular del concesorio le reconoce al Congre-
so la Constitución, tomó para sí la capacidad de arrebatarle la voluntad y la atribución de decidir si otorga o si no
otorga la confianza al Gobierno, y se le ocurrió que el Congreso se la había negado. En esa circunstancia el Con-
greso quedó como un despojo o como un deshecho, que el Gobierno descartó como inútil o inservible, reducién-
dolo a la condición de órgano postizo o putativo del Estado.
5 La “denegación fáctica” se invoca a partir del rechazo de la cuestión previa presentada por la congresista Indira
Huillca, para que se suspenda el proceso de designación de los magistrados del Tribunal Constitucional. La cues-
tión previa fue el recurso del que se valieron quienes asumían, a mi juicio incorrectamente, que el Gobierno sí po-
día, no solamente actuar como intruso en el recinto parlamentario, sino además, afectar el proceso en curso de la
designación de los magistrados del Tribunal Constitucional.
El supuesto no es correcto. Es falso. Pero al ignorar ese límite el Gobierno invade real y no solo aparentemente las
competencias constitucionalmente exclusivas y reservadas al Congreso.
6 El Gobierno pidió confianza sobre un extremo improcedente y en su prisa e imprudencia construyó la fantasía o
la alucinación de una “denegación fáctica”. Pero presentó un objeto doble y copulativamente indivisible, porque
sí supo presentarla respecto de la aprobación de un proyecto de modificación del artículo 8 de la ley orgánica del
Tribunal Constitucional.
Para que el Gobierno pudiera válidamente dar por rechazada la cuestión de confianza que presentó el gabinete del
Solar el Congreso tendría que haber votado y rechazado el proyecto presentado por el Poder Ejecutivo.
Sin embargo, el acto espurío y vano que realiza el Congreso al poner al voto el pedido de confianza como disocia-
do del contenido material del pedido que la solicitaba respecto de la votación favorable al proyecto no es propia-
mente un acto concesorio de la confianza. Todo de lo que constituye esa votación es de la buena disposición del
Congreso para aprobar, en otro momento distante, el proyecto materia del pedido.

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autoridad y de la competencia que la Cons- dejan inercialmente el carácter democrático


titución le asigna al Congreso configura una de nuestro estatuto democrático a la deriva.
inconstitucionalidad por omisión en el Con-
greso. Esto es, el Congreso transgrede la ley IX. LA DISCRECIONALIDAD DEL PRE-
SIDENTE DEL CONGRESO Y EL IM-
fundamental de la república cuando, corres-
PACTO DE LOS RECURSOS IMPUG-
pondiéndole descalificar usos impropios de NATORIOS
los recursos o de las acciones constituciona-
les, se descuida y deja que los procesos trans- No está mal que se use la discrecionalidad
curran como si la impropiedad del uso de para dar por adoptada una decisión corpora-
dichos recursos o acciones fueran irrelevan- tiva. El acuerdo del 10 de junio del año 2004,
tes para la vigencia del texto constitucional. conforme al cual los pedidos de reconside-
ración pueden discrecionalmente ser trami-
Le correspondió al Congreso votar de manera tados si los acuerdos no han sido ejecuta-
expresa el rechazo del extremo de la cues- dos luego de la dispensa de aprobación del
tión de confianza indebidamente presentada. acta (y por lo tanto en ejercicio de la auto-
Pasar laxamente por alto este extremo deriva rización que recibe el presidente del Con-
en la confusión y, acto seguido, en el aprove- greso para ejecutarlos), son una válvula de
chamiento del vacío que deja el descarte, que desahogo que franquea una oportunidad adi-
luego se usó como justificación de la ahora cional antes de dar por concluido un proceso.
conocida, impropia e inconstitucionalmente,
como la “denegatoria fáctica”. Queda claro que el presidente del Congreso
tiene potestades plenas, absolutas, e indis-
La falta de convicción, convencimiento, y de cutidas para ejecutar los acuerdos cuando el
fuerza y energía moral son pésimos conseje- Pleno ha votado la dispensa de aprobación
ros. Cuando los representantes se avergüen- del acta. La autorización que recibe basta
zan del desempeño que los caracteriza pier- para que él ejecute los acuerdos adoptados.
den la autoridad con que, indebidamente, los
Lo que está mal es que el apresuramiento
honró el pueblo. La vergüenza está acompa-
imponga decisiones cuyo sentido no habría
ñada de culpa y de derrota.
variado si la discrecionalidad hubiera dado
El mensaje que deja este caso es que quien lugar al procesamiento y consulta de los
ocupa un cargo representativo debe estar medios impugnatorios presentados. Se trata
suficientemente preparado con los cono- del ejercicio de la facultad discrecional con-
cimientos, con las competencias y con la forme a la cual la tramitación de los pedi-
experiencia necesarios para afirmar aser- dos de reconsideración no tienen mayor
tivamente y con certeza los actos sobre los esperanza de alterar el resultado del acuerdo
que le corresponde tomar una decisión. El materia de impugnación. De este modo si se
representante que flota cianóticamente en tramita la reconsideración la decisión gana
la nube de su propia inoperancia es un las- en legitimidad aunque ello represente alguna
tre para el régimen, y su presencia es una dificultad adicional y barullo en el desarro-
carga parasitaria cuando sus incompetencias llo de la sesión.

