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El corazón de los jóvenes

Lamentablemente encontramos jóvenes en nuestras iglesias, que le


echan la culpa a todo el mundo de sus fracasos. Hoy hablaremos de: el
corazón de los jóvenes.
Hay jóvenes que no permiten que el plan de Dios se cumpla en sus
vidas, algunos están resentidos, abandonados, desmotivados, pero se
necesita que los jóvenes sean realista y se hagan un análisis y se
pregunten: ¿Qué es lo que no deja avanzar los propósitos de Dios
en mi vida?
El joven que no sabe para donde va, cualquier bus le sirve. Dios en este
tiempo necesita jóvenes que sepan qué es lo que quieren, que sepan
para donde es el norte y que estén dispuesto a que Dios actúe en sus
vidas.
El ayuno es una disciplina tan bonita, pero tan descuidada por muchos
jóvenes en nuestra iglesia y eso es muy peligroso.
Los jóvenes que no pueden practicar la disciplina del ayuno, es porque
tienen un bloqueo en su corazón y en su vida, porque dentro de ellos
hay decepciones, mentiras, viven de apariencia, de lo que no son y de lo
que no tienen.
Una persona se aparta de Dios es porque quiere, porque nadie los
obliga, pero tienen el descaro de apartarse de los caminos de Dios y
culpar a otros de sus fracasos.
A veces esperamos que otros cambien, pero para que mi alrededor
cambie, primero yo tengo que cambiar.
Joven si eres varón vístete como varón, peínate como varón, vivimos en
un mundo que todo es unisex, que la ropa sirve para el hombre pero
también para la mujer. Pregúntese ¿Qué significa unisex?

Hoy en día estamos viviendo los tiempos de Sodoma y Gomorra y esto


no se va a arreglar, la lucha que los jóvenes tienen hoy en día no es
cualquier cosa, por eso necesitas llenarte de Dios, y adquirir una firmeza
espiritual.
Nuestro corazón debe estar controlado por el Señor Jesús, no se puede
confiar en el corazón fuera del Señor, porque el corazón hay que ponerle
razón.
“Todo designio del corazón es maldad”. Gálatas 6:5.
Hoy en día vemos muchos jóvenes destruidos porque dejaron su corazón
suelto a la deriva y el diablo lo aprovechó.
Las cosas que el diablo aprovecha del joven, es su mente, su corazón,
sus emociones, porque ellas están unidas.
Por eso debemos tener propósitos en la vida, porque de acuerdo a los
propósitos que tengamos, así mismo manejarás tu vida.
Necesitamos en este tiempo, que Dios pruebe el corazón y la mente, que
cada joven, que haga un análisis muy dentro de sus corazones.
Tus emociones van ligadas de tu corazón, depende de qué lugar le estás
dando al Señor, para que controle tus emociones y tu vida, porque

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dentro del corazón del hombre salen las cosas buenas pero también las
malas.
Si usted se hace un propósito en su vida, y dice: Señor nunca jamás
saldré de mi cuarto sin haber hablado contigo, serás una persona
totalmente diferente.
Muchas jóvenes de nuestra iglesia no se casan porque se critican todo lo
que son; algunas no les gusta su cuerpo, su pelo, su cara, sus cejas, y le
critican a Dios por lo que son y por lo que Dios creo, y por eso nunca
tienen la bendición de Dios.
También te puede interesar: Cuidado joven no juegues con ellas.
Pero cuando te valoras y agradeces a Dios por cómo te hizo, él mismo se
encarga de mandarte un buen esposo que será de mucha bendición para
ti vida siempre.
Esto del ayuno y la oración, es una relación directa con Dios, el ayuno no
salva a nadie, pero cuando ayunamos, estamos sacrificando la carne, le
estamos diciendo a la carne, te sujetas y te sometes, y al espíritu le
estamos diciendo, tu eres quien gobierna mi vida.
Joven te hago unas preguntas
¿Cuánto tiempo estás sacando para orar por tu futuro?
¿Algunas vez has orado por tus proyecciones, por tus
sentimientos?
¿Cuánto tiempo has invertido hablando con Dios, diciéndole lo
que piensas y lo que quieres?
Recomendaciones
1. Necesitas reconocer que necesitas la disciplina de oración y ayuno.
2. Necesitas reconocer la condición espiritual que tienes para que
Dios te cambie.
El no orar y tener una relación pobre con Dios, da pie para que las
jóvenes comiencen a mirar a los hombres del mundo, y a desear a los
actores de televisión.
El no tener una relación directa con Dios, te llevará a la misma muerte
espiritual.
Por aquí debajo te dejamos una enseñanza que habla sobre el corazón
de los jóvenes, sabemos que será de mucha bendición para tu vida.

