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CELULAS MADRE
En esta enfermedad, el líquido sinovial, que sirve para lubricar, se esparce por
la articulación en lugar de ser reabsorbido como sucede normalmente,
ocasionando una constante erosión del hueso y del cartílago.
Esta patología, que puede o no ser crónica, suele ser la consecuencia de otras
enfermedades y, por eso, engloba en sí misma muchas alteraciones paralelas,
como la artritis reumatoide, la psoriásica, la infecciosa o la gota.
Con el paso del tiempo, el cartílago tiende a desaparecer haciendo que el roce
se produzca directamente entre huesos, provocando mucho dolor y la pérdida
de flexibilidad de las articulaciones.
Por ejemplo, la artritis reumatoide ataca más a las muñecas y dedos de las
manos, y la gota, generalmente, a pies, tobillos y rodillas.
Mientras que con la artritis es constante, con la artrosis se produce más dolor al
mover la articulación y suele mejorar al dejarla en reposo.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICAN?
Una radiografía ayuda, pero puede ser que exista artrosis y salgan radiografías
normales y, al revés, que en la radiografía se encuentre mucha artrosis, pero
esa articulación no duela. Por eso, lo fundamental es el cuadro clínico.
¿CÓMO SE TRATAN?
La artrosis no tiene cura, así que los tratamientos buscan reducir el dolor y
mejorar la movilidad y la función de la articulación.
En cuanto a los fármacos, ninguno frena la artrosis, pero para tratar el dolor, se
recomiendan analgésicos, como el paracetamol, y antiinflamatorios, como el
ibuprofeno.
Todas las articulaciones de nuestro cuerpo están unidas por un tejido conectivo
llamado cartílago; sirve de protección para evitar que ambos huesos sufran del
roce entre sí al moverse, de ahí que su desgaste producido por el paso del
tiempo, los movimientos repetitivos, la edad, llevar una vida sedentaria, el
sobrepeso o el deporte intenso, pueden ser algunos de los factores que
acentúen el deterioro natural o la aparición de dolencias relacionadas con las
articulaciones que cursen con dolor e inflamación, en algunos casos este
proceso se acelera si hemos sufrido una lesión grave o padecemos algún tipo
de patología.
Parte del equipo del Dr. Lapuente lo forman expertos de renombre en medicina
deportiva, expertos investigadores o traumatólogos, como es el caso del Dr.
Carlos Jarabo.
El Dr. Jarabo nos asegura que "la implantación de este tipo de terapias
basadas en la Medicina Regenerativa son muy seguras, prácticamente
carentes de riesgos y consiguen en breve tiempo disminuir drásticamente el
dolor que sufre el paciente, mejorando la movilidad articular y, sobre todo, si se
realiza a tiempo, puede llegar a mejorar la evolución degenerativa de la
articulación que, sin duda obligaría a una intervención de prótesis en el futuro.
Además, no permite posibilidad de rechazo porque se emplea el propio material
biológico del paciente".
Así lo han revelado los resultados de un ensayo clínico fase I-II aleatorizado
desarrollado por especialistas de la Clínica Universidad de Navarra y del
Complejo Universitario de Salamanca.
El tercer grupo recibió ácido hialurónico y una dosis de 100 millones de células
madre cultivadas.
Según describe José María Lamo de Espinosa, de la CUN, las células madre
mesenquimales se obtienen mediante biopsia de la médula ósea del propio
paciente.
Efecto antiinflamatorio
Las células madre actúan como el agua cuando regamos un terreno. Si no hay
células de cartílago, cosa que ocurre en grados avanzados de la artrosis, no es
esperable que se forme cartílago».