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SILLAR

Definición
Se denomina sillar a las rocas que son o proceden de tobas, y son
el producto volcánico de emisiones piroclásticas de diferentes
composiciones como andesita, dacita, riolita, riodacita, etc., con
diversos grados de cohesión. También son depósitos de ignimbritas,
que han sido expulsadas en forma de cenizas o nubes ardientes,
que luego se han consolidado y cementado.
Los sillares consistentes son de gran compactación, carecen de
estratificación y su peso específico se incrementa hacia la zona
inferior de los afloramientos. Las inclusiones se encuentran de
manera desordenada, tanto en tamaño como en disposición.
COMPOSICIÓN MINERALÓGICA Y QUÍMICA
En conjunto su composición promedio se asemeja a la riolita,
habiéndose identificado también elementos como el estroncio, litio
y rubidio. Los constituyentes esenciales determinados
macroscópicamente son: feldespato potásico, oligoclasa, cuarzo,
vidrio, biotita y óxido de hierro, distribuidos irregularmente en una
pasta vitroclástica.
Los constituyentes son de naturaleza vítrea cristalina y lítica. Algunos
derivan de la eyección activa (esenciales), otros pertenecen a los
depósitos de rocas comagmáticas pero de acciones anteriores y
sus demás elementos provienen de rocas ajenas a la erupción.
En todos los tipos existentes las materias accesorias
principales son piedra pómez, andesitas y escorias
mayormente lapillíticas. Las inclusiones andesititas son
redondeadas, subangulares y hasta angulares, cuyo
tamaño variable alcanza esporádicamente hasta 15 o 20
cm de diámetro.
CARACTERÍSTICAS PETROGRÁFICAS
El sillar se caracteriza por diferentes colores: blanco, gris,
amarillento y rojizo, con diferentes tonalidades, de textura
uniforme y generalmente fina, no presenta estratificación,
es porosa, de bajo peso especifico y opaca.
Cuando se presenta consistente muestra una mayor
densidad a diferencia de los deleznables, que son muy
fáciles de romper.
TIPOS
Según sus características fundamentales, el sillar se clasifica:
• Por su color: grises, blancos, rojizos y amarillentos.
• Por su génesis: tobáceos, cineríticos y tufíticos.
• Por su composición mineralógica: riolíticos, delemnítico y
riodacíticos.
• Por su cohesión: consistentes y deleznables.
• Por el tamaño y forma de las inclusiones: lapillíticos, aglomeraditos
y brechoides.
La clasificación más común depende de su coloración, se han
reconocido ocho tipos de sillar considerando cuatro colores
observados: gris, blanco, rojizo y amarillento, cada uno de ellos
dividido en dos categorías: consistente y deleznable.
El sillar adquiere coloración rojiza o amarillenta debido a la
presencia de óxidos o hidróxidos de hierro. El sillar tipo amarillento
consistente es el de mayor dureza, y el rojizo consistente es uno
de los más preciados por su firmeza o compactibilidad que le da
estabilidad hasta en bloques pequeños.