Careciendo de validez la supuesta confianza en vacío otorgada por el Congreso, no puede imputarse a un acto que
no se pronuncia sobre la materia de confianza ni la aprobación ni el rechazo.
Era indispensable que se votara lo que el Gobierno la pidió con validez y competencia.

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El objetivo es generar su decisión para que el


soluciones saludables para curso de su acción lo tome
la corporación. Se necesita La lección para el pueblo es la opinión de agentes
más cabeza fría, más tem- que, si el resultado de su voto externos al propio Con-
ple y más mano firme en genera mayorías opuestas en greso, el daño no lo reci-
la dirección; sin compla- ben ellos sino que se con-
cencia ni contemplaciones
Gobierno y Congreso, luego vierten en la causa del mal
con ninguna de las ten- no debe reprochárseles a los mayor que generan en la
dencias en conflicto. Caer actores comportamientos po- comunidad política.
presa del nerviosismo y líticos propios de una corre- La Comisión Permanente
del griterío es dejar los lación de fuerzas diferente no tiene todas las atribu-
procesos al garete, gene-
rando, por añadidura, cir-
a la que resultó del proceso ciones que regularmente
electoral. Y la lección para los se le asignan en tiempo
cunstancias y ángulos que
ordinario. Salvo por el
más resultan contraprodu- actores de los procesos po- caso de la comisión de
centes contra los intereses líticos es evitar los excesos y un delito f lagrante, por
del propio régimen demo- el énfasis funcional inherente ejemplo, no puede autori-
crático en el que se debe
afirmar la propia voluntad a la correlación que decide el zar el levantamiento de la
electorado. inmunidad parlamentaria
de los representantes.
de los congresistas, por-
Si las mayorías pueden que no está en funciona-
perfectamente mantener el mismo resultado miento la Comisión de levantamiento de la
luego de rechazar el pedido de reconsidera- inmunidad parlamentaria. No puede legis-
ción, ¿qué más diera que procesarlo en vez lar, porque no tiene delegación de facul-
de ejecutar el acuerdo del que se dispensó la tades. Pero no puede dejar de nombrar al
aprobación del acta? Contralor, ratificar al Presidente del BCR
y al Superintendente de Banca, Seguros y
X. LAS COMPETENCIAS DE LA COMI-
SIÓN PERMANENTE DURANTE LA
AFP, como tampoco puede dejar de apro-
DISOLUCIÓN bar los créditos suplementarios, transferen-
cias y habilitaciones de partidas (con tres
No está mal que luego de disuelto el Con- quintos de los votos del número legal de sus
greso la Comisión Permanente tenga funcio- miembros).
nes limitadas que desarrollar y cumplir.
De igual manera, la subcomisión de acu-
Lo que está mal es que se desconozcan atri-
saciones constitucionales, que es un grupo
buciones y funciones de la Comisión Perma-
auxiliar de la comisión permanente, no deja
nente que mantienen residuos esenciales para
de procesar las denuncias que tiene pendien-
la sobrevivencia del régimen representativo,
tes y, por lo tanto, debe seguir tramitándolas
y del principio de separación de poderes.
y elaborando los informes de calificación y
Si los propios representantes ignoran cómo los informes finales que, luego de debatidos,
deben cumplir sus responsabilidades, y para deben ser votados en la Comisión Perma-
minimizar el riesgo de quedar sindicados nente. Una vez cumplida esta etapa, los resul-
como usurpadores de funciones no reconoci- tados quedan en espera del retorno del Pleno
das a la Comisión Permanente, se dejan inti- para que los procesos de acusaciones consti-
midar por opiniones contrarias desplazando tucionales continúen en esa instancia.