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Hay que ser disciplinado en
todo

Hay que ser disciplinado


Si quieres tener éxito en la vida debes aplicar disciplina a tu corazón,
porque hay que ser disciplinado en todo.
¿Cómo lo hago?
La disciplina está compuesta por tres acciones básicas que debes
aplicar:

Orden
Debes ponerle orden a todas las cosas que tienes en el corazón,
organizarlas por prioridades ubicando siempre en primer lugar la base
inconmovible “Jesús”.

Limpieza
Debes evaluar continuamente lo que entra a tu corazón y desechar lo
que no sirve (sentimientos, actitudes y costumbres entre otros). Debes
mantener en tu corazón únicamente lo que realmente vas a usar para
construir el éxito.

Puntualidad
Debes aprender que la puntualidad de hacer las cosas, no sólo
terrenales sino las espirituales te llevarán a una vida de éxito.
“Lo que requiere diligencia no perezosos fervientes en espíritu…”
Si tienes que arrepentirte no lo hagas la otra semana, si tienes que pedir
perdón hazlo ahora, si hay enemistad arreglalo de inmediato.
Recordemos que nuestro verdadero éxito no es tanto lo terrenal, más
bien, es poder mantener viva la esperanza de vida eterna.
Sé disciplinado en tu corazón y ponte manos a la obra.
¡CRISTO VIENE PRONTO!
“De que le sirve al hombre ganar el mundo, si al final pierde su
alma

No es por tu título sino por la vocación


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El servicio a Dios lo debemos hacer con toda el alma y las fuerzas de
nuestro corazón, para servir a Dios no es por tu título sino por la
vocación.

La vocación es la inclinación a cualquier estado, carrera o profesión.

El término proviene del latín vocatio y para los religiosos, es la


inspiración con que Dios llama a algún estado.

Por eso el concepto también se utiliza como sinónimo de llamamiento o


convocación.

Partiendo de esta definición podemos entender que el poder servir a


Dios, en el oficio que sea, va ligado a la vocación, ya que es un llamado
que Dios ha hecho para que le sirvamos.

Por eso no podemos pretender estratificar los oficios, por eso no se


puede llegar y crear niveles entre servidores.

No puedo llegar a pensar que porque soy teólogo o magister estoy por
encima del que no lo es, y que ese hecho me lleve a reclamar derechos.

Debemos entender que ser servidor no es una profesión donde entre


más estudio más sueldo y estrato escalo ¡NO!.

Ser servidor me debe llevar a prepararme de manera natural para servir


mejor a aquél que murió y dio su vida por mi.

Servir a Dios es un honor, preparémonos lo mejor que podamos pero no


con la mentalidad de subir de estrato o de creernos superiores pues el
único grande entre nosotros es Jesús.

“Dios en su bondad me nombró apóstol, y por eso les pido que no


se crean mejores de lo que realmente son. Más bien, véanse
ustedes mismos según la capacidad que Dios les ha dado como
seguidores de Cristo”. Romanos 12:3.

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Servir no es para altivos
Juan el bautista trae un elegante vestido de piel de camello adornado
con un cinturón de cuero, con músculos tonificados por qué se alimenta
de langostas o grillos saltamontes. Hoy quiero que entendamos que
servir no es para altivos.
Por qué la Biblia siendo un libro tan serio, donde el espacio es estricto
para decir cosas importantes nos dice ¿Cómo iba vestido y qué
comía? ¿Qué nos interesa a nosotros saber ese tipo de detalle?.
Juan el bautista era el predicador más famoso que había en el momento,
reunía multitudes, el río se llenaba de gente, el rey le tenía miedo por lo
tanto le respetaba y todo el mundo decía: él es profeta.
Estamos hablando de servir no es para altivos.
Juan era un hombre de 33 años aproximadamente; cuando predicaba se
convertían mucha gente, no daba basto bautizando gente, tenía un
avivamiento tremendo y en ese momento histórico tan grande de su
vida es donde dice el escritor: “Y Juan estaba vestido de piel de
camello y llevaba un cinto de cuero y comía lo de siempre:
langostas y miel silvestre”.
Es decir, a Juan no lo había afectado el éxito, seguía siendo el mismo
Juan de siempre; y le preguntaban: Juan, ¿usted es el profeta? ¿O eres
el Elías que habría de venir? a lo que él respondía: no soy ni profeta, ni
Elías, aunque Jesús dijo que sí era profeta y que sí era él Elías que
habría de venir.
Entonces: Juan, ¿Por lo menos díganos quién es usted? a lo que
respondió: simplemente yo soy una voz que clama en el desierto, en
otras palabras soy un humilde predicador.
Juan predicaba y tenía su propia congregación, pero tal vez alguien se
acercó y le dijo: Juan ese muchacho joven que bautizaste hace
unos días se está llevando tus creyentes, pero Juan era un hombre
admirable, tenía una idea clara de quién era él y cuál era su misión, a lo
que responde:
A eso fue que vine a arreglarle la novia para que se la lleve ese
muchacho, yo se la estoy arreglando por fuera para que quede
limpiecita; yo los bautizó en agua pero ese muchacho, él los bautizará
con Espíritu Santo; Esa es la grandeza de un verdadero siervo.
Nuestra proyección debe ser menguar para que él crezca. Nadie que
quiera ser grande y famoso le sirve el cristianismo, porque aquí sólo hay
uno, que es el más grande y su nombre es sobre todo nombre y
ante ese nombre se dobla toda rodilla.
Para poder servir a Dios, nuestra humildad es fundamental, sin
corona es que Dios nos puede usar, no hay cristiano con proyección de
servicio que sea orgulloso, altivo, arrogante, y soberbio, Cristo es el
verdadero ejemplo de un buen servidor.
No olvides que servir no es para altivos, no permitas que la fama haga
subir tu ego.