PROPIEDADES
Se puede considerar a cada uno de los tipos de estas rocas
físicamente homogéneos.
• Color: gris amarillento, gris claro, blanco, naranja grisáceo, rojo
pálido.
• Brillo: opaco.
• Peso específico: 1,26.
• Porcentaje de absorción: 30,5%.
• Capilaridad promedio: 33,80%.
• Porosidad y permeabilidad altas.
• Resistencia a la tracción.
• Resistencia a la fricción.
• Resistencia a la compresión: 94,50 kg/cm2 (estado seco), 85.80
kg/cm2 (estado húmedo).
• Módulo de rotura: 23,95 kg/cm2 (estado seco), 24,90 kg/cm2
(estado húmedo).
• Módulo de elasticidad: 56,875 kg/cm2 (estático), 110,050 kg/cm2
(dinámico).
• Resistente a fenómenos de meteorización.
• La fractura es fácil y regular, y se obtienen caras planas con
pequeños golpes.
CONDICIONES Y AMBIENTES DE FORMACIÓN
El origen de las ignimbritas tiene muchas teorías y una gran
variedad de interpretaciones, de las cuales algunas se resumen a
continuación:
En sentido amplio el sillar se origina debido a erupciones areales,
con predominancia de las del tipo lineal, a lo largo de fracturas que
guiaron y facilitaron el ascenso de los materiales, para que
posteriormente se volcaran al exterior con diferentes modalidades,
denominadas explosiones súbitas, nubes de explosión y nubes
ardientes.
Mediante las explosiones súbitas las masas lograron proyectarse
relativamente a poca altura, y a consecuencia de ello su
propagación superficial es reducida. Las nubes de explosión se
refieren a las masas que en su elevación alcanzan considerable
altura y ello le permite una propagación amplia.
Las nubes ardientes, llamadas también nubes incandescentes, al
ascender en el espacio subaéreo solamente llegan a poca altura,
y al descender se movilizan sobre la superficie del terreno,
extendiéndose en distintas direcciones y a diferentes distancias.
Cuando las concentraciones de materiales silicios o intermedios
con un gran contenido de sustancias volátiles alcanzan un estado
crítico (probablemente mediante reacción química exotérmica), dan
lugar a una sustancia espumosa; el material volcánico está en ese
momento en la condición de una emulsión de miriadas de partículas
de roca (vidrio volcánico, lapillos y cristales) suspendidas en una
nube de gas caliente. La nube incandescente que se expande
rápidamente a partir del centro de ebullición de la erupción fluye
como un líquido hacia los terrenos bajos adyacentes. La velocidad
de flujo es mayor que la de una lava de composición química semejante, y por consiguiente la nube incandescente
se esparce
sobre amplias áreas depositándose en forma de mantos sobre la
topografía.
Son numerosos los investigadores que cuestionan en la actualidad
a las nubes ardientes como fenómenos generadores de ignimbritas.
Bout (1958) se pregunta si tales fenómenos pueden producirse y
si realmente las nubes ardientes pueden depositar y acumular
material todavía viscoso capaz de resoldarse. Tazzief (1974) acota
que una deyección lanzada al aire que describe una trayectoria
de decenas de kilómetros de distancia no puede llegar al punto de
su caída más que fría.
Las hipótesis que en el presente tienen mayor aceptación son: la
propuesta de Fenner, que indica que los depósitos resultan del
enfriamiento y litificación de flujos de trizas y gases a altas
temperaturas, es decir flujos de cenizas (no necesariamente nubes
ardientes) incandescentes que dan origen a las ignimbritas de flujo
(ash flow-tuff); y la propuesta por Abich que señala que se forman
por el resultado de la emisión de lavas muy ricas en gases y vapor
de agua, y por consiguiente muy fluidas, que al salir a la superficie
sufren cambios físicos debido al escape de vapor. Esta lava hierve
formando espuma (proceso de emulsión) que al enfriarse se
transforma en vidrio, originando una textura abierta, porosa,
seudotobácea. En las zonas más inferiores de la colada los poros
se aplastan y las paredes se unen, formando una textura de trizas
aglutinadas e inclusive pudiendo llegar a una total homogenización.
Estas ignimbritas con mecanismos de formación discutidos son el
producto de soluciones magmáticas, por lo general de composición
ácida, con gran cantidad de volátiles y temperaturas algo elevadas.
En consecuencia pueden fluir con mayor facilidad que una lava
ácida. Estas soluciones al llegar a la superficie presentan un variado
comportamiento regulado fundamentalmente por su contenido de
volátiles. Según sea la cantidad de volátiles que tengan las
soluciones magmáticas, las rocas resultantes tendrán distintas
características. Por ejemplo si el contenido en volátiles es elevado,
al emerger a la superficie es probable que la presión de los gases
destruya los tabiques de las masas lávicas y se originen seudotrizas
dentro de estas. En cambio si al fluir las soluciones magmáticas por
los conductos, no existiera una elevada cantidad de volátiles, la
presión ejercida por los mismos no sería tan alta y en este caso no
se llegarían a destruir los tabiques y se derramarían en la superficie
como soluciones muy ricas en gases y vapores.
Un depósito de ignimbritas es diferente de una toba explosiva, el
cual cae típicamente en fragmentos conforme se va enfriando en el
aire y se deposita en capas delgadas, formando por lo general un
cono restringido solo en las proximidades del cráter volcánico. Las
ignimbritas tienen textura uniforme y generalmente fina, son
normalmente muy extensas y prácticamente horizontales, no
presentan estratificación y muestran una pronunciada disyunción prismática.