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Como puede verse, la más allá de los límites


Com isión Per ma nente que comprende la Cons-
sí tiene una misión pro- No escapa a la observación titución en el inciso 19
pia, inalienable, e insu- pública que, no obstante los del artículo 118, cuando
primible, durante la etapa votos de investidura y la gene- limita el uso de los decre-
del interregno parlamen- rosidad con que se otorgaron tos de urgencia a materia
tario cuando el Congreso económica y financiera
ha sido disuelto. De des-
las delegaciones de faculta- sustentada en el interés
conocerse esa misión, des legislativas, a Fuerza Po- nacional.
supondría la eliminación pular le sustrajo credibilidad Siempre que no se pierda
del espacio de control que, la censura al ministro Saave- de vista que la legislación
durante la disolución, el dra, la negación de confianza del Poder Ejecutivo queda
régimen representativo le al ministro Thorne, y el recha- siempre sujeta al control
reserva a este órgano del
Parlamento. El procesa-
zo a la cuestión de confianza normativo que debe reali-
zar el Congreso que cum-
miento de las denuncias al gabinete Zavala. pla con el periodo incon-
constitucionales son parte cluso por el disuelto, el
de las previsiones que Gobierno puede usar los
tiene nuestro régimen político en la lucha decretos de urgencia sobre materias distin-
contra el abuso del poder, la delincuencia, tas a las que en tiempo ordinario prevé el
la corrupción y también los usos constitu- inciso 19 del artículo 118 de la Constitución.
cionalmente lesivos, infractorios o transgre- Por eso, durante la disolución del Congreso el
sores de la Constitución por los altos funcio- Gobierno puede legislar, mediante decretos
narios del Estado. de urgencia, sobre una diversidad de mate-
rias además de la económica y financiera,
Por último, precisamente a partir de las fun- siempre que no se trate de materias de ini-
ciones que se le asigna expresamente durante ciativa expresamente reservada al Congreso,
el interregno parlamentario, porque tiene la como las reformas constitucionales o como la
obligación de revisar los decretos de urgen- aprobación de tratamientos tributarios espe-
cia que dicta el Poder Ejecutivo, la Comisión ciales para zonas determinadas del país (ear
Permanente tiene la facultad de citar a los marked taxes). Pero en cualquier caso, todo
ministros o al gabinete entero a rendir cuenta el aparato normativo que contenga la legisla-
sobre los alcances de las normas dictadas. ción extraordinaria debe estar sujeta al escru-
El propósito de la función que se le asigna tinio, validación y control parlamentario.
de examinar es precisamente no dejar que el
Porque la Comisión Permanente tiene que
Gobierno actúe sin sujeción a control alguno.
cumplir con ejercer el control normativo
Cuando se cita a los ministros a la sesión en
limitado durante la disolución, esa misión no
la Comisión Permanente el objetivo es dejar
excluye las potestades o atribuciones ordina-
constancia del escrutinio que realiza la repre-
rias, como debe serlo el estudio que se rea-
sentación sobre el uso y ejercicio de la potes-
lice para preparar la decisión del Congreso
tad normativa que excepcionalmente tiene el
que se elija para completar el período pen-
Gobierno.
diente. Ese estudio y ese escrutinio, así como
Durante el tiempo que está disuelto el Con- puede exigir la citación al gabinete para que
greso el Gobierno tiene, en efecto, un Poder concurra a las sesiones de la Comisión Per-
Legislativo extraordinario, que se extiende manente, también importa la posibilidad de

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que la Comisión Permanente designe dentro atender la función política que inexcusable-
de su seno a grupos de trabajo a los que com- mente no pueden dejar de atender ni cum-
prometa con la evaluación de las medidas plir. No hacerlo puede importar la traición
que debe examinar. Sin esa natural opción la del mandato que la Constitución les impone
Comisión Permanente quedaría en una condi- como consecuencia de la elección que resulta
ción de minusvalía tal que pondría en peligro de la consulta con la voluntad popular.
el carácter democrático del régimen político
La lección que debe dejarnos sobre este
durante la etapa de disolución parlamentaria.
último punto los acontecimientos que han
La Comisión Permanente no es un cuerpo formado parte de la crisis política es que la
representativo castrado ni emasculado de las radicalización del discurso, en especial la
facultades básicas, esenciales y primarias radicalización y parcialización, sin com-
que tiene en nuestro régimen político. Lo que punción alguna, de quienes se autocalifican
corresponde no es que tenga una existencia expertos en Derecho Constitucional ante los
cosmética, ni ornamental, sino que cumpla medios de comunicación, es un acto negli-
de manera efectiva y eficaz con las tareas que gente y desinformativo que afecta grave-
le toca cumplir en un régimen democrático. mente la percepción que el pueblo tiene del
Nuestra democracia es representativa, y del manejo correcto de las instituciones esta-
principio representativo se deduce que quie- tales. Esperemos que la cordura retorne y
nes tienen mandato para representar al pue- que no vaya en aumento las carencias psí-
blo no se queden cruzados de brazos espe- quicas desde las que crece el narcisismo que
rando que se les dé un permiso que no hay a muchos pareciera que padecen en su afán
quien consultar para que resuelva la incógnita desmedido de protagonismo o de notoriedad,
que sume a sus integrantes en la indefensión, al que la sabiduría popular también conoce
pasiva, reactiva e inerte, con la que dejan de como figuretismo.

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