René Descartes fue un filósofo, matemático y físico francés, considerado como
el padre de la geometría analítica y de la filosofía moderna o la filosofía racionalista que, como su nombre lo dice, se basa en la razón. Descartes en sus meditaciones trata diversos temas y situaciones que suelen ser vistos frecuentemente por la filosofía ya que representan bases fundamentales para la misma, a partir de estas temáticas tratadas, se busca comprender mejor las ideas planteadas por Descartes. Uno de estos temas tratados es el de los sentidos, Descartes afirma que toda idea que provoque así sea un poco de duda, debe ser descartada, ¿a qué se refiere esto?, los sentidos son poco confiables, no nos podemos fiar de ellos, debido a que nos pueden fallar, pues estos forman parte del mundo sensible, no nos sirven para ir más allá ni para entender ideas complejas. Por medio del uso de los sentidos podemos ser engañados, por ejemplo, como lo sería una perspectiva: Frente a nosotros hay una silueta, nuestros ojos nos muestran una cosa diferente a lo que en realidad es, y aun así asumimos que lo que estamos viendo es correcto, aunque puede no serlo, aquí es donde entra la razón. La razón es aquello que nos guía por el camino más acertado y que se puede considerar correcto, esta hace parte de lo que se conoce como mundo inteligible, el mundo de las ideas, en el que se encuentra lo que es verdadero, la auténtica realidad a la que solo pocos pueden acceder, por medio de la razón podemos ir descartando aquellas ideas que, como se mencionó anteriormente, provoquen la más mínima duda, hasta que encontremos aquella respuesta o solución indicada al problema que tenemos en frente. Para explicarlo se usara el ejemplo anterior: Delante nuestro hay una silueta, nosotros lo observamos, pero no estamos seguros de que lo que vemos es lo que creemos que es, así que aplicamos la razón, vemos un “monstruo”, esta idea es descartada inmediatamente, los monstruos no existen, es un “león”, nos encontramos en una ciudad por lo que también se descarta ya que es ilógico que aquel animal se encuentre en un lugar así, es una “persona”, tiene características que se parecen a las de una persona así que optamos por esa opción. Después de que lo hayamos analizado bien, se opta por esa opción ya que no tendríamos dudas, aquí se ha aplicado la razón. A partir de esto podemos concluir que, en este aspecto, Descartes tenía razón, los sentidos pueden llevarnos por un camino erróneo, en cambio, por medio del uso de la razón se irían descartando opciones que generen dudas, hasta que nos queda aquella, que no genere incertidumbre y optaríamos por esta. Esa forma de pensar es muy acertada y puede ayudarnos a tomar la mejor elección en alguna situación. Por: Jorge Luis Bertel Ayala – Juan Felipe Cárdenas García 10°-2