Carlos Marx nació el 5 de mayo de 1818 en Tréveris, sobre el Mosela. En esa
época la ciudad de su nacimiento tenía 12.000 habitantes. Era el centro administrativo del distrito de Mosela, pobre en industria, ciudad, ante todo, de funcionarios del gobierno, comerciantes y artesanos. Fundada en tiempos de los romanos, Tréveris había sido durante siglos la sede de un arzobispo, que también era el Elector. Cuando visitó la ciudad a finales del siglo XVIII, Goethe escribió que "por dentro está comprimida, presionada por los muros de iglesias, capillas, conventos, colegios, los edificios de los caballeros y los frailes; por fuera está rodeada, más, sitiada por abadías, instituciones de caridad, monasterios cartujos" Pero la revolución burguesa francesa también había dejado sus influencias sobre Tréveris. Tan profundas eran, que hasta la Prusia reaccionaria, a la cual el Congreso de los Príncipes de Viena de 1815 le entregó Renania, y también Tréveris, no pudo ya borrarlas. En la década de1790-1800, el ejército revolucionario francés desalojó a todos los señores feudales principescos y eclesiásticos de la región del Rin. Abolió la servidumbre, eliminó todas las cargas feudales y anunció la igualdad de todos por cierto que sólo de todos los hombres ante la ley. Desde entonces las ciudades y comunidades del país gozaban de derechos de administración autónoma más o menos amplios. En lugar de la obligación de ingresar en un gremio, regía la libertad en los oficios. En términos formales, existía inclusive la libertad educacional y de prensa. Con la adopción del código civil francés, se introdujo el juicio por jurado y los procedimientos judiciales públicos. Estas nuevas relaciones burguesas provocaron un ascenso de la industria y el comercio. Así, en Renania se desarrollaron las primeras fábricas de Alemania, y con ellas dos nuevas clases: la burguesía industrial y el moderno proletariado industrial. Para los Junkers (aristocracia de los caballeros) prusianos, que dominaban el gobierno de Berlín y al rey, las conquistas civiles de los renanos eran como un espina clavada en la carne. Temían y con razón que las libertades civiles de la población del Rin pudiesen llegar a ser una lección concreta para los otros distritos de Prusia. Ello habría hecho peligrar el régimen de clase de los Junkers prusianos, y debilitado, por lo tanto, la posición que ocupaba Prusia, junto con Austria, en el Bund alemán organizado en 1815, una asociación poco definida de 34 principados y reinos, y cuatro Ciudades Libres. Pero el rey prusiano tenía las manos atadas frente a las nuevas relaciones sociales y económicas que el capitalismo llevó al primer plano en la provincia del Rin. Mientras reforzaba el dominio del knut, la censura y el espíritu de subyugación en las zonas situadas al este del Elba y en la Alemania central, al comienzo se vio obligado a seguir una política en apariencia liberal con su provincia occidental recién adquirida. El gobierno de Berlín envió a Renania a funcionarios administrativos y judiciales tan educados y expertos como pudo encontrar. En apariencia como resultado de esa política, Ludwig von Westphalen, más tarde amigo paterno y suegro de Carlos Marx, también fue trasladado a Tréveris, en 1816, como consejero del gobierno prusiano. Con sus medidas supuestamente liberales, el gobierno de Berlín abrigaba la esperanza de conquistar simpatías entre los ciudadanos del Rin y el Mosela. Pero muy pronto volvió a su ciega política reaccionaria de prusianización y trató a los renanos como habitantes de una provincia conquistada. Carlos Marx nació en ese período de la más negra reacción. Pero creció en la provincia económica y políticamente más progresista de Prusia, y en medio de una familia imbuida del espíritu de la ilustración y la humanidad burgueses. Su padre, Heinrich Marx, después de una juventud de dificultades y privaciones, se abrió paso hasta lograr el título de abogado. Había pasado de la fe judía a la protestante. Como Justizrat (título honorario de los abogados) y jefe electo de la organización de abogados de Tréveris, gozaba de gran prestigio entre sus conciudadanos. Educado, amigo de la literatura y la filosofía clásicas, estimaba en especial a Lessing, y a representantes de la Ilustración francesa como Voltaire y Rousseau, como los primeros combatientes intelectuales por el humanismo burgués. Sus concepciones filosóficas progresistas se combinaban con opiniones moderadas respecto de la libertad en el terreno político. Así, por ejemplo, era partidario de una Constitución liberal y una representación parlamentaria en Prusia, pero esperaba su concreción de manos del rey prusiano. Por cierto que las ideas políticas revolucionarias le eran ajenas. Al mismo tiempo era un "elemento sospechoso" para el gobierno prusiano, porque había mostrado su respeto por la bandera francesa y entonado la Marsellesa en "una reunión de un club literario", en enero de 1834. La familia Marx no conoció apremios económicos. Heinrich Marx pudo garantizar a su amada esposa Henrietta y a sus hijos una existencia cómoda. Ello no siempre resultó fácil, ya que Henrietta dio a luz cuatro hijos y cinco hijas entre 1815 y 1826. Carlos fue el tercer hijo. El segundo fue Sophie, dos años mayor. El primer hijo de la familia, Moritz David, murió en 1819. De tal modo, Carlos era el hijo mayor. Sus padres lo querían profundamente, en particular Heinrich.
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