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La humildad contra la
altivez
La humildad es una cualidad que no todos los hombres tienen, son
contados los hombres que poseen esta cualidad. Hoy hablaremos
sobre La humildad contra la altivez.
En el Antiguo Testamento se usa siempre, en buen sentido, de una
humilde condición económica; además también dice que este uso
corresponde de humilde condición, y de espíritu humilde.
La altivez: “Es una alta opinión desordenada de nuestra propia
dignidad, se muestra en el porte o en la conducta”.
Decíamos que la humildad es una cualidad que no todos los hombres
tienen, pero con aquellos pocos, Dios hace una buena amistad con ellos,
por el simple hecho de ser humildes de corazón.

Si nosotros nos humillamos delante del Señor, todo lo que pidiéramos en


su Nombre, lo recibiremos.
Bíblicamente hubo hombres humildes y hombres altivos, ejemplo,
Moisés, era manso, más que todos los hombres que había en la tierra;
pero todo lo contrario del Faraón, tenía un corazón endurecido.
Pero miremos la actitud de Moisés, cuando el Señor le hizo el llamado no
le dijo “Señor, yo era el hombre que usted necesitaba” sino que le
dijo “Señor, si yo soy tardo para hablar ¿cómo voy ir delante de
Faraón?”
Él duró cuarenta años en el desierto, y alguien que dure tanto en el
desierto, se pierde de lo cotidiano, pierde el hilo de las cosas, de la
actualidad, y ya Moisés había perdido muchos años en el desierto.
Pero él no dijo “Yo soy el hombre” sino que tomó una actitud humilde
delante de Dios.
Lo contrario del Faraón, sabemos que el pueblo de Israel duró en Egipto
cuatrocientos treinta años cautivos, bajo el látigo de los faraones, bajo el
dominio de los egipcios, y el pueblo de Israel estaba sumiso allí en
Egipto, porque eran esclavos.
Pero Moisés humildemente fue el hombre que Dios tomó para hacer
obras grandes en medio del pueblo.
No es que nos la sepamos toda, no es que nosotros tengamos solvencia
de palabra, ninguno de nosotros está aquí porque tenemos un alto nivel
cultural, o un alto nivel social, nada de eso.
Aquí nadie está porque lo trajeron a rastras, o lo trajeron con un
revólver para la iglesia, ninguno de nosotros está por eso.
Es cierto que habremos muchos que no tenemos un alto nivel
económico, o hay otros que tendrán un poco más que nosotros, en fin,
pero la misericordia de Dios nos alcanzó a todos.
Estamos por misericordia, no es por nuestra belleza ni nada de eso,
simplemente le caímos bien al Señor, y lo más lindo es, cuando Dios
seduce los corazones y nosotros nos dejamos seducir del Señor.