UNIDADES GEOLÓGICAS FAVORABLES EN EL


PAÍS
Yacimientos de sillares se conocen en el sur del Perú, asociados a
vulcanismo del Cenozoico, en los volcánicos Tacaza, Sencca y la
Formación Huaylillas que abarcan los departamentos de Arequipa,
Ayacucho, Moquegua, Puno y Tacna.
En el departamento de Arequipa, las diferentes variedades de
sillar que integran la Formación Sencca se depositaron durante el
Neoplioceno. La mayor fuente de producción se halla en la
quebrada de Añashuayco, situada entre Uchumayo y Arequipa.
La Formación Sencca consiste de tobas de composición dacítica o
riolitica, distinguiéndose a simple vista granos de cuarzo, feldespatos
y lámelas de biotita. Además contiene fragmentos de pómez y
lavas que pueden ser redondeadas o angulosas y de tamaño
variable.
Por lo general son compactos, con una cohesión apreciable,
aunque los hay poco consistentes y fácilmente disgregables. Se
presentan en bancos gruesos y suelen mostrar una disyunción
prismática, dando lugar a bloques columnares, cortados por planos
horizontales. Los bancos de tobas son subhorizontales y en algunos
lugares siguen los lineamientos de la topografía preexistente. Se
distinguen dos niveles según el color, uno superior rosado a marrón
rojizo y otro inferior gris claro a blanco. La formación Sencca se
subdividió en 4 miembros que son:
Formación Sencca
Miembro Capúa
• Sillar gris consistente.
• Sillar gris deleznable.
Miembro Calera
Miembro Añashuayco
• Sillar blanco consistente.
• Sillar blanco deleznable.
Miembro Huayco
• Sillar rojizo consistente.
• Sillar rojizo deleznable.
• Sillar amarillento consistente.
• Sillar amarillento deleznable.
Según lo expuesto, estos cuerpos volcánicos se han depositado
en:
• Discordancia angular sobre las rocas sedimentarias y volcánicas
prepliocenas, plutones y aun el complejo basal.

• Discordancia erosional.
• Concordancia relativa.
• Diferente inclinación, aun sobre rocas volcánicas de la misma
unidad, casi coetáneas según la pendiente de la superficie sobre
la cual se emplazaron.
En los sillares consistentes se observa: mayor compactación y
densidad, ausencia de estratificación, depósitos horizontales o con
muy poca inclinación, mayormente brechoides, muy escasa
selección de sus componentes, ocasionalmente una selección muy
grosera del tamaño de sus elementos en la vertical, desordenada
repartición de las inclusiones sin relación con el tamaño y la
naturaleza, ya sean de andesitas, pómez, sedimentitas, hallándose
dichas inclusiones sin orientación definida y con un tamaño variable.
El peso específico aumenta normalmente hacia la base.
En los sillares deleznables se distingue moderada o poca
consistencia, presentan disyunción irregular y cuando el
agrietamiento se hace más grande contienen material de relleno;
son los sillares más propagados lateralmente pero sus espesores
en término medio son reducidos. La selección de sus componentes
y clasificación del tamaño es más apreciable en comparación con
las variedades consistentes. Las inclusiones están integradas por
lavas y pómez.
En la provincia de Carabaya, departamento de Puno, se reconoció
una extensa área de depósitos de ignimbritas.
La unidad inferior del Grupo Tacaza consiste de bancos gruesos
de conglomerados con elementos subredondeados y subangulosos
de andesitas afaníticas y porfiríticas, que alternan con capas de
areniscas tobáceas deleznables. La unidad media está integrada
principalmente por tobas brechoides intercaladas con tobas de
color blanco, esta unidad es la más gruesa y de mayor extensión.
La unidad superior está representada por derrames gris oscuros
de textura porfirítica. La edad del Grupo Tacaza estaría
comprendida en el Terciario medio.
USOS
Desde el punto de vista económico es un material de construcción,
ornamentación y artesanía. El primer uso de este material es en la
construcción; el mayor uso ocurre en edificaciones, muros, portales,
pisos, etc. En el Perú un caso típico se observa en la ciudad de
Arequipa, donde gran parte de las edificaciones antiguas se
hicieron con sillar, de allí que se le conozca como Ciudad Blanca
por el color dominante de sus edificaciones de sillar (edificios,
iglesias, portales, estatuas, plazuelas etc.). La facilidad con que se
trabaja este material de construcción ha hecho posible edificar
fachadas imponentes y de finos detalles decorativos impregnados
por un «estilo mestizo» que marca una identidad propia y única en
el continente americano. Actualmente es cada vez menor su uso
en la construcción, pero va en aumento en las artesanías.

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