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Carne de puerco magra y gorda picada, harina muy cernida, ajos mondados, clavos
molidos, vino blanco, sal la que fuere menester. Amasarlo todo con el vino y después de
masado, dejarlo en un vaso cubierto un día natural. Y después henchir las tripas de vaca o
puerco, cual de esta masa y ponerlas a secar al humo.
Quevedo habla de negros chorizos en 1624, lo que relega a finales del siglo XVII la época
en la que el chorizo ya era comúnmente rojo. Una anécdota recogida por Ángel Muro
procedente de Enrique Sepúlveda sobre los chorizos de Candelario y el rey Carlos IV
explica como resultaba normal que el pimentón (inicialmente artesanal) se convirtiese en
especia chacinera por antonomasia.El rey se encontraba de cacería cuando se encontró con
el choricero del lugar (denominado Tío Rico) y éste le ofreció a Carlos IV un chorizo que
portaba en sus alforjas. Al monarca le gustó tanto que lo nombró proveedor de la casa Real.
Este suceso quedó retratado en el tapiz El choricero, de Bayeu, cuñado de Goya.
El chorizo fue el primero de los aperitivos servidos como tapas en Andalucía.
Usos culinarios del chorizo rojo.
El chorizo en la culinaria española puede encontrarse en diversas preparaciones clásicas,
muchas de ellas como producto de la matanza del cerdo:
En tapas, bien sea cortado en rodajas, frío o caliente. Su contenido puede ser servido
caliente en un plato, tal y como es el picadillo de chorizo (zorza en León), las migas o las
jijas.
En cocidos y potajes, como puede ser el madrileño, el cocido montañés, el cocido gallego,
el podrido, el maragato, la fabada asturiana (formando parte del compango) y el pote
asturiano y las abulense lentejas con chorizo. Es popular en el plato de pasta denominado
macarrones con chorizo.
El chorizo al infierno (chourizo ao inferno), es una tapa típica gallega que se hace
cocinando un chorizo al fuego en un cuenco de barro usando aguardiente como
combustible.
En preparaciones elaboradas con verduras, tal y como sofritos. Con algunos arroces (arroz
al horno) y con patatas.
Incluido en el pan como en el hornazo castellano, el bollo preñao asturiano, el bocadillo
(bocadillo de chorizo) o la pringá sevillana.
Con diversos alimentos, tales como huevos fritos (Revuelto de Madrid).
Como condimento de todo tipo de alimentos para darles más sabor como los cangrejos de
río.