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Cuando el Señor nos dice cosas tan bonitas, uno no haya donde
ponerse, uno empieza “Señor tú si eres lindo, tú si eres grande, tú si
eres bueno” ¿Qué hacemos nosotros? Adorarlo y glorificarlo a él.
Otro hombre que también fue altivo delante del pueblo de Israel fue
Saúl, peca delante de Dios pero no reconoce, él dijo “Yo he pecado,
pero te ruego que me honres delante de los ancianos de mi
pueblo y delante de Israel y vuelvas conmigo para que adore a
Jehová tu Dios”.
Fijémonos en la actitud de Saúl, una actitud de altivez, porque no hay
una actitud de reconocimiento delante del Señor.
Dios lo manda en una misión a destruir a los amalecitas, sin dejar nada,
pero Saúl hizo todo lo contrario.
Pero vemos que la actitud de David fue todo lo contrario, pecó delante
del Señor, pero como no hay nada oculto delante de Dios.
David siendo rey en la misma condición de Saúl, tomó otra actitud
cuando cometió su pecado.
Siendo rey pudo sentirse más grande que los demás porque era el rey,
pero David tomó una actitud muy diferente.
David tomó una actitud que a Dios le llamó la atención, David dijo “Ten
piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia, lávame más y
más de mi rebelión y límpiame de mi pecado, porque yo
reconozco mis rebeliones y mi pecado está siempre delante de
ti”.
Ya David se va preparando para una actitud más sorprendente, sabe que
ha pecado y ha cometido errores, pero su corazón no se levanta, sino
que se humilla delante del Señor.
Su corazón parece que cuando le está declarando eso a Cristo, se
desmorona delante del Señor, parece que va cayendo a tierra delante de
Dios.
Hay una actitud de David que se humilla delante del Señor Jesucristo y
le dice “Oh Señor, los sacrificios de Dios son el espíritu
quebrantado” y le dice “Señor no se te olvide que un corazón
contrito y humillado no despreciarás tú, oh Jehová”.
Y David cayó delante del Señor, quizás alabando su Nombre, glorificando
su Nombre.
Para que nosotros podamos subir, tenemos que bajarnos; para que
podamos subir a la cima o la cumbre, tenemos que humillarnos.
Cuando esto suceda, Dios en su debido tiempo nos va a hacer subir, nos
colocará en lugares altos.
Conoce más sobre este tema, viendo la siguiente enseñanza, que será
de mucha ayuda para tu vida espiritual.

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No es tu belleza es la
humildad
Nadie más hermoso y destacado en altura como el rey Saúl, en términos
físicos el mejor. Pero terminó perdiéndolo todo y suicidándose. No es tu
belleza es la humildad.

Vivir como es (cristiano) y querer llegar a la meta final (cielo), va más


allá que el solo hecho de tener una cara bonita o tener porte de modelo.

Se necesita humildad con humillación, entrega, dependencia a Dios y


hambre por llenarse cada día más del Espíritu Santo.

La cara bonita y el buen porte no te ayudará, ni te beneficiará para


obtener mayor gracia delante de Dios. Lo único que te dará gracia es ser
verdaderamente humilde en tu corazón delante de Dios y de tus
hermanos.

No seas altivo si te crees bonito, sé sencillo y destácate por lo que hay


de Dios en tu vida, porque la belleza física es pasajera pero la gracia de
Dios es para siempre.

8
Cómo saber si mi noviazgo es la voluntad de
Dios
El noviazgo cristiano es un proceso que debe seguir la voluntad de Dios.
Para esto, hay que permitir que la palabra nos transforme
primeramente. Daremos algunas pautas de cómo saber si mi noviazgo
es la voluntad de Dios.
“No se amolden al mundo actual, sino sean transformados
mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál
es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta”. Romanos
12:2.
La voluntad de Dios se conoce en el momento que haz alcanzado
madurez en Dios, aprendiendo y aplicando las características
importantes que la voluntad de Dios tiene en el noviazgo.
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Características dentro del noviazgo


1. Es buena: Esto quiere decir que el noviazgo se verá
beneficiado con el favor de Dios, haciendo que todo lo que se
proyecte salga bien y sea de beneficio para la relación.
2. Es agradable: Quiere decir que en el proceso del noviazgo no
existirán traumas que afecten considerablemente (romper y
volver por todo) por actitudes, por familia, celos etcétera.

3. Es perfecta: Esto quiere decir que todo se va dando en


armonía sin necesidad de forzar a que las cosas se den como
¡yo quiero!. No habrá duda de ser la voluntad de Dios pues todo
encajará en el tiempo y en el lugar exacto para la consolidación
de la relación.

También debemos recordar que la voluntad de Dios es nuestra


SANTIFICACIÓN como dice: 1Tesalonicenses 4:3-4 “La voluntad de Dios
es que sean santificados; que se aparten de la inmoralidad sexual; que
cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de una manera santa y
honrosa…”
Si el noviazgo te desanima, te enfría, te aparta de la oración, hace
despertar pasiones desordenadas y te pone en peligro de perder tu
santidad y salvación, corre y corta esa relación que está rumbo al
fracaso.
Toda relación en la voluntad de Dios evoluciona en santidad, poder y
servicio a Dios.

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